LOS INDIGNADOS: EL RETORNO DE LA POLÍTICA
Marcos Roitman Rosenmann
INDICE
1.- INTRODUCCIÓN
2.- CÓMO EXPLICAR LA INSURGENCIA CIUDADANA. EL RESCATA DE LA POLÍTICA
3.- QUIENES SON LOS INDIGNADOS
4.- LOS INDIGNADOS, LA POLÍTICA Y LOS INTELECTUALES
5.- ¿ Y AHORA QUÉ?. ORGANIZAR LA INDIGNACIÓN
6.- ¿QUIÉN CONTROLA EN 15-M?
7.- UN CONTROL MENOS CONSPIRATIVO
8.- A MODO DE REFLEXIÓN FINAL
BIBLIOGRAFÍA MÍNIMA.
Los indignados: el retorno de la política
Marcos Roitman Rosenmann[1]
(Versión preliminar)
1.- Introducción
Vivimos de incertidumbre, y no puede ser de otra manera. La vida es un proceso sin caminos preestablecidos. Algo similar ocurre con el capitalismo. Sus certezas no son tales. Quienes diseñan sus trazados lo saben; razón de peso para crear diques de contención desde los cuales controlar el movimiento de sus aguas. Si el nivel sube a límites peligrosos, deben abrirse las compuertas, y liberar presión. Ante todo seguridad. La luz roja nunca se apaga. Los hacedores de políticas son conscientes de ello, sobre todo quienes, desde el tablero, mueven, cuando pueden, las fichas con el fin de controlar la partida. El sistema social busca jugadores respetuosos de las reglas. Patear el tablero no se contempla. Y si por un casual la partida no transcurre o se ajusta al itinerario, se puede acusar al adversario de utilizar malas artes, y descalificarlo.
Así vive el capitalismo, sobresaltado, agazapado tras la razón de Estado y las fuerzas armadas, evitando el desborde. El enemigo interno, otrora el comunismo, era la fuerza para la cual se planificaban los diques. Hoy, el enemigo muta. Desde el ataque a las torres gemelas y el pentágono en setiembre de 2001, su espacio lo ocupa el llamado terrorismo internacional. Y acorde a los intereses políticos de occidente y los Estados Unidos, el calificativo de terrorista puede recaer en cualquier organización o persona que Occidente y los Estados Unidos considere un peligro. Desempleados, campesinos, trabajadores, juventud, estudiantes, mujeres, pueblos originarios, inmigrantes, afectados por las hipotecas, grupos de liberación sexual, gay, lesbianas y transexuales. La criminalización de los movimientos sociales, su ilegalización y persecución forma parte de esta visión totalitaria. Así lo entiende la derecha cuando habla de una alianza antisistema y anti globalización. Sus miembros señala: "aglutina a la izquierda que fracasó en mayo de 1968, a los que jalearon el comunismo y hoy ven con complacencia la pulsión anti-occidental del islamismo yahaidista, a los antiglobalizadores altermundistas y a las distintas manifestaciones del indigenismo, populismo y fanatismo religioso (...) esta alianza no es solo teoría. hay coincidencia de actuación entre Venezuela, Iran y Siria." [2] Ya no es el movimiento comunista. Hoy, el enemigo es gelatinoso, y la posibilidad de ser adjetivado como terrorista aumenta según se le considera un peligro para el orden social. En América latina, el mismo documento informa que en la triple frontera, Argentina, Brasil y Paraguay " aumenta la inquietud por la actividad terrorista de los grupos islamistas al ser un centro neurálgico de financiación tanto como de la venta de armas, drogas y contrabando (...) Europa debe hacer ver que América latina está inmersa en la amenaza de Al-Qaeda y es su objetivo".
Con esta laxitud en la definición de terrorismo, resulta fácil deshacerse del opositor incómodo. El ejemplo más claro en esta dirección lo encontramos en el conflicto Palestino-Israelí. "He constatado-y no soy el único- la reacción del gobierno israelí confrontado al hecho de que cada viernes los habitantes de la pequeña ciudad de Bil'in, en Cisjordania, van, sin lanzar piedras, sin usar fuerza alguna, hasta el muro contra el cual protestan. Las autoridades israelíes han calificado esta marcha de "terrorismo no violento". No está mal. Hay que ser israelí para calificar de terrorista la no violencia. Tiene que ser resultar embarazosa la eficacia de una no violencia que tiende a suscitar apoyos, comprensión, la complicidad de todos aquellos que en el mundo son adversarios de la opresión."[3]
En momentos de crisis, como el que vive el capitalismo, su organización y estructura requiere introducir innumerables parches a fin de evitar el colapso. Sus arquitectos, ingenieros y vigilantes actúan en esta dirección. Hacen que las piezas del mecanismo funcionen al unísono. Los diques deben estar en perfecto estado de conservación. El caudal controlado, los imprevistos considerados y las grietas selladas. Cualquier alteración debe ser tomada en cuenta. Adelantarse a los acontecimientos, en eso consiste el trabajo de los planificadores del capitalismo futuro. Controlar la lucha de clases alarga la vida del dominador. La concesión de beneficios sociales y económicos y la ampliación de derechos políticos a las clases trabajadoras supone ganar tiempo. Pero lo imprevisible es parte de la política, el futuro no puede ser clausurado con un diseño de escritorio. Bien lo saben desde que los modelos matemáticos de ecuaciones no lineales se aplican a la teoría del riesgo en lo político. "Los científicos de la teoría de sistemas pueden visualizar los efectos que diversas políticas y estrategias tendrían sobre la evolución de las ciudades, el crecimiento de una empresa o el funcionamiento de una economía. Usando modelos no lineales, es posible localizar potenciales puntos de presión crítica en dichos sistemas. En tales puntos de presión, un cambio pequeño puede producir un impacto desproporcionadamente grande" [4]
El capitalismo es un orden político, responde a la voluntad de los individuos que lo articulan. Y como aprendices de brujo, los capitalistas desatan fuerzas incontrolables saturando su capacidad interna de absorber conflictos. De esa manera, el dique de contención se resquebraja hasta producir un fallo generalizado. Lo que en principio podría parecer una nimiedad puede acabar cuestionando el sistema. En estas circunstancia, juegan un papel decisivo los llamados atractores. Son los desencadenantes de las crisis. Esa gota que desborda el vaso. En Islandia, por ejemplo: "Cuando el primer fin de semana de octubre de 2008, el músico Hordur Torfason, iniciador de la protesta, se plantó frente al parlamento -de Islandia- con una cacerola y cincuenta compañeros, sus compatriotas se quedaron perplejos. Enarbolaban tres demandas centrales: la dimisión del gobierno, la reforma constitucional y limpiar cargos en el banco central. Casi cuatro meses después, el 24 de enero, la plaza estaba llena con siete mil personas (la población de la isla es de 320 mil almas) gritando '¡Gobierno incompetente'! . Dos días después, el gobierno dimitió." [5]
Esta circunstancia se ha repetido en todos los últimos movimientos socio-políticos habidos en el mundo. Los atractores funcionan en las situaciones más disímiles. Son los llamados acoplamientos estructurales que amplifican y someten las crisis a una tensión imprevista, haciéndola incontrolable. En Túnez, Mohamed Bou'aziz, un joven egresado de informática, que trabajaba vendiendo frutas y verduras con su carro por las calles de su ciudad, Sidi Bouzid, fue impedido de seguir haciéndolo por carecer de permisos legales. Su protesta consistió en inmolarse. Su acto fue el comienzo de la protesta. Otros jóvenes siguieron su ejemplo y también se prendieron fuego. Pero la impotencia, el no hay salida se transformo en revuelta, extendiéndose por todo el país. Lo que hasta el año 2009, era un Estado modélico, felicitado al aplicar correctamente las políticas de ajustes, por el Banco Mundial, el FMI, vería, en el plazo de un año, como su presidente Zine el Abidine Ben Alí, era derrocado. No fue la pobreza, el desempleo o la represión política, ejercida con mano de hierro durante dos décadas, el punto de inflexión, fue la inmolación de Mohamed lo que desbordó el dique de contención, amén de organización, resistencia y luchas por la democracia. Todos juntos posibilitaron la caída de Ben Alí. En España, el llamado movimiento de "indignados", comenzó siendo parte de una manifestación "marginal", de las adjetivadas como periféricas, no contó con el apoyo de los sindicatos y las fuerzas políticas mayoritarias. Dos plataformas: "democracia real ya" y "Juventud sin Futuro, sin trabajo, sin empleo, sin casa, sin miedo" se dieron cita para protestar un domingo de mayo. Sin muchas expectativas, fue un atractor. Minoritaria, en principio, acabó en acampadas en las plazas públicas de la mayoría del estado español. Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao, Pamplona. Pero fue la intervención de las fuerzas de orden público, intentando desalojarlos, lo que prendió la mecha. En Madrid, la Puerta del Sol se convirtió en símbolo de resistencia. Sirvió de acicate. La protesta se generalizo y el 15-M tomo cuerpo. Fue una suma de factores, al igual que en Túnez, Islandia, Egipto y hoy en Israel.
En estas circunstancias, la salvación de los regímenes tiránicos y autocráticos pasa por clausurar espacios democráticos, reprimir libertades civiles y desarticular la ciudadanía política. En esta labor, el capitalismo no tiene escrúpulos. Si es necesario sacar a las calles al ejército lo hará sin remordimientos. Los muertos son efectos colaterales. La razón de Estado se enroca en una estrategia de violencia. En ella, los aparatos y cuerpos de seguridad, fuerzas armadas, policía, servicios de inteligencia, ganan protagonismo. Es el comienzo de un nuevo tipo de guerra cuyo objetivo es romper la cohesión social. Desarticular las redes de ciudadanía, hasta lograr el control total de población, por la vía del chantaje. Es decir, el coste de la protección y la seguridad supone pérdida de derechos. En esta línea se mueve la orden del gobierno de la Comunidad de Madrid, en manos del Partido Popular, para bloquear y denegar el acceso, desde los ordenadores públicos de la comunidad en bibliotecas públicas, por política de seguridad, a las páginas web de los indignados y el 15-M. Si alguien intenta acceder, sale el siguiente mensaje: "Acceso denegado por política de contenidos. Usted está intentando acceder a contenidos no permitidos".[6]
Así se explica, en parte, la militarización de las sociedades para "combatir" las manifestaciones ciudadanas y de paso encubrir todo bajo el manto de la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. En México, un informe redactado para del Secretario de Gobernación deja constancia del problema: "El 2010 fue el año más violento del sexenio al acumularse 15mil 273 homicidios vinculados al crimen organizado, 58% más que los 9 mil 614 registrados durante el 2009, de acuerdo con la estadística difundida por el Gobierno federal. de diciembre de 2006 al final de 2010 se contabilizaron 34 mil 612 crímenes, de los cuales 30 mil 913 son casos señalados como 'ejecuciones'; tres mil 153 son denominados como 'enfrentamientos' y 544 están en el apartado 'homicidios-agresiones'. [7]
Pero el objetivo de la militarización de la sociedad y la criminalización de los movimientos político-sociales busca: "...una imposición, por la fuerza de las armas, del miedo como imagen colectiva, de la incertidumbre y la vulnerabilidad como espejos en lo que esos colectivos se reflejan. ¿Qué relaciones sociales se pueden mantener o tejer si el miedo es la imagen dominante con la cual se puede identificar un grupo social, si el sentido de comunidad se rompe al grito de 'sálvese quien pueda'. De esta guerra no sólo van a resultar miles de muertos... y jugosas ganancias económicas. también, y sobre todo, va a resultar una nación destruida, despoblada, rota irremediablemente." [8]
Los ejemplos se expanden. No sólo en México. En Gran Bretaña, esta estrategia se ha puesto en práctica. No sólo se criminalizan a los manifestantes. En un alarde de fuerza y prepotencia, para evitar sorpresas y actuar impunemente, el gobierno autoriza la instalación de quinientas cámaras de video, en plazas y centros públicos de Londres, para identificar manifestantes, detenerlos y encarcelarlos. En España, se hace lo mismo y en Chile, las fuerzas de Carabineros utilizan perros para actuar contra los manifestantes. Su función, perseguir, atrapar, morder y no soltar la presa hasta la llegada de su amo. Lo mismo que en tiempos de la dictadura, los perros educados para violar a mujeres en los centros de tortura, son reciclados para mantener el orden en las ciudades. Las crisis agudizan el ingenio para el control social. Esta necesidad de control requiere invertir y mantener una línea de investigación, dedicando a científicos al desarrollo continuo de nuevas técnicas de represión y tortura.[9]
2.- Como explicar la insurgencia ciudadana. El rescate de la política
Debemos comenzar preguntándonos si, realmente, como pretenden los teóricos e ideólogos del sistema, el desborde político, se puede etiquetar como un movimiento nacido en la red. Son muchos quienes se decantan por esta opción de internautas revolucionarios ad-hoc. Toda una generación de jóvenes conectados a internet, configurando nodos desde los cuales llaman a la insurrección, la insumisión o la desobediencia civil. Los encargados de ponerla en circulación son los llamados, por el Subcomandante Insurgente Marcos, especialistas en producir teoría chatarra, que: "como la comida ídem, no nutre, sólo entretiene(...) Cuando estos expendedores de teoría chatarra miran hacia otras partes del Mundo y deducen que las movilizaciones que derrocan gobiernos son productos de celulares y redes sociales, y no de organización, capacidad de movilización y poder de convocatoria, expresan, a más de una ignorancia supina, el deseo inconfeso de conseguir, sin esfuerzo, su lugar en 'LA HISTORIA'. 'Twittea y ganarás los cielos' es su moderno credo."[10] Queda dicho, se trata de otro problema. Organización, capacidad de convocatoria, movilización y si se me permite agregar, los atractores o desencadenantes no previstos mencionados anteriormente.
Debemos proponer una explicación menos ligada a la sociedad espectáculo y para ello es necesario rescatar la memoria histórica. Si retomamos el ejemplo de la gota que desborda el vaso, podemos mirar al techo y ver como se crea, cae y derrama su contenido. Pero este proceso no es una buena opción. Debemos considerar el contexto y la existencia, primero de un vaso lleno. Bien señala Weber, para evitar caer en el empirismo abstracto, todo hecho supone estar en presencia de una verdad particularmente evidente, pero no toda verdad particularmente evidente, es explicación causal del hecho. Resultaría estéril centrar la explicación en el ángulo de caída de la gota acorde a la teoría de las probabilidades. Lo realmente destacable es que el vaso se encontraba lleno y al borde de la saturación. La última gota responde a la contingencia, a lo que Aristóteles denominó con acierto, futuros contingentes.
Las actuales movilizaciones son el resultado de un lento proceso donde se reúnen fuerzas, experiencias, y el malestar que se organiza. Cuando se reivindica democracia, libertad y justicia, y se protesta contra la corrupción de los partidos políticos, el poder omnímodo de banqueros y el capital financiero, las políticas de ajuste , el paro juvenil, el sistema electoral, la privatización de la salud, la enseñanza o el calentamiento global, se desnudan sistemas políticos donde prima la injusticia, la desigualdad y la explotación.
Tras la superficie de las protestas, no hay espontaneísmo, fluye una corriente de aguas profundas que nutre y da fuerza a esta pléyade de reivindicaciones. Las aguas circulan bajo la forma de hartazgo, de rabia. El descontento se hace visible, se exterioriza, el malestar aflora a la superficie. El resultado inmediato es la recuperación de los espacios públicos. Se toman las plazas, convirtiéndolas en fortines de ciudadanía. En ellas se construye la democracia como una práctica plural del control y ejercicio del poder, al tiempo que se demandan libertad, justicia y dignidad.
A pesar de los problemas que tiene encuadrar movimientos tan heterogéneos como los llamados indignados, el esfuerzo es obligado. No se trata de justificar su emergencia, de mostrar sus debilidades, carencias o fortalezas, sino de comprenderlos. Tampoco de hacer taxidermia o diseccionarlos como si de bichos raros se tratase. Se busca desenredar la madeja, encontrar el hilo conductor capaz de explicar, desde una perspectiva del pensamiento crítico, su desarrollo, alcance y perspectivas. Viejas preguntas para nuevos problemas. Para esta labor, podemos tomar el 15-M. Su aparición se ha convertido en paradigma. Su presencia ha traído nuevos aires al quehacer de la política. Asambleas, participación, dialogo y un debate con lenguaje propio.
Si sólo fuese por lo apuntado, deberíamos darle la bienvenida. Quienes participan de su entramado han tenido la virtud de resucitar el sentido ético de la política. Rescatarla de las garras del mercado y devolverle la centralidad, que nunca debió perder, en favor del poder económico. No son apolíticos, ni ingenuos o utópicos. La gran distancia que separa al 15-M de los movimientos existentes, es el camino propuesto. Hacer política desde abajo, romper el círculo de la hegemonía de los partidos y los movimientos político-sociales tradicionales, sindicatos y ONGs. Sin despreciarlos, ya que muchos de quienes integran y participan en el 15-M pertenecen a partidos de la izquierda anticapitalista, sindicatos anarquistas, autogestionarios o Izquierda Unida, buscan confluencias. Pero su ritmo y su pulso vital tiene vida propia. Si no son posible los acuerdos, se continúa avanzando. Eso genera conflictos, incomprensiones y rechazos. Es parte consustancial del 15-M y supone una nueva manera de sentir la política y dar consistencia a un proyecto común. Elaborar colectivamente un programa en el cual se sientan identificado todos sus miembros. Delimitar propuestas y sumar voluntades. Así se han creado comisiones abiertas, de economía, problemas jurídicos, de genero, organización, largo plazo, cultura o comunicación, entre otras. En su interior se discute, se aprueban y se presentan conclusiones a las asambleas de barrio para su ratificación, y por último se articulan en la Asamblea General de Madrid. Esto se puede generalizar a todo el estado español. Sin embargo, según las comunidades autónomas, los barrios y las ciudades este método de trabajo se redefine y adecua a las condiciones del lugar. Así, se ha logrado, a propuesta de la Comisión de Economía, consensuar una plataforma reivindicativa de dieciséis puntos.[11]
La búsqueda de consensos desde abajo es una experiencia donde se reconoce la ciudadanía. Las convocatorias para las asambleas de barrio, pegando carteles en las paredes de las calles más transitadas del barrio, donde se expone el orden del día, son seguidas regularmente por un colectivo numeroso, en el cual participan jóvenes, mujeres, ancianos, profesionales, trabajadores, o intelectuales. Es una escuela de hacer política.
Los discursos de los militantes de partidos, acartonados y esquemáticos, son rechazados o simplemente arrinconados. Llamados al orden, en la misma plaza, tienen que reinventarse si no quieren ser sobrepasados. Igualmente, los jóvenes e inexpertos en el arte de la política se gradúan haciendo uso la palabra y rompiendo la barrera del miedo, transformándose en protagonistas. Los jubilados, los sin empleo, las amas de casa, los estudiantes, todos participan. Algo los une, la crítica a una manera de hacer la política de arriba, al margen de los problemas reales. Son un ejemplo para los parlamentos y el poder legislativo. Unos y otros se respetan los turnos, no se insultan, ni se descalifica. Se pide respeto y paciencia. Nadie puede ser interrumpido en el uso de la palabra. Sin embargo, en un lenguaje de signos, si el orador se repite o alarga innecesariamente su intervención, los asistentes rotan sus brazos para expresarle la necesidad de ir abreviando. Los personalismos se combaten bajo el esquema de portavoces rotativos.
En el nuevo ágora no sirven los galones del partido, el estatus social o el apellido. La política está ligada a los problemas reales del barrio, pueblo, ciudad y sus habitantes. En este sentido, la ciudad se redefine. Las plazas públicas dejan de ser expresión de monumentos turísticos. Resulta aleccionador y gratificante, al mismo tiempo, observar cómo, mientras unos niños juegan en la plaza, en su centro neurálgico, las madres, los inmigrantes, jóvenes y transeúntes escuchan los debates, haciéndose corrillos de cien o más personas, según sea el caso y el tema tratado. Sentados en aceras, apoyados en balaustradas o en los bancos del ayuntamiento, se convierten en participantes de cine-fórum donde se abordan los problemas más variados. Así, se politiza y se educa en la cultura cívica. Temas como la crisis financiera, el desempleo, la corrupción política, el aborto, la guerra o el cambio climático son el pretexto para construir de otra manera el espacio público. "La ocupación del espacio público, hoy en día, no es simplemente una cuestión táctica, sino un ataque frontal al modelo de ciudad realmente existente, en la que el espacio público se ha convertido en una interzona de una capa metropolitana inacabable donde el ciudadano pasivo, el ciudadano consumidor pasa para acudir al último bar de moda o el centro comercial. Por lo tanto su recuperación es en sí misma la negación de un modelo de ciudadanía y la reivindicación de otro: el del ciudadano crítico". [12]
3.- ¿Quiénes son los indignados?
Como una forma de calificarlos, los medios de comunicación, no desinteresadamente, les han colgado el mote de "indignados". Propuesta que se hace coincidir con el título del libro escrito por Stéphane Hessel (1917) exhortando a la juventud de Francia a tomar partido contra la infamia mundial. Hessel levantó las conciencias. Con noventa y tres años, no era un advenedizo, había formado parte de la resistencia anti-nazi, trabajado junto al General de Gaulle, detenido y encarcelado en el campo de concentración de Buchenwald hasta el fin de la II guerra, y tras la creación de Naciones Unidas, nombrado Embajador de Francia, siendo uno de los miembros de la comisión redactora de la Carta Universal de Derechos Humanos de 1948. Y para más inri, durante las últimas décadas convertido en un militante de la causa Palestina. Un capítulo, del ensayo antes mencionado, está dedicado a describir la situación que padece la población palestina en Gaza y Cisjordania. Hessel llama a una insurrección pacífica, a la necesidad de actuar, de indignarse, de romper la indiferencia.[13]
¿Cuáles son, a juicio de Hessel, las razones que obligan a indignarse?: "Es cierto, las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas o el mundo, demasiado complejo. ¿Quién manda?, ¿quién decide?. No siempre es fácil distinguir entre todas las corrientes que nos gobiernan. Ya no se trata de una pequeña élite cuyas artimañas comprendemos perfectamente. Es un mundo vasto, y nos damos cuenta de que interdependiente. Vivimos en una interconectividad como no ha existido jamás. Pero en este mundo hay cosas insoportables. para verlo, debemos observar bien, buscar. Yo le digo a los jóvenes; buscad un poco, encontraréis. La peor actitud es la indiferencia, decir "paso de todo, ya me las apaño". Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes indispensables: la facultad de indignación y el compromiso que sigue. Ya podemos identificar dos grandes desafíos 1) La inmensa distancia que existe entre los muy pobres y los muy ricos, que no para de aumentar. es una innovación de los siglos XX y XXI. Los que son muy pobres apenas ganan dos dólares al día. No podemos permitir que la distancia siga creciendo. esta constatación debe suscitar de por sí un compromiso. 2) los derechos humanos y la situación del planeta..."[14]
Este llamado a la juventud francesa ha sido mal interpretado. Para los teóricos del pensamiento chatarra, el exhorto está exclusivamente dedicado a la juventud. De tal manera que el movimiento se corrompe si en él se incorporan trabajadores, parados, amas de casa, inmigrantes, profesionales, artistas y representantes de la cultura. Se les considera intrusos, manipuladores. Este reduccionismo, distorsiona el sentido del movimiento de los "indignados" y lo condena a ser mera expresión de una juventud díscola. Interesadamente se la compara con los movimientos hippies y pacifistas emergentes en los años sesenta del siglo pasado. Tampoco faltan las analogías con el mayo francés de 1968 o las protestas contra la guerra de Vietnam. Estas perspectivas comparativas, buscando modelos y olvidando el sentido histórico de su emergencia, caricaturizan el actual movimiento de indignados, cuyo alcance y dimensión traspasa la barrera de lo estrictamente generacional.
Bien es cierto que, en muchos casos, quienes tienen mayor protagonismo es la juventud, entre otras causas por ser un sector profundamente afectado por la crisis. El paro juvenil sobrepasa en mucho el 40 por ciento y las expectativas de encontrar un trabajo digno son escasas. La flexibilidad del mercado laboral, la falta de vivienda social, el empleo basura, el despido libre y salarios irrisorios constituyen el espacio donde se mueven sus reivindicaciones.
Sin duda, la juventud, es uno de los colectivos más fuerte y numeroso entre los indignados, pero no el único. En su interior, sobresalen parados de larga duración, trabajadores precarios, mujeres y un número destacado de profesionales e intelectuales. No se puede reducir la dinámica del movimiento de Indignados a un problema generacional. Cada insurrección pacifica, como hemos anotado en los ejemplos anteriores, tiene sus peculiaridades. Desde Túnez, Egipto, España, Israel o Chile. Sin embargo poseen un nexo: la crítica abierta y descarnada al poder omnímodo y arbitrario ejercido por un capitalismo depredador y apoyado en la razón de Estado. Por lo tanto no es difícil comprender la emergencia de reivindicaciones coincidentes. Entre ellas destacan la falta de democracia, la corrupción, el aumento de la desigualdad social, las guerras interimperialistas, y la total impunidad con que actúan los bancos y el capital financiero. Si vemos algunas de las frases del 15M podemos constatar lo afirmado: "Democracia, me gustas porque estas como ausente"; "No falta dinero. Sobran ladrones"; "No es una crisis, es una estafa"; "No somos antisistema, el sistema es anti-nosotros"; "Manos arriba, esto es un contrato".
Levantar la bandera de la paz, la libertad y la democracia real, es luchar contra la injusticia, la desigualdad social, la explotación, la destrucción del planeta, la corrupción. Mantener alto el pabellón compete a todas las generaciones. Nadie puede permanecer indiferente a las prácticas donde el ser humano es despojado de su dignidad. No en vano los peores momentos de la ignominia política se relacionan con regímenes cuyo estandarte es y ha sido la muerte. La Alemania nazi, los centros de extermino, los campos de refugiados, las cárceles como Guantánamo o las casas de tortura en Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay o Brasil son parte integral de la modernidad del capitalismo en su forma más grotesca. Hoy algunos métodos se han perfeccionado y siguen utilizándose. En Colombia, por ejemplo, se han incinerado durante el gobierno de Uribe, a miles de campesinos, para no dejar pruebas de las matanzas realizadas por el ejército, y los grupos paramilitares en nombre de una la "seguridad democrática"; en otros casos se prefiere hacerlos pasar por guerrilleros asesinados en combate, así nacieron los llamados falsos positivos. En Chile, se aplica la ley antiterrorista creada por la Dictadura y vigente en 2011, a la población Mapuche, para quitarles sus tierras y desplazarlos a zonas agrestes e inhóspitas. Su objetivo, darles la propiedad a terratenientes y compañías transnacionales madereras, hidroeléctricas para sus megaproyectos. Intentan acallar y torcer el brazo. Son cientos los líderes Mapuche encarcelados, torturados y en ocasiones asesinados por las fuerzas de carabineros. Tratan de hacer estéril cualquier resistencia y protesta. Pero la realidad se ha mostrado siempre esquiva. En Brasil el hostigamiento, persecución y asesinato de los dirigentes de organizaciones ecologistas o pertenecientes al MST es otra muestra del poder de las empresas dedicadas al cultivo de transgénicos y soja. Los ejemplo se pueden hacer interminables. En los cinco continentes se han reforzado las medidas policiacas y se tiende a la consolidación de regímenes excluyentes y concentradores, fundados en el miedo, la censura y la violación de los derechos humanos. Pero, la historia es terca, no hay orden social articulado en la represión, el odio, el asesinato ni las desapariciones capaz de resistir incólume las protestas. Tarde o temprano las voces de resistencia acaban por agrietar y derrumbar los diques de contención.
Hoy, el capitalismo se ve entre las cuerdas y busca sacar fuerzas de flaqueza. Una de las primeras armas que utiliza para seguir oprimiendo es generalizar la idea de derrota, de estar en frente de una muralla infranqueable sin fisuras, donde todo esfuerzo por abrir brecha resulta estéril y contraproducente. Es mejor desistir y acoplarse. Para ello nada mejor que crear una mentalidad sumisa donde se logre el control del individuo. Despojar al ser humano de atributos, en principio la capacidad de pensar, de ser consciente, de tener voluntad. Vivir en la ignorancia. En esta actividad invierten grandes recursos económicos y tecnológicos. Los medios de comunicación social, son el instrumento más adecuado, en especial los audiovisuales, sea la televisión o los juegos interactivos de pantalla. Se trata de evitar por todos los medios el acto de la reflexión: "El momento de la reflexión ante un espejo es siempre un momento muy peculiar porque es el momento en que podemos tomar conciencia de lo que, de nosotros mismos, no nos es posible ver de ninguna otra manera(...) la reflexión es un proceso de conocer cómo conocemos, un acto de volvernos sobre nosotros mismos, la única oportunidad que tenemos de descubrir nuestras cegueras y de reconocer que las certidumbres y los conocimientos de otros son, respectivamente, tan abrumadoras y tan tenues como los nuestros. Esta situación especial del conocer cómo se conoce resulta tradicionalmente elusiva para nuestra cultura occidental, centrada en la acción y no en la reflexión, de modo que nuestra vida personal es, en general, ciega a sí misma. En alguna parte pareciera haber un tabú: "Prohibido conocer el conocer". Pero en versad el no saber cómo se constituye nuestro mundo de experiencias, que es el hecho más cercano de nuestra existencia, es un escándalo. Hay muchos escándalos en el mundo, pero esta ignorancia es uno de los peores"[15]
Su triunfo supondría ahondar el proceso despolitizante, iniciado en los años setenta del siglo XX, cuando la banca, los empresarios y las transnacionales pasaron a la ofensiva poniendo en circulación el discurso neoliberal de la flexibilidad del carácter, afincado en el pensamiento débil y la postmodernidad. "En la actualidad, el término flexibilidad se usa para suavizar la opresión que ejerce el capitalismo. Al atacar la burocracia rígida y hacer hincapié en el riesgo se afirma que la flexibilidad da a la gente más libertad para moldear su vida. De hecho más que abolir las reglas del pasado, el nuevo orden implanta nuevos controles, pero estos tampoco son fáciles de comprender. El nuevo capitalismo, es con frecuencia, un régimen de poder ilegible."[16]
La guerra por la palabra cobró vital importancia. El lenguaje se convirtió en el principal campo de batalla. Conceptos como gobernabilidad, gobernanza, alternancia, globalización, partidos catch all, escoba o atrápalo todo, se adueñaron del espacio teórico y político. Ya nada era lo que parecía. Las palabras adquirían nuevos significados, la realidad se volvió borrosa. El ataque no ha tenido tregua. Uno de los primeros conceptos objetivo de esta guerra será el significado de la voz: izquierda. Otros dos serían los conceptos de capitalismo e imperialismo. "Estos términos sufrieron un serio desprestigio en los últimos años del siglo XX y cayeron en desuso. Lo mismo ocurrió con sus opuestos, socialismo y liberación. Su provisional ausencia del discurso alternativo también se debió a otros fenómenos más. Uno fue el cambio histórico del proyecto alternativo mediante la redefinición de prioridades y de actores. Otra fue la redefinición de léxicos y conceptos con las propias colectividades que experimentan la necesidad de necesidad de enriquecer el lenguaje y sus ideas y de expresar las experiencias vividas y su propios imaginarios. Así empezó a destacar junto a lo nuevo, lo viejo que es valioso. Ambos reaparecen cada vez que los pueblos, trabajadores y ciudadanos enfrentan a 'los intereses de clase', a las oligarquías, burguesías, corporaciones, así como aparatos estatales y empresariales que forman verdaderos complejos locales y globales."[17]
La crisis del comunismo realmente existente fue el caldo de cultivo para proponer el nacimiento de una nueva izquierda, cuyo referente pasaba a ser la socialdemocracia y cuyos nuevos líderes rompían amarras con todo lo que llevara inscrito el código de Marx y el marxismo. El PSOE, en España, se transformó en el mejor referente para practicar esta estrategia. Los grandes reformadores de la socialdemocracia del norte de Europa perdían peso, Olaf Palme sería asesinado y dirigentes pragmáticos ocuparían su lugar en la Internacional Socialista. Era el tiempo de Felipe González y una generación anticomunista que dará por concluida la etapa radical de apoyo a los movimientos de liberación nacional en América Latina y África. Para los conversos, ex-comunistas apodados disidentes: "...Felipe González ...afirmaba ese gusto por la libertad, cualesquiera que fueran sus riesgos, que había, en cierto modo, gobernado todas sus decisiones políticas y que iba a continuar gobernándolas: el socialismo democrático contra el comunismo; la economía de mercado contra el estatismo dirigista; la pertenencia a la alianza de países democráticos contra el aislacionismo o el neutralismo tercermundista".[18]
Sin duda González era el prototipo del nuevo dirigente socialdemócrata comprometido con la razón cultural de occidente y defensor a ultranza del liderazgo imperial de los Estados Unidos y la OTAN en la guerra contra la URSS y el pacto de Varsovia. Sus palabras no dejan lugar a dudas. En plena guerra fría, y siendo presidente de gobierno señaló que: "prefería morir de un navajazo en el Metro de Nueva York, que en un hospital psiquiátrico en la URSS". Sus palabras no cayeron en saco roto. Se trataba de mostrar al mundo que la socialdemocracia había expiado su pecado original. Se había deshecho y renegado del pasado común que le unía a la tradición marxista y socialista. Ahora, los orígenes de la socialdemocracia, eran reubicarlos en la economía social de mercado y su mano invisible.
Mientras tanto la derecha se frotaba las manos. Quienes emprendían la caza de brujas contra un amigo incómodo, marxistas, comunistas, libertarios y anticapitalistas, era la socialdemocracia. La casa común de la izquierda fue derruida y sus restos llevados al desguace. En su lugar se levanto un edificio moderno, inteligente y autoregulado, con un cartel muy grande: reservado el derecho de admisión. La recién creada comunidad de propietarios expulsó y mandó a los extramuros a quienes no aceptaban los nuevos códigos de comportamiento centrados en la aceptación sin rechistar del capitalismo neoliberal.
Los expulsados, comunistas, marxistas y libertarios anticapitalistas, tras la debacle de la URSS y el bloque de los países del Este, tiraron al niño con el agua sucia dentro. Frustración y harakiri. La idea de derrota se extendió entre sus militantes. La diáspora política concluyó con muchos de sus cuadros queriendo entrar en el nuevo edificio y llamando a su puerta sin remilgos ni vergüenza. Por decepción, unos y pragmatismo, otros, ambos decidieron la conversión sistémica; emprendieron un viaje hacia la nueva derecha o hacia la socialdemocracia. La revolución neoliberal les abrió sus puertas y les tendió la mano. El edificio tuvo nuevos inquilinos que firmaron, sin complejo las condiciones para disfrutar de sus instalaciones. El proceso de despolitización campó a sus anchas, fue el principio del fin del Estado del bienestar y el comienzo de la neo-oligarquización del poder político.
Hubo un giro de ciento ochenta grados. Dar cabida a las demandas democráticas y ampliar los derechos económicos, políticos y sociales de las clases trabajadoras, buscando su integración y participación, ya no era una buena política. La segunda post-guerra quedaba muy lejos. Los años setenta inauguraban una nueva etapa en el desarrollo del capitalismo. Las políticas distributivas e intervencionistas creaban conflictos y provocaban ingobernabilidad. Era necesario recular y replantearse un nuevo pacto entre el capital y el trabajo. Las relaciones socio-laborales e industriales, de corte keynesiano, constituían un estorbo en la nueva etapa de acumulación capitalista. Culpables las víctimas.
"Desde la óptica neoconservadora se sostiene, en defensa del sistema capitalista, que la crisis de la democracia, y su expresión más patente, que es la crisis de gobernabilidad, se debe a la multiplicación de demandas, tanto políticas como sociales que se dirigen al Estado democrático y que van desde una exigencia caótica y descontrolada, por parte de los ciudadanos, de querer intervenir en todos los procesos políticos, hasta un incontenible aumento de los gastos públicos, en especial en educación y protección social. Todo lo cual, como defiende el informe de la Trilateral de Crozier, Huntington y Watanuki, no solo hace inviable la satisfacción de una voluntad de continua participación política, que se compadece mal con la complejidad propia de las sociedades contemporáneas, sino que en el ámbito social no puede, por razones económicas, responder de manera satisfactorio a tantas peticiones, lo que tiene como consecuencia la degradación de los servicios que presta. Degradación que genera un descontento, cada vez más amplio, entre los beneficiarios a los que se destina y que fragiliza el funcionamiento de las instituciones y reinstala, en el mismo cogollo, el cuestionamiento sobre la legitimidad democrática del sistema capitalista."[19]
Así, a la pregunta de ¿quiénes son los indignados?, la respuesta debe ser contundente. Los indignados son quienes, desde la rebeldía y la digna rabia, luchan por una ciudadanía inclusiva, plena, donde la vida suponga el despliegue de todas las facultades humanas y la dignidad sea el referente ético para la libertad de realización, personal y colectiva asentada en el bien común.
¿Y por qué hay que indignarse? Bien lo señala Jose Luis Sampedro en el prólogo al texto de Hessel: "porque de la indignación nace la voluntad de compromiso con la historia. De la indignación nació la resistencia contra el nazismo y de la indignación tienen que salir hoy la resistencia contra la dictadura de los mercados. Debemos resistirnos a que la carrera del dinero domine nuestras vidas. Hessel reconoce que para un joven de su época indignarse y resistirse fue más claro, aunque no más fácil, porque la invasión del país por tropas fascistas es más evidente que la dictadura del entramado financiero internacional. El nazismo fue vencido por la indignación de muchos, pero el peligro totalitario en sus múltiples variantes no ha desaparecido. Ni en aspecto tan burdos como los campos de concentración (Guantánamo, Abu Ghraid) muros, vallas ataques preventivos y 'lucha contra el terrorismo' en lugares estratégicos, ni en otros mucho más sofisticados y tecnificados como la mal llamada 'globalización' financiera."
4.- Los indignados, la política y los intelectuales
Lo dicho tiene consecuencias directas para la construcción de una ciudadanía política inclusiva. El discurso neoliberal caló hondo y cambió, sin duda, la forma de concebir tanto la política como la democracia y sus fines. El pragmatismo ha sido el vellocino de oro codiciado por los políticos; y la política con mayúsculas, ligada a la solución de los problemas cotidianos, aquella que no se rige por el mercado y el marketing, se transformó en el chivo expiatorio.
La política diseñada para el mercado se consideró expresión de una nueva realidad y apéndice del orden económico liderado por el capital privado, cuyas raíces se encuentran en una defensa a ultranza del individualismo extremo y el egoísmo moral. La Política perdía autonomía e independencia respecto al poder económico. El ciudadano se transformó en consumidor y la persona a redujo a un amasijo de intereses al interior mediada por una relación coste-beneficio. Fue un ataque consciente al sujeto social colectivo, al nosotros, concepto clave para entender la experiencia democrática y la acción de los indignados de hoy y de siempre. Como señala Pablo González Casanova al referirse al "nosotros zapatista": "El estudio de ese 'nosotros' incluyente y variable constituye uno de los objetivos más importantes de conocimiento de las organizaciones y clases del mundo actual. Conduce a una teoría hecha de muchas teorías sobre el Estado y el sistema política, sobre el mercado y el capitalismo, sobre los complejos militares -empresariales de dominación y explotación y sus asociados o subordinados(...) Descubre la posibilidad de lograr por medios pacíficos lo que ya sólo creía que iba a lograr por la guerra; y ve como una parte se la arrebatan y otra queda en la conciencia y en la organización de los pueblos. Descubre como las fuerzas las fuerzas dominantes y auxiliares tratan de transarlo, de mediarlo, de cooptarlo; como lo amenazan, cómo lo reprimen, cómo expulsan a los pueblos enteros de sus casas y tierras de labranza; como soldados y capitanes lo tratan con desprecio, como le echan a los perros y azuzan a los paramilitares, y a los matones, como lo meten en la cárcel por un delito que no han cometido, como lo torturan y humilla. Descubre algo más: quienes lo apoyan hasta hacerse parte de su lucha y quiénes se le enfrentan con actitudes paternalistas y autoritarias. Vive la experiencia de lo que ya sabía en la conciencia. Descubre que está luchando contra el neoliberalismo y por la humanidad. Ve como se solidarizan con él movimientos sociales....En las alianzas con sus amigos, hermanos y compañeros, en su propio movimiento, descubre 'contradicciones' y ve que son tan importantes o más que las que tiene con los 'señores del poder y el dinero'"[20]
En esta batalla por apropiarse de la realidad, la pregunta: ¿para qué sirve la política y los políticos?, se torna recurrente y está en boca de una mayoría social que no ve con buenos ojos el accionar de la llamada clase política. Sus signos externos crean rechazo. Caracterizada por el despilfarro, la corrupción y la impunidad, con sueldos desproporcionados, en algunos casos vitalicios, y una vida llena de privilegios y lisonjas, se han ganado desprecio de la ciudadanía. Los dirigentes de partidos son visualizados, con o sin razón, como crápulas cuyo trabajo se limita a esquilmar fondos públicos para ver como aumentan sus cuentas bancarias. Dedicarse a la política, en las últimas décadas, se relaciona con ascenso económico y aumento de poder. Siempre al borde del escándalo, los dirigentes políticos son conocidos por motivos totalmente ajenos a su deber en el desempeño como legisladores. Acusaciones de violación, cohecho, alcoholismo, drogadicción, son entre otras, las noticias que se pueden leer o escuchar en los medios de comunicación social cuando se menciona la clase política.
En España, el último baremo del CIS, de julio de 2011 es desalentador. A la pregunta ¿Cual es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España?, la respuesta de los encuestados situó en tercer lugar a la clase política, por detrás del paro y la crisis económica. Curiosamente, por delante de problemas, que según los políticos preocupan y tanto gustan debatir en televisión, como la inmigración o el terrorismo. Problemas que no llegan ni siquiera a concitar el 1 por ciento de interés de los encuestados. Pero no es el único caso, en México, "La segunda Encuesta Nacional de Cultura Constitucional", cuyos datos se han dado a conocer en agosto de 2011, no es menos desalentadora..."los diputados, los partidos políticos y la policía se situaron en los últimos sitios" de confianza". Tras los resultado "Los universitarios concluyeron que corrupción, impunidad e intereses extralegales impiden que la justicia funcione en México, además de que los tipos de relaciones establecidas hace tiempo entre el ciudadano y los gobernantes 'impiden el cumplimiento y respeto de las leyes, lo que ha implicado el deterioro de las instituciones y su legitimidad, cuya restauración requiere un rediseño del Estado".[21]
Esta percepción, real o deformada, está presente en todos los movimientos de indignados, uno de cuyos eslóganes más coreados ha sido: ¡no nos representan!. Para la mayoría de indignados, el político es un imputs de consumo, una mercancía. La ley de la oferta y la demanda los muta en meretrices. Otra frase del 15-M hace alusión a esta circunstancia: "políticos: somos vuestros jefes y os estamos haciendo un Expediente de Regulación de Empleo".
El concepto de servicio público, programa, proyecto y bien común se pierde en favor de ganar elecciones. En esta lógica cobra relevancia el papel de las agencias de publicidad, cuyos asesores, deciden el discurso, los eslóganes, el desarrollo de la campaña e incluso el aspecto externo, la vestimenta, el peinado, etc.. Un ejemplo de la distorsión de los procesos electorales es la utilización del foto-shop como arma política. Un candidato joven, sin canas o con ellas puede resultar útil, captar votos. La imagen y su manipulación prevalece por encima de otros aspectos, programa, coherencia ideológica y honestidad. Si hay que quitar arrugas, canas, cejas pronunciadas, ojeras, patas de gallo o verrugas, se hace sin miramientos. El único límite para realizar la performance a los candidatos es la cantidad de fondos disponibles para sus campañas. Ser diputado, senador, alcalde o gobernador tiene un coste económico. Bancos, empresas y grupos financieros se dejan querer, esperando ansiosos la visita de los encargados económicos de los partidos para llegar a sustanciosos acuerdos. Así, opera la democracia de mercado. Quien logra contar con más fondos se garantiza mejores campañas, mas minutos en la radio, televisión, y prensa escrita.
Ahora bien, cuando termina la bacanal electoral, los partidos políticos están hipotecados. Los bancos son los verdaderos ganadores. Sea cual fuese el partido más votado en las urnas, las entidades de crédito tendrán la sartén por el mango. Los partidos políticos, endeudados hasta el cuello, se encuentran atados de pies y manos. Quienes dictan las políticas y gobiernan en la trastienda son los consejos de administración de las empresas y los bancos. ¿Cómo hemos podido llegar a semejante situación?.
El proceso despolitizante trae como consecuencia un totalitarismo invertido. La desmovilización ciudadana se traduce en un descrédito de la política. En España, resulta lacerante que un 24 por ciento de la población considere a la clase política y la política como un problema y no como parte de la solución. Pero las noticias no son mejores en otros continentes. En América latina hemos puesto el ejemplo de México. Pero el informe elaborado por el PNUD en 2004 para toda la región, La democracia en América latina, advierte la minusvaloración política de la democracia. Más de un cincuenta por ciento de "los latinoamericanos y latinoamericanas estarían dispuestos a sacrificar un gobierno democrático en aras de un progreso real socioeconómico."[22]
Hay que hacer ímprobos esfuerzos para convencer a escépticos y desganados ciudadanos del beneficio que trae, para una sociedad democrática, la existencia de organizaciones políticas o sindicales. Aunque resulta todavía más titánico vincular la existencia y profundización de la justicia social y la dignidad con la participación y el desarrollo en asuntos públicos. El idiota social aristotélico hace su presencia en pleno siglo XXI.
El movimiento de indignados recoge en sus filas esta contradicción. Una parte no desdeñable de sus miembros se declaran apartidistas, y descartan como solución a los problemas que sufre la sociedad española la acción de los partidos, sobre todo si se menciona a los mayoritarios. Otros ni siquiera los consideran interlocutores válidos.
Primero el abstencionismo, luego el descrédito y por último el rechazo, encuadran la desconfianza de los nuevos movimientos de la sociedad civil hacia los partidos políticos. Los carteles que acompañan la movilización de indignados y sus consignas también lo dejan claro. "No somos mercancía en manos de políticos y banqueros"; "Que se vayan". No en vano, desde el 15-M y los movimientos de indignados se subraya la contradicción entre democracia real y formal: "la llaman democracia pero no lo es". Razón de sobra para seguir reivindicando el retorno de una política con Mayúsculas.
Este sentido refractario de los indignados hacia la política de arriba afecta a todos los partidos con representación institucional, incluidos los minoritarios. Sin embargo, en esta crítica, sin duda justa, anida uno de los peligros que se deja ver en el informe del PNUD y que el movimiento de indignados constata. Se trata de la emergencia de conductas racistas y xenófobas ancladas en ideologías de la muerte. Aprovechándose del descrédito de la política, se lanzan alternativas totalitarias. Europa y España camina por esta cuerda floja. La emergencia de partidos de ultraderecha xenófobos y racistas, junto con un discurso chovinista suma adeptos, minando el desarrollo democrático.
En las últimas elecciones autonómicas, en Badalona, una de los pueblos más densamente poblados de Cataluña, el Partido Popular gana la alcaldía con el siguiente eslogan de su candidato Xavier Garcia Albiol: "les hare la vida imposible hasta que se vayan"; "no queremos gitanos rumanos". Frases apoyadas por la presidenta del partido en Cataluña, Alicia Sanchez Camacho. Así, culpando del desempleo, el colapso sanitario en las urgencias, la baja calidad de la educación pública, el aumento de la inseguridad, la violencia machista y la delincuencia, al colectivo de inmigrantes se han ganado votos y representación institucional. El discurso xenófobo cala en los sectores sociales más castigados por la crisis. El enemigo se visualiza como el extranjero. El radicalismo extremista crece al interior de los partidos neoliberales y conservadores de viejo abolengo, y cuando ello no es posible o simplemente se rechaza esta perspectiva se crean otros ex-post. Le Pen en Francia o la Liga Norte en Italia.
Hoy, el movimiento de indignados aporta una nueva perspectiva en la lucha por las libertades y la democracia. Su nacimiento se suma a otra experiencia señera que, en los años noventa del siglo pasado, rompió moldes e inicio una revolución desde abajo y a la izquierda, me refiero a la emprendida por Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. (EZLN). Su presencia cambio formas de actuar y pensar, recuperando para la política el valor ético y poniendo en el orden del día la necesidad de otro orden social. Este camino abierto, no se cierra ni con la represión, la descalificación o el silencio cómplice de los medios masivos de disuasión social. Sin embargo, los manipuladores de cerebros son conscientes que tienen que cerrar espacios, creando un cerco protector que los haga invisibles y permita reprimirlos sin costes políticos.
En esta dinámica, el intelectual, no el ideólogo, ni el teórico chatarra, comparsa del poder, tiene asignado un papel irrenunciable. Su dejación supondría la muerte como intelectual y la traición a los principios éticos sobre los cuales se articula su compromiso. El mejor ejemplo de este servidor del poder lo constituye Fernando Savater, quién , refiriéndose al 15-M dijo: "El 15-M me ha servido de tontómetro para medir el nivel de estupidez y el cinismo con que demuestran su absoluto oportunismo"; "Los indignados son un atado de mastuerzos que quieren imponerse a los representantes de la votación popular y que por tanto debían ser desalojados por la policía y nada más."[23]
Sin embargo, quien no es un ideólogo ni teórico chatarra, entiende que su deber como intelectual consiste en motivar la reflexión, hacer pensar y articular la conciencia crítica. El mejor ejemplo de este deber del intelectual lo constituye el ensayista y escritor Émile Zola, autor de entre otras, de la novela Germinal. Zola, pudiendo gozar de los parabienes y llevar una vida tranquila y llena fama, en la sociedad de su tiempo, opto por levantar el grito de Yo acuso. Se trato de una carta abierta dirigida al entonces presidente de la República de Francia en defensa del capitán Alfred Dreyfus, condenado a prisión perpetua en la Isla del diablo, por supuesto delito de traición a la Patria.
Zola, no sólo publicó sus propios panfletos, distribuyéndolos en mano destacando, entre otros, su exhorto a la Juventud francesa, además, el 13 de enero de 1898, L'aurore, el diario parisino de la élite ilustrada, publicó, en portada, su carta abierta dirigida a Félix Faure, presidente de la República. Bajo el título J'accuse! , denunciaría con lucidez la trama de imposturas, manipulaciones y mentiras, llenas de un patriotismo ramplón y antisemitismo a los miembros del tribunal que redactaron la sentencia contra Dreyfus.
Yo acuso, se ha constituido en el acto legitimador y el modelo de la intervención de los intelectuales en los asuntos públicos. No en vano la palabra "intelectual", fue acuñada para describir la noble, ética y recta actitud de Zola, que Anatole France definió como "un momento privilegiado de la conciencia humana".[24] "En cuanto a la gente a la que acuso, no les conozco, nunca les he visto, no siento ni rencor ni odio contra ellos. para mí son tan solo entes, espíritus de la maldad social. El acto que realizo aquí es solo una forma revolucionaria de adelantar la explosión de la verdad y la justicia. Solo tengo una pasión, la de la luz, en nombre de la humanidad que ha sufrido tanto y tiene derecho a la felicidad. Mi protesta ardiente es sólo clamor de mi alma. ¡que alguien se atreva a hacerme comparecer ante un tribunal y que el juicio tenga lugar a la luz del día!. Estoy a la Espera."[25] La respuesta no tardo. Fue perseguido, difamado y llevado a los tribunales, teniendo que ir al exilio, a su regreso a Francia, años más tarde, Zola moriría en extrañas circunstancias.
Curiosamente esta acepción de la palabra intelectual, expresión de conciencia crítica y rechazo a la razón de Estado, fue utilizada por los detractores de Zola con un sentido despectivo, para indicar lo inadecuado de la participación de escritores, pintores o científicos en los asuntos públicos. Con el tiempo, esta acepción peyorativa ha desaparecido y la palabra alude a la valentía y voluntad crítica del intelectual frente a los abusos cometidos por el poder. Como señala Charles W. Mills, al definir y acotar la tarea política del intelectual, su función consiste en "....imputar a los que tienen el poder y lo saben, grados variables de responsabilidad por las consecuencias estructurales que descubre por su trabajo que están directamente influidas por sus decisiones(...) y a quienes regularmente carecen de tal poder y cuyo conocimiento se limita a su ambiente cotidiano, les revela con su trabajo el sentido de las tendencias y decisiones estructurales en relación con dicho ambiente y los modos como la inquietudes personales están conectadas con los problemas públicos; en el curso de esos esfuerzos, dice lo que ha descubierto concerniente a las acciones de los más poderosos. Estas son sus principales tareas educativas y son sus principales tareas públicas cuando habla a grandes auditorios."[26]
En este momento de crisis del capitalismo, hemos señalado, la palabra es un arma fundamental para cambiar el mundo. Sin un lenguaje que nos identifique, el poder y el sistema se encargará de producir los conceptos, transformándonos en el muñeco del ventrílocuo, que sin voz propia, mueve los labios para decir lo que el amo desea.[27]
Por eso, una de las virtudes del movimiento de indignados consiste en tener voz propia. Nadie habla por ellos. Son sus miembros quienes, con el fin de proponer, denunciar y construir alternativas, han creado su lenguaje. En esta causa no están solos. Su experiencia, sin duda única, se suma a las luchas por la dignidad, la justicia y la democracia, cuyas raíces pasan el grito ¡Ya basta! lanzado desde la selva Lacandona el 1 de enero de 1994, por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. Su emergencia anticipó el carácter, abajo y a la izquierda, de los movimientos y luchas, que en pleno siglo XXI, marcan el camino contra el neoliberalismo y en defensa de la humanidad.
5.- ¿Y ahora qué?.Organizar la indignación
Al asombro inicial, las solidaridades y las muestras de afecto hacia el movimiento de indignados, le sucede un vacío seguido de la pregunta: ¿Y ahora qué?. En esta dinámica se dibujan múltiples escenarios. Las comparaciones proyectan modelos de actuación y patrones de comportamiento. Hay quienes ven en las acampadas y el 15-M el germen de una revolución horizontal. Otros se decantan por construir un partido político y buscar alianzas con las fuerzas de izquierda ya existentes. En medio, un sin fin de opciones. Los argumentos en pro de unas u otras se agolpan, pero todas confluyen: sin organización no hay continuidad. El problema es cómo se construye y cuáles serían sus metas. Es aquí donde surge el desencuentro entre los hacedores del 15-M.
Han sido muchos los que se han incorporado a posteriori, sobre todo los militantes de la izquierda española procedentes del Partido Comunista, Izquierda Unida, pero también de las juventudes socialistas, los grupos anarquistas, Ecuo y los llamados progresistas. A muchos de ellos, el movimiento 15-M les pilló fuera de juego, confiaban en los circuitos tradicionales y se movían en ellos. Si los grandes sindicatos no convocaban manifestaciones, se rehuía cualquier contacto con plataformas autónomas, redes alternativas y desde luego muy politizadas.
Hubo múltiples convocatorias para tomar las calles. Unas contra la privatización del agua, la externalización de los servicios de salud pública, por una vivienda digna o el rechazo al Plan Bolonia. Lo común fue la poca asistencia y escasa cobertura de prensa. Se volvieron invisibles. La convocatoria del 15 de mayo era una manifestación entre otras muchas cuyo común denominador era lo marginal de sus convocantes. Curiosamente, contó con un despliegue informativo sin precedentes. Estaban las televisiones, la prensa escrita y las radios. ¿Porqué?. La respuesta es aún misterio.
Han trascurrido cuatro meses, y en su devenir se han llevado a cabo las marchas de la dignidad hacia Madrid, se han tomado Plazas y luego abandonado, y también ha entrado en escena la represión policial. Se acabó el contemporizar. Acólitos y críticos se cruzan descalificaciones. Quienes ven con recelo la deriva del 15-M centran sus argumentos en el discurso antipartidista. Ni de derechas ni de izquierdas. Esta declaración ha sido suficiente para que los militantes de Izquierda Unida se sientan interpelados, arguyen que hay que diferenciar entre el bipartidismo PSOE y PP y su coalición. Dudan del discurso "apartidista". Lo tachan de confuso o directamente reaccionario. Ellos no son conscientes de haber participado en un entramado light para enfrentar los recortes salariales, la falta de democracia, las políticas privatizadoras y los megaproyectos. Miran hacia otro lado, declarando lo impoluto de su organización en temas de corrupción y tráfico de influencias. No son conscientes que tras las últimas elecciones, sus dirigentes, en algunos ayuntamientos, sellan alianzas con el PSOE. Tampoco aceptan, que una parte del malestar de los indignados, hacia su organización, esté relacionada con formar parte de la política de arriba. Las constantes purgas, discusiones y salidas de militantes de Izquierda Unida hacia otras organizaciones constata la presencia de los mismos males que padece toda la política de arriba.
En el otro lado, se hayan quienes se consideran impulsores del movimiento y cuyo discurso apela al sentido inclusivo del movimiento 15-M, donde cabrían progresistas, apartidistas, anticapitalistas, antisistémicos, gentes de izquierda y también de centro derecha. Proabortistas, antiabortistas, defensores de la universidad laica o religiosa, pública o privada. En ello estriba, dicen, su fuerza y también su debilidad. Integrados en las asambleas y comisiones, unos y otros influyen rebajando, en muchas ocasiones, el nivel de las propuestas. Censuran y discriminan. El carácter asambleario y de comisiones supone un tope a sus acciones. Se practica la democracia pero se burocratizan las decisiones. La necesidad de aprobar por consenso no garantiza el cumplimiento de lo acordado. Es un arma de doble filo, se confunde con unanimidad y si hay quien se declara radicalmente en contra, la propuesta se elimina del consenso. La casuística para sortear escollos es variopinta. Así avanza un movimiento entre cuyos principios irrenunciables está cuestionar y poner en evidencia las malas artes de la clase política. Mínimo imprescindible para abrir la puerta y construir una plataforma desde abajo. Nadie puede vaticinar su futuro en el medio y largo plazo. Sin duda, su presencia ha cambiado por completo el panorama político en España. Una juventud con la cabeza bien amoblada, dispuesta a trabajar y sacar adelante una plataforma de mínimos democráticos es un oasis en medio del desierto. Han creado prácticas democráticas allí donde había verticalismo, falta de diálogo y sectarismo. La sola convocatoria de asambleas de barrio y pueblos en cientos de ciudades de España, era algo impensable hasta el 14 de mayo de 2011. En este sentido "...lo más relevante es que esa propuesta ha sido organizada por una nueva generación que ha entrado en la acción colectiva por primera vez y que muy rápidamente se ha dotado de un grado de autoorganización y creatividad admirables, demostrando así que no sólo está criticando la política oficial sino está poniendo en práctica otra política y otra forma de hacerla."[28]
Hay mucho camino que andar. Aprobar propuestas por consenso obliga a dialogar, extender y ejercer la crítica. Sin duda, retrasa las decisiones, pero es un verdadero ejercicio democrático. En esta lógica, las asambleas de barrio y pueblos permitirán dar continuidad a un proyecto nacido desde abajo y en pro de recuperar el espacio público una vez desmanteladas las acampadas. Se trata de hacer visible la protesta donde jóvenes, estudiantes, desempleados, amas de casa, trabajadores jubilados y profesionales se reconocen en la participación política y pública. Ha sido una catarsis donde los ciudadanos, en su dignidad y en su lucha contra la injusticia, la corrupción y la desigualdad, ponen en común sus propuestas, la rebeldía y la indignación.
Sin embargo, nada se cambia de la noche a la mañana. Hay que ir paso a paso. Sumar voluntades. Unos aportando experiencia y aprendiendo nuevas prácticas con humildad y sin protagonismos mediáticos. Mientras tanto, otros, una generación que pisa fuerte se hace protagonista de su futuro. Entre todos, debemos rescatar la política de quienes la han secuestrado haciendo de ella un oficio espurio, alejado del bien común y dependiente de los poderes empresariales y financieros. El esfuerzo vale la pena. Ojalá entre todos logremos el objetivo, por ello la indignación se organiza.
6.- ¿Quien controla el 15-M?
Todos pueden sentirse indignados, el concepto remite a cualquier persona y situación. El diccionario de la real academia de la lengua española nos propone la siguiente definición: "ira, enojo, enfado vehemente contra una persona o contra sus actos." Los motivos o causas para sentir tal estado de ánimo no tiene cotas. Podemos indignarnos por un mal arbitraje deportivo, por una infidelidad, por una mentira, por una estafa o por un atasco en la carretera. En estas situaciones la indignación tiene en un denominador común, la perspectiva individual, el yo por encima de todo. Pero cuando la indignación se hace colectiva, los factores psicosociales, la realidad política, económica, cultural y de género cobran un rol determinante en su formación y desarrollo. Emerge ese nosotros anteriormente descrito. Las protestas contra la guerra de Irak mostraron un rechazo al uso de la fuerza provocando movilizaciones en todo el mundo, la indignación se canalizó colectivamente. Bien es cierto que las razones por las cuales unos y otros llegaron a confluir era de naturaleza bien distinta. Un sector, proveniente de la socialdemocracia y grupos progresistas, los mismos que años atrás apoyaron la primera guerra del golfo, mostraron su desafección, al no contar, la invasión, con una resolución favorable de Naciones Unidas. Otros, desde la izquierda, estaban radicalmente en contra, entendían que violaba el derecho internacional y nada hacía pensar en la existencia de armas de destrucción masiva. La historia les dio la razón a estos últimos. A pesar de ello, ambos grupos coincidieron en una consigna: NO A LA GUERRA.
La indignación colectiva en España, tiene pues antecedentes. Otro momento fueron las manifestaciones ocurridas tras los atentados del 11 de Marzo de 2004 en la estación de Atocha y trenes de cercanías. Tal acción de terrorismo suscitó un rechazo a la barbarie. Sin embargo la indignación colectiva se dirigió también hacia actor, el gobierno de Aznar. Muchos de sus dirigentes fueron abucheados, sufrieron insultos, y en algunos casos, tuvieron que abandonar las manifestaciones. No se comprendía la mentira y la forma de encarar el atentado terrorista. Aquí, la indignación asume una acepción que el diccionario lo entiende como indignidad: "motivo de incapacidad sucesoria por mal comportamiento grave". Los ciudadanos manifestaron indignación y consideraron indigna la acción del gobierno del PP. La indignación tuvo esta doble vertiente contra los autores materiales del atentado y contra el gobierno.
Sin embargo, el Partido Popular hizo otra lectura, inscrita en la teoría de la conspiración. Primero negando la autoría de los atentados a células de Al Qaeda y relacionándolos con ETA. Según los ideólogos del Partido Popular, ETA buscaría revertir y desestabilizar el proceso electoral a celebrarse el 14 de marzo, siendo los atentados un montaje para arrebatarles el gobierno y beneficiar al PSOE. El triunfo contra pronóstico de Rodriguez Zapatero, dicen, avala la tesis. En esta línea, la dirección del PP acata pero no acepta, salvo excepciones, la sentencia judicial dictada por la Audiencia Nacional, condenando, como autores materiales e intelectuales del 11-M, a las células islamistas vinculadas a Al Qaeda. Y en segundo lugar, señalan que los atentados tuvieron un segundo momento. Fue el posterior "acoso" organizado por dirigentes del PSOE a sus sedes partidarias en la jornada de reflexión. Lo cual, no solo era un atentado contra el Partido, además violaba la ley electoral y perjudicaba su imagen. La cúpula del Partido Popular mantiene hasta hoy, que fue víctima de un complot conspirativo con el fin de despojarle del gobierno de la nación.
Con el 15-M, la teoría conspiradora también está presente. Serían hilos movidos por oscuros intereses destinados a favorecer cambios para mantener el control del sistema y seguir dominando, sin contrapesos y desbaratando cualquier alternativa de izquierda. A los partidarios de esta lectura no le faltan razones y presentan pruebas. Su aparición a siete días de unas elecciones autonómicas y municipales, da que hablar. Algunos plantean que su emergencia, en medio de una sosa campaña electoral, precipitó la debacle del PSOE el 22 de mayo y favoreció el triunfo del Partido Popular. En este caso la teoría de la conspiración se decanta por una mano negra proveniente de la derecha. Así, se cita a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien mostrara su afinidad con los indignados, dándoles un voto de confianza. "La izquierda está intentando manipular el movimiento Democracia Real Ya contra el Partido Popular (...) este movimiento es muy heterogéneo ya que en él hay personas que tienen reivindicaciones y en algunos casos una indignación muy justificada de lo que está pasando". [29]
Pero, también desde la derecha, José Maria Álvarez Cascos, ex ministro de Aznar y ex-secretario general del PP, asumía la teoría de la conspiración, asignándole al 15-M un rol desestabilizador desde la izquierda: "Todos estos movimientos no son casuales, ni son espontáneos ni en las fechas ni en los contenidos...Tengo las evidencias de que siempre se eligen los momentos en los que el que quiere mantener el poder necesita utilizar el juego sucio y no tengo ninguna duda de que detrás de este montaje que se está produciendo y que se está instrumentalizando a gentes, son sinceramente de izquierdas".
En ambos casos, provenga de la derecha o de sectores pertenecientes a la izquierda, El 15M, no sería un movimiento espontáneo, ni tampoco nacido, como lo han divulgados los medios de comunicación social, resultado del tesón de cuatro personas pertenecientes a la Plataforma Democracia Real Ya, a los cuales se les atribuye todo el éxito de los "indignados".[30] Su origen prefieren situarlo en el despliegue de estrategias diseñadas para introducir reformas políticas de hondo calado en la sociedad española. Reformas que hacen necesario la emergencia de determinados movimientos sociales sobre los cuales se apoyarían y justificarían las reformas radicales. Sin llegar a ser idéntica a la tesis explicitada por Naomi Klein en su libro: La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre.", quienes avalan la teoría de la conspiración , la sitúan en este escenario.
Serán los grupos pertenecientes a la izquierda quienes mejor fundamenten la existencia de una teoría conspirativa para hablar del 15-M. Sus argumentos no son baladíes y están fundados en una perspectiva más elaborada y de más hondo calado. Los abonados a la teoría de la conspiración desde la izquierda, confluyen en señalar que se trata de una estrategia inscrita al interior de la guerra psicológica, uno de cuyos objetivos busca transformar la sociedad civil en el medio y largo plazo, dirigiendo los cambios de manera sincronizada. Para este fin, se apoyaría en organizaciones ex-post, cuyo rol sería darles legitimidad institucional y justificación política. Así, uno de los documentos más difundidos en la red, que alerta del peligro de un movimiento como el 15-M, lleva como título: "Movimiento 15M: atención a la guerra psicológica o guerra de 4ª generación."
Curiosamente su redacción no tiene autoría. Pero su contenido no tiene desperdicio: "En plena euforia mediática de la 'revolución democrática' de los 'indignados' en España señalamos que se trata (y más allá de la buena intención de sus participantes) de una nueva estrategia de movilización masiva basada en un trípode convergente: Internet, teléfonos celulares y grandes cadenas mediáticas...Estas herramientas de movilización y protestas masivas como la que está funcionando en España, atacan al 'empleado' (los políticos) y preservan los intereses del Estado y el sistema capitalista, sirviendo funcionalmente como instrumentos de 'golpes democrático-institucionales' por medio de los cuales los grupos de poder local definen su interna electoral y su guerra por el control del gobierno y del mercado interno (...) Precisamos que se trata de una nueva herramienta de movilización y manipulación de conducta social (orientado y detonado desde técnicas de guerra psicológica) presentado como si fuera un 'fenómeno espontáneo' de las redes en Internet (...) Para entender lo que hay detrás de lo que hoy se presenta mediáticamente como 'rebeliones espontáneas' contra diferentes gobiernos, hay que bucear en los manuales de la Guerra de Cuarta Generación, que es el término usado por analistas y estrategas militares para describir la última fase de la guerra imperialista de conquista, en la era tecnológica de la informática y de las comunicaciones globalizadas. el desarrollo tecnológico, telecomunicacional e informático, la globalización del mensaje y las capacidades de influir en la opinión pública mundial, convirtieron la Guerra psicológica Mediática en el arma estratégica dominante de la Guerra de Cuarta Generación, a la que se agregó una variante 'contraterrorista' tras el 11S. En su desarrollo mediático-social, los jefes de Estado Mayor de la Guerra psicológica ya no son militares, sino expertos comunicacionales en insurgencia y contrainsurgencia, que sustituyen a las operaciones militares (...) Ya no se desarrollan sus planificaciones en unidades o cuarteles militares, sino en laboratorios encubiertos de las grandes estructuras mediáticas de comunicación masiva y las redes de internet infiltradas por la inteligencia...." [31]
Siguiendo esta lógica, Antiimperialista.blogia.com, publica otro artículo: "El 15-M como punta de lanza de nuevas reformas neoliberales. Coincidencias entre el Informe Transforma España de la Fundación Everis y el 15-M". Su lectura no deja indiferente, más aún, cuando apela a que uno de los portavoces iniciales del 15-M, entrevistado repetidas veces por televisión española y otros medios de información, resulta ser Tomasz Szabelewski, consultor de negocios de la Fundación Everis, asesor de Business Consultant en Horus Strategy, asistente de comunicación en Splenter Films. El artículo sugiere que el Informe redactado en 2010 y entregado al Rey: Transforma España: "propone, al igual que el movimiento 15-M, una superación del actual marco o sistema político y económico, pues (como ambos afirman) ya no es útil en estos momentos históricos para dar solución a los problemas de la sociedad española, frente a los cuales, plantea también propuestas calcadas a las del 15-M, como la reforma del actual modelo de Estado (herramienta principal de dominación de clase), la reforma del sistema político y del sistema financiero español. (...) Pero que nadie se engañe, (...) tras la idea de una reforma de la política española, no está el propósito de conseguir más democracia, sino una mayor concentración de poder(...) Las coincidencias entre las críticas del Informe Transforma España y el movimiento 15-M, hacia las deficiencias del actual sistema político económico, así como los métodos para superarlas, propuestos por ambos no son casuales (...) Todo apunta, por lo tanto, a un plan perfectamente trazado y elaborado, desde hace unos años, por la oligarquía financiera española y mundial, para llevar a cabo una renovación y un fortalecimiento del sistema esclavista neoliberal, disfrazado bajo proclamas de intelectuales seudoizquierdistas (pero marcadamente globalistas) como Stéphane Hessel (Indignaos) o Federico mayor Zaragoza (reacciona) y camuflado bajo la apariencia de demandas populares...En otras palabras, se busca una reorganización, en toda regla, del sistema imperial-capitalista..."[32]
Empresarios, banqueros, comerciantes, militares y políticos pueden sentir la indignación en sus carnes. Nada impide que los fabricantes de productos tóxicos se indignen si son obligados a realizar un estricto control de seguridad medioambiental, incrementando el coste de producción y disminuyendo sus ganancias. Los banqueros estarán de morros si no pueden subir los intereses de manera arbitraria. Los comerciantes mostrarán su ira si deben pagar impuestos adicionales si abren sus instalaciones los días festivos. La clase política puede enfadarse si se ponen al descubierto sus prerrogativas como viajar gratis en primera clase, gozar de descuentos en hoteles de cinco estrellas, cobrar viáticos en comisión o gozar de un plan de jubilación ad-hoc. Los militares igualmente se indignan si les recortan el presupuesto en armas.
La teoría de la conspiración alude a estrategias y presiones para direccionar el cambio social. Crear dinámicas, favorecer estados de opinión, movilizar a la población para, posteriormente, legitimar reformas políticas. Los objetivos pueden ser directamente apoyar un golpe de Estado, fomentar el caos, crear miedo e incertidumbre o modificar una constitución política. ¿Cómo se explica la actuación de los mal llamados mercados?. Baste recordar las manifestaciones dirigidas por la derecha chilena para derrocar el gobierno de Salvador Allende. No olvidemos que la primera "cacerolada", las mujeres golpeando ollas, se organizó por los partidos de la derecha para desestabilizar el gobierno y protestar contra la carestía de la vida y la falta de alimentos, aunque no contra sus causas, el mercado negro y el desabastecimiento, inducido por el acaparamiento de comerciantes e industriales que se sumaban a la estrategia golpista.
Se pueden plantear horizontes futuribles que contemplen modificaciones radicales en las políticas públicas y sociales como sanidad, vivienda, educación, trabajo, natalidad o pensiones. Escenarios diseñados para funcionar en el medio y largo plazo. Cerrar fisuras. Los partidarios de la teoría de la conspiración ven en el 15-M un instrumento idóneo, ligado al neoliberalismo donde el movimiento formaría parte de una estrategia global tendente a favorecer la consolidación de una sociedad totalitaria, altamente desigual y sin más horizonte que la sumisión y la pérdida de valores democráticos y libertarios. Algo que no dista demasiado de los análisis propuestos por Daniel Estulin, maestro de la teoría conspiradora, para explicar la acción del Club Bilderberg, como los verdaderos controladores y amos del mundo.[33]
7. Un control menos conspirativo
Sin duda, el 15M está sometido a tensiones. No es fácil articular consensos ni definir actuaciones. Requiere paciencia y mucho diálogo. Hoy su existencia genera complicidades y sus reivindicaciones son compartidas por una mayoría social. De aquí los intentos por controlar y dirigir sus decisiones. Y es justamente su papel protagónico el que le hace ser objeto de apetencias por Tirios y Troyanos. Como bien señala Jaime Pastor: "...parece incuestionable la centralidad de este movimiento en el nuevo ciclo que por fin se abre y, a la vez, sería destructivo para él convertirlo en campo de confrontación o instrumentalización por parte de deferentes corrientes políticas. Más bien, habría que apostar por que siga descubriendo nuevas grietas en el sistema para sí ir abriendo brechas que contribuyan a la construcción progresiva de un bloque social, político y cultural contrahegemónico frente al bloque actualmente hegemónico y en ascenso de la derecha. Los partidos de la 'izquierda de la izquierda', el nuevo sindicalismo alternativo que sea capaz de emerger a la superficie incluso dentro de los sindicatos mayoritarios, así como los distintos movimientos sociales alternativos deberían insertarse en ese proceso de construcción del bloque antagonista con humildad y deseos de aprender de toda creatividad que en sus debates, formas de organización y repertorios de acción está mostrando el 15-M para poner en práctica efectiva otra política y otra forma de hacerla. "[34]
Sin apoyarse en la teoría de la conspiración, hay quienes plantean dudas acerca de la transparencia, objetivos y propuestas en relación con algunas organizaciones presentes en el 15-M. En este caso la mayoría de ellas recaen sobre la Plataforma Democracia Real Ya. Y no puede ser de otra manera, fueron ellos quienes tuvieron un mayor protagonismo en la convocatoria del 15-M. Su presencia en el 15-M no se cuestiona, pero existen opiniones contradictorias que circulan aludiendo a su financiación, excesivo protagonismo y opacidad en sus dirigentes. No se trata de una descalificación de DRY. Entre sus miembros y portavoces hay militantes del Partido Comunista, Izquierda Unida, intelectuales y profesionales que no tienen dobleces. Las dudas se centran en su papel dentro del 15-M y sus objetivos como plataforma. En cualquier caso, nada que no pueda ser explicado en el fragor de la lucha legítima por ganar protagonismo y direccionar el 15M. Aunque la política de intoxicación y del rumor vengan acompañadas de severas críticas a sus dirigentes. En este caso, la última batalla que se está librando alude a Fabio Gandara, portavoz de DRY y considerado cofundador de la plataforma.
Kaosenlared, una de las páginas digitales más consultadas por la izquierda, publica un artículo donde se citan intervenciones y actuaciones del aludido, al margen de la dirección de DRY , cuestionando su comportamiento. Bajo el título: "Aventuras y desventuras de Fabio Gandara, "portavoz de DRY y un "gran" político en ciernes".[35] su autor Pedro Antonio Honrubia, se despacha a gusto. En el fondo de la crítica resalta el exceso de protagonismo y su personalismo, cuyo resultado sería manipular DRY y direccionarlo para sus propios intereses. Acusado de mantener "extrañas" amistades y relaciones con representantes de la derecha política y el PSOE, Gandara escribe en su facebook, según kaosenlared: : "Sinceramente, estoy pensando en que DRY está dejando de tener sentido...Creía que iba a ser cuestión de tiempo que nos reorganizásemos para convertirnos en una organización abierta pero muy proactiva, que frente a procesos "más populares" en los que se fomentaba ante todo el debate, íbamos a poder ser una especie de foro dinamizador del 15-M, con capacidad de trabajo, reacción rápida y de desarrollo de actuaciones bien pensadas. Desgraciadamente, no veo nada de eso: frente a todo pronóstico, somos totalmente incapaces de organizar y dinamizar absolutamente nada: ni en cuanto acciones, ni en cuanto a contenidos. Llevamos ya mucho tiempo yendo por detrás de los acontecimientos, sin tener una mínima estructura de trabajo y sin tener ni una puñetera idea de a dónde vamos. desde las acampadas organizan debates alternativos al estado de la nación, charlas de expertos, canales de video, acciones, contactos con activistas de otros países, desarrollan propuestas y contenidos con ayuda de expertos...Por otro lado, un grupo de 15 personas es capaz de montar un referéndum para promover cambios reales en la sociedad. podrá tener sus errores, pero que es una iniciativa muy trabajada, innovadora e impactante. mientras tanto, en DRY sólo sabemos debatir durante horas en asambleas para no acabar haciendo absolutamente nada de cara a la sociedad. Y se esto es así en los grupos locales, ya no digamos a la hora de hablar del grupo general, un nido de mal rollo en el que en vez de salir propuestas solo hay gente analizando conspiraciones contra DRY y fiscalizando las actuaciones de sus compañeros de otras ciudades...No sé, cada día que pasa estoy más desilusionado con todo esto, y no veo nada que pueda devolverme la ilusión que un día tuve, a pesar del cariño que os tengo a la mayoría de vosotros".[36]
No hay duda, los rumores, las batallas internas y las descalificaciones hacen mella en el movimiento. Reales o no comprometen no sólo a las personas sino también a sus organizaciones y con ello dan pie a malas interpretaciones y sobre todo al desarrollo de argumentos para avalar las tesis de la conspiración.
En este sentido la propia estructura del movimiento de indignados y el 15M es un dique de contención para aquellos que quieren manipular y hacerse con el control del proceso de decisiones en su interior. Su heterogeneidad, horizontalidad y carácter asambleario lo impide. Y aunque, en origen, hubiese sido un proyecto diseñado por los tanques de pensamiento e instituciones neoliberales para apuntalar el sistema, hoy, se les ha ido de las manos. El 15-M, tiene una dinámica propia, cuya independencia y autonomía respecto a las organizaciones que le dieron vida, supone que el todo es más que la suma de las partes. Esa es su grandeza y también su debilidad.
Los intereses que puedan tener organizaciones y militantes de las mismas, que participan del 15-M, se inscriben, lo hemos apuntado, dentro del juego político, la necesidad de conseguir aliados para impulsar proyectos, programas y convergencias. Lo hemos señalado con anterioridad, entre los miembros del 15-M se pueden reconocer activistas del partido comunista, izquierda anticapitalista, ATACC, PSOE, Izquierda Unida, Equo, anarquistas, demócratas radicales, progresistas, a la par que sindicalistas pertenecientes UGT, CCOO, CGT, etc.. Todos actúan abierta y sin tapujos, pero no lo hacen en representación de sus organizaciones, sino a título personal. Los conflictos emergen cuando dichas organizaciones buscan apoyos intentando direccionar las asambleas, introduciendo consignas y postulados al margen de la dinámica asamblearia del 15-M. Aún así, este tipo de actuación y conflictos no se podrá evitar, es una de las señas de identidad del 15-M.
Por ello intentar controlar el 15-M se antoja difícil, por su propia dinámica, lo cual no supone estar fuera de las lógicas inherentes a las acciones colectivas. Los protagonismos personales, los deseos de formar parte de la política espectáculo, son auténticas trampas que en algunos casos funcionan. La debilidad del carácter y el oportunismo se aúnan para crear un coctel peligroso. Siempre el sistema juega esa carta, ofreciendo una buena carrera política, un buen futuro profesional. No solo el dinero puede ser motivo de corrupción.
Creo, sin embargo, que el verdadero peligro que afronta el 15-M y contra el cual debe lidiar cotidianamente para evitar su destrucción, es el papel de los infiltrados. Los miembros del 15-M han acuñado dos conceptos para referirse a ellos. En las comisiones de trabajo, las asambleas de barrio y las manifestaciones se habla de los Trolls o "Troles", acepción que nos sitúa en el mundo de los gnomos. Los trolls son gigantes cuya rol consiste en hostigar, perseguir y molestar a los pequeños gnomos. Siempre están impidiendo que hagan sus labores, los secuestran, amordazan y hacen cosquillas, en definitiva, romper su dinámica y los tienen en constante vigilia. En el 15-M, los trolls, se homologan a quienes buscan reventar el movimiento. Suelen intervenir en las asambleas con discursos que retrasan sine die la posibilidad de consensuar mínimos. Configuran un grupo cuyo objetivo busca desarticular el 15-M. Perfectamente podrían caer en la categoría de "quinta columna". Sus métodos coinciden con los utilizados por los servicios de inteligencia y la contrainsurgencia. Entre otra de sus tácticas de actuación esta el uso del rumor y la intoxicación informativa. Por ejemplo, en la actualidad se extiende y corre boca a boca, y en la red, que una parte del 15-M quiere formar un partido para estar presente en las instituciones. Las alarmas se disparan y todos miran hacia los lados. ¿Quien,?; ¿Dónde?; ¿Por Qué?. También, cuando la policía reprimió con fuerza y se produjeron los heridos en la Plaza de Cataluña, se hablo de al menos un muerto víctima de las palizas. El rumor acabó por hacerse noticia en la red. Pero al igual que vino se esfumó sin saber cómo ni cuándo. Hay muchos ejemplos de lo anterior, su objetivo: paralizar el 15-M. Su presencia es difícil de evitar y responde, efectivamente a una conspiración.
Otra categoría de infiltrados son los llamados "mirones", ojos, y oídos del sistema. No hablan, escuchan y toman notas. Son informantes de la policía y de los servicios de inteligencia, su trabajo consiste en tener identificados y controlar a los miembros más activos del movimiento. Actúan en barrios, asambleas y comisiones. No se debe caer en una paranoia y tener delirio de persecución, pero existen. Se camuflan perfectamente y son difícil de identificar. Por ello no se puede caer en acusaciones gratuitas como las realizadas por el columnista de Público, Ignacio Escolar, quien irresponsablemente señaló a un manifestante como miembro de la policía secreta, su único criterio para colgarle el san Benito fue la edad y la vestimenta. Los daños causados son irreparables. Aquí se debe tener cuidado. Lanzar acusaciones sin fundamentos es otra manera de dividir el movimiento 15-M. Señalar con el dedo y descalificar a personas honestas, cuyo pecado es vestir con chaqueta y corbata o con camisas de marca es una irresponsabilidad. En este sentido, no está lejos el argumento esgrimido en épocas de guerra fría, para descalificar a militantes díscolos, que acusarlos de ser agentes de la CIA. Sin duda los hubo. Pero en muchos casos se trató de una caza de brujas, acusaciones sin fundamento y deseos de quitarse del medio a militantes incómodos. Sin ir más lejos tenemos el asesinato de Roque Dalton en El Salvador, uno de los poetas más destacados de América latina. Acusado de ser espía y agente de la CIA, fue sometido a juicio por su organización y condenado a muerte. Su verdugo fue el ex-comandante del FMLN, Joaquín Villalobos, en la actualidad asesor de fundaciones neoconservadoras. de más está decir que las acusaciones carecían de fundamento y se construyeron como pretexto para su asesinato.
El movimiento 15-M sufre los embates propios de una organización horizontal y asamblearia cuya crítica al sistema se enfrenta a las políticas enmarcadas en el mundo de lo políticamente correcto. Bien pudiera ser que tenga claroscuros y sus orígenes se hallen vinculados a la teoría de la conspiración global. Se pueden aportar argumentos, aquí lo hemos hecho. También se puede aducir que su presencia puede ser utilizada para impulsar reformas antidemocráticas. También hay avales para tal interpretación. Basta con citar, nuevamente a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien ha salido a la palestra solicitando la creación de una policía autonómica. El pretexto, la existencia del movimiento de indignados y el 15-M, cuyos miembros se han adueñado de las plazas y los espacios públicos. Para esta petición, Esperanza Aguirre contó con la inestimable colaboración del grupo mediático Intereconomía, una de sus publicaciones, La gaceta de los negocios, en su portada del 29 de agosto, y bajo el título: "Estos son los indignados que Interior no identifica", publica la foto de diez participantes en las asambleas. Esta actitud es un llamado a la extrema derecha para acosar, perseguir y atentar contra dichas personas. Pero es parte de esta guerra mediática para deslegitimar al 15-M y de paso montar la teoría conspirativa señalando al PSOE como un instigador en la sombra de los indignados.
Igualmente, alcaldes de pueblos de Madrid, han dictado sendas normativas impidiendo las reuniones en plazas y en espacios públicos por alterar el orden público y la convivencia ciudadana. Sin duda, estas prácticas anti-democráticas no pueden achacarse únicamente a la existencia del 15-M. En pueblos de Madrid, cuyos ayuntamientos son gobernados por Izquierda Unida, tal es el caso de Rivas-Vaciamadrid, con una población superior a los setenta mil habitantes. En sesión plenaria y a propuesta de Izquierda Unida, se aprueba por mayoría absoluta, una ordenanza que limita la libertad de expresión. su contenido impide repartir, pegar o distribuir propaganda política y social de grupos políticos y sindicales sin previa autorización del ayuntamiento. Debiéndose comunicar con cinco días de antelación. Curiosamente esta normativa no afecta a la propaganda comercial de empresas con ánimo de lucro.
Así, podríamos enumerar decenas de actitudes autoritarias y antidemocráticas en ayuntamientos gobernados por la izquierda y no solo aquellos donde el Partido Popular o coaliciones de derechas mantienen el poder municipal. Muchas de estas limitaciones a la libertad de expresión se han producido antes de la aparición del 15-M y otras, sin duda son consecuencias del mismo, pero no hay una relación causa -efecto. No debemos olvidarnos de la correlación de fuerzas y en estos momentos no es precisamente favorable a las clases populares y a las políticas desde abajo y la izquierda. "Debemos pensar...mas en cómo ir generando un amplio y masivo movimiento de desobediencia civil que sea capaz de ir deslegitimando en los hechos las injustas políticas que desde el gobierno central, l las Comunidades Autónomas y muchos ayuntamientos se querrán aplicar. Será de los frutos que puedan ir creciendo de esta oposición social como podrá nacer también savia nueva para esa izquierda tan necesaria". [37]
8.- A modo de reflexión final
Tal y como planteamos al principio, la emergencia del 15-M trae aires nuevos y constituye una experiencia ligada necesariamente a los avatares del capitalismo de economía de mercado. Igualmente los movimientos de indignados de todo el mundo comparten ser hijos de esta última expresión del capitalismo salvaje y predador de la naturaleza y el ser humano.
El neoliberalismo, con su política depredadora y de sobreexplotación lleva consigo el estigma de la muerte. Son decenas las especies pertenecientes a la flora y fauna del planeta que se han extinguido en los últimos cuarenta años, con el consiguiente empobrecimiento de la vida y pérdida de biodiversidad. Su acción ha generado un punto de inflexión que también se expresa en la propia especie humana, disminuyendo su calidad de vida y sus expectativas de una longevidad sana. Es posible, sin duda, que los humanos permanezcamos mas años sobre la faz de la tierra, pero el deterioro del cuerpo la hace perder en esencia la dignidad. El desarrollo de asociaciones de muerte digna expresa esta nueva realidad.
Hoy se puede afirmar sin duda que existen mejores condiciones de vida. Los avances científicos y técnicos que se han incorporado a la vida cotidiana nos permiten ganar en comodidades. Desde el ordenador, el teléfono móvil, el microondas , las fibras sintéticas, y el nuevo instrumental médico para la detección de enfermedades y las técnicas para la fecundación in vitro pueden ser un buen ejemplo. También se han desarrollado vacunas contra la malaria y otras enfermedades endémicas. Gracias a los avances médicos y la investigación primaria se han fabricado medicamentos de última generación que hacen más llevaderas enfermedades crónicas. Nadie negaría que estos avances conllevan un cambio social profundo en la pirámides de población y en la vida cotidiana. Pero esto es una cara más optimista. Aquella que los señores dueños del poder y el dinero se esmeran en presentar como la única posible para valorar los efectos positivos del capitalismo sobre la sociedad humana.
Pero esta presentación oculta otra cara. La producción en serie de alimentos transgénicos cuyos efectos en el organismo provocan enfermedades con diagnósticos de cáncer y muertes prematuras. Su producción tiene como única meta la lógica de mercado y el control alimentario por parte de empresas transnacionales como Monsanto, Bayer o Nestlé. Son las responsables de la actual hambruna que asola el cuerno de África y del suicidio de miles campesinos que no pueden hacer frente a los préstamos para sembrar la soja y otros biocombustibles. Expulsados de sus tierras se han convertido en víctimas del capitalismo de salvaje. Es la geopolítica del hambre.
En este envite de economía de casino, todo vale para ganar dinero no importando que se degrade el planeta y se pierdan vidas humanas. Los casos de engorde artificial de ganado vacuno y ovino por medio de hormonas y piensos compuestos derivados de los desechos humanos han dado nacimiento a enfermedades como el mal de las vacas locas y la peste aviar. La venta de carne contaminada y no apta para el consumo humano se vende en supermercados y se rompen las barreras éticas de la información al ciudadano de qué come.
Hoy enfrentarse a un resfriado o a un proceso vírico puede ser letal. El organismo pierde defensas y está sometido a un bombardeo continuado de conservantes, edulcorantes, colorantes, etc. Pero el capitalismo insiste en seguir este camino. A los dueños del poder y del dinero no les importa el calentamiento del planeta, la contaminación y la extinción de especies. Para ellos, todos los seres vivos que habitan el planeta y el planeta en sí, son convertibles en mercancía. Acabar con bosques, selvas no es un problema, en una consecuencia del progreso.
El aumento de las desigualdades sociales, la extrema pobreza, el retorno de la esclavitud infantil, la trata de blancas, y la sobreexplotación del trabajador son algunas de las piezas del puzle que construyen un sistema totalitario. Guerras por apropiarse de todos los recursos naturales, privatizar el agua y convertirla en mercancía conlleva guerras y movilizaciones. Optimizar ganancias supone realizar grandes megaproyectos donde participan todo tipo de profesionales y empresas. ¿Que representan las economías emergentes, sino la suma de todas estas atrocidades?
Destruir pueblos, naciones, culturas y provocar la desarticulación política de la ciudadanía es la única alternativa del capitalismo para mantenerse vivo. La guerra se convierte en un buen negocio. La política se oligarquiza. El sistema se corrompe y la democracia pierde sentido en un mundo en el cual las decisiones se toman a espaldas del pueblo.
Mejores condiciones de vida, si, pero peor calidad de vida también, si por vivir la vida entendemos el desplegar todas y cada una de las facultades del ser humano. Vivir con dignidad, tener acceso a la salud, educación, a la vivienda, a un trabajo digno, al ocio, a los alimentos, poder disfrutar de la naturaleza y convivir con ella. Se trata de un concepto emancipador, liberador, donde las relaciones sociales se guían por la justicia social, la igualdad y la ley protege los derechos humanos, sin discriminación de género, sin cometer abusos, torturas, ni arbitrariedades. En otras palabras donde la política y la ética están definidos por la búsqueda del bien común y la felicidad colectiva. Un orden democrático donde quepan todos, sin exclusión ni marginación del otro, donde el mandar obedeciendo es el principio articulador de la democracia.
Los movimiento de indignados y el 15-M en particular ha visto con claridad la contradicción existente para realizar este proyecto democrático en el marco actual. En otra de sus frases señala: "No somos antisistema, el sistema es anti-nosotros". La exclusión, la represión, criminalización de los movimientos sociales y el proceso de deshumanización hacen imposible que el capitalismo de marcha atrás. Por el contrario, en medio de la crisis actual da un paso adelante y acelera las reformas antidemocráticas. Al tildarlo de antisistémico es el propio capitalismo admite su incapacidad para articular un orden democrático. Al decir de Wallerstein "por definición un movimiento es antisistémico precisamente porque plantea que ni la libertad ni la igualdad puede ser realidad dentro del sistema existente, y que por lo tanto es necesario transformar completamente el mundo para que exista esa libertad y esa igualdad."[38]
Ha sido esta necesidad de seguir luchando por la libertad y la igualdad al interior de un sistema opresivo fundado en la explotación, como lo es el capitalismo, lo que da lugar al movimiento de indignados. con la aparición de los movimientos de indignados, cuya característica básica es realizar la crítica de la política construida a espaldas de la ciudadanía, desde arriba a la derecha. El movimiento de indignados sintetiza, en la actualidad, esos aires de emancipación, liberación y lucha por una democracia entendida como práctica plural de control y ejercicio del poder, desde el deber ser del poder. Esta frase simboliza el espíritu del 15-M "cuando los de abajo se mueven, los de arriba se tambalean".
BIBLIOGRAFÍA MÍNIMA
AA.VV.: Hablan los indignados. Propuestas y materiales de trabajo. Editorial Popular. Madrid. 2011.
AA.VV.: Las voces del 15-M. Editorial: Los panfletos del Lince. Barcelona 2011
AA.VV.: ¡Indignados!15M. Mandela Ediciones. Madrid 2011
AA.VV.: Reacciona. Editorial Aguilar. España 20011
Askenanazy, Philippe: Manifiesto de economistas aterrados. Ediciones Pasos Perdidos. 2011.
Hessel, Stéphane: ¡Indignaos!. Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica. Ediciones Destino. Barcelona.2011
González Casanova, Pablo: Las nuevas Ciencias y las Humanidades. de la academia a la Política. Editorial Anthropos-UNAM-México. Barcelona 2004.
Roitman, Marcos: El pensamiento sistémico los orígenes del social-conformismo. Editorial Siglo XXI, México. 3ª reimpresión 2010.
Roitman, Marcos: Democracia sin demócratas y otras invenciones. Ediciones Sequitur. 3ª edición aumentada. 2011.
Taibo, Carlos: Nada será como antes. Sobre el movimiento 15-M. Editorial Catarata. Madrid 2011.
Torres Juan y Garzón Alberto: La crisis de las hipotecas basura. ¿por qué cayó todo y no se ha hundido nada?.Ediciones Sequitur en coedición con ATTAC España. Madrid 2010.
Zola, Émile: Yo Acuso Ediciones del Viejo Topo. Barcelona 1998. (
Medios de consulta en la red.
http:// www.rebelión.org. (su web ha desarrollado una labor de difusión, publicando la mayoría de los artículos, ensayos y propuestas que se han escrito en torno al 15-M. Consultar esta página es obligado para quien desee tomar el pulso a los debates, discusiones y acciones sobre el 15-M.)
http://tomalaplaza.net/
http://madrid.tomalapaza.net/
[1] Profesor Titular de sociología. Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. Universidad Complutense de Madrid.
[2] Cortes, Miguel Angel, Hirselfeld, Guillermo: Una agenda para la Libertad. Ediciones FAES. Madrid 2007. Págs. 32 y 33.
[3]Hessel, Stéphane: ¡Indignaos!. Editorial Destino , Barcelona, 2011.Pág. 45.
[4] Briggs,J y Peat, F.D.: Espejo y Reflejo. del caos al orden. Guía ilustrada de la teoría del caos y la ciencia de la totalidad. Editorial Gedisa, Barcelona 1994. Pág. 24.
[5]Hernández Navarro, Luis: "El 15M: la hora del despertar." ; en La Jornada dominical. http://w.w.w.jornada.unam.mx/2011/08/14.
[6]"El gobierno de Madrid censura los contenidos del 15-M en las bibliotecas públicas". En http://www.rebelión.org. 13/08/2011.
[7] Citado por el Sub Comandante Insurgente Marcos en:" Apuntes sobre las guerras. Carta primera a Don Luis Villoro Toranzo. Enero-Febrero 1011" Revista Rebeldía. año 9, Nº 76. Pág. 40.
[8] Ibídem. Op. cit. pág. 41.
[9] Hay países que entre sus líneas de investigación financian la tecnología e instrumental para la represión. Sus beneficios son incalculables. España, Israel o Estados Unidos figuran entre los primeros lugares de la lista.
[10] Sub Comandante Insurgente Marcos: "De la reflexión crítica, individu@s y colectiv@s" ( Carta segunda del intercambio epistolar sobre ética y política); en Revista Rebeldía Nº 77. Año 9 Mayo 2011. México. Página web: http://revistarebeldía.org
[11] Cuando se acusa al 15-M de no tener propuestas, cobra mayor importancia relevar esta propuesta. Por ello se detallan, a continuación, sólo sus enunciados, abstrayendo el desarrollo interno de cada uno de ellos. Veamos. 1. Sometimiento a referéndum vinculante la última reforma laboral y de pensiones; 2. Reducción efectiva de la jornada y de la vida laboral; 3. Dación en pago para saldar la deuda hipotecaria de las familias en condiciones de precariedad y paralización de los desahucios; 4. Creación de un parque de vivienda público en régimen de alquiler social; 5. Incremento de los ingresos fiscales mediante la profundización en la progresividad del sistema fiscal y la lucha contra el fraude; 6.Prohibición de expedientes de regulación de empleo en empresas con beneficios; 7. Someter a referéndum vinculante un eventual rescate y cualquier medida de ajuste o recorte impuestos por organismos internacionales.;8. paralización inmediata del expolio y privatización de las cajas de ahorro y reforzar el sistema financiero público bajo control social; 9. Control democrático y transparencia de las actividades bancarias públicas y privadas; 10. Abolición de los paraísos fiscales; 11. Crédito público para las pequeñas y medianas empresas; 12. Cumplimiento de la ley de pronto pago; 13. Moratoria del pago de la deuda externa de países terceros con el Estado español hasta la realización de una auditoría integral por expertos independientes y agentes sociales; 14. Moratoria del pago de la deuda externa pública del estado español hasta la realización de una auditoría integral; 15.Cumplimiento por parte de las empresas transnacionales de titularidad y capital español de la legislación más garantista en materia de derechos, y 16. implantación de un sistema de impuestos global orientado que garantice una redistribución progresiva de los recursos a nivel global.
[12] Romero Ortega, Aitor: "Reflexiones accidentales sobre el Movimiento 15-M."; en Hablan los Indignados. Propuestas y materiales de Trabajo. AA.VV. Editorial Popular. Madrid 2011. Pág. 25.
[13] Existen ediciones en todas las lenguas. Su lectura fue un atractor para promover la lucha contra la indiferencia apostando por la insurrección pacífica. En Francia vendió más de un millón y medio de ejemplares en menos de un año. En España, su primera edición de febrero de 2011 pasó casi inadvertida. Tras el 15M, se vende en los centros comerciales, El Corte Inglés, VIPS y librerías de barrio. Un Best-Seller a pesar de las intenciones de su autor. Lo cual no le resta un ápice de verdad a su denuncia.
[14] Hessel, Stéphane: ¡Indignaos! Ediciones Destino. Barcelona. 2011. Págs. 32 y 33.
[15] Maturana, Humberto y Varela, Francisco: El árbol del conocimiento. las bases biológicas del conocimiento humano. Editorial Debate, Madrid 1990. Pág. 19.
[16] Sennett, Richard: La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo. Anagrama. Barcelona, 2ª edición 2000. Pág. 10.
[17] González Casanova, Pablo: "La dialéctica de las alternativas"; en De la sociología del poder a la sociología de la explotación. Pensar América latina en el siglo XXI. Ediciones Siglo del Hombre, Bogotá. 2009. Pág. 317.
[18] Semprún, Jorge: Federico Sanchez se despide de ustedes. Tusquets editores. Barcelona. 2011. Pág. 48.
[19] Vidal-Beneyto, José: La corrupción de la democracia. Libros de la Catarata. Madrid 2010. Pág. 54.
[20] "La dialéctica de las alternativas" en: González Casanova, Pablo: De la sociología del Poder a la sociología de la explotación. Pensar América latina en el siglo XXI. Siglo del Hombre Editores. Bogotá. Colombia. 2009. Págs. 331 y siguientes.
[21] Olivares Alonso:, Emir: "La grave situación que vive el país amerita un rediseño del Estado. http//www.jornada.unam.mx/2011/08/24/ politica/007 n l pol.
[22] La democracia en América latina. Hacia una democracia de ciudadanos y ciudadanas. PNUD. Buenos Aires 2004. Pág. 11.
[23] http/www. publico.es/españa/ 382109/
[24] Véase el Prólogo de Maurice Blanchot al texto de Zola; en Zola, Emile: Yo acuso. Editorial Viejo Topo. Barcelona 1998. Págs. 3-19.
[25] Zola Émile: Yo acuso. Editorial Viejo Topo. Barcelona 1998. Págs. 97 y 98.
[26] Wright Mills, Charles: La imaginación sociológica. FCE. México. 1976. Pág. 238.
[27] Véase: González Casanova Pablo: Las nuevas ciencias y las humanidades. de la Academia a la Política. Editorial Anthropos. Barcelona. 2004.
[28] Pastor, Jaime: "15-M. Otra política es posible. Otra izquierda es necesaria". En Revista Viento Sur. WWWvientosur. info/documentos/art% 20LMD% 20_3
[29] Página web: http// www/: eleconomista.es. Noticias, miércoles 18 de mayo de 2011.
[30] Todos los periódicos y la prensa de los días siguientes a la manifestación pusieron caras, nombres y apellidos a los impulsores de la manifestación del 15-M. Se atribuyó el éxito al tesón a cuatro miembros fundadores de la Plataforma Democracia Real Ya. Carlos Paredes, Aida Sanchez, Francisco López y Fabio Gandara. No darán abasto. En todos los periódicos, televisiones, cadenas de radio, programas de tertulianos, etc. Ellos mismos dirán "no damos abasto". De entre ellos destacará la persona de Fabio Gandara.
[31] http:// madrid.indymedia. org/taxonomy/term/22. Anónimo. "Movimiento15M: Atención a la guerra psicológica o guerra de 4ª generación. 23/08/2011.
[32] Véase: http.// www/ antiimperialista.blogia.com. /2011/060801. La fundación Everis, se creó en el año 2001 y su presidente es Eduardo Serra, primero secretario de Estado con el PSOE en 1984 y ministro de defensa con el partido Popular. Entre sus directivos figuran José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado del BBVA, Antonio Massanell, Director Ejecutivo de la Caixa y Telefónica. El Informe Transforma España, elaborado en 2010, fue firmado por una centena de empresarios , economistas y expertos, entre otros, el presidente de telefónica César Alierta, Baldomero Falcones de FCC y José manuel entrecanales (Acciona). Pero entre las compañías que firman figuran empresas como Zara, CEPSA, REPSOL, Banco Santander, Grupo Vocento, MAPFRE, Endesa, Iberia, Prisa, Planeta, Vodafone, Iberdrola, Telefónica, Bankinter, Grupo Merck, ONO, grupo Leche Pascual. Igualmente entre los personajes, muchos de ellos ex-ministros, asesores y secretarios de estado con UCD, el PSOE y PP. Eduardo Punset, Emilio Lamo de Espinoza, Amando de Miguel, Juan Diez Nicolás o el mismísimo psicólogo Jose Antonio Marina Torres. (para quienes tengan interés en el documento pueden acceder en la siguiente dirección electrónica: fundación@everis.com
[33] Véase: Estulin, Daniel: Los secretos del Club Bilderberg y La verdadera historia del Club Bilderberg. Ambos en Editorial Planeta. Colección booket. Barcelona 2010 y 2007, respectivamente.
[34] Pastor, Jaime: ibídem, op.cit. Este artículo también puede consultarse en el Nº 189, de la edición de julio de 2011 de Le Monde Diplomatique.
[35] w.w.w. kaosenlared.net/noticia/aventuras-desventuras-fabio-gandara-portavoz-dry-gran-politico- ciernes . http://kaosenlared.net/noticia/181267/
[36] Ibídem, kaosenlared.
[37] Pastor Jaime: 15-M, otra política.. Ibídem. op.cit..
[38] Wallerstein, Immanuel: Historia y dilemas de los movimientos antisistémicos. Libros de Contrahistorias. México. 2008. Pág. 105.
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