Los
sindicatos de clase hemos de impregnar del espíritu del 22M este 1º de Mayo de
2014. El éxito de las Marchas de la Dignidad que confluyeron en Madrid el
pasado 22 de marzo ha demostrado que la clase trabajadora y los sectores
populares están dispuestos a salir a la calle. Aunque desde el régimen lleven
años intentando narcotizar a los pueblos, antes ofertando espejismos y ahora a
través del miedo, la mayoría social no traga, ni tragará, con las recetas que
nos venden el Gobierno y la Troika como soluciones a la crisis que ellos mismos
crearon.
Es cierto
que la capacidad colosal de manipulación del enemigo ha logrado instalar el
miedo en amplias capas del pueblo y también de la clase obrera. Pero no es
menos cierto que el 22M ha demostrado que la unidad hilvanada desde abajo,
desde la pluralidad, desde el reconocimiento de los Pueblos, con la suma del
sindicalismo alternativo, los movimientos sociales y las organizaciones
anticapitalistas ha hecho saltar las alarmas en las cloacas del régimen
borbónico. La evidencia es el intento de ocultar y criminalizar la movilización
en Madrid.
Hoy, las
corporaciones sindicales del sistema son el tapón más importante, el gran
impedimento para que la clase trabajadora desarrolle su capacidad de lucha para
frenar al enemigo. Esto, en un momento histórico donde la acción alienante
capitalista ha hecho sustituir los valores y los principios por la banalidad,
la competitividad y el consumo. Cuando los medios de masas, instrumentos
esenciales del mismo sistema tienen la capacidad impune de manipular y
desinformar como nunca, es cuando el verdadero sindicalismo de clase tiene que
estar a la altura.
El sistema
agónico que nos está despojando de todos nuestros derechos; que con sus
políticas neoliberales nos deja en el paro, con seis millones de personas
paradas, en la precariedad o exclusión social y que oprime a la clase
trabajadora y a los pueblos no se morirá, hay que matarlo. El capitalismo y sus
instrumentos de dominación, conscientes de los peligros que les acechan,
preparan nuevos recetarios económicos, legislativos o represivos para preservar
sus privilegios. Las oligarquías que dominan el mundo sí están unidas, en la
lógica neoliberal para vencer y mantenernos en el pozo del miedo. La respuesta
no puede ser otra que la unidad de sectores, de luchas, de pueblos. Sólo así
podremos romper las cadenas de la opresión de clase y nacional.
El
sindicalismo de clase y alternativo debe escribir su estrategia de lucha obrera
y de acción sindical. En esta coyuntura histórica excepcional se impone la
vertebración de un amplio frente obrero y popular, que haga que amplios
sectores de la clase obrera y del pueblo, desencantados y decepcionados por la
traición sindical y por el régimen nacido con la Reforma Política, vuelvan a
creer en nuestras capacidades para enfrentarse y paralizar las políticas de los
gobiernos de la Troika. Esta es la síntesis de nuestro mensaje este 1º de Mayo.
Hoy como
nunca, nuestras aspiraciones y derechos, el empleo, la salud laboral, las
distintas prestaciones, las políticas de igualdad, la negociación colectiva,
los marcos propios de relaciones laborales, etc., serán papel mojado, cuando no
luchas destinadas al fracaso, si estas aspiraciones y reivindicaciones no las
insertamos en ese músculo de unidad obrera y popular que tiene que perdurar
después del 22M. Pues esta fecha es el comienzo para que el miedo cambie de
bando.
¡1º de mayo:
Unir las luchas, la Dignidad sigue en la calle!
Andalucía:
SAT; Aragón: CUT; Canarias: FSOC; Catalunya: IAC;
Manifiesto
del Sindicalismo de Clase - 1º de mayo de 2014
El
significado actual del 1 de Mayo
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