"La
Libia de Gadafi era un Estado laico en el que las mujeres gozaban de un marco
de libertad y derechos"
POR TITA BARAHONA PARA CANARIAS SEMANAL.
Hace algún
tiempo ya que las mujeres estamos siendo utilizadas y manipuladas por los
partidos del sistema, especialmente por los del espectro social-liberal, tan
aficionado a las identidades o diversidades de todo tipo (raza, género,
religión...) excepto la de clase. Así, por ejemplo, quieren
hacernos creer que el feminismo consiste en la “igualdad de género”,
y ésta en la presencia paritaria de mujeres en las listas
electorales, órganos de gobierno y consejos de administración empresariales.
Nos utilizan a nosotras y a nuestros movimientos de emancipación de diversas
maneras. Algunas las hemos tratado en otro lugar (1). Otras han tenido
consecuencias bastante dramáticas de las que queremos llamar la atención,
especialmente las que se han aplicado en los ataques militares
promovidos por los EEUU y sus súbditos de la OTAN, con la inestimable
ayuda de las fundaciones y ONG's que sirven de pantalla a sus
servicios secretos y, por supuesto, los medios de comunicación corporativos
encargados de la propaganda de guerra.
Recordemos
cómo, durante la invasión de Afganistán en 2001, el
pretendido carácter humanitario de dicha intervención se
intentó justificar, entre otras cosas, en que los talibanes obligaban a las
mujeres a llevar burka y les impedían asistir a la escuela.
Hubo auténticas campañas por tierra, mar y aire contra la condenada prenda. No
obstante, una vez instalado el
gobierno títere de Hamiz Karzai, las afganas
siguieron viéndose obligadas a llevarla, pero esto dejó de ser
noticia y así ha permanecido hasta hoy. Algo similar ha sucedido con
el ataque a Libia en 2011. También aquí hubo utilización
propagandística de las mujeres y sus derechos, aunque en este terreno el país
norteafricano representaba un caso muy distinto al afgano y el “relato”,
por tanto, debía ser distinto.
La Libia de Gadafi era un Estado laico en el
que las mujeres gozaban de un marco de libertad y derechos reconocidos
incomparable con el de muchos otros países del mundo islámico. No había códigos
de vestimenta obligatorios, ellas se movían en los espacios públicos solas, sin
necesidad de ir acompañadas de un “guardián”; podían
conducir, elegir marido libremente, ya que los matrimonios forzados
estaban prohibidos por ley; podían divorciarse a
iniciativa propia sin que el marido pudiese impedirlo, trabajar fuera
de casa sin permiso marital, estudiar cualquier carrera; de
hecho, las mujeres eran casi la mitad del alumnado universitario,
con importante presencia en las profesiones liberales (abogacía, periodismo,
enseñanza, etc.) y el ejército; y tenían acceso a becas para estudiar fuera
de Libia (2).
Difícilmente, por tanto, podía tomarse el argumento de la defensa de los
derechos de las mujeres para justificar el derrocamiento del gobierno de
Gadafi. Sin embargo, como veremos en seguida, la prensa corporativa utilizó a
un grupo de mujeres libias, todas profesionales (juristas, periodistas,
académicas...) y de familias acomodadas, para presentar la particular “primavera
árabe” libia, iniciada en la ciudad de Benghazi, como demanda de
democracia y derechos de las mujeres. Algunas, por cierto, se habían
beneficiado de las becas que otorgaba el gobierno libio para estudiar en el
extranjero.
Como en el
caso de la invasión de Irak en 2003, el ataque sobre Libia en
marzo de 2011 por las fuerzas de la OTAN fue precedido y acompañado de una campaña
mediática de desprestigio y ataques personales a su jefe de Estado, Muamar el
Gadafi, a quien se acusó infundadamente de “matar a su
pueblo” y de suministrar Viagra a sus soldados
para violar a mujeres y niños. Los medios norteamericanos, británicos y
franceses, principales artífices de la invasión, comenzaron a hablar de
la situación de las mujeres en Libia por boca del selecto grupo de
mujeres antes referido, que colaboraron en el apoyo logístico a los llamados
“rebeldes” y en la propaganda para presentarlos como legítimos defensores de la
democracia. Así, por ejemplo, Nadya Khalife, investigadora a sueldo
de Human Rights Watch (Observatorio de Derechos Humanos),
declaraba a un medio norteamericano que las ventajas de que habían gozado las
libias no eran suficientes, porque “los derechos legales no siempre se
traducen en hechos”. Claro, como en todas partes. Aquí, en España, por
ejemplo, tenemos completa igualdad formal, sólo que un poder judicial copado por el Opus Dei se
encarga de entorpecer las condenas a violadores y maltratadores. Pero más lejos
aún se atrevía a ir un informe de la fundación Freedom House,
citado en el mismo artículo, según el cual “el gobierno autocrático de
Gadafi ha sido el principal obstáculo en la lucha por los derechos de las
mujeres en Libia” (3).
La BBC
no podía faltar a la fiesta de la propaganda en modalidad “derechos
de las mujeres”. Poco después del brutal asesinato de Gadafi en
octubre de 2011, dirigido y celebrado con risotadas por la WarLady Killary Clinton -que
entre los genocidas también rigen las cuotas-, dicho medio sacaba el
titular “Las mujeres libias luchan por su empoderamiento”. En esta noticia se hablaba con
orgullo de las mujeres que colaboraron con los “rebeldes”, de las que volvían
del exilio a Libia y estaban la mar de contentas de haber logrado colocar a dos
ministras en el nuevo gobierno salido de las elecciones “libres del
verano de 2012. Para este grupo de mujeres, elegantemente vestidas según la
periodista, Libia era un país muy conservador y machista, pero
ya se había liberado y estaba surgiendo una nueva generación de “activistas
por los derechos de las mujeres”, que demandaba un 40 por ciento de
cuota en la comisión parlamentaria que redactaría la nueva constitución al año
siguiente. Sin embargo, por el horizonte ya se vislumbraban nubes negras, tan
negras como las banderas del ISIS. Mientras estas mujeres
declaraban que estaban “practicando democracia”, el presidente del Consejo
Nacional de Transición, Mustafa Abdul Jalil, acababa
de anunciar que estaba a favor de abolir las leyes que impedían la poligamia e
implantar la Sharía (ley islámica) en territorio libio (4).
En
diciembre de 2012, la misma BBC daba a conocer que una de
las “activistas” libias más famosas, la académica Magdulien Abaida, cuya misión
había consistido en presentar una buena imagen de la “revolución”
libia en Europa y ayudar a los “rebeldes”, había
vuelto a Libia desde su exilio dorado de Gran Bretaña,
para contribuir a la “transición democrática” y
promover los derechos de las mujeres. Sin embargo, lo que se encontró fue un
país sumido en el caos. Las fuerzas “democratizantes” de la OTAN estaban
facilitando que los grupos tribales y las fuerzas yihadistas, filiales de Al
Qaeda, a las que habían armado hasta los dientes, se repartiesen el territorio
libio creando, de hecho, micro-estados fuera del control del recién elegido
gobierno central, matando, violando, torturando y saqueando a la población
civil. Cuando Magdulien Abaida se presentó en Benghazi en
el verano de 2012 para dar una conferencia sobre el estatus de las mujeres en
la “nueva Libia”, un comando islamista la secuestró y
amenazó de muerte por dos veces consecutivas. Como probable colaboradora de los
servicios secretos británicos, la soltaron ilesa y a día de hoy sigue dando
clases de Derecho en la Universidad de Londres. De haber sido
una mujer del pueblo, a buen seguro no habría vivido para contarlo (5).
En esos días, sin embargo, pese al
reconocimiento de que en Libia se estaban produciendo graves
abusos de los derechos humanos, la BBC seguía congratulándose
de los cientos de millones de libras que se había gastado su gobierno en la
operación militar, porque se estaba progresando hacia la
democracia por las elecciones que habían tenido lugar aquel verano
de 2012. De nuevo, un selecto grupo de libias afincadas en Gran Bretaña cifraban
los avances de las mujeres de su país en que había 33 mujeres en el Congreso y
dos ministras, incluso ante la evidencia de que el gobierno central ya no
controlaba nada (6).
La destrucción del Estado libio derribó las barreras que protegían de
la barbarie a la población libia de raza negra, a los inmigrantes
subsaharianos y a las mujeres. Los horrores que vinieron después y la
complicidad en ellos tanto de la OTAN como de los partidos y
fuerzas “progresistas” que apoyaron el ataque, ya
fueron señalados y denunciados en su momento en este y otros medios (7). Los
grandes medios corporativos callaron. Ya no hablaron más de los avances que
estaban haciendo las mujeres libias, ni de la gran paz en democracia que había
conseguido el pueblo libio gracias a la “intervención
humanitaria” de 2011. Han sido informes recientes de las mismas
agencias de derechos humanos que fueron cómplices en la propaganda de guerra,
los que están sacando a la luz una parte de lo que supone actualmente la vida
para las mujeres en los diferentes reinos de taifas que controlan las milicias
islamistas. En la ciudad de Sirte, por ejemplo, el Estado
Islámico ha impuesto la Sharía. Las mujeres deben llevar
obligatoriamente la tradicional abaya, pero de color negro y sin
adornos, además del niqqab, que sólo deja ver ligeramente los ojos.
Las faltas se castigan con latigazos a los guardianes de las mujeres, que
tienen prohibido salir de sus casas sin la compañía de estos, incluso para
hacer la compra (8).También las privilegiadas “defensoras
de los derechos humanos de las mujeres” han publicado informes en
los que denuncian estas situaciones, a las que, por cierto, ellas han
contribuido (9).
Más
mediático está siendo el mercado de esclavos que se ha
establecido en territorio libio, aunque las noticias que llegan lo hacen
descontextualizadas, presentándolo como un problema de “mafias”, con las que
nuestros países “civilizados” no tienen nada que ver.
Un reciente informe de Itermon Oxfam da detalles espeluznantes
de cómo miles de migrantes y refugiados, procedentes de los países que EEUU
y la OTAN están destruyendo en Oriente Medio, son
raptados, esclavizados, torturados y violados, ellos y ellas; encerrados y
atados como animales, vendidos al mejor postor. El cierre de fronteras de los
países de la UE, responsables de estos desastres, hace que miles de
personas estén quedando atrapadas en el infierno en que han convertido a Libia (10).
Sin duda, las mujeres de las clases populares libias que han
sobrevivido al horror, las que un día tuvieron una vida digna y hoy no son más
que juguete de los ogros islamistas, escupirían, si pudieran, a la cara bonita
de las exiliadas de lujo, y a la de todos los que jalearon la destrucción de
uno de los pocos estados laicos y prósperos que quedaban en la región. Los
nombres de los cómplices en el Estado español los conocemos. No fueron sólo el PP
y el PSOE, sino también los sindicatos de concertación -CCOO y
UGT- y las fuerzas así llamadas progresistas, incluidos
sectores de IU, y sus medios de difusión, como el diario Público (12). En
estos supuestos medios alternativos, escritores como Santiago Alba
Rico, perteneciente al grupo de Anticapitalistas integrado
en Podemos, se unieron al coro de alabanza de la “intervención
humanitaria” en el país africano. Las mujeres libias, las mismas a
las que se quería salvar de la tiranía de Gadafi, hoy ya no
importan, sobre ellas han arrojado un vergonzoso manto de silencio
cómplice aquellos y aquellas que apoyaron y apoyan las aventuras
imperialistas de los EEUU y sus lacayos de la OTAN.
Las mujeres somos en sus discursos falaces, objetos de usar y tirar.
Denunciemos este tipo de instrumentalización, porque, al fin y a la postre,
como demuestra el caso libio, quienes llevamos la peor parte somos las
mujeres más desfavorecidas de la clase trabajadora, ya seamos blancas, negras,
heteros, homos, altas o bajas.
Notas y
referencias bibliográficas:
2. Véase el
análisis de Susan
Lindauer, en https://www.globalresearch.ca/libya-s-war-for-the-abaya-women-s-rights-and-nato-s-support-of-pro-islamist-rebels/25806
Libya’s War for “The Abaya”: Women’s Rights and NATO’s
Support of Pro-Islamist Rebels /
La guerra de Libia por "El Abaya": los derechos de las
mujeres y el apoyo de la OTAN a los rebeldes proislamistas
Por Susan Lindauer 27 de julio de 2011
3. https://www.thenational.ae/world/africa/at-a-glance-women-s-rights-in-libya-1.433928 Recordemos que la Freedom House
ha trabajado en la preparación de los golpes de estado perpetrados por EEUU en
América Latina y a día de hoy sigue muy activa en Nicaragua.
De un
vistazo: los derechos de las mujeres en Libia
22 de marzo
de 2011
8. Informe
de 2016 de Human Rights Watch: https://www.independent.co.uk/news/world/africa/isis-libya-womens-rights-restricted-sirte-a7040416.html
11. Como lo
puso de manifiesto en este medio Cristóbal García Vera: http://canarias-semanal.org/not/1033/el-diario-publico-o-la-estafa-ideologica-del-social-liberalismo/
Líder de la falsa revolución en Libia admite que Gaddafi no asesinó
manifestantes
Mustafa Abdul Jalil
Las guerras recientes y el papel de los intelectuales del “ninismo”,
siempre al servicio del imperialismo
Desenmascarando las primaveras o revoluciones de colores en el mundo (la
no violencia al servicio del imperialismo). Cuarta parte
La primavera
en Libia o intervención imperialista en Libia
2011 año del Dupe o del engaño. A un año de ingeniería social de la "Primavera Árabe", un paso más hacia la hegemonía global
Feminismo emancipador o revolucionario. Las mujeres revolucionarias de la
clase trabajadora contra el feminismo burgués. El origen del 8 de marzo, día
internacional de la mujer trabajadora.
La Marcha Internacional de mujeres o la artera instrumentalización del
feminismo
Las señoras de la guerra: Crítica del feminismo burgués y posmoderno
Desenmascarando a Santiago Carrillo, Julio Anguita, Francisco Fruto,
Gaspar Llamazares, Alberto Garzón y muchos más: caballos de Troya en el
movimiento obrero.
La guerra
de Libia por "El Abaya": los derechos de las mujeres y el apoyo de la
OTAN a los rebeldes proislamistas
Por Susan Lindauer 27 de julio de 2011
Para los banqueros europeos, es una guerra por el oro de Libia. Para
las corporaciones petroleras, es una guerra por el crudo barato (ahora amenaza
con destruir la infraestructura petrolera de Libia, al igual que
Irak). Pero para las mujeres de Libia, es una batalla encarnizada y feroz
sobre Abaya, un estilo de vestimenta islámica que los críticos dicen que priva
a las mujeres de la autoexpresión y la identidad.
Hillary Clinton y el presidente Sarkozy podrían resistirse a admitirlo, pero el deseo de volver atrás sobre los derechos de las mujeres en Libia constituye uno de los objetivos principales de los Rebeldes de la OTAN en el Consejo de Transición.
Para los Rebeldes de la OTAN, que son abrumadoramente pro-islamistas, independientemente de la propaganda de la OTAN (ver www.obamaslibya.com) - es una cuestión de restaurar la obediencia social a la doctrina islámica. Sin embargo, el abaya es más que un símbolo de virtud y modestia femenina. Sería el comienzo de una doctrina conservadora, impactando los derechos de las mujeres en el matrimonio y el divorcio, los derechos a demorar el parto para buscar educación y empleo, todos los factores que determinan el estado de independencia de una mujer.
Eso hace que esta sea la guerra que las mujeres de Libia no pueden permitirse perder. Para aquellos de nosotros que apoyamos la modernidad islámica, hay buenos argumentos de que Gadhaffi sería extremadamente irresponsable para entregar el poder a un vacío dominado por los Rebeldes de la OTAN. Dado el salvajismo de sus abusos contra el pueblo libio ( www.obamaslibya.com) Y la agenda del Rebelde para restablecer la Sharia y retractar los derechos de las mujeres, Gadhaffi tiene la obligación de mantenerse firme y bloquearlos para la protección de las personas.
Hillary Clinton y el presidente Sarkozy podrían resistirse a admitirlo, pero el deseo de volver atrás sobre los derechos de las mujeres en Libia constituye uno de los objetivos principales de los Rebeldes de la OTAN en el Consejo de Transición.
Para los Rebeldes de la OTAN, que son abrumadoramente pro-islamistas, independientemente de la propaganda de la OTAN (ver www.obamaslibya.com) - es una cuestión de restaurar la obediencia social a la doctrina islámica. Sin embargo, el abaya es más que un símbolo de virtud y modestia femenina. Sería el comienzo de una doctrina conservadora, impactando los derechos de las mujeres en el matrimonio y el divorcio, los derechos a demorar el parto para buscar educación y empleo, todos los factores que determinan el estado de independencia de una mujer.
Eso hace que esta sea la guerra que las mujeres de Libia no pueden permitirse perder. Para aquellos de nosotros que apoyamos la modernidad islámica, hay buenos argumentos de que Gadhaffi sería extremadamente irresponsable para entregar el poder a un vacío dominado por los Rebeldes de la OTAN. Dado el salvajismo de sus abusos contra el pueblo libio ( www.obamaslibya.com) Y la agenda del Rebelde para restablecer la Sharia y retractar los derechos de las mujeres, Gadhaffi tiene la obligación de mantenerse firme y bloquearlos para la protección de las personas.
De hecho, es algo desconcertante que Francia o Italia quieran entregar el
poder a los rebeldes, fuera de un escenario electoral. Las elecciones
serían una salvaguardia que empoderaría a las mujeres libias para lanzar una
alternativa de liderazgo que rechaza a Abaya. Eso es exactamente lo que
temen los Rebeldes, y explica su profundo y permanente rechazo al proceso
electoral. La democracia representa una amenaza real para la visión de la
OTAN de la "Nueva Libia".
La abaya tiene tanto peso en la batalla por la modernidad islámica que Gadhaffi prácticamente prohibió la vestimenta islámica desde los primeros días de su gobierno. Deshacerse de la abaya era parte del paquete de reforma más grande de Gadhaffi que apoyaba los derechos de las mujeres, uno de los mejores y más avanzados en todo el mundo árabe. La transformación del estatus de las mujeres ha sido tan grande que el ayatolá Jomeini en Irán impuso una fatwa contra Gadhaffi hace años, declarando que su gobierno es blasfemo a las tradiciones islámicas.
Para obtener una perspectiva interna de las reformas de Gadhaffi para las mujeres, los miembros de una delegación investigadora en Libia hablaron con Najat ElMadani, presidenta de la Sociedad Libia de Cultura y Ciencias, una ONG que comenzó en 1994. También entrevistaron al jeque Khaled Tentoush, uno de los más Imanes destacados en Libia. El imán Tentoush sobrevivió a dos intentos de asesinato de la OTAN, uno que fue particularmente revelador.
Tentoush dijo que él y otros 12 imanes progresivos viajaban a Benghazi para discutir un final pacífico del conflicto. Se detuvieron para tomar el té en una casa de huéspedes en Brega, y la OTAN lanzó una bomba encima de ellos, matando a 11 de los 13 imanes, que habían abrazado las reformas islámicas que potencian los derechos de las mujeres y la modernidad.
No había instalaciones militares o soldados Gadhaffi en las cercanías que hubieran justificado los bombardeos de la OTAN. Este fue un asesinato deliberado de líderes islámicos que dan legitimidad religiosa a las políticas modernistas de Gadhaffi y, por lo tanto, representan una gran amenaza para las ambiciones conservadoras de los rebeldes islámicos. La OTAN los mató.
¿Qué tiene a los islamistas radicales tan enojados en Libia? Aquí hay una cartilla sobre los derechos de las mujeres bajo Gadhaffi: No Male Chaperones in Liby a
La abaya tiene tanto peso en la batalla por la modernidad islámica que Gadhaffi prácticamente prohibió la vestimenta islámica desde los primeros días de su gobierno. Deshacerse de la abaya era parte del paquete de reforma más grande de Gadhaffi que apoyaba los derechos de las mujeres, uno de los mejores y más avanzados en todo el mundo árabe. La transformación del estatus de las mujeres ha sido tan grande que el ayatolá Jomeini en Irán impuso una fatwa contra Gadhaffi hace años, declarando que su gobierno es blasfemo a las tradiciones islámicas.
Para obtener una perspectiva interna de las reformas de Gadhaffi para las mujeres, los miembros de una delegación investigadora en Libia hablaron con Najat ElMadani, presidenta de la Sociedad Libia de Cultura y Ciencias, una ONG que comenzó en 1994. También entrevistaron al jeque Khaled Tentoush, uno de los más Imanes destacados en Libia. El imán Tentoush sobrevivió a dos intentos de asesinato de la OTAN, uno que fue particularmente revelador.
Tentoush dijo que él y otros 12 imanes progresivos viajaban a Benghazi para discutir un final pacífico del conflicto. Se detuvieron para tomar el té en una casa de huéspedes en Brega, y la OTAN lanzó una bomba encima de ellos, matando a 11 de los 13 imanes, que habían abrazado las reformas islámicas que potencian los derechos de las mujeres y la modernidad.
No había instalaciones militares o soldados Gadhaffi en las cercanías que hubieran justificado los bombardeos de la OTAN. Este fue un asesinato deliberado de líderes islámicos que dan legitimidad religiosa a las políticas modernistas de Gadhaffi y, por lo tanto, representan una gran amenaza para las ambiciones conservadoras de los rebeldes islámicos. La OTAN los mató.
¿Qué tiene a los islamistas radicales tan enojados en Libia? Aquí hay una cartilla sobre los derechos de las mujeres bajo Gadhaffi: No Male Chaperones in Liby a
En Libia, las mujeres pueden moverse por la ciudad, ir de compras o visitar amigos sin un acompañante masculino. Por increíble que parezca, en la mayor parte del mundo árabe, tales libertades están estrictamente prohibidas. En gran parte de Pakistán, por ejemplo, un niño de 5 años sería considerado un acompañante adecuado para una mujer adulta en el mercado. De lo contrario, será mejor que se quede en casa. En Arabia Saudita y Kuwait, las mujeres a menudo se encuentran encerradas en sus apartamentos mientras sus maridos, hermanos o padres van a trabajar. Sí, hay excepciones. Algunas familias rechazan individualmente estas prácticas. Sin embargo, antes de que los lectores protesten contra esta caracterización, deben ser honestos y reconocer que los talibanes en Afganistán y los saudíes / kuwaitíes no son los únicos grupos que limitan las libertades de las mujeres en el mundo árabe.
- En
Libia, las mujeres nunca están encerradas en sus casas, mientras que sus
maridos, padres y hermanos van a trabajar. Gadhaffi prohíbe
restringir la movilidad de las mujeres.
- En
Libia, las mujeres tienen todos los derechos legales para conducir
automóviles, a diferencia de sus hermanas en Arabia Saudita. En
muchos países árabes, el marido de una mujer tiene su
pasaporte. Entonces ella no puede viajar fuera del país sin su
aprobación.
Derechos
de matrimonio
- Trágicamente,
en Kabul, Afganistán, una joven puede ser encarcelada en prisión por
rechazar la elección del marido de su padre. Hasta que cambie de
parecer, su futura suegra visita la prisión todos los días, exigiendo
saber por qué su hijo no es "lo suficientemente bueno" para esta
niña. ¿Por qué desobedece a los que saben lo que es mejor para
ella? Esa pobre mujer permanece encerrada en la prisión de Kabul
hasta que cambie de opinión. Y sucede justo debajo de las narices de
los soldados estadounidenses y de la OTAN. Una ocupación de la OTAN
tampoco protegerá a las mujeres libias.
- En
todo el mundo árabe -desde Yemen hasta Jordania, desde Arabia Saudita
hasta Irán- los padres y hermanos deciden a qué edad se va a regalar a una
mujer en matrimonio, por lo general tan pronto como llega a la pubertad.
No tiene elección en la decisión más importante de su vida. Con
frecuencia, una joven se casa con uno de los amigos adultos de su padre o
un primo. En todo el mundo árabe, es socialmente aceptable que un
tendero pregunte a una joven musulmana si ha empezado a menstruar. Se
espera que una buena chica islámica responda con sinceridad.
- No
en Libia. Para su gran mérito, rechazando todas las tradiciones
islámicas, desde los primeros días del gobierno, Gadhaffi dijo No Way a
matrimonios forzados. La mujer libia tiene derecho a elegir a sus
propios maridos. Se les anima a buscar matrimonios de amor. Bajo
la estricta ley de Libia, sin excepción, ninguna persona puede
obligar a una mujer libia a casarse con ningún hombre por ningún motivo.
- Los
matrimonios forzados han sido un problema en todo el mundo árabe, que en
Libia, un imán siempre llama a la mujer si hay un matrimonio
inminente. El Imam se encuentra con ella en privado, y le pregunta si
alguna persona la está obligando a casarse, o si hay alguna razón por la
que se case con esta persona además de su deseo de estar con este
hombre. Tanto Najat como Imam Tentoush fueron muy inflexibles en
estos puntos.
- En
Libia, se espera que los imanes protejan a la mujer del abuso de sus familiares.
Derecho a
terminar un matrimonio
- El
divorcio es brutalmente difícil para una mujer en todo el mundo
árabe. Un esposo puede golpear o violar a su esposa, o cometer
adulterio o encerrarla en una habitación como una prisión. No importa
lo que una mujer sufra, como esposa no tiene derechos legales para
abandonar ese matrimonio, incluso para su propia protección. Cuando
su padre negocia ese contrato de matrimonio, ella está atrapada de por
vida. Un hombre puede divorciarse de una mujer frente a dos testigos
al repetir tres veces: "Me divorcié. Me divorcio de ti. Me
divorcié de ti”. Él puede enviar un mensaje de texto en un teléfono
celular, y se acabó. La mujer no tiene libertad recíproca. Está
atrapada en ese matrimonio hasta que su marido la deja ir.
- No es
así en Libia. Una mujer libia puede
dejar un matrimonio cada vez que lo desee. Una mujer simplemente
solicita el divorcio y continúa con su vida. Es muy similar a las
leyes de los Estados Unidos, en el sentido de que un hombre no tiene poder
para detenerla. Está completamente bajo su control iniciar un
divorcio.
- En
Libia, si una mujer se casa con sus propios bienes y el matrimonio
termina, su esposo no puede tocar sus bienes. Lo mismo es cierto de
los activos del hombre. Los activos comunes generalmente van a la
mujer.
Estos derechos matrimoniales "anormales" despiertan una
profunda ira entre los hombres libios conservadores. Los rebeldes odian
particularmente al gobierno de Gadhaffi por otorgar derechos de matrimonio a
las mujeres.
Pero considere cómo retrasar el matrimonio impacta las oportunidades de las mujeres en la sociedad.
Pero considere cómo retrasar el matrimonio impacta las oportunidades de las mujeres en la sociedad.
Un matrimonio retrasado significa un parto retrasado, que permite a las
mujeres jóvenes continuar su educación y obtener un empleo. No en vano,
las mujeres libias disfrutan de algunas de las mejores oportunidades en el
mundo árabe. Eso también podría causar resentimientos hirvientes entre los
hombres libios conservadores. Educación de las mujeres libias
En Libia, más mujeres se aprovechan de la educación superior que los hombres, según Najat. Hay mujeres profesionales en todos los ámbitos de la vida. Muchas mujeres libias son científicas, profesoras universitarias, abogadas, doctoras, funcionarias, periodistas y mujeres de negocios. Najat atribuye esa libertad y el rango de opciones a Gadhaffi, y la insistencia de su gobierno de que las mujeres deben ser libres de elegir sus vidas y ser plenamente apoyadas en esas elecciones. Najat y Tentoush dijeron que a algunos imanes en Libia les gustaría que fuera de otra manera, especialmente los imanes que favorecen a los rebeldes, pero Gadhaffi siempre los ha dominado. Por ejemplo, hay muchas mujeres soldado, y son muy fuertes y totalmente capaces de contribuir a la defensa militar del país.
- Las
mujeres reciben becas educativas iguales a las de los hombres. Todos
los libios pueden ir al extranjero y estudiar si así lo desean, pagados
por el gobierno de Gadhaffi. Las mujeres solteras usualmente llevan
consigo a un hermano o pariente masculino, y Najat dijo que todos los
gastos están cubiertos tanto para la mujer como para su acompañante.
- En
Libia, las mujeres no están obligadas a buscar el permiso de un marido
para tener un trabajo, y cualquier tipo de trabajo está disponible para
ella. Por el contrario, muchas oportunidades de empleo están
prohibidas en muchos otros países árabes, porque el trabajo pone a las
mujeres en proximidad diaria a los hombres que no son sus
maridos. Eso elimina muchos tipos de oportunidades de trabajo.
Atacar
los derechos de las mujeres
Estas son algunas de las razones por las que los rebeldes consideran a
Gadhaffi un "infiel". Con frecuencia expresan el deseo de restablecer
la Shariah. Es un secreto a voces en los círculos árabes. Al ignorar
este punto, la OTAN se parece a los tres monos. No veas la verdad No
escuchas la verdad. No hables la verdad. Pero la comunidad árabe
entiende esta dinámica. Los rebeldes van a golpear a Hillary Clinton y
Sarkozy en la cabeza hasta que capturen el poder. Entonces van a hacer
exactamente lo que comenzaron a hacer. Restablecer la ley islámica bajo la
protección de los gobiernos de los Estados Unidos y la OTAN. Los códigos
sociales conservadores se aplicarán igual que Afganistán.
Los libios entienden este punto, incluso si los estadounidenses y los europeos están perdidos en la negación. Por lo tanto, no debería sorprender a nadie que parte del mayor apoyo de Gadhaffi provenga de las mujeres libias. Tampoco debería sorprender a los observadores de Libia que Gadhaffi no esté exactamente "aferrándose al poder" como a los medios corporativos les gusta sugerir. Muy por el contrario, el apoyo de Gadhaffi se ha disparado a 80 u 85 por ciento durante esta crisis. El presidente Obama, Sarkozy y Bersculoni estarían encantados de disfrutar de un apoyo popular tan intenso.
Los bombardeos de la OTAN han sido contraproducentes y han alejado al pueblo libio de la causa rebelde, destruyendo una infraestructura comunitaria de la que los libios están verdaderamente orgullosos. Los rebeldes están persiguiendo a las familias pro-Gaddhaffi de Benghazi, una especie de limpieza política. Pero no tienen credibilidad en la calle que les dé poder en las negociaciones con otros libios, porque los perdedores no llegan a dictar los términos. La OTAN puede hacer propaganda hasta que Sarkozy caiga en un ataque, pero la gente ha rechazado rotundamente estos Rebeldes.
La OTAN está impulsando una resolución política, porque Europa quiere fuera del tiovivo. En verdad, la música se pone más fea todos los días. La OTAN nunca debería haber subido a este carro en primer lugar. No tiene sentido. Están luchando contra Al Qaeda en Afganistán y abrazar a Al Qaeda y el Islam conservador en Benghazi.
Los libios entienden este punto, incluso si los estadounidenses y los europeos están perdidos en la negación. Por lo tanto, no debería sorprender a nadie que parte del mayor apoyo de Gadhaffi provenga de las mujeres libias. Tampoco debería sorprender a los observadores de Libia que Gadhaffi no esté exactamente "aferrándose al poder" como a los medios corporativos les gusta sugerir. Muy por el contrario, el apoyo de Gadhaffi se ha disparado a 80 u 85 por ciento durante esta crisis. El presidente Obama, Sarkozy y Bersculoni estarían encantados de disfrutar de un apoyo popular tan intenso.
Los bombardeos de la OTAN han sido contraproducentes y han alejado al pueblo libio de la causa rebelde, destruyendo una infraestructura comunitaria de la que los libios están verdaderamente orgullosos. Los rebeldes están persiguiendo a las familias pro-Gaddhaffi de Benghazi, una especie de limpieza política. Pero no tienen credibilidad en la calle que les dé poder en las negociaciones con otros libios, porque los perdedores no llegan a dictar los términos. La OTAN puede hacer propaganda hasta que Sarkozy caiga en un ataque, pero la gente ha rechazado rotundamente estos Rebeldes.
La OTAN está impulsando una resolución política, porque Europa quiere fuera del tiovivo. En verdad, la música se pone más fea todos los días. La OTAN nunca debería haber subido a este carro en primer lugar. No tiene sentido. Están luchando contra Al Qaeda en Afganistán y abrazar a Al Qaeda y el Islam conservador en Benghazi.
Aquellos de nosotros que apoyamos la modernidad islámica deberíamos
sentirnos aliviados de que la gente de Libia sea más inteligente y más
inteligente que los burócratas de la OTAN. Y todos deberíamos decir una
oración que sostenga Gadhaffi.
Susan
Lindauer cubrió Libia e Iraq en las Naciones Unidas de
1995 a 2003, y comenzó las negociaciones para el juicio de
Lockerbie. Lindauer es autora de " Prejuicio extremo: la aterradora historia de
la Ley Patriótica y las portadas del 11-S e Iraq".