24 de abril de 2018
"Sobran las pruebas de la falacia del feminismo burgués de que las
mujeres damos un tono más conciliador y amable a la política"
Todo el mundo recordará la foto del trío de las Azores: George W. Bush, Tony Blair y José M. Aznar saludando el inicio de la invasión de Irak y la subsiguiente masacre que dura ya 15 años. El reciente bombardeo de los EEUU sobre Siria, so capa de un supuesto ataque químico por parte del gobierno de Assad, ha dado lugar a la foto de otro trío: Donald Trump, Emmanuel Macron y Theresa May. Aparte de la distancia temporal, sólo hay dos diferencias reseñables entre ambas fotografías: que el tercer país convidado a la carnicería esta vez ha sido Francia (en lugar de España) y que hay una mujer en el trío. ¿Debería ser esto último motivo de satisfacción? Probablemente lo sea para quienes cifran el avance de las mujeres hacia la igualdad en su presencia en las altas esferas de la política, independientemente de qué tipo de política hagan. O quizás también para quienes utilizan los 8 de Marzo para convocar “huelgas” que son “de todas”, de lo que se infiere que también lo son de aquellas que gustan de tirar bombas sobre todo bicho viviente para mayor gloria del capital y sus empresas armamentísticas.
El feminismo social-liberal posmoderno dirá que
estas señoras de la guerra son una escueta
minoría, pero esto es una ilusión o un simple fallo
de cálculo
Theresa
May no tiene el brillo de Margaret Thatcher pero defiende
los mismos intereses al precio y por los medios que hagan falta, como ha demostrado
con la agresión a Siria, el apoyo militar a Arabia
Saudí en el conflicto del Yemen -donde están muriendo
miles de niños de hambre y epidemias-, la ayuda que presta al estado de
Israel para que prosiga con el genocidio del pueblo palestino, y su
contribución a resucitar la guerra fría entre Rusia y “Occidente”. Con
todo, la May -a la que hay que agradecer que no vaya de
feminista- no es la única señora de la guerra (o warmonger en
su acepción en inglés). Tiene antecesoras y coetáneas. Quizás la primera en el
palmarés sea Hillary Clinton -o Killary más
propiamente-; pero hay otras tantas menos conocidas que no le van a la zaga en
ansias bélicas. La recién nombrada directora de la CIA, Gina Haspel, tiene en su larga hoja de
servicios que en 2002 supervisó las torturas a los detenidos
ilegalmente en la cárcel secreta de Tailandia, una de las que
mantiene EEUU en diversos puntos del globo sin que parezca
remover las conciencias de los defensores de los derechos humanos. No sólo
torturó sino que también destruyó las pruebas grabadas de dichas torturas
cuando alguien dentro de la Agencia sopló lo que estaba pasando y obligó a que
se abriera una investigación. [1] Aunque los medios del capital no
pueden obviar estos hechos, celebran sin embargo que Haspel sea la
primera mujer en ocupar cargo tan importante. [2]
Su paisana Nikky
Haley, nueva embajadora de los EEUU en
la ONU, es una reconocida ignorante e inepta, especialmente en
lo que se refiere a política internacional. Sin embargo, como su jefe Trump sabe
muy bien dar la nota y practicar el matonismo (o bullying). En su
primera aparición en la sede de las Naciones Unidas, la republicana
y cristiano-sionista dijo que llegaba con papel y lápiz para tomar
nota de los países que no se sometan a la voluntad de los EEUU. En
la conferencia anual del poderoso AIPAC (America Israel Public Affairs
Committee) en marzo del año pasado, manifestó sin sonrojo que ella
lleva tacones altos, no por moda, sino para golpear con ellos a los que se
porten mal (con Israel). Y aún añadió amenazas a quienes en el Consejo
de Seguridad de la ONU voten a favor de la condena al estado de Israel o
se abstengan en ella, porque deben saber que “ha llegado un nuevo
sheriff a la ciudad”. [4]En realidad, sheriffs de
este tipo con tacones los hallamos también en Israel, incluso con cara
de dulce adolescente, como Adelet Shaked, que en 2015 fue
nombrada ministra de justicia. Abogada declarada del genocidio
palestino, en su Facebook publicaba que había que matar también a todas las
madres palestinas y derribar sus casas “para que no sigan criando
serpientes”. [5] La joven ministra fue objeto de rabiosos
insultos sexistas. Pero reprobables como estos puedan ser, lo peor es que
sirvieron de cortina de humo para no hablar de su propio racismo, sexismo y
clasismo, al desear el exterminio de mujeres palestinas la mayor parte de las
cuales viven en la indigencia, especialmente en esa cárcel a cielo abierto que
es Gaza. [6]
Por mucho que las llamemos ministras, juezas,
fiscalas y portavozas seguirán siendo “novias
de la muerte”. En la opresión y explotación de
la mayoría de mujeres participan hombres y
mujeres
El feminismo social-liberal posmoderno, convocante de marchas y huelgas de mujeres, ampliamente difundidas en los medios del capital, dirá que estas señoras de la guerra son una escueta minoría, y por eso dejan claro en su web que el suyo es un feminismo “del 99 por ciento”. [7] Pero esto es una ilusión o un simple fallo de cálculo. Detrás, debajo y sustentando a este uno por ciento de mujeres poderosas hay todo un elenco de funcionarias, abogadas, policías, académicas, periodistas, arribistas, oportunistas..., algunas fervientes defensoras del imperialismo yanqui. El programa más visto de la cadena de TV norteamericana MSNBC lo dirige Rachel Maddow, (en inglés aquí) buque insignia del progresismo demócrata por ser una periodista altamente preparada y declaradamente lesbiana. Esto no le impide dedicar todo su poder mediático a la manipulación de las audiencias para que crezca el consentimiento a un posible ataque a Rusia, Irán o Corea. [8] La Maddow es tan buena warmonger, que se la recompensa con seis millones de dólares al año, lo que muchísimas norteamericanas no alcanzarían a ganar en seis vidas.[9]
Aquí en nuestro suelo no escasean ejemplares de este
tipo. Por mucho que las llamemos ministras, juezas, fiscalas y portavozas (porque
al parecer no vale con decir una juez, una fiscal o una portavoz), seguirán
siendo “novias de la muerte” con mantilla, como la ministra
de Defensa, María Dolores de Cospedal; ejercerán la
represión, que es claramente de clase, sobre quienes se expresen contra el
poder establecido o participen en manifestaciones y huelgas; y dictarán órdenes
de desahucio a familias sin recursos. No cabe más prueba de la falacia que
encierra la idea extendida por el feminismo burgués de que las mujeres damos un
tono más conciliador y amable a la política o que hay una “política
femenina” y una “política masculina”, o que
hay que “feminizar la política”. Porque no se trata de
hormonas, ni de un cierto tipo de educación, sino de la firme voluntad de
acabar con el sistema de explotación y opresión en el que vivimos. El movimiento
obrero femenino que dio a luz al 8 de Marzo a comienzos
del siglo XX, lo entendió perfectamente así.
"No se trata de hormonas, ni de un cierto tipo
de educación, sino de la firme voluntad de
acabar con el sistema de explotación y
opresión en el que vivimos, como entendió el
movimiento obrero femenino que dio a luz al 8
de Marzo"
No confundamos los términos. En la opresión y explotación de la mayoría
de mujeres, las que no contamos con más medio de vida que nuestra fuerza de
trabajo, las que no tenemos techos de cristal sino de pedernal, participan
hombres y mujeres. Nuestra emancipación pasa por abolir la sociedad de clases,
que mantiene intacta e incluso reforzada la subordinación femenina. Por eso, ni
las señoras de la guerra, ni quienes las jalean, ni quienes prefieren correr un
velo de silencio sobre ellas, son nuestras hermanas, sino nuestras
enemigas de clase.
Notas y
referencias bibliográficas:
[1] El “soplón” fue John Kiriakou, ex-agente de la CIA, condenado a 30 meses de cárcel por filtrar información sobre la técnica de tortura llamada “waterboarding”. Se puede hallar la información resumida en Wikipedia.
[2] http://time.com/5197235/gina-haspel-cia-director-donald-trump/
, https://www.cbsnews.com/news/who-is-gina-haspel-cia-director-seasoned-spymaster-2018-03-13/
[4] Se
puede leer toda la declaración en
[5]Véanse las
declaraciones de Shaked y Haley en este vídeo: http://www.renegadetribune.com/extreme-zionism-nikki-haley-ayelet-shaked/
[6] Véase en el
digital Haaretz el artículo “Who cares if she is beautiful? Adelet Shaked is dangerous”
de 14 de mayo de 2015.
[7] Véase www.womenstrikeus.org
Las señoras de la guerra: Crítica del feminismo burgués y posmoderno
Las señoras de la guerra: Crítica del feminismo burgués y posmoderno
Estados Unidos: el oscuro pasado de Gina
Haspel, la veterana espía que se convertirá en la primera
mujer que dirige la CIA
George Soros
La
lucha por la supervivencia del orden liberal
Ayelet
Shaked, la ministra de Justicia de la que todo el mundo habla
https://www.20minutos.es/noticia/2462214/0/ayelet-shaked/ministra-justicia-israel/en-boca-de-todos/
https://www.20minutos.es/noticia/2462214/0/ayelet-shaked/ministra-justicia-israel/en-boca-de-todos/
La nueva ministra de Justicia de Israel abogó por matar a las madres
palestinas
Ayelet Shaked, la nueva Ministra de Justicia israelita es una racista
radical
“El reciente bombardeo de los EEUU
sobre Siria, so capa de un supuesto ataque químico por parte del gobierno
de Assad, ha dado lugar a la foto de otro trío: Donald Trump,
Emmanuel Macron y Theresa May”
En este documento desenmascaro el supuesto ataque químico por parte del gobierno
de Assad
Desenmascarando la hipocresía de las ONGs “humanitarias” al servicio del
imperialismo, deciden qué países deben ser intervenidos militarmente,
fabricando pruebas falsas. Segunda parte.
La señora
Clinton y su techo de cristal.
17 de
noviembre de 2016
Tita
Barahona
La señora
Clinton y su techo de cemento: sobre la incongruencia del discurso liberal y
feminista posmoderno
17 de
noviembre de 2016
Tita
Barahona
Feminismo emancipador o revolucionario. Las mujeres revolucionarias de la clase trabajadora contra el feminismo burgués. El origen del 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora.
La Marcha Internacional de mujeres o la artera instrumentalización del
feminismo
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