Obras Completas, Tomo 36, (pág. 247-284)
Sesión del CEC de toda
Rusia. 113
29 de abril
de 1918
Índice del documento
Las tareas inmediatas del
poder soviético
Informe sobre las tareas inmediatas del poder
soviético
Discurso de resumen de la discusión del
informe sobre las tareas inmediatas del poder soviético.
Referencia
de prensa (de una parte del informe)
publicada el 30 de abril de 1918 en "ezestia” núm. 8
Publicado,
íntegramente por primera en 1920,
en el libro "Actas de las sesiones del CEC
toda Rusia, 4 legislatura. Versión taquigráfica"
Se publica
según el texto del libro copiado con la versión taquigrafiada y con el título
folleto: .N. Lenin
(V. l.
Uliánov). "Viejos artículos sobre temas cercanos a los nuevos, Moscú, 1922
113 La sesión del CEO de toda Rusia del 29 de abril de 1918, a la que fueron
invitados los activistas obreros de Moscú y muchos funcionarios del Partido y
de los organismos de los Soviets, se celebró en el Museo Politécnico.-247.
Índice del contenido del documento
1
Informe sobre las tareas inmediatas
del poder soviético
2
Discurso de resumen de la discusión
del informe sobre las tareas inmediatas del poder soviético.
1
INFORME SOBRE LAS TAREAS INMEDIATAS
DEL PODER SOVIETICO
Camaradas:
Me veo obligado, en cuanto al informe, a plantear hoy la cuestión de modo un
tanto inhabitual. El caso es que el presente informe es mi artículo sobre las tareas inmediatas del
Poder soviético*, publicado el domingo en dos
periódicos, y me permito suponer que la mayoría de los presentes lo conoce.
• Véase el presente volumen, págs. 169-214. -Ed. Las tareas inmediatas del Poder
soviético
Por
consiguiente, creo que no debo repetir aquí lo expuesto en el informe y que
puedo limitarme a agregar y esclarecer algunas cosas. Me parece que la polémica
será la forma más adecuada para tales aclaraciones, porque la cuestión de las
tareas inmediatas que he tratado en esas tesis no es sino el desarrollo de la
resolución aprobada el 15 de marzo por el Congreso Extraordinario de toda Rusia
celebrado en Moscú, resolución que no se limitó al problema de la paz, el más
candente entonces, sino que señaló también la principal tarea del momento
actual, la tarea de organización, la tarea de la autodisciplina, de la lucha
contra la desorganización**.
•• Véase el presente volumen, págs. 128-129. -Ed. (RESOLUCION
SOBRE LA RATIFICACION DEL TRATADO DE BREST)
Y es en este
terreno, a mi entender, donde se han configurado en el último tiempo y con
bastante nitidez nuestras corrientes políticas o las líneas principales de
nuestras corrientes políticas; por eso creo que la forma polémica es la que
puede confirmar con mayor claridad lo que procuré exponer en forma positiva en
el artículo sobre las tareas inmediatas.
Camaradas:
Cuando examinen las corrientes políticas de la Rusia contemporánea, deberán
ante todo -también en este caso, como siempre, para evitar errores de apreciaciones
forzarse por examinar todas las corrientes políticas en su conjunto, pues sólo
así, sólo en esas condiciones podemos evitar el peligro de equivocarnos al escoger
ejemplos aislados. Desde luego, pueden encontrarse cuantos ejemplos se quiera
para confirmar cualquier tesis. Pero la esencia del asunto no es esa. Sólo si
examinamos estas corrientes en su conjunto, en su totalidad, podemos llegar a
esclarecer la relación existente entre lo que ocurre con las corrientes
políticas del país, tomadas en conjunto, y entre lo que ocurre con los
intereses de clase, que siempre se manifiestan en las corrientes políticas
importantes, serias y grandes.
Pues bien,
al examinar las grandes corrientes políticas de Rusia, yo pienso que es
incuestionable que se dividen de modo evidente e indudable en tres grandes grupos. En el primero tenemos a toda la burguesía,
firme e íntimamente unida, como un solo hombre, en la más resuelta y,
pudiéramos decir, la más frenética "oposición" al Poder soviético.
Desde luego, en este caso el· término "oposición" sólo puede
emplearse así, entre comillas, porque en realidad es una lucha frenética que en
la actualidad ha llevado al campo de la
burguesía a los pequeños burgueses que estaban con A. Kerenski durante la revolución , es decir, los mencheviques, los de Nóvaya Zhiz y los eseristas de derecha, quienes dejaban atrás incluso a la burguesía
en cuanto a la furia de sus ataques contra nosotros, pues ya se sabe que, con
frecuencia, la furia de los ataques y la intensidad de los ladridos son
inversamente proporcionales a la fuerza del elemento político de donde proceden
los ataques furiosos. (Aplausos.)
Toda la
burguesía, todos sus acólitos y sus servidores, tipo V. Chernov y tipo I. Tsereteli, han unido sus furiosos ataques
contra el Poder soviético. Todos ellos suspiran por la agradable perspectiva
que sus amigos, sus correligionarios de Ucrania, han realizado, la de concluir
una paz que les permita aplastar la influencia de los bolcheviques con el
concurso de las bayonetas alemanas y de la burguesía del país. Esto se sabe
demasiado bien. En el Cáucaso, Chjenkeli es un admirable ejemplo de amigos de
este género. Todos y cada uno recuerda esto por los periódicos.
Es natural
que el proletariado, que ha tomado el poder y comenzado a implantar la
dictadura de los trabajadores, la dictadura de los pobres contra los
explotadores, no pudiera encontrar otra cosa.
Por una
parte tenemos un flanco, un frente de una unidad perfecta. Si algunas veces nos
proponen soñar con un frente democrático único, yo, al menos, en las raras
ocasiones en que tengo entre las manos periódicos burgueses, cm las raras
oportunidades que se siente satisfacción en leer, aunque sea por encima,
periódicos como Nash Vek, Delo Naroda, etc., siempre me pregunto: ¿qué más
necesitan ustedes para la "unidad
del frente democrático"?
Entre ellos,
toda esa unidad del "frente
democrático" es de lo más completa, y, nosotros sólo podemos
regocijarnos de esa unidad, pues, por cuanto las migajas de este periodismo
burgués llegan de vez en cuando a las masas, esto no es la unidad del frente
democrático, sino la unidad de los ataques contra los bolcheviques. Y esta
unidad del frente, desde P. Miliukov hasta Y. Mártov, se merece que para el 1 ° de Mayo le entreguemos un
diploma por la excelente propaganda en favor de los bolcheviques.
Camaradas:
Si ustedes toman el otro campo, el campo contrario, hoy sólo verán en él a
nuestro Partido, al Partido de los
comunistas bolcheviques. Los acontecimientos han evolucionado de tal
modo, que quienes fueron nuestros aliados durante la mayor parte del período
posterior a octubre, es decir, los eseristas de izquierda, hoy renuncian a participar
formalmente en el poder. Su último congreso puso de manifiesto las grandes
vacilaciones de este partido 114,
que ahora aparecen con más fuerza que nunca, y en la prensa este partido
también manifiesta una completa confusión y una completa vacilación.
114 Se trata del II Congreso del partido de los eseristas de izquierda, realizado del 17 al 25 de abril de
1918 en Moscú. Al discutirse las tareas del partido en el momento actual se
definieron dos corrientes. Una parte de los delegados, encabezada por B. D.
Kamkov, defendió la labor realizada por el CC para impedir la firma del Tratado de Brest y consideró justo que los eseristas de izquierda se hubieran
negado a participar en el trabajo de los organismos centrales del Poder
soviético por cuanto el IV Congreso Extraordinario de los Soviets de toda Rusia
había ratificado el Tratado de Brest. Otra parte, encabezada por M. A.
Spiridónova, criticó al CC, acusándolo de "izquierdismo" extremo, e
insistió en que los eseristas de izquierda debían participar en el Gobierno
soviético a fin de llevar a la práctica el programa agrario eserista. Después
de acaloradas discusiones, el congreso adoptó una resolución ambigua: aprobó la
posición del CC en el problema de la Paz de Brest y la salida de los eseristas
de izquierda del Consejo de Comisarios del Pueblo, propugnando al propio tiempo
su participación en los organismos centrales y locales de poder para
"rectificar la línea general de la política soviética". -251
Rosa
Luxemburgo. La tragedia rusa (la capitulación del proletariado revolucionario
ruso al militarismo alemán) con la firma del Tratado Brest-Litovsk de 3 de
febrero de 1918).
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/06/rosa-luxemburgo-la-tragedia-rusa-la.html
Tratado de
Brest-Litovsk de 1918. Frenazo a la Revolución rusa. (Del Comunismo de guerra a
la Nueva Política Económica o capitalismo de Estado)
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/07/tratado-de-brest-litovsk-de-1918.html
Si ustedes
decidieran trazar un gráfico que muestre la actitud adoptada por este partido
desde febrero de 1917 -por supuesto, antes de la escisión de los eseristas en
una ala izquierda y una ala derecha-, un gráfico que muestre, mes a mes,
qué posiciones adoptaba este partido, las del proletariado o las de la
burguesía, si ustedes trazaran tal gráfico en el curso de un año, obtendrían
algo así como un cuadro clínico de algún enfermo, que haría pensar a todos los
que lo viesen: en un caso de fiebre asombrosa, de fiebre asombrosamente tenaz!
En efecto,
es improbable que algún otro partido en la historia de la revolución haya
tenido vacilaciones tan constantes y tan ininterrumpidas.
Pues bien,
si tomamos estas tres corrientes fundamentales y las examinamos, comprenderemos
que tal agrupación no es casual, que confirma plenamente lo que nosotros, los bolcheviques, indicábamos
ya en 1915, desde el extranjero,
cuando comenzaron a llegar las primeras noticias de que en Rusia crecía la
revolución, que ésta era inevitable, y cuando debíamos responder a las
preguntas de cuál sería la situación del
Partido si los acontecimientos lo llevaran al poder antes del fin de la
guerra. Entonces teníamos que decir: es posible que la revolución llegue a obtener una victoria decisiva,
esto es posible desde el punto de vista de clase, si los elementos
dirigentes de la pequeña burguesía e inclinan hacia el lado del
proletariado en los momentos decisivos, en los puntos decisivos*; y sucedió exactamente así; así se desarrolló y se desarrolla en
este momento la historia de la revolución rusa. Por supuesto, estas
vacilaciones de los elementos pequeñoburgueses no deben darnos el menor motivo
para el pesimismo , sin hablar ya de desesperación: es comprensible que en un
país que se pronunció contra la guerra imperialista antes que los demás, en un país atrasado al que, en gran
medida debido a ese atraso, los acontecimientos colocaron -por poco tiempo y en
cuestiones parciales, por supuesto- delante de otros países más avanzados, ·en
tal país la revolución estará condenada a soportar los momentos difíciles, más
duro v en un futuro inmediato los más amargos. Sería absolutamente ilógico que
en tales momentos pudiera conservar su frente y sus aliados sin que surgieran
vacilantes; eso significaría no tomar en cuenta en absoluto el carácter de
clase de la revolución la naturaleza de los partidos y de los grupos políticos.
* Véase O.C., T. 27, pág. 53. -Ed. (Algunas tesis de la redacción
pág.51-54)
Pues bien,
si examinamos la suma de las corrientes políticas de Rusia desde el punto de
vista de las tareas inmediatas, desde el punto de vista de cómo se nos plantean
tareas inmediatas y primordiales, las de
organización, disciplina, contabilidad y control, veremos que en el campo t del
"frente democrático único", que abarca desde Miliukov hasta
Mártov, no hay la menor tentativa de hacer una apreciación verdadera de estas
tareas. No la hay, y no puede haberla, porque sólo hay un anhelo maligno -y
cuanto más maligno es, más nos honra- de encontrar cualquier posibilidad,
cualquier indicio, cualquier ilusión del derrocamiento del Poder soviético, y
nada más. Por desgracia, justamente los representantes del partido de los eseristas de izquierda -a pesar de la enorme fidelidad a la
revolución revelada por muchos miembros de ese partido, que han mostrado
siempre gran iniciativa y energía- son los que han manifestado más vacilación a
propósito de las tareas inmediatas concernientes a la disciplina, la contabilidad, la organización y el control
proletarios, es decir, las tareas que para los socialistas se convirtieron
en naturales una vez conquistado el poder Y rechazados los ataques militares,
tanto de los Kerenski Y Krasnov como de los Kornílov, Gueguechkori y Alexéev.
Hoy, cuando por vez primera hemos
llegado a la médula misma del curso de la revolución, se trata de saber si triunfarán la
disciplina y la organización proletarias o triunfará el elemento de los
propietarios pequeñoburgueses, que en Rusia es particularmente fuerte
Para
nuestros adversarios del campo pequeñoburgués el teatro principal de la lucha
contra nosotros es el de la política interior y la construcción económica; su
arma, el sabotaje de todo lo que el proletariado decreta y se es fuerza por realizar en la
organización de la economía socialista. En este punto, el elemento
pequeñoburgués -el elemento de los pequeños propietarios y del egoísmo
desenfrenado- actúa como enemigo resuelto del proletariado.
Y en esta
curva descrita por la pequeña burguesía a lo largo de todos los acontecimientos
de la revolución, vernos que se aparta de nosotros del modo más brusco; es
natural que aquí, en este campo, encontremos la principal oposición, en el
sentido más estricto de la palabra, a
las tareas inmediatas y corrientes del momento; se trata de la oposición de
personas que no rechazan en principio un acuerdo con nosotros, que nos apoyan
en_ problemas más esenciales que aquellos sobre los que nos critican, es una
oposición combinada con el apoyo.
No nos
sorprende encontrar en la prensa de los eseristas de izquierda declaraciones como las que encontré
en Znamia Trudá 115 del 25 de abril.
Veamos lo que dice: "Los bolcheviques de derecha son ratificadores"
(mote terriblemente despectivo). ¿Qué
pasaría si aplicáramos el mote inverso apropiado para los guerreristas?
¿Produciría una impresión menos horrible? Bien; si encontramos corrientes de
este género en el bolchevismo, eso es una indicación .de algo. Justamente el 25
de abril leí en un periódico cierta tesis que nos caracterizaba políticamente.
Después de leerla, pensé que en todo eso seguramente estaba la mano de algún
redactor del periódico de los "comunistas de izquierda", Kommunist, o de su revista 116, por la mucha semejanza de los
puntos de vista; pero sufrí una decepción: resultó que era la tesis de Isuv
publicada en el periódico 117 • (Risas, aplausos.)
115 "Znamia Trudá" (La Bandera
del Trabajo): diario; órgano del Comité de Petrogrado del partido de los
eseristas; apareció por primera vez el 23 de agosto (5 de septiembre) de 1917.
Después del I Congreso de toda Rusia del partido de los eseristas de izquierda,
a partir del núm. 105, correspondiente al 28 de diciembre de 1917 (10 de enero
de 1918), pasó a ser órgano central de ese partido. Fue clausurado en julio de
1918, durante la sublevación.de los eseristas de izquierda.-254.
116 Se refiere a la revista semanal Kommunist (El Comunista), órgano fraccionista
del grupo antipartido de los "comunistas de izquierda"; se publicó en
Moscú desde el 20 de abril de 1918 como órgano del Buró Regional de Moscú del
PC(b) de Rusia, donde en esas fechas predominaba la influencia de los
"comunistas de izquierda". El último número, el cuarto, apareció en
junio del mismo año como órgano de ese grupo, ya que después de la conferencia
regional celebrada en mayo, que aprobó las Tesis sobre la situación política
actual de Lenin (véase el presente volumen, Tesis sobre la situación política actual págs.
332-336), el Buró Regional de Moscú retiró su firma de la revista.-254.
Kommunist https://es.wikipedia.org/wiki/Kommunist
https://www.marxists.org/francais/lenin/works/1918/05/vil19180505.htm
V. I. Lenin.
Acerca del infantilismo "izquierdista" y del espíritu pequeñoburgués
Escrito: El
5 de mayo de 1918.
https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1918/mayo/05.htm
Enciclopedia
marxista en inglés https://www.marxists.org/glossary/index.htm
Kommunist
https://www.marxists.org/glossary/periodicals/k/o.htm#kommunist
Kommunist 1918
Kommunist
era la revista de los "comunistas proletarios" o fracción comunista
de izquierda del Partido Bolchevique en la primavera de 1918. Tuvo 11 ediciones
en Petrogrado y otras 4 en Moscú antes de dejar de publicarse en junio de 1918.
Los colaboradores de Kommunist vinieron juntos en gran parte por dos cuestiones.
Consideraron la firma del Tratado de Brest-Litovsk en marzo de
1918 como un error que haría retroceder la revolución mundial y temían que
Rusia se encaminara hacia una nueva forma de capitalismo, el capitalismo de Estado. (Ver más en Glosario de Publicaciones Periódicas).
https://www.marxists.org/history/ussr/publications/kommunist/index.htm
117
"Vperiod'':
véase la nota 84.
Se trata del
tercer punto de las tesis aprobadas a propuesta de l. A. Isuv por el pleno del
Comité Regional de Moscú de los socialdemócratas mencheviques (se realizó en
abril de 1918). Lenin analiza estas tesis en su artículo Acerca del infantilismo
"izquierdista “y del espíritu pequeñoburgués (véase el presente volumen, pág. 318). - 254.
V. I. Lenin.
Acerca del infantilismo "izquierdista" y del espíritu pequeñoburgués.
1918 http://eljanoandaluz.blogspot.com/2018/11/v-i-lenin-acerca-del-infantilismo.html
Pues bien,
camaradas, cuando observamos fenómenos políticos como la solidaridad de Znq.mia
Trudá con una corriente particular del bolchevismo o con ciertas tesis
mencheviques formuladas por ese mismo partido que sostuvo la política de
alianza con Kerenski, por ese mismo partido en el cual Tsereteli concertó un
acuerdo con la burguesía, cuando somos objeto de ataques exactamente iguales a
los procedentes del grupo de los "comunistas de izquierda" y de la nueva revista, es
porque hay algo no marcha. Ahí hay algo que esclarece el verdadero significado
de esos ataques; y vale la pena prestar atención a esos ataques, aunque sólo
sea porque nos brindan la ocasión de valorar las tareas principales del Poder
soviético al discutir con personas con las que es interesante discutir porque
lo hacemos sobre la base de la teoría marxista, tomamos en cuenta la significación
de los acontecimientos de la revolución y hay deseo verdadero de llegar a la
verdad. Aquí, el terreno fundamental para un verdadero debate lo dan la
fidelidad al socialismo y la decisión incuestionable de colocarse del lado del
proletariado, contra la burguesía, sean cuales fueren los errores que, en
opinión de determinadas personas, grupos o corrientes, pudiera cometer el
proletariado en su lucha contra la burguesía.
Cuando digo
que es interesante discutir con esas personas, no me refiero, por supuesto, a
la polémica, sino a que se trata de la discusión del problema esencial,
capital, del momento actual. No es casual que las discusiones se efectúen en
este terreno y no en otro, porque es en él donde hoy está, objetivamente, la
tarea cardinal, la tarea de la lucha revolucionaria del proletariado, dictada
por las actuales condiciones de Rusia y que · debe ser realizada por todos los
medios, en presencia de numerosas Y diversas corrientes pequeñoburguesas,
siendo necesario que el proletariado se diga a sí mismo que en este punto no
puede hacer concesión alguna, por cuanto la revolución socialista, que comenzó
quitando el poder a la burguesía y prosiguió aplastando toda resistencia de la
burguesía, plantea firmemente en primer plano las cuestiones de la disciplina
proletaria y de la organización de los trabajadores, la capacidad para abordar
el trabajo con un riguroso espíritu práctico y conocimiento de los intereses de
la gran industria. El proletariado debe resolver estos problemas en la práctica,
pues en caso contrario sufrirá una derrota. Aquí reside la principal, la
verdadera dificultad de la revolución socialista. Precisamente por eso es tan
interesante, tan importante, en: el sentido histórico y político de la palabra,
discutir con los representantes del grupo de los "comunistas de izquierda", a pesar de que, examinando su
tesis y su teoría, no vemos en ella, lo repito -y lo demostraré en seguida-,
absolutamente nada, salvo las mismas vacilaciones pequeñoburguesas. Los
camaradas del grupo de los "comunistas
de izquierda", se llamen como se llamen, golpean, ante todo, sus
-propias tesis. Supongo que la inmensa mayoría de los aquí reunidos conoce sus
ideas, pues hemos discutido su esencia en los círculos bolcheviques, desde
principios de marzo, y quienes no se interesaban por la gran literatura
política deben conocerlas, pues las habrán discutido a raíz de los debates que
se desarrollaron en el último Congreso de los Soviets de toda Rusia.
Pues bien,
en sus tesis nosotros vemos ante todo lo mismo que vemos ahora en todo el partido
de los eseristas, lo mismo que vemos ahora en el campo de la derecha y en el
campo de la burguesía, desde P. Miliukov hasta Y. Mártov, a quienes las dificultades de la actual situación de
Rusia les resultan especialmente penosas desde el punto de vista de la pérdida
de su posición de gran potencia, desde el punto de vista de su transformación
de antigua nación, de Estado opresor en país oprimido, desde el punto de vista
de decidir, no en el papel sino en la práctica, si las dificultades del camino
hacia el socialismo, las dificultades de la revolución socialista iniciada
merecen que el país soporte las más duras situaciones en el sentido de su existencia como Estado, en el sentido
de su independencia nacional.
En este
punto está la división más profunda entre los que consideran que esa soberanía
e independencia estatales que para toda la burguesía constituye el ideal y el
límite, su sanctasanctórum, es un límite infranqueable, y que atentar contra él
es negar el socialismo, y quienes dicen que en la época de una furiosa matanza
imperialista por el reparto del mundo la revolución socialista no puede hacerse
sin los más duros reveses de muchas naciones, antes consideradas opresoras. Y
que, por duro que esto sea para la humanidad, los socialistas, los socialistas
conscientes aceptan todas esas pruebas.
En este
terreno, el más inadmisible, es donde más vacilaron los eseristas de izquierda, y precisamente en este terreno
vemos más vacilaciones en los "comunistas de izquierda".
Ahora, en
sus tesis que, como sabemos, discutieron con nosotros el 4 de abril 118 y
publicaron el 20 de abril, vuelven a insistir sobre el problema de la paz.
Dedican la
mayor atención a valorar el problema de la paz y con ello se esfuerzan por
demostrar que la paz es una manifestación de la mentalidad de unas masas
cansadas y desclasadas.
Sus
argumentos son de lo más ridículos cuando mencionan sus cifras de 12 votos en
contra y 28 en favor de la firma de la paz 119 • Pero si se trata de reunir cifras
y se recuerda una votación de mes y medio atrás, ¿no deberían tomarse también
cifras más recientes? Si se confiere importancia política a esa votación, ¿no
habría que recordar también la votación del Congreso de los Soviets de
toda Ucrania 120 antes de decir que el sano sur estaba contra la paz
mientras que el cansado, desclasado e industrialmente debilitado norte estaba
por la paz? ¿No convendría recordar la votación de la mayoría del grupo del Congreso de los Soviets de
toda Rusia, en el que ni siquiera una décima
parte votó contra la paz? Si se mencionan cifras y se les atribuye importancia
política, hay que tomar la votación política en conjunto, y entonces advertirán
de inmediato que los partidos que aprendieron de memoria ciertas consignas e
hicieron de ellas un fetiche resultaron estar con la pequeña burguesía, y ·que
la masa de los trabajadores y explotados, la masa de los obreros, soldados y
campesinos, no rechazaba la paz.
Notas
118 Las Tesis sobre la situación actual
de los "comunistas de izquierda" se discutieron en la reunión
conjunta de los miembros del CC del Partido y el grupo de los "comunistas
de izquierda", el 4 de abril de 1918. Lenin hizo un análisis detallado y
la crítica de esas tesis en su artículo Acerca
del infantilismo "izquierdista" y del espíritu pequeñoburgués (véase el presente volumen, págs. 291-324).-257.
V. I. Lenin.
Acerca del infantilismo "izquierdista" y del espíritu pequeñoburgués.
1918 http://eljanoandaluz.blogspot.com/2018/11/v-i-lenin-acerca-del-infantilismo.html
119
Se alude a la
votación sobre la ratificación del tratado de paz en el VII Congreso
Extraordinario del PC(b) de Rusia. Falseando los hechos, los "comunistas
de izquierda" mencionaron la cantidad de votos por la concertación de la
paz según la votación previa de las dos resoluciones, es decir, la resolución
de Lenin y la de los "comunistas de izquierda" (la primera obtuvo 28
votos, la segunda sólo 9 y fue rechazada inmediatamente), y daban la cantidad
de votos contra la firma del tratado de paz según los resultados de la votación
definitiva de la resolución de Lenin solamente (30 a favor, 12 en contra y 4
abstenciones). -257
120 El Segundo Congreso de los Soviets de toda Ucrania tuvo lugar
en Ekaterinoslav (hoy, Dnepropetrovsk) del 17 al 19 de marzo de 1918.
Asistieron 964 delegados; de ellos, 428 bolcheviques, 414 eseristas de
izquierda, 82 sin partido y 40 de otros grupos. Los bolcheviques tuvieron que
librar una lucha tenaz no sólo contra los eseristas de izquierda y los
nacionalistas burgueses, sino también contra los "comunistas de
izquierda", que presentaron la propuesta escisionista de condenar La firma
de la Paz de .Brest por el Gobierno soviético. Empero el grupo bolchevique,
encabezado por Y. B. Gamárnik y F. A. Serguéev (Artiom), logró que el Congreso
aprobara la resolución del IV Congreso de los Soviets de toda Rusia sobre la
ratificación del tratado de paz con Alemania.
En la
resolución Sobre la situación política, el Congreso expresó la voluntad del
pueblo ucranio y declaró que las masas trabajadoras de Ucrania, junto con los
obreros y los campesinos de Rusia y otras repúblicas, lucharían decididamente
por el Poder soviético. Habida cuenta de la situación creada con la Paz de
Brest, el Congreso declaró a Ucrania República Soviética autónoma y exhortó a
sus trabajadores a librar una guerra sin cuartel contra los invasores
austro-alemanes y la Rada Central, y subrayó -al propio tiempo que el tratado
de paz impuesto por la Alemania imperialista a la Rusia Soviética interrumpía
sólo de manera formal la vinculación federativa de Ucrania con Rusia y que sus
relaciones con la RSFSR seguirían, en esencia, como antes. -25 7.
Y el que
hoy, cuando se critica esta posición favorable a la paz, nos digan que eso ha
sido obra de las masas cansadas y desclasadas -cuando vemos claramente que
quien se oponía a la paz era precisamente la intelectualidad desclasada-, y nos
ofrecen la apreciación de los acontecimientos que leo en los periódicos, este
hecho nos muestra que en el problema de la concertación de la paz toda la razón
estaba de parte de la mayoría de nuestro Partido; y hemos firmado la paz, a
pesar de que nos decían que el juego no merecía la pena, que todos los
imperialistas se habían aliado ya contra nosotros, que nos estrangularían de
todos modos, nos cubrirían de vergüenza, etc. Esa paz no sólo les parecía deshonrosa, sino también inútil. Nos decían
que no conseguiríamos tregua alguna. Y nosotros respondíamos que no
podíamos saber cómo se desarrollarían las relaciones internacionales, pero sí
sabíamos que nuestros enemigos imperialistas se estaban peleando entre sí. Los
acontecimientos nos dieron la razón, y así
lo reconoció el grupo de los comunistas de
izquierda, adversarios nuestros en
cuestiones ideológicas y de principio, pero que, en términos generales,
adoptan el punto de vista del comunismo.
Esta sola
frase constituye un reconocimiento total de la justedad de nuestra táctica y
una condenación absoluta de las vacilaciones en torno al problema de la paz que
más contribuyeron a separar de nosotros a una determinada ala de nuestros
partidarios, como también a toda el ala agrupada en el partido de los eseristas
de izquierda y a la que existía y existe en nuestro Partido y ahí permanecerá,
podemos decirlo con toda certidumbre, y que en sus vacilaciones revela con
particular evidencia del origen de las mismas. Sí, la paz que hemos logrado es
sumamente inestable, la tregua conseguida puede ser rota en cualquier momento,
tanto desde el Oeste como desde el Este, de esto no hay duda alguna; nuestra situación internacional es tan
crítica que debemos poner en tensión todas las fuerzas para resistir el mayor
tiempo posible, mientras madura la revolución en Occidente, que madura con
mucha más lentitud de lo que esperábamos y deseábamos, pero que indudablemente madura,
absorbe y acumula cada vez más material inflamable.
Si nosotros,
como destacamento del proletariado mundial, hemos sido los primeros en avanzar,
no es porque nuestro destacamento esté más sólidamente organizado. No, está,
organizado peor, más débilmente que los otros, pero sería el colmo de la
insensatez y de la pedantería razonar como lo hacen muchos., diciendo: si
hubiera comenzado el destacamento mejor organizado, lo hubiese seguido otro
menos organizado y luego otro con menor grado de organización, entonces
gustosamente seríamos secuaces de la revolución socialista. Pero como las cosas
no ocurrieron según está escrito en los libros, como los otros destacamentos no
apoyaron al destacamento de vanguardia, nuestra
revolución está condenada a perecer. Nosotros
decimos: no, nuestra tarea consiste en modificar la organización general;
nuestra tarea, puesto que estamos solos, consiste en sostener la revolución, en
conservarle al menos una fortaleza del socialismo, por débil y pequeña que ésta
sea, hasta que la revolución madure en otros países, hasta que lleguen
los otros destacamentos. Pero esperar de la historia que ponga en
movimiento los destacamentos socialistas de los diversos países en un orden
riguroso, por etapas estrictamente establecidas, significa no tener noción,
alguna de la revolución o negar, por necedad, el apoyo a la revolución
socialista.
Desde el
momento que hemos comprendido y demostrado que tenemos una posición sólida en
Rusia y que no tenemos fuerzas para combatir al imperialismo internacional,
nuestra tarea es una sola, nuestra
táctica se define como una táctica de maniobrar, esperar y replegarse.
Sé muy bien que estas palabras no pueden pretender ser populares, que si se las
presenta en una forma apropiada y se las asocia con la palabra
"coalición", se abre con ello el más ancho camino para comparaciones
agudas, para todo género de reproches y sarcasmos; pero por mucho que afinen la
puntería de su ingenio, nuestros
enemigos de la derecha -los burgueses-, nuestros amigos de ayer de la
izquierda -los eseristas de izquierda- y,
estoy seguro, nuestros amigos de ayer,, de hoy y de mañana -los "comunistas de
izquierda"-, por muchas pruebas que den de
sus vacilaciones pequeñoburguesas, no podrán desmentir estos hechos. Los
acontecimientos nos han dado la razón, hemos conseguido una tregua sólo porque
en Occidente continúa la masacre imperialista, y en el Extremo Oriente la
rivalidad imperialista se extiende cada vez más; sólo a eso se debe la
existencia de la República Soviética, por ahora la cuerdecita más débil, a la
que nos aferramos en esta situación política. Por supuesto, no es el papel ni
el tratado de paz lo que nos
defenderá, ni la circunstancia de que no queremos hacer la guerra a Japón, país
que saquea sin importarle tratado o formalidad alguna; por supuesto, no es el
tratado de papel o el "estado de paz"
lo que nos defenderá, sino la continuación de la pugna entre los dos
"gigantes" imperialistas en Occidente y nuestro aguante. No hemos
olvidado la fundamental enseñanza marxista, confirmada de manera tan evidente
por la revolución rusa: es necesario calcular las fuerzas sobre la base de
decenas de millones de hombres; una fuerza menor no cuenta en política, es
rechazada como magnitud despreciable. Si consideramos la revolución
internacional desde este ángulo, todo estará clarísimo: un país atrasado puede comenzar fácilmente, porque su adversario
está podrido, porque su burguesía no está organizada, pero para continuar
necesita cien mil veces más circunspección, prudencia y aguante. En Europa
Occidental sucederá de otro modo, allí es muchísimo más difícil comenzar, pero
será inconmensurablemente más fácil continuar. No puede ser de otro modo,
porque allí el grado de organización y cohesión del proletariado es
incomparablemente mayor. Pero mientras estemos solos debemos decirnos,
calculando las fuerzas: mientras llega la revolución europea, que nos
allanará las dificultades, nuestra única posibilidad es que continúe la lucha
entre los gigantes imperialistas internacionales; hemos aquilatado bien esta
posibilidad, la conservamos ya varias semanas, pero puede quebrarse mañana. De
aquí se infiere que en nuestra política exterior debemos proseguir lo que
iniciamos en marzo, que se formula con las palabras: maniobrar, replegarse,
esperar. Cuando el mencionado Kommunist
de izquierda usa las palabras "política
exterior activa", cuando pone la expresión defensa de la patria
socialista entre comillas, para ironizar, yo me digo: esta gente no ha
entendido nada en absoluto de la situación del proletariado occidental. Se
dicen "comunistas de izquierda", pero se desvían hacia el punto de vista de la vacilante pequeña
burguesía, que en la revolución ve la garantía de un orden peculiar. Las
relaciones internacionales revelan muy claramente que el ruso que se hubiera
propuesto derrotar al imperialismo internacional con las fuerzas rusas, sería
un demente. Y mientras allí, en Occidente, madura la revolución, que hoy madura
más rápidamente que ayer, nuestra tarea es sólo ésta: nosotros, el destacamento
que, pese a su debilidad, se encuentra hoy en la vanguardia, debemos hacerlo
todo, aprovechar toda posibilidad para retener las posiciones conquistadas.
Todas las demás consideraciones deben supeditarse a ésta: aprovechar plenamente
toda posibilidad para diferir varias semanas el momento en que el imperialismo
internacional se una contra nosotros; si procedemos así, marcharemos por un
camino que todo obrero consciente de los países europeos aprobará, pues sabe
todo lo que nosotros hemos aprendido sólo desde 1905, y que Francia e
Inglaterra han tardado siglos en aprender: sabe cuán lentamente avanza la
revolución en la libre sociedad de la burguesía unida, sabe que contra tales
fuerzas será necesario poner en movimiento un buró de agitación que realice la
propaganda en el verdadero sentido de la palabra, cuando estemos junto con el
proletariado insurrecto alemán, francés, inglés. Mientras tanto, por triste que
esto sea, por mucho que repugne a las tradiciones revolucionarias, la única y
sola táctica es: esperar, maniobrar y replegarse.
Y cuando
dicen que no tenemos una política internacional exterior, yo digo: cualquier
otra política se presta, consciente o inconscientemente, a desempeñar un papel
de provocación y convertir a Rusia en instrumento de la alianza con los
imperialistas del tipo Chjenkeli o del tipo Semiónov.
Y nosotros decimos: mejor es sufrir y soportar,
padecer humillaciones y dificultades nacionales y estatales infinitamente
mayores, pero mantenernos en nuestro puesto, como un destacamento socialista
separado del ejército socialista por la fuerza de los acontecimientos y
obligado a esperar hasta que la revolución socialista en otros países acuda en
nuestra ayuda. Y acude en nuestra ayuda. Despacio, pero acude. Y la guerra que
se libra ahora en Occidente, revoluciona a las masas más que antes y aproxima
la hora de la insurrección.
La propaganda que se ha hecho hasta
el presente mostraba que la guerra imperialista es la más criminal y
reaccionaria de las guerras de conquista. Pero hoy se confirma que en el Frente del Oeste, donde
cientos de miles y millones de soldados franceses y alemanes participan en la
matanza, la revolución no puede dejar de madurar más rápidamente que antes,
aunque madura con mayor lentitud de lo que esperábamos.
Me he
detenido más de lo que hubiera querido en el problema de la política exterior,
pero me parece que es aquí, en el problema de la política exterior, donde se
perfilan netamente, dicho con propiedad, las dos líneas fundamentales; la
proletaria, que dice que la revolución socialista es lo más preciado y debe
anteponerse a todo, y que debemos tener en cuenta que un día u otro puede
estallar en Occidente; la otra línea, la burguesa, dice que la posición de gran
potencia del Estado y la independencia nacional son lo más preciado y deben
anteponerse a todo.
Esa misma
actitud en cuanto a los problemas internos la vemos en el grupo de los "comunistas de izquierda", quienes
repiten los principales argumentos que se emplean contra nosotros desde el
campo de la burguesía. Por ejemplo, el
argumento fundamental utilizado contra nosotros por el grupo de los "comunistas de izquierda" es que se
observa una desviación bolchevique de derecha que hace correr a la revolución
el riesgo de evolucionar hacia el capitalismo
de Estado.
La evolución hacia el capitalismo de Estado: este es el mal,
este es el enemigo al que se nos invita a combatir.
Pues bien,
cuando leo esas referencias a semejante enemigo en el periódico de los "comunistas de izquierda", yo, pregunto:
¿qué ha ocurrido con esta gente, cómo es posible, que retazos de un libro hayan
podido hacerles olvidar la realidad? La realidad nos dice que el capitalismo de Estado daría para
nosotros un paso adelante. Si nosotros
pudiéramos realizar el capitalismo de Estado en Rusia en poco tiempo, eso sería
una victoria. ¿Cómo han podido dejar de ver que el pequeño propietario, el pequeño capital es nuestro enemigo? ¿Cómo
han podido ver en el capitalismo de Estado nuestro principal enemigo? No deben olvidar que, al pasar del
capitalismo al socialismo, nuestro principal enemigo es la pequeña burguesía,
sus hábitos, sus costumbres, su situación económica. Lo que más teme el pequeño propietario es el capitalismo de Estado,
porque tiene un solo deseo: sacar la mayor tajada posible, arruinar, aniquilar
a los grandes terratenientes, a los grandes explotadores. Y en este terreno, el
pequeño propietario nos apoya con gusto.
Aquí es más
revolucionario que los obreros, porque está más enfurecido, más indignado, y
por eso, cuando se trata de aplastar a la burguesía, marcha de buen grado, pero
no como lo hace un socialista para, una vez aplastada la resistencia de la
burguesía, comenzar a construir la economía socialista sobre la base de una
disciplina laboral firme, en un marco de rigurosa organización y aplicando
acertadamente el control Y la contabilidad, sino para sacar la mayor tajada
posible, para aprovecharse de los frutos de la victoria, sin importarle lo más
mínimo los intereses de todo el Estado ni los de las clases trabajadoras en
general.
¿Qué
significa el capitalismo de Estado bajo el Poder soviético? En la actualidad, establecer el capitalismo de Estado significa aplicar
la contabilidad y el control que aplicaban las clases capitalistas. Alemania es un modelo de capitalismo de
Estado. Sabemos que este país nos ha superado. Pero si ustedes reflexionan
un poco sobre lo que significaría lograr las bases de tal capitalismo de
Estado en Rusia, en la Rusia Soviética, toda persona que esté en su sano
juicio y no se haya atiborrado la cabeza con retazos de verdades librescas, deberá
\ decir que el capitalismo de Estado
sería nuestra salvación.
He dicho que
el capitalismo de Estado sería nuestra salvación; si lo tuviéramos en
Rusia, la transición al socialismo total sería fácil, estaría en nuestras
manos, porque el capitalismo de Estado es algo centralizado, calculado,
controlado y socializado, y esto es precisamente lo que nos falta; nos amenaza
el elemento de relajación pequeñoburguesa, el más preparado por la historia de Rusia
y por su economía y que nos impide precisamente dar este paso del cual depende
el éxito del socialismo. Me permitiré
recordarles que estas palabras mías sobre el capitalismo de Estado fueron escritas un tiempo antes de la revolución,
y sería un absurdo enorme tratar de asustarnos con el capitalismo de Estado.
Les recordaré que en aquel entonces escribí en mi folleto La catástrofe que nos
amenaza *... (Lee.)
* Véase O.C., T. 34, págs. 157-206. -Ed. (La catástrofe que nos amenaza y como combatirla)
Lo que yo
escribí se refería a un Estado democrático revolucionario, al Estado de
Kerenski, Chernov, Tsereteli, Kishkín y cofradía, a un Estado instalado en el
terreno burgués y que no abandonaba ese terreno ni podía abandonarlo; escribí entonces que el capitalismo de
Estado es un paso hacia el socialismo; escribí esto en septiembre de 1917, y ahora, en abril de 1918 - después que el
proletariado tomó el poder en octubre, cuando ha demostrado su capacidad:
confiscó muchas fábricas, nacionalizó empresas y bancos, 1 aplastó la
resistencia armada de la burguesía y los saboteadores-, tratar de asustarnos
con el capitalismo de Estado
resulta tan rematadamente absurdo y funambulesco, que uno no puede menos que
asombrarse y preguntarse: ¿cómo hay gente que ha podido llegar a eso? Han
olvidado un pequeño detalle: en Rusia tenemos un montón de pequeños burgueses que ven con simpatía la supresión de
la gran burguesía de todos los países, pero
no ven con simpatía la contabilidad, la socialización y el control:
aquí es donde está el peligro para la revolución, aquí es donde se realiza esa
unidad de las fuerzas sociales que hundió, y no podía no hundir, a la gran
revolución francesa y que hoy es lo único que puede hundir a la revolución rusa
si el proletariado ruso resulta débil. La pequeña burguesía, como vemos, impregna todo el
ambiente social con tendencias de pequeño propietario, con anhelos que se
expresan simplemente de esta manera: le quité al rico lo que yo quería, los demás
asuntos no me interesan.
Ahí está el
peligro principal. Si los pequeños burgueses estuvieran subordinados a otros elementos de
clase, si estuvieran subordinados al capitalismo de Estado, los obreros
conscientes / deberían saludar esto con ambas manos, porque el capitalismo de Estado bajo la democracia de Kerenski habría
sido un paso hacia el socialismo, pero
bajo el Poder soviético constituiría 3/4 de socialismo, porque podemos
hacer colaborador nuestro a quien es un organizador de empresas bajo el capitalismo de Estado; pero los
"comunistas de izquierda" tienen otra actitud en este punto, una
actitud despectiva; y cuando el 4 de abril tuvimos nuestra primera conferencia
con los "comunistas de izquierda" -la cual demostró, entre otras
cosas, que el problema era ya historia antigua, había sido largamente discutido
y pertenecía al pasado-, yo dije que, si comprendíamos correctamente nuestras
tareas, debíamos aprender el socialismo
de los organizadores de los trusts.
Estas
palabras indignaron terriblemente a los "comunistas de izquierda", y
uno de ellos, ·el camarada N. Osinski, dedicó todo un artículo a refutarlas con invectivas.
La esencia de sus argumentos se reduce a esto. -Nosotros no queremos
enseñarles, sino aprender de ellos. -Nosotros, los bolcheviques "de
derecha", queremos aprender de los organizadores de los trusts, mientras
que los "comunistas de izquierda ' quieren enseñarles. -Pero ¿qué
quieren enseñarles ustedes? ¿Socialismo, acaso? -¿Enseñar socialismo a los
comerciantes, a los negociantes? (A plauso s.) No, háganlo ustedes si quieren;
nosotros no los ayudaremos, es un trabajo sin sentido. -Nosotros no tenemos
-nada que enseñar a esos ingenieros, negociantes y comerciantes. -No vale la
pena enseñarles socialismo. -Si tuviéramos una revolución burguesa, no
tendríamos qué aprender de ellos, excepto, quizá, a sacar la mayor tajada
posible, y nada más. -Pero eso no es aún una revolución socialista. - Es lo que
sucedió en Francia en 1793; eso se produce donde no hay socialismo, sino sólo
una introducción al socialismo.
Nikolái
Osinsky https://www.marxists.org/archive/osinsky/index.htm
Obras
traducidas al castellano aquí
La revista
Kommunist 1918
https://www.marxists.org/history/ussr/publications/kommunist/index.htm
Hay que
derribar a los terratenientes, hay que derribar a la burguesía, y la historia
dará la razón millones de veces a los bolcheviques, serán justificados todos
sus actos, toda su lucha, las violencias a que recurrieron contra los
terratenientes Y capitalistas, la expropiación, el aplastamiento violento de su
resistencia. En general fue una tarea histórica grandiosa, pero fue sólo el
primer paso. Aquí se trata de determinar para qué los hemos aplastado. ¿Para
decir que ahora, después de haberlos aplastado definitivamente, debemos
inclinarnos ante su capitalismo? No; ahora vamos a aprender de ellos porque nos
faltan conocimientos, porque no tenemos esos conocimientos. Tenemos
conocimientos de socialismo, pero no tenemos conocimientos de organización de
millones de personas, conocimientos de organización y distribución de los
productos, etc. Los viejos dirigentes bolcheviques no nos enseñaron esto. El
Partido Bolchevique no puede jactarse de ello en su historia. No hemos cursado
todavía tales estudios. Y nosotros decimos que, aun cuando ese hombre sea un
pillo de marca, debemos aprender de él, si ha organizado un trust, si es un
comerciante dedicado a la organización de la producción y distribución de los
productos para millones y decenas de millones de personas, si tiene
experiencia. Si no aprendemos esto, no llegaremos al socialismo, la revolución
se estancará en la fase a que arribó. Sólo
el desarrollo del capitalismo de Estado, sólo la implantación minuciosa de la contabilidad y el control, sólo la
organización y la disciplina laboral más rigurosas nos llevarán al socialismo.
Sin esto no habrá socialismo.
(Aplausos.)
No
emprenderemos la ridícula tarea de enseñar a los organizadores de los trusts;
nada hay que enseñarles. Tenemos que expropiarlos. Esto no plantea ningún
problema. No hay en ello ninguna dificultad. (Aplausos.) Le hemos mostrado y
demostrado suficientemente.
La situación
mejor la tenemos donde los obreros aplican ese capitalismo de Estado: las industrias del cuero, textil y
azucarera, porque conocen con lucidez proletaria su industria y quieren
preservarla, hacerla más grande, porque en esto reside el mayor socialismo 121• Dicen: todavía no puedo hacerme
cargo de esta tarea, colocaré algunos capitalistas, les ofreceré 1 /3 de los
puestos y aprenderé de ellos. Y cuando leo las irónicas palabras de los "comunistas de izquierda" acerca de
que todavía no se sabe quién utiliza a quién, me sorprende su falta de
perspicacia. Por supuesto, si, después de haber tomado el poder en octubre Y
después de la victoriosa campaña contra toda la burguesía de octubre hasta
abril, pudiéramos dudar de quién utiliza a quién -los obreros a los
organizadores de los trusts, o los comerciantes y los granujas a los obreros-,
si eso fuera así, tendríamos que recoger nuestros bártulos y marcharnos a casa,
dejando el lugar a los Miliukov y los Mártov. Pero no es así. Los obreros consientes
no lo creerán, y el temor de la pequeña burguesía es ridículo; saben que el
socialismo comienza donde comienza una producción mayor, que los comerciantes y
los negociantes han aprendido esta actividad por propia experiencia.
Notas
121
Lenin se
refiere a las agrupaciones estatales-capitalistas creadas en las industrias del
cuero, textilera y azucarera. A comienzos de 1918, el, sindicato de curtidores
llegó a un acuerdo con la Sociedad de fabricantes y productores de la industria
del cuero de toda Rusia, según el cual las curtidurías debían trabajar por
encargos y con subsidios del Gobierno soviético, y toda su producción, ser
entregada al Estado. En la dirección de la industria del cuero, Comité
Principal para Asuntos del Ramo de la Piel, los obreros ocupaban dos terceras
partes de los cargos, y los empresarios privados y técnicos burgueses, una
tercera parte. También se firmaron acuerdos de este tipo en las industrias
textilera y azucarera y en algunas otras ramas de las industrias ligera y
alimentaria. Además, el Estado conservaba el derecho de confiscar las empresas
que integraban las agrupaciones estatales-capitalistas. -267
Nosotros
hemos dicho: sólo estas condiciones materiales, las condiciones de la gran
industria maquinizada, de las empresas gigantes que producen para decenas de
millones de personas, sólo estas condiciones forman la base del socialismo, Y adquirir estos conocimientos en un país
pequeñoburgués, campesino, es difícil, pero es posible. La revolución
vendrá al precio de una guerra civil, y esto es tanto más duro cuanto más
civilizado, más desarrollado es el Estado; en Alemania domina el capitalismo
de Estado, y por eso la revolución en
Alemania será cien veces más ruinosa y destructiva que en un país
pequeñoburgués; allí habrá también gigantescas dificultades, tremendo caos
y desequilibrio. Por eso no veo el menor motivo para desesperación y desaliento
en el hecho de que la revolución rusa cumplió primero una tarea más fácil:
derribar a los terratenientes y la burguesía, ahora pasa a cumplir una tarea
socialista más difícil: organizar la
contabilidad y el control con la participación de toda el pueblo, la
tarea con la que comienza el verdadero socialismo y que es apoyada por la
mayoría de los obreros y trabajadores conscientes. Sí, la mayoría de los
obreros, los mejor organizados, que han pasado por la escuela de los
sindicatos, está con nosotros sin reserva.
Los
problemas que los señores de Vperiod intentan descartar con sarcasmos -las
cuestiones del salario a destajo y del sistema Taylor-, fueron planteados
por esa mayoría en los consejos sindicales· antes de hacerlo nosotros, antes
del advenimiento del Poder soviético con sus Soviets; ellos se levantaron y
emprendieron la tarea de elaborar las normas de la disciplina laboral. En su
modestia proletaria, estas personas demostraron que conocían las condiciones
del trabajo fabril y captaron la esencia del socialismo mejor que quienes
prodigaban frases revolucionarias y, en los hechos, descendían, consciente o
inconscientemente, al nivel del punto de vista de la pequeña burguesía:
derribar al rico, pero sin someterse a la contabilidad y al control de una
organización, pues eso no le interesa; eso es superfluo para los pequeños
propietarios, no lo necesitan, pero sólo y justamente en eso reside la garantía
de la solidez y de la victoria de nuestra revolución.
Camaradas,
no entraré en otros detalles y citas del periódico Levi Kommunist 122 , pero
diré, en dos palabras: es hora de gritar, pues hay gente que llega al extremo de afirmar que la
implantación de la disciplina laboral será un paso atrás; y debo declarar que
para mí semejante afirmación es tan extraordinariamente contrarrevolucionaria,
representa tal amenaza para la revolución, que si no supiera que la hace un
grupo sin influencia y que será refutada en cualquier asamblea de obreros
conscientes, diría: la revolución rusa está perdida.
Notas
122
"Levi
Kommzmisf' (El Comunista de Izquierda): Lenin llama irónicamente así a la revista Kommunisl (véase la nota 116), de la que expone citas. -268.
Nota 116. Se refiere a la revista semanal Kommunist
(El Comunista), órgano fraccionista del grupo antipartido de los
"comunistas de izquierda"; se publicó en Moscú desde el 20 de abril de
1918 como órgano del
Buró Regional de Moscú del PC(b) de Rusia, donde en esas fechas predominaba la
influencia de los "comunistas de izquierda". El último número, el
cuarto, apareció en junio del mismo año como órgano de ese grupo, ya que
después de la conferencia regional celebrada en mayo, que aprobó las Tesis
sobre la situación política actual de Lenin (véase el presente volumen, págs. 332-336) (Tesis sobre la situación política actual), el Buró Regional de Moscú retiró su
firma de la revista.-254.
Los comunistas de izquierda escriben:
"La implantación de la disciplina
laboral, con motivo de la reintegración de dirigentes capitalistas de la
producción, no puede elevar sensiblemente la productividad del trabajo, pero
rebajará la iniciativa de clase, la actividad y la organización del
proletariado. Amenaza con esclavizar a la clase obrera ... " Esto
no es verdad; si lo fuera, nuestra revolución rusa estaría al borde de la
bancarrota en lo que se refiere a sus fines socialistas, a su esencia
socialista. Pero esto no es verdad. La
intelectualidad pequeñoburguesa desclasada no comprende que para el
socialismo la principal dificultad consiste en asegurar la disciplina laboral.
Hace tiempo los socialistas escribieron sobre esto, pensaron principalmente en
esto en el lejano pasado, le dedicaron la mayor atención y lo analizaron;
comprendían que las verdaderas dificultades para la revolución socialista
comienzan en este punto. Más de una vez ha habido revoluciones que derribaron
implacablemente a la burguesía, con una energía no inferior a la nuestra; pero
nosotros hemos creado el Poder soviético y demostrado con ello que pasamos
prácticamente de la emancipación económica a la autodisciplina laboral, que
nuestro poder debe ser realmente un poder del trabajo. Cuando nos dicen que la dictadura del proletariado es admitida de
palabra, pero de hecho se escriben frases, muestran en el fondo
que no tienen idea de lo que es la dictadura del proletariado, pues no se trata
solamente de derrocar a la burguesía o a los terratenientes -eso ocurrió en
todas las revoluciones-; nuestra dictadura
del proletariado consiste en asegurar el orden, la disciplina, la productividad
del trabajo, la contabilidad y el control, el Poder soviético proletario, que
es más sólido y firme que el anterior. Eso lo que ustedes no resolverán, 10 que no les
hemos enseñado, lo que necesitan los obreros, y por ello es bueno mostrarles el
espejo donde todas estas fallas se ven con nitidez. Considero que ésta es una
tarea útil, porque obligará a quien sea capaz de pensar, a los obreros y
campesinos conscientes a concentrar en ella sus fuerzas principales. Si, al
derrocar a los terratenientes y la burguesía, hemos limpiado el camino, pero no
hemos construido el edificio del socialismo. Y sobre el terreno que se ha
limpiado de una generación burguesa aparecen continuamente en la historia
nuevas generaciones, basta con que el terreno las produzca, y realmente produce
burgueses en cantidad. Y los que consideran la victoria sobre los capitalistas
desde el punto de vista del pequeño propietario -"ellos sacaron tajada, yo
también me aprovecharé de ella” cada una de esas personas da nacimiento a una
nueva generación de burgueses. Cuando nos dicen que la implantación de la
disciplina laboral, con motivo de la reintegración de los dirigentes
capitalistas, representa, al parecer, una amenaza para la revolución, yo
respondo: lo que esta gente no ha comprendido es el carácter socialista de
nuestra revolución, insiste en lo que la une fácilmente con la pequeña
burguesía que teme la disciplina, la organización, la contabilidad y el control
como el diablo la cruz.
Si dicen:
pero es que ustedes proponen que incorporemos a los capitalistas como
dirigentes junto a los dirigentes obreros. Efectivamente, así es, porque en
materia de organización tienen los conocimientos que nosotros no tenemos. El
obrero consciente jamás temerá a tales dirigentes, porque sabe que el Poder
soviético es su poder, que se mantendrá firme en su defensa, porque sabe que
quiere aprender la práctica de la organización.
En la época
del zarismo hemos organizado a miles de personas, y durante el Gobierno de
Kerenski a centenares de miles. Esto no es nada, en política esto no cuenta.
Era un trabajo preparatorio, un precursor. Pero mientras no hayan aprendido a
organizar a decenas de millones de personas, los obreros avanzados no serán
socialistas ni creadores de la sociedad socialista, ni adquirirán los
conocimientos de organización necesarios.
El camino de la organización es largo, y las tareas de la construcción
socialista requieren una labor tenaz y prolongada, y conocimientos adecuados,
que hoy no poseemos en cantidad suficiente. Es dudoso que la próxima
generación, más desarrollada, realice enteramente la transición al socialismo.
Recuerden lo
que escribían los socialistas de antes sobre la futura revolución socialista;
es dudoso que se pueda pasar al socialismo sin aprender de los organizadores de
los trusts, pues ellos se han ocupado de esa producción en gran escala. Nosotros no tenemos que enseñarles
socialismo, lo que tenemos que hacer es expropiarlos y quebrar su sabotaje.
Estas dos tareas las hemos cumplido. Hay que obligarles a someterse al control
obrero. Y los reproches que nos dirigen nuestros críticos de entre los "comunistas de izquierda", cuando dicen que nuestra táctica no conduce
hacia el comunismo, sino que nos hace retroceder, son ridículos: olvidan que estamos en retraso en cuanto a
contabilidad y control porque fue muy difícil vencer esa resistencia y poner a
nuestro servicio a la burguesía, a sus técnicos y sus especialistas burgueses.
Pero necesitamos sus conocimientos, su experiencia y su trabajo; sin ellos es
imposible, en la práctica, dominar la cultura creada por las viejas relaciones
sociales y que ha quedado como la base material del socialismo. Si los "comunistas de izquierda" no lo han
notado, es porque no ven la vida real y redactan sus consignas oponiendo
a un socialismo ideal el capitalismo de Estado. Pero nosotros debemos
decir a los obreros lo siguiente: sí, es un paso atrás, pero tenemos que
ayudamos a encontrar un medio. Y no hay más que uno: organícense hasta el
último nombre, organicen la contabilidad de la producción, organicen la
contabilidad y el control del consumo, y háganlo de manera que no tengamos que
emitir centenares de millones de papel moneda 123 y que ni un solo billete de cien rublos, caído en manos
inadecuadas, quede sin ser reintegrado al Tesoro. Esto no puede hacerse con un
estallido de fervor revolucionario, ni tampoco rematando a la burguesía. Esto
sólo puede hacerse con autodisciplina, sólo con la organización del trabajo de
los obreros y los campesinos, sólo con la contabilidad y· el control. Esto no
lo tenemos todavía, y hemos pagado por ello el tributo de una remuneración más
alta que la que les pagaban a· ustedes los organizadores capitalistas. Todavía
no lo hemos aprendido, pero debemos aprenderlo, porque es el camino hacia el
socialismo, el único camino: enseñar a los obreros la manera práctica de
administrar empresas colosales, de organizar la gran producción y la
distribución en gran escala.
Camaradas,
sé perfectamente que es muy fácil hablar de contabilidad, control, disciplina y
autodisciplina cuando habla quien ocupa una determinada posición social. Estos
casos proporcionan abundante material para ironías y para decir: cuando no
estaba en el poder, el partido de ustedes prometía a los obreros el oro y el
moro, pero en cuanto llegaron al- poder se opera· la transformación de siempre
y comienzan a hablar de contabilidad, disciplina, autodisciplina, control, etc. Sé_ perfectamente que
es un material muy grato para los publicistas tipo Miliukov y Mártov.
Notas
123
Lenin se
refiere a la emisión de dinero y valores que realizó el Gobierno soviético
debido a que no recibía suficientes recursos de las fuentes transporte,
corrientes de ingresos estatales (acumulaciones de la industria y de impuestos
regulares, etc.). Aunque en el primer período de existencia del Poder soviético
la emisión era una de las fuentes más importantes para financiar la economía
nacional, el Ejército Rojo y las actividades sociales y culturales, Lenin
subrayaba que la "emisión de papel moneda... se puede justificar como
medida temporal" (véase el presente volumen, pág. 363)( El impuesto de utilidades y bienes). Gracias a las medidas adoptadas por
el Partido y el Gobierno para mejorar la situación financiera, a mediados de
1918 se redujo la emisión.-271.
El impuesto de utilidades y bienes
La segunda tarea que se nos presenta
es el planteamiento acertado del impuesto progresivo de utilidades y bienes.
Ustedes saben que todos los socialistas estamos contra los impuestos
indirectos, pues el único impuesto justo, desde el punto de vista socialista,
es el impuesto progresivo de utilidades y bienes. No oculto que, al implantar este
impuesto, tropezaremos con dificultades extraordinarias; la resistencia de las
clases poseedoras será desesperada.
Ahora la burguesía rehúye los
impuestos, sobornado a unos y utilizando sus relaciones con otros; debemos
cerrarle todas las escapatorias. Nos hemos planteado muchas cosas en esta
esfera, descombrado el suelo para echar los cimientos de este edificio, pero
aún no los hemos echado. Ahora llega ese momento.
La cuestión del impuesto de
utilidades es de tal índole que, para llevarlo a la vida, no bastan decretos
solos; hacen falta, además, métodos prácticos, experiencia.
Nuestra opinión es que necesitamos
pasar a la recaudación mensual del impuesto de utilidades. Aumenta la parte de
la población que obtiene ingresos del erario; debemos adoptar medidas para
recaudar este impuesto a dicha gente, descontándolo de los sueldos. .
El impuesto de utilidades se debe descontar de
todos los ingresos y salarios sin excepción; la emisión de cantidades excesivas
de papel moneda, que se venía practicando hasta el presente, se puede
justificar como medida temporal y debe ceder el paso al impuesto progresivo de
utilidades y bienes con frecuentes plazos de recaudación.
Les rogaría que detallaran esta
medida y determinasen en la práctica y con exactitud los planes que pudiéramos
convertir en brevísimo plazo en decretos e instrucciones.
Tratando de las contribuciones, Lenin
dice: No soy, en absoluto, enemigo de las contribuciones en general; para
acabar con la burguesía, el proletariado no puede prescindir de las
contribuciones; es una medida justa del período de transición, pero este
período transitorio ha acabado ahora, Y los impuestos sobre las clases
pudientes deben dar paso al impuesto estatal único y centralizado.
No cabe duda de que la burguesía
procurará eludir con todas sus fuerzas nuestras leyes y poner en juego el
pequeño engaño. Lucharemos contra eso a fin de quebrantar totalmente los restos
de la burguesía.
https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo36.pdf
Sé
perfectamente qué rico material es este para las personas cuyos escritos se
pagan por línea o por sensacionalismo y que son propensas a sacar tajada de los
argumentos más mezquinos, recibidos con escasa simpatía por los obreros
conscientes.
Nikolái
Bujarin Reseña: Lenin, El Estado y la Revolución
https://www.marxists.org/archive/bukharin/works/1918/staterev.htm
En el periódico Levi Kommunist leí una reseña sobre un libro mío 124 , escrita
por un destacado publicista, por N. Bujarin; era además una reseña favorable,
pero todo lo que contenía de bueno perdió para mí todo su valor cuando la leí
hasta el final; me· di cuenta de que N. Bujarin no vio lo que era necesario ver, y
eso le sucedió porque escribió su reseña en abril, pero tomó citas que en abril
eran ya viejas, lo que pertenecía al pasado, a saber: que debemos demoler el
viejo Estado; eso ya lo hemos hecho, era la tarea de ayer, y es preciso marchar
adelante, con la mirada fija no en el pasado, sino en el futuro, y crear el Estado basado en la Comuna; escribió
sobre lo que ya está encarnado en las organizaciones soviéticas y calló lo
referente a la contabilidad, el control, la disciplina. Tanto los talantes de
esta gente como su mentalidad coinciden con los de la pequeña burguesía:
derribar al rico, pero no hace falta el control; este es su punto de vista;
esta idea les seduce y aparta al proletariado consciente de la pequeña
burguesía e incluso de los revolucionarios
extremistas. El proletariado dice: organicémonos y seamos disciplinados, de
lo contrario los pequeños kulaks *, que suman millones, nos derribarán.
* Lenin usa
una expresión en boga entre los periodistas de la nobleza en 1861, después de
la abolición del régimen de la servidumbre. Se refiere al campesinos kulak que
se enriquecía comprando tierras a los terratenientes. -Ed.
124
Se trata del
libro de Lenin El Estado y la revolución (véase O. C., T. 33, págs. 1-124), cuya reseña fue
publicada el 20 de abril de 1918 en el núm. 1 de Kommunist, revista de los
"comunistas de izquierda".-272.
Aquí el
proletario consciente se separa del pequeño burgués; aquí la revolución se
separa de la pequeña burguesía. Y como tal gente es ciega, no habla de ello.
Me permitiré recordarles algunas
citas mías; dije que los hombres podrán prescindir de la violencia cuando se
acostumbren a actuar sin ella; naturalmente, tal costumbre puede ser el fruto
de una larga educación.
Cuando los
"comunistas de izquierda"
oyen esto, se agarran la cabeza y exclaman: ¿cómo no advertimos esto?, y usted,
N. Bujarin, ¿por qué no ha criticado esta
posición? Hemos mostrado nuestra fuerza en la tarea de aplastar a los
terratenientes y la burguesía, y ahora tenemos que mostrar nuestra fuerza en la
autodisciplina y la organización, porque así lo determina la experiencia
milenaria, y debemos decir al pueblo que sólo en eso reside la fuerza de
nuestro Poder soviético, de la dictadura obrera, de nuestro prestigio
proletario. Pero los pequeños burgueses se esconden de esta verdad tras el
escudo de la fraseología revolucionaria.
Debemos
mostrar nuestra fuerza. Sí, los pequeños patronos, los pequeños propietarios
están dispuestos a ayudarnos a nosotros, los proletarios, a derribar a los
terratenientes y capitalistas. Pero después de esto nuestros caminos se
separan. No les gusta la
organización, la disciplina; son sus enemigos. Y en este terreno tendremos
que librar la lucha más resuelta e implacable contra esos propietarios, esos
patronos. Porque es en este terreno, en el de la organización, donde comienza,
para nosotros, la construcción socialista. Y cuando replico a esas personas que
se dicen socialistas y prometen a los obreros el usufructo de cualquier cosa y
en cualquier cantidad, digo que el comunismo presupone una productividad del
trabajo muy distinta de la actual. Nuestra productividad es demasiado baja;
esto es un hecho. El capitalismo nos deja en herencia, especialmente en un país atrasado, una enorme cantidad de
costumbres tales que todo lo que sean bienes estatales, bienes públicos, es
mirado como algo que se puede maltratar deliberadamente. Esta mentalidad de la
masa pequeñoburguesa se percibe a cada paso. Y la lucha en este terreno es muy
difícil. U nicamente el proletariado organizado puede soportarlo todo. En un
escrito mío señalé: "Mientras llega
la fase superior del comunismo, los socialistas exigen el más riguroso control
por parte de la sociedad y por parte del Estado"*.
* Véase O.C., T. 33, pág. 99. -Ed. El Estado y la revolución
Esto lo escribí
antes de la Revolución de Octubre e insisto en ello ahora.
Ahora ha
llegado el momento en que, aplastada la
burguesía y quebrado el sabotaje, tenemos la posibilidad de ocuparnos de este
asunto. Hasta ahora, los héroes del día y los héroes de la revolución fueron
los guardias rojos, y cumplieron su gran tarea histórica. Cogieron las armas
sin el consentimiento de las clases poseedoras. Cumplieron una gran misión
histórica. Cogieron las armas para derrocar a los explotadores y convertir el
fusil en instrumento de defensa de los obreros, para vigilar las normas de la
producción y el trabajo y la norma del consumo.
Esto no lo
hemos realizado, pero en ello están la médula y la base del socialismo. Y si a
alguien este trabajo le parece aburrido y carente de interés, es a los
representantes de la indolencia pequeñoburguesa.
Si nuestra
revolución se hubiera detenido aquí, habría pasado a la historia igual que la
revolución de 1793. Pueden objetamos: pero eso fue en el siglo XVIII; para el
siglo XVIII era suficiente, pero para el XX es poco. Contabilidad y control: eso es lo principal que se necesita para que
funcione bien la sociedad comunista. Esto lo escribí antes de la
Revolución de Octubre **. Repito que
no podíamos emprender dicha tarea sin antes aplastar a los Alexéev, los
Kornílov y los Kerenski. La resistencia armada de la burguesía ya ha sido
aplastada. Nuestra tarea consiste en
poner a trabajar a todos los saboteadores bajo nuestro control, bajo el control
del Poder soviético, y crear organismos de administración para realizar
estrictamente la contabilidad y el control. El país está sucumbiendo porque no
tiene, después de la guerra, las condiciones elementales para una existencia
normal. Los enemigos que nos atacan son
temibles únicamente porque no hemos organizado la contabilidad y el control.
Cuando oigo centenares de miles de quejas acerca del hambre, cuando uno ve y
sabe que esas quejas son justas, que tenemos cereales, pero no podemos asegurar
el transporte; las burlas y objeciones de los "comunistas de izquierda,,
con respecto a medidas como nuestro decreto sobre los ferrocarriles -lo han
mencionado dos veces-, son futilidades.
** Véase O.C., T. 33, pág. 103. -Ed. El Estado y la revolución
En la
conferencia con los "comunistas de
izquierda", el 4 de abril, elije: propongan su proyecto de decreto;
ustedes son ciudadanos de la República Soviética, miembros de las instituciones
soviéticas, ustedes no son esos críticos de fuera, del patio, como los
comerciantes burgueses y los saboteadores, que nos critican para descargar su
furia. Ustedes son, repito, dirigentes de las organizaciones soviéticas;
intenten proponer su proyecto de decreto. No pueden hacerlo ni lo harán jamás,
porque nuestro decreto ferroviario es justo; porque al implantar la dictadura,
nuestro decreto encuentra simpatía en las masas y en los trabajadores
ferroviarios conscientes, y en cuanto a oposición, la encuentra en los
administradores que roban Y aceptan sobornos; porque lo acogen con reservas
todos los que vacilan entre el Poder soviético y sus enemigos, pero el
proletariado, que aprendió la disciplina en la gran producción, sabe que no
puede haber socialismo hasta que no sea organizada uña producción en mayor
escala y haya una disciplina aún más rigurosa. Este proletariado está con
nosotros en el movimiento ferroviario; combatirá el elemento de los pequeños
propietarios Y mostrará que la revolución rusa, capaz de conquistar brillantes
victorias, es capaz también de vencer su propia falta de organización. Y entre
las· consignas del Primero de Mayo y desde el punto de vista de las tareas
inmediatas, valorará la consigna del CC que dice: "Vencimos al capital, venceremos también nuestra falta de
organización". iY sólo entonces llegaremos a la victoria
completa del socialismo! (Clamorosos aplausos.)
2
DISCURSO DE RESUMEN DE LA DISCUSION
DEL INFORME SOBRE LAS TAREAS INMEDIATAS DEL PODER SOVIETICO
Ante todo
debo decir una cosa a propósito del discurso del camarada Bujarin: ya en mi
primer discurso señalé que estamos de acuerdo con él en las nueve décimas
partes, y por eso considero lamentable que discrepamos en una décima parte; en
esta décima parte se encuentra en una situación tal que lo obliga a dedicar la
mitad de su discurso a desligarse y renegar decididamente de todos los que
intervinieron para apoyarle. Y por excelentes que sean sus intenciones y las de
su grupo, la falsedad de su posición queda demostrada por el hecho de que
siempre se ve obligado a dedicar cierto tiempo a justificarse y apartarse
en lo referente al capitalismo de Estado.
El camarada
Bujarin está equivocado por completo, y así lo expondré en la prensa, porque es
un problema de extraordinaria importancia*.
Me referiré, en dos palabras, a la acusación que nos hacían los "comunistas de izquierda" de que manifestamos una desviación hacia el capitalismo de Estado; ahora el
camarada Bujarin dice erróneamente que bajo el Poder soviético no puede haber capitalismo de Estado. De esta manera
él mismo se contradice cuando afirma que bajo el Poder soviético no puede haber
capitalismo de Estado; esto es
una absurdidad evidente. El solo hecho de que toda una serie de empresas y
fábricas estén controladas por el Poder soviético y pertenezcan al Estado muestra ya la transición del capitalismo al
socialismo; pero el camarada Bujarin no quiere analizar esto concretamente,
y evoca los tiempos en que estábamos en la Izquierda de Zimmerwaldm 125 y escribíamos contra él. Pero eso
es del año de la Nana, y evocarlo ahora, después de seis meses de existencia del
Poder soviético, y después de las experiencias hechas, de lo que
pudimos hacer, una vez realizadas la expropiación, la confiscación y la
nacionalización, después de todo esto evocar lo que escribíamos en 1915, es
ridículo ... Ahora no podemos dejar de plantear el problema del capitalismo de Estado y el socialismo,
de qué actitud debemos observar en el período de transición: bajo el Poder
soviético existen juntos un pedacito de capitalismo y de socialismo. El camarada
Bujarin no quiere entender este problema; yo considero que· no podemos
desecharlo de golpe, Y el camarada Bujarin no propone desecharlo y no niega que
este capitalismo de Estado es superior a los vestigios de la mentalidad de
pequeño propietario, de sus condiciones económicas y modo de vida, que son muy
fuertes. El camarada Bajarin no ha refutado este hecho, porque no se puede
refutar sin olvidar la palabra: marxista.
* Véase el presente volumen, págs. 291-324. –Ed
V. I. Lenin.
Acerca del infantilismo "izquierdista" y del espíritu pequeñoburgués.
1918
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2018/11/v-i-lenin-acerca-del-infantilismo.html
https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1918/mayo/05.htm
125
La izquierda
de Zimmenvald: grupo de los internacionalistas de izquierda fundado por
iniciativa de Lenin en la Conferencia Socialista Internacional de Zimmerwald en
septiembre de 1915.-277.
También es
ridículo afirmar, como Gue, que el proletariado de Europa está apestado, que el
proletariado de Alemania está corrompido 126•
Este punto de vista suyo es un salvajismo nacional y es estúpido hasta más no
poder. El proletariado de Europa no está en absoluto más apestado que el de
Rusia, pero allí es más difícil comenzar la revolución porque el poder no está
en manos de idiotas como Románov o fanfarrones come Kerenski, sino de
dirigentes serios del capitalismo, cosa que en Rusia no hubo.
126
Al intervenir
en la reunión del CEC de toda Rusia, en los debates sobre el informe de Lenin,
el anarquista A. Y. Gue declaró que "la esperanza en la ayuda del
proletariado· alemán es una utopía", por cuanto éste, al igual que todo el
proletariado de Europa Occidental, "está apestado, hipnotizado"
"por la corruptora educación socialdemócrata ortodoxa". -277.
Pasaré por
último a las objeciones principales que desde todas partes han caído sobre mi
artículo y mi discurso, mi particularmente
sobre la consigna "saquea lo saqueado", consigna en la que, por mucho
que la examino, no puedo encontrar nada erróneo, cuando se trata de la historia.
Si usamos la expresión expropiación de los expropiadores, ¿por qué no
podemos prescindir de los términos latinos? (Aplausos.)
Creo que la
historia nos absolverá, y todavía antes
que la historia se ponen e nuestra parte las masas trabajadoras; pero si la consigna "saquea
lo saqueado" se ha manifestado sin restricción alguna en la actividad
de los Soviets, y si resulta que en un problema tan práctico y cardinal como
el del hambre y el desempleo tropezamos con dificultades enormes, entonces
es oportuno decir que después de las palabras "saquea lo saqueado" comienza la divergencia entre la
revolución proletaria que dice: cuenta lo
saqueado y no dejes que se lo lleven de aquí y de allí, y si alguien lo
hiciera, directa o indirectamente, fusila a tal infractor de la disciplina
...
Pues bien,
cuando comienzan a clamar contra esto gritando que es--dictadura, comienzan a
clamar sobre Napoleón III, Julio César, cuando dicen que esto es falta de
seriedad de la clase obrera, cuando acusan a Trotski, significa que existen la
confusión y el talante político propios del elemento pequeñoburgués, que no
protestaba contra la consigna "saquea lo saqueado", sino contra la
consigna: cuenta y distribuye correctamente. En Rusia no habrá hambre si
llevamos la contabilidad de los cereales, controlamos las existencias de todos
los productos y aplicamos el más severo castigo por la infracción del orden
establecido. He aquí el punto de divergencia. Y esto se debe a que sólo el
proletariado apoya con seriedad la revolución socialista, mientras que la
pequeña burguesía la encara con vacilaciones, tosa que siempre hemos visto y
tenido en cuenta, y en sus vacilaciones está contra nosotros. Ello no nos hará
titubear y seguiremos marchando por nuestro camino, seguros de que la mitad del
proletariado marchará con nosotros, porque los proletarios saben perfectamente
que los fabricantes saqueaban lo saqueado sólo para que los pobres no pudieran
tenerlo.
Todo esto
son sutilidades verbales, cuando hablan de dictadura, Napoleón III, Julio César,
etc. Aquí, sobre esto, se puede arrojar arena a los ojos; pero en las
localidades, en cada fábrica, en cada aldea Saben perfectamente que estamos
atrasados en este aspecto, nadie discutirá esa consigna, cada uno sabe lo que
significa. Y tampoco puede haber ninguna duda de que vamos a orientar todos
nuestros esfuerzos a la organización de la contabilidad, el control y la
distribución correcta.
Bujarin nos
ha dicho: "Yo me aparto de quienes me adulan, '. Pero son tantos
que el camarada Bujarin no podrá librarse de ellos. No nos dicen qué proponen,
porque no saben qué proponer. ¿Y ustedes saben qué proponer? Les he hecho
reproches tanto en la prensa como en discursos. Con respecto al decreto
ferroviario, tuvimos el placer el 4 de abril de recordarles lo que en la
revista de ustedes se menciona, y yo dije: si este decreto no les satisface del
todo, propongan otro. Pero no han publicado una palabra sobre eso en el primer
número, ni en el segundo, cuyas pruebas pusieron amablemente a mi disposición
para que las revisara. Tampoco en el discurso del camarada Bujarin hay una sola
palabra sobre eso; pero la coincidencia es completa. El camarada Bujarin Y el
camarada Mártov empiezan a hablar de su tema preferido -el decreto
ferroviario-, y lo gastan a fuerza de usarlo. Hablan de la dictadura de
Napoleón III, de Julio César, etc., dando material para cien números que nadie
leerá. Esto toca un poco más de cerca la cuestión. Esto se refiere a los
obreros y los ferrocarriles. Y sin ferrocarriles, no sólo no habrá socialismo,
sino que sencillamente moriremos todos de hambre, como perros, teniendo los
cereales muy cerca. Todos lo saben perfectamente. ¿Por qué no dieron
ustedes respuesta? Cierran los ojos. Arrojan arena a los ojos de los obreros
-los de Nóuaya · Zhizn y los mencheviques, conscientemente; el camarada
Bujarin, por error-, ocultan a los obreros el problema principal, cuando hablan
de construcción. ¿Qué se puede construir sin ferrocarriles? Y cuando en alguna
entrevista o recepción de delegaciones veo a un comerciante y me dice que en
tal o cual ferrocarril se observan mejoras, ese elogie es para mí un millón de
veces más valioso que 20 resoluciones adoptadas por comunistas u otras y que
toda clase de discursos.
Cuando los
hombres de negocios -ingenieros, comerciantes, etc.- dicen que si este poder
logra organizar, por poco que sea, los ferrocarriles, reconocerán que esto es
un poder. Tal apreciación es lo más importante. Pues los ferrocarriles son la
clave, una de las más vivas manifestaciones del nexo entre la ciudad y el
campo, entre la industria y la agricultura, sobre el cual se basa íntegramente
el socialismo. Para realizar este · nexo de forma que sirva a una actividad
sistemática en beneficio de toda la población, hacen falta ferrocarriles.
Todas esas
frases sobre dictadura, etc., en las que coinciden todos los Mártov y los
Karelin y que han sido mascadas y vueltas a mascar por la prensa demócrata
constitucionalista, no valen nada.
Les he
mencionado, a título de ejemplo, las organizaciones obreras que lo hacen y el capitalismo de Estado de otras
empresas, de otras ramas de la industria; en las industrias -del tabaco y el
cuero hay más capitalismo de Estado que
en otras, y mayor orden, y tienen mejor asegurado el camino al socialismo. Esto
no se puede ocultar. No se puede lanzar frases tan absurdas como las que usa
Gue cuando afirma que con un fusil se puede obligar a cualquiera. Esto es
completamente absurdo y significa no comprender para qué sirve el fusil.
Después de esto se podría pensar que el fusil es una cosa mala, a menos que la
cosa mala sea la cabeza del anarquista Gue. (Aplauso s.) El fusil era una cosa
buena cuando teníamos que fusilar al capitalista que nos hacía la guerra o al
ladrón que pillábamos robando. Pero cuando el camarada Bujarin dice
que hay personas que cobran un sueldo de 4.000 rublos y que hay que llevarlas
al paredón y fusilarlas, eso es un error. Hay que encontrar a tales personas. Pues no tenemos muchos
cargos donde cobren 4.000 rublos: Las solicitan aquí y allá porque no tenemos
especialistas, ésa es la clave del asunto_, por eso tenemos que contratar mil
especialistas de primera fila, conocedores de su rama, que valoren su trabajo y
les guste la gran industria porque saben que significa elevación de la técnica.
Y cuando aquí hablan de que se puede llegar al socialismo sin aprender de la
burguesía, sé que esa es la mentalidad propia de un habitante de África
Central. Nosotros ·no concebimos otro socialismo que el que se base en los
conocimientos logrados por la gran cultura capitalista. El socialismo sin
correos y telégrafos, sin máquinas, es una frase vacía. Pero no se puede barrer
de un solo golpe el medio burgués y las costumbres burguesas; el socialismo
necesita la organización que constituye la base de la técnica y la ciencia modernas.
Y hablar de usar el fusil para resolver esto es la mayor estupidez. Del grado
de organización de todo el pueblo depende que toda la población pague el impuesto de unidades,
se implante el trabajo obligatorio y cada uno esté registrado; mientras no esté
registrado, es necesario que le paguemos. Cuando Bujarin dice que no advierte
principio alguno, está fuera de la cuestión. Marx habló de la posibilidad de
comprar a la burguesía, como clase. Lo dijo, refiriéndose a Inglaterra, en una
época en que en Inglaterra no existía el imperialismo, cuando era posible el
tránsito pacífico al socialismo; esto no es en absoluto una referencia al viejo
socialismo 127. Ahora no se trata de
la burguesía, ano de contratar a especialistas. He mencionado un ejemplo, pero podría
citar miles. Se trata simplemente de utilizar a personas a quienes se puede
atraer ya sea comprándolas con altas remuneraciones, o bien por la organización
ideológica, pues ustedes no negarán que son ellos quienes reciben todas esas
remuneraciones. Nosotros lo sabemos por el ejemplo que he citado; ustedes hasta
este momento sólo criticaron tácitamente; también los eseristas de izquierda
saben perfectamente que pagamos altas remuneraciones, y también lo saben los
comunistas de izquierda y los adeptos de Nóvaya :(,hiz:,n.
Notas
127
En el
discurso que pronunció en un mitin
celebrado en Ámsterdam el 8 de septiembre de 1872, Marx habló de la
posibilidad del tránsito pacífico al socialismo, en determinadas condiciones
(véase C. Marx y F. Engels, Obras, t. 18, pág. 154). Consideraba que una de las
vías concretas de ese tránsito era comprar a los capitalistas los medios de
producción. En la obra El problema campesino en
Francia y en Alemania, Engels escribió:
"La indemnización no es considerada por nosotros, ni mucho menos, como
inadmisible en todas las circunstancias; Marx apuntó ante mí muchas veces!- su
opinión de que lo más barato para nosotros sería poder deshacernos por dinero
de toda esa cuadrilla" (C. Marx y F. Engels. Obras, t. 22, pág. 523).-281.
(Aquí)
Y no
critican este punto. iAhí tienen cuál es su verdadera forma de criticar el
Poder soviético! Cuando observaron que a sus ingenieros se les comenzaba a
pagar mil quinientos rublos, callaron. Era mucho mejor pagar a tales
ingenieros. En eso no hay nada de Julio César ni de dictadura. Esto es
educación política de las masas populares. Pero si yo digo que comenzamos a
pagar de mil quinientos a dos mil rublos mensuales, eso es un paso atrás. Y
entonces aparecen Julio César, Napoleón III, la Paz de Brest-Litovsk y todo lo
que se les ocurre; pero de sus especialistas, de sus ingenieros, ni una
palabra, ni una silaba. Y cuando dicen, cuando Bujarin dice que eso no infringe
principio alguno, yo digo que es una infracción de los principios sustentados
por la Comuna de París. El capitalismo de Estado no es
cuestión de dinero, sino de relaciones sociales. Si nosotros pagamos dos
mil rublos, de acuerdo con el decreto ferroviario, eso es capitalismo de Estado. Si el camarada Bujarin ha querido
referirse a la resolución de Zimmerwald de 1915, nunca se liberará de esa
teoría mal digerida. Libérese de ella, camarada Bujarin. Ahora el camarada
Bujarin dice que yo ataco al elemento pequeñoburgués.
Cuando hablé
del elemento pequeñoburgués no ataqué al campesinado trabajador. Dejemos al campesinado trabajador: no se
trata de él. Pero entre el campesinado
hay el campesinado trabajador y el campesinado pequeñoburgués que vive como
pequeño propietario, a costa de otros; en cambio, el campesinado trabajador
es explotado por otros, pero quiere vivir por cuenta propia. Por eso, si se
refería al campesinado trabajador, el camarada Karelin se equivoca. El
campesinado pobre, que no gana nada con el saqueo de lo saqueado, está con
nosotros. Aceptará nuestras consignas. Sabemos perfectamente y observamos cómo
se interpreta en el campo la consigna: saquea lo saqueado. Si van al campo a
hacer agitación contra la dictadura, contra la Paz de Brest, etc., nuestros
contradictores quedarán aislados y no encontrarán apoyo alguno. El
proletariado, la masa del campesinado arruinado y sin esperanzas en cuanto a
una hacienda individual, estará de nuestra parte porque comprende perfectamente
que Rusia no se puede mantener con el simple saqueo. Nosotros lo sabemos muy
bien, cada uno lo ve y lo siente en sus lugares.
En este
punto marchamos junto con la necesidad económica y el sentir de las masas
trabajadoras. Y por eso, cuando los intelectuales desclasados del grupo
de los "comunistas de izquierda" comienzan a lanzar rayos y
centellas contra nosotros, debemos estar seguros de que, por mucho que nos
injurien, esta consigna de la revolución socialista es la única justa, y las
masas trabajadoras deben comprenderla y utilizarla para que podamos fortalecer
y culminar la revolución socialista. En ninguna asamblea obrera podrán eludir
esta cuestión, los perseguirán con este decreto, con esta cuestión. No
pretendemos ser infalibles, muchos de nuestros decretos son malos.
Rectifíquenlos: ustedes tienen diferentes revistas y grupos de escritores; digan lo que
hay de malo en el decreto ferroviario. En la conferencia del 4 de abril les
propusimos que lo hicieran; hoy ya estamos a 29 de abril, han pasado 25 días, y
todo un grupo de magníficos escritores calla, porque no tiene nada que decir.
dos sus
errores, que estamos dispuestos a corregir, va a la médula del problema; se
apoya en esa masa de obreros fiel a la disciplina más estricta, a la que es necesario cohesionar mediante un poder
unipersonal designado y revocado por los Soviets y al cual exigen el
cumplimiento incondicional de sus obligaciones en el trabajo, en el proceso,
cuando hace falta que la gran producción funcione como una máquina Y que miles
de personas sean dirigidas por una voluntad única, se sometan a las órdenes de
un solo dirigente soviético. (A plausos.) Y evocar por este motivo a Napoleón y
Julio César significa estar loco o haberse perdido irremediablemente entre las
líneas de las publicaciones de las clases pudientes, cuyo único objetivo es
cubrir de injurias a los bolcheviques. El decreto ferroviario, camaradas, es un
paso que muestra que estamos en el buen camino. En mi discurso les informé por
qué tomamos ese camino; en el Consejo de Comisarios del Pueblo no deliberamos
sobre el gran Napoleón o Julio César, sino que estudiamos centenares de veces
cómo arreglar la situación en los ferrocarriles. Y sabemos, por las noticias
que llegan de las localidades, por las múltiples conversaciones con las
organizaciones ferroviarias, que el elemento proletario está con nosotros, que
busca la disciplina y espera el orden; sabe del hambre que la gente padece en
el centro de Rusia, mientras los cereales que tenemos no pueden llegar allí
debido a la desorganización del transporte.
Pero si hay
también gente vacilante, desorientada, con talante pequeñoburgués, a quienes
asusta la dirección unipersonal, caen en la histeria y no están con nosotros,
¿por qué ocurre esto? ¿Porque hay una ala derecha, o porque se han vuelto
histéricos, sobre todo los eseristas de izquierda? Aquí hay tal embrollo que
nadie puede entender nada. Y para no tener discusiones estériles, nosotros
decimos: tomen el problema esencial y abórdenlo de modo concreto.
Cuando se
habla aquí sobre reconciliación con la burguesía, como hablan Karelin y Mártov,
dicen tonterías. Les recordaré el autorizado folleto de K. Kautsky
donde éste expuso cómo se imaginaba la vida al día siguiente de la revolución
social. Diré aproximadamente lo que escribió: los organizadores de los trusts
no se quedarán sin trabajo. Esto fue escrito por un hombre que comprendía lo
que significaba organizar a decenas de millones de personas en la producción y
distribución de los productos. Nosotros no hemos aprendido esto ni tenemos
dónde aprenderlo, y los organizadores de los trusts saben que sin ello no habrá
socialismo. También nosotros necesitamos saberlo. Y por eso todas las frases
sobre reconciliación y entendimiento con la burguesía son puro parloteo.
Ustedes no pueden refutar la tesis de Kautsky de que la gran producción hay que
conocerla mediante la experiencia.
https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo36.pdf
Referencias y notas
Archivo Karl Kautsky (1854 - 1938)
1918. La dictadura del
proletariado
1919. Terrorismo y comunismo.
Contribución a la historia natural de la revolución.
1922. Rosa Luxemburgo y el bolchevismo.
https://www.marxists.org/espanol/kautsky/index.htm
Algunas tesis de la redacción (septiembre-octubre de 1915)
* Véase O.C., T. 27, pág. 53. -Ed. (Algunas tesis de la
redacción pág.51-54)
El contenido
de este número muestra el inmenso trabajo realizado por el Comité de Petersburgo
de nuestro Partido 43. Para Rusia y para toda la
Internacional este trabajo es· un verdadero modelo de lo que pueden hacer los
socialdemócratas durante una guerra reaccionaria, en las condiciones más
difíciles. Los obreros de Petersburgo y de Rusia pondrán todo su empeño en
apoyar esta actividad y la proseguirán por ese mismo camino más enérgicamente,
con más vigor y amplitud.
Teniendo en
cuenta las indicaciones de nuestros camaradas de Rusia, formularemos algunas
tesis con respecto a los problemas actuales de la actividad socialdemócrata: l) La consigna de "asamblea constituyente” como consigna
independiente, es errónea, puesto que en
el momento actual el problema es saber quién la convocará. Los liberales
admitieron esta consigna en 1905, pues entonces podía ser interpretada en el
sentido de una asamblea convocada por el zar y que estuviese de acuerdo con
él.·· Las consignas más justas son las de las "tres ballenas"
(república
democrática, confiscación de las tierras de los terratenientes y jornada de 8
horas), añadiéndoles (véase el número 9) 44 el
llamamiento a la solidaridad internacional de los obreros en la lucha por el
socialismo, por el derrocamiento
revolucionario de los gobiernos beligerantes y contra la guerra. 2) Estamos contra la participación en
los comités de la industria de guerra 45 que ayudan a librar la guerra
imperialista reaccionaria. Somos partidarios de utilizar la campaña electoral,
por ejemplo, de participar en la primera fase de las elecciones, pero sólo con
fines de agitación y organización. No cabe hablar siquiera de boicot a la
Duma de Estado. Es absolutamente necesario tomar parte en las nuevas
elecciones. Mientras nuestro Partido no tenga diputados en la Duma de Estado,
habría que aprovechar todo lo que allí pase en beneficio de la socialdemocracia
revolucionaria. 3) Consideramos que
es particularmente urgente y esencial consolidar y ·ampliar la acción
socialdemócrata en el seno del proletariado, y extenderla al proletariado
rural, a los campesinos pobres y al ejército. La tarea más importante de la
socialdemocracia revolucionaria es impulsar el movimiento huelguístico que ha
comenzado, desarrollándolo bajo la consigna de las "tres ballenas”. El cese inmediato de la guerra debe tener en la
agitación el lugar que le corresponde. Entre sus otras reivindicaciones, los
obreros no deben olvidar la de la rehabilitación inmediata de los diputados
obreros, miembros del grupo obrero socialdemócrata de Rusia. 4) Los Soviets de Diputados Obreros y otras
instituciones análogas deben ser considerados como órganos de la insurrección,
como órganos del poder revolucionario. Estas instituciones podrán ser realmente útiles sólo en
ligazón con el desarrollo de la huelga política de masas y la insurrección, y a
medida que ésta se prepare, se desarrolle y obtenga éxitos. 5) El contenido social de la revolución que se avecina en Rusia
sólo puede ser la dictadura democrática revolucionaria del proletariado y
del campesinado. La revolución no puede triunfar en Rusia sin derrocar a la
monarquía y a los terratenientes feudales. Pero es imposible derrocarlos si el
proletariado no tiene el apoyo del campesinado., La creciente
diferenciación de la población rural en "propietarios
de caserías acaudalados" y proletarios
rurales no ha abolido la opresión del campo por los Márkov Y Cía. Siempre
hemos estado y estamos incuestionablemente, Y en todos los casos, por una organización autónoma de los
proletarios rurales. 6) Es objetivo del proletariado de Rusia llevar
a la revolución democrática burguesa en Rusia a sus últimas consecuencias con
el fin de encender la revolución socialista en Europa. Este segundo
objetivo se ha acercado ahora extraordinariamente al primero, pero, no
obstante, sigue siendo una tarea especial y segunda, porque las clases que colaboran
con el proletariado de Rusia difieren según el caso: en la primera tarea quien colabora es el campesinado
pequeñoburgués de Rusia; en la segunda, el proletariado de los otros
países. 7) Seguimos creyendo admisible que los socialdemócratas participen en un
gobierno provisional revolucionario, .junto con la pequeña burguesía
democrática, pero no con los revolucionarios chovinistas.
8) Consideramos revolucionarios chovinistas a los que quieren vencer al zarismo para vencer a Alemania,
para expoliar a otros países, para afianzar la dominación de los rusos sobre
los otros pueblos de Rusia, etc. La base del chovinismo revolucionario es la
situación de clase de la pequeña burguesía. Esta vacila siempre entre la
burguesía y el proletariado. Ahora vacila entre el chovinismo (que le impide
ser consecuentemente revolucionaria, aun en el sentido· de la revolución
democrática) y el internacionalismo proletario. Los portavoces políticos de
esta pequeña burguesía en Rusia son actualmente los trudoviques, los
socialrevolucionarios, Nasha Zariá, el grupo de Chjeídze, el CO, el señor
Plejánov y otros por el estilo. 9) Si
los revolucionarios chovinistas triunfaran en Rusia, estaríamos contra la defensa de su "patria" en la
guerra actual. Nuestra consigna es: contra los chovinistas, aunque sean revolucionarios
y republicanos: contra ellos y por la alianza del proletariado internacional
con vistas a la revolución socialista. 10) A la pregunta de si el proletariado puede desempeñar el papel
dirigente en la revolución burguesa rusa, contestamos·: sí, puede, a condición
de que, en los momentos decisivos, la pequeña burguesía se incline hacia la
izquierda; y lo que la empuja hacia la izquierda no es sólo nuestra propaganda,
sino también varios factores objetivos económicos, financieros (las cargas de
la guerra), militares, políticos, etc.
11) A la pregunta de qué haría el
partido del proletariado si la revolución pusiera el poder en sus manos en la
guerra actual, contestamos: propondríamos la paz a todos los
beligerantes a condición de que se diese la libertad a las colonias y a
todos los pueblos dependientes, oprimidos y de derechos mermados. Ni Alemania, ni Inglaterra y Francia,
bajo sus actuales gobiernos, aceptarían esta condición. Nos veríamos obligados entonces a
preparar y librar una guerra revolucionaria, es decir, no sólo aplicaríamos,
con las medidas más enérgicas, todo nuestro programa mínimo, sino que también nos empeñaríamos
sistemáticamente en lograr la insurrección en todos los pueblos hoy oprimidos
por los rusos, en todas las colonias y los países dependientes de Asia (India,
China, Persia, etc.); al mismo tiempo, y e_!l primer lugar, llamaríamos a la insurrección al
proletariado socialista de Europa contra sus gobiernos, a despecho de sus
socialchovinistas. No cabe duda alguna de que la victoria de. l proletariado en
Rusia crearía condiciones extraordinariamente favorables para el desarrollo de
la revolución en Asia y en Europa. Así lo demostró incluso el año 1905. Y la
solidaridad internacional del proletariado revolucionario es un hecho, a pesar
de la sucia espuma del oportunismo y el socialchovinismo. Publicamos estas
tesis con el fin de establecer un intercambio de opiniones con los camaradas.
Desarrollaremos nuestras ideas en los próximos números del OC.
Notas
43
A comienzos
de octubre de 1915 Lenin recibió proclamas y otros materiales sobre la labor de
los bolcheviques en Petersburgo, enviados por encargo del Comité del POSDR de
esa ciudad. El núm. 47 de Sotsial-DemokraJ, Órgano Central del POSDR, que apareció el 13 de octubre de
1915 y fue impreso en el taller de Bentcl (Bumplitz, cerca de Berna), estaba
íntegramente dedicado a la labor de los bolcheviques en Petersburgo.
Lenin registró las proclamas recibidas de
Petersburgo, indicando los números de orden, las fechas de aparición, firmas y
modos de impresión. Destacó en una columna especial las consignas incluidas en
las proclamas. La última columna la dedicó al "Contenido y puntos
fundamentales de la argumentación". Se han conservado muchas de esas
proclamas con acotaciones de Lenin, así como sus observaciones sobre algunas en
hoja aparte.-51.
Programa,
estatuto, actas y otros documentos, del Partido Obrero
Socialdemócrata de Rusia. (Adoptado por el II Congreso del Partido) 1903.
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/05/programa-estatuto-actas-y-otros.html
44 Lenin se refiere a la proclama núm. 9 citada en el
artículo de N. K. Krúpskaya Proclamas del Comité de Petersburgo del POSDR
aparecidas durante la guerra, publicado en Sotsial-Demokrat, núm. 47. En la
lista compuesta por Lenin se señalan las consignas dadas en rucha proclama:
"i Abajo la guerra!, ¡Viva la segunda revolución! Tres ballenas +
solidaridad internacional de los obreros y el socialismo" .-5 l.
45
Les comités
de la industria de guerra fueron creados en Rusia en mayo de 1915 por la gran
burguesía imperialista para ayudar al zarismo a continuar la guerra. Con el fin
de influir sobre los obreros e inculcarles sentimientos defensistas, la
burguesía resolvió organizar "grupos obreros" adjuntos a esos comités
para demostrar que en el país se había logrado una "paz de clases"
entre ella y el proletariado. Los
bolcheviques declararon el boicot a los mismos comités y lo llevaron a cabo con
éxito, apoyados por la mayoría de los obreros.
En la reunión de delegados de los obreros de
Petrogrado, realizada el 27 de septiembre (10 de octubre) de 1915, la
resolución bolchevique que llamaba a boicotear los comités de la industria de
guerra y a salir de la contienda por vía revolucionaria reunió 95 votos,
mientras que la resolución menchevique obtuvo 81. Sólo en una segunda reunión,
debido a la retirada de los obreros partidarios de los bolcheviques, los
mencheviques, encabezados por el socialchovinista K. A. Gvózdev, lograron
elegir diez personas para el "grupo obrero".
Gracias a la
labor esclarecedora de los bolcheviques, sobre un total de 239 comités de la
industria de guerra regionales y locales, sólo en 70 se realizaron elecciones
para los "grupos obreros" y fueron elegidos representantes obreros
nada más que en 36.-51.
Escrito
entre el 23 y el 26 de septiembre (6 y 9 de octubre de 1915)
Publicado el
13 de octubre de 1915 en el periódico “Sotsial- Demokrat” núm.47
https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo27.pdf
Andreu Nin. Los Soviets: Su origen, desarrollo y funciones (1932)
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2018/11/andreu-nin-los-soviets-su-origen.html
Tesis sobre la situación
política actual
Obras
Completas, Tomo 36 págs. 332-336
Escrito el
12 o 13 de mayo de 1918
Publicado
por primera vez en 1929, en Recopilación Leninista XI
Tesis sobre
la situación política actual 145
I
Se ha
señalado ya muchas veces en la prensa bolchevique y reconocido en resoluciones
oficiales de los organismos del Poder soviético superior que la situación
internacional de la República Soviética, rodeada de potencias imperialistas, es
inestable en extremo.
En los
últimos días, es decir, en la primera década de mayo de 1918, la situación
política se ha agravado extraordinariamente en virtud de causas tanto
exteriores como interiores.
Primero, se ha intensificado la ofensiva directa de las tropas
contrarrevolucionarias (de Semiónov y otros) con ayuda de los japoneses en
Extremo Oriente; a este respecto, una serie de indicios ha mostrado la
posibilidad de que toda la coalición imperialista antialemana llegue a un
acuerdo, tomando como base la presentación de un ultimátum a Rusia: o peleas
contra Alemania o te invadirán los japoneses con nuestra ayuda.
Segundo, después de Brest, en la política
alemana se ha impuesto, en general, el partido belicista, que ahora puede
imponerse también de un momento a otro en la cuestión de una ofensiva general
inmediata contra Rusia, es decir, dar de lado por completo la otra política de
los medios imperialistas burgueses de Alemania, que aspiran a nuevas anexiones
en Rusia, pero que, hoy por hoy, quieren la paz con ella y no una ofensiva
general contra ella.
Tercero, la restauración del monarquismo burgués y terrateniente en
Ucrania con el apoyo de los elementos demócratas constitucionalistas y octubristas
146
de la Burguesía de toda Rusia y con la ayuda de las tropas alemanas tenía
forzosamente que exacerbar la lucha frente a la contrarrevolución en nuestro
país, tenía que dar alas a los planes de nuestra contrarrevolución y elevar sus
ánimos.
Cuarto, se ha agravado en extremo el
desbarajuste en el abastecimiento, que ha conducido en muchos lugares a una
verdadera hambre, debido a que Rostov del Don ha quedado cortado de nosotros y
también a los esfuerzos de la pequeña burguesía y de los capitalistas en
general por frustrar el monopolio de los cereales, siendo insuficientes la
firmeza, disciplina e inclemencia de la resistencia que la clase dominante, es
decir, el proletariado, opone a esos afanes, esfuerzos e intentos.
II
La política
exterior del Poder soviético en modo alguno debe cambiar. Nuestra preparación
militar no ha terminado aún, por lo que la
consigna general sigue siendo la misma: maniobrar, replegarse y esperar,
prosiguiendo esa preparación con todas las fuerzas.
Sin
renunciar en general, ni mucho menos, a los acuerdos militares con una
coalición imperialista contra la otra en los casos en que esos acuerdos, sin
infringir los fundamentos del. Poder soviético, puedan fortalecer su situación
y paralizar el ataque contra él por parte de cualquier potencia imperialista,
en el momento actual no podemos aceptar un acuerdo militar con la coalición
anglo-francesa. Porque para esta coalición es de verdadera importancia distraer
del Oeste a las tropas de Alemania, es decir, que avancen numerosos cuerpos de
ejército japoneses hacia el corazón de la Rusia Europea, y esa condición es
inaceptable porque significaría la bancarrota completa del Poder soviético. Si
la coalición anglo-francesa nos presentara un ultimátum de ese género,
responderíamos con una negativa, pues el peligro de avance japonés puede ser
paralizado con menos dificultades (0 puede ser alejado por más tiempo) que el
peligro de ocupación de Petrogrado, Moscú y la mayor parte de la Rusia Europea
por los alemanes.
III
Al fijar las
tareas de la política exterior del Poder soviético en estos momentos, hay que
observar la mayor prudencia, cautela y firmeza para no ayudar, con un paso
irreflexivo o precipitado, a los elementos extremistas de los partidos
belicistas de Japón o de Alemania.
Se trata de que en esos dos países, los
elementos extremistas del partido belicista están a favor de una ofensiva inmediata
y general contra Rusia para ocupar todo su territorio y derrocar el Poder soviético.
Y esos elementos extremistas pueden imponerse de un momento a otro.
Mas, por
otra parte, es un hecho indudable que la mayoría de la burguesía imperialista
de Alemania se opone a esa política y prefiere en el momento actual una paz
anexionista con Rusia y no proseguir la guerra, considerando que semejante
guerra distraería fuerzas del Oeste, aumentaría la inestabilidad de la situación
interior en Alemania, ya de por sí notable, y dificultaría la obtención de
materias primas de los lugares sublevados o damnificados por la destrucción de
los ferrocarriles, la siembra insuficiente, etc., etc.
El afán
japonés de atacar a Rusia se ve frenado, primero, por el peligro del movimiento
y de las insurrecciones en China; segundo, por cierto antagonismo de
Norteamérica, que teme el fortalecimiento de Japón y confía en conseguir
materias primas de Rusia con mayor facilidad en condiciones de paz.
Por
supuesto, es muy posible que tanto en Japón como en Alemania se impongan de un
momento a otro los elementos extremistas del partido belicista. Mientras no
estalle la revolución en Alemania no podrá haber ninguna garantía contra ello.
La burguesía norteamericana puede confabularse con la japonesa; y la japonesa,
con la alemana. Por eso, la más intensa preparación militar es un deber
absoluto nuestro.
Pero
mientras existan algunas probabilidades, por pocas que sean, de conservar la
paz o de firmar la paz con Finlandia:, Ucrania y Turquía, al precio de nuevas
anexiones o nuevas pérdidas, no debemos dar en modo alguno ningún paso que
pueda ayudar a los elementos extremistas del partido belicista de las potencias
imperialistas.
IV
En el problema de la intensa
preparación militar, lo mismo que en el de la lucha contra el hambre, figura en
primer plano la tarea de organización.
No puede
hablarse de una preparación militar más o menos seria sin vencer las dificultades
en el abastecimiento de víveres sin asegurar a la población un abastecimiento
acertado de pan, sin implantar el orden más severo en el transporte
ferroviario, sin establecer entre las masas de la población trabajadora (y no
sólo en sus etapas superiores) una disciplina verdaderamente férrea. 'Es en
este terreno en el que llevamos más retraso.
Justamente
esta verdad es la que no comprenden en absoluto los elementos eseristas de
izquierda y anarquistas que lanzan gritos exhortando a formar comités
"insurreccionales" y aullidos, llamando " ia las armas!",
etc. Esos gritos y aullidos son el colmo de la estupidez y de la palabrería de
lo más ruin, despreciable y repulsiva, pues resulta ridículo hablar de
"insurrección" y "comités insurreccionales" cuando el Poder
soviético central pone todas sus fuerzas en convencer a la población de que debe pasar por la preparación
militar Y armarse, cuando tenemos muchas más armas de las que somos capaces de
contar y distribuir, cuando precisamente el desbarajuste económico y la falta
de disciplina nos impiden utilizar las armas existentes y nos obligan a perder
un tiempo precioso que necesitamos para prepararnos.
La intensa
preparación militar para una guerra seria no requiere arrebatos, gritos ni
consignas de combate, sino una labor prolongada, intensa, tenacísima y
disciplinada a gran escala. Hay que dar una réplica contundente a los elementos
eseristas de izquierda y anarquistas que no desean comprender esto, y no dejar
que contagien su histerismo a ciertos elementos de nuestro Partido proletario,
comunista.
V
Se necesita
una lucha implacable contra la burguesía que asoma la oreja en los últimos días
como consecuencia de las circunstancias antes indicadas; hay que declarar el estado de sitio, clausurar periódicos, detener a
los cabecillas, etc. Estas medidas son tan imprescindibles como la
campaña militar contra la burguesía
rural, que no entrega los excedentes de cereales y frustra el monopolio del
cereal. Sin la disciplina férrea del
proletariado es imposible salvarse ni de la contrarrevolución ni del
hambre.
Debe tenerse
en cuenta, en particular, que la burguesía ha utilizado en los últimos días,
con maestría inigualable, con la habilidad de un virtuoso, un arma contra el
Poder soviético: sembrar el pánico. Y algunos de nuestros camaradas,
sobre todo de los menos firmes ante las frases revolucionarias de los eseristas
de izquierda y anarquistas, se han dejado llevar, presas del pánico o no
observando el límite que separa la prevención legítima y necesaria contra los
peligros que nos amenazan a causa de la siembra del pánico.
Es necesario
tener bien presentes las peculiaridades fundamentales de toda la actual
situación política y económica de Rusia, en virtud de las cuales nada se gana con arrebatos de ninguna clase. Es
preciso que asimilemos bien y hagamos asimilar a todos los obreros la verdad de
que sólo una labor firme y paciente para crear y restablecer la férrea
disciplina proletaria y aplastar sin
piedad a los hampones, los kulaks y desorganizadores puede salvar al Poder
soviético en el momento actual, en el momento de una de las transiciones
más difíciles y peligrosas, inevitable como consecuencia de que la revolución
se retrasa en Occidente.
Notas.
145
Lenin
escribió el proyecto de Tesis sobre la
situación política actual el 10 de mayo de 1918, y ese mismo día se
discutió en la reunión del CC del PC(b) de Rusia. En su redacción definitiva
fueron aprobadas por el CC el 13 de mayo. El Comité Central encargó a Lenin que
hiciera un informe en la Conferencia urbana de Moscú del PC(b) de Rusia y en la
Sesión conjunta del CEC de toda Rusia y del Soviet de Moscú, y propusiera las
tesis como resoluciones. Sobre la base de las tesis, Lenin pronunció ese mismo
día un informe en la Conferencia urbana de Moscú del Partido, que las aprobó
por mayoría de votos.
Lenin
desarrolló con la mayor plenitud las Tesis sobre la situación política actual
el 14 de mayo, en su informe sobre la
política exterior ante la Sesión conjunta del CEC de toda Rusia y del Soviet de
Moscú (véase el presente volumen, págs. 337-355). (Informe sobre la política exterior en la
sesión conjunta del Comité Central de toda Rusia y del soviet de Moscú 14 de
mayo de 1918 147.)
Ese mismo día las tesis fueron aprobadas por la Conferencia comarcal de Moscú,
y el 15 de mayo, por la Conferencia regional de Moscú del PC(b) de Rusia
después del informe de Lenin acerca de la situación actual (véase el presente volumen, págs. 356-357). (Informe sobre la situación actual en la
Conferencia Regional de Moscú del PC (b) de Rusia 15 de mayo de 1918 151)
En el
manuscrito, en el margen del segundo párrafo del segundo capítulo de las tesis,
Lenin escribió dos veces: "No es para publicar". - 332.
146 Octubristas: miembros del Partido Octubrista (o Unión del 17
de Octubre), fundado en Rusia después de la publicación del manifiesto zarista
del 17 (30) de octubre de 1905. Era un partido contrarrevolucionario,
representaba y defendía los intereses de la gran burguesía y de los
terratenientes que administraban con métodos capitalistas. Los octubristas
apoyaban íntegramente la política interior y exterior del Gobierno zarista.
Después de
la Revolución Democrática Burguesa de Febrero pasaron a ser el partido
gobernante y lucharon enérgicamente contra la inminente revolución socialista
en Rusia. El líder del partido, Aleksándr Guchkov,
fue ministro de Guerra en el primer Gobierno Provisional. Triunfante la Gran
Revolución Socialista de Octubre, lucharon activamente contra el Poder
soviético. -332.
Escrito el
12 o 13 de mayo de 1918
Publicado
por primera vez en 1929, en Recopilación Leninista XI
https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo36.pdf
Informe sobre la política exterior en
la sesión conjunta del Comité Central de toda Rusia y del soviet de Moscú 14 de
mayo de 1918 147.)
págs.
337-355).
Camaradas:
Permítanme que les dé a conocer la situación actual en la política exterior.
Camaradas, en los últimos días se ha agravado en muchos sentidos nuestra
situación internacional por haberse agudizado la situación general. Debido a
este agravamiento, las provocaciones y el fomento premeditado del pánico por la
prensa burguesa y su fiel auxiliar -la prensa socialista- vuelven a realizar su
obra siniestra e ignominiosa con el propósito de restaurar la korniloviada.
Ante todo
expondré a su consideración los factores que fundamentalmente determinan la
situación internacional de la República Soviética, para luego tratar de las
formas jurídicas externas que definen esta situación, y, sobre esta base,
trazar un cuadro de las nuevas dificultades o, mejor dicho, señalar el punto de
viraje a que hemos llegado y en el cual se funda la agudización de la situación
política.
Vladímir
Ilich Uliánov Lenin. Informe sobre la revolución de 1905
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2017/01/vladimir-ilich-ulianov-lenin-informe.html
Camaradas:
Ustedes saben, y por la experiencia de las dos revoluciones rusas han
reafirmado este conocimiento con particular fuerza, que las raíces más
profundas de la política interior y exterior de nuestro Estado se determinan
por los intereses económicos, por la situación económica de las clases
dominantes de nuestro Estado. Estos postulados, que son e1 fundamento de toda
la concepción marxista y que los revolucionarios rusos hemos visto ratificados
por la gran experiencia de las dos revoluciones rusas, estos postulados no hay
que perderlos de vista en ningún momento para no extraviarse en la intrincada
maraña y en el laberinto de las estratagemas diplomáticas; en el laberinto que,
a veces, es incluso creado y complicado artificialmente por hombres, clases,
partidos y grupos aficionados o que se ven obligados a pescar en río revuelto.
Hace poco
hemos vivido, y en cierta medida seguimos viviendo, precisamente un momento en
que nuestros contrarrevolucionarios -los demócratas constitucionalistas y sus
acólitos principales, es decir, los eseristas de derecha y los mencheviques-
han intentado aprovecharse de la complicada situación internacional.
En sus
rasgos fundamentales, esta situación se reduce a que la República Soviética Socialista de Rusia, en virtud de causas
económicas y políticas que ustedes conocen y que más de una vez hemos expuesto
en la prensa, en virtud de un ritmo de desarrollo y de un terreno para el
desarrollo distintos a los de Occidente, en virtud de esto, nuestra República Socialista Soviética es
por ahora un islote en medio del proceloso mar de la piratería imperialista.
El factor económico fundamental en Occidente reside en que de esta guerra
imperialista, que tantos sufrimientos y martirios ha causado a la humanidad, se
han derivado conflictos tan escabrosos, tan agudos y tan complicados que muy a
menudo, a cada paso, surge una situación en la que pende de un hilo la solución
del problema en favor de la guerra o de la paz, en favor de uno u otro grupo de
potencias. En los últimos días hemos atravesado precisamente una situación así.
Las contradicciones engendradas por la furiosa lucha entre las potencias
imperialistas arrastradas a la guerra -resultado de las condiciones económicas
del desarrollo del capitalismo durante varios decenios- han conducido a que los
propios imperialistas sean ya impotentes para detener esta guerra. Debido a
estas contradicciones, la alianza general de los imperialistas de todos los países,
que constituye la base de la alianza económica capitalista y que sirve natural
e inevitablemente a la defensa del
capital, que no tiene patria, ha demostrado con numerosos episodios de
la mayor importancia y del más alto alcance histórico universal que el capital coloca por encima
de los intereses de la patria, del pueblo y de todo lo que se quiera la
salvaguardia de la alianza de los capitalistas de todos los países contra los
trabajadores. Esa
alianza no es una fuerza motriz de la política.
Naturalmente,
esa alianza sigue siendo la tendencia económica fundamental del régimen
capitalista, tendencia que debe manifestarse en definitiva con fuerza
ineluctable. Una excepción de esta tendencia fundamental del capitalismo es que
la guerra imperialista ha dividido en grupos, en grupos hostiles, en coaliciones
hostiles a las potencias imperialistas, que en la actualidad se han repartido,
puede decirse, toda la tierra sin excepción alguna. Esta hostilidad, esta
lucha, esta contienda a vida o muerte indica, bajo determinadas condiciones,
que la alianza de los imperialistas de todos los países en este caso es
imposible. Asistimos a una situación en que las ·olas embravecidas de la
reacción imperialista, de la matanza imperialista de pueblos, embisten contra
la pequeña isla de la República Socialista Soviética como dispuestas a hundirla
en cualquier instante, pero a cada paso se estrellan las unas contra las otras.
Las
contradicciones fundamentales entre las potencias imperialistas han conducido a
una lucha tan despiadada que, aun comprendiendo su falta de perspectivas, ni
uno ni otro grupo están en condiciones de librarse por propia voluntad de las
tenazas de hierro de esta guerra. La guerra ha determinado dos contradicciones
principales, que son las que, a su vez, han determinado la situación internacional
de la República Socialista Soviética en estos momentos. La primera de ellas es
la lucha, que ha alcanzado el grado extremo de encarnizamiento, entre Alemania
e Inglaterra en el Frente del Oeste. Hemos podido escuchar en más de una
ocasión como los representantes de uno y otro campo beligerante daban promesas
y buenas palabras a su pueblo y a otros pueblos en el sentido de que sólo
faltaba hacer el último esfuerzo para que fuese aplastado el enemigo, defendida
la patria y asegurados para siempre los intereses de la cultura y de la guerra
liberadora. Y cuanto más se prolonga esta lucha inaudita, cuanto más se enredan
en ella las partes beligerantes, más se aleja el desenlace de esta interminable
guerra. El encarnizamiento de esta contienda es precisamente el que dificulta
en extremo y hace casi imposible la alianza de las principales potencias
imperialistas contra la República Soviética, que en cosa de medio año de
existencia se ha ganado las ardientes simpatías y la solidaridad más
absoluta de los obreros conscientes de todos los países.
La segunda
contradicción que determina la situación internacional de Rusia, es la
rivalidad entre Japón y Norteamérica. El desarrollo económico de estos países
en el curso de varios decenios ha acumulado gran cantidad de material
inflamable que hace inevitable una contienda desesperada de estas potencias por
el dominio en el Océano Pacífico y en su litoral. Toda la historia diplomática
y económica de Extremo Oriente muestra de manera absolutamente incuestionable
que, sobre la base del capitalismo, es imposible evitar el agudo conflicto que
va madurando entre Japón y Norteamérica. Esta contradicción, ahora velada
temporalmente por la alianza de Japón y Norteamérica contra Alemania, detiene
la ofensiva del imperialismo japonés contra Rusia, ofensiva que se viene
preparando desde hace tiempo, para la que desde hace tiempo se viene sondeando
el terreno una y otra vez, que ha comenzado en cierta medida y es apoyada por
las fuerzas contrarrevolucionarias. La campaña emprendida contra la República
Soviética (desembarco en Vladivostok, apoyo a las bandas de Semiónov) se ve
frenada, pues amenaza con transformar en una guerra abierta el conflicto
latente entre Japón y Norteamérica. Como es natural, es plenamente posible y no
debemos olvidar que las agrupaciones entre las potencias imperialistas, por
sólidas que parezcan, pueden caer por tierra en muy pocos días si así 10 exigen
los intereses de la sacrosanta propiedad privada, los sagrados derechos a las
concesiones, etc. Tal vez baste la menor chispa para hacer saltar la actual
agrupación de potencias, y entonces las mencionadas contradicciones no podrían
servirnos ya de defensa.
Pero la
situación que acabamos de exponer explica por qué nuestro islote socialista
puede mantenerse entre el furioso temporal, y a la vez explica por qué esta
situación es tan inestable y a veces parece, cosa que causa gran júbilo a la
burguesía y pánico a la pequeña burguesía, que las olas van a anegarlo de un
momento a otro.
El Tratado
de Brest, de un lado, y las normas Y leyes con respecto a los países neutrales,
de otro, son la envoltura y la expresión externa de esta situación.
Ustedes
conocen el valor de los tratados y de las leyes ante los conflictos
internacionales desencadenados: no son más que papeles mojados.
Se suelen
citar y recordar estas palabras como modelo del _ cinismo de la política
exterior del imperialismo, pero el Cinismo no reside en estas palabras, sino en
la guerra imperialista despiadada, cruelmente despiadada y dolorosamente
despiadada, en la que todos los tratados de paz y todas las leyes sobre la
neutralidad han sido, son y serán pisoteados mientras subsista el capitalismo.
Por eso, cuando abordamos la cuestión que para
nosotros es la principal, o sea, la relativa a la Paz de Brest, a la
posibilidad de que sea violada y a las consecuencias que para nosotros se
derivan de una tal ·situación, si deseamos mantenernos firmemente como Estado
socialista y no queremos vernos derribados por los manejos y las provocaciones
de los contrarrevolucionarios, cualesquiera que sean las etiquetas socialistas
con que se cubran, no debemos olvidar ni un instante el fundamento económico de todos los tratados de paz, incluido el de
Brest, y el fundamento económico de toda neutralidad, comprendida la nuestra.
No debemos olvidar, de un lado, el estado de cosas a escala internacional, el
estado de cosas en el imperialismo mundial, con respecto a la clase que crece y
que tarde o temprano, aunque sea incluso más tarde de lo que deseamos Y
esperamos, será la heredera del capitalismo y vencerá al capitalismo mundial. Y
de otro lado, no debemos olvidar las relaciones entre los países imperialistas,
las relaciones entre los grupos económicos imperialistas.
Una vez esclarecida
esta situación, camaradas, comprenderemos, yo creo que sin esfuerzo, la
importancia de· los aspectos parciales, de los detalles e incluso, a veces, de
las minucias de la diplomacia que más atraen nuestra atención en los últimos
días, que más ·se han grabado en nuestra memoria en los últimos días. Es lógico
que la inestabilidad de la situación internacional sea una base para el pánico.
Este procede de los demócratas constitucionalistas, de los eseristas de derecha
y de los mencheviques, los cuales apoyan los intereses de los que quieren y
pretenden sembrar el pánico. Sin cerrar los ojos en lo más mínimo ante todo el
peligro y ante lo trágico de la situación, analizando las relaciones económicas
a escala internacional, debemos decir: sí, la cuestión de la guerra o la paz
está pendiente de un hilo, tanto en Occidente como en Extremo Oriente, porque
existen dos tendencias, una que hace inevitable la alianza de todos los
imperialistas y otra que enfrenta a unos capitalistas con otros; ninguna de
estas dos tendencias tiene un fundamento sólido. Sí, ahora Japón no puede
decidirse a atacar a fondo, aunque, por tener un ejército de un millón de
hombres, podría indudablemente derrotar a una Rusia debilitada a todas luces.
Cuándo ocurrirá esto, no lo sé ni lo puede saber nadie.
La forma del
ultimátum entraña la amenaza de una guerra contra los pueblos de los países de
la Entente y de un tratado con Alemania, pero esto puede cambiar en pocos días.
Esto puede cambiar en cualquier momento, porque la burguesía norteamericana,
ahora enemistada con Japón, puede mañana entenderse con él, y porque la
burguesía japonesa puede mañana entenderse con la alemana. Median entre ellos
intereses fundamentales, los intereses del reparto del globo terráqueo,
los intereses de los terratenientes, del capital, el afán de garantizar, como
ellos se expresan, su _dignidad nacional
y sus intereses nacionales. Este lenguaje es de sobra conocido para quien
tiene, no sé si la desgracia o la costumbre, de leer periódicos del tipo de los
eseristas. Y cuando a menudo se nos habla de la dignidad nacional, todo el
mundo sabe, y nosotros lo sabemos muy bien después de la experiencia de 1914,
los actos de saqueo imperialista que se ocultan bajo esas palabras. Se
comprende por qué, en virtud de esas relaciones, la situación en Extremo
Oriente es algo inestable. Debemos decir una cosa: hay que ver con claridad
esas contradicciones de los intereses capitalistas, hay que saber que aumenta
de semana en semana y de mes en mes la solidez de la República Soviética y que,
al mismo tiempo, despierta simpatías crecientes entre los trabajadores y
explotados de todos los países
Y a la vez,
en todo momento, cada día, hay que estar preparados y esperar cambios de la
política internacional en beneficio de la política de los partidos belicistas
extremos.
La situación
de la coalición alemana es clara para nosotros. En estos momentos, la mayoría
de los partidos burgueses de Alemania se inclinan por la observancia de la Paz
de Brest, pero, naturalmente, de muy buena gana "mejorarían" el
tratado para obtener algunas anexiones más a costa de Rusia. Lo que les hace
guardar esta actitud son las consideraciones políticas y militares desde el
punto de vista de los intereses nacionales alemanes, como ellos dicen, desde el
punto de vista de los intereses imperialistas; eso les obliga a preferir la paz
en Oriente para tener las manos libres en Occidente, donde el imperialismo
germano ha prometido ya muchas veces una victoria inmediata y donde cada semana
o cada mes muestra que esta victoria, cuantos más triunfos parciales obtienen, está
cada vez más lejos. Por otra parte, tenemos el partido belicista, que más de
una vez se ha puesto en evidencia en relación con el Tratado de Brest y que,
naturalmente, existe en todas las potencias imperialistas, partido belicista
que discurre así: hay que hacer uso inmediatamente de la fuerza sin atender a
las consecuencias que sobrevengan. Esta es la voz del partido belicista
extremo: la conocemos a través de la historia de Alemania, desde el momento en
que comenzaron sus deslumbrantes victorias militares; la conocemos desde 1866,
por ejemplo, cuando el partido belicista extremo de Alemania alcanzó la
victoria sobre Austria y transformó esta victoria en una derrota aplastante.
Todos estos choques, todos estos conflictos son inevitables y hacen que ahora,
en este aspecto, todo esté pendiente de un hilo, y que, de un lado, la mayoría
burguesa imperialista del Parlamento alemán, las clases poseedoras alemanas,
los capitalistas alemanes prefieran atenerse al Tratado de Brest, sin renunciar
de ningún modo, lo repito, a "mejorarlo". Y de otro lado, en todo
momento, día tras día, hay que estar preparados, hay que esperar cambios de la
política en beneficio del partido belicista extremo.
Se
comprende, pues, la inestabilidad de la situación internacional; se comprende
cuán fácilmente puede cambiar por ello la actitud de los partidos, se comprende
que del Poder soviético se exija una gran prudencia, cautela y sangre fría para
determinar con claridad su tarea. Que la burguesía rusa se incline ora a la
orientación francesa, ora a la orientación alemana. Eso les gusta. En varios
casos han podido comprobar que encuentran una buena garantía en el apoyo alemán
contra los mujiks, que han tomado la tierra, y contra los obreros, que están
edificando las bases del socialismo. Ayer, durante largo tiempo, durante
varios años, llamaron traidores a la patria a quienes condenaban la guerra
imperialista y abrían los ojos a la gente dando a conocer la verdad de esa
guerra, pero hoy todos ellos están dispuestos a cambiar en unas pocas semanas
de fe política y a pasar de la alianza con los rapaces ingleses a la alianza
con los rapaces alemanes contra el Poder soviético. Que dé bandazos de un _lado
a otro la burguesía de todos los pelajes, desde los eseristas de derecha y los
mencheviques hasta los eseristas de izquierda. Otra cosa no puede hacer. Que
siembre el pánico, porque ella misma es presa del pánico. Que se incline de un
lado o de otro, sin conocer otro camino y vacilando entre una u otra
orientación y entre la fraseología absurda, que es incapaz de tener en cuenta
que en la revolución, cuando ésta alcanza grandes proporciones, y para hacerla
más profunda, hay que pasar por los más diversos agrupamientos y tránsitos de
una etapa a otra. Los revolucionarios
rusos tenemos la fortuna de contar en lo que va del siglo XX con las enseñanzas
de dos revoluciones, cada una de las cuales nos ha proporcionado -una abundante
experiencia, bien asimilada por el propio pueblo,
de cómo se prepara el movimiento revolucionario si es profundo y serio, de cómo
se manifiestan en este movimiento las diferentes clases y del camino difícil y
doloroso, y a veces larga evolución, que sigue la preparación de la madurez de
las nuevas clases.
Recuerden lo
que les costó a los Soviets, creados por impulso espontáneo en 1905, volver a
actuar en 1917, cuando tuvieron que atravesar la dolorosa vía de la política de
conciliación con la burguesía y con los peores enemigos embozados de la clase
obrera, que hablaban de la defensa de la revolución, que hablaban de la bandera
roja y cometieron el mayor de los crímenes en junio de 1917 148 ; ahora,
<mando con nosotros está la mayoría de,, la clase obrera, recuerden lo que
nos costó después de la gran revolución de 1905 llevar adelante los Soviets de
los obreros y los campesinos. Recuerden esto y piensen en la magnitud de la
lucha que se libra contra el imperialismo internacional, piensen en lo difícil
que es el paso a esta situación y en las pruebas que ha afrontado la República
Rusa al colocarse a la vanguardia de todos los demás destacamentos del ejército
socialista.
Yo sé que
hay, claro está, sabihondos que se tienen por muy inteligentes y hasta se
titulan socialistas, quienes aseguran que no se debía haber tomado el poder
hasta que estallase la revolución en todos los países. Ellos no sospechan que,
al hablar así, se apartan de la revolución y se pasan al campo de la burguesía.
Esperar a que las clases trabajadoras
hagan la revolución a escala internacional, equivale a quedar inmovilizados en
la espera. Esto es absurdo. Como
se sabe, la revolución es una empresa ardua. Después de comenzar con brillante éxito en un país, es posible que
atraviese períodos penosos, pues sólo se
puede vencer definitivamente a escala internacional y con los esfuerzos mancomunados
de los obreros de todos los países. Nuestra tarea consiste en saber dar
prueba de firmeza y cautela; debemos maniobrar y replegarnos mientras no
lleguen los refuerzos. El paso a esta táctica es inevitable, por mucho que se
burlen de ella quiénes se llama l!l. revolucionarios, pero no entienden nada de
revolución.
Terminada la
exposición general, paso a tratar de lo que ha causado en los últimos días
alarma y pánico y ha permitido a los contrarrevolucionarios reemprender su
labor dirigida a socavar el Poder soviético.
Ya he dicho
que la forma jurídica exterior y la envoltura de todas las relaciones
internacionales de la República Socialista Soviética han sido, de un lado, el Tratado de Brest-Litovsk y, de otro, la ley
general y las normas que determinan la situación de un país neutral entre los
países beligerantes. Esta situación ha condicionado las dificultades con que
hemos tropezado en el último tiempo. Del Tratado de Brest-Litovsk se derivaba
lógicamente la firma de la paz completa con Finlandia, Ucrania y Turquía, pero
con cada uno de estos países continuamos la guerra, lo cual no es resultado del
desarrollo interno de dichos países, sino un producto de la influencia de sus
clases dominantes. Sobre esta base, el desenlace temporal consistía sólo en una
tregua temporal, que fue obtenida al concertarse la Paz de Brest, tregua a
propósito de la cual se ha dicho tanto y sin ton ni son que no era posible, pero sí lo ha sido y
ha dado en dos meses sus resultados, se ha dejado sentir para la mayoría de los
soldados rusos, pues les ha permitido volver a sus casas y ver los cambios
operados, disfrutar de las conquistas de la revolución, disfrutar de la tierra,
orientarse y sacar nuevas fuerzas para los nuevos sacrificios que les esperan.
Es
comprensible que esta tregua temporal pareciera llegar a su término cuando se
agravó la situación en Finlandia, en Ucrania y en Turquía, cuando en vez de una
paz completa obtuvimos sólo un aplazamiento de esta aguda cuestión económica:
¿guerra o paz? ¿Tendremos que entrar ahora de nuevo en guerra, a pesar de todos
los desigruos pacíficos del Poder soviético y de la plena decisión de
sacrificar la llamada política de gran potencia, es decir, el derecho a
concertar tratados secretos, a ocultarlos al pueblo con ayuda de los Cbernov,
los Tsereteli y los Kerenski, a firmar tratados secretos expoliadores y a
sostener una guerra imperialista, una guerra de rapiña? A pesar de todo, en
lugar de una paz completa, sólo hemos logrado un breve aplazamiento de la apremiante cuestión sobre la
guerra y la paz.
He aquí las
derivaciones de esta situación, y una vez más pueden ver con claridad a qué se
reduce la solución definitiva, se trata de saber adónde conducirán los
resultados de las vacilaciones entre los dos grupos hostiles, entre los países
imperialistas: el conflicto norteamericano en Extremo Oriente y el
germano-inglés en Europa Occidental. Se comprende hasta qué punto se han
exacerbado estas contradicciones en relación con la conquista de Ucrania, en
relación con la situación que los imperialistas alemanes, y sobre todo el
principal partido belicista, se representaban a menudo tan de color de rosa,
tan fácil, pero que ha originado increíbles dificultades precisamente a ese
partido belicista extremo de Alemania y que ahora ha hecho temporalmente
concebir esperanzas a los demócratas constitucionalistas, mencheviques y
eseristas de derecha rusos, enardecidos de entusiasmo por lo que está haciendo
Skoropadski en Ucrania Y que confían en que eso mismo ocurrirá fácilmente
también en Rusia. Estos señores se equivocan: sus esperanzas se verán desvanecidas
porque ... (clamorosos aplausos), digo yo, porque hasta el principal partido
belicista de Alemania, acostumbrado en demasía a confiar en la fuerza de las
espadas, se ha visto en este caso sin el apoyo de la mayoría de los
imperialistas, de los círculos burgueses imperialistas, que han comprobado la
existencia de dificultades increíbles en la conquista de Ucrania, en la lucha
por someter a todo un pueblo y en la
necesidad de recurrir a un terrible golpe de Estado.
Son
increíbles las dificultades originadas en Alemania por este principal partido
belicista, que se había comprometido ante su pueblo y ante los obreros a
conseguir las mayores victorias en el Frente del Oeste, cuando ha tenido que
verse ante nuevas e inusitadas contrariedades económicas y políticas, ante la
necesidad de distraer fuerzas militares para la realización de tareas que
también parecían fáciles en un principio y ante un pacto con los mencheviques y
eseristas de derecha ucranianos, que son quienes firmaron el tratado de paz.
El partido
belicista extremo de Alemania se imaginaba las cosas así: enviaremos un fuerte
ejército y obtendremos cereal, pero después resultó que hubo que efectuar un
golpe de Estado. Eso resultó fácil, porque los mencheviques ucranios accedieron
a ello con gran presteza. Pero después se vio que el golpe de Estado creaba
nuevas y gigantescas dificultades, porque había que vencer dificultades a cada
paso para obtener el cereal y las materias primas, sin lo cual Alemania no puede
subsistir, y el conseguirlo por vía violenta en un país ocupado cuesta
demasiados esfuerzos y demasiadas víctimas.
He aquí la
situación que se creó en Ucrania y que debía reanimar las esperanzas de la
contrarrevolución en Rusia. Se comprende que nuestro país, al no poder restaurar
su ejército, haya sufrido y sufra en esta lucha nuevas pérdidas. Las
negociaciones de paz condujeron a nuevas condiciones penosas, a nuevas
contribuciones descaradas y embozadas. Una cosa no quedaba clara, y es en virtud
de qué edicto piensan delimitar las fronteras de Ucrania. La Rada que promulgó
el edicto ha sido disuelta 149• En lugar de ella ha sido puesto un hetmán
terrateniente. Debido a esta situación incierta ha surgido toda una serie de
cuestiones que muestran que el problema de la guerra y la paz sigue como
estaba. Los armisticios parciales vigentes entre las tropas rusas y alemanas no
predeterminan nada en lo que atañe a la situación general. La cuestión está en
el aire. Lo mismo cabe decir en lo que se refiere a Georgia, donde asistimos a una larga lucha contrarrevolucionaria
del gobierno de los mencheviques caucasianos, a una larga lucha de los
contrarrevolucionarios que se titulan socialdemócratas. Cuando la victoria del
Poder soviético y de las masas trabajadoras, después de extenderse a toda
Rusia, comienza a propagarse también a las regiones periféricas no rusas;
cuando ya es evidente e indudable que, como lo han reconocido los
representantes contrarrevolucionarios de los cosacos del Don, no puede ser evitada
la victoria del Poder soviético; cuando surgen vacilaciones en el seno del
gobierno menchevique del Cáucaso, Gueguechkori y Zhordania, que se han dado
cuenta de las cosas tarde y han comenzado a hablar de buscar un lenguaje común
con los bolcheviques, al lanzarse Tsereteli contra los bolcheviques, con ayuda
de las tropas turcas, recogerán lo mismo que ha cosechado la Rada ucrania. (Aplausos.)
Pero tengan
presente que si estos personajes de la Rada caucasiana obtuviesen el apoyo de
las tropas alemanas, como lo obtuvo la Rada ucrania, eso acarrearía a la
República Soviética de Rusia nuevas dificultades, haría nuevamente inevitable
la guerra, surgirían nuevos peligros y una nueva situación incierta. Hay gentes
que, refiriéndose a esta incertidumbre, a los azares de esta situación
indefinida -y en verdad que una tal situación suele ser peor que cualquier
situación clara-, hay gentes que dicen que es fácil eliminar esta incertidumbre
que sólo hace falta exigir abiertamente que los alemanes respeten el Tratado de
Brest.
He tenido
ocasión de oír a gentes así de ingenuas, que se consideran de izquierda, pero
que en realidad sólo reflejan la estrechez de nuestra pequeña burguesía ... *
Esas gentes
olvidan que primero hay que vencer, y sólo después se puede exigir. Si ustedes
no han vencido, el enemigo tiene la posibilidad de aplazar la respuesta e
incluso de no responder en absoluto a las demandas. Tal es la ley de la guerra
imperialista.
Esto les
disgusta a ustedes. Pues bien, deben saber defender su patria. El socialismo, la clase obrera y todos los
trabajadores tienen derecho a defender la patria. .
Sólo agregaré que en la frontera caucasiana
esta situación determinada se ha creado en virtud de las vacilaciones
absolutamente imperdonables del Gobierno de Gueguechkori, que al principio
declaró que no reconocía la Paz de Brest, Y después proclamó la independencia
sin decirnos a qué territorio se extendía. Les dirigimos numerosos
radiotelegramas rogándoles que se dignasen darnos a conocer sus pretensiones
territ0riales. Ustedes tienen derecho
a aspirar a la independencia, pero,
si hablan de independencia, están en la obligación de decir cuál es el
territorio cuya representación ostentan. Esto fue hace una semana. Enviamos
una enorme cantidad de radiotelegramas, pero no obtuvimos ni una sola
respuesta. Con esto especula el imperialismo alemán. Por eso a Alemania y a
Turquía, Estado auxiliar, les fue posible avanzar más sin dar la menor
respuesta y sin prestar atención a nada, declarando: tomaremos lo que podamos tomar,
no infringimos la Paz de Brest porque el ejército de Transcaucasia no la
reconoce, porque el Cáucaso es independiente.
¿De quién es
independiente el Gobierno de Gueguechkori? Es independiente de la República
Soviética, pero es un poco dependiente del imperialismo alemán, y ello es
natural. (Aplausos.)
Esta es,
camaradas, la situación que se ha creado: una extremada agudización de las
relaciones en los últimos días; ésta es la situación que nos ha proporcionado
una confirmación nueva y bastante concreta de la razón de la táctica que ha
seguido y mantenido con firmeza durante los últimos meses la inmensa mayoría de
nuestro Partido, el Partido Comunista bolchevique de Rusia.
Contamos con una gran experiencia
revolucionaria, la cual nos ha enseñado que es preciso mantener la táctica de
acometer sin piedad cuando lo permitan las condiciones objetivas, cuando la
experiencia de la política de componendas haya demostrado que las masas están
indignadas y que la acometida será la expresión de este viraje. Pero tenemos
que recurrir a la táctica de la expectativa, a la acumulación paulatina de
fuerzas cuando las condiciones objetivas no nos permitan hacer llamamientos a
la ofensiva general y despiadada.
Quien no
cierre los ojos, quien no esté ciego, sabrá que no hacemos sino repetir ahora
lo ya dicho antes por nosotros y lo que siempre hemos afirmado: que no olvidamos la debilidad de la clase
obrera rusa en comparación con otros destacamentos del proletariado
internacional. No ha sido nuestra voluntad, sino las condiciones
históricas, la herencia del régimen zarista, la debilidad de la burguesía rusa,
lo que ha hecho que este destacamento se haya visto colocado delante de los
demás destacamentos del proletariado internacional, y no porque lo hayamos
querido, sino porque así lo han exigido las circunstancias. Pero debemos permanecer en nuestro puesto
mientras no acuda nuestro aliado, el proletariado internacional, que
acudirá, y acudirá· indefectiblemente, pero que acude con una lentitud
incomparablemente mayor de lo que esperamos y deseamos. Si vemos que este
proletariado acude con demasiada lentitud en virtud de las condiciones
objetivas, debemos, no obstante, atenernos a nuestra táctica de esperar, de
utilizar los conflictos y las contradicciones entre los imperialistas, de
acumular fuerzas poco a poco, la táctica de mantener el islote del Poder
soviético en medio del proceloso mar imperialista, de mantener el islote en el
que ya convergen las miradas de los obreros y de los trabajadores de todos los
países. Por eso nos decimos que si el partido belicista extremo puede de un
momento a otro vencer a cualquier coalición imperialista y crear en contra
nuestra una nueva e inesperada coalición imperialista, nosotros, en todo caso,
no facilitaremos esta empresa. Si se lanzan contra nosotros -ahora sí, ahora
somos defensistas-, haremos todo lo que esté a nuestro alcance, todo lo que
la táctica diplomática es capaz de hacer, haremos todo lo posible para diferir
ese momento, haremos todo lo posible para que la breve e inestable tregua que
conseguimos en marzo sea más duradera, porque estamos firmemente convencidos de
que tenemos a nuestro lado a decenas de millones de obreros Y campesinos, que
saben que cada semana, y con mayor motivo cada mes, de tregua obtienen nuevas
fuerzas que vigorizan el Poder soviético, que lo transforman en algo firme e
inconmovible, que son los portadores de un nuevo espíritu y que, después del
agotamiento y del cansancio motivados por una extenuadora guerra reaccionaria,
crearán un estado de firmeza y de disposición a marchar al combate final y
decisivo cuando las fuerzas exteriores se abalancen sobre la República
Soviética socialista.
Somos defensistas desde el 25 de octubre
de 1917, hemos
conquistado el derecho a defender la patria. No defendemos los tratados
secretos: los hemos anulado, los hemos dado a conocer al mundo entero; defendemos
la patria contra los imperialistas. Nos defendemos y venceremos. No
defendemos la situación de gran potencia de Rusia: de ésta no ha quedado más
que la Rusia propiamente dicha; no defendemos los intereses nacionales,
afirmamos que los intereses del socialismo, los intereses del socialismo mundial
están por encinta de los intereses nacionales, por encima de los intereses del
Estado. Somos defensistas de la patria socialista.
Esto no se
consigue con una declaración, sólo se consigue derrocando a la propia
burguesía, con una guerra implacable, a vida o muerte, iniciada en nuestro
país. Y sabemos que venceremos. Esto es un pequeño islote en medio de la guerra
que envuelve al mundo imperialista, pero en este islote hemos hecho ver y hemos
demostrado todo lo que puede realizar la clase obrera. Todo esto se sabe y ha
sido reconocido. Hemos demostrado que tenemos derecho a · defender la patria,
somos defensistas, y proclamamos el derecho a esta defensa con toda la seriedad
que nos han inculcado los cuatro años de guerra; con toda la seriedad y
prudencia que comprende cada obrero, cada campesino, que ha visto a los
soldados y ha conocido todo lo que los soldados han sufrido en estos cuatro
años de guerra; con una prudencia que pueden no comprender, de la que pueden
reírse y ante la que pueden tener una actitud de ligereza sólo los revolucionarios de palabra, pero no de hecho. Precisamente
porque somos partidarios de la defensa de la patria nos decimos: para la
defensa es preciso un ejército firme y fuerte, una retaguardia fuerte, y para
disponer de un ejército firme y fuerte es necesario, en primer término,
organizar bien el abastecimiento de víveres. Para esto es indispensable que la dictadura del proletariado no se
traduzca sólo en un poder central; éste es el primer paso, sólo el primer paso,
pero la dictadura debe extenderse a toda Rusia; éste es el segundo paso,
sólo el segundo paso: este paso todavía
no lo hemos dado del todo. Nos es precisa, nos es necesaria una disciplina
proletaria, una verdadera dictadura proletaria, en la que el poder firme y
férreo de los obreros conscientes se deje sentir en cada rincón de nuestro
país, en la que ni un solo kulak, ni un solo ricacho y adversario del monopolio
de cereales quede impune, sino que sea aprehendido y castigado por la férrea
mano justiciera de los disciplinados dictadores de la clase obrera, de los
dictadores proletarios. (Aplausos.)
Nos decimos
que mantenemos una actitud de prudencia ante la defensa de la patria, · estamos obligados a hacer todo lo que pueda
hacer nuestra diplomacia para alejar el momento de la guerra, para prolongar la
tregua; prometemos a los obreros y a los
campesinos hacer todo cuanto podamos por la paz. Y lo haremos. Y los
señores burgueses y sus secuaces, que piensan que en Rusia se puede aupar al
poder a nuevos Skoropadski del mismo modo que en Ucrania, donde con tanta
facilidad se llevó a cabo el golpe de Estado, no deben olvidar que si al
partido belicista de Alemania le costó tanto lograr el golpe de Estado en
Ucrania, en la Rusia Soviética encontraría la debida réplica. Sí, esto ha sido
demostrado, esta línea ha sido mantenida por el Poder soviético, que ha hecho
todos los sacrificios precisos para afianzar la situación de las masas trabajadoras
en el país.
La situación
concerniente a la cuestión de la paz y de Finlandia se caracteriza con estas
palabras: el fuerte de Ino y Murman. El
fuerte de Ino, que defiende a Petrogrado, por su situación territorial forma
parte del Estado finlandés. Al concertar la paz con el Gobierno obrero de
Finlandia, nosotros, representantes de la Rusia socialista, reconocimos el
pleno derecho de Finlandia a su territorio, pero, por común acuerdo de ambos
gobiernos, el fuerte de Ino quedó en poder de Rusia "para la defensa de
los intereses comunes de las repúblicas socialistas", como consta en el
tratado firmado 150• Se comprende que nuestras tropas suscribieran esta
paz en Finlandia, suscribieran estas condiciones. Se comprende que la Finlandia
burguesa y contrarrevolucionaria ·no podía por menos de alzarse debido a esto.
Se comprende que la burguesía reaccionaria y contrarrevolucionaria en Finlandia
tuviese sus pretensiones respecto a esta fortaleza. Se comprende que a causa de
esto la cuestión se haya agudizado en más de una ocasión y continúe siendo
grave.
La cesa está
pendiente de un hilo.
Se comprende que haya suscitado una tirantez
mayor aún la cuestión de Murman, al que pretendían los ingleses y los
franceses, porque han invertido decenas de millones en la construcción del
puerto para asegurar su retaguardia en su guerra imperialista contra Alemania.
Ellos respetan la neutralidad con tal magnanimidad que se aprovechan de la
primera ocasión para echar la zarpa. Es suficiente pretexto para sus conquistas
el hecho de que tengan un acorazado, mientras que nosotros carecemos de los
medios necesarios para echarlo. Se comprende que la cuestión no pueda por menos
de agudizarse a causa de esto. Hay una envoltura exterior, hay una expresión
jurídica creada por la situación internacional de la República Soviética, que
presupone que en territorio neutral no pueden entrar las fuerzas armadas de
ningún Estado beligerante si no quieren verse desarmadas. Los ingleses
desembarcaron en Murman sus fuerzas militares, y nosotros no pudimos oponernos
a ello por la fuerza de las armas. El resultado es que nos presentan exigencias
parecidas a un ultimátum: si ustedes no pueden salvaguardar su neutralidad,
haremos la guerra en su territorio.
Pero ya se ha creado el ejército obrero y campesino,
este ejército ha agrupado en los distritos y en las provincias a los campesinos
que han vuelto a su tierra, expropiada a los terratenientes, o sea, que tienen
algo que defender; este ejército ha comenzado a edificar el Poder soviético y
se transformará en la vanguardia si se lanzan contra Rusia los invasores; nos
opondremos al enemigo todos como un solo hombre. He consumido mi tiempo y me
permitiré terminar leyendo el telegrama que hemos recibido por radio del
embajador de la República Soviética en Berlín, camarada Ioffe. Por este
telegrama ustedes verán que, de un lado, nuestro embajador confirma que es
justa la apreciación de las relaciones internacionales hecha en mi informe, y
que, de otro lado, nuestra política exterior, la de la República Soviética, es
una política seria, consistente en prepararnos para la defensa de la patria, y una política prudente, que no permite dar
ni un solo paso · capaz de hacer el juego a los partidos extremos de las potencias
imperialistas de Occidente y Oriente. Esta política se asienta sobre una base
seria y no abriga ilusiones de ninguna especie. Siempre queda la posibilidad de
que de un día a otro se lancen contra nosotros las fuerzas militares, y
nosotros, obreros y campesinos, nos decimos y decimos al mundo entero, y
sabremos demostrarlo, que nos levantaremos como un solo hombre en defensa de la
República Soviética; por eso confío en que la lectura de este telegrama será
una conclusión adecuada de mi discurso y nos indicará en qué sentido trabajan
los representantes de la República Soviética en el extranjero en favor de los
Soviets, de todas las instituciones soviéticas y de la República Soviética.
"Los últimos despachos
radiotelegráficos recibidos hoy informan de que la comisión alemana de
prisioneros de guerra sale el viernes, 10 de mayo. Hemos recibido ya una nota
del Gobierno alemán con la propuesta de crear una comisión especial para
examinar todas las cuestiones jurídicas relacionadas con nuestros bienes en
Ucrania y Finlandia. He dado mi conformidad a la creación de dicha comisión y
he transmitido a Ud. el ruego de que envíen plenipotenciarios adecuados,
militares y juristas. Hoy he mantenido una conversación a propósito de los
nuevos avances, de la exigencia de abandonar el fuerte de Ino y de la actitud
de los rusos hacia Alemania. He recibido esta respuesta: El Alto Mando alemán
declara que no habrá más avances, el papel de Alemania en Ucrania y Finlandia
ha llegado a su fin, Alemania está de acuerdo en coadyuvar a nuestras
negociaciones de paz con Kíev y Helsingfors y, a este fin, se pone en contacto
con los citados gobiernos. Cuestión relativa al fuerte de lno en las
negociaciones de paz con Finlandia: en virtud del tratado, los fuertes deben
ser desmantelados. Alemania espera que, al establecer las fronteras, se pueda
aceptar nuestro tratado con los rojos; los blancos aún no han dado su
respuesta. Oficialmente se declara por el Gobierno alemán: Alemania se atiene
firmemente al Tratado de Brest, desea mantener relaciones pacíficas con
nosotros, no abriga planes agresivos de ningún género y no emprenderá ofensiva
alguna contra nosotros. De acuerdo con mi demanda, Alemania promete equiparar a
los ciudadanos rusos con los demás neutrales."
Referencias
de prensa publicadas el 15 de mayo de 1918 en “Izvestia VTslK” Núm. 95, los días
15 y 16 de mayo en "Pravda",
núms. 93 y 94
Notas
147 En sus esfuerzos por aprovechar el agravamiento de la
situación internacional e interna para luchar contra el Partido Bolchevique y
el Poder soviético, los mencheviques y eseristas lanzaron furiosos ataques
contra el informe de :Lenin. La sesión rechazó las resoluciones de los
mencheviques y eseristas, en las que exigían que se convocara la Asamblea
Constituyente, se rompiera el Tratado de Brest y se concertase una alianza con
los países de la Entente para continuar la guerra contra Alemania, y adoptó por
abrumadora mayoría de votos la resolución de los bolcheviques, escrita por
Sverdlov, que aprobaba la política del Poder soviético.-337.
148 Se trata de la ofensiva de las tropas rusas en el frente en
junio de 1917, emprendida por el Gobierno Provisional en cumplimiento de la voluntad
de los imperialistas de Rusia y anglo-franceses, Y sancionada por el I Congreso
de los Soviets de toda Rusia. El ejército ruso sufrió una derrota
dcmoledora.-345.
149 Rada: Rada Central, organizaci6n nacionalista burguesa
contrarrevolucionaria fundada en abril de 1917 en el Congreso de toda Ucrania
(en Kícv) por el bloque de partidos y grupos nacionalistas ucranios burgueses y
pequeñoburgueses. La presidía M. S. Grushevski, ideólogo de la burguesía
ucrania, y tenía por vicepresidente a V. K. Vinnichenko.
Después de
triunfar la Gran Revolución Socialista de Octubre, la Rada se erigió en órgano
supremo de la "República Popular
Ucrania", inició la lucha contra el Poder soviético y se convirtió en
uno de los principales centros de la contrarrevolución de Rusia.
En diciembre de 1917, en el I Congreso de
los Soviets de toda Ucrania, celebrado en Járkov, Ucrania fue proclamada
República Soviética. El Congreso declaró el derrocamiento del poder de la
Rada Central. Entre diciembre de 1917 y enero de 1918, en toda Ucrania tuvieron
Jugar levantamientos armados contra la Rada Central por el restablecimiento del
Poder soviético. En enero de 1918, las tropas -soviéticas pasaron a la ofensiva
en Ucrania y el 26 de enero (8 de febrero) entraron en Kícv, derrocando la Rada
burguesa.
Expulsada de la Ucrania Soviética, la Rada
Central se alió con los imperialistas alemanes para derrocar el Poder soviético
y restaurar el régimen burgués en Ucrania. Durante las negociaciones de paz de
la República Soviética con Alemania, la
Rada envió una delegación suya a Brest-Lltovsk y, a espaldas de la delegación
soviética, concertó una paz por separado con Alemania, comprometiéndose a
suministrar a este país cereales, carbón y materias primas ucranios a cambio de
ayuda militar contra el Poder soviético. En marzo de 1918, la Rada retornó
a Kfev con los ocupantes austro-alemanes y fue un miserable títere en sus
manos. Convencidos de que la Rada no podía ahogar el movimiento revolucionario
en Ucrania ni garantizar los suministros de víveres y materias primas, los
alemanes la disolvieron a· fines de abril. -348.
150 Se refiere al Tratado entre las repúblicas socialistas de
Rusia y de Finlandia, ratificado el l º de mano de 1918 en Petrogrado (véase la nota 60).-353.
Nota
60. Se refiere al Tratado entre las
repúblicas socialistas de Rusia y de Finlandia, primer tratado entre países
socialistas. A mediados de febrero de 1918, el Gobierno revolucionario de la
República de Finlandia propuso al Gobierno soviético concertar un tratado de
amistad. Se constituyó una comisión coordinadora ruso-finlandesa para elaborar
el proyecto. Este se discutió en varias reuniones del Consejo de Comisarios del
Pueblo. Lenin introdujo una serie de enmiendas. El tratado fue firmado el 10 de
marzo por una comisión especial con Lenin al frente. Después de ratificado por
el Consejo de Comisarios del Pueblo, se publicó el 10 de marzo de 1918 en el
núm. 45 de ]zvestia VTs/K. Basado en el reconocimiento de la soberanía
estatal de Finlandia, el tratado testimoniaba la consecuente aplicación del
principio del derecho de las naciones a la autodeterminación por el
Gobierno soviético. -112.
https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo36.pdf
Informe sobre la situación actual en
la Conferencia Regional de Moscú del PC (b) de Rusia 15 de mayo de 1918
151
págs.
356-357).
Breve reseña
periodística
Lenin
comenzó hablando de las concepciones de los de "izquierda" sobre
política exterior y señaló el enorme valor de las negociaciones de Brest para
hacer agitación, ya que el proletariado occidental tiene la posibilidad de
conocer muchas cosas, de comprender quiénes son los bolcheviques, cuál es
nuestra situación después de la revolución, etc. Ahora, la salvación no reside
en la ruptura abierta del Tratado de Brest, sino en el arte de maniobrar entre
las complejas situaciones internacionales engendradas por la oposición de
intereses de los distintos Estados imperialistas. Es necesario tener en cuenta
las relaciones entre Japón y Norteamérica, Alemania e Inglaterra, las
discrepancias en las agrupaciones capitalista y belicista en Alemania, etc.,
etc. En política interior es necesario desarrollar la disciplina proletaria,
luchar contra los kulaks en el campo, ocuparse de los cereales, implantar la
dictadura absoluta en el abastecimiento y la dictadura de la clase obrera en el
país. Al objetar a los de "izquierda"
en el problema del capitalismo de Estado,
el camarada Lenin explicó que no lo tememos porque en la dolorosa transición
del capitalismo al socialismo que estamos viviendo, la principal
preocupación es salvar la industria, y sólo mediante su organización a gran
escala -lo cual es posible en la
actualidad nada más que con el capitalismo
de Estado- puede ordenarse la
producción y llevarse una contabilidad exacta de lo que se produce y se consume.
El control obrero es condición indispensable para ello. El camarada Lenin
menciona como ejemplo a los obreros de la industria del cuero, su sólida
organización y el control obrero en las empresas privadas.
"Pravda", núm. 95, 17 de mayo de 1918
Notas
151 La Conferencia regional de Moscú del PC(b) de Rusia tuvo
lugar del 14 al 17 de mayo de 1918. Escuchó los informes de las localidades
(provincias de Tver, Vladímir y Yaroslvl sobre _ el estado de la labor de partido, el
crecimiento del Ejército Rojo y otras cuestiones, y discutió los informes del
Buró Regional de Moscú y del Comité de Moscú del Partido, así como de la
organización comarcal de Moscú del Partido. El 15 de mayo examinó el problema
de la situación actual. En nombre de los "comunistas de izquierda",
A. Lómov (G. l. Oppókov) presentó un informe sobre ese tema, criticando
duramente la posición del CC del Partido en política exterior. Después de él,
hizo un informe Lenin. Tras los debates y las palabras de resumen de Lenin y
Lómov, la Conferencia resolvió por mayoría de votos (47 contra 9) aprobar como
base de la resolución las Tesis sobre la situación política actual de Lenin
(véase el presente volumen, págs. 332-336). Ante esto, los
"comunistas de izquierda" se negaron a integrar el nuevo Buró
Regional del PC(b) de Rusia que se eligió en la Conferencia. -356.
https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo36.pdf
Pravda https://www.marxists.org/history/ussr/publications/pravda/index.htm
“Después de
Marx y Engels, nadie como Rosa Luxemburgo ha sabido definir el carácter total
es decir, unitariamente objetivo y subjetivo de la situación revolucionaria.”
Bolívar
Echeverría. Rosa Luxemburgo: espontaneidad revolucionaria e internacionalismo. Obras escogidas de Rosa Luxemburgo.
(En el centenario de su asesinato.)
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/08/bolivar-echeverria-rosa-luxemburgo.html
Rosa
Luxemburg y el derecho de autodeterminación. Una revisión crítica en el
centenario de su muerte.
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/12/rosa-luxemburg-y-el-derecho-de.html
Kommunist https://es.wikipedia.org/wiki/Kommunist
Kommunist
https://www.marxists.org/glossary/periodicals/k/o.htm#kommunist
Enciclopedia
marxista en inglés https://www.marxists.org/glossary/index.htm
Kommunist 1918
Kommunist
era la revista de los "comunistas proletarios" o fracción comunista
de izquierda del Partido Bolchevique en la primavera de 1918. Tuvo 11 ediciones
en Petrogrado y otras 4 en Moscú antes de dejar de publicarse en junio de 1918.
Los colaboradores de Kommunist vinieron juntos en gran parte por dos
cuestiones. Consideraron la firma del Tratado de Brest-Litovsk en marzo de 1918
como un error que haría retroceder la revolución mundial y temían que Rusia se
encaminara hacia una nueva forma de capitalismo, el capitalismo de Estado. (Ver
más en Glosario de Publicaciones Periódicas).
Comunista.
Revista Semanal de Economía, Política y Cuestiones Sociales. Órgano de la
Oficina de Distrito de Moscú del PCR(B)
No. 1, 20 de
abril de 1918
De los
editores de Kommunist . Tesis sobre la situación
actual
Karl Radek Cinco meses de tesis sobre
la situación actual
Karl Radek La situación internacional
Nikolai
Osinsky Sobre la construcción del
socialismo (I)
Nikolai
Bujarin Revista política: Los
héroes de la traición social
Georgy
Oppokov Notas económicas
Nikolai
Bujarin Revista: Lenin, el Estado y
la revolución
Nikolai Revista Bujarin : Trutovsky, El período de
transición
No. 2, abril
de 1918
Karl Radek La Política Exterior de la
República Soviética
Nikolai
Osinsky Sobre la Construcción del
Socialismo (II)
Nikolai Bujarin La Anarquía y el Comunismo
Científico
Karl Radek El Ejército Rojo
Nikolai Osinsky Respuestas Claras
Bela Kun en el Extranjero: Dentro de
la Monarquía Dual
Georgy
Oppokov El Financiero Programa de
reforma del comisario del pueblo Gukovsky
Innokenti Stukov Lo que vi
Nikolai
Osinsky Review: N Bukharin, The
World Economy and Capitalism, an Economic Essay (Reseña: N Bujarin, La economía
mundial y el capitalismo, un ensayo económico)
No. 3, 16 de mayo de 1918
Nikolai
Bukharin Algunos conceptos
fundamentales de la economía moderna
Lev Kritsman En el camino de la
organización hacia la construcción socialista de la vida económica
Georgy
Oppokov La contrarrevolución rusa
en forma ucraniana
Georgy
Oppokov La próxima hambruna
No. 4, junio de 1918
Innokenti
Stukov La lucha contra la
contrarrevolución
Vladimir Smirnov El programa financiero y el
capitalismo de Estado
Vladimir
Sorin Sobre la cuestión del poder
soviético
Publicaciones soviéticas | Comunismo de Izquierda | Archivo de Internet marxistas
https://www.marxists.org/history/ussr/publications/kommunist/index.htm
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