Por Marat
1.-Rotura del
eje articulador del sistema-mundo capitalista
Imagínense
que el mundo en el que vivimos fuera un cubo de Rubik. Imaginen que a ese
cubo se le hubiera roto el eje principal (la cruceta) y que,
como consecuencia, las piezas que lo componen fueran a su aire,
incapaces de componer caras del mismo color y de resolver el juego en
ninguna circunstancia. Posiblemente las caras acabasen desprendiéndose y
las piezas saltando por los aires
El mundo
jamás ha sido perfecto: enfrentamientos entre clases sociales, antagonismos
entre las naciones, luchas por su cuota de poder dentro de la clase
dominante, tensiones ideológicas que expresan las contradicciones
anteriores,…
Pero pocas
veces que no sean un fin de ciclo, una etapa agonizante hemos visto tal descoyuntamiento
del orden social.
Miremos un
momento a nuestro alrededor.
Una crisis
capitalista que anuncia nuevas acometidas dentro de una situación
económica que no sólo no remonta sino que da signos de que al
estancamiento mundial le sucederá una nueva caída.
Unos Estados
nacionales del primer mundo incapaces de atender al creciente empobrecimiento
de sus clases trabajadoras. Su condición de Estados de la
burguesía se ha plasmado al desproveer a las clases subalternas de la
gran mayoría de sus conquistas históricas, amenazando con rematar la faena.
Un
mundo árabe o islámico, según el caso, que se
desangra en guerras causadas por un terrorismo financiado por
el imperialismo; guerras que no parecen importar a casi
nadie, salvo cuando esas guerras hacen que cientos de miles de sus
víctimas huyan hacia Occidente y se convierten entonces en un
problema. El derribo por la violencia de gobiernos laicos y la destrucción
de países en estas zonas está causando un desastre tan grande que las “soluciones
militares posteriores” tienen un efecto boomerang contra los países que
previamente les han armado.
En América
Latina, un reformismo mal disfrazado de
revolucionario repite el mismo camino que en los años 20 del
pasado siglo intentó en Europa la socialdemocracia. Sin
radicalizar sus procesos de transformación no ha cambia ni la naturaleza
del poder económico ni la de sus Estados, por mucho que sus gobiernos sean
progresistas. En unos casos su proyecto se está agotando porque dependía
de la suficiente capacidad económica para subvencionar a las clases populares
de sus países. Mientras el dinero de la venta de sus materias primas fluyó
en abundancia fue posible lograrlo. Pero eso ocurría sin que realmente se
produjese un ascenso de las clases populares al poder popular, que
sólo puede venir de la socialización de los medios de producción.
Hoy, cuando la venta de sus materias primas (petroleo y gas) ha
caído en los mercados internacionales, la presión de los sectores
oligárquicos a los que se permitió organizarse y del imperialismo ha sido capaz
de lanzar a una parte de los apoyos sociales de dichos gobiernos contra ellos,
al descender la capacidad de sufragar el gasto social.
En Europa,
el supraestado de la UE se descompone a marchas forzadas, mientras el
presidente de la Comisión Europa, Junker, se presenta a sus socios carente
de soluciones mágicas en medio de la mayor crisis de su historia. Una
crisis de múltiples cabezas: económica, política, de identidad (Brexit,
euroescépticos), de refugiados, de repliegue nacionalista,…
Las
contradicciones interimperialistas entre las grandes superpotencias se dirimen
en luchas por influencia económica, alianzas estratégicas variables con otras
potencias de entidad menor, guerras por los recursos naturales de terceros
países y amplia manipulación mundial de la opinión pública a través de sus
áreas y entornos de influencia.
La presión
de la propaganda, expresada en su sentido más vulgar, exigiendo alineamientos
acríticos y lealtades cerradas hacia cada actor imperial es tal que sólo el
palmero más entusiasta es digno de respeto dentro de cada ámbito de verdades
eternas inducidas.
Llamativamente
las tres superpotencias son sistemas de uno y otro modo
capitalistas y forman parte del sistema-mundo capitalista. Ello
no debe obviar en absoluto el hecho de que, de las tres, es con
mucho EEUU la potencia más peligrosa, agresiva y provocadora tanto en lo
económico, como en lo político, y en lo militar.
Asumir esto
y denunciarlo no debiera nunca convertir a una parte de quienes se reclaman
marxistas en voceros de las otras dos superpotencias. Esa no fue nunca la
posición del sector que rompió con la socialdemocracia oponiéndose a
la I GM porque comprendía que aquella era una manifestación
exacerbada de las luchas dentro del imperialismo global.
Es necesario
denunciar sistemáticamente la violencia terrorista del imperialismo
norteamericano. El papel de Rusia y China es muchísimo menos agresivo, y
sí fundamentalmente defensivo, pero eso no significa convertirse en
corresponsales de dos países capitalistas que también tienen sus propios
intereses económicos. Esto no debiera ser difícil de comprender
desde una perspectiva comunista.
Un
sentimiento de temor al futuro, de inestabilidad en el presente
y de vuelta de viejos fantasmas del pasado -guerra, pobreza, fascismo,
terrorismo viejo y nuevo, incluido el cibernético,...- se ha instalado en las
sociedades capitalistas. El malestar social se combina con un pesimismo ante el
mañana, una pasividad ante lo que ocurre, y una rabia cuya dirección puede
seguir un camino muy adverso para la clase trabajadora, si ésta no toma en
sus manos su propio destino y se organiza autónomamente al margen de los
intereses de otras clases sociales en una estrategia de clase contra
clase, de trabajo frente a capital.
El eje
político ya no se alinea correctamente con el económico pero tampoco lo hace
con el ideológico ni con el social.
La
homeostasis del sistema-mundo capitalista (capacidad de autorregularse y
mantener su equilibrio interno) consistía en una aceptable articulación de
los elementos económico, social, político e ideológico.
Dentro del
primer mundo, el crecimiento económico y las políticas redistributivas
garantizaban altos índices de empleo, un cierto bienestar de amplios sectores
de la clase trabajadora y un salario indirecto basado en los servicios
públicos. El pacto capital-trabajo garantizaba la paz social, donde
sindicatos y patronal, partidos conservadores y socialdemócratas eran factores
clave de dicha estabilidad. En lo ideológico, el capitalismo abría ante sí un
horizonte de felicidad y futuro para amplias capas de trabajadores que
paulatinamente iban entrando en una cultura de consumo, simulacro de democracia
social y medio de autoadscripción a una clase media a la que en realidad no
pertenecían pero a la que aspiraban y con la que soñaban. La idea de ascenso
social de unas generaciones a otras daba una fuerte legitimación social al
sistema. El eje central que permitía que funcionara de manera armónica todo el
sistema era una positiva tasa de ganancia del capital. Mientras esto
se mantuviera, todo el edificio estaría sólidamente asentado.
Pero en los
años 60 del pasado siglo el capital empezó a detectar problemas con el
mantenimiento de su tasa de ganancia. Su capacidad productiva se había elevado
mucho con equipos cada vez más sofisticados y la competencia obligaba a una
innovación permanente con períodos de amortización cada vez más cortos, lo que
afectaba a su rentabilidad. Algunos mercados de demanda apuntaban ya signos de
madurez, al menos en los países económicamente más desarrollados.
El resto
supongo que ustedes lo conocen. En los años 70 comienzan
los experimentos neoliberales de los Chicago Boys, aunque para ello necesitaran
hacerlo primero en la dictadura chilena, con el desmantelamiento de las
pensiones públicas. Luego llegarían Thatcher y Reagan, la desregulación
financiera, el desvío de parte de las ganancias de la economía productiva
a la especulativa, un proceso imparable hacia la financiarización de la
economía, la crisis de las punto com como antecedente de la madre de todas
las crisis del capitalismo que se inició en el último trimestre del 2007 y que
aún hoy arrastra el mundo, a pesar del cacareo de los apologetas del sistema
que tratan de hacernos creer que lo peor ya ha pasado.
Por en
medio, el hundimiento de la Unión Soviética en 1991 y antes la desaparición de
la RDA irían abriendo una dinámica cuyas consecuencias no han dejado
de actuar durante todo este tiempo: la desaparición de una de las federaciones
de repúblicas más grandes del mundo, con la consiguiente aparición de fuertes
tensiones dentro de una parte de las antiguas repúblicas; guerras internas
dentro del territorio de algunas de esas repúblicas; la aparición de
movimientos fundamentalistas islámicos; conflictos bélicos interétnicos que
desmembraron la antigua Yugoslavia, en una dinámica que fue
estimulada exteriormente por grupos terroristas financiados por fundaciones
globalistas y por potencias como Alemania; movimientos nacionalistas, racistas,
de extrema derecha y xenófobos en varios países del este de Europa, incluso
bastante antes de la crisis de los refugiados; la unificación alemana, que
pocos vieron con temor en su día pero que hoy empieza a preocupar no sólo por
la fuerza con la que impone sus tesis en la UE sino por el exitoso rebrote de
alternativas fascistas en el país.
Aunque el
capitalismo globalizado, con la extensión de sus lacras de paro, pobreza,
crimen en los negocios, parece haber ganado la partida sobre la clase
trabajadora, lo ha hecho dejando un efecto de creciente deslegitimación de sus
estructuras políticas
Crece la
abstención en las elecciones generales, regionales y municipales en muchos
países, ha crecido también en las elecciones al Parlamento Europeo en los
países que se incorporaron a la UE en 2003, 2007 y 2013.
Los Estados
experimentan en los países de la UE un doble efecto, producto de dos corrientes
antagónicas entre sí.
A) Desde
los países, una efervescencia nacionalista que rechaza la pérdida de
soberanía de los Estados, derivada del incremento de competencias por
parte de las instituciones europeas.
Hasta
hoy esas tensiones explican una parte importante del euroescepticismo que
cuestiona el futuro de la UE -aunque éste no recogela condena de la
UE desde posiciones de clase y a la izquierda de la izquierda- y que
descarga en la burocracia de Bruselas una crítica que se queda sólo a medio
camino. La negación a la Unión Europea no señala que el origen de la
pérdida de soberanía está en el propio sistema capitalista, que es el que se
males conde tras las instituciones políticas de la Unión. La
disminución de la autoridad de los Estados da alas a los
movimientos secesionistas en territorios como el de España o el Reino Unido.
B) A su
vez, en la UE se producen tensiones interestatales (Norte-Sur y este de
Europa vs eje alemán). Estas tensiones reflejan intereses
encontrados entre algunos sectores de las burguesías
de unos países frente a otros, que sus medios de comunicación
azuzan. El conflicto de intereses intercapitalista hace luz de
gas sobre el rechazo de clase a la Europa comunitaria. Este tipo
de crítica es aún muy débil por la fragilidad, minoría y deficiencias
en el análisis de la cuestión por parte las organizaciones
“izquierdistas”. Muchas de esas organizaciones rechazan el euro pero no a
su creadora, la UE. Otras se quedan en la superficie de la crítica, impugnando
sólo a las instituciones políticas sin entrar en un análisis en profundidad del
marco económico-social que las dio origen y que las sostienen, así como de sus
transformaciones y su inserción en el capitalismo mundial.
Los partidos
que protagonizaron durante décadas la representación política han entrado en
una crisis que no están en condiciones de resolver y que amenaza con
llevárselos por delante.
Los partidos
comunistas fueron los primeros en sufrir esa crisis tras la
implosión de la Unión Soviética. Dónde aún mantenían cierta representación
(Italia, Francia, España,…) desaparecieron o están en trance de hacerlo, en
algún caso mediante una metabolización postsocialdemócrata, ya que
hacía tiempo que habían dejado de ser comunistas para convertirse a un
parlamentarismo socialdemócrata de “izquierdas” (la socialdemocracia oficial se
había vuelto ya derecha). Por muy excomunistas que fuesen ya por entonces,
su raíz histórica golpeó sobre sus propias identidades y
proyectos, si tenían alguno que no fuera la supervivencia de sus
organizaciones y profesionales de sus aparatos. Han sobrevivido en
Portugal y Grecia por su fuerte implantación militante y su trayectoria muy insertada
en las luchas sociales de sus clases trabajadoras.
Las dos
corrientes políticas hegemónicas en Europa, conservadores y socialdemócratas
nominales, han visto laminadas sus bases sociales y políticas de una
forma que amenaza su supervivencia.
En el caso
de los “socialdemócratas” porque una parte de su base trabajadora ha
visto su futuro y condiciones de
vida amenazados y se ha refugiado en opciones más
“radicales” a un lado y otro del espectro político y porque, en la práctica son
casi indistinguibles de los partidos conservadores.
En el de la
derecha conservadora por la irrupción
del populismo próximo a la extrema derecha (antiinmigración,
xenofobia, seguridad, nacionalismo,…) o abiertamente fascista.
Esa crisis
de representación, que ya no se reconoce en las organizaciones clásicas, más
allá de las particularidades que afectan a cada partido, hunde sus raíces en la
propia utilidad de la representación.
La crisis
capitalista, y la absoluta independencia del capital respecto a la capacidad de
los Estados para aparentar una mediación entre intereses sociales y
económicos antagónicos, ha desnudado el auténtico carácter de clase de dichos
Estados y puesto en evidencia lo que los marxistas ya sabíamos desde hace mucho
tiempo: que cualquier gobierno que ejerza su mandato dentro de un aparato
burocrático y legal burgués será un gobierno del capital.
Por este
motivo se delatan como formas políticas inútiles para resolver las
necesidades de la clase trabajadora golpeada por la crisis capitalista y como
“curanderos” que aplican recetas que ahondan en el empobrecimiento de dichas
clases.
2.-Viejos
productos con nuevas marcas, envases y etiquetados
Los intentos
de salvar a la socialdemocracia mediante formas que aparentan renovarla
-Syriza, Podemos,…- están abocadas al mismo fracaso que el reformismo
tradicional porque se han mostrado como instrumentos dóciles del capital, más
allá de su cháchara útil para captar el voto de sectores
populares con bajo nivel de conciencia sobre la ausencia de salida de la crisis
dentro del marco capitalista.
Mientras el
sistema necesite de la ficción democrática, requerirá del simulacro de la
representación. Por este motivo necesita refrescar esa apariencia de
representación a través de nuevos formatos de partidos que, en esencia,
siguen vendiendo las más viejas ideologías pero con nuevos envoltorios.
En Europa esa “renovación” de actores va a venir
principalmente desde dos líneas políticas distintas.
-Una que
hunde sus raíces en el viejo liberalismo pero que ha dado un salto más allá del
grosero neoliberalismo y entra en nuevas formas de expresión política que
tratan de aparentar ciertas raíces libertarias que sólo tiene en apariencia.
-Otra que
supone un intento de dotar de atractivo a un fascismo que todavía no puede
presentarse en su aspecto matonesco y criminal, salvo parcialmente en Grecia y
en Hungría.
El
liberalismo está jugando desde hace algunos años ciertas bazas de
“modernización ideológica” de su deriva neoliberal, dada la mala prensa de esta
última.
Aunque el
capitalismo no es capaz de salir de esta crisis, que no es una crisis
más, los segmentos sociales y político-ideológicas que lo ponen
en tela de juicio son reducidos. Apenas se discute la “economía de
mercado”, “el derecho a la libre empresa” y menos aún la sociedad de consumo,
fuera de algunas condenas puramente moralistas.
Es mucho
mayor el repudio al neoliberalismo. Grupos políticos, economistas,
“opinadores” oficiales, etc. condenan el neoliberalismo, que es hijo
del capitalismo, y no el capitalismo en sí mismo. El oportunismo
político de quienes rebajan su ideología hasta el saldo por fin de existencias
para que sus partidos pasen el corte parlamentario no necesita de la censura
que pueda tildarles de anticomunistas. Ya se ofrecen ellos mismos como tales. Prefieren
hablar en un lenguaje de cura de pueblo de avaricia, de estafa, de capitalismo
salvaje y de majaderías similares para ocultar que la lógica del
beneficio capitalista, que explica mucho más que la moralina beata de la
crítica al neoliberalismo, se basa en la explotación del trabajador y que ésta
nace de la extracción de la plusvalía al mismo.
Puesto que
el neoliberalismo está desacreditado, la vía de renovación de una
oferta dentro del supermercado de marcas electorales que evite
la idea de igualdad material ente los seres humanos está siendo la que
sigue el discurso de la “democracia
participativa”, el “agorismo”, los“wikipartidos”, “la
wikidemocracia”, la “democracia 4.0” o la “transparencia”. Pero
lo cierto es que esos no son los enunciados que se oponen a
los recortes sociales y retroceso de derechos de los trabajadores, a menos
que se esté actuando como la columna del capital. Este tipo de
organizaciones no pueden plantear la cuestión de la desaparición de lo público de
un modo directo y lanzarán sus sospechas contra el Estado, deseando
un “Estado líquido” en la línea de las teorías de Bauman sobre la modernidad
líquida. Este enfoque que parece conectar, aparentemente con el anarquismo, en
realidad lo hace con el más rancio liberalismo de origen y complementa el papel
de los neoliberales con la voladura de lo público y su privatización
completa. Para borrar la sospecha de neoliberalismo modernizado reclaman
la enseñanza y la sanidad públicas. Pero es sabido que las declaraciones de
principios significan muy poco. También las proclama el PP mientras
las destruye. Lo relevante es ocupar una parte del discurso
supuestamente alternativo con contenidos ideológicos que, lejos de enfrentarse
al capitalismo, lo refuerzan con la patraña de la filosofía y la “economía del
bien común”, que se sustenta en la idea de un capitalismo ético, como si eso
fuese posible.
Su modelo
social fue el 15M en España y los movimientos Occupy en USA como disidencias
controladas. Uno de sus experimentos previos fue la revolución ciudadana
islandesa que nunca existió pero que tantos creyeron que había hecho
algo memorable. Hoy en Islandia son muchos los desencantados con aquello
como con el 15M o con los Occupy.
Sin embargo
en lo político sí que han tenido algunos éxitos, sobre todo en la
Europa nórdica y en algún momento en Alemania. Son los “partidos piratas”,
que hacen bandera de cuestiones como el software libre, el copyleft (ley
Sinde), el fomento de Internet y el libre acceso a la red, el
ciberactivismo,… Son partidos que han calado fundamentalmente en los
sectores jóvenes universitarios y postuniversitarios de la pequeña y mediana
burguesías. Son lo que podríamos llamar la generación Erasmus, un segmento cuyos
líderes no han tenido la oportunidad de ser explotados en el trabajo
y de sentirse tales, bien porque han vivido de encadenar proyecto de
investigación tras proyecto de investigación bien porque han vivido de
negocietes asociados con las tecnologías de la información y la
comunicación, en muchos casos subvencionados. En España, aunque no es miembro
de ningún partido pirata, un caso muy representativo de esa generación es el
concejal de Ahora Madrid Pablo Soto, un tipo que se forró creando un sistema
P2P para compartir archivos (que servían para bajarse gratis películas y
música) y que luego se volvió forrar con varias subvenciones por un total de
1.600.000 euros para varios negocios que resultaron
ruinosos excepto para él mismo.
En España,
como los “piratas” eran pocos, estaban divididos y su
plan no salía adelante, se lanzó la frikada del Partido
X, los de “Democracia y
Punto”, apoyados por el panfleto “Público” y el digital de referencia de
Soros en España, “El Diario”. Dicho “partido” estaba
integrado por componentes del engendro formado en su
día por liberales, anticomunistas y sectores de la extrema derecha,
llamado Asociación DRY.
El
ciberactivismo de la llamada “democracia participativa” no es
otra cosa que la esta bulización (de establo) de amplios sectores sociales
en la red con el fin de lograr dos objetivos:
1) Reorientar
el debate político hacia el simulacro de la “realización” de las libertades
individuales en el mercado tecnológico, en una cacofonía inútil para la
transformación social. La realidad es que los discursos se conforman por
ghettos opináticos, excepto cuando hay una masiva inversión económica para
profesionalizar community managers con el fin de lanzar un nuevo
invento político, como sucedió con el 15M, DRY y Podemos en su día. En ese
caso se busca crear “estados de opinión” muy amplios dentro de la red a través
de una masiva repetición de mensajes muy sencillos, de modo que genere la
sensación de amplio consenso.
2) Mantener
una pseudoguerrilla comunicacional que, en realidad, está compuesta
por ludópatas atrapados en las redes sociales y
profesionales del asunto. El fin es contribuir a vaciar las
calles, tras llevarles hacia proyectos (15M, 25S, el propio Podemos,…) que son
callejones sin salidas.
En la
actualidad, como temática que ha impactado con fuerza en España, nos
encontramos la “oportuna” emergencia de los antitaurinos, animalistas,
especistas y veganos con una base social muy similar a la de los
piratas. Cuenta con un impresionante apoyo mediático, sobre todo en
el caso de antitaurinos y animalistas y no les falta abundante financiación. El
especismo se ha convertido en la ideología con pretensión hegemónica
amplias capas juveniles y no tan jóvenes, lanzado por parte de
quienes pretenden que se reclamen los derechos de todas las especies menos
la humana a la que el capitalismo la está llevando a la destrucción. Pero
hablar de esto no es moderno para este tipo de ideologías cómplices de un
sistema que se niega a que se hable de sus crímenes
y usa como señuelos a sus títeres tan fácilmente manipulables y
tan carentes de escrúpulos que no sean respecto al maltrato animal, como
si quienes no hacemos de dicha cuestión el eje central de nuestra posición
política fuésemos torturadores del resto de las especies. El fanatismo del que hacen gala ha logrado convertirse en moda hasta el punto en el que
personas que se dicen comunistas, patanegras M-L (línea política de la que se
reclaman pero de la que desconocen todo) se definen animalistas, antitaurinos y
otras simplezas semejantes. La ausencia total de formación política, la
ignorancia plena de lo que significa ser comunista, unida a una frivolidad
absoluta y a una devoción supina por “lo
nuevo” explican este tipo de aberraciones ideológicas.
La otra
línea de refresco de la oferta política del sistema capitalista es la de
la renovación ideológica del fascismo, como señalábamos antes.
Bajo el
paraguas del término fascista se amparan organizaciones muy variopintas.
En el caso
de Francia, el fascismo intenta dotarse de una respetabilidad “republicana y
moderada”, en la misma línea del experimento de Gianfranco Fini de
llevar el antiguo Movimiento Social Italiano (mussoliniano) hacia la
respetabilidad amable de un fascismo blando en zapatillas de andar por casa.
Un caso
distinto es el de Alternativa para Alemania (AfD). Se trata
de un grupo de origen euroescéptico, favorable a la salida de Alemania de
la UE que en los últimos tiempos ha acentuado su carácter xenófobo y
antiinmigrantes. Ha ido pasando de una defensa del liberalismo económico e
incluso el ultraconsdervadurismo a posiciones abiertamente de extrema derecha. Este
cambio se ha producido mediante el triunfo interno de su corriente más
derechista que lo ha llegado a conectar con sectores del movimiento social
racista y xenófobo PEGIDA. Pero a su vez este partido
tiene el sentido de la oportunidad de enfatizar un programa social y económico
de defensa del resquebrajado Estado del Bienestar alemán. Sigue la estela del
nazismo cuando en la brutal crisis económica de la república de Weimar amagó por la izquierda para golpear
por la derecha más criminal. Su caladero de votos no proviene solamente de
liberales y CDU sino también de antiguos votantes de izquierda. Tiene una base
social importante entre trabajadores precarios (minijobs),
parados, autónomos, funcionarios y jubilados, los grupos más afectados por
las consecuencias populares de la crisis capitalista en forma de recortes
sociales, salariales y de condiciones de contratación. Baste decir que el
40% de los alemanes carece de capacidad de ahorro. Allá donde los ex
comunistas se convierten en ala izquierda del sistema, fascistas y prefascistas
recogen la antorcha de la protesta que acabarán proyectando sobre las bases
sociales que les aúpan porque son la avanzadilla de la alternativa represora
que se da a sí mismo el capital.
Si
descartamos al NPD alemán y Amanecer dorado, más clásicamente nazis, el perfil
del prefascismo en auge oscila entre el intento de institucionalizar
su imagen, buscando un aura de respetabilidad y el de radicalizarla,
“equilibrando” un discurso que enfatiza uno de los rasgos típicos del nazismo
(el odio al otro) con rasgos sociales de defensa de los golpeados por la
crisis, junto con un rechazo más o menos pronunciado hacia la UE y el euro.
En los dos últimos aspectos, han recogido lo que las “izquierdas” han ido
abandonando al pringarse en gobiernos que aplican las mismas recetas que la
derecha, si no peores (Tsipras en Grecia).
Hasta ahora
hemos hecho un análisis sintético de las primeras oleadas de
signo neofascista y prefascista y de camuflaje remozado de un neoliberalismo
cibernético porque el de aplicación práctica sufre un fuerte cuestionamiento.
Pero estoy
convencido de que a esas primeras oleadas les sucederán nuevas mutaciones de
los mismos discursos puesto que, profundamente adentrados en un marketing
de entretenimiento a las víctimas de la crisis por parte de quienes crean y de
quienes difunden las nuevas formas de alienación política del sistema
capitalista, es necesario renovar la oferta hasta dar con la fórmula final que
mejor les funcione.
Desconozco
cuáles serán las nuevas fórmulas con las que se disfrazarán en lo sucesivo los
nuevos liberales. Pero es obvio que el mando a distancia (E. Dans, R.
Galli, L. Abadía,M.Varsavsky, Fundación Everis,.. ) seguirá funcionando,
aunque en el caso de España serán seguramente otras caras las que les
sustituyan puesto que sus conexiones con las plazas fueron ya probadas en su
día.
El único
punto del que tengo casi certeza es en que el componente friki para la
idiotización de mentes continuará. Al fin y al cabo el frikismo está de
moda y se ha revalorizado, el 4.0 es su partitura como el
15M con sus extravagancias, el Partido X primero y Podemos después, con su
falta de sentido del ridículo, han sido sus melodías.
En cuanto a
los fascismos de nuevo cuño, viejo producto con nuevo etiquetado, seguirán
avanzando imparables penetrando ya con fuerza en campos políticos en los
que no tendrían porqué entrar, si la realidad del “progresismo” y de las
corrientes políticas a su izquierda no estuvieran en el estado de indigencia
ideológica en el que se encuentran.
El discurso
peronista de movimiento y patria del errejonismo y que es parte del código
genético de Podemos convive con la reivindicación
socialdemócrata hecha por Pablo Iglesias.
Quien
pretenda negar la faceta peronista de Podemos debiera comprobar cuál es el
discurso de Chantal Mouffe y de Ernesto Laclau de quienes Iñigo Errejón
toma sus excéntricas teorías.
Quién dude
de cuál era la ideología de Perón sólo debe informarse sobre las similitudes
casi absolutas entre la legislación peronista de entidades gremiales de 1945 y
la Carta del Lavoro mussoliniana de 1927. La representación del movimiento
obrero fue “integrada” dentro de ambos proyectos políticos para un mejor
control de la clase trabajadora, en el clásico esquema organicista del fascismo. Quien
busque supuestos izquierdismos de Perón en los años 60 debiera analizar
antes su figura en el contexto de los difíciles equilibrios
políticos nacionales e internacionales de aquella época así como el peculiar
potaje ideológico de la izquierda latinoamericana durante tantas
décadas; potaje que aún persiste.
Es
entendiendo esos dos elementos como se comprende la abundancia de casos,
algunos de ellos citados incluso en medios, de ex miembros de Falange y de
otros grupos ultras que se han ido incorporando a Podemos o mostrado su
simpatía hacia este partido que, al fin y al cabo, como José Antonio Primo de
Rivera dijo de Falange en su día, afirma no ser de derechas ni de izquierdas.
Pero mi
preocupación mayor no la representa ya un partido que pierde votos en
términos absolutos elección tras elección y que intenta hacer
pasar sus broncas y guerras intestinas por debate abierto y
fraternal. Las razones para la protesta, la lucha y la resistencia no sólo
no han disminuido sino que se incrementarán pero esa “gente” no estará en ellas
ni se la espera porque su dirección está compuesta por arribistas sin
escrúpulos cuyos únicos objetivos son sus carreras políticas profesionales.
Podemos, al vender ungüentos frente a las medidas antisociales que la
burguesía ordena a los gobiernos y usar a las víctimas
de las mismas de modo meramente instrumental, decepcionará y acabará
por ser pasado.
3.-Penetrando
con fuerza en campo enemigo
Lo que de
verdad me preocupa es la penetración ideológica de la extrema derecha
dentro del entorno social y político comunista.
Hace casi 9
años escribí un artículo en mi primer blog ya desaparecido, que otro blog
amigo tuvo a bien recoger, titulado “De Gustavo Bueno a los nazbol, pasando por
todo lo que arrastran sus
"discípulos"”. En dicho artículo ya denunciaba estas
infiltraciones fascistas en entornos digitales de la izquierda marxista y
revolucionaria. Quien leyese en su día dicho artículo, largo, como tantos míos,
se encontraría con multitud de enlaces que iban desde las publicaciones de la
extrema derecha a las publicaciones comunistas y similares.
Cuando un
blog o una web recibe visitas, el gestor de contenidos que maneja la
persona/s que lo edita/n permite ver la procedencia de esas
visitas. Éste es un sutil modo por el que las páginas fascistas de aquella
época captaban la
atención de blogueros de izquierda. Para ello contaban
con la curiosidad de la persona que administraba el blog o web
de línea marxista. En muchos casos, el despistado “izquierdista”
no siempre sepercataba de la orientación política fascista del medio
que lo enlazaba, que solía camuflarse bajo una ideología de tipo
nazbol (nacionalbolchevique), en ocasiones definido como tercerposicionista o
de la tercera vía. Esta ideología engañaba y sigue engañando al militante
poco formado ideológica y políticamente pues no era raro que
encontrase en sus publicaciones menciones a Marx, Lenin y, por
supuesto, Stalin, mezcladas con otros teóricos de ideología opuesta (Ramiro
Ledesma Ramos, Ezra Pound, León Degrelle, Oswald Mosley, Francis Parker Yockey,
Corneliu Codreanu,…). Evidentemente no iban a citar a Adolf Hitler o a Benito
Mussolini, demasiado conocidos, demasiado evidentes como nazis y fascistas y
por, desgracia, los únicos referentes de esas ideologías criminales que conocen
muchas personas que se identifican como comunistas.
Llegados a
este punto es sencillo comprender de qué modo la persona que se dice de ideas
comunistas, si carece de una sólida formación marxista, es fácilmente
contaminado de conceptos y categorías de pensamiento ajenas y opuestas al marxismo
y de procedencia fascista. Si además, los elementos contaminantes se los
aderezaban con términos atractivos para cualquier comunista como
“Antiimperialimo” (el manejo que hacen del concepto nada tiene que ver con el
significado que le otorgan Lenin, Hilferding o la propia Rosa Luxemburg), o con
términos evocadores como “Eurasia”, la píldora ideológica entra más
fácilmente. Para los menos formados, los nacionalblocheviques y los
tercerposicionistas en general empleaban imágenes y dibujos que integraban
símbolos de apariencia comunistas mezclados con otros de tipo fascista o nazi.
Les podré un par de ejemplos.
El término
nacionalbolchevique no es nuevo. Tiene su origen en los años 20 en la URSS
y alcanzó cierto relieve en
la Alemania previa al ascenso
de Hitler al poder. Pero se revitalizó a partir de la caída de la Unión Soviética con
políticos, a la vez que intelectuales, como Eduard Limonov y Alexander Dugin, del que les hablaré más tarde.
Lo que los
nazbol y tercerposicionistas hacían para penetrar en el pensamiento de los
militantes comunistas lo hizo con mucha mayor destreza Gustavo Bueno Martínez,
recientemente fallecido. De hecho sugiero que se lean las conexiones de
pensamiento, lenguaje y hasta nombres entre Gustavo Bueno y sectores nazbol,
que expuse en su día en el citado artículo.
Bueno, un
hombre que empezó siendo marxista y próximo al PCE acabó siendo miembro de la
Fundación Defensa de la Nación Española (DNAES), grupo ultranacionalista
español. Se declaró tomista no creyente (del filósofo y teólogo Tomás de
Aquino), ateo católico y nacionalista español. Sus teorías en los últimos
tiempos eran un refrito reaccionario, con alguna expresión pseumarxista
despojada de su significado real. Fue un protector, desde su revista El Catoblepas, de católicos, monárquicos, liberales, algunos
comunistas despistados, como el ya fallecido como José María Laso, y un buen elenco de falangistas y reaccionarios.
Ligada al
Catoblepas estaba un grupo de poder interno llamado “nódulo materialista”,
auténtico núcleo de devotos de la teoría del “materialismo filosófico” (no
confundir con el materialismo histórico ni con materialismo dialéctico
marxistas) de G. Bueno. En ella estaba por aquél entonces un tipo excéntrico
llamado Santiago Armesilla que editaba una publicación digital llamada “Izquierda
Hispánica” (por aquello de la “Hispanidad”), un refrito de teoría bolivariana,
paridas de Bueno, populismo reaccionario y neolenguaje que quería parecer
marxista pero no se acercaba a este pensamiento ni de lejos.
Pues bien,
el tal Armesilla hoy es militante del PCE, colabora con la Fundación de
Investigaciones Marxistas (FIM), ligada al PCE, se las da de formado en el
marxismo, cosa de la que no tiene ni repajolera idea, y ha escrito un vomitivo
texto en una web ligada a militantes del PCE, Crónica Popular, en la que presenta a Bueno como un renovador del pensamiento
marxista. Que gente como dicho sujeto esté
llegando lejos en la Universidad española, y posiblemente acabe haciéndolo en
la política, indica el nivel de pudrimiento intelectual y moral de ambas.
Quiero
volver a Alexander Dugin, un teórico y político que empezó militando en el
movimiento ultranacionalista ortodoxo y antisemita ruso Pamyat, movimiento que
tuvo una deriva hacia una mezcla de elementos teóricos de la monarquía de los
Romanov y el fascismo, para pasar posteriormente a ser consejero externo del
Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR), lo que no es disonante con el
fuerte componente nacionalista de dicho partido heredado del estalinismo, y
acabar siendo un teórico del Partido Nacional Bolchevique. Dugin rompería
después con este partido y crearía el suyo propio, Eurasia.
Dugin,
frente a la tercera vía o tercerposicionismo clásico de los nazbol, sostiene
una nueva teoría neofascista, la llamada Cuarta Teoría Política (superación de
capitalismo, marxismo y fascismo/nazismo). Es necesario aclarar que tanto el
tercerposicionismo como la Cuarta Teoría Política dicen rechazar al fascismo y
el nazismo clásicos por capitalistas, lo que no es sino un modo de intentar
legitimar sus ramas particulares de neofascismo o neonazismo desde una aparente
izquierdización. A esta baza ya jugaron sectores del NSDAP (nazis
alemanes) como el ala izquierda de Otto Strasser.
Entre
ciertos sectores de la izquierda comunista española están empezando a calar las
ideas de Dugin y de otros políticos y pensadores neofascistas y neonazis. La
vía empleada es a través de publicaciones aún muy minoritarias en cuanto a
seguimiento y lecturas pero que aplican el anzuelo de lo ruso para quienes aún
se niegan a ver que este país juega su propia baza como país capitalista en la
geoestrategia y la geopolítica mundiales. Es el tipo de gente capaz de
considerar recomendables a Trump -Hillary Clinton me parece igual de peligrosa-
y a Erdogan sencillamente porque apuestan por mejorar sus relaciones con Rusia,
sin inmutarse ni tomar conciencia del carácter profundamente reaccionario y
hasta criminal de los dos personajes que acabo de citar.
Una de esas publicaciones
es Katehon, una web en la que basta ver la
sección de vídeos para notar la presencia de Dugin o incluso la de Marine Le Pen. No falta tampoco un artículo de
alabanzas al líder del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania porque propone mejorar las relaciones con Rusia.
Prefiero no seguir con las entradas que tiene esta web y que las comprueben
ustedes. Entre sus autores destaca de nuevo Alexander Dugin, por encima de todos,
el ultra Alain de Benoist y la publicación de extrema derecha, con
colaboradores progres, El Espía Digital. Para despistar algún autor de
izquierda radical. Puede que la recolección de artículos se haya hecho a partir
de la libre publicación y que Katehon los haya recolectado, lo sepan sus
autores o no. Pero Dugin destaca por encima de todos por el número de artículos
publicados en esta web. Por último, por si quedaban dudas, en el quiénes somos las aclaran: Dugin aparece de
nuevo y hay dos miembros ligados a instituciones de la iglesia ortodoxa rusa.
Para dar empaque a la publicación, el resto de miembros del Consejo de la
publicación aparecen muy ligados a la oficialidad institucional rusa.
En cuanto a
la publicación El Espía Digital es una de esas publicaciones de la extrema
derecha más extrema que anda aún enganchada con el rancio y cuartelero
¡Gibraltar español!, tal y como vemos en su petición de firmas en
change.org,
una de esas plataformas que hacen negocio con elciberactivismo.
El Jano Andaluz, en un largo
artículo publicado
en su blog, desvela quiénes están detrás de la publicación El Espía Digital. El
número de ultraderechistas en dicha publicación es inmenso, algunos como su
propio director con un pasado en organizaciones nazis y neonazis violentas
(Bases Autónomas, MSR,...), algo que se ha difundido ya en varios medios, hasta
el punto de que ha decidido simplificar su nombre de Juan Antonio Aguilar a
Juan Aguilar, en un intento por “camuflar” ese pasado. Ello no impidió que Juan
Carlos Monedero le invitase en su día como tertuliano en su programa La Tuerka. ¿Responde la razón de esta
entrevista a una colaboración La Tuerka-El Espía Digital por aquello
de que ésta última página tiene conexiones con Hispan TV, en la que Pablo
Iglesias presenta su programa Fort Apache? Lo ignoro. Juan Antonio Aguilar es
también un colaborador habitual de Russia Today
No faltan
militares golpistas o hijas de militares que participaron en el 23-F. Como
tampoco faltan artículos, a mansalva de Alexander Dugin (112 entradas con este nombre) como tampoco del falangista
y analista militar Gustavo Morales, colaborador habitual de
la casa , de Hispan TV, de Russia Today (RT) y
de Página Transversal, una publicación digital ligada al pensamiento nazbol, en la
que tampoco falta Alexander Dugin. Los sitios recomendados por esta página
son El Espía Digital, Katehon y La Cuarta Teoría Política (en español). Así uno
no se pierde.
Conviene
señalar que Gustavo Morales fue miembro creador de la Asociación DRY, escisión muy por la derecha de su entidad de
origen ,Democracia Real Ya, que era bastante de derechas. La Asociación DRY llegó a
pedir relaciones políticas al Nudo Patriota Español (fascistas).Victor García, otro de los
fundadores de ADRY, es o ha sido miembro de Podemos.
No quiero
olvidarme tampoco, dentro de los colaboradores de El Espía Digital, Fernando J. Muniesa, Presidente del Consejo Editorial de dicha publicación.
A Fernando
J. Muniesa hay quienes le acusan de ser un ex colaborador del CNI-CESID
implicado en las escuchas a políticos de la Comunidad de Madrid por Encargo de
Esperanza Aguirre. Igualmente diversas fuentes le vinculan también con
Xavier Anglada, líder de la ultraderechista Plataforma por Cataluña (PxC), muy
centrada en el rechazo hacia los inmigrantes extranjeros en ese territorio.
Puede que lo
anterior no sea cierto pero sí lo es su vinculación con los servicios secretos
españoles, que el mismo ha señalado en varios libros. También lo es que es el
Presidente del Consejo Editorial de El Espía Digital en cuyo newsletter colabora habitualmente.
Me resulta
sorprendente y preocupante que esos artículos aparezcan también
publicados en un digital que se dice progresista, Diario 16. 50 artículos lleva publicados
ya en él. Pero cuando se acude a ver las entradas que publica en el newsletter de El Espía Digital no aparece un enlace a Diario 16, ni
siquiera la mención de que ha sido publicado en dicho medio, lo que nos lleva a
pensar que el mismo artículo aparece en ambos a la vez y no es consecuencia de
que un medio copie los contenidos del otro.
Con el currículo
de Muniesa como espía, con las acusaciones que se han vertido sobre él,
con su condición de Presidente del Consejo Editorial de El Espía Digital, no
puedo menos que preguntarme qué hace este señor en Diario 16 y si este diario
desconocía dicha trayectoria. Admito que yo tampoco sabía nada sobre quién
era Fernando J. Muniesa hasta que me puse a escribir este largo artículo
pero yo soy uno y en el diario son unos cuantos más, además de que no se
empieza a escribir en un medio sin que se busquen referencias acerca de un
posible colaborador. La búsqueda de datos personales en Internet de alguien que
se va a incorporar a una plantilla es algo que hace cualquier empresa que se
precie de ser tal desde un tamaño pequeño en adelante.
Dicho todo
lo anterior, quiero explicar porqué funciona la penetración del
pensamiento nazbol y reaccionario tanto de Katehon como de El Espía
Digital entre un sector de personas que se consideran a sí mismas comunistas.
La histórica
tradición del internacionalismo proletario sufrió tras la revolución de
octubre, más marcadamente tras la muerte de Lenin, una mutación consistente en
la subordinación de las organizaciones de la III Internacional a los intereses de Estado de la
URSS, comprensible por el acoso externo a la revolución y por la situación
posterior al ser atacado dicho país por la Alemania nazi, pero que tuvo
sus efectos perniciosos en cuanto a que los objetivos internacionales de clase
se identificaron con los de Estado. Habrá quien intente justificarlo en
base a que dicho Estado era el primero obrero de la historia y a que su
supervivencia era la base que garantizaba la expansión del socialismo en otros
lugares del mundo. Pero es una tesis como mínimo falaz ya que Yalta demostró que no era así y que se
pactaban repartos de influencia en Europa y la posterior doctrina de
la Coexistencia Pacífica intentó pactar esto a nivel mundial, aunque
algunos episodíos internacionales la rompieron ocasionalmente. Todo ello
tuvo sus consecuencias sobre las organizaciones comunistas en el mundo y las
posibilidades del socialismo internacional. Y si no que le pregunten al
KKE(Partido Comunista de Grecia) por el rechazo de la URSS
a apoyar a su organización guerrillera ELAS tras la II
G.M., en cumplimiento delos acuerdos de Yalta que contrajo dicho Estado
con USA y el resto de potencias vencedoras.
Esta pauta
se ha mantenido mimética y acríticamente tras las desaparición de la URSS. Para
muchos comunistas Rusia y sus intereses siguen representando algo parecido, a
pesar de que esa visión sólo se dé en su cabeza y de que la Rusia de
hoy proteja los intereses internacionales de sus oligarquías económicas a las
que Putin sirve, siempre que le sustenten su concepción geostratégica mundial
que, como dije anteriormente, es mucho menos agresiva que la de USA pero no por
ello es progresista. Al respecto no estaría de más que quienes actúan de
voceros acríticos de los intereses rusos desde una posición pretendidamente
comunista conociesen cuál es la categorización que hace el
KKE de este país, sus
burguesías y su gobierno en el contexto de la posibilidad de una guerra, producto de las contradicciones interimperialistas.
Meta usted
en las dos publicaciones digitales muchos contenidos que tengan que ver
con Rusia, con sus intereses estratégicos a nivel internacional, ponga enlaces
a sus publicaciones y de sus aliados y el reflejo condicionado pavloviano
hará el resto. Si a ello le añade usted algún colaborador progresista o
incluso marxista el resultado funcionará. Cabe preguntarse si los progresistas
o los “marxistas” que colaboran en publicaciones de este tipo lo hacen a
sabiendas de lo que en realidad son políticamente esos medios o no.
Toda esta
infiltración de conceptos, contenidos e ideas ajenas y hasta opuestas al
pensamiento marxista se hace posible por la debacle que ha sufrido el movimiento
comunista internacional al menos desde el hundimiento de la Unión Soviética,
cuyo efecto ha sido devastador para nosotros, independientemente de en qué
corriente nos situemos. La debilidad teórica y organizativa ha hecho el resto.
Comunistas políticamente muy poco formados, ideológicamente involucionados,
ajenos a los fundamentos del marxismo y con un profundo sentimiento de orfandad
que les ha llevado a encontrar referentes internacionales en países con
gobiernos que hace 25 años sería impensable para un comunista, están
siendo abducidos por el pensamiento más reaccionario. La última trinchera
que necesitaba derrotar el capital a través de un refrescamiento de sus
ideologías de enfrentamiento éramos nosotros y nos están destrozando y no
por nuestra debilidad sino por el riesgo de que nos metabolicen,
convirtiéndonos en lo que nunca hemos sido: otra cosa.
¿Alternativas
frente a ello ? Creo que la denuncia de estos hechos es ya, en sí misma,
una alternativa necesaria, por reducido que sea su eco receptor. En otros
textos que he escrito anteriormente he planteado también algunos ejes
necesarios para la recuperación del marxismo y de la identidad comunista.
Aún así,
creo que sería necesario desarrollar propuestas frente a este terrible desafío;
respuestas que deben ser también tarea de más comunistas que hayan detectado
este riesgo tangible de involución política dentro de nuestro campo ideológico.
En cualquier
caso, no descarto un segundo artículo con contenido propositivo frente a la
amenaza aquí analizada.
Vladimir
Putin y la extrema derecha europea
QUIÉNES
SOMOS
Andrei
Klimov
Miembro del
Consejo de la Federación de Rusia.
Aleksandr Duguin
Filósofo.
QUIÉNES
SOMOS
Andréi
Kononov, Alexander Dugin
El
Kremlin paga a Le Pen
Andrei
Klimov, vicepresidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Consejo de la
Federación Rusa
Le Pen es
reelegida como líder de la extrema derecha francesa y apoya públicamente a
Moscú
Le Pen es
reelegida como líder de la extrema derecha francesa y apoya públicamente a
Moscú
Rusia
financia a Le Pen y a otros partidos de ultraderecha
Putin, el
amigo de los populistas y xenófobos europeos
La extrema
derecha francesa se financia con préstamos de Rusia
Le Pen
obligado a justificar préstamo de 9 millones de € de Rusia
El FN
espera que Rusia 40 millones de €
Podemos es
un producto de ingeniera social. Hace política como un negocio, la empresa de
encuesta de Carolina Bescansa y de Víctor Rey García
Le he añadido muchos enlaces al artículo
¿CÓMO LOGRAR
QUE LA IZQUIERDA TRABAJE PARA LA DERECHA CON ÉXITO...PARA LA DERECHA?
¿CÓMO LOGRAR QUE LA IZQUIERDA TRABAJE PARA LA DERECHA CON ÉXITO?...PARA
LA DERECHA
Crece el
fascismo "materialista" y (dossier de prensa de fascistas disfrazado
de izquierda)
La secta
neofascista Unificación Comunista de España (UCE) se presenta a las elecciones
Europea con su nueva marca, Recortes Cero
http://www.youtube.com/user/xlaIIIrepublicaPCPE (fíjense en la sección actividad
reciente, el primer amigo y pinchen sobre NazBol87. Luego miren en la columna
a la derecha del vídeo sobre NazBol History y después
de visto ese vídeo sobre Hail Stalin!
Change.org
Actuable y
la revolución de colores de DRY/ 15-M
Change.org:
El negocio de juntar firmas de un modo virtual
¿Change.org
o en la boca del lobo?
¿Quién es
Francisco Polo director de Change.org España?
Los perfiles
de los altos ejecutivos del consejo de administración de la empresa
estadounidense Change.org y su conexión con George Soros
“DRY”: Los
35 principales
El magnate
Soros admite su implicación en el golpe de Estado en Ucrania
Fabricando
la disidencia controlada
“Revolución
“de Islandia o revolución de las cacerolas, la revolución que nunca existió.
Falsos mitos
de la “revolución” de colores de Islandia.
"Occupy
Wall Street" y el "American Autumn": ¿Es una "revolución de
color"? y artículos relacionados con las revoluciones de color en el
mundo, como del 15-M
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