martes, 26 de noviembre de 2019

Extinction Rebellion: Cuando el capitalismo se viste de verde (vídeo). El nuevo socialismo burgués o conservador.








20 de Octubre de 2019

Una especie de culto milenarista posmoderno anuncia la inminencia del Fin del Mundo si no dejamos de comer carne



Extinction Rebellion se está expandiendo por el globo como un tipo de “activismo contra el cambio climático”, que, mientras para algunos es un movimiento radical de “extrema izquierda”, en realidad sirve a los intereses del capital y su proyecto de “transición ecológica”.


El 6 de octubre, el periodista británico Brendan O'Neill fue testigo de una escena fantasmagórica que le dejó helado. En la explanada de la estación de King's Cross de Londres, vio a un “culto apocalíptico haciendo una de sus ceremonias en público”.


     Un grupo de hombres y mujeres, cubiertos de pies a cabeza de rojo chillón y las caras pintadas de blanco, entonaban prédicas sobre el Fin de los Tiempos, concitando imágenes del infierno en el que se va a consumir la humanidad en breve. Cantaban himnos a su dios, la ciencia:


Tenemos toda la ciencia, todo lo que necesitamos, para cambiar el mundo. Aleluya”.

Y pedían que nos arrepintamos: “Compra menos, vuela menos, fríe menos”, decía una pancarta. Si la iglesia católica siempre tuvo el viernes como día de abstinencia de carne, esta nueva religión exige el fin completo de su consumo como penitencia por los pecados de la humanidad. (1)



   Extinction Rebellion, que así se llama la nueva religión, no ve esos pecados en el sistema capitalista depredador de recursos humanos y naturales, sino que los individualiza en la masa de quienes trabajamos, consumimos (lo que podemos) y sufrimos sus consecuencias. Para estos apocalípticos de nuevo cuño, todos somos pecadores en igual medida y a todos nos llegará el castigo divino.


   En el Reino Unido, lugar de nacimiento de Extinction Rebellion, llevan un año padeciendo sus “acciones no violentas”, que, además de performances y manifestaciones festivas de gente semi-desnuda danzando al son de la batukada, incluyen bloqueos de calles con interrupción del tráfico, el intento de asalto y cierre del London City Airport -inspirado en los jóvenes de Hong Kong-, y la injerencia en grupos que han estado luchando contra el fracking, a los que Extintion Rebellion, con sus acciones “no violentas”, ha puesto a los pies de los caballos, dado que ahora todo el movimiento anti-fracking es sospechoso de cometer actos de “terrorismo doméstico” y se enfrenta a duras penas.
En Reino Unido toda la gente sensata sabe que detrás de Extinction Rebellion hay poderosas organizaciones de “entrenamiento de líderes sociales y políticos”, como Common Purpose y Tavistock Institute. (2)


       ¿Qué demanda exactamente Extinction Rebellion? Primero, que los gobiernos “digan la verdad” y declaren la “emergencia climática y ecológica”, algo similar a lo que pide Greta Thunberg. Si alguien pone en duda que exista realmente una emergencia o cambio climático -algo sobre lo que no se ha puesto de acuerdo la comunidad científica-, es tachado de “negacionista” o “anti-verdad”. En segundo lugar, dicen que “el gobierno debe actuar ahora para parar la pérdida de bio-diversidad y reducir la emisión de gases de efecto invernadero a cero en 2025”. Por último, exigen que los gobiernos trabajen junto con los “activistas” para crear una “Asamblea de Ciudadanos” que es la que debe tomar las decisiones en políticas ambientales.

Para conseguir estos objetivos, Extinction Rebellion propone medidas como prohibir el consumo de carne, el uso del coche privado y los viajes de avión, entre otras. Y, para parecer que son un movimiento “de izquierdas”, añaden el boicot a la industria de la moda y la desaparición de los ejércitos. Para imponer estas medidas, apelan al poder de los Estados. De hecho, ya han pedido públicamente a la reina de Inglaterra que salve el planeta por decreto real, ya que, como dijo uno de los miembros de Extinction Rebellion, el académico británico Rupert Read: “No vale sólo con llevar una vida sencilla de forma voluntaria”; es decir, que será necesario ejercer algún tipo de coacción.


   Extinction Rebellion es un movimiento reaccionario, regresivo y elitista, cuyo objetivo es imponer a todo el mundo la forma más drástica de austeridad imaginable (como si los desheredados de la tierra tuviéramos poca ya). Quienes lo lideran son miembros de las elites británicas, que incluye a nobles, académicos, artistas, industriales de productos ecológicos; gente, en general, aficionada a las filosofías orientales, las terapias alternativas y los cultivos biológicos tipo Príncipe de Gales. Una de las fundadoras de Extinction Rebellion es la doctora Gail Bradbrook, que no tuvo reparo en declarar en una entrevista para la BBC que la idea de fundar el grupo le vino después de un tiempo de “oración profunda” mientras estaba bajo los efectos de “medicinas psicodélicas” durante un retiro (espiritual, se entiende).

 Bradbrook es una de esas ejecutivas que han hecho del “activismo” su carrera. Entre otros empleos, dirige Citizens Online, organización caritativa para la “inclusión digital”. Junto a ella están Roger Hallan, dedicado a la agricultura ecológicaTasmin Osmond, nieta de nobles y una de las estrellas del Occupy London, y la ex-empleada de la ONU, Laura Reeves. Su reguero de seguidores incluye nombres famosos de la literatura como Margaret Atwood o Phillip Pullman, y editoriales tan importantes como Penguin, que ha publicado el “manual de la protesta” de la organización. (3)


   De las elites llega asimismo la lluvia dorada que fertiliza la organización. Desde marzo pasado, Extinction Rebellion ha reunido más de un millón de libras esterlinas. Aunque su propaganda dice que esa suma proviene de pequeñas donaciones, lo cierto es que han sido tres donantes millonarios -Trevor Neilson, Rory Kennedy y Aileen Getty- los que han creado el Climate Emergency Fund (CEF) para apoyar “las huelgas en los colegios y el activismo de grupos como Extinction Rebellion”. Solamente Aileen Getty ha donado 500.000 libras de la fortuna petrolera de su familia.

Otra fuente de financiación de Extinction Rebellion es Children's Investment Fund Foundation (Fundación Fondo de Inversión de la Infancia), que dirige el que fuera vice-portavoz del Open Society Institute del millonario George Soros. Las celebrities no podían faltar a esta cita tan cool, de modo que los roqueros Radiohead han inyectado 300.000 libras a la causa. (4)


     Aparte de irritar a conductores y viandantes con sus bloqueos, Extinction Rebellion ha logrado algunos de sus objetivos. Por ejemplo, once países, comenzando por Reino Unido e Irlanda, han declarado el estado de “emergencia climática”, aunque sólo sea, como dijo el primer ministro irlandés, en “gesto simbólico”; y han abierto el apetito de ciertos grupos financieros y esos nuevos capitanes de la industria verde, que ya calculan los beneficios que pueden sacar del “sector del clima”. La petición de reducir a cero las emisiones de CO2 también la han hecho el Banco Mundial y un montón de empresas inversionistas, como HSBCJP Morgan Chase y Citi, que se han unido en el Climate Finance Partnership. Lo peor es que exigen acceso directo al dinero de los contribuyentes y a los fondos de pensiones; dinero que, según ellos, sería dirigido a proyectos en África, Asia y América del Sur. (5)

Otro logro significativo de Extinction Rebellion es la amplia cobertura que le han prestado todos los medios de comunicación corporativos, como no podía ser de otro modo tratándose de un producto de sus propias factorías. No es casualidad que fuese un columnista de The Guardian quien leyese la Declaración de Extinction Rebellion durante su primera acción, que tuvo lugar el 31 de octubre del año pasado en Parliament Square de Londres. Incluso, sólo nueve meses después, el Albert Museum de esa ciudad incluyó en sus colecciones algunos artefactos de la organización (logos y otra parafernalia), que al parecer merecen un sitio al lado de las mejores obras de arte de la historia de la humanidad ¿Alguien conoce algún movimiento subversivo de la historia que las clases dominantes hayan abrazado tan cálidamente como Extinction Rebellion? La razón es simple: Extinction Rebellion no representa ninguna rebelión en absoluto.


      Perturbar el tráfico de calles y aeropuertos puede poner a una mayoría de la población en contra de Extinction Rebellion. De hecho, una de sus últimas acciones pudo acabar en desgracia. Hace pocos días, un pequeño grupo de “rebeldes” se subió a lo alto de uno de los trenes del metro de Londres para dispensar su prédica a los pasajeros enfurecidos que abarrotaban el andén, hasta que estos descabalgaron a uno de los activistas por las bravas. (6)

No obstante, en estos movimientos las mayorías no son necesarias. El co-fundador de Extinction Rebellion, Roger Hallan, ha dejado claro que se inspiran en la obra de Gene Sharp y su teoría de la acción no violenta, que dice que basta con que haya un 3,5 por ciento de la población que respalde la protesta, para que esta se vuelva más masiva y desencadene cambios. Es la misma estrategia que se ensayó en las “revoluciones de colores”, desde Serbia a los países árabes; la que se enseña en los centros de formación de líderes para que la apliquen allí donde haya un “régimen autoritario”, etiqueta que invariablemente recae sobre los países que no se pliegan a los dictados de Washington y sus aliados europeos de la OTAN.


   Las diversas “escuelas de activistas no violentos” que funcionan por el mundo, como el Colegio Kennedy de Harvard o las mencionadas Common Purpuse y Tavistock Institute, se reúnen anualmente en el llamado Oslo Freedom Forum (Foro de la Libertad de Oslo), conocido como “el Davos de los disidentes”. (7) Allí se da cita lo más granado de la extrema derecha mundial, disfrazada de “activistas por el clima” y por los “derechos humanos”, como los que este verano culparon de los incendios en la Amazonía al presidente de Bolivia, Evo Morales, y organizaron concentraciones frente a las embajadas de ese país, en las que participó Extinction Rebellion.(8) No en vano, el Oslo Freedom Forum está patrocinado por Human Rights Foundation, criatura de Thor Halvorssen Mendoza, un venezolano de familia adinerada y ascendencia noruega, ligado a las “pacíficas” guarimbas que intentaron el golpe de Estado en Venezuela de 2002 y el más reciente de este año.

 Las clases de activismo que financia Human Rights Foundation y su Freedom Forum cuentan con maestros de la calaña de Srdja Popovic, fundador del movimiento Otpor, que intervino en el golpe de Estado contra el presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, y que más tarde, en 2004, fundó CANVAS (Centro para la Aplicación de Acciones y Estrategias de No Violencia), que, como se ha demostrado, está financiado por la CIA a través de uno de sus órganos, la NED (National Endowment for Democracy). El País, fiel propagandista del Oslo Freedom Forum, definió a Popovic como “entrenador de revolucionarios”, que “ha adiestrado a todo aquel que desea hacer una revolución sin levantar un arma, desde activistas de la primavera árabe a insurrectos del Maidán”. (9) y (aquí).No hace falta más para saber que su “no violencia” incluye asesinatos en masa e implantación de gobiernos pro-nazis.


   Entre los “revolucionarios” asistentes a las diversas citas del Oslo Freedom Forum hemos visto a los más señeros representantes de la oposición de extrema derecha venezolana, los Cascos Blancos y los jóvenes “pro-democracia” de Hong Kong. (10). En la última reunión, celebrada en México el pasado mes de febrero, estuvieron presentes también el secretario general de la OEALuis Almagro, y la conocida disidente cubana, Rosa María Payá. El 28 de dicho mes El País digital publicaba una entrevista con Thor Halvorssen Mendoza, presidente de Human Rights Foundation, a quien, por supuesto, se califica de "activista".

Todos los grupos reunidos en el Oslo Freedom Forum están bien financiados, entrenados y dispuestos a expandirse. Por ello, quizás no nos pueda sorprender que unos folletos con el título en catalán “Puente aéreo Hong Kong – BNC” circularan estos días pasados por las manifestaciones de Cataluña contra la sentencia del Procés. Quede claro que no estoy afirmando que este haya sido el motor de las movilizaciones; sino sólo señalando que estos grupos de disidencia controlada pueden haber intentado echar redes en río revuelto. (11) repartido por los Comités de Defensa de la República.





Extintion Rebellion ya tiene su sucursal en España. La sociología de sus integrantes es muy parecida a la británica: una elitista New Age compuesta de académicos y académicas con inquietudes ecologistas; gente, en general, con dinero y ocio suficientes para llevar esa vida sana que es inalcanzable a la mayoría de la clase trabajadora. Ya han realizado sus primeras acciones. Este mes de octubre bloquearon el acceso principal a la sede de Repsol en Madrid, y el día 7 cortaron el tráfico de una arteria principal de esta ciudad, en hora punta, para acampar enfrente del Ministerio de Transición Ecológica. Estas acciones se realizaron simultáneamente en otros lugares como Barcelona, Mallorca y Zaragoza. (12)  Crisis Climática.


  La puesta de largo mediática de Extintion Rebellion en el Estado español ha estado a cargo -cómo no- de El País, que hizo un prolijo reportaje sobre esos Ciudadanos de toda Europa [que] han pasado a la acción directa contra la crisis climática”. (13) (CAMBIO CLIMÁTICO). Entre los españoles, se destaca a Jorge Riechmann, profesor de Filosofía Moral y Política de la Universidad Autónoma de Madrid; y, en Barcelona, a Chelo García, profesora de yoga y psicoterapeuta. En su página web se puede ver la lista de adherentes, que encabeza Santiago Alba Rico. (14) Será interesante comprobar si tienen los “activismos” suficientes para asistir al próximo evento del Oslo Freedom Forum.


   No nos engañemos, los costes de la “transición ecológica -o lo que en el mundo angloparlante llaman "Green New Deal"-, que trampantojos como Extinction Rebellion intentan imponer por decreto ley, los vamos a pagar la clase trabajadora mundial, cuya mitad, al menos, ya está obligada a vivir en la más absoluta miseria. La causa de la crisis ecológica y su verdadero responsable es el sistema económico capitalista, cuyo único objetivo es la ganancia. Ninguna lucha que no tenga por objetivo acabar con este sistema puede salvar el planeta, ni a la humanidad de su esclavitud. Socialismo o barbarie.
 
VÍDEO RELACIONADO:


Notas y referencias bibliográficas:






Parece ser que esto ha creado disensiones internas en el grupo, como lo justifica The Guardian: https://www.theguardian.com/environment/2019/oct/17/london-tube-protest-divides-extinction-rebellion

7 Véase el esclarecedor -sin proponérselo- reportaje de la BBC, https://www.bbc.com/news/world-europe-29708917


9 https://elpais.com/internacional/2015/05/26/actualidad/1432630424_103333.html Todos los artículos sobre el Oslo Freedom Forum publicados por El País se pueden consultar en https://elpais.com/tag/off_oslo_freedom_forum/a/


11 El folleto incluye instrucciones para dotarse del costoso equipo que debe llevar todo “activista”: casco, máscara antigás con sus filtros, guantes ignífugos para agarrar botes de humo, gafas protectoras... Esto, junto con comida, agua y títulos de transporte, se suministran a diario a los jóvenes de Hong Kong. El folleto pudo verse en El Intermedio, de La Sexta TV, cuando la reportera enviada al terreno de la movilización catalana, llevaba uno en la mano y la cámara lo enfocó brevemente.














El socialismo burgués según el Manifiesto del Partido comunista 1848
Una parte de la burguesía desea mitigar las injusticias sociales, para de este modo garantizar la perduración de la sociedad burguesa.

Se encuentran en este bando los economistas, los filántropos, los humanitarios, los que aspiran a mejorar la situación de las clases obreras, los organizadores de actos de beneficencia, las sociedades protectoras de animales, los promotores de campañas contra el alcoholismo, los predicadores y reformadores sociales de toda laya.
Pero, además, de este socialismo burgués han salido verdaderos sistemas doctrinales.  Sirva de ejemplo la Filosofía de la miseria de Proudhon.


Los burgueses socialistas considerarían ideales las condiciones de vida de la sociedad moderna sin las luchas y los peligros que encierran.  Su ideal es la sociedad existente, depurada de los elementos que la corroen y revolucionan: la burguesía sin el proletariado.  Es natural que la burguesía se represente el mundo en que gobierna como el mejor de los mundos posibles.  El socialismo burgués eleva esta idea consoladora a sistema o semisistema. Y al invitar al proletariado a que lo realice, tomando posesión de la nueva Jerusalén, lo que en realidad exige de él es que se avenga para siempre al actual sistema de sociedad, pero desterrando la deplorable idea que de él se forma.


Una segunda modalidad, aunque menos sistemática bastante más práctica, de socialismo, pretende ahuyentar a la clase obrera de todo movimiento revolucionario haciéndole ver que lo que a ella le interesa no son tales o cuales cambios políticos, sino simplemente determinadas mejoras en las condiciones materiales, económicas, de su vida.  Claro está que este socialismo se cuida de no incluir entre los cambios que afectan a las “condiciones materiales de vida” la abolición del régimen burgués de producciónque sólo puede alcanzarse por la vía revolucionaria; sus aspiraciones se contraen a esas reformas administrativas que son conciliables con el actual régimen de producción y que, por tanto, no tocan para nada a las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado, sirviendo sólo -en el mejor de los casos- para abaratar a la burguesía las costas de su reinado y sanearle el presupuesto.......







Sobre el feminismo burgués

La señora Clinton y su techo de cristal.
17 de noviembre de 2016


La señora Clinton y su techo de cemento: sobre la incongruencia del discurso liberal y feminista posmoderno
17 de noviembre de 2016


Las señoras de la guerra: Crítica del feminismo burgués y posmoderno
17 de junio de 2018



Las mujeres en la Libia pos-Gadafi: Bajo una abaya de silencio cómplice. De cómo se utiliza la “identidad de género” para ocultar la “identidad de clase”.

22 de agosto de 2018






De "New York Times" a "Público": Las cocinas mediáticas del feminismo 'low cost'(Este feminismo burgués posmoderno es ciego a las clases sociales, sólo ve identidades de género, raza, religión, nacionalidad u orientación sexual.)
27 de febrero de 2019


La política "trans-queer", un caballo de Troya en los movimientos de emancipación social

6 de septiembre de 2019















domingo, 24 de noviembre de 2019

El Gobierno de coalición será un nuevo zapaterismo: social en los signos, liberal en la práctica.





Por Marat







EL GOBIERNO DE COALICIÓN O EL NUEVO ZAPATERISMO: SOCIAL EN LOS SIGNOS, LIBERAL EN LA PRÁCTICA

Por Marat



A estas alturas dar especial atención a las incoherencias de Sánchez y sus insomnios y de Iglesias y sus desconfianzas hacia Sánchez frente al ultrarápido abrazo de Vergara es jugar en el campo que le interesa al capital y a los partidos que no formarán gobierno, el de la politiquería, la espuma de los días, en palabras de Boris Vian, que oculta el movimiento más profundo de las aguas.

Lo primero que supimos del acuerdo exprés es que no se habló de cuestiones programáticas. Fue un viejo intelectual político, Tierno Galván, el que señaló hace muchos años que las promesas electorales están para no ser cumplirse”. Pero cuando ni siquiera tuvieron en la breve campaña electoral del 10-N relevancia alguna, ni en los mítines ni en los debates televisivos, y no se planteó en la gran noticia del acuerdo de gobierno de izquierdas (sí izquierda, porque la izquierda es la realmente existente, no la que quiere que sea el izquierdista con sentimiento de cornudo apaleado por ella) cuestión programática alguna, hubieran debido saltar todas las alarmas desde una perspectiva de clase. Pero como en la izquierda no existe tal cosa, salvo la de ciertos sectores de la mal llamada clase media que piensa en clave ideológica de clase media real, lo que ha sonado es el discurso conservador del secretario general del PSOE y Presidente en funciones preocupado por dar estabilidad al país, y una mezcla de “alarma antifascista” y atención a la justicia social por parte de Iglesias para explicar las razones por las que ha mutado desde el sentirse traicionado a asumir, sin tiempo de negociar cuestiones de relevancia política real, su anhelada entrada en el ejecutivo “socialista”.

Pero si no fuera suficiente para desconfiar del programa oculto sobre el que sin duda hay ya acuerdos, siquiera bosquejados, la carta de Iglesias a los inscritos de Podemos debiera ser lo bastante significativa respecto a cuál será la orientación programática del futuro gobierno de coalición.


En una especie de encíclica a los fieles, Iglesias ya no afirma que el cielo se tome por asalto (la expresión de Marx aludiendo a la necesidad de tomar por la fuerza y destruir el aparato del Estado burgués para sustituirlo por uno de la clase trabajadora) sino “con perseverancia” lo que, traducido al momento político español, significa mediante el BOE o, lo que es lo mismo, ya no tomando el Estado capitalista sino ocupando marginal (solo algún ministerio) y temporalmente (lo que da de sí el período hasta que una crisis de gobierno le saque de él o unas elecciones les desalojen a ellos y a sus socios) ejecutivo. La vieja tesis reformista de los Bernstein que en el mundo han sido se repite cínicamente una vez más.


Concretando mucho más, Iglesias llega a afirmar en la misiva que "Vamos a gobernar en minoría dentro de un Ejecutivo compartido con el PSOE, en el que nos encontraremos muchos límites y contradicciones, y en el que tendremos que ceder en muchas cosas"

Meses atrás, a finales de julio, el Santander (banco) urgía a formar gobierno, tras el fracaso de la investidura del presidente en funciones, Sánchez. Al ser éste el único que contaba con alguna posibilidad de alcanzar el gobierno, las declaraciones del consejero delegado del banco ("La certidumbre siempre da estabilidad y favorece las inversiones. Ese escenario es más fácil con un Gobierno estable que sin Gobierno"), José Antonio Álvarez, no podían ser interpretadas de otro modo que como un apoyo tácito al mismo. En ningún momento se pronunció en contra de que Podemos se integrase en su gobierno.


Que el PNV, partido de derechas y neto representante de los intereses de una gran corporación energética como Iberdrola, haya sido uno de los más activos y entusiastas alentadores de la recién firmada coalición, junto con los sectores más posibilistas de ERC (Junqueras y Rufián), la pequeña burguesía catalana, debiera dar alguna pista de por dónde irán las políticas públicas del futuro gobierno progresista.

El propio ex banquero y tecnócrata liberal Emmanuel Macron, a través de una fuente acreditada del Palacio del Elíseo ha dado sus bendiciones al acuerdo PSOE-Unidos Podemos: “Todo lo que vaya en el sentido de la estabilización y la capacidad de actuar con una mayoría fuerte es más bien un buen signo”No le preocupa la entrada podemita en el gobierno Sánchez: “No, no nos inquieta. Lo más importante es que, en un país que es socio europeo, haya un Gobierno cuanto antes”. Sigue la línea de pronunciamiento. El presidente francés sigue la línea marcada por Bruselas unos días antes: Lo importante es que España tenga un Gobierno con plenos poderes cuanto antes”. Fuentes de la UE concluyen: “La sensación de urgencia que han querido dar Sánchez e Iglesias apunta en la buena dirección.

Este no es un planteamiento que deba leerse en términos políticos de izquierda-derecha sino de los intereses antagónicos entre el capital y el trabajo. Ambas dualidades no son equivalentes porque lo objetivo (la clase) no se traslada mecánica y directamente a la conciencia -la cantidad de trabajadores que son de derecha y/o votan a la derecha lo demuestra- y la izquierda ya no es una corriente de pensamiento de una clase social concreta, lo que demuestra cuando se empeña en afirmar que su papel en el gobierno es el de representar a los intereses del conjunto del país. La derecha lo tiene mucho más claro. Diga lo que diga sobre esa cuestión tiene muy claro que su función es la de representar los intereses del capital. La izquierda hace lo mismo pero lo disfraza tras el discurso del “interés general”, justo lo que Marx denuncio hace más de 150 años como el ardid ideológico de la burguesía que presentaba sus intereses particulares como clase bajo la apariencia de intereses de toda la sociedad.


Con todos estos antecedentes cabe sospechar que ni el IBEX es el gran enemigo de los podemitas, como estos pretenden hacernos creer, ni estos lo son del capital. El león de Atenas, Tsipras, del que los sectores de la izquierda que le reivindicaban ya no se acuerda, dejó bien claro los límites de la acción antiausteridad progre.

Aún recuerdo a Podemos defendiendo a los “empresarios patrióticos”, la pequeña y mediana empresa -como si en ella no se diera el comportamiento necesario para el beneficio empresarial, la explotación laboral, casi siempre con mayor desprotección sindical que en la grande- y a un sujeto que fue dirigente de Podemos en Madrid y empleado de Botin afirmando que hay banqueros con sensibilidad social como la saga que desde hace tantos años dirige el Santander.


Que después de todo esto, los rebuznos de los parafascistas de Vox y su chulopiscinas y matón de discoteca Pachá, Abascal, hablen para gilipollas acusando al futuro gobierno de comunista bolivariano (una mixtura tan coherente como el agua y el aceite salvo para algún simple que jamás leyó a Marx) es como para explicarles por el método expeditivo a ellos y a los escritores de panfletos de La Razón, ABC, Libertad Digital, Periodista Digital y otros vomitorios de la extrema derecha que insultar a los comunistas acusando a tamaña patulea de progre-liberales, con “sensibilidad social”, de tales no sale gratis.


Será divertido ver cómo los podemitas y su miniyó, IU-PCE, cabalgan la contradicción de estar en el gobierno de un partido, PSOE, que lleva en su programa la mochila austriaca, que se niega a retirar la reforma laboral (que es la que aplicó Rajoy, no la suya) y la de las pensiones de Zapatero, que mantendrá el artículo 135 de la Constitución, introducido por Zapatero para consagrar la prioridad del pago de la deuda sobre la protección social, que no ha hecho nada por imponer la regularización (todavía lo está estudiando) de los trabajadores que los modernillos llaman “riders” (Deliveroo, Glovo,...), que en la lucha del sector del taxi pasó la patata caliente de limitar las licencias a las VTC a comunidades autónomas y ayuntamientosque ha lanzado un ERE contra cerca de 900.000 empleados públicos interinos, que no ha hecho nada para blindar las pensiones (salvo subirlas este año, sin garantizar su futuro) mediante su vinculación a los Presupuestos Generales del Estado y el aumento de las cotizaciones empresariales y que deberá obedecer a los recortes que el capital europeo ya le está sugiriendo

Si algo positivo podría aportar el gobierno Sánchez sería la desinflamación, intentada anteriormente, del problema catalán. Pero, puesto que ello sería una grave noticia para la derecha y el capital porque pondría en primer lugar del debate y la preocupación colectivas la cuestión económica de la desigualdad, la pérdida de derechos sociales, la pobreza y la precariedad, va a ser algo enormemente difícil porque necesitan asegurar que las cuestiones de clase no aparezcan como un tema prioritario. En ello encontrarán cierta colaboración de la izquierda, que centrará su agenda en cuestiones como la igualdad sexual, sin distinción de clase, la transición ecológica y la ley de eutanasia.

El gobierno progre-liberal que se forme, porque se formará, dado que el capital sabe, y es muy consciente de, que la derecha clásica y la nueva ultraderecha no están aún preparados (necesitan tiempo para recuperarse unos y fortalecerse aún más otros) para asumir el desgaste que supondría enfrentar una nueva etapa tan complicada como la que se avecina, además de no estar en condiciones de sumar para formar gobierno.

Ese gobierno PSOE-Podemos será un regreso al zapaterismo. Para entendernos, una política liberal con medidas sociales. Recortes, legislación laboral regresiva, contención salarial y de las pensiones y pequeños gestos de gasto social, muy estudiados para buscar impacto y medidos en su cuantía para no irritar a Bruselas con la deuda y al empresariado nacional con unos impuestos a la gran empresa y las grandes fortunas que, de darse, serán mínimos. Volvemos a Zapatero pero con coleta.

La nueva fase de la ya muy larga crisis capitalista, iniciada en 1973, con los inicios de una crisis de acumulación, puede agitar el panorama social, al igual que le ocurrió al PSOE a partir del 2008, iniciando una nueva fase de movilizaciones que no tendrá por protagonistas a la izquierda organizada sino a la autoorganización de sectores de la clase trabajadora y populares, ajena a cualquier sector parlamentario (Podemos estaría incapacitado para influir en dichas movilizaciones tras su descrédito al participar de un gobierno que deberá aplicar recortes sociales y nuevas privatizaciones e IU ha muerto), similar a la abierta en Francia por los chalecos amarillos.

Conviene hacer un pequeño alto en este análisis para referirnos al primer aniversario de una explosión social, que es síntoma de la creciente pérdida de la legitimación política de la democracia burguesa, la de los chalecos amarillos. Las manifestaciones de este movimiento el sábado 16 de Noviembre han sido débiles y se han producido en un contexto de reflujo y decepción por los límites con los que aquél se ha encontrado. Pero se olvidan algunas cosas: el momentáneo triunfo de Macron sobre ellos, tras poner en jaque a su gobierno y hacerle retirar la ley de los impuestos sobre los carburantes, que iniciaron la protesta, ha necesitado más de 10.000 detenidos, unos 3.100 condenados, 2.448 manifestantes heridos y 600 encarcelados. Han dado voz a un malestar de sectores de las clases trabajadoras que no estaban en las reivindicaciones de los sindicatos ni de los ciudadanistas de “La Nuit Debout”, han puesto en evidencia el viejo sistema de representación y liderazgo de las demandas sociales desde una izquierda que ya no les representa, han demostrado que cuando la clase trabajadora, y sus sectores aliados próximos (segmentos de la pequeña burguesía en descomposición), se organiza es capaz de hacerse presente frente a un discurso que la niega y han alimentado a una corriente subterránea de ira social que mutará pero que no desaparecerá porque no pueden hacerlo las razones que les han llevado a expresarse: la necesidad del capital de acumular beneficio mediante la desposesión de la clase trabajadora.

Frente a la condena clásica de los sectores más retrógrados e incapaces de entender las nuevas realidades de contestación social que genera el capitalismo en su etapa de hiperconcentración (absorción del mercado de los pequeños autónomos y salarización de los mismos) y de búsqueda desesperada del “beneficio marginal” (el que ya no se obtiene del crecimiento sino de una transferencia acelerada de las rentas del trabajo al capital), explosiones espontáneas como la chilena y autoorganizaciones de la clase como la de los chalecos amarillos serán cada vez más frecuentes, a pesar de los límites que encontrarán en conciencia, organización y entendimiento de sus necesidades subjetivas pero se encaminan hacia un principio de negación, e incluso de identidad, que la izquierda ya no representa.

La demanda de comunismo puede volver a tener toda su vigencia si quienes nos reclamamos marxistas somos capaces de analizar y comprender el fenómeno, organizarnos e insuflar nuestras aspiraciones dentro las necesidades inmediatas de la clase trabajadora y los sectores que están siendo proletarizados. Ello exige de nosotros los comunistas el abandono de cualquier forma de dogmatismo y la vuelta a las fuentes originarias de nuestro pensamiento: la dialéctica antagónica capital-trabajo y la necesidad de su superación emancipatoria de la clase, realizada por ella misma y no por ningún ente clarividente en su lugar.

De no abrirse un giro hacia las posiciones de clase dentro del debate nacional, estamos ante el riesgo del “aggiornamento” de la extrema derecha representada por VOX que podría darle nuevos bríos. De hecho ya está ensayando este escenario por la vía de reunirse con los representantes de la ultraderecha de apariencia más social como Salvini o Le Pen y lo verbaliza últimamente con sus citas, no del señorito repeinado José Antonio, sino de quien fue el enlace entre el fascismo sindicalista de las JONS y la izquierda nazi de los hermanos Strasser, Ramiro Ledesma Ramos. El viraje está siendo lento y sutil, de forma que no chirrié para que no les ocurra como a C´s por sus bandazos ideológicos, pero se está produciendo, aunque muy pocos lo detecten.

Entonces estaríamos ante el enorme riesgo de un prefascismo popular de apariencia social; el peligro de una extrema derecha que penetre aún más profundamente dentro de estratos inferiores precarizados y de la pequeña burguesía. Empezarían a conformar unas fuerzas de choque del fascismo mucho más amplias y peligrosas de las que hasta ahora nos amenazan en las calles.







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21 de diciembre de 2016

Una parte de la burguesía desea mitigar las injusticias sociales, para de este modo garantizar la perduración de la sociedad burguesa.
Se encuentran en este bando los economistas, los filántropos, los humanitarios, los que aspiran a mejorar la situación de las clases obreras, los organizadores de actos de beneficencia, las sociedades protectoras de animales, los promotores de campañas contra el alcoholismo, los predicadores y reformadores sociales de toda laya.
Pero, además, de este socialismo burgués han salido verdaderos sistemas doctrinales.  Sirva de ejemplo la Filosofía de la miseria de Proudhon.


Los burgueses socialistas considerarían ideales las condiciones de vida de la sociedad moderna sin las luchas y los peligros que encierran.  Su ideal es la sociedad existente, depurada de los elementos que la corroen y revolucionan: la burguesía sin el proletariado.  Es natural que la burguesía se represente el mundo en que gobierna como el mejor de los mundos posibles.  El socialismo burgués eleva esta idea consoladora a sistema o semisistema. Y al invitar al proletariado a que lo realice, tomando posesión de la nueva Jerusalén, lo que en realidad exige de él es que se avenga para siempre al actual sistema de sociedad, pero desterrando la deplorable idea que de él se forma.


Una segunda modalidad, aunque menos sistemática bastante más práctica, de socialismo, pretende ahuyentar a la clase obrera de todo movimiento revolucionario haciéndole ver que lo que a ella le interesa no son tales o cuales cambios políticos, sino simplemente determinadas mejoras en las condiciones materiales, económicas, de su vida.  Claro está que este socialismo se cuida de no incluir entre los cambios que afectan a las “condiciones materiales de vida” la abolición del régimen burgués de producción, que sólo puede alcanzarse por la vía revolucionaria; sus aspiraciones se contraen a esas reformas administrativas que son conciliables con el actual régimen de producción y que, por tanto, no tocan para nada a las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado, sirviendo sólo -en el mejor de los casos- para abaratar a la burguesía las costas de su reinado y sanearle el presupuesto.......


El animalismo, ideología burguesa de hoy y de ayer

21 de diciembre de 2016


París quiere acabar con su plaga de ratas, y miles de parisinos se oponen al considerarlo un "genocidio". Otra aberración de los animalistas.

22 de diciembre de 2016


Sobre el feminismo burgués

La señora Clinton y su techo de cristal.
17 de noviembre de 2016


La señora Clinton y su techo de cemento: sobre la incongruencia del discurso liberal y feminista posmoderno
17 de noviembre de 2016


"Revolución de color" en contra de Donald Trump. George Soros detrás de las protestas anti-Trump.

21 de enero de 2017



Feminismo emancipador o revolucionario. Las mujeres revolucionarias de la clase trabajadora contra el feminismo burgués. El origen del 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora.
15 de junio de 2018



Desenmascarando la moda de “las mareas feministas interclasistas”

La Marcha Internacional de mujeres o la artera instrumentalización del feminismo
16 de junio de 2018


Desenmascarando el engendro del movimiento 15 M o Spanish Revolution. Las tides o mareas ciudadanas de colores. Tercera parte.


Las señoras de la guerra: Crítica del feminismo burgués y posmoderno
17 de junio de 2018



Las mujeres en la Libia pos-Gadafi: Bajo una abaya de silencio cómplice. De cómo se utiliza la “identidad de género” para ocultar la “identidad de clase”.

22 de agosto de 2018






De "New York Times" a "Público": Las cocinas mediáticas del feminismo 'low cost'(Este feminismo burgués posmoderno es ciego a las clases sociales, sólo ve identidades de género, raza, religión, nacionalidad u orientación sexual.)
27 de febrero de 2019


La política "trans-queer", un caballo de Troya en los movimientos de emancipación social

6 de septiembre de 2019



Rosa Luxemburgo: Sufragio femenino y lucha de clases (1912), La mujer proletaria (1914). Cuestión de táctica [Sobre Bélgica] 4 de abril 1902.

3 de abril de 2019


Feminismo emancipador o revolucionario. Las mujeres revolucionarias de la clase trabajadora contra el feminismo burgués. El origen del 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora.
15 de junio de 2018




Clara Zetkin: Directrices para el movimiento comunista femenino 1920
4 de marzo de 2018


Clara Zetkin: Lenin sobre la cuestión de las mujeres (Entrevista de Clara Zetkin a Lenin en 1920)

Mika Feldman, conocida como Mika Etchebéhère (1902-1992) en la Fundación Andreu Nin
20 de octubre de 2017



Mary Low y Juan Breá. (Red Spanish notebook) Cuaderno rojo español. Los primeros seis meses de la revolución y la guerra civil 1937
17 de octubre de 2017


María Teresa García Banús. Una vida bien vivida
16 de octubre de 2017


La mujer ante la revolución (Secretariado Femenino del POUM) 1937
16 de octubre de 2017


Mujeres Combatientes en los días de la Gran Revolución de Octubre
5 de mayo de 2017