domingo, 1 de julio de 2012

El terror estalinista en Barcelona (1938). De la operación Nikolai al caso Narwicz [3]

El terror estalinista en Barcelona (1938). De la operación Nikolai al caso Narwicz [3]
Era un fenómeno nuevo: la campaña difamatoria de los estalinistas en prensa, radio y mítines, aunque evidentemente falsa, conformaba la realidad. Los trotskistas-fascistas eran traidores a exterminar.
Agustín Guillamón | Balance. Cuaderno de historia número 33 | 10-2-2010 a las 17:51 | 2636 lecturas
G. Munis
4.- "Operación "Nikolai" ([1]).
                      Lev Feldbin ("Alexander Orlov" ([2]), "Svied", Lyova") fue el máximo responsable de la NKVD (la policía política estalinista) en España durante la Guerra Civil. Orlov planificó el complot para involucrar al POUM en actividades de espionaje franquista, mediante la elaboración de pruebas falsas. El objetivo final era la ilegalización y eliminación física y política de los calificados por el PSUC como "trosquistas-fascistas del POUM" por sus críticas al estalinismo y los procesos de Moscú.
                      En todo momento, junto al complot de la policía, absolutamente controlada por los estalinistas, que se habían infiltrado y copado los cargos de mayor responsabilidad, existió una colaboración intelectual y una campaña de la prensa del PCE-PSUC, que consistía en presentar a los militantes del POUM como espías al servicio de Franco, como fascistas infiltrados en el campo antifascista. Existió, pues, una división del trabajo y una complicidad entre los altos cargos del Partido y los ministros estalinistas en el Gobierno, que difamaban en la prensa, mítines y declaraciones, a plena luz del día, y el pequeño núcleo de agentes de la NKVD, que detenían, secuestraban, torturaban y finalmente asesinaban, en la sombra. La enorme presión de la diplomacia soviética sobre el gobierno republicano, utilizando el chantaje de la ayuda militar rusa, amén de la complicidad del gobierno Negrín y de la policía, controlada por los estalinistas, hizo que en muchos momentos las fronteras entre la legalidad e ilegalidad en la detención de Andrés Nin, secretario político del POUM, fueran absolutamente difusas y permeables.
                      El 23 de mayo de 1937 Alexander Orlov detallaba, en un informe a Moscú, cómo había decidido implicar a la dirección del POUM aprovechando la instrucción del caso de Falange Española: "Hemos redactado el documento anexo que revela la colaboración del POUM con Falange Española, con Franco y con Alemania." Y añadía: "Cifraremos el contenido de este documento con el código secreto de Franco y escribiremos en tinta simpática, al dorso del plano que señala la situación de nuestras defensas en la Casa de Campo", con el objetivo de poner en evidencia el contacto directo de sus dirigentes con Franco "para impulsar al Gobierno a adoptar una serie de medidas contra los trotskistas y desacreditar al POUM".
                      En una reunión de Orlov con "La Pasionaria" y Checa, en ausencia de José Díaz y Jesús Hernández, se acordó ordenar al coronel Ortega, director general de Seguridad, y a Ricardo Burillo, jefe de policía de Barcelona, ambos estalinistas, la detención de Nin, sin el conocimiento de ninguna autoridad republicana ([3]).
                      El engranaje diseñado por Orlov se puso en marcha el 16 de junio de 1937, algo más de un mes después de las Jornadas de Mayo de Barcelona, con la detención de Nin y del resto del CE del POUM, y la persecución política de todos los militantes de ese partido.
                      Orlov, acompañado de los agentes de la Brigada Especial, Jacinto Rosell y Fernando Valentí ([4]), y de José Escoy ("Juzik") ([5]), un agente soviético de origen brasileño, trasladaron a Nin a Valencia, y luego a Alcalá de Henares, en el coche del gobernador civil de Madrid. En la prisión de Alcalá, auténtica fortaleza armada de las tropas estalinistas, Nin se resistió a reconocer las acusaciones de traición y espionaje. Ante el temor al rescate del personaje por las autoridades republicanas se decidió, siguiendo una idea de Vittorio Vidali ([6]), simular el secuestro de Nin por agentes de la Gestapo. De este modo Nin pasó de la prisión de Alcalá a la checa estalinista del chalet propiedad de la pareja formada por Constancia de la Mora Maura (encargada de la censura de la prensa extranjera) e Ignacio Hidalgo de Cisneros y López de Montenegro (general de aviación), dos estalinistas de origen aristócrata con importantes cargos en el gobierno republicano. Allí Nin fue torturado psíquica y físicamente. Ante la resistencia de Nin a implicar a su partido en actos de traición y espionaje, como deseaban sus torturadores, éstos decidieron eliminarlo, ya que el cuerpo maltrecho de Nin hubiera supuesto el fracaso de la operación y la acusación irrefutable contra sus torturadores. Orlov, "Juzik", "Pedro", Víctor (el chofer de "Pedro"), y tres agentes españoles (L., A.F., I.M.) ([7]), sacaron "a pasear" a Nin en automóvil. A mitad de la carretera de Alcalá de Henares a Perales de Tajuña, en pleno campo, a unos quinientos metros de la carretera lo asesinaron y enterraron, según consta en una nota del propio Orlov, dirigida a Moscú con fecha del 24 de julio de 1937, conservada en los archivos de la KGB.
                      El 23 de junio de 1937 se publicaba en la Gaceta de la República el decreto de creación de los Tribunales de Espionaje y Alta Traición, que gracias a su carácter retroactivo se aplicaron para procesar al Comité Ejecutivo del POUM.
                      Negrín, presidente del gobierno, estaba preocupado por las repercusiones internacionales del carácter ilegal de la represión contra el POUM (no contra la represión en sí), y ante la amenaza de dimisión del ministro de Gobernación Zugazagoitia y del ministro de Justicia Irujo, consintió, tras dos tormentosas sesiones del consejo de ministros, en la destitución del coronel Ortega, que pareció contentar a todos, ya que nadie estaba realmente interesado en llevar hasta el final las investigaciones sobre la desaparición de Nin, puesto que poseían suficientes pruebas ([8]) de la intervención de la NKVD y el protagonismo de Orlov, pero eran conscientes del conflicto que se crearía con la Unión Soviética si se descubría la verdad.
  5.- De la Operación Nikolai al caso Narwicz.
                      Según el informe confidencial de André Marty a Manuilsky, fechado el 11 de octubre de 1936 ([9]), Codovila consideraba al PCE como un partido de su propiedad, y actuaba como un "cacique". También afirmaba que Gerö ("Pedro") actuaba en el PSUC como Codovila en el PCE. Marty afirmaba que el PSUC, fruto de la fusión en julio de 1936 de cuatro pequeños partidos, no estaba "soldado" y que pese a que está "en nuestras manos" carecía de columna vertebral ideológica.
                      Carles Gherard describe a "Pedro" como un hombre de unos 38 a 40 años, alto, de buena presencia, con rasgos eslavos, labios gruesos, facciones angulares, ojos sesgados y algo sanguinolentos, con una pose reservada y sobria, que hablaba poco y en un castellano correcto, pero no demasiado fluido.
                      "Pedro" tenía cierta debilidad por el PSUC, ya que lo consideraba como una criatura propia, a la que había ayudado a formarse. Joan Comorera, el secretario general del PSUC, que desempeñó en el gobierno de la Generalidad varias consejerías y cargos destacados: abastos, justicia, economía... amén de una notable influencia sobre el presidente Companys, gozó siempre de su más decidido apoyo, frente a las constantes y demoledoras críticas de Togliatti ([10]) al PSUC y a Comorera. No debe olvidarse que Comorera era un caso excepcional entre los cuadros estalinistas españoles, puesto que había cursado estudios universitarios; como excepcional era en la IC la existencia del PSUC, partido catalán (no estatal), independiente del PCE.
                      Entre "Pedro" y Comorera se estableció una íntima relación personal y política basada en la habilidad táctica y psicológica del delegado del Comintern, que supo alimentar las ambiciones políticas de Comorera ([11]), obteniendo con ello su entrega y sumisión incondicional a las directrices de Moscú ([12]), aunque con algunas esporádicas salidas de tono catalanistas y anticenetistas del secretario del PSUC. Para "Pedro" se trataba de aplicar, o decir que él aplicaba, las nuevas consignas de Moscú referentes a la necesidad de dar mayor autonomía e independencia a las direcciones nacionales, frente al estilo autoritario criticado en Codovila.
                      Hoy, la documentación consultada en archivos de Moscú, Barcelona y Madrid nos permite concretar y confirmar, sin sombra de duda, gran parte de las denuncias, intuiciones y sospechas desveladas desde los primeros momentos por militantes del POUM y algunos altos cargos socialistas e incluso estalinistas, referentes al destacado papel desempeñado por "Pedro" en el asesinato de Nin y en la represión del POUM, siguiendo las directrices de Moscú sobre la necesaria y pronta eliminación de los trosquistas en España. En una primera fase, las jornadas de mayo sirvieron de pretexto para preparar la represión contra el POUM, al que se le adjudicó un papel revolucionario, y de incitación a la insurrección popular, que en realidad no había jugado nunca. La segunda fase consistió en añadir a ese intento de "pustch", falsamente atribuido al POUM, unas acusaciones de traición y espionaje al servicio de Franco, fundamentadas en unas pruebas falsas, montadas de una forma toscamente chapucera y harto increíbles que, en el caso de Nin, fracasaron ante su negativa a admitirlas. Su inquebrantable honestidad de militante revolucionario y su valentía personal no dejó a sus secuestradores y torturadores otra opción que la del asesinato, y posterior desaparición de un cuerpo destrozado, y por ello convertido en acusación contra sus torturadores. La tercera fase consistió en una campaña de prensa difamatoria que martilleó la idea de que los poumistas-trosquistas eran fascistas y agentes-espías de Franco. En esa campaña de prensa y mítines destacaron periodistas como Georges Soria, y dirigentes como Santiago Carrillo, José Díaz, Jesús Hernández, "La Pasionaria", Joan Comorera y demás dirigentes estalinistas. Bajo las pintadas acusatorias "¿Dónde está Nin?", los miembros de las juventudes estalinistas, como Teresa Pamies, escribían "En Salamanca o en Berlín". El escándalo político del asesinato de Nin, pese a las presiones y el chantaje de los soviéticos sobre ministros y responsables políticos y judiciales, transcendió a la opinión pública nacional e internacional y causó una enorme desmoralización, que la complicidad sectaria y fanática de los estalinistas españoles hizo aún más tétrica y mezquina.
                      El emblemático caso Nin fue sólo el pistoletazo de salida de la represión masiva del movimiento obrero. El 9 de agosto de 1937 se había creado el Servicio de Investigación Militar (SIM) ([13]), cobertura españolizada y legal de la NKVD. El 11 de diciembre se producía la dimisión del ministro de Justicia Irujo ([14]), a causa de la presentación por Negrín del decreto de creación de los Tribunales Especiales de Guardia, publicado en la Gaceta de la República el 1-12-1937, que no eran sino la vía libre para la aplicación de los procedimientos sumarísimos de los consejos de guerra, sin garantías de defensa, contra un movimiento obrero que sólo dieciocho meses antes había aplastado al fascismo con una insurrección revolucionaria. Negrín daba una apariencia de legalidad a los actos de persecución política en curso.
                      El papel desempeñado por las altas jerarquías soviéticas en España parece hoy más claro y evidente, con una pirámide de mando (al margen de los militares) que contempla al búlgaro Stoian Petrovich Mineev ("Stepanov", "Moreno") como primera autoridad, ya que es el responsable del Secretariado de los Países Latinos, y a Orlov como máximo responsable de la NKVD; en un segundo plano están los delegados de la IC en España: Togliatti ("Ercoli", "Alfredo", "Al"), Codovila ("Luís"), Gerö ("Pedro"), André Marty (y otros), todos ellos con la obligación de informar directamente a Moscú, esto es, a Dimitrov y Manuilsky, y la común afición o necesaria autoprotección de criticarse mutuamente. Aún existen aspectos confusos, que deben esperar nuevas consultas y hallazgos en unos archivos, hoy por hoy, de nuevo inaccesibles. Aún es más desconocido el papel jugado por los agentes de menor rango ([15]), esto es, por los agentes y espías que tenían la misión de informar e infiltrarse en las organizaciones revolucionarias. La "Operación Nikolai", magnífico trabajo documental de Dolors Genovés y Llibert Ferri, emitido por TV3-TV de Catalunya, dio la sorpresa de la llamada expresa de un agente soviético-brasileño para controlar y dirigir la operación del secuestro y asesinato de Nin. Ese agente especializado (sería más correcto decir ese asesino especializado) tenía además un ascendiente jerárquico (¿sólo en esa operación?) sobre el propio Orlov, que a su vez lo tenía sobre "Pedro", que a su vez lo tenía sobre Antonov-Ovseenko. Hoy conocemos también la existencia de dos agentes o espías de base: el del alemán Lothar Marx, que bajo el nombre de "Joan", había intentado infiltrarse en la Sección Bolchevique-Leninista de España (SBLE), y el del polaco Leon Narwicz ([16]).
                      El capitán polaco de las Brigadas Internacionales Leon Narwicz había jugado un importante papel, ya antes de las jornadas de mayo, preparando la identificación y posterior detención de los distintos militantes y dirigentes del POUM, mediante la obtención de fotografías. Tras ganarse la confianza de diversos dirigentes del POUM ([17]), a quienes se había presentado como simpatizante de la Oposición rusa, pudo recorrer sin levantar sospechas los distintos locales del POUM, sacando las fotos que quiso. Tras las masivas detenciones de militantes del POUM, después del 16 de junio, algunos de ellos observaron que la policía, para identificar a quien detenía llevaba fotos recientes, que sólo podían ser las que había tirado Narwicz. Juan Andrade posteriormente identificó a Narwicz en una foto publicada en la prensa, en la que aparecía junto a Líster y otros destacados estalinistas ([18]). En enero-febrero de 1938 Leon Narwicz y Lothar Marx estaban trabajando en un intento de infiltrarse en la SBLE, presentándose como simpatizantes, que podían influir en un pequeño grupo alemán de las Brigadas Internacionales. En esa misma época, Leon Narwicz estaba intentando entrar en contacto con la organización clandestina del POUM, sin saber que los poumistas conocían ya su carácter de agente soviético del NKVD, y el papel que había jugado en la detención de Nin, del Comité Ejecutivo y de varios militantes del POUM; así como su labor de recopilación o fabricación de pruebas judiciales en el proceso abierto contra ese partido. El POUM decidió hacerle creer que les interesaba contactar con él, y le dieron una cita para encontrarse ([19]). El capitán de las Brigadas Internacionales Leon Narwicz, agente de la NKVD y del SIM, acudió el 10 de febrero de 1938, a las diez de la noche, a la cita en un descampado en la calle Legalidad, en Barcelona, sin sospechar nada. Un grupo de acción del POUM, formado por Lluis Puig, que falleció tuberculoso en 1939, preso en La Santé; y Albert Masó March, que sostuvo con posterioridad una larga trayectoria militante en "Socialisme ou Barbarie", "Pouvoir Ouvrier" y de nuevo en el POUM ([20]), le disparó tres tiros en la cabeza ([21]).
                      La muerte de Leon Narwicz, reivindicada por el POUM como un acto de venganza ([22]), sirvió de pretexto para la detención y juicio de los militantes de la SBLE ([23]). La investigación fue conducida por Julián Grimau García, lo cual demuestra la importancia que la NKVD y el SIM concedían al caso Narwicz.
                      Grimau era el "ojo de Moscú" en el proceso. Julián Grimau García era hijo de un comisario de policía de Barcelona. En 1935 militaba en la Izquierda Republicana y era funcionario del cuerpo de policía. En octubre de 1936 ingresó en el PCE. En noviembre de 1936, siendo Santiago Carrillo encargado de Orden Público, Grimau fue nombrado Jefe de Grupo de la Brigada Criminal de Madrid. Su carrera experimentó un vertiginoso ascenso. Fue ascendido a Secretario General de Investigación Criminal de Valencia y responsable del PCE en este organismo, lo que significaba que todos los comunistas del cuerpo general de policía dependían de él. En noviembre de 1938 fue felicitado oficialmente por su celo y eficacia represiva del trosquismo y la quinta columna fascista ([24]).
En el sumario número 94 de 1938 se encausó por el delito de alta traición a los militantes bolchevique-leninistas Luis Zanon Grim, Manuel Fernández-Grandizo Martínez, Adolfo Carlini Roca (Domenico Sedran, italiano); Aage Kielso (danés), Jaime Fernández Rodríguez, Teodoro Sanz Hernández y Víctor Ondik (checo), acusados del asesinato del capitán de las Brigadas Internacionales Leon Narwicz. En el mismo sumario se acusaba al impresor Baldomero Palau Millán, por la impresión de La Voz Leninista, órgano ilegal de la SBLE.
                      Todos los detenidos ingresaron en las celdas subterráneas de la Jefatura de Policía, en la vía Layetana (entonces vía Durruti), a excepción de Zanon. Los interrogatorios, acompañados siempre por distintos métodos de tortura física o sicológica, se realizaban en las dependencias policiales de la Brigada Criminal, situada en la Plaza Berenguer número 1 (junto a vía Layetana), por parte del comisario Méndez, supervisado muy estrechamente por Grimau.
                      Zanon fue separado y aislado, en la Brigada Criminal, del resto de miembros del grupo trosquista desde el primer momento, como método para obtener su derrumbe físico y sicológico ([25]). Tal y como testimoniaron todos los inculpados, y como denunció La Lutte Ouvrière, los interrogatorios se realizaron durante la noche y la madrugada, bajo una fortísima presión física y psicológica de los policías, que para obtener la firma de las declaraciones, por ellos preparadas, redactadas y/o dictadas, utilizaron todos los medios y todo tipo de tortura: aislamiento individual durante semanas, varios días sin comida o bebida alguna para doblegarlos con el hambre y la sed (hasta el punto de beber los propios orines), insultos, amenazas, golpes y gritos, palizas brutales, simulacro de ejecuciones, arranque con tenazas de los cabellos, etcétera ([26]).                                             
                      La única prueba fundamentada en todo el sumario lo constituye la declaración firmada por Luis Zanon Grim, en la que inculpaba a "Munis" y Jaime Fernández de la muerte del agente del SIM. El propio Zanon, que había sucumbido al aislamiento y las torturas en la comisaría de la Brigada Criminal, escribió el 11 de marzo, ya en la Modelo, un relato en el que se retractaba de las declaraciones en esa comisaría y explicaba cómo le habían arrancado "sus confesiones".             
                      Aage Kielso, que había sido trasladado de los calabozos de la jefatura de Policía en vía Layetana a la comisaría-checa de la Brigada criminal, en plaza Berenguer, donde estuvo aislado durante varios días, para luego ser interrogado-torturado, consiguió fugarse con una impresionante sangre fría, gracias a un descuido de sus carceleros, y refugiarse en la Casa CNT-FAI, que estaba a sólo cien metros de distancia. Huido a Francia alertó a sus camaradas, que iniciaron una campaña de prensa contra el proceso en La Lutte Ouvrière. El 11 de marzo todos los encausados, excepto el fugado Aage Kielso, ingresaron en la Cárcel Modelo. El 23 de abril de 1938 Jaime Fernández y Teodoro Sanz fueron trasladados al campo de trabajo de Omells de Na Gaia, y luego al de “La Pelosa”. Jaime Fernández Rodríguez fue enrolado en una unidad del ejército, ya que por estar en edad militar tenía derecho a alistarse. Pese a la constante vigilancia de una pareja de guardianes estalinistas pudo finalmente evadirse, tras ser herido en el frente. Teodoro Sanz Hernández fue ingresado en el Hospital Militar de Gerona, para reingresar en la Cárcel Modelo el 11 de enero de 1939. Carlini fue operado, en octubre de 1938, de una hernia inguinal. El 20 de diciembre de 1938, “Munis”, “Carlini”, Zanon y Ondik fueron trasladados de la Cárcel Modelo a la Prisión del Estado, en la calle Deu i Mata.
                      El proceso fue aplazado una y otra vez. El 5 de enero "Munis" fue trasladado a la prisión de Montjuic, como castigo por su destacada intervención en la huelga de hambre de los presos revolucionarios. Una nueva convocatoria del juicio oral fue fijada para el 26 de enero, que la entrada de las tropas fascistas en Barcelona, aplazó para siempre. En la desbandada republicana de Cataluña en enero-febrero de 1939, los presos políticos consiguieron su liberación, en el transcurso de una peligrosa aventura, que ha sido narrada por Julián Gorkin y Sherry Mangan. Munis consiguió llegar a París. "Carlini", enfermo, permaneció algunos meses oculto en la Barcelona franquista, hasta que consiguió meses más tarde, en agosto, pasar a Francia, donde fue internado en un campo de concentración. Domenico Sedran, en sus memorias, cuenta que en el campo de concentración de Gurs coincidieron "Adolfo Carlini", Víctor Ondik, Lionello Guido y el agente del SIM, llamado Max, que se alistó en la Legión Extranjera francesa, para huir de las represalias.
                      Lo que nos interesa destacar, en este trabajo, es cómo en el proceso desapareció rápidamente toda alusión al importantísimo papel jugado por el comisario de las Brigadas Internacionales "Joan" (el agente del SIM Lothar Marx) ([27]), al que se dio inmediatamente como no localizado, así como los documentos existentes en el sumario ([28]), procedentes de la indagatoria previa a que el caso pasara a Grimau. El 26 de marzo de 1938 el capitán Jesús Prados Arrarte, agente del SIM y delegado de las Brigadas Internacionales, se presentó ante el juez, con intención de recoger los efectos personales de Narwicz, así como la documentación (una libreta con direcciones) que podría facilitar las investigaciones en curso del SIM (¡que era documentación pertinente en el proceso por su asesinato!). Ante la negativa inicial del juez, el Jefe del SIM en Barcelona, Kurt Laube ([29]), se presentó en el juzgado el 12 de abril de 1938, altivo y amenazante. Declaró que el capitán Leon Narwicz era de nacionalidad polaca, que había sido voluntario en las Brigadas Internacionales y que en la actualidad trabajaba en el Servicio Militar de Investigación (SIM) de las Brigadas Internacionales. Identificó además al capitán Leon Narwicz por las fotografías que le enseñaron. Luego Kurt Laube se llevó todos los efectos personales de Narwicz, incluida la libreta de direcciones que probablemente hubiera desvelado quién era y dónde podía localizarse al otro agente del SIM, conocido como comisario "Joan" (Lothar Marx).       
       
Agustín Guillamón. Del cuaderno número 33 de Balance.



[1] Cfr. "Operació Nikolai. L'assassinat d'Andreu Nin". Dirección: Dolors Genovés; realización Ricard Belis; guión e investigación: Llibert Ferri y Dolors Genovés. TV3 - Televisió de Catalunya, emitido el 5 de noviembre de 1992.
[2] Su nombre auténtico era Lev Feldbin. El equipo de investigación de TV3 tuvo acceso a los archivos del KGB, que guarda seis expedientes de asesinatos de Orlov. Uno de ellos era el de Nin. El archivero del KGB no quiso dar información alguna sobre los nombres de las víctimas de los otros cinco archivos. Así pues, sólo cabe especular, con mayor o menor acierto, sobre los nombres que encabezan esos archivos hoy, de nuevo inasequibles: ¿Erwin Wolf, Hans David Freund, Kurt Landau, Buenaventura Durruti, Camilo Berneri...?
[3]HERNÁNDEZ, Jesús: Yo fui ministro de Stalin. G. del Toro, Madrid, 1974.
ZUGAZAGOITIA, Julián: Guerra y vicisitudes de los españoles. Tusquets, Barcelona, 2001.
[4]Existe un informe de los agentes policiales que intervinieron en la detención de Nin, escrito con la indudable intención de protegerse e inculpar de su secuestro y asesinato a los que son citados como "técnicos de determinada Nación amiga especializados en esta clase de servicios", o bien "la colaboración de los repetidos técnicos fue cada vez más intensa, hasta llegarse a una compenetración en los servicios". Cfr. "Informe sobre la actuación de la policía en el servicio que permitió el descubrimiento en los meses de abril, mayo y junio de la organización de espionaje de cuyas derivaciones surgieron las detenciones y diligencias instruidas contra miembros destacados del POUM. (Madrid, 28 de octubre de 1937)".
[5]"Escoy", "Juzik" o "Iousik" fue enviado por Moscú a España para dirigir personalmente la "Operación Nikolai". Era el cerebro de la operación y tenía bajo sus órdenes a Orlov y "Pedro". Según me precisó generosamente Pierre Broué, en su amable carta de noviembre 2001, "Iousik" era un seudónimo de un destacado agente de la NKVD llamado Grigulevicius (Iossif Romualdovitch), que además de participar en el asesinato de Nin, intervino en el primer ataque contra Trotsky, y en los primeros trabajos de preparación del asesinato de Trotsky. Lo llamaban "Felipe" o el "judío francés". Pierre Broué me remitía además al diccionario de HEIFETZ, L.S.: Latinskaia Amerika v orbite Kominterna (Opyt biografitcheskogo slovari). Moscou, 2000. Instituo America Latina, p. 266.
[6]Conocido como "Carlos Contreras". Ejerció importantes cargos en el comisariado del Ejército republicano.
[7]Los nombres completos fueron tachados por el archivero de la KGB, que dejó sólo las iniciales.
[8]"Gabriel Morón [socialista moderado sustituto del coronel Ortega] se destapó un día, diciendo al ministro de Gobernación: "Ya que el presidente [Negrín] está empeñado en conocer la verdad podéis decirle que la verdad es ésta, el secuestro de Andrés Nin ha sido planeado por el italiano Codovila, el comandante Carlos, Togliatti y los directivos del partido comunista, entre ellos, Pepe Díaz. La orden de atormentarlo ha sido dada por Orlov y todos ellos han obrado conforme al gran interés que Stalin tenía en la desaparición del secretario y confidente del creador del Ejército Rojo. Dile esto a Negrín y si quiere que los detenga, los meto en la cárcel mañana mismo." El ministro quedó perplejo. Naturalmente, teniendo en cuenta el alcance político que podían tener estas detenciones, se abstuvo de emitir juicio alguno. Sin duda se lo debió comunicar inmediatamente al doctor [Negrín] y no se volvió a hablar de responsabilidades por el secuestro o asesinato de Nin. Ahí quedó todo." VIDARTE, Juan-Simeón: Todos fuimos culpables. Testimonio de un socialista español. Grijalbo, Barcelona, 1977,  pp. 732-733. [En junio de 1937 Vidarte era subsecretario de Gobernación].
[9]MARTY, André: "Notes sur le PCE (11-10-1936)".
[10]Los textos de Togliatti han sido recogidos en el volumen: Togliatti, Palmiro: Escritos sobre la guerra de España. Crítica, Barcelona, 1980. Sobre Togliatti, véase: BOCCA, Giorgio: Palmiro Togliatti. Grijalbo, México, 1977; GRANDI, Blasco: Togliatti y los suyos en España. Publicaciones españolas. Temas españoles nº 118, Madrid, 1954.
[11]Ambiciones que apuntaban a la secretaría del PCE, un ministerio en el gobierno de Negrín, o la presidencia de la Generalidad.
[12]Véase ALMENDROS, Joaquín: Situaciones españolas. 1936-1939. El PSUC en la guerra civil. Dopesa, Barcelona, 1976. [Joaquín Almendros fue secretario militar del PSUC, y provenía de la Federación Catalana del PSOE].
[13]El decreto de creación del SIM, como servicio de espionaje, fue obra del Ministro de Defensa Indalecio Prieto (socialista antiestalinista). Pero igual que había sucedido ya con el Comisariado en el ejército o con la Dirección General de Seguridad en la policía, el PCE dio la consigna de infiltrarse y copar los cargos de responsabilidad, de modo que el SIM escapó pronto al control del gobierno y convirtió sus operaciones secretas de contraespionaje en un organismo de terror de los adversarios políticos y de control de la retaguardia civil. El SIM fue instrumentalizado por la NKVD para convertirlo en una organización que practicó impunemente el terror de Estado, usando la tortura, la detención o desaparición y el asesinato, sin más objetivo que imponer las consignas emanadas de Moscú.
[14]Irujo volvió al gobierno Negrín en abril de 1938 como ministro sin cartera, en representación de la autonomía vasca, para dimitir por segunda vez en agosto de 1938 (en pleno desarrollo de la batalla del Ebro). La segunda dimisión de Irujo fue motivada por la presentación de tres decretos, que suponían la militarización de la industria de guerra de Cataluña, la militarización de los puertos y la militarización de la Justicia, acompañados por el enterado de 58 penas de muerte.
[15]Sin embargo se conoce con algún detalle la red de información e infiltración creada por el estalinista alemán Alfredo Hertz, agente de la NKVD cuya auténtica identidad aún es desconocida, que estaba a las órdenes directas de Orlov y Gerö. Hertz controlaba el departamento de pasaportes del Cuerpo de Investigación y Vigilancia de la Generalidad, y había instalado varios de sus agentes en el comisariado de Orden Público, entre ellos Mariano Gómez Emperador, el organizador del grupo de información de los servicios secretos catalanes (SSI). Hertz controlaba de este modo todas las salidas y entradas de extranjeros, recibía informaciones de partidos comunistas en el extranjero y estaba facultado para usar la Guardia de Asalto.
[16] El nombre correcto, en polaco, es “Leon Narwicz” [sin acento en León].
  [17]"Entró en contacto con Nin, con Landau, con Andrade". Y también: "Nin me recomendó, incluso, que lo recibiera y que hablara con él"; y además: "Sólo después de nuestra detención y de nuestro secuestro descubrimos que, tanto las conversaciones como las fotografías habían servido para la preparación de nuestro proceso"; en el libro de GORKIN, Julián: El proceso de Moscú en Barcelona. El sacrificio de Andrés Nin. Aymá, Barcelona, 1974, p. 229.
[18]ANDRADE, Juan: "Affaire León Narvitch".
[19] “León Narwich, capitán de las Brigadas Internacionales, era miembro del SIM (Servicio de Investigación Militar) y agente de la GPU. Este capitán estableció algún contacto con militantes del POUM de Madrid a principios de 1937 y luego también en Barcelona. Regresó después a Madrid. Tras la ilegalización del POUM, reapareció en Barcelona a finales de 1937. A principios de enero de 1938, el POUM le había identificado con toda certeza como agente de la GPU. Se le dejó tomar contacto otra vez con militantes poumistas. Este nuevo contacto le resultó fatal: el 12 de febrero la policía encontró su cadáver en una calle de Barcelona." [Carta de Albert Masó a Agustín Guillamón (París, 5 de mayo de 1997)].
[20]Albert Masó March (1918-2001), conocido como "Albert Vega", "Maille", "Julio Gil" ingresó en enero de 1934 en las Juventudes del BOC. Intervino destacadamente en las luchas callejeras de octubre de 1934 (con sólo 16 años). Josep Rovira lo captó como miembro de los gabocs (Grupos de Acción del BOC, que luego lo fueron del POUM). En 1935 intervino activamente en las acciones armadas de los gabocs en apoyo de las huelgas de los sindicatos mercantil y textil. Participó en las luchas callejeras del 19 julio de 1936, siendo herido al mediodía frente al cuartel de Atarazanas. Marchó al frente de Aragón y fue herido frente a Huesca en setiembre de 1936. Estuvo en las barricadas de Gracia durante las Jornadas de Mayo de 1937. Encarcelado en la Prisión Modelo, de julio a noviembre de 1937, por pegar carteles del POUM contra el gobierno Negrín. Con Lluís Puig formó el grupo de acción del POUM que mató al agente de la NKVD, capitán Narwicz. Ingresó en la Escuela Militar, obtuvo el grado de teniente y regresó al frente. En febrero de 1939, pasó la frontera con su unidad y se evadió del campo de Argelés. En el exilio formó parte de un grupo de acción que recaudaba fondos para el POUM. Detenido y encarcelado durante dos años en La Santé (1939-1941).
[21] Datos extraídos del sumario abierto por el asesinato de Narwicz. 
[22]"Gorkin", que estaba muy bien informado sobre Narwicz, al conocer su muerte manifestó que "Nin, Landau y todos los torturados y asesinados del NKVD habían sido parcialmente vengados"; en GORKIN, Julián: El proceso de Moscú en Barcelona. El sacrificio de Andrés Nin. Aymá, Barcelona, 1973.
|11-02-2010
[23]El comisario general dictó orden para que se montara un servicio de vigilancia en el domicilio de Munis, con el objetivo de detenerlo junto a sus posibles cómplices o colaboradores. El comisario general seguía las instrucciones que le daba Julián Grimau García. Grimau estaba al corriente de la operación del SIM, preparada por dos agentes, el asesinado capitán Narwicz y otro, conocido como Marx o "Joan", que estaban trabajando en el intento de infiltrarse en las filas de los bolchevique-leninistas. A las trece horas del día 13 de febrero de 1938, los policías Antonio Martínez, José del Olmo, Francisco Llobet y Manuel Dayán, al mando de un numeroso despliegue policial se presentaron en el domicilio de Munis, sito en el piso cuarto de la calle Valencia, número 308, donde tenía alquilada una habitación, para detenerlo. Antes de entrar en dicho domicilio ya habían detenido a Jaime Fernández Rodríguez y Luís Zanon cuando se disponían a visitar a Munis. Al intentar detener a Munis, éste se abalanzó sobre el agente Francisco Llobet, al que arrebató la pistola. Se creó una situación confusa y peligrosa que se resolvió cuando Munis, ante el requerimiento y aviso de Jaime de que la casa estaba rodeada por un enorme despliegue policial, desistió en su resistencia devolviendo la pistola. El mismo día la policía procedió a la detención de otros  militantes de la SBLE.
 
[24]Julián Grimau, temeraria y provocativamente, dados sus antecedentes de torturador y represor de fascistas durante la Guerra Civil, fue enviado a la España franquista por la dirección del PCE, con la misión de reconstruir el aparato del partido. Fue descubierto, detenido, torturado, juzgado y fusilado en Madrid, en 1963.
 
[1] “A mediodía de aquel domingo [13 febrero 1938] casi todo el grupo trotskista de Barcelona, nos encontrábamos en las celdas subterráneas de vía Layetana. Faltaba naturalmente el agente provocador estalinista Max Joan. Tampoco el compañero Luís Zanon estaba con nosotros, porque debía ser manipulado por la policía al estilo de los procesos de Moscú. […] Luego me llevaron para interrogarme, en otro palacio, siempre en vía Layetana.  Tras tenerme recluido durante dos días en una piececilla, me llevaron a una habitación mayor, donde estaba sentado un hombre con los cabellos blancos.”  SEDRAN, Domenico: “Memorie di un proletario rivoluzionario”. Critica comunista  números 8-9 (1980), p. 147
 
[26] Según testimonio oral de Jaime Fernández Rodríguez y escrito de Domenico Sedran, op. cit.
 
[27]Sobre Lothar Marx, véase BROUE, Pierre: Staline et la révolution. Le cas espagnol. Fayard, Paris, 1993, p. 178 y 339.
 
[28]Archivo Histórico Nacional de Madrid, Causa General, Legajo 1710 (1).
 
[29] El capitán Prados solicitó que se permitiera a Kurt Laube, jefe del SIM y de la delegación de las Brigadas Internacionales en Barcelona, que retirara la documentación y los efectos personales del fallecido capitán Narwicz, que finalmente fueron entregados el 12 de abril. El recibo, firmado por el jefe del SIM, detallaba los objetos pertenecientes al difunto: varias fotografías, algo más de doscientas pesetas, una pluma estilográfica de color negro, un reloj pulsera de color blanco, un encendedor, un peine,   una carterita con billetes de metro, un pañuelo sin iniciales y, aunque no se detalla en el recibo, cinco hojas numeradas de inscripción del Socorro Rojo del POUM, amén de su documentación personal y una libreta con direcciones.


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