Zviezdá, núm. 2, 23 de diciembre de
1910.
ACERCA DE
ALGUNAS PARTICULARIDADES DEL DESARROLLO HISTORICO DEL MARXISMO
Nuestra
doctrina -- dijo Engels en su nombre y en el de su ilustre amigo -- no es un
dogma, sino una guía para la acción [ 248]. Esta tesis clásica subraya con notable vigor y
fuerza de expresión un aspecto del marxismo que se pierde de vista con mucha
frecuencia. Y al perderlo de vista, hacemos del marxismo algo unilateral,
deforme, muerta, le arrancamos su alma viva, socavamos sus bases teóricas
cardinales: la dialéctica, la doctrina del desarrollo histórico multilateral y
pleno de contradicciones; quebrantamos su ligazón con las tareas prácticas determinadas
de la época, que pueden cambiar con cada nuevo viraje de la historia.
Y precisamente en nuestros tiempos, entre quienes se interesan por los
destinos del marxismo en Rusia se encuentran muy a menudo gentes que pierden de
vista justamente ese aspecto del marxismo. Ahora bien, todos ven claro que en
estos últimos años Rusia ha tenido cambios muy bruscos, que han modificado con
rapidez y fuerza extraordinarias la situación, la situación política y social,
que es lo que determina de manera directa e inmediata las condiciones de la
acción y, por consiguiente, las tareas de la acción. No me refiero, claro, a
las tareas generales y fundamentales, que no cambian con los virajes de la
historia si no cambia la correlación fundamental entre las clases. Es de una
evidencia absoluta que esa tendencia general de la evolución económica (y no
sólo económica) de Rusia no ha cambiado, supongamos, en estos seis años
últimos, como no ha cambiado la correlación fundamental entre las distintas
clases de la sociedad rusa.
Pero las tareas de la acción inmediata y directa han experimentado en
este período un cambio muy profundo, por cuanto ha cambiado la situación
política y social concreta; por consiguiente, también en el
marxismo, como doctrina viva, no podían por menos de pasar a primer plano diversos aspectos
suyos.
Para aclarar esta idea, observemos cuáles han sido los cambios concretos
de la situación política y social en los últimos seis años. Ante nosotros se
destacan en seguida los dos trienios en que se divide este período: uno, que
termina hacia el verano de 1907; el otro, en el verano de 1910. El primer
trienio se distingue, desde el punto de vista puramente teórico, por rápidos
cambios en los rasgos fundamentales del régimen político de Rusia, con la
particularidad de que la marcha de estos cambios fue muy desigual, la amplitud
de las oscilaciones fue en ambos lados muy grande. La base económica y social
de estos cambios de la "superestructura" fue la acción de todas las
clases de la sociedad rusa en los terrenos más diversos (actividad
en la Duma y fuera de la Duma, prensa, asociaciones, reuniones, etc.), una
acción tan abierta, imponente y masiva como pocas veces registra la historia.
Por el contrario, el segundo trienio se distingue -- repetimos que esta
vez nos limitamos al punto de vista puramente teórico, "sociológico"
-- por una evolución tan lenta, que casi equivale al estancamiento. Ningún
cambio más o menos apreciable en el régimen político. Ninguna o casi ninguna
acción abierta y amplia de las clases en la mayoría de los
"campos" en que durante el período precedente se desarrollaron esas
acciones.
La semejanza de ambos períodos reside en que la evolución de Rusia ha
sido en el curso del uno y del otro, como lo era anteriormente, una evolución
capitalista. La contradicción que representa dicha evolución económica y la
existencia de numerosas instituciones feudales, medievales, no desapareció,
seguía en pie sin atenuarse, más bien, agudizada por la inyección parcial de
cierto contenido burgués a unas u otras instituciones.
La diferencia entre ambos períodos reside en que, durante el primero, en
el proscenio de la acción histórica figuraba el problema de cuál iba a ser el
resultado de los cambios rápidos y desiguales de que antes hablábamos. El
contenido de esos cambios, en virtud del carácter capitalista de la evolución
de Rusia, había de ser, necesariamente, burgués. Pero hay burguesía y burguesía. La burguesía media y grande,
situada en una posición de un liberalismo más o menos moderado, temía, por su
propia posición de clase, los cambios bruscos y trataba de conservar restos
considerables de las viejas instituciones, tanto en el régimen agrario como en
la "superestructura" política. La
pequeña burguesía rural, entrelazada con el campesinado que vive "del
trabajo de sus manos", debía aspirar forzosamente a otro género de transformaciones
burguesas, en las que quedase mucho menos sitio a las supervivencias
medievales. Los obreros asalariados, en tanto mantenían conscientemente una
actitud ante lo que ocurría a su alrededor, no podían por menos de adoptar una
posición definida respecto a este choque de dos tendencias distintas, que,
enmarcadas ambas en el régimen burgués, determinaban formas totalmente
distintas de dicho régimen, una rapidez totalmente distinta en su desarrollo y
una amplitud distinta de la esfera de sus influencias progresivas.
Así, pues, la época del trienio pasado destacó a un primer plano en el
marxismo no por casualidad, sino necesariamente, las cuestiones que se suelen
llamar cuestiones de táctica. No hay nada más erróneo que la opinión de que las
discusiones y divergencias en torno de ellas eran polémicas "de
intelectuales", una "lucha por la influencia sobre el proletariado no
maduro", que expresaban la "adaptación de los intelectuales al
proletariado", como piensan los de Veji de toda laya. Al
contrario, precisamente porque esta clase había adquirido madurez, no pudo ver
con indiferencia el choque de las dos tendencias distintas de todo el
desarrollo burgués de Rusia, y los ideólogos de esta clase no pudieron por
menos de exponer las fórmulas teóricas correspondientes (de manera directa o
indirecta, como reflejo directo o inverso) a estas tendencias distintas.
En el segundo trienio, el choque de las tendencias distintas del
desarrollo burgués de Rusia no figuraba a la orden del día, ya
que ambas fueron aplastadas por los ultrarreaccionarios,
llevadas atrás, empujadas hacia adentro, acalladas durante cierto tiempo. Los
ultrarreaccionarios medievales no sólo han invadido por completo el proscenio,
sino que han llenado los corazones de las más amplias capas de la sociedad
burguesa de los sentimientos propagados por los de Veji, de un
espíritu de abatimiento, de defección. Subió a flote no el choque de los dos
métodos de transformación de lo viejo, sino la pérdida de la fe en toda
transformación, el espíritu de "sumisión", de
"arrepentimiento", la pasión por las doctrinas antisociales, la moda
del misticismo, etc.
Y este cambio sorprendentemente brusco no obedece a la casualidad ni es
resultado de la sola presión "exterior". La época anterior había
agitado tan profundamente a capas de la población apartadas de las cuestiones
políticas, ajenas a ellas durante generaciones enteras, durante siglos, que se
hizo natural e inevitable la "revisión de todos los valores", el
nuevo estudio de los problemas fundamentales, el nuevo interés por la teoría,
por su abecé, por su estudio desde las primeras nociones. Millones de seres,
despertados de pronto de un largo sueño, colocados de súbito ante problemas
importantísimos, no podían mantenerse mucho tiempo a esa altura, no podían
avanzar sin interrupciones, sin retornar a las cuestiones elementales, sin una
nueva preparación que les ayudara a "digerir" las enseñanzas, sin
precedente por su valor, y a poner a una masa incomparablemente más amplia en
condiciones de avanzar de nuevo, pero ya de un modo mucho más seguro, más
consciente, con mayor confianza y con mayor consecuencia.
La dialéctica del desarrollo histórico ha sido tal, que en el primer
período estaba a la orden del día la realización de transformaciones inmediatas
en todos los aspectos de la vida del país, y, en el segundo, el estudio de la
experiencia adquirida, su asimilación por capas más amplias, su penetración, si
se puede expresar así, en el subsuelo, en las filas atrasadas de las diferentes
clases.
Precisamente porque el marxismo
no es un dogma muerto, no es una doctrina acabada, terminada, inmutable, sino
una guía viva para la acción, no
podía por menos de reflejar en sí el cambio asombrosamente brusco de las
condiciones de la vida social. El reflejo de ese cambio ha sido una profunda
disgregación, la dispersión, vacilaciones de todo género, en una palabra, una crisis interna sumamente
grave del marxismo. La resistencia decidida a esa disgregación, la lucha
resuelta y tenaz en pro de los fundamentos del marxismo se ha
puesto de nuevo a la orden del día. Capas extraordinariamente amplias de las
clases que no pueden prescindir del marxismo al formular sus tareas, lo habían
asimilado en la época precedente de un modo extremadamente unilateral, deforme,
apren diéndose de memoria unas u otras "consignas", unas u otras
soluciones a los problemas tácticos y sin comprender los
criterios marxistas que permiten valorar esas soluciones. La "revisión de
todos los valores" en las diversas esferas de la vida social ha conducido
a la "revisión" de los fundamentos filosóficos más abstractos y
generales del marxismo. La influencia de la filosofía burguesa en sus más
diversos matices idealistas se deja sentir entre los marxistas en forma de
epidemia machista. La repetición de "consignas" aprendidas de
memoria, pero no comprendidas ni meditadas, ha conducido a una amplia difusión
de la fraseología huera, concretada de hecho en tendencias
que no tienen nada de marxistas, en tendencias pequeñoburguesas como el
"otzovismo"[249] abierto
o tímido, o como el reconocimiento del "otzovismo" en calidad de
"matiz legítimo" del marxismo.
Por otra parte, el espíritu de los de Veji, el espíritu de
defección, que abarcaba a las más amplias capas de la burguesía, ha penetrado
también en la tendencia que trata de encuadrar la teoría y la labor práctica
marxistas en el cauce de "la moderación y la escrupulosidad". Del
marxismo no queda ya más que la fraseología con que se revisten esas consideraciones
acerca de la "jerarquía", la "hegemonía", etc., impregnadas
por completo de espíritu liberal.
Este artículo no tiene como propósito analizar esos razonamientos. Basta
con mencionarlas para ilustrar la profundidad de la crisis por que atraviesa el
marxismo, de que antes hablábamos, y su relación con toda la situación
económica y social del período por el que atravesamos. No es posible sustraerse
a los problemas que esta crisis plantea. No hay nada más nocivo, más falto de
principios que tratar de eludirlos valiéndose de frases. No hay nada más
importante que la cohesión de todos los marxistas conscientes
de la profundidad de la crisis y de la necesidad de combatirla para
salvaguardar los fundamentos teóricos del marxismo y sus tesis básicas,
desfiguradas desde los lados más opuestos al extenderse la influencia burguesa
entre los diversos "compañeros de ruta" del marxismo.
El trienio precedente ha elevado a la participación consciente en la
vida social a capas tan amplias, que son muchos los que, por vez primera,
empiezan ahora a conocer debidamente el marxismo. La prensa burguesa fomenta en
este sentido mucho más que antes los errores y los difunde mucho más
ampliamente. La disgregación en el marxismo es particularmente peligrosa en
estas condiciones. Por eso, comprender los motivos que hacen inevitable esa disgregación
en los tiempos que atravesamos y aglutinarnos para combatirla consecuentemente,
es, para los marxistas, en el sentido más directo y exacto de la palabra, la
tarea de la época.
[249] 0tzovismo: se trata de una
corriente oportunista surgida entre los bolcheviques (Bogdánov, Pokrovski,
Lunacharski, Bubnov y otros), después de la derrota de la revolución de
1905-1907. Los otzovistas luchaban contra la utilización de las formas legales
de lucha, exigian la retirada de los diputados socialdemócratas de la III Duma
de Estado, y renunciaban al trabajo en las organizaciones legales. El otzovismo
fue la directa continuación del boicotismo -- corriente oportunista dentro del
bolchevismo en 1907, encabezado por Bogdánov y Kamenev. Organizando un grupo
independiente en 1908, los otzovistas combatian a Lenin; se negaban
resueltamente a participar en la Duma, en los sindicatos, cooperativas, así
como en otras organizaciones masivas legales o semilegales, y consideraban
necesario concentrar todo el trabajo en la organización ilegal. Bajo el rótulo
de las palabras "revolucionarias", los otzovistas practicaban en
realidad la línea del liquidacionismo. Su política llevaba al partido a
divorciarse de las masas sin partido, a que se trasformara en una organización
incapaz de realizar una lucha legal sufriendo así ataques de los reaccionarios.
Lenin calificó a los otzovistas de
"liquidacionistas de nuevo tipo" y de "mencheviques
disfrazados". [pág. 326]
0tzovismo
Facciones
del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia
Otzovistas (o Recallists ) fueron un grupo de
radicales bolcheviques que exigió poner fin a toda
participación del POSDR en establecimientos estatales legales, en particular,
para recordar a los representantes POSDR de la Duma de Estado , de ahí el nombre (
"recordar" es otozvat en ruso ). Entre los
destacados fueron otsovistas Alexander Bogdanov , Mikhail Pokrovsky , Anatoly Lunacharsky , y Andrei
Búbnov . [2] [3] Los
debates entre los bolcheviques si boicotear la nueva circunscripción del Parlamento ruso conocido como el Tercer Duma comenzaron
después de la derrota de la revolución a mediados de 1907 y la adopción de una
nueva ley electoral, altamente restrictiva. [2]
Ultimatists eran una facción radical de
bolcheviques que exigía que un ultimátum debe ser enviada a los diputados
bolcheviques de la Duma exigiendo que sean sin concesiones radical. Mientras Vladimir
Lenin puso del lado de ellos dos veces (de acuerdo con Julius
Martov 's Historia ), que finalmente los denunció,
tachándolos de "liquidadores de adentro hacia afuera". [4] Ultimatists
controló la San Petersburgo organización bolchevique hasta
septiembre de 1909. [3]
Tony
Cliff Lenin 1 16. Lenin excluye la izquierda radical
Tony
Cliff Lenin 1 La construcción del partido
Aleksandr Bogdánov
Aleksandr Bogdánov https://www.google.es/webhp?sourceid=chrome-instant&ion=1&espv=2&ie=UTF-8#q=Aleksandr+Bogd%C3%A1nov
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