3 de
noviembre de 2014
Por Marat
"Nada
revive el pasado con tanta fuerza como un olor al que una vez se asoció."
(Vladimir Nabokov)
1.- La
yesca, la gasolina y el fuego:
Uno a veces tiene tentaciones de darse cabezazos contra la pared cuando observa de qué modo simplista se limitan muchas personas a no ver la realidad social, económica y política españolas más lejos de donde llega la punta de su nariz. Hagan el ejercicio de mirar a tal apéndice y comprobarán que aquello que Valle Inclán hacía decir a un Max Estrella borracho es muy cierto: “Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.”
La realidad
de la sociedad española ha sido pasada ya, no por el ojo crítico de la salvaje
explotación de la clase trabajadora y por la penosa situación de millones de
parados -eso importa poco en el ruido nacional desde hace años-, ni siquiera
por la más comedida crítica de la creciente desigualdad o por la mirada a los
recortes de la libertades de un gobierno liberticida y criminal que está
creando un Estado totalitario de derecho, ni tampoco por ese mismo gobierno que
mira al proceso soberanista de Cataluña desde la perspectiva del loco al que
poco le importa el choque de trenes mientras fracase la otra parte y le dé
votos a este lado del Ebro.
No. Lo único
que parece encender la rabia nacional es la corrupción, por supuesto sólo de
los políticos que han sido corrompidos y no de quienes les han comprado, sus
corruptores: el podrido empresariado de este país que, atendiendo a su
condición de clase, no ignora que la corrupción es el aceite que lubrica el
engranaje de este sistema económico contra el que no parece ir casi
nadie.
No es ésta
una posición de éxito. Parece que sólo es indecente el corrupto político pero
que quien compra a ese político debe salir casi siempre indemne. La corrupción
política está asociada a centenares de personas pero el corruptor económico
sólo tiene un nombre, “la doctrina Botín” y ya saben ustedes cómo acabó
aquello. La ideología dominante lleva a que el personal quiera triunfar a
cualquier precio dentro de la iniciativa privada.
La
corrupción es la luz de gas que tapa cualquier otra realidad nacional: la
pobreza de millones de españoles, el subsidio de paro agotado por tanto
trabajador cuarentón o cincuentón que ya ha quedado definitivamente descolgado
del futuro, los hijos de los hijos del agobio que no son universitarios
sobradamente preparados y no tendrán oportunidades de salir al extranjero
porque no adquirieron título académico, ni de otras lenguas que la propia, ni
tuvieron si quiera la posibilidad de conocer por primera vez en sus vidas qué
era esa cosa llamada trabajo.
La realidad
nacional tiene en la corrupción la yesca de la rabia colectiva. En la demagogia
que la convierte en casi el único problema que padece el país encuentra la
gasolina que hace de acelerante del incendio. En el ambiente tabernario de los
medios de manipulación (mass media y redes sociales) el fuego que prende en las
anteriores. Lo que queda menos a la vista es la mano de los poderes fácticos
que maneja el mechero incendiario: el poder económico en primer lugar y otros
que seguramente no son ya la Iglesia ni el ejército porque han perdido
influencia en la pirámide del propio poder pero que constituyen la mano
invisible que mece la cuna. Dejo a ustedes su identificación.
Es llamativo
que, siendo los principales partidos tan solícitos a la hora de cumplir los
menores deseos del capital, no se haya producido hasta el momento una demanda
de obligado cumplimiento de limpieza de la corrupción y ésta no se haya llevado
a cabo. Quizá en el pestilente olor que sale de la CEOE y la AEB haya que
buscar una parte de esta explicación y en el carácter de señuelo -léase cebo,
reclamo- de la corrupción, capaz de ocultar el resto de los problemas
colectivos la otra
2.-Una mirada sobre el pasado
reciente:
Desde tiempo
antes de lo que luego se llamó el 15M, el mainstream en el que fue diseñado este
movimiento se expresó sin tapujos en cuanto a sus objetivos (1): eran
constituyentes/sustituyentes del régimen de partidos imperante, un quítate tú
para ponerme yo; negadores de la representación, siempre que no fuese la suya,
partidarias del Estado mínimo y del empoderamiento ciudadano, una categoría
que, al margen del movimiento feminista en el que se origina, ha sido
históricamente promovida por las agencias injerencistas yankis, disfrazadas de
ONGs, en su lucha por colonizar grupos sociales para alejarles de posiciones
que tuvieran que ver con la lucha de clases. En ningún momento se cuestionaba
ni el sistema capitalista ni el de
relaciones laborales o sociales de producción. Todo lo contrario. Se trataba de
hacer de la política el tonto útil que permitiera que el sistema económico en
el que creía el Tea Party indignado español se fuera de rositas.
Lo suyo era,
como ahora con Podemos, un asunto de listas, elecciones, mayorías, cambios de
caras gobernantes y, sobre todo, de críticas al sistema de representación y a
los representantes del momento. Ya entonces, en 2010 (2), lo llamaban casta.
Pero era la derecha y la extrema derecha españolas las que empleaban dicho
lenguaje. Por mucho que hubiese antecedentes más remotos en la acepción del
término, no los busquen en Pérez Galdós para el que la expresión nunca llegó a
ser un mantra en su ideología republicana. Si desean antecedentes del término
menos contemporáneos que el de hace cuatro años, búsquenlos en la Europa de
entreguerras y en los movimientos ascendentes que llevaron a la II G.M. La
palabra sistema entre los padres ideológicos menos conocidos del 15M adquiría
el mismo significado que tuvo en su día para un sujeto como Mario Conde: sólo
se limitaba a ciertas connivencias entre sistema político y
empresarial-financiero. Pero el problema no era el sistema económico sino el
político que tenía demasiado poder y eso había que "arreglarlo". En
ningún caso se cuestionaba al capitalismo entendido globalmente. La cosa iba de
abrirles sitio a los aventureros del momento.
Y llegó el
15M asumiendo toda la parafernalia ideológica previamente creada, y añadiendo
una horizontalidad negada en la cafetería de enfrente de la asamblea de turno
por el comité de listos y la wikidemocracia 2.0, de donde luego nacerían el
partido el Partido de Internet, el Partido X y Podemos, entre otras
genialidades.
En el mundo
de la clase media y del aspirante desclasado a hacerse un hueco en tal espacio,
su guerra era virtualmente un “ágora” -expresión griega que no sólo alude a la
plaza como espacio de actividad política sino también al comercio y la
economía- en la que cualquier despropósito podía alcanzar niveles de categoría
teórica: inclusividad, enemigo el gobierno, no el capital y limitación de la
crítica económica a los bancos desde un discurso de cliente que abduciría a
preferentistas y desahuciados derivando sus críticas no al capitalismo y a sus
crisis sino a la simplista idea de estafa.
Este
concepto de estafa ha llevado a una visión de la crisis capitalista como conspiración
mundial de “los poderosos”, desdeñando la realidad de que es la contradicción
fundamental del capitalismo, el antagonismo entre producción colectiva de
bienes y apropiación privada de beneficios, la que está en el origen tanto de
las cíclicas como de las sistémicas crisis económicas. Los sectores de clases
medias afectados en mayor o menor medida por la crisis, rechazaron las
cuestiones ideológicas porque, según ellos, dividirían a un movimiento que se
ha demostrado incapaz de avanzar dentro de su bucle y de radicalizar su crítica
a lo coyuntural más allá de las circunstancias vividas.
Pero lo
cierto es que, para no dividir por cuestiones ideológicas al movimiento
indignado la consigna del “sin banderas y sin partidos”, el raca-raca de que
las ideologías están superadas y de que las clases sociales son algo difuso que
corresponde con un lenguaje del pasado, acabó dándose la mano con la tesis de
Fukuyama del fin de la historia y con pensamientos políticos de derechas,
anarcocapitalistas, de liberalismo disfrazado de no ideología y, en el mejor de
los casos, de soluciones keynesianas que ya fracasaron cuando se aplicaron a la
crisis del 29.
Clase para
los vendedores de “dispositivos” neutrales para la protesta colectiva era un
término prohibido porque se asumía que toda la protesta la debían representar
las clases medias -siguiendo la reaccionaria teoría de que en el punto medio
está la virtud- y, consiguientemente, lucha de clases, era una expresión,
además de antigua, hortera, viejuna y llena de resentimiento.
A esa
performance jugaron no sólo los evidentes (DRY, 15M, Juventud Sin Futuro y toda
la purria de Anonymous y Erasmus haciendo franquicias del 15M y DRY por Europa.
En Grecia les salió mal en la Plaza de Syntagama y la clase trabajadora Helena
les mandó en 2011 a freír espárragos) sino las supuestas organizaciones de
izquierda. Y éstas desde antes del primer día (estaban en el montaje previo a
DRY y tenían gente ya ubicada en el proyecto). Me refiero a Izquierda Unida,
Izquierda Anticapitalista, la fauna anarca, que cuando ve crítica a la
autoridad se imagina una comuna aragonesa, y la más amplia variedad de pequeños
grupos de izquierda más o menos radical. Ello sin olvidarnos de las sectas tipo
el Partido Humanista, los Zeitgeist, Testigos de Jehová o grupúsculos como el
MCRC.
El “mando a
distancia”, las “herramientas digitales para la revolución democrática” (3) no
estaba en las plazas sino fuera de ellas, en multimillonarios que dieron
cobertura de Internet a las acampadas de la Puerta del Sol (4), en globalistas
cuyas entidades injerencistas sufragaron formación de liderazgos en un
movimiento supuestamente carente de líderes (5) o la financiación de proyectos
digitales que la Open Society Foundation del magnate y especulador financiero
internacional ha procurado desde hace años a la EDRi (European Digital Rights),
organización a la que pertenece entre otras entidades Nodo50, un proveedor de
servicios de Internet orientado a los movimientos sociales.
Las
izquierdas fueron al 15M a pescar. Pensaban fortalecerse en militancia y
acabaron “pescando”...el virus de la ciudadanitis (los términos obreros y
trabajadores fueron desterrados y proscritos del lenguaje de las izquierdas),
el ébola de la democratitis y el cáncer de un “aggiornamento” tan moderno tan
moderno que, renunciando a su origen en 1917, acabó por regresar a 1789 con
toda la bazofia constituyente, olvidando la lucha de clases como motor de la
historia.
Pues bien,
todo aquel descontento, porque llamarlo más sería exceso, dado el esfuerzo de
unas viejas clases medias que se negaban a morir y de unas nuevas que se creían
sobradamente preparadas y tenían una enorme ambición emprendedora, acabó
dejando un poso de cabreo ambiental profundo -son las únicas clases de las que
los medios del capital hablan como grandes víctimas de la crisis- y se mezcló
con el creciente encabrone colectivo ante los pelotazos de unos políticos que
parecían ser los decisores de las desgracias colectivas de las llamadas clases
populares. Por supuesto, la repulsa al político corrupto no tuvo su correlato
en el repudio al empresario corruptor. Eso ha sido rechazado desde el principio
por una sociedad fuertemente derechizada para la que el capitalista sólo es
malvado si es banquero o si es uno de los hombres más ricos del mundo. En el
mejor de los casos la crítica al capitalismo se limita a la sed de codicia del
capitalista pero no al sistema de relaciones, de desigualdad profunda, a la
injusticia de base de la propiedad privada de los medios de producción o a la
estructura social que genera ese mismo capitalismo.
La paradoja
es que la crisis más profunda que ha vivido el capitalismo en su historia, con
un brutal incremento de la pobreza, cifras de paro como no se recordaban,
pérdida galopante de derechos y conquistas sociales de la clase trabajadora ha
significado el refuerzo del capitalismo como único horizonte sistémico, el giro
de la sociedad hacia posiciones cada vez más conservadoras y la aceptación de
facto del modelo liberal como exclusivo alternativa económica “realista”, salvo
que alguien se trague que la bazofia de la filosofía y la economía del bien
común o la economía colaborativa, malas versiones evolucionadas de las teorías
utilitaristas de Bentham y Stuart Mill, tienen algo de revolucionario. Al
vendedor de bancos de tiempo, monedas sociales y otras zarandajas que pretenda
esgrimir que en Ecuador se están guiando por la filosofía y economía del Bien
Común, conviene dejarle claro que desde hace años el Gobierno del Presidente
Correa no hace otra cosa que girar a la derecha y hacia el capital (6). Pero
como la economía ecuatoriana aún crece y hay políticas asistenciales, la
protesta tiene poco eco. Cuando se desinfle el globo económico quienes la han
acogido como modelo en España y hacen giras para fotografiarse con el actual
Presidente le repudiarán como ahora hacen con la revolución bolivariana
que llegó en sus cambios políticos y económicos mucho más lejos y a mayor profundidad.
3.-Algo falló para que no se haya
dado hasta hoy otro tipo de protesta
Los
pequeñoburgueses de clase media, con sus programas de democracia radical, son
dados a dar lecciones a quienes no se las hemos pedido de que sus estratos
sociales son los que buscan auténticos cambios y que la clase trabajadora se ha
aburguesado y acomodado, escondiendo falazmente el hecho que las clases no son
sujetos históricos espontáneos cuando carecen de sujetos políticos; esto es, de
organizaciones que represente realmente sus intereses.
Hoy, sin
embargo, esa pequeña y mediana burguesías no son motor de ninguna revolución
social, sino de un movimiento involutivo cuyo alcance se irá viendo en el
transcurso de los próximos años. Y no lo son porque no pueden serlo. No son la
clase ascendente que cambiará la historia sino la descendente que lucha por
sobrevivir en medio de la vorágine capitalista, sabiendo que la dirección de la
historia camina en sentido inverso a su supervivencia como estrato social
cortafuegos de una auténtica transformación social. Cuando las clases medias se
sienten amenazadas sus acciones caminan en la misma dirección que en los años
30 en Europa.
El drama
para la clase trabajadora es que las izquierdas con algún peso y el
sindicalismo que un día fue de clase se han hecho sistémicos; es decir, parte
del sistema. Su objetivo ya no es acabar con el capitalismo, ni siquiera
reformarlo. Los partidos autodenominados socialistas -Manuel Valls, primer
Ministro del PSF ya plantea abandonar la palabra "socialista" en el
nombre de su partido- son hoy derecha democrática desde que el laborismo de
Blair y el socialismo del ex colaboracionista de Vichy, Miterrand, optaron por
abrir una etapa que enterrase a la socialdemocracia en nombre del pragmatismo
social-liberal. Las izquierdas de matriz comunista, salvo honrosas excepciones,
son mera socialdemocracia cuyo único objetivo es gestionar keynesianamente la
crisis y salvar los restos del naufragio del Estado del Bienestar, olvidando
cínicamente que el tren de la socialdemocracia ya partió y de que no ya no hay
espacio para la socialdemocracia porque el capitalismo no quiere pacto social
alguno.
El fenómeno
que hoy conocemos como Podemos ya vino hace mucho tiempo abonado por esas
“izquierdas” claudicantes que negaron a la clase trabajadora en nombre del
ciudadano como sujeto histórico, a la lucha de clases en nombre de la elección
de la clase media como base social y que abandonaron el horizonte socialista en
nombre de la gestión eficaz de un capitalismo de rostro humano y de manejar los
sistemas impositivos como medio de hacer políticas moderadamente
redistributivas en un mundo globalizado en el que el Estado ha perdido los
resortes de la economía.
Las palabras
de moda dentro de esas pseudoizquierdas son “reinventarse”, “modernizar el
discurso”, “refundarse”; en definitiva, mil eufemismos para tratar de ocultar
lo que a todas luces es inocultable, que hace ya mucho tiempo que dejaron de
ser lo que aún, cuando el ritual electoral lo exige, dicen que son.
4.-Y en esto llegó Podemos pero quiénes lo trajeron.
A Podemos lo
ha traído la renuncia de las izquierdas a cumplir el papel histórico para el
que nacieron, a ser en esta hora del capitalismo agentes de auténtica
transformación social, que si no pasa por crear conciencia de que el
capitalismo ha de ser derribado antes de que su barbarie acabe con la
humanidad, no puede pasar por ningún otro sitio porque la vía electoral y ganar
los gobiernos a través del voto es ya una trampa electoral para cazar
elefantes, porque los gobiernos nunca han sido tan Consejos de Administración
de los intereses de la clase burguesa como hoy, a pesar de que Marx hablase de
ello en 1848 (7) .
A Podemos lo
ha traído todo el discurso antipolítico, antipartidos (se vendió inicialmente
como un no partido, como un movimiento y una iniciativa ciudadana), negador del
antagonismo de intereses entre la clase trabajadora y los capitalistas,
negador de la lucha de clases, negador de las ideas de izquierda (“no somos de
izquierdas ni de derechas. Somos los de abajo y vamos a por los de arriba”),
negador de la representación (hasta que la clase media encontró quién los
representase), negador de “la casta” pero no del capitalismo, rechazador de
llamar a su anticapitalismo de slogan por su nombre (socialismo), en base a que
“las etiquetas dividen y espantan a la gente” y a que es un lenguaje “desfasado”.
A Podemos lo
han traído, como al 15M, los poderes fácticos del capitalismo que saben que, si
la crisis no trae una salida que calme las causas del descontento y la rabia
sociales, de poco valdrán las medidas necesarias, pero cosméticas por
insuficientes, para regenerar el sistema político por la vía de la
transparencia y una lucha contra la corrupción que hoy abandera nominalmente
Podemos porque la pobreza, el paro, la desigualdad, la desprotección social
seguirán ahí y seguramente creciendo. Y entonces ya no valdrá que la clase
media participe en los distintos formatos de disidencia controlada que hasta
ahora han venido sucediéndose.
El capitalismo ha ungido ya a Podemos como su hijo bien amado del momento, como paso necesario y en previsión de ese día en que un hipotético gobierno de Podemos pueda causar desilusión, que es lo que viene cuando se acaba la “ilusión”, y frustración. Será en ese momento en el que el escenario político esté maduro para otros actores políticos, cuando el discurso social ya no vaya contra una u otra representación concretas, contra partidos determinados sino contra todo el sistema democrático formal y lo que se demande a voz en grito sea un caudillo que acabe con todos los políticos y decida por todos. En los tics autoritarios y mesiánicos del macho alfa ya se adivina un futuro más allá de la configuración actual de Podemos.
Estamos asistiendo a la farsa de una nueva transición gattopardiana en el que se aparenta volar todo el edificio de la construcción cuando, en realidad, sólo asistimos a un remozamiento de la fachada con nuevas moduras, bajorrelieves y saneamiento del pórtico del Congreso de la Nación.
5.-Pero ¿porqué digo que a Podemos lo
ha traído el capital?
En realidad,
lo que estoy diciendo es que el capital ya ha votado, que los capitalistas han
optado y han elegido a Podemos como su mejor opción del momento, dentro de que
todo se mueve en esta crisis muy deprisa, de que el capitalismo nunca ha
dispuesto de soluciones definitivas sino que ha ido aplicando parches sobre la
marcha.
¿Creen
ustedes que si el señor Pablo Iglesias fuera un peligroso bolivariano, aún más,
un marxista- leninista clásico, un peligroso antisistema, como afirma la
Brunete mediática, la televisión Intereconomía hubiera contado con él durante
todo un año desde 2013, siendo ésta la primera que le dio el bautismo de la
TDT?
¿Creen
ustedes acaso que los señores Iglesias, Monedero, Errejón y en menor medida
Alegre o la señora Bescansa saltan continuamente y sin parar de plató en plató
de televisión, como simios de liana en liana, porque Podemos da audiencia a las
televisiones, como respondió el señor Iglesias al señor Évole en su programa de
“Salvados”? No estoy negando que pueda darla pero, en primer lugar, cuando La
Sexta y el periódico Público lanzaron al estrellato a Pablo Iglesias éste no
era precisamente alguien muy conocido que pudiera darle a las televisiones
demasiada audiencia. Y en segundo y principal lugar ¿Es que acaso son ustedes
tan ingenuos que creen que los medios de comunicación no son empresas
capitalistas participadas en sus accionariados por bancos y otras corporaciones
no mediáticas? ¿De verdad creen que si el capital estuviera preocupado lo más
mínimo por Podemos le iba a dar una cancha tan impresionante que casi supera a
la suma del tiempo concedido a todos los demás partidos, sin tener más que 5
eurodiputados y ni uno sólo aún en el Congreso de los Diputados? ¿De verdad
creen ustedes que los capitalistas se iban a hacer el harakiri con tal de ganar
audiencia? ¡Hombre, por favor!, dejen en paz las pastilla de la abuela.
Analicemos
cómo ha cambiado Podemos desde las elecciones europeas hasta hoy: a) Empezó
asegurando que los Círculos eran la base del poder ciudadano y que harían compatible
la eficacia de la organización de su movimiento con la horizontalidad y la
democracia asamblearias y acabó registrándose como partido político en el
Ministerio de Interior con la cara de Pablo Iglesias en las papeletas de
votaciones y creando un partido vertical, con secretario general-portavoz (PIT,
que no Brad) y dejando a los Círculos la mínima autonomía posible, bueno sí, la
de aplicar lo que decida el Consejo de Coordinación de Podemos.
b) Empezó
proclamando un difuso republicanismo (lo importante era que la ciudadanía
decidiese antes que la forma de gobierno en sí), pero en Madrid no les vimos en
las manifestaciones surgidas tras la abdicación de Juan Carlos I, para pasar a
declarar más tarde que no tendrían inconveniente en aceptar la actual bandera
roja y gualda (será por aquello de que la I República, no así la II, la
mantuvo) o las declaraciones del señor Iglesias de que “la reina Letizia tiene
interés en conocerme” ¿Será porque su ex marido simpatiza con Podemos o porque
su tía Henar Ortíz, encausada por alzamiento de bienes, es del Círculo Podemos
de Cangas de Onix? Como esta progresión continúe veo al “republicano” ciudadano
Iglesias emparentando con la Familia Real. Quedaría bien de paje en las
fotos.
c) Empezó
por ofrecer el “derecho a una Renta Básica para todos los ciudadanos por el
mero hecho de serlo” (8), en su programa para las elecciones europeas y ha
acabado por distinguir entre derecho y perceptores en palabras de la señora
Bescansa -la de que los empresarios de este país son gente honrada y que el
aborto no es un tema que construya potencia política- y con anterioridad de
PIT, que no Brad. El carácter de la Renta Básica Universal (así se denomina en
el logotipo de Podemos en Facebook. Lo acabarán cambiando) no da lugar a equívocos:
la renta básica para todos o universal lo es porque se trata de un derecho que
opera positivamente, esto es, que se percibe por todo el mundo. Cuando no es
universal es una renta de inserción que ya presentó el PSOE hace dos años en el
Congreso y que actualmente defiende Pedro Sánchez. ¡Vaya, Podemos convertido en
un PSOE bis como el de “OTAN de entrada no”! Por cierto, la negativa de Podemos
Rota a participar en la marcha contra la presencia de la Base Naval de la OTAN
en esta localidad es bastante aclaratoria de lo que cabe esperar de esta
“gente” (9) Les sugiero que lean detenidamente las razones de Podemos en dicha
localidad para no secundar la marcha.
Volviendo a
la cuestión de la Renta Básica para Todos y al cambio de posición de Podemos
respecto a la misma: ¿tendrá algo que ver que uno de los nuevos fichajes
estrella de Podemos para el área económica sea el keynesiano inconfeso Juan
Torres, el cuál hace un año escribió en la sección de Andalucía de El País una
crítica feroz contra la propuesta de Renta Básica para Andalucía que había
realizado Izquierda Unida? (10)
d) Podemos
empezó diciendo que si el Gobierno suspendía el referéndum soberanista en
Cataluña que ahora la Generalitat ha transformado en consulta no vinculante y
no convocada por medios escritos, llamaría a la desobediencia civil pero el
pasado 23 de Octubre el señor ïñigo Errejón afirmaba que “La decisión del caso
catalán no es sólo catalana sino de todos los españoles” (11) ¿Les suena esto?
Es la cantinela que Rajoy y el PP llevan repitiendo todos los días desde antes
de la convocatoria del citado referéndum. ¿Qué Podemos Cataluña ha dicho otra
cosa recientemente? Puede decir misa en latín, que el que manda en Podemos es
PIT macho alfa. ¿O es que le van a desafiar? De momento, no han convocado
ninguna desobediencia civil en las calles, salvo que entiendan, como el señor
Junqueras, que desobediencia civil es acudir el 9-N a votar. Terrible el
carácter insumiso e insurgente de Podemos. ¡Uyyyy, qué miedo!... me dan estos
“patriotas” españolazos.
e) Podemos
empezó proclamando sus posiciones respecto a la auditoria ciudadana de la deuda
en su Manifiesto “Mover ficha: convertir la indignación en cambio político” en
el que afirmaba “Hay que derogar el artículo 135 de la Constitución española y
[ejercer] una moratoria para llevar a cabo una auditoría ciudadana de la deuda
que determine qué partes de la misma no son legítimas; las deudas ilegítimas no
se pagan.” (12) a hablar de una “auditoría pública”, que no es lo mismo que
“auditoría ciudadana” porque el sujeto auditor cambia, y a sustituir la
expresión “las deudas ilegítimas no se pagan” por "reestructuración de la
deuda", término muy del gusto de los económetras que hablan para no decir
nada, y que significa que puedes organizar y remodelar la deuda todo lo que
quieras pero que pagarla la pagas íntegra. Está claro que el efecto Tsipras o
González del 82, tanto monta, monta tanto -giro a la derecha conforme me acerco
a las expectativas de gobierno- cala hondo en Podemos. Se dan un baño de
“realismo político”, que no es otra cosa que un posibilismo reformista
vergonzante. Negociarán y firmarán lo que el capital les ponga por delante, con
o sin artículo 135 de la Constitución, que me apuesto la barba que no reforman
ni siquiera en ese punto.
Estos cambios
sólo en unos pocos meses, no ya sin llegar al poder sino sin haber sacado un
sólo ticket aún para la Carrera de San Jerónimo. Imagínense si llegaran al
Gobierno Cambiaban hasta el roscón de Reyes que tienen por logo. Bueno, ese no,
que no les veo muy republicanos ¿Les sorprende a ustedes que les diga que
Podemos es la apuesta actual del capital? ¿Sí, les sorprende?
Bien, continuemos.
¿Recuerdan ustedes que en algún momento durante el pasado 2013 se airearan las
encuestas de Metroscopia (El País) que apuntaban a un notable incremento del
voto de IU con la insistencia y nivel de difusión con la que se han ido
dando a conocer aquellas que daban a conocer avances de Podemos tras las
europeas?
Bastó que se
“filtrase” en su día que Podemos aparecía ya en las encuestas de Metroscopia en
la respuestas abiertas, dentro de la sección “otro partido" para que El
País pasase de ignorar a Podemos a tratarle como una fuerza política a tener en
cuenta. A pesar de los artículos críticos de Antonio Elorza sobre Podemos y de
que El País informase de un conato de rebelión en Junio pasado en los Círculos
madrileños de este partido, pronto derramaría su bendición sobre él el grupo
Prisa en forma encíclica-editorial. En efecto, la editorial del rotativo
madrileño del 19 de Septiembre no dejaba lugar a dudas, desde el mismo título
“Bienvenidos al sistema” (13). Y su subtítulo era aún más clarificador:
“Podemos merece la oportunidad de defender su proyecto, siempre que respete la
democracia”. Lejos de una sutil maldad en ambos lo que El País estaba haciendo
es amparar a su polluelo. Éste es el diario más leído entre quienes expresan
intención de voto a Podemos y el medio conoce muy bien la ideología de sus
lectores. No está vendiendo periódicos sino detectando lo que cabe esperar de
la nueva formación política.
Por si
quedaran dudas respecto a la postura hacia Podemos del principal diario
defensor del régimen económico capitalista español, las palabras del decano del
“periodismo respetable”, señor Gabilondo, acabarían aclarándolas en su homilía
en forma de videoblog del 16 de Octubre en el que critica el ninguneo y el
“pitorreo” hacia la organización del señor Iglesias bajo el título de “Podemos,
un respeto” (14) Podemos había alcanzado ya la grave responsabilidad que
expresaba en sus palabras Pablo Iglesias cuando afirmaba hace tan sólo unos
días: "He pasado de ser un provocador a la responsabilidad de
Estado". El burgués gentilhombre se ha hecho mayor -perderá su cabellera,
como Sansón, y acabará de eunuco político-, convirtiéndose el pirómano (nunca lo
fue.Trepa mucho) de incendiario en bombero...torero.
¿Entienden
ustedes ahora porqué el señor PIT, que no Brad, hizo su puesta de largo en el
Hotel Ritz (buque insignia de la plutocracia) para hablar en el Fórum Nueva
Economía. Iba a presentar sus credenciales de nuevo parvenu en el club de
quienes comen de la mano de los empresarios.
Hoy lunes 3
de Noviembre Cayo Lara, Coordinador de IU ha hecho lo propio. Esto para quienes
afirman que soy de la casta por criticar a Podemos y que soy de IU. He
defendido en su día a IU y a su Coordinador. A la primera por quedar en ella
los últimos restos del hilo rojo que no debe perderse en las luchas sociales y
al segundo por su honestidad personal y su empeño en mantener dicho hilo rojo y
no renunciar a la memoria de lo que un día fue una organización en la que ser
marxista merecía un respeto. Según voy viendo la deriva de IU con Ganemos, una
especie de Podemos en chiquito que en muchos lugares practicará el “confluying”
con estos últimos, mi alejamiento de IU se hace cada vez mayor. Me niego a
avalar con mi voto cualquier tipo de pacto secreto entre la compañera de Pablo
Iglesias Tania Sánchez para la Comunidad Autónoma de Madrid y Monedero para
alcalde, con un sujeto tan impresentable como Ángel Pérez para senador (15). En
mi dignidad y en mi voto mando yo.
¿Recuerdan
ustedes cuando el CIS dejó de preguntar por la Monarquía porque su imagen se
había deteriorado enormemente con los escándalos de faldas, cuernos, saltos del
tigre, cazas de elefantes y corrupciones? Pues hubo varias entregas de sus
encuestas en las que no se preguntó por la misma. ¿Creen ustedes que si
realmente Podemos fuera un peligro para el sistema no hubieran sido cocinadas
estas encuestas de un modo menos favorable a dicho partido? Por el contrario,
primero se filtró el dato le situaba en primera posición en intención de voto,
luego se ratificó por Metroscopia, después se paseó por todas las televisiones
y resto de medios para ir acostumbrando al votante a aceptar y reforzar los
datos; refuerzo que en política se parece mucho al que realiza el aficionado no
catalán (éste es mucho más fiel a su club) al fútbol que cambia sus
preferencias entre el Barça, el Real Madrid e incluso el Atlético de Madrid
según va la liga.
Hace unos
días conocí en un pueblo de la sierra de Madrid a un joven hostelero afiliado
al PP desde hace muchos años que me dijo que iba a votar a Podemos porque iba a
ganar. Luego ya aclaró que porque estaba harto de corrupción de los políticos.
Este joven es como Leonor Watling que afirma: “comparto ideas con el PP y con
Podemos” (16). No me sorprende. Es lo que tienen los partidos ni de derechas ni
de izquierdas, que en su empoderamiento todoterreno atontan al personal. No
tengo mejor imagen de muchos votantes, especialmente de aquellos que, cuando
les argumentas lo que es, en realidad, Podemos, te preguntan que a quien votar
entonces. Les da igual que les digas que hoy el espacio electoral es una
estación sin raíles porque ganar unas elecciones no sirve de nada si no se
derriba el poder económico del sistema, que eso no se hace con decretos ley ni
con acuerdos parlamentarios sino por las bravas y que, si aún así, quieren
votar, miren a su izquierda. Ellos, como el capital, ya han optado, o les ha
hecho creer este último que están optando y han decidido que no soportan el
horror al vacío. Tienen mono electoral y entre quienes les roban o quienes les
engañan han decidido votar por quienes les engañan, como si la opción sólo
estuviera entre quedarse mancos o cojos.
En cuanto a
la corrupción he llegado a la conclusión de que es sistémica y de que se
acomoda al gobierno de turno porque es el modo de funcionamiento actual del
capitalismo: el de la Mafia. ¿O creen ustedes que las propuestas de
Transparencia Internacional de regular los lobbys son algo distinto que
legalizar la corrupción de modo que ya no exista como delito porque tiene un
amparo legal? Las limpiezas tienen que ser periódicas, con sacudidas, gran
dotación de medios para los jueces y los inspectores de hacienda y actuando en
dos frentes: el político y el económico. El resto, entretenimiento para tontos.
Como entre
los programas de “Sálvame” y las entrevistas de “Salvados” el sentido crítico
ha sido anulado o redirigido, casi nadie en España parece conocer o acordarse
de algo que hace unos días me señalaba Pedro García Bilbao: la similitud entre
la utilización que la corrupción tiene hoy en España y la que tuvo hace apenas
20 años en Italia con el asunto Tangentópoli y los jueces de Manos Limpias
(Mani Pulite). Por cierto, un “sindicato” de extrema derecha español se hace
llamar así y se presenta en todos los casos de corrupción de alta resonancia
mediática. Quizá haya que buscar en ese grupo y otros parecidos el tapado que
venga tras Podemos. Pero mientras tanto, ¿saben ustedes quién llegó tras
Tangentopoli en Italia? El amigo Berlusconi.
y también: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2011/06/en-democracia-real-ya-siguen-sin.html
Diagonal es un medio muy cercano al 15M y a
Podemos y el autor de este artículo, Decio Machado, fue asesor personal del
Presidente Correa. Nada sospechosa, pues, la fuente de bolchevismo e irredento
y “anticuado” comunismo.
(7) “El Manifiesto Comunista”. K. Marx y F. Engels
(15) http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/09/converger-no-es-follarse-la-democracia.html
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