03 de
Febrero de 2020
Una crítica
marxista de la "Red de Mujeres Socialistas Itaia"
Por ITAIA (*) PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El mundo
conoció, el 8 de marzo de 2018, la propuesta política de tres
mujeres, procedentes de la academia, que tan populares se han hecho en los
últimos tiempos: manifiesto de un feminismo para el 99%. Nancy Fraser, Cinzia Arruzza y Tithi Bhattacharya, inspiradas por el movimiento Occupy Wall Street desarrollado en 2011, pretenden
reforzar un feminismo “anti-capitalista” que cuestione
el feminismo liberal. Así, quieren “hacer visibles y
practicables algunas posibilidades emancipadoras latentes que los
posicionamientos actuales ocultan” (Arruzza, Bhattacharya &
Fraser, 2019, p.84)
Según las
autoras, actualmente, el colapso de la credibilidad de las élites políticas ha
creado las condiciones para pensar en un feminismo anticapitalista. Subrayan
que la derrota de Hillary Clinton en 2016, trajo consigo
la decadencia del feminismo liberal, aclarando que la brecha
entre las mujeres que alcanzaron altos cargos y el beneficio de la mayoría de
la población personificada por Clinton, fué la razón de ello. Explican que ese
fracaso abrió la posibilidad de trabajar el asunto desde la izquierda (Arruzza
et al., 2019).
Paro
Internacional de Mujeres 2018
Sorprende, sin embargo, que, desde la derrota de Hillary Clinton, su
partido haya promovido dos Marchas Mundiales de Mujeres, una Huelga de
Mujeres y la campaña MeToo, fenómenos que las autoras del manifiesto
tienen continuamente como ejemplos del "feminismo
anticapitalista". Para entenderlo, es de destacar que desde los
años 80, cuando las teorías desarrolladas en la academia abandonaron el concepto de clase, el Partido
Demócrata ha orientado sus propuestas electorales hacia otras
identidades, financiando y asumiendo diferentes colectivos a través de
una red fundacional (Barahona, 2018). Como consecuencia de ello,
podríamos entender que en 2016 Hillary Clinton, tras perder
ante Trump, organizara una movilización masiva contra este último:
la Marcha de Mujeres de Washington. Según Barahona (2018), esta
comparecencia contó desde el principio con el apoyo de diversos medios, entre
ellos la plataforma Move On [1], vinculada a la Open Society Foundation [2],
que se ha volcado en la formación y promoción del electorado demócrata. A la
vista del éxito que tuvo, las promotoras de la movilización no esperaron mucho
y en poco tiempo habían esbozado la huelga internacional de mujeres para el 8
de marzo.
En enero de 2018, la segunda Marcha Mundial de Mujeres fue
presentada sin tapujos bajo el lema Power to the Polls (el
poder a las urnas). Sus efectos fueron claros en noviembre del mismo año,
cuando nos iluminó una diversidad nunca vista en las elecciones al Senado de
los Estados Unidos (260 mujeres electoras). El fenómeno fue
calificado por algunos como “la ola progresista de mujeres” y
tampoco se quedó atrás Fraser, explicando que el cambio que
pretendían hacer estas mujeres del Partido Demócrata en el
funcionamiento del país es estructural y definiéndolas como mujeres “antisistema”. Resulta,
por tanto, bastante contradictorio que el fracaso del feminismo liberal de Clinton,
que creó las condiciones para el desarrollo del feminismo “anti-capitalista”,
sea, a su vez, el ejemplo principal del feminismo “anti-capitalista”.
Volviendo al tema, podríamos decir que la situación política concreta de
Estados Unidos y la nueva ofensiva contra la clase trabajadora provocada por la
crisis a nivel mundial, ha creado la oportunidad de poner sobre la mesa
propuestas políticas como el “feminismo del 99%”. Según las
autoras (2019):
“El feminismo para el 99% tiene como objetivo unir movimientos existentes y
futuros en una insurrección de amplia base” (p.78). Para ello, “debemos
aliarnos, sobre todo, con las corrientes anticapitalistas de izquierda de todos
los movimientos que también defienden el 99%” (p.75)
Estas académicas sostienen que el nuevo concepto de “huelga” que
se ha desarrollado en los últimos años ha influido en las nuevas formas de
hacer política, sobre todo ampliando la propia comprensión del “trabajo” y
redefiniendo lo que es la “clase trabajadora”. Estamos de
acuerdo en que los movimientos de izquierda que han desarrollado una lectura
economicista de la clase trabajadora han caído en un grave error. En
comparación, nosotras también situamos la definición estructural del trabajador
en el lugar que éste ocupa en el proceso global del capital, es decir, todo
aquel que necesite de un salario para sobrevivir es miembro de la clase
trabajadora. Esto pone de manifiesto la contradicción entre el capital y el
trabajo, el interés antagónico entre ambas clases.
Sin embargo, para llegar a apostar por el 99% haciendo ese análisis de clase, las autoras (2019) observan las contradicciones producidas por el desarrollo de las condiciones objetivas, siendo la influencia de esas contradicciones lo que define el sujeto de esta propuesta política:
“hoy todas las contradicciones del capitalismo han llegado al punto
máximo de ebullición. Prácticamente nadie –con la excepción del 1%- se libra de
los impactos de las perturbaciones políticas, la precariedad económica y el
agotamiento socio-reproductivo" (p.88).
Llegados a este punto, es evidente que esta propuesta estratégica, que no
ofrece una explicación más precisa, responde ya a diversos errores. Por un
lado, la ampliación de la propia clase más allá del trabajador asalariado no
nos puede llevar a construir identidades de clase indeterminadas, en este caso
el 99%. Situar el problema en el 1% nos lleva a hacer una lectura
totalmente irreal de la realidad. Aquí cabe mencionar que, si bien
la forma de producción capitalista se basa en una composición
concreta de clase -que Marx identificó como relación de
capital: la composición de clase que se define a través de la oposición de las categorías
capitalista y asalariado- (Yenikoy, 2019), desde la segunda mitad del siglo
XX, los Estados de Bienestar conocidos en los países occidentales crearon la
posibilidad de que el fenómeno de la aristocracia obrera se
materializara. Aunque esta última forma parte de la estructura histórica
de la clase trabajadora, en comparación con el proletariado, es el estrato con
mayor capacidad de acumulación de dinero: el sector social que pudo ahorrar
dinero de los salarios debido a las inversiones públicas que tuvieron estos
modelos de Estado (Estados de Bienestar). Por tanto, aunque,
como ya se ha señalado, una definición objetiva atiende a la posición social de
los sujetos dentro de los procesos productivos, actualmente, esto va más allá
del análisis entre dos clases antagónicas.
Por otro lado, para desarrollar un análisis político, necesitamos conocer la definición política de clase, ya que la posición técnica no consolida la posición política de facto. Por tanto, la determinación subjetiva respondería a la actuación de las clases sociales como sujetos políticos. En este caso, la cuestión de la aristocracia obrera adquiere una importancia central, pues las condiciones de vida adquiridas por este sector social, los deseos que ha suscitado en él, han abierto las puertas al fenómeno de la “clase media”. Es decir, cuando la aristocracia obrera ha tenido la oportunidad de comparar sus intereses con los de la pequeña burguesía, han surgido las posibilidades de un bloque político común, lo que ha llevado a la aristocracia obrera a tomar posiciones políticas reaccionarias frente a los intentos revolucionarios.
Por
ello, podríamos decir que el hecho de sufrir las consecuencias de las
contradicciones internas del capital no convierte directamente a este sujeto en
revolucionario. Hemos mencionado en numerosas ocasiones, por ejemplo,
que aunque en la actualidad la opresión de las mujeres trabajadoras responde a
una base material, sus consecuencias culturales y jurídicas afectan a todas las
mujeres. Esto, en cambio, no convierte a las mujeres
de las clases dominantes en aliadas, ya que asumen las consecuencias
de la opresión que necesitan para mantener su posición social. Por lo tanto, definir
al 99% como sujeto de una estrategia política que pretende desarrollar una
visión de clase se vuelve absurdo.
Definido
así el sujeto, las creadoras del manifiesto hacen público el siguiente análisis
(2019):
“Nos
enfrenta directamente a las dos opciones principales que el capital ofrece
ahora. Rechazamos no solo el populismo reaccionario, sino también el neoliberalismo
progresista “(p.75). “Nuestra propuesta es ganarnos las fracciones de
la clase trabajadora de ambos bloques políticos procapitalistas. De
esta manera, buscamos construir una fuerza anticapitalista suficientemente
grande y poderosa que pueda transformar la sociedad “(p.76).
En cambio, en la realidad, la crisis de las formas políticas neoliberales no
sólo la contrapone el populismo reaccionario. Por el contrario, existen otras
opciones políticas que sustentan la democracia capitalista, entre las que destaca la
socialdemocracia o el populismo de izquierdas. Estas propuestas políticas suelen ser un reflejo
del fenómeno de la clase media, la opción de la aristocracia obrera de volver
al Estado del Bienestar para mantener su statu quo. Parece
inverosímil que las autoras no hayan pronunciado ni una sola palabra al
respecto, teniendo en cuenta que Bernie Sanders [3]
(representante del “socialismo democrático [4]“)
sería el ejemplo estadounidense más claro de esto y que Fraser ha manifestado
públicamente su apuesta por este candidato. ¿No serán ellas, pues, la expresión
de esta opción política? Es precisamente la apología de la clase media (aunque
de forma disimulada) la que oculta las
contradicciones cotidianas de la lucha proletaria de clase y crea
identidades de clase indeterminadas como Pueblo
contra oligarquía o 99% vs. 1%
(Aldalur, 2019).
La lección que ya hemos aprendido es que la propuesta política que pretende
desarrollar una estrategia de clase no puede simplemente hacer un llamamiento a
la diversidad de las luchas que nacen de abajo [5](Arruzza et al.,
2019), pues esta ocurrencia que responde a las ideas de la teoría
interseccional, no garantiza que los principios y propuestas
tácticas-estratégicas de esas luchas respondan a los intereses del
proletariado. Por tanto, la opción política que pretende organizar la fuerza
social en base a los intereses de la clase trabajadora debe prestar especial
atención al “modelo organizativo que desarrolla el enemigo de clase
para ejercer su poder en cada época y momento histórico” (Yenikoy, 2019, p.14). Es decir, además de
identificar al objeto de la revolución que es el enemigo de clase, debe saber
quiénes son aquellos que interiorizan y defienden sus intereses (aunque sea de
forma inconsciente), que suelen ser el primer obstáculo o impedimento de los
proyectos revolucionarios.
“A este
respecto, podríamos decir que desde hace seis décadas, ha sido la aristocracia
obrera quien ha creado hegemónico en los diferentes estratos de los
trabajadores y en general en la clase trabajadora de los estados de bienestar
de “occidente”, el programa político de la burguesía (Yenikoy, 2019, p.15).
Sin
embargo, en el actual contexto de crisis, la forma económica de la sociedad, el
mundo del trabajo, está revolucionando, transformando de igual manera la
composición de clase. Esto, además de demandar un nuevo ciclo de acumulación
con nuevas características, nos sitúa ante un nuevo ciclo político que exige un
análisis detallado de la situación. Las condiciones objetivas van
madurando paulatinamente, extendiendo las contradicciones internas del sistema,
tal y como han señalado las autoras. Un ejemplo de ello es el aumento de la
violencia machista en los sectores más proletarizados, mientras que los avances
en la igualdad legal entre mujeres y hombres son reseñables. Sin embargo, no
podemos pensar que el desarrollo de las condiciones económicas vaya a hacer
evolucionar mecánicamente y de forma paralela las condiciones subjetivas. Sin
embargo, podemos observar que a veces el objeto implica al sujeto que se
expresa en coherencia con su tarea histórica (Samaniego, 2019). Pero, es premisa
necesaria para liberar lo que este sujeto contiene en potencia, por su
situación de explotación, acertar en una división social del trabajo adecuada,
esto es, organización eficaz. En esto cobra especial importancia la cuestión de
la independencia organizativa: si tenemos las relaciones de poder burguesas
como punto de mira, debemos combatir todas las facciones de la burguesía, tanto
las estructurales como las políticas.
Por ello, el feminismo que tiene como objetivo la superación del
capitalismo, debe identificar objetivos concretos e inventar pautas
concretas para alcanzarlos. Es decir, el reto consiste en
desarrollar un programa político acorde a los intereses concretos de las
mujeres trabajadoras y en configurar una unidad de clase para
la lucha contra todas las opresiones. Para ello, el reto prioritario es
conformar formas organizativas dirigidas a convertir a la mujer trabajadora en
un activo militante.
BIBLIOGRAFIA:
– Aldalur, B. (05/06/2019). Desmobilizazioa eta identitate politikak. Recuperado de: https://gedar.eus/koiuntura/benataldalur/desmobilizazioa-eta-identitate-politikak
– Aldalur, B. (11/09/2019). El G7 en Biarritz, breve contribución a un análisis de clase. Recuperado de: https://gedar.eus/koiunturapdf/20190911_KP_AZERI-G7_Biarritz_breve_contribuci%C3%B3n_a_un_an%C3%A1lisis_de_clase.pdf
– Aldalur, B. (05/11/2019). Proceso Socialista e Identidades de clase: ¿son lo mismo? Recuperado de: https://gedar.eus/koiunturapdf/20191106_KP_Be%C3%B1atAldalur-Proceso_socialista_e_identidades_de_clase.%C2%BFson_lo_mismo%3F.pdf
– Arruzza, C., Bhattacharya T. & Fraser N. (2019). Manifiesto de un feminismo para el 99%. Barcelona: Herder.
– Andrade, A. & De Sus, E. (03/04/2019). “Necesitamos una definición totalmente diferente del concepto de clase trabajadora” Nancy Fraser. Reuperado de: https://ctxt.es/es/20190403/Politica/25374/nancy-fraser-feminsimo-trump-adriana-m-andrade-elena-de-sus.htm
Bernie Sanders y Podemos en google
– Barahona, T. (30/01/2018). La marcha internacional de las mujeres o la artera instrumentalización del feminismo. Recuperado de: https://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/la-marcha-internacional-de-las
– D’atri, A.
& Murillo, C. (28/07/2019). Feminismo para el 99%: estrategias en debate.
Recuperado de: http://www.izquierdadiario.es/Feminismo-para-el-99-estrategias-en-debate
Feminismo
para el 99 %: estrategias en debate
(28/07/2019).
Nancy Fraser
| Qué es el feminismo del 99 %
– Samaniego, M. (26/06/2019). Comunismo en latencia y nuevo ciclo político o ciclo de acumulación. Recuperado de: https://gedar.eus/koiunturapdf/20190626_KP_Belatz-COMUNISMO_EN_LATENCIA_Y_NUEVO_CICLO_POLITICO_O_CICLO_DE_ACUMULACION.pdf
– Yenikoy (2019). Kapitalaren despotismoa eta proletariotza. Recuperado de: https://gedar.eus/pdf/lz/20191119_Kapitalaren_despotismoa_eta_proletariotza.pdf
Yenikoy
(2019). Kapitalaren despotismoa eta proletariotza/ Depotismo y Proleparamente
de capital.
[1] Plataforma
dedicada a la organización y gestión de movilizaciones. En su página se puede
apreciar la relación que tiene con el Partido Demócrata, solo hay que ver su
electorado para el 2020. Explican: “In the 2020 election
cycle, MoveOn is committed to making sure that a progressive,
inspiring, and competitive Democratic nominee who is accountable to the broader
movement emerges from the presidential primaries to defeat Donald Trump.” Ver: https://front.moveon.org/about/?utm_source=front&utm_content=nav
MoveOn/ Siga
adelante
[2] Red
internacional creada por el magnate George Soros. Tiene como función financiar
grupos de la sociedad civil. Ver: https://www.opensocietyfoundations.org/
[3] En
2015-2016 se presentó con el Partido Demócrata. Aun y todo, tiene la marca de
antigüedad como independiente en la historia del Congreso de Estados Unidos.
[4] Para
profundizar en ello: http://canarias-semanal.org/art/25065/feminismo-del-99-la-ultima-estrategia-para-despistar-a-las-trabajadoras
edo http://canarias-semanal.org/art/25705/en-los-estados-unidos-el-socialismo-te-lo-trae-el-departamento-de-estado
[5]
Textualmente en el manifiesto: “hemos propuesto un universalismo que adquiere
su forma y contenido desde la multiplicidad de luchas que nacen desde abajo.”
p.106
99%
POLÍTICA POLÍTICA DE CLASE
Feminismo
emancipador o revolucionario. Las mujeres revolucionarias de la clase
trabajadora contra el feminismo burgués. El origen del 8 de marzo, día
internacional de la mujer trabajadora.
15 de
junio de 2018
Rosa
Luxemburgo: Sufragio femenino y lucha de clases (1912), La mujer proletaria
(1914). Cuestión de táctica [Sobre Bélgica] 4 de abril 1902.
3 de
abril de 2019
Bibliografía imprescindible sobre la concepción marxista del poder (En
Francia - Rusia- Alemania-España)
MANIFIESTO
Un feminismo
para el 99%: por eso las mujeres haremos huelga este año
31/01/2018
Angela Davis / Nancy Fraser / Linda Alcoff / Cinzia Arruzza / Tithi
Bhattacharya / Rosa Clemente / Z Taylor
Fuente en
inglés: https://www.theguardian.com/commentisfree/2018/jan/27/we-need-a-feminism-for-the-99-thats-why-women-will-strike-this-year
Traducción por: http://latfem.org/necesitamos-un-feminismo-para-el-99-por-eso-las-mujeres-haremos-huelga-este-ano/
Un feminismo
para el 99%. Por eso las mujeres haremos huelga este año
Un feminismo
para el 99%: por eso las mujeres haremos huelga este año
03/03/2018
Entrevista a
Cinzia Arruzza
“El
feminismo del 99 % es la alternativa anticapitalista al feminismo liberal”
CTXT
CINZIA
ARRUZZA / INTELECTUAL FEMINISTA
“El
feminismo del 99% es la alternativa anticapitalista al feminismo liberal”
Josefina
L. Martínez 15/08/2018
MANIFIESTO
DE UN FEMINISMO PARA EL 99%
Necesitamos
un feminismo anticapitalista, un feminismo para el 99%
20/02/2019
Cinzia
Arruzza / Tithi Bhattacharya / Nancy Fraser
Manifiesto
de un feminismo para el 99%: El feminismo liberal subcontrata la opresión
Miércoles 27 de febrero de 2019
Un
feminismo para el 99%
Por un
feminismo del 99%. Paro Internacional de Mujeres el 8 de marzo
23/02/2017
Entrevista a
Nancy Fraser: “El feminismo del 99% no es una alternativa a la lucha de clases,
es otro frente dentro de ella”
Por Rebeca Martínez Publicado el 8 de agosto de
2019
Junio 2019
Feminismo
para el 99%: la raíz del problema es el capitalismo
12-03-2019
Cinzia
Arruzza, Nancy
Fraser, Tithi
Bhattacharya
Manifiesto de presentación de la plataforma Trabajadoras Andaluzas. “Las
trabajadoras debemos distanciarnos de la comisión del 8-M”, que no surge de la
lucha de clases”
Un género que confunde, divide y atrasa.
La paradoja
de la jueza Victoria Rosell: de represora de sindicalistas a defensora de la
mujer (vídeo). Legislación sobre Violencia de Género y Doméstica
Real Decreto
217/2020, de 29 de enero, por el que se
nombra Delegada del Gobierno contra
la Violencia de Género a doña María Victoria Rosell
Aguilar.
Podemos
presiona para que la reforma del 'sí es sí' esté el 8-M sin esperar a la
sedición
4/02/2020
Sobre el feminismo burgués y el feminismo revolucionario
La señora
Clinton y su techo de cristal.
17 de
noviembre de 2016
La señora
Clinton y su techo de cemento: sobre la incongruencia del discurso liberal y
feminista posmoderno
17 de
noviembre de 2016
"Revolución
de color" en contra de Donald Trump. George Soros detrás de las protestas
anti-Trump.
21 de enero
de 2017
Desenmascarando
la moda de “las mareas feministas interclasistas”
La Marcha
Internacional de mujeres o la artera instrumentalización del feminismo
16 de junio
de 2018
Desenmascarando
el engendro del movimiento 15 M o Spanish Revolution. Las tides o mareas
ciudadanas de colores. Tercera parte.
Las señoras
de la guerra: Crítica del feminismo burgués y posmoderno
17 de junio
de 2018
Las mujeres
en la Libia pos-Gadafi: Bajo una abaya de silencio cómplice. De cómo se utiliza
la “identidad de género” para ocultar la “identidad de clase”.
22 de agosto
de 2018
De "New
York Times" a "Público": Las cocinas mediáticas del feminismo
'low cost'(Este feminismo burgués posmoderno es ciego a las clases sociales,
sólo ve identidades de género, raza, religión, nacionalidad u orientación
sexual.)
27 de
febrero de 2019
3 de abril
de 2019
Un
"género" que vende: "Feminismo" posmoderno contra feminismo
emancipador
4 de abril
de 2019
La política
"trans-queer", un caballo de Troya en los movimientos de emancipación
social
Extinction
Rebellion: Cuando el capitalismo se viste de verde (vídeo). El nuevo socialismo
burgués o conservador.
Extinción
planetaria, dominación ideológica y empobrecimiento de la clase trabajadora con
la transición ecológica o Green New Dea (Nuevo Acuerdo o Pacto Verde)
Feminismo
emancipador o revolucionario. Las mujeres revolucionarias de la clase
trabajadora contra el feminismo burgués. El origen del 8 de marzo, día
internacional de la mujer trabajadora.
15 de
junio de 2018
Rosa
Luxemburgo: Sufragio femenino y lucha de clases (1912), La mujer proletaria
(1914). Cuestión de táctica [Sobre Bélgica] 4 de abril 1902.
3 de
abril de 2019
Desenmascarando al gobierno atrapalotodo griego de Syriza-ANEL, que
preside Alexis Tsipras de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), (la
relación con el partido atrapolotodo de Podemos y los tontos útiles de IU).
Desenmascarando las primaveras o revoluciones de colores en el mundo (la
no violencia al servicio del imperialismo). Cuarta parte
Desenmascarado a Podemos, el engendro del engendro. Un partido gatopardista
o lampedusiano, ciudadanista, transversal o atrapalotodo. Séptima parte
Marcha de
mujeres 2017/ 2017 Women's March
Lista de
lugares de marzo de mujeres 2017
España 695-8
Marcha de
las Mujeres en Washington
Una
marcha global inicia este sábado un año clave para los derechos de las mujeres
La Women's
March Global celebra su cuarta edición este 2020, fecha del 25 aniversario de
la Declaración de Beijing en la que se celebrarán grandes eventos para impulsar
el progreso hacia la igualdad de género
18 ENE 2020
MARCHA DE
LAS MUJERES 2019
Marzo de
mujeres 2020
Podemos
presiona para que la reforma del 'sí es sí' esté el 8-M sin esperar a la
sedición
4/02/2020
El movimiento feminista busca otro 8M masivo tras dar por agotada la
huelga laboral
2020-01-30
“Quiero
que los varones entiendan por qué estamos tan enojadas cuando salimos a la
calle”
En los
Estados Unidos: ¿ha ganado el feminismo o el flautista de Hamelín?
26 de
Noviembre de 2018
Feminismo
del 99: ¿La última estrategia para "despistar" a las trabajadoras?
Por TITA
BARAHONA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
A estas alturas, quienes formamos parte de la clase trabajadora deberíamos
saber muy bien lo que podemos esperar de los partidos políticos que se
definen “de izquierdas” o “progresistas” o
llevan -impropiamente- en sus nombres la palabra “socialista”, y
se alternan en los gobiernos con los partidos de “derechas” o “conservadores”.
O de esos sindicatos que tienen aún el atrevimiento de llamarse “de
clase”. Organizaciones, en definitiva, que dicen defender
los intereses de los trabajadores, del “pueblo”, de “la
gente” o, en versión más posmoderna, “del 99%”; pero,
en realidad, gobiernan - cuando les toca el turno -, al
igual que sus supuestos oponentes, para la clase dominante y el sistema de
explotación y opresión que representa. Partidos y organizaciones que únicamente
aspiran a realizar reformas que den la sensación de que algo cambia para
que lo esencial siga igual. No hace falta poner ejemplos. Sólo en
la España del último medio siglo darían para llenar muchas
páginas.
"Lo
que se ha bautizado como “feminismo del 99%” es una nueva expresión del
reformismo integrado en el sistema que se presenta a sí mismo como
anticapitalista"
En los llamados movimientos sociales, como por ejemplo el ecologismo y
el feminismo, hay sectores, hoy hegemónicos con la
inestimable ayuda de los medios de comunicación del sistema, que reproducen en
cierta medida esta aparente dicotomía entre una corriente abiertamente liberal,
que cree, por ejemplo, que se puede salvar el planeta o
alcanzar la igualdad entre los sexos, sin alterar en lo
sustancial el modo de producción capitalista; y una corriente que se
auto-denomina “anti-capitalista” pero cuyo objetivo es
aplicar reformas en el sistema que nos devuelvan esos derechos sociales
(educación gratuita, sanidad universal, vivienda asequible, guarderías y
residencias públicas, etc.), que la actual fase capitalista -llamada por
ellos “neoliberal, financiarizada y globalizada”- nos está
arrebatando. Este último parece ser el caso de lo que se ha bautizado como “feminismo
del 99%”.
Una de sus madrinas, la académica estadounidense Nancy Fraser, ha
estado recientemente visitando Madrid, invitada por el Museo
Reina Sofía, el MediaLab y su Grupo de
Estudios Críticos, para dar un seminario y una serie de entrevistas, que
han sido publicadas en los principales periódicos y programas como La
Tuerka (1). Fraser es una de las tres firmantes del llamado Manifiesto
para un Feminismo del 99%, que el pasado 8 de Marzo se
publicó simultáneamente en varios países y en 13 idiomas, y al que se le está
dando mucha publicidad en medios como Público, eldiario.es o El País
(2).
"Quienes
formamos parte de la clase trabajadora deberíamos saber muy bien lo que podemos
esperar de los partidos políticos que se definen “de izquierdas” y solo
aspiran a realizar reformas que den la sensación de que algo cambia para
que lo esencial siga igual"
No entraremos aquí a valorar los planteamientos y los fallos
teóricos de que se alimenta dicha corriente, empresa que dejamos para otra
ocasión. Nos limitaremos a comentar algunas afirmaciones realizadas por Fraser en
la entrevista concedida a la revista CTXT de Público
(3). Ya sólo el título elegido por la entrevistadora “Necesitamos
un concepto totalmente diferente de clase trabajadora” llama la
atención. Aparte de que no refleja lo esencial del contenido de la entrevista,
es frase sacada de una respuesta en la que Fraser implica,
falsa y absurdamente, que hasta ahora por clase trabajadora se
ha entendido “al hombre blanco que trabaja en una fábrica”, y no a
las mujeres y a las personas de otras razas y las trans. Resulta sorprendente
que una intelectual, que afirma haberse inspirado también de las fuentes de la
teoría marxista, no sepa que la clase trabajadora siempre se ha definido como
el conjunto de personas -de todo sexo, edad, raza o nacionalidad- que no poseen
medios de producción, ni medios de vida, y por ello se ven precisadas a vender
su fuerza de trabajo para subsistir. Sorprende igualmente que los temas
identitarios -género, raza, orientación sexual- en los que se basa el “feminismo
corporativo liberal” que ella tanto critica, los
reintroduzca por la puerta de atrás. Pero, repito, dejamos estos
aspectos para posteriores desarrollos.
La contradicción que aquí viene al caso consiste en que alguien que se
define “anti-capitalista” y aboga por un enfoque “de
clase trabajadora” para el feminismo, al mismo tiempo se muestra
entusiasmada por figuras políticas como Bernie Sanders y Alexandria
Ocasio-Cortez, que en EEUU representan el llamado “socialismo
democrático”, y con Elizabeth Warren, veterana
senadora por Massachusetts. Entusiasmo incomprensible por
cuanto las tres figuras citadas son miembros del Partido Demócrata, una
de las dos cabezas del único cuerpo que ejerce el poder en EEUU: el del
capital y la guerra imperialista. Sin embargo, para Fraser,
tanto Ocasio-Cortez como Warren son “mujeres
de izquierdas y antisistema”. Para quienes no estén familiarizados
con la política interna estadounidense, veamos primero, brevemente, de dónde
surge este “socialismo democrático”.
"El “socialismo democrático” aguado, que abanderan las admiradas y los admirados de Nancy Fraser, es, en realidad, un social-liberalismo del mismo corte que en las últimas décadas visten los partidos auto-denominados de izquierdas en Europa y Latinoamérica"
Desde la inesperada victoria de Donald Trump, en el seno
del Partido Demócrata han fraguado grupos como Justice
Democrats, Our Revolution, Brand New Congress y Democratic
Socialists of America, que se sitúan en oposición y
pretenden ser una alternativa a la llamada corporate class, que
domina los aparatos de dicha formación oligárquica (los Clinton,
Pelosi y compañía). Todos juntos conforman la denominada “resistance” contra
Trump (4). La personalidad más destacada de este retoño
izquierdista del Partido Demócrata es el senador por Vermont, Bernie
Sanders, que disputó las primarias para elegir candidato a las
presidenciales con Hillary Clinton, y no las ganó porque hubo
manipulación por parte del equipo de Clinton, como demuestran documentos y
correos publicados en su día por WikiLeaks junto a
declaraciones de la ex-presidenta del Comité Nacional Demócrata, Donna
Brazile y la misma Elizabeth Warren (5). Esta
última siempre ha desempeñado muy bien el papel de presentar la cara más
progresista del Partido Demócrata, que se define “progresista” -o liberal-,
frente al “conservador” Partido Republicano, y dice
gobernar para las familias trabajadoras. La famosa reprimenda pública que Warren dio
a los grandes bancos que ocasionaron la crisis de 2007-08 fue muy aclamada,
pero ello no impidió que Obama los rescatara con dinero público
mientras cientos de miles de familias eran desahuciadas.
Ahora bien, una intelectual de la talla de Nancy Fraser debería
saber, como lo saben las personas verdaderamente anti-capitalistas en los
Estados Unidos, que el Partido Demócrata es el cementerio de cualquier
movimiento que aspire a subvertir el orden establecido, y que hay en el país
organizaciones mucho más “progresistas” y socialistas que ella parece ignorar.
Si el término “socialismo” está experimentando una
especie de renacimiento en EEUU, como, en efecto está sucediendo, es porque la
versión de socialismo que representan Sanders y Ocasio-Cortez se
está incubando bajo el ala del Partido Demócrata, lo cual indica que mucho daño
al sistema no le puede hacer. Como señala Glen Ford, editor de Black
Agenda Report:
“El precio que paga el socialismo para ser admitido en el
discurso de la bestia hegemónica capitalista es que siempre debe ir acompañado
de la palabra-carabina “democrático”, para distinguirlo bien de las ideologías
alegadamente “autoritarias” del mismo nombre. El adjetivo “democrático” opera
maravillas, agrandando mágicamente el campo histórico del socialismo para
incluir al Presidente Franklin Roosevelt, un millonario que nunca se sintió
socialista, cuya Ley de Derechos económicos de 1944 es la fuente de la marca
socialista de Bernie Sanders. Al mismo tiempo, se demoniza a casi todos los
actuales movimientos y gobiernos de inspiración socialista”. (6).
Veamos cómo estas palabras no van descaminadas con sólo un par de
ejemplos de hasta dónde llega lo izquierdista y antisistema que Nancy
Fraser ve en Sanders y Ocasio-Cortez, y las cualidades
de Elizabeth Warren, que, según Fraser, harían de
ella “una estupenda presidenta”. Mientras que los tres apoyan
en sus discursos demandas populares como las energías limpias, la condonación
de la deuda de los estudiantes, la subida del salario mínimo, la sanidad
universal (medicare for all), entre otras, del recientemente
fallecido John McCain -que apoyó el ascenso de los nazis en Ucrania y
a los terroristas corta-cabezas en Siria-, Ocasio-Cortez dijo
que “su legado representa un ejemplo de decencia humana y de servicio a los Estados
Unidos” (7). Mejor indicativo no puede haber de
que la brillante latina no va a oponerse a la política imperialista de la gran
potencia, y de que tiene mucho más de demócrata que de socialista.
A los socialistas democráticos no les gusta usar la
palabra imperialista porque molesta a la clase dominante,
aparte de que comparten con ésta la misma lista de países enemigos en la que
figuran, entre otros, Siria y Venezuela. Durante el discurso sobre
el Estado de la Nación, ya bajo el mandato de Trump, la nueva
congresista Ocasio-Cortez enmarcó el conflicto con Venezuela como
“un tema de régimen autoritario contra democracia”. Y Elizabeth
Warren vertió la misma propaganda diciendo que “los venezolanos
merecen elecciones libres y justas, una economía que funcione [como la
EEUU, sin duda] y la capacidad de vivir sin miedo a la violencia de su
propio gobierno”. (8). Hemos de recordar asimismo que
todos los senadores del Partido Demócrata, incluidos los de
la “resistance”, Sanders y Warren, votaron en su
día a favor de la decisión de Donald Trump de nombrar como
Secretario de Defensa a Jim “Perro Loco” Mattis, cuyo sadismo en las
guerras del Golfo, Afganistán e Iraq es de sobra
conocido (9).
Este “socialismo democrático” aguado, que abanderan las
admiradas y los admirados de Nancy Fraser, es, en realidad,
un social-liberalismo del mismo corte que en las últimas
décadas visten los partidos auto-denominados de izquierdas en Europa y
partes de América Latina. Su objetivo no es otro que “pastorear” hacia
el redil electoral del Partido Demócrata a personas u
organizaciones que simpatizan con las ideas socialistas, porque saben que el
capitalismo sólo puede traer más miseria a la clase trabajadora y la
menguante “clase media”. Su objetivo es evitar,
mediante la cooptación, que se fortalezcan los movimientos verdaderamente
socialistas que existen en los Estados Unidos, y que el doupolio
demócrata-republicano ya se encarga de que no tengan ninguna posibilidad de
éxito electoral, y menos que lideren huelgas y manifestaciones masivas que
pongan en jaque al sistema. Nos preguntamos, por tanto -y con cierto
fundamento- si el Feminismo del 99% que Fraser amadrina
es parte de la misma estrategia.
Abril de
2019.
Notas y
referencias:
(1) Véase, por ejemplo, https://elpais.com/sociedad/2019/03/25/actualidad/1553514109_148315.html, https://www.publico.es/sociedad/entrevista-nancy-fraser-no-dejar-temor-ultraderecha-lleve-feminismo-liberal.html, https://www.eldiario.es/politica/Nancy-Fraser_0_880512834.html, la entrevista de La Tuerka, en https://www.youtube.com/watch?v=CcRT9TpU4os y en Izquierda Diario: https://www.youtube.com/watch?v=BlLwkPcmYuI
(2) En España lo ha editado la editorial
Herder. Sus autoras son Cinzia Arruza, Nancy Fraser y Tithi Bhattacharya.
(4) Abundé más en este tema, en http://canarias-semanal.org/art/23993/en-los-estados-unidos-ha-ganado-el-feminismo-o-el-flautista-de-hamelin
(5) Véase, por ejemplo, https://www.globalresearch.ca/military-industrial-complex-eisenhower-warned/5669642
(7) https://www.blackagendareport.com/ocasio-cortezs-tweet-mccain-means-she-democrat-and-isnt-socialist
(8) Remito a la nota 6.
(9) Es verdad que, por el
contrario, los demócratas votaron en bloque en contra de otra denominación, la
de Betsy DeVos, la reina de los colegios privados, como Secretaria de
Educación. Claro que ya Barack Obama fue un desastre para la escuela pública,
con el despido de más de 300.000 maestros y personal de los centros: https://www.globalresearch.ca/u-s-senate-approves-billionaire-enemy-of-public-schools-as-secretary-of-education/5573601
En los
Estados Unidos, el "socialismo" te lo trae el departamento de Estado
29 de Julio
de 2019
Cuando en el
último tercio del siglo XX, las elites capitalistas decidieron romper el
“contrato social”, la vieja socialdemocracia feneció, dando lugar -recuerda
Tita Barahona - a nuevos experimentos políticos que llevaban agendas liberales
bajo un ropaje izquierdista, con el fin de seguir despojando a las clases
trabajadoras de derechos, conciencia, memoria y futuro, la mejor manera de
apuntalar el sistema depredador en que vivimos (...).
Por TITA
BARAHONA / REDACCIÓN CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Cuando en el último tercio del siglo XX, las elites capitalistas decidieron
romper el “contrato social”, es decir, destruir el marco
normativo de las relaciones laborales y acabar con los derechos sociales,
ganados en años de lucha obrera, que garantizaban la reproducción de la clase
trabajadora mediante salario indirecto (prestaciones por desempleo, enfermedad,
jubilación, vacaciones, etc.), la vieja socialdemocracia, gestora
de ese Estado social, falleció y entonces la derecha
conservadora o “neoliberal” pareció quedarse viuda, sin
su contraparte de “izquierdas”. Situación embarazosa para una
democracia burguesa que necesita mantener la ficción de la libertad y variedad
de elección.
Una renacida, “nueva” socialdemocracia, vino a ocupar el lugar de
la vieja. Salió de los hornos de la London School of Economics, de
la mano de su académico pos-marxista (léase
ex-marxista), Anthony Giddens, y su órgano político, el Partido
Laborista, presidido entonces por Tony Blair. A la
criatura se le dio el nombre de Tercera Vía. Lo que esta
tenía de nuevo es que nacía ya con el catecismo neoliberal aprendido, como supo
ver la Dama de Hierro, Margaret Thatcher:
“La mejor
prueba de que hemos triunfado es que [los laboristas] se han pasado a nuestro
bando”.
En efecto, cuando le llegó el turno de ocupar Downing St., el nuevo
laborismo no pasó de ser un social-liberalismo que mantuvo
activas la piqueta y las tijeras, y siguió a muerte con la agenda yanqui, como
se vería en la guerra de Iraq. Lo mismo hacía el “socialismo” de Felipe
González en España, el de François Mitterrand en Francia o
la socialdemocracia de Helmut Schmidt en Alemania.
El resultado fue un progresivo deterioro de las condiciones de vida y trabajo
de las clases populares y la expansión de la guerra. Pero, en los medios de
comunicación corporativos, siguieron siendo “la izquierda”,
reunida en Bruselas en la Internacional Socialista,
nada menos.
Los de la Tercera Vía tuvieron un alumno aventajado en
el sociatismo español. Recuerdo que, en 1998, se publicó el
libro de este título, traducido al castellano, firmado por Tony Blair –que,
por supuesto, editaba El País-Aguilar. Vino a presentarlo el
ministro británico Peter Mandelson, gurú político de Blair,
que lo dejó claro: la tercera vía no era una equidistancia,
sino una “manera de alcanzar los valores de la izquierda, con la
flexibilidad del talante liberal”. Y Josep Borrell,
candidato a la presidencia España y autor de la introducción
del libro, hacía de hincha en este acto lanzando sesudas reflexiones como:
“Este es de los míos, porque socialista viene de sociedad, no de Estado”
o repitiendo eslóganes como “El Estado no debe tener como principal labor
prestar protección, sino ofrecer promoción” (1).
De aquellos barros, estos lodos. Hoy tenemos a los mismos socialistas y laboristas
-estos últimos ahora con un ala de aspecto más radical. Pero, la
familia ha aumentado con versiones difusas, de significantes y significados
vacíos, alegadamente “ni de derechas ni de izquierdas”, que los
medios presentan como “populismo de izquierdas” e incluso como “izquierda
radical”. En Grecia, la clase trabajadora sabe muy bien lo
que se puede esperar de estos “radicales” y en España acumulamos ya cierta
experiencia. Todos ellos, llámense laboristas, socialistas, socialdemócatas o
populistas, conforman las “fuerzas de progreso”, que
los medios autodenominados progresistas (siguiendo la moda yanqui) presentan
como “la izquierda” aquí y en muchos lugares.
Ahora, en Estados Unidos, tierra de la histórica caza de
brujas contra socialistas, comunistas y anarquistas, cuya sombra
asoma todavía, se están creando experimentos “socialistas”,
que reciben no poca dosis de exposición mediática, especialmente, claro, en los
medios progresistas, aunque también en cierta medida en los “conservadores”. Es
importante poner atención a este fenómeno, porque tiene algunas similitudes con
el que hemos visto desde 2011 en el Estado español, y porque
hablamos de la primera potencia -si no ya económica, sí militar- del mundo,
cuyos productos “culturales” (entiéndase todo lo relacionado con el control
ideológico) se consumen a nivel global, especialmente en su siempre fiel
servidora, la Unión Europea.
En este mes de julio ha tenido lugar en Chicago una 2019
Socialist Conference, que, desde su primera edición en 2009, había sido
plataforma de un grupo trostkista llamado International Socialist
Organization (en adelante ISO), y su órgano Socialist
Worker. La novedad de esta última conferencia ha sido la integración de
los miembros de la ISO, ya disuelta, en los Democratic Socialists of
América, que, como ya informamos en otro lugar, está creciendo como la espuma al
calor del Partido Demócrata, es decir, del propio aparato del
estado capitalista e imperialista de Estados Unidos, pero con
programas “sociales”.
Dos tendencias políticas aparentemente opuestas, una trotskista y otra, la de
los Socialistas Democráticos de América, de corte social-liberal, inspirada
en la socialdemocracia aguada de los países escandinavos, han descubierto que
comparten un rasgo esencial: la combinación de un discurso de tonos
anti-capitalistas, con un seguidismo de la agenda imperialista norteamericana.
Y todo aderezado con un profundo anti-comunismo.
El medio The Grayzone publicó un artículo con
información de los participantes en la Conferencia 2019, una
multitud colorista de “activistas de izquierdas” que básicamente se dedicaron
a criticar a los países enemigos oficiales de Washington. En el
panel de China hubo ponentes de organizaciones que reciben donaciones del National
Endowment for Democracy (NED), esa arma blanda de la
administración estadounidense. En otro panel, titulado “Una mirada
socialista a la Primavera Árabe”, participó el miembro de una
fundación directamente financiada por el Departamento de Estado.
Por supuesto, no faltaron paneles para despellejar a los gobiernos de Nicaragua
y Cuba -que, según John Bolton- son dos miembros de
la “Troika de la Tiranía”. Dan La Botz, uno de
los dirigentes de Socialistas Democráticos de América, hizo un
llamamiento en su alocución a la intervención militar de EEUU en Nicaragua para
desalojar al sandinismo. Hubo incluso un panel dedicado a destripar a la
izquierda anti-imperialista (2).
Según los autores del citado artículo, la ISO (International
Socialist Organization), desde su fundación en 1977, tuvo sucesivas
escisiones y nunca creció más allá de los campus universitarios, con apenas
influencia política. Sus dirigentes decían estar contra la guerra, pero
gastaban mucho tiempo y recursos en atacar a la izquierda anti-imperialista; de
ahí que se vea más apropiado llamarla “izquierda anti-anti-imperialista”. Por
otro lado, su anti-comunismo les hizo evitar símbolos como la
hoz y el martillo y la bandera roja. En su lugar eligieron un puño, de diseño
muy similar al usado por el grupo serbio Otpor, que, como otros en Europa
del Este, fueron claves en las “revoluciones de colores” que Washington alentó
en los años posteriores al colapso de la Unión Soviética.
Dada la fusión de ISO con los Socialistas Democráticos
de América, estos últimos se han encargado de patrocinar la Conferencia de
este año, junto a su medio de referencia, la revista Jacobin,
y Haymarket, brazo editorial de la difunta ISO. No es extraño,
pues, que hubiera como ponentes-invitados figuras de campanillas de los medios
progresistas, como la directora-presentadora de Democracy Now, Amy
Goodman, o la periodista Naomi Klein, que añade a su palmarés
de estrella revolucionaria el haber sido elegida presidenta inaugural de Medios,
Cultura y Estudios Feministas, curso dotado por Gloria Steinem en
la Universidad de de Rutgers (New Jersey) (3). Klein dio
la conferencia de clausura, titulada “Care and Repair: the revolutionary,
democratic power of a Global Green New Deal” (Cuida y Repara: el poder
democrático, revolucionario del Nuevo Contrato Verde Global) (4).
Curiosamente, en esta edición, ninguno de los paneles estuvo dedicado a Venezuela,
a pesar de que la ISO siempre criticó a Hugo Chávez y
Nicolás Maduro por no ser más radicales y no poner en práctica
el “socialismo desde abajo”. Sin embargo, en Venezuela y “por
abajo”, otro grupo trostkista, llamado Marea Socialista,
se reunió en febrero pasado con Juan Guaidó, del partido de extrema
derecha, Voluntad Popular. El propio Guaidó publicó
en su Twitter una foto del encuentro. Marea Socialista, que no
tiene apenas influencia dentro de Venezuela, recibe una generosa
cobertura mediática en sitios como Jacobin y Socialist
Worker, así como en general en la prensa progresista de habla inglesa.
A uno de los dirigentes de Marea Socialista, el conocido
anti-chavista, Edgardo Lander, le entrevistaron recientemente
en Democracy Now.
Y, aquí, en los predios hispanohablantes, la prensa progresista de Público, eldiario.es, El
País y sus huéspedes, el Huffington Post y The
Guardian, que siguen al dictado lo que le llega del otro lado del Atlántico
norte, llevan un tiempo dando noticias de los Socialistas
Democráticos de América y sus estrellas más conocidas: Bernie
Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez, Ilham Oman, Ayanna
Pressley y Rashida Tlaib, las “mujeres de color” que Trump ha
insultado recientemente por criticar su política con los migrantes (5).
El término “socialismo” está, ciertamente, experimentando una
especie de renacimiento en EEUU de la mano del Departamento de
Estado. Le es muy útil para apuntalar su geo-estrategia y no menos para pastorear
a las masas trabajadoras descontentas, sobre todo a las nuevas generaciones,
hacia rediles políticos atractivos pero inofensivos al sistema. La
acumulación, la explotación, la opresión, la contaminación y la guerra están,
de este modo, garantizados. Todas las Syrizas que en Europa surgen
por doquier, presentadas en los medios como la "izquierda
radical", cumplen la misma función: ser sumisas a lo que les llega
de Bruselas, Londres o Washington. Para todos esos "populismos
de izquierdas" que prometen insumisión, si tocan el
poder, "la política es muy dura", como dijo
el líder de Podemos cuando su adorado Tsipras traicionó
al pueblo griego en referéndum.
Estemos alerta para desenmascarar a estos vendedores de crecepelo para
calvos -como dice un apreciado camarada-, porque comparten con la
clase dominante el fin de despojarnos de toda seña de identidad de clase y, por
tanto, de la capacidad de combatir eficazmente la explotación, las opresiones y
la desigualdad social.
Referencias:
(1) EL PAÍS, viernes 13 de noviembre de
1998, p. 9. En 2003, El País publicaba un dossier dominical titulado
“Reinventando la Izquierda”: domingo 20 de julio.
, artículo
de Max Blumenthal y Ben Norton. Se puede ver un artículo de La Botz con motivo
de una convención que los Socialistas Democráticos tuvieron hace un par de
años, a la que asistieron representantes del Partido Socialismo y Libertad
(PSOL) de Brasil, La Francia Insumisa, Podemos, el Bloque de Izquierda (BE) de
Portugal, y el Partido Laborista británico: http://www.sinpermiso.info/textos/ee-uu-la-convencion-de-los-socialistas-democraticos-de-america-dsa-gira-a-la-izquierda
(3) Gloria Steinem, figura
emblemática del feminismo burgués de los años 60 en EEUU, fue colaboradora de
la CIA.
(4) Puede verse aquí su perfil en https://comminfo.rutgers.edu/about/gloria-steinem-endowed-chair-media-culture-and-feminist-studies
. La Klein
se ha convertido en la imagen del anti-capitalismo verde a nivel internacional.
Curiosamente, ella y las réplicas que tiene a nivel nacional, comparten el ser
profesionales liberales, con másteres y doctorados en temas de derechos
humanos, ambientales, de género y medios de comunicación.
(5) También son presentadas como el
“nuevo socialismo” y, por supuesto, como una “revolución”. Por ejemplo: https://www.huffingtonpost.es/julio-gonzalez-garcia/democratic-socialists-of-america-la-revolucion-que-viene-del-partido-democrata-estadounidense_a_23522702/
, y últimamente Trump ha llegado a llamarlas
“comunistas”: https://www.publico.es/internacional/cuatro-congresistas-democratas-cargo-trump-eeuu.html
12
de Mayo de 2019
Las
"feministras" lamebotas del Imperio
Podemos
presiona para que la reforma del 'sí es sí' esté el 8-M sin esperar a la
sedición
El
movimiento feminista busca otro 8M masivo tras dar por agotada la huelga
laboral