martes, 26 de noviembre de 2019

Extinction Rebellion: Cuando el capitalismo se viste de verde (vídeo). El nuevo socialismo burgués o conservador.








20 de Octubre de 2019

Una especie de culto milenarista posmoderno anuncia la inminencia del Fin del Mundo si no dejamos de comer carne



Extinction Rebellion se está expandiendo por el globo como un tipo de “activismo contra el cambio climático”, que, mientras para algunos es un movimiento radical de “extrema izquierda”, en realidad sirve a los intereses del capital y su proyecto de “transición ecológica”.


El 6 de octubre, el periodista británico Brendan O'Neill fue testigo de una escena fantasmagórica que le dejó helado. En la explanada de la estación de King's Cross de Londres, vio a un “culto apocalíptico haciendo una de sus ceremonias en público”.


     Un grupo de hombres y mujeres, cubiertos de pies a cabeza de rojo chillón y las caras pintadas de blanco, entonaban prédicas sobre el Fin de los Tiempos, concitando imágenes del infierno en el que se va a consumir la humanidad en breve. Cantaban himnos a su dios, la ciencia:


Tenemos toda la ciencia, todo lo que necesitamos, para cambiar el mundo. Aleluya”.

Y pedían que nos arrepintamos: “Compra menos, vuela menos, fríe menos”, decía una pancarta. Si la iglesia católica siempre tuvo el viernes como día de abstinencia de carne, esta nueva religión exige el fin completo de su consumo como penitencia por los pecados de la humanidad. (1)



   Extinction Rebellion, que así se llama la nueva religión, no ve esos pecados en el sistema capitalista depredador de recursos humanos y naturales, sino que los individualiza en la masa de quienes trabajamos, consumimos (lo que podemos) y sufrimos sus consecuencias. Para estos apocalípticos de nuevo cuño, todos somos pecadores en igual medida y a todos nos llegará el castigo divino.


   En el Reino Unido, lugar de nacimiento de Extinction Rebellion, llevan un año padeciendo sus “acciones no violentas”, que, además de performances y manifestaciones festivas de gente semi-desnuda danzando al son de la batukada, incluyen bloqueos de calles con interrupción del tráfico, el intento de asalto y cierre del London City Airport -inspirado en los jóvenes de Hong Kong-, y la injerencia en grupos que han estado luchando contra el fracking, a los que Extintion Rebellion, con sus acciones “no violentas”, ha puesto a los pies de los caballos, dado que ahora todo el movimiento anti-fracking es sospechoso de cometer actos de “terrorismo doméstico” y se enfrenta a duras penas.
En Reino Unido toda la gente sensata sabe que detrás de Extinction Rebellion hay poderosas organizaciones de “entrenamiento de líderes sociales y políticos”, como Common Purpose y Tavistock Institute. (2)


       ¿Qué demanda exactamente Extinction Rebellion? Primero, que los gobiernos “digan la verdad” y declaren la “emergencia climática y ecológica”, algo similar a lo que pide Greta Thunberg. Si alguien pone en duda que exista realmente una emergencia o cambio climático -algo sobre lo que no se ha puesto de acuerdo la comunidad científica-, es tachado de “negacionista” o “anti-verdad”. En segundo lugar, dicen que “el gobierno debe actuar ahora para parar la pérdida de bio-diversidad y reducir la emisión de gases de efecto invernadero a cero en 2025”. Por último, exigen que los gobiernos trabajen junto con los “activistas” para crear una “Asamblea de Ciudadanos” que es la que debe tomar las decisiones en políticas ambientales.

Para conseguir estos objetivos, Extinction Rebellion propone medidas como prohibir el consumo de carne, el uso del coche privado y los viajes de avión, entre otras. Y, para parecer que son un movimiento “de izquierdas”, añaden el boicot a la industria de la moda y la desaparición de los ejércitos. Para imponer estas medidas, apelan al poder de los Estados. De hecho, ya han pedido públicamente a la reina de Inglaterra que salve el planeta por decreto real, ya que, como dijo uno de los miembros de Extinction Rebellion, el académico británico Rupert Read: “No vale sólo con llevar una vida sencilla de forma voluntaria”; es decir, que será necesario ejercer algún tipo de coacción.


   Extinction Rebellion es un movimiento reaccionario, regresivo y elitista, cuyo objetivo es imponer a todo el mundo la forma más drástica de austeridad imaginable (como si los desheredados de la tierra tuviéramos poca ya). Quienes lo lideran son miembros de las elites británicas, que incluye a nobles, académicos, artistas, industriales de productos ecológicos; gente, en general, aficionada a las filosofías orientales, las terapias alternativas y los cultivos biológicos tipo Príncipe de Gales. Una de las fundadoras de Extinction Rebellion es la doctora Gail Bradbrook, que no tuvo reparo en declarar en una entrevista para la BBC que la idea de fundar el grupo le vino después de un tiempo de “oración profunda” mientras estaba bajo los efectos de “medicinas psicodélicas” durante un retiro (espiritual, se entiende).

 Bradbrook es una de esas ejecutivas que han hecho del “activismo” su carrera. Entre otros empleos, dirige Citizens Online, organización caritativa para la “inclusión digital”. Junto a ella están Roger Hallan, dedicado a la agricultura ecológicaTasmin Osmond, nieta de nobles y una de las estrellas del Occupy London, y la ex-empleada de la ONU, Laura Reeves. Su reguero de seguidores incluye nombres famosos de la literatura como Margaret Atwood o Phillip Pullman, y editoriales tan importantes como Penguin, que ha publicado el “manual de la protesta” de la organización. (3)


   De las elites llega asimismo la lluvia dorada que fertiliza la organización. Desde marzo pasado, Extinction Rebellion ha reunido más de un millón de libras esterlinas. Aunque su propaganda dice que esa suma proviene de pequeñas donaciones, lo cierto es que han sido tres donantes millonarios -Trevor Neilson, Rory Kennedy y Aileen Getty- los que han creado el Climate Emergency Fund (CEF) para apoyar “las huelgas en los colegios y el activismo de grupos como Extinction Rebellion”. Solamente Aileen Getty ha donado 500.000 libras de la fortuna petrolera de su familia.

Otra fuente de financiación de Extinction Rebellion es Children's Investment Fund Foundation (Fundación Fondo de Inversión de la Infancia), que dirige el que fuera vice-portavoz del Open Society Institute del millonario George Soros. Las celebrities no podían faltar a esta cita tan cool, de modo que los roqueros Radiohead han inyectado 300.000 libras a la causa. (4)


     Aparte de irritar a conductores y viandantes con sus bloqueos, Extinction Rebellion ha logrado algunos de sus objetivos. Por ejemplo, once países, comenzando por Reino Unido e Irlanda, han declarado el estado de “emergencia climática”, aunque sólo sea, como dijo el primer ministro irlandés, en “gesto simbólico”; y han abierto el apetito de ciertos grupos financieros y esos nuevos capitanes de la industria verde, que ya calculan los beneficios que pueden sacar del “sector del clima”. La petición de reducir a cero las emisiones de CO2 también la han hecho el Banco Mundial y un montón de empresas inversionistas, como HSBCJP Morgan Chase y Citi, que se han unido en el Climate Finance Partnership. Lo peor es que exigen acceso directo al dinero de los contribuyentes y a los fondos de pensiones; dinero que, según ellos, sería dirigido a proyectos en África, Asia y América del Sur. (5)

Otro logro significativo de Extinction Rebellion es la amplia cobertura que le han prestado todos los medios de comunicación corporativos, como no podía ser de otro modo tratándose de un producto de sus propias factorías. No es casualidad que fuese un columnista de The Guardian quien leyese la Declaración de Extinction Rebellion durante su primera acción, que tuvo lugar el 31 de octubre del año pasado en Parliament Square de Londres. Incluso, sólo nueve meses después, el Albert Museum de esa ciudad incluyó en sus colecciones algunos artefactos de la organización (logos y otra parafernalia), que al parecer merecen un sitio al lado de las mejores obras de arte de la historia de la humanidad ¿Alguien conoce algún movimiento subversivo de la historia que las clases dominantes hayan abrazado tan cálidamente como Extinction Rebellion? La razón es simple: Extinction Rebellion no representa ninguna rebelión en absoluto.


      Perturbar el tráfico de calles y aeropuertos puede poner a una mayoría de la población en contra de Extinction Rebellion. De hecho, una de sus últimas acciones pudo acabar en desgracia. Hace pocos días, un pequeño grupo de “rebeldes” se subió a lo alto de uno de los trenes del metro de Londres para dispensar su prédica a los pasajeros enfurecidos que abarrotaban el andén, hasta que estos descabalgaron a uno de los activistas por las bravas. (6)

No obstante, en estos movimientos las mayorías no son necesarias. El co-fundador de Extinction Rebellion, Roger Hallan, ha dejado claro que se inspiran en la obra de Gene Sharp y su teoría de la acción no violenta, que dice que basta con que haya un 3,5 por ciento de la población que respalde la protesta, para que esta se vuelva más masiva y desencadene cambios. Es la misma estrategia que se ensayó en las “revoluciones de colores”, desde Serbia a los países árabes; la que se enseña en los centros de formación de líderes para que la apliquen allí donde haya un “régimen autoritario”, etiqueta que invariablemente recae sobre los países que no se pliegan a los dictados de Washington y sus aliados europeos de la OTAN.


   Las diversas “escuelas de activistas no violentos” que funcionan por el mundo, como el Colegio Kennedy de Harvard o las mencionadas Common Purpuse y Tavistock Institute, se reúnen anualmente en el llamado Oslo Freedom Forum (Foro de la Libertad de Oslo), conocido como “el Davos de los disidentes”. (7) Allí se da cita lo más granado de la extrema derecha mundial, disfrazada de “activistas por el clima” y por los “derechos humanos”, como los que este verano culparon de los incendios en la Amazonía al presidente de Bolivia, Evo Morales, y organizaron concentraciones frente a las embajadas de ese país, en las que participó Extinction Rebellion.(8) No en vano, el Oslo Freedom Forum está patrocinado por Human Rights Foundation, criatura de Thor Halvorssen Mendoza, un venezolano de familia adinerada y ascendencia noruega, ligado a las “pacíficas” guarimbas que intentaron el golpe de Estado en Venezuela de 2002 y el más reciente de este año.

 Las clases de activismo que financia Human Rights Foundation y su Freedom Forum cuentan con maestros de la calaña de Srdja Popovic, fundador del movimiento Otpor, que intervino en el golpe de Estado contra el presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, y que más tarde, en 2004, fundó CANVAS (Centro para la Aplicación de Acciones y Estrategias de No Violencia), que, como se ha demostrado, está financiado por la CIA a través de uno de sus órganos, la NED (National Endowment for Democracy). El País, fiel propagandista del Oslo Freedom Forum, definió a Popovic como “entrenador de revolucionarios”, que “ha adiestrado a todo aquel que desea hacer una revolución sin levantar un arma, desde activistas de la primavera árabe a insurrectos del Maidán”. (9) y (aquí).No hace falta más para saber que su “no violencia” incluye asesinatos en masa e implantación de gobiernos pro-nazis.


   Entre los “revolucionarios” asistentes a las diversas citas del Oslo Freedom Forum hemos visto a los más señeros representantes de la oposición de extrema derecha venezolana, los Cascos Blancos y los jóvenes “pro-democracia” de Hong Kong. (10). En la última reunión, celebrada en México el pasado mes de febrero, estuvieron presentes también el secretario general de la OEALuis Almagro, y la conocida disidente cubana, Rosa María Payá. El 28 de dicho mes El País digital publicaba una entrevista con Thor Halvorssen Mendoza, presidente de Human Rights Foundation, a quien, por supuesto, se califica de "activista".

Todos los grupos reunidos en el Oslo Freedom Forum están bien financiados, entrenados y dispuestos a expandirse. Por ello, quizás no nos pueda sorprender que unos folletos con el título en catalán “Puente aéreo Hong Kong – BNC” circularan estos días pasados por las manifestaciones de Cataluña contra la sentencia del Procés. Quede claro que no estoy afirmando que este haya sido el motor de las movilizaciones; sino sólo señalando que estos grupos de disidencia controlada pueden haber intentado echar redes en río revuelto. (11) repartido por los Comités de Defensa de la República.





Extintion Rebellion ya tiene su sucursal en España. La sociología de sus integrantes es muy parecida a la británica: una elitista New Age compuesta de académicos y académicas con inquietudes ecologistas; gente, en general, con dinero y ocio suficientes para llevar esa vida sana que es inalcanzable a la mayoría de la clase trabajadora. Ya han realizado sus primeras acciones. Este mes de octubre bloquearon el acceso principal a la sede de Repsol en Madrid, y el día 7 cortaron el tráfico de una arteria principal de esta ciudad, en hora punta, para acampar enfrente del Ministerio de Transición Ecológica. Estas acciones se realizaron simultáneamente en otros lugares como Barcelona, Mallorca y Zaragoza. (12)  Crisis Climática.


  La puesta de largo mediática de Extintion Rebellion en el Estado español ha estado a cargo -cómo no- de El País, que hizo un prolijo reportaje sobre esos Ciudadanos de toda Europa [que] han pasado a la acción directa contra la crisis climática”. (13) (CAMBIO CLIMÁTICO). Entre los españoles, se destaca a Jorge Riechmann, profesor de Filosofía Moral y Política de la Universidad Autónoma de Madrid; y, en Barcelona, a Chelo García, profesora de yoga y psicoterapeuta. En su página web se puede ver la lista de adherentes, que encabeza Santiago Alba Rico. (14) Será interesante comprobar si tienen los “activismos” suficientes para asistir al próximo evento del Oslo Freedom Forum.


   No nos engañemos, los costes de la “transición ecológica -o lo que en el mundo angloparlante llaman "Green New Deal"-, que trampantojos como Extinction Rebellion intentan imponer por decreto ley, los vamos a pagar la clase trabajadora mundial, cuya mitad, al menos, ya está obligada a vivir en la más absoluta miseria. La causa de la crisis ecológica y su verdadero responsable es el sistema económico capitalista, cuyo único objetivo es la ganancia. Ninguna lucha que no tenga por objetivo acabar con este sistema puede salvar el planeta, ni a la humanidad de su esclavitud. Socialismo o barbarie.
 
VÍDEO RELACIONADO:


Notas y referencias bibliográficas:






Parece ser que esto ha creado disensiones internas en el grupo, como lo justifica The Guardian: https://www.theguardian.com/environment/2019/oct/17/london-tube-protest-divides-extinction-rebellion

7 Véase el esclarecedor -sin proponérselo- reportaje de la BBC, https://www.bbc.com/news/world-europe-29708917


9 https://elpais.com/internacional/2015/05/26/actualidad/1432630424_103333.html Todos los artículos sobre el Oslo Freedom Forum publicados por El País se pueden consultar en https://elpais.com/tag/off_oslo_freedom_forum/a/


11 El folleto incluye instrucciones para dotarse del costoso equipo que debe llevar todo “activista”: casco, máscara antigás con sus filtros, guantes ignífugos para agarrar botes de humo, gafas protectoras... Esto, junto con comida, agua y títulos de transporte, se suministran a diario a los jóvenes de Hong Kong. El folleto pudo verse en El Intermedio, de La Sexta TV, cuando la reportera enviada al terreno de la movilización catalana, llevaba uno en la mano y la cámara lo enfocó brevemente.














El socialismo burgués según el Manifiesto del Partido comunista 1848
Una parte de la burguesía desea mitigar las injusticias sociales, para de este modo garantizar la perduración de la sociedad burguesa.

Se encuentran en este bando los economistas, los filántropos, los humanitarios, los que aspiran a mejorar la situación de las clases obreras, los organizadores de actos de beneficencia, las sociedades protectoras de animales, los promotores de campañas contra el alcoholismo, los predicadores y reformadores sociales de toda laya.
Pero, además, de este socialismo burgués han salido verdaderos sistemas doctrinales.  Sirva de ejemplo la Filosofía de la miseria de Proudhon.


Los burgueses socialistas considerarían ideales las condiciones de vida de la sociedad moderna sin las luchas y los peligros que encierran.  Su ideal es la sociedad existente, depurada de los elementos que la corroen y revolucionan: la burguesía sin el proletariado.  Es natural que la burguesía se represente el mundo en que gobierna como el mejor de los mundos posibles.  El socialismo burgués eleva esta idea consoladora a sistema o semisistema. Y al invitar al proletariado a que lo realice, tomando posesión de la nueva Jerusalén, lo que en realidad exige de él es que se avenga para siempre al actual sistema de sociedad, pero desterrando la deplorable idea que de él se forma.


Una segunda modalidad, aunque menos sistemática bastante más práctica, de socialismo, pretende ahuyentar a la clase obrera de todo movimiento revolucionario haciéndole ver que lo que a ella le interesa no son tales o cuales cambios políticos, sino simplemente determinadas mejoras en las condiciones materiales, económicas, de su vida.  Claro está que este socialismo se cuida de no incluir entre los cambios que afectan a las “condiciones materiales de vida” la abolición del régimen burgués de producciónque sólo puede alcanzarse por la vía revolucionaria; sus aspiraciones se contraen a esas reformas administrativas que son conciliables con el actual régimen de producción y que, por tanto, no tocan para nada a las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado, sirviendo sólo -en el mejor de los casos- para abaratar a la burguesía las costas de su reinado y sanearle el presupuesto.......







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