Por
Manlio Dinucci
El Occidente civilizado está luchando contra el terrorismo y
la barbarie... o al menos eso es lo que nos repiten día
a día los medios de prensa occidentales. La realidad es
muy distinta: la OTAN y las petromonarquías del Consejo de
Cooperación del Golfo apadrinan desde hace décadas a las peores organizaciones
terroristas, como el Emirato Islámico
4 DE FEBRERO DE 2016
El grupo
ministerial de la coalición contra el Emirato Islámico se reunió, el 2 de
febrero de 2016, en la sede del ministerio italiano de Exteriores, bajo
la presidencia de John Kerry y Paolo Gentiloni.
Este año el carnaval se abrió el 2 de febrero con la farsa que
representó, en la sede del ministerio de Relaciones Exteriores de Italia,
el grupo ministerial restringido –23 países más la
Unión Europea– de la «Coalición Global anti-Daesh» [1], copresidido por el secretario de Estado
estadounidense John Kerry y el ministro de Exteriores de Italia Paolo
Gentiloni. Disfrazados de antiterroristas, también forman parte de ese grupo
los mayores financista del terrorismo islamista, utilizado desde hace
décadas para socavar y destruir los Estados que se oponen a la estrategia
del imperio.
A la cabeza de este verdadero desfile de máscaras aparecen
Estados Unidos y Arabia Saudita, países que –como ha documentado una
reciente investigación del New York Times [2]– arman y entrenan a los «rebeldes»
que se ha previsto infiltrar en Siria en el marco de la operación «Madera
de Sicomoro», secretamente autorizada en 2013 por el presidente Obama,
dirigida por la CIA y financiada por Riad a golpe de millones de
dólares. Esto ha podido confirmarse con las imágenes de video que mostraron al
senador estadounidense John McCain –durante una estancia [ilegal] en suelo
sirio por cuenta de la Casa Blanca, en mayo de 2013– reuniéndose con
al-Baghdadi, el «califa» que encabeza el Emirato Islámico [3].
Es esta la más reciente de las operaciones secretas coordinadas entre
Estados Unidos y Arabia Saudita. Esas operaciones se iniciaron
en los años 1970-1980, con objetivos como la desestabilización de Angola y de
otros países africanos, así como para armar y entrenar a los muyahidines
en Afganistán y respaldar a los Contras [contra el gobierno sandinista]
en Nicaragua. Todo esto explica por qué Estados Unidos
se abstiene cuidadosamente de criticar las violaciones de los derechos
humanos en Arabia Saudita y el respaldo estadounidense a esa
petromonarquía en su guerra de masacre contra los civiles en Yemen.
También participan en este carnaval de máscaras Jordania y Qatar,
donde –como reporta el New York Times– la CIA ha creado bases
de entrenamiento para los «rebeldes», entre los que
se incluyen «grupos radicales como al-Qaeda», con vista a su
posterior infiltración en Siria y en otros países [4].
Qatar incluso proporciona a esas operaciones miembros de sus fuerzas de
comandos, como ya había hecho en 2011 cuando envió a Libia
al menos 5 000 hombres de sus fuerzas especiales. «Nosotros, los
qataríes, estábamos entre los rebeldes libios en el terreno,
[nos contábamos] por cientos en cada región», declaró posteriormente
el jefe del estado mayor Hamad al-Atiya [5].
Entre los «antiterroristas» que se exhiben en la sede del
ministerio italiano de Relaciones Exteriores también encontramos a los Emiratos
Árabes Unidos, que desde 2011 han formado, a través de
Blackwater-Academi, un ejército de unos 2 000 mercenarios, entre los que
se cuentan 450 (colombianos e individuos de otras nacionalidades
latinoamericanas) que ahora participan en la agresión contra Yemen.
También está Bahréin, que –después de ahogar en sangre
su propia oposición democrática interna con ayuda de las tropas de
Arabia Saudita– ahora devuelve el favor ayudando a Arabia Saudita en la masacre
contra los yemenitas, en la que también participa Kuwait, otro miembro del
grupo «antiterrorista», en el que también encontramos a Turquía,
puesto avanzado de la OTAN en la guerra contra Siria y en Irak,
donde respalda a los yihadistas enviándoles diariamente cientos de convoyes
cargados de armas y material de guerra en general. Después de haber
publicado pruebas, incluyendo varios videos, del envío de armas al Emirato
Islámico por los servicios secretos de Ankara, los periodistas turcos Can
Dundar y Erden Gul fueron arrestados y ahora pudieran incluso ser condenados
a muerte [6].
Entre los países occidentales presentes en este carnaval
de enmascarados se destacan Francia y el Reino Unido, que están utilizando
fuerzas especiales y sus servicios secretos en la realización de las
operaciones secretas en Libia, Siria y otros países.
Y el papel de atento anfitrión lo desempeña Italia, que
ya contribuyó a incendiar el norte de África y el Medio Oriente
con su participación en la destrucción del Estado en Libia, país
al que gobierno italiano se prepara ahora a regresar, ejerciendo
incluso el papel de «guía», en otra guerra bajo las órdenes del ente
Estados Unidos/OTAN. Disfrazada de «operación de mantenimiento de
la paz» (sic), esa nueva guerra tiene como objetivo tomar el control
de las zonas estratégicas y de los recursos energéticos libios [7].
En los salones del ministerio de Relaciones Exteriores de Italia
sólo faltaron las notas de Tripoli, bel suol d’amore,
la canción que, en 1911, celebraba la guerra colonial
[de Italia] en Libia.
Fuente
[1] Daesh es el acrónimo árabe del Emirato Islámico, también
designado como Estado Islámico, así como por las siglas EI, EIIL, ISIL
o ISIS. Nota de la Red Voltaire
[2] “U.S. Relies Heavily on
Saudi Money to Support Syrian Rebels”, por Mark Mazzetti y Matt Apuzzojan, The New York Times,
23 de enero de 2016.
[3] «John
McCain, el organizador de la “primavera árabe y el Califa»,
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 18 de agosto de 2014.
[4] Ver también, “Blowback!
U.S. trained Islamists who joined ISIS”, por Aaron Klein, WND, 17 de julio de 2014.
[5] “Qatar admits sending
hundreds of troops to support Libya rebels”, por Ian Black, The Guardian, 26 de octubre de 2011.
[6] “Turkey arrests editors over
reports Ankara supplied weapons to Syrian fighters”, Raziye
Akkoc, The Telegraph, 26 de noviembre de 2015.
[7] «Italia, missione Libia con un ruolo guida», Lettera
43, 26 de enero de 2016.
Disfrazados
de "anti-Daesh"
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