viernes, 29 de abril de 2016

1º de Mayo: sobran los motivos para la lucha





Como comunistas, nuestro deber es romper eso que llaman paz social, que no es otra cosa más que aceptación resignada de la explotación.


El constante empeoramiento de las condiciones de vida de las clases trabajadoras no es consecuencia de la corrupción de un puñado de políticos, ni de la gestión de un gobierno reaccionario, ni el resultado de un repunte de la crisis económica. Esto se llama lucha de clases.


La caída de la tasa de beneficios del capitalismo significa que van a procurar explotarnos más, disminuir la masa salarial, incrementar la jornada laboral y recortar las prestaciones sociales, es decir, eliminar formas de salario indirecto y diferido como son los servicios públicos o las pensiones. Esto tiene un efecto especialmente negativo en las mujeres de clase trabajadora, ya que, al carecer de medios para adquirir estos servicios en el mercado, hace recaer sobre ellas (sobre su trabajo impagado y no reconocido) todo el peso de la reproducción de los trabajadores y las personas dependientes. De los recortes en las pensiones también se llevan la peor parte, pues son las mujeres quienes acaparan los contratos a tiempo parcial y eventuales e incluso el empleo sumergido, que no cotiza.


La solución no vendrá de la mano de ningún candidato mediático, ni de tertulianos convertidos en tribunos de la plebe. Mientras no encuentren una oposición contundente y no se lesionen sus beneficios, tendrán vía libre para seguir esta senda.


No hay espacio ya para seguir practicando el sindicalismo de concertación y de co-gestión de las políticas económicas que venimos conociendo desde la transición. El capital ya no tiene interés en mantener un nivel de consumo elevado entre las clases trabajadoras; ese añorado Estado del Bienestar sólo se mantuvo mientras había una palpable amenaza de cambio revolucionario. Dejemos de alimentar la ilusión de que se puede recuperar.


Desde los Pactos de la Moncloa de 1977 –que imponían la pérdida de salario para conseguir la respetabilidad de nuevos actores dentro de la monarquía parlamentaria- hasta la Reforma de la Jubilación de 2011 –que alargaba la vida laboral y disminuía las pensiones -, los acuerdos firmados han supuesto cesiones sin contrapartidas visibles. Esta política de pactos sólo ha contribuido a fortalecer a determinados aparatos sindicales, lo cual es muy distinto que beneficiar al conjunto de la clase obrera.


Nuestra referencia la constituyen una serie de luchas consecuentes de la clase trabajadora: la movilización de los mineros, la resistencia de la plantilla de Coca Cola, las huelgas de los barrenderos de Madrid, de Panrico, de Movistar… Desde la firmeza, desde la unidad en la lucha, desde la conciencia de clase, estos compañeros y compañeras son la prueba visible de que es posible vencer.


Una premisa indispensable para triunfar en esta batalla es que ejerzamos nuestra solidaridad como clase con los focos de resistencia obrera. El movimiento vecinal y todos los organismos populares deben arropar a los sectores en lucha.


El movimiento obrero tampoco debe olvidar nunca que su horizonte es la consecución de una sociedad sin clases. Si carecemos de este referente político, todos los triunfos acabarán por ser victorias pírricas. Esas mejoras de orden material, que tanto esfuerzo cuesta lograr, pueden perderse en cuanto bajemos mínimamente la guardia, porque esta es la esencia del capitalismo.


La necesidad de que el movimiento obrero tenga un carácter sociopolítico y no se limite a las reivindicaciones económicas más inmediatas no se debe confundir ni con el sectarismo ni con la acción sujeta a consignas partidistas o electorales. Este carácter sociopolítico se traduce en la necesidad de enfrentarse al racismo y el imperialismo, asumir la lucha contra las discriminaciones que sufren las mujeres, enfrentar las políticas de ajuste y privatización que emanan de la Unión Europea, denunciar la creciente represión contra los movimientos populares, hacer nuestra la lucha contra los desahucios, oponerse con fuerza al TTIP (que amenaza con derribar los últimos obstáculos que ejercían las legislaciones estatales frente al liberalismo más salvaje), o denunciar la deuda que han contraído los estados como el resultado de socializar las pérdidas de los especuladores privados.


La clase obrera es la única fuerza capaz de emancipar a la sociedad. La clase obrera debe tomar el poder.










Manifestación 1 de mayo en Sevilla





Los lobbies financieros influyen en las decisiones en el parlamento europeo y las multinacionales escaparán al control político con el tratado de Libre Comercio UE-EEUU.





200 Km



Actualizado el 9 nov. 2011
Las marchas que llevaron a cabo los trabajadores de Sintel desde seis puntos de España para llegar a Madrid el día 1 de mayo.


Los trabajadores de Sintel protestaban porque tanto el Gobierno como Telefónica habían incumplido los acuerdos a los que se llegó en el 2001. Se les había prometido que se les prejubilaría o que serían recolocados en alguna empresa. Sin embargo, nada de aquello no había pasado. Los trabajadores reclamaban que se llevara a cabo el acuerdo.


Los catorce directores que participaron en 200 km acompañaron a los trabajadores en su marcha. Cargaron con 200 euros por cabeza, una cámara y una mochila. El objetivo era dar voz a aquellas personas, que aparecían en los medios de comunicación aunque no con el grado de incidencia que merecían. 200 km es un complemento a otro documental, el de Georgina Cisquella y Pere Joan Ventura, titulado El efecto Iguazú, que abordó los despidos de los trabajadores de Sintel y que mereció el Goya 2003.


La película acaba con la manifestación que hicieron en Madrid todos los extrabajadores de Sintel que habían participado en la marcha. En esta concentración uno de los trabajadores agredió al secretario general de CCOO, José María Fidalgo.

200 km es también una denuncia a la poca repercusión que tuvo el caso Sintel en la prensa, en la radio y en la televisión. Estos catorce directores quisieron enfocar su mirada sobre un problema que afectaba a centenares de personas y que estaba pasando de forma un tanto inadvertida.

De Sintel a Sintratel 1/3


De Sintel a Sintratel 2/3



De Sintel a Sintratel 3/3



José María Fidalgo un traidor y un renegado





jueves, 28 de abril de 2016

Verdades elementales. Andreu Nin Por la unificación marxista




L”OPINIO.6 ABRIL 1929. Nº 60


Fuente: Andreu Nin Por la unificación marxista. Miguel Castellote, Editor 1978, edición bilingüe


Los escritores liberales burgueses oponen a menudo la “libertad humana” a la “justicia social”. No comprenden que sin justicia social la libertad humana no es posible, porque el origen de la esclavitud nace en la desigualdad económica. “Proclamar” la libertad de los hombres no tiene valor si las causas de la esclavitud social subsisten. La “libertad” no tiene necesidad de ser proclamada; lo que es necesario es destruir las causas que la hacen imposible.


Es también una actitud corriente de los liberales burgueses la de declararse adversarios de la lucha de clases. La lucha de clases no es un procedimiento de combate, sino un hecho social. Se puede estar o no de acuerdo con la teoría marxista según la cual la historia de la sociedad es la historia de la lucha de clases; se puede considerar esta lucha como un hecho de importancia secundaria, ninguno sin embargo, puede negar su existencia. Declararse adversario de ella, por tanto, está tan falto de sentido como si uno se niega a reconocer la lluvia o el frio. Al hombre razonable no se le ocurrirá combatir estos fenómenos naturales subiéndose a un banco de la plaza de Cataluña para proclamar las excelencias del buen tiempo. A decir verdad, el reformismo se vale del paraguas de la colaboración de clases y del abrigo de las pequeñas reformas para resguardarse del vendaval de la batalla social. Ahora que el viento y la lluvia siguen existiendo, como sigue existiendo la lucha de clases a pesar de los que se tapan los ojos para no verla o se refugian en la “democracia” y “la paz social”.


La igualdad y libertad como categorías políticas independientes, si no se ligan con el sistema económico, son una atopía. No puede haber libertad ni igualdad políticas mientras haya desigualdad y esclavitud económica. La igualdad y la libertad son fundamentalmente incompatibles con el régimen de producción capitalista, basado en el privilegio y en la explotación.


La igualdad únicamente puede existir en una sociedad en la cual hayan desaparecido las clases. La libertad es únicamente posible en un régimen en el cual es únicamente posible en un régimen en el cual una minoría que dispone de los medios de producción y del poder político. En una sociedad sin clases el Estado (instrumento de dominación de una clases sobre otra) no tendrá razón de existir. El “gobierno de los hombres” será sustituido por la “administración de las cosas”.


 No es suficiente con “querer” la libertad y con proclamarla en los editoriales de los periódicos. Para conquistarla, la condición indispensable es derrocar a la clase cuya dominación engendra la esclavitud: la burguesía. Únicamente hay un medio para llegar a este objetivo: la toma violenta del poder (pues la burguesía no lo cederá de grado, aun en el caso de que se encuentre en minoría en el parlamento) y la instauración de la dictadura del proletariado, que durará mientras duren las clases y desaparecerá automáticamente cuando las clases dejen de existir. Nadie es partidario de la violencia por placer, como no es por placer que uno es sometido a una operación quirúrgica cuando la ciencia no conoce otro procedimiento para curar una enfermedad.


Combatir esta solución al problema, o, mejor dicho, este desenlace inevitable del desarrollo del proceso histórico social, en nombre de los principios democráticos y liberales generales, equivale a defender, objetivamente, la perpetuación del régimen capitalista, esto es, de la desigualdad y de la esclavitud. “La victoria de la Revolución- decía Pléjanov cuando no había abandonado todavía el marxismo revolucionario- es el fin supremo, y si por la victoria de la revolución es necesario limitar la acción de este o aquel principio democrático, sería un crimen no hacerlo.


La dominación de la burguesía adopta, según las circunstancias la forma democrática (incluso la coalición con los socialistas reformistas) o la forma abiertamente dictatorial (fascismo). La esencia de clase de esta dominación permanece sin embargo, invariable. Y la burguesía tiene plena conciencias de ello, puesto que si emplea una u otra forma es únicamente por conservar su posición. Si habla de “democracia”, de “libertad”, de los “intereses de la civilización humana”, etc., es para encubrir con frases llamativas su dictadura de clase, esto es, la “democracia burguesa”, la “libertad burguesa”, los intereses de la civilización burguesa…

La pequeña burguesía, la cual, por el papel que ocupa en la sociedad, no tiene una posición privilegiada que defender, cree a menudo sinceramente en la posibilidad de superar los antagonismos de clase mediante la instauración de una vasta democracia política. Es precisamente esto lo que constituye el carácter “ilusorio” de las aspiraciones democráticas y liberales de la pequeña burguesía. Pero cedamos la palabra a los clásicos. En su der XVIII Brumaire de Louis Bonaparte, Marx, hablando del partido democrático socialista fundado en 1849 en Francia, escribe:


“El carácter peculiar de la democracia socialista consiste en lo siguiente: se exigen instituciones republicanas democráticas no para suprimir los dos extremos, el capital y el trabajo asalariado, sino que para atenuar el antagonismo y transformarlo en armonía. Sea cual sea la diversidad de medios propuestos para realizar este fin, a pesar del carácter más o menos revolucionario de las ideas con las que se adorne, el contenido es el mismo: se trata de transformar la sociedad por vía democrática, pero sin superar el marco de la pequeña burguesía. No hay que creer, fundándose en una idea estricta, que la pequeña burguesía quiere, por principio, hacer prevalecer un interés egoísta de clase. Ella se figura, al  contrario que las condiciones particulares de su emancipación son las únicas condiciones generales que permiten salvar a la sociedad moderna y evitar la lucha de clases. No se debe creer tampoco que los representantes demócratas sean todos unos tenderos o sigan siempre a estos últimos. Por su cultura y su situación individual pueden estar considerablemente alejados de ellos. Lo que los hace representantes de la pequeña burguesía es el que no puedan superar en la teoría los límites que estos últimos no pueden superar en la práctica, y que teóricamente se ven impulsados hacia los mismos problemas y las mismas soluciones a los que el interés material y la situación social impulsa en la práctica a los segundos. Esta es en general por otra parte, la relación que existe entre una por otra parte, la relación que existe entre una clase y sus representantes políticos y literarios”.


KARL MARX: EL DIECIOCHO BRUMARIO DE LUIS BONAPARTE





Introducción del libro por Humberto da Cruz, Carmen Espinar
                                   I
Andreu Nin nació en El Vendrelll ( Baix Panedés) el 4 de febrero de 1892, permaneciendo en esta localidad durante los primeros años de su vida.


En 1910 partió para Barcelona con el fin de estudiar Magisterio Superior. Ya a lo largo de este periodo comienza a aflorar su vocación política, adhiriéndose a la” Unión Federal Nacionalista Republicana” y ejerciendo una actividad dirigente en el seno de la Asociación de Estudiantes Normalistas de la Universidad de Barcelona.


En 1914, su interés por el socialismo y su abandono progresivo del radicalismo burgués nacionalista, le llevan a militar en la Federación Catalana del PSOE. No obstante, sus actividades profesionales durante estos años relegan su actividad política a un segundo plano, hasta que la noticia de la revolución rusa le impulsa a colocar como tarea central en su vida la organización de la revolución.


A partir de este momento, sus concepciones van evolucionando y, simultáneamente, se van alejando del socialismo, al menos de la forma en que lo entendía el PSOE, lo que le lleva a abandonar esta organización.


Decide entonces adherirse a la CNT y, tras un primer momento de adaptación y, en gran medida, como consecuencia de su participación en el Congreso de la Comedia en 1919, se integra plena y destacadamente en la vida de la Confederación, culminando este período con su detención en 1920.

Al abandonar la cárcel, Nin pasa, casi inmediatamente, a ocupar cargos de dirección que le llevan en un plazo muy breve a la Secretaría del Comité Nacional de la CNT, cargo que le permitirá tomar contacto directo con la Revolución Rusa, al ser integrado en la delegación de la CNT que asistió al primer Congreso de la Internacional Sindical Roja.


Será éste un viaje sin regreso, ya que en el Congreso fue nombrado delegado de la ISR en el Buró de Europa Central y ello le impedía volver a España. Su vinculación a la ISR permanece aún después de la ruptura de la CNT con aquella, convirtiéndose Nin, en funcionario del aparato sindical internacional dependiente de Moscú, y pasando a ser, en 1922, miembro del Secretariado de la ISR.


Su brillante carrera político-sindical se ve, sin embargo, truncada al cabo de pocos años debido a su  adhesión al grupo de oposición en el seno del partido ruso y de la Internacional, encabezado  por Trotsky.


Este segundo gran periodo de su vida política acaba en 1928, con su expulsión del partido y de todos los cargos que había ocupado hasta entonces.


En 1929, y merced a su expulsión de la URSS (hasta entonces no había podido desplazarse libremente), pudo regresar a España, iniciando así la tercera y más importante fase de su actividad política, a lo largo de la cual se mostró como uno de los escasos teóricos marxistas españoles que existieron en el periodo histórico que va hasta el final de la guerra civil.


Su contacto con la vida española que retomará físicamente en 1930, se va reiniciando ya desde 1928, momento en que paraliza su actividad en la URRS, a través de la lectura de publicaciones políticas españolas y de su colaboración en L`Opinió (1), en cuyas columnas participa en vivas polémicas como la que se entabló en torno al tema del anarquismo y en la que participaron Maurín, Peiró, Jordi Arquer, etc. (2).


También la publicación de su libro “Les Dictadures dels nostres días” (3), donde polemizaba con la obra de Cambó “Les dictadures”, le ayudó a restablecer el contacto con la actividad política española.

Todo ello, no obstante, no hace más que prepararle mínimamente el terreno, ya que sólo su integración física en la actividad de las organizaciones obreras españolas le permitirá realmente captar la nueva situación política que, sin duda, había sufrido grandes transformaciones a lo largo de sus 10 años de ausencia.



(1) Las principales colaboraciones de Nin publicadas en L`Opinió corresponden a los cuatros primeros textos de la presente recopilación

a) ¿Por qué nuestro movimiento obrero ha sido anarquista? (L`Opinió 11 agosto 1928 nº 26.

b)   Las raíces del anarquismo en Cataluña (L`Opinió 25 de agosto de 1928 nº 28

c)  Encuestas de L`Opinió (L`Opinió. 22 diciembre 1928. Nº 45

(2)Los textos de esta polémica han sido publicados e introducidos por Alberto Balcells en el nº 34 de la Revista de Trabajo. Madrid, 1971.


(3) “Les dictadures dels nostres diez” se publicó en Barcelona en 1930. Está en curso de reedición su versión castellana por la editorial Fontamara.







                                       II

Nin llega a Barcelona en septiembre de 1930 y, desde el primer momento, divide lo esencial de su atención política entre el análisis de la nueva situación creada en España tras la caída de la dictadura, y su participación en las actividades de la Oposición Comunista Internacional.


La situación política que encuentra es de acelerada descomposición de la Monarquía y, al mismo tiempo, de acentuada confusión entre las organizaciones obreras que acaban de salir de un largo período de represión. Así, el campo comunista (en el que se sitúa Nin) asiste a una violenta crisis entre la dirección del PCE y la FCCB (Federación Comunista Catalano- Balear), que representaba un peso equivalente al total restante del PCE.



El estigma de trotskista que portaba Nin le crea, desde los primeros momentos, serias dificultades para actuar en el campo comunista. Sin embargo, no duda en alinearse en lo esencial con la FCCB, con la que pasa a desarrollar cierta colaboración.



Su actividad organizativa, así como la expresión pública de sus ideas, se centran en torno al grupo de Maurín, ya que  la Oposición Comunista no existía más que entre algunos exiliados no poseyendo más que núcleos de simpatizantes semiorganizados. Nin no parece sentirse atraído, en estos primeros meses,  por la idea de dedicar grandes esfuerzos en el desarrollo de núcleos de opositores, sino que intenta atraer a la FCCB en bloque a las posiciones de la Oposición.


Esto es fácilmente explicable si tenemos en cuenta que las perspectivas de desarrollar, a corto plazo, un sólido núcleo de opositores de raíz nueva, eran nulas, mientras que la FCCB contaba con una sólida inserción en el movimiento obrero catalán.


La colaboración de Nin con la FCCB y la publicación de sus artículos en L`H ora (4), semanario vinculado a la Federación, le llevan a serias discrepancias con Trostsky, preludio de su futura ruptura en 1935, Ya que TrostsKy estimaba que la FCCB no era más que un grupo centrista cuyo posibilismo le exasperaba. De este modo la participación de Nin en sus actividades, así como en las del recién creado BOC (Bloc Obrer i Campesol) (5) y la esperanza que éste depositaba en un futuro, no hacían más que aumentar su exasperación.

(4) Su colaboración en L`Hora se extiende de enero a Abril de 1931 y está reproducida en las páginas…

(5) Para el conocimiento del desarrollo del BOC es de imprescindible lectura el libro de F.Bonamusa: El Bloc Obrer i Camperol. Els primer anys ( 1930- 1932) Barcelona



Sin embargo,  Nin no acepta sus consejos y va estrechando cada vez más sus contactos, hasta el extremo de participar en la redacción de documentos internos.


Este primer enfrentamiento con Trostsky quedará parcialmente paliado cuando la FCCB y el BOC deciden prescindir de sus servicios y, en particular, de su presentación como candidato a las elecciones en las listas del BOC, pues temen que la imagen trostskista de Nin pueda resultarles perjudicial (no hay que olvidar que aún estaban vinculados a la 3º Internacional). palmente en Barcelona, y dedicar a ello lo esencial de sus esfuerzos.

En estos momentos la situación de los núcleos de Oposición no era muy brillante, pero había mejorado algo con el regreso de los militantes exiliados. Esto permite que el núcleo dirigente decida lanzar la publicación de un órgano de expresión mensual, a partir de Mayo de 1931, que toma el nombre de “Comunismo”.


No obstante, y a pesar de centrar sus esfuerzos en estas tareas, Nin no pierde aún la esperanza de recuperar al BOC y considera por ello oportuno no atacarle abiertamente. Sin embargo, los hechos no le dan la razón y, poco después, se ve obligado a desenmascarar la postura oportunista de sus excompañeros (6).


(6) “¿A dónde va el Bloque Obrero y Campesino?” Comunismo nº 4. Septiembre 1931. (Desde la pág. 101 hasta la pág. 122)



                                         III



A Partir de Mayo de 1931, pues, con el surgimiento de “Comunismo”, y a pesar de su escasa difusión inicial, la OCE ( Oposición Comunista de España) puede acometer la tarea de aparecer como algo más que el fantasma que había sido hasta entonces, al tiempo que Nin pasa a disponer de una tribuna desde donde expresar sus ideas.


Ya el primer número iba orientado en este sentido al publicar una serie de textos, principalmente el “Proyecto de Plataforma Política de OCE” que servirán de base a las discusión de la 2º Conferencia Nacional de la OCE (realmente es la 1ª desde que existía como algo organizado).


Esta 2ª Conferencia se realiza el 7 de Junio de 1931 y  en ella pudo palparse la escasa implantación conseguida hasta entonces, ya que sólo dos grupos locales (Madrid y Bilbao) tenían un mínimo de incidencia real.


Ante el enfriamiento de relaciones con la Federación, que se mantendrán sin embargo hasta Mayo de 1931, Nin decide por fin acometer la tarea de crear un centro organizado de la Oposición, princi-

A lo largo de las sesiones se aprobaron sin grandes problemas los textos un tanto esquemáticos y abstractos que se sometieron a discusión y que serían publicados en los números siguientes de la revista. Es de suponer que Nin participase activamente en la elaboración de estos textos. No obstante, su principal trabajo en este periodo fue “El proletariado ante la revolución española” (7), que resulta francamente más interesante que las tesis de la Conferencia.


(7) Este trabajo que incluimos en la pág. 135 hasta la pág. 169 se publicó en forma de folleto en Barcelona en el  Verano de 1931.



Esta fase desarrollo, a pesar de que superaba escasamente los cien militantes, lleva a la OCE a plantear la necesidad de la intervención política, planteamiento que desemboca, por presión de Nin, en la creación de un semanario político dirigido a las masas y no únicamente a la vanguardia, como era el caso de “Comunismo”. Surge así “El Soviet”, cuyo primer número ve la luz el 15 de Octubre de 1931.


En esta misma época, la OCE comienza también a plantearse el problema de orientarse hacia una práctica de entrismo o, por el contrario, intentar desarrollarse como organización comunista autónoma. Problema que originará la ruptura con Trostsky y la escisión de los elementos más vinculados a éste, que eran partidarios de la entrada en bloque al PSOE.


Nin y sus colaboradores más directos optan progresivamente por la vía de la organización autónoma, aunque con vocación de unificación de los marxistas. Es este uno de los temas que trata el primer editorial de El Soviet y que ya no dejará de aparecer en la tendencia ninista de la OCE. Esta nueva orientación contribuye a que los textos de Nin, a partir de finales del 31, dedicados al análisis de coyuntura vayan adquiriendo mayor consistencia y consigan ya una aproximación más sólida a la realidad.


“El Soviet”, sin embargo, tendría poca vida al ser prohibida su publicación tras el primer mes, recibiendo así, tanto la OCE como Nin, un duro golpe.


A comienzos de 1932, la Oposición Comunista aparece ya, a pesar de sus problemas políticos y organizativos, como una organización con cierta incidencia entre las masas una organización con cierta incidencia- de poco más de cien militantes en el otoño anterior, pasa a algo más de cuatrocientos- sino, especialmente, a su extensión geográficas- en este momento existen y a las federaciones catalana, andaluza, gallega, castellano- leonesa y vasco-navarra.


Este mayor contacto con la realidad lleva a una  creciente necesidad de planteamientos tácticos, así como a un aumento de la discusión interna en torno al carácter que como organización debe asumir la OCE. Esto se explica si tenemos en cuenta que un planteamiento etéreo y abstracto de Oposición Comunista, sin considerarse como partido diferenciado del PC, solo es sostenible por un grupo dedicado a la simple especulación, pero no quien espere asumir algún carácter de dirección política en la práctica de masas.


Como consecuencia de todo ello comienza a prepararse la 3ª Conferencia de la OCE, que comienza finalmente en Madrid el 26 de Marzo de 1932.


Es importante verificar que la situación política impulsaba de tal modo a una redefinición- particularmente en el campo comunista- que, con escasas semanas de diferencia en relación a esta conferencia, se realizaría el IV Congreso del PCE y el II de la FCCB-BOC.


La tercera conferencia de la OCE representó un momento de viraje fundamental para la organización. Si bien las tesis políticas aprobadas, aunque con mayores concreciones, no representaron importantes innovaciones en relación a las posiciones existentes (8), no ocurrió lo mismo con la situación organizativa.

En este sentido, el cambio de nombre de OCE (Oposición Comunista de España) a  ICE (Izquierda Comunista de España), llevaría a posiciones políticas y organizativas más sólidas en torno a la unidad obrera a partir de una entidad definida, con el consiguiente abandono de la situación de pretendida fracción de un partido con el que no existía ningún vínculo orgánico desde hacía ya tiempo.


Ello facilitará la evolución por la que la ICE se integra en el proceso de gestación de las Alianzas Obreras y, más tarde, en 1935, en el proceso de unificación con el BOC.


Estos cambios políticos y organizativos tienen como consecuencia el enfrentamiento, y posterior alejamiento, del sector ortodoxo trotskista, encabezado por “ Henri Lacroix” (Francisco García Lavid) hasta entonces secretario-general y, paralelamente, el ascenso del protagonismo de Nin y sus más directos colaboradores, que culmina, algunos meses después, en su nombramiento como nuevo secretario-general.


Comunismo (1931-1934)


Una vez acabada la conferencia, Nin se lanza abiertamente, tras su regreso a Barcelona, a la tarea de poner nuevamente en marcha el semanario “El Soviet” esfuerzo que culmina al cabo de pocas semanas, a mediados de Mayo, con la aparición del primer número de la nueva época.



En este nuevo periodo, Nin publica un número considerable de artículos, siendo de suponer que fuese el autor o inspirador de gran parte de los editoriales (9). Por esta misma época escribe un nuevo


(8) Hemos considerado interesante reproducir en esta antología las tesis de la III Conferencia debido a la importante participación de  Nin en su redacción, y a la importancia que tuvieron en el cambio parcial de estrategia de la OCE.

(9) Así lo afirman al menos ciertos autores y algunos de los colaboradores de Nin en las tareas de redacción. A pesar de lo difícil que resulta seleccionar artículos no firmados, hemos incluido aquellos editoriales de los cuales había mayores indicios que permiten atribuirlos a Nin, sin un gran margen de error.

 artículo sobre el tema de las nacionalidades (10), tema que constituirá una de sus más permanentes preocupaciones.


Una vez pasado el verano del 32, los enfrentamientos entre las dos de la ICE se recrudecen, llevando a que el sector trotskista, como ya hemos citado, fuese excluido de la dirección. El nuevo comité ejecutivo quedó formado del siguiente modo: Andreu Nin como secretario general, Josep Metge, Molins i Fabrga, L. Fersen y E. Goñi. Con ello, el viraje iniciado en la 3ª Conferencia culminaba a nivel orgánico, pasando la ICE a disponer de un gran campo de acción sin los frenos que, hasta entonces, había impuesto la estrecha concepción trotskista.


Esta nueva orientación llevaría, asimismo, a un incremento de los enfrentamientos con la oposición Internacional. A este nivel, la polémica se centró, una vez más, en que la Oposición propugnaba su mantenimiento como una fracción de la IC (Internacional Comunista) y que, por lo tanto, no debía actuar como partido autónomo, ni en lo referente a elecciones ni en la perspectiva político-organizativa general.


Por el contrario, tanto la ICE como Nin, aunque sin romper aún abiertamente con la línea general de la Oposición, consideran que es necesario participar en los procesos electorales así como (si bien, por cuestión táctica, afirman lo contrario) ir dando pasos hacia un “segundo partido”.


Ya en la segunda mitad de 1933, Nin escribe uno de sus textos más importantes, el prólogo a la “Crítica del Sindicalismo” de Plejanov, publicado en “Comunismo” en sus aspectos más esenciales (11).


Con el desarrollo de las elecciones generales, que imponen la formación de un gobierno de derecha encabezado por Lerroux, el panorama político, en estos momentos, sufre un cambio radical que tiene especial  incidencia en las perspectivas de las organizaciones de izquierda.



En efecto, la suspensión de la política reformista, aunque zigzagueante, de la coalición republicano-socialista, de hace ciertas ilusiones y colabora en la creación de un proceso de convergencia que, en algunos puntos del Estado, desembocará en la constitución de Alianzas Obreras.



(10)  Consideraciones sobre el problema de las nacionalidades. Comunismo nº 12 Mayo 1932.

(11) Critica del sindicalismo Plejanov




                                     IV



A partir de la victoria de la coalición de derecha en las elecciones, Nin dedica algunos trabajos al significado del nuevo gobierno y a su posibilidad de deslice hacia el fascismo. Para estos análisis parte de una visión general de los ejemplos clásicos y del estudio de la peligrosa situación que puede gestarse bajo la batuta de Lerroux (12).


A pesar de que el esfuerzo central proviene del BOC, Nin y la ICE desarrollan en estos meses una notable actividad en torno a la creación de las Alianzas obreras. La primera de éstas se crea en Cataluña el 9 de Diciembre, a partir del acuerdo de candidaturas únicas, efectuado en Noviembre, entre el BOC y la Federación Socialista de Cataluña del PSOE. En ella participaron la Federación Socialista de Cataluña (PSOE), el BOC, la Federación Sindicalista Libertaria, la USC, IC, la Unió de Rabassaires y Federación de Sindicatos excluidos de la CNT.


La USC y la Unió de Rabassaires mantendrían por poco tiempo su participación, ya que sus posiciones abiertamente posibilistas y oportunistas les llevaron a no solidarizarse con cualquier tipo de unidad que molestase a la Esquerra Republicana y demás partidos burgueses. Así. La huelga de Marzo les llevó a abandonarla.

(12) ¿Que significa lerroux en la política española? Comunismo nº 30 Noviembre- Diciembre 1933.

A pesar de que el esfuerzo central proviene del BOC, Nin y la ICE desarrollan en estos meses una notable actividad en torno a la creación de las Alianzas Obreras. La primera de éstas se crea en Cataluña el 9 de Diciembre, a partir del acuerdo de candidaturas únicas, efectuado en Noviembre, entre el BOC y la Federación Socialista de Cataluña (PSOE), el BOC, la Federación Sindicalista Libertaria, la USC, IC, La Unió de Rabassaires y la Federación de Sindicatos excluidos de la CNT.


La USC y la Unió de Rabassaires mantendrían por poco tiempo su participación, ya que sus posiciones abiertamente posibilistas y oportunistas les llevaron a no solidarizarse con cualquier tipo de unidad que molestase a la Esquerra Republicana y además partidos burgueses. Así, la huelga de Marzo les llevó a abandonarla.


Por el contrario, el PSOE o, el menos, su sector de izquierda encabezado por Largo Caballero, fue apoyando con bastante entusiasmo la idea de las alianzas obreras, participando en su creación y desarrollo tanto en Cataluña como, poco más tarde, en Valencia (3 de Febrero) y Asturias, con la novedad, en este último caso, de la incorporación de la CNT. También en Madrid se constituiría, el 6 de Mayo, la Alianza Obrera, con base esencialmente en el PSOE.


En este periodo, la actividad de Nin se dirige principalmente a actividades comunes de la Alianza Obrera ( mítines, etc..) y la consolidación de la ICE. A nivel teórico continúa desarrollando el tema de las nacionalidades, que centrará sus principales trabajos publicado en el periodo que se extiende hasta la Revolución de Octubre (13)



En el Verano de 1934 se da un cambio importante en el desarrollo de las Alianzas con la incorporación del PC (14); la CNT, sin embargo, mantiene su posición sectaria y divisionista excepto en Asturias haciendo recaer sobre ella una gran responsabilidad histórica en los sucesivos fracasos que, en estos años, sufre la clase obrera.




(14)  Esta decisión fue tomada tras un largo periodo de insultos y de contraponerlo al frente único. Como es habitual a lo largo de este período, el cambio se da de golpe y de arriba abajo. Donde se decía negro ahora es blanco, y quien no lo acepte probablemente será un “renegado trotskista”. En este sentido, los métodos sectarios y burocráticos no habían cambiado nada de la dirección de Bullejos a la dirección de José Díaz. La única diferencia sustancial es que esta segunda era más “obediente” a las órdenes de Moscú vehiculadas a través de la IC.



Esta evolución se corta con la insurrección de Octubre, que fue encabezada por las Alianzas Obreras y que, sólo donde estas habían integrado a la totalidad del movimiento obrero – Asturias- , mostraron capacidad para lograr el poder si bien, debido a su aislamiento, sólo pudieron retenerlo algunos días.


Después de esta derrota y la consiguiente limitación o prohibición de la actividad de los partidos de cada vez más abiertamente, hacia la reconstrucción y fortalecimiento de las Alianzas Obreras así como hacia la búsqueda de la unidad, incluso orgánica, de todas las fuerzas marxistas.



Este proceso de unidad se inicia en Febrero de 1935 entre el BOC, FSC (PSOE), PC en Cataluña, P. Catalán Proletario, ICE y USC (15). De la polémica, acercamiento y alejamiento de posturas, saldrá finalmente la fusión IC-BOC, con la creación del POUM a finales de Septiembre del mismo año.

(15)   El resumen de estas reuniones ha sido publicado recientemente en:


Documento: El proceso de unificación marxista en Cataluña (1935-1936), pág. 88-94



Será este proceso, y todo el debate en torno a él, uno de los puntos donde las aportaciones de Nin y, en general, de sus principales actores, serán más interesantes incluso a la luz de la situación actual.


Es este también el momento de la ruptura final con Trotsky, pues éste impulsaba la idea de la integración de la IC en el PSOE, fiel a su política general de ingreso en los PSs para evitar el aislamiento grupuscular.



A partir de la fusión, la táctica de la unificación sufre alguna matización, pero no es en absoluto modificada por el nuevo partido. En efecto, el objetivo pasa a ser establecido de un acuerdo de unidad PSOE, PCE, POUM, sobre la base del siguiente temario: aceptación de la Alianza Obrera como órgano del frente único; constitución de ésta a nivel de todo el Estado; unidad sindical; aceptación de los principios básicos del socialismo revolucionario; aceptación del carácter democrático- socialista de la revolución pendiente; objetivo de la Unión Ibérica de Repúblicas Socialistas.



El periodo de asentamiento del partido fue muy breve, pues la aproximación del periodo electoral le obliga, desde finales del 35, a dedicar casi toda su atención a esta cuestión.


No obstantes, Nin dedica su actividad central a las tareas de unificación y consolidación del nuevo partido, así como, a partir de Noviembre, a mítines electorales. Esto no le impide continuar su trabajo teórico, particularmente en el terreno de la cuestión nacional, que tiene como resultado algunos artículos y su libro “Els moviments d`emacipació nacional”, una de las obras más importantes que publicó a lo largo de su carrera política (16)

(16) Els Moviments dÈmancipació Nacional, Barcelona 1935. Existe una reedición en Paris en las Edicons Catalanes (1970), y está ya anunciada su publicación en Barcelona para los próximos meses.

Andreu Nin. Los movimientos de emancipación nacional (1935)



                                      V


Desde un primer momento el POUM consigue una fuerte implantación en Cataluña y, y secundariamente, en Valencia y Asturias. Los demás núcleos, si bien en zonas de Galicia y de Castilla tuvieron alguna importancia, no pararon nunca de un estadio de presencia casi simbólica.


En Enero de 1936 Andreu Nin presenta a un pleno del C.C. un informe electoral, donde afirma que la presencia del POUM en las Cortes sería importante, por lo cual había que acudir a las elecciones. La fórmula de candidaturas más deseable había sido a través de las Alianzas Obreras, pero ante su imposibilidad, el POUM opta por apoyar la candidatura del Frente Popular, excepto en Cataluña, donde intenta alianzas con los partidos de izquierda Republicana.


Finalmente, el POUM consigue colocar como diputado únicamente a Maurín, al obtener éste más de 250.000 votos en Barcelona.


A partir de Enero, Nin pasa a ocuparse de la revista teórica del POUM “La Nueva Era”, uniendo esta actividad a sus tareas como responsable sindical en la dirección del partido.


Frente a los análisis optimistas del resultado de las elecciones Nin, sin negar su importancia, considera que es un grave error dormirse en los laures del triunfo y caer en la peligrosa postura de buscar la consolidación del régimen republicano, que no sería más que la consolidación de la burguesía en el poder. Por el contrario, y criticando duramente la política frentepopulista, considera que hay que mantener la autonomía e independencia política del movimiento obrero, lo cual pasa por reforzar las alianzas obreras y crear las condiciones para el surgimiento del gran partido revolucionario.


En el momento de la sublevación militar-derechista del 18 de julio, el POUM no había conseguido aún asentarse totalmente como organización, lo que no obstó para que respondiera decididamente a la cabeza de la mayoría de las primeras luchas de resistencia contra la sublevación.


A consecuencia de la reorganización total del gobierno de Cataluña tras el comienzo de la guerra, Nin es nombrado Consejero de Justicia de la Generalitat, puesto desde el que desarrollaría una importante acción política, probablemente la de mayor repercusión externa de toda su carrera política.


Su labor a lo largo de los tres meses ocupó el cargo (del 26 de Septiembre al 13 de Diciembre) se centró como él mismo dijo, en legalizar lo que, espontáneamente, había hecho las masas trabajadoras.


En este sentido destaca particularmente la creación de Tribunales Populares, cuyo planteamiento desarrolló Nin en diversos artículos y discursos (17).


(17) En relación a este tema hemos incluido el texto de la conferencia de Nin en Radio POUM de Octubre de 1936, donde expresa sus objetivos básicos.


Pero la actividad de Andréu Nin no pudo tener una larga duración, debido al creciente enfrentamiento del PCE-PSUC con el POUM que llevaría, en Diciembre de 1939, a la expulsión de éste llevaría, en Diciembre de 1939, a la expulsión de éste último de la Generalitat.


La discrepancia fundamental vendría determinada, por un lado, por la posición decidida del POUM de transformar la resistencia militar- que había considerado ciertos cambios- en revolución socialista, considerando que éste era además el único modo de ganar la guerra. Por otro lado, el PCE al agarrarse dogmáticamente a una concepción estrecha y claudicante de frentepopulismo, forzaba sistemáticamente a retrasar todo avance socialista, subordinándolo a los pactos para salvar la democracia que le sometían a la continua vacilación de los partidos de la pequeña y media burguesía y, a los cuales, curiosamente, sustituía en términos de la elaboración teórica de clase.



La consecuencia de este enfrentamiento, al no hacer desde un planteamiento que subordinase los puntos de vista de partido a la unidad de la clase, fue el mutuo ataque virulento, con gran ventaja por parte del PCE-PSUC, que utiliza el lenguaje y los métodos tristemente célebres, puestos en uso por la burguesía de Estado stalinista a lo largo de los procesos de Moscú.


Las acusaciones de trotskismo al POUM y, por lo tanto, de agentes de fascismo internacional, no cesaron ya desde finales de 1936, fueron preparando el terreno para acometer la destrucción física de esta organización.

Los continuados ataques de José Díaz y sus colaboradores, así como el crecimiento poder del PCE en el campo de la República, culminaron con la detención de Nin y los principales dirigentes del POUM el 16 de junio de 1937, que fue comentada del siguiente modo en Mundo Obrero: “Ayer Nin, el renegado Nin, actualmente uno de los cabecillas trotskistas, fue detenido. Esta es la ruta a seguir. Suspensión de La Batalla- aunque hay que liquidar también el libelo que sustituye a ésta en Barcelona- incautación de la emisora del POUM y detención de los dirigentes. Hay que continuar por este camino, para seguridad del pueblo”.


Pocos días después, Nin era asesinado en las afueras de Madrid presumiblemente por agentes de la policía secreta soviética, aunque este extremo es difícil de aclarar, ya que los continuos intentos de clarificación fueron sistemáticamente bloqueados, y sólo testimonios personales como el de Jesús Hernández (18), han conseguido ir dando alguna luz sobre este tenebroso asunto.


El último testimonio político dejado por Nin fue el texto del informe que pretendía presentar al Congreso del POUM previsto para finales de Junio- que obviamente no llegó a realizarse- y que publicamos como último texto de esta antología.



(18)  Jesús Hernández Tomás.  Yo fui ministro de Stalin, Madrid 1954


Jesús Hernández. Yo era un ministro de Stalin - extracto



                                                                                                                                                                                                                              

La situación política y las tareas del proletariado

Proyecto de “Tesis políticas”, elaboradas por Nin, para presentarla al Congreso nacional del POUM, el 19 de junio de 1937. Dicho Congreso no llegó a celebrarse a causa de la represión.




EL PROCESO CONTRA EL POUM. (Un episodio de la revolución española)



Andreu Nin. El significado y alcance de las jornadas de mayo de 1937 frente a la contrarrevolución



El fascismo y el papel de la Internacional Comunista y el PCE durante la Guerra Civil española




(15)   El resumen de estas reuniones ha sido publicado recientemente en:


Documentos: El proceso de unificación marxista en Cataluña (1935-1936), pág. 88-94



                              Documentos

 El proceso de unificación marxista en Cataluña (1935-1936), pág. 88-94


El partido Socialista Unificado de Cataluña ha conmemorado con un estruendo sorprendente y realmente desproporcionado el 40 aniversario de su fundación. Por lo visto, la fundación del PSUC tiene históricamente más importancia que la réplica del proletariado de Cataluña a la insurrección militar-fascista de 1936 y que la propia Revolución de hace 40 años, acontecimientos que han sido pasados por ello por motivos oportunistas relacionados con el pasado y con la política presente.


Los dirigentes del PSUC repiten con frecuencia que han cambiado mucho y que han roto con su pasado stalinista. Pero la práctica concreta les desmiente constantemente. El 40 aniversario de la fundación de su partido les ofrecía una ocasión excepcional de hacer un balance objetivo y sincero de su política, de restablecer la verdad en numerosos dominios y de sacar las lecciones de su subordinación a la política stalinista del Kremlin durante muchos años. Sin embargo, han preferido optar por un triunfalismo ridículo y han escamoteado los hechos esenciales.


Hoy como ayer, el objetivo es reforzar el PSUC a todo precio e imponerse en Cataluña como fuerza hegemónica. De ahí que hayan eludido todos los problemas litigiosos (el propio origen del PSUC, la política reaccionaria desarrollada durante la Revolución y la guerra civil, su intervención en la represión stalinista contra el POUM y la CNT, la eliminación de Comorera y su grupo, etc.). Y de ahí también que hayan dejado de lado una cuestión muy importante: la del fascismo de la ^unificación^ de 1936.

En efecto, el PSUC se fundó a partir de la fusión de cuatro grupos: la Unió Socialista de Catalunya, y el Partit Catalá proletari. Pues bien, la mayor parte de esos grupos se han reconstituido de un modo independiente. Hay desde hace bastante tiempo una Federación catalana del PSOE, la tradición de la Unió Socialista de Cataluña está representada por el Partit Socialista de Catalunya y existen además otros grupos que se reclaman del socialismo. En realidad, del mismo modo que desaparecieron las juventudes Socialistas Unificadas tras la reaparición de la organización juvenil del PSOE, el PSUC tenía que haber recuperado su verdadero nombre, el que corresponde a lo que es efectivamente y no el que ostenta todavía de un modo inapropiado, y abusivo.



Al objeto de contribuir a restablecer la verdad histórica en que respecta a los orígenes del PSUC y a los procesos de unificación que estuvieron lugar en Cataluña en los años 1935 y 1936, publicamos hoy dos documentos que tienen un interés indudable: las actas de las reuniones celebradas en Abril de 1935 en Barcelona por las organizaciones obreras que se reclamaban del marxismo por aquel entonces. Esta acta, aunque imperfectas, como todos los documentos de un movimiento obrero que trabajaba en condiciones bastante artesanales, revelan que después de la Revolución de Octubre de 1934 se abrió un proceso de unificación que condujo a una ruptura en dos bloques: el de las organizaciones marxistas revolucionarias, Bloque Obrero Y campesino e Izquierda Comunista, que dio lugar a la creación del POUM, y el de los grupos reformistas que se situaron rápidamente en el terreno del Frente Popular y del stalinismo y que condujo a la creación del PSUC. Estamos aquí en el dominio de la historia. Mas se trata de una historia relativamente reciente y que puede proporcionar enseñanzas importantes para las nuevas generaciones que afrontan hoy el problema de la reconstrucción del movimiento obrero en nuestro país.


ACTA DE LA REUNION DEL 6 ABRIL DE 1935


Asisten: Bloque Obrero y Campesino, Izquierda Comunista, Partit Comunista de Catalunya, Unió Socialista de Catalunya y Partit Catalá Proletari.


La reunión se abre con una hora de retraso, en espera de la llegada de la delegación de la Federación Catalana del PSOE, que no se presenta.


El BOC lamenta que no asista el delegado de la USC, que redactó el acta de la primera reunión, por lo que  ésta no puede ser aprobada. No obstante, pide que los delegados se manifiesten a propósito de los puntos que se concretaron en dicha reunión y que él lleva redactados. (Ver anexo).


El PCC manifiesta que está de acuerdo con aquellos puntos, pero propone que en lugar de decir marxismo revolucionario, se diga marxismo leninista. Manifiesta también, como cuestión previa, que el Partit Comunista de Catalunya es partidario de formar un Comité de Unificación de todos los partidos convocados a estas reuniones con la excepción de la Izquierda Comunista.

El BOC expresa su conformidad con los puntos establecidos en la primera reunión.


La USC manifiesta que en este momento no puede pronunciarse ya que están efectuando gestiones con el Partido Socialista Obrero Español y, según los resultados de tales gestiones, se expresarán de acuerdo con él. Hace reservas en lo que respecta al 2º punto, primer apartado, y no puede pronunciarse sobre el relativo a la Alianza Obrera, puesto que pertenece al Partido que resulte de la fusión.


Izquierda Comunista está de acuerdo con todos los puntos.


El PCP, acepando completamente los puntos, concede más importancia a la fusión. En beneficio de ésta, es partidario de encontrar los puntos y las consignas que la hagan posible, ya que se trata de Partidos marxistas y es necesario llegar a un acuerdo. Habiendo decidido en principio ir a la fusión, si no puede ser absoluta tendría que ser parcial; para que las tareas actuales tengan el máximo de eficacia, se colocarán en actitud de expectativa.


El BOC rechaza el cambio de nombre propuesto por el Partit Comunista de Catalunya.

La IC cree que no hay diferencias en lo que se propone y que, por razones de eficacias, hay que mantener la palabra revolucionario en lugar de la leninista.

El PCP, aunque es partidario de la palabra leninista, está de acuerdo en mantener la fórmula marxismo revolucionario por las mismas razones que ha expresado la Izquierda Comunista.


Se pasa a discutir la proposición del Partit Comunista de Catalunya sobre la exclusión de la Izquierda Comunista.


El BOC se extraña de que el Partit Comunista de Catalunya plantee ahora una cuestión que no planteó en la primera reunión. La proposición es inaceptable puesto que se va a la unificación de todos los Partidos marxistas y no se trata de valorar las fuerzas de cada uno de ellos, ya que en eses caso el BOC no se quedaría atrás. Además, la Izquierda Comunista tiene una personalidad y formas parte de la Alianza Obrera en Cataluña, Asturias y Madrid.


PCC: La Alianza Obrera es diferente del Partido, y la Izquierda Comunista es un grupo de oposición y no un partido. El hecho de que no planteara esta cuestión en la primera reunión fue debido a que entonces se efectuó un cambio de impresiones general. Por este motivo, dejó la cosa para más adelante.


IC dice que representa una corriente que tiene importancia. Por lo demás, no solamente se ha hablado de fusionar a los Partidos, sino también a los grupos marxistas. Por la eficacia de la unión, es necesario que todos se fusionen.


PCP: Cuando se planteó el problema de la fusión, nuestro criterio fue que intervinieran todos los Partidos marxistas de Cataluña y, por lo tanto, la Izquierda Comunista. Lo que hay que hacer es preguntar a este partido, como a todos los demás, si está dispuesto a ir a la fusión aceptando la disolución de las organizaciones actuales. La Izquierda Comunista tiene que intervenir en las tareas que se están llevando a cabo.


BOC: Después de la discusión de hoy no se puede continuar más adelante. Para que  el Partit Comunista de Calaluya diga si acepta el criterio de la mayoría procede suspender la reunión y continuarla dentro de un plazo de ocho días. Esperamos que entonces el PCC podrá darnos una respuesta sobre este punto. Por lo demás, el Bloque Obrero y Campesino es partidario de ir a la fusión con los que la deseen.

Se decide suspender la reunión. Se señala una fecha para continuarla y se invita de nuevo al Partido Socialista Obrero Español (Federación Catalana).


ANEXO

LOS PUNTOS BASICOS DE LA DISCUSION PARA LA FUSION

,- Los reunidos reconocen la necesidad de la unificación de  las fuerzas marxistas existentes.


,-  Esta unificación se hará sobre la base del marxismo revolucionario, que presupone:
a)     Ruptura de toda relación orgánica con los partidos de la pequeña burguesía.
b)    Toma del poder medio de la insurrección armada.
c)     Establecimiento transitorio de la dictadura del proletariado


.- Conveniencia de que las organizaciones que elaboran la unificación formen parte de la Alianza Obrera.



ACTA DE LA REUNION DEL 13 ABRIL DE 1935

Asisten: Partit Comunista de Catalunya, Izquierda Comunista, Bloque Obrero y Campesino, Unió Socialista de Cataluya, Partido Socialista Obrero Español (Federación Catalana) y Partido Catalá Proletari.

Se lee el acta de la reunión anterior, queda aprobada.

El PSOE declara que no asistió a la reunión anterior por no haber recibido la convocatoria. Declara que los puntos objeto de discusión viene a ser los que marcan la orientación actual del Partido y corresponden a la línea que se sigue oficialmente. Ahora bien, se trata de hacer un Partido marxista y éste ya existe hoy: el Partido Socialista Obrero Español. Por lo tanto, la unificación tendría que hacerse con éste. Pero si no se considera conveniente esto, lo que convendría es que las tendencias comunistas se unieran por una parte y las socialistas por otra. En lo que se refiere a la proposición del Partit Comunista de Catalunya sobre la exclusión de la Izquierda Comunista de Catalunya sobre la exclusión de la Izquierda Comunista, estamos en descuerdo puesto que todos los partidos son iguales. No se puede poner vetos a nadie.


USC: Está de acuerdo con lo que declarado el PSOE.

PCC: Sostiene el mismo criterio que expuso en la última reunión. Cree que es imposible realizar la unidad de la forma que se plantea en estas reuniones. Habría que hacer lo necesario para que intervinieran las masas obreras; de lo contrario, no se puede ir a la creación de un Partido Marxista único en España. Hay que realizar la unidad ideológica antes que la política. Esta necesidad ha nacido como consecuencia de los hechos de Octubre, donde, principalmente en Asturias, se siguieron las orientaciones por ellos marcadas. Para nosotros es necesario realizar la unidad bajo los principios leninistas.


BOC: En nuestro Partido se ha discutido ampliamente sobre las conversaciones mantenidas en estas reuniones y se ha aprobado nuestra línea de conducta. Habíamos previsto lo que está sucediendo hoy. Es inaceptable entrar en el Partido Socialista Obrero Español, que en muchos aspectos tiene posiciones equivocadas. Por lo demás, la experiencia ha demostrado que un  Partido tiene que estar organizado en células y no en secciones. Hay en el PSOE una fuerte corriente de izquierda, pero el último manifiesto de su Comisión Ejecutiva no va en este sentido. Por el momento, se pude hacer más por la unificación desde fuera que desde dentro del PSOE. Cree que quizás no está lejano el día en que se pueda ir a la unificación de todas las organizaciones marxistas de la península. La proposición de excluir a la Izquierda Comunista es una muestra del sectarismo del Partit Comunista de Catalunya, que en realidad no quiere la unificación.


PSOE: Tiene la seguridad de que su Partido aceptaría la fusión de todos. Hay que ir al PSOE, que es una garantía, además de ser la organización más potente de España.


BOC: Hablando por el momento de la fusión a realizar en Cataluña y sobre la base de los problemas especiales planteados aquí. Por lo tanto, está desplazada la proposición del PSOE.


IC: En Cataluña se han creado condiciones muy favorables para la unificación. En caso de realizarse, las repercusiones serían inmediatas en toda España. Desgraciadamente, esto no podrá realizarse a causa de la posición del PSOE y del PCC. La proposición de este último consistente en ir a la formación de un Comité de unificación es inaceptable teniendo en cuenta las funciones que le asigna. Ya existe la Alianza Obrera. No quiere discutir sobre la proposición de exclusión de la IC hecha por el PCC. No tiene ningún valor el decir que somos contrarios a la URSS.



PCP: Reconoce que la situación de hoy es distinta de cuando ellos plantearon el problema de la fusión. Pocos días después de Octubre, el ambiente general empujaba hacia la unificación. Pese a que nosotros éramos algo escépticos, teníamos posibilidades de realizarla. Reconoce que las posiciones que sustentan el PCC, el PSOE y la USC hacen imposible la fusión. Pero el Partit Catalá Proletari sigue siendo partidario de la unificación y está dispuesto a realizar con los que la deseen sinceramente. Porque que los partidos presentes analicen el resultado de estas conversiones y que se reúnan por separado los tres partidos que aceptan los puntos para la unificación a fin de continuar las discusiones, Es partidario de publicar las actas de las reuniones, ya que su difusión puede influir para que se cambie de criterio por parte de aquellos partidos y la unificación sea aun posible pronto.


BOC: No es partidario de desarrollar una actividad que cree problemas dentro de los Partidos y estima necesario mantener la cordialidad que hoy existe. Por tres Partidos que coinciden deberían continuar los trabajos con vistas a la fusión.


IC: Hay que continuar las reuniones de las tres organizaciones.


PCC: No teme la discusión; es partidario de ella y también de publicar las actas de estas reuniones.


USC: No puede aceptar la afirmación no va realizarse por culpa de su actitud. Lo que sucede es que ciertas organizaciones tiene lazos con Internacionales y otras no los tienen. La fusión puede realizarse con el PSOE y todo quedaría resuelto.


BOC: La Unió Socialista de Catalunya no puede plantear la cuestión de la Internacional, ya que es una organización que no tiene ninguna conexión internacional. Propone que las organizaciones que no se encuentran en la Alianza Obrera ingresen en ésta. Al menos, estas entrevistas habrían servido para algo.


USC: Pregunta si esta invitación se hace con carácter oficial a fin de saber a que atenerse.


BOC: Dice que su proposición tiene un carácter particular.
Los demás partidos se adhieren a la proposición del BOC referente al ingreso de la USC en la Alianza Obrera.
Se levanta la sesión y se dan por concluidas las conversaciones a favor de la fusión.


Lenin y el socialismo en un solo país. El término marxismo-leninismo fue creado por José Stalin




Qué es y qué quiere el Partido Obrero de Unificación Marxista
Este texto reproduce íntegramente el folleto publicado por el Comité Ejecutivo del POUM en febrero de 1936, destinado a dar a conocer los principios fundamentales del nuevo partido creado en septiembre de 1935, a partir de la fusión del Bloque Obrero y Campesino y la Izquierda Comunista. Su redacción fue fundamentalmente obra de Nin y de Maurín. Fue reeditado como suplemento de La Batalla en el exilio, en 1972.






La Batalla 17 octubre 1936 nº 69

Conferencia de Andreu Nin en radio POUM sobre los Tribunales Populares y la justicia revolucionaria.


Como teníamos anunciado, habló ayer noche desde el micrófono de la emisora del Partido Obrero de Unificación Marxista el consejero de Justicia. Andrés Nin, secretario político de nuestro Partido.


La conferencia versó sobre el tema de los recientes tribunales populares por él creados y el concepto de la justicia proletaria.

Comenzó diciendo que era necesario comprender el alcance de la situación política actual a través de  las medidas adoptadas por el Consejo de la Generalidad.


La lucha no está entablada-añadió- como creen algunos entre democracia burguesa y fascismo,  sino que el dilema está planteado entre fascismo o socialismo.


Es un error considerar que el 19 de el que su sangre derramada sea infrucnaarquía. Solo la acción perseverante y revolucionaria del proletario en el poder es capaz de destruir todos los vestigios de la burguesía que todavía tiene raíces en el germen de la nueva sociedad.

La guerra civil ha roto- continuó diciendo- el equilibrio de un régimen social basado en el poderío económico de unos pocos sobre la inmensa mayoría de trabajadores. La consecuencia inevitable de esta perturbación ha sido el desorden económico dentro de la nueva orientación social que hoy está el proletariado español interesado en acelerar, porque de su decida intervención en los nuevos destinos de la sociedad que surge, depende la surte para una etapa más o menos larga no sólo del proletariado de España, sino de todo el mundo.

No podemos esperar nada del régimen burgués que se hunde. El proletario si vuelve la cabeza hacia atrás sólo tiene la visión horrible de la miseria y el hambre. Nada podemos esperar de los que nos han mantenido con promesas mientras nos preparaban la trampa del fascismo que el proletariado supo contener con las armas en la mano en la acción memorable del 6 de octubre y por segunda y última vez el 19 de julio.


De la conciencia que el proletariado tenga de la responsabilidad de su misión en la actual guerra civil, depende del que su sangre derramada sea infructuosa o fecunda.



El trabajador debe desconfiar de los que aun hoy hablan de la defensa de la democracia. El nuevo orden social sólo es capaz de llevarlo hasta el fin un Gobierno obrero.


En Cataluña se ha formado un Gobierno- agregó- que debe servir de estímulo y ejemplo al proletariado del resto de España. Constituido este Gobierno por una mayoría de representantes obreros y por parte de la pequeña burguesía va cumpliendo paso a paso los fines que se propuso.


El Partido de Unificación Marxista participó en este Gobierno con dos condiciones que vamos viendo cumplidas:

Que el Gobierno estuviera formado por una mayoría obrera, y que este Gobierno debiera emprender inmediatamente una obra socialista.


A este propósito debemos anunciar un decreto para dentro de breves días sobre la socialización de las grandes industrias.

El objetivo principal de nuestra participación en el Gobierno de la Generalidad es la realización de una obra socialista que nos esforzaremos todo lo necesario para verla cumplidamente realizada.



Si no fuera así, si hubiera un instante, trabajadores que me escucháis, el P.O.U.M. no cabría, no podría estar un instante más en el lugar que hoy ocupa.


Al formarse el nuevo Gobierno, el P.O.U.M. no protestó de la manifiesta injusticia que se le hacía al darle en su seno una representación muy inferior a la que por su fuerza política le correspondía. Injusticia, que se ha visto coronada al constituirse con la misma representación que en el Gobierno, los Ayuntamientos de reciente promulgación.


El Departamento de Justicia que nos correspondió, tiene en los momentos actuales una importancia extraordinaria.


Nosotros concebimos la justicia no como un ente abstracto que está situado por encima de las clases a quienes juzga imparcialmente.


Para los marxistas la justicia ha sido siempre el régimen de lucha de clases el arma de que se ha valido el más poderoso para aplastar a su enemigo. La justicia tiene el signo de la clase que domina. Antes decía tiene el signo de la clase que domina. Antes detendrá la propiedad privada. Hoy la socialización económica. Por eso podemos asegurar que ahora la justicia está al servicio de la clase trabajadora revolucionaria, que el régimen actual exige.


Dijimos el primer día y ahora lo repetimos, que nosotros estamos en la Consejería para legislar sobre lo que ya el proletariado va realizando en la calle.


La justicia burguesa no debe quedar nada en pie. Todo tiene que renovarse. Por eso no nos sirven los Códigos antiguos que tenían como misión defender el Código burgués.


La república nada hizo. Y su justicia ni siquiera sirvió para evitar la guerra civil que se perpetró desde que los republicanos indultaron, el 14 de abril, a los monárquicos que han venido desde entonces completando descaradamente contra los obreros.


Todavía hoy rige el Código monárquico. Creemos en la necesidad de destruir esta máquina que durante siglos ha ido torturando la carne del proletariado. Nosotros defenderemos el nuevo orden. Democrático porque emana de la clase productora que es la mayoría.


Los jurados populares han hecho buena labor, pero tenían algunos defectos, uno de ellos el de juzgar los delitos militares con el Código monárquico.


Los delitos surgidos de la guerra y de la misma lucha antifascista nos obligan a formar nuevos organismos y Tribunales populares en todas las provincias.


El Tribunal Popular que ha formado por decreto, tiene como objetivo primordial, garantizar la integridad de las conquistas proletarias, que contribuyen a su victoria en la guerra.


La constitución del Tribunal Popular es una promesa de justicia en contra de los que pretendieran a propio riesgo deshonrar la revolución con actos irresponsables.


El índice de delitos que sancionan los nuevos tribunales son nuevos y surgidos de la enorme tensión en que se desarrolla la lucha entre burguesía y proletariado. Entre el proletariado que crea una legalidad revolucionaria y el burgués que no se resigna a perder sus privilegios.

Los antiguos tribunales estaban compuestos por profesionales especializados en la aplicación de un  Código que contenía todos los recursos para justificar y sancionar los abusos de los poderosos contra los oprimidos.


Nuestro Tribunal no engaña a nadie porque tiene por misión defender a la clase trabajadora.


El Consejero de Justicia tiende a que los tribunales sean obreros.


El acusado pude elegir a su defensor aunque no sea profesional o, si lo desea, a él mismo. Cualquier ciudadano puede defenderlo si es preciso.


Otra de las cualidades que garantizan a estos organismos, es la rapidez en que resuelven los casos limitando el tiempo a 48 horas.


Los juicios del tribunal son de acuerdo con la conciencia revolucionaria.


Hemos podido comprobar en algunos el germen de la traición y en otros, las relaciones más o menos parentescas o amistosas podía llegar a comprometer la fuerza de la revolución. Esto queremos suprimirlo.

Generalmente las condenas a 30 años o de reclusión perpetua son escamoteos a la verdadera justicia que reclama la salud de la revolución. Las sentencias deben de ser inapelables. Son momentos de guerra civil y los tribunales no pueden ser flojos porque esto sería la muerte de la revolución.


El tribunal debe ser fuerte contra un enemigo que tiene un poderoso aliado, en el fascismo extranjero que le envía aviones, tanques y municiones.


Los tribunales serán también inexorables con los que deshonren la revolución.


Estamos realizando el primer paso de una transformación jurídica. Pero no nos detendremos aquí. Sólo responderemos de lo que hay en la calle. Vamos a una trasformación social. A los que crean que nuestros decretos son atrevidos, les decimos que iremos más adelante. Los tribunales son complemento de la labor que realizan en el campo de batalla nuestras milicias.


Vamos a la cabeza de la revolución española y sabemos que nos juzgamos el porvenir, y no solamente el de la clase trabajadora española. Y con la mirada fija en el proletariado del mundo entero decimos que nuestra consigna es “Hasta el fin. Hasta morir o vencer” “Por el triunfo de la revolución internacional”.



Andreu Nin. Los órganos de poder y la revolución española mayo 1937




El último "Testamento" de Lenin o Carta al Congreso del Partido Comunista de Rusia bolchevique



El sacrificio de Andrés Nin
Julián Gorkin


El POUM y la guerra civil española




Jesús Hernández

Yo era un ministro de Stalin - extracto




Eugenio F. Granell y la Izquierda Comunista de España (1931-1935)

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