Documento fundacional y manifiesto de “iniciativa de clase”
DOCUMENTO
FUNDACIONAL Y MANIFIESTO DE “INICIATIVA DE CLASE”
Nacemos como grupo en respuesta al protagonismo de la
figura del ciudadano indignado que se extiende en los últimos tiempos hasta
darse la mano con el ciudadanismo reformista sindical y en respuesta al
alejamiento por parte de las organizaciones sindicales y los partidos de
izquierdas de la centralidad de la clase obrera en las luchas.
Nuestra propuesta, “ INICIATIVA DE CLASE”, pretende
agrupar a todos los que apuestan por una defensa del carácter de clase en las
luchas de los trabajadores, así como por la necesidad de agudizar la lucha de
clases en estos momentos de la crisis en los que el sistema sacrifica a la
clase trabajadora en beneficio de la oligarquía capitalista.
1.-DOCUMENTO FUNDACIONAL DE “INICIATIVA DE CLASE”
Voces airadas claman contra todo y contra todos. Todos
a la calle. Obrero junto a patrón, republicanos junto a policías, sin banderas,
sin siglas, sin ideologías, pero todos a por un único objetivo: linchar al
político, controlar al banquero. Los problemas son de los gestores del capitalismo,
dicen. Quitando de en medio a esos gestores, el capitalismo sería de color de
rosas.
Características de estos movimientos, pues. Primero,
apelan al cabreo de la población, a la indignación, al sentimiento y a la
emoción, adormeciendo con ello la razón, negando el análisis racional para
conocer con objetividad qué es lo que ocurre con la excusa de que las
ideologías dividen. Claman contra las ideas -porque las ideologías no son mas
que sistemas de ideas- claman contra la razón, y aunque eso no es, paradójicamente,
sino otra ideología: la del irracionalismo. Segundo, no buscan las causas del
problema para pasar a solucionarlo, sino que ofrecen cabezas de turco a la
población para que descargue su ira. Tercero, con la excusa de la unidad por
encima de siglas y de ideologías, del consenso desde abajo, niegan la voz a
toda crítica, imponen sus postulados ciudadanistas subrepticiamente, de la
forma más antidemocrática posible. No es que no haya dirigentes en el
ciudadanismo, lo que no hacen es dar la cara, ni rendir cuentas, ni afrontar la
crítica. (¿Quién convoca tal acto? Nadie lo sabe: un grupo de ciudadanos
indignados anónimamente en las redes sociales. Nadie da la cara.) Cuarto,
llaman a una falsa unidad por encima de las clases, sin tener en cuenta que los
intereses del obrero no pueden ser los mismos que los del patrón que le baja el
salario y que clama por endurecer aún más la reforma laboral, cerrando los ojos
al hecho de que los intereses del trabajador jubilado no pueden ser los mismos
que los empresarios que claman para que se reduzca el gasto en pensiones para
financiar con ese dinero los rescates bancarios; que el trabajador enfermo no
puede querer lo mismo que los empresarios, grandes y pequeños, que quieren
privatizar la sanidad para hacer un buen negocio a su costa y, si no puede
pagar, que se muera. Por eso dicha unidad es falsa, por eso lo del 99% es una
falacia, por eso esa unidad no puede ir más allá de la demagogia populista y
del cargar contra cabezas de turco para que la verdadera causa del problema
quede a salvo sin resolver. Es una unidad que obliga al obrero a callar en
tanto que obrero y sólo le deja expresarse en tanto que ciudadano, es decir: en
tanto que miembro de la sociedad burguesa, en tanto que acepta sus preceptos y
renuncia a su propia clase, o sea: sólo le deja expresarse en tanto que
burgués.
No es la primera vez en la historia europea en que se
ve esta demagogia populista. Ya en los años veinte y treinta se oyeron las
mismas siniestras melodías. Ya José Antonio clamó entonces por “el movimiento
que no es partido, sino movimiento por encima de las artificiales divisiones en
izquierdas y derechas”. Ya Hitler clamaba contra la tiranía de la “plutocracia”
y se definía como “anticapitalista” por ello. Ya Mussolini cargaba contra la
corrupta democracia burguesa. Que las diferencias de forma, debidas a la
evolución de la sociedad, no nos impidan ver la igualdad en la esencia entre lo
ocurrido entonces y lo que ocurre ahora. La base de su discurso, la demagogia
populista interclasista, es la misma. Cargan, apelando a la emoción, al cabreo,
contra las mismas cabezas de turco. En efecto, esa demagogia populista y los
movimientos interclasistas que le daban cuerpo constituyeron la base social
sobre la que se alzaron las dictaduras fascistas. Esas dictaduras no
aparecieron de la noche a la mañana, sino que primero “mitineaban” para
constituir una base social que sustentara su establecimiento, y fue un proceso
del todo análogo al del actual ciudadanismo. El ciudadanismo está sembrando
fascismo.
El mal del capitalismo no son sus gestores. Es el
capitalismo. Los gobiernos están al servicio del capital, pero no de ahora,
sino desde que existe el capitalismo. Si se carga contra la democracia burguesa
dentro del capitalismo, se está imponiendo su única alternativa posible dentro
del capitalismo: la dictadura fascista. Y de lo que se trata es de tener una
verdadera democracia, no una dictadura. Por eso la única salida es luchar
contra el capitalismo. No hay que controlar los bancos, sino socializarlos. No
hay que controlar las grandes empresas capitalistas, sino que pasen a ser
propiedad social para que así trabajen a favor de toda la sociedad, no a favor
de sus accionistas y directivos. Para que no corrompan la democracia, hay que
acabar con los corruptores, no simplemente metiéndoles en la cárcel, porque
mañana aparecerán otros y la corrupción en todas sus formas seguirá ahí, sino
acabando con el capitalismo que da razón de ser, que da sentido, y que hace
inevitable que haya corruptores y corruptos. No hay que regular más o menos la
explotación del trabajador por el patrón. Hay que acabar con dicha explotación.
Es corromper la ley el que ésta ampare la explotación, regulándola en la
cantidad que sea. Así, es imposible que haya democracia. La ley ha de perseguir
la explotación, no ampararla con la excusa de regularla. Por eso hay que acabar
con el capitalismo.
Y obviamente sólo los explotados, sólo la clase obrera
y el resto de trabajadores, pueden tener interés en llevar esto a cabo. Y los
capitalistas, los explotadores, los que van a ser expropiados por el bien
común, se opondrán tajantemente a ello. Por eso no tiene sentido unirse con los
empresarios, ni con los burguesitos que aspiran a un buen empleo de directivo o
de encargado o de capataz al servicio del capital para ayudarle a explotar a
los obreros, ni con los policías cuya función es la de proteger el orden social
establecido; es decir, la explotación. Y como no tiene sentido, como esa falsa
unidad implica que la clase obrera renuncie explícitamente a su interés, por
eso los capitalistas -basta ver su prensa ensalzando al 15M- promueven esa
unidad interclasista y tratan de evitar que la clase obrera se una como tal en
vez de diluirse en la burguesía, y así impedir que se constituya en un organismo
autónomo de la sociedad, que actúe para sí misma.
Sólo la unión de la clase obrera, unión en torno al
objetivo de romper con el capitalismo por ser la causa de los males sociales e
instaurar el socialismo, es una verdadera salida. Sólo superando el capitalismo
la democracia puede dejar de ser un instrumento al servicio de los
capitalistas. Sólo con el socialismo puede haber verdadera democracia.
Arremeter contra la democracia burguesa queriendo conservar el capitalismo es
el camino hacia la dictadura, es salvar el capitalismo a costa de la
democracia, es salvar a los capitalistas a costa del trabajador hasta sus
últimas consecuencias, es el obrero ofreciéndose en sacrificio a la mayor
gloria del capital. Eso es el ciudadanismo. Eso es renunciar a la lucha por el
socialismo.
Luchar por la unidad de la clase obrera, porque la
clase obrera se movilice por sus propios intereses. Ofrecer, en tanto que tal
clase obrera, esta salida: la superación del capitalismo, al resto de clases
progresistas de la sociedad. Y aplastar la demagogia populista del
ciudadanismo, que está preparando el terreno a la dictadura en todas sus
formas, ya sean frentes cívicos interclasistas, movimientos de clases medias a
lo 15M o maniobras de las cúpulas sindicales para diluir a la clase obrera en
dicho ciudadanismo. Este es el camino. Lo andaremos sin vacilaciones
2.-MANIFIESTO DE “INICIATIVA DE CLASE”
En este mes de Septiembre se cumple el quinto año de
una crisis capitalista que se abate desde entonces sobre los trabajadores y sus
vidas y que se prolongará muchos más.
En este tiempo hemos visto los más infames modos de
frenar la lucha de clases y de impedir a la clase trabajadora situarse en el
centro del combate contra el capital.
En lo sindical, los reformistas –CCOO y UGT-, han
lanzando a regañadientes Huelgas Generales que sus dirigentes no querían lleva
a cabo. A la Huelga General del 29-S de 2010 –durante el gobierno PSOE- sólo se
llegó por el temor de perder toda influencia entre los trabajadores. No tuvo
continuidad en luchas posteriores. La del 29-M de 2011 la tuvo no por voluntad
de las cúpulas sindicales sino por las continuas agresiones del gobierno
natural del capital, el PP, contra funcionarios, enseñantes, sanitarios y
trabajadores ocupados de la empresa privada, parados y pensionistas.
En lo social, los movimientos “indignados”, nacidos
según el diseño de las “revoluciones de colores” surgidas tras la revolución
naranja de Ucrania, han sido un intento de desviar las protestas contra las
consecuencias de la crisis capitalista sobre los trabajadores hacia un callejón
sin salida que no cuestione el sistema económico de depredación. Su
planteamiento ciudadanista, interclasista, de progresismo vacuo, no exento de
influencias populistas y ultraderechistas, es la negación del protagonismo de
la clase trabajadora en las protestas sociales, la negación de la lucha de
clases y la simplificación de un anticapitalismo de opereta sólo centrado en
los bancos y el capital financiero. Para ellos, la empresa con sus relaciones
sociales de producción y explotación es un asunto baladí, menos que secundario.
Poco les importa que los principales golpes “legales” se hayan centrado en las
relaciones laborales, salariales, en los despidos y en las pensiones y que los
principales sacrificados por los recortes sean los trabajadores. Lógico al
predominar en este movimiento las clases medias que sólo buscan volver a un
Estado del Bienestar ya muerto para siempre.
Hoy el reformismo sindical ha confluido finalmente con
los falsos “indignados”. Promueve, con las pseudoizquierdas, protestas y
huelgas generales convocadas en clave de “ciudadanía” en lugar de clase
trabajadora (CCOO y UGT podrían cambiar sus nombres por las de Comisiones
Ciudadanas y Unión General de Ciudadanos) y renuncia a dirigir las protestas,
camuflando sus banderas y su presencia dentro de ese fenómeno amorfo llamado
“las mareas”, donde la identidad política, sindical e ideológica propia de las
organizaciones de trabajadores ha desaparecido.
Es necesario desenmascarar y denunciar el montaje
negador de la clase trabajadora y reorientar las movilizaciones hacia la lucha
de clases para acabar con el capitalismo y poner en marcha un proyecto de
revolución social con un horizonte de socialismo y no de falsas revoluciones a
la islandesa.
Llamamos a la clase trabajadora a no dejarse arrebatar
su protagonismo en las luchas y a defender su identidad de clase, como han
hecho magníficamente los mineros hasta que las cúpulas reformistas de CCOO y
UGT les traicionaron.
NO SOMOS CIUDADANOS. NO SOMOS CLASE MEDIA. SOMOS
TRABAJADORES Y VENIMOS POR LO NUESTRO: LA LUCHA DE
CLASES
Madrid, Septiembre de 2012
NOTA: Si compartes con nosotros la necesidad de situar
a la clase trabajadora en el centro de las luchas sociales, si crees como
nosotros que la lucha de clases es el motor de la emancipación social, si no te
avergüenza identificarte como trabajador, si no te reconoces ni en el
reformismo de las cúpulas sindicales ni en el ciudadanismo interclasista y de
clase media, te invitamos a unirte a nosotros el sábado 15 de Septiembre a las
12 del mediodía en Colón. Estaremos presentes en la convocatoria de las marchas
realizada por CCOO, UGT y la “Cumbre Social”, contra los recortes sociales y
laborales aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy y en defensa de los
servicios públicos y el Estado de bienestar, para expresar que estamos allí
como trabajadores pero que el camino ciudadanista que el reformismo sindical
nos marca no es el nuestro ni el correcto.
Primera convocatoria de cita: 11,15 horas, junto a la
puerta de la Biblioteca Nacional
e-mail: iniciativadeclase2@gmail.com
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