Publicado
por Matxingune taldea en 2011
Resumen
Este
artículo es un pequeño homenaje a todas las mujeres que lucharon en la Gran
Revolución de octubre, a esas mujeres anónimas decididas a dar todo, incluso la
vida, por la revolución y a las dirigentes que estuvieron al mismo nivel que
los militantes hombres, a pesar de que la historia las olvida y de las que es
difícil actualmente encontrar sus obras. Como dice Alexandra Kollontai: ¡Gloria
a las trabajadoras que marcharon bajo esa Divisa Roja durante la Revolución de
Octubre!
Tabla de
contenidos
Muchas otras
mujeres
Las mujeres
que tomaron parte en la Gran Revolución de Octubre, ¿quiénes fueron? ¿Personas
aisladas? No, fueron muchísimas, decenas y cientos de miles de heroínas sin
nombre, quienes, marchando codo a codo con los trabajadores y los campesinos
detrás de la bandera roja y la consigna de los soviets, pasaron sobre las
ruinas de la teocracia zarista hacia un nuevo futuro...
Si se mira
hacia atrás en el pasado se puede ver a estas masas de heroínas anónimas a
quienes Octubre encontró viviendo en ciudades famélicas, en pueblos
empobrecidos saqueados por la guerra... Una bufanda sobre sus cabezas (muy
raramente, todavía, un pañuelo rojo), una pañoleta gastada, una chaqueta
remendada de invierno...
Jóvenes y
ancianas, trabajadoras, campesinas, esposas de soldados y amas de casa de la
ciudad pobre. Más raramente, mucho más raramente en esos días, mujeres
oficinistas y profesionales, mujeres cultas y educadas. Pero también había
mujeres de la intelligentsia entre las que llevaron la bandera roja hacia la
victoria de Octubre: maestras, empleadas de oficina, jóvenes estudiantes de
secundaria y de la universidad, doctoras.
Marcharon
animadas y desinteresadamente, con un propósito. Iban adónde fueran enviadas.
¿Al frente? Se ponían una gorra de soldado y se transformaban en combatientes
del Ejército Rojo 1 . Si se ponían
un brazalete rojo se precipitaban hacia los puestos de primeros auxilios para
ayudar al Frente Rojo contra Kerensky 2
en Gátchina 3 . Trabajaron en las
comunicaciones del ejército. Trabajaban animadamente, llenas del convencimiento
de que algo crucial estaba ocurriendo, y de que todas somos pequeños engranajes
en la gran maquinaria de la revolución.
1 El
Ejército Rojo fue creado por el Estado obrero para la defensa de la revolución.
2 Kerensky,
Alexander (1881-1970): social-revolucionario ruso. Tras la Revolución de
Febrero fue Ministro de Justicia, Guerra y Marina, y desde julio hasta la
Revolución de Octubre, jefe del Gobierno Provisional. En 1918 huyó al extranjero.
En los
pueblos, las campesinas (cuyos esposos habían sido enviados al frente) tomaron
las tierras de los terratenientes y persiguieron a la aristocracia fuera de las
madrigueras que habían ocupado durante siglos.
Cuando se
rememoran los hechos de Octubre no se ven rostros individuales, sino masas.
Masas sin número como olas de humanidad. Pero dondequiera que se mire se ven
hombres, en reuniones, agrupaciones, manifestaciones... 4
Todavía no
están seguros de qué es exactamente lo que quieren, qué buscan, pero saben una
cosa: no tolerarán más la guerra. Tampoco quieren más terratenientes ni señores
influyentes... En el año 1917, el gran océano de la humanidad empuja y se
balancea, y una gran parte de ese océano está hecho de mujeres.
Algún día el
historiador escribirá sobre las hazañas de estas heroínas anónimas de la
revolución, que murieron en el frente, que fueron asesinadas por los blancos y
soportaron las incontables privaciones de los primeros años después de la
revolución, pero continuaron manteniendo en alto la bandera roja del poder del
soviet y el comunismo.
Es ante
estas heroínas sin nombre, que murieron para lograr una nueva vida para la
clase trabajadora durante la Gran Revolución de Octubre, que la joven república
se inclina en reconocimiento, mientras su joven pueblo, animoso y entusiasta,
se dispone a construir las bases del socialismo.
Sin embargo,
de este océano de cabezas femeninas con pañoletas y gorros gastados,
inevitablemente emergerán las figuras de esas a quienes el historiador dedicará
particular atención cuando, dentro de muchos años, escriba sobre la Gran
Revolución de Octubre y su líder Lenin.
Nadejda Konstantinovna Krupskaya
La primera
figura que se destaca es la de la fiel compañera de Lenin, Nadejda
Konstantinovna Krupskaya 5 ,
llevando su simple vestido gris y permaneciendo siempre en segundo plano.
Entraba en una reunión sin que se notara su presencia y se ubicaba detrás de
una columna, pero veía y oía todo, observando todo lo que acontecía para poder
darle más tarde un informe detallado a Vladimir Ilich, añadiendo sus acertados
comentarios propios y arrojando luz sobre alguna sensible, pertinente y útil
idea.
En esos días
Nadejda Konstantinovna no hablaba en las numerosas y tumultuosas asambleas en
las que la gente discutía alrededor del gran interrogante: ¿ganarían los
soviets el poder o no? Sin embargo, trabajaba incansablemente como mano derecha
de Vladimir Ilich, a veces haciendo un breve pero esclarecedor comentario en
las asambleas del partido. En los momentos de mayores dificultades y peligros,
cuando muchos camaradas más fuertes se descorazonaban y sucumbían ante la duda,
Nadejda Konstantinovna siempre permaneció igual, totalmente convencida de la
rectitud de la causa y de su certera victoria. Irradiaba una fe inconmovible,
un acérrimo espíritu se ocultaba tras una modestia poco frecuente, y siempre
tenía un efecto esperanzador sobre cualquier persona que entrara en contacto
con la compañera del gran líder de la Revolución de Octubre.
B Yelena Dimitrievna Stasova
Otra figura
emerge, otra fiel compañera de Vladimir Ilich, una camarada de armas durante
los difíciles años del trabajo clandestino, secretaria del Comité Central del
partido, Yelena Dimitrievna Stasova 6
. Una
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3 Palacio de
Gátchina, al sur de Petrogrado.
4 Quizá la autora del artículo se refiera a
que es más visible y recordada la participación de los hombres en la revolución
que la de las mujeres (N. de T.).
5 Nadejda
Krupskaya: nació en San Petersburgo en 1869, y mientras cursaba en el Colegio
de Mujeres se adhirió a un círculo marxista y formó a los obreros en las ideas
socialistas. A los 25 años se casó con Lenin. Poco después fue arrestada por
sus actividades revolucionarias y, junto con el dirigente bolchevique, fue
enviada al exilio, donde escribió su primer libro, La Mujer Trabajadora. Cuando
la revolución se encendió en 1905 regresó a Rusia como secretaria del Comité
Central del Partido Bolchevique. En 1914 participó de la redacción del periódico
Rabotnitsa (La obrera), y en 1915 integró la delegación rusa a la III
Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, organizada por Clara Zetkin,
que se pronunció contra la guerra imperialista. Con sus conocimientos sobre
educación colaboró en la Revolución Rusa de 1917: apenas tomado el poder, fue
nombrada Comisaria de Educación, un cargo equivalente al de ministro. Desde
allí promulgó las leyes educativas del nuevo Estado obrero, propició las
campañas de alfabetización, puso en pie numerosas instituciones culturales y
desarrolló la bibliotecología.
6 Yelena
Dimitrievna Stasova (1873-1966): se unió a las filas del Partido
Socialdemócrata ruso en 1898. Como secretaria personal de Lenin, fue exiliada a
Liberia de 1913 a 1916.
clara,
intelectual, precisa y excepcional capacidad para el trabajo; una rara
habilidad para indicar la persona correcta para cada trabajo en concreto. Su
alta, escultural figura podría ser vista primero en el soviet del palacio
Tavrichesky 7 , luego en la casa de
Kshesinskaya 8 , y finalmente en el
Smolny 9 . En sus manos sostiene un
cuaderno, mientras, a su alrededor, sus camaradas de prensa del frente,
obreros, Guardias Rojos, obreras, miembros del partido y de los soviets, buscan
una pronta, clara respuesta o directriz.
Stasova
tenía varias responsabilidades importantes, pero si un camarada tenía algún
problema o sentía angustia en aquellos días tormentosos, ella siempre respondía
con una frase breve y aparentemente seca, pero ayudándole en todo lo que podía.
Estaba sobrepasada de trabajo, pero siempre estaba en su puesto. Siempre en su
puesto pero sin intentar destacar. No le gustaba ser el centro de atención. Sus
preocupaciones no eran para con ella misma sino para la causa.
Por la noble
y querida causa del comunismo, Yelena Stasova sufrió el exilio y la prisión en
las cárceles zaristas, y su salud quedó quebrantada... En el nombre de la causa
se volvió evasiva, tan dura como el acero. Pero hacia los sufrimientos de sus
camaradas, desplegaba una sensibilidad y receptividad que solo se encuentran en
una mujer con un corazón cálido y noble.
Klavdia Nikolayeva y Konkordia
Samoilova
Klavdia
Nikolayeva era una obrera de orígenes muy humildes. Se unió a los bolcheviques
tempranamente en 1908, en los años de la reacción, y había soportado el exilio
y la prisión... En 1917 regresó a Petrogrado y se convirtió en el corazón de la
primera revista para las mujeres trabajadoras, Kommunistka. Era todavía joven,
llena de fuego e impaciencia. Pero sostuvo la bandera firmemente, y con audacia
declaró que las obreras, las esposas de los soldados y las campesinas debían
ser atraídas al partido. ¡Mujeres, al trabajo! ¡A la defensa de los soviets y
del comunismo!
Hablaba en
las reuniones, aun nerviosa e insegura de sí, pero atraía a otros a seguirla.
Era una de aquellas personas que sostenían sobre sus hombros todas las
dificultades que implicaba preparar el camino para la amplia participación
masiva de las mujeres en la revolución; una de las que pelearon en dos frentes,
por los soviets y el comunismo, y al mismo tiempo por la emancipación de las
mujeres. Los nombres de Klavdia Nikolayeva y Konkordia Samoilova, que murió del
cólera en su puesto revolucionario en 1921, están ligados en forma indisoluble
con los primeros y más difíciles pasos tomados por el movimiento de las mujeres
trabajadoras, particularmente en Petrogrado. Konkordia Samoilova fue una
trabajadora del partido de una generosidad sin precedentes, una magnífica,
metódica oradora que sabía cómo ganar los corazones de las obreras. Las que
trabajaron a su lado la recordarán por mucho tiempo. Era simple en sus modales,
en su vestimenta, seria en la ejecución de las decisiones, estricta, tanto
consigo misma como con los otros.
Inessa Armand
Particularmente
impactante es la figura de Inessa Armand 10.
Fue encargada de un trabajo de partido muy importante en la preparación de la
Revolución de Octubre, y contribuyó con muchas ideas creativas al trabajo que
debía realizarse entre las mujeres. Con su feminidad y gentileza de modales, Inessa
Armand era inamovible en sus convicciones y capaz de defender lo que creía
correcto, incluso cuando se enfrentaba a grandes oponentes. Tras la revolución,
Inessa Armand se dedicó totalmente a la organización del amplio movimiento de
mujeres trabajadoras. La conferencia de delegadas es una de sus creaciones.
Varvara Nikolayevna Yakovleva
Un enorme
trabajo fue realizado por Varvara Nikolayevna Yakovleva 11 durante los difíciles y decisivos días de la Revolución de
Octubre en Moscú. En el campo de batalla de las barricadas mostró una
resolución
7 Palacio de
Táuride, en Petrogrado.
8 Matilde Kshesinskaya fue una famosa
bailarina amante del último zar. Durante la revolución, las masas insurrectas
tomaron su palacio.
9 El
Instituto Smolny era un antiguo colegio aristocrático de señoritas transformado
en centro de operaciones de la insurrección.
10 Inessa
Armand (1875-1920): se une al Partido Bolchevique en 1904, emigra en 1909 y se
convierte en amiga personal de Lenin en el exilio. Representa a los bolcheviques
en Bruselas en 1914, en Zimmerwald y en Kienthal. A su retorno a Rusia, en
1917, trabaja en la Internacional Comunista y muere en 1920, víctima del
cólera.
11 Varvara
Nikolayevna Yakovleva (1884-1944?): antigua militante bolchevique, se unió al
partido en 1904. Durante la discusión sobre los sindicatos (1920-1921) apoyó a
Bujarin. En 1923 fue una de las firmantes de la Carta de los 46; en octubre de
1923 apoyó el programa de democratización del partido desarrollado por Trotzky.
Después del tercer juicio de Moscú, en 1937, fue sentenciada a veinte años de
cárcel. Se supone que fue fusilada en 1941 o 1944.
digna de un
líder de cuartel del partido... Varios camaradas dijeron entonces que su
resolución y firme coraje dieron valor a las personas que dudaban e inspiraron
a las que habían perdido esperanzas. «¡Adelante!»: hacia la victoria.
Muchas otras mujeres
Mientras se
rememora a las mujeres que formaron parte de la Gran Revolución de Octubre, más
y más nombres y rostros salen de la memoria como por arte de magia. ¿Podríamos
no honrar hoy la memoria de Vera Slutskaya, quien trabajó desinteresadamente en
la preparación de la revolución y fue asesinada por los cosacos en el primer
Frente Rojo cerca de Petrogrado?
¿Podríamos
olvidar a Yevgenia Bosh, con su temperamento apasionado, siempre listo para la
batalla? También murió en su puesto revolucionario
¿Podríamos
omitir mencionar aquí dos nombres cercanamente conectados con la vida y la
actividad de V.I. Lenin, sus dos hermanas y camaradas en armas Anna Ilinichna
Yelizarova 12 y Maria Ilinichna
Ulyanova 13?
¿Y la
camarada Varya, de los talleres del ferrocarril en Moscú, siempre vivaz,
siempre con prisa? ¿Y Fyodorova, la trabajadora textil de Petrogrado, con su
agradable rostro sonriente y su temeridad cuando acudía a luchar en las
barricadas?
Es imposible
enumerarlas a todas, ¿y cuántas permanecen sin nombre? Las heroínas de la
Revolución de Octubre fueron un ejército completo, y aunque sus nombres puedan
ser olvidados, su entrega vive en la misma victoria de esa revolución, en todos
los logros y ganancias que ahora disfrutan las mujeres trabajadoras en la Unión
Soviética.
Es un hecho
claro e incontrovertible que, sin la participación de las mujeres, la
Revolución de Octubre no hubiese podido traer la bandera roja a la victoria
¡Gloria a las trabajadoras que marcharon bajo esa divisa roja durante la
Revolución de Octubre! ¡Gloria a la Revolución de Octubre que liberó a las
mujeres!
Primera publicación: en Zhensky zhurnal (El
Diario de las Mujeres), no. 11, noviembre de 1927, pp. 2-3.
12 Anna
Ilyinichna Yelizarova (1864-1935): miembro del consejo editorial del periódico
Rabotnitsa (La obrera).
13 Maria
Ilinichna Ulyanova (1878-1937): militante bolchevique, miembro del Soviet,
trabajó en Iskra, miembro del consejo editorial de Pravda.
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