Por Marat
Éste va a
ser un artículo pequeño. Es un texto de urgencia destinado a avanzar siquiera
un mínimo de información sobre los resultados de la III Asamblea del Espacio de
Encuentro Comunista (EEC). Han pasado cinco días tras su finalización y en
estos tiempos tan nefastos en los que lo que no es inmediato y se consume sin
digerir pierde interés, uno debe intentar seguir su ritmo si no es un
telepredicador de marketing político que resume sus brillantes análisis en los
140 caracteres de un tuit pero tampoco demorarse en exceso.
El sábado 12
y el domingo 13 de Marzo un nutrido grupo de comunistas sin y con partido se
reunieron en la sede del sindicato Co.Bas, que solidariamente nos dejó su local
para reunirnos, para avanzar en el proceso de ir creando unidad por la base
entre los marxistas que defendemos la
lucha de clases y nos identificamos con la centralidad de la clase trabajadora
en esa lucha, la dictadura del proletariado y el proceso insurreccional hacia
el socialismo.
Habíamos
realizado dos convocatorias anteriores. La primera para comprobar si existía la
voluntad de construir entre comunistas, independientemente de nuestras
trayectorias, y de defender la reconstrucción del relato comunista, recuperando
la iniciativa del combate. La segunda para marcar los contenidos del debate
teórico que necesitábamos hacer, que habría de asumir nuestros puntos de
coincidencia y la necesidad de aceptar nuestras diferencias para continuar
debatiéndolas.
De ahí debía
surgir un común denominador que nos permitiese orientarnos política, ideológica
y estratégicamente y empezar a articularnos tanto territorial como
sectorialmente.
Ese era el
reto de la III Asamblea del EEC. Y creo que hemos hecho un gran trabajo,
partiendo del destrozo que los comunistas llevamos sufriendo desde hace mucho
más de 20 años. Negar esto sería tan estúpido como no darnos cuenta de lo que
estamos comenzando a aportar y a significar en la dinámica de volver a levantar
la bandera de la lucha por el socialismo.
Que un
importante número de personas de Madrid, Valladolid, Burgos, Salamanca,
Córdoba, Sevilla, Málaga, Valencia o varias zonas del norte, por citar sólo
algunas de las procedencias, se citasen para debatir 6 documentos y una serie
de propuestas de trabajo durante casi 10 horas del sábado 12 y 4 del domingo 13
-sin contar las 24 horas resultantes del debate en paralelo de 6 comisiones de
trabajo, cada una de ella de 4 horas de duración, que habrían de pasar a plenario-,
y saliesen de esa reunión con la sensación de haber hecho un buen trabajo,
útil, necesario y que construye proyecto, debería ser considerado un avance muy
significativo para cualquiera que se considere comunista.
Esa reunión
a la que, junto a los comunistas sin partido acudieron militantes de diferentes
organizaciones comunistas entre otros, ha marcado muchas cuestiones de
coincidencia ideológica y política.
Hemos
abierto la necesidad de seguir profundizando en aspectos que, o bien no lo
tenemos tan claro (v.g. razones del hundimiento de los llamados países
socialistas y por las que la clase trabajadora de esos países no defendió el
sistema, profundización en la composición estructural de la clase trabajadora
actual,...) , o bien requieren un análisis específico y documentos concretos
que fijen nuestra posición (motivos de nuestro rechazo a la vez a la UE y al €
y alternativa de nuevo internacionalismo de clase en Europa, nuevos avances
dentro de nuestra perspectiva de feminismo y lucha de clases) o incluso en lo
relativo a formación política (necesidad de integrar la definición actual de la
crisis capitalista, para abrir paso a una correcta perspectiva de guerra de
clases, y el antiimperialismo como correspondencia internacional a ese reto).
Quizá el
punto en el que tod@s nos hemos sentido
más identificados sea el de Programa Político porque ha integrado todos los
aspectos de los que deseábamos debatir y, sin embargo, nos deja campo amplio a
partir del cual es posible construir.
En otro
orden de cosas, el documento de organización ha señalado la necesidad de pasar
a la creación de núcleos territoriales y sectoriales que plasmen nuestra
identidad de espacios abiertos a todos los comunistas, de debate y formación
con el objetivo de la acción política. Del barrio a la empresa, del frente de
lucha al modo en el que los comunistas de un Espacio Comunista de Base (ECB)
decidan que es la manera más adecuada de constituirse.
Como soy
fumador empedernido, aproveché los momentos de menor intensidad del debate para
salir a fumar a una terraza del local, coincidiendo en ese vicio con otros de
semejante afición. El caso es que en aquella facción improvisada dentro del
EEC, el personal se dedicaba a intercambiarse correos electrónicos y teléfonos,
bromear sobre que debíamos estar muy locos para reunirnos un sábado y un
domingo durante tantas horas para entender lo que ocurre en el mundo que
vivimos, cuando tantos seres humanos se conforman con explicaciones de cuentos
infantiles y a debatir sobre los próximos pasos a dar a partir del día 14, y lo
más importante: para transformarlo.
No faltaron
tampoco las cañas y las risas en los ratitos entre documento y documento.
Puesto que a veces me gusta observar el entorno como si lo viera desde fuera,
comprobé que era muy difícil distinguir los puntos de vista de un comunista sin
partido de los de otro que militase en uno y que, incluso entre los organizados
partidariamente, había que ser muy sutil para encontrar cuestiones relevantes
que nos dividieran. Si el diagnóstico sobre el enemigo de clase está
correctamente establecido a través del análisis marxista, la voluntad de
entenderse es muy capaz de señalar la diferencia entre lo realmente importante
que nos une y lo secundario que debemos seguir discutiendo, mientras empezamos
a aplicar lo elaborado a la lucha política en lo concreto.
Cuando, a la
vez, algunos dirigentes de otras organizaciones comunistas cuya implicación
militante en el proceso abierto por el EEC es menor que la de otras, pero
positiva, transmite el mensaje de que estamos haciendo un buen trabajo -el
desafío que tenemos por delante es enorme- y pide que entendamos su ritmo de
aproximación, está claro que debemos proseguir sin traicionar ni un milímetro
el camino abierto el 26 de Septiembre de 2015, cuando nos interrogamos
colectivamente sobre el hecho de si unir a los comunistas en un intento de
diagnóstico común de situación y de pelear juntos en la misma trinchera tenía
sentido. No tenemos prisa pero cuidaremos incluso con mimo de que el llamado de
entonces siga muy vivo en cada nuevo paso. Quienes se van incorporando nos exigen
cumplir ese “espíritu”.
Quizá sea la
primera vez en la que no hay destacamentos u organizaciones comunistas que se
opongan a un intento tal y, lo que es más importante, en la que favorecen que
militantes suyos se incorporen al proyecto. Debemos cuidar esta odea que
estamos construyendo desde tal diversidad porque, frente al ciudadanismo y los
intentos del capital de fabricar sus “alternativas”, estamos dando un paso del
que empezamos a ser conscientes de su importancia.
Nos faltan
cuadros suficientes. Esa es una de nuestras debilidades, no la única. No la
negamos. Por ello la cuestión de la formación va a a ser un elemento clave de
nuestro trabajo.
¿Qué nos
queda? Un mundo por ganar.
Estén
atent@s. En breve el Espacio de Encuentro Comunista (EEC) irá desgranándoles
mucho mejor que yo el trabajo realizado y sus aspiraciones de ser parte de la
fuerza colectiva que construya un mundo nuevo.
Como dice un
camarada muy querido “no os lamentéis, organizaos”.
NOTA
FINAL DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Quizá a los interesados en conocer más sobre el EEC les
haya sabido a poco este texto. Esto sólo era un adelanto. Mientras llega la
información pertinente sugiero que se pongan al día en estos enlaces:
Ayudará a
quienes deseen acercarse al EEC a ir comprendiendo no sólo el sentido del
llamamiento inicial sino en qué momento estamos actualmente.
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