Índice
Agradecimientos
9
Introducción 11
Trasfondo histórico
25
Notas sobre
los documentos 31
Abreviaturas
y acrónimos 33
CAPÍTULO UNO.1936 35
Moscú y la
Comintern montan la escena 35
Primeras
maniobras políticas 49
Intervienen
los soviéticos 53
Los
consejeros inician su trabajo 56
Ilya Ehrenburg 58
André Marty 67
Vladimir Gorev 93
Vladimir
Antonov- Ovseenko 109
Iosif Ratner
125
Artur
Stashevsky 129
Los
consejeros y las purgas 134
Los
soviéticos instan a los catalanes a mantenerse firmes 137
La guerra
civil española y el espionaje 140
Las Brigadas
Internacionales 145
CAPÍTULO DOS. 1937 149
El comienzo
de un nuevo año 149
Luchas
internas entre facciones 165
Se agrava el
conflicto interno 197
Barcelona:
guerra civil dentro de la guerra civil 220
El gobierno
Negrín y la guerra contra el POUM 262
El declive
de las Brigadas Internacionales 290
El GRU, los consejeros
soviéticos y el control del ejército republicano 320
El año toca
a su fin 440
CAPÍTULO TRES. 1938-1939
497
Armas para
España 497
La
desintegración de las Brigadas Internacionales 507
El problema
de Negrín 581
Resumen
final y una nota a pie de páginas 585
Notas 599
Índice
onomástico 615
CAPÍTULO DOS. 1937
149
El comienzo de un nuevo año
A finales de
1936 prevalecía una falsa sensación de seguridad, que llevó al gobierno
republicano a experimentar algo parecido a un estado de euforia. Había
comenzado la ayuda soviética; las tropas leales había logrado derrotar el intento
de Franco de tomar Madrid, y el gobierno republicano de Frente Popular había
consolidado sus fuerzas con la entrada en las funciones gubernamentales de
comunistas y anarquistas. Los soviéticos: su envío de armas a la República les
había dado mucho mucho prestigio, lo que a su vez incrementó el número de
militantes que se unieron al Partido Comunista español. Los consejeros
soviéticos iban asumiendo el control de cuanto sucedía en España y se les podía
ver en casi todas partes. “Embriagados por sus éxitos- escribía E.H.Carr- ,
experimentaban un excaso de confienza en sí mismos." 1. Eso se demostró especialmente en el intento de la NKVD de
destruir en España a todos los opositores a Stalin, de izquierda. En agosto de
1936, Stalin había enviado a Alexander Orlov a España con la misión de eliminar
a quienes desde posiciones marxistas revolucionarias se oponían a los
comunistas, esto es, al P.O.U.M. Orlov fue, segun sus biógrafos, " el
responsable de la preparación y dirección de la purga estalinista del P.O.U.M.,
que condujo a la muerte de Andreu Nin y otros seguidores de Trotski y
opositores al gobierno republicano respaldado por Moscú". 2
El problema
que afrontaba la Unión Soviética consistía en que la mayor parte de la clase
española era anarquista o sindicalista, y que el Partido Comunista español
resultaba un movimiento minoritario. El periódico soviético, Pravda había
publicado en diciembre un editorial según el cual en Cataluña, corazón del
anarquismo, " la limpieza de elementos trotskistas y anarcosindicalistas
se llevaría a cabo con la misma energía que el la U.R.S.S". Pocos días
después, la Comintern había dado instrucciones al PCE: " Suceda lo que
suceda hay que conseguir la destrucción final de los trotskistas." 3. Los comunistas consiguieron expulsar
al POUM del gobierno catalán, pero con eso no se había acabado los problemas
para la Unión Soviética. El jefe del gobierno republicano, Largo Caballero, y
el ministro de Marina y del Ejército del Aire, el socialista moderado Indalecio
Prieto, se oponían enérgicamente al dominio comunista sobre la red de
comisarios políticos en el ejército. Al mismo tiempo, los oficiales anarquistas
luchaban acrementre contra sus colegas comunistas.
En el documento 30, el jefe del GRU, S.P.
Uritski, informaba a Kliment Voroshilov acerca de la discusión que había
mantenido sobre los acontecimientos en España, el último día de 1936, con el
corresponsal de prensa norteameicano de izquierdas Louis Fischer, quien más
tarde se haría famoso por su repudio del comunismo estalinista y su
contribución a la antología The God That Failed, en la que se recogían las
posiciones de los anticomunistas de izquierda. En ese libro Fischer escribió
que , como España era " la primera línea del frente contra el
fascismo", la guerra civil " aplazó mi Kronstadt". En su ensayo,
Fischer argumentaba que había llegado a tener grandes dudas acerca del
experimento soviético ya en la época en que estaba cubriendo los acontecimientos
en España, porque se dio cuenta de que " el ambiente de funeral [Moscú]
era más negro que nunca". El único factor que le impidió hacer públicas
sus disensiones fue que eso habría significado perder sus contactos con los
rusos en España y, con ellos, su posibilidad de trabajar con los leales. Como
señalaba Fischer, dado que los comunistas españoles habían ganado " gran
fuerza en el campo republicano, una crítica de la Rusia soviética no se habría
recibido bien". 4
El documento
que sigue revela que los servicios de Fischer eran mucho más directos que la
simple elaboración de propaganda para mucho más directos que la simple
elaboración de propaganda para la prensa occidental en favor de la posición
soviética en España. De hecho, sugiere persuasivamente que Fischer no tenía
todavía tantas dudas y que, durante su estancia en Moscú, había presentado sus
descubrimientos sobre los acontecimientos internos españoles directamente al
GRU, el servicio de inteligencia militar del ejército soviético. Al parecer,
hizo cuanto pudo por reforzar la opinión optimista de los dirigentes soviéticos.
" En muchas calles se ve escrito " !Viva Rusia!"- informaba- y
por todas partes se pueden ver retratos de Stalin."
No obstante,
lo que resulta más importante es que Fischer informó negativamente a Uritski
sobre el general española José Asensio, subsecretario de Guerra que estaba al
mando del frente central en la batalla de Madrid. Le dijo que había comentado
personalmente con el jefe de Gobierno Largo Caballero que podía parecer que el
elevado número de derrotas militares republicanas se debiera a que el liderazgo
de las fuerzas populares estaba en manos de " un gobierno de traidores". En esa época Asensio se había
convertido ya en un opositor declarado a la política del Partido Comunista, y
por eso los comunistas españoles habían comenzado a exigir su destitución de
todos los puestos de mando gubernamentales y militares. Para dañar su
reputación, afirmaban que Franco casi había conquistado Madrid debido al débil
liderazgo de Asensio.5 En ese
contexto, las cogitaones de Fischer sobre si Asensio era o no un traidor
equivalían a respaldar las maniobras soviéticas y del PCE para destruirlo.
NOTAS
1. E.H.Carr, The Comintern and hhe Spanish Civil War,
Nueva York, Pantheon Books, 1984, p.34.
2. John Costello y Oleg Tsarev, Deadly Illusions,
Nueva York, Crown Books, 1993, p. 349.
3. Citado en Michael Albert, A New International
History of the Spanish Civil War, Nueva York, St. Matins 1994p 146
4. Louis Fischer, en Arthur Koestler et al, The God
That Failed, Nueva York, Harper and Row, 1950, pp.197-199.
5. Burnett Bolloten señala que los historiadores
reconocen que Asensio " poseía gran capacidad militar y dotes mentales
excepcionales" Vid Burnett Bolloten, The Spanish Civil War: Revolution and
Counterrevolution, Chapel Hill, University of North Carolina Press, 1991, pp.
280, 281.
Luchas internas entre fracciones
Para
cimentar el control militar, los comunistas lucharon por establecer un ejército
formal e institucional bajo su mando, a partir de la experiencia con el V
Regimiento; en él se había alistado más de setenta mil hombres a finales de
1936. No podía haber una España soviética, según creían los dirigentes del PCE,
hasta que se ganara la guerra, y eso exigía la puesta en pie de una fuerza
armada al mando de los comunistas. 8
La opinión
soviética se pone de manifiesto en un informe del general Yan K. Berzin al
mariscal Kliment Voroshilov del 12 de enero de 1937, reproducido aquí como documento 31. Berzin expresaba en él su
desprecio por los anarquistas e insistía en la creación de un nuevo ejército
regular. Según argumentaba Berzin, la posición del jefe de gobierno, al que
consideraba enemigo declarado de los comunistas, obstaculizaba eses propósito.
Poco después de ese informe, los comunistas presionaron para eliminar a Largo
Caballero de la responsabilidad gubernamental y crear un régimen más favorable
a los intereses de Moscú. Aun prediciendo la victoria para la política
soviética, Berzin advertía que el ambiente en España " se hace a veces realmente obsceno".
Las
necesidades militares obraban en favor de los soviéticos. Aunque los
republicanos habían bloqueado la ofensiva de los nacionales contra Madrid,
italianos y alemanes habían incrementado su intervención en España en diciembre
de 1936 y enero de 1937,9 lo que
amenazaba el equilibrio de fuerzas en España y hacía que el gobierno
republicano se sintiese extremadamente vulnerable. En el documento 32, el ministro de Guerra, Indalecio Prieto, informaba al
embajador soviético de la debilidad del gobierno, especialmente en comparación
con el poder de los generales rebeldes y sus benefactores alemanes e italianos.
Para equilibrar la balanza, Prieto hizo una petición formal de sesenta aviones
de caza, un centenar de bombarderos y otros centenares de aeroplanos diversos.
La situación
militar no detuvo el deseo de la Unión Soviética de controlar la estructura
política interna de la España republicana. De hecho, la dependencia de la
República con respecto a la URSS le hizo mucho más fácil la tarea. Stalin había
enviado ya consejeros del GRU y de la NKVD a España, que rápidamente se
adueñaron de la situación. En el documento
33, el vicejefe del GRU en España. Nikonov, informa el 20 de febrero de 1937 sobre sus esfuerzos para purgar a las fuerzas
armadas de " elementos traidores"
comprometidos en actividades contrarrevolucionarias. Se trataba, por supuesto,
de los llamados trotskistas y miembros activos del POUM. es significativo que
Nikonov atribuyera la caída de la ciudad de Malága, una derrota debida al
bombardeo y a la agresión militar italiana, a una "traición" 10
Además, Nikonov convertía el deseo del GRU de aplastar a los anarquistas en una
necesidad de responder a un supuesto complot anarquista para llevar a cabo un
golpe secreto contra el Frente Popular. El informe de Nikonov supuso una de las
primeras declaraciones del servicio de inteligencia militar sobre la necesidad
de oponerse al programa social defendido por la oposición de izquierda a los
comunistas. Su descripción de las milicias del POUM, con las que combatió el
escritor británico George Orwell, como " la unidad más podrida de todo el ejercito republicano" indica
la seriedad de los planes de Stalin para destruir a la oposición. Su queja de
que el POUM estaba recibiendo " suministros,
dinero y municiones" del gobierno ofrece una prueba de la acusación anarquista
de que los comunistas y los soviéticos pretendía que sólo recibieron esos
sumistros las unidades que ya estaba bajo el firme control del PCE y los
consejeros soviéticos. El informe de Nikonov concluía con la afirmación de que
había que " liquidar la escoria
dentro del campo republicano”.
El documento 34 es un informe del 22 de febrero de 1937, enviado por el
plenipotenciario soviético en España, Marchenko, al ministro soviético de
Asuntos Exteriores, Maxim Litvinov. Una vez más, la preocupación soviética se
centraba en la política interna de los varios grupos de izquierda activos en la
España republicana. Lo más sobresaliente era su virulenta oposición al ministro
de Guerra, Indalecio Prieto, al que criticaba por argumentar, al parecer, que
los soviéticos tenían su propio plan privado para España. Entre sus quejas
estaba que Prieto había calificado al ministro de Asuntos Exteriores, Álvarez
del Vayo, como " un peón de la
diplomacia soviética", "servil"
hacia la URSS, una caracterización que los estudiosos consideran esencialmente
acertada. 11
Lo que
estaba en juego era un intento decisivo para obligar al gobierno a aceptar el
liderazgo comunista en los asuntos militares y la influencia de los comunistas.
El informe de Marchenko ofrece también una corroboración de la importancia que
daba Moscú a la lucha contra el POUM. De forma similar, el documento 35 refuerza la impresión de que los rusos se preocupaban,
sobre todo, por neutralizar la influencia de los anarquistas. En ese informe,
enviado el 7 de marzo de 1937 al
secretariado de la Comintern por su representante en España, André Marty, éste
admitía en privado el éxito de los programas sociales anarquistas, en particular
los mecanismos anarcosindicalistas de organización industrial. En su informe
sobre los problemas políticos, Marty intentaba discernir qué grupos del
liderazgo republicano se podían considerar favorables a los comunistas. Marty
expresaba también su preocupación por la influencia y la capacidad militar del
POUM en Cataluña. A veces, algunos de los consejeros soviéticos pensaban que
los acontecimientos no se estaban desarrollando con la suficiente rapidez en la
dirección que ellos pretendían. En el documento
36, un comandante soviético de tanques en España ofrece sus observaciones,
y comenta que, como los otros partidos de izquierda estaban tratando de ganar
más influencia en la República, no había más que una solución obvia: " El partido debería hacerse con el poder, incluso por la fuerza, si fuera
necesario"
Vorodhilov creyó que el comentario era lo bastante importante como para remitírselo
a Stalin, recomendándole su lectura porque " vale la pena".
Durante
cierto tiempo los conflictos políticos internos se concentraron en los intentos
de los comunistas de destruir al general José Asensio. En esa pugna confluían
dos cuestiones: en primer lugar, si la naturaleza del ejército se iba a basar
en las milicias populares o en un ejército nacional formal dirigido por los
comunistas, y en segundo lugar, quién iba a controlar el ejército, el
Ministerio de Guerra, que deseaba un ejército profesional, como en la España
tradicional, o quienes favorecían una fuerza armada dirigida por comisarios
políticos, como la del Ejército Rojo en la URSS. Ese cuerpo de comisarios
políticos serviría, entonces, como enlace tanto para el PCE como para los
consejeros soviéticos y se convertiría en lo que E.H. Carr calificaba como "
el canal principal de contactos con el
gobierno con respecto al ejército y la política militar". 12 El documento 37 es una carta de Berzin (bajo el seudónimo de
Donizetti) a la NKVD y a Voroshilov, y revela hasta qué punto estaba implicado
Moscú en las luchas entre facciones. Ese informe indica cuán intenso era el
deseo soviético de encaminar la lucha contra Largo Caballero, así como contra
Asensio, al que Berzin acusa de no nombrar a comandantes "
revolucionarios", en incluso proponía que si no tenía lugar los cambios
deseados, los soviéticos deberían " ir pensando en cómo salirse del
juego".
NOTAS
8. El primer
comandante del nuevo regimiento, Enrique Castro, dijo a sus soldados que "
sólo ganando esta guerra podremos llegar a la revolución, al socialismo, a ser
una república soviética más en un área de gran importancia para el comunismo en
el mundo entero[...] Ese ejército será nuestro ejército, pero eso sólo lo
sabremos nosotros, para todos los demás será el ejército del Frente Popular. Lo
dirigimos nosotros, los comunistas, pero deberemos aparecer ante todos y por
encima de todos como combatientes del Frente Popular. Citado en Bolloten, The
Spanish Civil War.
9. Vid. Hugh Thomas, The Spanish Civil War, Nueva
York, Harper and Row, 1961, pp. 573, 577, 578.
10. Hugh
Thomas señala que la XIII División de las Brigadas Internacionales podría haber
sido enviado desde Murcia para ayudar a la ciudad amenazada, " si los
comunistas no hubiera tenido que los anarquistas aprovecharan la oportunidad
para sublevarse en Valencia". Y Franz Borkenau, aunque personalmente se oponía
a los anarquistas, escribía en aquella época que Málaga se podría haber salvado
si el pueblo hubiera emprendido la " lucha desesperada" que los
anarquistas " podrían haber encabezado". El problema, según Borkenau,
era que el oficial al mando del ejército en Málaga entendía su tarea como algo
puramente militar, " aborrecía a los milicianos”, y era incapaz de
entender el " factor político". Borkenau concluía que " la
Republica española pagó con la caída de Málaga la decisión de su ala derecha de
poner fin a la revolución social y de su ala izquierda de permitirlo". Cf.
Thomas, The Spanish Civil War, p.364; Franz Borkenau, The Spanish Cockpit, Ann
Arbor, University of Michigan Press, 1963, p.228.Noam Chomsky indica que "
la descripción detallada de Barkenau[ de la caida de Málaga] tiende a
corroborar la explicación anarquista, al menos en parte"(Objectivity and
Liberal Scholarship", en American Power and the New Mandarins, Nueva York,
Pantheon, 1967, pp.98,99.
11. Véase, por ejemplo, Gabriel Jackson, The Spanish
Republic and the Civil War, 1936.1939, Princeton, N.J., Princeton University
Press, 1965, pp.362,363. Refiriéndose
a la posición de Álvarez del Vayo en el gobierno de Largo Caballero en 1937, afirma
que consultaba con el embajador soviértico " y con los consejeros militares
rusos como si éstos fueran aliados incondicionales que no pudieran tener
motivaciones e intereses distintos a los de la República española. Como
ministro de la Guerra además. Del Vayo " nombró sobre todo a
comunistas" para el puesto clave de comisarios de guerra, que se suponía
que debián controlar la lealtad y conciencia política de los oficiales.
12. Carr, The Comintern and the Spanish Civil War,
p.39.
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