Cómo utilizan los estudiantes y jóvenes para
derrocar gobiernos que no favorecen los interéses imperiales
El golpe dirigido por
Washington
Por: Eva Golinger | Lunes, 09/02/2009 04:19 PM
Llámalo
una revolución de cólores, un golpe suave, un coup d’etat o simplemente un
cambio de régimen, sea lo que sea, no existe duda ninguna que detrás de está
estrategia mal llamada la “no violencia” o la “exportación de la democracia”
están los nefastos intereses de Washington. Fue en el año 1983 que éste
concepto fue creado que luego ha instalado gobiernos subordinados al poder
imperial desde Sur América al Caucaso a Asia. A través de la creación de una
seria de “fundaciones” quasi-privadas, como el Instituto Albert Einstein (AEI),
la National Endowment for Democracy (NED), el Instituto Republicano
Internacional (IRI), el Instituto Demócrata Nacional (NDI) y Freedom House,
entre otras, el gobierno de Estados Unidos comenzaba a filtrar fianciamiento y
asesoría estratégica a partidos políticas y organizaciones sociales que
promovían su agenda en países con gobiernos no alineados con los intereses
estratégicos de Washington.
Fue justo en ese año 1983 que dos de éstas fundaciones nacieron, cada una con una agenda y una misión programada. La National Endowment for Democracy (NED) fue creada por una ley del Congreso de Estados Unidos que la establecía como una entidad dedicada a “promover la democracia por el mundo”. Y a pesar de clasificar la fundación como “privada”, sus tareas y su financiamiento se mantienían bajo el control y la supervisión del Departamento de Estado. La NED nació después de varios años de contemplación por parte de un equipo formador, el American Política Foundation (APF), compuesto por miembros de los partidos republicano y demócrata, que buscaba una forma de ejecutar las muy criticadas actividades clandestinas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la sociedad civil. Tal cual como admitió uno de ls fundadores de la NED, Allen Weinstein, al periódico New York Times, “…lo que hace la NED hoy en día fue hecho de manera clandestina hace 25 años por la CIA”. Y este sentimiento ha sido ratificado por directores de otras fundaciones que operan dentro de está misma estrategia, como Freedom House, cuyo director para Ucrania declaró en el 2005 que “…En los años 50, 60 y 70 esta tipa de actividad fue manejada por la CIA de modo escondido. Daba la impresión de que los servicios de inteligencia estadounidenses corrompían las organizaciones y los partidos políticos de los países. Esto hacia ver a los movimientos locales como unos instrumentos de la CIA. Entonces, fue decidido que Estados Unidos haria este tipo de actividad de manera pública. Y eso es lo que hacemos con nuestras fundaciones.”
La otra fundación creada en el año 1983 es el Instituto Albert Einstein, creada por Gene Sharp. Este instituto se presenta como un lugar de formación en las técnicas de “lucha no violenta”, y aunque utilizan como símbolos los grandes luchadores pácificos de la izquierda, como Ghandi y Martin Luther King Jr., su misión verdadera es elaborar y enseñar teorías y estrategias para derrocar gobiernos con tendencia comunista o socialista. Sus teorías y talleres de formación han sido empleados por diferentes movimientos anti-comunistas y anti-socialistas en países del antiguo Unión Soviética, y otros en Taiwán, Chile, Indonesia y Venezuela, para nombrar algunos. También sus lineamientos son enseñados y utilizados en la formación de equipos élites de las fuerzas armadas en Estados Unidos y Europa para promover lo que llaman “defensa realizada por civiles”, una teoría que elaboraron para impedir una invasión rusa en otros países europeos.
La NED sirve como ente financiera y ayuda con la elaboración de estrategias políticas que buscan consolidar movimientos y coaliciones de opositores a gobiernos no subordinados a los intereses de Washington; mientras que el Instituto Albert Einstein se enfoca en la formación y el entrenamiento de movimientos de jóvenes y estudiantes en las técnicas necesarias para lograr un cambio de régimen en un periodo corto. Además de éstas dos entidades, también hay otras dos que funcionan para crear, asesor y fortalecer partidos políticos que promueven la agenda de Washington: el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el Instituto Demócrata Nacional (NDI), creados en el año 1984 para filtrar el financiamiento desde la NED hacia los partidos locales en países de interés estratégico. Y está Freedom House, fundada por el gobierno de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial para “promover la libertad” en países europeos y luego para luchar contra la expansión del comunismo. Freedom House siempre ha tenido un enfoque principal en el uso de los medios de comunicación y la propaganda para promover su agenda. Ha sido financista y promotor de los voceros propagandístas de Washington en el mundo, como Radio Free Europe/Radio Liberty, la Voz de América y Radio y TV Martí. En los años 80, Freedom House estuvo involucrada en la guerra psicológica que desarrollaba Washington y sus aliados en Centroamérica contra la influencia comunista. Hasta el año 2005, su presidente era James Woolsey, antiguo director de la CIA. Hoy en día, el presidente de Freedom House es Peter Ackerman, quien fue alumno y empleado de Gene Sharp en el Instituto Albert Einstein y quien también es fundador del Centro Internacional para el Conflicto No Violento, entidad que hoy en día trabaja con la formación en las técnicas de golpe suave para jóvenes y estudiantes en países no alineados con Washington.
Hay una entidad más que hay que mencionar antes de demostrar como esta red de instituciones ejecuta su misión principal: la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID). Creada en el año 1962 bajo la administración de John F. Kennedy, la USAID es el gran brazo financiero del Departamento de Estado en el exterior. Hoy en día funciona como parte del eje de seguridad y defensa de Washington. El Pentágono se encarga de lo militar, el Departamento de Estado de lo diplomático y la USAID de las poblaciones civiles. La USAID sirve para promover los intereses económicos y estratégicos de Estados Unidos en casi todo el planeta. Sus departamentos dedicados a transición, reconstrucción, gerencia de conflictos, desarrollo económico, gobernabilidad y democracia son los principales viaductos a través de los cuales filtran los miles de millones de dólares que desde Washington envían a los partidos políticos, ONGs, movimientos estudiantiles y sociales que promueven sus intereses en el mundo. En cualquier país donde ha habido un golpe de estado, una revolución de colores o un cambio de régimen favorable a los intereses de Estados Unidos se encuentra la USAID y su lluvia de dólares.
Por cierto, todas las entidades anteriormente mencionadas están presentes actualmente en Venezuela y Bolivia, donde desde hace ya varios años han venido financiando y asesorando proyectos y grupos con el objetivo de derrocar los gobiernos de Hugo Chávez y Evo Morales.
Entonces, ya que sabemos quienes están detrás de la estrategia del golpe suave o una revolución de colores, ahora es necesario analizar como funciona y como se detecta que este plan está siendo ejecutado en su país.
¿Cómo funciona una revolución de colores?
Vemos brevemente los casos de Serbia (antes Yugoslavia), Ucrania, Georgia y Kirgistán, donde en los últimos años se han tomado lugar estas revoluciones de colores. ¿Cuáles son las cosas en común de estos países? En primer lugar, recursos naturales y estratégicos. Gas, petróleo, gaseoductos, olioductos, bases militares, fronteras estratégicas – todos estos son factores presentes en estos países. Serbia, donde tomó lugar el derrocamiento del gobierno de Slobodan Milosevic en 2001, tiene gas natural y petróleo; Georgia, donde hubo la revolución rosa en 2003, comparte bases militares con Rusia y Estados Unidos y está en la vía de los gaseoductos y olioductos más importantes del Medio Oriente hacia el mundo Occidental; Ucrania, donde hubo la revolución naranja en 2004 está ubicada estratégicamente entre los productores más grande de energía en Rusia y la región del Mar Caspian, y los consumidores en Eurasia; y Kirgistán tiene una frontera estratégica con China, bases militares de Rusia y Estados Unidos y también está ubicada en la vía de estos importantes gaseoductos que Washington y sus empresas del Complejo Militar Industrial quisieran controlar.
A parte de los intereses estratégicos está la ideología. Son movimientos principalmente anti-comunistas, anti-socialistas, pro-capitalistas y pro-imperialistas. Entonces, donde hay un gobierno con tendencia socialista y anti-imperialista en un país con recursos estratégicas y naturales, habrá un plan de golpe suave para derrocarlo.
En todos estos países donde se ha ejecutado está estrategia, los movimientos o grupos que la ha dirigido emplean las mismas recetas. Involucran a estudiantes y jóvenes en las acciones para dar una cara fresca a su movimiento y también para hacer el trabajo de las fuerzas de seguridad más difícil (a la hora de arrestar un niño de 14 años por una acción ilegal de calle, el estado parece el ente represor) y realizan un proceso de marketing para diseñar un logo del movimiento, un slogan y/o un color (en Serbia fue el puño cerrado en blanco con negro del OTPOR, en Ucrania, el mismo logo pero con el color naranja, en Georgia, también el mismo puño pero con rosa, en Kirgistán, rosada, y en Venezuela, en lugar del puño de OTPOR utilizan la mano blanca con fondo negro). Siempre se planifican las acciones acerca de un proceso electoral en el país, donde preparan una red de observadores, una organización electoral paralelo (Súmate, en Venezuela) y unas operaciones psicológicas para preparar un escenario de fraude y el rechazo a los resultados en caso de perder ellos. Siempre utilizan el mismo material de formación de Gene Sharp y el Instituto Albert Einstein, y siempre reciben fondos y asesoría estratégica y política de las agencias de Washington, como la USAID, la NED, el IRI, el NDI y Freedom House.
¿Cuál es su objetivo principal?
La estrategia consiste en un intento de debilitar y desorganizar los pilares del poder (el estado y las fuerzas laborales) y neutralizar las fuerzas de seguridad, siempre en el contexto de un proceso electoral. Según el Coronel (Ejército EEUU) Robert Helvey del Instituto Albert Einstein, su objetivo no se trata de destruir las fuerzas armadas y cuerpos policiales, sino convertirlos – convencerlos de dejar el gobierno actual y hacerles entender que hay lugar para ellos en el gobierno de mañana. Utilizan los jóvenes para intentar debilitar el ánimo de las fuerzas de seguridad y cambiar su sumisión al régimen. Realizan contactos con los militares para intentar negociar, ejecutando operaciones psicológicas en su contra. Según Srdja Popovic, uno de los fundadores de OTPOR en Serbia, el Coronel Helvey les enseñó “…como seleccionar personas dentro del sistema como policías y mandarles constantemente el mensaje que todos somos víctimas, tanto ellos como nosotros, porque no es el trabajo de la policía arrestar un niño de 13 años, por ejemplo…” También, Popovic explica que el Coronel Helvey les enseñó como crear su organización y hacer de su movimiento “una verdadera marca”, además de como elegir un símbolo que sirve como la herramienta de comunicación con el público (como la mano o puño blanco), como difundir mensajes, reclutar gente, realizar manifestaciones públicas y lo más importante de todo, como encontrar dinero.
Entonces, la estrategia está dirigida hacia las fuerzas armadas, la policía, los funcionarios públicos y el público en general, a través de una guerra psicológica y una presencia en la calle que da la impresión de un inminente estallido social. Y todo eso, ejecutado aparentamente por jóvenes y estudiantes.
Venezuela
Desde el fracaso de las políticas neoliberales en Venezuela de la época de Carlos Andrés Pérez en el año 1992 y la insurrección militar del 4 de febrero de ese año, liderado por el ahora presidente Hugo Chávez, Washington ha contemplado como utilizar entidades como la NED y la USAID en el país para promover su agenda política y económica. Pero realmente fue en el año 2000, luego del primer año del Presidente Chávez en el poder, que la NED comenzó a financiar grupos y partidos políticos que comenzaban a constituirse como un movimiento opositor al gobierno nacional. Estos partidos y organizaciones de la llamada sociedad civil recibieron millones de dólares de la NED y sus institutos claves, el IRI y el NDI, en esos primeros años que luego fueron direccionados hacia el golpe de estado de abril 2002. Cuando esa acción no funcionó para derrocar al Presidente Chávez definitivamente, Washington reorientó su estrategia y llegó la USAID en junio de 2002, instalando lo que llaman una Oficina de Iniciativas hacia una Transición (OTI, por sus siglas en inglés). A través de esa oficina, reforzaron el financiamiento de los partidos políticos, como Acción Democrática, COPEI, Proyecto Venezuela, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo, utilizando el IRI y el NDI para filtrar más fondos, y comenzaron a financiaron con más de 10 millones de dólares a docenas de ONG y grupos de la “sociedad civil”, incluyendo medios privados de comunicación.
Fue en el año 2003 que el Instituto Albert Einstein tocó terreno en Venezuela por primera vez. Un viaje realizado por el Coronel Robert Helvey y otro funcionario del instituto, Chris Miller, tomó lugar en abril 2003 durante 9 días en Venezuela. El objetivo de la consulta fue suministrar a miembros de la oposición venezolana la capacidad de desarrollar una estrategia basada en las técnicas de golpe suave para “restaurar la democracia” en Venezuela. Según el informe anual del Instituto Albert Einstein, los participantes en el taller incluían miembros de partidos políticos y sindicatos, líderes de ONGs y otros activistas y fue patrocinado por la organización Ofensiva Ciudadana, que parece ser simplemente una entidad de fachada que fue creada para organizar el seminario. Algunos participantes, como el opositor Robert Alonso, han admitido que de las enseñazas del taller y la asesoría del Coronel Helvey y Gene Sharp, nacieron las guarimbas – esas acciones violentas de calle que tenían como objetivo interrumpir el proceso del referéndum revocatorio en el 2004 y crear un nivel de caos y desestabilización en el país.
Luego, volvió el contacto entre la oposición venezolana y el Instituto Albert Einstein en marzo de 2005, cuando en la sede del instituto en Boston, EEUU, realizaron un taller de estrategia para estudiantes y jóvenes venezolanos. Esto fue el verdadero momento cuando comenzaron su trabajo con los jóvenes venezolanos. Trajeron dos de los dirigentes de OTPOR desde Serbia, Slobodan Dinovic y Ivan Marovic para enseñar a los estudiantes venezolanos como debilitar y desorganizar el poder y como construir y manejar su movimiento. Al mismo tiempo, el financiamiento de la USAID, el IRI, el NDI y la NED estaba aumentando en el país. Por cierto, en el 2005, Freedom House llegó a Venezuela, financiada por la Oficina de Iniciativas hacia una Transición (OTI) de la USAID para apoyar a los medios privados de comunicación con la preparación de operaciones psicológicas.
En el 2006, el movimiento estudiantil entrenado por Gene Sharp, el Coronel Helvey y los jóvenes expertos de OTPOR, se estrenó con el Plan V durante el proceso de las elecciones presidenciales de diciembre 2006. Pero no tenían suficiente presencia en las calles y aún no habían perfeccionado las técnicas. Además, la situación electoral no les favorecía, pués la ventaje del Presidente Chávez sobre el candidato de oposición Manuel Rosales era demasiado para poder gritar fraude y tener legitimidad. Entonces, el Plan V se murió y se renació como el Movimiento Cambio, pero ese tampoco tuvo mucho impacto. No fue sino hasta abril 2007, con la excusa de la no renovación del canal de televisión RCTV, que los jóvenes entrenados por el Instituto Albert Einstein y OTPOR lograron ejecutar la primera fase de su plan. Nació el movimiento estudiantil “manos blancas” con el joven dirigente Yon Goicochea (uno de los seleccionados estudiosos de las técnias de Gene Sharp) y dio su cara al país.
Pero poco después, con Goicochea ya pasando de ser estudiante a convertirse en un dirigente político de Primero Justicia, vieron la necesidad de entrenar nuevas caras, y fueron enviados cuatro estudiantes venezolanos a Belgrado para recibir un entrenamiento intensivo con los expertos de OTPOR. Ronel Gaglio (UMA), Geraldine Alvarez (UCAB), Rodrigo Diamanti (UCAB) y Eliza Totaro (UCAB), fueron seleccionados para ir hasta Belgrado en octubre 2007, a pocos meses del referéndum nacional sobre la reforma constitucional, para recibir las instrucciones necesarias para mantener su movimiento estudiantil vivo y presente en Venezuela. A su regreso a Venezuela, su trabajo consistía en pasar sus enseñanzas a los demás jóvenes de su movimiento y seguir aumentando su presencia pública en el país.
Mientras los estudiantes entrenados por las agencias de Washington ensayaban sus técnicas de golpe suave, creando caos en las calles, disturbios constantes y intentando provocar represión del estado, Freedom House, la NED, IRI, NDI y la USAID seguían aumentando el financiamiento a las principales ONG y partidos políticos de la oposición, como Súmate, Ciudadanía Activa, Sinergia, CEDICE, Liderazgo y Visión, Radar de los Barrios, Acción Campesina, CESAP, Consorcio Justicia, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, AD, COPEI, y hasta financiaban y dirigían programas de formación de líderes estudiantiles en universidades como la Universidad Metropolitana, la Universidad Católica Andrés Bello y otras por todo el país. Y no hay que olvidar la gran estrategia mediática que utilizaba los periodistas financiados y entrenados en EEUU a través de los programas del Departamento de Estado y la Embajada de EEUU en Caracas, para ejecutar sus operaciones psicólogicas en los medios privados.
Su trabajo duro tuvo éxito en el 2007, con la derrota, aunque por poco, de la reforma constitucional. Y como era de esperar, muchos de los líderes estudiantiles, confesos apolíticos, se incorporaron en partidos políticos para asegurar futuros cargos, como Yon Goicochea en la directiva de Primero Justicia, o se inscribieron sus candidaturas para las elecciones regionales del 2008, como Stalin Gonzalez y Freddy Guevara, entre otros.
De nuevo en las calles en el 2009 para hacer su campaña contra la enmienda constitucional que permitiría la postulación sin límites a los cargos públicos, éste mal llamado movimiento estudiantil sigue con el mismo plan de violencia y mentiras. Detrás de esas caras juveniles están los viejos políticos corruptos de los gobiernos anteriores junto al gran aparato imperial que sólo les interesa asegurar su control sobre los recursos naturales y estratégicos del país (su riqueza), y garantizar la muerte del socialismo para siempre. Hay que tener algo muy claro – todo esto es un proyecto estadounidense, hasta eso lo admiten los protaganistas de las revoluciones de colores en el Caucaso. Disfrazado de una misión de “promover la democracia” por parte de las agencias de Washington está el mismo objetivo de adueñarse del país y subordinar al pueblo venezolano a la agenda imperial. No hay que tener duda ninguna que aquellos que reciben los fondos de las agencias como USAID, NED, NDI, IRI y Freedom House, o el entrenamiento del Instituto Albert Einstein u OTPOR, son agentes del imperio estadounidense; son sus lacayos, sus portavoces y siempre estarán bajo su control y dominación.
No hay que dejar jamás que Venezuela vuelva a ser un país dirigido por una agenda ajena a los intereses del pueblo. Hoy, Venezuela es un país libre, soberano y digno, gracias a la revolución bolivariana y la firmeza y la visión social del Comandante Presidente Hugo Chávez. Por eso, en los próximos comicios electorales no hay que dar ni un voto al imperio, ni un voto a la oposición traidora, ni un voto al no. Esencial es votar SI para asegurar el futuro próspero, digno y soberano de Venezuela. Y si aún te queda la duda, sólo hay que hacerse una pregunta: ¿Quieres un país dirigido por Estados Unidos o un país dirigido por el pueblo venezolano? Votar por el SI es votar por el pueblo, cualquier otra cosa sería entregar el país a otros que jamás gobernarían para ti.
evagolinger@hotmail.com
Fue justo en ese año 1983 que dos de éstas fundaciones nacieron, cada una con una agenda y una misión programada. La National Endowment for Democracy (NED) fue creada por una ley del Congreso de Estados Unidos que la establecía como una entidad dedicada a “promover la democracia por el mundo”. Y a pesar de clasificar la fundación como “privada”, sus tareas y su financiamiento se mantienían bajo el control y la supervisión del Departamento de Estado. La NED nació después de varios años de contemplación por parte de un equipo formador, el American Política Foundation (APF), compuesto por miembros de los partidos republicano y demócrata, que buscaba una forma de ejecutar las muy criticadas actividades clandestinas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la sociedad civil. Tal cual como admitió uno de ls fundadores de la NED, Allen Weinstein, al periódico New York Times, “…lo que hace la NED hoy en día fue hecho de manera clandestina hace 25 años por la CIA”. Y este sentimiento ha sido ratificado por directores de otras fundaciones que operan dentro de está misma estrategia, como Freedom House, cuyo director para Ucrania declaró en el 2005 que “…En los años 50, 60 y 70 esta tipa de actividad fue manejada por la CIA de modo escondido. Daba la impresión de que los servicios de inteligencia estadounidenses corrompían las organizaciones y los partidos políticos de los países. Esto hacia ver a los movimientos locales como unos instrumentos de la CIA. Entonces, fue decidido que Estados Unidos haria este tipo de actividad de manera pública. Y eso es lo que hacemos con nuestras fundaciones.”
La otra fundación creada en el año 1983 es el Instituto Albert Einstein, creada por Gene Sharp. Este instituto se presenta como un lugar de formación en las técnicas de “lucha no violenta”, y aunque utilizan como símbolos los grandes luchadores pácificos de la izquierda, como Ghandi y Martin Luther King Jr., su misión verdadera es elaborar y enseñar teorías y estrategias para derrocar gobiernos con tendencia comunista o socialista. Sus teorías y talleres de formación han sido empleados por diferentes movimientos anti-comunistas y anti-socialistas en países del antiguo Unión Soviética, y otros en Taiwán, Chile, Indonesia y Venezuela, para nombrar algunos. También sus lineamientos son enseñados y utilizados en la formación de equipos élites de las fuerzas armadas en Estados Unidos y Europa para promover lo que llaman “defensa realizada por civiles”, una teoría que elaboraron para impedir una invasión rusa en otros países europeos.
La NED sirve como ente financiera y ayuda con la elaboración de estrategias políticas que buscan consolidar movimientos y coaliciones de opositores a gobiernos no subordinados a los intereses de Washington; mientras que el Instituto Albert Einstein se enfoca en la formación y el entrenamiento de movimientos de jóvenes y estudiantes en las técnicas necesarias para lograr un cambio de régimen en un periodo corto. Además de éstas dos entidades, también hay otras dos que funcionan para crear, asesor y fortalecer partidos políticos que promueven la agenda de Washington: el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el Instituto Demócrata Nacional (NDI), creados en el año 1984 para filtrar el financiamiento desde la NED hacia los partidos locales en países de interés estratégico. Y está Freedom House, fundada por el gobierno de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial para “promover la libertad” en países europeos y luego para luchar contra la expansión del comunismo. Freedom House siempre ha tenido un enfoque principal en el uso de los medios de comunicación y la propaganda para promover su agenda. Ha sido financista y promotor de los voceros propagandístas de Washington en el mundo, como Radio Free Europe/Radio Liberty, la Voz de América y Radio y TV Martí. En los años 80, Freedom House estuvo involucrada en la guerra psicológica que desarrollaba Washington y sus aliados en Centroamérica contra la influencia comunista. Hasta el año 2005, su presidente era James Woolsey, antiguo director de la CIA. Hoy en día, el presidente de Freedom House es Peter Ackerman, quien fue alumno y empleado de Gene Sharp en el Instituto Albert Einstein y quien también es fundador del Centro Internacional para el Conflicto No Violento, entidad que hoy en día trabaja con la formación en las técnicas de golpe suave para jóvenes y estudiantes en países no alineados con Washington.
Hay una entidad más que hay que mencionar antes de demostrar como esta red de instituciones ejecuta su misión principal: la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID). Creada en el año 1962 bajo la administración de John F. Kennedy, la USAID es el gran brazo financiero del Departamento de Estado en el exterior. Hoy en día funciona como parte del eje de seguridad y defensa de Washington. El Pentágono se encarga de lo militar, el Departamento de Estado de lo diplomático y la USAID de las poblaciones civiles. La USAID sirve para promover los intereses económicos y estratégicos de Estados Unidos en casi todo el planeta. Sus departamentos dedicados a transición, reconstrucción, gerencia de conflictos, desarrollo económico, gobernabilidad y democracia son los principales viaductos a través de los cuales filtran los miles de millones de dólares que desde Washington envían a los partidos políticos, ONGs, movimientos estudiantiles y sociales que promueven sus intereses en el mundo. En cualquier país donde ha habido un golpe de estado, una revolución de colores o un cambio de régimen favorable a los intereses de Estados Unidos se encuentra la USAID y su lluvia de dólares.
Por cierto, todas las entidades anteriormente mencionadas están presentes actualmente en Venezuela y Bolivia, donde desde hace ya varios años han venido financiando y asesorando proyectos y grupos con el objetivo de derrocar los gobiernos de Hugo Chávez y Evo Morales.
Entonces, ya que sabemos quienes están detrás de la estrategia del golpe suave o una revolución de colores, ahora es necesario analizar como funciona y como se detecta que este plan está siendo ejecutado en su país.
¿Cómo funciona una revolución de colores?
Vemos brevemente los casos de Serbia (antes Yugoslavia), Ucrania, Georgia y Kirgistán, donde en los últimos años se han tomado lugar estas revoluciones de colores. ¿Cuáles son las cosas en común de estos países? En primer lugar, recursos naturales y estratégicos. Gas, petróleo, gaseoductos, olioductos, bases militares, fronteras estratégicas – todos estos son factores presentes en estos países. Serbia, donde tomó lugar el derrocamiento del gobierno de Slobodan Milosevic en 2001, tiene gas natural y petróleo; Georgia, donde hubo la revolución rosa en 2003, comparte bases militares con Rusia y Estados Unidos y está en la vía de los gaseoductos y olioductos más importantes del Medio Oriente hacia el mundo Occidental; Ucrania, donde hubo la revolución naranja en 2004 está ubicada estratégicamente entre los productores más grande de energía en Rusia y la región del Mar Caspian, y los consumidores en Eurasia; y Kirgistán tiene una frontera estratégica con China, bases militares de Rusia y Estados Unidos y también está ubicada en la vía de estos importantes gaseoductos que Washington y sus empresas del Complejo Militar Industrial quisieran controlar.
A parte de los intereses estratégicos está la ideología. Son movimientos principalmente anti-comunistas, anti-socialistas, pro-capitalistas y pro-imperialistas. Entonces, donde hay un gobierno con tendencia socialista y anti-imperialista en un país con recursos estratégicas y naturales, habrá un plan de golpe suave para derrocarlo.
En todos estos países donde se ha ejecutado está estrategia, los movimientos o grupos que la ha dirigido emplean las mismas recetas. Involucran a estudiantes y jóvenes en las acciones para dar una cara fresca a su movimiento y también para hacer el trabajo de las fuerzas de seguridad más difícil (a la hora de arrestar un niño de 14 años por una acción ilegal de calle, el estado parece el ente represor) y realizan un proceso de marketing para diseñar un logo del movimiento, un slogan y/o un color (en Serbia fue el puño cerrado en blanco con negro del OTPOR, en Ucrania, el mismo logo pero con el color naranja, en Georgia, también el mismo puño pero con rosa, en Kirgistán, rosada, y en Venezuela, en lugar del puño de OTPOR utilizan la mano blanca con fondo negro). Siempre se planifican las acciones acerca de un proceso electoral en el país, donde preparan una red de observadores, una organización electoral paralelo (Súmate, en Venezuela) y unas operaciones psicológicas para preparar un escenario de fraude y el rechazo a los resultados en caso de perder ellos. Siempre utilizan el mismo material de formación de Gene Sharp y el Instituto Albert Einstein, y siempre reciben fondos y asesoría estratégica y política de las agencias de Washington, como la USAID, la NED, el IRI, el NDI y Freedom House.
¿Cuál es su objetivo principal?
La estrategia consiste en un intento de debilitar y desorganizar los pilares del poder (el estado y las fuerzas laborales) y neutralizar las fuerzas de seguridad, siempre en el contexto de un proceso electoral. Según el Coronel (Ejército EEUU) Robert Helvey del Instituto Albert Einstein, su objetivo no se trata de destruir las fuerzas armadas y cuerpos policiales, sino convertirlos – convencerlos de dejar el gobierno actual y hacerles entender que hay lugar para ellos en el gobierno de mañana. Utilizan los jóvenes para intentar debilitar el ánimo de las fuerzas de seguridad y cambiar su sumisión al régimen. Realizan contactos con los militares para intentar negociar, ejecutando operaciones psicológicas en su contra. Según Srdja Popovic, uno de los fundadores de OTPOR en Serbia, el Coronel Helvey les enseñó “…como seleccionar personas dentro del sistema como policías y mandarles constantemente el mensaje que todos somos víctimas, tanto ellos como nosotros, porque no es el trabajo de la policía arrestar un niño de 13 años, por ejemplo…” También, Popovic explica que el Coronel Helvey les enseñó como crear su organización y hacer de su movimiento “una verdadera marca”, además de como elegir un símbolo que sirve como la herramienta de comunicación con el público (como la mano o puño blanco), como difundir mensajes, reclutar gente, realizar manifestaciones públicas y lo más importante de todo, como encontrar dinero.
Entonces, la estrategia está dirigida hacia las fuerzas armadas, la policía, los funcionarios públicos y el público en general, a través de una guerra psicológica y una presencia en la calle que da la impresión de un inminente estallido social. Y todo eso, ejecutado aparentamente por jóvenes y estudiantes.
Venezuela
Desde el fracaso de las políticas neoliberales en Venezuela de la época de Carlos Andrés Pérez en el año 1992 y la insurrección militar del 4 de febrero de ese año, liderado por el ahora presidente Hugo Chávez, Washington ha contemplado como utilizar entidades como la NED y la USAID en el país para promover su agenda política y económica. Pero realmente fue en el año 2000, luego del primer año del Presidente Chávez en el poder, que la NED comenzó a financiar grupos y partidos políticos que comenzaban a constituirse como un movimiento opositor al gobierno nacional. Estos partidos y organizaciones de la llamada sociedad civil recibieron millones de dólares de la NED y sus institutos claves, el IRI y el NDI, en esos primeros años que luego fueron direccionados hacia el golpe de estado de abril 2002. Cuando esa acción no funcionó para derrocar al Presidente Chávez definitivamente, Washington reorientó su estrategia y llegó la USAID en junio de 2002, instalando lo que llaman una Oficina de Iniciativas hacia una Transición (OTI, por sus siglas en inglés). A través de esa oficina, reforzaron el financiamiento de los partidos políticos, como Acción Democrática, COPEI, Proyecto Venezuela, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo, utilizando el IRI y el NDI para filtrar más fondos, y comenzaron a financiaron con más de 10 millones de dólares a docenas de ONG y grupos de la “sociedad civil”, incluyendo medios privados de comunicación.
Fue en el año 2003 que el Instituto Albert Einstein tocó terreno en Venezuela por primera vez. Un viaje realizado por el Coronel Robert Helvey y otro funcionario del instituto, Chris Miller, tomó lugar en abril 2003 durante 9 días en Venezuela. El objetivo de la consulta fue suministrar a miembros de la oposición venezolana la capacidad de desarrollar una estrategia basada en las técnicas de golpe suave para “restaurar la democracia” en Venezuela. Según el informe anual del Instituto Albert Einstein, los participantes en el taller incluían miembros de partidos políticos y sindicatos, líderes de ONGs y otros activistas y fue patrocinado por la organización Ofensiva Ciudadana, que parece ser simplemente una entidad de fachada que fue creada para organizar el seminario. Algunos participantes, como el opositor Robert Alonso, han admitido que de las enseñazas del taller y la asesoría del Coronel Helvey y Gene Sharp, nacieron las guarimbas – esas acciones violentas de calle que tenían como objetivo interrumpir el proceso del referéndum revocatorio en el 2004 y crear un nivel de caos y desestabilización en el país.
Luego, volvió el contacto entre la oposición venezolana y el Instituto Albert Einstein en marzo de 2005, cuando en la sede del instituto en Boston, EEUU, realizaron un taller de estrategia para estudiantes y jóvenes venezolanos. Esto fue el verdadero momento cuando comenzaron su trabajo con los jóvenes venezolanos. Trajeron dos de los dirigentes de OTPOR desde Serbia, Slobodan Dinovic y Ivan Marovic para enseñar a los estudiantes venezolanos como debilitar y desorganizar el poder y como construir y manejar su movimiento. Al mismo tiempo, el financiamiento de la USAID, el IRI, el NDI y la NED estaba aumentando en el país. Por cierto, en el 2005, Freedom House llegó a Venezuela, financiada por la Oficina de Iniciativas hacia una Transición (OTI) de la USAID para apoyar a los medios privados de comunicación con la preparación de operaciones psicológicas.
En el 2006, el movimiento estudiantil entrenado por Gene Sharp, el Coronel Helvey y los jóvenes expertos de OTPOR, se estrenó con el Plan V durante el proceso de las elecciones presidenciales de diciembre 2006. Pero no tenían suficiente presencia en las calles y aún no habían perfeccionado las técnicas. Además, la situación electoral no les favorecía, pués la ventaje del Presidente Chávez sobre el candidato de oposición Manuel Rosales era demasiado para poder gritar fraude y tener legitimidad. Entonces, el Plan V se murió y se renació como el Movimiento Cambio, pero ese tampoco tuvo mucho impacto. No fue sino hasta abril 2007, con la excusa de la no renovación del canal de televisión RCTV, que los jóvenes entrenados por el Instituto Albert Einstein y OTPOR lograron ejecutar la primera fase de su plan. Nació el movimiento estudiantil “manos blancas” con el joven dirigente Yon Goicochea (uno de los seleccionados estudiosos de las técnias de Gene Sharp) y dio su cara al país.
Pero poco después, con Goicochea ya pasando de ser estudiante a convertirse en un dirigente político de Primero Justicia, vieron la necesidad de entrenar nuevas caras, y fueron enviados cuatro estudiantes venezolanos a Belgrado para recibir un entrenamiento intensivo con los expertos de OTPOR. Ronel Gaglio (UMA), Geraldine Alvarez (UCAB), Rodrigo Diamanti (UCAB) y Eliza Totaro (UCAB), fueron seleccionados para ir hasta Belgrado en octubre 2007, a pocos meses del referéndum nacional sobre la reforma constitucional, para recibir las instrucciones necesarias para mantener su movimiento estudiantil vivo y presente en Venezuela. A su regreso a Venezuela, su trabajo consistía en pasar sus enseñanzas a los demás jóvenes de su movimiento y seguir aumentando su presencia pública en el país.
Mientras los estudiantes entrenados por las agencias de Washington ensayaban sus técnicas de golpe suave, creando caos en las calles, disturbios constantes y intentando provocar represión del estado, Freedom House, la NED, IRI, NDI y la USAID seguían aumentando el financiamiento a las principales ONG y partidos políticos de la oposición, como Súmate, Ciudadanía Activa, Sinergia, CEDICE, Liderazgo y Visión, Radar de los Barrios, Acción Campesina, CESAP, Consorcio Justicia, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, AD, COPEI, y hasta financiaban y dirigían programas de formación de líderes estudiantiles en universidades como la Universidad Metropolitana, la Universidad Católica Andrés Bello y otras por todo el país. Y no hay que olvidar la gran estrategia mediática que utilizaba los periodistas financiados y entrenados en EEUU a través de los programas del Departamento de Estado y la Embajada de EEUU en Caracas, para ejecutar sus operaciones psicólogicas en los medios privados.
Su trabajo duro tuvo éxito en el 2007, con la derrota, aunque por poco, de la reforma constitucional. Y como era de esperar, muchos de los líderes estudiantiles, confesos apolíticos, se incorporaron en partidos políticos para asegurar futuros cargos, como Yon Goicochea en la directiva de Primero Justicia, o se inscribieron sus candidaturas para las elecciones regionales del 2008, como Stalin Gonzalez y Freddy Guevara, entre otros.
De nuevo en las calles en el 2009 para hacer su campaña contra la enmienda constitucional que permitiría la postulación sin límites a los cargos públicos, éste mal llamado movimiento estudiantil sigue con el mismo plan de violencia y mentiras. Detrás de esas caras juveniles están los viejos políticos corruptos de los gobiernos anteriores junto al gran aparato imperial que sólo les interesa asegurar su control sobre los recursos naturales y estratégicos del país (su riqueza), y garantizar la muerte del socialismo para siempre. Hay que tener algo muy claro – todo esto es un proyecto estadounidense, hasta eso lo admiten los protaganistas de las revoluciones de colores en el Caucaso. Disfrazado de una misión de “promover la democracia” por parte de las agencias de Washington está el mismo objetivo de adueñarse del país y subordinar al pueblo venezolano a la agenda imperial. No hay que tener duda ninguna que aquellos que reciben los fondos de las agencias como USAID, NED, NDI, IRI y Freedom House, o el entrenamiento del Instituto Albert Einstein u OTPOR, son agentes del imperio estadounidense; son sus lacayos, sus portavoces y siempre estarán bajo su control y dominación.
No hay que dejar jamás que Venezuela vuelva a ser un país dirigido por una agenda ajena a los intereses del pueblo. Hoy, Venezuela es un país libre, soberano y digno, gracias a la revolución bolivariana y la firmeza y la visión social del Comandante Presidente Hugo Chávez. Por eso, en los próximos comicios electorales no hay que dar ni un voto al imperio, ni un voto a la oposición traidora, ni un voto al no. Esencial es votar SI para asegurar el futuro próspero, digno y soberano de Venezuela. Y si aún te queda la duda, sólo hay que hacerse una pregunta: ¿Quieres un país dirigido por Estados Unidos o un país dirigido por el pueblo venezolano? Votar por el SI es votar por el pueblo, cualquier otra cosa sería entregar el país a otros que jamás gobernarían para ti.
evagolinger@hotmail.com
Algunos
link del blog
http://www.aeinstein.org/organizations6a1a.html
este link lo he copiado del http://www.facebook.com/OcupaElCongreso ,
Un artículo muy documentado, que pone de nanifiesto el poder del imperio. Gracias
ResponderEliminar¿Conoce el caso de Anthony Perkins? Empezó a trabajar en una misteriosa empresa de consultoría llamada Chas. T. Main Inc. (MAIN), una de cuyas principales funciones consistía en asesorar al Banco Mundial sobre las posibilidades de inversión en distintos países del Tercer Mundo. Su trabajo iba a consistir, primero, en conseguir que los préstamos internacionales concedidos para realizar algún proyecto en estos países pasasen, a través de MAIN y otras compañías estadounidenses como Bechtel o Halliburton; y, en segundo lugar, buscar la bancarrota de esos países para que no pudiesen pagar a sus acreedores y se convirtieran así en dóciles socios de Estados Unidos, no pudiendo negarse a conceder su crédito para la construcción de bases militares, a poner sus recursos naturales a disposición de los inversores extranjeros o a otorgar sus votos a Estados Unidos en la ONU y en otras instancias internacionales.
Un saludo