El papel de Amnistía Internacional en la guerra contra Siria Destacado
Por Mikel Itulain
Viernes, 04 de Enero de 2013 01:55
El gran
desafío de todas estas asociaciones humanitarias denominadas ONGs, es la de
lograr tener su propia autonomía económica y financiera que las blinde de
guardar una independencia objetiva y soberana al momento de posicionarse como
mediador o ente auxiliador.
LA FOTO
(hay una foto en el artículo)
Un tremendo
trío: a la izquierda Madeleine K. Albright, antigua Secretaria de Estado de EEUU
(1997-2001) en el gobierno de Bill Clinton, en el centro de la foto
Suzanne Nossel, Directora Ejecutivo de Amnistía Internacional sección
EEUU y antigua empleada de Hillary Clinton, esposa de Bill Clinton, y a
la derecha, James Wolfensohn, antiguo presidente del Banco Mundial (1995-2005) que
llevó a "
target="_blank">la ruina a pueblos enteros con su política
neoliberal, obedeciendo a las
indicaciones de Wall Street, estas tres personalidades reunidas para un debate
humanitario bajo el título:«¿Está el sueño de la ONU muerto? Las Organizaciones
Internacionales y los Desafíos del Cambio», 24 de enero de 2012.
EL ARTÍCULO
El gran desafío de todas estas asociaciones
humanitarias catalogadas bajo la denominación de ONGs — es decir
Organizaciones No Gubernamentales— es la de lograr tener su propia
autonomía económica y financiera que las blinde de guardar una
independencia objetiva y soberana al momento de posicionarse como
mediador o ente auxiliador en un conflicto social, en una guerra, en una
catástrofe natural. Pero generalmente ninguna cuenta con esa independencia
o autonomía financiera. Las ONGs son hoy en día grandes estructuras, con
cientos de empleados, locales, y todo esto tiene un precio —a pesar de
los benévolos que trabajan— y sólo pueden existir gracias a la
ayuda financiera indispensable de ciertos poderes estatales o empresariales que han comprendido la gran
utilidad de controlar o dirigir de cierta manera estas herramientas
humanitarias, muchas veces instrumentalizadas.
Amnistía Internacional, en su página web, en su sección
Actúa, en abril de 2012, pedía la colaboración de los ciudadanos e
indicaba que ya había recogido 11.962 firmas para supuestamente pedir el
fin de la represión en Siria. Encabezaba el titular como: «¿Por qué
calla el mundo ante la situación en Siria?», mencionando en el texto que estaban
haciendo presión, y pidiendo ayuda para hacerla, hacia gobiernos como:
Brasil, India o Sudáfrica, con el fin de que «demuestren su liderazgo
apoyando una resolución firme y jurídicamente vinculante que ayude a
parar el baño de sangre en Siria». ¿A qué tipo de resolución se refiere
Amnistía Internacional? ¿A una como la
1973 aplicada a Libia? ¿A la supuesta
Responsabilidad para Proteger que ha conducido a la destrucción del país libio y a la
llegada de los fundamentalistas islámicos junto a los miles de asesinatos y
violaciones? ¿A otro bombardeo criminal de la OTAN
matando miles de civiles?
Preocupan estas cosas. Aunque Amnistía Internacional
(AI) pueda decir que no aprobaba todo esto, sí aprobó la actuación de
Naciones Unidas en Libia y lo hizo amparándose en datos falsos, como
hemos visto en el capítulo sobre los medios de comunicación. Gadafi no
bombardeo ni atacó a la población civil, no había motivos para ninguna
intervención militar. Y no debe de olvidar AI que esa Responsabilidad
para Proteger elaborada en 2005 no está en la Carta de las Naciones
Unidas, porque es un cajón de sastre que puede valer, como ha valido
en Libia, para
arruinar a un país y condenarlo a la represión y muerte real ejercida por los
islamistas y a la explotación colonial exterior.
Siguiendo con ese comunicado vemos que culpabiliza de las
muertes de civiles a las fuerzas de seguridad sirias y no habla para
nada de los extremistas islámicos que han entrado en el país, que como bien debe saber AI están
extendiendo el terror y causando estragos en la población civil.
Tampoco dice nada sobre que ya, hacia finales del año 2011, más de 2.000 muertos eran de las
propias fuerzas de seguridad sirias, algo llamativo. Si hubiese 2.000 soldados israelíes
muertos en una lucha con los palestinos, ¿qué pasaría?, ¿qué no se
justificaría para aprobar las acciones militares de Israel?, mejor no
preguntarlo, creo, porque con tan solo dos o tres soldados israelís
muertos se justifican bombardeos que matan a millares de civiles.
Respecto a las muertes de civiles, de acuerdo a las
investigaciones con rigor, son principalmente responsables las
organizaciones islamistas financiadas desde el exterior, y esto no se menciona en el
informe de AI. Otra cosa que llama la atención es que no cita las fuentes
de donde han obtenido esa información y, esto, es necesario. Amnistía
Internacional, como ya hemos comentado, lanzó informaciones que no eran
ciertas, como el caso de la mujer, Zeinab al-Hosni, que supuestamente había sido:
«decapitada, mutilada y despellejada en una cárcel Siria», pero que luego
apareció viva.
¿Qué pretende Amnistía Internacional con esto?
¿Culpabilizar de todo al gobierno sirio y callar ante otras atrocidades
incluso mayores cometidas por los fundamentalistas y quienes les apoyan?
Amnistía tampoco ha demostrado todavía con pruebas los crímenes de
civiles atribuidos al gobierno.
¿Por qué el mundo calla? o ¿por qué Amnistía calla ante
ciertas cosas? ¿Quieren hacer el clima favorable a una guerra? Desde
luego sus hechos no son ni de lejos los que corresponderían a una
organización ecuánime y que realmente busca proteger los derechos humanos
y la paz.
AI ya había mostrado su parcialidad, falta de rigor y
de ética informativa y humanitaria el 25 de octubre de 2011 en su
informe: Crisis Sanitaria, sobre los hospitales en Siria, en el que
indicaba cosas como que ciudadanos heridos en las protestas«habían sido
agredidos físicamente en los hospitales del gobierno por la plantilla
médica, y en algunos casos se les negó el cuidado médico, mientras otros
que habían sido llevados al hospital fueron detenidos o habían
simplemente desaparecido». Estas «informaciones» fueron claramente
criticadas por el profesor Franklin Lamb, que además era miembro de
Amnistía, porque no estaban basadas en fuentes fiables
y verificadas, entre estas fuentes estaba Al Jazeera, en manos de la dictadura
catarí, cuyo papel y sesgo descarado en la cuestión Siria es obvio dada
su enemistad con el gobierno de este país. Pero lo que es más grave e
importante, se volvía a acusar sin evidencias, según indica Lamb. Este
profesor además había estado visitando varios hospitales sirios
recientemente y les comentó lo que había dicho AI, que por cierto no
había contactado con ninguna plantilla médica e indicaba que se basaba en
un testigo anónimo. El personal sanitario calificó lo dicho por AI como
una«difamación gratuita de la comunidad médica siria». Franklin Lamb
ofrece los nombres de los doctores y los lugares donde estuvo, así como
el contacto por teléfono o por mail para hablar incluso con los
pacientes. Termina su artículo indicando:
El hecho de que AI parezca haber sido algo perezosa en
su trabajo y continúe dándole mucha publicidad a su profundamente
errónea «investigación» es clamoroso.
AI además falló en cumplir con el estándar de trabajo
de investigación, que quienes continuaremos en apoyar y respaldar su
trabajo por los derechos humanos esperamos.
AI Amnistía Internacional y HRW Human Rights Watch,
dos ONGs que hacen un paso adelante dos atrás
Además AI, en otra campaña de las suyas que pretende
centrar las iras de la gente en alguna persona demonizada, acusaba al
gobierno sirio de cometer crímenes contra la humanidad y de haber matado
a centenares de mujeres, además de cargarle con 6.000 muertos, otra vez
todos para el gobierno y sin aportar pruebas, y sin mencionar a los
terroristas islámicos.
En esta campaña, además, solicitaba que se enviasen
cartas a la mujer de Assad para que interviniese y parase esa supuesta
masacre de mujeres que hacía su marido. No hace falta decir que esa misma
carta y esa misma campaña la podía haber hecho enviándosela a Hillary Clinton, responsable directa
del brutal ataque de la OTAN y de los islamistas sobre Libia, que ha matado miles
de civiles, entre ellos muchas mujeres y niños, y que ha conducido a que
muchas mujeres libias hayan sido y sean objeto de violación, humillación
y discriminación por los
fanáticos que controlan ahora el país.
Amnistía Internacional no envío, como era de esperar, ninguna
carta a la Sra. Clinton, lo que muestra su hipocresía y falsedad, porque
en este caso sí tenía unas pruebas contundentes con hechos reales y
crímenes reales, pero aquí no actuó. Si además decimos que como Directora
Ejecutiva de AI en EE.UU. está Suzanne Nossel, asistente de Hillary Clinton y ex asistente de Richard
Holbrooke, famoso este también por sus falsedades en la guerra en
Yugoslavia, entonces se entiende todo. También la función y el papel de
Amnistía.
Sobre la Sra. Nossel la Red Voltaire comenta lo siguiente:
El consejo de administración de Amnesty International
USA estimó que el trabajo de Suzanne Nossel en las administraciones de
los presidentes Bill Clinton y Barack Obama constituye una garantía de su
competencia, obviando sin embargo los crímenes que ambas administraciones
cometieron en Yugoslavia, Afganistán, Irak y Líbano, entre otros países.
La señora Nossel dio inicio a diversas campañas contra Irán, Libia y
Siria. En los últimos meses se destacó en la campaña de mentiras
destinada a intoxicar el Consejo de Derechos Humanos, con sede en
Ginebra, para lograr que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptara
una resolución que autorizara la guerra contra Libia. Finalmente las
acusaciones de la señora Nossel quedaron desmentidas.
Sin ir más lejos, la propia Nossel, a la cabeza de
Amnistía Internacional USA, invitó a Madeleine Albright y a otros
oficiales del Departamento de Estado para hablar en su fórum de mujeres
de la OTAN; y no era la primera vez que parecía hacer migas AI con
la secretaria de Estado responsable de decir que las sanciones queprovocaron la muerte en Irak, por las
sanciones económicas, de posiblemente más de un millón de civiles, la mayoría niños, valían la pena,
que era un precio que valía la pena pagar.
¿No debería haber llevado Amnistía a
Albright y a otros como Bush, Chenney o Blair ante una Corte Penal
Internacional?
No, no los llevaron, no lo creyeron oportuno, en cambio sí fueron a por
los enemigos oficiales de la administración estadounidense, tuviesen o
no culpa en delitos contra los derechos humanos.
Poco después de convertirse en Directora ejecutiva,
Nossel, en enero de 2012, moderó una mesa redonda en el Wellesley
College, compartiendo mesa con Albright. Y allí, en esa misma mesa,
incitó de la siguiente forma no a la paz y al diálogo, sino más bien a la
agresión militar, como se hizo en Libia, falsificando claramente los
hechos y sucesos en Siria:
«Ahora como cabeza de Amnistía Internacional-USA, un
punto de gran frustración y consternación para las organizaciones de
derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil durante los
últimos ocho o nueve meses, ha sido el fracaso del Consejo de Seguridad
de la ONU para abordar, de alguna forma, las muertes de ahora 5.000 civiles en
Siria por parte del presidente Assad y su ejército.»
¿De qué fuente?, ¿de qué informe o informes con rigor
puede Amnistía decir que el gobierno es responsable de la muerte de 5.000
civiles? ¿Es necesario que recordemos lo que están diciendo los informes
realizados por los investigadores, que en cada caso estudiado con cierto
rigor han atribuido las muertes deliberadas de civiles fundamentalmente
y principalmente a los fundamentalistas islámicos, que en su gran
mayoría provienen del extranjero? [1]
Amnistía parece que a base de repetir algo una y otra vez, como hacen los medios de comunicación
de las corporaciones, quiere convertirlo en evidencia; los hechos, sin embargo, son
diferentes. Toda esta falsedad y este juego poco limpio de esta
organización supuestamente humanitaria le pasará factura en el futuro,
porque no podrá decir que estaba interesada en resolver un conflicto, en
apostar por la paz y los derechos humanos, sino que lo que realmente está
haciendo es servir al juego de los intereses del poder, a los intereses
de las corporaciones. Hasta tal punto es así que la propia Nossel, en ese
discurso, se lanzaba a afirmar en un lenguaje bélico y despiadado lo que
ni Albright ni el propio Obama se atreverían a decir en público por
pudor:
La primavera pasada el Consejo de Seguridad consiguió
formar una mayoría para una acción enérgica en Libia y fue al principio
muy controvertido, [causando] muchos recelos entre los miembros del
Consejo de Seguridad. Pero Gadafi cayó, ha habido una transición allí y
creo que uno habría pensado que esos recelos se habrían apagado. ¿Cómo
explicarían esto y cuál creen que es el ingrediente que falta para romper
el estancamiento y conseguir que el Consejo de Seguridad esté a la altura
de sus responsabilidades en Siria?
Coolen Rowley, el analista que comenta este discurso,
dice cómo hasta la experimentada Albright se veía sorprendida por esa
actitud tan directa de la directora de Amnistía Internacional y como ella
y otros se mostraban escépticos sobre lo que se podría conseguir con un
ataque a través de bombardeos como se hizo en Libia.
Esto es triste, que hasta los más experimentados
responsables de guerras se muestren más cautos y cuidadosos en el tema de
la guerra que una supuesta organización humanitaria, dice mucho sobre
Amnistía y dice muy mal. Los miles de civiles muertos por el bombardeo de
la OTAN y por los fundamentalistas islámicos que han invadido el
país convirtiéndolo en una ruina social y económica parece que no
suponen gran cosa para esta organización; llamándolo acción enérgica
y olvidándose de sus desastrosas consecuencias para los derechos humanos
y las vidas de muchas personas.
Tony Cartalucci, el experto analista político
estadounidense, recuerda que Amnistía Internacional recibe financiación
del Open Society Institute de George Soros, además del Departamento para el
Desarrollo Internacional de Gran Bretaña y de la Unión Europea.
Demasiados intereses y demasiados vínculos al mundo del poder y de
las corporaciones como para esperar justicia y ecuanimidad en sus
actuaciones. Y de hecho su comportamiento, como lo estamos viendo, lo
delata claramente.
En el caso sirio ha seguido con su campaña y sus
acusaciones, también, cómo no, contra Rusia: Rusia: no más excusas,
plántate contra el baño de sangre en Siria, indicaba la organización. Cuando Rusia lo que ha hecho en
realidad es pedir un diálogo para solucionar los problemas y a diferencia de otros países e
instituciones también ha denunciado la violencia de
los grupos islamistas armados. Pero no quiere caer en el error y en la locura que
supuso la anterior actuación de las Naciones Unidas en Libia, que
permitió el criminal y despiadado bombardeo de la OTAN.
Amnistía perversamente intenta tergiversar en torno a
la violencia y malestar claramente fomentado por occidente dentro de
Siria como de alguna forma el resultado del rechazo de Rusia a capitular
ante otra intervención de la OTAN.
Una intervención, debe ser indicado, que seguro que va
a crear una gran extensión de la violencia, divisiones étnicas y
derramamientos de sangre a lo largo de Siria, además del saqueo por las
corporaciones occidentales deseosas de ocupar el vacío cuando el poder
nacionalista sirio sea quitado violentamente como fue en Libia.
Amnistía no habla de la financiación y apoyo exterior a los fundamentalistas
que han entrado en Siria, algunos de ellos procedentes de Libia. Ni tampoco de la
participación de los servicios de inteligencia estadounidenses,
británicos o incluso israelíes en el proceso de desestabilización de
Siria.
La respuesta al doble rasero e hipocresía de Amnistía
Internacional cuando indica:«¿Cuántas víctimas más deben sufrir antes que
Rusia tome una postura decisiva contra los crímenes contra la humanidad
en Siria?», puede ser una pregunta más contundente todavía:
¿Cuántas víctimas más deben sufrir antes de que el
mundo tome una postura decisiva contra Wall Street y Londres en su
matanza global extendiéndose de Libia a Siria, en Irán, a lo largo de
Irak y en las montañas y pueblos de Afganistán?
Me da la impresión que AI no va a hacer campaña contra esta
barbarie mucho mayor y que tiene un claro causante.
¿AI defiende los derechos humanos o qué defiende?
Atacar al débil y hacer reverencias y favores al poderoso no es propio de
una organización humanitaria, sino de la servidumbre, con incluso
implicaciones criminales.
Ver documental abajo:
¿Qué hace James Wolfensohn antiguo director del Banco
Mundial y considerado por muchos investigadores como un verdadero
delicuente financiero (ver documental abajo) sentado en una mesa redonda
a carácter humanitario con la Sra. Suzanne Nossel directora de Amnistía
Internacional?
FUENTE: Mikel Itulain / Red Voltaire, domingo, 9 de septiembre de 2012. http://miguel-esposiblelapaz.blogsp... Justificando la guerra.
Investigador independiente español preocupado por lo
que acontece cada día en el mundo. No sólo en lo que le implica
directamente en su vida diaria, sino también interesado por los
aconteceres políticos, económicos y culturales de cualquier parte del planeta.
Trabajando
desde un blog,
Pamplona-Iruña, Navarra, España.
Los medios de comunicación corporativos
y la guerra contra Siria ¿Es posible la paz?
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