La nueva Babilonia
(1929) Novyy Vavilon ~ The
New Babylon [Grigori Kozintsev, Leonid Trauberg] [subs: de en fr]
Título
original: Новый Вавилон/Novyy Vavilon; URSS, 1929; Productora: Sovkino;
Director: Grigori
Kozintsev y Leonid
Trauberg. Fotografía: Andrei Moskvin (Blanco y negro); Guión:
Grigori Kozintsev y Leonid Trauberg; Reparto: David Gutman, Yelena Kuzmina, Andrei
Kostrichkin, Sofiya Magarill, A. Arnold, Sergei Gerasimov, Yevgeni Chervyakov,
Pyotr Sobolevsky, Yanina Zhejmo, Oleg Zhakov, Vsevolod Pudovkin; Duración: 120′
“[…]¡La
Comuna, exclaman, pretende abolir la propiedad, base de toda civilización! Sí,
caballeros, la Comuna pretendía abolir esa propiedad de clase que convierte el
trabajo de muchos en la riqueza de unos pocos. La Comuna aspiraba a la
expropiación de los expropiadores.[…]” ¹ (Karl
Marx)
Sinopsis:
Ambientada
en el París de 1870-1871, ‘La nueva Babilonia’ nos cuenta la
historia de la instauración de la Comuna de París por parte de un grupo de
hombres y mujeres que no quieren aceptar la capitulación del Gobierno de París
ante Prusia en el marco de la guerra franco-prusiana. Louise, dependienta de
los almacenes “La nueva Babilonia”, va a ser una de las más apasionadas
defensoras de la Comuna hasta su derrocamiento en mayo de 1871.
Comentario:
En 1929, Grigori Kozintsev y
Leonid Trauberg, dos de los creadores y difusores de la Fábrica del Actor
Excéntrico (FEKS), escribieron y dirigieron la que se considera su obra
conjunta de madurez: ‘Novyy Vavilon (La nueva Babilonia)’.
Como muchas
otras obras soviéticas se sirven de un hecho histórico real para exaltar la
Revolución, pero la peculiaridad de la película de Trauberg y Kozintsev reside
en que no sólo se remontan muchos años atrás en el tiempo, sino que además cambian
de ubicación, situando la acción en la época de la guerra franco-prusiana de
1870 y la instauración de la Comuna de París al año siguiente.
Para
ambientar la historia se inspiraron en obras de arte francesas de la época en
que transcurren los hechos (c. 1870). Para intentar lograr una mayor
verosimilitud, los autores viajaron a París para visitar los escenarios de los
acontecimientos y ver las obras de arte que habían buscado inspiración en estos
sucesos. La música corrió a cargo del compositor Dimitri Shostakovich.
¿Y qué mueve
a Kozintsev y Trauberg a hacer una película centrada en la Comuna de París?
Fácil: la Comuna de París era considerada como uno de los principales
antecedentes de la Revolución de 1917. Es el primer ejemplo histórico en el que
el Estado es abolido y el proletariado toma las riendas de todos los asuntos
que le conciernen.
Es
significativo que uno de los libros que Lenin tenía consigo durante su exilio
en Finlandia tras el fracaso revolucionario de 1905 (después se instalaría en
Suiza) era “La guerra civil en Francia”, de Karl Marx, donde el
autor analizaba los hechos ocurridos en París y celebraba la implantación de la
Comuna, que gobernó París del 18 de marzo al 28 de mayo de 1871.
Los
revolucionarios rusos veían las barricadas proletarias de la Comuna de París
como un ejemplo a seguir. Cuando el ejército prusiano rodeó París, el hambre
hizo que en enero de 1871 la ciudad se rindiera. El pueblo de París se quejó de
que el gobierno nacional hubiera concertado una paz humillante. La Guardia
Nacional, con la ayuda de los civiles, se negó a entregar las armas y puso los
cañones a salvo de los prusianos. El gobierno se trasladó a Versalles y preparó
el ataque para someter a los rebeldes de París.
El 18 de
marzo de 1871 se instauró en París la Comuna, un poder revolucionario con un
sistema comunista de autogestión. Se estableció una serie de decretos
revolucionarios, por ejemplo: autogestión de las fábricas abandonadas por sus
dueños, creación de guarderías para los hijos de las obreras, laicidad del
Estado (separación Iglesia-Estado), obligación de las iglesias de acoger las
asambleas de vecinos y de sumarse a las labores sociales, revocabilidad de los
cargos de gobierno, remisión de los alquileres impagados, abolición de los
intereses de las deudas, igualación de los salarios de los parlamentarios con
los de un trabajador e igualdad de derechos para las mujeres.
La Comuna
fue atacada a partir el 2 de abril por las fuerzas del gobierno del ejército de
Versalles, con el beneplácito de Prusia.
Los
habitantes de París resistieron durante semanas. Del 21 al 28 de mayo tuvo
lugar la semana sangrienta, durante la cual se fue a degüello contra los
comuneros. El 28 de mayo cayó, a las cuatro de la tarde, la última barricada en
la rue Ramponeau de Belleville.
Y el
mariscal MacMahon sentenció: “A los habitantes de París. El ejército
francés ha venido a salvaros. ¡París está liberada! A las cuatro en punto
nuestros soldados tomaron la última posición insurgente. Hoy se ha acabado la
lucha. El orden, el trabajo y la seguridad volverán a nacer”.
Pocos
pudieron huir. Las represalias que se tomaron fueron extremas e
indiscriminadas: fusilamientos, internamientos en prisiones y campos de
concentración, algunos luego fueron juzgados y condenados a muerte, trabajos
forzados o encarcelados en fortalezas penitenciarias, otros fueron deportados,
etc.
Trauberg y
Kozintsev ponen a las mujeres en primera línea de batalla, dan una importancia
primordial al papel de la mujer en los acontecimientos. Esto realmente fue así
en la Comuna de Francia, donde se han relatado hechos de mujeres que lucharon,
empuñando las armas cuando fue necesario, para instaurar y defender la
Comuna. Como telegrafió el corresponsal en París del diario Times de EE.UU: “Si
la nación francesa no se compusiera más que de mujeres, qué nación terrible
sería”.
Se trataba
de obreras, pequeñas comerciantes, maestras, prostitutas, “arrabaleras”,
mujeres de barrios populares… Mujeres que habían creado clubes revolucionarios,
como el Comité de Vigilancia de las Ciudadanas y la Unión de Mujeres para la
Defensa de París. En la constitución de este último tuvo un papel fundamental Elizabeth Dimitrieff, una rusa amiga de
Karl Marx que se convirtió en una de las más fervientes activistas de la
Comuna.
En la película
tenemos una heroína clara, Louise, empleada en unos grandes almacenes que pasa
a ser una de las más aguerridas defensoras del proletariado. Puede ser que este
personaje tome su nombre, a modo de homenaje, de otra de las heroínas reales de
la Comuna de París: la anarquista Louise Michel. De hecho, algunos de los
acontecimientos que protagoniza la heroína del filme estuvieron en la realidad
encabezados por Louise Michel
Está en
primera fila de los acontecimientos de los 17 y 18 de marzo de 1871,
encabeza la manifestación de mujeres que impide que los cañones de la Guarda
Nacional emplazados en Montmartre pasen a manos de los “Versalleses”, y logra
que los soldados confraternicen con los guardias nacionales y el pueblo
parisino, anima el “Club de la Revolución” y sus milicias, consigue la creación
de comedores para los niños, organiza un servicio de guarderías infantiles y
apoya la creación de escuelas profesionales y de orfanatos laicos. Cuando las
tropas del gobierno de Versalles asaltan París, combate en las barricadas de
Clamart, Neuilly e Issy-les-Moulineaux. Participa como enfermera y recluta
mujeres para llevar las ambulancias. Como guarda del 61º batallón de
Montmartre, lidera un valeroso batallón femenino. Louise logra escapar, pero se
entrega a las autoridades a los pocos días, para obtener la liberación de su
madre que había sido arrestada en su lugar. En diciembre de 1871, es condenada
a diez años de destierro después de haber declarado en el juicio: “No
me quiero defender. Pertenezco por entero a la revolución social. Declaro
aceptar la responsabilidad de mis actos.(…) Ya que, según parece, todo corazón
que lucha por la libertad sólo tiene derecho a un poco de plomo, exijo mi
parte. Si me dejáis vivir, no cesaré de clamar venganza y de denunciar, en
venganza de mis hermanos, a los asesinos de esta Comisión”.
Está claro
que la instauración de la Comuna se puede llegar a entender como un ideal para
los revolucionarios rusos. Pero, esta importancia de la mujer en la Comuna que
tan bien se refleja en la película, ¿se corresponde con los ideales de la
revolución de 1917?
Desde luego,
si pensamos en la época en que Stalin ya se había hecho con el poder tras la
muerte de Lenin en 1924, no, ya que éste suprimió todos los logros obtenidos
por las mujeres para volver a un sistema patriarcal tradicional.
Y no
olvidemos que ‘La nueva Babilonia’ es una película de 1929,
cuando Stalin está ya en lo más alto. Quizá este fue uno de los motivos de que
Kozintsev y Trauberg hicieran una película sobre la Comuna de París. Otra
época, otro lugar. Quizá así era más fácil saltarse en cierta medida la férrea
censura stalinista. Aunque esto son suposiciones…
Pero si nos
fijamos en los ideales de los revolucionarios que vencieron en 1917,
consideraban la igualdad las mujeres como un pilar fundamental para lograr la
verdadera revolución. La lucha revolucionaria en Rusia siempre estuvo unida a
las mujeres.
Sin ir más
lejos, la revolución de febrero de 1917 se inició el día 23 (8 de marzo en el
calendario occidental), Día Internacional de la Mujer, cuando para celebrarlo
las mujeres obreras de la industria textil hicieron una huelga.
Con la
revolución de octubre de 1917, las mujeres soviéticas alcanzaron amplios
derechos nunca antes vistos en ningún lugar: derecho al divorcio, al aborto,
eliminación de la potestad marital, igualdad entre el matrimonio legal y el
concubinato, etc. Se logró sentar las bases para un pleno acceso de la mujer a
la cultura y los medios económicos. El IIIº Congreso de la Internacional
Comunista estableció sobre la cuestión de la mujer:
“El
derecho electoral no suprime la causa primordial de la servidumbre de la mujer
en la familia y en la sociedad y no soluciona el problema de las relaciones
entre ambos sexos. La igualdad no formal sino real de la mujer sólo es posible
bajo un régimen donde la mujer de la clase obrera sea la poseedora de sus
instrumentos de producción y distribución, participe en su administración y
tenga la obligación de trabajar en las mismas condiciones que todos los
miembros de la sociedad trabajadora.”
Las tareas
domésticas se debían sustituir por un sistema de servicios sociales
garantizados por el Estado: guarderías, jardines de infancia, lavanderías,
comedores colectivos, hospitales, cines, teatros…. Como vemos, algo de esto
había ya en la Comuna de París.
Según dice
Trotsky en “La Revolución Traicionada”, las funciones económicas de
la familia debían ser absorbidas por la sociedad socialista, permitiendo la
unión de toda una generación por la solidaridad y la asistencia mutua, y proporcionando
a la mujer una verdadera emancipación del yugo de las tareas domésticas.
Los
directores juegan continuamente con la contraposición de imágenes entre los
concienciados y sufridos obreros y la frivolidad de los burgueses. El
paralelismo de las acciones de ambos “bandos”, junto con el uso de carteles que
toman un doble sentido debido al montaje, hacen que el objetivo de Trauberg y
Kozintsev de mostrarnos las diferencias existentes entre las diferentes clases
se cumpla de forma extraordinaria. Es curioso el juego con los ejes de mirada,
con el tipo de planos y con los carteles para que asociemos, incluso, acciones
muy alejadas físicamente.
Hay que
destacar el contraste entre los planos de la primera parte de los obreros
oprimidos, despersonalizados, sometidos al patrón, trabajando para la
burguesía, con los planos de la quinta parte. Una vez instaurada la Comuna, los
obreros siguen trabajando pero de otro modo. Como se dice en la película,
trabajan felices porque trabajan para ellos, ya no están sometidos al patrón,
controlan sus horarios (ya no trabajan por la noche), controlan la situación de
los niños (ya no son carne de cañón para el patrón).
‘La nueva
Babilonia’ toma
partido de forma clara a favor de los obreros y en contra de la burguesía,
evitando cualquier especulación sobre el porqué del fracaso de la Comuna. Esto
se debe probablemente al vivo debate al respecto entre los historiadores
soviéticos de la época, que discutían si se centró demasiado en las reformas
puramente democráticas, si prestó demasiado poca atención a la estrategia
militar, o si fracasó por la carencia de una maquinaria de estado centralizada,
versión favorita de los estalinistas.
Tan sólo en
una breve escena podemos atisbar la existencia de los profundos debates que con
seguridad se produjeron en la Comuna, cuando ante la carencia de medios un
trabajador propone la incautación de las fábricas y los bancos, rechazándolo
los líderes y optando por una solución pacífica. De esta forma se explicitan
las críticas de Engels en 1891 y de Lenin en 1917 puestas en boca del
proletariado, centrando la atención en el debate, que dura hasta nuestros días,
entre la necesidad de una revolución armada o la resistencia y evolución
pacífica.
Por otro
lado tenemos el personaje de Jean, soldado proveniente del campo y enamorado de
Louise. De forma lejana, podemos entender a Jean como un símbolo de la falta de
entendimiento que hubo por parte de los Comuneros con los campesinos, muchos de
los cuales se alinearon con la burguesía, lo que para algunos también
contribuyó al fracaso de la Comuna.
No podemos
acabar sin llamar la atención sobre todo un símbolo. En una emocionante
secuencia vemos a los líderes de la Comuna abatidos tras 49 días de asedio. Se
encuentran cercados y un obrero les anuncia que el enemigo ha penetrado en la
ciudad. Ante su desolación un cartel se pregunta: “¿Se acabó?”.
Entonces vemos un picado sobre una calle vacía y cómo un obrero llega al centro
del cuadro y con una barra de hierro comienza a levantar adoquines, los
adoquines que con todo tipo de muebles y enseres servirán para construir las
famosas barricadas. Así adquiere protagonismo, creemos que por primera vez en
el cine, un icono de las luchas urbanas en todo el mundo, un símbolo que nació
en la Comuna y que llegó hasta el mayo francés de 1968 y después: el adoquín
parisino.
En
conclusión, ‘La nueva Babilonia’ hace un acercamiento
realmente interesante a un acontecimiento histórico que marcó un antes y un
después en el movimiento obrero en todo el mundo.
¹ “La
guerra civil en Francia”; Karl Marx, 1871.
"La
Nueva Babilonia", la ciudad de los hombres y mujeres libres
Karl Marx La
guerra civil en Francia- La Comuna de París
Karl Marx. Las luchas de clases en Francia de 1848 a
1850
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