jueves, 20 de abril de 2017

La Nueva Babilonia, película de Grigori Kozintsev y Leonid Trauberg 1929







La nueva Babilonia

(1929) Novyy Vavilon ~ The New Babylon [Grigori Kozintsev, Leonid Trauberg] [subs: de en fr]







Título original: Новый Вавилон/Novyy Vavilon; URSS, 1929; Productora: Sovkino; Director: Grigori Kozintsev y Leonid Trauberg. Fotografía: Andrei Moskvin (Blanco y negro); Guión: Grigori Kozintsev y Leonid Trauberg; Reparto: David Gutman, Yelena Kuzmina, Andrei Kostrichkin, Sofiya Magarill, A. Arnold, Sergei Gerasimov, Yevgeni Chervyakov, Pyotr Sobolevsky, Yanina Zhejmo, Oleg Zhakov, Vsevolod Pudovkin; Duración: 120′

“[…]¡La Comuna, exclaman, pretende abolir la propiedad, base de toda civilización! Sí, caballeros, la Comuna pretendía abolir esa propiedad de clase que convierte el trabajo de muchos en la riqueza de unos pocos. La Comuna aspiraba a la expropiación de los expropiadores.[…]” ¹ (Karl Marx)

Sinopsis:

Ambientada en el París de 1870-1871, ‘La nueva Babilonia’ nos cuenta la historia de la instauración de la Comuna de París por parte de un grupo de hombres y mujeres que no quieren aceptar la capitulación del Gobierno de París ante Prusia en el marco de la guerra franco-prusiana. Louise, dependienta de los almacenes “La nueva Babilonia”, va a ser una de las más apasionadas defensoras de la Comuna hasta su derrocamiento en mayo de 1871.

Comentario:

En 1929, Grigori Kozintsev y Leonid Trauberg, dos de los creadores y difusores de la Fábrica del Actor Excéntrico (FEKS), escribieron y dirigieron la que se considera su obra conjunta de madurez: ‘Novyy Vavilon (La nueva Babilonia)’.

Como muchas otras obras soviéticas se sirven de un hecho histórico real para exaltar la Revolución, pero la peculiaridad de la película de Trauberg y Kozintsev reside en que no sólo se remontan muchos años atrás en el tiempo, sino que además cambian de ubicación, situando la acción en la época de la guerra franco-prusiana de 1870 y la instauración de la Comuna de París al año siguiente.

Para ambientar la historia se inspiraron en obras de arte francesas de la época en que transcurren los hechos (c. 1870). Para intentar lograr una mayor verosimilitud, los autores viajaron a París para visitar los escenarios de los acontecimientos y ver las obras de arte que habían buscado inspiración en estos sucesos. La música corrió a cargo del compositor Dimitri Shostakovich.


¿Y qué mueve a Kozintsev y Trauberg a hacer una película centrada en la Comuna de París? Fácil: la Comuna de París era considerada como uno de los principales antecedentes de la Revolución de 1917. Es el primer ejemplo histórico en el que el Estado es abolido y el proletariado toma las riendas de todos los asuntos que le conciernen.


Es significativo que uno de los libros que Lenin tenía consigo durante su exilio en Finlandia tras el fracaso revolucionario de 1905 (después se instalaría en Suiza) era “La guerra civil en Francia”, de Karl Marx, donde el autor analizaba los hechos ocurridos en París y celebraba la implantación de la Comuna, que gobernó París del 18 de marzo al 28 de mayo de 1871.


Los revolucionarios rusos veían las barricadas proletarias de la Comuna de París como un ejemplo a seguir. Cuando el ejército prusiano rodeó París, el hambre hizo que en enero de 1871 la ciudad se rindiera. El pueblo de París se quejó de que el gobierno nacional hubiera concertado una paz humillante. La Guardia Nacional, con la ayuda de los civiles, se negó a entregar las armas y puso los cañones a salvo de los prusianos. El gobierno se trasladó a Versalles y preparó el ataque para someter a los rebeldes de París.



El 18 de marzo de 1871 se instauró en París la Comuna, un poder revolucionario con un sistema comunista de autogestión. Se estableció una serie de decretos revolucionarios, por ejemplo: autogestión de las fábricas abandonadas por sus dueños, creación de guarderías para los hijos de las obreras, laicidad del Estado (separación Iglesia-Estado), obligación de las iglesias de acoger las asambleas de vecinos y de sumarse a las labores sociales, revocabilidad de los cargos de gobierno, remisión de los alquileres impagados, abolición de los intereses de las deudas, igualación de los salarios de los parlamentarios con los de un trabajador e igualdad de derechos para las mujeres.


La Comuna fue atacada a partir el 2 de abril por las fuerzas del gobierno del ejército de Versalles, con el beneplácito de Prusia.

Los habitantes de París resistieron durante semanas. Del 21 al 28 de mayo tuvo lugar la semana sangrienta, durante la cual se fue a degüello contra los comuneros. El 28 de mayo cayó, a las cuatro de la tarde, la última barricada en la rue Ramponeau de Belleville.


Y el mariscal MacMahon sentenció: “A los habitantes de París. El ejército francés ha venido a salvaros. ¡París está liberada! A las cuatro en punto nuestros soldados tomaron la última posición insurgente. Hoy se ha acabado la lucha. El orden, el trabajo y la seguridad volverán a nacer”.


Pocos pudieron huir. Las represalias que se tomaron fueron extremas e indiscriminadas: fusilamientos, internamientos en prisiones y campos de concentración, algunos luego fueron juzgados y condenados a muerte, trabajos forzados o encarcelados en fortalezas penitenciarias, otros fueron deportados, etc.


Trauberg y Kozintsev ponen a las mujeres en primera línea de batalla, dan una importancia primordial al papel de la mujer en los acontecimientos. Esto realmente fue así en la Comuna de Francia, donde se han relatado hechos de mujeres que lucharon, empuñando las armas cuando fue necesario, para instaurar y defender la Comuna.  Como telegrafió el corresponsal en París del diario Times de EE.UU: “Si la nación francesa no se compusiera más que de mujeres, qué nación terrible sería”.


Se trataba de obreras, pequeñas comerciantes, maestras, prostitutas, “arrabaleras”, mujeres de barrios populares… Mujeres que habían creado clubes revolucionarios, como el Comité de Vigilancia de las Ciudadanas y la Unión de Mujeres para la Defensa de París. En la constitución de este último tuvo un papel fundamental Elizabeth Dimitrieff, una rusa amiga de Karl Marx que se convirtió en una de las más fervientes activistas de la Comuna.

En la película tenemos una heroína clara, Louise, empleada en unos grandes almacenes que pasa a ser una de las más aguerridas defensoras del proletariado. Puede ser que este personaje tome su nombre, a modo de homenaje, de otra de las heroínas reales de la Comuna de París: la anarquista Louise Michel. De hecho, algunos de los acontecimientos que protagoniza la heroína del filme estuvieron en la realidad encabezados por Louise Michel



Está en primera fila de los acontecimientos de los 17 y 18 de marzo de 1871,  encabeza la manifestación de mujeres que impide que los cañones de la Guarda Nacional emplazados en Montmartre pasen a manos de los “Versalleses”, y logra que los soldados confraternicen con los guardias nacionales y el pueblo parisino, anima el “Club de la Revolución” y sus milicias, consigue la creación de comedores para los niños, organiza un servicio de guarderías infantiles y apoya la creación de escuelas profesionales y de orfanatos laicos. Cuando las tropas del gobierno de Versalles asaltan París, combate en las barricadas de Clamart, Neuilly e Issy-les-Moulineaux. Participa como enfermera y recluta mujeres para llevar las ambulancias. Como guarda del 61º batallón de Montmartre, lidera un valeroso batallón femenino. Louise logra escapar, pero se entrega a las autoridades a los pocos días, para obtener la liberación de su madre que había sido arrestada en su lugar. En diciembre de 1871, es condenada a diez años de destierro después de haber declarado en el juicio: “No me quiero defender. Pertenezco por entero a la revolución social. Declaro aceptar la responsabilidad de mis actos.(…) Ya que, según parece, todo corazón que lucha por la libertad sólo tiene derecho a un poco de plomo, exijo mi parte. Si me dejáis vivir, no cesaré de clamar venganza y de denunciar, en venganza de mis hermanos, a los asesinos de esta Comisión”.


Está claro que la instauración de la Comuna se puede llegar a entender como un ideal para los revolucionarios rusos. Pero, esta importancia de la mujer en la Comuna que tan bien se refleja en la película, ¿se corresponde con los ideales de la revolución de 1917?


Desde luego, si pensamos en la época en que Stalin ya se había hecho con el poder tras la muerte de Lenin en 1924, no, ya que éste suprimió todos los logros obtenidos por las mujeres para volver a un sistema patriarcal tradicional.


Y no olvidemos que ‘La nueva Babilonia’ es una película de 1929, cuando Stalin está ya en lo más alto. Quizá este fue uno de los motivos de que Kozintsev y Trauberg hicieran una película sobre la Comuna de París. Otra época, otro lugar. Quizá así era más fácil saltarse en cierta medida la férrea censura stalinista. Aunque esto son suposiciones…


Pero si nos fijamos en los ideales de los revolucionarios que vencieron en 1917, consideraban la igualdad las mujeres como un pilar fundamental para lograr la verdadera revolución. La lucha revolucionaria en Rusia siempre estuvo unida a las mujeres.


Sin ir más lejos, la revolución de febrero de 1917 se inició el día 23 (8 de marzo en el calendario occidental), Día Internacional de la Mujer, cuando para celebrarlo las mujeres obreras de la industria textil hicieron una huelga.


Con la revolución de octubre de 1917, las mujeres soviéticas alcanzaron amplios derechos nunca antes vistos en ningún lugar: derecho al divorcio, al aborto, eliminación de la potestad marital, igualdad entre el matrimonio legal y el concubinato, etc. Se logró sentar las bases para un pleno acceso de la mujer a la cultura y los medios económicos. El IIIº Congreso de la Internacional Comunista estableció sobre la cuestión de la mujer:


“El derecho electoral no suprime la causa primordial de la servidumbre de la mujer en la familia y en la sociedad y no soluciona el problema de las relaciones entre ambos sexos. La igualdad no formal sino real de la mujer sólo es posible bajo un régimen donde la mujer de la clase obrera sea la poseedora de sus instrumentos de producción y distribución, participe en su administración y tenga la obligación de trabajar en las mismas condiciones que todos los miembros de la sociedad trabajadora.”


Las tareas domésticas se debían sustituir por un sistema de servicios sociales garantizados por el Estado: guarderías, jardines de infancia, lavanderías, comedores colectivos, hospitales, cines, teatros…. Como vemos, algo de esto había ya en la Comuna de París.


Según dice Trotsky en “La Revolución Traicionada”, las funciones económicas de la familia debían ser absorbidas por la sociedad socialista, permitiendo la unión de toda una generación por la solidaridad y la asistencia mutua, y proporcionando a la mujer una verdadera emancipación del yugo de las tareas domésticas.


Los directores juegan continuamente con la contraposición de imágenes entre los concienciados y sufridos obreros y la frivolidad de los burgueses. El paralelismo de las acciones de ambos “bandos”, junto con el uso de carteles que toman un doble sentido debido al montaje, hacen que el objetivo de Trauberg y Kozintsev de mostrarnos las diferencias existentes entre las diferentes clases se cumpla de forma extraordinaria. Es curioso el juego con los ejes de mirada, con el tipo de planos y con los carteles para que asociemos, incluso, acciones muy alejadas físicamente.


Hay que destacar el contraste entre los planos de la primera parte de los obreros oprimidos, despersonalizados, sometidos al patrón, trabajando para la burguesía, con los planos de la quinta parte. Una vez instaurada la Comuna, los obreros siguen trabajando pero de otro modo. Como se dice en la película, trabajan felices porque trabajan para ellos, ya no están sometidos al patrón, controlan sus horarios (ya no trabajan por la noche), controlan la situación de los niños (ya no son carne de cañón para el patrón).



‘La nueva Babilonia’ toma partido de forma clara a favor de los obreros y en contra de la burguesía, evitando cualquier especulación sobre el porqué del fracaso de la Comuna. Esto se debe probablemente al vivo debate al respecto entre los historiadores soviéticos de la época, que discutían si se centró demasiado en las reformas puramente democráticas, si prestó demasiado poca atención a la estrategia militar, o si fracasó por la carencia de una maquinaria de estado centralizada, versión favorita de los estalinistas.


Tan sólo en una breve escena podemos atisbar la existencia de los profundos debates que con seguridad se produjeron en la Comuna, cuando ante la carencia de medios un trabajador propone la incautación de las fábricas y los bancos, rechazándolo los líderes y optando por una solución pacífica. De esta forma se explicitan las críticas de Engels en 1891 y de Lenin en 1917 puestas en boca del proletariado, centrando la atención en el debate, que dura hasta nuestros días, entre la necesidad de una revolución armada o la resistencia y evolución pacífica.


Por otro lado tenemos el personaje de Jean, soldado proveniente del campo y enamorado de Louise. De forma lejana, podemos entender a Jean como un símbolo de la falta de entendimiento que hubo por parte de los Comuneros con los campesinos, muchos de los cuales se alinearon con la burguesía, lo que para algunos también contribuyó al fracaso de la Comuna.


No podemos acabar sin llamar la atención sobre todo un símbolo. En una emocionante secuencia vemos a los líderes de la Comuna abatidos tras 49 días de asedio. Se encuentran cercados y un obrero les anuncia que el enemigo ha penetrado en la ciudad. Ante su desolación un cartel se pregunta: “¿Se acabó?”. Entonces vemos un picado sobre una calle vacía y cómo un obrero llega al centro del cuadro y con una barra de hierro comienza a levantar adoquines, los adoquines que con todo tipo de muebles y enseres servirán para construir las famosas barricadas. Así adquiere protagonismo, creemos que por primera vez en el cine, un icono de las luchas urbanas en todo el mundo, un símbolo que nació en la Comuna y que llegó hasta el mayo francés de 1968 y después: el adoquín parisino.


En conclusión, ‘La nueva Babilonia’ hace un acercamiento realmente interesante a un acontecimiento histórico que marcó un antes y un después en el movimiento obrero en todo el mundo.
¹ “La guerra civil en Francia”; Karl Marx, 1871.


"La Nueva Babilonia", la ciudad de los hombres y mujeres libres




Karl Marx La guerra civil en Francia- La Comuna de París



Karl Marx.  Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850
INTRODUCCION DE F. ENGELS A LA EDICION DE 1895 [2]










No hay comentarios:

Publicar un comentario