En estas
traducciones, vienen los gráficos estadísticos mucho mejor que Siglo XXI
Editores.
Traducción
que hizo Manuel Sacristán para la Editorial Grijalbo.
El Capital –
Libro I – Parte 2:
CAPITULO
XXIII. LA LEY GENERAL DE LA ACUMULACION CAPITALISTA (Desde la pág. 257 hasta la 358 pág.)
La edición
del Fondo de Cultura Económica traducida por Wenceslao Roces, en un archivo que
agrupa los tres Libros de El Capital:
CAPÍTULO XXIII LA LEY GENERAL DE LA ACUMULACIÓN
CAPITALISTA (Desde la pág. 369 hasta la pág. 447)
Acumulación del capital
Acumulación
y reproducción ampliada
Karl Marx.
El Capital. Tomo I .El Proceso de Producción del Capital. Sección7: El Proceso
de Acumulación del Capital. Capítulo XXI. Reproducción Simple.
Karl Marx.
El Capital. Tomo I .El Proceso de Producción del Capital. Capítulo XXII:
Transformación de Plusvalor en Capital
La acumulación
originaria, acumulación previa o acumulación
primitiva
El Capital
Tomo I. Capítulo XXIV. La llamada acumulación originaria
El Capital
Tomo I. Capítulo XXV. La teoría moderna de la colonización
CAPITULO
XXIII. LA LEY GENERAL DE LA ACUMULACION CAPITALISTA
Índice del contenido de
capítulo.
1. Demanda creciente de fuerza de trabajo, con
la acumulación, manteniéndose
igual la composición del capital.
2. Disminución relativa de la parte variable del
capital a medida que progresa la
acumulación y, con ella, la
concentración
3. Producción progresiva de una sobrepoblación
relativa o ejército industrial de reserva.
4. Diversas
formas de existencia de la sobrepoblación relativa. La ley general de la
acumulación capitalista
5. Ilustración de la ley general de la acumulación
capitalista
a) Inglaterra de 1846 a 1866
b) Las capas mal remuneradas de la clase obrera industrial de Gran Bretaña
c) La población nómade
d) Efecto de las crisis sobre el sector mejor
remunerado de la clase obrera
e) El proletariado agrícola británico
1. Bedfordshire
2. Berkshire
3. Buckinghamshire
4. Cambridgeshire
5. Essex
6. Herefordshire
7. Huntingdonshire
8. Lincolnshire
9. Kent
10. Northamptonshire
11. Wiltshire
12. Worcestershire
f) Irlanda
1. Demanda
creciente de fuerza de trabajo, con la acumulación, manteniéndose igual
la composición del capital a "Los
numerosos capitales singulares invertidos en determinado ramo de la producción,
presentan una composición que difiere de unos a otros en mayor o menor medida.
La media de sus composiciones singulares nos da la composición del capital
global en ese ramo de la producción. Finalmente, la media global de las
composiciones medias de todos los ramos de la producción, arroja la composición
del capital social de un país, y en lo sucesivo nos referiremos, en última
instancia, únicamente a esta última."
El acrecentamiento
del capital implica el incremento de su parte constitutiva variable, o
sea de la que se convierte en fuerza de trabajo. Una parte del plusvalor
transformado en pluscapital tiene que reconvertirse siempre en capital variable
o fondo suplementario de trabajo. Si suponemos que, a condiciones en lo demás
iguales, la composición del capital se mantiene inalterada, esto es, que para
poner en movimiento determinada masa de medios de producción o capital
constante se requiere siempre la misma masa de fuerza de trabajo, es evideate
que la demanda de trabajo y el fondo de subsistencia de los obreros crecerán en
proporción al capital, y tanto más rápidamente cuanto más rápidamente crezca
éste. Como el capital produce anualmente un plusvalor, una parte del cual se
suma cada año al capital original; como este incremento mismo se acrecienta
todos los años con el volumen creciente del capital que ya está en funciones, y
finalmente, como bajo un acicate particular del afán de enriquecerse apertura,
por ejemplo, de nuevos mercados, de esferas nuevas para la inversión de capital
a causa de necesidades sociales recién desarrolladas, etc. la escala de
la acumulación se puede ampliar súbitamente sólo con
variar la distribución del plusvalor o del plusproducto en capital y rédito,
cabe la posibilidad de que las necesidades de acumulación del capital
sobrepujen el acrecentamiento de la fuerza de trabajo o del número de obreros,
y de que la demanda de obreros supere su oferta, a raíz de lo cual los salarios
pueden aumentar [b]. En Inglaterra resonaron quejas,
sobre este particular, durante [c] toda la primera mitad del siglo
XVIII. Las circunstancias más o menos favorables bajo las cuales se mantienen y
multiplican los asalariados, empero, no modifican en nada el carácter
fundamental de la producción capitalista. Así como la reproducción
simple reproduce continuamente la relación capitalista misma capitalistas
por un lado, asalariados por la otra, la reproducción en escala
ampliada, o sea la acumulación, reproduce la relación
capitalista en escala ampliada: más capitalistas o capitalistas más grandes
en este polo, más asalariados en aquél. Como vimos con anterioridad, la
reproducción [d] de la fuerza de trabajo que
incesantemente ha de incorporarse como medio de valorización al capital, que no
puede desligarse de él y cuyo vasallaje con respecto al capital sólo es velado
por el cambio de los capitalistas individuales a los que se vende, constituye
en realidad un factor de la reproducción del capital mismo. Acumulación
del capital es, por tanto, aumento del proletariado 1 e Nota
70 en la 3ª y 4ª ediciones..
La economía
clásica comprendía tan cabalmente esta tesis, que Adam Smith, Ricardo, etc.,
como lo hemos mencionado anteriormente, llegaban incluso a identificar
equivocadamente la acumulación con el consumo de toda la parte
capitalizada del plusproducto por trabajadores productivos, o con su
transformación en asalariados suplementarios. Ya en 1696 decía John Bellers:
"Porque si alguien tuviera cien mil acres y otras tantas libras en dinero
y otras tantas cabezas de ganado, ¿qué sería ese hombre rico,
sin trabajadores, sino él mismo un trabajador? Y así como los
trabajadores hacen ricos a los hombres, cuanto más trabajadores, habrá
tanto más ricos... El trabajo de los pobres es la mina de los
ricos" [2] f Nota 71 en la 3ª
y 4ª ediciones.. Y así se expresaba Bernard de Mandeville a comienzos del siglo
XVIII: "Donde la propiedad está suficientemente protegida, sería más fácil
vivir sin dinero que sin pobres, ¿porque quién haría el trabajo?...
Así como se debe velar para que los pobres no mueran de hambre, no debieran
recibir nada que valga la pena ahorrar. Si de tanto en tanto una persona de la
clase más baja, gracias a una diligencia extraordinaria y apretarse el
cinturón, se eleva sobre la condición en que se crió, nadie debe impedírselo:
no puede negarse que el plan más sabio para todo particular, para cada familia
en la sociedad, consiste en ser frugal; pero a todas las naciones ricas
les interesa que la parte mayor de los pobres nunca esté inactiva y,
sin embargo, que gasten continuamente lo que perciben... Los que se ganan la
vida con su trabajo diario [...] no tienen nada que los acicatee para ser
serviciales salvo sus necesidades, que es prudente mitigar, pero que sería
insensato curar. La única cosa que puede hacer diligente al hombre que trabaja
es un salario moderado: si fuera demasiado pequeño lo desanimaría o, según su
temperamento, lo empujaría a la desesperación; si fuera demasiado grande, se
volvería insolente y perezoso... De lo que hasta ahora hemos expuesto, se
desprende que en una nación libre, donde no se
permite tener esclavos, la riqueza más segura consiste en
una multitud de pobres laboriosos. Porque además de ser la fuente
inagotable de las armadas y los ejércitos, sin ellos no habría ningún disfrute
y ningún producto del país sería valorizable. Para hacer feliz a la
sociedad" (que, naturalmente, se compone de no trabajadores) "y
para contentar al pueblo aun en su mísera situación, es necesario que
la gran mayoría siga siendo tan ignorante como pobre 3. El
conocimiento amplía y multiplica nuestros deseos, y cuanto menos desea un
hombre tanto más fácilmente pueden satisfacerse sus necesidades" [4] g Nota 72 en la 3ª
y 4ª ediciones. 5. Lo que Mandeville, hombre honesto y
lúcido, no comprende aún es que el propio mecanismo del proceso de acumulación,
al acrecentar el capital, aumenta la masa de los "pobres laboriosos",
esto es, de los asalariados que transforman su fuerza de trabajo en fuerza
creciente de valorización al servicio del creciente capital, y que por tanto se
ven obligados a perpetuar la relación de dependencia que los
liga a su propio producto, personificado en el capitalista.
Refiriéndose a esa relación de dependencia, observa sir Frederic Morton Eden en
su "Situación de los pobres, o historia de la clase trabajadora de
Inglaterra": "Nuestra zona exige trabajo para la
satisfacción de las necesidades, y por ello es necesario que por lo menos una
parte de la sociedad trabaje infatigablemente... Hay quienes no trabajan y
que, sin embargo, tienen a su disposición los productos de la diligencia. Pero
eso se lo tienen que agradecer estos propietarios, únicamente, a la
civilización y al orden; son criaturas puras y simples de las
instituciones civiles 6 h Nota 73 en la 3ª
y 4ª ediciones. 7. Éstas, en efecto, han reconocido que también
se puede adquirir los frutos del trabajo de otra manera que por el trabajo.
[...] Las personas de posición independiente [...] deben su fortuna casi
exclusivamente al trabajo de otros [...], no a su capacidad personal,
que en absoluto es mejor que la de los demás; no es la posesión
de tierras y dinero, sino el poder disponer del trabajo (the
command of labour) lo que distingue a los ricos de los pobres... Lo que
conviene a los pobres no es una situación abyecta o servil, sino una relación
de dependencia aliviada y liberal (a state of easy and liberal
dependence) y a los propietarios influencia y autoridad suficientes sobre
los que [...] trabajan para ellos... Tal relación de
dependencia, como lo sabe todo el que conozca la naturaleza humana [...],
es necesaria para la comodidad del obrero mismo" [8] i Nota 74 en la 3ª
y 4ª ediciones.. [9] Eden, anotémoslo de
pasada, es el único discípulo de Adam Smith que durante el
siglo XVIII efectuó algunas contribuciones de importancia [10] m En la 3ª y 4ª
ediciones se agrega: "La gran polvareda levantada por este panfleto
obedeció únicamente a intereses de partido. La Revolución Francesa había
encontrado defensores apasionados en el reino británico; el <<principio
de la población>>, gestado lentamente en el siglo XVIII y luego, en medio
de una gran crisis social, anunciado con bombos y platillos como el antídoto
infalible contra las doctrinas de Condorcet y otros, fue saludado jubilosamente
por la oligarquía inglesa como el gran exterminador de todas las veleidades de
un mayor progreso humano. Maravillado por su propio éxito, Malthus se dedicó
entonces a embutir en el viejo esquema materiales compilados despreocupadamente
y a añadir algunas cosas nuevas, pero no descubiertas sino simplemente anexadas
por él". 11 12.
Bajo las
condiciones de la acumulación supuestas hasta aquí las más favorables a los obreros,
su relación de dependencia con respecto al capital reviste
formas tolerables o, como dice Eden, "aliviadas y liberales". En vez
de volverse más intensa a medida que se acrecienta el capital, esa
relación de dependencia sólo aumenta en extensión; es decir, la esfera de
explotación y dominación del capital se limita a expandirse junto a las
dimensiones de éste y el número de sus súbditos. Del propio
plusproducto creciente de éstos, crecientemente transformado en pluscapital,
fluye hacia ellos una parte mayor bajo la forma de medios de pago, de
manera que pueden ampliar el círculo de sus disfrutes, dotar mejor su fondo de
consumo de vestimenta, mobiliario, etc., y formar un pequeño fondo de reserva
en dinero. Pero así como la mejora en la vestimenta, en la alimentación y el
trato, o un peculio [13] mayor, no abolían la relación
de dependencia y la explotación del esclavo, tampoco las suprimen en el caso
del asalariado. El aumento en el precio del trabajo, aumento debido a la
acumulación del capital, sólo denota, en realidad, que el volumen y el peso de
las cadenas de oro que el asalariado se ha forjado ya para sí mismo permiten
tenerlas menos tirantes. En las controversias acerca de este punto se ha dejado
a un lado, en la mayor parte de los casos, el hecho principal, a saber:
la differentia specifica de la producción capitalista. La
fuerza de trabajo no se compra aquí para satisfacer, mediante sus servicios o
su producto, las necesidades personales del comprador. El objetivo
perseguido por éste es la valorización de su capital, la producción de
mercancías que contengan más trabajo que el pagado por él, o sea que contengan
una parte de valor que nada le cuesta al comprador y que sin
embargo se realiza mediante la venta de las mercancías. La
producción de plusvalor, el fabricar un excedente, es la ley absoluta de este
modo de producción. Sólo es posible vender la fuerza de trabajo en tanto la
misma conserva como capital los medios de producción, reproduce como capital su
propio valor y proporciona, con el trabajo impago, una fuente de pluscapital [14] n Nota 76 en la 3ª
y 4ª ediciones.bis. Por consiguiente, las condiciones de su venta, sean
más favorables o menos para los obreros, implican la necesidad de que se la
venda siempre de nuevo y la reproducción continuamente
ampliada de la riqueza como capital. Como vemos, el salario,
conforme a su naturaleza, implica siempre el suministro por parte del obrero de
determinada cantidad de trabajo impago. Prescindiendo por entero del alza
de salarios acompañada por una baja en el precio del trabajo,
etc., el aumento de los salarios sólo denota, en el mejor de
los casos, la merma cuantitativa del trabajo impago que debe
ejecutar el obrero. Dicha merma nunca puede alcanzar el punto en el que pondría
en peligro seriamente el carácter capitalista del proceso de producción y la
reproducción de sus propias condiciones: por un lado de los medios de
producción y de subsistencia como capital, por el otro de la fuerza de trabajo
como mercancía; en un polo, del capitalista, en el otro, del asalariado [o]. Si dejamos a un lado los conflictos
violentos en torno a la tasa del salario y Adam Smith ya ha demostrado que, en
sustancia, luego de tales conflictos el patrón siempre sigue siendo el patrón,
un alza del precio del trabajo derivada de la acumulación del capital supone la
siguiente alternativa. O bien el precio creciente o acrecentado del trabajo va
acompañado de un incremento igualmente grande (o mayor) de la acumulación.
Sabemos ya que incluso bajo circunstancias en lo demás iguales como el grado de
productividad del trabajo, etc. , cuando se acrecienta la masa del capital
adelantado puede mantenerse uniforme su incremento absoluto y hasta acelerarse
aunque decrezca la tasa de la acumulación; así como en el capítulo IX, en la sección tercera, vimos que la
masa del plusvalor puede mantenerse e incluso incrementarse cuando la tasa
decreciente del mismo va acompañada de un aumento en el número de obreros
explotados simultáneamente. En este caso, decir que la reducción en el grado de
explotación de la fuerza de trabajo no perjudica la expansión del dominio ejercido
por el capital, es incurrir en una mera tautología [p]. O bien, y éste es el otro
término de la alternativa, la acumulación se enlentece tras el acrecentamiento
del precio del trabajo, porque se embota el aguijón de la ganancia. La
acumulación decrece. Pero al decrecer, desaparece la causa de su decrecimiento,
a saber, la desproporción entre el capital y la fuerza de trabajo explotable.
El precio del trabajo desciende de nuevo a un nivel compatible con las
necesidades de valorización del capital. De esto no se infiere, ni con
mucho, que el salario deba descender a su nivel mínimo, y ni siquiera al nivel
en que estaba con anterioridad al aumento de precio experimentado por el
trabajo [q]. Como vemos, el propio mecanismo del
proceso capitalista de producción remueve los obstáculos que genera
transitoriamente [r]. Vemos entonces que en el primer caso
no es la reducción en el crecimiento absoluto o relativo de la fuerza de
trabajo, o de la población obrera, lo que vuelve excesivo al capital, sino que,
a la inversa, es el incremento del capital lo que vuelve insuficiente la fuerza
de trabajo explotable. En el segundo caso no es el aumento en el crecimiento
absoluto o proporcional de la fuerza de trabajo o de la población obrera lo que
hace insuficiente al capital, sino que, a la inversa, es la disminución del
capital lo que vuelve excesiva la fuerza de trabajo explotable, o más bien su
precio. Son estos movimientos absolutos en la acumulación del capital los
que se reflejan como movimientos relativos en la masa de la fuerza de
trabajo explotable y parecen obedecer, por ende, al movimiento
propio de esta última s. Así, por ejemplo, en la fase
crítica del ciclo industrial la baja general de los precios mercantiles se
expresa como aumento del valor relativo del dinero, y en la fase de
prosperidad el alza general de los precios mercantiles como baja del
valor relativo del dinero. De esto infiere la llamada escuela de la
currency que en el primer caso circula demasiado poco dinero, y
en el segundo caso dinero en demasía [t]. Su ignorancia y su comprensión
plenamente errada de los hechos [15] encuentran un digno paralelo en
los economistas que interpretan esos fenómenos de la acumulación diciendo que
en un caso existen menos asalariados que los necesarios y en el otro demasiados
asalariados [u]. La ley de la acumulación
capitalista, fraudulentamente transmutada de esta suerte [v] en ley natural, no expresa en
realidad sino que la naturaleza de dicha acumulación excluye
toda mengua en el grado de explotación a que se halla sometido el trabajo o
toda alza en el precio de éste que pueda amenazar seriamente la reproducción
constante de la relación capitalista, su reproducción en una escala
constantemente ampliada. No pueden ocurrir las cosas de otra manera en un modo
de producción donde el trabajador existe para las necesidades de valorización
de valores ya existentes, en vez de existir la riqueza objetiva para las
necesidades de desarrollo del trabajador. Así como en la religión el hombre
está dominado por las obras de su propio cerebro, en la producción capitalista
lo está por las obras de su propia mano [16]bis.
2. Disminución
relativa de la parte variable del capital a medida que progresa la
acumulación y, con ella, la concentración
Lo expuesto
hasta aquí tiene validez siempre que partamos del supuesto de que, a medida que
progresa la acumulación, no varíe la relación entre la masa de los medios de
producción y la masa de la fuerza de trabajo que los mantiene en movimiento, o
sea que la demanda de trabajo aumente proporcionalmente al incremento del
capital. En el análisis efectuado por Adam Smith respecto a la acumulación, ese
supuesto figura como axioma evidente de por sí. Smith pasa por alto que al
progresar la acumulación se opera una gran revolución en la relación que existe
entre la masa de los medios de producción y la masa de la fuerza de trabajo que
los mueve. Esta revolución se refleja, a su vez, en la composición variable del
valor del capital constituido por una parte constante y otra variable , o en la
relación variable que existe entre su parte de valor convertida en medios de
producción y la que se convierte en fuerza de trabajo. Denomino a esta
composición la composición orgánica del capital [w] "Una vez dados los
fundamentos generales del sistema capitalista, en el curso de la acumulación se
alcanza siempre un punto donde el desarrollo de la productividad del trabajo
social se convierte en la palanca más poderosa de la acumulación. <<La
misma causa que eleva los salarios>>, dice Adam Smith, <<o sea el
incremento del capital, tiende a acrecentar las capacidades productivas del
trabajo y permite que una cantidad menor de trabajo produzca una cantidad mayor
de productos. [17].
Prescindiendo
de las condiciones naturales, como fertilidad del suelo, etc., y de la destreza
de productores independientes que trabajan de manera aislada destreza que sin
embargo se evidencia más cualitativa que cuantitativamente, más en la calidad
de la obra que en su masa , el grado social de productividad del
trabajo se expresa en el volumen de la magnitud relativa de los medios de
producción que un obrero, durante un tiempo dado y con la misma
tensión de la fuerza de trabajo, transforma en producto. La masa de los medios
de producción con los que opera ese obrero crece con la productividad de su
trabajo. Esos medios de producción desempeñan en este aspecto un doble papel.
El crecimiento de unos es consecuencia; el de otros, condición de
la productividad creciente del trabajo. Con la división manufacturera del
trabajo y la aplicación de maquinaria, por ejemplo, se elabora en el mismo
tiempo más materia prima e ingresa, por tanto, una masa mayor de materias
primas y materias auxiliares al proceso de trabajo. Estamos ante una consecuencia de
la productividad creciente del trabajo. Por otra parte, la masa de la
maquinaria aplicada, de los animales de labor, abonos minerales, tuberías de
desagüe, etc., es condición de la productividad laboral
creciente. Otro tanto ocurre con la masa de los medios de producción
concentrados en locales, hornos gigantescos, medios de transporte, etc. Pero ya
sea condición o consecuencia, el volumen creciente
de la magnitud de los medios de producción, comparado con el de la fuerza de
trabajo incorporada a ellos, expresa la productividad creciente del
trabajo x "A medida que progresa la acumulación,
pues, no solamente se da un acrecentamiento cuantitativo y simultáneo de los
diversos elementos reales del capital: el desarrollo de las potencias productivas
del trabajo social que aquel progreso trae aparejado, se manifiesta además a
través de cambios cualitativos, de cambios graduales en la composición técnica
del capital, cuyo factor objetivo aumenta progresivamente, en magnitud
relativa, frente al factor subjetivo. Vale decir que la masa del instrumental y
de los materiales aumenta cada vez más en comparación con la suma de fuerza
obrera necesaria para movilizarla. Por consiguiente, a medida que el
acrecentamiento del capital hace que el trabajo sea más productivo, se reduce
la demanda de trabajo con relación a la propia magnitud del capital.".
El aumento de ésta se manifiesta, pues, en la reducción
de la masa de trabajo con respecto a la masa de medios de producción movidos
por ella, esto es, en la disminución de magnitud del factor subjetivo del
proceso laboral comparado con sus factores objetivos.
El
incremento en la masa de los medios de producción, comparada con la masa de
fuerza de trabajo que la pone en actividad, se refleja en el aumento que experimenta
la parte constitutiva constante del valor de capital a expensas de su parte
constitutiva variable. Si de un capital, por ejemplo, calculando
porcentualmente, por cada [sterling] 50 invertidas originariamente en medios de
producción se invertían [sterling] 50 en fuerza de trabajo, más adelante, con
el desarrollo del grado de productividad del trabajo, se invertirán [sterling]
30 en medios de producción por cada [sterling] 20 invertidas en fuerza de
trabajo, etc [y]. Esta reducción de la parte
variable del capital con respecto a la parte constante, o la
composición modificada del valor de capital, sólo indica de manera
aproximada el cambio que se ha verificado en la composición de sus
partes constitutivas materiales. Si hoy, por ejemplo, 7/8 del valor de
capital invertido en la hilandería es constante y 1/8 variable, mientras que a
comienzos del siglo XVIII 1/2 era constante y 1/2 variable, tenemos en cambio
que la masa de materias primas, medios de trabajo, etc., hoy consumida
productivamente por una cantidad determinada de trabajo de hilar es muchos
cientos de veces mayor que a principios del siglo XVIII. El motivo es
simplemente que con la productividad creciente del trabajo no sólo aumenta el
volumen de los medios de producción consumidos por el mismo, sino que el valor
de éstos, en proporción a su volumen, disminuye. Su valor, pues, aumenta en
términos absolutos, pero no en proporción a su volumen. El incremento
de la diferencia entre capital constante y capital variable, pues, es mucho
menor que el de la diferencia entre la masa de los medios de producción en que
se convierte el capital constante y la masa de fuerza de trabajo en que se
convierte el capital variable. La primera diferencia se incrementa con la
segunda, pero en menor grado [z].
En la sección cuarta hemos expuesto cómo el desarrollo de
la fuerza productiva social del trabajo presupone la cooperación en gran escala; cómo sólo bajo ese supuesto
es posible organizar la división y combinación del trabajo,
economizar medios de producción gracias a la concentración masiva, forjar
medios de trabajo que desde el punto de vista material ya sólo son utilizables
en común por ejemplo el sistema de la maquinaria,
etc. , domeñar y poner al servicio de la producción colosales fuerzas naturales
y llevar a cabo la transformación del proceso de producción en aplicación
tecnológica de la ciencia. Sobre el fundamento de la producción de
mercancías en la cual los medios de producción son propiedad de
particulares y el trabajador manual, por consiguiente, o produce mercancías de
manera aislada y autónoma o vende su fuerza de trabajo como mercancía porque le
faltan los medios para instalarse por su cuenta , aquel supuesto sólo se
realiza mediante el incremento de los capitales individuales, o en la
medida en que los medios sociales de producción y de subsistencia se
transforman en propiedad privada de capitalistas. El terreno de la
producción de mercancías sólo bajo la forma capitalista tolera
la producción en gran escala. Cierta acumulación de capital en
manos de productores individuales de mercancías constituye, pues, el supuesto
del modo de producción específicamente capitalista. Por eso, al analizar la
transición del artesanado a la industria capitalista, tuvimos que suponer esa
acumulación. Podemos denominarla acumulación originaria, porque en vez de resultado
histórico es fundamento histórico de la producción específicamente capitalista.
Aún no es necesario que investiguemos aquí de qué manera surge. Baste indicar
que constituye el punto de partida. Señalemos, empero, que todos los métodos
para acrecentar la fuerza productiva social del trabajo surgidos sobre ese
fundamento, son al mismo tiempo métodos para acrecentar la producción de
plusvalor o plusproducto, que a su vez constituye el elemento constitutivo de
la acumulación. Son al mismo tiempo, como vemos, métodos para la producción de
capital por el capital, o métodos para su acumulación acelerada. La
reconversión continua de plusvalor en capital se presenta como magnitud
creciente del capital que ingresa al proceso de producción. Dicha magnitud,
por su parte, deviene fundamento de una escala ampliada de la
producción, de los métodos consiguientes para acrecentar la fuerza
productiva del trabajo y acelerar la producción de plusvalor. Por tanto, si
cierto grado de acumulación del capital se manifiesta como condición del
modo de producción específicamente capitalista, este último ocasiona, como
reacción, una acumulación acelerada del capital. Con la acumulación del
capital se desarrolla, por consiguiente, el modo de producción específicamente
capitalista, y con el modo de producción específicamente capitalista la
acumulación del capital aa.
Todo capital
individual es una concentración mayor o menor de
medios de producción, con el comando correspondiente sobre un ejército
mayor o menor de obreros. Toda acumulación se convierte en medio al servicio de
una nueva acumulación. Amplía, con la masa acrecentada de la
riqueza que funciona como capital, su concentración en las
manos de capitalistas individuales y por tanto el fundamento de
la producción en gran escala y los métodos de producción específicamente
capitalistas. El incremento del capital social se lleva a cabo a través del
incremento de muchos capitales individuales. Presuponiendo que no varíen todas
las demás circunstancias, los capitales individuales y con ellos la
concentración de los medios de producción crecen en la proporción en que
constituyen partes alícuotas del capital global social. Al propio tiempo, de
los capitales originarios se desgajan ramificaciones que funcionan como nuevos
capitales autónomos. Un gran papel desempeña en ello, entre otros factores, la división del patrimonio en el seno de las
familias capitalistas. Por tanto, con la acumulación del capital crece en
mayor o menor medida el número de los capitalistas. Dos puntos caracterizan
este tipo de concentración que se funda directamente en
la acumulación o, más bien, es idéntica a
ésta. Primero: el grado de incremento de la riqueza social
limita, bajo condiciones en lo demás iguales, la concentración creciente de
los medios sociales de producción en las manos de capitalistas
individuales. Segundo: la parte del capital social radicada
en cada esfera particular de la producción está dividida entre numerosos
capitalistas que se contraponen recíprocamente como productores independientes de
mercancías y compiten entre sí. No sólo la acumulación y la
consiguiente concentración, pues, están fraccionadas en muchos puntos, sino que
el crecimiento de los capitales en funcionamiento está compensado por la
formación de nuevos y la escisión de antiguos capitales. De ahí que si por una
parte l acumulación se presenta como concentración creciente de los medios de
producción y del comando sobre el trabajo, por otra parte aparece como repulsión
de muchos capitales individuales entre sí.
Contra este
fraccionamiento del capital global social en muchos capitales individuales, o
contra la repulsión de sus fracciones entre sí, opera la atracción de
las mismas. Ya no se trata de una concentración simple de los medios de
producción y del comando sobre el trabajo, idéntica a la acumulación. Es
una concentración de capitales ya formados, la abolición de su
autonomía individual, la expropiación del capitalista por el capitalista, la
transformación de muchos capitales menores en pocos capitales mayores. Este
proceso se distingue del anterior en que, presuponiendo solamente una
distribución modificada de los capitales ya existentes y en funcionamiento, su
campo de acción no está circunscrito por el crecimiento absoluto de la riqueza
social o por los límites absolutos de la acumulación. Si el capital se
dilata aquí, controlado por una mano, hasta convertirse en una gran masa, es
porque allí lo pierden muchas manos. Se trata de la concentración propiamente
dicha, a diferencia de la acumulación bb.
No podemos
desarrollar aquí las leyes que presiden esta concentración cc de
los capitales o la atracción del capital por el capital. Bastará con que nos refiramos
brevemente a los hechos. La lucha de la competencia se libra mediante el
abaratamiento de las mercancías. La baratura de éstas depende, cæteris
paribus [bajo condiciones en lo demás iguales], de la productividad
del trabajo, pero ésta, a su vez, de la escala de la producción. De ahí que los
capitales mayores se impongan a los menores. Se recordará, además, que con el
desarrollo del modo capitalista de producción aumenta el volumen mínimo
del capital individual que se requiere para explotar un
negocio bajo las condiciones normales imperantes en el ramo. Los capitales
menores, pues, se vuelcan a las esferas de la producción de las que la gran
industria únicamente se ha apoderado de manera esporádica o imperfecta. La competencia
prolifera aquí en razón directa al número y en razón inversa a la magnitud de
los capitales rivales. Finaliza siempre con la ruina de muchos capitalistas
pequeños y con el paso de sus capitales a manos del vencedor dd.
Prescindiendo de esto, con la producción capitalista se forma un poder
totalmente nuevo ee 77bis2 {F. E. Nota a la 4ª
edición. Los novísimos "trusts" ingleses y norteamericanos apuntan ya
a ese objetivo, puesto que procuran unificar en una gran sociedad por acciones,
dotada de un monopolio efectivo, por lo menos la totalidad de las grandes
empresas activas en un ramo industrial.}, el crédito. Éste no
sólo se convierte en un arma nueva y poderosa en la lucha competitiva.
Mediante hilos invisibles, atrae hacia las manos de capitalistas individuales o
asociados los medios dinerarios que, en masas mayores o menores, están
dispersos por la superficie de la sociedad. Se trata de la máquina específica
para la concentración de los capitales.
La
concentración de los capitales, o el proceso de su atracción, se vuelve más intensa
en la proporción en que, con la acumulación, se desarrolla el modo
específicamente capitalista de producción. A su vez, la concentración se
convierte en una de las grandes palancas de ese desarrollo. Abrevia y acelera
la transformación de procesos de producción hasta ahora dispersos, en procesos
combinados socialmente y ejecutados en gran escala.
El volumen
creciente de las masas individuales de capital se convierte en la base material
de un trastocamiento constante del modo de producción mismo. El modo de
producción capitalista conquista sin cesar los ramos laborales que todavía no
estaban sujetos a su control, o que sólo lo estaban esporádicamente, o sólo
formalmente. Además, en su suelo prosperan nuevos ramos de trabajo que le
pertenecen desde los primeros momentos. En los ramos laborales ya explotados de
manera capitalista, finalmente, la fuerza productiva del trabajo madura como en
un invernadero. En todos estos casos, el número de obreros decrece en
proporción a la masa de los medios de producción con los que trabajan. Una
parte cada vez mayor del capital se convierte en medios de producción; una cada
vez menor en fuerza de trabajo. Al aumentar el volumen, concentración y
eficacia técnica de los medios de producción, se reduce progresivamente el
grado en que éstos son medios de ocupación para los obreros. Un arado de vapor
es un medio de producción inseparablemente más eficaz que el arado corriente,
pero el valor de capital invertido en él es un medio de ocupación
incomparablemente más modesto que si estuviera realizado en arados corrientes.
Al principio, preciamente el agregado de nuevo capital al antiguo es lo que
permite ampliar las condiciones objetivas del proceso de producción y
revolucionarlas técnicamente. Pero pronto, en medida mayor o menor, la
composición modificada y la reorganización técnica hacen presa en todo capital
antiguo que haya alcanzado el término de su reproducción y que, por tanto, sea
sustituido nuevamente. Esta metamorfosis del capital antiguo es independiente,
hasta cierto punto, del crecimiento absoluto experimentado por el capital
social, tal como lo es la concentración. Pero esta última, que no hace más que
distribuir de distinta manera el capital social existente y confundir en uno
solo muchos capitales antiguos, opera a su vez como agente poderoso en esa
metamorfosis del capital antiguo.
Por una
parte, como vemos, el capital suplementario formado en el curso de la
acumulación atrae cada vez menos obreros, en proporción a la magnitud que ha
alcanzado. Por otra parte, el capital antiguo, reproducido ff con
una nueva composición, repele más y más obreros de los que antes ocupaba.
3. Producción
progresiva de una sobrepoblación relativa o ejército industrial de reserva.
La
acumulación del capital, que originariamente no aparecía más que como su
ampliación cuantitativa, se lleva cabo, como hemos visto, en medio de un
continuo cambio cualitativo de su composición, en medio de un
aumento ininterrumpido de su parte constitutiva constante a expensas de su
parte constitutiva variable [18]bis3.
El modo de
producción específicamente capitalista, el consiguiente desarrollo de la fuerza
productiva del trabajo, el cambio que ocasiona ese desarrollo en la composición
orgánica del capital, no sólo corren parejas con el progreso de la acumulación
o el incremento de la riqueza social. Avanzan con una rapidez
incomparablemente mayor, puesto que la acumulación simple o la expansión
absoluta del capital global van acompañadas por la concentración gg de
sus elementos individuales, y el trastocamiento tecnológico hh del
pluscapital ii por el trastocamiento tecnológico hh del
capital original. Al progresar la acumulación, pues, se altera la relación que
existe entre la parte constante del capital y la parte variable; si al
principio era de 1 : 1, ahora pasa a ser de 2 : 1,
3 : 1, 4 : 1, 5 : 1, 7 : 1,
etc., de tal suerte que al acrecentarse el capital, en vez de convertirse 1/2
de su valor total en fuerza de trabajo, se convierte progresivamente sólo 1/3,
1/4, 1/5, 1/6, 1/8, etc., convirtiéndose en cambio 2/3, 3/4, 4/5, 5/6, 7/8,
etc., en medios de producción. Como la demanda de trabajo no
está determinada por el volumen del capital global, sino por el de su parte
constitutiva variable, ésta decrece progresivamente a medida que se
acrecienta el capital global, en vez de aumentar proporcionalmente al
incremento de éste, tal como antes suponíamos. Esa demanda disminuye con
relación a la magnitud del capital global, y en progresión acelerada con
respecto al incremento de dicha magnitud. Al incrementarse el capital global,
en efecto, aumenta también su parte constitutiva variable, o sea la fuerza de
trabajo que se incorpora, pero en proporción constantemente decreciente.
Los intervalos en los que la acumulación opera como mero ensanchamientode
la producción sobre una base técnica dada, se acortan. Para absorber un número
adicional de obreros de una magnitud dada, o incluso a causa de la metamorfosis
constante del capital antiguo para mantener ocupados a los que ya estaban en
funciones, no sólo se requiere una acumulación del capital global
acelerada en progresión creciente; esta acumulación y
concentración gg crecientes, a su vez,
se convierten en fuente de nuevos cambios en la composición del capital o
promueven la disminución nuevamente acelerada de su parte constitutiva variable
con respecto a la parte constante. Esa disminución relativa de su parte
constitutiva variable, acelerada con el crecimiento del capital global y
acelerada en proporción mayor que el propio crecimiento de éste, aparece por
otra parte, a la inversa, como un incremento absoluto de la población
obrera que siempre es más rápido que el del capital variable o que el de los
medios que permiten ocupar a aquélla. La acumulación capitalista produce
de manera constante, antes bien, y precisamente en proporción a su energía y a
su volumen, una población obrera relativamente excedentaria, esto
es, excesiva para las necesidades medias de
valorización del capital y por tanto superflua.
Si nos
atenemos al capital global social, ora el movimiento de su acumulación provoca
un cambio periódico, ora sus elementos se distribuyen simultáneamente entre
las diversas esferas de la producción. En algunas de esas
esferas, a causa de la mera concentración jj se opera un
cambio en la composición del capital sin que se acreciente la magnitud absoluta
del mismo, en otras, el incremento absoluto del capital está vinculado al
decrecimiento absoluto de su parte constitutiva variable o de
la fuerza de trabajo absorbida por la misma; en otras, ora el capital continúa
acrecentándose sobre su base técnica dada y atrae fuerza de trabajo
suplementaria en proporción a su propio crecimiento, ora se opera un cambio
orgánico y se contrae su parte constitutiva variable; en todas las esferas, el
incremento de la parte variable del capital, y por tanto del número de obreros
ocupados, está ligado siempre a violentas fluctuaciones y a la producción
transitoria de una sobrepoblación, ya adopte ésta la forma más notoria de la
repulsión de obreros ocupados anteriormente o la forma no tan evidente, pero no
menos eficaz, de una absorción más dificultosa de la población obrera
suplementaria a través de los canales habituales [19] Total de las personas ocupadas en la
agricultura (incluidos los propietarios, arrendatarios, chacareros,
pastores, etc.): 1851, 2.011.447; 1861, 1.924.110; disminución,
87.337. Manufactura de worsted [estambre]: 1851, 102.714 personas; 1861, 79.242; fabricación de
seda: 1851, 111.940; 1861, 101.678; estampado de algodón: 1851,
12.098; 1861, 12.556, exiguo aumento pese a la enorme expansión de la
industria, lo que significa una gran disminución proporcional en
el número de los obreros ocupados. Sombrereros: 1851, 15.957; 1861,
13.814; productores de sombreros de paja y gorras: 1851, 20.393;
1861, 18.176. Cerveceros: 1851, 10.566; 1861, 10.677. Productores
de velas: 1851, 4.949; 1861, 4.686. Esta reducción obedece, entre otros
factores, al incremento experimentado por el alumbrado de gas. Productores
de peines: 1851, 2.038; 1861, 1.478. Aserradores de madera:
1851, 30.552; 1861, 31.647, pequeño aumento a consecuencia del auge de las
sierras mecánicas. Productores de clavos: 1851, 26.940; 1861,
26.130, mengua debida a la competencia de las máquinas. Obreros de las
minas de zinc y de cobre: 1851, 31.360; 1861, 32.041. En cambio: hilanderías
y tejedurías de algodón: 1851, 371.777; 1861, 456.646; minas de carbón:
1851, 183.389; 1861, 246.613. "Desde 1851, el aumento en el número de obreros
es más grande, en general, en los ramos donde aún no se ha aplicada con éxito
la maquinaria." ("Census of England and Wales
for 1861", vol. III, Londres, 1863, pp. 35-39.). Con la magnitud
del capital social ya en funciones y el grado de su incremento, con
la expansión de la escala de producción y de la masa de los obreros puestos en
movimiento, con el desarrollo de la fuerza productiva de su trabajo, con la
fluencia más caudalosa y plena de todos los manantiales de la riqueza, se
amplía también la escala en que una mayor atracción de los obreros por
el capital está ligada a una mayor repulsión de los mismos, aumenta la
velocidad de los cambios en la composición orgánica del capital y en su forma
técnica y se dilata el ámbito de las esferas de producción en las que el
capital, ora simultánea, ora alternativamente, hace presa. La población obrera,
pues, con la acumulación del capital producida por ella misma, produce en volumen
creciente los medios que permiten convertirla en relativamente
supernumeraria 20 kk En la 4ª edición se
agrega antes de la cita: "Algunos economistas eminentes de la escuela
clásica presintieron, más que comprendieron, la ley acerca de la reducción
progresiva de la magnitud relativa del capital variable y los efectos de dicha
ley sobre la situación de la clase asalariada. El mérito mayor corresponde aquí
a John Barton, aunque confunda, al igual que todos sus colegas, el capital
constante con el fijo, el variable con el circulante. Dice Barton:".... Es
esta una ley de población que es peculiar al modo
de producción capitalista, ya que de hecho todo modo de producción
histórico particular tiene sus leyes de población particulares, históricamente
válidas. Una ley abstracta de población sólo rige, mientras el hombre no
interfiere históricamente en esos dominios, en el caso de las plantas y los
animales.
Pero si una
sobrepoblación obrera es el producto necesario de la acumulación o del
desarrollo de la riqueza sobre una base capitalista, esta sobrepoblación se
convierte, a su vez, en palanca de la acumulación capitalista, e incluso
en condición de existencia del modo capitalista de producción.
Constituye un ejército industrial de reserva a disposición del capital,
que le pertenece a éste tan absolutamente como si lo hubiera criado a sus
expensas. Esa sobrepoblación crea, para las variables necesidades de
valorización del capital, el material humano explotable y siempre disponible,
independientemente de los límites del aumento real experimentado por la
población. Con la acumulación y el consiguiente desarrollo de la fuerza
productiva del trabajo se acrecienta la súbita fuerza expansiva del
capital, y no sólo porque aumenta la elasticidad del capital en funciones y
la riqueza absoluta, de la cual el capital no
constituye más que una parte elástica; no sólo porque el crédito,
bajo todo tipo de estímulos particulares y en un abrir y cerrar de ojos, pone a
disposición de la producción una parte extraordinaria de esa riqueza, en
calidad de pluscapital, sino porque las condiciones técnicas del proceso mismo
de producción, la maquinaria, los medios de transporte, etc., posibilitan, en
la mayor escala, la más rápida transformación de plusproducto en medios de
producción suplementarios. La masa de la riqueza social, pletórica y
transformable en pluscapital gracias al progreso de la acumulación, se
precipita frenéticamente sobre todos los viejos ramos de la producción cuyo
mercado se amplía de manera súbita, o sobre ramos recién inaugurados como los
ferrocarriles, etc. cuya necesidad dimana del desarrollo de los antiguos. En
todos los casos de esta índole es necesario que se pueda volcar súbitamente
grandes masas humanas en los puntos decisivos, sin que con ello se rebaje la escala
alcanzada por la producción en otras esferas. La sobrepoblación proporciona
esas masas. El curso vital característico de la industria moderna, la forma de
un ciclo decenal interrumpido por oscilaciones menores de períodos de animación
media, producción a toda marcha, crisis y estancamiento, se funda sobre la
formación constante, sobre la absorción mayor o menor y la reconstitución, del
ejército industrial de reserva o sobrepoblación. A su vez, las alternativas del
ciclo industrial reclutan la sobrepoblación y se convierten en uno de sus
agentes de reproducción más activos. Este curso vital, peculiar de la industria
moderna y desconocido en todas las épocas anteriores de la humanidad, era
imposible también durante la infancia de la producción capitalista. La
composición del capital sólo se modificaba muy gradualmente. Con l acumulación
de éste guardaba correspondencia, en líneas generales, un crecimiento
proporcional de la demanda de trabajo. Por lento que fuera el progreso de esa
acumulación, comparado con el de la época moderna, dicho avance tropezaba con
las barreras naturales de la población obrera explotable, barreras que sólo era
posible remover por los medios violentos que mencionaremos más
adelante. La expansión súbita e intermitente de la escala de producción es el
supuesto de su contracción súbita; esta última, a su vez, provoca la primera,
pero la primera es imposible si no existe el material humano disponible, si en
el número de los obreros no se produce un aumento independiente
del crecimiento absoluto de la población. Dicho aumento se genera mediante el
simple proceso que "libera" constantemente una parte de los obreros,
aplicando métodos que reducen, en comparación con la producción acrecentada, el
número de los obreros ocupados. Toda la forma de movimiento de la industria
moderna deriva, pues, de la transformación constante de una parte de la
población obrera en brazos desocupados o semiocupados. La superficialidad de la
economía política se pone de manifiesto, entre otras cosas, en el hecho de que
convierte a la expansión y contracción del crédito, mero síntoma de los
períodos alternos del ciclo industrial, en causa de éstos. Así como los cuerpos
celestes, una vez arrojados a un movimiento determinado, lo repiten siempre, la
producción social hace otro tanto no bien es lanzada a ese movimiento de
expansión y contracción alternadas. Los efectos, a su vez, se convierten en
causas, y las alternativas de todo el proceso, que reproduce siempre sus
propias condiciones, adoptan la forma de la periodicidad ll.
Una vez consolidada esta forma, hasta la economía política comprende que
producir una población excedentaria relativa, esto es,
excedentaria respecto a la necesidad media de valorización del capital, es
una condición vital de la industria moderna.
"Supongamos",
dice Herman Merivale, ex profesor de economía política en Oxford y funcionario
luego del Ministerio de Colonias inglés, "supongamos que en ocasión de
alguna de esas crisis la nación hiciera un gran esfuerzo para desembarazarse,
mediante la emigración, de varios cientos de miles de brazos superfluos; ¿cuál
sería la consecuencia? Que en la primera reanimación de la demanda de trabajo
se produciría un déficit. Por rápida que sea la reproducción de los hombres, en
todo caso se requeriría el intervalo de una generación para remplazar la
pérdida de los obreros adultos. Ahora bien, las ganancias de nuestros
fabricantes dependen principalmente de la posibilidad de aprovechar los
momentos favorables, cuando la demanda es intensa y es posible resarcirse de
los períodos de paralización. Esta posibilidad sólo se la asegura la
facultad de disponer de la maquinaria y el trabajo manual. Es
necesario que los fabricantes encuentren brazos disponibles; es necesario
que estén en condiciones de redoblar o reducir la intensidad de las operaciones
ejecutadas por los mismos, según lo requiera la situación dos mercado; en caso
contrario, será absolutamente imposible que mantengan la preponderancia en la
encarnizada lucha competitiva sobre la que se funda la riqueza de este
país" [21]. El propio Malthus reconoce
como necesidad de la industria moderna la sobrepoblación, que
él, con su espíritu limitado, hace derivar de un acrecentamiento excesivo
absoluto de la población obrera y no de la conversión de la misma en
relativamente supernumeraria. Dice este autor: "Si ciertos hábitos
prudentes en lo que respecta al matrimonio, son cultivados con exceso por la
clase obrera de un país que primordialmente vive de la manufactura y el
comercio, ello podría perjudicarlo... Conforme a la naturaleza de la población,
no es posible suministrar al mercado una nueva generación de obreros a
consecuencia de una demanda particular mientras no transcurran 16 ó 18 años, y
la transformación de rédito en capital por el ahorro puede ocurrir de manera
muchísimo más rápida; un país está expuesto siempre a que su
fondo de trabajo se acreciente con mayor rapidez que la
población" [22]. Luego de declarar, de esta suerte,
que la producción constante de una sobrepoblación relativa de obreros
constituye una necesidad de la acumulación capitalista, la economía
política, adoptando muy adecuadamente la figura de una apergaminada solterona,
pone en boca del "beau idéal" [hermoso ideal] de su capitalista las
siguientes palabras dedicadas a esos "supernumerarios" cuya propia
creación de pluscapital ha dejado en la calle. "Los fabricantes hacemos por
vosotros lo que podemos, al aumentar el capital del que tenéis
necesidad para subsistir, y vosotros debéis hacer el resto,
ajustando vuestro número a los medios de subsistencia" [23].
A la
producción capitalista no le basta, de ninguna manera, la cantidad de fuerza de
trabajo disponible que le suministra el incremento natural de la población.
Para poder desenvolverse libremente, requiere un ejército industrial de
reserva que no dependa de esa barrera natural.
Hasta aquí
habíamos supuesto que el aumento o la mengua del capital variable
correspondía exactamente al aumento o la mengua del número de
obreros ocupados.
No obstante,
aunque el número de los obreros de que dispone no varíe, e incluso aunque
disminuya, el capital variable se acrecienta cuando el obrero individual
suministra más trabajo y cuando, por tanto, aumenta su salario aunque
el precio del trabajo no varíe, o incluso si este precio
disminuye pero más lentamente de lo que aumenta la masa de trabajo. El
incremento del capital variable se convierte entonces en un índice de más
trabajo, pero no de más obreros ocupados. A todo capitalista le
interesa, de manera absoluta, arrancar una cantidad determinada de trabajo de
un número menor de obreros, en vez de extraerla, con la misma baratura e
incluso a un precio más conveniente, de un número mayor. En el último caso
la inversión de capital constante aumenta proporcionalmente a la masa del
trabajo puesto en movimiento; en el primer caso, aumenta con lentitud mucho
mayor. Cuanto más amplia sea la escala de la producción, tanto más determinante
será ese motivo. Su peso se acrecienta con la acumulación del capital.
Hemos visto
que el desarrollo del modo capitalista de producción y de la fuerza productiva
del trabajo causa y efecto, a la vez, de la acumulación permite que el
capitalista, con la misma inversión de capital variable, ponga en movimiento
más trabajo gracias a una explotación mayor en extensión o en intensidad de las
fuerzas de trabajo individuales. Hemos visto, además, que con el mismo
valor de capital adquiere más fuerzas de trabajo, puesto
que progresivamente sustituye los obreros más diestros por los menos diestros,
los experimentados por los inexperimentados, los varones por las mujeres, la
fuerza de trabajo adulta por la adolescente o infantil mm.
De una
parte, pues, y a medida que progresa la acumulación, un capital variable mayor moviliza
más trabajo sin necesidad de contratar más obreros; de otra parte, capital
variable de la misma magnitud pone en movimiento más trabajo
con la misma masa de fuerza de trabajo, y por último, pone en acción más
fuerzas de trabajo inferiores mediante el desplazamiento de las superiores.
Por
consiguiente, la producción de una sobrepoblación relativa, o sea
la liberación de obreros, avanza con mayor rapidez aun que el
trastocamiento tecnológico nn del proceso de producción
trastocamiento acelerado de por sí con el progreso de
la acumulación y la consiguiente reducción proporcional de la parte
variable del capital con respecto a la parte constante. Si bien los medios
de producción, a medida que se acrecientan su volumen y eficacia pierden
importancia como medios de ocupación de los obreros, esta relación
misma se modifica a su vez por el hecho de que en la medida en que crece
la fuerza productiva del trabajo, el capital incrementa más rápidamente su
oferta de trabajo que su demanda de obreros. El trabajo
excesivo de la parte ocupada de la clase obrera engruesa las filas de su
reserva, y, a la inversa, la presión redoblada que esta última, con su
competencia, ejerce sobre el sector ocupado de la clase obrera, obliga a éste a
trabajar excesivamente y a someterse a los dictados del capital. La condena de
una parte de la clase obrera al ocio forzoso mediante el exceso de trabajo
impuesto a la otra parte, y viceversa, se convierte en medio de enriquecimiento
del capitalista singular [24] y, a la vez, acelera la
producción del ejército industrial de reserva en una escala acorde con el
progreso de la acumulación social. La importancia de este factor en la
formación de la sobrepoblación relativa lo demuestra, por ejemplo, el caso de
Inglaterra. Sus medios técnicos para el "ahorro" de trabajo son
colosales. Sin embargo, si mañana se redujera el trabajo, de manera
general, a una medida racional y se lo graduara conforme a las diversas
capas de la clase obrera, según edad y sexo, la población trabajadora existente
resultaría absolutamente insuficiente para llevar adelante la producción
nacional en la escala actual. Sería necesario transformar en
"productivos" la gran mayoría de los trabajadores hoy
"improductivos".
En todo y
por todo, los movimientos generales del salario están
regulados exclusivamente por la expansión y contracción del ejército
industrial de reserva, las cuales se rigen, a su vez, por la alternación de
períodos que se opera en el ciclo industrial. Esos movimientos no se
determinan, pues, por el movimiento del número absoluto de la población
obrera, sino por la proporción variable en que la clase
obrera se divide en ejército activo y ejército de reserva, por el aumento y la
mengua del volumen relativo de la sobrepoblación, por el grado en que ésta es
ora absorbida, ora puesta en libertad. Para la industria moderna, realmente,
con su ciclo decenal y sus fases periódicas que, además, a medida que progresa
la acumulación se entrecruzan con oscilaciones irregulares en sucesión cada vez
más rápida [exclamdown]sería una bonita ley la que no regulara la oferta y la
demanda de trabajo por la expansión y contracción del capital, o
sea por sus necesidades ocasionales de valorización, de tal manera
que el mercado de trabajo aparezca relativamente semivacío cuando el capital se
expande, y atestado de nuevo cuando éste se contrae, sino que, a la inversa,
hiciera que el movimiento del capital dependiese del movimiento
absoluto de la cantidad de población! Pero es este, sin embargo, el dogma
económico. Según dicho dogma, a causa de la acumulación del capital aumenta el
salario. El salario acrecentado estimula un aumento más rápido de la población
obrera, aumento que prosigue hasta que el mercado de trabajo se sobresatura, o
sea, hasta que el capital se vuelve insuficiente con relación a la oferta de
trabajo. El salario desciende, con lo que se da el reverso de la medalla. La
rebaja salarial diezma poco a poco a la población obrera, de tal manera que
respecto a ésta el capital resulta nuevamente superabundante, o también,
como sostienen otros expositores, el bajo nivel del salario y la consiguiente
explotación redoblada del obrero aceleran a su vez la acumulación, mientras que
al mismo tiempo la baja del salario pone coto al crecimiento de la clase
obrera. Se reconstituye así la relación en la cual la oferta de trabajo es
inferior a la demanda del mismo, con lo cual aumentan los salarios, y así
sucesivamente. [exclamdown]Bello método de movimiento, este, para la producción
capitalista desarrollada! Antes que el alza salarial pudiera motivar cualquier
aumento positivo de la población realmente apta para el trabajo, se habría
vencido un sinfín de veces el plazo dentro del que debe ejecutarse la campaña
industrial y librarse y decidirse la batalla.
En los
distritos agrícolas ingleses tuvo lugar entre 1849 y 1859, a la par de una baja
en el precio de los cereales, un alza salarial que desde el punto de vista
práctico no fue más que nominal. En Wiltshire, por ejemplo, el salario semanal
subió de 7 a 8 chelines, en Dorsetshire de 7 u 8 a 9 chelines, etc. Era esta
una consecuencia del drenaje extraordinario de la sobrepoblación agrícola,
ocasionado por la demanda bélica [25] y la expansión masiva de la red
ferroviaria, de las fábricas, de la minería, etcétera. Cuanto menor sea el
salario, tanto mayor será la expresión porcentual de cualquier alza del mismo,
por ínfima que ésta sea. Si el salario semanal es de 20 chelines, por ejemplo,
y aumenta a 22, el alza será del 10 %; si, en cambio, es sólo de 7 chelines y
sube a 9, habrá aumentado en un 28 4/7 %, alza que impresiona como muy
cuantiosa. Como quiera que sea, lo cierto es que los arrendatarios pusieron el
grito en el cielo y hasta el "Economist" de Londres [26] parloteó con toda solemnidad de
"a general and substantial advance" [un aumento general y
considerable], refiriéndose a esos salarios de hambre. ¿Qué hicieron entonces
los arrendatarios? ¿Esperaron hasta que los trabajadores rurales, a causa de
esas remuneraciones espléndidas, se multiplicaran tanto que su salario tuviera
que disminuir nuevamente, tal como ocurren las cosas en el cerebro dogmático
del economista? Introdujeron más maquinaria, y en un abrir y cerrar de ojos los
obreros volvieron a ser "supernumerarios", en una proporción
suficiente incluso para los arrendatarios. Ahora había "más capital"
invertido en la agricultura que antes y bajo una forma más productiva. Con
lo cual la demanda de trabajo descendió no sólo relativamente, sino también en
términos absolutos.
Esa ficción
económica confunde las leyes que regulan el movimiento general del
salario, o sea la relación entre la clase obrera oo y
el capital global social, con las leyes que distribuyen la población
obrera entre las esferas particulares de la producción. Por ejemplo, si a
consecuencia de una coyuntura favorable se vuelve particularmente intensa la
acumulación en una esfera determinada de la producción, si las ganancias
superan a la ganancia media y afluye capital suplementario a esa esfera, es
natural que aumenten la demanda de trabajo y el salario. Ese salario más
elevado atraerá una parte mayor de la población obrera a la esfera favorecida
hasta que ésta quede saturada de fuerza de trabajo, con lo cual el salario, a
la larga, volverá a caer a su nivel medio anterior, o descenderá por debajo del
mismo en caso que la afluencia haya sido excesiva pp. El
economista cree ver aquí "dónde y cómo" un aumento del salario genera
un aumento absoluto de obreros, y este último aumento una reducción del
salario, pero en realidad no ve más que la oscilación local del mercado
de trabajo en una esfera particular de la producción; ve
solamente fenómenos de la distribución de la población obrera entre
las diversas esferas de inversión del capital, con arreglo a las necesidades
variables que éste experimenta.
Durante los
períodos de estancamiento y de prosperidad media, el ejército industrial de
reserva o sobrepoblación relativa qq ejerce presión sobre
el ejército obrero activo, y pone coto a sus exigencias durante los períodos de
sobreproducción y de paroxismo. La sobrepoblación relativa, pues, es el
trasfondo sobre el que se mueve la ley de la oferta y la demanda de trabajo.
Comprime el campo de acción de esta ley dentro de los límites que convienen de
manera absoluta al ansia de explotación y el afán de poder del capital. Es
esta la ocasión de volver sobre una de las proezas efectuadas por la
apologética económica. El lector recordará que cuando un fragmento de capital
variable, gracias a la introducción de maquinaria nueva o la extensión de la
antigua, se transforma en constante, el apologista económico interpreta esta
operación, que "sujeta" capital y precisamente por ello
"libera" obreros, como si, a la inversa, liberara capital para
los obreros. Tan solo ahora se puede valorar cabalmente la desvergüenza del
apologista. Quienes son puestos en libertad no son sólo los obreros desplazados
directamente por la máquina, sino asimismo sus suplentes y el contingente
suplementario que, durante la expansión habitual del negocio sobre su base
antigua, era absorbido de manera regular. No se libera capital viejo para los
obreros, sino que se libera a obreros para un posible capital
"suplementario" rr. Es decir que el mecanismo de la
producción capitalista vela para que el incremento absoluto de capital
no se vea acompañado de un aumento consecutivo en la demanda general de trabajo.
[exclamdown]Y el apologista llama a esto compensación por la miseria, los
padecimientos y la posible muerte de los obreros desplazados durante el período
de transición que los relega al ejército industrial de reserva! La demanda de
trabajo no es idéntica al crecimiento del capital, la oferta de trabajo no se
identifica con el aumento de la clase obrera, como si se tratara de dos
potencias independientes que se influyen recíprocamente. Les dés sont pipés
[los dados están cargados]. El capital opera en ambos lados a la vez. Si por un
lado su acumulación aumenta la demanda de trabajo, por el otro acrecienta la
oferta de obreros mediante su "puesta en libertad", mientras que a la
vez la presión de los desocupados obliga a los ocupados a poner en
movimiento más trabajo, haciendo así, por ende, que hasta cierto punto la
oferta de trabajo sea independiente de la oferta de obreros. El movimiento de
la ley de la oferta y la demanda de trabajo completa, sobre esta base, el
despotismo del capital. No bien los obreros descifran, por tanto, el
misterio de cómo en la misma medida en que trabajan más producen más riqueza
ajena, de cómo la fuerza productiva de su trabajo aumenta mientras que su
función como medios de valorización del capital se vuelve cada vez más precaria
para ellos, no bien descubren que el grado de intensidad alcanzado por la
competencia entre ellos mismos depende enteramente de la presión ejercida por
la sobrepoblación relativa, no bien, por tanto, procuran organizar,
mediante trades' unions, etc. una cooperación planificada entre los
ocupados y los desocupados para anular o paliar las consecuencias ruinosas que
esa ley natural de la producción capitalista trae aparejadas
para su clase, el capital y su sicofante, el economista, claman airados contra
esa violación de la ley "eterna", y por así decirlo
"sagrada", de la oferta y la demanda. Toda solidaridad entre los
ocupados y los desocupados perturba, en efecto, el "libre" juego de
esa ley. Por otra parte, no bien en las colonias, por ejemplo, se
dan circunstancias adversas que impiden la creación del ejército
industrial de reserva, menoscabando así la dependencia absoluta de la
clase obrera respecto de la clase capitalista, el capital, junto a su Sancho
Panza esgrimidor de lugares comunes, se declara en rebeldía contra la
"sagrada" ley de la oferta y la demanda y procura encauzarla
con la ayuda de medios coercitivos.
4. Diversas formas de existencia de la
sobrepoblación relativa. La ley general de la acumulación capitalista
La
sobrepoblación relativa existe en todos los matices posibles. Todo obrero la
integra durante el período en que está semiocupado o desocupado por completo.
Para no entrar aquí en detalles, nos limitaremos a unas
pocas indicaciones generales ss. Prescindiendo de
las diferencias formales periódicas de la sobrepoblación en
el cambio de fases propio del ciclo industrial, en el cual aquélla
se manifiesta tt ora de manera aguda en las
crisis, ora crónicamente en los períodos de negocios flojos,
la sobrepoblación relativa adopta continuamente tres formas: la fluctuante,
la latente y la estancada.
Hemos visto
cómo a los obreros fabriles ora se los repele uu, ora se los
atrae nuevamente y en mayor volumen, de tal modo que en líneas generales el
número de los obreros ocupados aumenta, aunque siempre en proporción
decreciente con respecto a la escala de la producción. La sobrepoblación existe
aquí bajo la forma fluctuante. Nos limitamos a llamar la atención
con respecto a dos circunstancias. Tanto en las fábricas propiamente dichas
como en todos los grandes talleres en que la maquinaria constituye un factor, o
donde, por lo menos, se aplica la división moderna del trabajo, se requiere una
gran masa de obreros varones que no hayan dejado atrás la edad juvenil,
posteriormente, sólo es posible utilizar en el mismo ramo un número muy exiguo,
por lo cual regularmente se arroja a la calle a una gran cantidad vv.
Ese sector constituye un elemento de la sobrepoblación fluctuante, que se
acrecienta a medida que aumenta el volumen de la industria. Una parte de esos
obreros emigra; en realidad, no hace más que seguir los pasos del capital
emigrante. Una de las consecuencias es que la población femenina crece más
rápidamente que la masculina; teste [testigo], Inglaterra. Que
el incremento natural de la población ww obrera no
satisfaga las necesidades de acumulación del capital y que, por otra parte, sea
demasiado grande para su absorción xx, es una
contradicción inherente al movimiento mismo del capital. Éste requiere masas
mayores de obreros en edad juvenil, y una masa menor de obreros varones
adultos. La contradicción no es más flagrante que otra: la de que se formulen
quejas sobre la falta de brazos en los mismos momentos en que
muchos miles se encuentran en la calle porque la división del trabajo los
encadena a determinado ramo de la industria [27]. Debido al rápido consumo de la
fuerza de trabajo por el capital, en la mayor parte de los casos el obrero de
edad mediana es ya un hombre desgastado y caduco yy. Pasa a
Integrar las filas de la sobrepoblación zz, o bien desciende de
categoría, mientras el capital lo remplaza por fuerza de trabajo nueva.
El crecimiento absoluto de la clase obrera requiere, de esta
suerte aaa 85bis Discurso inaugural de la
conferencia sanitaria celebrada en Birmingham el 14 de enero de 1875,
pronunciado por Joseph Chamberlain, entonces alcalde de la ciudad y actualmente
(1883) ministro de comercio., una forma que incremente su número
aunque sus elementos se desgasten rápidamente. Se hace necesario bbb,
en consecuencia, un rápido relevo de las generaciones obreras.
(Esta misma ley no rige en el caso de las demás clases de la población). Ello
se logra ccc con la ayuda de matrimonios tempranos,
consecuencia necesaria de las condiciones en que viven los obreros de la gran
industria, y gracias a la prima que la explotación de los niños obreros
significa para la producción de los mismos.
No bien la
producción capitalista se apodera de la agricultura, o según el
grado en que se haya adueñado de la misma, la demanda de población
obrera rural decrece en términos absolutos a medida que aumenta la acumulación
del capital que está en funciones en esta esfera, sin que la repulsión de
esos obreros como ocurre en el caso de la industria no agrícola se complemente
con una mayor atracción. Una parte de la población rural, por consiguiente, se
encuentra siempre en vías de metamorfosearse en población urbana o
manufacturera ddd. (Manufacturero se usa aquí en el sentido
de todo lo referente a la industria no agrícola.) [28] Esta fuente de la
sobrepoblación relativa fluye, pues, constantemente.
Pero su flujo constante eee presupone la existencia, en
el propio campo, de una sobrepoblación constantemente latente,
cuyo volumen sólo se vuelve visible cuando los canales de desagüe quedan, por
excepción, abiertos en toda su amplitud. De ahí que al obrero rural se lo
reduzca al salario mínimo y que esté siempre con un pie hundido en el pantano del
pauperismo.
La
sobrepoblación estancada constituye una parte del ejército
obrero activo, pero su ocupación es absolutamente irregular, de tal
modo que el capital tiene aquí a su disposición una masa extraordinaria de
fuerza de trabajo latente fff. Sus condiciones de vida
descienden por debajo del nivel medio normal de la clase obrera y es esto,
precisamente, lo que convierte a esa categoría en base amplia para ciertos
ramos de explotación del capital. El máximo de tiempo de trabajo y el mínimo de
salario la caracterizan. Hemos entrado ya en conocimiento de su figura
principal bajo el rubro de la industria domiciliaria. Recluta incesantemente
sus integrantes entre los supernumerarios de la gran industria y de la
agricultura, y en especial también en los ramos industriales en decadencia, en
los cuales el artesanado sucumbe ante la industria manufacturera y esta última
ante la industria maquinizada. Su volumen se amplía a medida que avanza, con el
volumen y la intensidad de la acumulación, la transformación en
"supernumerarios". Pero esta categoría constituye al mismo tiempo un
elemento de la clase obrera que se reproduce y se perpetúa a sí mismo, y al que
cabe una parte proporcionalmente mayor en el crecimiento global de dicha clase que
a los demás elementos. De hecho, no sólo la masa de los nacimientos y
defunciones, sino la magnitud absoluta de las familias está en razón inversa al
monto del salario, y por tanto a la masa de medios de subsistencia de que
disponen las diversas categorías de obreros. Esta ley de la
sociedad capitalista parecería absurda entre los salvajes, e incluso
entre los habitantes civilizados de las colonias. Esa ley recuerda la
reproducción masiva de especies animales individualmente débiles y
perseguidas con encarnizamiento [29] 30.
El sedimento
más bajo de la sobrepoblación relativa se aloja, finalmente, en la esfera
del pauperismo. Se compone prescindimos aquí de vagabundos, delincuentes, prostitutas, en suma, del lumpemproletariado propiamente
dicho de tres categorías ggg. La primera la constituyen
personas aptas para el trabajo. Basta con lanzar una mirada superficial
sobre las estadísticas del pauperismo inglés para encontrar que su masa se
engruesa con cada crisis y decrece con cada reanimación de los negocios. La
segunda: huérfanos e hijos de indigentes. Son candidatos al ejército
industrial de reserva y en épocas de gran prosperidad hhh, como
por ejemplo en 1860, se los alista rápida y masivamente en el ejército obrero
activo. La tercera: personas degradadas, encanallecidas,
incapacitadas de trabajar. Se trata, en especial, de obreros iii que
sucumben por la falta de movilidad a que los condena la división del trabajo,
de personas que viven más allá de la edad normal de un obrero, y por último de
las víctimas de la industria, cuyo número se acrecienta con la maquinaria
peligrosa, la expansión de la minería, de las fábricas químicas, etc.:
mutilados, enfermos crónicos, viudas, etc. El pauperismo constituye el hospicio
de inválidos del ejército obrero activo y el peso muerto del ejército
industrial de reserva. Su producción está comprendida en la producción de
la pluspoblación jjj, su necesidad en la necesidad de ésta,
conformando con la misma una condición de existencia de la producción
capitalista y del desarrollo de la riqueza. Figura entre los faux frais [gastos
varios] de la producción capitalista, gastos que en su mayor parte, no
obstante, el capital se las ingenia para sacárselos de encima y echarlos sobre
los hombros de la clase obrera y de la pequeña clase media.
Cuanto
mayores sean la riqueza social, el capital en funciones, el volumen y vigor de su
crecimiento y por tanto, también, la magnitud absoluta de la población
obrera kkk y la fuerza productiva de su trabajo,
tanto mayor será la pluspoblación relativa o ejército industrial de
reserva lll. La fuerza de trabajo disponible se
desarrolla por las mismas causas que la fuerza expansiva del capital. La
magnitud proporcional del ejército industrial de reserva, pues, se acrecienta a
la par de las potencias de la riqueza. Pero cuanto mayor sea este ejército de
reserva en proporción al ejército obrero activo, tanto mayor será la masa de la
pluspoblación consolidada o las capas obreras mmm cuya
miseria está en razón inversa a la tortura de su trabajo. Cuanto mayores sean,
finalmente, las capas de la clase obrera formadas por menesterosos enfermizos y
el ejército industrial de reserva, tanto mayor será el pauperismo
oficial. Esta es la ley general, absoluta, de la acumulación
capitalista. En su aplicación, al igual que todas las demás leyes, se ve
modificada por múltiples circunstancias, cuyo análisis no corresponde efectuar
aquí.
Se comprende
así cuán insensata es la sabiduría económica que predica a los obreros la
necesidad de adecuar su número a las necesidades de valorización del
capital. El mecanismo de la producción y acumulación capitalistas adecua
constantemente ese número a estas necesidades de valorización. La primera
palabra de tal adaptación es la creación de una sobrepoblación relativa o
ejército industrial de reserva; la última palabra, la miseria de capas
cada vez más amplias del ejército obrero activo y el peso muerto del
pauperismo.
La ley según
la cual el desarrollo de la fuerza productiva social del trabajo reduce
progresivamente, en proporción a la eficacia y la masa de sus medios de
producción, la masa de fuerza de trabajo que es necesario gastar nnn,
se expresa en el terreno capitalista donde no es el trabajador
el que emplea los medios de trabajo, sino éstos al trabajador de la siguiente
manera: cuanto mayor sea la fuerza productiva del trabajo, tanto mayor
será la presión de los obreros sobre sus medios de ocupación, y tanto más
precaria, por tanto, la condición de existencia del asalariado: venta
de su fuerza de trabajo ooo para aumentar la riqueza
ajena o para la autovalorización del capital. El incremento de los
medios de producción y de la productividad del trabajo a mayor velocidad que el
de la población productiva se expresa, capitalistamente, en su contrario: en
que la población obrera crece siempre más rápidamente que la necesidad de
valorización del capital.
En la sección cuarta, cuando analizábamos la producción
del plusvalor relativo, veíamos que dentro del sistema
capitalista todos los métodos para acrecentar la fuerza productiva
social del trabajo se aplican a expensas del obrero individual; todos los
métodos para desarrollar la producción se trastruecan en medios de dominación y
explotación del productor, mutilan al obrero convirtiéndolo en un hombre
fraccionado, lo degradan a la condición de apéndice de la máquina, mediante la
tortura del trabajo ppp aniquilan el contenido de éste, le
enajenan al obrero las potencias espirituales del proceso laboral en la misma
medida en que a dicho proceso se incorpora la ciencia como potencia autónoma,
vuelven constantemente anormales qqq las condiciones bajo
las cuales trabaja, lo someten durante el proceso de trabajo al más
mezquino y odioso de los despotismos, transforman el tiempo de su vida en
tiempo de trabajo, arrojan su mujer y su prole bajo la rueda de Zhaganat [31] del capital. Pero todos los
métodos para la producción del plusvalor son a la vez métodos de la
acumulación, y toda expansión de ésta se convierte, a su vez, en medio para el
desarrollo de aquellos métodos. De esto se sigue que a medida que se acumula el
capital, empeora rrr la situación del obrero, sea
cual fuere sss su remuneración. La ley,
finalmente, que mantiene un equilibrio constante entre la
sobrepoblación relativa o ejército industrial de reserva y el volumen e
intensidad de la acumulación, encadena el obrero al capital con grillos más
firmes que las cuñas con que Hefesto aseguró a Prometeo en la roca. Esta ley
produce una acumulación de miseria proporcionada a la acumulación
de capital. La acumulación de riqueza en un polo es al propio tiempo, pues,
acumulación de miseria, tormentos de trabajo, esclavitud, ignorancia,
embrutecimiento y degradación moral en el polo opuesto, esto es, donde se halla
la clase que produce su propio producto como capital.
Los
economistas han expuesto de maneras diversas ese carácter antagónico de
la acumulación capitalista [32], aunque lo confundan con fenómenos en
parte análogos, sin duda, pero esencialmente diferentes, que se dan en modos de
producción precapitalistas.
El monje
veneciano Ortes, uno de los grandes escritores económicos del siglo XVIII,
concibe el antagonismo de la producción capitalista como ley
natural y universal de la riqueza social: "El bien económico y el mal
económico se equilibran siempre en una nación (el bene ed il male
economico in una nazione [sono] sempre all' istessa misura); la abundancia de
bienes para algunos iguala siempre a la falta de los mismos para otros (la
copia dei beni in alcuni sempre eguale alla mancanza di essi in altri). [...]
La gran riqueza de algunos está siempre acompañada de la privación absoluta de
lo necesario en otros muchos [...]" [33]. La riqueza de una nación
corresponde a su población, y su miseria corresponde a su riqueza. La
laboriosidad de algunos exige el ocio de otros. Los pobres y los ociosos son un
fruto necesario de los ricos y los activos ttt 34,
etc. Unos diez años después de Ortes, el cura Townsend, de la
Alta Iglesia protestante [35], glorificó con toda insolencia la
pobreza como condición necesaria de la riqueza. "La coerción legal
de trabajar se ve acompañada de muchos trastornos, violencias y fragor
[...], mientras que el hambre no sólo constituye una presión
pacífica, silenciosa e incesante, sino que además, en su calidad de motivo más
natural de la industria y del trabajo, provoca los esfuerzos más
intensos." Lo esencial, entonces, es hacer permanente el hambre entre la
clase obrera, y para ello vela, según Townsend, el principio de la población,
particularmente activo entre los pobres. "Parece ser una ley
natural que los pobres, hasta cierto punto, sean impróvidos
(improvident)" (tan impróvidos, en efecto, que llegan al mundo sin una
cuchara de oro en la boca), "de manera que siempre haya algunos (that
there always may be some) que desempeñen los oficios más serviles, sórdidos e
innobles en la comunidad. De esta suerte se aumenta el fondo de felicidad
humana (the fund of human happiness), los seres más delicados (the more
delicate) se ven libres de trabajos enfadosos [...] y pueden cultivar sin
molestias vocaciones superiores... La ley de pobres tiende a destruir la
armonía y la belleza, la simetría y el orden de ese sistema establecido en
el mundo por Dios y la naturaleza" [36] uuu 37.
"El progreso de la riqueza social", dice Storch,
"engendra esa clase útil de la sociedad... que ejerce las
ocupaciones más fastidiosas, viles y repugnantes, que echa sobre sus hombros,
en una palabra, todo lo que la vida tiene de desagradable y de
esclavizante, proporcionando así a las otras clases el tiempo
libre, la serenidad de espíritu y la dignidad convencional"
(c'est bon!. [[exclamdown]bravo!]) "del carácter, etc." [38] Storch se pregunta cuál es,
entonces, la ventaja que esta civilización capitalista, con su miseria y su
degradación de las masas, presenta con respecto a la barbarie. Encuentra una
sola respuesta: [exclamdown] la seguridad! "Gracias al progreso de
la industria y de la ciencia", afirma Sismondi "todo obrero puede
producir cada día mucho más de lo que requiere para su consumo. Pero al mismo
tiempo, aunque su trabajo produzca la riqueza, ésta lo haría muy poco apto para
trabajar si él mismo estuviera destinado a consumirla" vvv 39www En
la 3ª y 4ª ediciones: "pp. 79, 80, 85".. "Las naciones
pobres", dice Destutt de Tracy xxx, "son aquellas
donde el pueblo se encuentra a sus anchas, y las naciones ricas aquellas donde
por regla general es Pobre" [40].
5. Ilustración de la ley general de la acumulación capitalista
a)
Inglaterra de 1846 a 1866
Ningún
período de la sociedad moderna es tan propicio para el estudio de la
acumulación capitalista como el que abarca los veinte últimos años. Es como si
aquélla hubiera topado con el bolso de Fortunato [41]. Pero de todos los países es
nuevamente Inglaterra la que brinda el ejemplo clásico: porque ocupa el primer
puesto en el mercado mundial, porque sólo aquí el modo capitalista de
producción se ha desarrollado de manera plena y, finalmente, porque la
introducción del reino milenario del librecambio, a partir de 1846, despojó a
la economía vulgar de su último refugio. Ya en el capítulo IV yyy nos
referimos suficientemente al progreso colosal de la producción, que en la
segunda mitad de este período bidecenal supera con holgura al logrado en la
primera.
Aunque el
crecimiento absoluto de la población inglesa fue, en el último medio siglo, muy
considerable, el crecimiento proporcional o la tasa de incremento
disminuyó de manera constante, como lo muestra la tabla siguiente, tomada
del censo oficial:
Incremento
porcentual anual de la población de Inglaterra y Gales en números decimales
1811-1821 1,533 %
1821-1831 1,446 %
1831-1841 1,326 %
1841-1851 1,216 %
1851-1861 1,141 %
Examinemos
ahora, en cambio, el crecimiento de la riqueza. El punto de
referencia más seguro nos lo ofrece aquí el movimiento de las ganancias, rentas
de la tierra, etcétera, sujetas al impuesto a los ingresos. Entre 1853 y 1864,
el incremento de las ganancias gravables (sin incluir a los
arrendatarios y otros rubros) fue en Gran Bretaña de un 50,47 % (lo que
equivale a una media anual de 4,58 %) [42]; el de la población, durante
el mismo período, ascendió aproximadamente a un 12 %. El aumento en las
rentas gravables de la tierra (sin exceptuar casas, ferrocarriles, minas,
pesquerías, etc.) fue, entre 1853 y 1864, de 38 %, o sea del 3 5/12 % anual.
Ese aumento se debió, en su parte mayor, a los siguientes rubros.
Excedente
del ingreso anual de Incremento 1864, respecto al Anual de 1855
De casas 38,60 %
3,50 %
Canteras 84,76 % 7,70 %
Minas 68,85 % 6,26 %
Fundiciones
siderúrgicas 39,92 % 3,63 %
Pesquerías 57,37 % 5,21 %
Fábricas de
gas 126,02 % 11,45 %
Si los años
del período de 1853 a 1864 se comparan de cuatro en cuatro, el grado de
aumento de los ingresos se incrementa de manera constante. En el caso
de los ingresos derivados de ganancias, por ejemplo, es del 1,73 %
anual de 1853 a 1857; del 2,74 % anual de 1857 a 1861 y del 9,30 % anual en
1861-1864. En el Reino Unido, la suma total de los ingresos sujetos al impuesto
respectivo ascendió en 1856 a [sterling] 307.068.898; en 1859, [sterling]
328.127.416; en 1862 a [sterling] 351.745.241, en 1863 a [sterling]
359.142.897; en 1864 a [sterling] 362.462.279, alcanzando en 1865 la suma de
[sterling] 385.530.020 [44].
La acumulación
de capital estuvo acompañada, al mismo tiempo, por su
concentración zzz. Aunque no existía ninguna estadística
agrícola oficial para Inglaterra (sí para Irlanda), diez condados la
suministraron voluntariamente. Se obtuvo el resultado de que de 1851 a 1861 los
predios arrendados de menos de 100 acres aaaa disminuyeron
de 31.583 a 26.567, o sea que 5.016 quedaron englobados en otros mayores [45]. De 1815 a 1825 el impuesto de
herencias no afectó a ningún patrimonio mobiliario de más de un millón
de libras esterlinas, de 1825 a 1855, en cambio, a 8; de 1855 bbbb a
junio de 1859, esto es, en cuatro años y medio, a 4 [46]. Sin embargo, el avance de la
concentración cccc se apreciará de la mejor manera
analizando brevemente el impuesto a los ingresos en el rubro D (ganancias,
excluyendo arrendatarios, etc.) correspondiente a los años 1864 y 1865. Hago
notar, previamente, que los ingresos de esta procedencia pagan el income
tax [impuesto a las utilidades] a partir de las [sterling] 60. En
Inglaterra, Gales y Escocia estos ingresos gravables ascendieron en 1864 a
[sterling] 95.844.222 y en 1865 a [sterling] 105.435.787 dddd 47,
el número de los contribuyentes fue en 1864 de 308.416 personas sobre una
población total de 23.891.009, y en 1865 de 332.431 personas sobre una
población total de 24.127.003. El cuadro siguiente ilustra sobre la
distribución de esos ingresos en los dos años mencionados:
Año que
concluye el Año que concluye el 5 de abril de 1864 5 de abril de 1865 (a)
Ingresos
por Ingresos por ganancias
Personas ganancias Personas
Ingresos
totales [sterling] 95.844.222 308.416 [sterling] 105.435.787 332.431
De los
cuales 57.028.290 22.334 64.554.297 24.075
De los
cuales 36.415.225 3.619 42.535.576 4.021
De los
cuales 22.809.781 822 27.555.313 973
De los
cuales 8.744.762 91 11.077.238 107
a Datos del cuadro corregidos según la
4ª edición.
En 1855, en el Reino Unido se produjeron
61.453.079 toneladas de carbón por un valor de [sterling]
16.113.267; en 1864, 92.787.973 por
un valor de [sterling] 23.197.968. En 1855, 3.218.154 toneladas de arrabio por
un valor de [sterling] 8.045.385; en 1864, 4.767.951 toneladas por un valor de
[sterling] 11.919.877. La extensión de las vías férreas explotadas en el Reino
Unido ascendía en 1854 a 8.054 millas eeee, con una inversión
de capital de [sterling] 286.068.794; en 1864 la extensión en millas era de
12.789 ffff y la inversión de capital de [sterling]
425.719.613. La exportación e importación total del Reino Unido ascendía en
1854 a [sterling] 268.210.145, y en 1865 a [sterling] 489.923.285. La
tabla siguiente muestra el movimiento de la exportación:
1846 gggg [sterling]
58.842.377
1849
63.596.052
1856
115.826.948
1860
135.842.817
1865
165.862.402
1866
190.000.000 aproximadamente hhhh 48.
Estos datos
escasos permiten comprender el grito triunfal del director del Registro Civil
británico: "Por rápido que haya sido el crecimiento de la población, no
se ha mantenido a Ia par del progreso experimentado por Ia industria y Ia
riqueza" [49]. Volvámonos ahora a los agentes
directos de esta industria, a los productores de esta riqueza: la clase
obrera. "Uno de los rasgos más sombríos que presenta la situación
social del país", dice Gladstone, "es que mientras se registra una
mengua en la capacidad popular de consumo y un aumento en las privaciones y la
miseria de la clase trabajadora, al mismo tiempo se verifica una acumulación
constante de riqueza en las clases superiores y un constante incremento de
capital" [50] jjjj En la 4ª
edición el texto de esta cita, al que sigue la referencia "
"Times", 14 de febr. de 1843. "Hansard",
13 de febr.", es el siguiente: "It is one of the most melancholy
features in the social state of this country that we see, beyond the possibility
of denial, that while there is at this moment a decrease in the consuming
powers of the people, an increase of the pressure of privations and distress;
there is at the same time a constant accumulation of wealth in the upper
classes, an increase in the luxuriousness of their habits, and of their means
of enjoyment". [Uno
de los rasgos más sombríos que distinguimos, sin que sea posible negarlo, en la
situación social de este país, es que mientras en este momento se registra una
mengua en la capacidad popular de consumo, un aumento en la carga de
privaciones y miserias, se opera al mismo tiempo una acumulación constante de
riqueza en las clases altas, un aumento en el fausto de sus hábitos y de sus
medios de disfrute.]. Así hablaba este untuoso ministro, en la Cámara de
los Comunes, el 14 kkkk de febrero de 1843. El 16 de abril
de 1863, veinte años después, en el discurso en que presentaba su presupuesto,
sostuvo: "De 1842 a 1852, el ingreso tributable de este país aumentó en un
6 % ... En los 8 años que van de 1853 a 1861 se acrecentó, si partimos de la
base de 1853, en un 20 %. El hecho es tan asombroso que resulta casi
increíble... Ese embriagador aumento de riqueza y de poder... se
restringe enteramente a las clases poseedoras, pero...
pero necesariamente tiene que ser beneficioso, de manera
indirecta, para la población obrera, ya que abarata los
artículos de consumo general; mientras los ricos se vuelven más ricos, los
pobres, en todo caso, se han vuelto menos pobres. Que se hayan
modificado llll los extremos de la pobreza, es
algo que no me atrevo a afirmar" [51] mmmm En la 4ª
edición se agrega: ""Morning Star", 17 de abril"..
[exclamdown]Qué flojo anticlímax! Si la clase obrera sigue siendo
"pobre", sólo que "menos pobre" en la proporción en que
produce un "embriagador aumento de riqueza y de poder" para la clase
propietaria, ello significa que en términos relativos es tan pobre como antes.
Si los extremos de la pobreza no se han reducido,
han aumentado, ya que lo han hecho los extremos de la riqueza. En lo tocante al
abaratamiento de los medios de subsistencia, la estadística oficial por ejemplo
los datos del "London Orphan Asylum" [Orfanato de Londres] revela que
en los tres años que van de 1860 a 1862 se produjo un encarecimiento medio del
20 % en comparación con los años 1851-1853. En el trienio siguiente,
1863-1865, se registró un encarecimiento progresivo de la carne, la manteca, la
leche, el azúcar, la sal, el carbón y multitud de otros medios de subsistencia
imprescindibles [52]. El siguiente discurso gladstoniano
del presupuesto, pronunciado el 7 de abril de 1864, es un ditirambo pindárico
sobre los avances del lucro y de la felicidad popular, moderada por la
"pobreza". Gladstone habla de masas que están "al borde del
pauperismo", de ramos industriales "en los que no ha
aumentado el salario", y resume, finalmente, la felicidad de la clase
obrera en las siguientes palabras. "En nueve casos de cada diez, la vida
humana es meramente una lucha por la existencia" [53] oooo Debió decir:
"de Boileau". 54. El profesor Fawcett, exento de las
consideraciones oficiales que ligan a Gladstone, declara rotundamente: "No
niego, por supuesto, que los salarios hayan aumentado" (en los
últimos decenios) "con ese incremento del capital, pero esa ventaja
aparente se pierde en gran medida, ya que muchos artículos de primera necesidad
se encarecen de manera constante" (este autor cree que por la baja de
valor de los metales preciosos). "... Los ricos se vuelven rápidamente más
ricos (the rich grow rapidly richer), mientras que no se percibe ningún ascenso
en el confort de las clases trabajadoras... Los obreros se convierten casi en
esclavos de los comerciantes minoristas a los que deben" [55].
En las
secciones sobre la "Jornada laboral" y la "Maquinaria" el lector se impuso de las
condiciones bajo las cuales la clase obrera británica, durante los últimos
decenios, ha producido el "embriagador aumento de riqueza y de poder"
para las clases propietarias. No obstante, entonces nos ocupábamos
preferentemente del obrero dentro del proceso de producción mismo. Para
comprender de manera cabal la ley de la acumulación capitalista es necesario
detenernos un momento en la situación del obrero fuera de ese proceso, en sus
condiciones de alimentación y vivienda. Los límites de este libro me obligan a
ocuparme fundamentalmente del sector peor remunerado de los obreros
industriales y agrícolas, que en conjunto constituyen la mayor parte de la
clase obrera [56] pppp Nota suprimida
en la 3ª y 4ª ediciones. qqqq.
Pero
previamente, digamos unas pocas palabras acerca del pauperismo oficial,
o sea de la parte de la clase obrera que ha perdido su condición de existencia
la venta de la fuerza de trabajo y vegeta gracias a los socorros públicos. El
censo oficial de indigentes registraba en Inglaterra [57]rrrr Nota 107 en la 3ª y 4ª
ediciones. En 1855, 851.369
personas; en 1856, 877.767; en 1865, 971.433. A causa de la escasez de
algodón, alcanzó en los años de 1863 y 1864 los guarismos de 1.079.382 y
1.014.978. La crisis de 1866, que
afectó con mayor rudeza a Londres, hizo que en esa sede del mercado mundial más
populosa que el reino de Escocia el
incremento en el número de indigentes fuera en 1866 del 19,5 % en
comparación con 1865, y del 24,4 %
con respecto a 1864, registrándose en los primeros meses de 1867 un aumento aun
mayor en comparación con 1866. Al analizar la estadística de indigentes, cabe
poner dos puntos de relieve. Por una parte, el movimiento descendente y
ascendente de la masa de indigentes refleja las alternativas periódicas del
ciclo industrial. Por otra parte, a medida que con la acumulación del capital
se desarrollan la lucha de clases y, por consiguiente, la
conciencia de sí mismos entre los obreros, las estadísticas oficiales se
convierten en un índice cada vez más engañoso acerca del volumen real del
pauperismo. Por ejemplo, la barbarie en el trato que se da a los pobres en
torno a la cual la prensa inglesa ("Times", "Pall Mall
Gazette", etc.) ha clamado tan ruidosamente durante los dos
últimos años es de vieja data. Friedrich Engels comprobó en 1844 exactamente
las mismas atrocidades y exactamente las mismas vociferaciones pasajeras ssss,
propias de la "literatura sensacionalista" [58]. Pero el terrible incremento de las
muertes por inanición ("deaths by starvation") en Londres durante el
último decenio, demuestra irrefutablemente el horror creciente que experimentan
los obreros por la esclavitud del workhouse [hospicio] tttt 59,
ese correccional de la miseria.
b) Las
capas mal remuneradas de la clase obrera industrial de Gran Bretaña
Consideremos
ahora la situación de las capas mal remuneradas de la clase obrera industrial.
Durante la escasez algodonera, en 1862,
se encomendó al doctor Smith, del "Privy Council" [60], que efectuara una investigación
acerca de las condiciones alimentarias que prevalecían entre los macilentos
obreros algodoneros de Lancashire y Cheshire. Observaciones llevadas a cabo
durante largos años lo habían llevado a la conclusión de que, "para evitar
las enfermedades causadas por el hambre (starvation diseases)",
el alimento diario de una mujer media debía contener por lo menos 3.900
granos uuuu de carbono y 180 granos vvvv de
nitrógeno, y el de un hombre medio, por lo menos 4.300 granos wwww de
carbono y 200 xxxx de nitrógeno. En el caso de las
mujeres, el alimento diario debía encerrar aproximadamente tantas sustancias
nutritivas como dos libras yyyy de buen pan de trigo; en
el de los hombres, 1/9 más. El alimento medio semanal de los adultos de uno u
otro sexo debía contener cuando menos 28.600 granos zzzz de
carbono y 1.330 aaaaa de nitrógeno. Sus cálculos se vieron
confirmados en la práctica, de manera asombrosa, ya que coincidían con la exigua
cantidad de alimento a que su calamitosa situación había reducido el consumo de
los obreros algodoneros. En diciembre de 1862 los mismos ingerían 29.211
granos bbbbb de carbono y 1.295 ccccc de
nitrógeno por semana.
En 1863, el
"Privy Council" dispuso que se efectuara una investigación sobre el
estado de miseria en que se encontraba el sector peor alimentado de
la clase obrera inglesa. El doctor Simon, funcionario médico del "Privy
Council", escogió para esa tarea al ya citado doctor Smith. Su investigación
se extiende por un lado a los obreros agrícolas; por otro a los tejedores de
seda, costureras, guanteros en cuero, calceteros, tejedores de guantes y
zapateros. Las últimas categorías, si exceptuamos a los calceteros, son
exclusivamente urbanas. Como norma de la investigación, se estableció la de
elegir en cada categoría las familias más sanas y que se encontraran en
condiciones relativamente mejores.
El resultado
general fue que "sólo en una de las clases de obreros
urbanos investigadas la ingestión de nitrógeno excedía levemente de la medida
mínima absoluta por debajo de la cual se originan enfermedades debidas
al hambre; que en dos clases había una deficiencia (y en una
de ellas una deficiencia muy considerable) tanto de alimentación
nitrogenada como de la consistente en carbono; que de las familias campesinas
investigadas más de un quinto ingería menos de la cantidad indispensable de
alimentos que contiencn carbono, más de un tercio menos de la cantidad
indispensable de alimentos nitrogenados y que en tres condados (Berkshire,
Oxfordshire y Somersetshire) prcvalecía, término medio, una deficiencia con
respecto al mínimo de la alimentación nitrogenada" [61]. Entre los obreros agrícolas eran
los de Inglaterra la región más rica del Reino Unido, los peor
alimentados" [62]. Entre los obreros rurales la
desnutrición era más aguda en el caso de las mujeres y niños, porque "el
hombre tiene que comer para poder efectuar su trabajo". Deficiencias aún
peores castigaban a las categorías de obreros urbanos investigadas. "Están
tan desnutridos que tienen que darse muchos casos de atroz privación"
([exclamdown]"renunciamiento" del capitalista es todo esto!,
[exclamdown]renunciamiento a pagar los medios de subsistencia
indispensables para que su mano de obra se reduzca meramente a vegetar!),
"nociva para la salud" [63].
El cuadro
siguiente muestra la relación entre la situación alimentaria de las categorías
obreras puramente urbanas mencionadas más arriba y la medida mínima
supuesta por el doctor Smith, por una parte, y por otra con la alimentación de
los obreros algodoneros durante la época de su miseria más extrema:
Media
semanal Media semanal
Ambos
sexos de carbono de nitrógeno
Granos
Granos
Cinco ramos
industriales urbanos 28.876 1.192
Obreros
fabriles desocupados de Lancashire
29.211 1.295
Cantidad
mínima propuesta para los obreros de Lancashire (a cantidad igual de hombres y
mujeres) 28.600 1.330 [64]
Aproximadamente
la mitad, 60/125 de las categorías de obreros industriales investigadas, no
consumía absolutamente nada de cerveza; el 28 % jamás probaba la leche.
La media semanal de los alimentos líquidos, en las familias,
variaba de 7 onzas ddddd entre las costureras hasta 24 3/4
onzas eeeee entre los calceteros. La mayor parte de los
trabajadores que nunca consumían leche la integraban las costureras de Londres.
La cantidad de pan o alimentos similares consumida semanalmente oscilaba entre
7 3/4 libras fffff caso de las costureras y 11 1/4
libras ggggg caso de los zapateros, siendo la media global
de 9,9 libras hhhhh semanal para los adultos. El consumo
de azúcar (melaza, etc.) variaba de 4 onzas iiiii semanales
guanteros en cuero a 11 onzas jjjjj calceteros ; la media
semanal total para todas las categorías era de 8 onzas kkkkk para
los adultos. Media semanal de manteca (grasa, etc.): 5 onzas lllll por
adulto. La media semanal de carne (tocino, etc. ) por adulto oscilaba entre 7
1/4 onzas mmmmm tejedores de seda y 18 1/4 onzas nnnnn guanteros
en cuero , media global para las diversas categorías, 13,6 onzas ooooo.
El costo semanal de la alimentación por adulto arrojaba los
siguientes guarismos medios generales: tejedores de seda, 2
chelines y 2 1/2 peniques; costureras, 2 chelines y 7
peniques; guanteros en cuero, 2 chelines y 9 1/2 peniques; zapateros,
2 chelines y 7 3/4 peniques; calceteros, 2 chelines y 6 1/4
peniques. En el caso de los tejedores de seda de Macclesfield, la media semanal
era de apenas 1 chelín y 8 1/2 peniques. Las categorías peor alimentadas eran
las costureras, los tejedores de seda y los guanteros en cuero [65].
En su
informe general sobre la salud, dice el doctor Simon con respecto a la
situación alimentaria: "Todo el que esté familiarizado con la asistencia
médica a los indigentes o a los pacientes de hospitales, ya se trate de
internados o de personas que viven fuera del establecimiento, confirmará que
son incontables los casos en que las carencias alimentarias provocan o agravan
enfermedades... Sin embargo, desde el punto de visto sanitario se agrega aquí
otra circunstancia extremadamente decisiva... Se recordará que la privación de
alimentos sólo se tolera con la mayor renuencia, y que por regla general una
gran exigüidad de la dieta sólo se presenta si otras privaciones la han
precedido. Mucho antes de que la insuficiencia alimentaria gravite en el plano
sanitario, mucho antes de que el fisiólogo piense en contar los granos de
nitrógeno y carbono entre los que oscilan la vida o la muerte por inanición, la
casa se habrá visto privada de toda comodidad material. La vestimenta y el
combustible escasearán aún más que la comida. Ningún amparo suficiente contra
las inclemencias del tiempo; reducción del espacio habitable a un grado en que
el hacinamiento produce o agrava las enfermedades; rastros apenas de enseres
domésticos y de muebles; la limpieza misma se habrá vuelto demasiado cara o
engorrosa, y si por un sentimiento de dignidad personal se hacen intentos
de mantenerla, cada una de esas tentativas representará nuevos suplicios de
hambre. El hogar se instalará donde el techo sea más barato: en barrios donde
la inspección sanitaria recoge los frutos más mezquinos, donde el alcantarillado
es más deplorable, menor la circulación, mayor la cantidad de inmundicia
colectiva, más mísero o de peor calidad el suministro de agua; en ciudades
donde escasean al máximo la luz y el aire. Son estos los peligros, desde el
punto de vista sanitario, a los que inevitablemente está expuesta la pobreza
cuando la misma supone falta de alimentos. Y si la suma de estos males
constituye un peligro de terrible magnitud para la vida, la mera carencia de
alimentos es de por sí algo espantoso... Son, las precedentes, penosas
reflexiones, especialmente cuando se recuerda que la pobreza que las motiva no
es la merecida pobreza de la desidia. Es la pobreza de trabajadores. En lo
referente a los obreros urbanos, no cabe duda de que en la mayor parte de los casos
el trabajo con que compran el escaso bocado de alimento se prolonga por encima
de toda medida. Y sin embargo, sólo en un sentido muy condicional puede decirse
que ese trabajo sirva para mantener a quien lo ejecuta... Y en una escala muy
amplia, ese mantenimiento nominal de sí mismo sólo puede ser el rodeo, más o
menos largo, que lleva a la indigencia" [66].
El nexo
interno entre los tormentos del hambre padecidos por las capas obreras más
laboriosas y la acumulación capitalista, acompañada por el consumo excesivo
grosero o refinado de los ricos, sólo es advertido por el conocedor de las
leyes económicas ppppp. No ocurre lo mismo con las condiciones
habitacionales. Todo observador imparcial puede apreciar que cuanto más
masiva es la concentración qqqqq de los medios de
producción, tanto mayor es la consiguiente aglomeración de obreros en
el mismo espacio; que, por tanto, cuanto más rápida es la
acumulación capitalista, tanto más miserables son para los obreros las
condiciones habitacionales. Es evidente que las "mejoras"
(improvements) urbanísticas que acompañan al progreso de la riqueza y que se
llevan a la práctica mediante la demolición de barrios mal edificados, la construcción
de palacios para bancos, grandes tiendas, etc., el ensanchamiento de avenidas
destinadas al tráfico comercial y a las carrozas de lujo, la introducción de
ferrocarriles urbanos rrrrr, etc., arrojan a los pobres a
tugurios cada vez peores y más atestados. Por otra parte, como sabe todo el
mundo, la carestía de las viviendas está en razón inversa a su calidad y las
minas de la miseria son explotadas por los especuladores sssss con
más ganancia y costos menores que nunca lo fueran las de Potosí. El carácter
antagónico de la acumulación capitalista, y por ende de las relaciones
capitalistas de propiedad en general [67] 68, se vuelve aquí
tan tangible que hasta en los informes oficiales ingleses sobre el particular
menudean las heterodoxas invectivas contra la "propiedad y sus
derechos". Con el desarrollo de la industria, con la acumulación del
capital, con el crecimiento y el "embellecimiento" de las ciudades,
el mal ha cundido tanto que el mero temor a las enfermedades infecciosas el
contagio no perdona a las "personas respetables" provocó entre 1847 y
1864 la promulgación de no menos de 10 leyes de política sanitaria por el
parlamento, y la aterrorizada burguesía de algunas ciudades como Liverpool,
Glasgow, etc., tomó cartas en el asunto a través de sus municipalidades. No
obstante, el doctor Simon exclama en su informe de 1865: "Hablando en
términos generales, los males no han sido controlados en Inglaterra". Por
orden del "Privy Council", en 1864 se emprendió una investigación
sobre las condiciones habitacionales de los obreros agrícolas; en 1865
sobre las clases más pobres de las ciudades. En el séptimo (1865)
y en el octavo (1866) ttttt informes
sobre "Public Health" se encuentran los magistrales trabajos del
doctor Julian Hunter. De los trabajadores rurales hemos de ocuparnos más
adelante. En lo concerniente a las condiciones habitacionales urbanas,
anticiparé una observación general del doctor Simon: "Aunque mi punto de
vista oficial", dice, "sea exclusivamente médico, los sentimientos
humanitarios más comunes impiden que ignoremos el otro lado de este mal. [...]
En su grado más alto, ese hacinamiento determina casi necesariamente tal
negación de toda delicadeza, una confusión tan asqueante de cuerpos y funciones
corporales, tal exposición de desnudez [...] sexual, que más que humano es
bestial. Estar sujeto a estas influencias significa una degradación que
necesariamente se vuelve más profunda cuanto más continúa su obra. Para los
niños nacidos bajo esta maldición, constituye [...] un bautismo en la
infamia (baptism into infamy). Y carece absolutamente de toda
base la esperanza de que personas colocadas en esas circunstancias se esfuercen
por acceder a esa atmósfera de civilización que tiene su esencia en la pureza
física y moral" [69].
El primer
puesto en cuanto a viviendas atestadas, o incluso absolutamente inadecuadas
como morada humana, lo ocupa Londres. "Dos cosas", dice el doctor
Hunter, "son indudables: la primera, que en Londres existen
aproximadamente 20 grandes nucleamientos, compuestos cada uno de unas 10.000
personas, cuya miserable condición resultado, casi por entero, de sus malos
alojamientos supera todo lo que se haya visto nunca en cualquier otra parte de
Inglaterra; la segunda, que el hacinamiento y el estado ruinoso de las casas
que componen esos nucleamientos son mucho peores que veinte años atrás" [70]. "No se exagera cuando se
afirma que la vida, en muchas partes de Londres y Newcastle, es infernal" [71].
Incluso el
sector más desahogado de la clase obrera londinense, junto a los
pequeños tenderos y otros elementos de la pequeña clase media, cae
cada vez más bajo la maldición de esas indignas condiciones habitacionales, a
medida que se propagan las "mejoras" y, con ellas, el arrasamiento de
calles y casas antiguas; a medida que se amplían las fábricas y se acrecienta
el aflujo humano a la metrópoli y, finalmente, a medida que aumentan los
alquileres al subir la renta urbana de la tierra. "Los alquileres se han
vuelto tan exorbitantes que pocos obreros pueden pagar más de una
pieza" [72]. Casi no hay en Londres una propiedad
de casa que no esté recargada por un sinnúmero de "middlemen"
[intermediarios]. El precio del suelo en Londres es siempre altísimo en
comparación con los ingresos anuales que devenga, puesto que todo comprador
especula con la posibilidad de desembarazarse tarde o temprano de la propiedad
a un jury price (tasación efectuada por un jurado, en caso de
expropiación) o de obtener, por arte de birlibirloque, un aumento
extraordinario de valor gracias a la proximidad de alguna gran empresa. Una
consecuencia de ello es la existencia de un tráfico regular consistente en la
compra de contratos de alquiler próximos a su expiración. "De los gentlemen que
se dedican a este negocio puede esperarse que actúen como actúan: que extraigan
todo lo que puedan de los inquilinos y que dejen la casa en las peores
condiciones posibles a sus sucesores" [73]. Los alquileres son semanales, y
estos caballeros no corren ningún riesgo. A consecuencia de la construcción de
ferrocarriles dentro de la ciudad, "se vio hace poco, en el este de
Londres, cómo muchas familias desalojadas de sus antiguas viviendas vagaban un
sábado de noche, cargadas con sus escasas pertenencias terrenales y sin otro
paradero posible que el workhouse [hospicio]" [74]. Los workhouses están
ya atestados, y las "mejoras" aprobadas por el parlamento se hallan
apenas en principios de ejecución. Si se desahucia a los obreros por demolición
de sus viejas casas, éstos no abandonan su parroquia, o en el mejor de los
casos se establecen en sus límites, o en la más próxima. "Procuran,
naturalmente, residir lo más cerca posible de sus lugares de trabajo. El
resultado es que la familia, en vez de alquilar dos piezas, debe contentarse
con una. [...] Aunque el alquiler sea más caro, la vivienda será
peor que aquella, ya mala, de la cual se los desaloja. [...] La mitad de los
obreros [...] del Strand [...] ya tiene que viajar dos millas uuuuu para
llegar a su lugar de trabajo." Este Strand, cuya principal avenida deja en
los extranjeros una impresión imponente de la riqueza de Londres, puede servir
de ejemplo del hacinamiento humano londinense. En una parroquia del mismo el
funcionario de sanidad contó 581 personas por acre vvvvv, y eso
que en el área medida estaba incluida la mitad del Támesis. Se comprende de por
sí que toda medida sanitaria que desaloje de un barrio, como ha ocurrido hasta
el presente en Londres, a los obreros mediante la demolición de casas
inhabitables, sólo servirá para apeñuscarlos en otro, donde vivirán tanto más
hacinados. "O bien debe suspenderse necesariamente todo este procedimiento
por absurdo", dice el doctor Hunter, "o debe suscitarse la simpatía
(!) pública para cumplir lo que ahora podemos llamar, sin exageración, un
deber nacional: proporcionar techo a la gente que por falta de
capital no puede procurárselo, aunque pueda recompensar wwwww con
pagos periódicos a los caseros" [75]. [exclamdown]Admiremos la justicia
capitalista! El propietario de terrenos, el casero, el hombre de negocios,
cuando las "improvements" [mejoras] como los ferrocarriles, la
reconstrucción de calles, etc. obligan a expropiarlo, no sólo recibe una indemnización
íntegra; es necesario, además, que Dios y el derecho lo consuelen por su
forzado "renunciamiento" suministrándole una abultada ganancia.
Al obrero se lo pone en la calle con su mujer, su prole y sus enseres, y si
afluye demasiado masivamente a los barrios en que la municipalidad vela
por la decencia, [exclamdown] se lo persigue por medio de la policía
sanitaria!
Salvo
Londres, a principios del siglo XIX no había en Inglaterra una sola ciudad que
contara 100.000 habitantes. Sólo cinco pasaban de 50.000. Actualmente existen
28 ciudades con más de 50.000 pobladores. "El resultado de este cambio fue
no sólo un enorme incremento de la población urbana, sino convertir a las
pequeñas ciudades antiguas, densamente pobladas, en centros rodeados por todos
lados de edificación, sin libre acceso del aire por ninguna parte. Como ya no
les resultan agradables a los ricos, éstos las abandonan y se instalan en los
suburbios, más atractivos. Los sucesores de esos ricos alquilan las grandes
casas, a razón de una familia a menudo con subinquilinos por pieza.
De esta manera se hacina a una población en casas que no estaban destinadas
para ella y que son absolutamente inadecuadas para esa finalidad, en una
vecindad realmente degradante para los adultos y ruinosa para los
niños" [76]. Cuanto más rápidamente se acumula
el capital en una ciudad industrial o comercial, tanto más veloz es la
afluencia del material humano explotable, tanto más míseras las improvisadas
viviendas de los obreros. "Newcastle-upon-Tyne", como centro de un
distrito carbonífero y minero cuyo rendimiento es cada vez mayor, ocupa, después
de Londres, el segundo puesto en el infierno de la vivienda. No menos de
34.000 personas viven allí en viviendas de un solo cuarto. En virtud de que
constituían un peligro extremo para la comunidad, las autoridades recientemente
hicieron demoler una elevada cantidad de casas en Newcastle y Gateshead. La
construcción de nuevas casas progresa muy lentamente, pero los negocios van
viento en popa. De ahí que en 1865 la ciudad estuviera más abarrotada que
nunca. Apenas se encontraba una pieza ofrecida en alquiler. El doctor Embleton,
del hospital de Newcastle para la cura de fiebres, afirma: "Sin ninguna
duda, la causa de la continuación y difusión del tifus radica en el
hacinamiento de seres humanos y la suciedad de sus viviendas. Las casas en que
suelen vivir los obreros están situadas en pasadizos y patios estrechos. En lo
tocante a luz, aire, espacio y limpieza, esas casas son verdaderos modelos de
insuficiencia e insalubridad, una vergüenza para cualquier país
civilizado. Hombres, mujeres y niños yacen revueltos en ellas durante la noche.
En cuanto a los hombres, el turno de la noche sucede al del día en una
secuencia ininterrumpida, de tal manera que las camas casi no tienen tiempo de
enfriarse. Las casas están mal provistas de agua y peor aún de letrinas, son
inmundas, mal ventiladas, pestilentes" [77]. El alquiler semanal de esas covachas
oscila entre 8 peniques y 3 chelines. "Newcastle-upon-Tyne", dice el
doctor Hunter, "brinda el ejemplo de una de las más agraciadas estirpes de
nuestros compatriotas, sumida a menudo en una degradación casi salvaje por las
circunstancias exteriores de la vivienda y la calle" [78].
A causa del
flujo y reflujo del capital y el trabajo, las condiciones habitacionales de una
ciudad industrial pueden ser soportables hoy y abominables mañana. O bien,
puede suceder que los ediles de la ciudad reaccionen, finalmente, y procuren
eliminar los abusos más graves. Pero mañana migra una manga de langostas,
integrada por irlandeses harapientos o degradados obreros agrícolas ingleses.
Se los esconde en sótanos y desvanes, o se transforma la casa de obreros,
antaño respetable, en un alojamiento que cambia tan rápidamente de inquilinos
como los acuartelamientos durante la Guerra de los Treinta Años. Ejemplo: Bradford.
Aquí el filisteo municipal estaba abocado, precisamente, a la realización de
una reforma urbana. En 1861 había aún en aquel lugar, además, 1.751 casas
desocupadas. Pero sobreviene la época de los buenos negocios, cacareada
recientemente, y con tanto donaire, por el señor Forster, ese tierno liberal y
amigo de los negros. Con los buenos negocios, naturalmente, llega también la
inundación provocada por las olas del siempre agitado "ejército de
reserva" o "sobrepoblación relativa". En las repugnantes
viviendas subterráneas y piezas registradas en la lista (ver nota) [79] xxxxx En la 4ª
edición se agrega: "George Street, nº 49... 1 pieza 2 familias", que
el doctor Hunter obtuvo del agente de una compañía aseguradora, habitaban, por
lo general, obreros bien remunerados. Éstos declararon que gustosamente
alquilarían viviendas mejores, si las hubiera disponibles. Entretanto, uno tras
otro se degradaban y enfermaban, mientras que el melifluo liberal Forster, M.
P. [integrante de la Cámara de los Comunes], se enternecía hasta las lágrimas
con las bendiciones del librecambio y las ganancias obtenidas por los eminentes
varones de Bradford dedicados a la fabricación de worsted [estambre].
En el informe del 5 de setiemhre de 1865 el doctor Bell, uno
de los médicos de indigentes de Bradford, declaró que la terrible mortalidad
que se producía entre los enfermos de fiebre de su distrito se debía a las
condiciones habitacionales en que vivían: "En un sótano de 1.500 pies
cúbicos yyyyy [...] habitan 10 personas... La calle
Vincent, el Green Air Place y the Leys albergan 223 casas con 1.450 habitantes,
435 camas y 36 letrinas... Las camas y por tales entiendo todo montón de trapos
sucios o de virutas albergan una media de 3,3 personas; en no pocos casos ese
guarismo llega a 4 y a 6 personas. Muchos duermen sin cama, en el suelo
desnudo, con su vestimenta habitual; hombres jóvenes y mujeres, casados y
solteros, todos promiscuamente mezclados. ¿Es necesario agregar que estas
viviendas son en su mayor parte covachas hediondas y lóbregas, húmedas, sucias,
absolutamente inadecuadas para la habitación humana? Son estos los
focos de los que brotan la enfermedad y la muerte, las cuales también cobran
sus víctimas entre las personas acomodadas (of good
circumstances) que permitieron que estos bubones pestíferos supuraran entre
nosotros" [80].
Bristol ocupa el tercer puesto después
de Londres en cuanto a miseria de la situación habitacional. "Aquí, en una
de las ciudades más opulentas de Europa, la mayor de las abundancias [coexiste]
con la pobreza más descarnada (blank[est] poverty) y la miseria habitacional" [81].
c) La
población nómade
Nos
detendremos ahora en una capa de la población de origen rural, cuya ocupación
es en gran parte industrial. Este estrato constituye la infantería
ligera del capital, que según sus propias necesidades lo vuelca ora a este
punto, ora a aquel otro. Cuando no están marchando, estos individuos
"acampan". A los trabajadores nómades se los emplea en diversas
operaciones de la construcción y el drenaje, en la fabricación de ladrillos, la
quema de cal, el tendido de vías férreas, etc. Columna ambulante de la
pestilencia, estos obreros importan, a los lugares en cuyas cercanías se
instalan, la viruela, el tifus, el cólera, la escarlatina, etc [82]. En empresas donde la inversión de capital es
considerable como los ferrocarriles, etc. es el empresario mismo quien se encarga,
en la mayor parte de los casos, de proveer a su ejército de chozas de madera o
materiales semejantes. Se forman así aldeas improvisadas, carentes de toda
instalación sanitaria, al margen del control de las autoridades locales y muy
lucrativas para el caballero contratista, que explota doblemente a los obreros:
como soldados industriales y como inquilinos. Según la cantidad
de cuchitriles que contenga una de esas chozas uno, dos o tres, el inquilino
terraplenadores, etc. tendrá que pagar 1 zzzzz, 3, 4 chelines
semanales" [83]. Baste un ejemplo. En setiembre
de 1864, informa el doctor Simon, el presidente del "Nuisance Removal
Committee" [Comité para la Supresión de las Plagas] de la parroquia de
Sevenoaks dirigió la siguiente denuncia al ministro del interior, sir George
Grey: "La viruela era completamente desconocida en esta parroquia hace 12
meses. Poco antes de esa fecha se iniciaron los trabajos para construir un ferrocarril
de Lewisham a Tunbridge. Además, como los trabajos principales se efectuaban en
la cercanía inmediata de esta ciudad, también se construyó aquí el depósito
principal de toda la obra. Se dio ocupación, por ende, a un crecido número de
personas. Como era imposible alojarlos a todos en cottages, el
señor Jay, el contratista, hizo construir casuchas en diversos puntos, a lo
largo de la vía férrea, para alojar a los obreros. Estas chozas carecían de
ventilación y de alcantarillado y además estaban atestadas, inevitablemente, ya
que cada inquilino tenía que aceptar otros huéspedes, por numerosa que fuera su
propia familia y aunque las casuchas eran de sólo dos piezas. Según el informe
médico que hemos recibido, la consecuencia fue que esa pobre gente tenía que
sufrir durante la noche todos los horrores de la asfixia para evitar los
miasmas pestilentes que emanaban de las aguas servidas estancadas y de las
letrinas, ubicadas directamente bajo las ventanas. Un médico que tuvo la
oportunidad de visitar esas casuchas, por último, hizo conocer sus quejas a
nuestro comité. Se expresó de la manera más amarga sobre las condiciones de
esas presuntas viviendas y manifestó sus temores respecto a las graves
consecuencias que podrían sobrevenir, si no se adoptan algunas medidas
sanitarias. Aproximadamente hace un año el p. p. [præmissis præmittendis =
anteponiendo los títulos que le correspondan] Jay se comprometió a destinar una
casa para que, al declararse enfermedades infecciosas, se aislara
inmediatamente a aquellos de sus obreros afectados por el mal. Reiteró
esa promesa a fines de julio, pero nunca hizo absolutamente nada para
cumplirla, pese a que desde esa fecha se registraron varios casos de viruela,
dos de ellos fatales. El 9 de setiembre el doctor Kelson me comunicó que se
habían verificado nuevos casos de viruela en las mismas casuchas y calificó de
horrendas las condiciones imperantes en ellas. Para información de usted"
(del ministro) "debo añadir que nuestra parroquia posee una casa aislada,
la llamada Casa de la Peste, donde se asiste a los miembros de la parroquia
atacados por enfermedades infecciosas. Desde hace meses la casa está colmada de
pacientes. En una familia murieron cinco niños de viruela y fiebre. Del 1º de
abril al 1º de setiembre de este año se registraron no menos de 10 casos
fatales de viruela; 4 de ellos en las casuchas mencionadas, que son el foco de
la peste. No es posible indicar el número de los casos de enfermedad, ya que
las familias afectadas los ocultan lo más posible" [84].
Los
obreros en las minas de carbón y otras figuran entre las categorías mejor pagas de la clase
obrera británica aaaaaa. A qué precio compran su salario, es un
punto que ya fue expuesto en un lugar anterior [85] bbbbbb Véase
en volumen 2, nota 321.. Lancemos aquí una rápida ojeada sobre las condiciones
habitacionales en que viven. El explotador de la mina, por regla general, ya
sea propietario o arrendatario de la misma, hace construir una serie de cottages [chozas]
para sus operarios. Éstos reciben tanto la cottage como carbón
para calefacción "gratuitamente", es decir, una y otro constituyen
una parte del salario suministrada in
natura [en especies]. Aquellos a los que no se puede hospedar de esta
manera, perciben a modo de compensación la suma de [sterling] 4 anuales. Los
distritos mineros atraen rápidamente una gran población, compuesta de la población
minera misma y de artesanos, tenderos, etc., que se aglomeran en torno de
aquélla. Como en todos lados donde es considerable la densidad de población, la
renta del suelo es alta aquí. Por eso el empresario minero procura apiñar
alrededor de la bocamina, en el espacio más estrecho posible, exactamente la
cantidad de cottages que se requiera para enlatar a sus
operarios y familias. Cuando en las cercanías se abren nuevas minas o vuelven a
explotarse otras antiguas, aumenta el hacinamiento. En la construcción de cottages rige
un solo criterio: el "renunciamiento" del capitalista a
todo desembolso de efectivo que no sea absolutamente
inevitable. "Las viviendas de los mineros y de otros obreros vinculados a
las minas de Northumberland y Durham", dice el doctor Julian Hunter,
"son quizás, promedialmente, lo peor y más caro que Inglaterra ofrece en
gran escala en este renglón, si se exceptúan distritos similares en
Monmouthshire. [...] La pésima calidad consiste en el elevado número de
personas por habitación, en las pequeñas dimensiones del predio donde se ha
arrojado una gran cantidad de casas, en la carencia de agua y la inexistencia
de letrinas y en el método, que suele aplicarse, de construir una casa sobre la
otra o de distribuirlas en flats [apartamentos]" (de
manera que las diversas cottages formen pisos ubicados
verticalmente unos encima de otros)... "El empresario trata a toda la
colonia como si ésta sólo acampara en el sitio, en vez de residir en
él" [86].
"Siguiendo las instrucciones", dice el doctor Stevens, "visité
la mayor parte de las grandes aldeas mineras de la Durham Union... Con muy
pocas excepciones, a todas se aplica la afirmación de que se
ha descuidado todo medio necesario para salvaguardar la salud
de los pobladores. Todos los mineros están vinculados" ("bound",
término que al igual que bondaye [servidumbre] viene de
la época de la servidumbre de la gleba) "por 12 meses al
arrendatario (lessee) o propietario de la mina. [...] Si los mineros expresan
su descontento o molestan de cualquier manera al capataz (viewer), se
pone una señal o una observación al lado de sus nombres en el cuaderno de
vigilancia y, cuando llega el momento de renovarles el contrato, quedan en la
calle... Me parece que ninguna modalidad del truck system [sistema
de pago con bonos] puede ser peor que la que impera en esos distritos
densamente poblados. El obrero se ve obligado a recibir, como parte de su
salario, una casa rodeada de emanaciones pestilentes. No puede ayudarse a sí
mismo. A todos los efectos es un siervo (he is to all intents
and purposes a serf), y es dudoso que alguien pueda ayudarlo, salvo su
propietario, pero éste pide consejo ante todo a su balance y
el resultado es prácticamente infalible. El obrero también recibe del
propietario su suministro de agua. Sea buena o mala, se le proporcione o no,
tiene que pagar por ella, o mejor dicho tolerar que se la descuenten
del salario" [87].
En el
conflicto con la "opinión pública", o también con la política
sanitaria, el capital no se avergüenza en absoluto de
"justificar" las condiciones en parte peligrosas, en parte
degradantes que inflige a la función y a la vida doméstica del obrero. Aduce
que esas condiciones son necesarias para explotarlo más lucrativamente.
Así lo hace cuando renuncia a instalar aparatos protectores
contra la maquinaria peligrosa en las fábricas, medios de ventilación y
dispositivos de seguridad en las minas, etc. Así lo hace, en este caso, con la
vivienda de los mineros. "A modo de disculpa", dice el funcionario
médico del "Privy Council", el doctor Simon, en su informe oficial,
"a modo de disculpa por las sórdidas condiciones de la
vivienda [...] se aduce que habitualmente las minas se explotan bajo arriendo;
que la duración del contrato de arrendamiento (que en las minas de carbón
es por lo general de 21 años) es demasiado breve como
para que al arrendatario de la mina le valga la pena proporcionar buenas
viviendas a la población obrera y a los artesanos, etc., atraídos por la
explotación; que aun si él mismo tuviera la intención de
conducirse liberalmente en ese aspecto, la misma se vería frustrada por el
propietario del suelo. Éste, en efecto, tendería a exigir inmediatamente una
renta suplementaria exorbitante a cambio del privilegio de erigir, sobre la
superficie, una aldea decente y confortable destinada a los obreros de la
propiedad subterránea. Este precio prohibitivo, cuando no la prohibición lisa y
llana, atemorizaría asimismo a otros, que si no fuera por ello estarían
dispuestos a edificar... No es mi deseo continuar examinando el valor de esta
disculpa, ni investigar tampoco sobre quién recaería, en última instancia, el
gasto adicional que se efectuara para edificar [...] viviendas decentes: si
sobre el dueño del suelo, el arrendatario de minas, los obreros o el público...
Pero en vista de hechos tan bochornosos como los que ponen al descubierto los
informes adjuntos" (los de los docores Hunter, Stevens, etc.),
"resulta claro que hay que aplicar un remedio... Los títulos de la
propiedad del suelo se usan, de esta manera, para perpetrar una gran injusticia
pública. En su calidad de propietario de minas, el dueño de la tierra invita a
una colonia industrial a que trabaje en la finca de él, y luego, en su calidad
de propietario de la superficie del suelo, impide a los obreros que ha
congregado que encuentren las viviendas adecuadas indispensables para sus
vidas. Al arrendatario de minas" (el explotador capitalista) "no
le interesa, desde el punto de vista pecuniario, oponerse a esa división
del negocio, ya que sabe bien que aunque estas últimas pretensiones sean
exorbitantes, las consecuencias no recaerán sobre él; sabe asimismo
que los obreros, sobre los que sí recaen, no están suficientemente educados
como para conocer sus derechos sanitarios, y que ni la vivienda más
promiscua ni el agua potable más corrompida serán motivo especial cccccc 88 de
una strike [huelga]" [89].
d) Efecto
de las crisis sobre el sector mejor remunerado de la clase obrera
Antes que
pasemos a los obreros agrícolas propiamente dichos, otro
ejemplo nos mostrará cómo las crisis afectan incluso al sector mejor remunerado de la clase obrera, a su aristocracia. Se recordará que
el año 1857 trajo consigo una de las
grandes crisis con las que invariablemente se cierra el ciclo
industrial. El plazo siguiente expiró en 1866.
Anticipada ya en los distritos fabriles propiamente dichos por la escasez de
algodón, la que desplazó mucho capital de las esferas de inversión habituales a
las grandes sedes centrales del mercado dinerario, la crisis adoptó en esta ocasión un carácter predominantemente
financiero. Su desencadenamiento, en mayo de 1866, estuvo señalado por la bancarrota de un gigantesco banco
londinense, seguida inmediatamente por la ruina de innumerables sociedades
dedicadas a los tejemanejes en el campo de las finanzas. Uno de los grandes
ramos industriales londinenses castigados por la catástrofe fue el de la
construcción de barcos de hierro. Durante el período de las transacciones
fraudulentas, los magnates de este ramo no sólo se habían lanzado a una
sobreproducción desmedida, sino que además habían firmado enormes contratos de
suministro, especulando con que las fuentes crediticias seguirían manando con
la misma abundancia que antes. Actualmente se ha operado una reacción
aterradora que aun en la hora actual fines de marzo de 1867 afecta a otras industrias londinenses [90].
Para caracterizar la situación de los obreros reproduzcamos el siguiente
pasaje, que tomamos de un detallado informe escrito por un corresponsal del
"Morning Star" que visitó, a principios de enero dddddd de
1867, las zonas más castigadas por la calamidad. "Al este de Londres, en
los distritos de Poplar, Millwall, Greenwich, Deptford, Limehouse y
Canning Town, por lo menos 15.000 obreros y sus familias se encuentran en una
situación de miseria extrema; entre ellos, más de 3.000 mecánicos diestros
[...]. Sus fondos de reserva se han agotado luego de una paralización laboral
de seis u ocho meses... Tuve que esforzarme mucho para llegar a la puerta
del workhouse [hospicio] (de Poplar), pues la asediaba una
muchedumbre hambrienta. Esperaban bonos para el pan, pero no había llegado
todavía la hora del reparto. El patio forma un gran cuadrado, con un alero que
corre alrededor, a lo largo de los muros. Grandes montones de nieve cubrían los
adoquines en el medio del patio. Había allí ciertos espacios de dimensiones
reducidas, cercados con mimbre como corrales de ovejas, en los que trabajan los
hombres cuando el tiempo es más benigno. El día que visité el asilo los
corrales estaban tan llenos de nieve que nadie podía permanecer en ellos. Los
hombres, sin embargo, protegidos bajo el alero, se ocupaban de macadamizar
adoquines. Cada uno se sentaba en un gran adoquín y con un martillo pesado
machacaba el granito, cubierto de hielo, hasta picar 5 bushels eeeeee.
Con ello quedaba finalizada su labor diaria y se les daba 3 peniques"
(2 silbergroschen y 6 pfennige) "y un bono
para pan. En otra parte del patio había una desvencijada casucha de madera. Al
abrir la puerta, encontramos que estaba llena de hombres, apiñados unos contra
otros para conservar el calor. Deshilachaban maromas y disputaban entre sí
acerca de cuál de ellos podía trabajar más con un mínimo de comida, pues la
resistencia era el point d'honneur [punto de honra]. Sólo en
este workhouse [...] recibían socorros [...] 7.000 personas
[...], entre ellas varios cientos que 6 u 8 meses atrás ganaban los salarios
máximos que se pagan en este país a obreros calificados. Su número sería dos
veces mayor si no hubiera tantos que, pese a habérseles agotado totalmente sus
reservas de dinero, rehúsan todavía recurrir a la parroquia mientras les quede
cualquier cosa para empeñar... Dejando el workhouse, di una vuelta
por las calles, en su mayor parte orilladas por casas de un piso, tan numerosas
en Poplar. Mi guía era miembro de la comisión para los desocupados. [...] La
primera casa en la que entramos era la de un obrero siderúrgico, desocupado
desde hace 27 semanas. Encontré al hombre y a toda su familia en un
cuarto interior, sentados. La pieza todavía no carecía totalmente de muebles y
el hogar se hallaba encendido. Esto era necesario para preservar de la
congelación los pies descalzos de los más pequeños, porque el día era gélido.
En una bandeja, frente al fuego, había un montón de estopa que la mujer y los
chicos deshilachaban a cambio del pan que les proporcionaba el workhouse.
El hombre trabajaba en uno de los patios que acabamos de describir por un bono
de pan y 3 peniques diarios. Hacía unos instantes que había regresado a la casa
para almorzar muy hambriento, según nos dijo con una sonrisa amarga y su comida
consistía en unas pocas rebanadas de pan untadas con grasa, y una taza de té
sin leche... La puerta siguiente en la que golpeamos fue abierta por una mujer
de edad mediana, quien sin pronunciar una palabra, nos hizo pasar a un cuartito
interior donde se sentaba toda su familia, en silencio, con los ojos clavados
en un fuego mortecino, a punto de extinguirse. Era tal la desolación, la desesperanza
que envolvía a esa gente y a su cuartito que no deseo otra cosa que no
contemplar jamás una escena semejante. <<No han ganado nada,
señor>>, dijo la mujer señalando a los niños, <<nada en 26 semanas,
y todo nuestro dinero se ha ido, todo el dinero que el padre y yo ahorramos en
tiempos mejores, con la ilusión de tener una reserva cuando los negocios
anduvieran mal. [exclamdown]Mire!>>, gritó casi fuera de sí, mostrándonos
una libreta de ahorros con todas las anotaciones regulares de dinero colocado y
retirado, de tal manera que pudimos comprobar cómo su pequeño caudal había
comenzado con el primer depósito de 5 chelines, cómo había aumentado poco a
poco hasta llegal a las [sterling] 20 y cómo se había desinflado de nuevo,
pasando de libras a chelines, hasta que la última anotación hacía que la
libreta tuviera el mismo valor que un pedazo de papel en blanco. Esta familia
recibía diariamente una mísera comida del workhouse... Nuestra
visita siguiente fue a la mujer de un irlandés. El marido había trabajado en
los astilleros. La encontramos enferma por falta de alimentación, echada en un
colchón, con sus vestidos puestos, apenas cubierta con un pedazo de alfombra,
pues toda la ropa de cama había ido a parar a la casa de empeños. Sus
macilentos hijos la cuidaban, aunque parecían necesitar ellos los cuidados
maternos. Diecinueve semanas de inactividad forzada la habían reducido a
ese estado, y mientras nos contaba la historia del amargo pasado, se lamentaba
como si hubiera perdido toda esperanza en un futuro mejor... Cuando salíamos de
la casa un hombre joven que corría hacia nosotros nos alcanzó, solicitándonos
que fuéramos a su casa y viéramos si se podía hacer algo por él. Una mujer
joven, dos hermosos chicos, un montón de boletas de empeño y una pieza
totalmente vacía era todo lo que tenía para mostrar" [91]137 Ducpétiaux, op. cit., pp.
151, 154, 155, 156. .
e) El
proletariado agrícola británico
En ninguna
otra parte el carácter antagónico de la producción y
acumulación capitalistas se pone de manifiesto más brutalmente que
en el progreso de la agricultura inglesa (la
ganadería incluida) y el retroceso del obrero agrícola inglés.
Antes de examinar la situación actual de este último, lancemos
una breve mirada retrospectiva. La agricultura moderna data, en Inglaterra, de
mediados del siglo XVIII, por más que sea muy anterior el
trastocamiento de las relaciones de propiedad de la tierra del que parte y
en el que se funda el modo de producción modificado.
Si tomamos
los datos de Arthur Young observador riguroso aunque pensador superficial
referentes al obrero agrícola de 1771, veremos que éste desempeña un papel
pobrísimo en comparación con su predecesor de fines del siglo XIV,
"cuando el trabajador [...] podía vivir en la abundancia y acumular
riqueza" [92],
para no hablar del siglo XV, "la edad de oro del trabajador inglés en la
ciudad y el campo". No necesitamos, sin embargo, remontarnos tan atrás. En
una obra de 1777, muy enjundiosa, leemos. "El gran
arrendatario se ha elevado casi al nivel del gentleman, mientras
que el obrero rural pobre está casi por el suelo. Su infortunada situación se
aprecia con claridad echando una mirada comparativa sobre sus
condiciones de hoy y las de 40 años atrás... Terratenientes y arrendatarios
[...] cooperan estrechamente en la opresión del trabajador" [93].
Seguidamente se demuestra en detalle que el salario real descendió en el campo,
de 1737 a 1777, en casi 1/4, o sea en un 25 %. "La política moderna",
dice por la misma época el doctor Richard Price, "favorece a las clases superiores
del pueblo, y la consecuencia será que tarde o temprano todo el reino se
compondrá únicamente de gentlemen y pordioseros, de grandes y
esclavos" [94].
Sin embargo,
la situación del obrero agrícola inglés de 1770 a 1780, tanto en lo que se
refiere a las condiciones alimentarias y habitacionales como en lo que respecta
a su dignidad personal, a sus diversiones, etc., constituye un ideal nunca
alcanzado de nuevo. Expresado en pintas de trigo, su salario medio era de 90
pintas llllll de 1770 a 1771; sólo de 65 mmmmmm en
tiempos de Eden (1797), y descendió a 60 pintas nnnnnn en
1808 [95].
Ya nos hemos
referido a la situación de los obreros rurales a fines de la guerra
antijacobina 96, durante cuyo transcurso se enriquecieron
de manera tan extraordinaria los aristócratas rurales, los arrendatarios,
fabricantes, comerciantes, banqueros, caballeros de la bolsa, proveedores del
ejército, etc. El salario nominal aumentó a causa de la depreciación de los
billetes, en parte, y en parte por el aumento de precios independiente de
la primera circunstancia experimentado por los medios de subsistencia más
imprescindibles. Pero el movimiento real de los salarios puede comprobarse de
una manera muy simple, sin necesidad de recurrir a detalles que aquí estarían
fuera de lugar. Tanto la ley de beneficencia como su administración eran las
mismas en 1795 y en 1814. Recuérdese cómo se aplicaba la ley en el campo: la
parroquia completaba, bajo la forma de asistencia a los pobres, la diferencia
entre el salario nominal y la suma mínima oooooo requerida
para que el obrero se limitara a seguir vegetando. La relación existente entre
el salario pagado por el arrendatario y el déficit
salarial cubierto por la parroquia nos muestra dos cosas: la primera,
la baja del salario por debajo de su mínimo; la segunda, el grado en que el
obrero agrícola era un compuesto de asalariado por una parte y por otra de
indigente, o el grado en que se lo había transformado en siervo de su
parroquia. Elijamos un condado que representa la proporción media de todos los
demás. En 1795 el salario semanal medio ascendía en Northamptonshire a 7
chelines y 6 peniques; el gasto total anual de una familia de
6 personas era de [sterling] 36, 12 chelines y 5 peniques, su ingreso
total de [sterling] 29 y 18 chelines y el déficit cubierto
por la parroquia equivalía a [sterling] 6,14 chelines y 5 peniques. En el mismo
condado el salario semanal importaba en 1814 12 chelines y 2 peniques, el gasto
total anual de una familia de 5 personas se elevaba a [sterling] 54,
18 chelines y 4 peniques, su ingreso total a [sterling] 36 y 2
chelines y el déficit cubierto por la parroquia a [sterling]
18,6 chelines y 4 peniques [97];
en 1795 el déficit era de menos de la cuarta parte del salario, en 1814 de más
de la mitad. Se comprende de suyo que en 1814 se hubieran esfumado las escasas
comodidades que Eden había encontrado aún en la cottage del
obrero agrícola [98].
De todos los animales que tiene el arrendatario, el obrero el instrumentum
vocale [instrumento dotado de voz] [99] es
a partir de entonces el másatormentado, el peor alimentado y el que recibe el
trato más brutal.
El mismo
estado de cosas se prolongó tranquilamente hasta que "en 1830 las
revueltas de Swing [100] nos
revelaron" (esto es, revelaron a las clases dominantes), "a la luz de
las parvas incendiadas, que la miseria y el sombrío descontento motinero ardían
bajo la superficie de la Inglaterra agrícola tan incontrolablemente como bajo
la de la Inglaterra industrial" [101]. En la Cámara de los Comunes, Sadler dio la
denominación de "esclavos blancos" ("white slaves") a los
obreros rurales, y un obispo sirvió de eco para el epíteto en la Cámara de los
Lores. El economista más relevante de ese período, Edward Gibbon Wakefield,
dice: "El obrero agrícola de Inglaterra meridional no es un esclavo, no es
un hombre libre: es un indigente" [102].
La
época inmediatamente anterior a la abolición de las leyes cerealeras arrojó
nueva luz sobre la situación de los obreros rurales. Por una parte, a los
agitadores burgueses les interesaba demostrar cuán poco protegían esas leyes
proteccionistas a los verdaderos productores del cereal. Por
otro lado, la burguesía industrial echaba espumarajos de rabia ante las
denuncias que de la situación fabril hacían los aristócratas rurales, ante la
simpatía que esos holgazanes archicorrompidos, refinados y sin entrañas
afectaban por los padecimientos del obrero de las fábricas, ante el "celo
diplomático" con que quebraban lanzas por la ley fabril. Un viejo refrán
inglés dice que cuando dos ladrones se agarran de los pelos, siempre ocurre
algo bueno. Y, en efecto, la estrepitosa y apasionada reyerta entre las dos
fracciones de la clase dominante en torno a la cuestión de cuál de las dos
explotaba más desvergonzadamente al obrero, fue de un lado y de otro la partera
de la verdad. El conde de Shaftesbury, alias lord Ashley, era el paladín de la
campaña filantrópica de los aristócratas contra las fábricas. De ahí que se
convirtiera, en 1844 y 1845, en uno de los temas favoritos de las revelaciones
que hacía el "Morning Chronicle" sobre las condiciones de vida de
los obreros agrícolas. Este periódico, a la sazón el órgano liberal
más importante, mandó a los distritos rurales enviados especiales que no se
contentaban, ni mucho menos, con las descripciones generales y los datos
estadísticos: publicaban los nombres tanto de las familias
obreras encuestadas como de sus terratenientes. La lista que sigue registra los
salarios pagados en tres aldeas cerca de Blanford, Wimbourne y Poole. Las
aldeas son propiedad del señor George Bankes y del conde de Shaftesbury. Se
observará que este papa de la "Low Church" [103],
este corifeo de los pietistas ingleses, vuelve a meter en sus bolsillos, en
concepto de alquiler, una parte considerable de los raquíticos salarios de los
obreros, al igual que el p. p. Bankes pppppp.
Número
Salario Salario Salario Salario Salario
de
semanal semanal semanal semanal semanal
miem- de
los infantil de toda Alquiler dedu- por
Niños
bros hombres la semanal cido cabeza
de la
familia el
familia
alquiler
a b c d e
f g h
Primera
aldea
chel. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen.
2 4 8 8 2 6 1 6
3 5 8 8 1 6 6 6 1 3 1/2
2 4 8 8 1 7 1 9
2 4 8 8 1 7 1 9
6 8 7 1 6 10 6 2 8 6 1 3/4
3 5 7 2 7 1 4 5 8 1 1 1/2
Segunda
aldea
chel. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen.
6 8 7 1 6 10 1 6 8 6 1 3/4
6 8 7 1 6 7 1 3 1/2 5 8 1/2 8 1/2
8 10 7 7 1 3 1/2 5 8 1/2 7
4 6 7 7 1 6 1/2 5 5 1/2 11
3 5 7 7 1 6 1/2 5 5 1/2 1 1
Tercera
aldea
chel. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen.
4 6 7 7 1 6
1
3 5 7 2 11 6
10 10 8 2 1 1/2
0 2 5 2 6 5
1 4 2
La
abrogación qqqqqq de las leyes cerealeras
proporcionó a la agricultura inglesa un enorme impulso. Drenaje en la mayor
escala [105],
un nuevo sistema para la alimentación del ganado en establos y para el cultivo
de plantas forrajeras artificiales, introducción de abonadoras mecánicas, nuevo
tratamiento de los suelos arcillosos, mayor uso de abonos minerales, aplicación
de la máquina de vapor y de todo tipo de nuevas máquinas de trabajo, etc., y el
cultivo más intensivo, constituyen las características de esta época. El
presidente de la Real Comisión de Agricultura, el señor Pusey, afirma que
gracias a la maquinaria recién introducida, los costos (relativos) de
explotación se habían reducido casi a la mitad. Por otra parte, el rendimiento
positivo del suelo aumentó rápidamente. Una mayor inversión de capital por
acre, y por ende, asimismo, una concentración acelerada de los predios
arrendados, era la condición fundamental del nuevo método [106] xxxxxx 404,67
há.. De 1846 a 1856, al mismo tiempo, el área cultivada se acrecentó en 464.119
acres yyyyyy, para no hablar de las grandes extensiones de los
condados orientales que por arte de encantamiento dejaron de ser cotos para
conejos y míseras pasturas para convertirse en ubérrimas tierras cerealeras.
Sabemos ya que en esa misma época decreció el número
total de las personas ocupadas en la agricultura. En lo que respecta a
los trabajadores agrícolas propiamente dichos, de uno u otro sexo y
de todos los niveles de edad, su número decreció de 1.241.269 en 1851 a
1.163.217 en 1861 [107].
De ahí que aunque el director del Registro Civil inglés observe con razón que
"el incremento de los arrendatarios y los obreros agrícolas, desde 1801,
no guarda relación alguna [...] con el incremento del producto agrícola" [108],
esta desproporción tiene mucho mayor vigencia en el último período, cuando
una reducción positiva de la población obrera rural va de la
mano con la expansión del área cultivada, el cultivo más intenso, una
acumulación inaudita del capital incorporado al suelo y dedicado a su laboreo,
aumentos en el producto del suelo que no reconocen paralelo en la historia de
la agronomía inglesa, una plétora en los registros de rentas de los
terratenientes y una riqueza rebosante de los arrendatarios capitalistas. Si
vinculamos esto a la expansión rápida e ininterrumpida del mercado urbano donde
se colocan los productos del agro y al imperio del librecambio, tenemos que por
fin se había colocado al obrero agrícola, post tot discrimina rerum [después
de tantas vueltas y revueltas] [109], en condiciones que secundum artem[según
las reglas de la profesión] deberían haberlo embriagado de felicidad.
El profesor
Rogers, por el contrario, llega al resultado de que la situación del obrero
rural de nuestros días, comparada solamente con la de su antecesor del período
que va de 1770 a 1780 para no hablar de sus predecesores en la segunda mitad
del siglo XIV y en el siglo XV ha empeorado de manera extraordinaria; que ese
trabajador "se ha convertido nuevamente en siervo", y precisamente en
siervo mal alimentado y mal alojado" [110] 111.
En su memorable informe sobre la vivienda de los obreros rurales,
dice el doctor Julian Hunter: "Los costos de manutención del hind"
(una denominación del obrero agrícola heredada de los tiempos de la
servidumbre) "se fijan en el monto mínimo posible que le permita vivir...
Su salario y albergue no se calculan con arreglo a la ganancia que se va a
extraer de su persona. En los cálculos del arrendatario, el hind es
un cero [112]...
Sus medios de subsistencia se consideran siempre como una cantidad fija" [113].
"En lo que respecta a cualquier reducción ulterior de sus ingresos,
el hind puede decir: nihil habeo, nihil curo [nada
tengo, nada me preocupa]. No abriga temores por el futuro, porque nada tiene,
salvo lo absolutamente indispensable para su existencia. Ha alcanzado el punto
de congelación, a partir del cual arrancan los cálculos del arrendatario. Venga
lo que viniere, no le tocará parte alguna en la dicha o en la
desdicha" [114].
En 1863 se
llevó a cabo una investigación oficial sobre las condiciones de manutención y
laborales de delincuentes sentenciados a deportación y trabajos forzosos. Los
resultados se consignan en dos voluminosos libros azules. "Una esmerada
compulsa", se dice allí entre otras cosas, "de la dieta de los delincuentes en las cárceles de Inglaterra con la de
los indigentes en los workhouses y la de los obreros agrícolas
libres de este país [...] revela, sin lugar a dudas, que los primeros están
mucho mejor alimentados que cualquiera de las otras dos clases" [115],
mientras que la masa de trabajo que se exige de un condenado a trabajos
forzosos equivale aproximadamente a la mitad de la que ejecuta un obrero
agrícola común [116].
Brindemos unas pocas deposiciones testimoniales características. John Smith,
director de la cárcel de Edimburgo, declara (nº 5056): "La dieta en las prisiones inglesas es mucho
mejor que la del obrero rural común". Nº 5057: "Es un hecho [...]
que los obreros agrícolas de Escocia
muy raras veces comen algún tipo de carne". Nº 3047: "¿Sabe usted de
algún motivo que obligue a alimentar mucho mejor (much better) a los
delincuentes que a los obreros agrícolas comunes? No, en absoluto". Nº.
3048: "¿Piensa usted que es conveniente hacer nuevos experimentos para que
la dieta de los prisioneros condenados a trabajos forzosos se asemeje más a la
de los obreros agrícolas libres?" [117].
"El obrero agrícola", se
afirma, "podría decir: trabajo duramente y no me alcanza para comer.
Cuando estaba en la cárcel, no trabajaba tanto y tenía abundancia de comida;
para mí, por lo tanto, es mejor estar en la cárcel que el libertad" [118].
Con las tablas adjuntas al primer tomo del informe se ha compuesto el siguiente
cuadro sinóptico:
Monto alimentario
semanal zzzzzz
Ingredien-
Ingredientes que tes que no Ingredien contienen contienen tes mine- Suma nitrógeno nitrógeno rales total
Onzas(a) Onzas
Onzas Onzas
Delincuente
en la cárcel de Portland 28,95 150,06 4,68 183,69
Marinero de
la Armada Real 29,63
152,91 4,52 187,06
Soldado 25,55 114,49 3,94 143,98
Constructor
de carros (obrero) 24,53 162,06 4,23 190,82
Tipógrafo 21,24
100,83 3,12 125,19
Obrero
agrícola 17,73
118,06 3,29 139,08
a 1 onza = 28,35 gr.
El lector ya
conoce los resultados generales a que arribó la comisión médica que en 1863
investigó la situación alimentaria de las clases populares peor alimentadas.
Recordará que la dieta de una gran parte de las familias de obreros agrícolas
está por debajo de la medida mínima necesaria "para la profilaxis de
enfermedades ocasionadas por el hambre". Tal es el caso, principalmente,
en todos los distritos puramente agrícolas de Cornwall, Devon, Somerset,
Dorset aaaaaaa, Wilts, Stafford, Oxford, Berks y Herts.
"La alimentación que obtiene el obrero agrícola", dice el doctor
Simon bbbbbbb, "es mejor que la que indica la cantidad
media, ya que él mismo obtiene una porción mucho mayor de los medios de
subsistencia [...] indispensable para efectuar su labor [...] que los demás
miembros de su familia, una porción que en los distritos más pobres incluye
casi toda la carne y el tocino. [...] En muchos casos, y en casi todos
los condados, la cantidad de alimento que toca a la mujer, así como a los
niños en el período de su crecimiento rápido, es deficiente, particularmente en
nitrógeno" [119]. A los criados y sirvientas que viven en la casa
misma del arrendatario se los alimenta abundantemente. Su número cayó de
288.277 en 1851 a 204.962 en 1861. "El trabajo de las mujeres en los
campos", dice el doctor Smith, "sean cuales fueren sus inconvenientes
en otros aspectos [...], en las actuales circunstancias es muy ventajoso para
la familia, pues le proporciona a la misma medios [...] para la adquisición de
calzado, vestimenta, pago del alquiler, y permite así que la familia esté mejor
alimentada" [120].
Uno de los resultados más notables de esta investigación fue que el obrero
agrícola está mucho peor alimentado en Inglaterra que en las demás partes del
Reino Unido ("is considerably the worst fed"), tal como lo muestra el
cuadro:.
Consumo
semanal de carbono y nitrógeno por el obrero agrícola medio (a)
Carbono
Nitrógeno
Granos (b) Granos
Inglaterra 40.673
1.594
Gales 48.354 2.031
Escocia 48.980 2.348
Irlanda
43.366 2.434 [121] (Informe del doctor Hunter en "Public Health, Seventh
Report...", 1864, pp. 498 a 502, pássim.)
a Datos del cuadro corregidos según la
4ª edición.
b 1 grano = 0,0648 gramos.
"Cada
página del informe redactado por el doctor Hunter", dice el doctor Simon
en su informe sanitario oficial, "aporta un testimonio sobre la cantidad
insuficiente y la calidad miserable de las viviendas en que se aloja
nuestro obrero agrícola. Y desde hace muchos años viene empeorando
progresivamente, en ese aspecto, la situación de dicho trabajador. Actualmente,
tal vez encontrar techo sea para él mucho más difícil que lo que lo era en
los últimos siglos, y cuando lo encuentra se adecua mucho menos a sus
necesidades. En los últimos veinte o treinta años, especialmente,
el mal se ha incrementado con rapidez, y las condiciones habitacionales del
campesino son hoy en día deplorabilísimas. Excepto en los casos en
que aquellos a quienes enriquece el trabajo del obrero consideran
que vale la pena tratarlo con una especie de indulgencia compasiva, éste se
encuentra totalmente desvalido en lo que respecta a dicho punto. Que la
vivienda se alce en la misma tierra que él cultiva, que dicha vivienda sea
adecuada como morada humana o como morada porcina, que tenga una huertita la
cual alivia tanto la carga de la pobreza, todo esto no depende de su
disposición o de su capacidad de pagar un alquiler razonable, sino del uso que
a otros les plazca hacer del <<derecho a disponer de su propiedad como se
les antoje>>. Por grande que sea una finca arrendada, ninguna ley
establece que en ella debe levantarse determinado número de viviendas obreras,
y mucho menos que tienen que ser decentes; del mismo modo, la ley no atribuye
al obrero ni siquiera el mínimo derecho al suelo, para el cual su trabajo es
tan necesario como la lluvia y el sol... Con su considerable peso, una
circunstancia notoria desnivela aún más la balanza contra él... la influencia
de la ley de beneficencia, con sus disposiciones sobre domicilio y gravámenes
de beneficencia [122].
Bajo esa influencia, toda parroquia tiene un interés pecuniario en restringir
a un mínimo el número de obreros agrícolas residentes en ella, pues
desgraciadamente el trabajo agrícola, en vez de garantizar una
independencia segura y permanente al hombre abrumado de trabajo y a su
familia, sólo conduce, en la mayor parte de los casos y tras
rodeos más largos o más breves, al pauperismo. Un pauperismo
que a lo largo de todo el camino está tan próximo que toda enfermedad o
cualquier carencia transitoria de ocupación obligan a recurrir al socorro
parroquial, y de ahí que todo asentamiento de una
población agrícola en una parroquia signifique, notoriamente, un
aumento adicional en sus impuestos de beneficencia... A los grandes
terratenientes [123] [...]
les basta decidir que en sus fincas no se levante ninguna vivienda obrera y con
ello se liberan automáticamente de la mitad de su responsabilidad por los
pobres. Hasta qué punto la constitución y la ley inglesas han querido sancionar
este tipo de propiedad irrestricta del suelo, gracias a la cual un terrateniente
que <<hace con lo suyo lo que se le antoja>> puede tratar como
forasteros a los cultivadores y expulsarlos de su propiedad, es una cuestión
cuyo debate no me incumbe... Esta facultad de desalojo [...] no existe sólo en
la teoría. Se la ejerce en la práctica, en la mayor escala [...]. Es una de las
circunstancias que rigen las condiciones habitacionales del obrero agrícola...
Acerca de la extensión del mal permite juzgar el último censo, según el cual
durante los últimos 10 años y pese a una mayor demanda local de
vivienda, prosiguió la destrucción de casas en 821
diversos distritos de Inglaterra, de tal manera que si prescindimos de personas
obligadas a convertirse en no residentes" (esto es, a no
residir en las parroquias donde trabajan), "en 1861 una población mayor en
un 5 1/3 % que en 1851 debió acomodarse en un espacio habitacional un 4
1/2 % más reducido... Cuando el proceso de despoblación ha llegado a su
término, dice el doctor Hunter, el resultado es una aldea de
escenografía (show-village), donde las cottages se
han reducido a unas pocas, en las que no se permite vivir a nadie, se exceptúa
tan sólo a pastores de ovejas, jardineros y monteros, servidores regulares que
reciben de los magnánimos señores el buen trato tradicionalmente dado a esas
clases [124] ccccccc 202,3 há. 125.
Pero la tierra requiere cultivo, y se observará que los trabajadores que la
laboran no son inquilinos del terrateniente, sino que proceden de una aldea
abierta, ubicada quizás a tres millas de distancia ddddddd,
donde una numerosa clase de pequeños caseros los ha hospedado después de la
destrucción de las cottages de los primeros en las aldeas
cerradas. Cuando las cosas tienden a ese resultado, las cottages suelen
atestiguar, con su aspecto destartalado, el destino al que están condenadas. Se
las ve en las diversas fases de la decadencia natural. Mientras el techo no se
venga abajo, se le permite al obrero pagar alquiler por la choza, y a menudo
está contentísimo de poder hacerlo, aunque tenga que abonar por ella el precio de
una vivienda confortable. Pero ninguna reparación, ninguna mejora, salvo las
que pueda efectuar el insolvente inquilino. Y por último cuando se vuelve
completamente inhabitable [...], hay simplemente una cottage destruida
más y un impuesto de beneficencia menos para pagar en lo sucesivo. Mientras los
grandes terratenientes se desembarazan de esa manera del impuesto de
beneficencia, despoblando el suelo controlado por ellos, el pueblo o la aldea
abierta más cercanos reciben los obreros desalojados; más cercanos, digo, pero
ese pueblo <<más cercano>> puede distar 3 ó 4 millas eeeeeee de
la finca en que el obrero debe trabajar duramente día tras día. Se
agrega así a su tarea diaria, como si fuera poca cosa, la necesidad de marchar
diariamente de 6 a 8 millas para ganarse el pan de cada día. Todo el
trabajo agrícola ejecutado por su mujer e hijos se efectúa bajo las mismas
circunstancias, que agravan las dificultades. Y el mal generado por el
alejamiento no se reduce a eso. En la aldea abierta, los especuladores compran
retazos de terreno que siembran lo más densamente posible con los cuchitriles más
baratos que se pueda concebir. Y en estas míseras viviendas, que aunque den al
campo comparten las características más monstruosas de las peores
moradas urbanas, es donde se hacinan los obreros agrícolas de
Inglaterra [126]"Sin
los pequeños propietarios de las aldeas abiertas [...], la mayor parte de los
obreros agrícolas tendrían que dormir bajo los árboles de las fincas en que
trabajan." (Ibídem, p. 135.) El sistema de las aldeas "abiertas"
y "cerradas" prevalece en todos los Midlands {250} y
en toda la parte oriental de Inglaterra. 127 ...Tampoco se
debe imaginar, por otra parte, que el trabajador alojado en la misma tierra que
cultiva encuentra la vivienda a que lo hace merecedor su vida,
industriosa y productiva. [...] Incluso en las fincas más principescas [...]
su cottage [...] suele ser de lo más deplorable. A juicio de
algunos terratenientes, un establo es suficientemente bueno para sus obreros y
los familiares de éstos y no desdeñan extraer de su alquiler todo el dinero
posible [128] fffffff En
la 3ª y 4ª ediciones: "certificado de trabajo".. Aunque se trate de
una choza en ruinas, con un solo dormitorio, sin hogar, sin retrete, sin
ventanas que puedan abrirse, sin más suministro de agua que el de la acequia,
sin huerta, el obrero carece de amparo contra la injusticia. Y nuestras leyes
de política sanitaria (the Nuisance Removal Acts) [...] son [...] letra muerta.
Se ha confiado su aplicación [...] precisamente a los propietarios que alquilan
esas covachas... Es necesario que [...] no nos dejemos deslumbrar por escenas
más brillantes, pero excepcionales; si lo hiciéramos perderíamos de vista la
preponderancia abrumadora de hechos que constituyen un baldón para la
civilización inglesa. Horrendo debe de ser, en efecto, el estado de cosas,
cuando los observadores competentes, pese a la monstruosidad notoria de la
vivienda actual, llegan por unanimidad a la conclusión de que la misma sordidez
de las viviendas es un mal infinitamente menos agobiante que su mera escasez.
Desde hace años, el hacinamiento en las viviendas de los obreros agrícolas es
motivo de profunda inquietud no sólo para las personas que se ocupan de
la salud, sino para todas las que se atienen a la decencia y la
moralidad de la vida. Una y otra vez, en efecto, con expresiones tan uniformes
que parecen estereotipadas, quienes elaboran informes sobre la difusión de
enfermedades epidémicas en los distritos rurales denuncian el hacinamiento
habitacional como causa que frustra por entero todo intento de contener el
progreso de una epidemia ya declarada. Y una y otra vez se ha demostrado que a
pesar de las muchas influencias saludables de la vida campestre, la
aglomeración, que tanto acelera la propagación de las enfermedades infecciosas,
coadyuva también al surgimiento de enfermedades no infecciosas. Y las personas
que han denunciado esa situación, no han guardado silencio acerca de otro mal.
Incluso cuando su tema originario se limitaba al cuidado de la salud, se veían
casi obligados a ocuparse de los otros aspectos del problema. Al mostrar cuán
frecuentemente adultos de uno u otro sexo, casados y solteros, deben yacer
amontonados (huddled) en estrechos dormitorios, los informes de esos
observadores tenían necesariamente que suscitar la convicción de que en las
condiciones descritas se ultrajan de la manera más grosera el sentimiento del
pudor y la decencia, causándose la ruina, casi necesariamente, de toda
moralidad 129 ... En el apéndice de mi último informe,
por ejemplo, el doctor Ord, en su relación sobre el brote de fiebre en Wing,
Buckinghamshire, refiere cómo llegó a ese lugar un joven de Wingrave, con
fiebre. En los primeros días de su enfermedad ese joven durmió en una
habitación con otras nueve personas. En dos semanas fueron infectados varios
individuos; [exclamdown] en el curso de pocas semanas 5 de las 9 personas
habían contraído la fiebre, y una murió! [...] En esa misma época, el
doctor Harvey, del hospital de Saint George, quien con motivo de su práctica
privada había visitado el pueblo de Wing durante la epidemia, me proporcionó
información coincidente con la anterior: <<Una joven, enferma de fiebre,
dormía de noche en el mismo cuarto con el padre, la madre, su propio hijo
bastardo, dos muchachos jóvenes (hermanos de ella) y sus dos hermanas, cada una
con un bastardo; en total, 10 personas. Pocas semanas antes, 13 niños dormían
en esa misma pieza>>" [130].
Durante su
investigación, el doctor Hunter visitó 5.375 cottages de
obreros agrícolas no sólo en distritos puramente agrarios, sino en todos los
condados de Inglaterra. De esas 5.375, 2.195
sólo tenían un dormitorio (que frecuentemente era también el cuarto de
estar); 2.930 sólo 2, y 250 más de 2.
Vamos a ofrecer aquí un breve florilegio, correspondiente a una docena de
condados.
1. Bedfordshire
Wrestlingworth: dormitorio de unos 12 pies ggggggg de
largo por 10 hhhhhhh de ancho; muchos, sin embargo, son
más pequeños. A menudo la pequeña choza de un piso se divide con una mampara,
formándose así dos dormitorios; suele colocarse una cama en una cocina de 5
pies y 6 pulgadas iiiiiii de alto. Alquiler: [sterling] 3.
Los inquilinos tienen que construir su propio retrete; el casero se limita a
hacer cavar un pozo. Tan pronto como alguien construye una letrina, la utiliza
todo el vecindario. Una casa, denominada de Richardson, era de una belleza
realmente única. Sus paredes de mortero se combaban como un vestido de dama
durante la genuflexión. Un extremo de la fachada era convexo, el otro cóncavo,
y sobre este último se levantaba desgarbadamente la chimenea, tubo torcido de
arcilla y madera que recordaba la trompa de un elefante. Un palolargo servía de
puntal y evitaba el derrumbe de la chimenea. Puerta y ventana romboidales. De
las 17 casas visitadas sólo 4 tenían más de un dormitorio, y las 4 estaban
atestadas. Cots [chozas de un piso] de una alcoba albergaban 3
adultos con 3 chicos, un matrimonio con 6 hijos, etcétera.
Dunton: alquileres altos, de [sterling] 4 a
[sterling] 5; salario semanal de los varones adultos: 10 chelines. Confían en
conseguir el dinero para el alquiler mediante el trenzado de paja, efectuado
por la familia. Cuanto más elevado el alquiler, tanto mayor el número de los
que deben reunirse para pagarlo. Seis adultos, que compartían un dormitorio con
4 niños, pagaban por esa pieza [sterling] 3 y 10 chelines. La casa más barata
de Dunton sus medidas exteriores son 15 pies jjjjjjj de
largo por 10 kkkkkkk de ancho estaba alquilada por
[sterling] 3. Sólo una de las 14 casas investigadas tenía dos dormitorios. Algo
apartada de la aldea se levanta una casa cuyos moradores han enchastrado las
paredes exteriores con sus excrementos. Por un simple proceso de putrefacción,
unas 9 pulgadas lllllll de la parte inferior de la puerta
han desaparecido; de noche, al cerrar, se tapa ingeniosamente el agujero
empujando desde adentro unos ladrillos y pedazos de esterilla. Media ventana
tanto los vidrios como el marco ha seguido el camino de toda carne [131].
Aquí, privados de mobiliario, se amontonan 3 adultos y 5 niños. Dunton no es
peor que el resto de la Biggleswade Union
2. Berkshire
Beenham: en junio de 1864 un hombre, su
mujer y 4 hijos vivían en una cot (cottage de un
piso). Una hija que trabajaba de sirvienta volvió a la casa con fiebre
escarlatina. Murió. Un chico se enfermó y murió. La madre y un hijo estaban
enfermos de tifus cuando se llamó al doctor Hunter. El padre y uno de los niños
dormían fuera de la casa, pero la dificultad de lograr el aislamiento pudo
apreciarse aquí, ya que la ropa de la familia atacada por la fiebre
se amontonaba, a la espera de lavado, en la atestada plaza del mercado de la
mísera aldea. Alquiler de la casa de H., 1 chelín semanal, un dormitorio para
una pareja y 6 niños. Casa alquilada por 8 peniques (semanales): 14 pies y 6
pulgadas mmmmmmm de largo, 7 pies nnnnnnn de
ancho, cocina de 6 pies ooooooo de altura; el dormitorio
sin ventana, ni hogar, ni puerta, ni otra abertura que una sola al pasillo,
ninguna huerta. Vivía un hombre aquí, hace poco, con dos hijas adultas y un
hijo adolescente. Padre e hijo dormían en la cama, las muchachas en el pasillo.
Cada una de ellas tuvo un hijo mientras la familia vivía allí, pero una se fue
al workhouse [hospicio] para el parto, y luego volvió a la
casa.
3. Buckinghamshire
Treinta cottages sobre
1.000 acres ppppppp de tierra albergan aquí de 130 a 140
personas, aproximadamente. La parroquia de Bradenham abarca 1.000 acres; en
1851 tenía 36 casas y una población de 84 hombres y 54 mujeres. Este desnivel
entre los sexos se había subsanado en 1861, año en que se censaron 98 varones y
87 mujeres; en 10 años hubo un incremento de 14 hombres y 33 mujeres. En el
ínterin, el número de casas había disminuido en una unidad.
Winslow: gran parte de la aldea está recién
construida, en buen estilo. La demanda de casas parece ser importante, ya
que cots misérrimas se alquilan a 1 chelín y 3 peniques por
semana.
Water
Eaton: aquí los
propietarios, en vista de que la población aumentaba, han demolido
aproximadamente un 20 % de las casas existentes. Un pobre obrero que tenía que
caminar unas 4 millas qqqqqqq hasta su trabajo, respondió
a la pregunta de si no encontraría una cot más cerca: "No
en la perra vida le alquilarán una casa a un hombre con una familia tan
numerosa como la mía".
Tinker's
End, cerca de
Winslow: una habitación donde dormían 4 adultos y 5 niños, medía 11 pies rrrrrrr de
largo por 9 sssssss de ancho, y en su punto más elevado la
altura era de 6 pies y 5 pulgadas ttttttt; otro dormitorio, de
11 pies y 7 pulgadas uuuuuuu de largo por 9 pies vvvvvvv de
ancho y 5 pies y 10 pulgadas wwwwwww de altura, albergaba
6 personas. Cada una de esas familias disponía de menos espacio que el
necesario para un condenado a trabajos forzosos. Ninguna casa tenía más de un
dormitorio; ninguna, una puerta trasera. El agua escaseaba mucho. Alquileres
semanales de 1 chelín y 4 peniques a 2 chelines. En 16 casas investigadas sólo
había un hombre que ganara 10 chelines por semana. En el caso antes mencionado,
la reserva de aire a disposición de cada persona equivalía a la que le
correspondería si pasara la noche encerrada en un cubo de 4 pies de
arista xxxxxxx. En las chozas viejas, es cierto, no escasea la
ventilación natural.
4. Cambridgeshire
Gamblingay pertenece a varios
propietarios. Se observan en ella las cots más ruinosas y
miserables que se pueda encontrar en ninguna otra parte. Se practica mucho el
trenzado de paja. Una lasitud mortal, una resignación desesperada a la mugre,
imperan en Gamblingay. El desaseo en el centro de la aldea se convierte en
tortura en los extremos septentrional y meridional, donde las casas se caen a
pedazos, podridas. Los terratenientes ausentistas desangran pródigamente a la
mísera aldehuela. Los alquileres son muy elevados. De 8 a 9 individuos
apeñuscados en una pieza donde podría dormir bien una sola persona; en dos
casos, 6
5. Essex
En muchas
parroquias de este condado corren parejas la disminución en el número de
personas y en el de cottages. En no menos de 22 parroquias, sin
embargo, la destrucción de casas no ha puesto coto al incremento de la
población o, en otras palabras, no ha provocado la expulsión que, bajo el
nombre de "éxodo hacia las ciudades" tiene lugar en todas
partes. En Fingringhoe, una parroquia de 3.443 acres yyyyyyy,
había en 1851 145 casas, y en 1861 únicamente 110, pero la gente no quiso
marcharse y se las arregló para aumentar numéricamente, a pesar de estar
sometida a ese tratamiento. En Ramsden Crays 252 personas
residían en 1851 en 61 casas, pero en 1861 262 personas se hacinaban en sólo 49
casas. En Basildon vivían en 1851 157 pcrsonas en 35 casas, sobre 1.827
acres zzzzzzz; a fines del decenio, 180 personas en 27 casas.
En las parroquias de Fingringhoe, South Fambridge, Widford, Basildon y Ramsden
Crays vivían en 1851 1.392 personas en 316 casas, sobre 8.449 acres aaaaaaaa;
en 1861, sobre la misma superficie, 1.473 personas en 249 casas.
6. Herefordshire
Este pequeño
condado ha sido más atacado por el "espíritu de desalojo" que
cualquier otro en Inglaterra. En Madley las atestadas cottages,
por lo general de dos dormitorios, pertenecen en gran parte a arrendatarios de
tierras. [exclamdown]Las alquilan fácilmente a [sterling] 3 ó 4 por año y pagan
un salario semanal de 9 chelines!
7. Huntingdonshire
Hartford tenía en 1851 87 casas, pero
poco después se habían demolido 19 cottages en esa pequeña
parroquia de 1.720 acres bbbbbbbb; habitantes en
1831, 452 personas; en 1851, 382, y en 1861, 341. Investigadas; 14 cots de
un dormitorio. En una, un matrimonio, 3 hijos varones adultos, una muchacha
adulta, 4 niños; en total: 10 personas; en otra, 3 adultos y 6 niños. Uno de esos
cuartos, en el que dormían 8 personas, medía 12 pies y 10 pulgadas cccccccc de
largo, 12 pies y 2 pulgadas dddddddd de ancho y 6 pies y 9
pulgadas eeeeeeee de altura; la medida media, sin
descontar las salientes, arrojaba unos 130 pies cúbicos ffffffff por
cabeza. En los 14 dormitorios, 34 adultos y 33 niños. Raras veces estas cottages tenían
huerta, pero muchos de los inquilinos podían tomar en arriendo pequeños retazos
de tierra, a razón de 10 ó 12 chelines por rood (1/4 de
acre gggggggg). Estos allotments [lotes] se
encuentran lejos de las casas, carentes de letrinas. La familia tiene que optar
entre ir a su parcela para depositar allí sus excrementos o, como ocurre aquí y
con perdón sea dicho, llenar con ellos el cajón de un armario; una vez lleno, lo
sacan y se lo vacía donde su contenido es necesario. En Japón, el ciclo de las
condiciones de vida se desenvuelve con más aseo.
8. Lincolnshire
Langtoft: un hombre vive aquí en la casa de
Wright, con mujer, suegra y 5 chicos; la casa tiene cocina al frente, lavadero,
un dormitorio sobre la cocina; ésta y el dormitorio miden 12 pies y 2
pulgadas hhhhhhhh de largo por 9 pies y 5 pulgadas iiiiiiii de
ancho; la planta baja, en su totalidad, mide 21 pies y 3 pulgadas jjjjjjjj de
largo por 9 pies y 5 pulgadas kkkkkkkk de ancho. El
dormitorio es una buhardilla. Las paredes convergen en el techo, a la manera de
un pilón de azúcar, y un tragaluz se abre en la fachada. ¿Por qué vivía aquí el
inquilino? ¿Huerto? Extraordinariamente minúsculo. ¿Alquiler? Alto, 1 chelín y
3 peniques por semana. ¿Cercanía respecto al trabajo? No, trabajo y casa
distaban 6 millas llllllll uno del otro, de modo que el
ocupante tenía que marchar 12 millas mmmmmmmm diarias,
entre ida y vuelta. Vivía allí porque era una cottage alquilable
y porque quería tener una cot para él solo, en cualquier
parte, a cualquier precio, en el estado que fuera. Ofrecemos ahora los datos
estadísticos correspondientes a 12 casas en Langtoft, con 12 dormitorios en los
que vivían 38 adultos y 36 niños.
12 casas
en Langtoft Dormi- Número Dormi- Número
Casas
torios Adultos Niños de Casas torios Adultos Niños de
personas
personas
1 1 3 5 8 1
1 3 3 6
1 1 4 3 7 1
1 3 2 5
1 1 4 4 8 1
1 2 0 2
1 1 5 4 9 1
1 2 3 5
1 1 2 2 4 1
1 3 3 6
1 1 5 3 8 1
1 2 4 6
9. Kent
Kennington, penosísimamente congestionada en
1859, año en que se declaró la difteria y el médico de la parroquia efectuó una
encuesta oficial sobre la situación de las clases populares más pobres. Se
encontró con que en este poblado, donde hay gran necesidad de trabajo, se
habían destruido varias cots y no se había construido ninguna
nueva. En un distrito se levantaban 4 casas, llamadas birdcages (pajareras);
cada una tenía 4 piezas cuyas dimensiones en pies nnnnnnnn y
pulgadas oooooooo eran las siguientes:
Cocina 9,5 x
8,11 x 6,6
Lavadero 8,6
x 4,6 x 6,6
Dormitorio
8,5 x 5,10 x 6,3
Dormitorio
8,3 x 8,4 x 6,3
10. Northamptonshire
Brixworth, Pitsford y Floore:
durante el invierno, debido a la falta de trabajo, en estas aldeas vagabundean
de 20 a 30 hombres por las calles. Los arrendatarios no siempre cultivan
suficientemente las tierras cerealeras y las dedicadas a hortalizas, y al
terrateniente le ha parecido ventajoso fusionar en 2 ó 3 todas sus fincas
arrendadas. De ahí que escasee la ocupación. Mientras que de un lado de la fosa
el campo clama por trabajo, del otro lado los chasqueados trabajadores le
lanzan miradas ansiosas. Febrilmente recargados de trabajo en el verano y medio
muertos de hambre en el invierno, no es extraño que digan, en su propio dialecto,
que "the parson and gentlefolks seem frit to death at them" [132]bis.
En Floore,
casos de parejas con 4, 5, 6 niños, hacinados en un dormitorio de miniatura; lo
mismo, 3 adultos con 5 niños; lo mismo, una pareja con el abuelo y 6 niños
enfermos de escarlatina, etc.; en 2 casas con 2 dormitorios, 2 familias
formadas por 8 y 9 adultos, respectivamente.
11. Wiltshire
Stratton: 31 casas visitadas; 8 con sólo un
dormitorio. Penhill, en la misma parroquia: una cot, alquilada por
1 chelín y 3 peniques semanales y en la que vivían 4 adultos y 4 niños, no
tenía nada de bueno salvo las paredes desde el piso hecho de piedras toscamente
labradas hasta el techo de paja podrida.
12. Worcestershire
La
destrucción de casas no ha ido aquí tan lejos; sin embargo, de 1851 a 1861 el
número de moradores por casa pasó de 4,2 a 4,6.
Badsey: muchas cots y
huertas pequeñas en esta aldea. Algunos arrendatarios declaran que las cots son
"a great nuisance here, because they bring the poor"
(las cots constituyen un gran inconveniente porque atraen a
los pobres). Con respecto a la afirmación de un gentleman, según el
cual "no por ello mejora la situación de los pobres; si se construyen
500 cots, se colocan como el pan caliente, y en realidad, cuantas
más se construyen, tantas más se necesitan" en su opinión son las casas
las que producen los habitantes, que luego, conforme a una ley natural,
presionan sobre "los medios habitacionales" observa el doctor Hunter:
"Y bien, esos pobres deben venir de alguna parte, y como en Badsey no hay
nada que ejerza atracción socorros caritativos, por ejemplo tiene que existir
necesariamente una repulsión ejercida por un lugar todavía más desagradable, la
cual los impele hacia aquí. Si cada uno pudiera encontrar una cot y
una parcela cerca de su lugar de trabajo, es seguro que nadie preferiría a
Badsey, donde por un pedacito de terreno tiene que pagar dos veces más que el
arrendatario por el suyo".
El éxodo
constante hacia las ciudades, la conversión constante operada
en el campo de los obreros en "supernumerarios"
debido a la concentración, pppppppp a la transformación
de tierras de labor en pasturas, a la maquinaria, etcétera, y la expulsión
constante de la población rural por medio de la demolición de las cottages,
son procesos que corren parejos. Cuando más despoblado está un distrito tanto
mayores son su "sobrepoblación relativa" y la presión ejercida por
ésta sobre los medios de ocupación, tanto mayor el excedente absoluto de
población rural con respecto a sus medios habitacionales, tanto mayores, por
consiguiente, la sobrepoblación local y el pestilente
hacinamiento humano en las aldeas. El espesamiento del conglomerado humano en
aldehuelas y pueblecitos desperdigados concuerda con la forzosa despoblación
humana del campo abierto. La conversión ininterrumpida de los obreros agrícolas
en "supernumerarios", pese a la reducción de su número y al aumento
en la masa de su producto, es la cuna de su pauperismo. Su indigencia ocasional
es uno de los motivos que se invocan para desalojarlos y la fuente de su
miseria habitacional; ésta quebranta su última capacidad de resistencia y los
convierte en simples esclavos del terrateniente [133] y del arrendatario de tierras, de tal modo que
el mínimo del salario se consolida para ellos con la fuerza de una ley natural.
Por otra parte, el campo, pese a su constante "sobrepoblación
relativa", está a la vez subpoblado. Esto no sólo puede verse
con carácter local en puntos donde la afluencia humana hacia las ciudades,
minas, ferrocarriles en construcción, etc., se produce con demasiada rapidez,
sino en todas partes, tanto durante la cosecha como en primavera o verano, en
los muchos momentos en que la agricultura inglesa muy esmerada e intensiva
requiere brazos extraordinarios. Siempre hay demasiados obreros agrícolas para
las necesidades medias de la agricultura y demasiado pocos para las necesidades
excepcionales o temporarias de la misma [134]qqqqqqqq En
la 4ª edición se cita así esta obra: "Der achtzehnte Brumaire des Louis
Bonaparte", 2ª ed., Hamburgo, 1869, pp. 88 y ss.".. De ahí que
en los documentos oficiales se registren las quejas más contradictorias,
procedentes de la misma localidad, respecto a la falta de trabajo y al exceso
de trabajo; todo al mismo tiempo. La falta temporaria o local de trabajo no suscita
ningún aumento salarial, sino que empuja hacia los trabajos agrícolas a mujeres
y niños y abate a niveles cada vez más bajos la edad a la que estos últimos
comienzan a trabajar. No bien cobra mayor vuelo la explotación de las mujeres y
los niños, la misma se convierte, a su vez, en nuevo medio para transformar en
supernumerarios a los trabajadores agrícolas varones y mantener el bajo nivel
de sus salarios. En el este de Inglaterra florece un hermoso fruto de
este cercle vicieux [círculo vicioso]: el llamado gang-system (sistema
de cuadrillas o de bandas), tema sobre el cual volvemos brevemente aquí [135].
El sistema
de cuadrillas está radicado casi exclusivamente en Lincolnshire,
Huntingdonshire, Cambridgeshire, Norfolk, Suffolk y Nottinghamshire,
esporádicamente en los condados vecinos de Northampton, Bedford y Rutland.
Tomemos aquí a Lincolnshire como ejemplo. Una gran parte de
este condado está formada por tierras nuevas, pantanos desecados o, al igual
que en otros de los condados orientales aludidos, terrenos recién ganados al
mar. La máquina de vapor ha operado milagros en cuanto a la desecación.
Extensiones que antes eran marismas y terrenos arenosos, están cubiertas ahora por
un mar de exuberantes trigales y rinden las más elevadas rentas de la tierra.
Lo mismo se aplica a terrenos aluviales ganados artificialmente, como en el
caso de la isla de Axholme y las demás parroquias a orillas del Trent. A medida
que surgían las nuevas fincas arrendadas, no sólo no se construían nuevas cottages sino
que se demolían muchas de las antiguas; el aporte de trabajo se obtenía de las
aldeas abiertas, distantes varias millas y ubicadas a lo largo de
caminos que serpentean por la cresta de las colinas. Eran éstas, anteriormente,
el único refugio que encontraba la población durante las persistentes
inundaciones invernales. En las fincas arrendadas de 400 a 1.000 acres rrrrrrrr,
a los obreros sedentarios (denominados aquí "confined labourers" [trabajadores
encerrados]) sólo se los utiliza para el trabajo agrícola pesado y permanente,
efectuado con caballos. Término medio, por cada 100 acres (1 acre = ssssssss 1,584
morgen prusianas) hay apenas una cottage. Un arrendatario de fenland [tierra
ganada a los pantanos] declaró ante la comisión investigadora: "La finca
que arriendo comprende 320 acres tttttttt, todos de tierras de
pan llevar. No tiene ninguna cottage. Un trabajador vive actualmente en mi
casa. Tengo cuatro hombres que trabajan con los caballos y que residen en los
alrededores. El trabaja liviano, para el que se requieren muchos brazos, se
efectúa par medio de cuadrillas" [136].
El suelo exige muchas tareas livianas, como arrancar la maleza, azadonar,
ciertas operaciones de abonado, eliminación de las piedras, etc. Estos trabajos
los ejecutan las cuadrillas o bandas organizadas, residentes en las aldeas
abiertas.
La cuadrilla
se compone de 10 a 40 ó 50 personas: mujeres, muchachos de uno u otro sexo (de
13 a 18 años), aunque a los muchachos varones generalmente se los excluye
cuando llegan a los 13 años, y por último niños y niñas (de 6 a 13 años). A la
cabeza está el gang-master (jefe de cuadrilla), que es siempre
un obrero agrícola común y corriente y que suele ser lo que se llama un tipo de
mala entraña, libertino, inconstante, borrachín, pero dotado de cierto espíritu
emprendedor y de savoir-faire [don de gentes]. Recluta la
cuadrilla, que trabaja a sus órdenes y no bajo el mando del arrendatario. Con
éste establece un acuerdo basado, las más de las veces, en el pago a destajo.
La remuneración del gang-master, no mucho mayor promedialmente que
la de un obrero agrícola común [137] uuuuuuuu Unas
200 há., depende casi por entero de la destreza con que sepa hacer que su
cuadrilla, en el menor tiempo posible, movilice la mayor cantidad posible de
trabajo. Los arrendatarios han descubierto
que las mujeres sólo trabajan ordenadamente bajo la dictadura masculina,
pero que ellas y los niños, una vez puestos en movimiento, gastan con verdadero
desenfreno sus energías vitales como ya lo sabía Fourier , mientras que el
obrero varón adulto es tan mañoso que las economiza lo más que puede. El jefe
de cuadrilla se traslada de una finca a otra y ocupa así a su banda durante 6 u
8 meses por año. Ser sus clientes, por ende, es mucho más rendidor y seguro
para las familias obreras que serlo del arrendatario individual, el cual sólo
ocasionalmente da ocupación a niños. Esta circunstancia consolida a tal punto
su influencia en las aldeas abiertas, que por lo general sólo por su mediación
es posible contratar niños. La explotación individual de los mismos, al margen
de la explotación de la cuadrilla por el arrendatario vvvvvvvv,
constituye el negocio accesorio de estos individuos.
Los
"puntos flacos" del sistema son el trabajo excesivo de los niños y de
los jóvenes, las marchas interminables que efectúan diariamente para ir y
volver de fincas distantes 5, 6 y a veces 7 millas wwwwwwww, y
por último la desmoralización de las "gangs". Aunque el jefe de
cuadrilla, al que en algunas comarcas se lo denomina "the driver" (el
arriero), está provisto de una buena vara, rara vez la emplea, y las quejas
sobre malos tratos son la excepción. Es un emperador democrático o una especie
de flautista de Hamelin [138].
Necesita, pues, gozar de popularidad entre sus súbditos y los mantiene
vinculados a su persona por medio de la bohemia que prospera bajo sus
auspicios. Una cruda licencia, un placentero desenfreno y la más obscena
desenvoltura dan alas a la cuadrilla. Las más de las veces el jefe de cuadrilla
paga los salarios en la taberna y vuelve más tarde a casa tambaleándose,
sostenido a derecha e izquierda por sendas y robustas mujeres, a la
cabeza de un séquito de niños y muchachos que alborotan y entonan canciones chocarreras
y obscenas. En el camino de regreso está en la orden del día lo que Fourier
llama la "fanerogamia" [139].
Es frecuente que muchachas de trece y catorce años queden encintas por
compañeros de su misma edad. Las aldeas abiertas, que suministran el grueso de
las cuadrillas, se convierten en Sodomas y Gomorras [140] 141 y registran dos
veces más nacimientos ilegítimos que el resto del reino. Ya hemos indicado lo
que aportan a la moralidad, en calidad de mujeres casadas, las muchachas
criadas en esa escuela. Sus hijos, si el opio no les da el golpe de gracia, son
reclutas natos de la cuadrilla.
La cuadrilla,
en la forma clásica que acabamos de describir, se denomina cuadrilla pública,
común o ambulante (public, common or tramping gang). Existen también, en
efecto, cuadrillas privadas (private gangs). Se integran como
la cuadrilla pública pero son menos numerosas, y en vez de trabajar bajo el
mando del jefe de cuadrilla, lo hacen a las órdenes de un peón viejo al que el
arrendatario no sabe dar mejor destino. El espíritu de bohemia se desvanece
aquí, pero todas las declaraciones testimoniales coinciden en que tanto el pago
como el trato de los niños empeoran.
El sistema
de cuadrillas, que en los últimos años se ha extendido de manera constante [142],
no existe, evidentemente, para complacer al jefe de cuadrilla. Existe para
enriquecer a los grandes arrendatarios [143],
o en su caso a los terratenientes [144].
Para el arrendatario no existe un método más ingenioso, que le permita mantener
a su personal obrero muy por debajo del nivel normal y, no obstante, tener
siempre a la orden, para todo trabajo extraordinario, los brazos extras
necesarios, así como extraer con la menor cantidad posible de dinero la mayor
cantidad posible de trabajo [145] y
convertir en "supernumerarios" a los obreros varones adultos. Tras la
exposición anterior, se comprende que por un lado se admita la mayor o menor
desocupación del obrero rural, y que por otro se declare "necesario"
el sistema de cuadrillas debido a la falta de trabajo obrero masculino y a su
éxodo hacia las ciudades [146].
Los campos libres de malezas y las malezas humanas de Lincolnshire, etcétera,
son los polos opuestos de la producción capitalista [147].
f)
Irlanda
Para
concluir esta sección es necesario que nos traslademos por un momento a Irlanda.
En primer lugar, los hechos que aquí nos interesan.
La población
de Irlanda había aumentado en 1841 a
8.222.664 personas; en 1851 se había
reducido a 6.623.985 habitantes, en 1861
a 5.850.309 y en 1866 a 5 1/2
millones, esto es, aproximadamente a su nivel de 1801. La disminución comienza con el año de hambruna de 1846, de manera que en menos de 20 años Irlanda
pierde más de 5/16 del número total de sus habitantes [148].
Su emigración global desde mayo de 1851 hasta julio de 1861 ascendió a 1.591.487 personas; la emigración durante
los últimos 5 años (1861-1865) pasó del
medio millón. El número de casas ocupadas se redujo, de 1851 a 1861,
en 52.900. De 1851 a 1861 el número de las fincas arrendadas con una superficie
de 15 a 30 acres xxxxxxxx aumentó en 61.000; el de las
fincas arrendadas mayores de 30 acres en 109.000, mientras que el número
total de todas las fincas arrendadas decreció en 120.000, merma que
obedece exclusivamente al aniquilamiento de fincas arrendadas de menos
de 15 acres, o sea a su concentración yyyyyyyy.
La mengua en
el número de habitantes, naturalmente, se vio acompañada en términos generales
por una reducción en la masa de productos. Para el objetivo que nos hemos
fijado basta considerar los 5 años que van de 1861 a 1865, durante los cuales
emigraron más de medio millón de personas y la cantidad absoluta de
habitantes se redujo en más de 1/3 de millón zzzzzzzz.
CUADRO A
Existencias
de ganado aaaaaaaaa
Año
Equinos Vacunos
Número
Dismi- Número Dismi- Aumen-
total nución
total nución to
1860 619.811
3.606.374
1861 614.232
5.579 3.471.688 134.686
1862 602.894
11.338 3.254.890 216.798
1863 579.978
22.916 3.114.231 110.659
1864 562.158
17.820 3.262.294 118.063
1865 547.867
14.291 3.493.414 231.120
Año
Ovinos Porcinos
Número
Dismi- Aumen- Número Dismi- Aumen-
total
nución to total nución to
1860
3.542.080 1.271.072
1861
3.556.050 13.970 1.102.042 169.030
1862
3.456.132 99.918 1.154.324 52.282
1863
3.308.204 147.928 1.067.458 86.866
1864
3.366.941 58.737 1.058.480 8.978
1865
3.688.742 321.801 1.299.893 241.413
Del cuadro
precedente resulta:[149]
Equinos
Vacunos Ovinos Porcinos
Disminución
Disminución Aumento Aumento
absoluta
absoluta absoluto absoluto
71.944
112.960 146.662 28.821
Pasemos
ahora a la agricultura, que proporciona los medios de subsistencia para el
ganado y los seres humanos. En el cuadro siguiente se calcula la disminución o
el aumento registrado cada año con respecto al año inmediatamente precedente.
Los granos comprenden el trigo, la avena, la cebada, el
centeno, los frijoles y las arvejas. Las hortalizas abarcan
las papas, turnips [nabos], remolachas azucareras y
forrajeras, coles, zanahorias, parsnips [pastinacas], chirivías,
etcétera.
CUADRO B bbbbbbbbb
Aumento o
disminución de la tierra dedicada al cultivo y como praderas (o pastoreo), en acres (a)
Totales
de tierras Granos Hortalizas Pasturas y Lino
dedicadas
trébol a
la agric. y la
ganad.
Año D D A D A D A D A
1861 15.701
36.974 47.969 19.271 81.373
1862 72.734
74.785 6.623 2.055 138.841
1863 144.719
19.358 7.724 63.922 92.431
1864 122.437
2.317 47.486 87.761 10.493
1865 72.450
25.421 68.970 50.159 28.218
1861-65
428.041 1O8.013 82.834 122.850 330.370
a 1 acre = 0,4047 há.
A Aumento
D Disminución
En 1865 se
agregan al rubro "pasturas" 127.470 acres ccccccccc,
principalmente porque el área bajo el rubro "tierra yerma, no
utilizada, y bog (turberas)" disminuyó en 101.543
acres ddddddddd. Si comparamos 1865 con 1864, tenemos una reducción
en el rubro granos de 246.667 quarterseeeeeeeee,
de los cuales 48.999 fffffffff correponden al trigo,
166.605 ggggggggg a la avena, 29.892 hhhhhhhhh a
la cebada, etc.; la merma en la producción de papas aunque el
área dedicada a su cultivo aumentó en 1865 fue de 446.398
toneladas iiiiiiiii, etcétera jjjjjjjjj.
Pasemos ahora, del movimiento de la población y de la producción agropecuaria
de Irlanda, al movimiento en la bolsa de sus terratenientes,
grandes arrendatarios y capitalistas industriales. El mismo se refleja en las
bajas y alzas del impuesto a los ingresos. Para comprender el
cuadro siguiente obsérvese que el rubro D(ganancias, salvo
las de
CUADRO D 150
Ingresos
sujetos al impuesto a los ingresos, en libras esterlinas
1860 1861
1862 1863 1864 1865
Rubro A
Renta de la tierra 12.893.829 13.003.554 13.398.938
13.494.091 13.470.700 13.801.616
Rubro B
Ganancias de
los arrendatarios 2.765.387 2.773.644
2.937.899 2.938.823 2.930.874 2.946.072
Rubro D
Ganancias
industriales.etc. 4.891.652 4.836.203 4.858.800 4.846.497 4.546.147 4.850.199
Todos los rubros de A a E 22.962.885 22.998.394 23.597.574 23.658.631
23.236.298 23.930.340
CUADRO C 151
Agregado a
la 2ª edición. Las estadísticas oficiales registran, para el año 1872, una
reducción en la superficie cultivada comparada con la de 1871 de 134.915 acres.
Se verifica un "aumento" en el cultivo de hortalizas turnips [nabos],
remolachas forrajeras y similares ; "disminución" en el área
cultivada de trigo (16.000 acres), avena (14.000 acres), cebada, bere y centeno
(4.000 acres), papas (66.632 acres), lino (34.667 acres), y 30.000 acres menos
de praderas, tréboles, chirivías y colzas. El suelo dedicado al cultivo de
trigo muestra en los últimos 5 años la siguiente escala descendente: 1868, 285.000 acres; 1869, 280.000
acres; 1870, 259.000 acres; 1871, 244.000 acres; 1872, 228.000 acres. En 1872 se registra, en números redondos, un
aumento de 2.600 equinos, 80.000 vacunos, 68.600 ovinos y una disminución de
236.000 porcinos.
Aumento o
disminución en la extensión de la tierra cultivada, el producto por acre y el producto
total. 1865 comparado con 1864 (a)
Acres de
tierra Aumento o dis- Producto por
Producto
cultivada minución, 1865 acre
1864 865 + -
1864 1865
cwt.(b) cwt.
Trigo
276.483 266.989 9.494 13,3 13,0
Avena
1.814.886 1.745.228 69.658 12,1 12,3
Cebada
172.700 177.102 4.402 15,9 14,9
Bere (d) 8.894
10.091 1.197 16,4 14,8
Centeno 8,5
10,4
tons.(e) tons.
Papas
1.039.724 1.066.260 26.536 4,1 3,6
Nabos
337.355 334.212 3.143 10,3 9,9
Remolacha
14.073 14.389 316 10,5 13,3
Coles 31.821
33.622 1.801 9,3 10,4
Lino 301.693
251.433 50.260 34,2(*) 25,2(*)
Heno
1.609.569 1.678.493 68.924 1,6 1,8
Producto
total
Producto
Aumento o disminución, 1865 Aumento o disminución, 1865
+ - 1864 1865
+ -
cwt. cwt. qrs.(c) qrs. qrs. qrs.
Trigo 0,3
875.782 826.783 48.999
Avena 0,2
7.826.332 7.659.727 166.605
Cebada 1,0
761.909 732.017 29.892
Bere (d) 1,6
15.160 13.989 1.171
Centeno 1,9 12.680 18.364 5.684
tons. tons. tons. tons. tons. tons.
Papas 0,5
4.312.388 3.865.990 446.398
Nabos 0,4
3.467.659 3.301.683 165.976
Remolacha
2,8 147.284 191.937 44.653
Coles 1,1
297.375 350.252 52.877
Lino 9,0(*) 64.506
39.561 24.945
Heno 0,2
2.607.153 3.068.707 461.554
* Stones de 14
libras (f).
a 1 acre = 0,4047 há.
b 1 cwt. = 1 hundredweight =
45,359 kg.
c 1 quarter =
2,908 hl.
d Variedad de cebada: hordeum
hexastichon o tetrastichon.
e 1 tonelada inglesa = 2.240
libras = 1.016,04 kg.
f 6,350 kg.
los
arrendatarios) incluye también las llamadas ganancias "profesionales",
es decir, los ingresos de abogados, médicos, etc., y que los rubros C y E que
no incluimos por separado en nuestro cuadro comprenden los ingresos de
funcionarios, militares, sinecuristas del estado, tenedores de títulos,
etcétera.
Bajo el
rubro D, el aumento del ingreso anual medio fue de sólo 0,93 en el
período 1853-1864, mientras que en el mismo lapso ascendió a 4,58 en Gran
Bretaña. El cuadro siguiente [Cuadro E] muestra la distribución de
las ganancias (sin incluir las de los arrendatarios)
en los años 1864 y 1865.
Inglaterra,
país de producción capitalista desarrollada y preponderantemente industrial,
habría quedado exangüe si hubiera padecido una sangría de población como la
soportada por Irlanda. Pero Irlanda,
actualmente, no es más que un distrito agrícola de Inglaterra, de la cual la
separa un ancho foso, y a la que suministra granos, lana, ganado y reclutas
industriales y militares.
La
despoblación ha hecho que muchas tierras se vuelvan baldías, ha reducido
considerablemente el producto
CUADRO E
Rubro D.
Ingresos por ganancias (de más de [sterling] 60) en Irlanda 1864 1865
Número de personas en- personas en [sterling]
tre las que [sterling] tre las que se distribuyen
Ingreso
total anual 4.368.610 17.467 4.669.979 18.081
Ingresos
anuales de más de [sterling] 60 y menos de [sterling] 100 238.726 5.015 222.575
4.703
Ingresos
anuales de más de [sterling] 60 y menos de [sterling] 100 238.726 5.015 222.575
4.703
Resto del
ingreso total anual 2.150.818 1.131 2.418.833 1.194
1.073.906
1.010 1.097.927 1.044
1.076.912
121 1.320.906 150
De las
cuales 430.535 95 584.458 122
646.377 26
736.448 28
262.819 3
274.528 3
agrícola [153] mmmmmmmmm En
la 3ª y 4ª ediciones: "exporta indirectamente". y, pese a
la expansión del área dedicada a la ganadería, ha ocasionado en algunos de sus
ramos una disminución absoluta, y en otras un progreso insignificante,
interrumpido por retrocesos constantes. No obstante, con el descenso en la masa
de la población, aumentan continuamente las rentas de la tierra y las ganancias
de los arrendatarios, aunque estas últimas no de manera tan constante como las
primeras. El motivo de ello es fácilmente comprensible. Por una parte, con la
fusión de las fincas arrendadas y la transformación de tierras de labor en
pasturas, una parte mayor del producto total se convirtió
en plusproducto. El plusproducto creció, aunque el producto global,
del cual aquél es una fracción, disminuyó. Por otra parte, el valor dinerario
de este plusproducto se acrecienta aún más rápidamente que su masa, debido al
aumento que en los últimos 20 años, y especialmente en el último decenio, han
experimentado en el mercado inglés los precios de la carne, de la lana,
etcétera.
Los medios
de producción dispersos que sirven al productor mismo como medios de ocupación
y de subsistencia, sin que se valoricen mediante la incorporación de trabajo
ajeno, están tan lejos de ser capital como el producto
consumido por su propio productor lo está de ser mercancía. Aunque
con la masa de la población decreció la masa de los medios de
producción empleados en la agricultura, aumentó sin embargo la masa
de capital empleado en la misma, ya que una parte de los
medios de producción antes dispersos se transformó en capital.
El capital
global de Irlanda invertido fuera de la agricultura, en la industria y el
comercio, se acumuló durante los dos últimos decenios con lentitud y estuvo
sometido a grandes y constantes fluctuaciones. Se desarrolló con gran rapidez,
por el contrario, la concentración de sus partes constitutivas individuales.
Finalmente,
por pequeño que haya sido su crecimiento absoluto, relativamente,
esto es, en proporción a la decreciente masa de población, ese capital aumentó.
Se despliega
aquí bajo nuestros ojos, en gran escala, un proceso tan hermoso que la economía
ortodoxa no podría desear que lo fuera más para demostrar su dogma según el cual la miseria es el resultado de la sobrepoblación
absoluta y el equilibrio se restablece gracias a la despoblación. Es este
un experimento mucho más importante que la peste de mediados del siglo XIV [154],
tan glorificada por los maltusianos. Incidentalmente: si aplicar a las
relaciones de producción y a las correspondientes relaciones de población del
siglo XIX las pautas del siglo XIV era ya de por sí algo que combinaba
pedantería e ingenuidad, esta ingenuidad, por añadidura, hacía caso omiso de que
si bien la peste y la mortandad que la acompañó fueron seguidas por la
liberación y enriquecimiento de la población rural de este lado del Canal, en
Inglaterra, del otro lado, en Francia, contribuyeron a un mayor sojuzgamiento y
a un acrecentamiento de la miseria nnnnnnnnn.
En 1846,
la hambruna liquidó en Irlanda a más de un millón de seres humanos, pero sólo se trataba de
pobres diablos. No infligió el menor perjuicio a la riqueza del país. El
éxodo que la siguió durante dos decenios, y que todavía hoy va en aumento, no
diezmó como sí lo hizo la Guerra de los Treinta Años junto con los hombres a
sus medios de producción. El genio irlandés inventó un método totalmente nuevo
para proyectar a un pueblo indigente, como por arte de encantamiento, a miles de
millas de distancia del escenario de su miseria. Los emigrantes arraigados en
Estados Unidos envían anualmente sumas de dinero a casa, medios que posibilitan
el viaje de los rezagados. Cada tropel que emigra este año, atrae el próximo
año otro tropel de emigrantes. En vez de costarle algo a Irlanda, la emigración
constituye uno de los ramos más proficuos de sus negocios de exportación. Es,
por último, un proceso sistemático que no se limita a horadar un boquete
transitorio en la masa de la población, sino que extrae de ella, año a año, más
hombres que los remplazados por los nacimientos, con lo cual el nivel absoluto
de población disminuye cada año ooooooooo.
¿Cuáles
fueron las consecuencias para los obreros irlandeses que quedaron atrás,
liberados ya de la sobrepoblación? Que la sobrepoblación relativa hoy
es tan grande como antes de 1846, que el salario se mantiene en el mismo nivel
bajo, que el trabajo es más extenuante que antes, que la miseria en el campo
empuja hacia una nueva crisis. Las causas son simples. La revolución en la
agricultura va a la par de la emigración. La producción de sobrepoblación
relativa le tomó la delantera a la despoblación absoluta.
Una mirada al cuadro B ppppppppp muestra que la
transformación de tierras de labor en pasturas tiene que operar de manera mucho
más aguda en Irlanda que en Inglaterra. En ésta, con el acrecentamiento de la
ganadería aumenta el cultivo de hortalizas; en Irlanda, dicho cultivo
disminuye. Mientras que grandes extensiones de tierras antes cultivadas quedan
en barbecho o se transforman de manera permanente en pasturas, gran
parte de la tierra baldía y las turberas sirven hoy para la expansión de
la ganadería. Los arrendatarios pequeños y medianos incluyo entre ellos todos
los que no cultivan más de 100 acres qqqqqqqqq siguen
siendo, aproximadamente, 8/10 del total [155]bis 156.
La competencia de la agricultura practicada con métodos capitalistas oprime
progresivamente, en grado mucho más intenso que antes, a ese tipo de
arrendatarios, que por consiguiente suministran de manera constante nuevos
reclutas a la clase de los asalariados. La única gran industria de Irlanda, la
fabricación de lienzo, requiere relativamente pocos varones adultos y en
general ocupa, pese a la expansión que experimentó a partir del encarecimiento
del algodón sssssssss, sólo a una parte proporcionalmente
insignificante de la población. Al igual que toda otra gran industria, la del
lienzo, mediante oscilaciones continuas, produce en su propia esfera una
sobrepoblación relativa, incluso aunque aumente en términos absolutos la masa
humana absorbida por ella. La miseria de la población rural constituye el
pedestal de gigantescas fábricas de camisas, etc., cuyo ejército de
trabajadores, en su mayor parte, está disperso por el campo. Volvemos a
encontrarnos aquí con el sistema de la industria doméstica, ya descrito
anteriormente, que dispone de dos recursos metódicos para convertir en
"supernumerarios" a los obreros: pagar de menos y hacer trabajar
de más. Por último, aunque la despoblación no surtió efectos tan
destructivos como los que habría ocasionado en un país de producción
capitalista desarrollada, no tuvo lugar sin repercusiones constantes ttttttttt. La emigración no sólo deja a sus espaldas
casas vacías, sino también caseros arruinados. La baja total de su consumo
crea en el mercado interno un vacío permanente, que se hace sentir sobre todo entre
los tenderos modestos, los artesanos y los pequeños industriales en general.
Cada nuevo éxodo arroja una parte de la
pequeña clase media al proletariado. Véase en el cuadro E la reducción de
los ingresos menores de [sterling] 100.
El salario
del obrero agrícola en la región de Dublín el salario máximo del jornalero
rural irlandés es en estos momentos, pese a los elevados precios de los
artículos de primera necesidad, de 7 chelines. De esto se desprende cuál será
el nivel de ese salario en los distritos apartados puramente agrícolas. Baste
un ejemplo para caracterizar incluso la situación del obrero industrial
irlandés calificado uuuuuuuuu
187bis10 Ibídem, pp. 21, 13. 157.
"En
mi reciente visita al norte de Irlanda", dice el inspector fabril inglés
Robert Baker, "me sorprendió el esfuerzo que realizaba un obrero
calificado irlandés para procurarles educación, pese a sus escasísimos
recursos, a sus hijos. Reproduzco textualmente sus declaraciones, tal como las
recogí de sus labios. Se trata de un obrero calificado, como lo
demuestra el hecho de que se lo emplee en la producción de artículos para el
mercado de Manchester. Johnson: Soy beetler [agramador] y trabajo de 6 de la mañana a 11 de la noche,
de lunes a viernes; los sábados terminamos a las 6 de la tarde y tenemos 3
horas para comer y descansar. Tengo 5 chicos. Por ese trabajo gano 10 chelines y 6 peniques semanales; mi mujer también trabaja y cobra 5 chelines por semana. La muchacha
mayor, de 12 años de edad, está a cargo de la casa. Es nuestra cocinera y la
única ayudante que tenemos. Prepara a los hermanos menores para ir a la
escuela. Mi mujer se levanta conmigo y salimos juntos. Una muchacha que pasa
delante de nuestra casa me despierta a las 5.30 de la mañana. No comemos nada
antes de ir al trabajo. La chica de 12 años cuida a los más pequeños durante todo
el día. Desayunamos a las 8 y vamos para eso a casa. Tenemos té una vez por
semana; los demás días comemos una papilla (stirabout), a veces de harina de
avena y otras veces de harina de maíz, según lo que podamos conseguir. En
invierno agregamos algo de azúcar y agua a la harina de maíz. En
verano cosechamos algunas papas, plantadas por nosotros en un pedacito de
terreno, y cuando se terminan volvemos a la papilla. Así van las cosas, un día
tras otro, todo el año. De noche, cuando termino de trabajar, siempre estoy muy
cansado. Excepcionalmente comemos un bocado de carne, pero muy raras veces. Tres de nuestros hijos van a la escuela;
pagamos para ello 1 penique por cabeza,
cada semana. Nuestro alquiler es de 9
peniques semanales, la turba y el fuego nos cuestan por lo menos 1 chelín y peniques por quincena" [158]. [exclamdown]He aquí los salarios irlandeses, he aquí
la vida irlandesa! [159] wwwwwwwww Nota
suprimida en la 3ª y 4ª ediciones.bis.
En verdad,
la miseria de Irlanda está de nuevo en el orden del día en Inglaterra. A fines
de 1866 y comienzos de 1867, lord Dufferin, uno de los magnates rurales
irlandeses, se ocupó en el "Times" de la solución que debía darse al
problema. "[exclamdown] Qué actitud tan humana la de este gran
señor!" [160]
Del cuadro E
se desprende que mientras que en 1864 de las [sterling] 4.368.610 de ganancia
total, 3 forjadores de plusvalor sólo se embolsaron [sterling] 262.819, los
mismos 3 virtuosos del "renunciamiento" se embolsan en 1865, en
cambio, [sterling] 274.528 de las ganancias totales, que se elevan a [sterling]
4.669.979; en 1864 a 26 fabricantes de plusvalor les tocan [sterling] 646.377,
y en 1865 a 28 de estos señores les corresponden [sterling] 736.448; en 1864,
121 forjadores de plusvalor se embolsan [sterling] 1.076.912, y en 1865 son 150
los caballeros que se reparten [sterling]1.320.906; en 1864, 1.131 hacedores de
plusvalor se quedan con [sterling] 2.150.818, casi la mitad de la ganancia
global anual, y en 1865, 1.194 plusvaloristas se distribuyen [sterling] 2.418.833,
más de la mitad de la ganancia global anual. Sin embargo, la parte del león de
la renta nacional anual, devorada por un número insignificantemente pequeño de
magnates agrarios en Inglaterra, Escocia e Irlanda, es tan monstruosa que la
sabiduría del estado inglés ha considerado oportuno no suministrar, con
respecto a la distribución de la renta de la tierra, los mismos
materiales estadísticos que en el caso de la distribución de la ganancia.
Lord Dufferin es uno de esos magnates rurales. Sostener que los registros de
rentas y las ganancias puedan alguna vez ser "supernumerarios",
o que su plétora esté vinculada de alguna manera a la plétora de la miseria
popular, es, naturalmente, una idea tan "poco respetable" como
"malsana" (unsound). Él se atiene a los hechos. Y los hechos son que
a medida que decrece el número de la población irlandesa, los registros
irlandeses de rentas abultan cada vez más; que la despoblación
"beneficia" al terrateniente, y por tanto también al suelo, y por
ende también al pueblo, el cual no es más que un accesorio del suelo. Lord
Dufferin declara, pues, que Irlanda está todavía sobrepoblada y
que la corriente emigratoria fluye aún demasiado perezosamente. Para ser
plenamente feliz, Irlanda tendría todavía que dejar salir 1/3 de millón de
trabajadores, cuando menos. Y no se piense que este lord, que tiene además su
veta de poeta, es un médico de la escuela de Sangrado [161],
aquel que apenas advertía que el paciente no había experimentado mejoría alguna
le recetaba una sangría, y otra sangría más hasta que el enfermo perdía, amén
de la sangre, su enfermedad. Lord Dufferin se limita a exigir una nueva sangría
de 1/3 de millón, en vez de pedir una de aproximadamente 2 millones, sin cuya
supresión, en realidad, no podrá establecerse el reino milenario en Erín. La
prueba es fácil de suministrar.
Número y
extensión de las fincas arrendadas en Irlanda, 1864
1 2 3 4
Fincas de
más Fincas de más de Fincas de más de
Fincas de no
de 1 acre y 5 acres y menos 15 acres y menos más de 1 acre(a) menos
de 5 de 15 de 30
Nro. Acres Nros. Acres Nro. Acres Nro. Acres
48.653
25.394 82.037 288.916 176.368 1.836.310 136.578 3.051.343
5 6 7 8
Fincas de
más Fincas de más de 30 acres y de 50 acres y Fincas de más menos de 50 menos
de 100 de 100 acres Area total
Nro. Acres Nro. Acres Nro. Acres Acres
71.961
2.906.274 54.247 3.983.880 31.927 8.227.807 20.319.924[162] xxxxxxxxx Nota
188bis en la 3ª y 4ª ediciones.
a 1 acre = 0,4047 há.
De 1851 a
1861, la concentración yyyyyyyyy ha destruido
principalmente fincas arrendadas de las tres primeras categorías, las de menos
de 1 y no más de 15 acres. Son ellas las que tienen que desaparecer ante todo.
Esto arroja el resultado de 307.058 arrendatarios "supernumerarios";
calculando la familia según una media, baja, de 4 individuos, tenemos 1.228.232
personas. Si partimos del extravagante supuesto de que una vez llevada a cabo
la revolución agrícola se podría absorber nuevamente una cuarta parte de
aquéllas, quedarían 921.174 personas a las que habría que hacer emigrar. Las
categorías 4, 5 y 6, de más de 15 acres y no más de 100, son, como se sabe
desde hace tiempo en Inglaterra, demasiado pequeñas para el cultivo cerealero
capitalista, y para la cría de ovejas se las puede considerar casi como
magnitudes evanescentes. Conforme a los mismos supuestos enunciados antes
tendremos, pues, 788.761 zzzzzzzzz personas más destinadas
a la emigración; suma: 1.709.532. Y comme l'appétit vient
en mangeant [como comer abre el apetito] [163],
los ojos del registro de rentas pronto descubrirán que Irlanda sigue siendo
miserable con 3 1/2 millones de habitantes, miserable por sobrepoblada,
y que por tanto su despoblación tiene que ir mucho más allá para que la isla
cumpla su verdadero destino: el de ser una pradera de ovejas y vacas para
Inglaterra [164] dddddddddd En
la 3ª y 4ª ediciones se agrega aquí: "Las leyes cerealeras inglesas de
1815 aseguraban a Irlanda el monopolio de la libre exportación de granos a Gran
Bretaña. Favorecían artificialmente el cultivo de cereales, pues. Con la
derogación de las leyes cerealeras en 1846, se puso término súbitamente a ese
monopolio. Prescindiendo de todas las demás circunstancias, ese solo
acontecimiento bastaba para imprime un poderoso impulso a la transformación de
la tierra labrantía irlandesa en praderas para ganado, a la concentración de
las fincas arrendadas y a la evicción de los pequeños campesinos. Luego de
haber celebrado de 1815 a 1846 la fertilidad del suelo irlandés, declarando
vocingleramente que la naturaleza misma lo había destinado al cultivo
cerealero, repentinamente los agrónomos, economistas y políticos ingleses
descubrieron, a partir de ese momento, [exclamdown]que no servía más que para
producir forraje! El señor Léonce de Lavergne se apresuró a repetirlo del otro
lado del Canal. Es muy propio de un hombre <<serio>> à la Lavergne
el dejarse arrastrar por esas niñerías".bis 165.
Este
lucrativo método, como todo lo bueno en este mundo, tiene sus inconvenientes.
Con la acumulación de la renta de la tierra en Irlanda corre parejas la
acumulación de los irlandeses en América. El irlandés, desplazado por vacas y
ovejas, reaparece allende el océano como feniano [166].
Y frente a la vieja reina de los mares se alza, amenazante y cada vez más
amenazadora, la joven y gigantesca república.
Acerba fata
Romanos agunt
Scelusque
fraternæ necis.
[Acerbo destino
atormenta a los romanos y el crimen del fratricidio.] [167] 168 En
el continente europeo, la influencia de la producción capitalista --que arruina
la raza humana por el exceso de trabajo, la división del trabajo, la sujeción a
la máquina, las mutilaciones corporales de niños y mujeres, una vida miserable,
etc.-- se desarrolla paralelamente a la amplitud de la soldadesca nacional, las
deudas públicas, los impuestos, la estrategia esclarecida. etc. Si esto
continúa, se cumplirá entonces inevitablemente la profecía que lanzó el
semirruso y moscovita perfecto Herzen (ese erudito a la violeta, dicho sea de
paso, que ha hecho descubrimientos sobre el comunismo <<ruso>> no
en Rusia, sino en la obra del consejero de estado prusiano Haxthausen): Europa
se regenerará por el knut [el látigo ruso] y por la inyección
obligatoria de sangre calmuca".-- 890. a a En
la 3ª y 4ª ediciones se intercalan aquí los siguientes párrafos:
"lnvestigamos en este capítulo la influencia que ejerce el acrecentamiento
del capital sobre la suerte de la clase obrera. El factor más importante en
este examen es la composición del capital y los cambios que
experimenta la misma en el transcurso del proceso de acumulación.
"La
composición del capital debe considerarse en dos sentidos. Con respecto al
valor, esa composición se determina por la proporción en que el capital se
divide en capital constante, o valor de los medios de producción, y capital
variable o valor de la fuerza de trabajo, suma global de los salarios. En lo
que atañe a la materia, a cómo funciona la misma en el proceso de producción,
todo capital se divide en medios de producción y fuerza viva de trabajo,
composición que se determina por la proporción existente entre la masa de los
medios de producción empleados, por una parte, y la cantidad de trabajo
requerida para su empleo, por el otro. Denomino a la primera, composición
de valor; a la segunda, composición técnica del capital.
Entre ambas existe una estrecha correlación. Para expresarla, denomino a la
composición de valor del capital, en tanto se determina por la composición
técnica del mismo y refleja las variaciones de ésta, composición
orgánica del capital. Cuando se habla sin más ni más de la composición
del capital, nos referimos siempre a su composición orgánica.
Notas
[b] b En la 3ª y 4ª ediciones se añade:
"Esto, incluso, tiene finalmente que ocurrir cuando el supuesto enunciado
más arriba perdura de manera inalterada. Como cada año se da ocupación a más
obreros que el año precedente, tarde o temprano tiene que alcanzarse el punto
en que las necesidades de la acumulación comiencen a sobrepasar la oferta
habitual de trabajo, en cuyo caso se produce el aumento de los salarios".
[c] c En la 3ª y 4ª ediciones se agrega:
"todo el siglo XV y".
[d] d En la 3ª y 4ª ediciones: "La
reproducción".
1 71(e) Karl
Marx, "Lohnarbeit und Kapital". "A opresión igual de las masas, un país es tanto más
rico cuantos más proletarios tiene." (Colins, L'Économie politique, source
des révolutions et des utopies prétendues socialistes", París, 1857, t.
III, p. 331.) Por "proletario" únicamente puede entenderse, desde el
punto de vista económico, el asalariado que produce y valoriza "capital"
y al que se arroja a la calle no bien se vuelve superfluo para las necesidades
de valorización del "Monsieur Capital", como denomina Pecqueur
a este personaje. "El enfermizo proletario de la selva virgen"
es una gentil quimera del señor Roscher. El habitante de la selva virgen es
propietario de ésta y la trata tan despreocupadamente como lo hace el
orangután, esto es, como a propiedad suya. No es, por ende, un proletario. Lo
sería si la selva virgen lo explotara a él, y no él a la selva virgen. En lo
tocante a su estado de salud, el mismo no sólo resistiría la comparación con el
del proletario moderno, sino también con el de "personas
respetables", sifilíticas y escrofulosas. Es probable, no obstante, que el
señor Wilhelm Roscher entienda por selva virgen sus landas natales de
Luneburgo.
[2] 72(f) "As
the Labourers make men rich, so the more Labourers, there will be the more rich
men... the Labour of the Poor being the Mines of the Rich." (John Bellers, "Proposals for
Raising...", página 2.)
3 En la obra de Quevedo "La
fortuna con seso y la hora de todos" (publicada en castellano en 1650 y
talvez incluida en la antología en inglés dada por Roger L'Estrange a la prensa
en 1667, bajo el título de "The Visions of Quevedo") un personaje
anticipa parcialmente esta tesis de Mandeville: "En la ignorancia del
pueblo está seguro el dominio de los príncipes; el estudio que los advierte,
los amotina. Vasallos doctos, más conspiran que obedecen, más examinan al señor
que le respetan; en sabiendo qué es libertad, la desean, saben juzgar si merece
reinar el que reina y aquí empiezan a reinar sobre su príncipe.".-- 762.
[4] 73(g) B.
de Mandeville, "The Fable of the Bees", 5ª ed., Londres, 1728,
Remarks, pp. 212, 213, 328. "Una vida sobria y trabajo constante son, para los pobres, el camino
que lleva a la felicidad material" {230} (por la cual el
autor entiende la jornada laboral más larga posible y la menor cantidad posible
de medios de subsistencia), "y el camino de la riqueza para el
estado" (es decir, para los terratenientes, capitalistas y sus
dignatarios y agentes políticos). ("An Essay on Trade and
Commerce...", Londres, 1770, p. 54.)
5 [230] En Mandeville, según
TI 615, "felicidad racional" en vez de "felicidad
material".-- 763.
6 74(h) Eden bien
podría haberse preguntado: ¿criatura de quién son "las instituciones
civiles"? Desde su punto de vista, el de la ilusión jurídica, no concibe
la ley como producto de las relaciones materiales de producción, sino que, a la
inversa, ve en las relaciones de producción el fruto de la ley. Linguet arrojó
por la borda, con un par de palabras, el quimérico "Esprit des lois"
de Montesquieu: "L'esprit des lois, c'est la propriété" [el espíritu
de las leyes es la propiedad] {231}.
7 [231] Linguet
("Théorie des lois civiles, ou principes fondamentaux de la société (t. I,
Londres, 1767, p. 236) formula así ese pensamiento: "Leur esprit est de
conserver la propriété" ("su espíritu es el de conservar la
propiedad").-- 763; 923.
[9] [232] Este extenso pasaje de Eden
presenta diversas variantes en TI 615-616: "[...] El producto natural de
nuestro suelo, sin duda, no se adecua plenamente a nuestra subsistencia; no
podemos obtener vestimenta, ni albergue, ni alimento sino con algún trabajo
previo... Hay otros, sin embargo, que aunque <<no trabajan ni
hilan>> pueden disponer del producto de la industria, y que deben su
exención del trabajo únicamente a la civilización y el orden... Son creaturas,
pura y simplemente, de las instituciones civiles: éstas han reconocido que los
individuos pueden adquirir propiedades por otros medios diversos, aparte la
ejecución de trabajo... Las personas de posición independiente... no deben su
situación ventajosa, en modo alguno, a cualesquiera capacidades superiores
suyas, sino casi por entero... a la laboriosidad de otros. No es la posesión de
tierras o de dinero, sino el poder disponer de trabajo lo que distingue la
parte opulenta de la parte laboriosa de la comunidad. Este [esquema aprobado
por Eden] otorgaría a los propietarios la influencia y autoridad suficientes
(aunque en modo alguno excesivas) sobre aquellos que... trabajan para ellos, y
colocaría a esos trabajadores no en una situación abyecta o servil. sino en ese
estado de dependencia aliviada y liberal del tipo que es necesario, según todos
los conocedores de la naturaleza humana, para la comodidad del obrero
mismo".-- 764.
[10] 76(j) Si el lector
me trajera a colación el caso de Malthus, cuyo "Essay on Population"
vio la luz en 1798, yo aduciría que esta obra en su primera forma (y las
ediciones posteriores no hacen más que embutir material en el viejo esquema y
añadir cosas nuevas pero no descubiertas, sino simplemente anexadas por
Malthus) (k) no es otra cosa que un plagio escolarmente
superficial y clericalmente declamatorio de sir James Steuart (l),
Townsend, Franklin, Wallace, etc., y no contiene ni una sola
proposición original (m). Señalemos, de pasada, que aunque
Malthus era cura de la Alta Iglesia de Inglaterra {4}, había hecho
el voto monacal del celibato. Es este voto, en efecto, una de las condiciones
para pertenecer a la fellowship [cofradía] de la universidad protestante de
Cambridge. "No permitimos que los socios de los colegios se
casen, y no bien alguno tome mujer, dejará de ser socio
del colegio." ("Reports of Cambridge University Commission",
p. 172.) Esta circunstancia distingue ventajosamente a Malthus de otros curas
protestantes que se han liberado del precepto católico del celibato sacerdotal
y reivindicado a tal punto, como su misión bíblica específica, el "Creced
y multiplicaos", que contribuyen por doquier y en medida realmente
indecorosa a que la población aumente, mientras al mismo tiempo predican a los
obreros el "principio de la población". Es característico que el
pecado original en su disfraz económico, la manzana de Adán, el "apetito
acuciante", "las resistencias que tienden a mellar las flechas de
Cupido" como dice jovialmente el cura Townsend , es característico,
decíamos, que este punto tan escabroso haya sido y sea monopolizado por los
caballeros de la teología o, mejor dicho, de la iglesia protestante.
Si se exceptúa al monje veneciano Ortes, escritor original e ingenioso, la
mayor parte de los expositores de la doctrina de la población son curas
protestantes. Bruckner, por ejemplo, con su "Théorie du système
animal" (Leyden, 1767), libro en el que se agota tda la teoría moderna de
la población y al que proporcionó ideas la querella pasajera entre Quesnay y su
discipulo Mirabeau père [el Viejo] sobre el mismo tema, luego el cura Wallace,
el cura Townsend, el cura Malthus y su discípulo, el archicura Thomas Chalmers,
para no hablar de chupatintas clericales menores in this line [de
este género]. En un principio, quienes cultivaban la economía política eran
filósofos, como Hobbes, Locke, Hume; gente de negocios y estadistas como Tomás
Moro, Temple, Sully, de Witt, North, Law, Vanderlint, Cantillon, Franklin, y,
sobre todo en el terreno teórico y con el mayor de los éxitos, médicos, como
Petty, Barbon, Mandeville, Quesnay. Todavía a mediados del siglo XVIII el
reverendo señor Tucker, economista importante para su época, se disculpaba por
ocuparse de Mamón {233}. Más tarde, y precisamente con el
"principio de la población", sonó la hora de los curas protestantes.
Como si hubiera presentido la dañina interferencia de estos chapuceros en los
negocios, Petty, que consideraba a la población como base de la riqueza y que,
al igual que Adam Smith, era enemigo declarado de los curas, afirma: "La
religión florece mejor allí donde más se mortifica a los sacerdotes, del mismo
modo que el derecho florece mejor allí donde los abogados se mueren de hambre".
Por eso Petty aconseja a los curas protestantes, ya que no quieren seguir al
apóstol Pablo y "mortificarse" por el celibato, que por lo menos
"no engendren más clérigos (not to breed more Churchmen) que los que
pueden absorber las prebendas (benefices) existentes; esto es, si sólo existen
12.000 prebendas en Inglaterra y Gales, no será sensato engendrar 24.000
clérigos (it will not be safe to breed 24.000 ministers), pues los 12.000
carentes de ocupación procurarán ganarse la vida de un modo u otro, ¿y cómo
podrían hacerlo más fácilmente que dirigiéndose a la gente y persuadiéndola de
que los 12.000 prebendados emponzoñan las almas, las hacen padecer hambre y les
muestran un camino errado para ir al Cielo?" (Petty, "A Treatis on
Taxes and Contributions", Londres, 1667, p. 57.) La posición adoptada por
Adam Smith ante la clerigalla protestante de su época queda caracterizada por
lo siguiente. En "A Letter to A. Smith", L. L. D. On the
Life, Death, and Philosophy of his Friend David Hume. By One of the People Called
Christians", 4ª ed., Oxford, 1784, el doctor Horne, obispo de la Alta
Iglesia en Norwich, sermonea a Adam Smith; éste, en efecto, en una carta
abierta al señor Strahan, "embalsama a su amigo David" (es decir, a
Hume) porque le cuenta al público cómo "Hume se divertía en su lecho de
muerte con Luciano y el whist". Smith incurre incluso en la
insolencia de escribir: "Siempre he considerado a Hume, durante su vida
así como después de su muerte, tan próximo al ideal de un hombre perfectamente
sabio y virtuoso como la fragilidad de la naturaleza humana lo permite".
El obispo clama, en su indignación: "¿Es justo de su parte, señor,
describirnos como perfectamente sabios y virtuosos el carácter y la trayectoria
vital de un hombre [...] poseído de una antipatía incurable contra todo lo que
se denominase religión y que ponía en tensión cada uno de sus
nervios para extirpar de la memoria de los hombres hasta el nombre de
la misma?" (Ibídem, p. 8.) "Pero no os dejéis desalentar, amigos de
la verdad; breve es la vida del ateísmo" (p. 17). Adam Smith "incurre
en la atroz perversidad (the atrocious wickedness) de propagar el ateísmo por
el país" (esto es, mediante su "Theory of Moral Sentiments").
"... [exclamdown]Conocemos sus maquinaciones, señor doctor! Sus cálculos
no son malos, pero esta vez no contó usted con la huéspeda. Usted procura
persuadirnos, con el ejemplo de David Hume, esq., de que el ateísmo es el único
reconfortante (cordial) para un ánimo abatido y que no hay más antídoto que él
para el temor a la muerte... [exclamdown]Reíos de Babilonia en ruinas y
felicitad al empedernido e impío Faraón?" (Ibídem, pp. 21 y 22.) Una
cabeza ortodoxa entre quienes frecuentaban los cursos de Adam Smith escribe
luego de la muerte de éste: "La amistad deSmith por Hume [...] le impedía
ser cristiano... Creía a pies juntillas todo lo que decía Hume. Si Hume le
hubiera dicho que la luna era un queso verde, le habría creído. De ahí que le
creyera también que no existían Dios ni los milagros... Sus principios
políticos rayaban en el republicanismo". ("The Bee", por James
Anderson, 18 volúmenes, Edimburgo, 1791-1793, vol. III, pp. 166, 165.) El cura
Thomas Chalmers sospecha que Adam Smith inventó la categoría de los
"trabajadores improductivos" por pura malevolencia, expresamente para
incluir en ella a los curas protestantes y a pesar de la benéfica labor que
éstos realizan en la viña del Señor.
j Nota 75 en la 3ª y 4ª
ediciones.
k En la 4ª edición se suprime el
paréntesis.
l En la 3ª y 4ª ediciones, antes
de Steuart: "Defoe,".
11 [4] Alta Iglesia de
Inglaterra (High Church, Anglo-Catholics).-- Sector de la
Iglesia Anglicana que después de la ruptura con el papado conservó, a
diferencia de los calvinistas y otras iglesias protestantes, lo esencial de la
estructura jerárquica y de la liturgia de la Iglesia Católica.-- 9; 764; 806.
12 [233] Mamón.
--Dios siríaco de las riquezas (cfr. la Biblia, Mateo, VI, 24); la palabra
aramea "mamon", 'mamona", significa "riquezas",
"ganancias".-- 765.
[13] [234] Peculio en
la antigua Roma, era el conjunto de animales o suma de dinero que el padre
de familia (familia comenzó siendo el término romano para
designar el conjunto de fámulos o esclavos que vivían bajo un
mismo techo) permitía administrar a un hijo suyo o a un esclavo; propietario
del peculio seguía siendo el padre de familia o amo. Por regla general el
peculio era pequeño, especialmente en el caso de los esclavos (para que no
pudieran, negociando con él, comprar su libertad): "Peculio es casi como
decir caudal pequeño o patrimonio pequeño" (Ulpiano).-- 767.
[14] 76bis(n) Nota a la
2ª edición. "Sin embargo, el límite tanto al empleo de los obreros
industriales como al de los rurales es el mismo, a saber, la posibilidad, para
el empresario, de obtener del producto del trabajo efectuado por aquéllos una
ganancia. Si la tasa del salario aumenta tanto que la ganancia del patrón
desciende por debajo de la ganancia media, éste deja de ocuparlos o sólo los
ocupa a condición de que acepten una reducción de los salarios." (John
Wade, "History of the Middle...", p. 240.)
[o] o En la 4ª edición esta frase dice
así: "Dicha merma nunca puede alcanzar el punto en el que amenazaría al
sistema mismo".
[p] p En la 3ª y 4ª ediciones, en vez de
las tres últimas frases figura el siguiente texto: "O bien el precio del
trabajo continúa en ascenso porque su alza no estorba el progreso de la
acumulación; en esto no hay nada de asombroso ya que, dice Adam Smith,
<<incluso si la ganancia disminuye, los capitales aumentan, y hasta se
incrementan con más rapidez que antes... Un capital grande, aunque la ganancia
sea menor, en general se acrecienta más rápidamente que un capital pequeño cuya
ganancia sea grande>>. ("Wealth of Nations", lib. I, p. 189.)
Es evidente, en este caso, que una reducción del trabajo impago no perjudica en
modo alguno la expansión del dominio ejercido por el capital".
[q] q Las dos últimas frases se suprimen
en la 4ª edición (una de ellas reaparece más abajo).
[r] r En la 4ª edición se agrega:
"El precio del trabajo desciende de nuevo a un nivel compatible con las
necesidades de valorización del capital, ya sea dicho nivel inferior,
superior o igual al que se consideraba normal antes del alza salarial".
s s En la 3ª y 4ª
ediciones se agrega: "Para aplicar expresiones matemáticas: la magnitud de
la acumulación es la variable independiente, la magnitud del salario la
variable dependiente, no a la inversa".
[t] t En la 3ª y 4ª ediciones: "que
cuando los precios son altos circula demasiado poco dinero, y cuando son bajos
dinero en demasía".
[15] 77 Cfr. Karl Marx,
"Zur Kritik...", p. 165 y ss.
[u] u En la 3ª y 4ª ediciones se agrega:
"La ley de la producción capitalista, sobre la que se funda la presunta
<<ley natural de la población>>, se reduce sencillamente a lo
siguiente: la relación entre capital, acumulación y tasa del salario no es otra
cosa sino la relación entre el trabajo impago transformado en capital y el
trabajo suplementario requerido para poner en movimiento el capital adicional.
En modo alguno se trata, pues, de una relación entre dos magnitudes recíprocamente
independientes por una parte la magnitud del capital, por la otra el número de
la población obrera ; en última instancia nos encontramos, por el contrario,
ante la relación entre el trabajo impago y el trabajo pago de la misma
población obrera. Si la cantidad de trabajo impago suministrado por la
clase obrera y acumulado por la clase capitalista se acrecienta con rapidez
suficiente como para que sólo mediante un suplemento extraordinario de trabajo
pago se la pueda transformar en capital, aumentará el salario y, manteniéndose
iguales todas las demás circunstancias, disminuirá proporcionalmente el trabajo
impago. Pero no bien esta reducción llega al punto en que el plustrabajo que
nutre al capital ya no se ofrece en la cantidad normal, tiene lugar una
reacción: se capitaliza una parte menor del rédito, la acumulación se enlentece
y el movimiento ascensional de los salarios experimenta un contragolpe. El
aumento en el precio del trabajo se ve confinado, pues, dentro de límites que
no sólo dejan intactos los fundamentos del sistema capitalista, sino que además
aseguran la reproducción del mismo en escala cada vez mayor".
[v] v En la 3ª y 4ª ediciones se suprime
"de esta suerte".
[16] 77bis Nota a la 2ª
edición. "Ahora bien, si volvemos a nuestra primera investigación, en la
que se demuestra... que el capital es únicamente el producto del trabajo
humano,... parece ser totalmente incomprensible que el hombre haya
podido caer bajo la dominación de su propio producto el capital y que
se halle subordinado a éste; y como es innegable que en la realidad es ésto
lo que ocurre, se impone espontáneamente la pregunta: ¿cómo ha podido devenir
el obrero, de dominador del capital en cuanto creador del mismo en esclavo del
capital?" (Von Thünen, "Der isolierte Staat", Rostock, 1863,
parte II, sección segunda, pp. 5, 6.) Es un mérito de Thünen haber planteado la
pregunta. Su respuesta es sencillamente pueril.
[w] w En la 3ª y 4ª ediciones figura en
lugar de este párrafo: "Según los propios economistas, lo que motiva un
alza de salarios no es ni el volumen existente de la riqueza social ni la
magnitud del capital ya adquirido, sino meramente el crecimiento continuo de la
acumulación y el grado alcanzado por la velocidad de ese crecimiento (Adam
Smith, lib. I, cap. VIII). Hasta aquí sólo hemos examinado una fase particular
de ese proceso: aquella en que el incremento del capital se efectúa sin que
varíe su composición técnica. Pero el proceso, en su avance, deja
atrás esa fase.
[17] [235]
(W) Adam Smith, "An lnquiry into the Wealth of Nations", t. I,
Londres, 1767, p. 142.-- 772;
923.
x x "En la
edición francesa el autor insertó en este lugar el siguiente pasaje: "En
los orígenes de la gran industria, se descubrió en Inglaterra un método para
convertir el hierro fundido, mediante la adición de coque, en hierro maleable.
Este procedimiento, denominado puddlage [pudelado] y que
consiste en purificar el hierro fundido en hornos de construcción especial,
ocasionó un agrandamiento enorme de los altos hornos, el empleo de aparatos
para insuflar aire caliente, etc., en pocas palabras, tal aumento del
instrumental y de los materiales movilizados por la misma cantidad de trabajo,
que pronto se produjo hierro tan abundantemente y a precios tan bajos como para
poder desalojar de múltiples aplicaciones la piedra y la madera. Como el hierro
y el carbón son las grandes palancas de la industria moderna, no sería posible
exagerar la importancia de esa innovación.
"No
obstante, el pudelador, el obrero que purifica el hierro fundido, ejecuta una
operación manual, por tanto, el tamaño de los hornos que debe atender está
limitado por sus facultades personales, y es ese límite lo que actualmente
frena el maravilloso auge que se inició en la industria metalúrgica a partir de
1780, fecha de invención del pudelado.
"<<El
hecho>>, exclama "Engineering", uno de los órganos de los
ingenieros ingleses, <<es que el anticuado procedimiento del pudelado
manual es poco menos que un vestigio de barbarie (the fact is that the old
process of hand-puddling is little better than a barbarism)... La tendencia
actual de nuestra industria consiste en operar, en las diferentes etapas de la
fabricación, sobre materiales cada vez más cuantiosos. Así es que cada año
vemos surgir altos hornos más amplios, martillos de vapor más pesados,
laminadoras más poderosas e instrumentos más gigantescos, aplicados a las
numerosas ramas de la manufactura de los metales. En medio de este crecimiento
general crecimiento de los medios de producción con respecto al trabajo
empleado el procedimiento del pudelado ha permanecido casi esacionario y
actualmente opone obstáculos intolerables al movimiento industrial... De ahí
que en todas las grandes fábricas se esté en vías de sustituirlo por hornos de
revolución automática, cuya colosal capacidad de carga los pone totalmente
fuera del alcance del trabajo manual>>. ("The Engineering", 13
de junio de 1874.).
"De
modo, pues, qu* luego de haber revolucionado la industria siderúrgica y de
provocar una gran expansión del instrumental y de la masa de materiales puestos
en movimiento por cierta cantidad de trabajo, el pudelado se ha convertido, con
el progreso de la acumulación, en obstáculo económico, obstáculo que
actualmente se está en vías de remover mediante procedimientos adecuados para
hacer retroceder los límites que aquél opone, aún, al acrecentamiento ulterior
de los medios materiales de la producción con respecto al trabajo empleado.
Ésta es la historia de todos los descubrimientos e invenciones que se efectúan
a causa de la acumulación, tal como lo hemos demostrado, por lo demás, al
exponer el curso de la producción moderna desde su origen hasta nuestra época.
[y] y En la 3ª y 4ª ediciones el texto
de este párrafo, hasta aquí, se sustituye por el siguiente: "Este cambio
en la composición técnica del capital, el acrecentamiento operado en la
masa de los medios de producción, comparada con la masa de fuerza de trabajo
que la pone en actividad, se refleja en la composición de valor del
capital, en el aumento que experimenta la parte constitutiva constante
del valor del capital a expensas de su parte constitutiva variable. Si de
un capital, por ejemplo, en un principio se invertía un 50 % en medios de
producción y un 50 % en fuerza de trabajo calculando porcentualmente , más
adelante, con el desarrollo del grado de productividad del trabajo, se
invertirá el 80 % en medios de producción y el 20 % en fuerza de trabajo, etc.
Esta ley del aumento creciente que la parte constante del capital experimenta
con respecto a la parte variable, es confirmada a cada paso (como ya hemos
expuesto más arriba) por el análisis comparado de los precios mercantiles, ya
parangonemos diversas épocas económicas de una sola nación o diversas naciones
en la misma época. La magnitud relativa del elemento del precio que sólo
representa el valor de los medios de producción consumidos, o sea la parte
constante del capital, estará generalmente en razón directa al progreso de la
acumulación; la magnitud relativa del otro elemento del precio, del que paga el
trabajo o representa la parte variable del capital, será, en general,
inversamente proporcional a ese progreso".
[z] z En la 3ª y 4ª ediciones se agrega:
"Por lo demás, aunque el progreso de la acumulación reduzca la magnitud
relativa de la parte variable del capital, dicho progreso no excluye con ello
el aumento de su magnitud absoluta. Supongamos que un valor de capital se
descompone al principio en 50 % de capital constante y 50 % de variable, más
adelante en 80 % de capital constante y 20 % de variable. Si en el ínterin el
capital originario, digamos de [sterling] 6.000, ha aumentado a [sterling]
18.000, su parte constitutiva variable se habrá incrementado también, en 1/5.
Era de [sterling] 3.000 y ahora asciende a [sterling] 3.600. Pero mientras que
antes habría bastado un incremento de capital del 20 % para aumentar en 20 % la
demanda de trabajo, ahora se requiere para ello triplicar el capital
originario".
aa aa En la 3ª y 4ª
ediciones se agrega: "Estos dos factores económicos generan, en razón
compuesta del impulso que se imprimen recíprocamente, un cambio en la
composición técnica del capital, cambio en virtud del cual la parte
constitutiva variable se vuelve cada vez más pequeña en comparación con la
parte constante".
bb bb En la 3ª y 4ª
ediciones se lee en vez de esta frase: "Se trata de la centralización
propiamente dicha, a diferencia de la acumulación y la
concentración".
cc cc En la 3ª y 4ª
ediciones: "centralización".
dd dd En la 3ª y 4ª
ediciones esta frase termina así: "la ruina de muchos capitalistas
menores, cuyos capitales en parte pasan a las manos del vencedor, en parte
desaparecen".
ee ee El texto que va
desde aquí hasta el final del párrafo y los dos párrafos siguientes, dejan su
lugar en la 3ª y 4ª ediciones a este pasaje: "el crédito, que
en sus inicios se introduce furtiva, subrepticiamente como modesto auxiliar de
la acumulación, atrayendo a las manos de capitalistas individuales o asociados,
mediante hilos invisibles, los medios dinerarios dispersos en masas mayores o
menores por la superficie de la sociedad, pero que pronto se convierte en arma
nueva y terrible en la lucha competitiva, transformándose finalmente en un
inmenso mecanismo social para la centralización de los capitales.
"En la
misma medida en que se desarrollan la producción y la acumulación capitalistas,
se desenvuelven también la competencia y el crédito, las dos palancas más
poderosas de la centralización. Por lo demás, el progreso de la acumulación
acrecienta la materia centralizable, esto es, los capitales singulares,
mientras que la expansión de la producción capitalista crea aquí la necesidad
social, allí los medios técnicos de esas imponentes empresas industriales cuya
puesta en práctica está ligada a una centralización previa del capital. Hoy en
día, pues, la fuerza recíproca con que se atraen los capitales singulares y la
tendencia a la centralización son más pujantes que nunca. Pero aunque la
expansión y energía relativas del movimiento centralizador estén determinadas,
en cierto grado, por la magnitud que ya ha alcanzado la riqueza capitalista y
por la superioridad del mecanismo económico, el progreso de la centralización
en modo alguno depende del crecimiento positivo experimentado por la magnitud
del capital social. Y esto distingue, de manera especial, la centralización de
la concentración, que no es más que otro término para designar la reproducción
en escala ampliada. La centralización puede llevarse a cabo mediante la mera
distribución modificada de capitales ya existentes, mediante la simple
modificación del agrupamiento cuantitativo entre las partes constitutivas del
capital social. Si elcapital puede crecer aquí hasta convertirse en una masa
imponente controlada por una mano, es porque a muchas manos se las despoja de
su capital. En un ramo dado de los negocios la centralización alcanzaría su límite
extremo cuando todos los capitales invertidos en aquél se confundieran en un
capital singular (77bis2). En una sociedad dada, ese límite sólo se
alcanzaría en el momento en que el capital social global se unificara en las
manos ya sea de un capitalista singular, ya sea de una sociedad capitalista
única.
"La
centralización completa la obra de la acumulación, va que pone a los
capitalistas industriales en condiciones de extender la escala de sus
operaciones. Ya sea este último resultado consecuencia de la acumulación o de
la centralización; ya se lleve a cabo ésta por la vía violenta de la anexión
esto es, cuando ciertos capitales se convierten en centros de gravitación tan
preponderantes para otros que rompen la cohesión individual de los mismos y luego
atraen y se incorporan los fragmentos dispersos o se dé la fusión de una
multitud de capitales ya formados o en vías de formación, mediante el sencillo
procedimiento de constituir sociedades por acciones, el efecto económico será
el mismo. La mayor extensión del establecimiento industrial constituye en todas
partes el punto de arranque para una organización más comprehentiva del trabajo
colectivo, para un desarrollo más amplio de sus fuerzas motrices materiales,
esto es, para la transformación progresiva de procesos de producción
practicados de manera aislada y consuetudinaria, en procesos de producción
combinados socialmente y científicamente concertados.
"Es
evidente, sin embargo, que la acumulación, el aumento paulatino del capital
mediante una reproducción que pasa de la forma circular a la de espiral, es un
procedimiento extremadamente lento si se lo compara con la centralización, que
sólo necesita modificar el agrupamiento cuantitativo de las partes integrantes
del capital social. El mundo carecería todavía de ferrocarriles si huiera
tenido que esperar hasta que la acumulación pusiera a algunos capitales
singulares en condiciones de construir un ferrocarril. La centralización, por
el contrario, llevó a término esa construcción en un abrir y cerrar de ojos,
mediante las sociedades por acciones. Y mientras la centralización refuerza y
acelera de esa suerte los efectos de la acumulación, amplía y acelera, al mismo
tiempo, los trastocamientos en la composición técnica del capital que
acrecientan la parte constante de éste a expensas de la variable, réduciendo
con ello la demanda relativa de trabajo.
"Las
masas de capital fundidas en un todo, de la noche a la mañana, por medio de la
centralización, se reproducen y acrecientan como las otras, sólo que más rápidamente,
convirtiéndose con ello en nuevas y poderosas palancas de la acumulación
social. Por ende, cuando se habla del progreso de la acumulación social, en él
van tácitamente incluidos hoy en día los efectos de la centralización.
"Los
capitales adicionales constituidos en el curso de la acumulación normal (véase
capítulo XXII, 1) sirven preferentemente como vehículos para la explotación de
nuevos inventos y descubrimientos, así como de los perfeccionamientos
industriales en general. Pero, con el tiempo, el capital antiguo alcanza
también el momento en que se renueva de pies a cabeza, muda de piel y renace,
asimismo, bajo la figura técnica perfeccionada en la cual una masa menor de
trabajo basta para poner en movimiento una masa mayor de maquinaria y materias
primas. La reducción absoluta de la demanda de trabajo, reducción que es la
consecuencia necesaria de lo anterior, será tanto mayor cuanto más acumulados
estén ya, en virtud del movimiento de centralización, los capitales que
experimentan ese proceso de renovación."
ff ff En la 3ª y 4ª
ediciones se agrega: "periódicamente".
[18] 77bis3 {F. E. Nota
a la 3ª edición. En el ejemplar que Marx había reservado para su uso personal,
se encuentra en este lugar la siguiente acotación marginal: "Observar
aquí, para más adelante: si la ampliación es sólo cuantitativa, las ganancias
de un capital mayor o de uno menor, en el mismo ramo de la producción, estarán
en proporción a las magnitudes de los capitales adelantados. Si la ampliación
cuantitativa opera cualitativamente, aumentará al mismo tiempo la tasa de
ganancia del capital mayor".}
gg gg En la 3ª y 4ª
ediciones: "centralización".
hh hh En la 3ª y 4ª
ediciones: "técnico".
ii ii En la 3ª y 4ª
ediciones: "capital adicional".
hh hh En la 3ª y 4ª
ediciones: "técnico".
gg gg En la 3ª y 4ª
ediciones: "centralización".
jj jj En la 3ª
edición: "centralización".
[19] 78 El censo de
Inglaterra y Gales arroja, entre otros, los siguientes resultados:
20 79(kk) "La
demanda de trabajo depende del incremento experimentado por el capital
circulante, y no por el capital fijo. Si fuera cierta que la proporción entre
esos dos tipos de capital es la misma en todos los tiempos y en todas las
circunstancias, tendríamos entonces que el número de trabajadores ocupados
sería proporcional a la riqueza del estado. Pero tal proposición no es
verosímil. A medida que se cultivan las artes y oficios y se extiende la
civilización, el capital fijo cobra proporciones cada vez mayores en
comparación con el circulante. El monto de capital fijo empleado en la
producción de una pieza de muselina británica es, cuando menos, cien y probablemente
mil veces mayor que el empleado en una pieza similar de muselina de la India. Y
la proporción de capital circulante es cien o mil veces menor... Si se agregara
al capital fijo el total de los ahorros anuales, ello no surtiría efecto alguno
en cuanto a aumentar la demanda de trabajo." (John Barton,
"Observations on the Circumstances which Influence the Condition of the
Labouring Classes of Society", Londres, 1817, pp. 16, 17.) "La misma causa que puede
acrecentar el rédito neto del país, puede al mismo tiempo hacer que la población
se vuelva sobrante y deteriorar la condición del trabajador."
(Ricardo, "On the Principles...", p. 469.) Al aumentar el capital,
"la demanda" (de trabajo) "estará en proporción
decreciente". (Ibídem, p. 480, nota.) "El monto del capital
destinado a la manutención del trabajo puede variar independientemente de
cualesquiera cambios en el monto total del capital... A medida que el
capital mismo se vuelve más abundante, pueden volverse más frecuentes grandes
fluctuaciones en la cantidad de trabajadores ocupados y grandes privaciones."
(Richard Jones, "An Introductory Lecture on Political
Economy", Londres, 1833, p. 12.) "La demanda" (de trabajo) "no
aumentara... en proporción a la acumulación del capital general...
Por consiguiente, todo aumento del capital nacional destinado a la reproducción
pasa a ejrcer cada vez menos influencia, a medida que progresa la
sociedad, sobre la condición del obrero." (Ramsay, "An Essay on
the Distribution of Wealth", pp. 90, 91.)
ll ll En la edición francesa
de "El capital" se intercala aquí el siguiente pasaje: "Pero
solamente a partir de la época en que la industria mecánica, habiendo arraigado
de manera suficientemente firme, ejerce una influencia preponderante sobre toda
la producción nacional; cuando, gracias a ella, el comercio exterior comienza a
prevalecer sobre el comercio interior; cuando el mercado universal se anexa
sucesivamente dilatados territorios en el Nuevo Mundo, en Asia y en Australia;
cuando, por último, las naciones industriales que entran a la liza son lo
bastante numerosas, solamente entonces, a partir de esa época, se inician los
ciclos renacientes cuyas fases sucesivas abarcan años enteros y que desembocan
siempre en una crisis general, término de un ciclo y punto de partida de otro.
Hasta el presente, la duración periódica de esos ciclos es de diez u once años,
pero no existe razón alguna para considerar constante ese guarismo. Por el
contrario, de las leyes de la producción capitalista, tal como las acabamos de
analizar, se debe inferir que ese guarismo es variable y que el período de los
ciclos se acortará gradualmente".
[21] 80 H.
Merivale, "Lecture on Colonization and Colonies", Londres, 1841 y
1842, vol. I, p. 146.
[22] 81 "Prudential
habits with regard to marriage, carried to a considerable extent among the
labouring class of a country mainly depending upon manufactures and commerce,
might injure it... From the nature of a population, an increase of labourers
cannot be brought into market, in consequence of a particular demand, till
after the lapse of 16 or 18 years, and the conversion of revenue into capital,
by saving, may take place much more rapidly; a country is always liable to an
increase in the quantity of the funds for the maintenance of labour faster than
the increase of population." (Malthus, "Principles of Political Economy", pp.
215, 319, 320.) En esta obra Malthus termina por descubrir, gracias a los
buenos oficios de Sismondi, la hermosa Trinidad de la producción
capitalista: sobreproducción sobrepoblación sobreconsumo, three
very delicate monsters, indeed! [[exclamdown]tres monstruos muy delicados,
por cierto!] Cfr. F. Engels, "Umrisse zu...", p. 107 y ss.
[23] 82 Harriet
Martineau, "A Manchester Strike", 1832, p. 101.
mm mm En la edición
francesa se agrega: "un yanqui por tres chinos".
nn nn En la 3ª y 4ª
ediciones: "técnico".
[24] 83 Incluso durante
la escasez de algodón de 1863, en un folleto de los hilanderos de esa fibra en
Blackburn se puede leer una encendida denuncia contra el exceso de trabajo, que
gracias a la ley fabril, naturalmente, sólo afectaba a los obreros adultos de
sexo masculino. "A los obreros adultos de esta fábrica se les ha exigido
que trabajen de 12 a 13 horas diarias, mientras que hay cientos a los que se
obliga a permanecer ociosos, aunque gustosamente trabajarían parte del horario
para mantener a sus familias y salvar a sus hermanos de una muerte prematura
por exceso de trabajo." "Quisiéramos preguntar", se dice más
adelante, "si esta práctica de trabajar fuera de hora [...] permite
establecer algún tipo de relaciones llevaderas entre amos y
<<sirvientes>>. Las víctimas del trabajo excesivo sienten la
injusticia lo mismo que los condenados al ocio forzado(condemned to
forced idleness). En este distrito el trabajo que hay que ejecutar alcanzaría
para ocupar de manera parcial a todos si se distribuyera equitativamente. No
hacemos más que reclamar un derecho cuando exigimos a los patrones que, en
general, sólo se trabajen jornadas breves, por lo menos mientras dure el actual
estado de cosas, en vez de hacer trabajar excesivamente a una parte de los
obreros mientras que otros, por falta de trabajo, se ven obligados a vivir de
la caridad pública." ("Reports..., 31st October 1863", p. 8.)
Con su habitual e infalible instinto burgués, el autor del "Essay on Trade
and Commerce" comprende acertadamente el efecto que ejerce una
sobrepoblación relativa sobre los obreros ocupados. "Otra causa de la
holgazanería (idleness) en este reino es la carencia de un número
suficiente de brazos que trabajen [...]. No bien, la masa de trabajo,
a causa de cualquier demanda extraordinaria de artículos manufacturados,
resulta insuficiente, los obreros se vuelven conscientes de su propia importancia
y procuran, asimismo, hacérsela experimentar a sus patrones. Es sorprendente,
pero el modo de ser de estos sujetos es tan depravado que en tales casos se han
combinado grupos de obreros para poner en aprietos a su patrón, holgazaneando
un día entero." ("Essay...", pp. 27, 28.) Lo que pretendían los
sujetos, en realidad, era un aumento de salarios.
[25] [236] Ocasionado por
la demanda bélica. --En la versión francesa (TFA 466), en lugar de esas
palabras se lee: "ocasionado por las levas para la guerra de Crimea".
Además de esta contienda (1853-56), en el decenio mencionado por Marx
participaron tropas inglesas en las guerras contra China (1856-58, 1859-60) y
contra Persia (1856-57) y en la represión de la gran insurrección popular india
de 1857-59.-- 794.
[26] 84 "Economist",
21 de enero de 1860.
oo oo En la 3ª y 4ª
ediciones se agrega: "es decir, la fuerza de trabajo global,".
pp pp En la 3ª y 4ª
ediciones se agrega: "En ese momento no sólo cesa la inmigración de
obreros en el ramo industrial en cuestión, sino que ésta cede la plaza a la
emigración de los mismos".
qq qq En la 4ª edición
no figuran las palabras "o sobrepoblación relativa".
rr rr En la 3ª y 4ª
ediciones se sustituye esta frase por el texto siguiente: "A todos se los
<<pone en libertad>> ahora, y cualquer nuevo capital deseoso de
entrar en funciones puede disponer de ellos. Ya atraiga a esos obreros o a
otros, el efecto sobre la demanda general de trabajo será igual a cero, siempre
y cuando ese capital alcance para liberar el mercado de exactamente el mismo
número de obreros que el arrojado en él por las máquinas. Si da ocupación a un
número menor, aumenta la cantidad de los supernumerarios, si ocupa a una
cantidad mayor, la demanda general de trabajo aumenta sólo en el excedente de
los ocupados con respecto a los <<puestos en libertad>>. El impulso
que los capitales adicionales en busca de inversión hubieran impreso, de lo
contrario, a la demanda general de trabajo, está neutralizado, en todo caso, en
la medida en que los obreros arrojados a la calle por las máquinas resultan
suficientes".
ss ss Esta frase no
figura en la 4ª edición.
tt tt En la 4ª edición
la frase comienza así: "Prescindiendo de las grandes formas, de
reaparición periódica, que le imprime el cambio de fases
propio del ciclo industrial, de tal manera que aquélla se
manifiesta"...
uu uu En la 4ª edición
la frase comienza así; "En los centros de la industria moderna fábricas,
manufacturas, fundiciones y minas ora se repele a los obreros"...
vv vv A partir del
punto y coma, la frase presenta ligeras diferencias en la 4ª edición; "Una
vez alcanzado ese término, sólo es posible utilizar en el mismo ramo de la
industria un número muy exiguo, siendo lo normal que se despida a la mayor
parte".
ww ww En la 4ª
edición: "masa".
xx xx En la 4ª
edición: "y que, no obstante, al mismo tiempo las supere,".
[27] 85 Mientras que en
el segundo semestre de 1866 quedaron desocupados, en Londres, de 80.000 a
90.000 obreros, en el informe fabril correspondiente a ese mismo período se
dice: "No parece ser absolutamente verdadera la afirmación de que la
demanda siempre produce oferta en el preciso instante en que se requiere. No lo
hace así en el caso del trabajo, pues mucha maquinaria ha permanecido inactiva
durante el último año por falta de brazos". ("Report... 31st October
1866", p. 81.)
yy yy La frase dice
así en la 4ª edición: "El consumo de la fuerza de trabajo por el capital
es tan rápido, además, que en la mayor parte de los casos el obrero de edad
mediana es ya un hombre más o menos desgastado y caduco".
zz zz En la 4ª edición
"de los supernumerarios" en vez de "de la sobrepoblación".
aaa aaa Las palabras
que van desde "mientras" hasta "suerte", se sustituyen en
la 3ª y 4ª ediciones por el siguiente texto: "Es precisamente entre los
obreros de la gran industria donde nos encontramos con la más breve duración de
vida. <<El doctor Lee, funcionario de sanidad en Manchester, ha
comprobado que en esa ciudad [...] la duración media de la vida es en la clase
acomodada de 38 años; en la clase obrera, sólo de 17 años. En Liverpool
asciende a 35 años para la primera y a 15 para la segunda. De esto se infiere
que la clase privilegiada tiene una asignación de vida (have a lease of life)
más de dos veces mayor que la de sus conciudadanos menos favorecidos.>> 85bis Bajo
estas circunstancias, el crecimiento absoluto de esta fracción del
proletariado requiere"...
bbb bbb Las palabras
"se hace necesario" se eliminan en la 3ª y 4ª ediciones.
ccc ccc En la 3ª y 4ª
ediciones, en vez de "Ello se logra" dice: "Esta necesidad
social se satisface".
ddd ddd En la 3ª y 4ª
ediciones las palabras después de la última coma se sustituyen por las
siguientes: "se encuentra siempre a punto de convertirse en
proletariado urbano o manufacturero y a la espera de que se den las
circunstancias propicias para esta transformación".
[28] 86 "781
ciudades" figuran en el censo de 1861 de Inglaterra y Gales "con
10.960.998 habitantes, mientras que las aldeas y parroquias rurales sólo
cuentan con 9.105.226... En 1851 figuraban 580 ciudades en el censo, cuya
población se equiparaba aproximadamente a la de los distritos rurales
circunvecinos. Pero mientras que en éstos la población sólo aumentó en medio
millón durante los 10 años siguientes, en las 580 ciudades el aumento fue de
[...] 1.554.067. El incremento de población en las parroquias rurales fue del
6,5 %, en las ciudades del 17,3 %. La diferencia en la tasa de crecimiento
obedece a la migración del campo a la ciudad. Tres cuartas partes
del incremento total de la población corresponden a las ciudades".
("Census...", vol. III, pp. 11, 12.)
eee eee En la 3ª y 4ª
ediciones se agrega: "hacia las ciudades".
fff fff En la 3ª y 4ª
ediciones el párrafo comienza así: "La tercera categoría de la
sobrepoblación relativa, la estancada, constituye una parte del
ejército obrero activo, pero su ocupación es absolutamente
irregular. Ofrece al capital, de esta manera, un depósito inagotable de fuerza
de trabajo disponible".
[29] 87 "La pobreza
parece ser favorable a la generación." (Adam Smith. {237}) Se
trata, incluso, según el galano e ingenioso abate Galiani, de una disposición
divina particularmente sabia: "Dios hace que los hombres que ejercen los
oficios de máxima utilidad nazcan en abundancia". (Galiani, "Della
moneta", p. 78.) "La miseria, cuando llega al punto
extremo del hambre y la pestilencia, en vez de poner trabas al aumento
de la población tiende a promoverlo." (S. Laing, "National
Distress...", p. 69.) Después de ilustrar con material estadístico sus
afirmaciones, prosigue Laing: "Si toda la gente se encontrara en una
situación acomodada, el mundo pronto quedaría despoblado". ("If
the people were all in easy circumstances, the world would soon be
depopulated.")
30 [237] "La
pobreza parece ser favorable a la generación."-- El pasaje ha sido
tomado de "Wealth of Nations", libro I, cap. VIII, ed. Wakefield,
Londres, 1835, p. 195. A principios del siglo XVII, practicando talvez la
economía politica sin saberlo, un conocido novelista español había anticipado
la tesis de Smith: "[...] El vivir sobriamente aumenta las causas de la
generación" (Cervantes, "Coloquio que pasó entre Cipión y Berganza"
o "Coloquio de los perros", escrito hacia 1603). Marx, prolijo lector
del "Quijote" (véase por ejemplo "La ideología alemana")
había leído alguna vez "El coloquio...": en "El presupuesto del
señor Disraeli" (artículo publicado por la "New-York Daily Tribune"
el 7/V/1858) compara el plan financiero del doctor Richard Price con el del
"loco que en una de las novelas de Cervantes propone a todo el pueblo de
España abstenerse de comer y de beber, durante sólo dos semanas, para obtener
los medios que permitieran pagar la deuda pública [...]". (MEW, t. XII, p.
448.).-- 802.
ggg ggg En la 3ª y 4ª
ediciones la frase dice así: "Prescindiendo de vagabundos, delincuentes,
prostitutas, en suma, del lumpemproletariado propiamente
dicho, esta capa de la sociedad se compone de tres categorías".
hhh hhh En la 3ª y 4ª
ediciones, "auge" en vez de "prosperidad".
iii iii En la 3ª y 4ª
ediciones, "individuos" en vez de "obreros".
jjj jjj En la 3ª y 4ª
ediciones, en vez de "pluspoblación", "sobrepoblación
relativa".
kkk kkk En la 3ª y 4ª
ediciones, "del proletariado" en vez de "de la población
obrera".
lll lll En la 3ª y 4ª
ediciones, desde la última coma hasta aquí: "tanto mayor será el ejército
industrial de reserva".
mmm mmm En la 3ª y 4ª
ediciones, "sobrepoblación consolidada" en vez de
"pluspoblación consolidada o las capas obreras".
nnn nnn En la 3ª y 4ª
ediciones la frase comienza así: "La ley según la cual gracias a los
progresos experimentados en la productividad social del trabajo, una masa
siempre creciente de medios de producción puede ser puesta en movimiento con un
gasto progresivamente decreciente de fuerza humana,".
ooo ooo En la 3ª y 4ª
ediciones, desde la última coma: "su condición de existencia: venta
de la fuerza propia".
ppp ppp En la 4ª
edición; "tortura de su trabajo".
qqq qqq En la 4ª
edición, "distorsionan" en vez de "vuelven constantemente
anormales".
[31] [126] Zhaganat (pronúnciese
la zh aproximadamente como j francesa en
"jour") o Juggernaut en la transliteración inglesa
(del sánscrito Zhagannatha, "protector del universo"). Uno de los
títulos de Krishna, octavo avatar del dios índico Visnú. Durante el festival
del Razaiatra, en la ciudad de Puri o Zhaganat se pasea en procesión la imagen
de la deidad, instalada sobre un carro de ruedas gigantescas; no era
infrecuente otrora que algunos fieles se arrojaran bajo las ruedas y perecieran
aplastados.-- 338; 805.
rrr rrr En la 4ª
edición: "tiene que empeorar".
sss sss En la 4ª edición,
se agrega: " alta o baja ".
[32] 88 "Cada día
se vuelve más claro, pues, que las relaciones de producción en las que se mueve
la burguesía no tienen un carácter unitario, un carácter simple, sino dual; que
en las mismas relaciones en que se produce la riqueza se produce, asimismo, la
miseria; que en las mismas relaciones en que se opera un desarrollo de las
fuerzas productivas, se desarrolla una fuerza productiva de represión, que
estas relaciones sólo producen la riqueza burguesa, es decir la
riqueza de la clase burguesa, al aniquilar continuamente la riqueza de ciertos
integrantes de esta clase y al producir un proletariado en crecimiento
constante." (Karl Marx, "Misère de la philosophie...", p. 116.)
[33] 89 G. Ortes,
"Della economia nazionale libvi sei", 1774, en Custodi, Parte
moderna, t. XXI, pp. 6, 9, 22, 25, etc. Dice Ortes, op. cit., p. 32: "En
vez de proyectar sistemas inútiles para la felicidad de los pueblos, me
limitaré a investigar las razones de su infelicidad".
ttt ttt En la 4ª
edición se ubica aquí la llamada 89 y las tres frases precedentes quedan
incluidas en la cita de Ortes {238}.
34 [238] Al igual que en la
segunda edición alemana, en la traducción italiana de Delio Cantimori esas tres
frases quedan fuera de las comillas, lo que parece indicar que no son
transcripción textual de las palabras de Ortes. La inclusión de dichas frases
en las comillas data de la versión francesa del tomo I (TFA 472).-- 806.
[35] [4] Alta Iglesia de
Inglaterra (High Church, Anglo-Catholics).-- Sector de la Iglesia
Anglicana que después de la ruptura con el papado conservó, a diferencia de los
calvinistas y otras iglesias protestantes, lo esencial de la estructura
jerárquica y de la liturgia de la Iglesia Católica.-- 9; 764; 806.
[36] 90 "A
Dissertation on the Poor Laws, By a Wellwisher of Mankind" ("The Rev.
Mr. J. Townsend"), 1786, reeditado en Londres, 1817, pp. 15, 39, 41. Este "delicado" cura de
cuya obra recién mencionada, así como de su "Journey through Spain",
Malthus suele plagiar páginas enteras toma la mayor parte de su doctrina de sir
James Steuart, al que sin embargo tergiversa. Así, por ejemplo, cuando Steuart
dice; "Aquí, en la esclavitud, se aplicaba un método violento para
hacer trabajar a la humanidad" (en beneficio de los no trabajadores)
"... En ese entonces, se forzaba a los hombres a trabajar" (esto es,
a trabajar gratis para otros) "porque eran esclavos de otros; hoy, los
hombres son forzados a trabajar" (es decir, a trabajar gratis para los no
trabajadores), "porque son los esclavos de sus propias necesidades" {239},
no llega a la conclusión, como sí lo hace el obeso prebendado, de que los
asalariados siempre deben estar comiéndose los codos de hambre. Quiere, por el
contrario, hacer que aumenten sus necesidades y, a la vez, convertir el número
creciente de las mismas en acicate que los impulse a trabajar para "los
más delicados".
uuu uuu En la 3ª y 4ª
ediciones se agrega: "Si el monje veneciano encontraba, en el destino
fatal que eterniza la miseria, la razón de ser de la caridad cristiana, del
celibato, de los conventos y las fundaciones pías, el prebendado protestante,
por el contrario, veía en él el pretexto para condenar las leyes que concedían
al pobre el derecho a una misera subvención pública".
37 [239] (W) James
Steuart, "An Inquiry into the Principles of Political Economy", t. I,
Dublín, 1770, pp. 39, 40.-- 807.
[38] 91 Storch,
"Cours d'économie...", t. III, p. 223.
vvv vvv En la 3ª y 4ª
ediciones se agrega: "Según Sismondi, <<los hombres>> (es
decir, los no trabajadores) <<probablemente renunciarían a todos los
perfeccionamientos de las artes, así como a todos los disfrutes que nos
proporcionan las manufacturas, si tuvieran que procurárselos por un trabajo
constante, como el del obrero... Los esfuerzos están hoy separados de su
recompensa; no es el mismo hombre el que primero trabaja y luego se entrega al
descanso, por el contrario, precisamente porque uno trabaja, es otro el que
descansa... La multiplicación indefinida de las fuerzas productivas del trabajo
no puede arrojar otro resultado, pues, que el de aumentar el lujo y los
disfrutes de los ricos ociosos>>".
39 92 Sismondi,
"Nouveaux principes...", t. I, p. 85 (www).
xxx xxx En la 3ª y 4ª
ediciones la cita se presenta así: "Destutt de Tracy, por último, ese
doctrinario burgués de sangre de pescado, expresa brutalmente: "Las
naciones pobres son aquellas"...
[40] 93 Destutt de
Tracy, "Traité de...", p. 231. "Les
nations pauvres, c'est là où le peuple est à son aise; et les nations riches,
c'est là où il est ordinairement pauvre."
[41] [188] Fortunato (Fortunatus)
es el protagonista de un libro popular alemán del siglo XVI (la primera
impresión es de 1509). El personaje posee un bolso de dinero que nunca se agota
(el "saco de Fortunato") y un sombrerito de los deseos, que lo
traslada adonde se le antoja.-- 557; 808.
yyy yyy En la 3ª y 4ª
ediciones: "ya en la sección cuarta"...
[42] 94 "Tenth
Report of the Commissioners of H. M's Inland Revenue", Londres, 1866, p.
38.
[43] 95 Ibídem.
[44] 96 A los efectos
comparativos estos guarismos resultan suficientes, pero si se los considera en
términos absolutos son falsos, ya que los ingresos "encubiertos" tal
vez asciendan a [sterling] 100 millones. En cada uno de sus informes, los
"Inland Revenue Commissioners [comisionados de impuestos internos]
reiteran sus quejas sobre los fraudes sistemáticos perpetrados por comerciantes
e industriales, principalmente. Se afirma así, por ejemplo: "Una sociedas
por acciones declaró que sus ganancias gravables ascendían a [sterling] 6.000,
pero el tasador las evaluó en [sterling] 88.000, y finalmente el impuesto se
pagó por esa suma. Otra compañía declaró [sterling] 190.000; se la obligó a
admitir que el monto real era de [sterling] 250.000". (Ibídem, p. 42.)
zzz zzz En la 3ª y 4ª
ediciones: "y centralización".
aaaa aaaa 40,467 há.
[45] 97 "Census...",
p. 29. No se ha refutado la afirmación de John Bright, según la cual 150
terratenientes poseen la mitad del suelo inglés y sólo 12 la mitad del escocés.
bbbb bbbb En la 1ª, 2ª y
3ª ediciones: "1856".
[46] 98 "Fourth
Report... of Inland Revenue", Londres, 1860, p. 17.
cccc cccc En la 3ª y 4ª
ediciones: "centralización".
dddd dddd Dato corregido
según la 4ª edición.
47 99 Se trata de los
ingresos netos, es decir, una vez practicados ciertos descuentos establecidos
por la ley.
eeee eeee 13.000 km,
aproximadamente.
ffff ffff 20.600 km,
aproximadamente.
gggg gggg En la 4ª
edición: "1847".
hhhh hhhh En la 3ª y 4ª
ediciones: "188.917.563".
48 100 En estos
momentos marzo de 1867 el mercado indio y el chino están nuevamente
sobresaturados por las consignaciones de los fabricantes algodoneros
británicos. A los obreros del algodón se les comenzó a aplicar en 1866 un
descuento salarial del 5 %, y en 1867 una operación similar provocó la huelga
de 20.000 hombres en Preston. {F. E. Era este el preámbulo de la crisis que se
desencadenó acto seguido.}
[49] 101 "Census...",
p. 11.
[50] 102 Gladstone,
en la Cámara de los Comunes, el 14 (iiii) de febrero de 1843:
"It is one of the most melancholy features in the social state of the
country, that while there was a decrease in the consuming power of the people,
and an increase in the privations and distress of the labouring class and
operatives, there was at the same time a constant accumulation of wealth in the
upper classes and a constant increase of capital" (jjjj).
iiii En la 4ª edición;
"13".
kkkk kkkk En la 4ª
edición: "13"
llll llll En su ejemplar
de la 1ª edición, Marx corrigió aquí: "reducido".
[51] 103 "From
1842 to 1852 the taxable income of the country increased by 6 per cent... In
the 8 years from 1853 to 1861, it had increased from the basis taken in 1853,
20 per cent! The fact is so astonishing as to be almost incredible... this
intoxicating augmentation of wealth and power... entirely confined to classes
of property... must be of indirect benefit to the labouring population, because
it cheapens the commodities of general consumption while the rich have been
growing richer, the poor have been growing less poor! at any rate, whether the
extremes of poverty are less, I do not presume to say." (Gladstone, en la H. o. C., 16 de
abril de 1863 (mmmm).
[52] 104 Véanse los
datos oficiales en el libro azul: "Miscellaneous Statisties of the Un.
Kingdom, Part VI", Londres, 1866, pp. 260-273 pássim. Agregado a la 2ª
edición. En lugar de las estadísticas elaboradas por los asilos de huérfanos,
etc., podríamos aducir también como elementos probatorios las declamaciones con
las que periódicos oficialistas propician el aumento en la dotación a los
infantes de la familia real. Nunca se olvidan de mencionar, en ellas, el
encarecimiento de los medios de subsistencia.
[53] 105 "Think
of those who are on the border of that region" (pauperism), "wages...
in others not increased... human life is but, in nine cases out of ten, a
struggle for existence." (Gladstone, H. o. C., 7 de abril de 1864.) (nnnn). Un
escritor inglésl {240} caracteriza las continuas y clamorosas
contradicciones de los discursos con que Gladstone presentara los presupuestos
de 1863 y 1864, con la siguiente cita de Molière (oooo):
"He
aquí al hombre, genio y figura. Pasa del blanco al negro,
condena por
la noche sus opiniones matutinas.
Fastidioso a
todos los demás, enojoso a sí mismo,
sin cesar
cambia de ideas, como de modas."
("The Theory of Exchanges...", Londres,
1864, p. 135.)
nnnn En la 4ª edición se
agrega: "La versión de "Hansard" reza así: <<Again; and
yet more at large, what is human life but, in the majority of cases, a struggle
for existence>>".
54 [240] Se trata de Henry
Roy; en la versión francesa (TFA 678) Marx agrega, después de "un escritor
inglés": "por lo demás de poco valor".-- 814.
[55] 106 H. Fawcett,
"The Economic Position...", pp. 67, 82. En lo tocante a la creciente
dependencia de los obreros con respecto a los pequeños comerciantes, la misma
obedece a las fluctuaciones e interrupciones, cada vez mayores, que experimenta
la ocupación de los primeros.
[56] 107 Cabe esperar
que Engels amplíe pronto, con el período que se inicia en 1844, su obra sobre
la situación de la clase obrera inglesa, o que consagre un segundo tomo a la
exposición de dicho período (pppp).
qqqq qqqq Este párrafo
queda redactado así en la 3ª y 4ª ediciones: "En las secciones sobre la
jornada laboral y la maquinaria se pusieron al descubierto las circunstancias
bajo las cuales la clase obrera británica creó un aumento embriagador
<<de riqueza y de poder>> para las clases poseedoras. No obstante,
entonces, nos ocupamos preferentemente del obrero dentro de su
función social. Para ilustrar de manera plena las leyes de la acumulación,
corresponde examinar también la situación del obrero fuera del
taller, sus condiciones de alimentación y vivienda. Los límites de este libro
nos obligan a tener en cuenta aquí, ante todo, al sector peor remunerado del
proletariado industrial y de los obreros agrícolas, esto es, la mayor parte de
la clase obrera".
[57] 108(rrrr) En Inglaterra siempre
está incluido Gales; en Gran Bretaña lo están Inglaterra,
Gales y Escocia; en el Reino Unido esos tres países e Irlanda.
ssss ssss En la 4ª
edición se agrega; "hipócritas,".
[58] [241] Marx se refiere a la
obra de Engels "Die Lage der arbeitenden Klasse in England, etc., Leipzig,
1845.-- 816.
tttt tttt En la 3ª y 4ª
ediciones se inserta aquí una nota 108: "Sobre los progresos efectuados
desde los tiempos de Adam Smith, ilustra notablemente el hecho de que
ocasionalmente él use todavía la palabra workhouse como
equivalente de manufactory [manufactura]. Por ejemplo en la
introducción del capítulo que dedica a la división del trabajo: <<A
menudo se puede reunir en el mismo taller (workhouse) a los ocupados en los
diversos ramos del trabajo>>" {241}.
59 [242] (W) Adam
Smith, "Wealth of Nations", t. I, Edimburgo, 814, p. 6.-- 817.
[60] [107] El Privy
Council (Consejo Privado), compuesto de dignatarios de la corte,
grandes señores, prelados y (desde los Tudores) también de jurisconsultos y
otros especialistas, desempeñó en ciertos períodos de la historia inglesa las
funciones de gabinete ministerial, pese a que nominalmente no era más que un
cuerpo asesor del monarca. En tiempos de Marx la importancia de la institución
era ya escasa.-- 293; 486; 566; 817.
uuuu uuuu 252,7 g.
vvvv vvvv 11,7 g.
wwww wwww 278,6 g.
xxxx xxxx 13 g.
yyyy yyyy 907 g.
zzzz zzzz 1.855,3 g.
aaaaa aaaaa 86,1 g.
bbbbb bbbbb 1.892,9 g.
ccccc ccccc 83,9
g.
[61] 109 "Public
Health, Sixth Report... 1863", Londres, 1864, p. 13.
[62] 110 Ibídem,
p. 17.
[63] 111 Ibídem,
p. 13.
[64] 112 Ibídem,
apéndice, p. 232.
ddddd ddddd 198
g.
eeeee eeeee 701
g.
fffff fffff 3,5
kg
ggggg ggggg 5,1
kg.
hhhhh hhhhh 4,5
kg
iiiii iiiii 113
g.
jjjjj jjjjj 312
g.
kkkkk kkkkk 227
g.
lllll lllll 142
g
mmmmm mmmmm 206
g.
nnnnn nnnnn 517
g.
ooooo ooooo 386
g.
[65] 113 Ibídem, pp.
232, 233.
[66] 114 Ibídem, pp. 14,
15.
ppppp ppppp En la 4ª
edición esta frase dice así: "La conexión interna entre los tormentos del
hambre padecidos por las capas obreras más laboriosas y el consumo dilapidador
grosero o refinado de los ricos, fundado en la acumulación capitalista, sólo se
pone al descubierto con el conocimiento de las leyes económicas".
qqqqq qqqqq En la 3ª y 4ª
ediciones: "centralización".
rrrrr rrrrr En la 4ª
edición, "tranvías de caballos" en vez de "ferrocarriles
urbanos".
sssss sssss En la 4ª
edición se agrega: "de la habitación".
[67] 115 "En ningún
otro terreno los derechos de las personas han sido sacrificados tan abierta y
desvergonzadamente al derecho de propiedad como en el caso de las condiciones
habitacionales de la clase obrera. Toda gran ciudad es un sitio consagrado a
los sacrificios humanos, un altar en el que anualmente se inmola a miles de
personas al Moloc {243} de la avaricia." (S. Laing,
"National Distress...", p. 150.)
68 [243] Moloc, dios
semítico al que según la Biblia ("Levítico", XVIII, 21, I Reyes, XI,
7, II Reyes, XXIII, 10, "Jeremías", XXXII, 35) se sacrificaban seres
humanos, y en especial niños.-- 822.
ttttt ttttt En la 3ª y 4ª
ediciones se suprimen las fechas entre paréntesis.
[69] 116 "Public
Health", "Eighth Report...", Londres, 1866, p. 14, nota.
[70] 117 Ibídem, p. 89.
Acerca de los niños de esos nucleamientos dice el doctor Hunter: "No
sabemos cómo se criaría a los niños antes de esta época de densa aglomeración
de los pobres, y sería un profeta audaz el que nos predijera qué conducta puede
esperarse de niños que, bajo circunstancias sin paralelo en este país, se
educan actualmente para su práctica futura como clases peligrosas,
pasando media noche sentados con personas de todas las edades [...], borrachas,
obscenas y pendencieras". (Ibídem, p. 56.)
[71] 118 Ibídem,
p. 62.
[72] 119 "Report
of the Officer of Health of St. Martin's in the Fiels", 1865.
[73] 120 "Public
Health", "Eighth Report...", p. 91.
[74] 121 Ibídem, p. 88.
uuuuu uuuuu 3,2 km,
aproximadamente
vvvvv vvvvv 0,4047 há.
wwwww wwwww En la 3ª y 4ª
ediciones: "indemnizar".
[75] 122 Ibídem, p. 89.
[76] 123 Ibídem, p. 56.
[77] 124 Ibídem, p. 149.
[78] 125 Ibídem, p. 50.
[79] 126 Lista
proporcionada por el agente de una compañía aseguradora de obreros, en
Bradford:
Vulcan Street, nº 122 1 pieza 16 personas
Lumley Street, nº 13 1 " 11 "
Bower Street, nº 41 1 " 11 "
Portland Street, nº 112 1 " 10 "
Hardy Street, nº 17 1 " 10 "
North Street, nº 18 1 " 16 "
Idem, nº 17 1 " 13 "
Wymer Street, nº 19 1 " 8 adultos
Jowett Street, nº 56 1 " 12 personas
George Street, nº 150 1 " 3 familias
Rifle Court, Marygate, nº 11 1 " 11 personas
Marshall Street, nº 28 1 " 10 "
Idem, nº 49 3 piezas 3 familias
George Street, nº 128 1 pieza 18 personas
Idem, nº 130 1 " 16 "
Edward Street, nº 4 1 " 17 " (xxxxx)
York Street, nº 34 1 " 2 familias
Salt Pie Street 2 piezas 26 personas
Sótanos
Regent Square 1 sótanos 8 personas
Acre Street 1 " 7 "
Robert's Court, nº 33 1 " 7 "
Back Pratt Street, local
utilizado
como
taller de
calderería 1 " 7 "
Ebenezer Street, nº 27 1 " 6 "
("Public Health, Eighth Report...", p. 111.)
yyyyy yyyyy 42,48
m3.
[80] 127 Ibídem,
p. 114.
[81] 128 Ibídem,
p. 50.
[82] 129 "Public
Health, Seventh Report...", Londres, 1865, p. 18.
zzzzz zzzzz En la 4ª
edición: "2".
[83] 130 Ibídem, p. 165.
[84] 131 Ibídem, p. 18,
nota. El inspector de beneficencia de la Chapel-en-le-Frith-Union informa
al Registrar-General [director del Registro Civil]: "En
Doveholes se ha practicado una serie de pequeñas excavaciones en una gran
colina de cenizas de cal. Estas cuevas sirven de vivienda a los terraplenadores
y otros obreros ocupados en la construcción de vías férreas. Las cuevas son
estrechas, húmedas, carecen de salida para las aguas servidas y de letrinas.
Están privadas de todo medio de ventilación, salvo un agujero a través de la
bóveda, usado al mismo tiempo como chimenea. La viruela causa estragos y ya ha
ocasionado varios casos fatales" (entre los trogloditas). (Ibídem, nota
2.)
aaaaaa aaaaaa En la 4ª
edición: "del proletariado británico".
[85] 132 La nota
incluida al final de la sección cuarta (bbbbbb) se refiere
principalmente a los obreros de las minas de carbón. Acerca de las condiciones,
aun peores, en las minas de metales, cfr. el concienzudo informe de la
"Royal Commission de 1864".
cccccc cccccc En la 4ª
edición: "serán jamás motivo" en vez de "serán motivo especial" {244}.
88 [244] Para esta
corrección parece haberse tomado como base la versión francesa: "ne
fourniront jamais prétexte à une grève" (TFA 490). La segunda edición
alemana se ajusta más al original inglés, tal como figura en TI 667.-- 834.
[90] 136 "[exclamdown]Los
indigentes de Londres se mueren de hambre en masa! (Wholesale starvation of the
London Poor!)... Durante los últimos días, en los muros de Londres se fijaron
grandes carteles en los que figuraba este extraño anuncio:
<<[exclamdown]Bueyes gordos, hombres famélicos! Los bueyes gordos han
abandonado sus palacios de cristal para ir a cebar a los ricos en sus suntuosas
residencias, mientras que los hombres hambrientos degeneran y mueren en sus
deplorables tugurios>>. Los carteles con estas ominosas palabras son
constantemente renovados. No bien se arranca o tapa una partida de cartetes,
reaparece un nuevo lote en el mismo lugar o en otro sitio similarmente
público... Esto [...] recuerda los omina [malos augurios] que
prepararon al pueblo francés para los acontecimientos de 1789... En este
momento, mientras mueren de hambre y frío obreros ingleses con sus mujeres e
hijos, se invierten millones de dinero inglés, producto del trabajo inglés, en
empréstitos rusos, españoles, italianos y de otras nacionalidades
extranjeras." ("Reynolds' Newspaper", 20 de enero de 1867.)
dddddd dddddd En la 3ª y
4ª ediciones se suprime: "enero de".
eeeeee eeeeee 180 litros,
aproximadamente
[91] 137 "Ofrecemos
aquí un extracto, tomado de un diario tory, acerca de los
padecimientos consecutivos a la crisis de 1866. No debe olvidarse que la parte
oriental de Londres, que es de la que aquí se trata, es la sede no sólo de los
constructores de barcos de hierro, ya mencionados en el texto del capítulo,
sino también de una <<industria domiciliaria>> invariablemente
remunerada por debajo del mínimo. <<Un espectáculo terrible pudo
apreciarse ayer en una parte de la metrópoli. Aunque los millares de
desocupados del East End no manifestaron en masa con banderas negras, el
torrente humano fue asaz imponente. Permítasenos recordar lo que padece esta
gente. Se están muriendo de hambre. Este es el hecho escueto y terrible. Hay
40.000 de ellos... [exclamdown]En nuestra presencia, en un barrio de esta
metrópoli maravillosa, en la vecindad inmediata de la más enorme acumulación de
riqueza jamás vista por el mundo, hay 40.000 personas desamparadas, muriéndose
de hambre! Esos millares irrumpen ahora en otros barrios; esos hombres, que
siempre han estado medio muertos de hambre, gritan su aflicción en nuestros
oídos, claman al cielo, nos cuentan de sus hogares abrumados por la miseria, de
su imposibilidad de encontrar trabajo y de la inutilidad de mendigar. Los
propios contribuyentes locales, obligados a pagar el impuesto de beneficencia,
se ven empujados por las exigencias parroquiales al borde de la
indigencia>>. ("Standard", 5 de abril de 1867.)" (ffffff) Puesto
que precisamente en los momentos actuales está de moda, entre los capitalistas
ingleses, pintar a Bélgica como el paraíso del obrero porque en ella el
despotismo de los trades' unions y las leyes fabriles no
atentan contra "la libertad de trabajo", digamos aquí un par
de palabras sobre la "felicidad" del "libre" obrero belga,
al que sólo oprimen el clero, la aristocracia terrateniente, la burguesía
liberal y la burocracia, pero no los trades' unions ni las
leyes fabriles, [exclamdown]faltaba más! El señor Ducpétiaux, buena autoridad
hasta hace un tiempo, y no sé si todaía ahora, inspector general de las
cárceles belgas , dice en sus "Budgets économiques des classes ouvrières
en Belgique": "Término medio, una familia obrera cuenta 4 hijos, los
que sumados al padre y a la madre dan, pues, 6 personas". De esas 6
personas 4 pueden estar ocupadas de manera útil, cuando la enfermedad y
factores similares no interfieren. Bajo estas circunstancias, las fuentes
familiares de recursos, en su rendimiento máximo, son las siguientes: El padre
300jornadas a 1,56 francos Por año: 465 francos
La madre
0,59 267
El hijo
mayor 0,56 168
La hija
mayor 0,55 165
1.068
francos
Los gastos
anuales de la familia y sus déficit se elevarían, en
caso de que el obrero tuviera la alimentación
de un
marinero de la armada, a 1.828 francos; déficit: 760 francos
soldado
1.473 405
presidiario
1.112 44
En esa
familia que tomamos como modelo hemos hecho confluir todas las fuentes posibles
de recursos (gggggg). Pero al asignarle un salario a la madre,
privamos de su guía a la administración familiar; ¿quién (hhhhhh) se
ocupará de la casa, quién hará la comida, lavará y zurcirá la ropa, etc.?(iiiiii) ¿De
qué manera se las arregla, entonces, la gran mayoría de los obreros, que no
compran las mercancías al por mayor ni con descuentos de ningún tipo como sí lo
hace la administración de las cárceles , de qué manera se las arregla para
vivir? Recurriendo a expedientes cuyo secreto sólo el obrero conoce, reduciendo
la ración diaria, comiendo poca carne o ninguna, haciendo otro tanto con la
manteca y los condimentos, apretujando a su familia en una o dos piezas en las
que muchachos y muchachas duermen juntos, a menudo en el mismo jergón de paja,
economizando en la estimenta, en la ropa blanca y en los artículos de limpieza,
renunciando a los esparcimientos dominicales, etc. Una vez alcanzado ese límite
extremo, el menor aumento de precios en los medios de subsistencia, etc.,
arroja a estos obreros a la lista de los indigentes" (jjjjjj).
En este "paraíso de los capitalistas", en efecto, [exclamdown]la
menor variación en los precios de los cereales va acompañada de una variación
en el número de las defunciones y los delitos! (Véase "Manifest der
Maatschappij: De Vlamingen Vooruit", Bruselas, 1860, p. 12.) Toda Bélgica
cuenta 930.000 familias, de las cuales, según la estadística oficial: 90.000
ricos (electores) = 450.000 personas; 390.000 (kkkkkk) familias
gran parte de las cuales está cayendo en el proletariado pertenecen a la
pequeña clase media urbana y aldeana, = 1.950.000 personas; por último, 450.000
familias de trabajadores, = 2.250.000 personas, entre las cuales las familias
modelo disfrutan de la felicidad pintada por Ducpétiaux.
[exclamdown]De las 450.000 familias obreras más de 200.000 están en la
lista de indigentes!
ffffff En la 3ª y 4ª ediciones esta
nota figura en el texto; el segundo párrafo de la misma queda redactado de la
siguiente manera: "Puesto que entre los capitalistas ingleses está de moda
pintar a Bélgica como el paraíso del obrero porque en ella ni
el despotismo de los trades' unions ni las leyes fabriles
atentan contra <<la libertad de trabajo>> o, lo que es lo
mismo, contra <<la libertad del capital>> , digamos aquí un par de
palabras sobre la <<felicidad>> del obrero belga. Sin duda, nadie
estaba más profundamente iniciado en los misterios de esa felicidad que el
difunto señor Ducpétiaux, inspector general de las cárceles e institutos de
beneficencia belgas y miembro de la Comisión General de Estadística de su país.
Consultemos su obra, "Budgets économiques des classes ouvrières en
Belgique", Bruselas, 1855. Nos encontramos aquí, entre otras cosas, con
una familia normal de obreros belgas, cuyos egresos e ingresos anuales
calculados segú datos muy precisos y cuyas condiciones alimentarias son
comparadas luego con las de los soldados, marineros de la armada y
presidiarios. La familia <<se compone de padre, madre y cuatro
hijos>>. De estas seis personas, <<cuatro pueden estar ocupadas
todo el año de manera útil>>; se parte del supuesto de que <<no hay
entre ellos enfermos ni incapacitados para trabajar>> y de que no se
registran <<gastos con fines religiosos, morales e intelectuales, salvo
una suma muy exigua en concepto de asientos en la iglesia>>, ni
<<aportes a cajas de ahorro o jubilatorias>>, <<ni gastos de
lujo u otros gastos superfluos>>. Con todo, al padre y al hijo mayor se
les permite fumar e ir los domingos a la taberna, para lo cual se les asigna
nada menos que 56 céntimos semanales. <<De la combinación total de los
salarios otorgados a los obreros por los diversos ramos de la industria, se
desprende... que la media más elevada del jornal es la siguiente: 1,56 francos
para los hombres, 89 céntimos para las mujeres, 56 céntimos para los muchachos
y 55 para las muchachas. Calculados sobre esta base, los ingresos de la familia
ascenderían, como máximo, a 1.068 francos anuales...>>"
gggggg En la 3ª y 4ª ediciones esta
frase dice así: "En ese presupuesto familiar que tomamos como típico hemos
incluido todos los ingresos posibles".
hhhhhh En la 3ª y 4ª ediciones se
agrega: "de los hijos menores ¿Quién"...
iiiiii En la 3ª y 4ª ediciones, el
texto de este párrafo, hasta aquí, figura antes de los cuadros precedentes. Se
agrega, después de "ropa, etc.", la frase siguiente: "A los
obreros, este dilema se les plantea de manera cotidiana".
jjjjjj En la 3ª y 4ª ediciones el
texto de este párrafo, desde la llamada c hasta aquí, es
sustituido por el siguiente pasaje: "Como se ve, pocas familias obreras
pueden procurarse no ya la alimentación del marinero o del soldado, sino ni
siquiera la del presidiario. Término medio, en Bélgica cada prisionero costó en
1847-1849 63 centavos por día, lo que en comparación con los gastos dirios que
representa el sustento de un obrero, arroja una diferencia de 13 centavos. Los
costos de administración y vigilancia se compensan, en cambio, por el hecho de
que el prisionero no paga alquiler alguno... ¿Pero cómo ocurre, entonces, que
un gran número, y podríamos decir que la gran mayoría de los obreros, viven en
condiciones aun más económicas? Lo hacen, pero sólo recurriendo a expedientes
cuyo secreto nadie conoce a excepción del obrero, reduciendo la ración diaria,
comiendo pan de centeno en vez de pan de trigo; comiendo poca carne o ninguna,
haciendo lo mismo con la manteca y los condimentos, apretujando a su familia en
una o dos piezas en las que muchachos y muchachas duermen juntos, a menudo en
el mismo jergón de paja, ahorrando en la vestimenta, en la ropa blanca y en los
artículos de limpieza, renunciando a los esparcimientos dominicales, en una
palabra, resignándose a las privaciones más penosas. Una vez alcanzado ese
límite extremo, el menor aumento en el precio de los medios de subsistencia,
una suspensión del trabajo, una enfermedad, acrecientan la miseria del obrero y
lo arruinan por completo. Las deudas se acumulan, no se le concede más crédito,
los vestidos, los muebles más necesarios emigran hacia la casa de empeños y,
finalmente, la familia solicita su inscripción en la lista de indigentes (137)."
kkkkkk En la 2ª edición:
"190.000". (Errata corregida por nosotros según las ediciones
siguientes: 390.000 x 5 = 1.950.000.)
[92] 138 James E. Th.
Rogers (prof. of political economy in the University of Oxford), "A
History of Agriculture and Prices in England", Oxford, 1866, vol. I, p. 690. En los dos primeros tomos
publicados, esta obra, fruto de un trabajo concienzudo, comprende únicamente el
período que va de 1259 a 1400. El segundo tomo sólo contiene material
estadístico. Es la primera history of prices [historia de los
precios] auténtica que poseemos acerca de este período.
[93] 139 "Reasons
for the Late Increase of the Poor-Rates: or, a Comparative View of the Price of
Labour and Provisions", Londres, 1777, pp. 5, 11.
[94] 140 Doctor Richard
Price, "Observations on Reversionary Payments, 6ª ed. by W. Morgan,
Londres, 1803, vol. II,
pp. 158, 159: "El precio nominal de la jornada de trabajo
no es actualmente más que 4 o a lo sumo 5 veces mayor que en el año 1514. Pero
el precio del trigo se ha septuplicado, el de la carne y el de la indumentaria
se multiplicaron por 15. El precio del trabajo, por consiguiente, se ha quedado
tan atrás con respecto al incremento experimentado por el costo de la vida, que
en proporción a este costo su monto parece no ser ni siquiera de la mitad de
lo que era antes".
llllll llllll 51,1 litros.
mmmmmm mmmmmm 36,9 litros.
nnnnnn nnnnnn 34,1
litros.
[95] 141 Barton,
"Observations...", p. 26. En lo referente al último período del siglo XVIII, cfr. Eden,
"The State of the Poor".
96 [200] Guerra
antijacobina. --En la versión francesa (TFA 493) Marx atribuye la autoría
de esa expresión al escritor y líder radical y obrerista William Cobbett
(1762-1835): "antijacobin war, tal es el nombre dado por William
Cobbett a la guerra contra la Revolución Francesa".-- 678; 745; 842; 939.
oooooo oooooo En la 4ª
edición, desde la penúltima coma: "bajo la forma de limosnas, el salario
nominal hasta la suma nominal".
[99] [92] Marx cita a Varrón
según Dureau de la Malle: "Para Varrón, el esclavo es un
"instrumentum vocale", el animal un "instrumentum
semi-mutum", el arado un "instrumentum mutum" (Dureau de la
Malle, "Économie politique des romains", París, 1840, t. I, pp.
253-254; cit. en "Grundrisse ...", ed. cit., p. 719). Aunque en
germen, no con tanta nitidez, esta idea aparece ya en la "Política de
Aristóteles": "[...] De los instrumentos, unos son inanimados y otros
animados [...]. El esclavo [es] una posesión animada." (Cfr. Aristóteles,
"Política", México, Bibliotheca Scriptorum Græcorum et Romanorum
Mexicana, 1963, libro I, cap. II, p. 6.)-- 238; 843.
[100] [245] Revueltas de
Swing. --En los primeros años del decenio de 1830 se desarrolló en el campo
inglés, sobre todo en el sur, un movimiento más o menos espontáneo de los
obreros agrícolas, en lucha por aumentos de salarios y contra la mecanización
de las faenas rurales. Los trabajadores incendiaban los graneros, las
trilladoras, etc. (véase aquí, p. 736), y dirigían a los terratenientes cartas
intimidatorias de este tenor, firmadas por un imaginario Capitán Swing:
"Este año prendemos fuego a las mieses, el que viene a los curas, el
tercero a los gobernantes".-- 844.
[103] [246] Low Church (lglesia
Baja) o Low Church Party. --Sector de la Iglesia Anglicana
partidario de reducir el papel del clero y sobre todo del episcopado; en cuanto
a la liturgia, los dogmas religiosos, etc., la Low Church se
asemeja más que la High Church (véase nuestra nota 4) a las
otras iglesias protestantes, y menos que ella a la Iglesia Católica. Pone el
énfasis en actividades filantrópicas y reformas sociales dentro del régimen
capitalista: lord Shaftesbury, por ejemplo, a quien Marx da el título de
"papa de la Low Church", al mismo tiempo que explotaba
ferozmente a sus trabajadores agrícolas abogaba por la sanción de la ley de las
10 horas, la prohibición del trabajo femenino e infantil en las minas de
carbón, etc.-- 845.
pppppp pppppp Varios datos
de esta tabla han sido corregidos según la 3ª y 4ª ediciones.
qqqqqq qqqqqq En la 3ª y
4ª ediciones: "abolición".
[105] 147 A estos
efectos, la aristocracia terrateniente se adelantó a sí misma fondos del
erario público, por medio del parlamento y, naturalmente, a un interés
bajísimo; los arrendatarios se vieron obligados a devolvérselos duplicados.
[106] 148 La disminución
de los arrendatarios medios se aprecia principalmente en los siguientes rubros
del censo: "hijo, nieto, hermano, sobrino, hija, nieta, hermana, sobrina
del arrendatario", en una palabra, en los miembros de su propia familia
empleados por el arrendatario. En 1851, estos rubros contaban 216.851 personas;
en 1861, sólo 176.151 (rrrrrr).
rrrrrr En la 3ª y 4ª ediciones se
agrega. "Entre 1851 y 1871 los predios arrendados de menos de 20
acres (ssssss) disminuyen en más de 900; los de 50 a 75
acres (tttttt) bajan de 8.253 a 6.370; un fenómeno similar
ocurre en el caso de todos los demás predios arrendados cuya superficie no
alcanza a los 100 acres (uuuuuu). Durante esos mismos veinte años,
en cambio, aumentó el número de las grandes fincas arrendadas: las de 300 a 500
acres (vvvvvv) subieron de 7.771 a 8.410; las de más de 500
acres (wwwwww), de 2.755 a 3.914; las de más de 1.000 acres (xxxxxx),
de 492 a 582.
ssssss 8,09
há.
tttttt 20,2 a
30,35 há.
uuuuuu 40,47 há.
vvvvvv 121,4 a 202,3 há.
wwwwww 202,3 há.
yyyyyy yyyyyy 187.829 há.
[109] [247] Post tot
discrimina rerum (después de tantas vueltas y revueltas, después de
tantas dificultades). --Virgilio, "Eneida", I, 204.-- 847.
[110] 151 Rogers,
"A History of Agriculture...", p. 693. "The peasant has again become a serf",
ibídem, p. 10. El señor Rogers pertenece a la escuela liberal y cultiva la
amistad personal de Cobden y Bright; no es, por ende, un laudator
temporis acti [panegirista del tiempo pasado] {248}.
111 [248] En el verso 173 de
su "Arte poética", Horacio se refiere a un laudator temporis
acti (panegirista del tiempo pasado), un viejo que se erige en crítico
y censor despiadado de la nueva generación.-- 847.
[112] 152 "Public
Health, Seventh Report...", p. 242. "The cost of the hind is fixed at
the lowest possible amount on which he can live... the supplies of wages or
shelter are not calculated on the profit to be derived from him. He is a zero in farming
calculations". No es nada inusual, por consiguiente, el hecho de que el
casero aumente el alquiler de un obrero no bien se entera de que éste gana algo
más, o que el arrendatario reduzca el salario del obrero "porque la mujer
del mismo ha encontrado ocupación" (ibídem).
[115] 155 "Report
of the Commissioners... Relating to Transportation and Penal Servitude",
Londres, 1863, p. 42 nº 50.
zzzzzz zzzzzz Nota 158 bis
de la 4ª edición: "Ibídem, pp. 274, 275".
aaaaaaa aaaaaaa En la 4ª
edición no figura Dorset.
bbbbbbb bbbbbbb En la 4ª
edición: "Smith".
[121] 161 Ibídem, p. 17.
El obrero agrícola inglés sólo obtiene 1/4 de la leche y 1/2 del pan que recibe
el irlandés. A comienzos de este siglo, Arthur Young ya había llamado la
atención, en su "Tour through Ireland", acerca del mejor nivel
alimentario del segundo con respecto al primero. La razón consiste simplemente
en que el arrendatario irlandés, sumido en la pobreza, es incomparablemente más
humano que su rico colega inglés. En lo concerniente a Gales, los
datos del texto no se aplican a su región suroccidental.
"Todos los médicos locales coinciden en que el incremento de la tasa de
mortalidad por tuberculosis, escrofulosis, etc., se intensifica con el
deterioro de la condición física de la población, y todos atribuyen dicho
deterioro a la pobreza. La mantención diaria del obrero agrícola se calcula
allí en 5 peniques, y en muchos casos el arrendatario" (él mismo en la
miseria) "paga menos. Un bocado de carne salada [...], secada hasta que
alcanza la dureza de la caoba y apenas digna del trabajoso proceso de la
digestión, o de tocino [...], sirve para condimentar una gran cantidad de
caldo, de harina y puerro, o de papilla de avena, y día tras día es este el
almuerzo del obrero agrícola... El progreso de la industria ha tenido para él
la consecuencia de remplazar, en este clima riguroso y húmedo, el fuerte paño
hilado en casa por géneros de algodón baratos, y las bebidas más fuertes por un
té <<nominal>>... Luego de largas horas de exposición al viento y
la lluvia, el jornalero regresa a su cottage [choza] y se
sienta ante un fuego de turba o de bolas compuestas de arcilla y carbón de
descarte, aspirando entonces bocanadas de monóxido de carbono y ácido
sulfúrico. Las paredes de la choza se componen de arcilla y piedras, el piso es
de tierra desnuda, tal como se encontraba antes de la construcción de la choza;
el techo es una masa de paja suelta, amontonada. Se obstruye toda rendija para
conservar el calor, y en esta atmósfera diabólicamente hedionda, sobre un piso
fangoso, a menudo con su única ropasecándose sobre el cuerpo, el jornalero cena
con su mujer e hijos. Ciertas parteras, obligadas a pasar una parte de la noche
en tales chozas, han descrito cómo se les hundían los pies en el barro del piso
y cómo [exclamdown]menudo trabajo! tuvieron que practicar un agujero en la
pared para procurarse un poco de respiración privada. Numerosos testigos de
diverso rango declaran que el mal alimentado (underfed) campesino se halla
expuesto todas las noches a esas y otras influencias insalubres, y en cuanto al
resultado un pueblo debilitado y escrofuloso- no hacen falta pruebas,
verdaderamente... Los informes de los funcionarios parroquiales de
Caermarthenshire y Cardiganshire muestran palmariamente el mismo estado de cosas...
A esto se añade una plaga aun más terrible: la propagación del idiotismo. Y
además las condiciones climáticas. Los rabiosos vientos del sudoeste soplan en
todo el país durante ocho o nueve meses al año, con su séquito de lluvias
torrenciales que se descargan principalmente sobre las laderas occidentales de
las colinas. Los árboles escasean, salvo en lugares protegidos; donde carecen
de abrigo, el viento los convierte en objetos deformes. Las chozas se agazapan
bajo cualquier saliente de la montaña, a menudo en un barranco o una cantera, y
sólo las ovejas de menor talla y el ganado bovino local pueden vivir en las
pasturas... Los jóvenes emigran hacia los distritos mineros orientales de
Glamorgan y Monmouth... Caermarthenshire es el semillero de la población minera
y su hospicio de inválidos... La población sólo a duras penas mantiene su
número. Así, por ejemplo, ocurre en Cardiganshire:
1851 1861
Sexo
masculino 45.155 44.446
Sexo
femenino 52.459 52.955
97.614
97.401."
[122] 162 En 1865 esa ley
fue enmendada hasta cierto punto. Pronto enseñará la experiencia que la
utilidad de estos emplastes es absolutamente nula.
[123] 163 Para ccmprender
lo que sigue: se denominan close villages (aldeas cerradas)
aquellas en que los propietarios del suelo son uno o unos pocos
terratenientes; open villages (aldeas abiertas), aquellas cuyo
suelo pertenece a muchos propietarios pequeños. Es en estas últimas localidades
donde los especuladores de la construcción pueden levantar cottages y
casas para alquilar.
[124] 164 Estas aldeas de
escenografía tienen un aspecto muy bonito, pero son tan irreales como las que
vio Catalina II en su viaje a Crimea {249}. En los últimos tiempos
es frecuente que también se desaloje de las show-villages a
los pastores de ovejas. Cerca de Market Harborough, por ejemplo, hay un
establecimiento de aproximadamente 500 acres (ccccccc), dedicado a
la cría de ovejas, que sólo emplea el trabajo de un hombre.
Para abreviar las largas caminatas por esas vastas planicies las hermosas
praderas de Leicester y Northampton , el pastor solía ocupar una cottage en
la granja. Ahora se le da un decimotercer chelín para alojamiento, que el
pastor tiene que buscar muy lejos, en la aldea abierta.
125 [249] Poco después de la
conquista de Crimea por los rusos, el favorito de Catalina II, Grígori
Alexándrovich Potiomkin (el mismo en cuyo honor se bautizó a un acorazado que,
en mala transliteración, conocemos por "Potemkin"), invitó a la
emperatriz a visitar los territorios arrancados a los tártaros. Mientras se dirigía
a Crimea por el curso del Dniéper (principios de 1787), la comitiva imperial
pudo admirar desde el río una serie de hermosas aldeas: según relatos
divulgados algo después, las casas no tenían más que la fachada y los bien
vestidos y rozagantes "campesinos", apenas pasaban las naves de
Catalina, galopaban en la misma dirección para "'poblar" a tiempo la
aldea escenográfica siguiente.-- 854.
ddddddd ddddddd 4,8
Km.
eeeeeee eeeeeee De
4,8 a 6,4 Km.
[126] 165 "Las casas
de los trabajadores" (en las aldeas abiertas, que, por supuesto, están
siempre atestadas) "se construyen habitualmente en hileras, con la pared
trasera ubicada en el último borde del retazo de terreno que el especulador que
las construye puede llamar suyo. Sólo por el frente, pues, tienen acceso a la
luz y el aire." (Informe del doctor Hunter, op. cit., p. 135.) "Muy a
menudo el dueño de la cervecería o la tienda de la aldea es al mismo tiempo
propietario de casas alquiladas. En este caso, el obrero agrícola encuentra en
él un segundo patrón, después del agricultor. Se ve obligado a ser también su
cliente. Con 10 chelines por semana, menos un alquiler anual de [sterling] 4
[...], está obligado a comprar, a los precios que al tendero se le ocurra
fijar, su modicum [modesta porción] de té, azúcar, harina,
jabón, velas y cerveza." (Ibídem, p. 132.) Estas aldeas abiertas
constituyen, en realidad, las "colonias penitenciarias" del
proletariado agrícola inglés. Muchas de las cottages son
simples pensiones por las que desfila toda la hez de vagabundos de la comarca.
El campesino y su familia, que a menudo, pese a vivir en las más sucias
condiciones, habían conservado de manera realmente prodigiosa su integridad y
pureza de carácter, ahora se echan totalmente a perder. Está de moda entre los
Shylocks distinguidos, por supuesto, encogerse farisaicamente de hombros ante
los especuladores de la construcción, los pequeños propietarios y las aldeas
abiertas. Ellos saben a ciencia cierta que sus "aldeas cerradas y aldeas
de escenografía" constituyen la cuna de las "aldeas abiertas" y
no podrían existir sin éstas.
127 [250] Midlands es
el nombre colectivo de los condados centrales de Inglaterra, y especialmente
los de Derby, Leicester, Nottingham, Rutland, Northampton, Stafford y Warwick;
en los Midlands se levantan muchas de las principales ciudades industriales
inglesas.-- 855.
[128] 166 "El
casero" (el arrendatario de tierras o el terrateniente) "[...] se
[...] enriquece directa o indirectamente con el trabajo de un hombre al que
paga 10 chelines por semana, y luego le arranca a ese pobre diablo [sterling] 4
ó 5 de alquiler anual por casas que en el mercado libre
no valdríanni [sterling] 20, pero que mantienen su precio
artificial gracias al poder que tiene el terrateniente de decir: <<O
alquilas mi casa o te largas de aquí y te buscas empleo en otra parte, pero sin
un certificado mío de referencias (fffffff)>>... Si un hombre
desea mejorar y conseguir trabajo en un ferrocarril como colocador de vías, o
en una cantera, el mismo poder no demora en decirle: <<O trabajas para mí
a ese salario bajo, o te doy un plazo de una semana para que te largues de la
casa; lleva tu cerdo contigo, si lo tienes, y fíjate en cuánto puedes sacar de
las papas que crecen en tu huerta>>. Pero si le parece mejor para sus
intereses, a veces el propietario" (o en su caso el arrendatario de la
tierra) "opta en estos casos por aumentar el alquiler, como castigo por
haber abandonado su servicio." (Doctor Hunter, en "Public Health,
Seventh Report...", 1864, página 132.)
129 167 "Las
parejas de recién casados no constituyen un espectáculo edificante para
hermanos y hermanas adultos, que comparten con ellos el mismo dormitorio, y
aunque no sea aconsejable mencionar casos concretos, disponemos de datos
suficientes que fundamentan la afirmación de que grandes sufrimientos, y a
menudo la muerte, constituyen la suerte de las mujeres que toman parte en el
delito de incesto." (Doctor Hunter, op. cit., p. 137.) Un funcionario
policial de origen campesino, que durante largos años actuó como detective en
los peores barrios de Londres, dice de las muchachas de su aldea: "Durante
toda mi vida de policía en las peores zonas londinenses nunca llegué a ver tan
grosera inmoralidad a edad tan temprana, una insolencia e impudicia como las de
aquéllas... Viven como cerdos, muchachos y muchachas ya crecidos, madres y
padres; todos duermen revueltos en el mismo cuarto". ("Children's...
Sixth Report", apéndice, p. 77, n. 155.)
ggggggg ggggggg 3,66
m.
hhhhhhh hhhhhhh 3,05
m.
iiiiiii iiiiiii 1,68
m.
jjjjjjj jjjjjjj 4,57
m.
kkkkkkk kkkkkkk 3,05
m.
lllllll lllllll Unos
23 cm.
[131] [65] Seguir el camino
de toda carne.-- El eufemismo por decaer y morir, irónicamente
empleado por Marx, es de origen bíblico: combina el "toda carne había
corrompido su camino sobre la tierra", etc. ("Génesis", VI,
12-13) y el "yo voy el camino de toda la tierra" con que David,
moribundo, se despide de su hijo Salomón ("I Reyes", II, 2).-- 136;
859.
mmmmmmm mmmmmmm 4,42
m.
nnnnnnn nnnnnnn 2,13
m.
ooooooo ooooooo 1,82 m.
ppppppp ppppppp 405 há.
aproximadamente.
qqqqqqq qqqqqqq 6,4 km,
aproximadamente.
rrrrrrr rrrrrrr 3,35 m.
sssssss sssssss 2,74
m.
ttttttt ttttttt 2,06
m.
uuuuuuu uuuuuuu 3,53
m.
vvvvvvv vvvvvvv 2,74
m.
wwwwwww wwwwwww 1,78
m.
xxxxxxx xxxxxxx 1,22
m.
yyyyyyy yyyyyyy 1.393,3
há.
zzzzzzz zzzzzzz 739,3
há.
aaaaaaaa aaaaaaaa 3.419,1
há.
bbbbbbbb bbbbbbbb 697
há.
cccccccc cccccccc 3,91
m.
dddddddd dddddddd 3,71
m.
eeeeeeee eeeeeeee 2,06
m.
ffffffff ffffffff 3,68
m3, aproximadamente.
gggggggg gggggggg 10,12
há.
hhhhhhhh hhhhhhhh 3,71
m.
iiiiiiii iiiiiiii 2,87
m.
jjjjjjjj jjjjjjjj 6,48
m.
kkkkkkkk kkkkkkkk 2,87
m.
llllllll llllllll 9,65
km.
mmmmmmmm mmmmmmmm 19,3
km.
nnnnnnnn nnnnnnnn 1
pie = 0,3048 m.
oooooooo oooooooo 1 pulgada
= 0,0254 m.
pppppppp pppppppp En la 4ª
edición se agrega: "de fincas arrendadas".
[133] 169 "El
trabajo del obrero agrícola trabajo santificado por Dios incluso infunde
dignidad a su posición. No es un esclavo, sino un soldado
de la paz, y merece una vivienda adecuada, digna de un hombre casado. El
terrateniente, que ha reclamado el derecho de imponerle un trabajo forzado tal
como el que el país le impone a un soldado propiamente dicho, debería
proporcionarle esa vivienda. El obrero agrícola no recibe por su trabajo el
precio de mercado, tal como no lo recibe el soldado. Como a éste, se lo recluta
joven, ignorante, sin que conozca más que su propio oficio y su propia localidad.
El casamiento prematuro y la acción de diversas leyes de asentamiento afectan
al uno como el reclutamiento y el código penal militar afectan al otro."
(Doctor Hunter, op. cit., p. 132.) En ocasiones, algún terrateniente
excepcionalmente pusilánime se conmueve ante el espectáculo del desierto que ha
creado. "Es cosa melancólica esto de estar solo en su propio país",
dijo el conde de Leicester cuando lo felicitaron por haber terminado la
construcción de Holkham: "Miro a mi alrededor y no veo más casa que la
mía. Soy el gigante del castillo de los ogros y he devorado a todos mis
vecinos".
[134] 170 Un movimiento
similar se ha producido en los últimos decenios en Francia, en la
medida en que la producción capitalista se apodera allí de la agricultura y
empuja a la población rural "supernumeraria" hacia las ciudades.
También aquí la existencia de los "supernumerarios" se debe al
empeoramiento que se verifica en las condiciones habitacionales y en las demás
condiciones. Sobre el peculiar "prolétariat foncier" [proletariado
rural] incubado por el sistema parcelario, véanse, entre otras obras, el libro
anteriormente citado de Colins, y Karl Marx, "Der achtzehnte Brumaire des
Louis Bonaparte", Nueva York, 1852,.pp. 56 y ss (qqqqqqqq). En
1846 la población urbana ascendía en Francia al 24,42 y la rural al 75,58 %; en
1861 la urbana al 28,86, y la rural al 71,14 %. En los últimos 5 años el
decrecimiento porcentual de la población rural es aun mayor. Ya en 1846 cantaba
Pierre Dapont en su "Ouvriers":
"Mal
vestidos, alojados en cuchitriles,
en las
buhardillas, entre los escombros,
vivimos con
los buhos y los ladrones,
amigos de
las sombras."
[135] 171 El informe
sexto y final de la "Children's Employment Commission", pablicado a
fines de marzo de 1867, se ocupa exclusivamente del sistema agrícola de
cuadrillas.
rrrrrrrr rrrrrrrr De 161,9 a
404,7 há.
ssssssss ssssssss En la 3ª y
4ª ediciones se agrega aquí: "40,49 áreas o" [debió decir: 40,47
áreas o].
tttttttt tttttttt 129,5
há.
[137] 173 No obstante,
algunos jefes de cuadrillas se las han ingeniado para convertirse en
arrendatarios de 500 acres (uuuuuuuu) o en propietarios de
hileras enteras de casas.
vvvvvvvv vvvvvvvv En la 4ª
edición en vez de las palabras entre comas: "al margen de la
cuadrilla".
wwwwwwww wwwwwwww 8, 9,6 y a
veces 11,3 km.
[138] [251] Según la leyenda
recogida por los hermanos Grimm, el "flautista de Hamelín" (en alemán
Hameln), molesto porque los vecinos de esa ciudad de Brunswick no abonaban
conforme a tarifa sus servicios raticidas, hechizó al son de una flauta mágica
a todos los niños del lugar y se los llevó con destino desconocido. La balada
de Browning "The Pied Piper of Hamelin" contribuyó a popularizar
fuera de Alemania la leyenda.-- 870.
[139] [252] Fanerogamia (del
griego fanerós [visible, evidente] y gamos, gamía [unión
sexual]) es el término empleado por Fourier para designar la unión sexual en
público. Véase Charles Fourier, "Le nouveau monde industriel et
sociétaire", París, 1829, sección quinta, complemento a los caps. XXXV y
XXXVI, y sección sexta, resumen.-- 871.
[140] 174 "La
cuadrilla ha echado a perder a la mitad de las muchachas de Ludford."
("Children's..., Sixth Report, apéndice, p. 6, n. 32.)
141 [253] Según el Génesis,
XIX, los hombres de Sodoma --aparte otras depravaciones no especificadas-- caen
en la exageración de querer violar a los ángeles enviados por Jehová para exterminarlos.--
871.
[142] 175 "El
sistema se ha expandido considerablemente en los últimos años. En algunos
lugares su introducción es reciente; en otros, donde [...] es más antiguo
[...], más niños, y de menor edad, se alistan en la cuadrilla." (Ibídem,
p. 79, n. 174.)
[143] 176 "Los
arrendatarios menores no emplean el trabajo de cuadrillas." "No se le
emplea en tierras pobres, sino en las que rinden de [sterling] 2 a [sterling] 2
y 10 chelines de renta por acre." (Ibídem, pp. 17 y 14.)
[144] 177 A uno de estos
caballeros sus rentas le saben tan dulces que declara indignado, ante la
comisión investigadora, que toda la gritería contra el sistema se debe al
nombre del mismo. Si en vez de denominarlas "cuadrillas" se las
bautizara con el nombre de "asociaciones juveniles
cooperativo-agrícola-industriales para la manutención de sí mismos", todo
estaría all right [en perfecto orden].
[145] 178 "El
trabajo de las cuadrillas es más barato que el otro trabajo, es por eso que se
lo emplea", dice un ex jefe de cuadrilla. (Ibídem, p. 17, n. 14.) "El
sistema de cuadrillas es decididamente el más barato para el arrendatario, y
también decididamente el más pernicioso para los niños", dice un arrendatario.
(Ibídem, p. 16, nota 3.)
[146] 179 "No cabe
duda de que mucho trabajo hecho actualmente por niños en cuadrillas lo
efectuaban antes hombres y mujeres. Donde se emplean mujeres y niños hay ahora
más hombres sin trabajo (more men are out of work) que antes." (Ibídem, p.
43, n. 202.) Véase, en cambio, entre otros pasajes: "El problema del
trabajo (labour question) se ha vuelto tan agudo en muchos distritos
agrícolas, y especialmente en los cerealeros, a consecuencia del éxodo y de las
facilidades que ofrecen los ferrocarriles para trasladarse a las grandes
ciudades, que yo" (este "yo" es el del agente rural de un gran
patrón) "considero absolutamente indispensable el trabajo de los
niños". (Ibídem, p. 80, n. 180.) The labour question (el
problema del trabajo), efectivamente, en los distritos agrícolas ingleses
significa por oposición al resto del mundo civilizado the landlords'
and farmers' question (el problema de los terratenientes y
arrendatarios): ¿cómo perpetuar, pese al éxodo cada vez mayor de los
campesinos, una suficiente "sobrepoblación relativa" en el campo y,
con ello, eternizar el "mínimo del salario" para el obrero agrícola?
[147] 180 El "Public
Health Report", antes citado por mí, en el cual al analizarse la
mortalidad infantil se alude de pasada al sistema de cuadrillas, permaneció
ignorado por la prensa inglesa, y en consecuencia por el público inglés. El
último informe de la "Children's Employment Commission", en cambio,
brindó a la prensa un pasto "sensacional" y bienvenido. Mientras la
prensa liberal preguntaba cómo era posible que los elegantes gentlemen y ladies y
los prebendados de la iglesia oficial, personajes todos que pululan en
Lincolnshire y envían a los antípodas sus propias "misiones para el
perfeccionamiento moral de los indígenas del Mar del Sur", permitieran que
prosperase tal sistema en sus fincas y bajo sus propios ojos, la prensa más
refinada se limitó exclusivamente a reflexionar sobre la burda
corrupción de los campesinos, [exclamdown]capaces de vender a sus hijos
para esa clase de esclavitud! Bajo las execrables condiciones en que "los
más delicados" condenan a vivir al campesino, sería explicable que éste
devorara a sus propios hijos. Lo realmente asombroso es la integridad de
carácter que, en gran parte, ese campesino ha logrado conservar. Los
informantes oficiales han comprobado que los padres, incluso en los distritos
donde impera, detestan el sistema de cuadrillas. "En las declaraciones
testimoniales recogidas por nosotros, se encuentran pruebas abundantes de que
en muchos casos los padres agradecerían la promulgación de una ley
obligatoria que les permitiera resistir las tentaciones y presiones a
que suelen estar sometidos a veces el funcionario parroquial, a veces el patrón
en este caso bajo la amenaza de despedirlos a ellos mismos los apremia para que
envíen los chicos a ganar dinero [...] en vez de mandarlos a la escuela... Todo
el tiempo y las energías derrochados, todo el sufrimiento que le ocasiona al
campesino y a su familia la fatiga extraordinaria e inútil, todos los casos en
que los padres han achacado la ruina moral del hijo al nacinamiento de
las cottages o las influencias contaminanes del sistema de
cuadrillas, provocan en el pecho de los pobres laboriosos sentimientos
fácilmente comprensibles y que es innecesario detallar. Son conscientes de que
muchos de sus tormentos físicos y mentales les han sido infligidos por
circunstancias de las que en modo alguno son responsables, a las que nunca
habrían dado su asentimiento si hubieran podido rehusarlo y contra las que son
impotentes para luchar." (Ibídem, p. XX, n. 82, y XXIII, n. 96.)
[148] 181 Población de
Irlanda: 1801, 5.319.867 personas; 1811, 6.084.996; 1821, 6.869.544; 1831,
7.828.347; 1841, 8.222.664.
xxxxxxxx xxxxxxxx De 6 a 12
há, aproximadamente.
yyyyyyyy yyyyyyyy En la 3ª y
4ª ediciones: "centralización".
zzzzzzzz zzzzzzzz En la 3ª y
4ª ediciones se agrega: "(véase el cuadro A)".
aaaaaaaaa aaaaaaaaa Los datos
del cuadro han sido corregidos según su presentación en Werke.
[149] 182 Los resultados
serían aun más desfavorables si nos remontáramos más atrás. Así, por ejemplo en
1865 los ovinos son 3.688.742, pero en 1856 3.694.294;
los cerdos, en 1865, 1.299.893, pero en 1858 1.409.883.
bbbbbbbbb bbbbbbbbb Datos
corregidos según Werke.
ccccccccc ccccccccc 51.583
há.
ddddddddd ddddddddd 41.091
há.
eeeeeeeee eeeeeeeee 717.308
hectolitros.
fffffffff fffffffff 142.489
hl.
ggggggggg ggggggggg 484.487
hl.
hhhhhhhhh hhhhhhhhh 86.936
hl.
iiiiiiiii iiiiiiiii 1
tonelada inglesa = 2.240 litros = 1.016,04kg.
jjjjjjjjj jjjjjjjjj En la 4ª
edición se agrega: "(véase cuadro C)". [Por razones de diagramación,
el CUADRO C se encuentra en la página 885. (N.
del E.)]
150 184 "Tenth
Report of the Commissioners of Inland Revenue", Londres, 1866.
kkkkkkkkk kkkkkkkkk Datos del
cuadro corregidos según la 4ª edición.
151 183 Los datos del
texto han sido compilados del material que figura en "Agricultural
Statistics, Ireland. General Abstracts", Dublín, para el año 1860 y
siguieníes y "Agricultural Statistics, Ireland. Tables Showing the
Estimated Average Produce", etc. Dublín, 1867. Como es sabido, esta
estadística reviste carácter oficial y es presentada anualmente ante el
parlamento.
[152] 185 A causa de
ciertas deducciones admitidas por la ley el ingreso total anual registrado bajo
el rubro D difiere aquí del indicado en el cuadro precedente.
lllllllll lllllllll Datos del
cuadro recogidos según Werke.
[153] 186 Aunque el
producto también disminuya proporcionalmente, por acre,
no debe olvidarse que desde hace siglo y medio Inglaterra éxporta (mmmmmmmmm) el suelo
de Irlanda sin otorgar a sus cultivadores ni siquiera los medios para
remplazar los componentes de aquél.
[154] [117] Peste Negra.
--De 1346 a 1350, aproximadamente, la peste bubónica asoló Europa, aniquilando
aproximadamente la cuarta parte de la población del continente. La epidemia
recibió diversos nombres, entre ellos los de peste o muerte negra.-- 328; 880.
nnnnnnnnn nnnnnnnnn Nota 186
bis de la 3ª y 4ª ediciones: "Puesto que a Irlanda se la considera la
tierra prometida del <<principio de la población>>, Thomas Sadler
antes de que viera la luz su obra sobre la población, publicó su célebre libro
"Ireland, its Evils and their Remedies", 2ª edición, Londres, 1829,
en el que mediante la comparación de datos estadísticos de las diversas
provincias y en cada provincia de los diversos condados demuestra que en esa
isla la miseria no impera, como pretende Malthus, en proporción al número de la
población, sino en razón inversa a éste".
ooooooooo ooooooooo Nota
186bis2 de la 3ª y 4ª ediciones: En el período que va de 1851 a 1874 el número
total de emigrantes ascendió a 2.325.922".
ppppppppp ppppppppp En la 2ª
edición, por error: "C".
qqqqqqqqq qqqqqqqqq 40,47 há.
[155] 186bis Nota a la 2ª
edición. Según un cuadro en el libro de Murphy, "Ireland, Industrial,
Political and Social", 1870, el 94,6 % de todas las fincas arrendadas son
de menos de 100 acres y el 5,4 % de más de 100 acres (rrrrrrrrr).
rrrrrrrrr En la 3ª y 4ª ediciones esta
nota es la 186bis2 y dice así, después de "1870": "las fincas
arrendadas de hasta 100 acres ocupan el 94,6 % del suelo, y las de más de 100
acres el 5,4 por ciento" {254}.
156 [254] En un principio,
en la p. 737 de la 2ª edición la frase inmediatamente anterior a la llamada 186
bis decía así: "Los arrendatarios pequeños y medianos --incluyo entre
ellos todos los que no cultivan más de 100 acres-- siguen poseyendo,
aproximadamente, 8/10 del suelo irlandés". En coincidencia parcial --no
en contradicción-- con ese dato, la nota 186 bis era de este tenor:
"Según un cuadro en el libro de Murphy, "Ireland, Industrial,
Political and Social", 1870, las fincas arrendadas de hasta 100 acres
ocupan el 94,6 % del suelo, y las de más de 100 acres el 5,4 %". Pero en
la fe de erratas de la 2ª edición, p. 830, Marx indica que se debe
corregir tanto la frase del texto como la nota, que quedan como
consta en la p. 882 de nuestra edición. Seguramente por inadvertencia, Engels o
sus colaboradores corrigieron solo el texto, no la nota, con lo
cual el primero y la segunda entraron en contradicción. Si fueran exactos tanto
los datos que en la 3ª y 4ª ediciones figuran en el texto como los que en
dichas ediciones aparecen en la nota, se llegaría a un resultado absurdo: las
fincas de más de 100 acres, el 20 % del total, abarcarían proporcionalmente
menos tierra (sólo el 5,4 %) que las fincas de menos de 100 acres; éstas,
siendo el 80 % del total, comprenderían el 94,6 % del suelo irlandés. Esta
discordancia se mantiene en "Werke" y también en las versiones
castellanas basadas en la 4ª edición alemana; la versión francesa, en cambio,
se atuvo correctamente a la fe de erratas de la segunda edición alemana.-- 882.
sssssssss sssssssss En la 3ª
y 4ª ediciones se agrega: "en 1861-1866".
ttttttttt ttttttttt En la 3ª
y 4ª ediciones, el texto que va desde aquí hasta el fin del párrafo es
sustituido por el siguiente: "en el mercado interno. Los claros abiertos
aquí por la emigración, no sólo restringen la demanda local de trabajo, sino
también los ingresos de los tenderos modestos, de los artesanos, de los
pequeños industriales en general. De ahí la mengua de los ingresos entre [sterling]
60 y [sterling] 100 que puede apreciarse en el cuadro E".
uuuuuuuuu uuuuuuuuu En la 3ª
y 4ª ediciones se sustituye este párrafo por el texto siguiente: "En los
informes de los inspectores de la administración irlandesa de beneficencia
(1870) se encuentra una exposición diáfana acerca de la situación por la que
atraviesan los jornaleros rurales de la isla (186bis4).
Funcionarios de un gobierno que sólo se mantiene por la fuerza de las bayonetas
y el estado de sitio a veces declarado, a veces encubierto, esos inspectores se
ven obligados a emplear todos los circunloquios que sus colegas en Inglaterra
desprecian; pese a todo, no permiten forjarse ilusiones a su gobierno. Según
ellos, la siempre bajísima tarifa salarial imperante en el campo, ha experimentado
durante los últimos 20 años un aumento de 50 a 60 % y alcanza actualmente,
término medio, a 6-9 chelines semanales. Pero tras ese aumento aparente se
oculta una baja real del salario, pues el alza salarial ni siquiera compensa el
alza que ha tenido lugar entretanto en los precios de los artículos de primera
necesidad, como lo demuestra el siguiente extracto, tomado de los cálculos
oficiales de un workhouse irlandés:
Media
semanal de los costos de manutención por persona
Año Alimentación Vestimenta Total
29 set. 1848 a 29 set. 1849 1 ch. 3 1/4 p. O ch. 3 p.
1 ch. 6 1/4 p.
29 set. 1868 a 29 set. 1869 2 ch. 7 1/4 p. O ch. 6 p.
3 ch. 1 1/4 p.
"El
precio de los artículos de primera necesidad, pues, casi se ha duplicado, y el
de la vestimenta es exactamente el doble de lo que era veinte años atrás.
"Pero
incluso si prescindimos de esta desproporción, la mera comparación de las tasas
del salario expresadas en dinero no nos permitirá llegar a un resultado
correcto. Antes de la hambruna, la mayor parte de los salarios rurales se
abonaba in natura [en especies], y en dinero sólo la parte
menor; actualmente la regla general es el pago en dinero. Ya de esto se infiere
que, cualquiera que fuere el movimiento del salario real, tenía que aumentar su
tasa dineraria. <<Antes de la hambruna, el jornalero agrícola poseía una
parcela [...] en la que cultivaba papas y criaba cerdos y aves de corral. Hoy
no sólo tiene que comprar todos sus medios de subsistencia, sino que ha perdido
además los ingresos resultantes de la venta de cerdos, aves y huevos (187).
En realidad, en el pasado los obreros agrícolas se confundían con los pequeños
arrendatarios y sólo formaban, en su mayor parte, la retaguardia de las fincas
arrendadas medianas y mayores en las que encontraban ocupación. Sólo a partir
de la catástrofe de 1846 comenzaron a constituir una fracción de la clase de
los asalariados puros, un estrato particular vinculado solamente por relaciones
dinerarias a sus patrones salariales.
"Sabemos
ya cuáles eran sus condiciones habitacionales de 1846. Desde entonces las
mismas se han empeorado aun más. Una parte de los jornaleros rurales, que
disminuye sin embargo día a día, vive aún en los predios de los arrendatarios,
en chozas atestadas cuyos horrores superan ampliamente lo peor que en este
aspecto muestran los distritos rurales ingleses. Y esto se aplica de manera
general, con excepción de algunas comarcas del Ulster; en el sur a los condads
de Cork, Limerick, Kilkenny, etc.; en el este a Wicklow, Wexford, etc.; en el
centro en el King's y en el Queen's County {255}, Dublín, etc.; en
el norte en Down, Antrim, Tyrone, etc.; en el oeste en Sligo, Roscommon, Mayo,
Galway, etcétera. <<Es>>, exclama uno de los inspectores,
<<una vergüenza para la religión y la civilización de este
país.>> (187bis). Para hacer más tolerables a los jornaleros
las condiciones habitacionales de sus covachas, desde tiempos inmemoriales se
les confisca sistemáticamente los pedacitos de tierra contiguos a aquellas.
<<La conciencia de esta suerte de proscripción en que los mantienen los
terratenientes y sus administradores, ha [...] suscitado entre los jornaleros
rurales los consiguientes sentimientos de antagonismo y odio contra quienes los
tratan como [...] a una raza proscrita.>> (187bis2)
"El
primer acto de la revolución agraria, efectuado en la mayor escala y como
obedeciendo a una consigna impartida desde arriba, fue el de barrer con las
chozas que se alzaban en las tierras de labor. De esta manera, muchos obreros
se vieron obligados a buscar refugio en aldeas y ciudades. Como si se tratara
de trastos viejos, se los arrojó allí en buhardillas, cuchitriles, sótanos y en
los tugurios de los peores barrios. Miles de familias irlandesas que se
distinguían según incluso, el testimonio de ingleses imbuidos en prejuicios
nacionales por su raro apego al hogar, por su despreocupada jovialidad y por la
pureza de sus virtudes domésticas, se encontraron así, repentinamente,
trasplantados a los invernaderos del vicio. Los hombres se ven obligados ahora
a buscar trabajo entre los arrendatarios vecinos y sólo se los contrata jornada
a jornada, o sea bajo la forma más precaria del salario; además, <<ahora
tienen que recorrer grandes distancias para ir a las fincas y volver a casa, a
menudo empapados hasta los tuétanos y expuestos a las demás inclemencias del
tiempo, lo cual suele ocasionar el debilitamiento, la enfermedad y por ende las
privaciones>>.(187bis3)
"<<Las
ciudaes tenían que recibir, año tras año, lo que se consideraba como exceso de
trabajadores en los distritos agrícolas>>; (187bis4).
[exclamdown]y después hay quien se admire <<de que en las ciudades y
aldeas hay un exceso, y en el campo falta de obreros>>! (187bis5).
La verdad es que esa carencia sólo se vuelve perceptible <<en las épocas
de trabajos agrícolas urgentes, en primavera y otoño [...] mientras que durante
el resto del año muchos brazos tienen que permanecer inactivos>>; (187bis6) que
<<después de la cosecha, desde octubre hasta la primavera [...], apenas
hay ocupación para ellos>>, (187bis7) y que también durante
el período de más trabajo, <<suelen perder días enteros y están expuestos
a todo tipo de interrupciones laborales>>. (187bis8)
"Estas
consecuencias de la revolución agrícola esto es, de la transformación de
tierras de labor en pasturas, de la aplicación de maquinaria, de un más
riguroso ahorro de trabajo, etc. se ven agudizadas aun más por esos
terratenientes modelo que, en vez de consumir sus rentas en el extranjero, son
tan condescendientes como para residir en sus propios dominios irlandeses. Para
que la ley de la oferta y la demanda quede totalmente impoluta, estos
caballeros cubren <<ahora casi toda [...] su necesidad de trabajo con sus
pequeños arrendatarios, que de esta manera se ven obligados a trabajar para sus
terratenientes por un salario en general más exiguo que el del jornalero común,
y sin miramiento alguno por las incomodidades y pérdidas que significa para el
arrendatario tener que desatender sus propios campos en la época crítica de la
siembra o de la cosecha>>. (187bis9)
"La
inseguridad e irregularidad de la ocupación, la reaparición frecuente y la
larga duración de las paralizaciones del trabajo, todos esos síntomas de una
sobrepoblación relativa, pues, figuran en los informes de los inspectores de la
administración de beneficencia como otras tantas quejas del proletariado
agrícola irlandés. Recuérdese que al considerar la situación del proletariado
agrícola inglés nos enontrábamos con fenómenos similares. Pero la diferencia
estriba en que en Inglaterra, país industrial, la reserva de la industria se
recluta en el campo, mientras que en Irlanda, país agrario, la reserva de la
agricultura se recluta en las ciudades, en los refugios de los desplazados
obreros agrícolas. Allí, los supernumerarios de la agricultura se transforman
en obreros fabriles; aquí los expulsados hacia las ciudades siguen siendo
obreros agrícolas mientras presionan al mismo tiempo sobre el salario urbano y
constantemente se ven rechazados hacia el campo en busca de trabajo.
"Los
informantes oficiales resumen de la siguiente manera la situación de los
jornaleros agrícolas: <<Aunque viven con la frugalidad más extrema, su
salario apenas les alcanza para proporcionarles a ellos y a sus familias
alimentación y alojamiento; para la indumentaria requieren ingresos adicionales...
El ambiente de sus viviendas, sumado a otras privaciones, expone a esta clase,
de manera especialísima, al tifus y la tisis>> (187bis10).
Por consiguiente, no es ningún milagro que, conforme al testimonio unánime de
los informantes, las filas de esta clase estén impregnadas de un sombrío
descontento, que deseen retornar al pasado, abominen del presente y desesperen
del futuro, <<se entreguen a las repudiables influencias de los
demagogos>> y sólo abriguen una idea fija: la de emigrar a América.
[exclamdown]Es esta la Jauja en que la gran panacea maltusiana, la
despoblación, ha transformado a la verde Erín!
"Baste
un ejemplo para conocer la vida regalada que llevan los obreros manufactureros
de Irlanda:".
186bis4 "Reports
from the Poor Law Inspectors on the Wages of Abricultural Labourers (Ireland)
Return...", 8 de marzo de 1861.
187 Ibídem, pp, 1.
187bis Ibídem,
p. 12.
187bis2 Ibídem.
187bis3 Ibídem,
p. 25.
187bis4 Ibídem,
p. 27.
187bis5 Ibídem,
p. 26.
187bis6 Ibídem,
p. 1.
187bis7 Ibídem,
p. 32.
187bis8 Ibídem,
p. 25.
187bis9 Ibídem.
p 30.
157 [255] King's y
Queen's County. -- Nombres dados a dos condados irlandeses en honor de
Felipe II de España y de su mujer, la reina inglesa María I. Bajo la república
irlandesa esos distritos han perdido sus nombres monárquicos ingleses y
recuperado las viejas denominaciones célticas de Offaly y Laoighis (o Leix).--
884.
vvvvvvvvv Nota 188 en la 3ª y 4ª
ediciones.
[159] 187bis Nota a la 2ª
edición. En torno al movimiento del salario del obrero agrícola irlandés, cfr. "Agricultural
Labourers (Ireland) Return to an Order of the Honourable the House of Commons
Dated 8. March 1861", Londres, 1862, y especialmente también:
"Reports from the Poor Law Inspectors on the Wages of Agricultural
Labourers in Ireland", Dublín, 1870 (wwwwwwwww).
[160] [256] [exclamdown]Qué
actitad tan humana la de este gran señor! -- Marx parafrasea las
palabras de Mefistófeles con las que se cierra el "Prólogo en el
cielo" del "Faust": "De tiempo en tiempo mc agrada
encontrarme con el Viejo [con Dios], y me guardo de romper con él. Es muy
amable, por parte de un gran señor, hablar tan humanamente con el diablo
mismo."-- 887.
[161] [257] Sangrado es
uno de los amos a los que sirve el protagonista de la novela picaresca de
Lesage, "L'histoire de Gil Blas de Santillana" (cfr. el tomo I
--publicado en 1715--, cap. 11 y ss.).-- 888.
yyyyyyyyy yyyyyyyyy En la 3ª
y 4ª ediciones: "centralización".
zzzzzzzzz zzzzzzzzz Se trata
seguramente de una errata, no salvada en las ediciones alemanas ni en las
traducciones anteriores (francesa, inglesa, italiana, españolas) consultadas
por nosotros. "Conforme a los mismos supuestos enunciados antes,
tendremos": (136.578 + 71.961 + 54.247) x 4 x 3/4 = 788.358. Sólo así se
llega al total de la línea siguiente: 921.174 + 788.358 = 1.709.532.
[163] [258] "L'appétit
vient en mangeant [el apetito viene al comer, comer abre el apetito],
disoit Angest on Mans, la soif s'en va en beuvant [la sed se va al
beber]." (Rabelais, "Gargantúa", I, 5.) Este Angest on Mans, a
quien Rabelais atribuye irónicamente la frase, es el teólogo Jérôme de Hangest,
obispo de Le Mans (muerto en 538).-- 889.
[164] 188bis(aaaaaaaaaa) Nota
de la 2ª edición. En el libro II (bbbbbbbbbb) de esta obra, en
la sección sobre la propiedad de la tierra, demostraré más en detalle cómo
tanto los terratenientes individuales como la legislación inglesa explotaron
planificadamente la hambruna, así como las circunstancias originadas por ella,
para imponer violentamente la revolución agrícola y reducir la población de
Irlanda a una medida que fuera grata al terrateniente. En el mismo lugar
volveré a ocuparme de las condiciones a que se hallan sometidos los pequeños
arrendatarios y los obreros agrícolas.
Limitémonos
aquí a una cita. Nassau William Senior, entre otras cosas, dice en su obra
póstuma "Journals, Conversations and Essays Relating to Ireland", 2
vols., Londres, 1868, vol. II, p. 282: "Muy certeramente observaba el
doctor G.: tenemos nuestra ley de beneficencia, que es un excelente instrumento
para dar la victoria a los terratenientes; otro es la emigración. [...] Ningún
amigo de Irlanda puede desear que la guerra" (entre los terratenientes
ingleses (cccccccccc) y los pequeños arrendatarios célticos)
"se prolongue, ni mucho menos que termine con la victoria de los
arrendatarios... Cuanto más rápidamente finalice, cuanto más rápidamente se
transforme Irlanda en un país de pasturas (a grazing country) con la
población relativamente pequeña que requiere un país de pasturas, tanto mejor
para todas las clases" (dddddddddd)
aaaaaaaaaa Nota 188bis2 en la 3ª y 4ª
ediciones.
bbbbbbbbbb En la 4ª edición: "libro
III" {259}.
cccccccccc Palabra suprimida en la 4ª
edición.
165 [259] En la época en que
escribía el tomo I, era intención de Marx publicar los libros segundo y tercero
de la obra en un solo volumen. Véase "El capital", tomo III, sección
sexta, cap. XXXVI.-- 889.
[166] [260] Durante el tercer
cuarto del siglo pasado. Los fenianos constituyeron el ala revolucionaria
del movimiento independentista irlandés. El nombre de fenianos (del irlandés
antiguo féne, una de las denominaciones de la antigua población de
Irlanda, o de fíann, cuerpo de guerreros que defendía la isla en
tiempos del legendario caudillo Finn Mac Cool, siglos II-III d.n.e.) fue
adoptado por la Hermandad Republicana Irlandesa, fundada en Estados Unidos
(1857) por inmigrantes de esa nacionalidad; poco después surgieron secciones en
la propia Irlanda, que prepararon un levantamiento armado contra el ocupante.
Los objetivos de los fenianos eran la independencia nacional de Irlanda, la
república democrática y una reforma agraria no colectivista. Su aporte a la
lucha por la liberación nacional del país fue de primer orden.-- 890.
[167] [261] Acerba fata
Romanos agunt / scelusque fraternæ necis (acerbo destino atormenta a
los romanos y el crimen del fratricidio). --Horacio, "Epodas", epoda
VII.-- 890.
168 [262] (R) En la primera
edición de "El capital", Marx agregó una "Nota final para la
primera sección del capítulo VI", que en la segunda edición habría quedado
ubicada al término del capítulo XXIII [...]. La traducción de esa nota es la
siguiente: "Los maltusianos ingleses gustan de mencionar a Francia como
país <<dichoso>> en el cual la población se mantiene <<por
debajo del máximo>> (!). Es evidente que desconocen las circunstancias
francesas de la misma manera que los agentes viajeros alemanes del librecambio
(a lo Faucher) desconocen las condiciones inglesas. La última Enquête
agricole permite verificar cuál es en Francia la suerte del
<<proletariado rural>>, y la última obra del señor Pierre Vinçard
nos ilustra acerca del cuál es el sino del proletariado industrial.
El informe del general Allard sobre el proyecto de reforma del ejército ofrece
datos, en general, con respecto a la situación de las masas populares en
Francia. Entre los jóvenes franceses que han alcanzado la edad necesaria para
ser sorteados con vistas al reclutamiento, no hay más que 198.000 núbiles a la
edad de 21 años. Esos 198.000 franceses a los que el reglamento permite fundar
una familia se distribuyen en las categorías siguientes: 12.000 dispensados,
20.000 liberados o sustituidos y 166.000 eximidos. De esta última categoría hay
más de 100.000 eximidos por insuficiencia de talla y otros defectos que no les
confieren una aptitud especial para el matrimonio. Más de la mitad de estos
jóvenes entra en la categoría de esos enfermos y raquíticos que los
lacedemonios habrían precipitado del Taigeto. De la otra mitad, una buena
cuarta parte se compone de hijos adultos de viudas, a los que su situación
familiar impide prácticamente el casamiento, y otra cuarta parte la forman
los liberados, vale decir, miembros de las clases ricas. He aquí lo
que dice al respecto la "Liberté", el periódico de Émile de Girardin,
el 18 de marzo de 1867: <<La clase rica es la peor en lo que respecta a
la reproducción de la raza. A decir verdad, la estadística demuestra que las
aristocracias se extinguen por sí solas y que después de algunos siglos las
razas reales mismas suelen terminar en el cretinismo y en la locura
hereditaria>>.
Traducción
que hizo Manuel Sacristán para la Editorial Grijalbo.
El Capital –
Libro I – Parte 2:
CAPITULO
XXIII. LA LEY GENERAL DE LA ACUMULACION CAPITALISTA (Desde la pág. 257 hasta la 358 pág.)
Traducción
que hizo Manuel Sacristán para la Editorial Grijalbo.
Está en
cuatro enlaces de los que se descargan los tres tomos en los que Marx ordenó su
obra:
El Capital –
Libro I – Parte 1:
El Capital –
Libro I – Parte 2:
El Capital –
Libro II (completo):
La edición
del Fondo de Cultura Económica traducida por Wenceslao Roces, en un archivo que
agrupa los tres Libros de El Capital:
CAPÍTULO
XXIII LA LEY GENERAL DE LA ACUMULACIÓN CAPITALISTA desde la pág. 369 hasta la
pág. 447
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