“De las
ediciones de El Capital que se encuentran en Internet (en algunas bastante
extendidas ni siquiera se hace mención de que Editorial se trata ni quien ha
sido el traductor o de que idioma se hizo la traducción ni el año de la edición
en castellano) es posible recomendar las siguientes, entendidas como útiles,
válidas y fiables (tanto por el traductor como por ser traducidas lo más
fielmente posible de conocidos originales en idioma alemán):
Posible
edición de la traducción de Pedro Scaron para la Editorial Siglo XXI (Argentina y España año 1975):
El Capital –
tomo I:
El Capital – tomo II:
El Capital – tomo III:
En otro formato
Karl Marx
“El Capital” editorial siglo XXI
El Capital.
Libro primero
El Capital.
Libro segundo
El Capital.
Libro tercero
C. Marx. Salario, precio y ganancia. (Resume las principales categorías desarrolladas en detalle en El Capital) 1865
Karl
Marx. El Capital. Tomo I .El Proceso de Producción del Capital. Prólogo 1867
Karl Marx Cartas a Kugelmann
Carlos Marx.
El Capital, Tomo I "El Proceso de Producción del Capital", Capítulo
VIII, La Jornada Laboral.
Karl Marx.
El Capital. Tomo I .El Proceso de Producción del Capital. Sección7: El Proceso
de Acumulación del Capital. Capítulo XXI. Reproducción Simple.
Karl Marx.
El Capital. Tomo I .El Proceso de Producción del Capital. Capítulo XXII:
Transformación de Plusvalor en Capital
La acumulación
originaria, acumulación previa o acumulación
primitiva
El Capital
Tomo I. Capítulo XXIV. La llamada acumulación originaria
El Capital
Tomo I. Capítulo XXV. La teoría moderna de la colonización
Traducción
que hizo Manuel Sacristán para la Editorial Grijalbo.
Está en
cuatro enlaces de los que se descargan los tres tomos en los que Marx ordenó su
obra:
El Capital –
Libro I – Parte 1:
El Capital –
Libro I – Parte 2:
El Capital –
Libro II (completo):
El Capital – Libro III (completo): No está aún disponible en la red
La edición
del Fondo de Cultura Económica traducida por Wenceslao Roces, en un archivo que
agrupa los tres Libros de El Capital:
Los más de 500 errores en la traducción realizada por W. Roces de
"El capital" de Marx que han confundido por décadas a los lectores de
la obra en español.
http://inter-rev.foroactivo.com/t1801-el-capital-karl-marx-traducciones-en-castellano-descargables-on-line-y-en-papel#44000
http://inter-rev.foroactivo.com/t1801-el-capital-karl-marx-traducciones-en-castellano-descargables-on-line-y-en-papel#44000
Los más
de 500 errores en la traducción de "El capital" de Marx que han
confundido por décadas a los lectores de la obra en español
Uno de
marxistas
4. El
Capital, de Carlos Marx
Para una
lectura de Das Kapital: sobre las traducciones al español
Por Erich
Luna
La edición
del Fondo de Cultura Económica traducida por Wenceslao Roces, en un archivo que
agrupa los tres Libros de El Capital:
Está en un único archivo pdf de casi 1500 páginas que agrupa los tres libros de El Capital:
http://kmarx.files.wordpress.com/2010/08/marx-karl-el-capital-3-tomos.pdf
Carlos Marx
Teorías sobre plusvalía I (Tomo IV DE EL Capital
Traducción
por Wenceslao Roces
Traducción
icónica de "El Capital" de Marx tiene más de 500 errores
Encuentran
500 errores en traducción de “El capital” de Marx
Existe una
traducción de Floreal Mazía, publicada por Editorial Cartago de Buenos Aires en
1973. Es una retraducción de una edición francesa que ya contenía errores y que
se aleja considerablemente del original alemán, por lo que no es especialmente
recomendable."
Fuente: http://www.forocomunista.com/t11489-el-capital-en-castellano-ediciones-recomendables-se-pueden-descargar-desde-internet-links-actualizados
Fuente: http://www.forocomunista.com/t11489-el-capital-en-castellano-ediciones-recomendables-se-pueden-descargar-desde-internet-links-actualizados
On-line en el Marxists Internet
Archive:
Karl Marx y
Friedrich Engels: Manuscritos económicos y filosóficos de 1844. Los Cuadernos
de París 1844.Los Anales franco-alemanes. En defensa de la libertad(Los
artículos de La Gaceta Renana 1842-1843). Escritos de Juventud 1835-1844. Nueva
Gaceta Renana (1848-1849). Elementos Fundamentales para la Crítica de la
Economía Política de Karl Marx. (1857-1858) Grundrisse Tomo 1,2 y 3.
Contribución a la Contribución a la Crítica de la Economía Política 1858-1859 y
bibliografía complementaria.
Federico
Engels. Del socialismo utópico al socialismo científico.
Las traducciones de El Capital al castellano
A).- Traducciones
de El Capital diferentes tomos:
1. Primera
traducción incompleta de la edición francesa de Joseph Roy por Pablo Correa y
Zafrilla12 aparecida en 1886 en el diario de España34.
2. Segunda
traducción de Juan B. Justo5 a partir de la cuarta edición alemana que aparece
en España entre 1897 y 1898. En 1918 aparece la segunda edición argentina, la
cual contiene una revisión y corrección de la española según menciona
Justo6.
3. Tercera
traducción del tomo uno (1), y primera traducción completa de los tres tomos
por Manuel Pedroso7 8de 19319.
4. Cuarta
traducción a cargo de Wenceslao Roces primero para editorial CENIT de 1934-1935
del primer tomo. La traducción de Wenceslao Roces completa de los tres tomos
aparece recién en 1946 en su exilio en México ahora para el Fondo de Cultura
Económica (FCE).
5. Quinta
traducción solo correspondiente a los tomos dos (2) y tres (3) de El Capital de
de Buenos Aires de Juan E. Hausner de 1946, que según Mazía es una “meritoria y
ajustada traducción” mencionada como complementaria de la de Justo10.
6. Sexta
traducción la que desconocemos y de la cual hemos encontrado una sola
referencia realizada por Tarcus como una obra colectiva de traducción por parte
de la Editorial Cartago11 de la edición francesa realizada en el año
1956.
7. Séptima
traducción de los tres tomos por parte de un grupo para la editorial EDAF12 de
España de 1972. Los traductores mencionados son Juan Miguel Figueroa, Rodrigo
Peñaloza, Miguel Angels Muñoz Moya, Aníbal Froufe, Antonio Saa, Mauro Fernández
Dios, Francisco Cespo Méndez y Francisco Álvarez Velasco13.
8. Octava
traducción de Floreal Mazía14 de Editorial Cartago 1973. Esta traducción es
previa a la versión de Pedro Scaron y fue realizada a partir de la edición
francesa de J. Roy15.
9. Novena
traducción de un grupo de traductores de anónimos supervisados por Raúl
Sciarretta para Editorial Corregidor de 1973, con prólogo de Louis Althusser,
solo correspondiente a los primeros cuatro capítulos del primer tomo16.
10. Décima
traducción a cargo de Pedro Scaron cuyo primer tomo de El Capital aparece en
1975 publicada por editorial Siglo XXI, el abordaje del trabajo está
desarrollado por extenso en la advertencia del traductor al inicio de la obra.,
que aunque pretende ser una edición crítica y establece los parámetros de cómo
debería ser una edición que cumpla esos requisitos, esta edición finalmente “no
aspita a tanto” y solo pretende ser “una primera edición crítica de El Capital”.
El texto básico que usaron fue el de la segunda edición alemana de 1872, y
usaron el texto de para la cuarta edición alemán y sus agregados 17.
11. Décima
primera traducción conocida a cargo de Vicente Romano García para editorial
AKAL de 1976. Esta traducción fue realizada en base a edición alemana de la
editorial Dietz de Berlín del año 1962. En su “Nota preliminar del traductor”
aseguran haber tenido siempre a la vista la traducción de Roces que aunque con
“hermoso estilo no siempre se ajusta al original”. Y sobre la traducción de
Scaron menciona que “ha mejorado considerablemente “las anteriores, pero
critica lo que atribuyen como obsesión en la crítica a la traducción de Roces
18.
12. Décimo segunda y última traducción correspondiente a Manuel Sacristán 19 para Editorial Grijalbo 20 del año 1976.
12. Décimo segunda y última traducción correspondiente a Manuel Sacristán 19 para Editorial Grijalbo 20 del año 1976.
B).- Versiones
abreviadas de El Capital. 21
1. Versión
resumida de Gabriel Deville 22. a).-Existen de esta edición varias traducciones
la primera de larga difusión es la de Editorial Sempere de 1909 cuya traducción
estuvo a cargo de T. Álvarez. b).- Otra es la de Editorial Claridad que toma la
posta del anterior del cual se realizan al menos seis ediciones entre 1930 y
1961. Recientemente en 2007 Editorial Claridad ha reeditado el texto de Deville
con traducción de Ana Drucker 23. c).- Tarcus señala la existencia de una
traducción tres años posteriores a la publicación del original en 1887 por A.
Atienza editado por El Socialista 24 de España.
2. Compendio de El Capital de Carlo Cafiero 25 26 La primera traducción habría sido realizada en Valencia, España en 1932. Nosotros hemos consultado la traducción de Eloy Muñiz de 1978, con una introducción de Carlos Díaz. Cafiero fue un militante anarquista y tanto como Díaz pertenecientes a un grupo editorial anarquista con relación con el catolicismo quienes publicaron también otras obras de Marx 27.
3. Versión
popular de El Capital por Karl Kautsky. El nombre de la traducción es El
Pensamiento económico de Marx (Karl Marx Oekonomische Lehren). La edición que
nosotros disponemos en castellano de 1974 es de Editorial Distribuidora Baires
quienes dicen tomar la traducción de un original publicado por Oveja Negra de
Colombia sin especificar el traductor. Aunque no lo dice explícitamente parece
sugerir que es una traducción de la edición rusa. El original fue publicado en
alemán en 1886 aparentemente habría sido revisada por Engels. El prólogo de la
edición menciona que la versión original tenía una introducción de Kautsky que
no fue incorporada en esta edición.
4. Compendio y aplicación a la economía Argentina de El Capital por Eduardo Astesano a cargo de Ediciones Clase Obrera del año 1955. La edición es una síntesis del capital con citas de autores argentinos con ejemplos que para el autor parecería concretos sobre la economía argentina. Tiene un prólogo de Rodolfo Puiggrós que claramente señala la edición como de discusión política con su anterior militancia en el Partido Comunista y con el Partido Socialista que a pesar de haberlo traducido el “Dr. Justo no lo aplicaron a la realidad argentina 28”.
Bibliografía.
Tarcus, Horacio “Marx en primeros lectores obreros, intelectuales y científicos” Editorial Siglo XXI. 2007.
Tarcus, Horacio “Marx en primeros lectores obreros, intelectuales y científicos” Editorial Siglo XXI. 2007.
El capital
en España. En el 150 aniversario de su publicación
- Autores: Pedro Ribas Ribas
- Localización: Revista de Hispanismo Filosófico, ISSN 1136-8071, Nº. 22, 2017, págs. 177-183
- Idioma: español
Ribas, Pedro, “Aproximación a la historia del marxismo español (1869-1939). Ediciones Endymion. 1990.
Ribas, Pedro, “La primera traducción castellana de El Capital”. Trabajo aparecido en el número 420, junio de 1985 de Cuadernos Hispanoamericanos. Pág. 210.
Ribas, Pedro, “La introducción del marxismo en España (1869-1939). Ensayo bibliográfico”. Ediciones de 1981.
Pitol, Sergio abril 2006 en : http://www.lainsignia.org/2006/abril/cul_028.htm
Sacristán Luzón, Manuel, “Escritos
sobre El Capital (y textos afines)” Ediciones El viejo topo. 2004
Notas
1 Pedro Ribas me dio una copia de esta traducción cuyo único ejemplar encontrado está en Salamanca dentro del fondo particular del jurista y krausista Pedro Dorado amigo de Unamuno.
1 Pedro Ribas me dio una copia de esta traducción cuyo único ejemplar encontrado está en Salamanca dentro del fondo particular del jurista y krausista Pedro Dorado amigo de Unamuno.
2 La calificación de Pedro Ribas sobre esta traducción después de realizar en base a una muestra una comparación con la edición francesa de Roy, es: ¨Comparada con alguna de las traducciones que existen hoy en castellano, la de Correa es sencillamente una mala traducción” (Ribas, 1985, pág. 207).
3 Ribas (1990, pág. 89-90) demuestra como la versión de Correa y Zafrilla es traducción de la versión francesa de Joseph Roy comparando párrafos enteros. Aunque Ribas menciona que el diario La república dice que la traducción es del original del alemán y Correa y Zafrilla afirma en la introducción “En la traducción se intenta ha sido posible el lenguaje, empresa difícil y penosa, tratándose me o ser fiel a al original, simplifica de un autor alemán, para cuya traducción no cabe fiarse en las versiones hechas a otras lenguas”. Pág. VI. Ribas menciona también que esta traducción no contiene algunos capítulos. En una rápida mirada no solo la traducción según él lo demuestra es del francés, sino la numeración de los capítulos sigue esta traducción, sino también la traducción queda trunca en el capítulo XIV División del trabajo y manufactura, y ahí llega a su fin tal como lo menciona Ribas (1985, pág. 209). De manera anecdótica a la tasa de plusvalía la traduce como tasa de exceso de valor y otras como ganancia (Ribas, 1985, pág. 209).
4 Scaron (1975, pág. XX) menciona a la traducción de Correa y Zafrilla, pero parece no haber tenido acceso a ella porque se equivoca al mencionar que fue publicada por el diario (Ribas, 1990, pág. 135). Tampoco menciona el año de su publicación, ni la fuente de su información. Además la menciona meramente como tentativa inclusive poniéndola junto con el resumen de Deville, aunque si afirma que es una traducción de la edición francesa de Roy.
5 Aunque evidentemente Tarcus conoce los textos de
Ribas sobre la traducción de Pablo Correa y Zafrilla este continua diciendo que
“coronando el proceso de difusión del Marx científico, en 1898 aparece en
Madrid la primera versión en español del primer volumen de El Capital”.
(Tarcus, 2007, 47). Sin embargo más adelante dice “La primera traducción de El
Capital de Marx al español fue llevada a cabo por el abogado Pablo Correa y Zafrilla
(1844-1888) un republicano de orientación federalista, amigo de Pi y Margall.
La versión, incompleta y retraducida del francés, salió en fascículos por
entregas en el diario de Madrid a partir de (Tarcus, 363). Al final de este
comentario cita a Ribas. Por otro lado Ribas (1985, pág. 202) menciona: “Pablo
Correa y Zafrilla (1844-1888) fue un abogado que militó políticamente en las
filas de los republicanos. Fue diputado de las cortes republicanas de 1873. Era
amigo de Pi i Margall y colaborador asiduo en la prensa republicana. Sus ideas
federalistas quedan reflejadas en el mismo título de los dos libros que
escribió: La federación 1880 y Democracia, federación y socialismo (Ribas,
1985, pág. 202).
6 Tarcus señala que el trabajo de traducción de Justo “permanece envuelto en una bruma escura y mientras no logre recuperarse la correspondencia de Justo”. Un dato interesante aunque siempre desarrollando fuentes en este caso no aparecen explicitas, Tarcus menciona que según “diversas fuentes” (¿?) Justo habría contado con la colaboración de Augusto Kühn para la traducción, cuestión inédita hasta este momento ya que no hay ninguna referencia a esta persona en esta edición. Sin embargo parece que una de las fuentes diversas puede ser Ribas, quien señala “Juan B. Justo habría estudiado en Viena donde se familiarizó con la lengua alemana. Pero además contó con la colaboración del club Vorwärsts, grupo de socialdemócratas alemanes emigrados a Argentina. En la comunicación presentada por “un compañero” a la sección científica organizada por el comité central del Partido Socialista Alemán Unificado, con motivo del centenario de El Capital, se lee lo siguiente: “Juan B. Justo fue su traductor, en colaboración con Kuhn”. Véase ¨Ein Genosse aus Argentinien” en el libro “Das Kapital” von Karl Marx und seine internationale Wirkung, Dietz, Berlín Este, 198, pág. 267. (Ribas, 1981, pág. 38). Este libro está en la bibliografía utilizada por Tarcus.
7 Scaron (1975, pág. XXI) menciona la traducción de
Pedroso “La versión de que efectuó Manuel Pedroso (Madrid, Aguilar, 1931) de
los tres tomos de El Capital sigue en el tiempo a la de Justo. Aunque no la
hemos leído en su totalidad, nuestra impresión preliminar es que ha sido
injustamente olvidada: parece ser algo inferior a la de su precesor, pero no a
la que examinaremos a continuación”. La anterior es la de Justo, y la que
examina a continuación la de Roces. Ahora la de Pedroso, “no la leyeron en
totalidad”, pero la igualan a la de Roces.
8 Según Sergio Pitol, Manuel Pedroso fue un republicano
aristócrata (conde), último embajador de en Moscú antes de finalizar la guerra
civil, ex rector de Sevilla, quien había
traducido El Capital en su juventud cuando vivía en Alemania y termino exiliado
en México.
9 Según Ribas (1990, pág. 88) Roces le hace una dura
crítica a esta traducción y cita “nace redondamente descalificada, lo mismo
para la lectura que para la consulta o el estudio (…)En cada una de las 1600
páginas del volumen, nutridísima de letra, hay aberraciones de traducción para
colmar el gusto del más exigente coleccionista de ellas y que van desde el leve
desliz hasta la franca monstruosidad: tergiversaciones de sentido y
alteraciones de concepto, frases y hasta oraciones enteras truncadas –excelente
medio quirúrgico, sin duda para extirpar dificultades de traducción-. Y en
general un descuido constante de redacción y terminología que convierte la obra
fundamental de Marx en verdadero galimatías y a trechos, que es lo peor,
empeñando y desfigurando el bruñido pensamiento del autor, en alegato anodino y
vulgar, En “Una edición completa de El Capital”, Bolchevismo número 3, julio de
1932, pág. 61. Qué ironía la de Roces que casi 43 años después Scaron use casi
los mismos argumentos contra su propia traducción.
10 Tarcus menciona también que fue una nueva edición la de Justo más los otros tomos traducidos por “Hausner” (Tarcus, 406).
11 Tarcus menciona que existe esta traducción colectiva anterior a la edición más conocida de Cartago de Mazía. Aparentemente esta traducción habría sido realizada de la edición francesa del año 1956. Desconociendo esta traducción en su versión original, y siendo el único que la menciona no la hemos incorporado a la lista, aunque obviamente debería ser incorporada de comprobarse la existencia de esta traducción previa de Cartago. En esta cita Tarcus hace un listado de traducciones donde no menciona la de Correa y Zafrilla y no menciona la de AKAL. (Tarcus, 2007, 406).
12 Scaron (1975, pág. XXVIII) menciona “Las dos últimas versiones castellanas del tomo 1 de El Capital constituyen una clara involución. Vergonzosamente en un caso y de manera semivergonzante en el otro, ambas versiones –la publicada por EDAF (Madrid, 1967) y la de Floreal Mazía para (1973) se basan en texto francés”. Ambas traducciones son realizadas no solo del primer tomo, sino de la obra completa. Además es la única vez que mencionan esta versión sin ningún otro comentario a la misma.
13 Esta traducción tiene un estudio introductorio
bastante desarrollado que aparenta muy crítico de El Capital realizado Jesús
Prados Arrarte llamado “Síntesis y critica de El Capital de Marx. La opinión de
los economistas del presente”. De manera anecdótica la edición por parte de
EDAF es de excelente calidad en sus tapas y hojas, condensando en dos volúmenes
los tres tomos de El Capital.
14 Existen rumores de que Floreal Mazía no existe como tal persona. Un amigo ex -militante del PC me mencionó que efectivamente había un equipo de traducción del partido dirigido por este tal Mazía. Habría que seguir recogiendo testimonios de la existencia de este grupo.
15 La introducción de Mazía menciona como traducciones anteriores a la de Justo en su edición española de 1898, después la de Pedroso donde se equivoca en el año diciendo que es de 1928 cuando fue impresa en 1931. Y menciona una cuarta además de la de Roces, la de Juan E. Hausner.
16 Scaron (1975, pág. XXVIII).
17 Aquí cabe por lo menos una sospecha sobre lo
expresado por Scaron. Sobre los agregados que “Marx había indicado” incorporarlos
ellos siembran una duda basados en un texto de Kautsky que supuestamente diría
que Engels “no tomo en consideración todas las anotaciones manuscritas de Marx”
(Scaron, pág. IX), sembrando así dudas sobre cuán exacto sería que esas
anotaciones supuestas de Marx a una segunda edición alemana y una edición
francesa son efectivamente de esa forma tal como Marx las habría realizado. Sin
embargo, el texto que ellos citan de Kautsky según esos comentarios no
corresponden en general al tomo 1 como parecería decir Scaron sino a los tomos
2 y 3 lo cual en principio parece más “lógico”. El problema es que si lo
afirmado por es efectivamente así, ¿Por qué Scaron asegura que Kautsky habría
consultado la segunda edición manuscrita y en eso baso sus comentarios que este
habría hecho sobre las anotaciones incorporadas de Engels realizadas por Marx,
cuando dice que solo hacen referencia a los dos tomos siguientes? .
Según “Karl Kautsky, el editor de una edición popular de los tres volúmenes de “El Capital”, escribió en 1926 en la introducción de su edición popular del 2do volumen: “Esto fue hecho con altas sospechas, Engels no siempre ha abarcado completamente el pensamiento o el razonamiento de Marx, y los manuscritos no siempre han sido agrupados y redactados de acuerdo a los pensamientos de Marx. Aceptamos, que esto significó para mí, repasar un enorme trabajo, al cual Engels dedicó casi un largo siglo, y yo llegaría al mismo tiempo en uno u otro punto a un resultado ajeno como Engels. Que garantía tendrían los lectores, de que precisamente mi interpretación del pensamiento de Marx se acercaría más al de Engels? A fin de satisfacer todas las consideraciones, sería necesario, brindar a los críticos la posibilidad de juzgar ellos mismos. Esto significa, que se deberían publicar en forma completa los manuscritos de Marx, tal cual ellos son”. Cita de Karl Kautsky: “Introducción a la edición popular” (Vorwort zur Volksausgabe). En: Karl Marx: El Capital. Critica de la economía política. Edición popular. Vol. 2. Libro 2. Editado por Karl Kautsky. Berlín, 1926. S XI (traducción de Claudio Lidaves y revisión de Diego Cano). Sacado de la introducción de Marx-Engels, Gesamtausgabe (MEGA II/12), Apparat, Akademie Verlag, 2005, página 502.
18 Cotejan en varios casos la traducción de Roces y Sacaron para terminar afirmando que “Scaron y Siglo XXI exageran un poco en sus ataques a W Roces y en la presentación de su edición como la “la más completa””. (subrayado nuestro, AKAL, pág. 11).
19 Según Sacristán la “El criterio de OME para la
edición de Capital I-III es el de MEW, edición tomada como base” (Sacristán,
2004, pág. 139). Es una lástima que la colección de sea tan poco conocida
en
20 La editorial Crítica tenía un ambicioso plan de
impresión de las obras de Karl Marx y Friedrich Engels denominada OME. El
Capital libro primero habría sido publicado en los volúmenes 40 y 41 de dicha
colección, (Ribas, 1985, pág. 210).
21 Nuestro conocimiento de estas versiones resumidas de El Capital tiene menos exhaustividad que la de las traducciones completas del mismo, fundamentalmente por a.- poco conocimiento actual de estas ediciones en general de principio de siglo hasta los treinta, y b.- la inmensa cantidad principalmente de ediciones populares aunque también posiblemente de traducciones, realizadas centralmente en España antes de la guerra civil. Sin embargo entendemos que aquí están representadas las principales versiones de este estilo.
22 El texto habría sido revisado por Marx, aunque de
manera total por Engels. Engels en carta a Deville del 12 de Agosto de 1883
quien primero habla bien de la traducción: “He leído la sección que enviaste a
Marx hace poco tiempo, la considero clara y muy precisa. Y, ya que contiene la
parte más difícil del trabajo, parecería no haber razón para anticipar ningún
tipo de malentendido en las secciones siguientes” (Collected Works Marx-Engels
Volume 47, International Publishers, pág. 44, traducción propia). Y después le
dice a Kautsky frente a la intención de este de traducir al alemán el resumen
de Deville el 9 de enero de 1884: “Hasta el momento, en lo que compete a
cuestiones teóricas, el resumen de Deville es el mejor que ha aparecido. Él ha
entendido todo correctamente aunque el uso de la terminología no sea exacto;
cuestión que he corregido en el manuscrito. Por otro lado, la sección
descriptiva no es tratada en forma detallada dando por resultado que algunas
partes se tornen completamente incomprensibles para aquellos que no estén
familiarizados con el original. Al mismo tiempo, aquello que facilitaría la
comprensión (especialmente tomando en cuenta lo popular) es decir, el
surgimiento de la manufactura y la industria a gran escala como períodos
consecutivos, es relegado a un segundo plano. (Ni siquiera se nos dice que la
legislación fabril no opera para nada en Francia, solamente en Inglaterra)
Finalmente, el autor brinda un resumen detallado de su contenido incluyendo
material que Marx debía presentar si pretendía completar su desarrollo
científico, pero que no es necesario para comprender su teoría de la plusvalía
y sus consecuencias (y solamente esto es lo que cuenta en el caso del resumen
popular). De la misma forma que el número de monedas en circulación, etc. Pero,
entonces, también cita textualmente las proposiciones de recapitulación de Marx
habiendo dado no más que un incompleto repaso de los supuestos en las que
aquellas se basan. Esto produce que dichas proposiciones aparezcan en ocasiones
completamente distorsionadas provocando que, al remitirme a ellas, me encuentro
en la posición de oponerme a las preposiciones de Marx. Esto ocurre porque las
limitaciones que quedan claras y establecidas en el original por aquello que
las antecede, en Deville aparecen como absolutas y universales y por lo tanto
falsas universales y sin validez. No puedo cambiar esto, sin rehacer todo”
(Collected Works Marx-Engels Volume 76, International Publishers, pág. 44,
traducción propia). Y en carta a Kautsky del 16 de febrero agrega: “No solo la
parte histórica de Deville precisa una revisión sino también la parte descriptiva.
Podés darte cuenta de esto leyendo solamente algunos capítulos. Lo que haré por
el momento, en cuanto compete a Meissner, es enviarle el texto en Francés e
informarle que se está realizando una revisión y que le haré llegar los
detalles de la misma en su debido momento”
(Collected Works Marx-Engels Volume 101, International Publishers, pág. 44, traducción propia).
(Collected Works Marx-Engels Volume 101, International Publishers, pág. 44, traducción propia).
23 Desconocemos si esta es la misma traducción de la realizada en las ediciones anteriores de la misma editorial.
24 Tarcus (2007, 364
25 Según Ribas (1990) existen otros resúmenes de en
otros idiomas algunos muy populares en sus respectivos países. En Holanda de
Ferdinadn Domela Nieuwenhuis, Karl Marx, Kapitel en arbeit, 1881. En Alemania
de Johann Most Kapital und Arbeit, 1873, más tarde de Karl Kautsky que
mencionamos arriba, Karl Marx oekonomische Lehren, 1887. En
Inglaterra Edward Aveling The sutudent’s Marx. An introduccion to the Study of
Karl Marx’Capital, 1892. No
he encontrado ninguna de ellas en internet, no significa que no estén
obviamente. Ribas tampoco ha encontrado traducciones (Ribas, 1981, pág.43).
26 Originalmente fue publicado en 1879 en italiano y se basa en la edición francesa de J. Roy. (Ribas, 1981, pág. 43 y Cafiero, 1978, pág. 14).
27 Las referencias fueron dadas por Pedro Ribas. La edición de Júcar dice en su tapa: “Desarrollo de la tesis bakunista, según la cual el pensamiento de la escuela autoritaria “marxista” puede ser compatible con el pensamiento filosófico del anarquismo”.
28 Eduardo B Astesano 1955, pág. 12.
Fuente: http://seguiiltuocorsoelasciadirlegenti.blogspot.com.es/2011/10/las-traducciones-de-el-capital-al.html
A raíz de la
nota anterior se me consultó acerca de qué traducción de El Capital era
preferible, la de FCE, realizada por Roces, o la de Siglo XXI. Respondí que sin
dudar, prefiero Siglo XXI. Con la traducción de Siglo XXI se pueden tener
discrepancias de matices, pero solo eso. Por ejemplo, traduce Warenkapital como
“capital mercantil”, y yo diría “capital mercancía”. Pero se entiende que es un
matiz.
Con la traducción de Roces, de FCE, la cuestión es muy diferente. Hay errores gruesos, diría que inadmisibles. No soy un experto en el tema, pero son tan gruesos, que saltan a la vista. Por ejemplo, y solo tomando “al vuelo” el capítulo 1, Marx escribe “Die allgemaine Äquivalentform ist die Form des Werts überhaupt” (Mega 23, p. 83). Roces traduce: “La forma del equivalente general es una forma de valor en abstracto” (FCE, p. 23). Esto es, ha traducido überhaupt como “abstracto”, cuando la traducción, sin dudas, debe ser “en general”. Siglo XXI lo traduce correctamente. Ahora bien, no es una cuestión menor, teniendo en cuenta el peso que tiene la noción “abstracto” en el razonamiento de Marx.
Doy otro
ejemplo, de nuevo grosero, y en el capítulo I. Luego de haber explicado la
forma desarrollada del valor, Marx escribe, en el punto “Relación de desarrollo
entre la forma relativa de valor y la forma equivalente”, lo siguiente: “Para
expresar el valor relativo del equivalente general, antes bien, hemos de
invertir la forma III” (Siglo XXI, p. 84, énfasis mío). La traducción está
perfecta, porque en alemán es: “Um den relativen Wert des allgemeinen
Äquivalent auszudrücken, müssen wir vielmehr die Form III umkehren”. Umkehren
quiere decir tanto dar vuelta como volver. Es claro por el contexto que no
tiene sentido que Marx diga que para expresar el valor relativo del equivalente
general haya que volver a la fórmula III, ya que ésta es la expresión del valor
general de las mercancías. Por lo tanto, la traducción correcta de umkehren es
“invertir”, o “dar vuelta”. Pero en la edición de FCE leemos: “Para expresar el
valor relativo del equivalente general, no tenemos más remedio que volver los
ojos a la forma III”. Además de haber metido en el medio “remedios” y “ojos que
vuelven”, traduce umkehren como “volver a”, con lo cual la afirmación de
Marx no tiene sentido, es ilógica. En definitiva, creo que no debería haber
lugar a dudas de que es mejor la traducción de Siglo XXI, edición a cargo de
Pedro Scaron, y traducción de León Manes. Tal vez lo que molesta un poco de la
edición de Siglo XXI es que los agregados que Marx hizo en las siguientes
ediciones (hizo 4 bajo su supervisión) estén como notas al pie de página. La
edición MEGA alemana tomó directamente la cuarta edición, revisada por Marx.
Aunque reconozco que la opción de Siglo XXI permite seguir la forma en que Marx
fue corrigiendo y aclarando. Son, de todas formas, matices.
Dicho esto, aprovecho esta nota para señalar un error grueso, que se ha deslizado en la edición de Siglo XXI, y ha permanecido a lo largo de muchas ediciones (la que tengo ahora ante mi vista es la vigesimotercera, de 1999, siendo la primera de 1975). Envié hace unos años un mail a Siglo XXI, pero no tuve respuesta. Antes de continuar, aclaro que el mérito de haber descubierto el error es de una alumna que cursó conmigo hace años Desarrollo Económico, en la UBA, en la Facultad de Ciencias Económicas. Debido a que no quiso aparecer de manera pública, sólo diré que se llama Natalia (me imagino que será licenciada desde hace rato). Es importante destacarlo, porque el aporte de los alumnos es invalorable. Al menos en mi caso, aprendo constantemente de sus observaciones, críticas o preguntas. Además, el mérito de Natalia fue no pasar por alto que había algo que no “cerraba”, y cuestionar. El mérito es mayor aún si tenemos en cuenta que muchos de quienes trabajamos con El Capital en la enseñanza, no habíamos reparado en el error.
Yendo
entonces a la necesaria corrección. En el capítulo IX del tomo 1, “Tasa y masa
del plusvalor”, en la página 371 de la edición de Siglo XXI leemos: “Del hecho
de que la masa de la mercancía producida se determine por los dos
factores, tasa de plusvalor y magnitud del capital variable adelantado, resulta
una tercera ley”. Aquí “mercancía” no tiene sentido. Debe decir “plusvalía”. La
frase completa en alemán es: “Ein drittes Gesetz ergibt sich aus der Bestimmung
der Masse des produzierten Mehrwerts durch die zwei Factores, die Rate des
Mehrwerts und Grösse des vorgeschossen variablen Kapitals” (MEGA 23 p. 324). La
traducción sería: “Una tercera ley resulta de la determinación, a través de los
dos factores, la tasa de plusvalor y la magnitud del capital variable
adelantado, de la masa del plusvalor producido”.
Traducción
de un pasaje de “El Capital”, Siglo XXI
Resultados del proceso inmediato de producción”. S. XXI. 1971. México.
Está desactivado
Este capítulo
de «El Capital» fué mantenido inédito en vida del autor.
Este libro
se puede leer de dos editoriales diferentes:
El Capital. Libro I Capítulo VI
(inédito)
El resultado del
proceso de producción inmediato
Presentación
de José Aricó
Traducción y
notas por Pedro Scaron
Editorial
siglo XXI
Una peculiar
primera edición de la obra "El capital", de Karl Marx (1818-1883),
que lleva la firma del autor y fue regalada en su día a su amigo Johann
Eccarius, será subastada por la casa Bonham de Londres el próximo 15 de junio.
Según Bonham, la pieza tiene un precio estimado de salida de entre 80.000 y 120.000 libras (104.000 y 156.000 euros) y será vendida en una jornada dedicada a libros y manuscritos.
Según Bonham, la pieza tiene un precio estimado de salida de entre 80.000 y 120.000 libras (104.000 y 156.000 euros) y será vendida en una jornada dedicada a libros y manuscritos.
"Esta es una sensacional e importante copia de un libro que cambió el mundo. Tanto Marx como Eccarius fueron figuras importantes durante el difícil nacimiento del comunismo y disfrutaron de una relación personal estrecha durante muchos años hasta que los celos y las diferencias políticas los separasen", señaló hoy el especialista en libros de la casa de pujas Simon Roberts.
La pieza lleva fecha del 18 de septiembre de 1867, cuatro días después de la publicación del primer volumen, y es una de las pocas copias que han sobrevivido, según indicó Bonham.
"El
capital", un tratado de crítica de la economía política, está formado por
tres volúmenes, de los que el primero fue publicado en vida de Marx, pero los
otros dos, elaborados por su amigo y colaborador Friedrich Engels a partir de
las notas del autor, aparecieron en 1885 y 1894.
Eccarius (1818-1889) fue un sastre que se unió a la rama británica de la Liga de los Justos, organización revolucionaria apoyada por alemanes que habían emigrado en 1839.
En 1846, Marx y Angels, que vivían entonces en Bruselas, fueron invitados a unirse a la liga, y un año después asistieron al segundo congreso de la organización en Londres, donde conocieron a Eccarius.
Eccarius (1818-1889) fue un sastre que se unió a la rama británica de la Liga de los Justos, organización revolucionaria apoyada por alemanes que habían emigrado en 1839.
En 1846, Marx y Angels, que vivían entonces en Bruselas, fueron invitados a unirse a la liga, y un año después asistieron al segundo congreso de la organización en Londres, donde conocieron a Eccarius.
Marx se hizo muy amigo de Eccarius, pero hacia 1870 la relación se tornó difícil después de que el autor de "El capital" le acusase de asumir el crédito de sus ideas en artículos periodísticos.
http://www.eldiario.es/cultura/subasta-primera-edicion-capital-Marx_0_524248464.html
Existe una
categoría de libros de los que todo el mundo habla pero que muy poca gente lee.
Uno de ellos es, sin duda, «El Capital», de Karl Marx. Su influencia se
extiende mucho más allá del marxismo. Empresarios de éxito, por ejemplo, han
reconocido que su lectura les ha enseñado mucho acerca de cómo dirigir una
empresa. De hecho, algunas de las primeras críticas que se hicieron al libro
valoraban en positivo, precisamente, su utilidad para la dirección de fábricas.
El artífice del sistema de contabilidad nacional que se utiliza, entre otras cosas, para medir el PIB, y premio Nobel de Economía, Vasily Leontiev, dijo de “El Capital” que «si, antes de intentar dar una explicación del desarrollo económico, uno quiere saber lo que realmente son las ganancias, los salarios, la empresa capitalista, se puede conseguir en los tres volúmenes de ‘El Capital’ una fuente de información más realista y cualitativa que lo que se puede encontrar en diez informes consecutivos de la oficina de censo de Estados Unidos, en una docena de libros de texto sobre economía moderna e incluso, me atrevería a decir, en la colección de obras de Thorsten Veblen». Es evidente que con el paso del tiempo no ha perdido su valor como manual de economía.
Es por ello que en 2013 el proyecto Memoria del Mundo de Unesco introdujo el manuscrito de “El Capital” y el del “Manifiesto Comunista” entre sus fondos señalando que «son dos de las más importantes publicaciones del siglo XIX cuya gran influencia llega hasta nuestros días».
Historia
de «El Capital».
Los primeros
mil ejemplares del primer tomo de este libro salieron de una imprenta de
Hamburgo con fecha del 14 de setiembre del año 1867, por lo que este año se
cumple el 150 aniversario de su publicación. No obstante, el libro tuvo una
larga gestación. Durante los años 50 del siglo XIX, Marx trabajaba sobre un
plan que consistía en analizar el sistema capitalista en su conjunto. En un
principio se planteó hacerlo en seis libros: el primero estaría dedicado al
capital en general; el segundo a la propiedad de la tierra, el tercero
analizaría el trabajo asalariado, y los siguientes tres tomos versarían sobre
el estado, el comercio exterior y el mercado mundial.
A medida que fue avanzando en sus investigaciones el esquema inicial fue cambiando y en los años 60 del siglo XIX el proyecto ya se parecía mucho al resultado final en cuatro libros. El primero trataría del proceso de producción del capital; el segundo, del proceso de circulación y el tercero analizaría el proceso en su conjunto. El cuarto estaría dedicado a la crítica de las teorías económicas previas.
De la amplitud de la obra da una pequeña muestra el hecho de que el cuarto libro, que en realidad son tres tomos titulados “La teoría de la plusvalía” y que recoge una lectura crítica de las teorías anteriores a sus estudios, fue el primero que terminó y fue el último que se publicó, ya en el siglo XX.
En los años 63-65, Marx reescribió los tres primeros tomos de “El Capital”. Su idea entonces era publicarlos conjuntamente, pero finalmente desistió y en 1866 comenzó la preparación del primer tomo, el único que se publicó durante su vida. El perfeccionismo de Marx y la meticulosidad de su trabajo se reflejan, por ejemplo, en el hecho de que durante los años 70 escribió hasta siete borradores solamente del segundo tomo. De ellos se sirvió su amigo y colaborador Friedrich Engels para publicar tras la muerte de Marx el segundo tomo en el año 1885. Posteriormente, en base a los manuscritos de los años 1863-1865, Engels preparó el tercer tomo de “El Capital” que se publico en el año 1894, meses antes de su propia muerte. “La teoría de la plusvalía” vio la luz ya en el siglo XX de la mano de Karl Kautsky.
La
primera traducción.
En vida de Marx y Engels se hicieron traducciones de “El Capital” a nueve idiomas. Curiosamente la primera se hizo al ruso y se publicó en San Petersburgo en 1872 en la editorial NP Polyakov. Resultó además bastante accidentada. Comenzó el trabajo el anarquista ruso y rival de Marx Mijail Bakunin pero no llegó a terminarla, debido, al parecer, a las dificultades que tuvo para traducir la nueva terminología económica. Continuó el trabajo el revolucionario y escritor ruso German Lopatin, pero tampoco pudo concluir el trabajo: fue arrestado tras fallar el intento de liberar a otro revolucionario, Nikolai Chernishevski, de su confinamiento en Siberia. Finalmente la traducción fue terminada por el economista ruso Nikolai Danielson.
Metodología,
interpretaciones y polémicas.
Marx comenzó
su estudio del sistema capitalista analizando las diferentes formas de
beneficio: los dividendos de las empresas por acciones, los beneficios del
capital comercial o industrial, la renta de la tierra, etc. De todas estas
formas concretas llegó a una interpretación común y general: la fuente de todas
ellas era la plusvalía que el capital obtenía de la explotación del trabajo
asalariado. De este modo dio una explicación coherente a todas las manifestaciones
del sistema de explotación inherente al capitalismo.
Sin embargo, mientras su investigación transcurrió desde las formas superficiales y concretas hasta la base abstracta y general a todas ellas, “El Capital” fue escrito en sentido inverso, esto es, Marx comenzó por el modo ideal en el que se genera la plusvalía para seguir analizando después la transformación de esa plusvalía en cada una de las formas de ganancia concreta, ya sea beneficio del capital, renta o dividendos.
Un trabajo tan concienzudo dejó cantidad de material para la reflexión y también para la controversia. Muchos son los comentarios a “El Capital” o guías de lectura que se han publicado, desde una de las primeras de David I. Rozenberg hasta las más conocidas de Luis Althusser o David Harvey.
El economista austriaco Eugen Böhm Ritter von Bawerk fue uno de los primeros y más acérrimos críticos de esta obra de Marx. Se centró en lo que consideraba contradicciones entre el primer y el tercer tomo del libro. En realidad, las diferencias tiene que ver con el diferente nivel de abstracción con el que se analiza en cada tomo el movimiento del capital.
Tras el concienzudo trabajo de Marx, las discusiones teóricas decayeron rápidamente. El resto de escuelas de economía simplemente renunciaron a la teoría del valor que conlleva la existencia de una plusvalía que informa de modo explícito de la explotación capitalista y buscaron una base teórica diferente. Las nuevas teorías sustituyeron la categoría valor por la de utilidad, sin embargo, en ningún momento llegaron a alcanzar la perfección de la explicación dada por Marx.
La
izquierda y «El Capital».
Las interpretaciones y controversias siguieron, no obstante, entre los marxistas. Hay, por ejemplo, un capítulo sexto inédito titulado “El resultado del proceso de producción inmediato” y que por alguna razón Marx decidió no incluir en la redacción final del primer tomo. Pues bien, algunos marxistas consideran ese capítulo clave para comprender la esencia del capitalismo.
Las interpretaciones y controversias siguieron, no obstante, entre los marxistas. Hay, por ejemplo, un capítulo sexto inédito titulado “El resultado del proceso de producción inmediato” y que por alguna razón Marx decidió no incluir en la redacción final del primer tomo. Pues bien, algunos marxistas consideran ese capítulo clave para comprender la esencia del capitalismo.
Por otro lado, en la URSS se dio gran importancia al estudio de “El Capital” y especialmente al análisis del método dialéctico utilizado por Marx en sus investigaciones. En las facultades de Economía se dedicaban a su estudio tres semestres, uno por cada tomo. Y a pesar de la rigidez escolástica del socialismo real, las interpretaciones de muchos aspectos generaron importantes controversias teóricas; algunas de ellas se alargaron, incluso, durante años.
El libro de las crisis.
”El Capital” se ha convertido en el manual al que se recurre cuando las grandes crisis estallan. Así, por ejemplo, en otoño de 2008, tras la quiebra del Lehman Brothers, los libreros alemanes informaron que las ventas de la obra de Marx se habían triplicado.
El libro contiene un estudio riguroso del funcionamiento económico de la sociedad actual. Sin embargo, una lectura atenta permite encontrar aspectos que sugieren que en algunas apreciaciones Marx posiblemente se dejó llevar por sus convicciones políticas y obvió algunos resultados de sus análisis que a su juicio no resultaban convenientes políticamente.
Este aniversario puede ser un buen momento para empezar a leerlo, o releerlo, porque, a diferencia de aquellos que tienen todas las respuestas, “El Capital” ofrece explicaciones pero, sobre todo, método y categorías para seguir analizando la sociedad actual.
El Capital
libro I Capítulo VI (inédito)
El resultado
del proceso de producción inmediato
Traducción
por Pedro Scaron
Editorial
siglo XXI
El Capital
libro I Capítulo VI (inédito)
El resultado
del proceso de producción inmediato
Traducción
por Pedro Scaron
Ediciones
Signos 1971
Cuestiones
básicas sobre el marxismo: El capital y la ley del valor
Bibliografía
básica
Marx, Karl; Engels,
Friedrich. El capital. Traducción de Pedro Scaron. Editorial Siglo
XXI.
Entendemos,
siguiendo el criterio de especialistas en el marxismo de habla castellana, que
la mejor traducción a nuestro idioma es la de Pedro Scaron. En la sección de
enlaces audiovisuales puedes encontrar una charla de Mario Domínguez, profesor
de sociología en la Universidad Complutense de Madrid, en la que explica la
importancia de contar con una traducción adecuada y da detalles sobre las
existentes.
En la
Biblioteca de Autores Socialistas de la UCM existe una versión electrónica del
libro aunque,
debido a su extensión, no es el formato más cómodo.
Diego
Guerrero es un prestigioso y riguroso marxista de nuestro país. El objetivo del
libro aquí presentado es el de servir de acompañamiento a la lectura del texto
original de Marx, explicando, capítulo por capítulo, los puntos centrales del
mismo. En este enlace puedes encontrar una entrevista
a Guerrero sobre su libro.
Gill, Louis. Fundamentos y
límites del capitalismo. Traducción de Xabier Arrizabalo. Editorial Trotta.
Este es sin
duda uno de los libros de introducción a El capital más
prestigiosos. El canadiense Louis Gill consigue la cuadratura del círculo
cuando condensa en un solo libro las ideas centrales de Marx, así como su
contextualización en la realidad del capitalismo de la segunda mitad del siglo
XX.
Material
audiovisual
Arrizabalo, Xabier. Xabier Arrizabalo
es profesor en la Facultad de Ciencias económicas de la Universidad Complutense
de Madrid (UCM). A su rigor como marxista se une una notable capacidad
didáctica, haciendo fácil la asimilación de conceptos complejos.
El lugar del marxismo en la
historia historia del pensamiento económico (video). Sesión segunda del diploma
"Análisis Crítico de la economía capitalista" de la Universidad
Complutense de Madrid. Esta sesión introductoria plantea temas esenciales de la
economía en general de una forma totalmente accesible, preparando el terreno
para el posterior análisis concreto de la economía capitalista: qué es
economía, aspecto social e histórico, categorías, producción, reproducción, el
excedente y la acumulación, las fuerzas productivas y las relaciones de
producción, superestructura, clases sociales, intervención del Estado en la
economía. Imprescindible.
Referencia que hace Xabier Arrizabalo
El capital. La ley del valor (video), y coloquio posterior (video). Sesión segunda del ciclo sobre El
capital celebrado en la librería Enclave. Xabier Arrizabalo es el encargado de
explicar el concepto y la trascendencia de la Ley del Valor.
Domínguez, Mario. Prólogos de El capital (video). En esta interesante charla, Mario Domínguez,
profesor de la faculta de CC. Políticas y Sociología de la UCM, ofrece una
documentada panorámica sobre las versiones de El capital, sus
prólogos y sus traducciones al castellano. Puede parecer una temática muy
académica, pero es muy recomendable. Esta charla forma parte del mismo ciclo
que el video anterior de Arrizabalo. Lamentablemente, el resto de charlas que
se realizaron no estuvieron ni de lejos a la altura de estas dos, algo
comprensible si atendemos a los criterios del organizador, expuestos en este
mismo vídeo: "no buscábamos especialistas, [...] quizás conocimientos y
experiencia haga falta un poco [...] simplemente son personas que se ponen aquí
y nos comentan una lectura de una parte que hemos identificado en el
capital". Estos planteamientos son los que dan lugar a que personas,
percibidas como progresistas pero declaradamente antimarxistas, encuentren
hueco para hablar en nombre del marxismo.
Bibliografía
ampliada
Albarracín, Jesús. La economía
de mercado. Editorial Trotta.
Arrizabalo, Xabier. Capitalismo
y economía mundial. Instituto Marxista de Economía. Sin desmerecer en
absoluto el resto del libro, a los efectos de introducción a la comprensión del
marxismo y la ley del valor, son especialmente didácticos los capítulos 1 y 2:
"La economía, una “ciencia extraña”: Objeto, naturaleza y fundamentos del
análisis económico" y "Desarrollo histórico del capitalismo y
desarrollo teórico de la ciencia económica: el método marxista".
Astarita, Rolando. Valor,
mercado mundial y globalización. Editorial Kaicron. Los capítulos 2, 3 y 4 de este
libro del marxista argentino están dedicados respectivamente a "La teoría
del valor", "La transformación de valores a precios" y
conclusiones.
Foley, Duncan. Para entender El
capital. La teoría económica de Marx. F.C.E. México. Compendio de los
temas más importantes de la obra económica de Marx, este libro breve se ha
convertido en un pequeño clásico.
Gouverneur, Jacques. Los fundamentos de la economía
capitalista. Excelente texto introductorio, claramente expuesto por un
autor que lleva décadas escribiendo manuales de Economía Política marxista.
Según el propio autor: "El libro intenta lograr sistemáticamente las
cualidades de precisión y simplicidad. Precisión con el fin de eliminar la
enorme confusión que a menudo se cierne sobre los conceptos más elementales.
Simplicidad para que la materia se torne accesible a cualquier persona
receptiva, aun cuando carezca de conocimientos previos sobre los temas
estudiados.”. La librería online i6doc ofrece su descarga gratuita.
Guerrero, Diego. Historia del pensamiento
económico heterodoxo. Edición española de 1997 en editorial Trotta, argentina de
2008 en Razón y Revolución.
Harvey, David. Los
límites del capitalismo y la teoría marxista. F.C.E. México. Este conocido autor
estadounidense, que en los últimos años se interna por caminos más
cuestionables, ofrecía en este libro una perspectiva profunda que, como
geógrafo, no sólo plantea muy adecuadamente la cuestión del espacio en la obra
de Marx, sino el conjunto de su teoría económica.
Un debate
entre dos modos de entender la teoría de las crisis y el alcance y la vigencia
de la ley del descenso tendencial de la tasa de ganancia de K. Marx
Mattick, Paul.
Paul
mattick
El
marxismo y la economía burguesa.
Marx y Keynes: los límites de la
economía mixta.
Primeramente en Editorial Era y, posteriormente, en Razón y Revolución. La
mejor crítica de las ilusiones keynesianas de controlar y/o suprimir, mediante
la política económica, los efectos de las leyes del capital reveladas por Marx.
Crisis económica y teorías
de la crisis.
Edición de José Antonio Tapia. Maia ediciones. Se ha dicho muchas veces que
Marx no llegó a exponer una teoría de la crisis elaborada. En este libro, Paul
Mattick ofrece una rigurosa teoría de las crisis capitalistas en términos
marxistas en diálogo crítico con otros marxistas que le precedieron y con la
escuela keynesiana.
Rubin, Isaak Illich. Ensayo
sobre la teoría marxista del valor. Editorial Siglo XXI. Este libro recoge importantes
aportaciones sobre la obra de Marx, especialmente El capital.
Aunque se
puedan encontrar en buscadores descargas de alguno de estos textos, solo
ponemos enlaces a contenidos identificados como de libre disposición.
Obras de
Marx y Engels de habla alemana
Karl
Marx. El capital Volumen I
Crítica de la economía política.
Libro Volumen Uno I: El Proceso de Producción de Capital
Karl
Marx. El capital Crítica de la economía
política.
Segundo volumen. Libro II: El proceso de circulación del capital.
Editado por
Friedrich Engels
Después de
la segunda edición, publicada por Friedrich Engels, Hamburgo 1893
Karl
Marx. El capital Crítica de la economía política.
Tercer
volumen. Libro III: El proceso completo de la producción capitalista
Editado por
Friedrich Engels
Después de
la primera edición, publicada por Friedrich Engels, Hamburgo 1894
Diego Guerrero Jiménez
Diego
Guerrero Jiménez. Sobre la cuestión nacional y los nacionalistas.
Anton
Pannekoek. Lucha de clase y nación 1912 (Contra el nacionalismo, contra el
imperialismo y la guerra: ¡revolución proletaria mundial!)
[Libro]
Historia del Pensamiento Económico Heterodoxo.
Diego Guerrero
Diego
Guerrero Jiménez
KARL MARX Y
EL LIBRO I DE EL CAPITAL (1867)
Diego
Guerrero1
ECONOMÍA
POLÍTICA DE LA GLOBALIZACIÓN Diego Guerrero y Joaquín Arriola (editores)
Diego
Guerrero Economía no liberal (para liberales y no liberales
Economía
no liberal para liberales y no liberales
Diego Guerrero
Marx y el
marxismo frente a la crisis
Diego
Guerrero
Explotación. Trabajo y capital (1954-2001
Diego
Guerrero Jiménez
“Un
resumen completo de El capital de Marx”: Diego Guerrero
“Un
resumen completo de El capital de Marx”: Diego Guerrero
UN RESUMEN COMPLETO DE EL CAPITAL DE MARX.
Diego
Guerrero Jiménez
I.
Introducción: Economía y filosofía en El capital de Marx: la Teoría Laboral del
Valor (TLV) pág. 3
I. Mi lectura de El capital
pág. 3
II. Marx filósofo, revolucionario, economista-sociólogo pág. 4
III. La TLV antes y después de Marx pág. 10
IV. Crítica de otras lecturas de Marx
pág. 13
V. El estudio de El capital
pág. 16
VI. Conclusión pág. 17
II. Resumen de El capital de Marx: los 3
libros pág. 19
I. Resumen del libro I de El
capital pág. 20
II. Resumen del libro II de El
capital pág. 57
III. Resumen del libro III de El capital pág. 73
III. Anexos
pág. 106
I. Anexo I: El recorrido de Marx
hasta El (inacabado) capital pág. 106
II. Anexo II: Resúmenes previos de El capital pág. 109
III. Anexo III: Bibliografía sobre Marx y marxismo pág. 110
IV. Anexo IV: Revistas marxistas y
otros recursos en Internet pág. 117
Diego
Guerrero: Un resumen completo de EL CAPITAL
“Un
resumen completo de El capital de Marx”: Diego Guerrero
Diego
Guerrero Jiménez* EL PENSAMIENTO ECONÓMICO NEOMARXISTA
Notas
sobre reformismo, imperialismo y Xabier Arrizabalo |
Diego Guerrero,
Diego Guerrero,
Marx y el
Marxismo frente a la Crisis | Diego Guerrero
|
|
|
|
|
“Competencia
y monopolio en el capitalismo globalizado”: Diego Guerrero
6 de
junio de 2016
COMPETENCIA
Y MONOPOLIO EN EL CAPITALISMO GLOBALIZADO
Diego Guerrero Jiménez. Un Marx imposible: el marxismo sin teoría laboral
del valor.
Guerrero Jiménez, Diego, El pensamiento económico neomarxista, Nuevas
Corrientes de Pensamiento Económico, Marzo-Abril 2012. N.º 865
Resumen:
"No pretendemos en ningún punto demostrar que nuestra lectura de
Marx sea la única posible. Tal lectura 'única posible' nunca existe con
referencia a la obra de un pensador. Lo que sí hay son lecturas imposibles, o,
para ser más exactos, presuntas lecturas que no son lecturas. En otras
palabras: el conjunto de las lecturas posibles podrá ser 'infinito', pero es
todo lo contrario de indeterminado" (Martínez Marzoa 1983, p. 29).
Introducción
La teoría
laboral del valor
Competencia
a escala internacional
Las dos
tendencias básicas del pensamiento económico marxista contemporáneo
Bibliografía
Eclecticismo
Un Marx
imposible: el marxismo sin teoría laboral del valor
Xabier Arrizabalo Montoro
Xabier
Arrizabalo Montoro
¿Cuál es
la salida a la crisis del capitalismo?
Video de
la presentación del libro “Capitalismo y economía mundial” de Xabier
Arrizabalo Montoro
Video de
la presentación del libro “Capitalismo y economía mundial” de Xabier
Arrizabalo Montoro
En Sevilla
Capitalismo
y economía mundial, por Xabier Arrizabalo
Capitalismo
y economía mundial, una entrevista con Xabier Arrizabalo Montoro
Presentación
del libro “Capitalismo y economía mundial” de Xabier Arrizabalo Montoro
¿Hay salida
a los problemas sociales que vivimos dentro de la Europa del Euro? Xavier
Arrizabalo
“La
salida a la crisis del capitalismo solo puede ser resultado de que aquellos que
vivimos de nuestro trabajo abramos una alternativa en positivo”:
Xabier Arrizabalo
Caracterización teórica de la
economía mundial actual: imperialismo, destrucción de fuerzas productivas y
límites históricos del capitalismo.
Xabier Arrizabalo Montoro
Índice
1. Fuerzas
productivas y relaciones de producción: dos categorías teóricas sociales e
indesligables
2.
Imperialismo y límites históricos del capitalismo frente a las teorías de los
“ciclos largos”.
3.
Posibilidad teórica y necesidad histórica de la destrucción de fuerzas
productivas
4. La
secuencia destructiva crisis→ajuste→crisis, constatación de la inevitable huída
hacia delante del capitalismo
5. Conclusiones
Bibliografía
Horacio
Tarcus y un Marx vaciado de contenido revolucionario
A 200 años
del nacimiento de Karl Marx.
¿Vuelve el
filósofo que diseccionó el capital?
Un debate
entre dos modos de entender la teoría de las crisis y el alcance y la vigencia
de la ley del descenso tendencial de la tasa de ganancia de K. Marx
La biblia del proletariado.
Traductores y editores de El Capital (1)
Horacio
Tarcus
La suerte
de El capital en el mundo hispanoamericano
(PRIMERA
PARTE)
Relata
Francis Wheen en su libro La historia de El capital que en
febrero de 1867, poco antes de enviar su opera magna a la
imprenta, “Karl Marx insistió a Friedrich Engels para que leyera La
obra maestra desconocida, de Honoré de Balzac. Según le dijo, la historia
era en sí una pequeña obra maestra, ‘repleta de la más deliciosa ironía’”.1
“La obra
maestra desconocida narra la historia de Frenhofer, un gran pintor que
dedica diez años de su vida a trabajar sin descanso en un retrato que
revolucionará el arte al proporcionar ‘la más completa representación de la
realidad’.
“Cuando
Frenhofer permite finalmente que otros artistas, Poussin y Porbus, inspeccionen
el lienzo una vez concluido, éstos quedan horrorizados al ver un revoltijo de
formas y colores, amontonados unos encima de los otros, sin orden ni
concierto”. Frenhofer contempló su cuadro y admitió: ‘¡Nada! ¡Nada! ¡Y pensar
que he trabajado diez años!’ Y luego de expulsar a los colegas de su estudio, quema
sus obras y se suicida.”2
Por
sorprendente que nos parezca hoy, 150 años después de la publicación del primer
tomo de El capital, la identificación de Marx con Frenhofer y su
“obra maestra desconocida” no es en absoluto descaminada. Según el testimonio
de su yerno Paul Lafargue, “[n]unca estaba Marx contento de lo que hacía:
siempre cambiaba alguna impresión, creyendo que de todas maneras era inferior
la expresión a la concepción. Hay un estudio psicológico de Balzac –que Zola
plagió vergonzosamente–, Le chef d’oeuvre inconnu; el estudio le causó
impresión profunda porque describía sentimientos que Marx había experimentado.
Se trata de un pintor genial atormentado por la necesidad de reproducir las
cosas tal como se reflejan en el cerebro, que retoca sin cesar el cuadro hasta
el punto de convertirlo en masa informe de colores que, sin embargo, [a sus
ojos] representan fielmente la realidad”.3
El
testimonio de Lafargue reviste especial interés para nosotros porque nos
muestra dos caras opuestas de El capital: por una parte, es la
obra que consagra mundialmente a Marx, que conoce reediciones y traducciones ya
en vida de su autor y cuya lectura a propuesta de su amigo Jean-Philippe Backer
será recomendada en el Congreso de Bruselas de la Internacional (septiembre de
1868) como la “Biblia del Proletariado”.4 Pero esta consagración de
Marx y temprana sacralizaciónde El capital contrastan
con la otra imagen que nos ofrece Lafargue y que refrenda su correspondencia:
la de un autor-artesano, siempre inconforme con los resultados de más de dos
décadas de labor, que hace y rehace sucesivos borradores que luego desecha para
volver a comenzar una nueva redacción, que pospone una y otra vez la entrega de
los originales prometidos a los editores. Como Frenhofer, Marx oscilaba entre
la seguridad y la duda, temía que los constantes “retoques” modificaran la
armonía de la obra, que la introducción de sucesivas mediaciones que se
concatenaban unas con otras terminaran haciendo tan complejo su sistema al
punto que finalmente oscurecieran su “representación de la realidad”.
Y si esto
cuenta para el primer tomo de El capital, publicado por Marx mismo,
vale tanto más para los borradores inéditos. Lafargue testimonia que habría
“sido para él un martirio si le hubieran obligado a enseñar sus manuscritos
antes de haberles dado el último toque. Este sentimiento era tan fuerte en él
que me dijo un día que prefería quemar sus manuscritos antes de dejarlos
incompletos”.5 No obstante este sentimiento, sabemos que Marx
no los quemó, que Engels fue su primer albacea literario, que tras diversas
vicisitudes pasaron al Partido Socialdemócrata Alemán y finalmente, con el
advenimiento del nazismo en Alemania, fueron albergados en el Instituto de
Historia Social de Ámsterdam.6
Nuestra
comprensión de la obra cumbre de Marx está mediada por la sucesiva publicación
de estos manuscritos: el tomo 2 de El capital fue publicado
por Engels en 1885 y el 3 en 1894, las Teorías de la plusvalía fueron
editadas por Karl Kautsky entre 1905 y 1910, los Manuscritos de 1844 y
la Ideología alemana se dieron a conocer en 1932, el capítulo
VI inédito de El capital en 1933 y los llamados Grundrisse entre
1939 y 1941.7 No cabe la menor duda de que sin la publicación
póstuma de estos manuscritos, nuestro conocimiento de Marx sería pobre y
parcial. Sin embargo, el trabajo de sus editores –por calificados que
estuviesen figuras de la talla de Engels, Kautsky o Riazanov– nunca se limitó a
una cuestión de competencias técnicas o intelectuales, sino que respondió sobre
todo a un asunto de autoridad. A la hora de poner en circulación
una nueva obra, la pregunta de fondo giraba en torno a qué persona (Engels,
Kautsky…) o institución (Partido Socialdemócrata Alemán, Instituto
Marx-Engels-Lenin de Moscú…) poseía suficiente autoridad para
dar a luz lo que Marx tanto se resistió a mostrar e hilvanar los fragmentos que
el propio autor no había logrado integrar en un todo para completar sus puntos
suspensivos o sus frases inacabadas.
La historia
de las traducciones y ediciones de El capital puede
inscribirse plenamente en lo que Pierre Bourdieu denominó “circulación
internacional de las ideas,” donde los procesos globales de edición están
sometidos a operaciones de selección (¿qué se traduce?, ¿qué
se publica?, ¿quién traduce?, ¿quién publica?), de marcado (dégriffé) a
través del sello editorial, la colección, el traductor y el prologuista (quien
presenta la obra apropiándosela, anexándola al campo de recepción); y de lectura,
por las cuales los lectores aplican a la obra categorías de percepción y
problemáticas fruto de un campo de producción diferente.8
Pero el caso
de la historia de las ediciones de El capital ofrece un plus
de sentido respecto a la publicación de cualquier otro libro, pues de las obras
profanas que los reformadores sociales del siglo XIX destinaron a la redención
del proletariado, sólo El capital alcanzó semejante grado
de consagración. Se trata de un libro al mismo tiempo complejo,
cuyo alto nivel de abstracción teórica hizo que fuera más reconocido (e incluso
venerado) que leído. Esto hizo que su edición, su presentación, su lectura
misma excedieran con creces la relación simple, directa y profana entre el
lector y un libro cualquiera. El acceso del lector a una obra como El
capital debía ser mediado por toda una serie de personas e
instituciones “autorizadas”, que ofrecieran garantías de canonicidad y
fidelidad a un original celosamente resguardado. Y así como la Biblia
judeo-cristiana estuvo sometida durante siglos a las querellas por su
canonicidad, enseguida veremos que el siglo XX dio lugar a una querella no
menos intensa respecto a la “edición autorizada” de la “Biblia del
Proletariado”.
I. La
edición prínceps y las reediciones alemanas
La edición
original del primer volumen de Das Kapital apareció en Hamburgo
en 1867, con un tiraje de mil ejemplares.9 (Imagen 1) Una
segunda versión, corregida por el propio Marx, apareció en fascículos entre
junio de 1872 y mayo de 1873.10 Si bien la portada dice 1872,
el posfacio de Marx datado el 24 de enero de 1873 prueba que fue en este año
que terminó de imprimirse (el volumen completo no salió a la venta sino a
mediados de este último año). Una tercera edición “aumentada” a cargo de Engels
vio la luz en 1883, poco después de la muerte de Marx, en la que incorporaba las
correcciones manuscritas que su autor había realizado sobre sus ejemplares de
la segunda edición alemana y la popular francesa.11Finalmente,
Engels introdujo agregados en la cuarta edición, aparecida en 1890,
aprovechando algunas adiciones de la edición inglesa de 1887 que habían
traducido el doctor Samuel Moore, amigo de Engels, y Edward Aveling, yerno de
Marx.12
Los
volúmenes II y III aparecieron en 1885 y 1894, respectivamente, editados por
Engels después de la muerte de Marx en la misma casa editorial donde había
salido el primero: Verlag von Otto Meissner, de Hamburgo.13
Las
reediciones alemanas son numerosas, mas interesa retener aquí sólo algunas de
ellas, en la medida en que servirán de base a las traducciones españolas. Karl
Kautsky publicó en 1914 una edición popular (volksausgabe), de numerosas
reimpresiones.14 Kautsky trabajó sobre la segunda edición
alemana, introduciendo modificaciones con base en cartas y manuscritos de Marx
que tuvo la fortuna de disponer a la vista. A fin de hacerla más asequible para
el lector, interpoló algunos pasajes de la edición popular francesa traducida
por Roy15 y vertió al alemán las citas de obras de terceros que
Marx había mantenido en su idioma original. Además, estableció una tabla de
obras y nombres citados, así como un índice de materias.16 (Imagen
2)
Pero en 1932
se publicó la edición canónica preparada por el Instituto Marx-Engels-Lenin de
Moscú, que daba marcha atrás con las intervenciones de Kautsky y “restablecía”
el texto de la cuarta edición alemana preparado por Engels. En la misma
sobrecubierta se leía incluso la expresión ungekürzte (edición
“sin cortes”).17 (Imagen 3) En el prólogo, Adoratsky
advertía a los lectores respecto al carácter poco fiable de la edición Kautsky,
cuya “falsificación” del marxismo era contrastada con la fidelidad con que
Engels editó la obra de su gran amigo.18
Una edición
muy popular en lengua alemana durante la posguerra fueron los tres volúmenes
publicados en Berlín Oriental entre las Marx-Engels Werke.19 (Imagen
4) Se basaba, igual que la preparada por el Instituto
Marx-Engels-Lenin de 1932, en la cuarta edición alemana de Engels. “Esta
edición, de gran difusión en el mundo, ha sido referencia para numerosas
traducciones a otras lenguas europeas y servido como texto de estudio de la
obra de Marx y Engels. El problema más notable que tenía, aparte de su carácter
de incompleta y de no ser crítica, se hallaba en sus prólogos e introducciones,
en los que a menudo se convertía a Marx en autor de un sistema, en lugar de
autor de una obra abierta, inconclusa en su mayor parte”.20
En contraste
con estas versiones canónicas, y en una fecha tan temprana como 1932, el
comunista de izquierdas Karl Korsch (1886-1961) consideró que la última palabra
autorizada para editar El capital no era sino la del autor, y
preparó una nueva edición basada en la segunda alemana, la última publicada por
Marx, antecedida de un prólogo de su autoría.21 La edición
Korsch fue recuperada en 1969 por el editor Ullstein, reeditando una vez más el
primer tomo sobre la base de la segunda edición alemana, de 1873.22 (Imagen
5)
La querella
se reavivó con la edición de las Theorien über den Mehrwert (Teorías
del plusvalor). Con este título se conoce una serie de manuscritos económicos
redactados por Karl Marx entre enero de 1862 y julio de 1863, por él
intitulados Contribución a la crítica de la economía política. Se
trata de 23 cuadernos con paginación continua, 1-1472, de los cuales los
referidos expresamente a la teoría del plusvalor corresponden a los VI-XV y
XVIII. Friedrich Engels tuvo la intención de publicar estos manuscritos como
cuarto volumen de El capital, según lo manifiesta en la carta
dirigida a Stephan Bauer el 10 de abril de 1895, pero morirá cuatro meses
después, sin alcanzar su cometido. Las Teorías del plusvalor fueron
editadas por primera vez por Karl Kautsky en tres volúmenes, que aparecieron
entre 1905 y 1910.23
En la
introducción al primer volumen, Kautsky explicaba por qué declinó finalmente
publicar estos manuscritos como el cuarto tomo de El capital, pues
no se trataba en realidad de una continuación de dicha obra sino del borrador
de una previa –Contribución a la crítica de la economía política–, de la cual
Marx había publicado un primer volumen en 1859, pero cuyo plan luego abandonó
para entregarse a redactar, finalmente, los que serían los tres volúmenes
de El capital. Advertía además que había reordenado cronológica y
temáticamente los manuscritos, recuperando los que consideró relevantes y
descartando los que juzgó menos significativos. Sobre esta edición se
realizaron las primeras traducciones al ruso (1906-1907), francés (1924-25),
inglés (1952) y, como veremos luego, español (1945).
Pero en
1950, una edición soviética afirmaba haber restaurado el auténtico proyecto de
edición engelsiana y cuestionaba severamente la versión preparada por Kautsky.
Seis años después aparecía en Berlín la nueva edición alemana de los
manuscritos de Marx sobre la teoría del plusvalor, refrendada por el Instituto
de Marxismo-Leninismo del Comité Central del Partido Socialista Unificado de
Alemania (abreviado con la sigla SED).24
En el
prólogo a esta nueva edición, el instituto partía del reconocimiento de que
Engels había dado indicaciones a Kautsky y a Bernstein sobre la organización
que iría a dar a estos manuscritos de Marx con vistas a su publicación.
Incluso, se cita el prólogo de Engels de 1885 al volumen II de El
capital, donde el albacea de Marx se refiere a una sección del extenso
manuscrito Contribución a la crítica de la economía política que
“contiene una detallada historia crítica del punto medular de la economía
política, de la teoría de la plusvalía”. Y dice expresamente de esta sección:
Me reservo
dar a publicidad como tomo IV del Capital la parte crítica de este manuscrito,
una vez eliminados los numerosos pasajes ya liquidados en los libros II y III.
A juzgar por
éste y otros textos, Kautsky habría procedido en su edición de las Theorien
über den Mehrwert conforme el criterio establecido por Engels. Sin embargo,
los editores del instituto consideraban que “sólo el propio Engels,
tan identificado con Marx en su vida y obra, y que en gran
medida colaboró muy estrechamente con él en la concepción y elaboración
de El capital, estaba autorizado para suprimir lo que
considerara superfluo en el manuscrito de las Teorías sobre la
plusvalía”.25
Kautsky,
pues, no era Engels sino la encarnación misma del nuevo revisionismo, por lo
cual “al editar la obra de Marx, partía del punto de vista absolutamente falso
de que el manuscrito de las Teorías sobre la plusvalía no
respondía a un plan armónico, sino que era una especie de ‘caos’, y no tuvo
empacho en someterla a una arbitraria ‘reelaboración’, en el transcurso de la
cual, y en repetidas ocasiones, procede a revisar algunas de las tesis más
importantes del marxismo revolucionario”.26
La querella
acaso se habría acallado con una edición crítica que repusiera las
modificaciones introducidas en sucesivas ediciones por Marx y por Engels, pero
para llevarla a cabo hubo de pasar un siglo desde la muerte del autor de El
capital. En efecto, la edición inicial de Mega (Marx-Engels Gesamtausgabe),
impulsada por David Borisovič Rjazanov (1870-1938) y continuada por Adoratsky,
alcanzó a publicar entre Frankfurt y Berlín sólo 7 de los 42 volúmenes
anunciados, más 1 volumen conmemorativo de Engels y 4 de correspondencia
(1927-1936), pero no alcanzó a realizar una edición crítica de El
capital. La edición Mega fue interrumpida en 1936 por orden de Stalin,
quien en 1931 ya había condenado al marxólogo Rjazanov al ostracismo en
Zaratov, y finalmente lo hizo fusilar en 1938.
La edición
Mega fue retomada en 1972 por el Instituto de Marxismo-Leninismo del CC del
PCUS y del CC del PSU de Alemania con un plan de 100 volúmenes, pero la
llamada Neue Mega alcanzó a publicar sólo algunos antes del
derrumbe de los regímenes comunistas en la URSS y Europa del Este. Apenas con
la edición Mega II, relanzada en 1990 por iniciativa de la Internationalen
Marx-Engels-Stiftung, con sede en Ámsterdam, con un plan de 114 tomos, se
ha llevado a cabo, finalmente, la edición crítica de El capital:
reproduce las ediciones en alemán (y en francés e inglés, para el primer
volumen), mostrando todas las modificaciones introducidas en el texto, además
de un extenso aparato de notas al pie y referencias cruzadas.27
II. Las primeras
traducciones de El capital
La primera
traducción que conoció El capital fue, para sorpresa de Marx,
la rusa. El proyecto fue concebido por miembros del grupo de la Sociedad de
Crédito Mutual de San Petersburgo: G. A. Lopatin, N. N. Ljubavin, M. F.
Negreskul y Nikolaj F. Danielson. Las páginas iniciales las había encarado el
mismísimo Mijail Bakunin. Lopatin reemprendió el trabajo poco después, que
finalmente concluyó el economista Danielson.28 El primer
volumen apareció a principios de 1872 en San Petersburgo, con un tiraje de 3
mil ejemplares.29 (Imagen 6)
La segunda
traducción fue la francesa de Joseph Roy, que contó con la supervisión de Marx,
e incluso su colaboración para aligerar el texto alemán con vistas a lanzar una
edición popular. Fue publicada por el editor libertario Maurice Lachâtre
(1814-1900) en forma de fascículos entre agosto de 1872 y mayo de 1875, con un
tiraje de 10 mil ejemplares, que luego se reunían en un volumen.30 (Imagen
7) Fue precedida de una carta-prólogo de Marx, fechada en Londres el
18 de marzo de 1872 y dirigida al “ciudadano Maurice La Châtre”, donde
afirmaba: “Aplaudo su idea de publicar por entregas periódicas la traducción
de Das Kapital. En esta forma, la obra será más asequible para la
clase obrera, consideración que para mí prevalece sobre cualquier otra”. Tres
años después, el 25 de abril de 1875, cuando la edición en fascículos se
completaba y el editor se aprestaba a lanzar a la calle el volumen completo,
Marx advirtió en nota “Al lector”:
El señor
Joseph Roy se había comprometido a efectuar una traducción lo más exacta, e
incluso lo más literal posible; ha cumplido escrupulosamente su tarea. Pero esa
escrupulosidad me ha obligado a alterar la redacción, a fin de volverla más
asequible para el lector. Estos retoques, introducidos en el correr de los días
porque el libro se publicó por entregas, se efectuaron con dispareja atención
y, seguramente, fueron causa de discordancias estilísticas.
Habiendo
emprendido ese trabajo de revisión, terminé por extenderlo también al cuerpo
del texto original (la segunda edición alemana), simplificando algunos
análisis, completando otros, incluyendo materiales históricos o estadísticos
suplementarios, agregando apreciaciones críticas, etcétera. Sean cuales fueren
las imperfecciones literarias de la presente edición francesa, ésta posee un
valor científico independiente del original y deben consultarla incluso los
lectores familiarizados con la lengua alemana.31
Una
reimpresión de 1885 alcanzó al menos 5 mil ejemplares.32 Esta
edición del primer tomo reproducirá reiteradamente Editions Sociales, la
editorial vinculada al Partido Comunista francés, a lo largo el siglo XX,
aunque llevando a cabo nuevas traducciones de los tomos 2 y 3.33
Maximilien
Rubel, siguiendo el criterio del propio autor, da a la edición de Roy el
estatuto de otraobra de Marx, a tal punto que en su exhaustiva
investigación bibliográfica la diferencia de la nueva traducción al francés de
Jacques Molitor, realizada sobre la base de la cuarta edición alemana.34
(Imagen 8) Sin embargo, el trabajo de Molitor no tuvo fortuna: los
galos continúan editando la versión de Roy hasta el presente.
Garnier-Flammarion reeditó Le capital en traducción de Roy en
1924, y lo relanzó en 1969, con el tan citado prólogo de Althusser.35
Incluso, un marxólogo eminente como Maximilien Rubel reeditó en 1963 la
traducción de Roy en su plan de Oeuvres de Marx, aunque mejorándola y
añadiéndole un importante aparato de notas. Una edición en dos tomos apareció
en 1968, con otras obras económicas de Marx.36
La versión
italiana de El capital se publicó por entregas entre 1882 y
1884, la polaca entre 1884 y 1890, la danesa en 1885, y la inglesa en 1887.37Pero
esas traducciones no interesan aquí sino las ediciones alemanas y la edición
francesa, pues sobre la base de estas versiones El capital ingresó
en el mundo hispanohablante.
III. Las
primeras traducciones de El capital al español
El
capital ingresó
en el mundo hispanohablante a través de la edición francesa de Roy. Los
primeros cinco fascículos los remitió desde Londres en 1873 Karl Marx a su
enviado a Buenos Aires, el internacionalista belga Raymond Wilmart. La carta de
acuse de recibo de Wilmart constituye la primera referencia conocida de la
circulación de El capital en América Latina.38
En forma
paralela, los fascículos de la edición francesa eran ofrecidos en suscripción
por el semanario socialista La Emancipación de Madrid. Por
entonces, la ideología hegemónica en el movimiento obrero español era el anarquismo.
Como señaló Pedro Ribas, “[g]racias a la venida de Paul Lafargue a España en
1871, el pequeño grupo de internacionalistas con que tuvo contacto –los
redactores de La Emancipación– se distanció de las posiciones
bakuninistas y se colocó del lado del Consejo General de Londres”, aun cuando
esa victoria marxista no haya sido más que “una victoria pírrica, pues el grupo
quedó aislado del grueso del movimiento obrero español. En tal contexto, no
hace falta decir que la penetración del marxismo fue muy débil”.39 Como
sea, hacia el otoño de 1872 La Emancipación insertaba en sus
páginas el siguiente anuncio:
Le
capital, por Karl
Marx. Esta obra, traducida del alemán, se está publicando en Francia por series
de cinco entregas, a 50 céntimos cada serie. La obra completa constará de 10
series. Se admiten suscripciones en la administración de este periódico, al
precio de 62 céntimos de peseta, o sean 2 reales y medio cada serie para
Madrid, y 68 céntimos, o sean 2 reales y tres cuartos, para provincias.40
Según el
mismo testimonio, “[e]l ‘interesado’, el encargado de recibir, expender, cobrar
y pagar los poquitos cuadernos que llegaban de Francia a La Emancipación, era
Pablo Iglesias (entonces Paulino), y uno de sus suscriptores de Madrid era
Emilio Castelar. Aunque para esta clase de suscriptores el reparto era a
domicilio, e Iglesias realizaba esa labor, ello no le dio ocasión para trabar
relaciones con el insigne orador y pensador”.41
De ese modo,
gracias a la traducción francesa de Roy fueron vertidos a la lengua española
los primeros fragmentos de El capital. Aparecieron en el
periódico La Emancipación de Madrid, entre octubre de 1872 y
marzo de 1873.42
Sólo en 1887
apareció en lengua española una edición, aunque parcial, del primer tomo. Desde
entonces y hasta el presente registramos 12 traductores de El capital al
castellano: 6 españoles (Correa y Zafrilla, Juan Manuel Figueroa y colegas,
Vicente Romano y Manuel Sacristán, más otros 2 exiliados en México: Manuel
Pedroso y Wenceslao Roces), 4 argentinos (Juan B. Justo, Juan E. Hausner,
Floreal Mazía y Raúl Sciarreta), 1 uruguayo (Pedro Scaron) y 1 chileno
(Cristián Fazio). Como se desprende del relato que ofrecemos a continuación, es
imposible separar la difusión española de la latinoamericana. Anticipemos nada más
que la primera traducción directa del alemán del primer tomo de El
capital fue realizada por un argentino (Justo), pero editada en Madrid
por un socialista español (García Quejido), que las traducciones españolas de
Manuel Pedroso y Wenceslao Roces sólo alcanzaron difusión masiva en el mundo de
habla hispana con el exilio de los republicanos en México, y que la traducción
de Pedro Scaron comenzó a editarse en Buenos Aires en 1975, pero a causa del
golpe militar de marzo de 1976 se terminó de publicar en Madrid. Antes que una
historia española o latinoamericana, estamos frente a un caso de historia
transatlántica.
III.1. La
labor precursora de un federalista español: Pablo Correa y Zafrilla
La primera
traducción de El capital al español fue obra de Pablo Correa y
Zafrilla (1844-1888), un abogado que militó en las filas de los republicanos,
llegando a ser diputado en las cortes de 1873 en la Primera República. Amigo
del proudhoniano Francisco Pi i Margall, expuso sus ideas federalistas y
socialistas en
artículos
periodísticos y en dos libros: La federación (1880) y Democracia,
federación y socialismo (1880).43 La traducción
de El capital apareció con pie de imprenta de 1887.44
(Imagen 9) La obra había aparecido previamente en forma de folletines encuadernables
en el diario madrileño La República entre 1886 y 1887. En sus
ediciones del 22 al 24 de enero de 1886, el diario prometía regalar a sus
suscriptores “el importantísimo libro de Carlos Marx”. Los abonados lo
recibirían “los días 10 y 25 de cada mes, a contar desde el 10 de febrero
próximo”. La publicación bajo el formato de folletín recortable y encuadernable
se extendió hasta 1887, cuando finalmente aparecieron los ejemplares
encuadernados.45
La edición
tiene una serie de limitaciones, que han sido señaladas por Pedro Ribas. De la
“Advertencia del traductor”, parece desprenderse que se trata de una traducción
directa del alemán. Correa y Zafrilla nos habla del original alemán, y de
traducciones al inglés y al ruso. Incluso anuncia su deseo de traducir el tomo
II, que acababa de publicar Engels en 1885:
Tengo
entendido que Engel [sic], economista, amigo íntimo, discípulo y colaborador de
Carlos Marx, ha publicado recientemente en Alemania la segunda parte de la obra
concebida por el maestro; es decir, La circulación del capital.
No renuncio
también a traducir esa segunda parte que comprende la distribución de la
riqueza, tan importante por los problemas sociales que también entraña, como la
producción. La lentitud con que ha de publicarse la primera, por las
condiciones en que se hace, me permitirá traducir poco a poco la segunda.
En la
traducción he procurado ser fiel al original, simplificando cuanto me ha sido
posible el lenguaje, empresa ésta difícil y penosa tratándose de un autor
alemán, para cuya traducción no cabe fiarse en las versiones hechas en otras
lenguas.46
Pero Ribas
ha mostrado, a través de un escrupuloso cotejo, que la traducción de Correa y
Zafrilla fue realizada sobre la francesa de Joseph Roy, probablemente –añado–
de la reedición de 1885, más asequible entonces. Además, no es completa: se
limita a las tres primeras secciones del primer tomo. Correa murió en 1888,
poco después de la aparición del volumen encuadernado, y es posible que no haya
alcanzado a traducir la totalidad del primer volumen. Finalmente, es una
traducción imprecisa, como cuando traduce mehwert unas veces
como “exceso de valor”, otras incluso como “ganancia” (profit),
confundiendo o solapando conceptos centrales en la obra de Marx.47
El grupo
marxista de La Emancipación, liderado por Pablo Iglesias, va a fundar en 1879
el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y a editar desde 1886 el
semanario El Socialista, adonde enviaba sus colaboraciones desde
París otro tipógrafo, José Mesa, el corresponsal de Engels y el traductor de
Marx al español. Iglesias sostuvo con intransigencia la autonomía política del
PSOE: confrontó no sólo con los anarquistas españoles sino, también, con los
republicanos federalistas. De tal modo, El Socialista se
abstuvo de publicitar la traducción de El capital por un
republicano federalista como Correa y Zafrilla. Sólo en una ocasión, octubre de
1887, le dedica un comentario oblicuo:
Dice El
Resumen que el que La República haya publicado El
capital de Carlos Marx ya no es sinalagmático sino suicidio.48 No
tenemos que objetar cosa alguna al periódico izquierdista. Únicamente
añadiremos que suicidándose, los republicanos fratricidan a los monárquicos.49
Incluso,
cabe decir que los socialistas “tapan la traducción de Correa y Zafrilla con la
pantalla de resumen de El capital efectuado por Deville”:
En efecto,
un mes después de la mencionada referencia a la versión de Correa y
Zafrilla, El Socialista comienza a anunciar la traducción
castellana del resumen de Gabriel Deville. Pablo Iglesias ha dejado testimonios
de su valoración de este texto popular.50
III.2.
Marx en las pampas: Juan B. Justo, traductor de El capital
Se comprende
entonces que socialistas como García Quejido, preocupados por afirmar la
formación teórica en el socialismo español, intentasen ofrecer una nueva
traducción de El capitalde Marx basada en la versión original
alemana.
El
tipógrafo Antonio García Quejido (1856-1927) había trabado
relación con su colega Pablo Iglesias, por cuyo medio ingresó a los 20 años en
la Asociación General del Arte de Imprimir. En 1879 firmaba con Iglesias el
acta de constitución del grupo madrileño del Partido Socialista Obrero Español.
Activista gremial, propagandista incansable, en 1886, tras dirigir una huelga
de tipógrafos, debe emigrar a Valencia y un año después a Barcelona. En 1888
había presidido la fundación de la Unión General de Trabajadores y una década
antes la del PSOE.
Por su
parte, el médico argentino Juan Bautista Justo (1865-1928)
había nacido en el seno de una familia de clase media porteña que hablaba
cotidianamente de política nacional y gozaba de una situación económica
acomodada, la cual fue tornándose desfavorable a medida que crecían el niño y
sus hermanos. Aprendió sus primeras letras en un colegio privado, en 1877
ingresó en el Colegio Nacional de Buenos Aires y cinco años después en la
Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Desde 1874 le tocó
presenciar los enfrentamientos bélicos que precedieron a la federalización de
Buenos Aires en 1880 y, según propio testimonio, mantuvo desde entonces el
mayor rechazo a las intervenciones militares en la vida política. Entre 1883 y
1884 costeaba sus estudios trabajando como periodista en el diario La
Prensa. Graduado de médico en 1888 con medalla de oro, emprende un año después
el inevitable viaje de perfeccionamiento a Europa.
De vuelta al
país, en agosto de 1889 lo encontramos formando parte de la Unión Cívica de la
Juventud, un agrupamiento de oposición al régimen conservador del presidente
Miguel Juárez Celman. Sin embargo, el joven médico rechaza el método del motín
que propugna el ala militar de la llamada “Revolución del 90” y propone formas
de desobediencia civil, como una huelga de contribuyentes. Justo se desvinculó
políticamente de la Unión Cívica, aunque como médico asistió a los heridos el
26 de julio de 1890, el día de la Revolución del Parque.
Durante los
tres años siguientes se consagró con éxito a la cirugía, destacándose entre los
primeros en aplicar la asepsia; instala su consultorio; participa de la vida del
Círculo Médico Argentino y obtiene por concurso el cargo de profesor suplente
de cirugía en la Escuela de Medicina. Sin embargo, a diferencia de la mayor
parte de los médicos de la elite, Justo demuestra una extraordinaria
sensibilidad social, un vivo interés por los asuntos económicos y una inquietud
política que dejó abierta su frustrada participación en la Unión Cívica de la
Juventud. Son éstos simultáneamente años de lecturas intensas: Rousseau,
Tocqueville, Adam Smith, David Ricardo, Marx, Renán, Spencer, Hobson.51
En el marco
de esas lecturas, Justo asistió a una cita en el Café Francés de Buenos Aires,
un mítico 2 de agosto de 1893, convocada a través de los diarios locales por
los obreros de la Agrupación Socialista de Buenos Aires. De ese encuentro
nacerá, ocho meses después, el semanario La Vanguardia.
Convencido
de la esterilidad de las luchas entre facciones de la elite, Justo se incorpora
en agosto a la Agrupación Socialista, creada el mismo año. Durante 1894 se
consagrará a fundar y dirigir La Vanguardia y a estrechar los
vínculos entre las agrupaciones socialistas para que el Partido Socialista
cobre entidad.
En marzo de
1895 se embarca por segunda vez a Europa, previo paso por Estados Unidos.
Sabemos que el viaje fue un catalizador para que se decidiese a abocarse de
lleno a la acción política. Sabemos también que visitó Londres, que en París
escuchó a Jean Jaurès en el Parlamento, que en Bruselas visitó la célebre
Maison du Peuple de la mano de Bertrand, su fundador, y que se entrevistó con los
líderes del socialismo belga Vandervelde y Anseele. Sabemos también que residió
en Madrid y Barcelona, donde estableció contactos para la edición castellana
de El capital, pero las vicisitudes de estas negociaciones y de su
trabajo de traducción permanecen envueltas en una bruma oscura. El testimonio
de su compañero de ideas Nicolás Repetto:
Al comienzo
de las vacaciones de verano de 1896, cuando me disponía a realizar una breve
excursión por Suiza, recibí una carta del doctor Juan B. Justo remitida desde
Madrid. Mi maestro de cirugía había viajado a España para corregir las pruebas
de imprenta de su traducción al español de El capital de
Carlos Marx y aprovechaba la oportunidad para darme varias noticias. Después de
una larga meditación, había resuelto entregarse a la tarea de fundar un partido
socialista. Para ello necesitaba abandonar las ocupaciones docentes y reducir
en lo posible el trabajo profesional. Se proponía alcanzar por la política la
supresión del dolor y de las enfermedades evitables, que había perseguido en
vano por la medicina.52
De enorme
interés es el testimonio del socialista español Juan José Morato sobre el
pasaje de Justo por España:
Vivió en
Madrid algunas semanas, entablando amistad con Iglesias y con el autor de estas
líneas, y un azar tristísimo hizo que tomara parte de un acto público, y que
trabajara para El Socialista. En agosto de ese año murió Engels. La
Agrupación Madrileña organizó una velada necrológica, invitando a Justo a tomar
parte en ella. Aceptó con emoción. Hablaron el que esto escribe, Iglesias y
Justo. Bellos los discursos de los dos últimos; el de Justo fue un modelo de
saber y de emoción viril, y un modelo también de dicción clara y limpia.
Después tradujo del alemán para El Socialista la larga serie
de artículos que, relativos a Engels, Kautsky escribió en el Vorwärts de
Berlín. También residió algún tiempo en Barcelona, donde contrajo con Quejido
una amistad que años después sería fecunda para las ideas.53
Se refiere,
claro, a la traducción y edición de El capital. Otro relato de
Morato:
En
septiembre de 1895, el doctor Juan Bautista Justo visitó Barcelona, donde había
de embarcar para regresar a Buenos Aires. Visitó a Quejido –a quien iba
recomendado por Iglesias–, pasaron los dos algunos días juntos, explicaron una
conferencia en el Centro Socialista de Mataró y quedaron grandes amigos.
Hablaron de la necesidad de una biblioteca o cosa así que publicara los libros
fundamentales del socialismo –El capital– traducidos del idioma en que
fueron escritos, y también libros de exégesis y divulgación.54
Si creemos
el testimonio de Morato, más preciso en fechas y nombres, y cuya redacción está
más cercana a los hechos que la de Repetto, Justo no llevó traducido El
capital a España, ni corregía pruebas de imprenta en Madrid. Es que
Justo reside en Madrid durante agosto de 1895 y llega a Barcelona un mes
después, donde visita a García Quejido a través del contacto facilitado por
Iglesias. Del relato de Morato se desprende que el proyecto de traducir y
editar El capital nace en setiembre de 1895 del encuentro
entre García Quejido y Justo, el editor español y el traductor argentino. Justo
regresará a Buenos Aires en setiembre de 1895, en vísperas de la convención del
Partido Obrero Socialista Internacional, y es evidente que entonces se aboca a
traducir el primer volumen de El capital, cuyos avances envía
periódicamente a García Quejido, en Madrid, ciudad a la que había regresado el
editor. El relato ya clásico de Dardo Cúneo que representa a Justo
traduciendo El capital en un hotel de Madrid en 1895 es sin
duda una construcción literaria inspirada en el testimonio de Repetto.55
Por otra
parte, el propio Justo, en la “Nota del traductor a la segunda edición
española”, se lamentaba de las erratas de la primera edición de 1898 por no
haber podido tener acceso, precisamente, a las pruebas de imprenta.56
En tanto,
García Quejido retornó a Madrid en mayo de 1897 para abocarse plenamente a la
fundación de la Biblioteca de Ciencias Sociales, acordada con
Justo. Según Morato,
Adquirió el
tipo necesario para componer él mismo el molde de tres o cuatro pliegos en
cuarto, a fin de que las obras saliesen los más cuidadas posible, y a finales
de agosto apareció la primera entrega, que contenía un pliego de El
capital, traducido por Justo, y otro de Principios
socialistas de Gabriel Deville, traducido por Pablo Iglesias.57
La
traducción de Justo, realizada sobre la cuarta edición alemana de Das
Kapital preparada por Engels, apareció en sucesivos cuadernillos
quincenales entre el 6 de septiembre de 1897 y el 19 de diciembre de 1898. A
principios de 1899 se vendía encuadernada en un volumen de 688 páginas, a 7.50
pesetas (según Palau y Dulcet, incluso 10 pesetas en las librerías
comerciales).58
El plan
editorial se anuncia no sólo en La Vanguardia de Buenos Aires
sino incluso, fuera del campo socialista, en Ciencia Social. Revista
Mensual de Sociología, Artes y Letras, editada en esa ciudad por el
anarquista Fortunato Serantoni:
Hemos
recibido también de Madrid una circular-proyecto de la Biblioteca de Ciencias
Sociales que se ha fundado en aquella capital para difundir las teorías
socialistas, publicando por cuadernos quincenales simultáneamente dos obras,
escrupulosamente escogidas. Comenzará con la obra de Carlos Marx titulada El
capital y con el nuevo libro de Deville, Principios
socialistas, adicionado con todos los diversos trabajos dados a publicidad
hasta el presente por el mismo autor y, además, la Historia del primero
de mayo, que en la actualidad prepara.
Aparecerá la
Biblioteca sin interrupción por cuadernos quincenales de treinta y dos páginas,
que irán resguardadas por una cubierta apropiada. El precio de cada cuaderno
será en España de treinta y cinco céntimos de peseta; fuera de España, el
precio será de cuarenta céntimos de franco, por razón del franqueo. Los
suscriptores y corresponsales deberán dirigirse al administrador de la
Biblioteca de Ciencias Sociales, calle de San Agustín 16, Madrid.59
Por el
anuncio de García Quejido en El Socialista de Madrid se
infiere que la empresa no fue un éxito comercial, pues los potenciales lectores
estaban en la “errónea creencia” de que ya poseían El capital:
Algunos
compañeros están en la errónea creencia de que ya poseen El capital por
haber adquirido el libro que con ese título se vende. Aunque digno de aprecio
por la época en que se publicó en España, deben tener en cuenta nuestros
compañeros que dicho volumen es la traducción del Resumen de El
capital hecho por Gabriel Deville en Francia, habiendo extractado y,
además, suprimido infinito número de pasajes muy interesantes y las notas que
aclaran el texto.
La edición que ahora aparece es la traducción directa de la extensa y completa dada a la luz por cuarta vez en Alemania, y que ha sido concluida por Federico Engels a la muerte de Carlos Marx.
Por ser distinta la traducción, ni aun siquiera se aprovecha la que imperfecta e incompletamente hizo del francés el señor Correa y Zafrilla.60
La edición que ahora aparece es la traducción directa de la extensa y completa dada a la luz por cuarta vez en Alemania, y que ha sido concluida por Federico Engels a la muerte de Carlos Marx.
Por ser distinta la traducción, ni aun siquiera se aprovecha la que imperfecta e incompletamente hizo del francés el señor Correa y Zafrilla.60
Ribas ha
señalado que la “errónea creencia” había sido alimentada por los propios
hombres de El Socialista quienes, durante el mismo año, 1897,
hasta la aparición del anuncio de la traducción de Justo, insertaban propaganda
del compendio de Deville sin especificar que se trataba de un resumen, sino
dándole el título de El capital a secas.61 Además,
las “invocaciones contenidas en esta nota debieron ser un débil argumento para
una masa de militantes a la que, ni antes ni durante la edición, se explica la
importancia que la lectura de la obra de Marx podía tener en su formación”.62La
edición chocaba también con otro problema: la suma total por desembolsar, a
razón de 0.35 pesetas cada fascículo, resultaba demasiado onerosa para los
bolsillos obreros. García Quejido aprovecha las páginas de El
Socialista para explicar que la edición, comparativamente con otros
países, no era tan cara; ensalza las virtudes de la edición y trata de ampliar
el espectro de lectores: las obras de la Biblioteca –se dirá– deben figurar “lo
mismo en el gabinete del estudio del hombre de letras que en la casa del obrero
estudioso”.63 El editor alcanzó a publicar el libro de Deville
y el primer tomo de El capital, pero la Biblioteca no pudo
continuar. “No fue aquello negocio, porque casi no sacó más que el jornal que
habría ganado en la imprenta por el mismo trabajo, y a finales de 1898,
concluida la publicación de las dos obras, buscó trabajo en el oficio…64 Justo
tenía previsto proseguir la traducción de los volúmenes dos y tres, pero “si no
pasó del primer volumen fue porque el negocio editorial resultó poco o menos
que ruinoso”.65
A comienzos
de 1903, García Quejido “regaló a El Socialista los 800
ejemplares que le habrían sobrado de cada uno de los libros por él publicados”.66 El
periódico madrileño puede entonces ofrecer los ejemplares encuadernados
de El capital al precio de 3 pesetas cada uno, en vez de las
7.50 que costaba.67 Esta cifra le ha permitido conjeturar que
el tiraje no superó 2 mil ejemplares, teniendo en cuenta que el libro circuló
sólo en España y Argentina.68
Cuando en
1975 comenzó la publicación de la traducción castellana de El capital de
Marx por Siglo XXI, su encargado, el uruguayo Pedro Scaron, rescataba la
precursora de Justo como la más meritoria de las versiones castellanas
anteriores a la suya:
Con la
excepción parcial pero muy meritoria de la de Juan B. Justo, éstas contienen
más errores de los tolerables aun en el caso de la traslación de una obra tan
extensa y compleja.69
Scaron ponía
en la balanza méritos y límites del trabajo de su antecesor:
La versión
de Juan B. Justo no se destaca tal vez por las excelencias del estilo, pero sí
por su fidelidad al original (no invalidada por ocasionales desfallecimientos),
por la solidez, por la seguridad con que el traductor, hombre de cultura nada
superficial, enfrenta problemas para cuya solución los conocimientos
idiomáticos son imprescindibles pero no suficientes. En algunos rubros, Justo
pagó tributo a su condición de pionero (sus traducciones de muchos términos
técnicos de Marx, por ejemplo, han caído en total desuso), pero precisamente el
mérito principal del traductor argentino estriba en haber desbrozado el camino
que otros transitarían después con mayor facilidad.70
Algunos de
esos términos clave en la obra de Marx son, por ejemplo, mehrarbeit,
que Justo traduce como “sobre trabajo”, mientras que Roces colocará “trabajo
excedente” y Scaron “plustrabajo”; o mehrwert, que Justo traduce
“supervalía”, Pedroso y Roces traducirán “plusvalía” y Scaron “plusvalor”.71 En
verdad, Justo sigue aquí el criterio de Antonio Atienza, quien traduce
“supervalía”, ya en 1887, en el resumen de El capital de Gabriel Deville.72
Según una
tradición oral que Scaron recogió de un viejo integrante del Verein
Vorwärts, Justo habría recurrido a un ejemplar de la cuarta edición alemana
de Das Kapital que se hallaba en la biblioteca de esta asociación.73 Según
diversas fuentes, habría contado en su labor con la colaboración de Augusto
Kühn. La traducción de Justo conoció tres reediciones (1918, 1946 y 1947); la
primera y la última fueron llevadas a cabo por casas editoras del socialismo
argentino, y la de 1946 por una editora comercial que apelaba a la “autoridad”
del Instituto Marx-Engels-Lenin de Moscú.74 (Imagen 10)
III.3. El
abogado socialista Manuel Pedroso
En el
contexto del entusiasmo colectivo que despertó en la ciudadanía española la Segunda
República, una casa editorial comercial como Aguilar lanzaba la primera
traducción de los tres libros de El capital al castellano
editadas en un mismo y grueso volumen.75 Aunque se trataba de
una casa comercial y no de una editorial partidaria, Aguilar había captado el
enorme interés que venía concitando la literatura marxista en la década de
1920. Fundada en 1923, editaba desde 1928 numerosas obras de Marx, Trotsky,
Jaurès, Stalin y De Man, e incluso anunciaba en revistas de izquierdas
como Leviatán, que dirigía Luis Araquistain. Don Manuel Aguilar, en
absoluto izquierdista, relata en sus memorias que abrigaba entonces la
esperanza de que la complejidad del texto y un precio de venta al público de 60
pesetas pondrían El capital a resguardo de las lecturas más
revolucionarias. Estas prevenciones no le impidieron llevar a cabo un cálculo
anticipado de los beneficios que le reportarían las ventas y que le permitieron
comprar un Chrysler Imperial, el cual costaba entonces 30 mil pesetas. Y añade
don Manuel:
Carlos Marx
me proporcionó un Chrysler Imperial cuando los 3 mil ejemplares de la edición
se agotaron, en pocos meses. Sobrevino la guerra de España. El coche estaba en
el garaje. Fueron por él los comunistas y se lo llevaron. Carlos Marx me lo
dio, Carlos Marx me lo quitó.76
El primer
traductor de los tres tomos fue Manuel Martínez Aguilar y de Pedroso (1883-1958),
abogado internacionalista y tratadista de ciencia política. Si bien nació en
Cuba, se formó en España, donde se licenció en derecho en 1905 por la
Universidad Central. Ese año, la Junta para la Ampliación de Estudios en el
Extranjero le concedió una beca para estudiar en Alemania, donde permanecerá
hasta 1917. Un año después ingresa en la Agrupación Socialista de Madrid. En
1927 gana la cátedra de derecho político en la Universidad de Sevilla, de la
cual será durante la República vicerrector y decano de la Facultad de Derecho.
En estos años realiza numerosas traducciones de autores franceses y alemanes,
entre ellas El capital. Formó parte de la Comisión Asesora
Jurídica que elaboró el anteproyecto de la Constitución Republicana de 1931.
Durante la República participó activamente en la política española, siendo
elegido diputado del PSOE por Ceuta en las elecciones de febrero de 1936. En
1939 fue juzgado por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y
el Comunismo: fue “depurado” de sus cargos, y se le incautaron salarios e
incluso los libros de su biblioteca. Ya en el exilio mexicano, fue asesor
jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores y representante del gobierno
de la república en Venezuela. Ejerció el magisterio en la Universidad Nacional
Autónoma y El Colegio de México. Todavía en 2005, en ocasión de recibir el
Premio Cervantes, el mexicano Sergio Pitol recordaba el estímulo que las clases
del maestro sevillano habían significado en la formación de su vocación de
escritor.77
En ese país
reeditó Pedroso su traducción de Marx en una edición popular en cinco tomos.78 (Imagen
11) Curiosamente, se trataba de una editorial vinculada al comunismo
mexicano, propiedad del librero y editor Luis Navarro. Todavía en la década de
1970, la traducción de Pedroso se reimprimía, aunque parcialmente, en Colombia,
a través de la popular Editorial Oveja Negra.79
Pedroso
traduce wert como “valor” y, sin embargo, vierte mehrwert como
“plusvalía” y no como “plusvalor”. Con ello inicia una tradición que se
impondrá en todo el mundo de habla hispana. Pedro Scaron, si bien no la leyó de
cabo a rabo, la consultó reiteradamente en la década de 1970 en su labor de
traductor de Marx, y su “impresión preliminar” era “que ha sido injustamente
olvidada: parece ser algo inferior a la de su predecesor” (Justo), pero no a la
de Wenceslao Roces.80
Sin embargo,
apenas aparecida la traducción de Pedroso, un joven jurista español la
criticará duramente desde las páginas de Bolchevismo. Órgano Teórico
del Partido Comunista de España. Corrían los años del “tercer periodo”, de
la táctica “clase contra clase”, de confrontación de los comunistas con la socialdemocracia.
Esta traducción, se señala en Bolchevismo, nace redondamente
descalificada, lo mismo para la lectura que para el estudio (…). En cada una de
las mil 600 páginas del volumen, nutridísimas de letras, hay aberraciones de
traducción para colmar el gusto del más exigente coleccionista de ellas y que
van desde el leve desliz hasta la franca monstruosidad: tergiversaciones de
sentido y alteraciones de concepto, frases y hasta oraciones enteras truncadas
–excelente medio quirúrgico, sin duda, para extirpar dificultades de
traducción–, y en general un constante descuido de redacción y terminología que
convierte la obra fundamental de Marx en verdadero galimatías, y a trechos, que
es lo peor, empeñando y desfigurando el bruñido pensamiento del autor, en alegato
anodino y vulgar”.81
El joven
jurista se llamaba Wenceslao Roces.
III.4.
Wenceslao Roces, o la traducción como acción política
Roces
emprendió inmediatamente la tarea de retar esta versión “socialdemócrata” con
una traducción “comunista”. Se apoyó para ello en la versión autorizada que
acababa de editar el Instituto Marx-Engels-Lenin:
Dos han sido
las razones que nos han movido a acometer esta tarea ímproba de traducir al
castellano una obra como El capital. De una parte, entendíamos que
las ediciones españolas existentes (entre las cuales, además, sólo hay una
completa) no satisfacían las exigencias de fidelidad y precisión indispensables
en una obra de esta naturaleza. De otro lado, nos parecía urgente dotar a la
literatura marxista española de una versión de El capital basada
en la última edición crítica, auténtica, del Instituto Marx-Engels-Lenin de
Moscú. Las investigaciones incansables llevadas a cabo por esta institución han
permitido restaurar en todo su alcance y sentido la obra maestra de Marx. En
esta edición, publicada recientemente, se basa nuestra versión de El
capital.83
El primer
tomo apareció en dos volúmenes en 1934.84 (Imagen 12) Además,
en contraste con la edición onerosa de Aguilar, la versión de Roces apareció
también con el formato de una edición popular. Comenzó a publicarse en 1933 en
forma de fascículos de 32 páginas cada uno, que al completarse la obra (1935)
podían ser encuadernados.85 Al final de cada cuadernillo se
añadían dos hojas con índices de materias y de nombres. Si el encuadernador no
tenía el cuidado de quitarlas, el volumen perdía unidad, como señaló Juan
Andrade en la reseña que le dedicó en Leviatán.86 Aunque
en ningún lugar se indica el tiraje, Emili Gasch recogió un testimonio del
propio Roces, que declaró 5 mil ejemplares.87
Wenceslao
Roces Suárez (1897-1992)
fue un jurista, docente y político español que se destacó sobre todo por su
extraordinaria labor de traductor.88Licenciado en derecho con premio
extraordinario Fin de Carrera por la Universidad de Oviedo en 1919, un año más
tarde ganaba el premio extraordinario de doctorado de la Universidad Central de
Madrid. Las excelentes calificaciones le permitieron el acceso a una beca de la
Junta de Ampliación de Estudios, con la que marchó a Alemania, donde trabajó
junto a un romanista, Otto Lenel, y el filósofo del derecho Rudolf Stammler, de
quien luego sería traductor e introductor en lengua española. De regreso a su
país, en 1922 ganó la cátedra de instituciones de derecho romano en la
Universidad de Salamanca, con apenas 30 años. Trabó allí relación personal con
Miguel de Unamuno, poco después desterrado tras el golpe de Estado de Miguel
Primo de Rivera.
Activo
durante la dictadura, debió limitar su trabajo a algunas colaboraciones en
revistas jurídicas de Europa y América Latina, al tiempo que consagra sus
esfuerzos a la traducción de obras de jurídicas, entre ellas las de su maestro
Stammler. En 1931, con la proclamación de la Segunda República, se instala en
Madrid, y con otros intelectuales –como Ramón Sender, Dolores Ibárruri, Rafael
Alberti o María Teresa León– forma parte de la Asociación de Amigos de la Unión
Soviética, del Frente Antifascista, de la Unión de Escritores y Artistas
Proletarios y del Socorro Rojo, y colabora en las publicaciones editadas por
estos espacios. Un año después es miembro del Partido Comunista Español.89
A comienzos
de la década de 1930 ingresó como socio en la editorial Cenit, fundada en 1928
por Rafael Jiménez Siles, uno de sus compañeros del Ateneo de Madrid, y Graco
Marsá, condiscípulo suyo en la Modelo. Roces ingresa por la misma época en que
están saliendo de la editorial el trotskista Juan Andrade y otro disidente de
la izquierda comunista, Joaquín Maurín, futuros fundadores del POUM. Sin
embargo, antes de la salida de los disidentes y de que Cenit se transforme en
una editorial oficiosa del PCE, Roces alcanza a traducir nada menos que Mi
vida de León Trotsky (1931).90
El grueso de
su labor en Cenit consistirá en traducir al español buena parte de las obras de
los autores marxistas clásicos y contemporáneos para su colección Biblioteca
Carlos Marx, desde el tomo I de El
capital hasta el Anti-Dühring de Engels, pasando
por una edición crítica del Manifiesto comunista, dos volúmenes con
escritos de Lenin (La Revolución de 1917), La acumulación del capital de
Rosa Luxemburg y la gran biografía de Franz Mehring, Carlos Marx.91
Además,
Roces tendrá a su cargo los Cuadernos mensuales de doctrina política y
la traducción de los Cursos de iniciación marxista, folletos populares
que luego se encuadernaban en libro.92 Está en Asturias en los
prolegómenos del estallido de la huelga general revolucionaria de octubre de
1934, por lo que sufre un año de prisión. Cumplida la condena se exilia durante
un año en la Unión Soviética, donde asesora a una editorial creada en 1931,
Ediciones Cooperativas de los Obreros Extranjeros en la URSS, que en 1939 se
transformaría en Ediciones en Lenguas Extranjeras y luego, en la posguerra, en
Editorial Progreso. Tales casas editoras desempeñarán un papel clave en la
difusión mundial de la cultura comunista.
Roces
regresa a España cuando las elecciones del Frente Popular de 1936. Durante la
Guerra Civil fue subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas
Artes del gobierno republicano, siendo responsable, entre otras cosas, de
rescatar las obras del Museo del Prado y del Museo Arqueológico para que no
cayeran en manos de los sublevados.
En 1939 se
exilió en breve tiempo en Francia, pasando luego a Santiago de Chile y La
Habana, para radicarse definitivamente en México. Allí trabajó durante décadas
como profesor de derecho romano en la UNAM y, sobre todo, como traductor del
FCE y de Editorial Grijalbo. A través de esas casas editoriales dio a conocer
obras en castellano de una treintena de autores, como Ernst Bloch, Ernst
Cassirer, Wilhelm von Humboldt, Hegel, Marx, Engels, Lenin, Stalin, Braudel,
Dilthey, Ranke, Mommsem, Windelband y Koyré.93
En 1945,
poco antes de concluir la traducción de los tres volúmenes de El
capital, Roces lanzó desde el Fondo de Cultura Económica de México la
primera edición española de los manuscritos de Marx sobre la teoría del
plusvalor. (Imagen 13)Siguiendo con el criterio iniciado en la
Segunda República española, tradujo Mehwert como “plusvalía”.94 Debió
traducir esta obra sobre una reedición de la edición Kautsky de 1905-1910, por
lo cual advertía en el prólogo:
Ha servido
de base a esta versión la única edición directa del manuscrito de Marx
existente hasta hoy: la publicada por Carlos Kautsky en 1905-10 (Stutgart,
Verlag J. H. W. Dietz). A él correspondió, muerto Engels, la tarea de preparar
para la imprenta los materiales inéditos de Marx reunidos en el original de que
hablaremos enseguida. En los años en que llevó a cabo esta labor, era
considerado todavía fiel discípulo de Marx y Engels. Más tarde, haciendo
causa común con el llamado revisionismo bernsteniano, se reveló
como un deformador oportunista de la doctrina del marxismo. Pero este proceso
tenía en él raíces ideológicas muy hondas. La última edición de El
capital, en la que el Instituto Marx-Engels-Lenin de Moscú restablece el
texto auténtico redactado por Marx para el primer tomo y el preparado por
Engels para los tomos segundo y tercero, ha puesto de manifiesto toda una serie
de tergiversaciones sistemáticas en que incurre la célebre edición popular de
esta obra publicada por Kautsky de 1914 a 1929. La ya franca actitud
“armonicista” de Kautsky la proclama sin ambages él mismo, en su prólogo al
tomo tercero de esta edición suya de El capital, al sostener que
obreros y capitalistas se hallan interesados por igual en velar “por el
desarrollo sin trabas del proceso de circulación” y que es misión del
proletariado “defender las leyes de producción de este sistema de producción
[el capitalista] contra su infracción por parte de los elementos monopolistas
del gran capital”, lo cual equivale a negar en redondo la esencia misma del
marxismo y lo que constituye la médula revolucionaria de su teoría económica:
las contradicciones y las luchas de clases.
En la magna
edición de las obras completas de Marx y Engels, en que la institución
científica de la capital de la URSS citada más arriba va restableciendo con
toda fidelidad los textos de los fundadores del marxismo, no figuran aún los
correspondientes a la obra que aquí publicamos. La necesidad de no demorar más
la versión española de este libro fundamental ha movido a la editorial y al
traductor a tomar como base de ella el único texto hasta ahora disponible.95
Un año
después, entre 1946 y 1947, Roces lanzaba su traducción completa de El
capital en cinco volúmenes a través de Fondo de Cultura Económica de
México, con sus clásicas tapas impresas sobre cartoné color naranja.96 Se
trataba de una versión mejorada del primer tomo que había traducido para Cenit,
al que añadía ahora una traducción del alemán de los tomos II y II. Los tomos I
y III se desdoblaban a su vez en dos volúmenes, lo que daba un total de 5
volúmenes para la obra completa.
Roces
trabajó sobre la citada edición de 1932 del Instituto Marx-Engels-Lenin, que a
su vez se fundaba en la cuarta edición alemana de 1890 preparada por Engels.
Con 38
reediciones y reimpresiones entre 1945 y 2015, y un estimado de 230 mil juegos
lanzados a la venta, se trata de la versión más difundida en España y América
Latina durante medio siglo.97Una segunda edición aparecida en 1959
conoció hasta 1995 un total de 24 o 25 reimpresiones (según se tratase del tomo
I, II o III). Una tercera edición se lanzó en 1999: hasta 2008 alcanzó 8
reimpresiones, casi 1 por año. La cuarta edición, atentamente corregida por
Roces, apareció en 2014, y ya conoce una reimpresión en papel y una edición
digital.
Durante tres
décadas, hasta la aparición de la traducción de Scaron por Siglo XXI
(1975-1981), la versión de Roces apenas tuvo competidores, pues las ediciones
argentinas de Cartago, como veremos enseguida, no fueron sino copias
presuntamente “mejoradas” de la suya. Incluso, las ediciones cubanas fueron a
menudo copias fotográficas exactas de la edición del FCE.98
Sin embargo,
su traducción fue severamente cuestionada en diversas oportunidades. Jorge
Semprún se refirió a Roces en la Autobiografía de Federico Sánchez como
“ese viejo catedrático de derecho romano que ha infestado con pésimas
traducciones de Marx el mundo cultural hispanoamericano”.99 Si
bien el juicio podía tomarse con reservas por provenir de un rival en las
fracciones del PCE, las objeciones a la labor de Roces de Pedro Scaron, el
siguiente traductor directo del alemán, fueron tan precisas como contundentes.
Y aunque Roces nunca respondió explícitamente a Scaron, se esmeró en introducir
en la cuarta edición todas las objeciones lanzadas por su rival.100
* CeDInCI /
UNSAM, CONICET, Argentina.
1 Carta de Marx a Engels, 25 de
febrero de 1867, Correspondencia Marx-Engels, Mega, tomo III,
página 376.
2 Francis Wheen, La
historia de El capital de Karl Marx, Bogotá, Debate, 2007,
páginas 11-12.
3 Paul Lafargue, “Recuerdos
personales de Carlos Marx” [1890], en Karl Marx. El hombre de
pensamiento y el hombre de acción, Barcelona, Ediciones Jasón, sin fecha
[cerca de 1930], página 139.
4 Ibídem, páginas 152-53.
5 Ibídem, página 142.
6 Eric J. Hobsbawm, “Vicisitudes
de las ediciones de Marx y Engels”, en Historia del marxismo,
Barcelona, Bruguera, 1979, tomo II, páginas 291-316.
7 Maximilien Rubel, Bibliographie
des œeuvres de Karl Marx, París, Marcel Rivière et Cie, 1955.
8 Pierre Bourdieu, “Las
condiciones sociales de la circulación internacional de las ideas” [1990],
en Intelectuales, política y poder, Buenos Aires, Eudeba, 1999,
páginas 161-62.
9 Das
Kapital. Kritik der politischen Oekonomie, Erster
Band. Buch i: Der Productionsprozess des Kapitals, Hamburg, Verlag von Otto
Meissner, 1867 / New York, L. W. Schmidt, 24 Barclay Street, VI + 784 páginas.
10 Das Kapital. Kritik
der politischen Oekonomie, Erster Band. Buch i: Der Productionsprozess des
Kapitals, Hamburg, Verlag von Otto Meissner, 1872, 828 páginas. Edición revisada y modificada. Por
ejemplo, el capítulo sobre la wertform (forma del valor), que se
encontraba en el apéndice en la primera edición, fue incorporado en la segunda
al cuerpo del capítulo I. Véase la carta de Marx a Kugelmann, 13 de julio de
1867.
11 Das Kapital. Kritik
der politischen Oekonomie, Erster Band. Buch i: Der Productionsprozess des
Kapitals, Hamburg, Verlag von Otto Meissner, 1883, tercera edición.
12 Das Kapital. Kritik
der politischen Oekonomie, Erster Band. Buch i: Der Productionsprozess des Kapitals, Hamburg, Verlag
von Otto Meissner, 1890, cuarta edición.
13 Maximilien Rubel, Bibliographie
des œuvres de Karl Marx, obra citada, páginas 169 y siguientes.
14 Das Kapital. Kritik der
politischen Oekonomie (Volksausgabe), Berlin, Dietz, 1914, xlviii-768
páginas.
15 Pedro Scaron, “Advertencia del
traductor” a Karl Marx, El capital. Crítica de la economía política,
Buenos Aires, Siglo XXI, 1975, tomo I, volumen I, libro primero: El proceso de
producción del capital, página ix, n. 2.
16 Todavía la reeditaba Dietz en
1953: Das Kapital. Kritik der politischen
Oekonomie (Volksausgabe), Berlin, Dietz, 1953, in 8º, 963
páginas.
17 Das Kapital. Kritik
der politischen Oekonomie. Erster Band. Buch i: Der Produktionsprozess des
Kapitals. Ungekürzte. Volksausgabe, Moscú, Marx-Engels-Lenin-Institut /
Wien-Berlin, Verlag für Literatur und Politik, 1932, 63 + 965 páginas. Vorrede
des Marx-Engels-Lenin-Institut. Además del prólogo de Adoratsky, esta edición está precedida
del clásico perfil biográfico de Marx escrito por Lenin. Por otra parte,
incluye tablas y apéndices importantes, como el manuscrito de las glosas de
Marx al Manual de economía política de Adolph Wagner.
18 “Ya la llamada ‘edición
popular’ del primer tomo de El capital que Kautsky publicó en
1914 lo muestra crecientemente como un filisteo y un falsario”. Lejos de
proceder con la fidelidad con que Engels editó la obra su amigo, Kautsky “se ha
atrevido [herangewagen] a cambiar soberanamente el manuscrito del texto
de Marx publicado por Engels, a tachar y añadir, sin contar para esta acción
con los necesarios motivos fundados”. Y si este juicio valía para la edición
del primer tomo (1914), para cuando editó el segundo (1926) y el tercero (1929)
Kautsky habría avanzado hacia “una abierta falsificación oportunista de los
pensamientos fundamentales de El capital. Aquí es evidente que su
edición de Marx sólo sirvió de pretexto para la lucha contra el
marxismo: en esta ‘dialéctica viva del oportunismo’, el filisteo de 1881 ha
devenido ya un renegado y un falsificador del marxismo, un enemigo del
proletariado revolucionario, que llama a la defensa del capitalismo desde una
tribuna montada sobre la obra misma desde la cual Marx había dado al
proletariado la tarea de destruir a los explotadores, de acabar con el
capitalismo”. Vladimir Viktorovich Adoratsky, “Vorrede” (Prólogo), a Karl Marx, Das
Kapital, obra citada, páginas 7-26.
19 Karl Marx, Das Kapital.
Kritik der politischen ökonomie, Berlin, Dietz, 1966, 3 volúmenes, Band 23,
24 y 25 de las Marx-Engels Werke (MEW). Se trata de la edición
de las obras de Marx y Engels en 41 volúmenes, más 3 complementarios, aparecida
en Berlín entre 1956 y 1968, comúnmente citada como MEW. Esta edición se basaba
a su vez en la segunda edición rusa de las Obras de Marx y Engels, aparecida en
42 volúmenes entre 1955-1966.
20 Pedro Ribas, “A propósito de
Karl Marx/Friedrich Engels, Mega. iv/12”, en Políticas de la Memoria,
número 8/9, Buenos Aires, 2008/2009, página 280.
21 Karl Marx, Das
Kapital. Kritik der politischen Oekonomie. Ungekürzte Ausgabe nach der
zweiten Auflage von 1872, Berlin, Gustav Kiepenheuer, 1932, 768 páginas.
Geleitwort von Karl Korsch.
22 Karl Marx, Das
Kapital. Kritik der Politischen Ökonomie: Band i: Der Produktionsprozess des
Kapitals, Frankfurt, Ullstein, Band 1 von 1969, Band 2 von 1970, Band 3 von
1971.
23 Karl Marx, Theorien
über den Mehrwert. Hrsg. Karl Kautsky. Stuttgart, J. H. W. Dietz,
1905-1910, Internationale Bibliothek 35-38: 1. Bd. Die Anfänge der Theorie vom
Mehrwert bis Adam Smith. 2. Bd. Erster Teil, David Ricardo. 2. Bd. Zweiter
Teil, David Ricardo. 3. Bd. Von Ricardo zur Vulgärokonomie. Alle Bände mit
neuen Vorsätzen.
24 Karl Marx, Theorien
über den Mehrwert. Hrsg. Institut für Marxismus-Leninismus beim ZK der Sed,
Berlin, Dietz Verlag, 1956, 3 volúmenes.
25 Institut für
Marxismus-Leninismus beim zk der sed, “Vorwort”. Citamos de la versión castellana de W. Roces: “Prólogo
del Instituto de Marxismo-Leninismo de Moscú a esta nueva edición”, en Carlos
Marx, Teorías sobre la plusvalía I. Tomo IV de El capital,
México, FCE, 1980, página 14. Itálicas de H. T.
26 Ibídem, página 15.
27 La sección II de las Mega, “II.
Abteilung: „Das Kapital“ und Vorarbeiten” [El Capital y trabajos preparatorios]
corresponde a un total de 15 tomos, que fueron apareciendo entre 1983 y 2012.
Puede consultarse en línea: http://mega.bbaw.de/megadigital. Sobre el plan de
las Mega, véanse Pedro Ribas, “A propósito de Karl Marx/Friedrich Engels, Mega.
IV/12”, obra citada, y Marcello Musto (coordinador), Tras las huellas
de un fantasma. La actualidad de Karl Marx, México, Siglo XXI, 2011.
28 Anna Valentinovna Uroeva, La
fortuna del ‘Capitale’. Editado por Gian Mario Bravo [1967], Roma, Editori
Riuniti, 1974.
29 Карл Маркс. Капитал.
Критика политической экономии. Сочинение Карла Маркса. Перевод с немецкого.
Том первый. Книга I. Процесс производства капитала. Спб., Издание Н.П.
Полякова. Типография Министерства Путей Сообщения. 1872г. 15,5х24 см. XIII,2
н.с., 678 с.
30 Karl Marx, Le Capital.
Critique de l’Economie politique. Livre premier. Le développement de la
prodution capitaliste, Paris, Editeurs Maurice Lachâtre et Cie., Librairie
du Progrès, 1872-1875, 351 páginas. Traducción de M. J. Roy, completamente
revisada por el autor.
31 Karl Marx, “Al lector” en Karl
Marx, El capital. Crítica de la economía política, Buenos Aires,
Siglo XXI, 1975, tomo I, volumen I, libro primero, página 22, traducción de
Pedro Scaron. Sobre la primera edición francesa, véase Anna Uroeva, La
fortuna del Capitale, obra citada.
32 Karl Marx, Le Capital.
Critique de l’Économie Politique, París, Editions Sociales, 1950, 8
volúmenes, 317 + 245 + 383 + 326 + 269 + 349 + 274 + 322 páginas. Oeuvres
complètes de Karl Marx, 1-8, tomos I-III: traducción de Joseph Roy
completamente revisada por el autor; tomo IV: traducción de Erna Cognot; tomos
V-VIII: traducción de C. Cohen-Solal y Gilbert Badia. El segundo tomo sólo
aparecerá en francés en 1900 y el tercero en dos volúmenes en 1901 y 1902: Karl
Marx, Le Capital. Critique de l’Economique Politique. Livre
deuxième: Le procès de circulation du capital. Traduction française de Julian
Borchardt et Hippolyte Vanderrydt, de l’Institut des Sciences Sociales de
Bruxelles. Paris, V. Giard et E. Brière, libraires-éditeurs, 1900; Livre
troisième: Le procès d’ensemble de la production capitaliste (2 tomes).
Traduction française de Julian Borchardt et Hippolyte Vanderrydt, de l’Institut
des Sciences Sociales de Bruxelles. Paris, V. Giard et E. Brière, libraires-éditeurs,
1901 et 1902.
33 En 1950, 1953, 1959, 1960,
1962, 1965, 1967, 1972, etcétera.
34 Oeuvres complètes de Karl
Marx, Le capital, París, Costes, 1924-1934, 14 volúmenes, in 8º,
traduit par J. Molitor, avant-propos de Frédéric Engels. Comprend: I-IV. Le
Procès de la production du capital, précédé d’une introduction sur l’ensemble
du marxisme par Karl Kautsky, 1924. 4 volúmenes; V-VII. Le Procès de la
circulation du capital, avant-propos de Frédéric Engels, 1926-1934; VIII. La
Reproduction et la circulation du capital total, 1926; IX-XIV. Le Procès
d’ensemble de la production capitaliste, 1928-1930. v. Maximilien Rubel, Bibliographie
des œuvres de Karl Marx, obra citada, páginas 169 y siguientes.
35 Le Capital. Critique de
l’Économie politique, Paris, Garnier-Flammarion, 1969. Louis
Althusser, “Advertissement aux lecteurs du L. I du Capital”.
36 Karl Marx, Oeuvres.
Économie, París, Gallimard, Bibliothéque nrf de La Pleiade
164 y 204, 1963 y 1968, 2 volúmenes, 1819 + 1970 páginas. Trad. de l’allemand
par Louis Évrard, Michel Jacob, Jean Malaquais, Claude Orsoni, Maximilien Rubel
et Suzanne Voute. Édition de Maximilien Rubel. Préface de François Perroux.
Index des idées par Louis et Monique Janover. El tomo 3 correspondió a los
textos filosóficos; y el 4, a los políticos.
37 Maximilien Rubel, Bibliographie
des œeuvres de Karl Marx, obra citada, páginas 169 y siguientes; Pedro
Ribas, La introducción del marxismo en España (1869-1939). Ensayo
bibliográfico, Madrid, Ediciones de la Torre, 1981, página 40; Anna Uroeva, La
fortuna del Capitale, obra citada; Gian Mario Bravo, “‘Il Capitale’ in
Italia: 1867-1895”, en Anna Uroeva, La fortuna del Capitale, obra
citada.
38 Horacio Tarcus, Marx en
la Argentina. Sus primeros lectores obreros, intelectuales y científicos, Buenos
Aires, Siglo XXI, 2007, páginas 88 y siguientes.
39 Pedro Ribas, “La primera
traducción castellana de El capital”, en Cuadernos
Hispanoamericanosnúmero 420, Madrid, junio de 1985, página 201.
40 [Anónimo], “La traducción
castellana de El capital”, en Carlos Marx, El capital,
Buenos Aires, Tor, 1946, página 19.
41 Ibídem.
42 Carlos Marx, “Al ciudadano
Mauricio La Châtrez” [sic] (carta-prólogo de Marx a la edición francesa
de El capital, 1873), en La Emancipación, Madrid, 26 de
octubre de 1872; Carlos Marx, “Prólogo a la primera edición alemana” (prólogo
de Marx a la edición alemana de El capital de 1867), en La
Emancipación, Madrid, 26 de octubre de 1872. Traducción de J. Mesa; Carlos
Marx, “La transformación del dinero en capital”, en La Emancipación número
87, Madrid, 1 de marzo de 1873, página 4; Carlos Marx, “Contradicciones de la
fórmula general. Capítulo V”, en La Emancipación número 90, Madrid,
22 de marzo de 1873. Véase Pedro Ribas, “Marx und Engels in Spanien”, en Pedro
Ribas (editor), Verbreitung und Rezeption der Werke von Marx und Engels
in Spanien, Trier, Karl-Marx-Haus, 1994, página 29.
43 Pedro Ribas, “La primera
traducción castellana de El capital”, obra citada, página 202, n.
3.
44 Carl [sic] Marx, El
capital, Madrid, Establecimiento Tipográfico de Dionisio de los Ríos, 1887,
245 páginas. Traducción de Pablo Correa y Zafrilla, ex diputado a Cortes y
abogado de los ilustres colegios de Madrid y Cuenca.
45 Pedro Ribas, “La primera
traducción castellana de El capital”, obra citada, página 202, n.
3. Se conserva un único ejemplar en la Universidad de Salamanca. Copia en el
CeDInCI, gentileza de Pedro Ribas y Diego Cano.
46 “Advertencia del traductor”,
obra citada, página iv.
47 Pedro Ribas, “La primera
traducción…”, obra citada, página 209.
48 Sinalagmático es un
término jurídico: quiere decir que compromete a ambas partes que establecen un
contrato.
49 En El Socialista número
83, 7 de octubre de 1887, página 1. Reproducido en Santiago Castillo, “La
prensa diaria en Madrid: nota para el análisis de las estadísticas de timbre”,
en Prensa y sociedad en España (1820-1939), Madrid, Edicusa,
1975, página 153.
50 Pedro Ribas, “La primera
traducción…”, obra citada, páginas 203-204. “En español sólo existe una
traducción verdaderamente fiel de El capital de Marx, hecha
por el sabio doctor argentino Juan B. Justo. Las demás versiones, extractos,
etcétera, han sido hechas sin ningún cuidado. Sólo sabemos de una excepción, el
resumen escrito por Gabriel Deville, que fue publicado en español por el Partido
Socialista”. Pablo Iglesias, Prólogo a Carlos Kautsky, La doctrina
socialista, Madrid, Librería Francisco Beltrán, 1910, páginas 7-8.
51 Dardo Cúneo, Juan B.
Justo y las luchas sociales en la Argentina, Buenos Aires, Alpe, 1956,
páginas 77-78.
52 Nicolás Repetto, Mi
paso por la política. De Roca a Yrigoyen, Buenos Aires, Rueda, 1956,
tomo I, páginas 20-21.
53 Juan José Morato, “Juan
Bautista Justo”, en Líderes del movimiento obrero español. 1868-1921,
Madrid, Edicusa, Serie Cuadernos para el Diálogo, 1972, páginas 309-310.
54 Juan José Morato, “Antonio
García Quejido” (1928), en Líderes del movimiento obrero español.
1868-1921, obra citada, página 286.
55 “En la habitación del hotel
madrileño, con organizado afán, verifica las dos versiones: la que salió de la
pluma del socialismo científico y la que saldría de sus trabajos de traductor,
primera versión castellana”. Dardo Cúneo, Juan B. Justo y las luchas
sociales en la Argentina, obra citada, página 115.
56 “Impresa entonces a tan gran
distancia del traductor, no pude contribuir a la corrección del trabajo de
imprenta, y a pesar de la loable dedicación del editor, apareció con algunos
errores tipográficos…” Juan B. Justo, “Nota del traductor a la segunda edición
española”, en Carlos Marx, El capital, Buenos Aires, Marinoni,
1918, página 608.
57 Juan José Morato, “Antonio
García Quejido”, obra citada, pág. 288.
58 Carlos Marx, El
capital. Crítica de la economía política. Traducido de la cuarta edición
alemana por Juan B. Justo. Tomo i, Madrid, Imprenta de F. Cao y D. De Val. A
cargo de J. A. Herrero. Platería de Martínez, número 1, 1898.
59 Transcrito en Pedro
Ribas, La introducción del marxismo en España (1869-1939). Ensayo
bibliográfico, Madrid, Ediciones de la Torre, 1981, página 37.
60 El Socialista número
603, Madrid, 24 de septiembre de 1897, citado en Pedro Ribas, “La primera
traducción castellana…”, obra citada, página 204.
61 Pedro Ribas, “La primera
traducción castellana de El capital”, obra citada, páginas 204-205.
62 Santiago Castillo, “De ‘El
Socialista’ a ‘El Capital’ (Las publicaciones socialistas, 1886-1900)”,
en Negaciones número 5, Madrid, 1978, página 58.
63 Ibídem, página 59.
64 Juan José Morato, “Antonio
García Quejido”, obra citada, pág. 288.
65 Juan José Morato, “Juan
Bautista Justo”, obra citada, página 311.
66 Juan José Morato, “Antonio
García Quejido”, obra citada, páginas 290-291.
67 Pedro Ribas, Aproximación
a la historia del marxismo español (1869-1939), Madrid, Endymión, 1990,
página 92; Santiago Castillo, “La labor editorial del PSOE en el siglo XIX”,
en Estudios de Historia Social número 8/9, Madrid, 1979,
página 193.
68 Pedro Ribas, La
introducción del marxismo en España (1869-1939), obra citada, página 38.
69 Pedro Scaron, “Diálogo con el
traductor de la nueva edición de El capital. Arrojar la cara, no el
espejo”, en La Opinión Cultural, Buenos Aires, 7 de diciembre de
1975, página 8.
70 Pedro Scaron, “Advertencia del
traductor” a Karl Marx, El capital. Crítica de la economía política,
Buenos Aires, Siglo XXI, 1975, tomo I, volumen I, libro primero: El proceso de
producción del capital, pág. xx.
71 Pedro Scaron, ibídem, página
xviii.
72 Carlos Marx, El
capital. Resumido y acompañado de un estudio acerca del socialismo científico,
por Gabriel Deville, Madrid, Establecimiento Tipográfico de Ricardo Fe, 1887,
lvi + 263 páginas. Traducción de Antonio Atienza. Cuatro pesetas.
73 Pedro Scaron, “Advertencia del
traductor”, obra citada, pág. xii, n. 7.
74 Segunda edición: Carlos
Marx, El capital. Crítica de la economía política, Buenos Aires, Biblioteca
de Propagada “Ideal socialista”, dirigida por Joaquín Marinoni, 1918, 607
páginas, primer volumen, segunda edición, “corregida y revisada”, incluye al
final “nota del traductor” a la segunda edición, fechada en junio de 1918,
página 608.
Tercera edición:
Carlos Marx, El capital. Crítica de la economía política, Buenos
Aires, Biblioteca Nueva, 1946, un volumen de páginas 1641 + xiii. La traducción
de la cuarta edición alemana del primer libro pertenece a Juan B. Justo. Los
siguientes han sido traducidos por Juan E. Hausner sobre la última edición del
Marx-Engels-Lenin Institut de Moscú. Director de la Biblioteca Nueva: Héctor
Miri. Una “Presentación” que firma “La Dirección” advierte que la traducción de
los volúmenes ii y iii fue realizada sobre la “edición oficial” preparada por
el Instituto Marx-Engels-Lenin de Moscú, “que se estima como la que refleja el
auténtico espíritu del autor por ser la que oportunamente autorizó Engels”.
Cuarta
edición: El capital. Crítica de la economía política, Buenos Aires,
La Vanguardia, 1947, 664 páginas. Índice de ideas por orden de desarrollo,
Índice de conceptos básicos; de Autores citados y de Trabajos Citados, por
Esteban Rondanina.
75 Carlos Marx, El
capital. Crítica de la economía política, Santander, Aguilar, 1931, mil 611
páginas, traducción de Manuel Pedroso.
76 Manuel Aguilar Muñoz, Una
experiencia editorial, Madrid, Aguilar, 1972, volumen II, páginas 609-705.
77 Sergio Pitol, “El exilio
español y la cultura mexicana”, discurso al recibir el Premio Cervantes, 2005,
disponible en línea en http://www.lainsignia.org/2006/abril/cul_028.htm
78 Carlos Marx, El
capital. Crítica de la economía política, México, Fuente Cultural, 1945,
cinco volúmenes, traducción de Manuel Pedroso.
79 Carlos Marx, El
capital. Crítica de la economía política, Bogotá, La Oveja Negra, 1972,
traducción de Manuel Pedroso. Volumen 1: El proceso de producción del capital.
Libro primero, secciones primera y segunda, 129 páginas. Volumen 2: El proceso
de producción del capital. Libro primero, secciones tercera y cuarta, páginas
130 a 394.
80 Pedro Scaron, “Advertencia del
traductor”, en Karl Marx, El capital, tomo i, volumen i,
libro primero: El proceso de producción del capital, Buenos Aires, Siglo
XXI, 1975, pág. xxi. Pedro Ribas discute el juicio de Scaron, destacando la
labor de Roces y calificando la versión de Pedroso no sólo como “inferior”
sino, incluso, como “inservible”. Pedro Ribas, Aproximación a la
historia…, obra citada, págs. 134-35, n. 42.
81 Wenceslao Roces, “Una edición
completa del Capital”, en Bolchevismo número 3, 30
de julio de 1932, páginas 60-64. La cita corresponde a la página 61. Citado por
Pedro Ribas, Aproximación a la historia…, obra citada, página 88,
n. 10.
82 Según el testimonio recogido
por Ricardo Campa, la animadversión de Roces hacia el socialista Pedroso y su
labor de traductor se mantuvo viva durante décadas, incluso durante el exilio
de ambos en México. Campa relata que Roces habría sido testigo, en la casa de
Pedroso en las afueras de Madrid, “de cómo éste concluyó la traducción del tomo
I de El capital. ‘Todas las tardes llegaban gentes y metían la mano
en aquella suerte de olla podrida; sugerían, inventaban, ponían
aquí, ponían allá… En fin, a la postre, aquello fue un desastre’ (Ricardo Campa
Pacheco, “Noticia para el lector”, Carlos Marx, El capital. Crítica de
la economía política, México, FCE, 2014, página ix).
83 W. R., “Nota a la edición
española” a Carlos Marx, El capital. Crítica de la economía política,
volumen I, libro 1, Madrid, Cenit, 1934, página sin numerar. La nota está
fechada en “Madrid, 15 de enero de 1934”.
84 Carlos Marx, El
capital. Crítica de la economía política, volumen I, libro 1. El proceso de
producción del capital, Madrid, Cenit, 1934, 528 páginas. Biblioteca Carlos
Marx, dirigida por W. Roces, sección II, Los fundadores. Traducción íntegra y
directa del alemán, basada en la edición del Instituto Marx-Engels-Lenin de
Moscú, por W. Roces; El capital. Crítica de la economía política,
volumen I, libro 2. El proceso de producción del capital, Madrid, Cenit, 1934,
mil 86 páginas (incluidas las del tomo I). Esta edición lleva los siguientes
apéndices: v. Adoratski, “Importancia y actualidad de El capital”
(páginas 815-835); Marx y Engels, “Cartas sobre El capital”
(páginas 837-909); “Siete notas bibliográficas de Engels sobre el tomo primero
del Capital” (páginas 911-952); y Carlos Marx, “Notas marginales
al Tratado de economía política de Adolfo Wagner (algunas
aclaraciones sobre el concepto de valor)” (páginas 969-1068).
85 El capital. Crítica de la
economía política, volumen I, libro 1. El proceso de producción del
capital, Madrid, Cenit, 1935, 590 págs. Biblioteca Carlos Marx,
dirigida por W. Roces, sección II, Los fundadores. Traducción íntegra y directa
del alemán, basada en la edición del Instituto Marx-Engels-Lenin de Moscú, por
W. Roces. El ejemplar que dispone el CeDInCI cuenta con 590 páginas, mientras
que Pedro Ribas consultó uno que alcanza 870 (Pedro Ribas, La
introducción del marxismo en España, obra citada, página 142). Es posible
que la diferencia responda a la diversa cantidad de cuadernillos que ha
coleccionado cada antiguo propietario.
86 Leviatán número 16,
Madrid, agosto de 1935, páginas 58-59. Citado en Pedro Ribas, La
introducción del marxismo en España, obra citada, página 142, n. 63.
87 Emili Gasch, “Difusió del Manifest
Comunista a Catalunya i Espanya (1872-1939)”, en Recerques. Història,
Economia, Cultura número 5, Valencia, 1975, página 28.
88 Adolfo Sánchez Vázquez, “En
homenaje a un español ejemplar: Wenceslao Roces”, en Del exilio en
México. Recuerdos y reflexiones, México, Grijalbo, 1997, páginas 147-156;
Benjamín Rivaya, “Comunismo y compromiso intelectual: Wenceslao Roces”,
en Cuadernos de la fim número 14, Madrid, Fundación de
Investigaciones Marxistas, primer semestre de 2000, páginas 149-180. Disponible
en http://www.wenceslaoroces.org/arc/roces/trab/cciwr/index.htm
89 Según el propio testimonio
recogido por Ricardo Campa, Roces habría interrogado a don Miguel sobre su
interés por Marx:
“—Oiga, Don
Miguel, ¿y usted qué opina de Carlos Marx?—El Viejo contestó con estas
palabras, textuales:
—Ya me
tienen hasta los cojones con ese viejo barbón que no ha producido una sola
idea.
—Hombre, don
Miguel, si acaso ha hecho algo Marx es producir ideas.
—Pues a mí
no me lo parece.
—Me callé y
no le volví a referir el asunto”.
Ricardo
Campa, “Prólogo” a Carlos Marx, El capital. Crítica de la economía
política, México, fce, 2014, tomo I, libro I, página ix.
90 Francisco Caudet, Las
cenizas del fénix. La cultura española en los años treinta, Madrid, De la
Torre, 1993, página 129.
91 En la sobrecubierta de
contratapa de estos volúmenes se leía el programa de la Biblioteca
Carlos Marx: “En esta colección se reunirán, esmeradamente impresos, en
traducciones directas e impecables y magníficamente encuadernados, los libros
fundamentales de la teoría socialista y su aplicación a los problemas del día,
la historia, la doctrina y la polémica de los grandes caudillos del
proletariado internacional, la vida y la obra de los grandes pensadores
socialistas del campo marxista y de sus adversarios más importantes. La Biblioteca
Carlos Marx será una colección de obras de consulta indispensables
para cuantos quieran capacitarse seriamente frente a los problemas y las luchas
sociales de nuestros días”.
92 H. Duncker, A. Goldsmidt, y K.
A. Wittfogel (directores), Cursos de iniciación marxista. Primer curso.
Economía política, traducción de Wenceslao Roces, Madrid, Cenit, 1932-1933,
10 fascículos de 32 páginas cada uno, 320 páginas la obra completa; H. Duncker,
A. Goldsmidt, y K. A. Wittfogel (directores), Cursos de iniciación
marxista. Segundo curso. Historia del movimiento obrero internacional,
traducción de Wenceslao Roces, Madrid, Cenit, 1933-1934, 6 fascículos de 32
páginas cada uno, 192 páginas la obra completa.
93 Javier Garciadiego Dantán, “La
Casa de España, el Fondo de Cultura Económica y la profesionalización de la
economía”, en Boletín de la Institución Libre de Enseñanza número
91/92, Madrid, 2013, páginas 19-30; Javier Garciadiego, El Fondo, la
Casa y la introducción del pensamiento moderno en México, México, Fondo de
Cultura Económica, 2016, páginas 75-79.
94 Carlos Marx, Historia
crítica de la teoría de la plusvalía, México, fce, 1945-46, versión directa
y prólogo de Wenceslao Roces, 3 tomos, 293 + 575 + 446 páginas. Sección Obras
de economía, Las obras maestras. Se reeditó en 1956.
95 W. R., “Prólogo” a Carlos
Marx, Historia crítica de la teoría de la plusvalía, México, fce,
1945, tomo I, páginas ix-x. Roces traducirá nuevamente esta obra en 1980, sobre
la base de la edición del Instituto Marx-Engels-Lenin de Berlín: Karl
Marx, Theorien über den Mehrwert (vierter Band des Kapitals). Berlin,
Dietz Verlag / Institut für Marxismus-Leninismus beim ZK der SED, 1956, 1959,
1962, 3 volúmenes. Muchas
veces reeditadas como Band 26.1, 26.2 y 26.3 en las populares Marx
Engels Werke de Berlín. Dicho instituto se había basado en la edición
soviética en tres volúmenes (1950-1954), cuestionando severamente la versión de
Kautsky (“Prólogo del Instituto de Marxismo-Leninismo a esta nueva edición”, en
Carlos Marx, Teorías sobre la plusvalía. Tomo iv de El capital,
México, FCE, 1980, primer volumen, página 15. Traducción de Wenceslao Roces).
Esta nueva edición tenía además la particularidad que presentaba la Historia
crítica como el tomo IV de El capital. En esta nueva
edición se basaron las siguientes ediciones castellanas, si bien las dos
primeras fueron retraducidas del francés. Sólo las traducciones de Wenceslao
Roces y de Javier Pérez Royo fueron vertidas desde el original alemán, esta
última desde la nueva Mega:
Carlos
Marx, Historia crítica de la teoría de la plusvalía, Buenos Aires,
Cartago, 1975, 3 volúmenes (un tiraje aparte integra la edición de Obras
escogidas de Marx y Engels, Buenos Aires, Ciencias del Hombre, 1975,
volúmenes 10 a 12).
Carlos
Marx, Teorías de la plusvalía (Theorien über den Mehrwert), Madrid,
Alberto Corazón, 1974, 2 volúmenes. Serie Comunicación.
Carlos Marx, Teorías
sobre la plusvalía. Tomo IV de El Capital, México, FCE, 1980, 3
volúmenes. Traducción de Wenceslao Roces. Carlos Marx-Federico Engels,
obras fundamentales, 12 a 14. “Nota del traductor” (páginas 7-8) y
“Prólogo” del Instituto de Marxismo-Leninismo a esta nueva edición” (páginas
8-28).
Carlos
Marx, Teorías sobre la plusvalía, Barcelona, Grijalbo, 2 volúmenes,
1977, 1978, traducción de Javier Pérez Royo. OME, volúmenes 45 y 46.
96 Carlos Marx, El
capital. Crítica de la economía política, México, FCE, traducción de
Wenceslao Roces. Sección Obras de Economía. Tomo I, volumen I, 30 de abril de
1946, 587 páginas; tomo I, volumen II, 1 de agosto de 1946, págs. 603-1012;
tomo II, 30 de noviembre de 1946, 631 págs; tomo III, volumen I, 15 de febrero
de 1947, 605 págs; tomo III, volumen II, 31 de julio de 1947, págs 621-1184.
97 Datos proporcionados el 13 de
octubre de 2016 por el Archivo Central del Fondo de Cultura Económica de
México. Agradezco la amabilidad de su directora, María Antonieta Hernández Rojas
V. El Archivo Central no dispone en el expediente de El capital de
datos sobre el tiraje de la primera edición de 1946, ni de algunas
reimpresiones, de modo tal que los hemos estimado proyectando y promediando los
datos de otras ediciones. La cifra de 230 mil ejemplares corresponden al tomo
I. Las reimpresiones de los tomos II y III son considerablemente menores, de
donde se desprende que se vendían por separado.
98 Carlos Marx, El
capital. Crítica de la economía política, La Habana, Venceremos, 1965.
99 Jorge Semprún, Autobiografía
de Federico Sánchez, Barcelona, Planeta, 1995, página 132.
100 Carlos Marx, El
capital. Crítica de la economía política, tomo I, libro I. El proceso de
producción del capital, nueva versión del alemán por Wenceslao Roces; estudio
introductorio de Ignacio Perrotini; prólogo y cuidado de la edición de Ricardo
Campa. México, FCE, 2014, lviii + 1016 páginas, cuarta edición. Colección
Economía.
Categorías
Navegación
de entradas
TRADUCTORES
Y EDITORES DE LA “BIBLIA DEL PROLETARIADO” (2)
La suerte
de El capital en el mundo hispanoamericano
(SEGUNDA
PARTE)
La biblia
del proletariado
Traductores
y editores de El Capital
Para
entender el capital: La teoría económica de Marx
Capítulo II
pág. 20
Para
entender el capital: La teoría económica de Marx /Duncan K. Foley,; Traducido
por: Susana Marin de Rawlinson,
El capital
ResponderEliminarhttps://es.wikipedia.org/wiki/El_capital
[Libro] Felipe Martínez Marzoa: La filosofía de “El capital” 1983
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2018/09/libro-felipe-martinez-marzoa-la.html
http://www.abertzalekomunista.net/images/Liburu_PDF/Internacionales/Guerrero_Diego/Un-resumen-completo-de-El-capital-de-Marx-K.pdf
ResponderEliminarUn resumen completo de El capital de Marx: Diego Guerrero
https://historiaybiografias.com/resumen_elcapital.pdf
“Un resumen completo de El capital de Marx”: Diego Guerrero
https://marxismocritico.com/2011/10/19/un-resumen-completo-de-el-capital-de-marx/
Un resumen completo de El Capital de Marx
https://kmarx.files.wordpress.com/2009/09/un-resumen-completo-de-el-capital-de-marx.pdf
https://kmarx.wordpress.com/2009/09/27/un-resumen-completo-de-el-capital-de-marx/
Un resumen completo de El capital de Marx: Diego Guerrero
ResponderEliminarUN RESUMEN COMPLETO DE EL CAPITAL DE MARX
GUERRERO Diego
http://www.abertzalekomunista.net/es/biblioteca/internacionales/guerrero-diego/1135-un-resumen-completo-de-el-capital-de-marx