EL PROCESO DE REFORMAS POLÍTICAS NO HA
HECHO MÁS QUE EMPEZAR
STEFAN STEINBERG: 17 DE JUNIO DE 2013: LE GRAND SOIR
En un documento publicado a finales de mayo, el Banco de
Inversión estadounidense JP Morgan Chase reclama la derogación
de las Constituciones Democráticas burguesas, que se establecieron después de
la Segunda Guerra Mundial, en algunos países europeos y el establecimiento en
su lugar de Regímenes autoritarios.
El documento de
16 páginas ha sido realizado por el grupo Europa Economic Research de
JPMorgan y se titula “El ajuste de la Zona Euro, una tarea a medio
hacer”. El documento comienza señalando que la crisis de la zona euro
tiene dos facetas.
Se comienza
afirmando que las medidas financieras son necesarias para garantizar que las
principales empresas de Servicios de Inversión, como JP Morgan,
puedan seguir obteniendo enormes beneficios de sus actividades especulativas en
Europa. Después, los autores sostienen que son necesarias reformas políticas
destinadas a acabar con la oposición a las medidas impopulares de austeridad,
que son aplicadas en nombre de los Bancos.
El Informe
muestra su satisfacción por la aplicación en la Unión Europea de un cierto
número de mecanismos financieros que pretenden garantizar los intereses de la
Banca. A este respecto, el estudio subraya también la necesidad de una mayor
intervención por parte del Banco Central Europeo (BCE).
Desde el inicio
de la crisis financiera mundial en 2008, el BCE ha destinado miles de millones
de euros en favor de los Bancos para permitirles mejorar sus balances e iniciar
de nuevo sus actividades especulativas. A pesar de la presión creciente
procedente de los mercados financieros, el Presidente del Banco Central
Europeo, Mario Draghi, declaró que haría todo lo necesario para consolidar los
Bancos.
Para los
analistas de JP Morgan esto no es suficiente. Exigen por parte
del BCE una respuesta más espectacular ante la crisis.
Las críticas más
duras al documento están formuladas contra los Gobiernos nacionales, que
tardaron demasiado en aplicar las medidas autoritarias necesarias para imponer
la política de austeridad. Tal proceso de reforma política, dice el estudio, no
ha hecho más que empezar.
En los párrafos
finales del documento, los autores explican lo que entienden por reforma
política: “Al principio de la crisis creíamos que estos problemas heredados
del pasado se debían en gran parte al orden económico reinante; sin embargo, se
puso de manifiesto que hay problemas políticos que están profundamente
arraigados en los países de la periferia, que según nuestra opinión deben ser
cambiados si la Unión Monetaria se considera que debe seguir vigente”.
El Documento
detalla a continuación los problemas que existen en los sistemas políticos de
los países de la periferia: Grecia, España, Portugal e Italia. Estos países se
encuentran en el centro de la crisis de deuda en Europa.
Los autores
siguen diciendo: “Estos Sistemas Políticos vienen de una Dictadura
anterior y están definidos por estos Regímenes. Sus Constituciones tienden a
tener un fuerte sesgo socialista, reflejando la fuerza política que los
partidos de izquierda adquirieron después de la derrota del fascismo”.
“Los Sistemas
Políticos de los países de la periferia tienen unas características
comunes: unos dirigentes débiles; unos Estados centrales débiles en relación
con las distintas regiones; protección constitucional de los derechos de los
trabajadores; sistemas que buscan el consenso y se anima el clientelismo
político; el derecho a la protesta, permitido por el status quo político. Las
lagunas de esta herencia política han quedado al descubierto por la
crisis”. Cualesquiera que sean las inexactitudes históricas contenidas
en este análisis, no cabe sombra de duda de que los autores del Informe
de JP Morgan defiende que los Gobiernos instauren Regímenes
dictatoriales, con el fin de llevar a cabo la contrarrevolución social, que ya
lleva un buen camino recorrido en toda Europa.
En realidad, no
se puede hablar de nada socialista contenido en las Constituciones establecidas
durante el período de posguerra en Europa. Tales constituciones pretendían
garantizar el Régimen burgués, en una situación en la que el Sistema
Capitalista y sus agentes políticos habían visto comprometidas sus posiciones
por los crímenes de los regímenes fascistas y dictatoriales.
Las
constituciones de los Estados europeos, incluidas las de Italia, España, Grecia
y Portugal, han sido elaboradas y aplicadas en colaboración con los partidos
socialistas y comunistas de los respectivos países, partidos que han jugado un
papel clave en la desmovilización de la clase obrera, para así permitir a la
burguesía mantener su Régimen.
Al mismo tiempo,
la clase dirigente de Europa era consciente de que la Revolución Rusa era
fuente de inspiración para muchos trabajadores. Por lo tanto, se vieron
obligados a hacer una serie de concesiones a la clase obrera con el fin de
impedir una revolución, mediante la aprobación de protecciones sociales y
constitucionales, estableciéndose el derecho de manifestación, algo que le
gustaría a JP Morgan ver abolido.
En cierta
medida, las críticas del Informe del Banco con respecto a la falta de
autoritarismo de los Gobiernos europeos suena a algo hueco. Por todas partes de
Europa los Gobiernos han recurrido en repetidas ocasiones a medidas propias de
un Estado Policial para reprimir toda oposición en contra de sus políticas.
En Francia, En
España y en Grecia, se han aprobado decretos de urgencia y el ejército ha
intervenido para acabar con las huelgas. La Constitución de Grecia de 1975,
aprobada después de la caída de la Dictadura de los coroneles, no impidió al
Gobierno griego despedir a gran cantidad de funcionarios. Y en otros países
europeos, los partidos dirigentes están favoreciendo la aparición de partidos
neofascistas, como Amanecer Dorado en Grecia.
Pero esto no es
suficiente para la Banca JP Morgan. Con el fin de evitar una
revolución social, los analistas consideran como indispensable que los
Gobiernos capitalistas de Europa instauren lo más rápidamente posible regímenes
dictatoriales.
En la parte
final del documento, los autores desgranan una serie de argumentos por los que,
según ellos, de llegar a un fracaso de los Gobiernos europeos habría que
instaurar sistemas autoritarios:
1) El fracaso de
varios Gobiernos favorables a las reformas en Europa del Sur.
2) Falta de
apoyo al euro o a la propia Unión Europea.
3) La
ingobernabilidad de ciertos Estados miembros debido a que los costes sociales
(sobre todo el paro) sobrepasasen un cierto umbral.
Es la voz del
Capital Financiero la que habla. Hay que recordar que JP Morgan estuvo
implicado hasta las cejas en operaciones especulativas que arrasaron la vida de
millones de trabajadores de todo el mundo. En marzo de este mismo año, una
Comisión del Senado estadounidense hizo público un Informe de 300 páginas que
recogía las prácticas criminales y el fraude realizado por JP Morgan, uno de
los bancos más grandes de los Estados Unidos y el mayor agente de productos
derivados del mundo. A pesar de las revelaciones que se hacían en ese Informe,
no se ha ejercido ninguna acción contra elDirector General de Banco, Jamie
Dimon, que goza de la confianza personal del Presidente estadounidense.
Ahora este mismo
Banco se permite dar lecciones a los Gobiernos. Setenta años después de la toma
del poder por Hitler y los nazis en Alemania, cuyas consecuencias fueron
catastróficas para Europa y para el mundo, JP Morgan es el primero que reclama
medidas autoritarias para reprimir a la clase obrera y acabar con las
conquistas sociales.
Stefan Steinberg
(Artículo
original aparecido el 17 de junio de 2013)
Documentos adjuntos:
Una
relación de artículos que tiene el mismo contenido pero diferentes titulares
La Banca JP
Morgan a favor de instaurar Regímenes autoritarios en Europa
La
banca JP Morgan a favor de derogar constituciones democráticas burguesas e
instaurar regímenes autoritarios en Europa. Pero... ¿no lo son ya?
La alta burguesía recomienda abiertamente la instauración de
regímenes totalitarios en Europa. El fascismo llama a la puerta
Cita del libro de Rosa
Luxemburgo Reforma o revolución
Revolución social: es la transformación del
orden existente, última meta a la aspiramos.
La
lucha diaria por las reformas, por el mejoramiento de las condiciones de los
trabajadores dentro del sistema social y por las instituciones democráticas,
ofrece el único medio de tomar parte activa en la lucha de clases al lado del
proletariado y trabajar en dirección a su objetivo final.
La
conquista del poder político y la supresión del trabajo asalariado.
(La
lucha por las reformas sociales es su medio, la revolución social, su fin)
Bernstein
renuncia a la transformación social. Las reformas sociales (los medios de lucha
de clases) su fin.
“La
meta final, no importa cual sea, no significa nada; el movimiento lo es todo”
La meta
final del socialismo constituye el factor decisivo que distingue un partido
revolucionario de la democracia burguesa y del radicalismo burgués el factor
que transformar todo el movimiento obrero de vano esfuerzo para “apuntalar” el
capitalismo, en una lucha de clases contra el sistema, para suprimirlas la democracia se ha vuelto, a los ojos de
la burguesía, superflua y molesta, resulta, por el contrario, tanto más
indispensables y necesaria para la clase obrera. Es necesaria para la clase
obrera porque crea las formas políticas (administración autónoma, derechos
electorales, etcétera) que le servirán al proletariado de puntos de apoyo para
la tarea de transformación la sociedad burguesa. La democracia es indispensable
para la clase obrera, porque solo
mediante el ejercicio de sus derechos democráticos, en la lucha por la
democracia, puede el proletariado adquirir conciencia de sus intereses de clase
y de su tarea histórica. En síntesis, la democracia no es indispensable porque
hace superflua la conquista del poder político por el proletariado, sino porque
hace a esta conquista necesaria y posible.
La democracia socialista: comienza junto con la
demolición del dominio de clase y la
construcción del Socialismo. Comienza en el momento mismo de la toma del
poder por el partido socialista no es
otra cosa que la dictadura del proletariado.
Pero
esta dictadura consiste en el sistema de democracia, no en su abolición.
La
dictadura como un momento de transición político en el pasaje del modo de
producción capitalista al socialista, en el cual el proletariado se adueñará
del poder político, expropiará a los expropiadores, para comenzar la
construcción del socialismo.
Esta
dictadura debe ser obra de la clase y no de una pequeña minoría de dirigente en
nombre de la clase.
La
misión histórica del proletariado, una vez llegado al poder, es crear en lugar
de una democracia burguesa una democracia socialista y no abolir toda
democracia.
Cuando
se utiliza la palabra “ciudadano”
sin distinción para referirse tanto al burgués como al proletariado, queriendo,
con ello, referirse al hombre en general, identifica al hombre en general con
el burgués, y la sociedad humana con la sociedad burguesa.
“El pueblo trabajador” está compuesto por campesinos,
y no por proletariados.
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