domingo, 10 de julio de 2022

V. I. Lenin. Sesión del Comité Ejecutivo Central (CEC) de toda Rusia. 29 de abril de 1918. Sobre las tareas inmediatas del poder soviético. (Capitalismo de Estado)

 

 


Obras Completas, Tomo 36, (pág. 247-284)

 

 

                      Sesión del CEC de toda Rusia. 113

29 de abril de 1918

                                          Índice del documento

Las tareas inmediatas del poder soviético

Informe sobre las tareas inmediatas del poder soviético

Discurso de resumen de la discusión del informe sobre las tareas inmediatas del poder soviético.

 

 

Referencia de prensa  (de una parte del informe) publicada el 30 de abril de 1918 en "ezestia” núm. 8

Publicado, íntegramente por primera en 1920, en el libro "Actas de las sesiones del CEC  toda Rusia, 4 legislatura. Versión taquigráfica"

Se publica según el texto del libro copiado con la versión taquigrafiada y con el título folleto: .N. Lenin

(V. l. Uliánov). "Viejos artículos sobre temas cercanos a los nuevos,  Moscú, 1922

 

113 La sesión del CEO de toda Rusia del 29 de abril de 1918, a la que fueron invitados los activistas obreros de Moscú y muchos funcionarios del Partido y de los organismos de los Soviets, se celebró en el Museo Politécnico.-247.

 

                     Índice del contenido del documento

 

                                                          1

Informe sobre las tareas inmediatas del poder soviético

 

                                                        2

Discurso de resumen de la discusión del informe sobre las tareas inmediatas del poder soviético.

 

 

                                                          1

INFORME SOBRE LAS TAREAS INMEDIATAS DEL PODER SOVIETICO

 

Camaradas: Me veo obligado, en cuanto al informe, a plantear hoy la cuestión de modo un tanto inhabitual. El caso es que el presente informe es mi artículo sobre las tareas inmediatas del Poder soviético*, publicado el domingo en dos periódicos, y me permito suponer que la mayoría de los presentes lo conoce.

• Véase el presente volumen, págs. 169-214. -Ed. Las tareas inmediatas del Poder soviético

 

 

 

Por consiguiente, creo que no debo repetir aquí lo expuesto en el informe y que puedo limitarme a agregar y esclarecer algunas cosas. Me parece que la polémica será la forma más adecuada para tales aclaraciones, porque la cuestión de las tareas inmediatas que he tratado en esas tesis no es sino el desarrollo de la resolución aprobada el 15 de marzo por el Congreso Extraordinario de toda Rusia celebrado en Moscú, resolución que no se limitó al problema de la paz, el más candente entonces, sino que señaló también la principal tarea del momento actual, la tarea de organización, la tarea de la autodisciplina, de la lucha contra la desorganización**.

•• Véase el presente volumen, págs. 128-129. -Ed. (RESOLUCION SOBRE LA RATIFICACION DEL TRATADO DE BREST)

 

Y es en este terreno, a mi entender, donde se han configurado en el último tiempo y con bastante nitidez nuestras corrientes políticas o las líneas principales de nuestras corrientes políticas; por eso creo que la forma polémica es la que puede confirmar con mayor claridad lo que procuré exponer en forma positiva en el artículo sobre las tareas inmediatas.

 

Camaradas: Cuando examinen las corrientes políticas de la Rusia contemporánea, deberán ante todo -también en este caso, como siempre, para evitar errores de apreciaciones forzarse por examinar todas las corrientes políticas en su conjunto, pues sólo así, sólo en esas condiciones podemos evitar el peligro de equivocarnos al escoger ejemplos aislados. Desde luego, pueden encontrarse cuantos ejemplos se quiera para confirmar cualquier tesis. Pero la esencia del asunto no es esa. Sólo si examinamos estas corrientes en su conjunto, en su totalidad, podemos llegar a esclarecer la relación existente entre lo que ocurre con las corrientes políticas del país, tomadas en conjunto, y entre lo que ocurre con los intereses de clase, que siempre se manifiestan en las corrientes políticas importantes, serias y grandes.

Pues bien, al examinar las grandes corrientes políticas de Rusia, yo pienso que es incuestionable que se dividen de modo evidente e indudable en tres grandes grupos. En el primero tenemos a toda la burguesía, firme e íntimamente unida, como un solo hombre, en la más resuelta y, pudiéramos decir, la más frenética "oposición" al Poder soviético. Desde luego, en este caso el· término "oposición" sólo puede emplearse así, entre comillas, porque en realidad es una lucha frenética que en la actualidad ha llevado al  campo de la burguesía a los pequeños burgueses que estaban con A. Kerenski durante la revolución , es decir, los mencheviques, los de Nóvaya Zhiz y los eseristas de derecha,  quienes dejaban atrás incluso a la burguesía en cuanto a la furia de sus ataques contra nosotros, pues ya se sabe que, con frecuencia, la furia de los ataques y la intensidad de los ladridos son inversamente proporcionales a la fuerza del elemento político de donde proceden los ataques furiosos. (Aplausos.)

 

 

Toda la burguesía, todos sus acólitos y sus servidores, tipo V. Chernov y tipo I. Tsereteli, han unido sus furiosos ataques contra el Poder soviético. Todos ellos suspiran por la agradable perspectiva que sus amigos, sus correligionarios de Ucrania, han realizado, la de concluir una paz que les permita aplastar la influencia de los bolcheviques con el concurso de las bayonetas alemanas y de la burguesía del país. Esto se sabe demasiado bien. En el Cáucaso, Chjenkeli es un admirable ejemplo de amigos de este género. Todos y cada uno recuerda esto por los periódicos.

 

Es natural que el proletariado, que ha tomado el poder y comenzado a implantar la dictadura de los trabajadores, la dictadura de los pobres contra los explotadores, no pudiera encontrar otra cosa.

 

Por una parte tenemos un flanco, un frente de una unidad perfecta. Si algunas veces nos proponen soñar con un frente democrático único, yo, al menos, en las raras ocasiones en que tengo entre las manos periódicos burgueses, cm las raras oportunidades que se siente satisfacción en leer, aunque sea por encima, periódicos como Nash Vek, Delo Naroda, etc., siempre me pregunto: ¿qué más necesitan ustedes para la "unidad del frente democrático"?

 

Entre ellos, toda esa unidad del "frente democrático" es de lo más completa, y, nosotros sólo podemos regocijarnos de esa unidad, pues, por cuanto las migajas de este periodismo burgués llegan de vez en cuando a las masas, esto no es la unidad del frente democrático, sino la unidad de los ataques contra los bolcheviques. Y esta unidad del frente, desde P. Miliukov hasta  Y. Mártov, se merece que para el 1 ° de Mayo le entreguemos un diploma por la excelente propaganda en favor de los bolcheviques.

 

Camaradas: Si ustedes toman el otro campo, el campo contrario, hoy sólo verán en él a nuestro Partido, al Partido de los comunistas bolcheviques. Los acontecimientos han evolucionado de tal modo, que quienes fueron nuestros aliados durante la mayor parte del período posterior a octubre, es decir, los eseristas de izquierda, hoy renuncian a participar formalmente en el poder. Su último congreso puso de manifiesto las grandes vacilaciones de este partido 114, que ahora aparecen con más fuerza que nunca, y en la prensa este partido también manifiesta una completa confusión y una completa vacilación.

 

114 Se trata del II Congreso del partido de los eseristas de izquierda, realizado del 17 al 25 de abril de 1918 en Moscú. Al discutirse las tareas del partido en el momento actual se definieron dos corrientes. Una parte de los delegados, encabezada por B. D. Kamkov, defendió la labor realizada por el CC para impedir la firma del Tratado de Brest y consideró justo que los eseristas de izquierda se hubieran negado a participar en el trabajo de los organismos centrales del Poder soviético por cuanto el IV Congreso Extraordinario de los Soviets de toda Rusia había ratificado el Tratado de Brest. Otra parte, encabezada por M. A. Spiridónova, criticó al CC, acusándolo de "izquierdismo" extremo, e insistió en que los eseristas de izquierda debían participar en el Gobierno soviético a fin de llevar a la práctica el programa agrario eserista. Después de acaloradas discusiones, el congreso adoptó una resolución ambigua: aprobó la posición del CC en el problema de la Paz de Brest y la salida de los eseristas de izquierda del Consejo de Comisarios del Pueblo, propugnando al propio tiempo su participación en los organismos centrales y locales de poder para "rectificar la línea general de la política soviética". -251

 

Rosa Luxemburgo. La tragedia rusa (la capitulación del proletariado revolucionario ruso al militarismo alemán) con la firma del Tratado Brest-Litovsk de 3 de febrero de 1918).

 

http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/06/rosa-luxemburgo-la-tragedia-rusa-la.html

 

Tratado de Brest-Litovsk de 1918. Frenazo a la Revolución rusa. (Del Comunismo de guerra a la Nueva Política Económica o capitalismo de Estado)

http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/07/tratado-de-brest-litovsk-de-1918.html

 

 

 

Si ustedes decidieran trazar un gráfico que muestre la actitud adoptada por este partido desde febrero de 1917 -por supuesto, antes de la escisión de los eseristas en una ala izquierda y una ala derecha-, un gráfico que muestre, mes a mes, qué posiciones adoptaba este partido, las del proletariado o las de la burguesía, si ustedes trazaran tal gráfico en el curso de un año, obtendrían algo así como un cuadro clínico de algún enfermo, que haría pensar a todos los que lo viesen: en un caso de fiebre asombrosa, de fiebre asombrosamente tenaz!

 

En efecto, es improbable que algún otro partido en la historia de la revolución haya tenido vacilaciones tan constantes y tan ininterrumpidas.

 

Pues bien, si tomamos estas tres corrientes fundamentales y las examinamos, comprenderemos que tal agrupación no es casual, que confirma plenamente lo que nosotros, los bolcheviques, indicábamos ya en 1915, desde el extranjero, cuando comenzaron a llegar las primeras noticias de que en Rusia crecía la revolución, que ésta era inevitable, y cuando debíamos responder a las preguntas de cuál sería la situación del Partido si los acontecimientos lo llevaran al poder antes del fin de la guerra. Entonces teníamos que decir: es posible que la revolución llegue a obtener una victoria decisiva, esto es posible desde el punto de vista de clase, si los elementos dirigentes de la pequeña burguesía e inclinan hacia el lado del proletariado en los momentos decisivos, en los puntos decisivos*; y sucedió exactamente así; así se desarrolló y se desarrolla en este momento la historia de la revolución rusa. Por supuesto, estas vacilaciones de los elementos pequeñoburgueses no deben darnos el menor motivo para el pesimismo , sin hablar ya de desesperación: es comprensible que en un país que se pronunció contra la guerra imperialista antes que los demás, en un país atrasado al que, en gran medida debido a ese atraso, los acontecimientos colocaron -por poco tiempo y en cuestiones parciales, por supuesto- delante de otros países más avanzados, ·en tal país la revolución estará condenada a soportar los momentos difíciles, más duro v en un futuro inmediato los más amargos. Sería absolutamente ilógico que en tales momentos pudiera conservar su frente y sus aliados sin que surgieran vacilantes; eso significaría no tomar en cuenta en absoluto el carácter de clase de la revolución la naturaleza de los partidos y de los grupos políticos.

 

* Véase O.C., T. 27, pág. 53. -Ed. (Algunas tesis de la redacción  pág.51-54)

 

Pues bien, si examinamos la suma de las corrientes políticas de Rusia desde el punto de vista de las tareas inmediatas, desde el punto de vista de cómo se nos plantean tareas  inmediatas y primordiales, las de organización, disciplina, contabilidad y control, veremos que en el campo t del "frente democrático único", que abarca desde Miliukov hasta Mártov, no hay la menor tentativa de hacer una apreciación verdadera de estas tareas. No la hay, y no puede haberla, porque sólo hay un anhelo maligno -y cuanto más maligno es, más nos honra- de encontrar cualquier posibilidad, cualquier indicio, cualquier ilusión del derrocamiento del Poder soviético, y nada más. Por desgracia, justamente los representantes del partido de los eseristas de izquierda -a pesar de la enorme fidelidad a la revolución revelada por muchos miembros de ese partido, que han mostrado siempre gran iniciativa y energía- son los que han manifestado más vacilación a propósito de las tareas inmediatas concernientes a la disciplina, la contabilidad, la organización y el control proletarios, es decir, las tareas que para los socialistas se convirtieron en naturales una vez conquistado el poder Y rechazados los ataques militares, tanto de los Kerenski Y Krasnov como de los Kornílov, Gueguechkori y Alexéev.

 

Hoy, cuando por vez primera hemos llegado a la médula misma del curso de la revolución, se trata de saber si triunfarán la disciplina y la organización proletarias o triunfará el elemento de los propietarios pequeñoburgueses, que en Rusia es particularmente fuerte

 

Para nuestros adversarios del campo pequeñoburgués el teatro principal de la lucha contra nosotros es el de la política interior y la construcción económica; su arma, el sabotaje de todo lo que el proletariado decreta y se es fuerza por realizar en la organización de la economía socialista. En este punto, el elemento pequeñoburgués -el elemento de los pequeños propietarios y del egoísmo desenfrenado- actúa como enemigo resuelto del proletariado.

 

Y en esta curva descrita por la pequeña burguesía a lo largo de todos los acontecimientos de la revolución, vernos que se aparta de nosotros del modo más brusco; es natural que aquí, en este campo, encontremos la principal oposición, en el sentido más  estricto de la palabra, a las tareas inmediatas y corrientes del momento; se trata de la oposición de personas que no rechazan en principio un acuerdo con nosotros, que nos apoyan en_ problemas más esenciales que aquellos sobre los que nos critican, es una oposición combinada con el apoyo.

 

No nos sorprende encontrar en la prensa de los eseristas de izquierda declaraciones como las que encontré en Znamia Trudá 115 del 25 de abril. Veamos lo que dice: "Los bolcheviques de derecha son ratificadores" (mote terriblemente despectivo). ¿Qué pasaría si aplicáramos el mote inverso apropiado para los guerreristas? ¿Produciría una impresión menos horrible? Bien; si encontramos corrientes de este género en el bolchevismo, eso es una indicación .de algo. Justamente el 25 de abril leí en un periódico cierta tesis que nos caracterizaba políticamente. Después de leerla, pensé que en todo eso seguramente estaba la mano de algún redactor del periódico de los "comunistas de izquierda", Kommunist, o de su revista 116, por la mucha semejanza de los puntos de vista; pero sufrí una decepción: resultó que era la tesis de Isuv publicada en el periódico 117 • (Risas, aplausos.)

 

115 "Znamia Trudá" (La Bandera del Trabajo): diario; órgano del Comité de Petrogrado del partido de los eseristas; apareció por primera vez el 23 de agosto (5 de septiembre) de 1917. Después del I Congreso de toda Rusia del partido de los eseristas de izquierda, a partir del núm. 105, correspondiente al 28 de diciembre de 1917 (10 de enero de 1918), pasó a ser órgano central de ese partido. Fue clausurado en julio de 1918, durante la sublevación.de los eseristas de izquierda.-254.

 

116 Se refiere a la revista semanal Kommunist (El Comunista), órgano fraccionista del grupo antipartido de los "comunistas de izquierda"; se publicó en Moscú desde el 20 de abril de 1918 como órgano del Buró Regional de Moscú del PC(b) de Rusia, donde en esas fechas predominaba la influencia de los "comunistas de izquierda". El último número, el cuarto, apareció en junio del mismo año como órgano de ese grupo, ya que después de la conferencia regional celebrada en mayo, que aprobó las Tesis sobre la situación política actual de Lenin (véase el presente volumen, Tesis sobre la situación política actual   págs. 332-336), el Buró Regional de Moscú retiró su firma de la revista.-254.

Kommunist  https://es.wikipedia.org/wiki/Kommunist

 

https://www.marxists.org/francais/lenin/works/1918/05/vil19180505.htm

 

V. I. Lenin. Acerca del infantilismo "izquierdista" y del espíritu pequeñoburgués

Escrito: El 5 de mayo de 1918.

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1918/mayo/05.htm

 

Enciclopedia marxista en inglés https://www.marxists.org/glossary/index.htm

 

Kommunist

https://www.marxists.org/glossary/periodicals/k/o.htm#kommunist

                                              Kommunist  1918

Kommunist era la revista de los "comunistas proletarios" o fracción comunista de izquierda del Partido Bolchevique en la primavera de 1918. Tuvo 11 ediciones en Petrogrado y otras 4 en Moscú antes de dejar de publicarse en junio de 1918. Los colaboradores de Kommunist vinieron juntos en gran parte por dos cuestiones. Consideraron la firma del Tratado de Brest-Litovsk en marzo de 1918 como un error que haría retroceder la revolución mundial y temían que Rusia se encaminara hacia una nueva forma de capitalismo, el capitalismo de Estado. (Ver más en Glosario de Publicaciones Periódicas).

 

https://www.marxists.org/history/ussr/publications/kommunist/index.htm

 

117  "Vperiod'': véase la nota 84.

Se trata del tercer punto de las tesis aprobadas a propuesta de l. A. Isuv por el pleno del Comité Regional de Moscú de los socialdemócratas mencheviques (se realizó en abril de 1918). Lenin analiza estas tesis en su artículo Acerca del infantilismo "izquierdista “y del espíritu pequeñoburgués (véase el presente volumen, pág. 318). - 254.

 

V. I. Lenin. Acerca del infantilismo "izquierdista" y del espíritu pequeñoburgués. 1918   http://eljanoandaluz.blogspot.com/2018/11/v-i-lenin-acerca-del-infantilismo.html

 

Pues bien, camaradas, cuando observamos fenómenos políticos como la solidaridad de Znq.mia Trudá con una corriente particular del bolchevismo o con ciertas tesis mencheviques formuladas por ese mismo partido que sostuvo la política de alianza con Kerenski, por ese mismo partido en el cual Tsereteli concertó un acuerdo con la burguesía, cuando somos objeto de ataques exactamente iguales a los procedentes del grupo de los "comunistas de izquierda" y de la nueva revista, es porque hay algo no marcha. Ahí hay algo que esclarece el verdadero significado de esos ataques; y vale la pena prestar atención a esos ataques, aunque sólo sea porque nos brindan la ocasión de valorar las tareas principales del Poder soviético al discutir con personas con las que es interesante discutir porque lo hacemos sobre la base de la teoría marxista, tomamos en cuenta la significación de los acontecimientos de la revolución y hay deseo verdadero de llegar a la verdad. Aquí, el terreno fundamental para un verdadero debate lo dan la fidelidad al socialismo y la decisión incuestionable de colocarse del lado del proletariado, contra la burguesía, sean cuales fueren los errores que, en opinión de determinadas personas, grupos o corrientes, pudiera cometer el proletariado en su lucha contra la burguesía.

 

Cuando digo que es interesante discutir con esas personas, no me refiero, por supuesto, a la polémica, sino a que se trata de la discusión del problema esencial, capital, del momento actual. No es casual que las discusiones se efectúen en este terreno y no en otro, porque es en él donde hoy está, objetivamente, la tarea cardinal, la tarea de la lucha revolucionaria del proletariado, dictada por las actuales condiciones de Rusia y que · debe ser realizada por todos los medios, en presencia de numerosas Y diversas corrientes pequeñoburguesas, siendo necesario que el proletariado se diga a sí mismo que en este punto no puede hacer concesión alguna, por cuanto la revolución socialista, que comenzó quitando el poder a la burguesía y prosiguió aplastando toda resistencia de la burguesía, plantea firmemente en primer plano las cuestiones de la disciplina proletaria y de la organización de los trabajadores, la capacidad para abordar el trabajo con un riguroso espíritu práctico y conocimiento de los intereses de la gran industria. El proletariado debe resolver estos problemas en la práctica, pues en caso contrario sufrirá una derrota. Aquí reside la principal, la verdadera dificultad de la revolución socialista. Precisamente por eso es tan interesante, tan importante, en: el sentido histórico y político de la palabra, discutir con los representantes del grupo de los "comunistas de izquierda", a pesar de que, examinando su tesis y su teoría, no vemos en ella, lo repito -y lo demostraré en seguida-, absolutamente nada, salvo las mismas vacilaciones pequeñoburguesas. Los camaradas del grupo de los "comunistas de izquierda", se llamen como se llamen, golpean, ante todo, sus -propias tesis. Supongo que la inmensa mayoría de los aquí reunidos conoce sus ideas, pues hemos discutido su esencia en los círculos bolcheviques, desde principios de marzo, y quienes no se interesaban por la gran literatura política deben conocerlas, pues las habrán discutido a raíz de los debates que se desarrollaron en el último Congreso de los Soviets de toda Rusia.

 

Pues bien, en sus tesis nosotros vemos ante todo lo mismo que vemos ahora en todo el partido de los eseristas, lo mismo que vemos ahora en el campo de la derecha y en el campo de la burguesía, desde P. Miliukov hasta Y. Mártov, a quienes las dificultades de la actual situación de Rusia les resultan especialmente penosas desde el punto de vista de la pérdida de su posición de gran potencia, desde el punto de vista de su transformación de antigua nación, de Estado opresor en país oprimido, desde el punto de vista de decidir, no en el papel sino en la práctica, si las dificultades del camino hacia el socialismo, las dificultades de la revolución socialista iniciada merecen que el país soporte las más duras situaciones en el sentido de su existencia como Estado, en el sentido de su independencia nacional.

 

En este punto está la división más profunda entre los que consideran que esa soberanía e independencia estatales que para toda la burguesía constituye el ideal y el límite, su sanctasanctórum, es un límite infranqueable, y que atentar contra él es negar el socialismo, y quienes dicen que en la época de una furiosa matanza imperialista por el reparto del mundo la revolución socialista no puede hacerse sin los más duros reveses de muchas naciones, antes consideradas opresoras. Y que, por duro que esto sea para la humanidad, los socialistas, los socialistas conscientes aceptan todas esas pruebas.

 

En este terreno, el más inadmisible, es donde más vacilaron los eseristas de izquierda, y precisamente en este terreno vemos más vacilaciones en los "comunistas de izquierda".

 

Ahora, en sus tesis que, como sabemos, discutieron con nosotros el 4 de abril 118 y publicaron el 20 de abril, vuelven a insistir sobre el problema de la paz.

 

Dedican la mayor atención a valorar el problema de la paz y con ello se esfuerzan por demostrar que la paz es una manifestación de la mentalidad de unas masas cansadas y desclasadas.

 

Sus argumentos son de lo más ridículos cuando mencionan sus cifras de 12 votos en contra y 28 en favor de la firma de la paz 119 • Pero si se trata de reunir cifras y se recuerda una votación de mes y medio atrás, ¿no deberían tomarse también cifras más recientes? Si se confiere importancia política a esa votación, ¿no habría que recordar también la votación del Congreso de los Soviets de toda Ucrania 120 antes de decir que el sano sur estaba contra la paz mientras que el cansado, desclasado e industrialmente debilitado norte estaba por la paz? ¿No convendría recordar la votación de la mayoría del grupo del Congreso de los Soviets de toda Rusia, en el que ni siquiera una décima parte votó contra la paz? Si se mencionan cifras y se les atribuye importancia política, hay que tomar la votación política en conjunto, y entonces advertirán de inmediato que los partidos que aprendieron de memoria ciertas consignas e hicieron de ellas un fetiche resultaron estar con la pequeña burguesía, y ·que la masa de los trabajadores y explotados, la masa de los obreros, soldados y campesinos, no rechazaba la paz.

 

Notas

118 Las Tesis sobre la situación actual de los "comunistas de izquierda" se discutieron en la reunión conjunta de los miembros del CC del Partido y el grupo de los "comunistas de izquierda", el 4 de abril de 1918. Lenin hizo un análisis detallado y la crítica de esas tesis en su artículo Acerca del infantilismo "izquierdista" y del espíritu pequeñoburgués (véase el presente volumen, págs. 291-324).-257.

 

V. I. Lenin. Acerca del infantilismo "izquierdista" y del espíritu pequeñoburgués. 1918   http://eljanoandaluz.blogspot.com/2018/11/v-i-lenin-acerca-del-infantilismo.html

 

 

119   Se alude a la votación sobre la ratificación del tratado de paz en el VII Congreso Extraordinario del PC(b) de Rusia. Falseando los hechos, los "comunistas de izquierda" mencionaron la cantidad de votos por la concertación de la paz según la votación previa de las dos resoluciones, es decir, la resolución de Lenin y la de los "comunistas de izquierda" (la primera obtuvo 28 votos, la segunda sólo 9 y fue rechazada inmediatamente), y daban la cantidad de votos contra la firma del tratado de paz según los resultados de la votación definitiva de la resolución de Lenin solamente (30 a favor, 12 en contra y 4 abstenciones). -257

 

120  El Segundo Congreso de los Soviets de toda Ucrania tuvo lugar en Ekaterinoslav (hoy, Dnepropetrovsk) del 17 al 19 de marzo de 1918. Asistieron 964 delegados; de ellos, 428 bolcheviques, 414 eseristas de izquierda, 82 sin partido y 40 de otros grupos. Los bolcheviques tuvieron que librar una lucha tenaz no sólo contra los eseristas de izquierda y los nacionalistas burgueses, sino también contra los "comunistas de izquierda", que presentaron la propuesta escisionista de condenar La firma de la Paz de .Brest por el Gobierno soviético. Empero el grupo bolchevique, encabezado por Y. B. Gamárnik y F. A. Serguéev (Artiom), logró que el Congreso aprobara la resolución del IV Congreso de los Soviets de toda Rusia sobre la ratificación del tratado de paz con Alemania.

 

En la resolución Sobre la situación política, el Congreso expresó la voluntad del pueblo ucranio y declaró que las masas trabajadoras de Ucrania, junto con los obreros y los campesinos de Rusia y otras repúblicas, lucharían decididamente por el Poder soviético. Habida cuenta de la situación creada con la Paz de Brest, el Congreso declaró a Ucrania República Soviética autónoma y exhortó a sus trabajadores a librar una guerra sin cuartel contra los invasores austro-alemanes y la Rada Central, y subrayó -al propio tiempo que el tratado de paz impuesto por la Alemania imperialista a la Rusia Soviética interrumpía sólo de manera formal la vinculación federativa de Ucrania con Rusia y que sus relaciones con la RSFSR seguirían, en esencia, como antes. -25 7.

 

 

Y el que hoy, cuando se critica esta posición favorable a la paz, nos digan que eso ha sido obra de las masas cansadas y desclasadas -cuando vemos claramente que quien se oponía a la paz era precisamente la intelectualidad desclasada-, y nos ofrecen la apreciación de los acontecimientos que leo en los periódicos, este hecho nos muestra que en el problema de la concertación de la paz toda la razón estaba de parte de la mayoría de nuestro Partido; y hemos firmado la paz, a pesar de que nos decían que el juego no merecía la pena, que todos los imperialistas se habían aliado ya contra nosotros, que nos estrangularían de todos modos, nos cubrirían de vergüenza, etc. Esa paz no sólo les parecía deshonrosa, sino también inútil. Nos decían que no conseguiríamos tregua alguna. Y nosotros respondíamos que no podíamos saber cómo se desarrollarían las relaciones internacionales, pero sí sabíamos que nuestros enemigos imperialistas se estaban peleando entre sí. Los acontecimientos nos dieron la razón, y así lo reconoció el grupo de los comunistas de izquierda, adversarios nuestros en cuestiones ideológicas y de principio, pero que, en términos generales, adoptan el punto de vista del comunismo.

 

Esta sola frase constituye un reconocimiento total de la justedad de nuestra táctica y una condenación absoluta de las vacilaciones en torno al problema de la paz que más contribuyeron a separar de nosotros a una determinada ala de nuestros partidarios, como también a toda el ala agrupada en el partido de los eseristas de izquierda y a la que existía y existe en nuestro Partido y ahí permanecerá, podemos decirlo con toda certidumbre, y que en sus vacilaciones revela con particular evidencia del origen de las mismas. Sí, la paz que hemos logrado es sumamente inestable, la tregua conseguida puede ser rota en cualquier momento, tanto desde el Oeste como desde el Este, de esto no hay duda alguna; nuestra situación internacional es tan crítica que debemos poner en tensión todas las fuerzas para resistir el mayor tiempo posible, mientras madura la revolución en Occidente, que madura con mucha más lentitud de lo que esperábamos y deseábamos, pero que indudablemente madura, absorbe y acumula cada vez más material inflamable.

 

 

Si nosotros, como destacamento del proletariado mundial, hemos sido los primeros en avanzar, no es porque nuestro destacamento esté más sólidamente organizado. No, está, organizado peor, más débilmente que los otros, pero sería el colmo de la insensatez y de la pedantería razonar como lo hacen muchos., diciendo: si hubiera comenzado el destacamento mejor organizado, lo hubiese seguido otro menos organizado y luego otro con menor grado de organización, entonces gustosamente seríamos secuaces de la revolución socialista. Pero como las cosas no ocurrieron según está escrito en los libros, como los otros destacamentos no apoyaron al destacamento de vanguardia, nuestra revolución está condenada a perecer. Nosotros decimos: no, nuestra tarea consiste en modificar la organización general; nuestra tarea, puesto que estamos solos, consiste en sostener la revolución, en conservarle al menos una fortaleza del socialismo, por débil y pequeña que ésta sea, hasta que la revolución madure en otros países, hasta que lleguen los otros destacamentos. Pero esperar de la historia que ponga en movimiento los destacamentos socialistas de los diversos países en un orden riguroso, por etapas estrictamente establecidas, significa no tener noción, alguna de la revolución o negar, por necedad, el apoyo a la revolución socialista.

 

Desde el momento que hemos comprendido y demostrado que tenemos una posición sólida en Rusia y que no tenemos fuerzas para combatir al imperialismo internacional, nuestra tarea es una sola, nuestra táctica se define como una táctica de maniobrar, esperar y replegarse. Sé muy bien que estas palabras no pueden pretender ser populares, que si se las presenta en una forma apropiada y se las asocia con la palabra "coalición", se abre con ello el más ancho camino para comparaciones agudas, para todo género de reproches y sarcasmos; pero por mucho que afinen la puntería de su ingenio, nuestros enemigos de la derecha -los burgueses-, nuestros amigos de ayer de la izquierda -los eseristas de izquierda- y, estoy seguro, nuestros amigos de ayer,, de hoy y de mañana -los "comunistas de izquierda"-, por muchas pruebas que den de sus vacilaciones pequeñoburguesas, no podrán desmentir estos hechos. Los acontecimientos nos han dado la razón, hemos conseguido una tregua sólo porque en Occidente continúa la masacre imperialista, y en el Extremo Oriente la rivalidad imperialista se extiende cada vez más; sólo a eso se debe la existencia de la República Soviética, por ahora la cuerdecita más débil, a la que nos aferramos en esta situación política. Por supuesto, no es el papel ni el tratado de paz lo que nos defenderá, ni la circunstancia de que no queremos hacer la guerra a Japón, país que saquea sin importarle tratado o formalidad alguna; por supuesto, no es el tratado de papel o el "estado de paz" lo que nos defenderá, sino la continuación de la pugna entre los dos "gigantes" imperialistas en Occidente y nuestro aguante. No hemos olvidado la fundamental enseñanza marxista, confirmada de manera tan evidente por la revolución rusa: es necesario calcular las fuerzas sobre la base de decenas de millones de hombres; una fuerza menor no cuenta en política, es rechazada como magnitud despreciable. Si consideramos la revolución internacional desde este ángulo, todo estará clarísimo: un país atrasado puede comenzar fácilmente, porque su adversario está podrido, porque su burguesía no está organizada, pero para continuar necesita cien mil veces más circunspección, prudencia y aguante. En Europa Occidental sucederá de otro modo, allí es muchísimo más difícil comenzar, pero será inconmensurablemente más fácil continuar. No puede ser de otro modo, porque allí el grado de organización y cohesión del proletariado es incomparablemente mayor. Pero mientras estemos solos debemos decirnos, calculando las fuerzas: mientras llega la revolución europea, que nos allanará las dificultades, nuestra única posibilidad es que continúe la lucha entre los gigantes imperialistas internacionales; hemos aquilatado bien esta posibilidad, la conservamos ya varias semanas, pero puede quebrarse mañana. De aquí se infiere que en nuestra política exterior debemos proseguir lo que iniciamos en marzo, que se formula con las palabras: maniobrar, replegarse, esperar. Cuando el mencionado Kommunist de izquierda usa las palabras "política exterior activa", cuando pone la expresión defensa de la patria socialista entre comillas, para ironizar, yo me digo: esta gente no ha entendido nada en absoluto de la situación del proletariado occidental. Se dicen "comunistas de izquierda", pero se desvían hacia el punto de vista de la vacilante pequeña burguesía, que en la revolución ve la garantía de un orden peculiar. Las relaciones internacionales revelan muy claramente que el ruso que se hubiera propuesto derrotar al imperialismo internacional con las fuerzas rusas, sería un demente. Y mientras allí, en Occidente, madura la revolución, que hoy madura más rápidamente que ayer, nuestra tarea es sólo ésta: nosotros, el destacamento que, pese a su debilidad, se encuentra hoy en la vanguardia, debemos hacerlo todo, aprovechar toda posibilidad para retener las posiciones conquistadas. Todas las demás consideraciones deben supeditarse a ésta: aprovechar plenamente toda posibilidad para diferir varias semanas el momento en que el imperialismo internacional se una contra nosotros; si procedemos así, marcharemos por un camino que todo obrero consciente de los países europeos aprobará, pues sabe todo lo que nosotros hemos aprendido sólo desde 1905, y que Francia e Inglaterra han tardado siglos en aprender: sabe cuán lentamente avanza la revolución en la libre sociedad de la burguesía unida, sabe que contra tales fuerzas será necesario poner en movimiento un buró de agitación que realice la propaganda en el verdadero sentido de la palabra, cuando estemos junto con el proletariado insurrecto alemán, francés, inglés. Mientras tanto, por triste que esto sea, por mucho que repugne a las tradiciones revolucionarias, la única y sola táctica es: esperar, maniobrar y replegarse.

 

Y cuando dicen que no tenemos una política internacional exterior, yo digo: cualquier otra política se presta, consciente o inconscientemente, a desempeñar un papel de provocación y convertir a Rusia en instrumento de la alianza con los imperialistas del tipo Chjenkeli o del tipo Semiónov.

 

 Y nosotros decimos: mejor es sufrir y soportar, padecer humillaciones y dificultades nacionales y estatales infinitamente mayores, pero mantenernos en nuestro puesto, como un destacamento socialista separado del ejército socialista por la fuerza de los acontecimientos y obligado a esperar hasta que la revolución socialista en otros países acuda en nuestra ayuda. Y acude en nuestra ayuda. Despacio, pero acude. Y la guerra que se libra ahora en Occidente, revoluciona a las masas más que antes y aproxima la hora de la insurrección.

 

La propaganda que se ha hecho hasta el presente mostraba que la guerra imperialista es la más criminal y reaccionaria de las guerras de conquista. Pero hoy se confirma que en el Frente del Oeste, donde cientos de miles y millones de soldados franceses y alemanes participan en la matanza, la revolución no puede dejar de madurar más rápidamente que antes, aunque madura con mayor lentitud de lo que esperábamos.

 

Me he detenido más de lo que hubiera querido en el problema de la política exterior, pero me parece que es aquí, en el problema de la política exterior, donde se perfilan netamente, dicho con propiedad, las dos líneas fundamentales; la proletaria, que dice que la revolución socialista es lo más preciado y debe anteponerse a todo, y que debemos tener en cuenta que un día u otro puede estallar en Occidente; la otra línea, la burguesa, dice que la posición de gran potencia del Estado y la independencia nacional son lo más preciado y deben anteponerse a todo.

 

 

Esa misma actitud en cuanto a los problemas internos la vemos en el grupo de los "comunistas de izquierda", quienes repiten los principales argumentos que se emplean contra nosotros desde el campo de la burguesía. Por ejemplo, el argumento fundamental utilizado contra nosotros por el grupo de los "comunistas de izquierda" es que se observa una desviación bolchevique de derecha que hace correr a la revolución el riesgo de evolucionar hacia el capitalismo de Estado.

 

 

La evolución hacia el capitalismo de Estado: este es el mal, este es el enemigo al que se nos invita a combatir.

 

Pues bien, cuando leo esas referencias a semejante enemigo en el periódico de los "comunistas de izquierda", yo, pregunto: ¿qué ha ocurrido con esta gente, cómo es posible, que retazos de un libro hayan podido hacerles olvidar la realidad? La realidad nos dice que el capitalismo de Estado daría para nosotros un paso adelante. Si nosotros pudiéramos realizar el capitalismo de Estado en Rusia en poco tiempo, eso sería una victoria. ¿Cómo han podido dejar de ver que el pequeño propietario, el pequeño capital es nuestro enemigo? ¿Cómo han podido ver en el capitalismo de Estado nuestro principal enemigo? No deben olvidar que, al pasar del capitalismo al socialismo, nuestro principal enemigo es la pequeña burguesía, sus hábitos, sus costumbres, su situación económica. Lo que más teme el pequeño propietario es el capitalismo de Estado, porque tiene un solo deseo: sacar la mayor tajada posible, arruinar, aniquilar a los grandes terratenientes, a los grandes explotadores. Y en este terreno, el pequeño propietario nos apoya con gusto.

 

Aquí es más revolucionario que los obreros, porque está más enfurecido, más indignado, y por eso, cuando se trata de aplastar a la burguesía, marcha de buen grado, pero no como lo hace un socialista para, una vez aplastada la resistencia de la burguesía, comenzar a construir la economía socialista sobre la base de una disciplina laboral firme, en un marco de rigurosa organización y aplicando acertadamente el control Y la contabilidad, sino para sacar la mayor tajada posible, para aprovecharse de los frutos de la victoria, sin importarle lo más mínimo los intereses de todo el Estado ni los de las clases trabajadoras en general.

 

¿Qué significa el capitalismo de Estado bajo el Poder soviético? En la actualidad, establecer el capitalismo de Estado significa aplicar la contabilidad y el control que aplicaban las clases capitalistas. Alemania es un modelo de capitalismo de Estado. Sabemos que este país nos ha superado. Pero si ustedes reflexionan un poco sobre lo que significaría lograr las bases de tal capitalismo de Estado en Rusia, en la Rusia Soviética, toda persona que esté en su sano juicio y no se haya atiborrado la cabeza con retazos de verdades librescas, deberá \ decir que el capitalismo de Estado sería nuestra salvación.

 

He dicho que el capitalismo de Estado sería nuestra salvación; si lo tuviéramos en Rusia, la transición al socialismo total sería fácil, estaría en nuestras manos, porque el capitalismo de Estado es algo centralizado, calculado, controlado y socializado, y esto es precisamente lo que nos falta; nos amenaza el elemento de relajación pequeñoburguesa, el más preparado por la historia de Rusia y por su economía y que nos impide precisamente dar este paso del cual depende el éxito del socialismo. Me permitiré recordarles que estas palabras mías sobre el capitalismo de Estado fueron escritas un tiempo antes de la revolución, y sería un absurdo enorme tratar de asustarnos con el capitalismo de Estado. Les recordaré que en aquel entonces escribí en mi folleto La catástrofe que nos amenaza *... (Lee.)

 

* Véase O.C., T. 34, págs. 157-206. -Ed. (La catástrofe que nos amenaza y como combatirla)

 

Lo que yo escribí se refería a un Estado democrático revolucionario, al Estado de Kerenski, Chernov, Tsereteli, Kishkín y cofradía, a un Estado instalado en el terreno burgués y que no abandonaba ese terreno ni podía abandonarlo; escribí entonces que el capitalismo de Estado es un paso hacia el socialismo; escribí esto en septiembre de 1917, y ahora, en abril de 1918 - después que el proletariado tomó el poder en octubre, cuando ha demostrado su capacidad: confiscó muchas fábricas, nacionalizó empresas y bancos, 1 aplastó la resistencia armada de la burguesía y los saboteadores-, tratar de asustarnos con el capitalismo de Estado resulta tan rematadamente absurdo y funambulesco, que uno no puede menos que asombrarse y preguntarse: ¿cómo hay gente que ha podido llegar a eso? Han olvidado un pequeño detalle: en Rusia tenemos un montón de pequeños burgueses que ven con simpatía la supresión de la gran burguesía de todos los países, pero no ven con simpatía la contabilidad, la socialización y el control: aquí es donde está el peligro para la revolución, aquí es donde se realiza esa unidad de las fuerzas sociales que hundió, y no podía no hundir, a la gran revolución francesa y que hoy es lo único que puede hundir a la revolución rusa si el proletariado ruso resulta débil. La pequeña burguesía, como vemos, impregna todo el ambiente social con tendencias de pequeño propietario, con anhelos que se expresan simplemente de esta manera: le  quité al rico lo que yo quería, los demás asuntos no me interesan.

 

Ahí está el peligro principal. Si los pequeños burgueses  estuvieran subordinados a otros elementos de clase, si estuvieran subordinados al capitalismo de Estado, los obreros conscientes / deberían saludar esto con ambas manos, porque el capitalismo de Estado bajo la democracia de Kerenski habría sido un paso hacia el socialismo, pero bajo el Poder soviético constituiría 3/4 de socialismo, porque podemos hacer colaborador nuestro a quien es un organizador de empresas bajo el capitalismo de Estado; pero los "comunistas de izquierda" tienen otra actitud en este punto, una actitud despectiva; y cuando el 4 de abril tuvimos nuestra primera conferencia con los "comunistas de izquierda" -la cual demostró, entre otras cosas, que el problema era ya historia antigua, había sido largamente discutido y pertenecía al pasado-, yo dije que, si comprendíamos correctamente nuestras tareas, debíamos aprender el socialismo de los organizadores de los trusts.

 

 

Estas palabras indignaron terriblemente a los "comunistas de izquierda", y uno de ellos, ·el camarada N. Osinski, dedicó todo un artículo a refutarlas con invectivas. La esencia de sus argumentos se reduce a esto. -Nosotros no queremos enseñarles, sino aprender de ellos. -Nosotros, los bolcheviques "de derecha", queremos aprender de los organizadores de los trusts, mientras que los "comunistas de izquierda ' quieren enseñarles. -Pero ¿qué quieren enseñarles ustedes? ¿Socialismo, acaso? -¿Enseñar socialismo a los comerciantes, a los negociantes? (A plauso s.) No, háganlo ustedes si quieren; nosotros no los ayudaremos, es un trabajo sin sentido. -Nosotros no tenemos -nada que enseñar a esos ingenieros, negociantes y comerciantes. -No vale la pena enseñarles socialismo. -Si tuviéramos una revolución burguesa, no tendríamos qué aprender de ellos, excepto, quizá, a sacar la mayor tajada posible, y nada más. -Pero eso no es aún una revolución socialista. - Es lo que sucedió en Francia en 1793; eso se produce donde no hay socialismo, sino sólo una introducción al socialismo.

 

Nikolái Osinsky    https://www.marxists.org/archive/osinsky/index.htm

Obras traducidas al castellano aquí

Kommunist

                             La revista  Kommunist       1918

 

https://www.marxists.org/history/ussr/publications/kommunist/index.htm

 

Hay que derribar a los terratenientes, hay que derribar a la burguesía, y la historia dará la razón millones de veces a los bolcheviques, serán justificados todos sus actos, toda su lucha, las violencias a que recurrieron contra los terratenientes Y capitalistas, la expropiación, el aplastamiento violento de su resistencia. En general fue una tarea histórica grandiosa, pero fue sólo el primer paso. Aquí se trata de determinar para qué los hemos aplastado. ¿Para decir que ahora, después de haberlos aplastado definitivamente, debemos inclinarnos ante su capitalismo? No; ahora vamos a aprender de ellos porque nos faltan conocimientos, porque no tenemos esos conocimientos. Tenemos conocimientos de socialismo, pero no tenemos conocimientos de organización de millones de personas, conocimientos de organización y distribución de los productos, etc. Los viejos dirigentes bolcheviques no nos enseñaron esto. El Partido Bolchevique no puede jactarse de ello en su historia. No hemos cursado todavía tales estudios. Y nosotros decimos que, aun cuando ese hombre sea un pillo de marca, debemos aprender de él, si ha organizado un trust, si es un comerciante dedicado a la organización de la producción y distribución de los productos para millones y decenas de millones de personas, si tiene experiencia. Si no aprendemos esto, no llegaremos al socialismo, la revolución se estancará en la fase a que arribó. Sólo el desarrollo del capitalismo de Estado, sólo la implantación minuciosa de la contabilidad y el control, sólo la organización y la disciplina laboral más rigurosas nos llevarán al socialismo. Sin esto no habrá socialismo. (Aplausos.)

 

No emprenderemos la ridícula tarea de enseñar a los organizadores de los trusts; nada hay que enseñarles. Tenemos que expropiarlos. Esto no plantea ningún problema. No hay en ello ninguna dificultad. (Aplausos.) Le hemos mostrado y demostrado suficientemente.

 

La situación mejor la tenemos donde los obreros aplican ese capitalismo de Estado: las industrias del cuero, textil y azucarera, porque conocen con lucidez proletaria su industria y quieren preservarla, hacerla más grande, porque en esto reside el mayor socialismo 121• Dicen: todavía no puedo hacerme cargo de esta tarea, colocaré algunos capitalistas, les ofreceré 1 /3 de los puestos y aprenderé de ellos. Y cuando leo las irónicas palabras de los "comunistas de izquierda" acerca de que todavía no se sabe quién utiliza a quién, me sorprende su falta de perspicacia. Por supuesto, si, después de haber tomado el poder en octubre Y después de la victoriosa campaña contra toda la burguesía de octubre hasta abril, pudiéramos dudar de quién utiliza a quién -los obreros a los organizadores de los trusts, o los comerciantes y los granujas a los obreros-, si eso fuera así, tendríamos que recoger nuestros bártulos y marcharnos a casa, dejando el lugar a los Miliukov y los Mártov. Pero no es así. Los obreros consientes no lo creerán, y el temor de la pequeña burguesía es ridículo; saben que el socialismo comienza donde comienza una producción mayor, que los comerciantes y los negociantes han aprendido esta actividad por propia experiencia.

Notas

121  Lenin se refiere a las agrupaciones estatales-capitalistas creadas en las industrias del cuero, textilera y azucarera. A comienzos de 1918, el, sindicato de curtidores llegó a un acuerdo con la Sociedad de fabricantes y productores de la industria del cuero de toda Rusia, según el cual las curtidurías debían trabajar por encargos y con subsidios del Gobierno soviético, y toda su producción, ser entregada al Estado. En la dirección de la industria del cuero, Comité Principal para Asuntos del Ramo de la Piel, los obreros ocupaban dos terceras partes de los cargos, y los empresarios privados y técnicos burgueses, una tercera parte. También se firmaron acuerdos de este tipo en las industrias textilera y azucarera y en algunas otras ramas de las industrias ligera y alimentaria. Además, el Estado conservaba el derecho de confiscar las empresas que integraban las agrupaciones estatales-capitalistas. -267

 

Nosotros hemos dicho: sólo estas condiciones materiales, las condiciones de la gran industria maquinizada, de las empresas gigantes que producen para decenas de millones de personas, sólo estas condiciones forman la base del socialismo, Y adquirir estos conocimientos en un país pequeñoburgués, campesino, es difícil, pero es posible. La revolución vendrá al precio de una guerra civil, y esto es tanto más duro cuanto más civilizado, más desarrollado es el Estado; en Alemania domina el capitalismo de Estado, y por eso la revolución en Alemania será cien veces más ruinosa y destructiva que en un país pequeñoburgués; allí habrá también gigantescas dificultades, tremendo caos y desequilibrio. Por eso no veo el menor motivo para desesperación y desaliento en el hecho de que la revolución rusa cumplió primero una tarea más fácil: derribar a los terratenientes y la burguesía, ahora pasa a cumplir una tarea socialista más difícil: organizar la contabilidad y el control con la participación de toda el pueblo, la tarea con la que comienza el verdadero socialismo y que es apoyada por la mayoría de los obreros y trabajadores conscientes. Sí, la mayoría de los obreros, los mejor organizados, que han pasado por la escuela de los sindicatos, está con nosotros sin reserva.

 

Los problemas que los señores de Vperiod intentan descartar con sarcasmos -las cuestiones del salario a destajo y del sistema Taylor-, fueron planteados por esa mayoría en los consejos sindicales· antes de hacerlo nosotros, antes del advenimiento del Poder soviético con sus Soviets; ellos se levantaron y emprendieron la tarea de elaborar las normas de la disciplina laboral. En su modestia proletaria, estas personas demostraron que conocían las condiciones del trabajo fabril y captaron la esencia del socialismo mejor que quienes prodigaban frases revolucionarias y, en los hechos, descendían, consciente o inconscientemente, al nivel del punto de vista de la pequeña burguesía: derribar al rico, pero sin someterse a la contabilidad y al control de una organización, pues eso no le interesa; eso es superfluo para los pequeños propietarios, no lo necesitan, pero sólo y justamente en eso reside la garantía de la solidez y de la victoria de nuestra revolución.

 

Camaradas, no entraré en otros detalles y citas del periódico Levi Kommunist  122 , pero diré, en dos palabras: es hora de gritar, pues hay gente que llega al extremo de afirmar que la implantación de la disciplina laboral será un paso atrás; y debo declarar que para mí semejante afirmación es tan extraordinariamente contrarrevolucionaria, representa tal amenaza para la revolución, que si no supiera que la hace un grupo sin influencia y que será refutada en cualquier asamblea de obreros conscientes, diría: la revolución rusa está perdida.

Notas

122  "Levi Kommzmisf' (El Comunista de Izquierda): Lenin llama irónicamente así a la revista Kommunisl (véase la nota 116), de la que expone citas. -268.

 

Nota 116. Se refiere a la revista semanal Kommunist (El Comunista), órgano fraccionista del grupo antipartido de los "comunistas de izquierda"; se publicó en Moscú desde el 20 de abril de 1918 como órgano del Buró Regional de Moscú del PC(b) de Rusia, donde en esas fechas predominaba la influencia de los "comunistas de izquierda". El último número, el cuarto, apareció en junio del mismo año como órgano de ese grupo, ya que después de la conferencia regional celebrada en mayo, que aprobó las Tesis sobre la situación política actual de Lenin (véase el presente volumen, págs. 332-336) (Tesis sobre la situación política actual), el Buró Regional de Moscú retiró su firma de la revista.-254.

 

 

Los comunistas de izquierda escriben: "La implantación de la disciplina laboral, con motivo de la reintegración de dirigentes capitalistas de la producción, no puede elevar sensiblemente la productividad del trabajo, pero rebajará la iniciativa de clase, la actividad y la organización del proletariado. Amenaza con esclavizar a la clase obrera ... " Esto no es verdad; si lo fuera, nuestra revolución rusa estaría al borde de la bancarrota en lo que se refiere a sus fines socialistas, a su esencia socialista. Pero esto no es verdad. La intelectualidad pequeñoburguesa desclasada no comprende que para el socialismo la principal dificultad consiste en asegurar la disciplina laboral. Hace tiempo los socialistas escribieron sobre esto, pensaron principalmente en esto en el lejano pasado, le dedicaron la mayor atención y lo analizaron; comprendían que las verdaderas dificultades para la revolución socialista comienzan en este punto. Más de una vez ha habido revoluciones que derribaron implacablemente a la burguesía, con una energía no inferior a la nuestra; pero nosotros hemos creado el Poder soviético y demostrado con ello que pasamos prácticamente de la emancipación económica a la autodisciplina laboral, que nuestro poder debe ser realmente un poder del trabajo. Cuando nos dicen que la dictadura del proletariado es admitida de palabra, pero de hecho se escriben frases, muestran en el fondo que no tienen idea de lo que es la dictadura del proletariado, pues no se trata solamente de derrocar a la burguesía o a los terratenientes -eso ocurrió en todas las revoluciones-; nuestra dictadura del proletariado consiste en asegurar el orden, la disciplina, la productividad del trabajo, la contabilidad y el control, el Poder soviético proletario, que es más sólido y firme que el anterior. Eso  lo que ustedes no resolverán, 10 que no les hemos enseñado, lo que necesitan los obreros, y por ello es bueno mostrarles el espejo donde todas estas fallas se ven con nitidez. Considero que ésta es una tarea útil, porque obligará a quien sea capaz de pensar, a los obreros y campesinos conscientes a concentrar en ella sus fuerzas principales. Si, al derrocar a los terratenientes y la burguesía, hemos limpiado el camino, pero no hemos construido el edificio del socialismo. Y sobre el terreno que se ha limpiado de una generación burguesa aparecen continuamente en la historia nuevas generaciones, basta con que el terreno las produzca, y realmente produce burgueses en cantidad. Y los que consideran la victoria sobre los capitalistas desde el punto de vista del pequeño propietario -"ellos sacaron tajada, yo también me aprovecharé de ella” cada una de esas personas da nacimiento a una nueva generación de burgueses. Cuando nos dicen que la implantación de la disciplina laboral, con motivo de la reintegración de los dirigentes capitalistas, representa, al parecer, una amenaza para la revolución, yo respondo: lo que esta gente no ha comprendido es el carácter socialista de nuestra revolución, insiste en lo que la une fácilmente con la pequeña burguesía que teme la disciplina, la organización, la contabilidad y el control como el diablo la cruz.

 

Si dicen: pero es que ustedes proponen que incorporemos a los capitalistas como dirigentes junto a los dirigentes obreros. Efectivamente, así es, porque en materia de organización tienen los conocimientos que nosotros no tenemos. El obrero consciente jamás temerá a tales dirigentes, porque sabe que el Poder soviético es su poder, que se mantendrá firme en su defensa, porque sabe que quiere aprender la práctica de la organización.

 

En la época del zarismo hemos organizado a miles de personas, y durante el Gobierno de Kerenski a centenares de miles. Esto no es nada, en política esto no cuenta. Era un trabajo preparatorio, un precursor. Pero mientras no hayan aprendido a organizar a decenas de millones de personas, los obreros avanzados no serán socialistas ni creadores de la sociedad socialista, ni adquirirán los conocimientos de organización necesarios. El camino de la organización es largo, y las tareas de la construcción socialista requieren una labor tenaz y prolongada, y conocimientos adecuados, que hoy no poseemos en cantidad suficiente. Es dudoso que la próxima generación, más desarrollada, realice enteramente la transición al socialismo.

 

Recuerden lo que escribían los socialistas de antes sobre la futura revolución socialista; es dudoso que se pueda pasar al socialismo sin aprender de los organizadores de los trusts, pues ellos se han ocupado de esa producción en gran escala. Nosotros no tenemos que enseñarles socialismo, lo que tenemos que hacer es expropiarlos y quebrar su sabotaje. Estas dos tareas las hemos cumplido. Hay que obligarles a someterse al control obrero. Y los reproches que nos dirigen nuestros críticos de entre los "comunistas de izquierda", cuando dicen que nuestra táctica no conduce hacia el comunismo, sino que nos hace retroceder, son ridículos: olvidan que estamos en retraso en cuanto a contabilidad y control porque fue muy difícil vencer esa resistencia y poner a nuestro servicio a la burguesía, a sus técnicos y sus especialistas burgueses. Pero necesitamos sus conocimientos, su experiencia y su trabajo; sin ellos es imposible, en la práctica, dominar la cultura creada por las viejas relaciones sociales y que ha quedado como la base material del socialismo. Si los "comunistas de izquierda" no lo han notado, es porque no ven la vida real y redactan sus consignas oponiendo a un socialismo ideal el capitalismo de Estado. Pero nosotros debemos decir a los obreros lo siguiente: sí, es un paso atrás, pero tenemos que ayudamos a encontrar un medio. Y no hay más que uno: organícense hasta el último nombre, organicen la contabilidad de la producción, organicen la contabilidad y el control del consumo, y háganlo de manera que no tengamos que emitir centenares de millones de papel moneda 123 y que ni un solo billete de cien rublos, caído en manos inadecuadas, quede sin ser reintegrado al Tesoro. Esto no puede hacerse con un estallido de fervor revolucionario, ni tampoco rematando a la burguesía. Esto sólo puede hacerse con autodisciplina, sólo con la organización del trabajo de los obreros y los campesinos, sólo con la contabilidad y· el control. Esto no lo tenemos todavía, y hemos pagado por ello el tributo de una remuneración más alta que la que les pagaban a· ustedes los organizadores capitalistas. Todavía no lo hemos aprendido, pero debemos aprenderlo, porque es el camino hacia el socialismo, el único camino: enseñar a los obreros la manera práctica de administrar empresas colosales, de organizar la gran producción y la distribución en gran escala.

 

Camaradas, sé perfectamente que es muy fácil hablar de contabilidad, control, disciplina y autodisciplina cuando habla quien ocupa una determinada posición social. Estos casos proporcionan abundante material para ironías y para decir: cuando no estaba en el poder, el partido de ustedes prometía a los obreros el oro y el moro, pero en cuanto llegaron al- poder se opera· la transformación de siempre y comienzan a hablar de contabilidad, disciplina, autodisciplina, control, etc. Sé_ perfectamente que es un material muy grato para los publicistas tipo Miliukov y Mártov.

Notas

123   Lenin se refiere a la emisión de dinero y valores que realizó el Gobierno soviético debido a que no recibía suficientes recursos de las fuentes transporte, corrientes de ingresos estatales (acumulaciones de la industria y de impuestos regulares, etc.). Aunque en el primer período de existencia del Poder soviético la emisión era una de las fuentes más importantes para financiar la economía nacional, el Ejército Rojo y las actividades sociales y culturales, Lenin subrayaba que la "emisión de papel moneda... se puede justificar como medida temporal" (véase el presente volumen, pág. 363)( El impuesto de utilidades y bienes). Gracias a las medidas adoptadas por el Partido y el Gobierno para mejorar la situación financiera, a mediados de 1918 se redujo la emisión.-271.

 

El impuesto de utilidades y bienes

La segunda tarea que se nos presenta es el planteamiento acertado del impuesto progresivo de utilidades y bienes. Ustedes saben que todos los socialistas estamos contra los impuestos indirectos, pues el único impuesto justo, desde el punto de vista socialista, es el impuesto progresivo de utilidades y bienes. No oculto que, al implantar este impuesto, tropezaremos con dificultades extraordinarias; la resistencia de las clases poseedoras será desesperada.

Ahora la burguesía rehúye los impuestos, sobornado a unos y utilizando sus relaciones con otros; debemos cerrarle todas las escapatorias. Nos hemos planteado muchas cosas en esta esfera, descombrado el suelo para echar los cimientos de este edificio, pero aún no los hemos echado. Ahora llega ese momento.

La cuestión del impuesto de utilidades es de tal índole que, para llevarlo a la vida, no bastan decretos solos; hacen falta, además, métodos prácticos, experiencia.

Nuestra opinión es que necesitamos pasar a la recaudación mensual del impuesto de utilidades. Aumenta la parte de la población que obtiene ingresos del erario; debemos adoptar medidas para recaudar este impuesto a dicha gente, descontándolo de los sueldos. .

 El impuesto de utilidades se debe descontar de todos los ingresos y salarios sin excepción; la emisión de cantidades excesivas de papel moneda, que se venía practicando hasta el presente, se puede justificar como medida temporal y debe ceder el paso al impuesto progresivo de utilidades y bienes con frecuentes plazos de recaudación.

Les rogaría que detallaran esta medida y determinasen en la práctica y con exactitud los planes que pudiéramos convertir en brevísimo plazo en decretos e instrucciones.

Tratando de las contribuciones, Lenin dice: No soy, en absoluto, enemigo de las contribuciones en general; para acabar con la burguesía, el proletariado no puede prescindir de las contribuciones; es una medida justa del período de transición, pero este período transitorio ha acabado ahora, Y los impuestos sobre las clases pudientes deben dar paso al impuesto estatal único y centralizado.

No cabe duda de que la burguesía procurará eludir con todas sus fuerzas nuestras leyes y poner en juego el pequeño engaño. Lucharemos contra eso a fin de quebrantar totalmente los restos de la burguesía.

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo36.pdf

 

Sé perfectamente qué rico material es este para las personas cuyos escritos se pagan por línea o por sensacionalismo y que son propensas a sacar tajada de los argumentos más mezquinos, recibidos con escasa simpatía por los obreros conscientes.

Nikolái Bujarin Reseña: Lenin, El Estado y la Revolución

https://www.marxists.org/archive/bukharin/works/1918/staterev.htm

 

En el periódico Levi Kommunist leí una reseña sobre un libro mío 124 , escrita por un destacado publicista, por N. Bujarin; era además una reseña favorable, pero todo lo que contenía de bueno perdió para mí todo su valor cuando la leí hasta el final; me· di cuenta de que N. Bujarin no vio lo que era necesario ver, y eso le sucedió porque escribió su reseña en abril, pero tomó citas que en abril eran ya viejas, lo que pertenecía al pasado, a saber: que debemos demoler el viejo Estado; eso ya lo hemos hecho, era la tarea de ayer, y es preciso marchar adelante, con la mirada fija no en el pasado, sino en el futuro, y crear el Estado basado en la Comuna; escribió sobre lo que ya está encarnado en las organizaciones soviéticas y calló lo referente a la contabilidad, el control, la disciplina. Tanto los talantes de esta gente como su mentalidad coinciden con los de la pequeña burguesía: derribar al rico, pero no hace falta el control; este es su punto de vista; esta idea les seduce y aparta al proletariado consciente de la pequeña burguesía e incluso de los revolucionarios extremistas. El proletariado dice: organicémonos y seamos disciplinados, de lo contrario los pequeños kulaks *, que suman millones, nos derribarán.

 

* Lenin usa una expresión en boga entre los periodistas de la nobleza en 1861, después de la abolición del régimen de la servidumbre. Se refiere al campesinos kulak que se enriquecía comprando tierras a los terratenientes. -Ed.

 

124   Se trata del libro de Lenin El Estado y la revolución (véase O. C., T. 33, págs. 1-124), cuya reseña fue publicada el 20 de abril de 1918 en el núm. 1 de Kommunist, revista de los "comunistas de izquierda".-272.

 

Aquí el proletario consciente se separa del pequeño burgués; aquí la revolución se separa de la pequeña burguesía. Y como tal gente es ciega, no habla de ello.

 

Me permitiré recordarles algunas citas mías; dije que los hombres podrán prescindir de la violencia cuando se acostumbren a actuar sin ella; naturalmente, tal costumbre puede ser el fruto de una larga educación.

 

Cuando los "comunistas de izquierda" oyen esto, se agarran la cabeza y exclaman: ¿cómo no advertimos esto?, y usted, N. Bujarin, ¿por qué no ha criticado esta posición? Hemos mostrado nuestra fuerza en la tarea de aplastar a los terratenientes y la burguesía, y ahora tenemos que mostrar nuestra fuerza en la autodisciplina y la organización, porque así lo determina la experiencia milenaria, y debemos decir al pueblo que sólo en eso reside la fuerza de nuestro Poder soviético, de la dictadura obrera, de nuestro prestigio proletario. Pero los pequeños burgueses se esconden de esta verdad tras el escudo de la fraseología revolucionaria.

 

Debemos mostrar nuestra fuerza. Sí, los pequeños patronos, los pequeños propietarios están dispuestos a ayudarnos a nosotros, los proletarios, a derribar a los terratenientes y capitalistas. Pero después de esto nuestros caminos se separan. No les gusta la organización, la disciplina; son sus enemigos. Y en este terreno tendremos que librar la lucha más resuelta e implacable contra esos propietarios, esos patronos. Porque es en este terreno, en el de la organización, donde comienza, para nosotros, la construcción socialista. Y cuando replico a esas personas que se dicen socialistas y prometen a los obreros el usufructo de cualquier cosa y en cualquier cantidad, digo que el comunismo presupone una productividad del trabajo muy distinta de la actual. Nuestra productividad es demasiado baja; esto es un hecho. El capitalismo nos deja en herencia, especialmente en un país atrasado, una enorme cantidad de costumbres tales que todo lo que sean bienes estatales, bienes públicos, es mirado como algo que se puede maltratar deliberadamente. Esta mentalidad de la masa pequeñoburguesa se percibe a cada paso. Y la lucha en este terreno es muy difícil. U nicamente el proletariado organizado puede soportarlo todo. En un escrito mío señalé: "Mientras llega la fase superior del comunismo, los socialistas exigen el más riguroso control por parte de la sociedad y por parte del Estado"*.

 

* Véase O.C., T. 33, pág. 99. -Ed.     El Estado y la revolución

 

Esto lo escribí antes de la Revolución de Octubre e insisto en ello ahora.

 

Ahora ha llegado el momento en que, aplastada la burguesía y quebrado el sabotaje, tenemos la posibilidad de ocuparnos de este asunto. Hasta ahora, los héroes del día y los héroes de la revolución fueron los guardias rojos, y cumplieron su gran tarea histórica. Cogieron las armas sin el consentimiento de las clases poseedoras. Cumplieron una gran misión histórica. Cogieron las armas para derrocar a los explotadores y convertir el fusil en instrumento de defensa de los obreros, para vigilar las normas de la producción y el trabajo y la norma del consumo.

 

Esto no lo hemos realizado, pero en ello están la médula y la base del socialismo. Y si a alguien este trabajo le parece aburrido y carente de interés, es a los representantes de la indolencia pequeñoburguesa.

 

Si nuestra revolución se hubiera detenido aquí, habría pasado a la historia igual que la revolución de 1793. Pueden objetamos: pero eso fue en el siglo XVIII; para el siglo XVIII era suficiente, pero para el XX es poco. Contabilidad y control: eso es lo principal que se necesita para que funcione bien la sociedad comunista. Esto lo escribí antes de la Revolución de Octubre **. Repito que no podíamos emprender dicha tarea sin antes aplastar a los Alexéev, los Kornílov y los Kerenski. La resistencia armada de la burguesía ya ha sido aplastada. Nuestra tarea consiste en poner a trabajar a todos los saboteadores bajo nuestro control, bajo el control del Poder soviético, y crear organismos de administración para realizar estrictamente la contabilidad y el control. El país está sucumbiendo porque no tiene, después de la guerra, las condiciones elementales para una existencia normal. Los enemigos que nos atacan son temibles únicamente porque no hemos organizado la contabilidad y el control. Cuando oigo centenares de miles de quejas acerca del hambre, cuando uno ve y sabe que esas quejas son justas, que tenemos cereales, pero no podemos asegurar el transporte; las burlas y objeciones de los "comunistas de izquierda,, con respecto a medidas como nuestro decreto sobre los ferrocarriles -lo han mencionado dos veces-, son futilidades.

** Véase  O.C., T. 33, pág. 103. -Ed.     El Estado y la revolución

 

En la conferencia con los "comunistas de izquierda", el 4 de abril, elije: propongan su proyecto de decreto; ustedes son ciudadanos de la República Soviética, miembros de las instituciones soviéticas, ustedes no son esos críticos de fuera, del patio, como los comerciantes burgueses y los saboteadores, que nos critican para descargar su furia. Ustedes son, repito, dirigentes de las organizaciones soviéticas; intenten proponer su proyecto de decreto. No pueden hacerlo ni lo harán jamás, porque nuestro decreto ferroviario es justo; porque al implantar la dictadura, nuestro decreto encuentra simpatía en las masas y en los trabajadores ferroviarios conscientes, y en cuanto a oposición, la encuentra en los administradores que roban Y aceptan sobornos; porque lo acogen con reservas todos los que vacilan entre el Poder soviético y sus enemigos, pero el proletariado, que aprendió la disciplina en la gran producción, sabe que no puede haber socialismo hasta que no sea organizada uña producción en mayor escala y haya una disciplina aún más rigurosa. Este proletariado está con nosotros en el movimiento ferroviario; combatirá el elemento de los pequeños propietarios Y mostrará que la revolución rusa, capaz de conquistar brillantes victorias, es capaz también de vencer su propia falta de organización. Y entre las· consignas del Primero de Mayo y desde el punto de vista de las tareas inmediatas, valorará la consigna del CC que dice: "Vencimos al capital, venceremos también nuestra falta de organización". iY sólo entonces llegaremos a la victoria completa del socialismo! (Clamorosos aplausos.)

 

                                                        2

 

DISCURSO DE RESUMEN DE LA DISCUSION DEL INFORME SOBRE LAS TAREAS INMEDIATAS DEL PODER SOVIETICO

 

Ante todo debo decir una cosa a propósito del discurso del camarada Bujarin: ya en mi primer discurso señalé que estamos de acuerdo con él en las nueve décimas partes, y por eso considero lamentable que discrepamos en una décima parte; en esta décima parte se encuentra en una situación tal que lo obliga a dedicar la mitad de su discurso a desligarse y renegar decididamente de todos los que intervinieron para apoyarle. Y por excelentes que sean sus intenciones y las de su grupo, la falsedad de su posición queda demostrada por el hecho de que siempre se ve obligado a dedicar cierto tiempo a justificarse y apartarse en lo referente al capitalismo de Estado.

 

El camarada Bujarin está equivocado por completo, y así lo expondré en la prensa, porque es un problema de extraordinaria importancia*. Me referiré, en dos palabras, a la acusación que nos hacían los "comunistas de izquierda" de que manifestamos una desviación hacia el capitalismo de Estado; ahora el camarada Bujarin dice erróneamente que bajo el Poder soviético no puede haber capitalismo de Estado. De esta manera él mismo se contradice cuando afirma que bajo el Poder soviético no puede haber capitalismo de Estado; esto es una absurdidad evidente. El solo hecho de que toda una serie de empresas y fábricas estén controladas por el Poder soviético y pertenezcan al Estado muestra ya la transición del capitalismo al socialismo; pero el camarada Bujarin no quiere analizar esto concretamente, y evoca los tiempos en que estábamos en la Izquierda de Zimmerwaldm 125 y escribíamos contra él. Pero eso es del año de la Nana, y evocarlo ahora, después de seis meses de existencia del Poder soviético, y después de las experiencias hechas, de lo que pudimos hacer, una vez realizadas la expropiación, la confiscación y la nacionalización, después de todo esto evocar lo que escribíamos en 1915, es ridículo ... Ahora no podemos dejar de plantear el problema del capitalismo de Estado y el socialismo, de qué actitud debemos observar en el período de transición: bajo el Poder soviético existen juntos un pedacito de capitalismo y de socialismo. El camarada Bujarin no quiere entender este problema; yo considero que· no podemos desecharlo de golpe, Y el camarada Bujarin no propone desecharlo y no niega que este capitalismo de Estado es superior a los vestigios de la mentalidad de pequeño propietario, de sus condiciones económicas y modo de vida, que son muy fuertes. El camarada Bajarin no ha refutado este hecho, porque no se puede refutar sin olvidar la palabra: marxista.

* Véase el presente volumen, págs. 291-324. –Ed

V. I. Lenin. Acerca del infantilismo "izquierdista" y del espíritu pequeñoburgués. 1918

http://eljanoandaluz.blogspot.com/2018/11/v-i-lenin-acerca-del-infantilismo.html

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1918/mayo/05.htm

 

125   La izquierda de Zimmenvald: grupo de los internacionalistas de izquierda fundado por iniciativa de Lenin en la Conferencia Socialista Internacional de Zimmerwald en septiembre de 1915.-277.

 

También es ridículo afirmar, como Gue, que el proletariado de Europa está apestado, que el proletariado de Alemania está corrompido 126• Este punto de vista suyo es un salvajismo nacional y es estúpido hasta más no poder. El proletariado de Europa no está en absoluto más apestado que el de Rusia, pero allí es más difícil comenzar la revolución porque el poder no está en manos de idiotas como Románov o fanfarrones come Kerenski, sino de dirigentes serios del capitalismo, cosa que en Rusia no hubo.

 

126  Al intervenir en la reunión del CEC de toda Rusia, en los debates sobre el informe de Lenin, el anarquista A. Y. Gue declaró que "la esperanza en la ayuda del proletariado· alemán es una utopía", por cuanto éste, al igual que todo el proletariado de Europa Occidental, "está apestado, hipnotizado" "por la corruptora educación socialdemócrata ortodoxa". -277.

 

Pasaré por último a las objeciones principales que desde todas partes han caído sobre mi artículo y mi discurso,  mi particularmente sobre la consigna "saquea lo saqueado", consigna en la que, por mucho que la examino, no puedo encontrar nada erróneo, cuando se trata de la historia. Si usamos la expresión expropiación de los expropiadores, ¿por qué no podemos prescindir de los términos latinos? (Aplausos.)

 

Creo que la historia nos absolverá,  y todavía antes que la historia se ponen e nuestra parte las masas trabajadoras; pero si la consigna "saquea lo saqueado" se ha manifestado sin restricción alguna en la actividad de los Soviets, y si resulta que en un problema tan práctico y cardinal como el del hambre y el desempleo tropezamos con dificultades enormes, entonces es oportuno decir que después de las palabras "saquea lo saqueado" comienza la divergencia entre la revolución proletaria que dice: cuenta lo saqueado y no dejes que se lo lleven de aquí y de allí, y si alguien lo hiciera, directa o indirectamente, fusila a tal infractor de la disciplina ...

 

Pues bien, cuando comienzan a clamar contra esto gritando que es--dictadura, comienzan a clamar sobre Napoleón III, Julio César, cuando dicen que esto es falta de seriedad de la clase obrera, cuando acusan a Trotski, significa que existen la confusión y el talante político propios del elemento pequeñoburgués, que no protestaba contra la consigna "saquea lo saqueado", sino contra la consigna: cuenta y distribuye correctamente. En Rusia no habrá hambre si llevamos la contabilidad de los cereales, controlamos las existencias de todos los productos y aplicamos el más severo castigo por la infracción del orden establecido. He aquí el punto de divergencia. Y esto se debe a que sólo el proletariado apoya con seriedad la revolución socialista, mientras que la pequeña burguesía la encara con vacilaciones, tosa que siempre hemos visto y tenido en cuenta, y en sus vacilaciones está contra nosotros. Ello no nos hará titubear y seguiremos marchando por nuestro camino, seguros de que la mitad del proletariado marchará con nosotros, porque los proletarios saben perfectamente que los fabricantes saqueaban lo saqueado sólo para que los pobres no pudieran tenerlo.

 

Todo esto son sutilidades verbales, cuando hablan de dictadura, Napoleón III, Julio César, etc. Aquí, sobre esto, se puede arrojar arena a los ojos; pero en las localidades, en cada fábrica, en cada aldea Saben perfectamente que estamos atrasados en este aspecto, nadie discutirá esa consigna, cada uno sabe lo que significa. Y tampoco puede haber ninguna duda de que vamos a orientar todos nuestros esfuerzos a la organización de la contabilidad, el control y la distribución correcta.

 

Bujarin nos ha dicho: "Yo me aparto de quienes me adulan, '. Pero son tantos que el camarada Bujarin no podrá librarse de ellos. No nos dicen qué proponen, porque no saben qué proponer. ¿Y ustedes saben qué proponer? Les he hecho reproches tanto en la prensa como en discursos. Con respecto al decreto ferroviario, tuvimos el placer el 4 de abril de recordarles lo que en la revista de ustedes se menciona, y yo dije: si este decreto no les satisface del todo, propongan otro. Pero no han publicado una palabra sobre eso en el primer número, ni en el segundo, cuyas pruebas pusieron amablemente a mi disposición para que las revisara. Tampoco en el discurso del camarada Bujarin hay una sola palabra sobre eso; pero la coincidencia es completa. El camarada Bujarin Y el camarada Mártov empiezan a hablar de su tema preferido -el decreto ferroviario-, y lo gastan a fuerza de usarlo. Hablan de la dictadura de Napoleón III, de Julio César, etc., dando material para cien números que nadie leerá. Esto toca un poco más de cerca la cuestión. Esto se refiere a los obreros y los ferrocarriles. Y sin ferrocarriles, no sólo no habrá socialismo, sino que sencillamente moriremos todos de hambre, como perros, teniendo los cereales muy cerca. Todos lo saben perfectamente. ¿Por qué no dieron ustedes respuesta? Cierran los ojos. Arrojan arena a los ojos de los obreros -los de Nóuaya · Zhizn y los mencheviques, conscientemente; el camarada Bujarin, por error-, ocultan a los obreros el problema principal, cuando hablan de construcción. ¿Qué se puede construir sin ferrocarriles? Y cuando en alguna entrevista o recepción de delegaciones veo a un comerciante y me dice que en tal o cual ferrocarril se observan mejoras, ese elogie es para mí un millón de veces más valioso que 20 resoluciones adoptadas por comunistas u otras y que toda clase de discursos.

 

Cuando los hombres de negocios -ingenieros, comerciantes, etc.- dicen que si este poder logra organizar, por poco que sea, los ferrocarriles, reconocerán que esto es un poder. Tal apreciación es lo más importante. Pues los ferrocarriles son la clave, una de las más vivas manifestaciones del nexo entre la ciudad y el campo, entre la industria y la agricultura, sobre el cual se basa íntegramente el socialismo. Para realizar este · nexo de forma que sirva a una actividad sistemática en beneficio de toda la población, hacen falta ferrocarriles.

 

Todas esas frases sobre dictadura, etc., en las que coinciden todos los Mártov y los Karelin y que han sido mascadas y vueltas a mascar por la prensa demócrata constitucionalista, no valen nada.

 

Les he mencionado, a título de ejemplo, las organizaciones obreras que lo hacen y el capitalismo de Estado de otras empresas, de otras ramas de la industria; en las industrias -del tabaco y el cuero hay más capitalismo de Estado que en otras, y mayor orden, y tienen mejor asegurado el camino al socialismo. Esto no se puede ocultar. No se puede lanzar frases tan absurdas como las que usa Gue cuando afirma que con un fusil se puede obligar a cualquiera. Esto es completamente absurdo y significa no comprender para qué sirve el fusil. Después de esto se podría pensar que el fusil es una cosa mala, a menos que la cosa mala sea la cabeza del anarquista Gue. (Aplauso s.) El fusil era una cosa buena cuando teníamos que fusilar al capitalista que nos hacía la guerra o al ladrón que pillábamos robando. Pero cuando el camarada Bujarin dice que hay personas que cobran un sueldo de 4.000 rublos y que hay que llevarlas al paredón y fusilarlas, eso es un error. Hay que encontrar a tales personas. Pues no tenemos muchos cargos donde cobren 4.000 rublos: Las solicitan aquí y allá porque no tenemos especialistas, ésa es la clave del asunto_, por eso tenemos que contratar mil especialistas de primera fila, conocedores de su rama, que valoren su trabajo y les guste la gran industria porque saben que significa elevación de la técnica. Y cuando aquí hablan de que se puede llegar al socialismo sin aprender de la burguesía, sé que esa es la mentalidad propia de un habitante de África Central. Nosotros ·no concebimos otro socialismo que el que se base en los conocimientos logrados por la gran cultura capitalista. El socialismo sin correos y telégrafos, sin máquinas, es una frase vacía. Pero no se puede barrer de un solo golpe el medio burgués y las costumbres burguesas; el socialismo necesita la organización que constituye la base de la técnica y la ciencia modernas. Y hablar de usar el fusil para resolver esto es la mayor estupidez. Del grado de organización de todo el pueblo depende  que toda la población pague el impuesto de unidades, se implante el trabajo obligatorio y cada uno esté registrado; mientras no esté registrado, es necesario que le paguemos. Cuando Bujarin dice que no advierte principio alguno, está fuera de la cuestión. Marx habló de la posibilidad de comprar a la burguesía, como clase. Lo dijo, refiriéndose a Inglaterra, en una época en que en Inglaterra no existía el imperialismo, cuando era posible el tránsito pacífico al socialismo; esto no es en absoluto una referencia al viejo socialismo 127. Ahora no se trata de la burguesía, ano de contratar a especialistas. He mencionado un ejemplo, pero podría citar miles. Se trata simplemente de utilizar a personas a quienes se puede atraer ya sea comprándolas con altas remuneraciones, o bien por la organización ideológica, pues ustedes no negarán que son ellos quienes reciben todas esas remuneraciones. Nosotros lo sabemos por el ejemplo que he citado; ustedes hasta este momento sólo criticaron tácitamente; también los eseristas de izquierda saben perfectamente que pagamos altas remuneraciones, y también lo saben los comunistas de izquierda y los adeptos de Nóvaya :(,hiz:,n.

Notas

127  En el discurso que pronunció en un mitin  celebrado en Ámsterdam el 8 de septiembre de 1872, Marx habló de la posibilidad del tránsito pacífico al socialismo, en determinadas condiciones (véase C. Marx y F. Engels, Obras, t. 18, pág. 154). Consideraba que una de las vías concretas de ese tránsito era comprar a los capitalistas los medios de producción. En la obra El problema campesino en Francia y en Alemania, Engels escribió: "La indemnización no es considerada por nosotros, ni mucho menos, como inadmisible en todas las circunstancias; Marx apuntó ante mí muchas veces!- su opinión de que lo más barato para nosotros sería poder deshacernos por dinero de toda esa cuadrilla" (C. Marx y F. Engels. Obras, t. 22, pág. 523).-281. (Aquí)

 

Y no critican este punto. iAhí tienen cuál es su verdadera forma de criticar el Poder soviético! Cuando observaron que a sus ingenieros se les comenzaba a pagar mil quinientos rublos, callaron. Era mucho mejor pagar a tales ingenieros. En eso no hay nada de Julio César ni de dictadura. Esto es educación política de las masas populares. Pero si yo digo que comenzamos a pagar de mil quinientos a dos mil rublos mensuales, eso es un paso atrás. Y entonces aparecen Julio César, Napoleón III, la Paz de Brest-Litovsk y todo lo que se les ocurre; pero de sus especialistas, de sus ingenieros, ni una palabra, ni una silaba. Y cuando dicen, cuando Bujarin dice que eso no infringe principio alguno, yo digo que es una infracción de los principios sustentados por la Comuna de París. El capitalismo de Estado no es cuestión de dinero, sino de relaciones sociales. Si nosotros pagamos dos mil rublos, de acuerdo con el decreto ferroviario, eso es capitalismo de Estado. Si el camarada Bujarin ha querido referirse a la resolución de Zimmerwald de 1915, nunca se liberará de esa teoría mal digerida. Libérese de ella, camarada Bujarin. Ahora el camarada Bujarin dice que yo ataco al elemento pequeñoburgués.

 

Cuando hablé del elemento pequeñoburgués no ataqué al campesinado trabajador. Dejemos al campesinado trabajador: no se trata de él. Pero entre el campesinado hay el campesinado trabajador y el campesinado pequeñoburgués que vive como pequeño propietario, a costa de otros; en cambio, el campesinado trabajador es explotado por otros, pero quiere vivir por cuenta propia. Por eso, si se refería al campesinado trabajador, el camarada Karelin se equivoca. El campesinado pobre, que no gana nada con el saqueo de lo saqueado, está con nosotros. Aceptará nuestras consignas. Sabemos perfectamente y observamos cómo se interpreta en el campo la consigna: saquea lo saqueado. Si van al campo a hacer agitación contra la dictadura, contra la Paz de Brest, etc., nuestros contradictores quedarán aislados y no encontrarán apoyo alguno. El proletariado, la masa del campesinado arruinado y sin esperanzas en cuanto a una hacienda individual, estará de nuestra parte porque comprende perfectamente que Rusia no se puede mantener con el simple saqueo. Nosotros lo sabemos muy bien, cada uno lo ve y lo siente en sus lugares.

 

 

En este punto marchamos junto con la necesidad económica y el sentir de las masas trabajadoras. Y por eso, cuando los intelectuales desclasados del grupo de los "comunistas de izquierda" comienzan a lanzar rayos y centellas contra nosotros, debemos estar seguros de que, por mucho que nos injurien, esta consigna de la revolución socialista es la única justa, y las masas trabajadoras deben comprenderla y utilizarla para que podamos fortalecer y culminar la revolución socialista. En ninguna asamblea obrera podrán eludir esta cuestión, los perseguirán con este decreto, con esta cuestión. No pretendemos ser infalibles, muchos de nuestros decretos son malos. Rectifíquenlos: ustedes tienen diferentes revistas y grupos de escritores; digan lo que hay de malo en el decreto ferroviario. En la conferencia del 4 de abril les propusimos que lo hicieran; hoy ya estamos a 29 de abril, han pasado 25 días, y todo un grupo de magníficos escritores calla, porque no tiene nada que decir.

 

dos sus errores, que estamos dispuestos a corregir, va a la médula del problema; se apoya en esa masa de obreros fiel a la disciplina más estricta, a la que es necesario cohesionar mediante un poder unipersonal designado y revocado por los Soviets y al cual exigen el cumplimiento incondicional de sus obligaciones en el trabajo, en el proceso, cuando hace falta que la gran producción funcione como una máquina Y que miles de personas sean dirigidas por una voluntad única, se sometan a las órdenes de un solo dirigente soviético. (A plausos.) Y evocar por este motivo a Napoleón y Julio César significa estar loco o haberse perdido irremediablemente entre las líneas de las publicaciones de las clases pudientes, cuyo único objetivo es cubrir de injurias a los bolcheviques. El decreto ferroviario, camaradas, es un paso que muestra que estamos en el buen camino. En mi discurso les informé por qué tomamos ese camino; en el Consejo de Comisarios del Pueblo no deliberamos sobre el gran Napoleón o Julio César, sino que estudiamos centenares de veces cómo arreglar la situación en los ferrocarriles. Y sabemos, por las noticias que llegan de las localidades, por las múltiples conversaciones con las organizaciones ferroviarias, que el elemento proletario está con nosotros, que busca la disciplina y espera el orden; sabe del hambre que la gente padece en el centro de Rusia, mientras los cereales que tenemos no pueden llegar allí debido a la desorganización del transporte.

 

Pero si hay también gente vacilante, desorientada, con talante pequeñoburgués, a quienes asusta la dirección unipersonal, caen en la histeria y no están con nosotros, ¿por qué ocurre esto? ¿Porque hay una ala derecha, o porque se han vuelto histéricos, sobre todo los eseristas de izquierda? Aquí hay tal embrollo que nadie puede entender nada. Y para no tener discusiones estériles, nosotros decimos: tomen el problema esencial y abórdenlo de modo concreto.

 

Cuando se habla aquí sobre reconciliación con la burguesía, como hablan Karelin y Mártov, dicen tonterías. Les recordaré el autorizado folleto de K. Kautsky donde éste expuso cómo se imaginaba la vida al día siguiente de la revolución social. Diré aproximadamente lo que escribió: los organizadores de los trusts no se quedarán sin trabajo. Esto fue escrito por un hombre que comprendía lo que significaba organizar a decenas de millones de personas en la producción y distribución de los productos. Nosotros no hemos aprendido esto ni tenemos dónde aprenderlo, y los organizadores de los trusts saben que sin ello no habrá socialismo. También nosotros necesitamos saberlo. Y por eso todas las frases sobre reconciliación y entendimiento con la burguesía son puro parloteo. Ustedes no pueden refutar la tesis de Kautsky de que la gran producción hay que conocerla mediante la experiencia.

 

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo36.pdf

 

                                     Referencias y notas

 

Archivo Karl Kautsky    (1854 - 1938)

 

1918. La dictadura del proletariado

 

1919. Terrorismo y comunismo. Contribución a la historia natural de la revolución.

 

1922. Rosa Luxemburgo y el bolchevismo.

 

https://www.marxists.org/espanol/kautsky/index.htm

 

 

Algunas tesis de la redacción  (septiembre-octubre de 1915)

 

* Véase O.C., T. 27, pág. 53. -Ed. (Algunas tesis de la redacción  pág.51-54)

 

El contenido de este número muestra el inmenso trabajo realizado por el Comité de Petersburgo de nuestro Partido 43. Para Rusia y para toda la Internacional este trabajo es· un verdadero modelo de lo que pueden hacer los socialdemócratas durante una guerra reaccionaria, en las condiciones más difíciles. Los obreros de Petersburgo y de Rusia pondrán todo su empeño en apoyar esta actividad y la proseguirán por ese mismo camino más enérgicamente, con más vigor y amplitud.

 

Teniendo en cuenta las indicaciones de nuestros camaradas de Rusia, formularemos algunas tesis con respecto a los problemas actuales de la actividad socialdemócrata: l) La consigna de "asamblea constituyente” como consigna independiente, es errónea, puesto que en el momento actual el problema es saber quién la convocará. Los liberales admitieron esta consigna en 1905, pues entonces podía ser interpretada en el sentido de una asamblea convocada por el zar y que estuviese de acuerdo con él.·· Las consignas más justas son las de las "tres ballenas" (república democrática, confiscación de las tierras de los terratenientes y jornada de 8 horas), añadiéndoles (véase el número 9) 44 el llamamiento a la solidaridad internacional de los obreros en la lucha por el socialismo, por el derrocamiento revolucionario de los gobiernos beligerantes y contra la guerra. 2) Estamos contra la participación en los comités de la industria de guerra 45 que ayudan a librar la guerra imperialista reaccionaria. Somos partidarios de utilizar la campaña electoral, por ejemplo, de participar en la primera fase de las elecciones, pero sólo con fines de agitación y organización. No cabe hablar siquiera de boicot a la Duma de Estado. Es absolutamente necesario tomar parte en las nuevas elecciones. Mientras nuestro Partido no tenga diputados en la Duma de Estado, habría que aprovechar todo lo que allí pase en beneficio de la socialdemocracia revolucionaria. 3) Consideramos que es particularmente urgente y esencial consolidar y ·ampliar la acción socialdemócrata en el seno del proletariado, y extenderla al proletariado rural, a los campesinos pobres y al ejército. La tarea más importante de la socialdemocracia revolucionaria es impulsar el movimiento huelguístico que ha comenzado, desarrollándolo bajo la consigna de las "tres ballenas”. El cese inmediato de la guerra debe tener en la agitación el lugar que le corresponde. Entre sus otras reivindicaciones, los obreros no deben olvidar la de la rehabilitación inmediata de los diputados obreros, miembros del grupo obrero socialdemócrata de Rusia. 4) Los Soviets de Diputados Obreros y otras instituciones análogas deben ser considerados como órganos de la insurrección, como órganos del poder revolucionario. Estas instituciones podrán ser realmente útiles sólo en ligazón con el desarrollo de la huelga política de masas y la insurrección, y a medida que ésta se prepare, se desarrolle y obtenga éxitos. 5) El contenido social de la revolución que se avecina en Rusia sólo puede ser la dictadura democrática revolucionaria del proletariado y del campesinado. La revolución no puede triunfar en Rusia sin derrocar a la monarquía y a los terratenientes feudales. Pero es imposible derrocarlos si el proletariado no tiene el apoyo del campesinado., La creciente diferenciación de la población rural en "propietarios de caserías acaudalados" y proletarios rurales no ha abolido la opresión del campo por los Márkov Y Cía. Siempre hemos estado y estamos incuestionablemente, Y en todos los casos, por una organización autónoma de los proletarios rurales. 6) Es objetivo del proletariado de Rusia llevar a la revolución democrática burguesa en Rusia a sus últimas consecuencias con el fin de encender la revolución socialista en Europa. Este segundo objetivo se ha acercado ahora extraordinariamente al primero, pero, no obstante, sigue siendo una tarea especial y segunda, porque las clases que colaboran con el proletariado de Rusia difieren según el caso: en la primera tarea quien colabora es el campesinado pequeñoburgués de Rusia; en la segunda, el proletariado de los otros países. 7) Seguimos creyendo admisible que los socialdemócratas participen en un gobierno provisional revolucionario, .junto con la pequeña burguesía democrática, pero no con los revolucionarios chovinistas. 8) Consideramos revolucionarios chovinistas a los que quieren vencer al zarismo para vencer a Alemania, para expoliar a otros países, para afianzar la dominación de los rusos sobre los otros pueblos de Rusia, etc. La base del chovinismo revolucionario es la situación de clase de la pequeña burguesía. Esta vacila siempre entre la burguesía y el proletariado. Ahora vacila entre el chovinismo (que le impide ser consecuentemente revolucionaria, aun en el sentido· de la revolución democrática) y el internacionalismo proletario. Los portavoces políticos de esta pequeña burguesía en Rusia son actualmente los trudoviques, los socialrevolucionarios, Nasha Zariá, el grupo de Chjeídze, el CO, el señor Plejánov y otros por el estilo. 9) Si los revolucionarios chovinistas triunfaran en Rusia, estaríamos contra la defensa de su "patria" en la guerra actual. Nuestra consigna es: contra los chovinistas, aunque sean revolucionarios y republicanos: contra ellos y por la alianza del proletariado internacional con vistas a la revolución socialista. 10) A la pregunta de si el proletariado puede desempeñar el papel dirigente en la revolución burguesa rusa, contestamos·: sí, puede, a condición de que, en los momentos decisivos, la pequeña burguesía se incline hacia la izquierda; y lo que la empuja hacia la izquierda no es sólo nuestra propaganda, sino también varios factores objetivos económicos, financieros (las cargas de la guerra), militares, políticos, etc. 11) A la pregunta de qué haría el partido del proletariado si la revolución pusiera el poder en sus manos en la guerra actual, contestamos: propondríamos la paz a todos los beligerantes a condición de que se diese la libertad a las colonias y a todos los pueblos dependientes, oprimidos y de derechos mermados. Ni Alemania, ni Inglaterra y Francia, bajo sus actuales gobiernos, aceptarían esta condición. Nos veríamos obligados entonces a preparar y librar una guerra revolucionaria, es decir, no sólo aplicaríamos, con las medidas más enérgicas, todo nuestro programa mínimo, sino que también nos empeñaríamos sistemáticamente en lograr la insurrección en todos los pueblos hoy oprimidos por los rusos, en todas las colonias y los países dependientes de Asia (India, China, Persia, etc.); al mismo tiempo, y e_!l primer lugar, llamaríamos a la insurrección al proletariado socialista de Europa contra sus gobiernos, a despecho de sus socialchovinistas. No cabe duda alguna de que la victoria de. l proletariado en Rusia crearía condiciones extraordinariamente favorables para el desarrollo de la revolución en Asia y en Europa. Así lo demostró incluso el año 1905. Y la solidaridad internacional del proletariado revolucionario es un hecho, a pesar de la sucia espuma del oportunismo y el socialchovinismo. Publicamos estas tesis con el fin de establecer un intercambio de opiniones con los camaradas. Desarrollaremos nuestras ideas en los próximos números del OC.

 

Notas

43  A comienzos de octubre de 1915 Lenin recibió proclamas y otros materiales sobre la labor de los bolcheviques en Petersburgo, enviados por encargo del Comité del POSDR de esa ciudad. El núm. 47 de Sotsial-DemokraJ, Órgano Central del POSDR, que apareció el 13 de octubre de 1915 y fue impreso en el taller de Bentcl (Bumplitz, cerca de Berna), estaba íntegramente dedicado a la labor de los bolcheviques en Petersburgo.

 Lenin registró las proclamas recibidas de Petersburgo, indicando los números de orden, las fechas de aparición, firmas y modos de impresión. Destacó en una columna especial las consignas incluidas en las proclamas. La última columna la dedicó al "Contenido y puntos fundamentales de la argumentación". Se han conservado muchas de esas proclamas con acotaciones de Lenin, así como sus observaciones sobre algunas en hoja aparte.-51.

 

Programa, estatuto, actas y otros documentos, del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. (Adoptado por el II Congreso del Partido) 1903.

http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/05/programa-estatuto-actas-y-otros.html

 

44 Lenin se refiere a la proclama núm. 9 citada en el artículo de N. K. Krúpskaya Proclamas del Comité de Petersburgo del POSDR aparecidas durante la guerra, publicado en Sotsial-Demokrat, núm. 47. En la lista compuesta por Lenin se señalan las consignas dadas en rucha proclama: "i Abajo la guerra!, ¡Viva la segunda revolución! Tres ballenas + solidaridad internacional de los obreros y el socialismo" .-5 l.

 

45  Les comités de la industria de guerra fueron creados en Rusia en mayo de 1915 por la gran burguesía imperialista para ayudar al zarismo a continuar la guerra. Con el fin de influir sobre los obreros e inculcarles sentimientos defensistas, la burguesía resolvió organizar "grupos obreros" adjuntos a esos comités para demostrar que en el país se había logrado una "paz de clases" entre ella y el proletariado. Los bolcheviques declararon el boicot a los mismos comités y lo llevaron a cabo con éxito, apoyados por la mayoría de los obreros.

 En la reunión de delegados de los obreros de Petrogrado, realizada el 27 de septiembre (10 de octubre) de 1915, la resolución bolchevique que llamaba a boicotear los comités de la industria de guerra y a salir de la contienda por vía revolucionaria reunió 95 votos, mientras que la resolución menchevique obtuvo 81. Sólo en una segunda reunión, debido a la retirada de los obreros partidarios de los bolcheviques, los mencheviques, encabezados por el socialchovinista K. A. Gvózdev, lograron elegir diez personas para el "grupo obrero".

Gracias a la labor esclarecedora de los bolcheviques, sobre un total de 239 comités de la industria de guerra regionales y locales, sólo en 70 se realizaron elecciones para los "grupos obreros" y fueron elegidos representantes obreros nada más que en 36.-51.

 

Escrito entre el 23 y el 26 de septiembre (6 y 9 de octubre de 1915)

Publicado el 13 de octubre de 1915 en el periódico “Sotsial- Demokrat” núm.47

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo27.pdf

 

 

Andreu Nin. Los Soviets: Su origen, desarrollo y funciones (1932)

 

http://eljanoandaluz.blogspot.com/2018/11/andreu-nin-los-soviets-su-origen.html

 

 

                 Tesis sobre la situación política actual

 

Obras Completas, Tomo 36  págs. 332-336

Escrito el 12 o 13 de mayo de 1918

Publicado por primera vez en 1929, en Recopilación Leninista XI

 

Tesis sobre la situación política actual  145

 

                                                   I

Se ha señalado ya muchas veces en la prensa bolchevique y reconocido en resoluciones oficiales de los organismos del Poder soviético superior que la situación internacional de la República Soviética, rodeada de potencias imperialistas, es inestable en extremo.

 

En los últimos días, es decir, en la primera década de mayo de 1918, la situación política se ha agravado extraordinariamente en virtud de causas tanto exteriores como interiores.

 Primero, se ha intensificado la ofensiva directa de las tropas contrarrevolucionarias (de Semiónov y otros) con ayuda de los japoneses en Extremo Oriente; a este respecto, una serie de indicios ha mostrado la posibilidad de que toda la coalición imperialista antialemana llegue a un acuerdo, tomando como base la presentación de un ultimátum a Rusia: o peleas contra Alemania o te invadirán los japoneses con nuestra ayuda.

 

Segundo, después de Brest, en la política alemana se ha impuesto, en general, el partido belicista, que ahora puede imponerse también de un momento a otro en la cuestión de una ofensiva general inmediata contra Rusia, es decir, dar de lado por completo la otra política de los medios imperialistas burgueses de Alemania, que aspiran a nuevas anexiones en Rusia, pero que, hoy por hoy, quieren la paz con ella y no una ofensiva general contra ella.

 

Tercero, la restauración del monarquismo burgués y terrateniente en Ucrania con el apoyo de los elementos demócratas constitucionalistas y octubristas 146 de la Burguesía de toda Rusia y con la ayuda de las tropas alemanas tenía forzosamente que exacerbar la lucha frente a la contrarrevolución en nuestro país, tenía que dar alas a los planes de nuestra contrarrevolución y elevar sus ánimos.

 

Cuarto, se ha agravado en extremo el desbarajuste en el abastecimiento, que ha conducido en muchos lugares a una verdadera hambre, debido a que Rostov del Don ha quedado cortado de nosotros y también a los esfuerzos de la pequeña burguesía y de los capitalistas en general por frustrar el monopolio de los cereales, siendo insuficientes la firmeza, disciplina e inclemencia de la resistencia que la clase dominante, es decir, el proletariado, opone a esos afanes, esfuerzos e intentos.

 

                                                      II

 

La política exterior del Poder soviético en modo alguno debe cambiar. Nuestra preparación militar no ha terminado aún, por lo que la consigna general sigue siendo la misma: maniobrar, replegarse y esperar, prosiguiendo esa preparación con todas las fuerzas.

 

Sin renunciar en general, ni mucho menos, a los acuerdos militares con una coalición imperialista contra la otra en los casos en que esos acuerdos, sin infringir los fundamentos del. Poder soviético, puedan fortalecer su situación y paralizar el ataque contra él por parte de cualquier potencia imperialista, en el momento actual no podemos aceptar un acuerdo militar con la coalición anglo-francesa. Porque para esta coalición es de verdadera importancia distraer del Oeste a las tropas de Alemania, es decir, que avancen numerosos cuerpos de ejército japoneses hacia el corazón de la Rusia Europea, y esa condición es inaceptable porque significaría la bancarrota completa del Poder soviético. Si la coalición anglo-francesa nos presentara un ultimátum de ese género, responderíamos con una negativa, pues el peligro de avance japonés puede ser paralizado con menos dificultades (0 puede ser alejado por más tiempo) que el peligro de ocupación de Petrogrado, Moscú y la mayor parte de la Rusia Europea por los alemanes.

 

                                                      III

 

Al fijar las tareas de la política exterior del Poder soviético en estos momentos, hay que observar la mayor prudencia, cautela y firmeza para no ayudar, con un paso irreflexivo o precipitado, a los elementos extremistas de los partidos belicistas de Japón o de Alemania.

 

 Se trata de que en esos dos países, los elementos extremistas del partido belicista están a favor de una ofensiva inmediata y general contra Rusia para ocupar todo su territorio y derrocar el Poder soviético. Y esos elementos extremistas pueden imponerse de un momento a otro.

 

Mas, por otra parte, es un hecho indudable que la mayoría de la burguesía imperialista de Alemania se opone a esa política y prefiere en el momento actual una paz anexionista con Rusia y no proseguir la guerra, considerando que semejante guerra distraería fuerzas del Oeste, aumentaría la inestabilidad de la situación interior en Alemania, ya de por sí notable, y dificultaría la obtención de materias primas de los lugares sublevados o damnificados por la destrucción de los ferrocarriles, la siembra insuficiente, etc., etc.

 

El afán japonés de atacar a Rusia se ve frenado, primero, por el peligro del movimiento y de las insurrecciones en China; segundo, por cierto antagonismo de Norteamérica, que teme el fortalecimiento de Japón y confía en conseguir materias primas de Rusia con mayor facilidad en condiciones de paz.

 

Por supuesto, es muy posible que tanto en Japón como en Alemania se impongan de un momento a otro los elementos extremistas del partido belicista. Mientras no estalle la revolución en Alemania no podrá haber ninguna garantía contra ello. La burguesía norteamericana puede confabularse con la japonesa; y la japonesa, con la alemana. Por eso, la más intensa preparación militar es un deber absoluto nuestro.

 

Pero mientras existan algunas probabilidades, por pocas que sean, de conservar la paz o de firmar la paz con Finlandia:, Ucrania y Turquía, al precio de nuevas anexiones o nuevas pérdidas, no debemos dar en modo alguno ningún paso que pueda ayudar a los elementos extremistas del partido belicista de las potencias imperialistas.

 

                                                   IV

 

En el problema de la intensa preparación militar, lo mismo que en el de la lucha contra el hambre, figura en primer plano la tarea de organización.

 

No puede hablarse de una preparación militar más o menos seria sin vencer las dificultades en el abastecimiento de víveres sin asegurar a la población un abastecimiento acertado de pan, sin implantar el orden más severo en el transporte ferroviario, sin establecer entre las masas de la población trabajadora (y no sólo en sus etapas superiores) una disciplina verdaderamente férrea. 'Es en este terreno en el que llevamos más retraso.

 

Justamente esta verdad es la que no comprenden en absoluto los elementos eseristas de izquierda y anarquistas que lanzan gritos exhortando a formar comités "insurreccionales" y aullidos, llamando " ia las armas!", etc. Esos gritos y aullidos son el colmo de la estupidez y de la palabrería de lo más ruin, despreciable y repulsiva, pues resulta ridículo hablar de "insurrección" y "comités insurreccionales" cuando el Poder soviético central pone todas sus fuerzas en convencer a la población de que debe pasar por la preparación militar Y armarse, cuando tenemos muchas más armas de las que somos capaces de contar y distribuir, cuando precisamente el desbarajuste económico y la falta de disciplina nos impiden utilizar las armas existentes y nos obligan a perder un tiempo precioso que necesitamos para prepararnos.

 

La intensa preparación militar para una guerra seria no requiere arrebatos, gritos ni consignas de combate, sino una labor prolongada, intensa, tenacísima y disciplinada a gran escala. Hay que dar una réplica contundente a los elementos eseristas de izquierda y anarquistas que no desean comprender esto, y no dejar que contagien su histerismo a ciertos elementos de nuestro Partido proletario, comunista.

                  

                                                       V

 

Se necesita una lucha implacable contra la burguesía que asoma la oreja en los últimos días como consecuencia de las circunstancias antes indicadas; hay que declarar el estado de sitio, clausurar periódicos, detener a los cabecillas, etc. Estas medidas son tan imprescindibles como la campaña militar contra la burguesía rural, que no entrega los excedentes de cereales y frustra el monopolio del cereal. Sin la disciplina férrea del proletariado es imposible salvarse ni de la contrarrevolución ni del hambre.

 

Debe tenerse en cuenta, en particular, que la burguesía ha utilizado en los últimos días, con maestría inigualable, con la habilidad de un virtuoso, un arma contra el Poder soviético: sembrar el pánico. Y algunos de nuestros camaradas, sobre todo de los menos firmes ante las frases revolucionarias de los eseristas de izquierda y anarquistas, se han dejado llevar, presas del pánico o no observando el límite que separa la prevención legítima y necesaria contra los peligros que nos amenazan a causa de la siembra del pánico.

 

Es necesario tener bien presentes las peculiaridades fundamentales de toda la actual situación política y económica de Rusia, en virtud de las cuales nada se gana con arrebatos de ninguna clase. Es preciso que asimilemos bien y hagamos asimilar a todos los obreros la verdad de que sólo una labor firme y paciente para crear y restablecer la férrea disciplina proletaria y aplastar sin piedad a los hampones, los kulaks y desorganizadores puede salvar al Poder soviético en el momento actual, en el momento de una de las transiciones más difíciles y peligrosas, inevitable como consecuencia de que la revolución se retrasa en Occidente.

 

 

Notas.

145    Lenin escribió el proyecto de Tesis sobre la situación política actual el 10 de mayo de 1918, y ese mismo día se discutió en la reunión del CC del PC(b) de Rusia. En su redacción definitiva fueron aprobadas por el CC el 13 de mayo. El Comité Central encargó a Lenin que hiciera un informe en la Conferencia urbana de Moscú del PC(b) de Rusia y en la Sesión conjunta del CEC de toda Rusia y del Soviet de Moscú, y propusiera las tesis como resoluciones. Sobre la base de las tesis, Lenin pronunció ese mismo día un informe en la Conferencia urbana de Moscú del Partido, que las aprobó por mayoría de votos.

 

Lenin desarrolló con la mayor plenitud las Tesis sobre la situación política actual el 14 de mayo, en su informe sobre la política exterior ante la Sesión conjunta del CEC de toda Rusia y del Soviet de Moscú (véase el presente volumen, págs. 337-355). (Informe sobre la política exterior en la sesión conjunta del Comité Central de toda Rusia y del soviet de Moscú 14 de mayo de 1918   147.) Ese mismo día las tesis fueron aprobadas por la Conferencia comarcal de Moscú, y el 15 de mayo, por la Conferencia regional de Moscú del PC(b) de Rusia después del informe de Lenin acerca de la situación actual (véase el presente volumen, págs. 356-357). (Informe sobre la situación actual en la Conferencia Regional de Moscú del PC (b) de Rusia 15 de mayo de 1918    151)

En el manuscrito, en el margen del segundo párrafo del segundo capítulo de las tesis, Lenin escribió dos veces: "No es para publicar". - 332.

 

146      Octubristas: miembros del Partido Octubrista (o Unión del 17 de Octubre), fundado en Rusia después de la publicación del manifiesto zarista del 17 (30) de octubre de 1905. Era un partido contrarrevolucionario, representaba y defendía los intereses de la gran burguesía y de los terratenientes que administraban con métodos capitalistas. Los octubristas apoyaban íntegramente la política interior y exterior del Gobierno zarista.

Después de la Revolución Democrática Burguesa de Febrero pasaron a ser el partido gobernante y lucharon enérgicamente contra la inminente revolución socialista en Rusia. El líder del partido,  Aleksándr Guchkov, fue ministro de Guerra en el primer Gobierno Provisional. Triunfante la Gran Revolución Socialista de Octubre, lucharon activamente contra el Poder soviético. -332.

 

Escrito el 12 o 13 de mayo de 1918

Publicado por primera vez en 1929, en Recopilación Leninista XI

 

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo36.pdf

 

 

Informe sobre la política exterior en la sesión conjunta del Comité Central de toda Rusia y del soviet de Moscú 14 de mayo de 1918   147.)

págs. 337-355).

 

Camaradas: Permítanme que les dé a conocer la situación actual en la política exterior. Camaradas, en los últimos días se ha agravado en muchos sentidos nuestra situación internacional por haberse agudizado la situación general. Debido a este agravamiento, las provocaciones y el fomento premeditado del pánico por la prensa burguesa y su fiel auxiliar -la prensa socialista- vuelven a realizar su obra siniestra e ignominiosa con el propósito de restaurar la korniloviada.

 

Ante todo expondré a su consideración los factores que fundamentalmente determinan la situación internacional de la República Soviética, para luego tratar de las formas jurídicas externas que definen esta situación, y, sobre esta base, trazar un cuadro de las nuevas dificultades o, mejor dicho, señalar el punto de viraje a que hemos llegado y en el cual se funda la agudización de la situación política.

 

Vladímir Ilich Uliánov Lenin. Informe sobre la revolución de 1905

http://eljanoandaluz.blogspot.com/2017/01/vladimir-ilich-ulianov-lenin-informe.html

 

Camaradas: Ustedes saben, y por la experiencia de las dos revoluciones rusas han reafirmado este conocimiento con particular fuerza, que las raíces más profundas de la política interior y exterior de nuestro Estado se determinan por los intereses económicos, por la situación económica de las clases dominantes de nuestro Estado. Estos postulados, que son e1 fundamento de toda la concepción marxista y que los revolucionarios rusos hemos visto ratificados por la gran experiencia de las dos revoluciones rusas, estos postulados no hay que perderlos de vista en ningún momento para no extraviarse en la intrincada maraña y en el laberinto de las estratagemas diplomáticas; en el laberinto que, a veces, es incluso creado y complicado artificialmente por hombres, clases, partidos y grupos aficionados o que se ven obligados a pescar en río revuelto.

 

Hace poco hemos vivido, y en cierta medida seguimos viviendo, precisamente un momento en que nuestros contrarrevolucionarios -los demócratas constitucionalistas y sus acólitos principales, es decir, los eseristas de derecha y los mencheviques- han intentado aprovecharse de la complicada situación internacional.

 

En sus rasgos fundamentales, esta situación se reduce a que la República Soviética Socialista de Rusia, en virtud de causas económicas y políticas que ustedes conocen y que más de una vez hemos expuesto en la prensa, en virtud de un ritmo de desarrollo y de un terreno para el desarrollo distintos a los de Occidente, en virtud de esto, nuestra República Socialista Soviética es por ahora un islote en medio del proceloso mar de la piratería imperialista. El factor económico fundamental en Occidente reside en que de esta guerra imperialista, que tantos sufrimientos y martirios ha causado a la humanidad, se han derivado conflictos tan escabrosos, tan agudos y tan complicados que muy a menudo, a cada paso, surge una situación en la que pende de un hilo la solución del problema en favor de la guerra o de la paz, en favor de uno u otro grupo de potencias. En los últimos días hemos atravesado precisamente una situación así. Las contradicciones engendradas por la furiosa lucha entre las potencias imperialistas arrastradas a la guerra -resultado de las condiciones económicas del desarrollo del capitalismo durante varios decenios- han conducido a que los propios imperialistas sean ya impotentes para detener esta guerra. Debido a estas contradicciones, la alianza general de los imperialistas de todos los países, que constituye la base de la alianza económica capitalista y que sirve natural e inevitablemente a la defensa del capital, que no tiene patria, ha demostrado con numerosos episodios de la mayor importancia y del más alto alcance histórico universal que el capital coloca por encima de los intereses de la patria, del pueblo y de todo lo que se quiera la salvaguardia de la alianza de los capitalistas de todos los países contra los trabajadores. Esa alianza no es una fuerza motriz de la política.

 

Naturalmente, esa alianza sigue siendo la tendencia económica fundamental del régimen capitalista, tendencia que debe manifestarse en definitiva con fuerza ineluctable. Una excepción de esta tendencia fundamental del capitalismo es que la guerra imperialista ha dividido en grupos, en grupos hostiles, en coaliciones hostiles a las potencias imperialistas, que en la actualidad se han repartido, puede decirse, toda la tierra sin excepción alguna. Esta hostilidad, esta lucha, esta contienda a vida o muerte indica, bajo determinadas condiciones, que la alianza de los imperialistas de todos los países en este caso es imposible. Asistimos a una situación en que las ·olas embravecidas de la reacción imperialista, de la matanza imperialista de pueblos, embisten contra la pequeña isla de la República Socialista Soviética como dispuestas a hundirla en cualquier instante, pero a cada paso se estrellan las unas contra las otras.

 

Las contradicciones fundamentales entre las potencias imperialistas han conducido a una lucha tan despiadada que, aun comprendiendo su falta de perspectivas, ni uno ni otro grupo están en condiciones de librarse por propia voluntad de las tenazas de hierro de esta guerra. La guerra ha determinado dos contradicciones principales, que son las que, a su vez, han determinado la situación internacional de la República Socialista Soviética en estos momentos. La primera de ellas es la lucha, que ha alcanzado el grado extremo de encarnizamiento, entre Alemania e Inglaterra en el Frente del Oeste. Hemos podido escuchar en más de una ocasión como los representantes de uno y otro campo beligerante daban promesas y buenas palabras a su pueblo y a otros pueblos en el sentido de que sólo faltaba hacer el último esfuerzo para que fuese aplastado el enemigo, defendida la patria y asegurados para siempre los intereses de la cultura y de la guerra liberadora. Y cuanto más se prolonga esta lucha inaudita, cuanto más se enredan en ella las partes beligerantes, más se aleja el desenlace de esta interminable guerra. El encarnizamiento de esta contienda es precisamente el que dificulta en extremo y hace casi imposible la alianza de las principales potencias imperialistas contra la República Soviética, que en cosa de medio año de existencia se ha ganado las ardientes simpatías y la solidaridad más absoluta de los obreros conscientes de todos los países.

 

La segunda contradicción que determina la situación internacional de Rusia, es la rivalidad entre Japón y Norteamérica. El desarrollo económico de estos países en el curso de varios decenios ha acumulado gran cantidad de material inflamable que hace inevitable una contienda desesperada de estas potencias por el dominio en el Océano Pacífico y en su litoral. Toda la historia diplomática y económica de Extremo Oriente muestra de manera absolutamente incuestionable que, sobre la base del capitalismo, es imposible evitar el agudo conflicto que va madurando entre Japón y Norteamérica. Esta contradicción, ahora velada temporalmente por la alianza de Japón y Norteamérica contra Alemania, detiene la ofensiva del imperialismo japonés contra Rusia, ofensiva que se viene preparando desde hace tiempo, para la que desde hace tiempo se viene sondeando el terreno una y otra vez, que ha comenzado en cierta medida y es apoyada por las fuerzas contrarrevolucionarias. La campaña emprendida contra la República Soviética (desembarco en Vladivostok, apoyo a las bandas de Semiónov) se ve frenada, pues amenaza con transformar en una guerra abierta el conflicto latente entre Japón y Norteamérica. Como es natural, es plenamente posible y no debemos olvidar que las agrupaciones entre las potencias imperialistas, por sólidas que parezcan, pueden caer por tierra en muy pocos días si así 10 exigen los intereses de la sacrosanta propiedad privada, los sagrados derechos a las concesiones, etc. Tal vez baste la menor chispa para hacer saltar la actual agrupación de potencias, y entonces las mencionadas contradicciones no podrían servirnos ya de defensa.

 

Pero la situación que acabamos de exponer explica por qué nuestro islote socialista puede mantenerse entre el furioso temporal, y a la vez explica por qué esta situación es tan inestable y a veces parece, cosa que causa gran júbilo a la burguesía y pánico a la pequeña burguesía, que las olas van a anegarlo de un momento a otro.

 

El Tratado de Brest, de un lado, y las normas Y leyes con respecto a los países neutrales, de otro, son la envoltura y la expresión externa de esta situación.

 

Ustedes conocen el valor de los tratados y de las leyes ante los conflictos internacionales desencadenados: no son más que papeles mojados.

 

Se suelen citar y recordar estas palabras como modelo del _ cinismo de la política exterior del imperialismo, pero el Cinismo no reside en estas palabras, sino en la guerra imperialista despiadada, cruelmente despiadada y dolorosamente despiadada, en la que todos los tratados de paz y todas las leyes sobre la neutralidad han sido, son y serán pisoteados mientras subsista el capitalismo.

 

 Por eso, cuando abordamos la cuestión que para nosotros es la principal, o sea, la relativa a la Paz de Brest, a la posibilidad de que sea violada y a las consecuencias que para nosotros se derivan de una tal ·situación, si deseamos mantenernos firmemente como Estado socialista y no queremos vernos derribados por los manejos y las provocaciones de los contrarrevolucionarios, cualesquiera que sean las etiquetas socialistas con que se cubran, no debemos olvidar ni un instante el fundamento económico de todos los tratados de paz, incluido el de Brest, y el fundamento económico de toda neutralidad, comprendida la nuestra. No debemos olvidar, de un lado, el estado de cosas a escala internacional, el estado de cosas en el imperialismo mundial, con respecto a la clase que crece y que tarde o temprano, aunque sea incluso más tarde de lo que deseamos Y esperamos, será la heredera del capitalismo y vencerá al capitalismo mundial. Y de otro lado, no debemos olvidar las relaciones entre los países imperialistas, las relaciones entre los grupos económicos imperialistas.

 

Una vez esclarecida esta situación, camaradas, comprenderemos, yo creo que sin esfuerzo, la importancia de· los aspectos parciales, de los detalles e incluso, a veces, de las minucias de la diplomacia que más atraen nuestra atención en los últimos días, que más ·se han grabado en nuestra memoria en los últimos días. Es lógico que la inestabilidad de la situación internacional sea una base para el pánico. Este procede de los demócratas constitucionalistas, de los eseristas de derecha y de los mencheviques, los cuales apoyan los intereses de los que quieren y pretenden sembrar el pánico. Sin cerrar los ojos en lo más mínimo ante todo el peligro y ante lo trágico de la situación, analizando las relaciones económicas a escala internacional, debemos decir: sí, la cuestión de la guerra o la paz está pendiente de un hilo, tanto en Occidente como en Extremo Oriente, porque existen dos tendencias, una que hace inevitable la alianza de todos los imperialistas y otra que enfrenta a unos capitalistas con otros; ninguna de estas dos tendencias tiene un fundamento sólido. Sí, ahora Japón no puede decidirse a atacar a fondo, aunque, por tener un ejército de un millón de hombres, podría indudablemente derrotar a una Rusia debilitada a todas luces. Cuándo ocurrirá esto, no lo sé ni lo puede saber nadie.

 

La forma del ultimátum entraña la amenaza de una guerra contra los pueblos de los países de la Entente y de un tratado con Alemania, pero esto puede cambiar en pocos días. Esto puede cambiar en cualquier momento, porque la burguesía norteamericana, ahora enemistada con Japón, puede mañana entenderse con él, y porque la burguesía japonesa puede mañana entenderse con la alemana. Median entre ellos intereses fundamentales, los intereses del reparto del globo terráqueo, los intereses de los terratenientes, del capital, el afán de garantizar, como ellos se expresan, su _dignidad nacional y sus intereses nacionales. Este lenguaje es de sobra conocido para quien tiene, no sé si la desgracia o la costumbre, de leer periódicos del tipo de los eseristas. Y cuando a menudo se nos habla de la dignidad nacional, todo el mundo sabe, y nosotros lo sabemos muy bien después de la experiencia de 1914, los actos de saqueo imperialista que se ocultan bajo esas palabras. Se comprende por qué, en virtud de esas relaciones, la situación en Extremo Oriente es algo inestable. Debemos decir una cosa: hay que ver con claridad esas contradicciones de los intereses capitalistas, hay que saber que aumenta de semana en semana y de mes en mes la solidez de la República Soviética y que, al mismo tiempo, despierta simpatías crecientes entre los trabajadores y explotados de todos los países

Y a la vez, en todo momento, cada día, hay que estar preparados y esperar cambios de la política internacional en beneficio de la política de los partidos belicistas extremos.

La situación de la coalición alemana es clara para nosotros. En estos momentos, la mayoría de los partidos burgueses de Alemania se inclinan por la observancia de la Paz de Brest, pero, naturalmente, de muy buena gana "mejorarían" el tratado para obtener algunas anexiones más a costa de Rusia. Lo que les hace guardar esta actitud son las consideraciones políticas y militares desde el punto de vista de los intereses nacionales alemanes, como ellos dicen, desde el punto de vista de los intereses imperialistas; eso les obliga a preferir la paz en Oriente para tener las manos libres en Occidente, donde el imperialismo germano ha prometido ya muchas veces una victoria inmediata y donde cada semana o cada mes muestra que esta victoria, cuantos más triunfos parciales obtienen, está cada vez más lejos. Por otra parte, tenemos el partido belicista, que más de una vez se ha puesto en evidencia en relación con el Tratado de Brest y que, naturalmente, existe en todas las potencias imperialistas, partido belicista que discurre así: hay que hacer uso inmediatamente de la fuerza sin atender a las consecuencias que sobrevengan. Esta es la voz del partido belicista extremo: la conocemos a través de la historia de Alemania, desde el momento en que comenzaron sus deslumbrantes victorias militares; la conocemos desde 1866, por ejemplo, cuando el partido belicista extremo de Alemania alcanzó la victoria sobre Austria y transformó esta victoria en una derrota aplastante. Todos estos choques, todos estos conflictos son inevitables y hacen que ahora, en este aspecto, todo esté pendiente de un hilo, y que, de un lado, la mayoría burguesa imperialista del Parlamento alemán, las clases poseedoras alemanas, los capitalistas alemanes prefieran atenerse al Tratado de Brest, sin renunciar de ningún modo, lo repito, a "mejorarlo". Y de otro lado, en todo momento, día tras día, hay que estar preparados, hay que esperar cambios de la política en beneficio del partido belicista extremo.

 

Se comprende, pues, la inestabilidad de la situación internacional; se comprende cuán fácilmente puede cambiar por ello la actitud de los partidos, se comprende que del Poder soviético se exija una gran prudencia, cautela y sangre fría para determinar con claridad su tarea. Que la burguesía rusa se incline ora a la orientación francesa, ora a la orientación alemana. Eso les gusta. En varios casos han podido comprobar que encuentran una buena garantía en el apoyo alemán contra los mujiks, que han tomado la tierra, y contra los obreros, que están edificando las bases del socialismo. Ayer, durante largo tiempo, durante varios años, llamaron traidores a la patria a quienes condenaban la guerra imperialista y abrían los ojos a la gente dando a conocer la verdad de esa guerra, pero hoy todos ellos están dispuestos a cambiar en unas pocas semanas de fe política y a pasar de la alianza con los rapaces ingleses a la alianza con los rapaces alemanes contra el Poder soviético. Que dé bandazos de un _lado a otro la burguesía de todos los pelajes, desde los eseristas de derecha y los mencheviques hasta los eseristas de izquierda. Otra cosa no puede hacer. Que siembre el pánico, porque ella misma es presa del pánico. Que se incline de un lado o de otro, sin conocer otro camino y vacilando entre una u otra orientación y entre la fraseología absurda, que es incapaz de tener en cuenta que en la revolución, cuando ésta alcanza grandes proporciones, y para hacerla más profunda, hay que pasar por los más diversos agrupamientos y tránsitos de una etapa a otra. Los revolucionarios rusos tenemos la fortuna de contar en lo que va del siglo XX con las enseñanzas de dos revoluciones, cada una de las cuales nos ha proporcionado -una abundante experiencia, bien asimilada por el propio pueblo, de cómo se prepara el movimiento revolucionario si es profundo y serio, de cómo se manifiestan en este movimiento las diferentes clases y del camino difícil y doloroso, y a veces larga evolución, que sigue la preparación de la madurez de las nuevas clases.

 

Recuerden lo que les costó a los Soviets, creados por impulso espontáneo en 1905, volver a actuar en 1917, cuando tuvieron que atravesar la dolorosa vía de la política de conciliación con la burguesía y con los peores enemigos embozados de la clase obrera, que hablaban de la defensa de la revolución, que hablaban de la bandera roja y cometieron el mayor de los crímenes en junio de 1917 148 ; ahora, <mando con nosotros está la mayoría de,, la clase obrera, recuerden lo que nos costó después de la gran revolución de 1905 llevar adelante los Soviets de los obreros y los campesinos. Recuerden esto y piensen en la magnitud de la lucha que se libra contra el imperialismo internacional, piensen en lo difícil que es el paso a esta situación y en las pruebas que ha afrontado la República Rusa al colocarse a la vanguardia de todos los demás destacamentos del ejército socialista.

 

Yo sé que hay, claro está, sabihondos que se tienen por muy inteligentes y hasta se titulan socialistas, quienes aseguran que no se debía haber tomado el poder hasta que estallase la revolución en todos los países. Ellos no sospechan que, al hablar así, se apartan de la revolución y se pasan al campo de la burguesía. Esperar a que las clases trabajadoras hagan la revolución a escala internacional, equivale a quedar inmovilizados en la espera. Esto es absurdo. Como se sabe, la revolución es una empresa ardua. Después de comenzar con brillante éxito en un país, es posible que atraviese períodos penosos, pues sólo se puede vencer definitivamente a escala internacional y con los esfuerzos mancomunados de los obreros de todos los países. Nuestra tarea consiste en saber dar prueba de firmeza y cautela; debemos maniobrar y replegarnos mientras no lleguen los refuerzos. El paso a esta táctica es inevitable, por mucho que se burlen de ella quiénes se llama l!l. revolucionarios, pero no entienden nada de revolución.

 

Terminada la exposición general, paso a tratar de lo que ha causado en los últimos días alarma y pánico y ha permitido a los contrarrevolucionarios reemprender su labor dirigida a socavar el Poder soviético.

 

Ya he dicho que la forma jurídica exterior y la envoltura de todas las relaciones internacionales de la República Socialista Soviética han sido, de un lado, el Tratado de Brest-Litovsk y, de otro, la ley general y las normas que determinan la situación de un país neutral entre los países beligerantes. Esta situación ha condicionado las dificultades con que hemos tropezado en el último tiempo. Del Tratado de Brest-Litovsk se derivaba lógicamente la firma de la paz completa con Finlandia, Ucrania y Turquía, pero con cada uno de estos países continuamos la guerra, lo cual no es resultado del desarrollo interno de dichos países, sino un producto de la influencia de sus clases dominantes. Sobre esta base, el desenlace temporal consistía sólo en una tregua temporal, que fue obtenida al concertarse la Paz de Brest, tregua a propósito de la cual se ha dicho tanto y sin ton ni  son que no era posible, pero sí lo ha sido y ha dado en dos meses sus resultados, se ha dejado sentir para la mayoría de los soldados rusos, pues les ha permitido volver a sus casas y ver los cambios operados, disfrutar de las conquistas de la revolución, disfrutar de la tierra, orientarse y sacar nuevas fuerzas para los nuevos sacrificios que les esperan.

 

Es comprensible que esta tregua temporal pareciera llegar a su término cuando se agravó la situación en Finlandia, en Ucrania y en Turquía, cuando en vez de una paz completa obtuvimos sólo un aplazamiento de esta aguda cuestión económica: ¿guerra o paz? ¿Tendremos que entrar ahora de nuevo en guerra, a pesar de todos los desigruos pacíficos del Poder soviético y de la plena decisión de sacrificar la llamada política de gran potencia, es decir, el derecho a concertar tratados secretos, a ocultarlos al pueblo con ayuda de los Cbernov, los Tsereteli y los Kerenski, a firmar tratados secretos expoliadores y a sostener una guerra imperialista, una guerra de rapiña? A pesar de todo, en lugar de una paz completa, sólo hemos logrado un breve aplazamiento de la apremiante cuestión sobre la guerra y la paz.

 

He aquí las derivaciones de esta situación, y una vez más pueden ver con claridad a qué se reduce la solución definitiva, se trata de saber adónde conducirán los resultados de las vacilaciones entre los dos grupos hostiles, entre los países imperialistas: el conflicto norteamericano en Extremo Oriente y el germano-inglés en Europa Occidental. Se comprende hasta qué punto se han exacerbado estas contradicciones en relación con la conquista de Ucrania, en relación con la situación que los imperialistas alemanes, y sobre todo el principal partido belicista, se representaban a menudo tan de color de rosa, tan fácil, pero que ha originado increíbles dificultades precisamente a ese partido belicista extremo de Alemania y que ahora ha hecho temporalmente concebir esperanzas a los demócratas constitucionalistas, mencheviques y eseristas de derecha rusos, enardecidos de entusiasmo por lo que está haciendo Skoropadski en Ucrania Y que confían en que eso mismo ocurrirá fácilmente también en Rusia. Estos señores se equivocan: sus esperanzas se verán desvanecidas porque ... (clamorosos aplausos), digo yo, porque hasta el principal partido belicista de Alemania, acostumbrado en demasía a confiar en la fuerza de las espadas, se ha visto en este caso sin el apoyo de la mayoría de los imperialistas, de los círculos burgueses imperialistas, que han comprobado la existencia de dificultades increíbles en la conquista de Ucrania, en la lucha por someter a todo un pueblo y en la necesidad de recurrir a un terrible golpe de Estado.

 

Son increíbles las dificultades originadas en Alemania por este principal partido belicista, que se había comprometido ante su pueblo y ante los obreros a conseguir las mayores victorias en el Frente del Oeste, cuando ha tenido que verse ante nuevas e inusitadas contrariedades económicas y políticas, ante la necesidad de distraer fuerzas militares para la realización de tareas que también parecían fáciles en un principio y ante un pacto con los mencheviques y eseristas de derecha ucranianos, que son quienes firmaron el tratado de paz.

 

El partido belicista extremo de Alemania se imaginaba las cosas así: enviaremos un fuerte ejército y obtendremos cereal, pero después resultó que hubo que efectuar un golpe de Estado. Eso resultó fácil, porque los mencheviques ucranios accedieron a ello con gran presteza. Pero después se vio que el golpe de Estado creaba nuevas y gigantescas dificultades, porque había que vencer dificultades a cada paso para obtener el cereal y las materias primas, sin lo cual Alemania no puede subsistir, y el conseguirlo por vía violenta en un país ocupado cuesta demasiados esfuerzos y demasiadas víctimas.

 

 

He aquí la situación que se creó en Ucrania y que debía reanimar las esperanzas de la contrarrevolución en Rusia. Se comprende que nuestro país, al no poder restaurar su ejército, haya sufrido y sufra en esta lucha nuevas pérdidas. Las negociaciones de paz condujeron a nuevas condiciones penosas, a nuevas contribuciones descaradas y embozadas. Una cosa no quedaba clara, y es en virtud de qué edicto piensan delimitar las fronteras de Ucrania. La Rada que promulgó el edicto ha sido disuelta 149• En lugar de ella ha sido puesto un hetmán terrateniente. Debido a esta situación incierta ha surgido toda una serie de cuestiones que muestran que el problema de la guerra y la paz sigue como estaba. Los armisticios parciales vigentes entre las tropas rusas y alemanas no predeterminan nada en lo que atañe a la situación general. La cuestión está en el aire. Lo mismo cabe decir en lo que se refiere a Georgia, donde asistimos a una larga lucha contrarrevolucionaria del gobierno de los mencheviques caucasianos, a una larga lucha de los contrarrevolucionarios que se titulan socialdemócratas. Cuando la victoria del Poder soviético y de las masas trabajadoras, después de extenderse a toda Rusia, comienza a propagarse también a las regiones periféricas no rusas; cuando ya es evidente e indudable que, como lo han reconocido los representantes contrarrevolucionarios de los cosacos del Don, no puede ser evitada la victoria del Poder soviético; cuando surgen vacilaciones en el seno del gobierno menchevique del Cáucaso, Gueguechkori y Zhordania, que se han dado cuenta de las cosas tarde y han comenzado a hablar de buscar un lenguaje común con los bolcheviques, al lanzarse Tsereteli contra los bolcheviques, con ayuda de las tropas turcas, recogerán lo mismo que ha cosechado la Rada ucrania. (Aplausos.)

 

Pero tengan presente que si estos personajes de la Rada caucasiana obtuviesen el apoyo de las tropas alemanas, como lo obtuvo la Rada ucrania, eso acarrearía a la República Soviética de Rusia nuevas dificultades, haría nuevamente inevitable la guerra, surgirían nuevos peligros y una nueva situación incierta. Hay gentes que, refiriéndose a esta incertidumbre, a los azares de esta situación indefinida -y en verdad que una tal situación suele ser peor que cualquier situación clara-, hay gentes que dicen que es fácil eliminar esta incertidumbre que sólo hace falta exigir abiertamente que los alemanes respeten el Tratado de Brest.

 

He tenido ocasión de oír a gentes así de ingenuas, que se consideran de izquierda, pero que en realidad sólo reflejan la estrechez de nuestra pequeña burguesía ... *

 

Esas gentes olvidan que primero hay que vencer, y sólo después se puede exigir. Si ustedes no han vencido, el enemigo tiene la posibilidad de aplazar la respuesta e incluso de no responder en absoluto a las demandas. Tal es la ley de la guerra imperialista.

 

Esto les disgusta a ustedes. Pues bien, deben saber defender su patria. El socialismo, la clase obrera y todos los trabajadores tienen derecho a defender la patria. .

 

 Sólo agregaré que en la frontera caucasiana esta situación determinada se ha creado en virtud de las vacilaciones absolutamente imperdonables del Gobierno de Gueguechkori, que al principio declaró que no reconocía la Paz de Brest, Y después proclamó la independencia sin decirnos a qué territorio se extendía. Les dirigimos numerosos radiotelegramas rogándoles que se dignasen darnos a conocer sus pretensiones territ0riales. Ustedes tienen derecho a aspirar a la independencia, pero, si hablan de independencia, están en la obligación de decir cuál es el territorio cuya representación ostentan. Esto fue hace una semana. Enviamos una enorme cantidad de radiotelegramas, pero no obtuvimos ni una sola respuesta. Con esto especula el imperialismo alemán. Por eso a Alemania y a Turquía, Estado auxiliar, les fue posible avanzar más sin dar la menor respuesta y sin prestar atención a nada, declarando: tomaremos lo que podamos tomar, no infringimos la Paz de Brest porque el ejército de Transcaucasia no la reconoce, porque el Cáucaso es independiente.

 

¿De quién es independiente el Gobierno de Gueguechkori? Es independiente de la República Soviética, pero es un poco dependiente del imperialismo alemán, y ello es natural. (Aplausos.)

 

Esta es, camaradas, la situación que se ha creado: una extremada agudización de las relaciones en los últimos días; ésta es la situación que nos ha proporcionado una confirmación nueva y bastante concreta de la razón de la táctica que ha seguido y mantenido con firmeza durante los últimos meses la inmensa mayoría de nuestro Partido, el Partido Comunista bolchevique de Rusia.

 

 Contamos con una gran experiencia revolucionaria, la cual nos ha enseñado que es preciso mantener la táctica de acometer sin piedad cuando lo permitan las condiciones objetivas, cuando la experiencia de la política de componendas haya demostrado que las masas están indignadas y que la acometida será la expresión de este viraje. Pero tenemos que recurrir a la táctica de la expectativa, a la acumulación paulatina de fuerzas cuando las condiciones objetivas no nos permitan hacer llamamientos a la ofensiva general y despiadada.

 

Quien no cierre los ojos, quien no esté ciego, sabrá que no hacemos sino repetir ahora lo ya dicho antes por nosotros y lo que siempre hemos afirmado: que no olvidamos la debilidad de la clase obrera rusa en comparación con otros destacamentos del proletariado internacional. No ha sido nuestra voluntad, sino las condiciones históricas, la herencia del régimen zarista, la debilidad de la burguesía rusa, lo que ha hecho que este destacamento se haya visto colocado delante de los demás destacamentos del proletariado internacional, y no porque lo hayamos querido, sino porque así lo han exigido las circunstancias. Pero debemos permanecer en nuestro puesto mientras no acuda nuestro aliado, el proletariado internacional, que acudirá, y acudirá· indefectiblemente, pero que acude con una lentitud incomparablemente mayor de lo que esperamos y deseamos. Si vemos que este proletariado acude con demasiada lentitud en virtud de las condiciones objetivas, debemos, no obstante, atenernos a nuestra táctica de esperar, de utilizar los conflictos y las contradicciones entre los imperialistas, de acumular fuerzas poco a poco, la táctica de mantener el islote del Poder soviético en medio del proceloso mar imperialista, de mantener el islote en el que ya convergen las miradas de los obreros y de los trabajadores de todos los países. Por eso nos decimos que si el partido belicista extremo puede de un momento a otro vencer a cualquier coalición imperialista y crear en contra nuestra una nueva e inesperada coalición imperialista, nosotros, en todo caso, no facilitaremos esta empresa. Si se lanzan contra nosotros -ahora sí, ahora somos defensistas-, haremos todo lo que esté a nuestro alcance, todo lo que la táctica diplomática es capaz de hacer, haremos todo lo posible para diferir ese momento, haremos todo lo posible para que la breve e inestable tregua que conseguimos en marzo sea más duradera, porque estamos firmemente convencidos de que tenemos a nuestro lado a decenas de millones de obreros Y campesinos, que saben que cada semana, y con mayor motivo cada mes, de tregua obtienen nuevas fuerzas que vigorizan el Poder soviético, que lo transforman en algo firme e inconmovible, que son los portadores de un nuevo espíritu y que, después del agotamiento y del cansancio motivados por una extenuadora guerra reaccionaria, crearán un estado de firmeza y de disposición a marchar al combate final y decisivo cuando las fuerzas exteriores se abalancen sobre la República Soviética socialista.

 

Somos defensistas desde el 25 de octubre de 1917, hemos conquistado el derecho a defender la patria. No defendemos los tratados secretos: los hemos anulado, los hemos dado a conocer al mundo entero; defendemos la patria contra los imperialistas. Nos defendemos y venceremos. No defendemos la situación de gran potencia de Rusia: de ésta no ha quedado más que la Rusia propiamente dicha; no defendemos los intereses nacionales, afirmamos que los intereses del socialismo, los intereses del socialismo mundial están por encinta de los intereses nacionales, por encima de los intereses del Estado. Somos defensistas de la patria socialista.

 

Esto no se consigue con una declaración, sólo se consigue derrocando a la propia burguesía, con una guerra implacable, a vida o muerte, iniciada en nuestro país. Y sabemos que venceremos. Esto es un pequeño islote en medio de la guerra que envuelve al mundo imperialista, pero en este islote hemos hecho ver y hemos demostrado todo lo que puede realizar la clase obrera. Todo esto se sabe y ha sido reconocido. Hemos demostrado que tenemos derecho a · defender la patria, somos defensistas, y proclamamos el derecho a esta defensa con toda la seriedad que nos han inculcado los cuatro años de guerra; con toda la seriedad y prudencia que comprende cada obrero, cada campesino, que ha visto a los soldados y ha conocido todo lo que los soldados han sufrido en estos cuatro años de guerra; con una prudencia que pueden no comprender, de la que pueden reírse y ante la que pueden tener una actitud de ligereza sólo los revolucionarios de palabra, pero no de hecho. Precisamente porque somos partidarios de la defensa de la patria nos decimos: para la defensa es preciso un ejército firme y fuerte, una retaguardia fuerte, y para disponer de un ejército firme y fuerte es necesario, en primer término, organizar bien el abastecimiento de víveres. Para esto es indispensable que la dictadura del proletariado no se traduzca sólo en un poder central; éste es el primer paso, sólo el primer paso, pero la dictadura debe extenderse a toda Rusia; éste es el segundo paso, sólo el segundo paso: este paso todavía no lo hemos dado del todo. Nos es precisa, nos es necesaria una disciplina proletaria, una verdadera dictadura proletaria, en la que el poder firme y férreo de los obreros conscientes se deje sentir en cada rincón de nuestro país, en la que ni un solo kulak, ni un solo ricacho y adversario del monopolio de cereales quede impune, sino que sea aprehendido y castigado por la férrea mano justiciera de los disciplinados dictadores de la clase obrera, de los dictadores proletarios. (Aplausos.)

Nos decimos que mantenemos una actitud de prudencia ante la defensa de la patria, · estamos obligados a hacer todo lo que pueda hacer nuestra diplomacia para alejar el momento de la guerra, para prolongar la tregua; prometemos a los obreros y a los campesinos hacer todo cuanto podamos por la paz. Y lo haremos. Y los señores burgueses y sus secuaces, que piensan que en Rusia se puede aupar al poder a nuevos Skoropadski del mismo modo que en Ucrania, donde con tanta facilidad se llevó a cabo el golpe de Estado, no deben olvidar que si al partido belicista de Alemania le costó tanto lograr el golpe de Estado en Ucrania, en la Rusia Soviética encontraría la debida réplica. Sí, esto ha sido demostrado, esta línea ha sido mantenida por el Poder soviético, que ha hecho todos los sacrificios precisos para afianzar la situación de las masas trabajadoras en el país.

 

La situación concerniente a la cuestión de la paz y de Finlandia se caracteriza con estas palabras: el fuerte de Ino  y Murman. El fuerte de Ino, que defiende a Petrogrado, por su situación territorial forma parte del Estado finlandés. Al concertar la paz con el Gobierno obrero de Finlandia, nosotros, representantes de la Rusia socialista, reconocimos el pleno derecho de Finlandia a su territorio, pero, por común acuerdo de ambos gobiernos, el fuerte de Ino quedó en poder de Rusia "para la defensa de los intereses comunes de las repúblicas socialistas", como consta en el tratado firmado 150• Se comprende que nuestras tropas suscribieran esta paz en Finlandia, suscribieran estas condiciones. Se comprende que la Finlandia burguesa y contrarrevolucionaria ·no podía por menos de alzarse debido a esto. Se comprende que la burguesía reaccionaria y contrarrevolucionaria en Finlandia tuviese sus pretensiones respecto a esta fortaleza. Se comprende que a causa de esto la cuestión se haya agudizado en más de una ocasión y continúe siendo grave.

La cesa está pendiente de un hilo.

 Se comprende que haya suscitado una tirantez mayor aún la cuestión de Murman, al que pretendían los ingleses y los franceses, porque han invertido decenas de millones en la construcción del puerto para asegurar su retaguardia en su guerra imperialista contra Alemania. Ellos respetan la neutralidad con tal magnanimidad que se aprovechan de la primera ocasión para echar la zarpa. Es suficiente pretexto para sus conquistas el hecho de que tengan un acorazado, mientras que nosotros carecemos de los medios necesarios para echarlo. Se comprende que la cuestión no pueda por menos de agudizarse a causa de esto. Hay una envoltura exterior, hay una expresión jurídica creada por la situación internacional de la República Soviética, que presupone que en territorio neutral no pueden entrar las fuerzas armadas de ningún Estado beligerante si no quieren verse desarmadas. Los ingleses desembarcaron en Murman sus fuerzas militares, y nosotros no pudimos oponernos a ello por la fuerza de las armas. El resultado es que nos presentan exigencias parecidas a un ultimátum: si ustedes no pueden salvaguardar su neutralidad, haremos la guerra en su territorio.

 

Pero ya se ha creado el ejército obrero y campesino, este ejército ha agrupado en los distritos y en las provincias a los campesinos que han vuelto a su tierra, expropiada a los terratenientes, o sea, que tienen algo que defender; este ejército ha comenzado a edificar el Poder soviético y se transformará en la vanguardia si se lanzan contra Rusia los invasores; nos opondremos al enemigo todos como un solo hombre. He consumido mi tiempo y me permitiré terminar leyendo el telegrama que hemos recibido por radio del embajador de la República Soviética en Berlín, camarada Ioffe. Por este telegrama ustedes verán que, de un lado, nuestro embajador confirma que es justa la apreciación de las relaciones internacionales hecha en mi informe, y que, de otro lado, nuestra política exterior, la de la República Soviética, es una política seria, consistente en prepararnos para la defensa de la patria, y una política prudente, que no permite dar ni un solo paso · capaz de hacer el juego a los partidos extremos de las potencias imperialistas de Occidente y Oriente. Esta política se asienta sobre una base seria y no abriga ilusiones de ninguna especie. Siempre queda la posibilidad de que de un día a otro se lancen contra nosotros las fuerzas militares, y nosotros, obreros y campesinos, nos decimos y decimos al mundo entero, y sabremos demostrarlo, que nos levantaremos como un solo hombre en defensa de la República Soviética; por eso confío en que la lectura de este telegrama será una conclusión adecuada de mi discurso y nos indicará en qué sentido trabajan los representantes de la República Soviética en el extranjero en favor de los Soviets, de todas las instituciones soviéticas y de la República Soviética.

 

"Los últimos despachos radiotelegráficos recibidos hoy informan de que la comisión alemana de prisioneros de guerra sale el viernes, 10 de mayo. Hemos recibido ya una nota del Gobierno alemán con la propuesta de crear una comisión especial para examinar todas las cuestiones jurídicas relacionadas con nuestros bienes en Ucrania y Finlandia. He dado mi conformidad a la creación de dicha comisión y he transmitido a Ud. el ruego de que envíen plenipotenciarios adecuados, militares y juristas. Hoy he mantenido una conversación a propósito de los nuevos avances, de la exigencia de abandonar el fuerte de Ino y de la actitud de los rusos hacia Alemania. He recibido esta respuesta: El Alto Mando alemán declara que no habrá más avances, el papel de Alemania en Ucrania y Finlandia ha llegado a su fin, Alemania está de acuerdo en coadyuvar a nuestras negociaciones de paz con Kíev y Helsingfors y, a este fin, se pone en contacto con los citados gobiernos. Cuestión relativa al fuerte de lno en las negociaciones de paz con Finlandia: en virtud del tratado, los fuertes deben ser desmantelados. Alemania espera que, al establecer las fronteras, se pueda aceptar nuestro tratado con los rojos; los blancos aún no han dado su respuesta. Oficialmente se declara por el Gobierno alemán: Alemania se atiene firmemente al Tratado de Brest, desea mantener relaciones pacíficas con nosotros, no abriga planes agresivos de ningún género y no emprenderá ofensiva alguna contra nosotros. De acuerdo con mi demanda, Alemania promete equiparar a los ciudadanos rusos con los demás neutrales."

 

Referencias de prensa publicadas el 15 de mayo de 1918 en “Izvestia VTslK” Núm. 95, los días 15 y  16 de mayo en "Pravda", núms. 93 y 94

 

Notas

147  En sus esfuerzos por aprovechar el agravamiento de la situación internacional e interna para luchar contra el Partido Bolchevique y el Poder soviético, los mencheviques y eseristas lanzaron furiosos ataques contra el informe de :Lenin. La sesión rechazó las resoluciones de los mencheviques y eseristas, en las que exigían que se convocara la Asamblea Constituyente, se rompiera el Tratado de Brest y se concertase una alianza con los países de la Entente para continuar la guerra contra Alemania, y adoptó por abrumadora mayoría de votos la resolución de los bolcheviques, escrita por Sverdlov, que aprobaba la política del Poder soviético.-337.

 

148    Se trata de la ofensiva de las tropas rusas en el frente en junio de 1917, emprendida por el Gobierno Provisional en cumplimiento de la voluntad de los imperialistas de Rusia y anglo-franceses, Y sancionada por el I Congreso de los Soviets de toda Rusia. El ejército ruso sufrió una derrota dcmoledora.-345.

 

149   Rada: Rada Central, organizaci6n nacionalista burguesa contrarrevolucionaria fundada en abril de 1917 en el Congreso de toda Ucrania (en Kícv) por el bloque de partidos y grupos nacionalistas ucranios burgueses y pequeñoburgueses. La presidía M. S. Grushevski, ideólogo de la burguesía ucrania, y tenía por vicepresidente a V. K. Vinnichenko.

 

Después de triunfar la Gran Revolución Socialista de Octubre, la Rada se erigió en órgano supremo de la "República Popular Ucrania", inició la lucha contra el Poder soviético y se convirtió en uno de los principales centros de la contrarrevolución de Rusia.

 

En diciembre de 1917, en el I Congreso de los Soviets de toda Ucrania, celebrado en Járkov, Ucrania fue proclamada República Soviética. El Congreso declaró el derrocamiento del poder de la Rada Central. Entre diciembre de 1917 y enero de 1918, en toda Ucrania tuvieron Jugar levantamientos armados contra la Rada Central por el restablecimiento del Poder soviético. En enero de 1918, las tropas -soviéticas pasaron a la ofensiva en Ucrania y el 26 de enero (8 de febrero) entraron en Kícv, derrocando la Rada burguesa.

 

 Expulsada de la Ucrania Soviética, la Rada Central se alió con los imperialistas alemanes para derrocar el Poder soviético y restaurar el régimen burgués en Ucrania. Durante las negociaciones de paz de la República Soviética con Alemania, la Rada envió una delegación suya a Brest-Lltovsk y, a espaldas de la delegación soviética, concertó una paz por separado con Alemania, comprometiéndose a suministrar a este país cereales, carbón y materias primas ucranios a cambio de ayuda militar contra el Poder soviético. En marzo de 1918, la Rada retornó a Kfev con los ocupantes austro-alemanes y fue un miserable títere en sus manos. Convencidos de que la Rada no podía ahogar el movimiento revolucionario en Ucrania ni garantizar los suministros de víveres y materias primas, los alemanes la disolvieron a· fines de abril. -348.

 

150  Se refiere al Tratado entre las repúblicas socialistas de Rusia y de Finlandia, ratificado el l º de mano de 1918 en Petrogrado (véase la nota 60).-353.

 

Nota

 60.   Se refiere al Tratado entre las repúblicas socialistas de Rusia y de Finlandia, primer tratado entre países socialistas. A mediados de febrero de 1918, el Gobierno revolucionario de la República de Finlandia propuso al Gobierno soviético concertar un tratado de amistad. Se constituyó una comisión coordinadora ruso-finlandesa para elaborar el proyecto. Este se discutió en varias reuniones del Consejo de Comisarios del Pueblo. Lenin introdujo una serie de enmiendas. El tratado fue firmado el 10 de marzo por una comisión especial con Lenin al frente. Después de ratificado por el Consejo de Comisarios del Pueblo, se publicó el 10 de marzo de 1918 en el núm. 45 de ]zvestia VTs/K. Basado en el reconocimiento de la soberanía estatal de Finlandia, el tratado testimoniaba la consecuente aplicación del principio del derecho de las naciones a la autodeterminación por el Gobierno soviético. -112.

 

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo36.pdf

 

 

 

Informe sobre la situación actual en la Conferencia Regional de Moscú del PC (b) de Rusia 15 de mayo de 1918    151

págs. 356-357).

                                  Breve reseña periodística

Lenin comenzó hablando de las concepciones de los de "izquierda" sobre política exterior y señaló el enorme valor de las negociaciones de Brest para hacer agitación, ya que el proletariado occidental tiene la posibilidad de conocer muchas cosas, de comprender quiénes son los bolcheviques, cuál es nuestra situación después de la revolución, etc. Ahora, la salvación no reside en la ruptura abierta del Tratado de Brest, sino en el arte de maniobrar entre las complejas situaciones internacionales engendradas por la oposición de intereses de los distintos Estados imperialistas. Es necesario tener en cuenta las relaciones entre Japón y Norteamérica, Alemania e Inglaterra, las discrepancias en las agrupaciones capitalista y belicista en Alemania, etc., etc. En política interior es necesario desarrollar la disciplina proletaria, luchar contra los kulaks en el campo, ocuparse de los cereales, implantar la dictadura absoluta en el abastecimiento y la dictadura de la clase obrera en el país. Al objetar a los de "izquierda" en el problema del capitalismo de Estado, el camarada Lenin explicó que no lo tememos porque en la dolorosa transición del capitalismo al socialismo que estamos viviendo, la principal preocupación es salvar la industria, y sólo mediante su organización a gran escala -lo cual es posible en la actualidad nada más que con el capitalismo de Estado- puede ordenarse la producción y llevarse una contabilidad exacta de lo que se produce y se consume. El control obrero es condición indispensable para ello. El camarada Lenin menciona como ejemplo a los obreros de la industria del cuero, su sólida organización y el control obrero en las empresas privadas.

"Pravda", núm. 95, 17 de mayo de 1918

 

Notas

151    La Conferencia regional de Moscú del PC(b) de Rusia tuvo lugar del 14 al 17 de mayo de 1918. Escuchó los informes de las localidades (provincias de Tver, Vlamir y Yaroslvl  sobre _ el estado de la labor de partido, el crecimiento del Ejército Rojo y otras cuestiones, y discutió los informes del Buró Regional de Moscú y del Comité de Moscú del Partido, así como de la organización comarcal de Moscú del Partido. El 15 de mayo examinó el problema de la situación actual. En nombre de los "comunistas de izquierda", A. Lómov (G. l. Oppókov) presentó un informe sobre ese tema, criticando duramente la posición del CC del Partido en política exterior. Después de él, hizo un informe Lenin. Tras los debates y las palabras de resumen de Lenin y Lómov, la Conferencia resolvió por mayoría de votos (47 contra 9) aprobar como base de la resolución las Tesis sobre la situación política actual de Lenin (véase el presente volumen, págs. 332-336). Ante esto, los "comunistas de izquierda" se negaron a integrar el nuevo Buró Regional del PC(b) de Rusia que se eligió en la Conferencia. -356.

 

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo36.pdf

Pravda  https://www.marxists.org/history/ussr/publications/pravda/index.htm

 

 

 

“Después de Marx y Engels, nadie como Rosa Luxemburgo ha sabido definir el carácter total es decir, unitariamente objetivo y subjetivo de la situación revolucionaria.”

 

Bolívar Echeverría. Rosa Luxemburgo: espontaneidad revolucionaria e internacionalismo. Obras escogidas de Rosa Luxemburgo. (En el centenario de su asesinato.)

http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/08/bolivar-echeverria-rosa-luxemburgo.html

 

Rosa Luxemburg y el derecho de autodeterminación. Una revisión crítica en el centenario de su muerte.

http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/12/rosa-luxemburg-y-el-derecho-de.html

 

Kommunist  https://es.wikipedia.org/wiki/Kommunist

Kommunist

https://www.marxists.org/glossary/periodicals/k/o.htm#kommunist

Enciclopedia marxista en inglés https://www.marxists.org/glossary/index.htm

 

 

                                    Kommunist  1918

 

Kommunist era la revista de los "comunistas proletarios" o fracción comunista de izquierda del Partido Bolchevique en la primavera de 1918. Tuvo 11 ediciones en Petrogrado y otras 4 en Moscú antes de dejar de publicarse en junio de 1918. Los colaboradores de Kommunist vinieron juntos en gran parte por dos cuestiones. Consideraron la firma del Tratado de Brest-Litovsk en marzo de 1918 como un error que haría retroceder la revolución mundial y temían que Rusia se encaminara hacia una nueva forma de capitalismo, el capitalismo de Estado. (Ver más en Glosario de Publicaciones Periódicas).

 

Comunista. Revista Semanal de Economía, Política y Cuestiones Sociales. Órgano de la Oficina de Distrito de Moscú del PCR(B)

 

No. 1, 20 de abril de 1918

De los editores de Kommunist . Tesis sobre la situación actual

Karl Radek Cinco meses de tesis sobre la situación actual

Karl Radek La situación internacional

Nikolai Osinsky Sobre la construcción del socialismo (I)

Nikolai Bujarin Revista política: Los héroes de la traición social

Georgy Oppokov Notas económicas

Nikolai Bujarin Revista: Lenin, el Estado y la revolución

 Nikolai Revista Bujarin : Trutovsky, El período de transición

 

No. 2, abril de 1918

 

El Primero de Mayo

 Karl Radek La Política Exterior de la República Soviética

Nikolai Osinsky Sobre la Construcción del Socialismo (II)

 Nikolai Bujarin La Anarquía y el Comunismo Científico

Karl Radek El Ejército Rojo

 Nikolai Osinsky Respuestas Claras

Bela Kun en el Extranjero: Dentro de la Monarquía Dual

Georgy Oppokov El Financiero Programa de reforma del comisario del pueblo Gukovsky

 Innokenti Stukov Lo que vi

Nikolai Osinsky Review: N Bukharin, The World Economy and Capitalism, an Economic Essay (Reseña: N Bujarin, La economía mundial y el capitalismo, un ensayo económico)

 

No. 3, 16 de mayo de 1918

 

En vísperas

Nikolai Bukharin Algunos conceptos fundamentales de la economía moderna

 Lev Kritsman En el camino de la organización hacia la construcción socialista de la vida económica

Georgy Oppokov La contrarrevolución rusa en forma ucraniana

Georgy Oppokov La próxima hambruna

 

No. 4, junio de 1918

 

Innokenti Stukov La lucha contra la contrarrevolución

 Vladimir Smirnov El programa financiero y el capitalismo de Estado

Vladimir Sorin Sobre la cuestión del poder soviético

 

 

Publicaciones soviéticas | Comunismo de Izquierda | Archivo de Internet marxistas

 

 

https://www.marxists.org/history/ussr/publications/kommunist/index.htm

 

https://www-marxists-org.translate.goog/history/ussr/publications/kommunist/index.htm?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=sc

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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