“La
Batalla”,1 de mayo de 1937
Copiado del
libro, Juan Andrade, La revolución española día a día. Edita:
Editorial Nueva era y publicaciones trazo. Primera edición: mayo 1979.
Prólogo y
notas: Pelai Pagés (NOTAS POLITICAS
DIARIAS)
Un resumen
detallado de todos los 1º de Mayo
transcurrieron en el mundo desde 1986, sería la mejor historia del desarrollo
del movimiento obrero internacional. Porque desde entonces, el 1 de mayo, a
través de las reivindicaciones formuladas cada año por los trabajadores y de la
significación concedida a la jornada por sus organizaciones preliterarias, ha
sido una muestra de la mayor o menor intensidad de la capacidad revolucionaria
de los trabajadores.
En 1884, la
Federación Obrera de los Estados Unidos y Canadá acordó que, como culminación
de la campaña que en favor de la jornada de ocho horas de trabajo había
realizado, el 1 de mayo de 1886 se declarase la huelga general en todo el país
y se celebrasen numerosos actos de propaganda en las principales localidades.
Efectivamente, el día 1 de mayo de 1886 se celebraron en todos los Estados
Unidos, grandes mítines y manifestaciones. El mitin más importante fue el
celebrado en Chicago, al que asistieron más de 25.000 personas. En dicho acto
hablaron los dirigentes obreristas más populares: Augusto Spies, Alberto R.
Parsons, Samuel Fielden y Jorge Engel (12)
(12) Líderes anarquistas, conocidos como los “mártires de Chicago”, que dirigieron entre otros las huelgas de Chicago en favor
de la jornada de ocho horas. August Spies había convocado el mitin como
protesta contra la actitud de la policía hacía los huelguistas. De los cuatro
oradores, condenados todos ellos a muerte, sólo Samuel Fielden vió conmutada su
pena de muerte por cadena perpetua.
Durante los
días 2,3 y 4 de mayo, se celebraron grandes mítines, huelgas y manifestaciones,
que terminaron en encuentros con las autoridades. El día 4 se celebró un gran
mitin en Chicago, para protestar de la barbarie de la policía. Cuando Fielden
estaba a punto de terminar su discurso, el jefe de la policía dio orden a la
fuerza de cargar sobre la muchedumbre. Cuando la fuerza iba a cumplir la orden,
desde las filas obreras se lanzó una bomba que mató a un policía e hirió a
muchos otros. Excusamos agregar que inmediatamente la policía hizo una terrible
carnicería contra la multitud. Sin embargo, todos los indicios hacen creer que
el que lanzó la bomba fue un provocador.
La burguesía
de Chicago no se contentó con esto. Como de costumbre, la Prensa empezó a
exigir estridentemente que se hiciera una “justicia
ejemplar” contra “los instigadores”.
Se abrió un proceso monstruoso. El 20 de agosto de 1887 se dio a conocer la
justicia del Jurado. Además de los oradores que habían intervenido en el mitin
del 1 de mayo, en Chicago, fueron condenados a muerte Miguel Sshwad, Adolfo
Fischer y Luís Lingg (13)
(13) ibid. Louis Lingg se suicidó en su celda con un cartucho de
dinamita en la boca. Otro de los “mártires de Chicago”, a quien se conmutó
también la pena de muerte, es Oscar W. Neebe.
Se conmutó a
Sschad y Fielden, la pena de muerte por la de cadena perpetua. Lingg se suicidó
en la prisión. El 11 de noviembre de 1887 fueron ahorcados Spies, Fischer,
Engel y Parsons, por este mismo orden. Así quedó registrada en la Historia, la
fecha del de mayo de 1886.
En el
Congreso Internacional Obrero que se celebró en París el 14 de julio de 1889,
se acordó celebrar internacionalmente, el 1 de mayo, una manifestación obra.
Este acuerdo fue ratificado por el Congreso Obrero Socialista Internacional de
Bruselas (14),
cuya
resolución dice así: “ El Congreso, a fin
de conservar el 1 de mayo su verdadero carácter económico de reivindicación de
la jornada de ocho horas y de afirmación de la lucha de clases: decide que los
trabajadores de todos los países verifiquen una demostración única; que esta
manifestación se celebre el 1 de mayo; y recomienda que todas partes en que sea
posible, no se trabaje”.
En el
Congreso Internacional de Zurich, de 1893, se adoptó el acuerdo siguiente: “1º
Congreso renueva el acuerdo adoptado por el Congreso de Bruselas. 2º El Congreso adopta la enmienda
siguiente: La Democracia Socialista de cada país tiene el deber de hacer lo que
pueda para llegar a la realización del paro y alentar toda tentativa en este
sentido por las organizaciones locales. 3º
El Congreso acuerda además: La manifestación del 1 de mayo por la jornada de
ocho horas debe afirmar, al propio tiempo, en cada país, la enérgica voluntad
de la clase obrera de poner término, por la revolución social, a las
diferencias de clase, pronunciándose así por el solo camino que conduce a la
paz en el interior de cada nación y a la paz internacional.”
Desde 1890,
los trabajadores de todo el mundo vienen celebrando la jornada internacional
del 1 de mayo. Dicha fecha comenzó siendo un día de lucha mundial por la
jornada de ocho horas. Durante bastantes años la huelga general en unos países
y la manifestaciones en las calles en otros, eran movimientos encauzados en
conseguir lo que se llamaban los “tres ochos”. Los trabajadores, a fines
del siglo pasado y comienzos de éste realizaban largas jornadas de trabajo que
no les permitían el necesario descanso ni esparcimiento. Querían vivir como
seres racionales y aspiraban a disminuir el tiempo diario de trabajo.
La jornada
del 1 de mayo, no se ha celebrado de una manera continua en todos los países.
Ha tenido sus interrupciones, unos años en unas naciones y otros en otras. Esto
ha dependido del carácter más menos reaccionario de los gobiernos burgueses.
Naturalmente, en las épocas de represión los gobiernos capitalistas han
impedido que los trabajadores pudieron exponer libremente sus aspiraciones en
los actos del 1 de mayo.
Igualmente,
el 1 de mayo a través del período de su historia ha tenido diversos matices en
su carácter revolucionario. A primeros del siglo la socialdemocracia reformista
logró en muchos países desproveerla de su carácter de lucha y convertirla en
una jornada de reforma social.
La Gran
Guerra de 1914-18 deformó por completo su carácter. La jornada de la
solidaridad internacional se celebró durante cuatro años combatiéndose entre sí
con las armas en las manos, los trabajadores de los distintos países en defensa
de sus respectivos gobiernos. Sin embargo, no podemos
olvidar que fue precisamente el 1 de mayo de 1916 cuando Carlos Lieknecht salió
a las calles de Berlín, para proclamar su odio a la matanza y excitar a la
revolución social a los trabajadores alemanes.
La
revolución rusa dio un nuevo impulso revolucionario a la jornada del 1 de mayo.
Después de la guerra, en países como Alemania y Austria donde la
socialdemocracia constituía el Gobierno, el 1 de mayo pasó a ser una fiesta
oficial, privándosela así de todo su verdadero carácter. Pero la internacional
Comunista revalorizó revolucionariamente la fecha del 1 de mayo, convirtiéndola
en jornada de lucha de toda la clase trabajadora del mundo.
En los
primeros tiempos de la Internacional Comunista, en tiempos de Lenin, y aún poco
después, el 1º de Mayo servía para
estrechar, efectivamente, los lazos del proletariado internacional y para
señalar el camino de su victoria por medio de la revolución socialista. Grandes
manifestaciones en todo el mundo, alentadas por la Internacional Comunista,
ponía espanto en las burguesías nacionales, que comprendían entonces más que
nunca la importancia de semejantes manifestaciones, porque ya un país en el
mundo, Rusia, ofrecía a los trabajadores el ejemplo de su victoria.
“La
Batalla”, 1 de mayo de 1937.
Posteriormente,
ya durante curso staliniano, en el periódico ultraizquierdista, el 1º de Mayo
pasó a ser jornada roja más, en la
que se sacrifica a una minoría de militantes abnegados en aras de un griterío
eficaz. Pero del aventurismo se pasó a la conciliación, a pactar con la pequeña
burguesía y con el reformismo, a la política del Frente Popular. Es decir, en
suma, a darle el mismo contenido de que la dotaba la socialdemocracia antes de
la guerra y durante su período gubernamental.
También los
manifiestos publicados el 1º de Mayo por el Comité Ejecutivo de la
Internacional Comunista servirían para dar una impresión exacta del desarrollo
de la degeneración política del stalinismo. Bastaría para ello con contrastar
los manifiestos del 1º de Mayo de hace diez años, con el que acaba de publicar
este año. Los principales motivos de los manifiestos del 1º de Mayo de después
de la fundación de la III Internacional, están encauzados en
denunciar abierta y brutalmente las traiciones de la socialdemocracia y los
crímenes del capitalismo. Lenguaje revolucionario que ponía espanto en el
capitalismo internacional.
Hay que leer
con suma atención el manifiesto de este año. Es el lenguaje de la pequeña
burguesía el que se emplea y la táctica de la confusión más espantosa la que se
aconseja. En cambio, en esta fecha de solidaridad obrera internacional, que
según expresión del acuerdo del Congreso internacional de 18893 tiene por
finalidad “afirmar en cada país la
enérgica voluntad de la clase obrera de poner término por la revolución social
a las diferencias de clase”, se exita a los trabajadores de todo el mundo a
la lucha física, no contra la burguesía y sus cómplices los reformistas, sino
contra los verdaderos revolucionarios. Porque el atacar a lo que se llama
trotskismo, ya sabemos que se entiende combatir a todos los militantes
revolucionarios independientemente que no se someten a la política de Stalin y
de sus domésticos de todos los países.
En todo el
mundo, la jornada del 1º Mayo ha costado ríos de sangre a la clase trabajadora.
Han sido muchos los proletarios que han caído bajo los efectos de la represión
capitalista durante las jornadas revolucionarias del 1º de Mayo. Es una jornada
gloriosa, de lucha y no una “fiesta”
de esparcimiento u oficial de la burguesía, como ha querido hacer de ella la
socialdemocracia. No es una jornada nacional, sino internacional.
Es muy
distintas condiciones se celebraré este 1º de Mayo en los diferentes países. En
unos, como Italia y Alemania, bajo la represión más feroz; en el fondo de las
prisiones y en los campos de concentración los trabajadores oprimidos pondrán
la esperanza en la acción de sus camaradas de otros países, y los que viven en
libertad, aunque en la clandestinidad, mediante actos audaces demostrarán a la
burguesía, que todavía alienta la rebeldía proletaria. En Rusia, el
proletariado lo conmemorará como vencedor. En los países democráticos, podrá
exponer la clase obrera su anhelo de acabar cuando antes con el capitalismo por
vía revolucionaria, y en España haciendo ofrenda de sus vidas en las trincheras
de la revolución social.
Un hecho de gran
trascendencia histórica para el futuro del movimiento revolucionario obrero hay
que destacar también en este Primero de
Mayo. Como ya hemos dicho, en el pasado, desde su fundación, la
Internacional Comunista ha sido el campeón de la agitación de la jornada de
lucha del 1º de Mayo en todos los países. Este año coincide precisamente con el
propósito del stalinismo de liquidar la III Internacional (fue disuelta el 15 de mayo de 1943), para
construir una especie de Internacional del Frente Popular. Es decir, a las
finalidades de la pequeña burguesía democrática sacrifica los intereses del
proletariado revolucionario. Pero la necesidad imprescindible para el
proletariado del mundo de tener su organización internacional no fracasará. La
revolución española, a base de nuestro Partido, forjará eses instrumento que
seguirá las mejores tradiciones de la Internacional Comunista fundada en Moscú
en 1918, bajo el signo del marxismo revolucionario.
Cada año, la
jornada internacional del 1º de Mayo ha tenido un significado especial, con arreglo
al problema más inmediato e importante planteado al proletariado. El
significado de este año no puede ser otro que el de la solidaridad y la ayuda
más eficaz al proletariado español en armas. Pero esta solidaridad no puede
quedar simplemente reducida a una aportación moral. La clase trabajadora del
mundo debe movilizarse para, aprendiendo en el ejemplo de los trabajadores
españoles, librar la batalla contra su propia burguesía. Esta es la mejor
aportación que puede hacerse a los trabajadores españoles que durante nueve
meses vienen luchando contra el fascismo internacional coaligado.
DURANTE
MUCHOS AÑOS, EN TAL DIA COMO HOY, EL PROLETARIADO DE TODO EL MUNDO HA VENIDO
RECORDANDO A LOS MARTIRES DE CHICAGO, A SPIES, PARSONS, FIELDEN Y ENGEL, QUE
MURIERON EN LA HORCA DEFENDIENDO LA CAUSA DE LA REDENCION OBRERA. ESTE AÑO EL
PROLETARIADO INTERNACIONAL DEBE RENDIR SU RECUERDO A LOS TRABAJADORES ESPAÑOLES
QUE HAN CAIDO EN LOS CAMPOS DE BATALLA DE MADRID, DEL NORTE, DE ANDALUCIA, DE
ARAGON.
Andrés
Nin Primero de mayo de 1937
Primera
vez publicado: En La
Batalla, 1 de mayo de 1937.
Andrés Nin
Primero de mayo de 1937
Manifiesto
unitario del 1º de Mayo de 1937. (Firman: Por el PSOE, Ramón Lamoneda; Por la
UGT, Pascual Tomás y por el PCE, José Díaz)
Fuente,
pinchar aquí
Rosa
Luxemburg. El origen del Primero de Mayo
Escrito: En enero o febrero de 1894.
1º de Mayo:
sobran los motivos para la lucha
Historia del
Primero de Mayo
El Primero
de Mayo de 1890: Los orígenes de una celebración
Historia del
1º de Mayo: Los Mártires de Chicago
Revuelta de
Haymarket
LAS ÚLTIMAS PALABRAS DE LOS MÁRTIRES DE CHICAGO, LOS ARTÍFICES DEL
PRIMERO DE MAYO
1919 fecha
histórica de las conquistas de la lucha de la clase obrera en España. La
jornada de 8 horas y el Retiro Obrero. Las contrarreformas laborales durante el
gobierno de Adolfo Suárez González, los gobiernos de Felipe González, José
María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy Brey
[El marxismo
en España (1919-1939)] Historia del BOC y del POUM
Juan Andrade
El marxismo y los problemas de la revolución española. Lenin y el Leninismo
[Libro] Juan
Andrade (1897-1981) Vida y voz de un revolucionario. Documentos
complementarios.
Juan Andrade
El asesinato de Andrès Nin: sus causas, sus autores, junio de 1939
Revisita
Comunismo (1931-1934)
Juan
Andrade. Franz Borkenau: El reñidero español.
Juan
Andrade. Crítica de la Crisis del movimiento comunista Tomo I: De la Komintern
al Kominform de Fernando Claudín
Escritos de
Andreu Nin y Joaquín Maurín durante la II República. ¿Revolución
democrático-burguesa o revolución democrático-socialista?
Andreu Nin y
Joaquín Maurín: vidas paralelas, por Wilebaldo Solano
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