Fuente: Fundación Andreu Nin;
Traducción: para Marxists.org por Louise McTavish.
El 16 de
junio de 1937, un grupo de agentes de policía detuvo a Andrés Nin en
Barcelona. Cuatro declaraciones hechas frente a la policía de Madrid
aparecieron en documentos judiciales, el último de los cuales consiste en lo
ocurrido el 21 de junio de 1937. Esta declaración final nunca se ha escuchado y
así es un relato resumido, con omisiones notables, de la vida y las acciones
revolucionarias de Nin. Desde el 22 de junio, perdemos todo rastro de
él. Se sabe que fue brutalmente torturado y asesinado por agentes
estalinistas. Por lo tanto, este texto es el último testamento conocido de
Andrés Nin. Sólo sus asesinos hubieran podido añadir algo más.
El 21 de
junio de 1937, a las 15.20 horas, la persona cuyo nombre se indica en el margen
declara que:
- Nació en Vendrell (Tarragona) y
tiene 45 años. Está casado con Olga Taréeva, nacida en Moscú. Se
casaron oficialmente en Riga en 1930, aunque ya se habían casado en Moscú
(URSS) en 1922, pero en un momento en que la URSS no fue reconocida por
España, y se volvió a casar en Riga para obtener validez en España.
- Es el hijo de Manuel y Antonia.
- Tanto su madre como su padre
trabajaban en la industria de la zapatería, y ninguno de ellos tenía
ningún tipo de actividad política de ningún tipo.
- Comenzó su educación primaria en
Vendrell, y luego estudió en la escuela secundaria del Instituto de
Tarragona. Recibió su educación superior en la Normal de Barcelona,
donde recibió un certificado de enseñanza, y pasó a ser tutor privado
durante tres años.
- Su título de profesor terminó en
1911 y comenzó a enseñar a mediados de 1914 en la Escuela Oranciana de Barcelona
y en el Ateneo Obrero de Barceloneta.
- Vivió en Barcelona desde 1909,
trasladándose allí poco después de la "Semana Trágica".
- En 1914 terminó su trabajo como
profesor para concentrarse en el periodismo y trabajó para el "Poble
Catalá", un diario nacionalista de izquierda, así como para la
"Revista Pedagógica", las publicaciones literarias del Instituto
de Estudios Catalanes .
- Su carrera política comenzó en
1911, cuando se incorporó al Partido Socialista y se convirtió en
secretario de Juventudes Socialistas y miembro de la división de
Barcelona.
- La primera vez que fue arrestado
fue en 1911 o 1912 (no hay registro exacto), por estar involucrado en
disturbios estudiantiles en Barcelona. Fue liberado a las 5 o 6 de la
mañana, al igual que todos los demás que habían sido arrestados por causar
disturbios.
- Fue arrestado nuevamente a
principios de 1914 por publicar un artículo titulado "Los
Miserables", en el que defendía la Cataluña revolucionaria. Se
le puso en libertad condicional, mientras permaneció uno de los acusados,
durante cinco o seis días, o dos o tres días, no puede recordar muy bien,
antes de ser puesto en libertad, como ya se ha mencionado. En 1915 y
1916, pasó por un período de inestabilidad financiera, tuvo que dar
lecciones privadas y ocasionalmente escribir artículos y traducciones,
etc. Este período duró hasta principios de 1916, cuando el poeta José
Carner, amigo personal del declarante, ayudó él para entrar en relaciones
con la casa comercial Tusell Hnos, que lo envió a Egipto para organizar la
exportación de productos españoles a Egipto. Se quedó en el país
hasta febrero de 1917,
- Al regresar a España, la casa
comercial le pidió hacer un viaje de negocios por la Península Ibérica, y
aunque esta vez no estaba haciendo ningún trabajo político activo, seguían
afiliados. El final del viaje coincidió con el anterior período de la
huelga general de 1917, que provocó protestas. Mientras pasaba por
Oviedo, se puso en contacto con el centro de trabajo y mantuvo
conversaciones con Teodomiro Mendéndez, Isidoro Acevedo y Manuel Llaneza,
entre otros colegas. Fue atrapado en la huelga general en Valladolid,
donde fue arrestado por la policía mientras bebía café. La policía
registró su habitación y equipaje y lo liberó después de 24 horas, creyendo
que podría ser arrestado por estar en compañía de un socialista, que fue,
durante ese tiempo, Pérez Solís.
- Al regresar a Barcelona,
decidió cortar todos los vínculos con los negocios y reanudó sus
actividades políticas y sociales, aún con el ala izquierda más alejada del
Partido Socialista. En sus inicios, al igual que en 1913-1916,
trabajó muy activamente en el semanario "Justicia Social", el
periódico más lejano que el Partido Socialista publicó en su momento.
- Continuó con su vida socialista
con incidentes comunes a una vida política agitada.
- Su siguiente arresto ocurrió en
enero de 1920, cuando fue arrestado por un cierre patronal y por haber
sido atrapado en una reunión ilegal de todos los delegados sindicales de
la CNT en Cataluña, que eran el jefe del Sindicato de Profesiones
Liberales. Permaneció en la cárcel por 6 meses.
- Un total de 62 personas fueron
arrestadas por el mismo delito.
- Fueron detenidos utilizando
equipo de la ex-guardia civil, la policía y partes del servicio de
alarma. Sospecha que el informante podría haber sido un trabajador
del metal, según rumores de los detenidos, aunque no recuerda su nombre.
- Los detenidos fueron algunos de
los últimos que comparecieron en la corte y dieron su puesto de prisionero
en el gobierno. Él, como los demás detenidos, fue liberado por el
gobernador, que reemplazó al ex conde Salvatierra, con quien entrevistó a
Teodomiro Menéndez. Como se entiende, fue entrevistado para procesar
su liberación y para liberar al gobernador Bas. Después de superar
mucha resistencia, según lo que dijo Bas, quien era jefe de la Policía de
Arlegui, a pesar de haber dado al gobernador órdenes de liberarlo, la
policía de Arlegui no cumplió.
- Cuando fue puesto en libertad,
fue arrestado por la policía y llevado a Arlegui. Después de algunas
advertencias, fue puesto en libertad al día siguiente.
- Continuó con su vida política y
dejó España en mayo de 1921 para dirigir el Congreso Constitucional de la
Unión Internacional del Trabajo. Comenzó a trabajar en Berlín en la
oficina de los Sindicatos del Trabajo de Europa Central, ya sea a
principios o mediados de 1921. Fue detenido a mediados de septiembre en la
casa donde se encontraba en la policía alemana. Cree que fue
arrestado por la escuadra política y permaneció en prisión hasta el 5 o 6
de enero.
- Supone que su arresto surgió de
la traición de una mujer de Baviera, que era el vínculo entre él y el
Partido Comunista Alemán. No pudo recordar su nombre, pero se
convenció de ella cuando vio una publicación que se refería a agentes
provocadores, en la que aparecieron numerosas fotografías. En una de
estas fotos, vio a la mujer que tenía entre 30 y 35 años de edad, de
estatura media, de piel oscura, magra, y con una apariencia
histérica. La edición del libro en cuestión la presentó como uno de
los muchos agentes provocadores de Baviera, y fue editada por el Partido
Comunista Alemán. A pesar de que no recuerda perfectamente, cree que
fue presentado a ella por su colega Max Zieze, para establecer un
vínculo. Este colega en particular fue el que mantuvo la relación más
estrecha con el declarante.
- Cuando fue puesto en libertad,
fue expulsado de Alemania y fue puesto en un barco que lo llevó de vuelta
a Rusia.
- La razón de su arresto en
Alemania se debió a una solicitud de extradición del gobierno español, debido
al ataque de Eduardo Dato, que se produjo un mes antes de que dejara
España para Moscú. Para no ser extraditado, llevó a cabo un gran
número de actos públicos en Berlín, pidiéndoles que no aceptaran la
petición del gobierno español.
- El pasaporte que usó para entrar
en Alemania era un falso y bajo un nombre falso. Era un pasaporte
belga, y mostraba un apellido que correspondía a la traducción al alemán
de la palabra "relojero". No se hicieron cheques cuando se
expidió el pasaporte, y como ya se mencionó, regresó a Rusia en
enero. Allí continuó sus actividades políticas como secretario de la
Unión Internacional del Trabajo, miembro del Partido Comunista,
representante del Sindicato Internacional del Trabajo en el Comité
Ejecutivo de la Unión Internacional del Trabajo, miembro del Soviet de
Moscú. No se trasladó a Rusia hasta finales de 1924, año en el que
fue a Italia como representante de la Internacional para organizar
trabajos y pasaportes falsos para la organización. Se marchó de nuevo
como ciudadano belga y regresó con este mismo pasaporte hasta llegar a
Viena,
- Fue a Italia para aprender
italiano perfecto. Durante su estancia, no fue hostigado por la
policía y regresó a Rusia para marzo de 1924, como ya se
mencionó. Salió de nuevo en diciembre de 1925 para ir a París en una
misión especial para la organización. Fue arrestado al salir de las
instalaciones de la Confederación Unitaria de Trabajo, y tenía su
pasaporte (incluido el falso que pertenecía a un nacional suizo)
confiscado. Cuando fue visto ante la corte del magistrado de la
Policía, fue sentenciado a un mes de cárcel y fue deportado. Regresó
una vez más a Rusia con un pasaporte ruso que la embajada soviética le dio
con su verdadero nombre.
- Sospecha que esta detención fue
provocada por una queja procedente de un ciudadano español, ya que el
superintendente que lo detuvo conoció su nombre completo así como las
actividades que habían tenido lugar en España y en Barcelona para ser más
específico, lo que indica que el agente provocador había dado todos los
detalles que conocía de su vida. No sabe quién era exactamente esa
persona.
- Una vez que regresó a Rusia,
permaneció allí hasta que fue expulsado del Partido en 1927, aunque
permaneció en la Unión Soviética hasta 1930. Fue detenido en 1930 en Moscú
el mismo día de su partida a España. Fue detenido por un período de
tres o cuatro horas hasta que fue puesto en el tren y acompañado a la
frontera.
- Recuerda que cuando fue
arrestado en Berlín, coincidió con el arresto de Luis Nicolau, uno de los
acusados en el asunto Dato. Esta fue la única ocasión en que su
detención coincidió con el arresto de otra persona.
- No recuerda haber conocido a
agentes provocadores, pero puede haber oído en la calle Valdoncella de
Barcelona, en 1919, que un presidente de la Unión de Mecánicos, que
anteriormente había sido informante del Sindicato Libre, había sido
asesinado a balazos.
- Llegó a España entre el 18 y el
20 de septiembre de 1930, continuando sus actividades revolucionarias como
militante de la Oposición Comunista de Izquierda, que dirigía
Trotsky. Mantuvo una relación directa con ellos, y fue arrestado en
diciembre, dos meses después de su llegada a España. Permaneció en
una prisión del gobierno durante dos meses. Recuerda que nadie hizo
nada para liberarlo y que más tarde reanudó sus actividades, dando
numerosas conferencias y escribiendo muchas obras literarias, especialmente
las traducciones del ruso.
- Fue detenido nuevamente en 1932,
piensa en abril o marzo, pero no lo recuerda exactamente, en las
instalaciones de la Izquierda comunista junto con otros
colegas. Entre los colegas que recuerda, se encontraban Enrique
Fernández, conocido por su alias Ferson, José Metge, Molins y Fabrega,
Carlota Durany, Francisco de Cabo, aunque hubo otros que no puede
recordar. Todas estas personas eran miembros de la Izquierda
comunista, y fueron detenidas durante 15 días sin ser procesadas.
- En el mismo año fue arrestado el
25 de diciembre y fue denunciado por un juez militar de Algeciras, se cree
que por el delito de excitación de la sedición. Fue trasladado de
Barcelona a Algeciras a principios de 1933, donde permaneció prisionero
hasta el 14 o 15 de marzo, antes de ser puesto en libertad bajo fianza por
dos mil pesetas. Permaneció en Algeciras hasta principios de mayo, ya
que el juez no le permitió marcharse hasta que el pleito fue enviado a la
sesión plenaria.
- Fue detenido tras ser sorprendido
con una carta que pertenecía a un soldado llamado Manuel Tenorio, escrito
por la mencionada persona. Posteriormente, los cargos fueron
derribados para dar lugar a la amnistía concedida por el gobierno
Lerroux-Gil Robles en 1933, creyendo que el hallazgo de la carta fue un
afortunado accidente de las actividades de Tenorio. Ninguna otra
persona fue investigada.
- Aparte de sus arrestos, pasó por
varios juicios por crímenes impresos y de habla, sin ser arrestado por
ninguno de ellos.
- No fue detenido de nuevo hasta
el día 16 en el comité ejecutivo del POUM
- Se refiere al día 16 del mes
actual
- Respecto a su estancia en
Barcelona durante los acontecimientos revolucionarios de mayo, recuerda
también que los días 4, 6 y 7 de ese mes, bebió café por la noche en el bar
de un café llamado Sicoris, que está situado en la Plaza del Teatro, donde
entró por la puerta lateral cuando estaba cerrada.
- Después de 1934, rompió todos
los lazos con Trotsky, aunque puede haber recibido una carta de él después
de esta fecha, pero dirigida al departamento, o quizás a él personalmente
y en un tono formal.
- Se repite una vez más, que eso no tiene nada que ver con
el tema del espionaje que se le ha acusado.
- No tiene nada más que decir y lo
que ha dicho es cierto, firmando como prueba de ello, con la fecha antes
mencionada.
Firma:
Andrés Nin.
21 de junio
de 1937
Olga Taréeva
y Andreu Nin
La situación
política y las tareas del proletariado (Escrito: Junio de 1937)
Proyecto
de “Tesis políticas”, elaboradas por Nin, para presentarla al Congreso nacional
del POUM, el 19 de junio de 1937. Dicho Congreso no llegó a celebrarse a causa
de la represión.
Fuente:
Otra fuente:
Andrés
Nin. La situación política y las tareas
del proletariado (Junio de 1937)
Originalmente
pensado como un informe político para la Conferencia Nacional POUM 1937, que no
tuvo lugar porque el partido fue prohibido. [1]
Traducido para David Beetham, ed., Marxistas en la cara del fascismo (Manchester University Press, 1983).
Descargado con agradecimiento de la ¿Qué Siguiente? archivo.
Marcado por Einde O'Callaghan para el Archivo de Internet de los marxistas.
(YO)
Los acontecimientos que han tenido lugar en España desde el Congreso
Constitucional del POUM celebrado en Barcelona el 29 de septiembre de 1935, han confirmado que la posición
fundamental de nuestro Partido al declarar que la batalla no es entre la democracia burguesa y el fascismo sino entre el fascismo
y el socialismo, y al clasificar nuestra revolución como socialista-democrática,
era completamente exacta.
La experiencia de 1931-5 había demostrado más que la incapacidad de la
burguesía para resolver los problemas fundamentales de la revolución
democrático-burguesa y la necesidad de que las clases trabajadoras se pusieran
resueltamente a la cabeza del movimiento emancipador para llevar a cabo la
revolución democrática y para iniciar la revolución socialista. La
persistencia de las ilusiones democráticas y de la alianza orgánica con los
partidos republicanos conduciría fatalmente al refuerzo de las posiciones
reaccionarias y, en un futuro próximo, al triunfo del fascismo como único
escape de un régimen capitalista incapaz de resolver su contradicciones
internas dentro del marco de las instituciones democrático-burguesas.
La lección de Asturias, donde el proletariado, al asumir resueltamente el
liderazgo del movimiento en octubre de 1934, dio un golpe mortal a la reacción,
y que desde Cataluña, donde al mismo tiempo la incapacidad e irresponsabilidad
de los partidos pequeñoburgueses era evidente una vez más, no se aprovechó,
como resultado de la ausencia de un gran partido revolucionario. Los partidos
socialistas y comunistas, en lugar de aprovechar la lección de octubre al
empujar a la alianza obrera, que había dado resultados tan espléndidos en
Asturias, canalizando todas las fuerzas para asegurar la hegemonía de las
clases trabajadoras, volvieron a someter al proletariado el frente popular, a
los partidos republicanos burgueses, que después de su retumbante fracaso en
octubre prácticamente habían desaparecido de la escena política.
El período inmediatamente anterior a las elecciones del 16 de febrero se
caracterizó por la galvanización de los partidos republicanos, gracias a los
esfuerzos de los socialistas y comunistas oficiales y por un cierto
renacimiento de las ilusiones democráticas entre las masas que, sin embargo, el
vehemente deseo de obtener amnistía para los prisioneros y convictos de octubre
que por la confianza en los partidos republicanos. Este deseo fue tan
unánime, y el movimiento tan abrumador, que nuestro Partido no tuvo más remedio
que unirse a él, manteniendo intacta su personalidad e independencia y
ejerciendo una dura e impiedosa crítica a los partidos republicanos. Esta
táctica, que nos salvó del aislamiento, nos permitió acercarnos a las amplias
masas, hasta entonces fuera de nuestro alcance, y difundir nuestros principios
entre ellos.
La conducta de los republicanos izquierdistas en el poder, después del 16
de febrero, fue una confirmación absoluta de nuestras previsiones. Desde
el principio, se estableció una profunda división entre el gobierno y el
poderoso impulso de las masas que lo obligaron a emitir el decreto de amnistía
y comenzó un vasto y profundo movimiento de huelgas. Desde abajo se exigía
una acción rápida y enérgica junto con una política de logros revolucionarios y
de medidas rigurosas contra la reacción cada vez más insolente. Desde
arriba se llevó a cabo una política de pasividad, de indulgencia fatal,
política cuyo lema parecía no cambiar nada, no asustar a nadie ni dañar los
intereses de las clases explotadoras. El resultado de esta política fue el
levantamiento militar-fascista del 19 de julio de 1936. Aquella temprana
mañana de julio, las explosiones de cañones y el crujido de ametralladoras
despertaron de sus sueños a los obreros que todavía tenían ilusiones de
democracia. La victoria electoral del 16 de febrero no había aclarado el
problema creado en nuestro país. La reacción fascista recurrió a
argumentos más enérgicos que la papeleta de votación. Utilizando la
posición privilegiada que les concedía el propio gobierno republicano,
manteniéndolos en las posiciones estratégicas más importantes, la gran mayoría
de los oficiales del ejército, al servicio de las clases reaccionarias,
iniciaron la Guerra Civil. La reacción fascista recurrió a argumentos más
enérgicos que la papeleta de votación. Utilizando la posición privilegiada
que les concedía el propio gobierno republicano, manteniéndolos en las
posiciones estratégicas más importantes, la gran mayoría de los oficiales del
ejército, al servicio de las clases reaccionarias, iniciaron la Guerra
Civil. La reacción fascista recurrió a argumentos más enérgicos que la
papeleta de votación. Utilizando la posición privilegiada que les concedía
el propio gobierno republicano, manteniéndolos en las posiciones estratégicas
más importantes, la gran mayoría de los oficiales del ejército, al servicio de
las clases reaccionarias, iniciaron la Guerra Civil.
(II)
El levantamiento militar-fascista provocó una formidable reacción entre
las clases trabajadoras, que se lanzaron resueltamente a la batalla y, a pesar
de la pasividad, en algunos casos, y la traición, en otros, de los partidos
republicanos, cuyos representantes oficiales se negaron a entregar las armas a
los trabajadores, aplastaron la insurrección en los centros industriales más
importantes del país.
Esta decidida intervención de los trabajadores tuvo enormes consecuencias
políticas. En realidad, los órganos burgueses del poder fueron
destruidos. Se establecieron comités revolucionarios en todas
partes. El ejército permanente se derrumbó y fue reemplazado por las milicias. Los
trabajadores cocinan posesión de las fábricas. Los campesinos asaltan la
tierra. Los conventos e iglesias fueron destruidos por los fuegos
purificadores de la revolución. En unas pocas horas, o en pocos días, los
obreros y campesinos resolvieron por acción revolucionaria directa los
problemas que la burguesía republicana no había podido resolver en cinco años,
es decir, los problemas de la revolución democrática - y comenzaron la
revolución socialista con la expropiación de la burguesía.
Durante cierto tiempo los órganos del poder burgués no eran más que una
sombra. Los comités revolucionarios ejercían el poder real, formando una
red densa en todas las regiones no ocupadas por los rebeldes.
Sin embargo, en este período inicial el impulso revolucionario fue mucho más
fuerte en Cataluña que en España. Cataluña fue indudablemente al frente de
la revolución porque, gracias a la influencia del POUM, la CNT y la FAI, que no
se unieron al frente popular, el oportunismo republicano democrático había
penetrado menos en las masas trabajadoras.
La insurrección fascista entonces, destinada principalmente a sofocar al
movimiento revolucionario obrero, aceleró muy rápidamente, dando a la lucha de
clases una violencia inaudita y planteando directamente el problema del poder: fascismo
o socialismo. Lo que pretendía ser una contrarrevolución preventiva se
convirtió en una revolución proletaria, con todas las características
distintivas del mismo: aflojamiento del mecanismo del Estado burgués,
decadencia del ejército, fuerzas coercitivas del Estado y de las instituciones
judiciales, armado de las clases trabajadoras que atacaban y dañaban el derecho
a la propiedad privada, la intervención directa de los campesinos que
expropiaban a los terratenientes y finalmente la convicción de las clases
explotadoras de que su dominación había terminado.
En las primeras semanas posteriores al 19 de julio, se generalizó la
convicción de que el pasado no podía regresar, de que la República democrática
había sido superada. Y el impulso de la revolución fue tan fuerte que los
partidos pequeñoburgueses proclamaron el fin del gobierno capitalista y la
necesidad de emprender la transformación socialista de la sociedad española.
La única manera inmediata de coordinar el empuje de las masas para crear
un poder fuerte, basado en los organismos que habían salido de las entrañas de
la revolución, como una expresión directa de los deseos de quienes habían
desempeñado los papeles principales en la lucha contra el fascismo. Este
fuerte poder no podía ser otro que un
gobierno de obreros y campesinos. Esta posición, apoyada por el POUM
desde el momento en que se puso de manifiesto el carácter de la lucha, se topó
con la oposición de todos los partidos populares y sobre todo del Partido
Comunista y contra la indecisión de la CNT cuya ideología anarquista le impidió
darse cuenta de la importancia fundamental y decisiva del problema de poder.
Mientras tanto, con la ayuda de una campaña tenaz y sistemática, se
rompían dos ideas con consecuencias desafortunadas para el desarrollo
victorioso de la lucha de la clase obrera. La primera de estas ideas se
expresó en estos términos: "Primero gane la guerra, entonces la revolución
se cuidará a sí misma”. Según la segunda, consecuencia directa de la
primera, los obreros y campesinos están luchando contra la guerra actual para mantener la República democrática
parlamentaria y, por lo tanto, no se puede hablar de una revolución proletaria. Más
tarde esta idea sufrió un cambio insospechado: la dramática batalla que causó
gran derramamiento de sangre y arruinó el país, se convirtió en "una guerra por la independencia nacional y
la defensa de la patria".
Desde el principio nuestro Partido adoptó una postura de firme oposición
frente a estas ideas contrarrevolucionarias.
(III)
La fórmula "Primero gane la
guerra, entonces la revolución cuidará de sí misma" es básicamente
incorrecta. En la batalla que se está desarrollando en España en este
momento, la guerra y la revolución no son sólo dos términos inseparables, sino
sinónimos. La guerra civil, un estado más o menos prolongado del conflicto
directo entre dos o más clases sociales, es una de las manifestaciones más
agudas de la lucha entre el proletariado, por una parte, y la gran burguesía y
los terratenientes, los otros, asustados por el avance revolucionario del
proletariado, intentan: o establecer un régimen de dictadura sangrienta, que
consolide los privilegios de sus clases. La lucha en las líneas de frente
de las batallas no es más que una extensión de la lucha en la parte trasera. La
guerra es una forma de política. Esta política es lo que guía la guerra en
todos los casos. Los ejércitos siempre defienden los intereses de una
clase particular. Se trata de saber si los obreros y campesinos del frente
están luchando por el orden burgués o por una sociedad socialista. La
guerra y la revolución son inseparables en el momento actual en España como lo
fueron en Francia en el siglo XVIII y en Rusia en 1917-20. ¿Cómo podemos
separar la guerra de la revolución, cuando la guerra no es más que la culminación
violenta del proceso revolucionario que se ha venido desarrollando en nuestro
país desde 1930 hasta nuestros días?
En realidad, la fórmula "Primero
gana la guerra..." oculta la intención efectiva de frustrar la
revolución. Las revoluciones tienen que llevarse a cabo cuando las
circunstancias son favorables, y estas circunstancias rara vez nos son
ofrecidas por la historia. Si no aprovechamos los tiempos de mayor tensión
revolucionaria, el enemigo de clase reconquistará gradualmente posiciones y
terminará estrangulando la revolución. La historia del siglo XIX y la
historia más reciente de la posguerra (Alemania, Austria, Italia, China, etc.)
ofrecen numerosos ejemplos en este sentido. Apagar la revolución hasta que
se gane la guerra equivale a dejar libres las manos de la burguesía para que
aprovechando la disminución de la tensión revolucionaria, pueden
restablecer su mecanismo de opresión para prepararse sistemática y
progresivamente para la restauración del dominio capitalista. La guerra -
ya hemos dicho - es una forma de política. Los regímenes políticos siempre
sirven a una clase particular de la cual son la expresión y el
instrumento. Mientras la guerra continúa, las políticas deben ser hechas:
servir a quién; ¿cuáles intereses de clase? Esta es toda la
pregunta. Y la garantía de una victoria rápida y segura en el frente
radica en fuertes políticas revolucionarias en la retaguardia, capaces de
inspirar a los combatientes con el espíritu y la confianza necesarios para la
batalla; capaces también de promover la solidaridad revolucionaria del
proletariado internacional, la única en la que podemos confiar, para crear una
sólida industria de guerra para reconstruir la economía, trastornada por la
guerra civil, por las bases socialistas, para formar un ejército eficiente
al servicio de la causa proletaria, que es la de la humanidad
civilizada. El instrumento de estas políticas revolucionarias no puede ser
otro que un gobierno obrero y campesino.
(IV)
En toda Europa, desde la guerra imperialista, como en Rusia en 1917, el
mayor obstáculo que se opone al avance victorioso de la revolución proletaria
es el reformismo, agente burgués del movimiento obrero. Paradójicamente,
sucede que el más característico exponente del reformismo castrador en nuestro
país es el Partido Comunista de la propia España y su filial el Partido
Socialista Unificado de Cataluña, ambos afiliados a una Internacional, la
Internacional Comunista que surgió como consecuencia de la ruptura ideológica y
orgánica con el reformismo. Prisionero de la burocracia soviética, que ha
dado la espalda a la revolución proletaria internacional para depositar todas
sus esperanzas en los países "democráticos" y en la Sociedad de
Naciones, el comunismo oficial ha abandonado definitivamente las políticas
revolucionarias de clase para volverse hacia una alianza con los partidos
democráticos burgueses (frente popular) y preparar a las masas
psicológicamente para la próxima guerra mundial. De ahí que el eslogan «Lucha por la independencia nacional»,
traducido al lenguaje de la política internacional, signifique «subordinación de la España revolucionaria a
los intereses del bloque imperialista franco-británico», de la que también
es miembro la URSS. Las consecuencias fatales de estas políticas no han
tardado mucho en hacerse sentir: especular con las dificultades de la guerra y
las posibles complicaciones internacionales, el reformismo, apoyado
eficientemente por los representantes de la burocracia estalinista, que a su
vez han especulado con el apoyo de la URSS, ha conseguido socavar
sistemáticamente las conquistas revolucionarias, preparando el terreno para la
contrarrevolución. Nuestra eliminación del gobierno de la Generalidad, los
intentos de formar un ejército popular "democrático" y "neutral",
la represión de las milicias de retaguardia y el restablecimiento de la ley y
el orden sobre la base del restablecimiento del antiguo mecanismo y la censura
de la prensa. son las etapas más importantes de este proceso
contrarrevolucionario, que seguirá inflexiblemente hasta que el movimiento
revolucionario esté totalmente aplastado si la clase obrera española no decide
reaccionar rápida y vigorosamente, reconquistando las posiciones adoptadas en
los días de julio y haciendo avanzar el socialismo revolución.
En la presente situación, inequívocamente revolucionaria, la consigna de
"lucha por la República
parlamentaria-democrática" no puede servir a otros intereses que los
de la contrarrevolución burguesa. Hoy más que nunca "la palabra democracia no es más que una
tapadera para impedir que el pueblo revolucionario se levante y ataque, libre,
intrépidamente y por sí solo, la construcción de la nueva sociedad"
(Lenin). Como lo ha demostrado el marxismo revolucionario, la República
democrática no es más que una forma camuflada de dictadura burguesa. En el
apogeo del capitalismo, cuando éste representaba un factor progresivo, la
burguesía podía permitirse el lujo de conceder a las clases trabajadoras una
serie de libertades "democráticas"
-muy limitadas y llenas de condiciones, debido a su dominación económica y
política-. Hoy en la era imperialista, "La etapa final del capitalismo", la burguesía, para superar
sus contradicciones internas, se ve obligada a recurrir al establecimiento de
regímenes de brutal dictadura (fascismo) que destruyen hasta las
insignificantes libertades democráticas. En estas circunstancias, el mundo
se enfrenta a un dilema fatal: el socialismo o el fascismo. Los
regímenes "democráticos" deben inevitablemente ser transitorios e
inconsistentes, con la dificultad añadida de que al calmar a los trabajadores y
despojarlos de sus sueños, están preparando efectivamente el terreno para la
reacción fascista. El mundo se enfrenta a un dilema fatal: el
socialismo o el fascismo.
Para justificar su monstruosa traición al marxismo revolucionario, los
estalinistas sostienen que la República democrática que proponen será una
República democrática distinta de las demás, una república "popular" de la que habrá
desaparecido la base material del fascismo. Es decir, que escandalosamente
dejan a un lado la teoría marxista del Estado como instrumento de dominación de
una clase para caer en la utopía del Estado democrático que está "por encima de las clases", al
servicio del pueblo, con el propósito de engañar a las masas y preparar la
consolidación pura y simple del régimen burgués. Una República de la que
ha desaparecido la base material del fascismo, no puede ser más que una República
socialista, ya que la base material del fascismo es el capitalismo.
Nota
1. La crítica de Nin a la estrategia del frente
popular en España, y el papel del Partido Comunista en ella, tenía como
objetivo servir de base para una discusión sobre la estrategia política en la
conferencia nacional del POUM en junio de 1937, pero el partido fue proscrito
antes de que pudiera tomar lugar. Esta traducción está tomada de David
Beetham, ed., Marxists in Face of Fascism (Manchester
University Press, 1983). El original se puede encontrar en el sitio
web de Fondación Andreu Nin ( www.fundanin.org ).
Andrés
Nin Internet Archive 1892-1937/ Andrés Nin Archivo de Internet 1892-1937
Qué es y qué
quiere el Partido Obrero de Unificación Marxista
Este texto
reproduce íntegramente el folleto publicado por el Comité Ejecutivo del POUM en
febrero de 1936, destinado a dar a conocer los principios fundamentales del
nuevo partido creado en septiembre de 1935, a partir de la fusión del Bloque
Obrero y Campesino y la Izquierda Comunista. Su redacción fue fundamentalmente
obra de Nin y de Maurín. Fue reeditado como suplemento de La
Batalla en el exilio, en 1972.
El PCE de
José Díaz y Dolores Ibárruri «Pasionaria», a la cabeza de la lucha por la
independencia nacional de España
José
León Villalta Rebelión 6 de febrero del 2004
El
Partido Comunista de España de José Díaz y Dolores Ibárruri «Pasionaria», a la
cabeza de la lucha por la independencia nacional de España
José
León Villalta.
La
bandera nacional ondeará en los actos del Partido Comunista de España
«Si la Monarquía continúa obrando de manera decidida para restablecer la
democracia, en unas próximas Cortes nuestro partido podría considerar la Monarquía
como el régimen constitucional democrático. Si no fuera así, no tendríamos
ningún compromiso en ese sentido. Hemos defendido la República, y las ideas de
nuestro partido son republicanas; pero hoy, la opción no es entre Monarquía o República, sino entre dictadura o
democracia.»
Vida, obra y
muerte de Andreu Nin
Cartas desde la cárcel de los presos del POUM al Gobierno republicano. Sentencia al POUM. 29 de Octubre de 1938
Victor Serge
1937 Adiós a Andrés Nin
Juan Andrade
El asesinato de Andrés Nin: sus causas, sus autores, junio de 1939
Julián Gorkin. El sacrificio de Andrés Nin
Primera campaña de difamaciones y calumnias, en la que se identificaba al POUM con el fascismo internacional, se intensificó desde finales de 1936 y en los primeros meses de 1937
España
Traicionada (Stalin y la guerra civil) Ronald Radosh, Mary R. Haberck (eds).
Primera parte.
Andrés Nin.
La acción directa del proletariado y la revolución española (Julio de 1936)
Víctor Alba.
Sobre el frente único proletario, documentos complementarios
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