NOTA DEL
EDITOR DE ESTE BLOG: Le he añadido todos los enlaces que tiene este artículo,
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Manuel
Urbano Rodrigues, pertenece a unas
de las tendecias que hay entre los comunistas, que es el estalismo.
Una
extraña fiebre ideológica gana actualidad y destacados intelectuales del
sistema vomitan apologías del neoliberalismo y exorcizan al marxismo como
antigüedad obsoleta
Los dirigentes
de la Unión Europea –especialmente Merkel, Hollande y Cameron- intensificaron
en las últimas semanas sus críticas a Rusia. El pretexto son los
acontecimientos de Ucrania. Un objetivo prioritario es Vladimir Putin. Uno de
los absurdos de esa campaña es la insistencia en presentar al presidente de
Rusia como un dictador que estaría empeñado en una política que intentaría la
reconstitución parcial de la Unión Soviética.
Un
anticomunismo evidente es identificable en crónicas de influyentes analistas
occidentales. No obstante que Rusia es hoy un país capitalista, slogans de la
Guerra Fría son retomados.
Putin es
acusado de recurrir a métodos y al lenguaje de comunistas históricos. Aun la
realización de la marcha de la Victoria en Moscú, el 9 de Mayo, para conmemorar
la derrota del Reich nazi, fue interpretada como una amenaza en Washington y
algunas capitales de la Unión Europea.
Una extraña
fiebre ideológica gana súbitamente actualidad y destacados intelectuales del
sistema capitalista divulgan a (des)propósito entusiastas apologías del
neoliberalismo y exorcizan al marxismo como antigüedad obsoleta.
Y en esa
atmósfera es que se inserta el nuevo discurso anticomunista que, agitando
fantasmas, falsifica la Historia.
En la
tentativa de presentar a Marx y a Lenin como enemigos de la democracia,
intervienen figuras exponenciales de una ideología inseparable del engranaje
liberticida que amenaza a la humanidad y es el responsable de crímenes
monstruosos.
En Portugal
los comentaristas de servicio en la TV, en la radio y en los periódicos de
“referencia” cumplen con celo su tarea, difundiendo tonterías en el combate al
supuesto renacimiento de la “nostalgia comunista” en Rusia.
Creo por
ello que es útil recordar datos y situaciones históricas que desmontan la
actual campaña ideológica del imperialismo.
Comenzaré
por llamar la atención sobre la falsedad de las tesis de académicos
anticomunistas que atribuyen a Lenin un dogmatismo rígido en la utilización del
marxismo para la comprensión y transformación del mundo. Se trata de una
grosera mentira. El fundador del primer Estado socialista no veía en el
marxismo una ciencia inmóvil, de fronteras definitivas.
“No
consideramos de modo alguno –escribió- a la teoría de Marx como algo acabado e
intocable, estamos por el contrario convencidos de que ella apenas asentó la
piedra angular de la ciencia que los socialistas deben hacer avanzar en todas
las direcciones, si no quieren atrasarse en relación a la vida. Pensamos que
para los socialistas rusos es especialmente necesaria la elaboración
independiente de la teoría de Marx, pues esta teoría ofrece solamente
postulados generales orientadores que en particular a Inglaterra se aplican de
manera diferente en Francia, en Francia de manera diferente de Alemania, en
Alemania de manera diferente a Rusia.” (1)
Lenin
repitió incansablemente que sin teoría revolucionaria no puede triunfar ningún
movimiento revolucionario. Y consiguió, con imaginación y talento, ser
simultáneamente flexible en la aplicación del método marxista e intransigente en
el combate a las ideas y maniobras de aquellos que, afirmando ser marxistas,
asumían en la práctica posiciones incompatibles con la ideología del autor de El
Capital.
Contrariamente
a la convicción de muchos jóvenes, que identifican en los “renovadores” que
contribuyeron a la socialdemocratización de muchos partidos comunistas europeos
un fenómeno relativamente reciente, el revisionismo del marxismo se sumerge en
las raíces del siglo XIX.
Comenzó aún
en vida de Marx y fue permanente. En 1894, cuando Lenin preparaba la fundación
del futuro partido bolchevique, tuvo que librar una lucha dura contra los
“marxistas legales”, tendencia liderada por el alemán Struve que procuraba
“tomar del marxismo todo aquello que era aceptable para la burguesía liberal,
incluyendo la lucha por reformas, incluyendo la lucha de clases (sin la
dictadura del proletariado), incluyendo el reconocimiento “general” de los
ideales socialistas y la sustitución del capitalismo por un “nuevo sistema” y
rechazar “solamente el alma viva del marxismo, y su carácter revolucionario”.
La segunda
ofensiva de los oportunistas para desvirtuar el marxismo en beneficio de la
burguesía tuvo su epicentro en el Partido Socialdemócrata Alemán, en su tiempo
muy prestigioso, cuando su dirigente Edward Bernstein publicó en 1899 una serie
de artículos en que revisaba tesis fundamentales del marxismo. En su apología
del reformismo lanzó una consigna famosa: “el movimiento lo es todo, el
objetivo final casi nada”. (2)
Lenin y Rosa
Luxemburgo le arrancaron la máscara, denunciándolo como un tergiversador del
marxismo. Para los comunistas “el objetivo final” lo es todo y el reformismo de
Bernstein apuntaba para una conciliación con la burguesía. En la práctica,
Bernstein retomaba tesis reaccionarias de la filosofía de Kant. Pero su prédica
influyó en un amplio sector del Partido Socialdemócrata Alemán, entonces
marxista, con repercusiones negativas en Rusia. (3)
Una tercera
gran ofensiva del revisionismo ocurrió en 1908. Dos filósofos, el austriaco
Ernst Mach y el alemán Richard Avenarius, que negaban la existencia objetiva
del mundo material, difundieron la llamada filosofía de la “experiencia
crítica”, más conocida por el nombre de Empiriocriticismo. Según ellos, los
cuerpos serían solamente “complejos de sensaciones”. Los trabajos de ambos
dieron origen a una corriente del pensamiento que se popularizó con el nombre
de “machismo”. Mach sobre todo, aunque pretendiendo ser marxista, rechazó lo
esencial del materialismo histórico y del materialismo dialéctico.
Una parte
considerable de la intelectualidad progresista europea se adhirió con
entusiasmo a esa nueva filosofía, aceptándola como puntera en la ciencia.
Kautsky, abriendo las columnas del órgano central de la socialdemocracia
alemana a la apología del Empiriocriticismo, contribuyó a aumentar la confusión
generada.
Los
mencheviques se adhirieron inmediatamente, más la propaganda machista perturbó
también a cuadros de la fracción bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata
de Rusia- POSDR-b. Esa influencia negativa llevó inclusive a la formación de un
grupo oportunista, los “oztovistas” que defendía la retirada del Parlamento
Ruso (la Duma) de los diputados bolcheviques, afirmando que el Partido debería
realizar solamente actividades ilegales.
Fue entonces
que Lenin declaró la guerra a esa peligrosa modalidad del revisionismo, primero
a través de artículos, después en un libro, Materialismo y
empiriocriticismo, ensayo filosófico que con el tiempo se volvió un clásico
del marxismo como obra teórica. Demostró que Mach y sus seguidores, simulando
realizar un trabajo científico innovador, se limitaban al final a colocar un
nuevo rotulo a a viejas tesis idealistas (4).
Los
esfuerzos para destruir al marxismo fueron permanentes en vida de Lenin y
prosiguieron después de su muerte.
EL
MODERNO REVISIONISMO
Desde el
inicio de la Primera Guerra Mundial una onda de falso patriotismo barrió
Europa. Pisoteando sus programas, y violando compromisos asumidos en nombre del
internacionalismo proletario, partidos que pretendían ser socialistas votaron
los créditos de guerra de las grandes potencias envueltas en el conflicto,
volviéndose cómplices de la hecatombe que afectó a la humanidad. Esa opción fue
decisiva para el descredito y agonía de la II Internacional. La lucha contra el
imperialismo pierde mucho de su significado, decía Lenin, si no “está
indisolublemente ligada a la lucha contra el oportunismo”. El gran
revolucionario fue por tanto implacable en la denuncia del social-chauvinismo,
desmintiendo que la defensa de la libertad y de los verdaderos intereses
nacionales fuese el motivo de la guerra.
La victoria
de la Revolución Rusa forjó, en tanto, las condiciones que permitieron la
creación de la III Internacional. Pero, como era de esperar, la existencia de
la Unión Soviética fue por si sola un incentivo para una ofensiva permanente en
múltiples frentes contra el marxismo.
Finalizada
la Segunda Guerra Mundial, la lucha contra el comunismo asumió facetas muy
diferenciadas. Los partidos comunistas europeos habían desempeñado un gran
papel en la lucha contra el fascismo.
Debilitarlos, instalar en ellos el divisionismo, empujarlos al antisovietismo y al alejamiento del marxismo fue una constante en las campañas de la burguesía y del imperialismo.
En el auge
de la guerra fría, el Manifiesto de Champigny en Francia, en 1968, cuando
Waldeck Rochet era secretario general del Partido Comunista Francés, cumplió
importante papel en debates ideológicos que abrieron la puerta al
eurocomunismo. Invocando la necesidad de renovar al marxismo, dirigentes como
los franceses Georges Marchais, Roger Garaudy y Louis Althusser, el italiano
Enrico Berlinguer, el español Santiago Carrillo y otros serán recordados como
arquitectos de un revisionismo que encaminó a sus partidos a la
socialdemocratización. En el caso del Partido Comunista Italiano el viraje a la
derecha funcionó además como etapa rumbo a su autodestrucción. Fausto
Bertinotti, que fue secretario general de Refundacion Comunista, tuvo incluso
la abyeccion de renegar el comunismo.
El
revisionismo actuó con máscaras muy diferentes. Después de la disgregación de
la Unión Soviética surgieron en muchos partidos dirigentes que, presentándose
como empeñados en renovar el marxismo, pasaron rápidamente al ataque al
leninismo y al centralismo democrático. Algunos acabaron ingresando en partidos
socialistas integrados en el sistema capitalista.
Las
universidades produjeron una generación de académicos que, iniciando por
lecturas perversas de Marx, no tardaron en procurar justificaciones para la
defensa de las políticas neoliberales.
Ganaron
también alguna notoriedad revisionistas (oportunistas de izquierda) que,
pretendiendo exhibir una supuesta pureza marxista, recurrieron a los textos de
Gramsci y del Che Guevara para irles deformando el pensamiento en obras de
cariz antisoviético, aplaudidas por el imperialismo.
Una modalidad del anticomunismo, más
sutil, es la practicada por intelectuales que, criticando el capitalismo,
identifican en los movimientos sociales la fuerza revolucionaria con vocación
para salvar a la humanidad (John Holloway, Bernard Cassen,( de ATTAC) Ignacio Ramonet,( de ATTAC) Boaventura Sousa Santos, Heinz Dietrich, etc)
negando a los partidos protagonismo en la lucha contra el sistema.
Aceptar en
Marx el economista y rechazar al ideólogo es actitud frecuente en cenáculos de
intelectuales que satanizan a Lenin.
EL
PELIGRO OPORTUNISTA
La palabra
oportunista se volvió incómoda para muchos dirigentes de partidos comunistas
europeos y latinoamericanos. Esa actitud traduce la consciencia de estrategias
y tácticas que afectan la unidad del movimiento comunista internacional. Sus
últimas reuniones confirmaron la existencia de discordancias profundas que lo
debilitan.
El panorama
actual es muy complejo. En Europa, la mayoría de los partidos están hoy
integrados en el Partido de la Izquierda Europea (PIE), hombro a hombro con
partidos burgueses como el Die Link alemán, la Syriza de Grecia y el Bloco de
Esquerda de Portugal.
La función
inconfesada de ese partido es neutralizar a los trabajadores, dificultando su
participación en las grandes luchas contra el imperialismo y las políticas
neoliberales impuestas en la Unión Europea. No sorprende que el PIE cuente con
la simpatía de los medios controlados por el capital y la benevolencia de los
gobiernos que lo representan.
Muchos
partidos comunistas fueron contaminados en las últimas décadas.
Algunos participaron en la orquesta del antisovietismo. Robert Hue, cuando era secretario nacional del PCF, tuvo el descaro de afirmar que “todo fue negativo en la Unión Soviética”.
Algunos participaron en la orquesta del antisovietismo. Robert Hue, cuando era secretario nacional del PCF, tuvo el descaro de afirmar que “todo fue negativo en la Unión Soviética”.
El Partido
Comunista Italiano desapareció después de cambiar de nombre. El Partido
Comunista Francés, en rápida metamorfosis, renegó de su pasado y se transformó en
una caricatura de partido obrero. El Partido Comunista de España, hoy
antileninista, se diluyó en una Izquierda Unida inofensiva.
Una epidemia
de oportunismo se instaló en el movimiento comunista internacional.
Una de sus
manifestaciones es la crítica –abierta o indirecta- a Partidos que, en la
fidelidad a los principios continúan asumiéndose como marxistas-leninistas. Son
apuntados entre otros el Partido Comunista de Grecia-KKE, el Partido Comunista
de México-PCM, y el Partido Comunista Brasileño-PCB.
No cabe en
este artículo comentar la estrategia de esos partidos revolucionarios. No me
identifico con todas las posiciones que asumen. Pero ellos me hacen recordar
que el Partido Comunista Portugués, por la fidelidad a los principios y a su
historia, resistió victoriosamente con firmeza la ola de anticomunismo, que,
sobre todo en el inicio de los años 90, descaracterizó o destruyó a otros.
Hoy es
precisamente esa fidelidad a los principios del KKE, del PCM y del PCB, y su
firmeza en el combate al revisionismo y en la denuncia del oportunismo, lo que
me inspira respeto y admiración.
Ellos y
otros fundadores de la Revista Comunista Internacional son hoy una
minoría en el Movimiento Comunista Internacional. Mas por la coherencia
demostrada en la fidelidad al pensamiento y la obra de Marx y el coraje con que
asumen la herencia de Lenin cuentan con mi solidaridad fraterna.
____________
Notas
(1) V.Lenin, O
Nosso Programa, Obras Completas, in Tomo 4, pág.
184
184
(2)
V.I.Lenin, A Falência da II Internacional,idem,Tomo 26, pág.
227
227
(3) V.Lenin, Uma
Orientação Retrógrada na Social-democracia Russa, idem, Tomo 4, pág.
265
(4)
V.i.Lenin, Materialismo e Empiriocriticismo, Edições Avante! 1982,
Lisboa
Serpa e
Vila nova de Gaia, Agosto de 2014
www.odiario.info. Traducción: Jazmín Padilla
www.odiario.info. Traducción: Jazmín Padilla
Santiago
Carrillo: "Que nadie espere que nos dividamos en leninistas y
antileninistas"
Este
artículo hace referencia a Heinz Dieterich
Crítica
Marxista a las medidas bolivarianas: Devaluación, Sustitución de Importaciones
y la Venezuela Exportadora
Sobre Heinz Dieterich
De nuevo Heinz Dieterich contra la revolución bolivariana
Venezuela-Ucrania: ¿Sobrevivirá la 5ta República?
El guarimbeo de “izquierda” de Heinz Dieterich
De nuevo Heinz Dieterich contra la revolución bolivariana
El País un periódico que defiende a los fascistas en Venezuela.
La crítica chavista a la política de Maduro, cada vez más evidente
John
Holloway: "Podemos o Syriza pueden mejorar las cosas, pero el desafío es
salir del capitalismo"
John
Holloway: "Podemos o Syriza pueden mejorar las cosas, pero el desafío es
salir del capitalismo"
El marxismo revolucionario y el
debate sobre el poder
Cita:
Ese
autonomismo que afloró en el 2001 con bombos y platillos (aplaudido, dicho sea
de paso, por los diarios Claríny La Nación que le
dedicaron varios suplementos culturales a endiosar a Toni Negri, Paolo Virno y
John Holloway, entre muchos otros) hizo mucho daño, desviando sanas
energías populares y genuinas buenas intenciones juveniles hacia callejones sin
salida alguna. Fantaseando e idealizando, sin conocer en profundidad, al
zapatismo (el zapatismo de los turistas progres), el autonomismo criollo jamás
se animó a preguntar, por ejemplo, porqué las comunidades originarias de
Chiapas, a la hora de identificarse políticamente, eligieron el nombre
histórico de Emiliano Zapata en lugar de autobautizarse con algún bonito y
atractivo nombre de ONG altermundista europea.
Toni Negri y
la resurrección de la ideología (I)
Zapatismo y
John Holloway
IGNACIO RAMONET, QUE APOYÓ LA INVASIÓN EN LIBIA, TRABAJARÁ
EN TELESUR
La
inestimable contribución de ATTAC a las trampas ideológicas de la burguesía
Desenmascarando
a ATTAC
Fabricando
Disidencia: Globalistas y Elites Controlan Movimientos Populares
ATTAC y Podemos
Alberto
Garzón es, un cabello de Trolla en I.U.
Escuchar la intervención
Garzón:
"Luchamos junto a Podemos en el 15M y lo haremos ahora en las
instituciones"
Albero Garzón
ATTAC
Alberto Garzón
podemos
Alberto
Garzón DRY
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