9 de
septiembre de 2014
Por Marat
Ya está bien
de plantear las resistencias hacia Podemos en términos de dudas o de rogativas
para que el lobo (Pokemon) sea compasivo y no se coma a Caperucita (IU).
Podemos es
castuza, oligarquía de cuatro "profes" sobre una masa de borreguitos
a los que les han contado el cuento de la democracia participativa 2.0 y un
recetario de medidas para simples y reformistas vergonzantes.
A Podemos
sólo le interesa hablar de “casta” y de democracia participativa 2.0, no
derribar al sistema capitalista y al sistema de dominación de empresarios
contra trabajadores porque, si así fuera, caerían como un castillo de naipes,
al ser abandonados por aquellos que les financian y difunden “urbi et
orbe” hasta el último pedito que se tiran.
Y, ante
todo, Podemos es la avanzadilla del fascismo que llegará cuando la
“des-ilusión” hacia el movimiento-partido-antipartido se torne en frustración.
Hoy Podemos ya está lleno de dirigentes fascistas en sus círculos que han visto
la oportunidad de un discurso consonante con el joseantoniano. A su
cabeza tienen un fürhercito y varios curillas de comparsa que bendicen un
modelo de partido autoritario en el que la masa está sólo para “creer,
obedecer y combatir...al teclado de sus ordenadores”, claro está en su
cibercracia, en la que el que hace la pregunta controla ya los límites del
debate y de qué se discute y de qué no en esa “democracia digital para
gilipollas”.
Cuando el
fracaso de Podemos se produzca y el fruto esté ya maduro, el problema ya no
será que no haya “democracia participativa”. El problema será el mero hecho de
que exista una de las bases fundamentales de la democracia: el pluralismo de
partidos. Sobrarán todos los demás, menos el único y el del jefe al que acatar
y adorar en un Estado histérico de fervor desaforado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario