Posted on abril
8, 2016 by encuentrocomunista
Documentos
III Asamblea
Por fin
podemos entregaros los documentos de la III Asamblea. Debido a su extensión no
resulta práctico incluirlos en el propio Boletín, así que podéis consultarlos
tranquilamente en los siguientes enlaces:
En el acta
tenéis una descripción pormenorizada del desarrollo de la asamblea y de las
decisiones acordadas.
Sobre el
logo del EEC y el diseño de web y boletín.
Selección
del logo del EEC.
Una vez que
nos hemos constituido creemos conveniente disponer de un logo que identifique
al EEC de forma permanente, ya que hasta ahora hemos estado usando imágenes más
o menos caseras que han ido cambiando con el tiempo. Como hasta ahora no hemos
despuntado por nuestras habilidades creativas, en la asamblea se acordó abrir
un período para que cualquier camarada pudiera mandar una propuesta de logo.
Las propuestas recibidas serán mostradas en la web y anunciadas en un futuro
boletín para que tod@s podamos votar por la que más nos gusta. Enviad vuestras
propuestas al correo de siempre: encuentrocomunista@yahoo.es
Diseño de
la web y del boletín.
Entre las
tareas de la nueva Coordinadora Estatal está la de mejorar la página web. Hay
varios camaradas informáticos que están trabajando en el aspecto técnico, pero
no tenemos a nadie con preparación en diseño gráfico. Así que como habréis
podido comprobar todos estos meses, la página no se destaca por diseño,
estética o claridad. Si trabajas con gráficos o diseñas páginas web desde el
punto de vista de su usabilidad y presentación, nos vendría genial que pudieras
echarnos una mano para arrancar. Una vez más, te puedes poner en contacto con
nosotros en el correo encuentrocomunista@yahoo.es
El EEC
ante el 14 de abril.
Como todos
los años, alrededor del 14 de abril se celebran manifestaciones y actos en todo
el Estado coincidiendo con el aniversario de la proclamación de la II
República. La significación histórica de la fecha es evidente, tratándose del
período en el que las luchas de la clase trabajadora alcanzaron sus niveles más
álgidos en la historia del Estado español. En el tiempo que va desde 1931 hasta
el dramático final causado por la acción de la oligarquía y su ejército
fascista, la II República registró etapas que, con sus claroscuros, dejaron una
memoria de luchas y conquistas. Sirvan a modo de ejemplo: el fomento de la cultura
como un bien al servicio de las clases populares destinado a satisfacer sus
deseos de emancipación y no como un mero mecanismo para dotar al sistema de
profesionales cualificados y acríticos; el impulso, aunque de modo parcial, de
la reforma agraria, algo que en nuestros días sigue teniendo relevancia sobre
todo en Andalucía, así como de la lucha obrera por la mejora de sus condiciones
de vida; la Revolución de Asturias de 1934, de carácter socialista,
salvajemente reprimida por la derecha -en el gobierno entonces- y a mano de
sectores militares que dos años más tarde se levantarían contra el gobierno
legal y legítimamente constituido y contra esta forma de Estado.
Para quienes
componemos el Espacio de Encuentro Comunista (EEC) la significación del 14 de
abril no es algo limitado a rememorar el pasado, sino con proyección de futuro;
de reivindicación de poder para la clase trabajadora y los sectores populares,
para lo cual es precisa la ruptura con el tinglado político instaurado por la
llamada transición en 1978 y todo su entramado de élites económicas, políticas,
judiciales, mediáticas y sindicales, coronadas por la monarquía heredera de
Franco.
Para el EEC
defender la forma republicana de Estado tiene que ver con el derecho de toda
persona a ser elegido máximo representante del Estado (sin interferencia de
ningún “derecho de sangre o de cuna”) y con el de revocabilidad de dicho
representante, con el laicismo frente a toda creencia religiosa y con la
austeridad en el comportamiento político y en sus símbolos.
Pero, puesto
que como comunistas no tenemos una idea neutral respecto al Estado, ya que éste
tiene siempre un carácter de clase, nuestra visión de la República no es
“neutral”. No nos imaginamos una República que represente por igual a opresores
y a oprimidos, a sectores reaccionarios o a sectores progresivos porque ello
nunca es cierto. Frente a un republicanismo “sin adjetivos”, que los tiene pero
los esconde, nuestro proyecto es la República de Trabajadores, al cuál incluso
sin alcanzar el socialismo, sobrepone el derecho de nuestra clase a un empleo y
a un vida dignos por encima del objetivo del enriquecimiento personal.
En otro orden
de cosas, pensamos que la percepción social de la masividad de la corrupción no
debe llevarnos al error de creer que ésta es reciente o que ha comenzado con la
actual fase de la crisis de superproducción capitalista.
La
corrupción política es consustancial al capitalismo. La economía de mercado no
puede sostenerse sin poner a los aparatos del Estado a su servicio. En el caso
del Estado español, el engranaje institucional corrupto de la Dictadura
encabezado por la Monarquía, se transmutó íntegramente en la llamada
democracia. Lo único nuevo fue la incorporación al latrocinio de las cúpulas
políticas de Gobiernos municipales y autonómicos de todos los colores, y sobre
todo y a gran escala, del PP y del PSOE.
Lo que ahora
se pone de manifiesto son tres hechos claves para entender lo que sucede:
1.
Las
acusaciones de corrupción, que salen de las mismas esferas del poder, se
utilizan como arma arrojadiza entre facciones enfrentadas y son la expresión
más rotunda de su descomposición.
2.
La
integración y colaboración con el entramado del poder por parte de importantes
sectores de la izquierda institucional, incluidos los grandes aparatos
sindicales, ha servido desde la Transición para poner a los supuestos
representantes de la clase obrera al servicio del capital y para destruir
organizaciones construidas a fuerza de muertos y de años de cárcel.
3.
Las
nuevas opciones electorales que se alzan con el objetivo de “acabar con la
casta” ocultan sistemáticamente “la mano que mece la cuna” y que no es otra que
la de la gran burguesía (de aquí y de fuera) que corrompe a los políticos para
realizar sus negocios. El objetivo es hacer creer a la gente que cambiando las
caras del Gobierno y renovando el aparato del Estado se pueden solucionar los
problemas.
Ante la
agudeza de la crisis general del capitalismo, que azota con especial fuerza al
Estado español, y que parecía hace pocos años que hacía tambalear los cimientos
del engranaje institucional de la Transición, se ha impuesto una estrategia de
renovación formal que se puede resumir en la frase de Lampedusa “es preciso que
algo cambie para que todo siga igual”, intentando una segunda transición que
deje intactos los privilegios económicos de los poderosos, utilizando la
ilusión de que es posible a vuelta al “estado del bienestar”, que además no fue
nunca general ni idílico, pero que, en cualquier caso, no es posible según la
tendencia actual del sistema capitalista a nivel planetario, que pasa en el
aumento de la opresión de la clase trabajadora y el incremento de sus guerras
de rapiña.
Las luchas
obreras y populares, las huelgas que utilizan nuevas formas de resistencia, las
movilizaciones que expresan formas radicales de combate, dan cuenta de formas
inéditas de organización al margen de las “grandes” organizaciones políticas y
sindicales, pese al innegable reflujo producido por la inestimable contribución
a la desmovilización ejercida por las opciones ciudadanistas de izquierda.
La brutal
represión ejercida contra los sectores más combativos y especialmente contra la
juventud muestra en qué medida las clases dominantes usan el terror del Estado
contra quienes saben que su único camino es la lucha. Todo ello, mientras las
bandas fascistas campan libremente por barrios y pueblos, haciendo gala
impunemente de violencia sobre la población inmigrantes, a fin de presentarla
como la responsable del patente deterioro de las condiciones de vida de la
clase trabajadora.
Frente a un
Régimen capitalista que intenta renovarse en sus formas políticas, conservando
en lo sustancial su naturaleza explotadora e injusta, y unas medidas económicas
que atenazan las condiciones de vida de la inmensa mayoría, El Espacio de
Encuentro Comunista denuncia los intentos de organizaciones políticas que se
presentan como “alternativa”, de camuflar lo que sucede con el Pago de la Deuda
(que la sociedad española no ha contraído), consecuencia directa de la
imposición de las políticas de la Unión Europea y de la pertenencia a la Zona
Euro. Aceptando la permanencia a ese marco económico y político se imponen
férreamente recortes, privatizaciones, desahucios y contrarreformas laborales
como garantía del pago de la Deuda y de beneficios empresariales. La clase
obrera, tanto en sentido amplio como específicalmente en los sectores
juveniles, de mujeres y de inmigrantes que pertenecen a ella, están pagando con
sus vidas destrozadas una Deuda que se ha generado trasladando masivamente a la
gran banca y a las grandes multinacionales fondos públicos
Es un
círculo infernal sin fin. Las previsiones del Gobierno fracasan una tras otra
porque la crisis capitalista no tiene salida. Sus profecías, que ni ellos
mismos se creen, no tienen otro objetivo que intentar impedir que los sectores
populares sean conscientes de que no hay salida ni en la UE, ni en el
capitalismo, y actúen en consecuencia.
Porque
ningún gobierno, municipal, autonómico o el del Estado – sea del color que sea
– va a poder resolver los gravísimos problemas del pueblo trabajador sin
enfrentar el Tratado de Estabilidad de la Zona Euro y las leyes que lo
desarrollan en el Estado español, y que aseguran la disolución de cualquier
Gobierno cuyas políticas no ejecuten sus mandatos.
Por ello, la
primera prioridad es la construcción del poder organizado de los sectores
oprimidos y castigados por las medidas anticrisis capaces de imponer, por
encima de la Troika, del FMI y del BCE, que primero están sus derechos y sus
condiciones laborales y de vida.
Para ello,
gobierne quien gobierne, es preciso enfrentarse, tanto a toda la oligarquía que
con la Transición se perpetuó, empezando por la Monarquía y las grandes
corporaciones españolas como a una Unión Europea que impone políticas
incompatibles con derechos sociales y laborales.
Es necesario
que los sectores populares juveniles, que se enfrentan hoy a la aniquilación de
sus esperanzas de vida, retomen el hilo rojo de quienes (con la misma juventud
y esperanzas) supieron encarnar en su día la voluntad combativa que ahora
necesitamos.
No hay otra
salida poner al servicio de nuestra clase la riqueza para que ella la
administre. Y no hay otra solución que expropiar a los expropiadores. En
resumen, construir una sociedad socialista donde el ser humano sea valorado
como tal, y no en función de sus riquezas materiales.
Redifusión
libre
Lista de distribución del Boletín Rojo del EEC
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