Coronavirus: estampas de la clase trabajadora global
Seguimos publicando denuncias de los trabajadores a
nivel mundial En estos relatos en primera persona es posible comprobar como no
solo el virus -un elemento natural- es global, sino también como falla a nivel
global la capacidad de respuesta de los países y bloques capitalistas.
por Matt
Smith *
24 de marzo
de 2020
Seattle, EEUU.
– Mientras el coronavirus comienza a extenderse y gran parte del país comienza
a bloquearse, Amazon
está en alza. Con más gente quedándose en casa, el negocio del reparto se hace
más importante que nunca, y más lucrativo. La demanda de suministros para la
vida diaria está en auge, desde el papel higiénico hasta la leche en polvo.
Todas estas
entregas requieren de un ejército de trabajadores -conductores, manipuladores,
clasificadores y más- en la vasta red de centros de despacho y de reparto de la
compañía. Yo soy parte de ese ejército, un operador de carga subcontratado en
una estación de reparto de Amazon en las afueras de Seattle, cerca del
epicentro del brote de covid-19.
Mientras
tantos miembros de la clase trabajadora sufren el coste oculto de pérdidas de
salario y desempleo ocasionado por el coronavirus, aquellos que seguimos
trabajando nos llevamos lo nuestro de otras maneras. Mis compañeros y yo
estamos trabajando más duro que nunca, exponiendo nuestra salud para proveer un
importante servicio a nuestros vecinos en cuarentena. Pero los ejecutivos y los
mil millonarios de Amazon y sus contratas no están, desafortunadamente, tomando
las precauciones básicas para proteger nuestra salud y la salud del público,
digan lo que digan sus departamentos de relaciones públicas.
Condiciones insalubres en Amazon
La red de
reparto de Amazon es un vivero potencial para la difusión del coronavirus.
Mientras los expertos en sanidad advierten contra las reuniones de diez
personas o más, en los almacenes de Amazon hay 100, 500 o 1500 empleados
trabajando en un único sitio. Desde estos almacenes, los conductores y los
manejadores de carga como yo somos enviados a lo ancho de toda la zona,
entrando en miles de edificios de apartamentos, negocios y residencias para
entregar los paquetes.
A pesar de
este claro peligro potencial, Amazon no ha tomado muchas precauciones básicas
para prevenir un brote. Por ejemplo, ni Amazon ni sus contratistas han provisto
de suministros como desinfectante de manos para los camiones, para limpiarnos
entre entregas, a pesar de las continuas demandas de los trabajadores.
En nuestra
estación de reparto, tampoco hemos visto un incremento en nuestra baja por
enfermedad pagada a raíz del riesgo del virus. Muchos de mis compañeros se
enfrentarían a una difícil disyuntiva si experimentaran los síntomas del virus:
ir al trabajo a riesgo de infectar a los compañeros, o perder 5 días de paga
(el tiempo que tardarían en hacerse la prueba del covid-19 y obtener los
resultados). En un contexto de altos alquileres, bajos salarios y sin baja
pagada, muchos de ellos estarían forzados a asumir el riesgo y venir al
trabajo.
Además de
esto, ha habido una notable falta de comunicación desde la dirección de Amazon
sobre precauciones y procedimientos, incluyendo la cuestión de qué ocurre si
uno de nuestros compañeros de trabajo diera positivo en covid-19. Esta pregunta
se ha vuelto más urgente después de que un trabajador de Amazon diera positivo
recientemente en una estación de reparto en la ciudad de Nueva York y cinco dieran
positivo en un almacén en España. En Nueva York, los empleados dicen que
fueron los compañeros -y no la dirección de Amazon- los que informaron de los
positivos, y que los trabajadores fueron requeridos a acudir a su turno después
de que el caso fuera descubierto. Amazon debe comunicar claramente a sus
empleados y contratistas sobre este riesgo, y deben cerrar inmediatamente las
instalaciones donde se encuentre un caso de coronavirus, con la paga completa a
los trabajadores afectados.
Estos
problemas no son aislados de Seattle y Nueva York. Mis compañeros en Amazon han
estado intentado de forma creciente pasar la voz de alarma en los almacenes de
todo el país -a menudo de forma anónima, por miedo a represalias.
Los trabajadores y los miembros de la
comunidad deben defenderse
Se requiere
una acción urgente, ya sea para trabajadores como yo que estamos siendo
expuestos a un riesgo creciente, como para trabajadores que están perdiendo sus
ingresos porque son forzados a quedarse en casa sin paga por baja médica o que
han sido despedidos.
Los jefes de
las gigantescas corporaciones como Amazon parece que no tienen intención de
arreglar estos problemas por sí mismos, a pesar de tener el dinero necesario
para hacerlo, en un afán de mantener sus beneficios. Tampoco las instituciones
políticas Demócrata o Republicana, que han fracasado en atender las necesidades
del pueblo trabajador incluso en tiempos normales. Para resolver esta crisis,
los trabajadores van a necesitar organizarse y reclamar cambios, ya sea para
asistencia inmediata en dinero, bajas de enfermedad pagadas, condiciones de
trabajo saludables y sanidad pública para todos.
En Seattle,
el concejal socialista Kshama
Sawant está peleando por un impuesto de 500
millones de dólares a las grandes corporaciones como Amazon para
financiar una ayuda inmediata a los trabajadores. Trabajadores, socialistas,
sindicatos y activistas deberán unirse a esta lucha si queremos ganar.
Impuesto a Amazon para proporcionar ayuda de emergencia COVID-19 y
construir viviendas sociales, financiar el Green New Deal con un programa de
empleos masivos
¡Nosotros,
trabajadores de Amazon, exigimos protecciones contra el coronavirus!
En otro paso
importante, alrededor de 1500 empleados de Amazon de todo el mundo han firmado una
petición pública pidiendo una actuación de la compañía. Además
de precauciones urgentes de seguridad, la petición emplaza a Amazon a
establecer una paga de 1,5 veces la paga normal por trabajar en un entorno de
riesgo.
Problemas más profundos salen a la
luz
La pandemia
de covid-19 pone a la luz la bancarrota del capitalismo. Corporaciones como
Amazon ponen los beneficios por encima de la salud de sus trabajadores y de la
comunidad. Cuando surgen problemas en el lugar de trabajo, los empleados apenas
cuentan con recursos a través de las estructuras corporativas, donde jefes
insensibles tienen el monopolio de la toma de decisiones.
El sistema,
que ya fallaba a la inmensa mayoría de los trabajadores incluso antes del
estallido del coronavirus, ha mostrado su absoluta incompetencia para lidiar
con una pandemia global y con una crisis climática en ciernes. El modelo de
traspasar riqueza inconmensurable a la cima, mientras las necesidades sociales
más básicas como la sanidad son esquilmadas, no funciona. Necesitamos
urgentemente un sistema de sanidad pública para todos, en el que los beneficios
de las aseguradoras y de las farmacéuticas desciendan de prioridad, de forma
que se puedan satisfacer las necesidades de salud de la gente corriente. Los
trabajadores van a tener que organizarse y construir movimientos de masas para
conseguir este tipo de cambio.
Pero esto no
será suficiente. En última instancia, a menos que sectores enteros como la
sanidad, la energía y la vivienda, y grandes corporaciones como Amazon, sean
tomadas bajo propiedad pública democrática, las crisis como el coronavirus y el
cambio climático no van a ser atendidas. En lugar de permitir despidos masivos
y rescates de grandes corporaciones como Boeing, necesitamos tomar las grandes
corporaciones en nuestras manos como trabajadores y dirigirlas democráticamente
nosotros mismos.
* Matt Smith
es un operador de carga en Amazon y miembro de Socialist Alternative.
Extinción planetaria, dominación ideológica y empobrecimiento de la clase
trabajadora con la transición ecológica o Green New Dea (Nuevo Acuerdo o Pacto
Verde)
Extinction Rebellion: Cuando el capitalismo se viste de verde (vídeo). El
nuevo socialismo burgués o conservador.
Real Decreto
463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado
de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria
ocasionada por el COVID-19.
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