lunes, 3 de noviembre de 2014

LOS CAPITALISTAS YA VOTARON Y LO HICIERON POR PODEMOS




3 de noviembre de 2014

Por Marat

"Nada revive el pasado con tanta fuerza como un olor al que una vez se asoció."  (Vladimir Nabokov)

1.- La yesca, la gasolina y el fuego:


Uno a veces tiene tentaciones de darse cabezazos contra la pared cuando observa de qué modo simplista se limitan muchas personas a no ver la realidad social, económica y política españolas más lejos de donde llega la punta de su nariz. Hagan el ejercicio de mirar a tal apéndice y comprobarán que aquello que Valle Inclán hacía decir a un Max Estrella borracho es muy cierto: “Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.”



La realidad de la sociedad española ha sido pasada ya, no por el ojo crítico de la salvaje explotación de la clase trabajadora y por la penosa situación de millones de parados -eso importa poco en el ruido nacional desde hace años-, ni siquiera por la más comedida crítica de la creciente desigualdad o por la mirada a los recortes de la libertades de un gobierno liberticida y criminal que está creando un Estado totalitario de derecho, ni tampoco por ese mismo gobierno que mira al proceso soberanista de Cataluña desde la perspectiva del loco al que poco le importa el choque de trenes mientras fracase la otra parte y le dé votos a este lado del Ebro.


No. Lo único que parece encender la rabia nacional es la corrupción, por supuesto sólo de los políticos que han sido corrompidos y no de quienes les han comprado, sus corruptores: el podrido empresariado de este país que, atendiendo a su condición de clase, no ignora que la corrupción es el aceite que lubrica el engranaje de este sistema económico contra el que no parece ir casi nadie. 


No es ésta una posición de éxito. Parece que sólo es indecente el corrupto político pero que quien compra a ese político debe salir casi siempre indemne. La corrupción política está asociada a centenares de personas pero el corruptor económico sólo tiene un nombre, “la doctrina Botín” y ya saben ustedes cómo acabó aquello. La ideología dominante lleva a que el personal quiera triunfar a cualquier precio dentro de la iniciativa privada.


La corrupción es la luz de gas que tapa cualquier otra realidad nacional: la pobreza de millones de españoles, el subsidio de paro agotado por tanto trabajador cuarentón o cincuentón que ya ha quedado definitivamente descolgado del futuro, los hijos de los hijos del agobio que no son universitarios sobradamente preparados y no tendrán oportunidades de salir al extranjero porque no adquirieron título académico, ni de otras lenguas que la propia, ni tuvieron si quiera la posibilidad de conocer por primera vez en sus vidas qué era esa cosa llamada trabajo.

La realidad nacional tiene en la corrupción la yesca de la rabia colectiva. En la demagogia que la convierte en casi el único problema que padece el país encuentra la gasolina que hace de acelerante del incendio. En el ambiente tabernario de los medios de manipulación (mass media y redes sociales) el fuego que prende en las anteriores. Lo que queda menos a la vista es la mano de los poderes fácticos que maneja el mechero incendiario: el poder económico en primer lugar y otros que seguramente no son ya la Iglesia ni el ejército porque han perdido influencia en la pirámide del propio poder pero que constituyen la mano invisible que mece la cuna. Dejo a ustedes su identificación.


Es llamativo que, siendo los principales partidos tan solícitos a la hora de cumplir los menores deseos del capital, no se haya producido hasta el momento una demanda de obligado cumplimiento de limpieza de la corrupción y ésta no se haya llevado a cabo. Quizá en el pestilente olor que sale de la CEOE y la AEB haya que buscar una parte de esta explicación y en el carácter de señuelo -léase cebo, reclamo- de la corrupción, capaz de ocultar el resto de los problemas colectivos la otra


2.-Una mirada sobre el pasado reciente:


Desde tiempo antes de lo que luego se llamó el 15M, el mainstream en el que fue diseñado este movimiento se expresó sin tapujos en cuanto a sus objetivos (1): eran constituyentes/sustituyentes del régimen de partidos imperante, un quítate tú para ponerme yo; negadores de la representación, siempre que no fuese la suya, partidarias del Estado mínimo y del empoderamiento ciudadano, una categoría que, al margen del movimiento feminista en el que se origina, ha sido históricamente promovida por las agencias injerencistas yankis, disfrazadas de ONGs, en su lucha por colonizar grupos sociales para alejarles de posiciones que tuvieran que ver con la lucha de clases. En ningún momento se cuestionaba ni  el sistema capitalista ni el de relaciones laborales o sociales de producción. Todo lo contrario. Se trataba de hacer de la política el tonto útil que permitiera que el sistema económico en el que creía el Tea Party indignado español se fuera de rositas.


Lo suyo era, como ahora con Podemos, un asunto de listas, elecciones, mayorías, cambios de caras gobernantes y, sobre todo, de críticas al sistema de representación y a los representantes del momento. Ya entonces, en 2010 (2), lo llamaban casta. Pero era la derecha y la extrema derecha españolas las que empleaban dicho lenguaje. Por mucho que hubiese antecedentes más remotos en la acepción del término, no los busquen en Pérez Galdós para el que la expresión nunca llegó a ser un mantra en su ideología republicana. Si desean antecedentes del término menos contemporáneos que el de hace cuatro años, búsquenlos en la Europa de entreguerras y en los movimientos ascendentes que llevaron a la II G.M. La palabra sistema entre los padres ideológicos menos conocidos del 15M adquiría el mismo significado que tuvo en su día para un sujeto como Mario Conde: sólo se limitaba a ciertas connivencias entre sistema político y empresarial-financiero. Pero el problema no era el sistema económico sino el político que tenía demasiado poder y eso había que "arreglarlo". En ningún caso se cuestionaba al capitalismo entendido globalmente. La cosa iba de abrirles sitio a los aventureros del momento.


Y llegó el 15M asumiendo toda la parafernalia ideológica previamente creada, y añadiendo una horizontalidad negada en la cafetería de enfrente de la asamblea de turno por el comité de listos y la wikidemocracia 2.0, de donde luego nacerían el partido el Partido de Internet, el Partido X y Podemos, entre otras genialidades.


En el mundo de la clase media y del aspirante desclasado a hacerse un hueco en tal espacio, su guerra era virtualmente un “ágora” -expresión griega que no sólo alude a la plaza como espacio de actividad política sino también al comercio y la economía- en la que cualquier despropósito podía alcanzar niveles de categoría teórica: inclusividad, enemigo el gobierno, no el capital y limitación de la crítica económica a los bancos desde un discurso de cliente que abduciría a preferentistas y desahuciados derivando sus críticas no al capitalismo y a sus crisis sino a la simplista idea de estafa. 


Este concepto de estafa ha llevado a una visión de la crisis capitalista como conspiración mundial de “los poderosos”, desdeñando la realidad de que es la contradicción fundamental del capitalismo, el antagonismo entre producción colectiva de bienes y apropiación privada de beneficios, la que está en el origen tanto de las cíclicas como de las sistémicas crisis económicas. Los sectores de clases medias afectados en mayor o menor medida por la crisis, rechazaron las cuestiones ideológicas porque, según ellos, dividirían a un movimiento que se ha demostrado incapaz de avanzar dentro de su bucle y de radicalizar su crítica a lo coyuntural más allá de las circunstancias vividas. 


Pero lo cierto es que, para no dividir por cuestiones ideológicas al movimiento indignado la consigna del “sin banderas y sin partidos”, el raca-raca de que las ideologías están superadas y de que las clases sociales son algo difuso que corresponde con un lenguaje del pasado, acabó dándose la mano con la tesis de Fukuyama del fin de la historia y con pensamientos políticos de derechas, anarcocapitalistas, de liberalismo disfrazado de no ideología y, en el mejor de los casos, de soluciones keynesianas que ya fracasaron cuando se aplicaron a la crisis del 29.


Clase para los vendedores de “dispositivos” neutrales para la protesta colectiva era un término prohibido porque se asumía que toda la protesta la debían representar las clases medias -siguiendo la reaccionaria teoría de que en el punto medio está la virtud- y, consiguientemente, lucha de clases, era una expresión, además de antigua, hortera, viejuna y llena de resentimiento. 



A esa performance jugaron no sólo los evidentes (DRY, 15M, Juventud Sin Futuro y toda la purria de Anonymous y Erasmus haciendo franquicias del 15M y DRY por Europa. En Grecia les salió mal en la Plaza de Syntagama y la clase trabajadora Helena les mandó en 2011 a freír espárragos) sino las supuestas organizaciones de izquierda. Y éstas desde antes del primer día (estaban en el montaje previo a DRY y tenían gente ya ubicada en el proyecto). Me refiero a Izquierda Unida, Izquierda Anticapitalista, la fauna anarca, que cuando ve crítica a la autoridad se imagina una comuna aragonesa, y la más amplia variedad de pequeños grupos de izquierda más o menos radical. Ello sin olvidarnos de las sectas tipo el Partido Humanista, los Zeitgeist, Testigos de Jehová o grupúsculos como el MCRC.



El “mando a distancia”, las “herramientas digitales para la revolución democrática” (3) no estaba en las plazas sino fuera de ellas, en multimillonarios que dieron cobertura de Internet a las acampadas de la Puerta del Sol (4), en globalistas cuyas entidades injerencistas sufragaron formación de liderazgos en un movimiento supuestamente carente de líderes (5) o la financiación de proyectos digitales que la Open Society Foundation del magnate y especulador financiero internacional ha procurado desde hace años a la EDRi (European Digital Rights), organización a la que pertenece entre otras entidades Nodo50, un proveedor de servicios de Internet orientado a los movimientos sociales. 



Las izquierdas fueron al 15M a pescar. Pensaban fortalecerse en militancia y acabaron “pescando”...el virus de la ciudadanitis (los términos obreros y trabajadores fueron desterrados y proscritos del lenguaje de las izquierdas), el ébola de la democratitis y el cáncer de un “aggiornamento” tan moderno tan moderno que, renunciando a su origen en 1917, acabó por regresar a 1789 con toda la bazofia constituyente, olvidando la lucha de clases como motor de la historia. 



Pues bien, todo aquel descontento, porque llamarlo más sería exceso, dado el esfuerzo de unas viejas clases medias que se negaban a morir y de unas nuevas que se creían sobradamente preparadas y tenían una enorme ambición emprendedora, acabó dejando un poso de cabreo ambiental profundo -son las únicas clases de las que los medios del capital hablan como grandes víctimas de la crisis- y se mezcló con el creciente encabrone colectivo ante los pelotazos de unos políticos que parecían ser los decisores de las desgracias colectivas de las llamadas clases populares. Por supuesto, la repulsa al político corrupto no tuvo su correlato en el repudio al empresario corruptor. Eso ha sido rechazado desde el principio por una sociedad fuertemente derechizada para la que el capitalista sólo es malvado si es banquero o si es uno de los hombres más ricos del mundo. En el mejor de los casos la crítica al capitalismo se limita a la sed de codicia del capitalista pero no al sistema de relaciones, de desigualdad profunda, a la injusticia de base de la propiedad privada de los medios de producción o a la estructura social que genera ese mismo capitalismo.



La paradoja es que la crisis más profunda que ha vivido el capitalismo en su historia, con un brutal incremento de la pobreza, cifras de paro como no se recordaban, pérdida galopante de derechos y conquistas sociales de la clase trabajadora ha significado el refuerzo del capitalismo como único horizonte sistémico, el giro de la sociedad hacia posiciones cada vez más conservadoras y la aceptación de facto del modelo liberal como exclusivo alternativa económica “realista”, salvo que alguien se trague que la bazofia de la filosofía y la economía del bien común o la economía colaborativa, malas versiones evolucionadas de las teorías utilitaristas de Bentham y Stuart Mill, tienen algo de revolucionario. Al vendedor de bancos de tiempo, monedas sociales y otras zarandajas que pretenda esgrimir que en Ecuador se están guiando por la filosofía y economía del Bien Común, conviene dejarle claro que desde hace años el Gobierno del Presidente Correa no hace otra cosa que girar a la derecha y hacia el capital (6). Pero como la economía ecuatoriana aún crece y hay políticas asistenciales, la protesta tiene poco eco. Cuando se desinfle el globo económico quienes la han acogido como modelo en España y hacen giras para fotografiarse con el actual Presidente le repudiarán como ahora hacen con la revolución bolivariana que llegó en sus cambios políticos y económicos mucho más lejos y a mayor profundidad.


3.-Algo falló para que no se haya dado hasta hoy otro tipo de protesta 

Los pequeñoburgueses de clase media, con sus programas de democracia radical, son dados a dar lecciones a quienes no se las hemos pedido de que sus estratos sociales son los que buscan auténticos cambios y que la clase trabajadora se ha aburguesado y acomodado, escondiendo falazmente el hecho que las clases no son sujetos históricos espontáneos cuando carecen de sujetos políticos; esto es, de organizaciones que represente realmente sus intereses.



Hoy, sin embargo, esa pequeña y mediana burguesías no son motor de ninguna revolución social, sino de un movimiento involutivo cuyo alcance se irá viendo en el transcurso de los próximos años. Y no lo son porque no pueden serlo. No son la clase ascendente que cambiará la historia sino la descendente que lucha por sobrevivir en medio de la vorágine capitalista, sabiendo que la dirección de la historia camina en sentido inverso a su supervivencia como estrato social cortafuegos de una auténtica transformación social. Cuando las clases medias se sienten amenazadas sus acciones caminan en la misma dirección que en los años 30 en Europa. 


El drama para la clase trabajadora es que las izquierdas con algún peso y el sindicalismo que un día fue de clase se han hecho sistémicos; es decir, parte del sistema. Su objetivo ya no es acabar con el capitalismo, ni siquiera reformarlo. Los partidos autodenominados socialistas -Manuel Valls, primer Ministro del PSF ya plantea abandonar la palabra "socialista" en el nombre de su partido- son hoy derecha democrática desde que el laborismo de Blair y el socialismo del ex colaboracionista de Vichy, Miterrand, optaron por abrir una etapa que enterrase a la socialdemocracia en nombre del pragmatismo social-liberal. Las izquierdas de matriz comunista, salvo honrosas excepciones, son mera socialdemocracia cuyo único objetivo es gestionar keynesianamente la crisis y salvar los restos del naufragio del Estado del Bienestar, olvidando cínicamente que el tren de la socialdemocracia ya partió y de que no ya no hay espacio para la socialdemocracia porque el capitalismo no quiere pacto social alguno.



El fenómeno que hoy conocemos como Podemos ya vino hace mucho tiempo abonado por esas “izquierdas” claudicantes que negaron a la clase trabajadora en nombre del ciudadano como sujeto histórico, a la lucha de clases en nombre de la elección de la clase media como base social y que abandonaron el horizonte socialista en nombre de la gestión eficaz de un capitalismo de rostro humano y de manejar los sistemas impositivos como medio de hacer políticas moderadamente redistributivas en un mundo globalizado en el que el Estado ha perdido los resortes de la economía.



Las palabras de moda dentro de esas pseudoizquierdas son “reinventarse”, “modernizar el discurso”, “refundarse”; en definitiva, mil eufemismos para tratar de ocultar lo que a todas luces es inocultable, que hace ya mucho tiempo que dejaron de ser lo que aún, cuando el ritual electoral lo exige, dicen que son.



4.-Y en esto llegó Podemos pero quiénes lo trajeron.


A Podemos lo ha traído la renuncia de las izquierdas a cumplir el papel histórico para el que nacieron, a ser en esta hora del capitalismo agentes de auténtica transformación social, que si no pasa por crear conciencia de que el capitalismo ha de ser derribado antes de que su barbarie acabe con la humanidad, no puede pasar por ningún otro sitio porque la vía electoral y ganar los gobiernos a través del voto es ya una trampa electoral para cazar elefantes, porque los gobiernos nunca han sido tan Consejos de Administración de los intereses de la clase burguesa como hoy, a pesar de que Marx hablase de ello en 1848 (7) .


A Podemos lo ha traído todo el discurso antipolítico, antipartidos (se vendió inicialmente como un no partido, como un movimiento y una iniciativa ciudadana), negador del antagonismo de intereses entre la clase trabajadora y  los capitalistas, negador de la lucha de clases, negador de las ideas de izquierda (“no somos de izquierdas ni de derechas. Somos los de abajo y vamos a por los de arriba”), negador de la representación (hasta que la clase media encontró quién los representase), negador de “la casta” pero no del capitalismo, rechazador de llamar a su anticapitalismo de slogan por su nombre (socialismo), en base a que “las etiquetas dividen y espantan a la gente” y a que es un lenguaje “desfasado”.



A Podemos lo han traído, como al 15M, los poderes fácticos del capitalismo que saben que, si la crisis no trae una salida que calme las causas del descontento y la rabia sociales, de poco valdrán las medidas necesarias, pero cosméticas por insuficientes, para regenerar el sistema político por la vía de  la transparencia y una lucha contra la corrupción que hoy abandera nominalmente Podemos porque la pobreza, el paro, la desigualdad, la desprotección social seguirán ahí y seguramente creciendo. Y entonces ya no valdrá que la clase media participe en los distintos formatos de disidencia controlada que hasta ahora han venido sucediéndose. 



El capitalismo ha ungido ya a Podemos como su hijo bien amado del momento, como paso necesario y en previsión de ese día en que un hipotético gobierno de Podemos pueda causar desilusión, que es lo que viene cuando se acaba la “ilusión”, y frustración. Será en ese momento en el que el escenario político esté maduro para otros actores políticos, cuando el discurso social ya no vaya contra una u otra representación concretas, contra partidos determinados sino contra todo el sistema democrático formal y lo que se demande a voz en grito sea un caudillo que acabe con todos los políticos y decida por todos. En los tics autoritarios y mesiánicos del macho alfa ya se adivina un futuro más allá de la configuración actual de Podemos.



Estamos asistiendo a la farsa de una nueva transición gattopardiana en el que se aparenta volar todo el edificio de la construcción cuando, en realidad, sólo asistimos a un remozamiento de la fachada con nuevas moduras, bajorrelieves y saneamiento del pórtico del Congreso de la Nación.



5.-Pero ¿porqué digo que a Podemos lo ha traído el capital?


En realidad, lo que estoy diciendo es que el capital ya ha votado, que los capitalistas han optado y han elegido a Podemos como su mejor opción del momento, dentro de que todo se mueve en esta crisis muy deprisa, de que el capitalismo nunca ha dispuesto de soluciones definitivas sino que ha ido aplicando parches sobre la marcha. 


¿Creen ustedes que si el señor Pablo Iglesias fuera un peligroso bolivariano, aún más, un marxista- leninista clásico, un peligroso antisistema, como afirma la Brunete mediática, la televisión Intereconomía hubiera contado con él durante todo un año desde 2013, siendo ésta la primera que le dio el bautismo de la TDT?



¿Creen ustedes acaso que los señores Iglesias, Monedero, Errejón y en menor medida Alegre o la señora Bescansa saltan continuamente y sin parar de plató en plató de televisión, como simios de liana en liana, porque Podemos da audiencia a las televisiones, como respondió el señor Iglesias al señor Évole en su programa de “Salvados”? No estoy negando que pueda darla pero, en primer lugar, cuando La Sexta y el periódico Público lanzaron al estrellato a Pablo Iglesias éste no era precisamente alguien muy conocido que pudiera darle a las televisiones demasiada audiencia. Y en segundo y principal lugar ¿Es que acaso son ustedes tan ingenuos que creen que los medios de comunicación no son empresas capitalistas participadas en sus accionariados por bancos y otras corporaciones no mediáticas? ¿De verdad creen que si el capital estuviera preocupado lo más mínimo por Podemos le iba a dar una cancha tan impresionante que casi supera a la suma del tiempo concedido a todos los demás partidos, sin tener más que 5 eurodiputados y ni uno sólo aún en el Congreso de los Diputados? ¿De verdad creen ustedes que los capitalistas se iban a hacer el harakiri con tal de ganar audiencia? ¡Hombre, por favor!, dejen en paz las pastilla de la abuela.



Analicemos cómo ha cambiado Podemos desde las elecciones europeas hasta hoy: a) Empezó asegurando que los Círculos eran la base del poder ciudadano y que harían compatible la eficacia de la organización de su movimiento con la horizontalidad y la democracia asamblearias y acabó registrándose como partido político en el Ministerio de Interior con la cara de Pablo Iglesias en las papeletas de votaciones y creando un partido vertical, con secretario general-portavoz (PIT, que no Brad) y dejando a los Círculos la mínima autonomía posible, bueno sí, la de aplicar lo que decida el Consejo de Coordinación de Podemos.



b) Empezó proclamando un difuso republicanismo (lo importante era que la ciudadanía decidiese antes que la forma de gobierno en sí), pero en Madrid no les vimos en las manifestaciones surgidas tras la abdicación de Juan Carlos I, para pasar a declarar más tarde que no tendrían inconveniente en aceptar la actual bandera roja y gualda (será por aquello de que la I República, no así la II, la mantuvo) o las declaraciones del señor Iglesias de que “la reina Letizia tiene interés en conocerme” ¿Será porque su ex marido simpatiza con Podemos o porque su tía Henar Ortíz, encausada por alzamiento de bienes, es del Círculo Podemos de Cangas de Onix? Como esta progresión continúe veo al “republicano” ciudadano Iglesias emparentando con la Familia Real. Quedaría bien de paje en las fotos. 



c) Empezó por ofrecer el “derecho a una Renta Básica para todos los ciudadanos por el mero hecho de serlo” (8), en su programa para las elecciones europeas y ha acabado por distinguir entre derecho y perceptores en palabras de la señora Bescansa -la de que los empresarios de este país son gente honrada y que el aborto no es un tema que construya potencia política- y con anterioridad de PIT, que no Brad. El carácter de la Renta Básica Universal (así se denomina en el logotipo de Podemos en Facebook. Lo acabarán cambiando) no da lugar a equívocos: la renta básica para todos o universal lo es porque se trata de un derecho que opera positivamente, esto es, que se percibe por todo el mundo. Cuando no es universal es una renta de inserción que ya presentó el PSOE hace dos años en el Congreso y que actualmente defiende Pedro Sánchez. ¡Vaya, Podemos convertido en un PSOE bis como el de “OTAN de entrada no”! Por cierto, la negativa de Podemos Rota a participar en la marcha contra la presencia de la Base Naval de la OTAN en esta localidad es bastante aclaratoria de lo que cabe esperar de esta “gente” (9) Les sugiero que lean detenidamente las razones de Podemos en dicha localidad para no secundar la marcha. 
Volviendo a la cuestión de la Renta Básica para Todos y al cambio de posición de Podemos respecto a la misma: ¿tendrá algo que ver que uno de los nuevos fichajes estrella de Podemos para el área económica sea el keynesiano inconfeso Juan Torres, el cuál hace un año escribió en la sección de Andalucía de El País una crítica feroz contra la propuesta de Renta Básica para Andalucía que había realizado Izquierda Unida? (10)



d) Podemos empezó diciendo que si el Gobierno suspendía el referéndum soberanista en Cataluña que ahora la Generalitat ha transformado en consulta no vinculante y no convocada por medios escritos, llamaría a la desobediencia civil pero el pasado 23 de Octubre el señor ïñigo Errejón afirmaba que “La decisión del caso catalán no es sólo catalana sino de todos los españoles” (11) ¿Les suena esto? Es la cantinela que Rajoy y el PP llevan repitiendo todos los días desde antes de la convocatoria del citado referéndum. ¿Qué Podemos Cataluña ha dicho otra cosa recientemente? Puede decir misa en latín, que el que manda en Podemos es PIT macho alfa. ¿O es que le van a desafiar? De momento, no han convocado ninguna desobediencia civil en las calles, salvo que entiendan, como el señor Junqueras, que desobediencia civil es acudir el 9-N a votar. Terrible el carácter insumiso e insurgente de Podemos. ¡Uyyyy, qué miedo!... me dan estos “patriotas” españolazos.



e) Podemos empezó proclamando sus posiciones respecto a la auditoria ciudadana de la deuda en su Manifiesto “Mover ficha: convertir la indignación en cambio político” en el que afirmaba “Hay que derogar el artículo 135 de la Constitución española y [ejercer] una moratoria para llevar a cabo una auditoría ciudadana de la deuda que determine qué partes de la misma no son legítimas; las deudas ilegítimas no se pagan.” (12) a hablar de una “auditoría pública”, que no es lo mismo que “auditoría ciudadana” porque el sujeto auditor cambia, y a sustituir la expresión “las deudas ilegítimas no se pagan” por "reestructuración de la deuda", término muy del gusto de los económetras que hablan para no decir nada, y que significa que puedes organizar y remodelar la deuda todo lo que quieras pero que pagarla la pagas íntegra. Está claro que el efecto Tsipras o González del 82, tanto monta, monta tanto -giro a la derecha conforme me acerco a las expectativas de gobierno- cala hondo en Podemos. Se dan un baño de “realismo político”, que no es otra cosa que un posibilismo reformista vergonzante. Negociarán y firmarán lo que el capital les ponga por delante, con o sin artículo 135 de la Constitución, que me apuesto la barba que no reforman ni siquiera en ese punto. 



Estos cambios sólo en unos pocos meses, no ya sin llegar al poder sino sin haber sacado un sólo ticket aún para la Carrera de San Jerónimo. Imagínense si llegaran al Gobierno Cambiaban hasta el roscón de Reyes que tienen por logo. Bueno, ese no, que no les veo muy republicanos ¿Les sorprende a ustedes que les diga que Podemos es la apuesta actual del capital? ¿Sí, les sorprende?



Bien, continuemos. ¿Recuerdan ustedes que en algún momento durante el pasado 2013 se airearan las encuestas de Metroscopia (El País) que apuntaban a un notable incremento del voto de IU con la  insistencia y nivel de difusión con la que se han ido dando a conocer aquellas que daban a conocer avances de Podemos tras las europeas? 



Bastó que se “filtrase” en su día que Podemos aparecía ya en las encuestas de Metroscopia en la respuestas abiertas, dentro de la sección “otro partido" para que El País pasase de ignorar a Podemos a tratarle como una fuerza política a tener en cuenta. A pesar de los artículos críticos de Antonio Elorza sobre Podemos y de que El País informase de un conato de rebelión en Junio pasado en los Círculos madrileños de este partido, pronto derramaría su bendición sobre él el grupo Prisa en forma encíclica-editorial. En efecto, la editorial del rotativo madrileño del 19 de Septiembre no dejaba lugar a dudas, desde el mismo título “Bienvenidos al sistema” (13). Y su subtítulo era aún más clarificador: “Podemos merece la oportunidad de defender su proyecto, siempre que respete la democracia”. Lejos de una sutil maldad en ambos lo que El País estaba haciendo es amparar a su polluelo. Éste es el diario más leído entre quienes expresan intención de voto a Podemos y el medio conoce muy bien la ideología de sus lectores. No está vendiendo periódicos sino detectando lo que cabe esperar de la nueva formación política.



Por si quedaran dudas respecto a la postura hacia Podemos del principal diario defensor del régimen económico capitalista español, las palabras del decano del “periodismo respetable”, señor Gabilondo, acabarían aclarándolas en su homilía en forma de videoblog del 16 de Octubre en el que critica el ninguneo y el “pitorreo” hacia la organización del señor Iglesias bajo el título de “Podemos, un respeto” (14) Podemos había alcanzado ya la grave responsabilidad que expresaba en sus palabras Pablo Iglesias cuando afirmaba hace tan sólo unos días: "He pasado de ser un provocador a la responsabilidad de Estado". El burgués gentilhombre se ha hecho mayor -perderá su cabellera, como Sansón, y acabará de eunuco político-, convirtiéndose el pirómano (nunca lo fue.Trepa mucho) de incendiario en bombero...torero.



¿Entienden ustedes ahora porqué el señor PIT, que no Brad, hizo su puesta de largo en el Hotel Ritz (buque insignia de la plutocracia) para hablar en el Fórum Nueva Economía. Iba a presentar sus credenciales de nuevo parvenu en el club de quienes comen de la mano de los empresarios. 



Hoy lunes 3 de Noviembre Cayo Lara, Coordinador de IU ha hecho lo propio. Esto para quienes afirman que soy de la casta por criticar a Podemos y que soy de IU. He defendido en su día a IU y a su Coordinador. A la primera por quedar en ella los últimos restos del hilo rojo que no debe perderse en las luchas sociales y al segundo por su honestidad personal y su empeño en mantener dicho hilo rojo y no renunciar a la memoria de lo que un día fue una organización en la que ser marxista merecía un respeto. Según voy viendo la deriva de IU con Ganemos, una especie de Podemos en chiquito que en muchos lugares practicará el “confluying” con estos últimos, mi alejamiento de IU se hace cada vez mayor. Me niego a avalar con mi voto cualquier tipo de pacto secreto entre la compañera de Pablo Iglesias Tania Sánchez para la Comunidad Autónoma de Madrid y Monedero para alcalde, con un sujeto tan impresentable como Ángel Pérez para senador (15). En mi dignidad y en mi voto mando yo.



¿Recuerdan ustedes cuando el CIS dejó de preguntar por la Monarquía porque su imagen se había deteriorado enormemente con los escándalos de faldas, cuernos, saltos del tigre, cazas de elefantes y corrupciones? Pues hubo varias entregas de sus encuestas en las que no se preguntó por la misma. ¿Creen ustedes que si realmente Podemos fuera un peligro para el sistema no hubieran sido cocinadas estas encuestas de un modo menos favorable a dicho partido? Por el contrario, primero se filtró el dato le situaba en primera posición en intención de voto, luego se ratificó por Metroscopia, después se paseó por todas las televisiones y resto de medios para ir acostumbrando al votante a aceptar y reforzar los datos; refuerzo que en política se parece mucho al que realiza el aficionado no catalán (éste es mucho más fiel a su club) al fútbol que cambia sus preferencias entre el Barça, el Real Madrid e incluso el Atlético de Madrid según va la liga.  



Hace unos días conocí en un pueblo de la sierra de Madrid a un joven hostelero afiliado al PP desde hace muchos años que me dijo que iba a votar a Podemos porque iba a ganar. Luego ya aclaró que porque estaba harto de corrupción de los políticos. Este joven es como Leonor Watling que afirma: “comparto ideas con el PP y con Podemos” (16). No me sorprende. Es lo que tienen los partidos ni de derechas ni de izquierdas, que en su empoderamiento todoterreno atontan al personal. No tengo mejor imagen de muchos votantes, especialmente de aquellos que, cuando les argumentas lo que es, en realidad, Podemos, te preguntan que a quien votar entonces. Les da igual que les digas que hoy el espacio electoral es una estación sin raíles porque ganar unas elecciones no sirve de nada si no se derriba el poder económico del sistema, que eso no se hace con decretos ley ni con acuerdos parlamentarios sino por las bravas y que, si aún así, quieren votar, miren a su izquierda. Ellos, como el capital, ya han optado, o les ha hecho creer este último que están optando y han decidido que no soportan el horror al vacío. Tienen mono electoral y entre quienes les roban o quienes les engañan han decidido votar por quienes les engañan, como si la opción sólo estuviera entre quedarse mancos o cojos.  



En cuanto a la corrupción he llegado a la conclusión de que es sistémica y de que se acomoda al gobierno de turno porque es el modo de funcionamiento actual del capitalismo: el de la Mafia. ¿O creen ustedes que las propuestas de Transparencia Internacional de regular los lobbys son algo distinto que legalizar la corrupción de modo que ya no exista como delito porque tiene un amparo legal? Las limpiezas tienen que ser periódicas, con sacudidas, gran dotación de medios para los jueces y los inspectores de hacienda y actuando en dos frentes: el político y el económico. El resto, entretenimiento para tontos.



Como entre los programas de “Sálvame” y las entrevistas de “Salvados” el sentido crítico ha sido anulado o redirigido, casi nadie en España parece conocer o acordarse de algo que hace unos días me señalaba Pedro García Bilbao: la similitud entre la utilización que la corrupción tiene hoy en España y la que tuvo hace apenas 20 años en Italia con el asunto Tangentópoli y los jueces de Manos Limpias (Mani Pulite). Por cierto, un “sindicato” de extrema derecha español se hace llamar así y se presenta en todos los casos de corrupción de alta resonancia mediática. Quizá haya que buscar en ese grupo y otros parecidos el tapado que venga tras Podemos. Pero mientras tanto, ¿saben ustedes quién llegó tras Tangentopoli en Italia? El amigo Berlusconi. 
 Diagonal es un medio muy cercano al 15M y a Podemos y el autor de este artículo, Decio Machado, fue asesor personal del Presidente Correa. Nada sospechosa, pues, la fuente de bolchevismo e irredento y “anticuado” comunismo.

(7) “El Manifiesto Comunista”. K. Marx y F. Engels
















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