NOTA DEL
EDITOR DE ESTE BLOG: Le he añadido algunos enlaces al artículo y artículos
relacionados
Por Nicolás
García Pedrajas
En un
reciente artículo1 en su blog Marat recordaba el
tango Cambalache con una parte de la siguiente estrofa:
“Que el
mundo fue y será una porquería, ya lo sé,
en el
quinientos seis y en el dos mil también;
que
siempre ha habido chorros, maquiávelos y estafáos,
contentos
y amargaos, valores y dublé.
Pero que
el siglo veinte es un despliegue de maldá insolente
ya no hay
quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue
y en el
mismo lodo todos manoseaos.”
Siempre que
oigo el tan manido término “unidad
popular”, y créanme que en IU esto se oye mucho últimamente, me acuerdo de
esta estrofa. No hay nada mejor para describir la “unidad popular” que este
tango.
La “unidad popular” es la gran farsa que
supone el colofón de la destrucción ideológica de IU y del PCE. Estas dos
palabras se usan como llave para justificar cualquier renuncia, desde las
propias listas e independencia a la lucha de clases o incluso a la mera mención
de la palabra clase.
La “unidad
popular” es uno de esos significantes
vacíos tan de moda en la
nueva política. El concepto presupone una uniformidad social absurda, en la
cual la gente, comparte los mismos intereses. Desde un análisis de una sociedad
basada en clases sociales, es evidente que la unidad popular no tiene sentido a
menos que se indique la unidad popular de una clase social concreta. Es absurdo
pretender que los intereses de todas las clases sociales son los mismos, a no
ser que de forma implícita estemos hablando de los intereses de la pequeña
burguesía, eso que ahora se llama clase media, y supeditando de
hecho los de la clase trabajadora a los de la clase media. En la historia este
hecho ha ocurrido demasiadas veces.
Pero al
igual que se evita el enunciado de los objetivos reales de esta “unidad
popular”, el mismo concepto y su proceso está lleno de medias verdades,
falsedades completas, engaños y estrategias electoralistas. Y es que es difícil
encontrar algo de verdad en esta “unidad popular” donde se dice una cosa y se
hace otra.
En primer
lugar se plantea la “unidad popular” como algo que sale de los de abajo,
palabra fetiche de la nueva política, y se va construyendo hacia arriba. En la
“unidad popular” no hay líderes, sino que es el
pueblo empoderado, otra palabra fetiche, es el que se pone a la cabeza. Sin
embargo, la realidad es muy diferente. Tanto en Podemos como en IU, los dos
partidos abanderados de la “unidad popular”, este proceso ha sido impuesto
desde arriba. En IU ninguna asamblea ha sido consultada antes de redactar el
documento marco y dar por hecha toda la estrategia que en él se refleja. A
posteriori se está buscando el refrendo democrático de algo ya cocinado. La
reunión de Alberto Garzón con Pablo Iglesias y otros líderes de otras
formaciones tiene muy poco de construcción desde abajo y mucho de pactos de
sofá de la peor tradición política. ¿Dónde están en esas reuniones “los de
abajo”?
Esta forma
de hacer las cosas contrasta con las continuas apelaciones a la horizontalidad
y la falta de líderes, a la vez que los platos se cocinan sin que la militancia
tenga más presencia que la de aceptar todo lo acordado.
Sin embargo,
la pregunta fundamental sigue sin responderse, ¿“unidad popular” para qué y
para quién? El único análisis que se hace es electoralista. La “unidad popular”
se circunscribe a ser una herramienta para ganar las elecciones. Es por ello
que las referencias ideológicas han de eliminarse, ya que las banderas
dividen no suman. Se obvia que en una unión sin referencias ideológicas
todo queda al albur de lo que el líder quiera hacer. Creo que la referencia al programa
como un “conjunto de sugerencias” de Manuela Carmena, uno de
los ejemplos más citados de la “unidad popular”, refleja muy bien cómo se
gobierna sin el apoyo en una ideología y la fiscalización de la militancia de
un partido.
Y tampoco se
responde al para quién. Y no se responde porque esta “unidad popular” es una
unidad orientada de forma directa a las clases medias. Esas clases medias que
han sufrido la crisis, pero que cuando vivían de forma acomodada ignoraban la
situación de la clase trabajadora. Porque hay que recordar que para millones de
personas en España la crisis no empezó en 2008, para ellos la crisis ha
existido siempre. Los análisis del voto de Podemos, y especialmente de Ahora
Madrid2, dejan muy claro cuál es el sujeto
de la “unidad popular”.
Creo que al
menos se podría tener la decencia política de hablar claro y de exponer lo que
se quiere sin ambages. En un artículo reciente en El País3, Pablo Iglesias lo expone de forma
absolutamente diáfana: “Cuando insistimos en hablar de desahucios, corrupción y
desigualdad y nos resistimos a entrar en el debate Monarquía-República, por
ejemplo, no significa que nos hayamos moderado o que abandonemos principios,
sino que asumimos que el tablero político no lo definimos nosotros.
Los cambios
políticos profundos (que implican siempre ganar el poder institucional) sólo
son posibles en momentos excepcionales como el que atravesamos, pero requieren
de estrategias precisas. Nosotros trazamos la nuestra en Vistalegre. Respetamos
las de otros compañeros pero no nos situaremos en terrenos que nos alejen de
una mayoría popular que no es “de izquierdas” (como quizá nos gustaría) pero
que quiere el cambio.”
Estos dos
párrafos creo que resumen perfectamente el objetivo de la “unidad popular”. Se
acepta el modelo económico actual, se acepta que la victoria del capitalismo4 es total y se cae en un
asistencialismo donde la misión de la izquierda es en exclusiva paliar los
efectos más depredadores del capitalismo, pero no discutir sus fundamentos. El
caso de Syriza es un ejemplo claro, el gobierno de Tsipras se está limitando a
negociar el acuerdo menos terrible y humillante para Grecia, pero no a poner en
cuestión ninguno de los métodos y modelos económicos que ha llevado a millones
de griegos a la pobreza y la desesperación. De hecho tras la victoria del No en
el referéndum se ha apresurado a volver a la mesa de negociación donde acabará
aceptando un acuerdo muy cercano al ya propuesto por la troika.
El problema
fundamental de este camino, como bien demuestra Grecia, es que la capacidad de
acción de un gobierno tomado por ese camino es nula. El capital no necesita ya
dar tregua y además se blinda cada vez más con tratados supranacionales que
blindan sus intereses, como el TTIP que negocian actualmente los gobiernos de
Europa y EE.UU.
La “unión popular”
así concebida podrá suponer una salida electoral y personal para muchos jóvenes
políticos que en otra situación verían peligrar su futuro, pero desde luego no
será útil a una clase trabajadora con la que no se cuenta.
Salud y
república
No hablamos
de neoliberalismo,
porque este término da la falsa idea de que existe otra versión del capitalismo
más benévola, cuando el capitalismo es opresor de la clase trabajadora por su
misma naturaleza.
En esta magnífica obra, Marx ,hace señalar que el
concepto de pueblo,
es un término interclasista, que lo utilizó la burguesía, el partido
socialdemócrata (partido de la unión de la pequeña burguesía y el
proletariado), como Luis Bonaparte.
KARL MARX:
EL DIECIOCHO BRUMARIO DE LUIS BONAPARTE
Como se puede comprobar, en los textos de Karl Marx, siempre se nombra a la
clase obrera revolucionaria y no nombra
al concepto de pueblo, como lo utiliza los marxistas leninistas estalinistas.
El término marxista leninista fue creado por José Stalin2 en su libro CUESTIONES DEL LENINISMO y Wikipedia hace referencia a esta obra (Лисичкин (G. Lisichkin), Мифы и реальность,
Новый мир). He buscado esta obra en castellano y tiene el título (VA Lisichkin, LA Shelepin: TERCER MUNDO (Información -
psicológico) GUERRA. MOSCÚ, 1999)
Estalinismo
Popular
En historia y ciencias sociales
- a los populares, grupo político que en la República
romana defendía
a los plebeyos;
- a los movimientos
populares y revueltas populares, movimientos sociales y revueltas de las ciudades medievales
europeas (véase historia de los movimientos sociales);
- al principio de la soberanía popular (relacionado con el principio de soberanía
nacional, la
filosofía de Rousseau y el constitucionalismo);
- a la monarquía popular, un sistema de gobierno;
- al concepto
marxista de poder popular;
- al concepto alemán de volksstaat (estado popular), aplicado especialmente al Estado Popular de Hesse (1918-1945);
- al concepto de educación popular en la pedagogía progresista (Paulo Freire);
- a la iniciativa popular como procedimiento para la iniciativa legislativa;
- a una consulta popular (elecciones o referéndum);
- a un frente popular, estrategia antifascista de los años
treinta;
- Frente
Popular (España)
- a la guerra popular, un concepto maoísta;
- a un ejército popular o milicia
popular,
instituciones armadas organizadas de forma revolucionaria o insurreccional
(al menos en su inicio histórico o como pretensión ideológica);
- a la Olimpiada Popular que se proponía celebrar de forma alternativa a los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936;
- a las repúblicas populares, repúblicas socialistas o democracias populares;
los sistemas
políticos surgidos
en los países del denominado bloque socialistao del Este durante la guerra fría (desde 1945);
- a muy diversos partidos
políticos u
organizaciones similares (coaliciones electorales, organizaciones insurreccionales o terroristas) que tienen popular como
parte de su nombre:
- Acción Popular (Perú).
- Acción Popular (España), en los años treinta.
- Alianza
Popular (AP,
precursor del Partido
Popular en
España en los años setenta).
- Asamblea
Popular (Uruguay).
- Coalición
Popular (precursor
del Partido Popular en España en los años ochenta).
- Partido Popular (desambiguación), surgido en Italia en 1919
(dentro del movimiento político conocido posteriormente como democracia cristiana) y extendido a muchos otros países.
- Unidad Popular (Chile).
- Vanguardia Popular (Costa Rica).
Guy Hermet:
Los comunistas en España
El origen del concepto de Frente Popular o Frente interclasista
Frente
Popular o Frente Único Proletario y el Populismo de Podemos
José Díaz
Ramos: Tres años de lucha. Por la unidad, hacia la victoria
Informe
pronunciado en el Pleno del CC del PC celebrado en Valencia los días 5 a 8 de
marzo de 1937
Manifiesto
del Partido Comunista, de Karl Marx y Federico Engels. Lectura obligada para la
clase obrera.
K. Marx:
ESTATUTOS GENERALES DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES (Primera
internacional)
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