lunes, 17 de julio de 2017

Tras el triunfo electoral A todos los trabajadores! 16 de febrero de 1936






Comunicado del Comité Ejecutivo del POUM raíz del resultado de las elecciones a las Cortes españolas del 16 de febrero de 1936, que dieron la victoria al Frente Popular.


Compañeros: La coalición obrera-republicana ha ganado la batalla electoral en todo el país. La contrarrevolución ha quedado electoralmente aplastada.

La jornada del 16 de febrero puede ser mucho más importante que la del 12 de abril de 1931.

1931 clase trabajadora y fuerzas democráticas luchaban juntas por el derribo de la monarquía.

1936 ha luchado por algo más que por la República.

La jornada del 16 de febrero ha sido la continuación en otra forma de las jornadas de octubre de 1934.

El triunfo electoral logrado por todo el país plantea ahora de una manera perentoria cuál debe ser la tarea que debe llevar a cabo el movimiento obrero.

¿Qué debe hacer la clase trabajadora? ¿Qué debemos hacer? ¿Hacia dónde vamos?

Las perspectivas no son ahora las mismas que en 1931. La experiencia de la República ya ha sido hecha de manera concluyente.

La República en sus cinco años de vida nos ha enseñado ya las dos caras: la pseudodemocrático y la dictatorial.


La etapa pseudo-democrática -primer bienni- tuvo un fin lastimosa. No aportó la solución deseada al gran número de problemas planteados.

El segundo bienio -el bienio los «croupiers» y los assassins- lo tenemos ante nosotros con toda la serie de crímenes como no hay recuerdo ni durante los tiempos de la monarquía.

Y bien. La República burguesa no tiene más posibilidades que estas dos: una situación pseudo-democrática, como la del primer bienio y una situación de paroxismo contrarrevolucionario, como la del segundo bienio.

¿Puede la clase trabajadora desear otra vez todavía hacer la prueba de situaciones ya vistas y experimentadas?

¡No! La clase trabajadora debe marchar con decisión y serenidad hacia la conquista de sus objetivos finales: hacia la revolución democrático-socialista.

Todo lo que sea volver a hacer pruebas fracasadas ya es perder tiempo que solo la contrarrevolución aprovechará.

La voluntad manifestada el 16 de febrero es la voluntad de las masas obreras y campesinas y de una parte de la pequeña burguesía. Y el clamor general del pueblo es la vez que la Amnistía, la marcha acelerada hacia la segunda revolución, hacia la revolución democrático-socialista.

Todo propósito de querer repetir el ensayo de lo que ya fracasará es malgastar un tiempo precioso y una ocasión favorable.

Los republicanos de izquierda -los nuestros aliados accidentales- aunque quisieran no pueden ir hasta donde el pueblo quiere. Se puso de relieve durante el primer bienio y durante los acontecimientos de octubre. Ligados por su concepción burguesa de la revolución democrática no pueden, naturalmente, llevar a cabo aquellas medidas de carácter revolucionario sin las cuales no hay hoy revolución posible.

Se solamente la clase trabajadora tomando el Poder la que puede enlazar la revolución democrática y la revolución socialista.

Tenemos, pues, ante nosotros dos caminos divergentes a seguir: el de Alemania y Austria por un lado y el de Rusia del otro lado. No hay un tercero. En torno a estos dos caminos hay que tomar posiciones. O bien nos vamos hacia la segunda revolución, la de la clase trabajadora, o bien, finalmente después de una o varias oscilaciones democráticas, triunfará el fascismo.

Los trabajadores tenemos el deber histórico de guiar nuestros pasos hacia la revolución democrático-socialista. Para ello, hay que construir rápidamente las dos fuerzas organizadas sin las cuales no puede haber triunfo revolucionario: la Alianza Obrera y el gran Partido Socialista Revolucionario.

Trabajadores!

Los instantes son trascendentales. No podemos dejarnos tomar el triunfo obtenido. Es necesario que la batalla ganada no sea la batalla final, sino la primera en esta nueva fase que el 16 de febrero ha iniciado.

Hemos triunfado gracias a los que cayeron en octubre de 1934, gracias a su sangre derramada y los sufrimientos de los 30.000 compañeros encerrados en las cárceles.

Lo que ha sucedido durante estos dos años y medio últimos no ha sido en vano.

Ahora, como primera medida, a la vez que fortalecemos el órgano de frente único -la alianza Obrera- y el Partido Obrero de Unificación Marxista, debemos imponer sanciones rigurosas contra los autores de la represión sangrienta de octubre. Los «straperlistes», los «jefazos», los asesinos de miles de trabajadores, los que han torturado a nuestros hermanos encarcelados, los que han condenado al hambre a cientos de miles de obreros y campesinos, los que han prostituido el nombre de la República, toda esa panda no puede quedar sin el castigo más implacable. La salud de la revolución lo exige.

Adelante, trabajadores!

Amnistía inmediata!

Restablecimiento íntegro del Estatuto de Cataluña!

Responsabilidades enérgicas contra los autores y cómplices de la represión de octubre!

Readmisión de todos los despedidos con motivo de los acontecimientos revolucionarios!

Revalidación de todas las leyes sociales anuladas por la contrarrevolución!

¡En marcha hacia la revolución democrático-socialista!

Por el Partido Abre de Unificación Marxista, El Comité Ejecutivo, Barcelona, ​​18 de febrero de 1936






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