Por Pedro
Antonio Honrubia Hurtado Lunes,
25 de Marzo de 2013
El PP y su entorno responden a la campaña
de escraches de la PAH con una campaña mediática destinada a criminalizar al
movimiento contra los desahucios. Entre otras, acusan a la PAH de tener
relaciones con el "entorno de ETA", amenazan con publicar la
dirección de Ada Colau y anuncian denuncias.
Que la campaña de "escraches"
lanzada por la PAH contra los políticos del PP para presionar, por vía de la
denuncia y la protesta social, a objeto de que no se recorte la ILP sobre los
desahucios presentada por la plataforma en el Congreso con apoyo de más de un
millón y medio de firmas, ha generado terror en las filas de los dirigentes del
partido fundando por el franquista nunca arrepentido Manuel Fraga, es un hecho.
Que tal hecho demuestra que es una vía efectiva para garantizar que los
políticos de este partido, como de otros similares (UPyD, PSOE, CiU, etc.),
actuando en nombre del terrorismo financiero, no vayan contra lo que es una
demanda mayoritaria en la calle, una evidencia.
Lo que está en juego con esta lucha de la PAH es la vida misma,
tal y como demuestran los múltiples casos de suicidios y otras dramáticas
situaciones relacionadas con los desahucios que se han producido en las últimas
fechas. Máxime, teniendo en cuenta la reciente sentencia europea que declara
ilegal parte de la ley hipotecaria española que está permitiendo poner en la
calle a cientos de miles de familias, que además, en la mayoría de casos, deben
afrontar, desposeídos ya de su vivienda, un nueva hipoteca: la hipoteca de sus
propias vidas que supone para ellos el quedarse con una deuda con el mismo
banco que los ha desahuciado, y que jamás podrán pagar.
Pero los representantes del PP, y sus lacayos mediáticos, no
parecen dispuestos a dejarse condicionar por las presiones de la calle, pues
ellos no aceptan más presión que la que le imponen los poderes financieros y
económicos estatales e internacionales, así como banqueros y grandes
empresarios. Por ello, ante la estrategia de lucha de la PAH, el PP ha
respondido con una brutal campaña, mediática y judicial, que pretende
criminalizar a la PAH, y centrar las iras de la justicia y de aquella parte de
la ciudadanía que todavía apoya al gobierno, incluídos los siempre activos
escuadrones violentos de la extrema derecha, contra sus activistas.
De la represión policial al "La PAH es ETA".
¿Quiénes son los terroristas?
Si bien es cierto que los activistas de la PAH llevan años
sufriendo el acoso y la represión policial en una buena parte de sus actos
solidarios con las familias desahuciadas, con cargas de los antidisturbios,
heridos, detenidos y varios procesos judiciales abiertos contra personas
participes de estos actos, en algunos casos de varias decenas de personas
simultáneamente, al PP y su entorno mediático parece no serle suficiente con
ello.
Desde que la PAH iniciase su campaña de "escraches",
la criminalización de la PAH se ha convertido en línea central de la estrategia
política y mediática del PP, impulsada tanto por los dirigentes populares, como
por sus medios afines. Tratando así de deslegitimar socialmente a la
Plataforma, y presentándose a la sociedad como víctimas, cuando cientos de
miles de personas, que se suman a las cientos de miles ya desahuciadas, tienen
abiertos actualmente procesos de desahucio, y viven en una angustia y agonía
que no se limita a la "visita" de un grupo de presonas durante unos
minutos a las puertas de sus casas o en sus actividades en la calle, sino que
dura las 24 horas del día, los siete días de la semana. En muchos casos
arrastrando con ellos a menores de edad, sus hijos e hijas, que pueden tener
igual un mes de vida, que 17 años y once meses. Porque cada caso es un mundo,
pero en todos ellos hay un elemento común: la tragedia y el sufrimiento.
Los afectados por este tipo de procesos, se sienten culpables
por haber perdido sus casas, creen que ellos son los responsables. Ver a sus
hijos, esposa, padres... en la calle, los destroza psicológica y físicamente.
Así lo relatan los propios afectados por los desahucios, -520 casos cada día en
España-, y los psiquiatras que colaboran con las asociaciones de afectados. El
proceso de desahucio empuja a los afectados al colapso emocional, tal y como ha
revelado el estudio 'La vivencia en profundidad de los afectados en un proceso
de desahucio' que han realizado ESADE y la Fundación Innovación, Acción y
Conocimiento. Las personas que han sufrido un desahucio padecen un colapso, un
choque emocional tan fuerte y en muchos casos difícil de revertir, parecido al
que sufren las víctimas de un atentado terrorista
o de un accidente de tráfico.
Además, los expertos señalan que los desahuciados "no encuentran
ningún tipo de apoyo útil más allá del qué pueden ofrecer algunos organismos
sociales", y es que el banco, la Administración y la empresa "son
agentes que se muestran ineficaces y dificultan o empeoran su situación".
Una de las terapias que recomiendan es asociarse y luchar por sus derechos. Es
decir, justamente lo que hace la PAH.
Pero lo que es una percepción que puede confirmar cualquiera que
haya estado cerca de alguna persona afectada por este tipo de procesos de
desahucio, además de un hecho probado científicamente, tal y como muestra el
mencionado estudio, el PP quiere convertirlo en algo sin la menor importancia,
en comparación con las acciones de "escrache" llevadas a cabo por la
PAH. Quieren convertir a los verdugos en víctimas, y a las víctimas en
verdugos. Para ello, claro, nada mejor que recurrir a la doctrina del shock que
por tantos años ha dado excelentes resultados a este tipo de estrategias
victimistas en España: el "Todo es ETA".
Conocido es el brillante libro de Naomi Klein en el que nos
habla acerca de la aplicación de la “Doctrina del Shock” en la vida política y
económica de los países. Como tesis central, el libro básicamente propone que
al hacer entrar en shock a un individuo o sociedad este será más fácilmente
manipulable, y que es ese el momento para implementar las políticas y leyes más
agresivas, que de otra manera no serían aceptadas por la sociedad. El impulsor
de esta teoría fue el economista norteamericano Milton Friedman , quien la
habría extrapolado de sus observaciones en la respuesta que los pacientes con
ciertas enfermedades mentales tenían cuando les eran aplicadas terapias de
electroshocks. Friedman descubrió que los pacientes se volvían completamente
dóciles y sumisos mientras los efectos de la terapia se mantenían altos,
volviéndose personas con una resistencia mental casi nula, fáciles por tanto de
manipular al punto de hacerlos actuar aún en contra de su propia voluntad
defendida en un estado de normalidad. Friedman quiso extrapolar esta
observación al mundo de la economía y de la política, de tal modo que sugirió a
los dirigentes políticos utilizar aquellos periodos donde exista un gran
impacto emocional en la sociedad (guerras, atentados, catástrofes naturales,
golpes de Estado, etc.) para aplicar medidas políticas y económicas que en
cualquier otro periodo habrían sido rechazadas, incluso de manera violenta, por
las masas.
Como bien expone Klein en su libro, cada país del mundo ha ido
sabiendo encontrar sus propios estados de shock para implementar sus leyes más
polémicas y conflictivas, especialmente desde el punto de vista de la economía
o del recorte de los derechos ciudadanos. En el Estado Español, sin ir más
lejos, llevamos décadas sumergidos en una situación de este tipo. Con sólo
hacer aparecer la palabra ETA en cualquier entorno cotidiano de nuestra vida
social, el estado de shock en el que inmediatamente entrarán la inmensa mayoría
de los presentes podrá resultar incluso sorprendente para cualquiera que tenga
la capacidad de analizar la situación de manera más o menos objetiva. ETA es el
shock por excelencia del Estado Español, aquel en cuyo nombre mayores atrocidades
de tipo político se podrán cometer contra los derechos de la ciudadanía sin que
la inmensa mayoría de ésta haga nada por evitarlo.
Desde la ilegalización de partidos políticos, a la detención de
inocentes, pasando por el cierre de medios de comunicación o la criminalización
de cualquier movimiento social peligroso para los intereses del capital, amén
del desprestigio para cualquier tipo de proyecto político que pueda coincidir
en los más mínimo con alguno de los planteamientos de la banda armada vasca, todo
es posible cuando la palabra ETA se pone de por medio. El Plan Ibarretxe, el
estatut de Cataluña, la lucha de los mineros en Asturias o León, el 15-M, el
25-S, las luchas del SAT en Andalucía, no ha habido en el estado español un
solo movimiento político o social que haya puesto encima de la mesa la protesta
ciudadana o la movilización social, que no haya sido relacionada, de una u otra
manera, con ETA o lo que llaman "el entorno de ETA". Ese entorno que,
como ya se avisaba desde medios como Kaosenlared y otros sitios mientras la
mayoría social prefería mirar para otro lado, tiene la capacidad de estirarse
como un chicle y abarcar, según lo vayan demandando los inventores políticos y
mediáticos de la teoría, a un sector de la población, en el conjunto del estado,
cada vez mayor. Ahora, le ha llegado el turno a la PAH.
Pese a esos estudios que demuestran el sufrimiento psicológico,
"similar al que se genera después de sufrir un atentado terrorista",
que deben hacer frente quienes están viviendo procesos de desahucio, y cuya
forma más efectiva de respuesta ante ello es la organización y la lucha social,
el PP pretende hacer creer a la sociedad que, con esta campaña de escraches,
son ellos, los dirigentes populares, quienes sufren el acoso y la violencia, y no
los desahuciados, organizados a través de la PAH. En definitiva, que es el PP
el que sufre la violencia y la PAH la que la ejerce.
De las lágrimas de Soraya al terrorismo mediático
Lejos parecen ya quedar esos tiempos en los que el PP quiso
aparentar mostrar algún tipo de empatía con el sufrimiento de los desahuciados.
Todos recordamos la patética actuación llevada a cabo por la Portavoz del
Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, mientras presentaba uno de tantos fraudes
políticos realizados por el Gobierno de Rajoy, en este caso el que pretendía
hacer pasar por una solución al problema de los desahucios, un plan que no
llegaba a ser ni un comienzo para la misma, que, a la postre, no ha tenido el
menor impacto en dicha solución, como era lógicamente esperable. De la misma
manera que no lo han tenido otros intentos como aquel del código ético para las
instituciones bancarias o similares. Todos parches sin efectividad real alguna.
Chicles con los que tratar de tapar el agujero del Titanic, mientras el barco se
hunde sin remedio y arrastra con él a cientos de miles de personas. Pero,
cuando menos, Sáenz de Santamaría, en aquella ocasión, aparentó conocer el
sufrimiento que se esconde tras los desahucios, y no dudó en llevar a cabo una
patética actuación seudotreatal en la que mostraba solidaridad y empatía con
los mismos. Todo eso ya pasó a la historia. El miedo, con los escraches, parece
que ha empezado a cambiar de bando, y ahora se impone la línea dura.
González Pons abrió la veda y, desde entonces, los ataques a la
PAH se expanden por todo el PP y su entorno, este sí real y constatable. Pons
calificó la presencia de activistas de la PAH en las puertas de su vivienda en
Valencia como un "acoso similar al vivido por los amenazados de ETA en el
País Vasco". Dos días después, el diario nacional/católico y franquista
por excelencia, el ABC, el mismo que llevaba felicitaciones al cumpleaños de
Hitler en su portada, o que mostraba sus respetos al dictador Franco en esa
misma portada el día de su muerte, que glorificó matanzas salvajes como la de
Badajoz durante la Guerra Civil, o saludó entusiasmado el golpe de estado de
Pinochet en Chile, publicaba otra de estas históricas portadas fascistas
acusando a la PAH de realizar un "Acoso salvaje contra el PP".
Por su lado, Luis Losada, subdirector de La Gaceta,
amenazaba el viernes a Ada Colau con “publicar su dirección en Barcelona”, que,
según dice, le ha “pasado” un amigo. Para Losada, tras llamar violentos a los
activistas, “la izquierda española está copiando los actos de repudio del
castrismo contra los disidentes”. Obviando, claro, que, en este caso, los
"disidentes" son aquellos a los que él llama violentos, y el régimen
contra el que se manifiestan, y por lo que llevan a cabo protestas de este
estilo, un régimen capitalista que deja a más de quinientas familias en la
calle cada día, entre otras muchas cosas. A través de su cuenta en twitter,
sugería incluso la posibilidad de que, tras la publicación de la dirección de
la representante de la PAH, alguien se pasase "a hacerle una visita".
Pero ha sido la heroína
oficial del régimen, la sheriif del Condado de Madrid, azote de rojos y
principal defensora del orden social, Cristina Cifuentes, la que más lejos ha
ido en sus ataques contra la PAH, a la que, ni corta ni perezosa, ha acusado de
mantener relaciones con el "entorno de ETA" y de apoyar "a los
presos de ETA y comportarse como lo hace tal entorno de ETA, con la Kale
Borroka". El shock, ya saben.
"Ada Colau y las personas que están la plataforma anti
desahucios han manifestado su apoyo, en determinadas ocasiones, a Bildu, a
Sortu y a esos grupos que a mi modo de ver y el de muchos españoles tienen que
ver con el entorno de ETA", ha asegurado Cifuentes. "La PAH debería
aclarar por qué apoya una manifestación de apoyo a los presos de ETA",
añadió horas más tarde, para que no quedase la menor duda de que no solo se
ratificaba en sus palabras originales, sino que todo forma parte de una campaña
bien pensada y diseñada desde los laboratorios de ideas del PP, que podrán ser
todo lo reaccionarios y represores que se quiera, pero tontos no son, y saben
bien lo que hacen. El terrorismo mediático es ya un clásico en las estrategias
políticas del PP contra las luchas del pueblo. Igual no tardan mucho en acusar
también a la PAH de querer dar un Golpe de estado, otro argumento habitual de
la criminalización de los movimientos sociales en los últimos tiempos.
En realidad las acusaciones de Cifuentes, más que probablemente,
se han basado en lo dicho el sábado pasado, durante El gran debate
(Telecinco), por el "periodista" Carlos Cuesta, Redactor jefe de El Mundo
y Director de De Hoy a Mańana en 13 TV, quien durante tal programa
mostrara una imagen de una manifestación en Bilbu en favor de los derechos de
los presos, apoyada, entre otras decenas de organizaciones, por el grupo de
Stop Desahucios de Bizkaia, y les acusara, en base a ello, de apoyar a grupos
terroristas. Cifuentes ahora ha continuado con la estrategia del shock,
esperando a que, poco a poco, empiece a dar sus resultados y la PAH pase a ser
vista por la ciudadanía como una organización violenta. Siquiera el hecho de
que el grupo de Stop Desahucios en Bizkaia no pertenezca a la PAH, ni se haya constituido
de manera alguna en relación con ella, les ha frenado.
De la palabra a los hechos: denuncias judiciales contra la PAH
El PP dice tener ya contabilizados
ocho casos de "acoso" a sus diputados por parte de activistas de la
plataforma contra los desahucios, de los que tres o cuatro se han sustanciado
ya en una denuncia en comisaría, y el Grupo Popular no descarta acabar
presentando una denuncia global contra los responsables de estas
movilizaciones, especialmente la Plataforma de Afectados por las Hipotecas
(PAH).
El último caso conocido es de la asturiana Carmen Rodríguez
Maniega, que ha denunciado en Avilés que el pasado sábado se sintió increpada,
perseguida e insultada por miembros de PAH de Asturias. La diputada ha
formalizado este lunes la denuncia contra la Plataforma de Afectados por la
Hipoteca (PAH) del Principado de Asturias. Ha interpuesto una denuncia en la
Comisaría de la Policía Nacional de Avilés por acoso. La denuncia se ha
formulado contra la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Asturias dado
que no han sido identificadas las personas que increparon a la diputada.
Anteriormente, el vicesecretario de Estudios y Programas del PP,
Esteban González Pons, presentaba una denuncia por "coacciones" en la
comisaría del Congreso contra la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH),
después de que el miércoles pasado varios miembros de la PAH se concentraran
ante su casa de Valencia e intentaran hacerle llegar una carta en la que
explican su situación, según han informado a Europa Press fuentes populares.
El PP también ha anunciado que estudia iniciar acciones legales
contra la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) por las
"amenazas de muerte" que, según la líder del partido en Cataluña,
Alicia Sánchez Camacho, recibió la diputada del Congreso Concepción Veray en
encuentros con representantes de la asociación.
En función de cómo avancen los acontecimientos, la dirección del
Grupo Popular no descarta presentar su propia denuncia conjunta contra los
responsables de estas movilizaciones en el entorno privado de los diputados.
Esa denuncia, más las particulares, podrían acabar llevando estas prácticas de
acoso hasta el Tribunal Supremo o la Audiencia Nacional. Tal vez su intención
sea la de abrir un macroproceso contra la PAH, al estilo de los realizados
contra el "entorno de ETA" en Euskal Herria. Ya tiene bastante
experiencia en este tipo de acusaciones masivas, en estos procesos mediáticos a
gran escala para criminalizar a todo un movimiento social, por el simple hecho
de dedicarse a hacer política (Segi, Bateragune, sumario 18/98, etc.), o
incluso por hacer uso de la libertad de expresión (Egin, Egunkaria, etc.).
UPyD, el primero en atacar a la PAH, se suma a la campaña
UPyD, el partido del régimen que aspira a recoger la mayor parte
del voto derechista y ultraderechista que la nefasta actuación de gobierno vaya
haciendo perder al PP por el camino, no se ha quedado tampoco al margen de esta
nueva campaña de acoso y derribo contra los movimientos sociales. Si ya en su
momento, durante el debate parlamentario que debía decidir si la ILP de la PAH
era o no aceptada a trámite en el Parlamento, Carlos Martínez Gorriarán,
diputado del partido "magenta", llamó "cafres" e
"idiotas" a los miembros de la Plataforma de Afectados por la
Hipoteca (PAH) que desde la tribuna de invitados del Congreso lanzaron gritos a
favor de la ILP, Rosa Díez, una de las mayores vividoras de la política que
existe actualmente en el panorama político español, ha atacado duramente a la
Plataforma con un artículo,
publicado en su web personal, titulado con un llamativo y sugerente "No".
En dicho artículo, Díez cataloga como "acciones viles y
cobardes" los escraches, y de igual forma que han hecho varios miembros
del PP, los asemeja a los "acosos realizados en el País Vasco por el
entorno de ETA". En concreto, después de despacharse agusto menospreciando
y restando toda legitimidad a los miembros de la PAH, Díez escribe:
"Nosotros NO estamos dispuestos a revivir épocas
pasadas, aunque cambie el escenario y los nombres de los impulsores de tales
vilezas. Hemos sufrido demasiado tiempo la perversión del lenguaje como para
consentirlo y dejarnos engañar a estas alturas. En Euskadi hemos vivido la
persecución de centenares de personas en sus propios domicilios; hemos sufrido
amenazas a la libertad de expresión de los representantes legítimos de los
ciudadanos; hemos vivido todo tipo de coacciones a los hijos de quienes eran
señalados como enemigos del pueblo. Todas esas cosas -y algunas más graves, que
vinieron después- decían hacerlas «para recuperar la democracia»; a todas esas
cosas las denominaron kale borroka; pero era terrorismo. A esto que algunos
están haciendo ahora en nombre de los desahuciados por las hipotecas le llaman
escrache; pero es acoso. Acoso cobarde, acoso vil, acoso radicalmente
inaceptable".
Toda una demostración de la demagogia populista y neofalangista
que es propia de esta formación ultraderechista como única forma conocible y
reconocible de hacer política. Además con el único tema en el que de verdad son
expertos: arañar votos usando la situación de violencia vivida en Euskal Herria
durante las últimas décadas como forma de movilizar las emociones ciudadanas y
sacar provecho y rentabilidad electoral al sufrimiento de las víctimas de una
de las partes afectadas por el desarrollo de tal conflicto.
El terrorismo político y mediático señala, los fascistas acatan.
La PAH responde
Ante tal campaña de criminalización,
la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau, no
descarta tomar acciones legales contra la delegada del Gobierno en Madrid,
Cristina Cifuentes, por haberla acusado de apoyar a grupos proetarras, y contra
otras acusaciones de dirigentes del PP.
"Es realmente inmoral, y no
descartamos acciones legales por la difamación y el clima de confusión y
tensión", ha deplorado Colau. Según ha dicho, estas palabras han provocado
que usuarios de las redes sociales la hayan "amenazando de muerte"
durante los últimos dos días. No es la única amenaza de este tipo que han
recibido miembros de la Plataforma.
La Plataforma de Afectados por la
Hipoteca (PAH) en la Comarca del Noroeste de la Región ha recibido este lunes
una llamada "anónima" que insultaba gravemente a sus integrantes y
les acusaba de estar vinculados "con ETA", amenazándoles de muerte y
advirtiéndoles que van a poner una bomba en la sede en la que llevan a cabo sus
reuniones.
Así lo ha hecho saber a la prensa el miembro de la PAH de la
Región de Murcia, Paco Morote, y un representante de la propia Plataforma del
Noroeste, quien ha explicado que la llamada ha tenido lugar sobre las 16.10
horas y ha durado unos dos minutos. En concreto, nada más descolgar el
teléfono, el llamante ha preguntado si estaba hablando con la PAH y, al recibir
la confirmación, ha insultado a su interlocutor y le ha amenazado con matarle y
ponerle una bomba donde se reúne la plataforma, alegando "vínculos con ETA".
Por todo ello, la PAH de la Región ha acudido al cuartel de la Guardia Civil
este mismo lunes para denunciar los hechos, según confirman las mismas fuentes.
Ada Colau, finalmente, ha manifestado que se trata de una
"cortina de humo" para no modificar la ley hipotecaria pese a la
sentencia europea que la ha declarado ilegal, porque el gobierno está
presionado por las entidades financieras para no cambiar la norma, según ella.
Colau ha rechazado también las acusaciones de que los
integrantes de la PAH utilizan la violencia y la coacción en sus acciones, y ha
agregado que realizan un ejercicio democrático: "El único caso de
violencia es lo que hacen las entidades financieras".
"Estamos esperando que el gobierno condene con contundencia
el acoso y la violencia de las entidades financieras contra la población",
ha exigido la portavoz, quien ha agregado que la PAH sólo se ocupa de defender
el derecho a la vivienda.
Pues te vas a quedar con las ganas, Ada. ¿Cómo va el gobierno a
condenarse a sí mismo?
Pedro Antonio Honrubia Hurtado, para Kaos. Vivienda y okupación.
Para ver los vídeos. Aquí Video
CONTRA LA
CRIMINALIZACIÓN DE LA PAH POR EL GOBIERNO DEL PP
El
ESCRACHE. Aspectos jurídicos y sociales
Escrache
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