En el manifiesto fundacional de la Plataforma en Defensa de las
Libertades Democráticas (PDLD) afirmábamos “recortes sociales y recortes de
las libertades son dos caras de la misma moneda”
Como organización de la clase trabajadora, que se reclama de
izquierdas y por la consecución del socialismo como forma de sociedad, hemos
mantenido esa idea como base de nuestra acción política, sabedores de que,
cuando los recortes sociales se hayan completado, tocará elevar la
reivindicación política a un nivel superior.
Esta es una posición que hemos trasladado a todos los espacios
que hemos ido creando, entre otros los que rechazan la criminalización de la
protesta social, que es, ante todo, una protesta de la clase trabajadora y que
lo será, de un modo más marcado, en los próximos tiempos.
Desde este pronunciamiento político, la Plataforma en Defensa de
las Libertades Democráticas (PDLD) quiere expresar toda su solidaridad con los
trabajadores de la limpieza de Madrid capital, ya que no son empleados públicos
del Ayuntamiento de Madrid, sino de contratas privadas, a la que la “señora”
Botella ha animado a aplicar la fórmula del despido para que a la empresa,
privada, le salgan las cuentas del beneficio capitalista, tras la reducción de
un 40 % del gasto en la partida correspondiente del Ayuntamiento de Madrid
respecto a 2007.
El despido de 1.144 trabajadores de parques, jardines y limpieza
del Ayuntamiento de Madrid, que realizarán las grandes empresas OHL, Sacyr
(Valoriza) y FCC (recuerden sus nombres) es un acto de violencia
terrorista en el contexto de una crisis que nos ha dejado en
las peores condiciones laborales, contractuales y de despido hasta donde
alcanza nuestra memoria colectiva.
En este marco es obsceno el comportamiento de los piquetes
mediáticos del capital, en el que cabe incluir de un modo penoso a los
supuestamente progres, que han propagado hasta la saciedad imágenes de basura
esparcida por las calles y se han dedicado con entusiasmo a contarnos las
molestias que causa la huelga a una “ciudadanía” a la que hace mucho tiempo
quieren sus enemigos de clase narcotizada y desclasada. Para eso no hacen falta
sujetos como Marhuenda ni como Alfonso Rojo. Basta escuchar en SER Madrid a
individuos como Carmelo Encinas para ver cómo se intenta dar “argumentos” al
Gobierno del PP para que endurezca al máximo criminalización de la protesta
social en su futuro Código Penal que el PP para destruir los derechos de
manifestación y rebeldía de la clase trabajadora: “vandalismo”, “violencia”,
“amenazas”. Lo mismo cabe decir de El País o Público ¿Acaso pretenden que
las huelgas se hagan en el desierto de Almería, en domingo y con servicios
mínimos del 80 %, como aplicaba en su día Esperanza Aguirre a los trabajadores
del transporte?
Las huelgas, sean de servicios públicos, de sectores
estratégicos o de cualquier otro colectivo de trabajadores, sólo tienen fuerza
si presionan y son capaces de condicionar a la patronal a través de sus medidas
de fuerza. Es innegable que supondrán en algún momento molestias a lo que
llaman ciudadanía que también se compone de otros trabajadores que, en su
momento, se verán abocados a tener que hacer ruido para que su protesta no
quede en el olvido social. Es hora de abandonar esas actitudes inconsecuentes
que piden solidaridad sólo cuando le afectan a un@, pero que son ajenas a ella
cuando la necesitan otr@s. Pronto, tod@s nosotr@s estaremos abocad@s a pasar
por la trituradora del capital y sus instituciones. Como trabajador@s estamos
necesitad@s de comprender que nos necesitamos tod@s en una unidad
indestructible de clase. No se puede hacer una tortilla sin romper los huevos
ni demostrar combatividad pidiendo perdón por anticipado.
Cuando a l@s periodistas les afecta lo que eufemísticamente se
conoce como “regulación de contrato”, aquell@s deben entender que una parte de
su éxito o de su fracaso está en su voluntad de darse cuenta de que son
trabajador@s y de que su principal arma de presión es la huelga y la
solidaridad de y con otr@s trabajador@s. Si buscan solidaridad sin haberla dado
antes, puede que encuentren la que hayan sembrado a bajo precio la mayoría de
ell@s.
No ignoramos que la mentira llamada libertad de información se
desenmascara cuando se habla de libertad de empresa, que pone a la primera al
servicio de la segunda, pero ha de haber un sentido de la coherencia que se
rebele ante los mandatos del capital que, desde sus empresas, cargan como
policías armados por el monopolio de la palabra contra los débiles que se
rebelan contra su condición, aunque esos débiles circunstanciales no sean
periodistas.
En otro orden de cosas, nos preocupa la aparición de cajas de
resistencia de apoyo a la huelga de limpieza, ajenas a los sindicatos y
gestionadas por grupos distintos a la misma.
Sabemos, por experiencia, que, cuando una caja de resistencia no la controlan
los propios trabajadores a través de sus sindicatos, hay quien/es busca/n
condicionar a la propia huelga con unas intenciones desconocidas y, como
mínimo, sospechosas.
Hacemos un llamamiento a la sociedad madrileña y, en especial a
su clase trabajadora, a acompañar con paciencia, buen talante, comprensión y
apoyo solidario la huelga de los trabajadores de la limpieza del Ayuntamiento
de Madrid. Nadie escogería como primera opción limpiar la basura ajena. Y nadie
debe ser condenado al despido ni a la reducción del 43 % de su salario como
“premio” a no ser despedido.
NINGÚN TRABAJADOR/A DE LA LIMPIEZA DE MADRID DESPEDIDO/A. RESPETO
A UNAS CONDICIONES SALARIALES DIGNAS PARA TODA LA PLANTILLA.
FUERA BOTELLA DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID Y EL PP DEL GOBIERNO
ESPAÑOL
CON L@S TRABAJADOR@S. POR LAS LIBERTADES.
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