L”OPINIO.6 ABRIL 1929. Nº 60
Fuente: Andreu Nin Por la unificación
marxista. Miguel Castellote, Editor 1978, edición bilingüe
Los escritores liberales burgueses
oponen a menudo la “libertad humana”
a la “justicia social”. No comprenden
que sin justicia social la libertad humana no es posible, porque el origen de
la esclavitud nace en la desigualdad económica. “Proclamar” la libertad de los
hombres no tiene valor si las causas de la esclavitud social subsisten. La
“libertad” no tiene necesidad de ser proclamada; lo que es necesario es
destruir las causas que la hacen imposible.
Es también una actitud corriente de
los liberales burgueses la de declararse adversarios de la lucha de clases. La
lucha de clases no es un procedimiento de combate, sino un hecho social. Se
puede estar o no de acuerdo con la teoría marxista según la cual la historia de
la sociedad es la historia de la lucha de clases; se puede considerar esta
lucha como un hecho de importancia secundaria, ninguno sin embargo, puede negar
su existencia. Declararse adversario de ella, por tanto, está tan falto de
sentido como si uno se niega a reconocer la lluvia o el frio. Al hombre
razonable no se le ocurrirá combatir estos fenómenos naturales subiéndose a un
banco de la plaza de Cataluña para proclamar las excelencias del buen tiempo. A
decir verdad, el reformismo se vale
del paraguas de la colaboración de clases y del abrigo de las pequeñas reformas
para resguardarse del vendaval de la batalla social. Ahora que el viento y la
lluvia siguen existiendo, como sigue existiendo la lucha de clases a pesar de
los que se tapan los ojos para no verla o se refugian en la “democracia” y “la paz social”.
La igualdad y libertad como
categorías políticas independientes, si no se ligan con el sistema económico,
son una atopía. No puede haber libertad ni igualdad políticas mientras haya
desigualdad y esclavitud económica. La igualdad y la libertad son
fundamentalmente incompatibles con el régimen de producción capitalista, basado
en el privilegio y en la explotación.
La igualdad únicamente puede existir
en una sociedad en la cual hayan desaparecido las clases. La libertad es
únicamente posible en un régimen en el cual es únicamente posible en un régimen
en el cual una minoría que dispone de los medios de producción y del poder
político. En una sociedad sin clases el Estado (instrumento de dominación de
una clases sobre otra) no tendrá razón de existir. El “gobierno de los hombres”
será sustituido por la “administración de las cosas”.
No es suficiente con “querer” la libertad y
con proclamarla en los editoriales de los periódicos. Para conquistarla, la
condición indispensable es derrocar a la clase cuya dominación engendra la
esclavitud: la burguesía. Únicamente hay un medio para llegar a este objetivo:
la toma violenta del poder (pues la burguesía no lo cederá de grado, aun en el
caso de que se encuentre en minoría en el parlamento) y la instauración de la
dictadura del proletariado, que durará mientras duren las clases y desaparecerá
automáticamente cuando las clases dejen de existir. Nadie es partidario de la
violencia por placer, como no es por placer que uno es sometido a una operación
quirúrgica cuando la ciencia no conoce otro procedimiento para curar una
enfermedad.
Combatir esta solución al problema,
o, mejor dicho, este desenlace inevitable del desarrollo del proceso histórico
social, en nombre de los principios democráticos y liberales generales,
equivale a defender, objetivamente, la perpetuación del régimen capitalista,
esto es, de la desigualdad y de la esclavitud. “La victoria de la Revolución-
decía Pléjanov cuando no había abandonado todavía el marxismo revolucionario-
es el fin supremo, y si por la victoria de la revolución es necesario limitar
la acción de este o aquel principio democrático, sería un crimen no hacerlo.
La dominación de la burguesía adopta,
según las circunstancias la forma democrática (incluso la coalición con los
socialistas reformistas) o la forma abiertamente dictatorial (fascismo). La
esencia de clase de esta dominación permanece sin embargo, invariable. Y la
burguesía tiene plena conciencias de ello, puesto que si emplea una u otra
forma es únicamente por conservar su posición. Si habla de “democracia”, de “libertad”, de los “intereses
de la civilización humana”, etc., es para encubrir con frases llamativas su
dictadura de clase, esto es, la “democracia
burguesa”, la “libertad burguesa”,
los intereses de la civilización burguesa…
La pequeña burguesía, la cual, por el
papel que ocupa en la sociedad, no tiene una posición privilegiada que
defender, cree a menudo sinceramente en la posibilidad de superar los
antagonismos de clase mediante la instauración de una vasta democracia
política. Es precisamente esto lo que constituye el carácter “ilusorio” de las
aspiraciones democráticas y liberales de la pequeña burguesía. Pero cedamos la
palabra a los clásicos. En su der XVIII Brumaire de Louis Bonaparte, Marx,
hablando del partido democrático socialista fundado en 1849 en Francia,
escribe:
“El carácter peculiar de la
democracia socialista consiste en lo siguiente: se exigen instituciones
republicanas democráticas no para suprimir los dos extremos, el capital y el
trabajo asalariado, sino que para atenuar el antagonismo y transformarlo en
armonía. Sea cual sea la diversidad de medios propuestos para realizar este
fin, a pesar del carácter más o menos revolucionario de las ideas con las que
se adorne, el contenido es el mismo: se trata de transformar la sociedad por
vía democrática, pero sin superar el marco de la pequeña burguesía. No hay que
creer, fundándose en una idea estricta, que la pequeña burguesía quiere, por
principio, hacer prevalecer un interés egoísta de clase. Ella se figura,
al contrario que las condiciones
particulares de su emancipación son las únicas condiciones generales que
permiten salvar a la sociedad moderna y evitar la lucha de clases. No se debe
creer tampoco que los representantes demócratas sean todos unos tenderos o
sigan siempre a estos últimos. Por su cultura y su situación individual pueden
estar considerablemente alejados de ellos. Lo que los hace representantes de la
pequeña burguesía es el que no puedan superar en la teoría los límites que
estos últimos no pueden superar en la práctica, y que teóricamente se ven
impulsados hacia los mismos problemas y las mismas soluciones a los que el
interés material y la situación social impulsa en la práctica a los segundos.
Esta es en general por otra parte, la relación que existe entre una por otra
parte, la relación que existe entre una clase y sus representantes políticos y
literarios”.
KARL MARX: EL DIECIOCHO BRUMARIO DE
LUIS BONAPARTE
Introducción del libro por Humberto
da Cruz, Carmen Espinar
I
Andreu Nin nació en El Vendrelll (
Baix Panedés) el 4 de febrero de 1892, permaneciendo en esta localidad durante
los primeros años de su vida.
En 1910 partió para Barcelona con el
fin de estudiar Magisterio Superior. Ya a lo largo de este periodo comienza a
aflorar su vocación política, adhiriéndose a la” Unión Federal Nacionalista
Republicana” y ejerciendo una actividad dirigente en el seno de la Asociación de
Estudiantes Normalistas de la Universidad de Barcelona.
En 1914, su interés por el socialismo
y su abandono progresivo del radicalismo burgués nacionalista, le llevan a
militar en la Federación Catalana del PSOE. No obstante, sus actividades
profesionales durante estos años relegan su actividad política a un segundo
plano, hasta que la noticia de la revolución rusa le impulsa a colocar como
tarea central en su vida la organización de la revolución.
A partir de este momento, sus
concepciones van evolucionando y, simultáneamente, se van alejando del
socialismo, al menos de la forma en que lo entendía el PSOE, lo que le lleva a
abandonar esta organización.
Decide entonces adherirse a la CNT y,
tras un primer momento de adaptación y, en gran medida, como consecuencia de su
participación en el Congreso de la Comedia en 1919, se integra plena y
destacadamente en la vida de la Confederación, culminando este período con su
detención en 1920.
Al abandonar la cárcel, Nin pasa,
casi inmediatamente, a ocupar cargos de dirección que le llevan en un plazo muy
breve a la Secretaría del Comité Nacional de la CNT, cargo que le permitirá
tomar contacto directo con la Revolución Rusa, al ser integrado en la
delegación de la CNT que asistió al primer Congreso de la Internacional
Sindical Roja.
Será éste un viaje sin regreso, ya
que en el Congreso fue nombrado delegado de la ISR en el Buró de Europa Central
y ello le impedía volver a España. Su vinculación a la ISR permanece aún
después de la ruptura de la CNT con aquella, convirtiéndose Nin, en funcionario
del aparato sindical internacional dependiente de Moscú, y pasando a ser, en
1922, miembro del Secretariado de la ISR.
Su brillante carrera
político-sindical se ve, sin embargo, truncada al cabo de pocos años debido a
su adhesión al grupo de oposición en el
seno del partido ruso y de la Internacional, encabezado por Trotsky.
Este segundo gran periodo de su vida
política acaba en 1928, con su expulsión del partido y de todos los cargos que
había ocupado hasta entonces.
En 1929, y merced a su expulsión de
la URSS (hasta entonces no había podido desplazarse libremente), pudo regresar
a España, iniciando así la tercera y más importante fase de su actividad
política, a lo largo de la cual se mostró como uno de los escasos teóricos
marxistas españoles que existieron en el periodo histórico que va hasta el
final de la guerra civil.
Su contacto con la vida española que
retomará físicamente en 1930, se va reiniciando ya desde 1928, momento en que
paraliza su actividad en la URRS, a través de la lectura de publicaciones
políticas españolas y de su colaboración en L`Opinió (1),
en cuyas columnas participa en vivas polémicas como la que se entabló en torno
al tema del anarquismo y en la que participaron Maurín, Peiró, Jordi Arquer,
etc. (2).
También la publicación de su libro
“Les Dictadures dels nostres días” (3), donde
polemizaba con la obra de Cambó “Les dictadures”, le ayudó a restablecer el
contacto con la actividad política española.
Todo ello, no obstante, no hace más
que prepararle mínimamente el terreno, ya que sólo su integración física en la
actividad de las organizaciones obreras españolas le permitirá realmente captar
la nueva situación política que, sin duda, había sufrido grandes
transformaciones a lo largo de sus 10 años de ausencia.
(1)
Las principales colaboraciones de Nin publicadas en L`Opinió corresponden a los
cuatros primeros textos de la presente recopilación
a) ¿Por qué nuestro movimiento obrero ha sido anarquista? (L`Opinió 11
agosto 1928 nº 26.
b) Las raíces del anarquismo en Cataluña
(L`Opinió 25 de agosto de 1928 nº 28
c) Encuestas de L`Opinió (L`Opinió. 22
diciembre 1928. Nº 45
(2)Los
textos de esta polémica han sido publicados e introducidos por Alberto Balcells
en el nº 34 de la Revista de Trabajo. Madrid, 1971.
(3)
“Les dictadures dels nostres diez” se publicó en Barcelona en 1930. Está en
curso de reedición su versión castellana por la editorial Fontamara.
II
Nin llega a Barcelona en septiembre
de 1930 y, desde el primer momento, divide lo esencial de su atención política
entre el análisis de la nueva situación creada en España tras la caída de la
dictadura, y su participación en las actividades de la Oposición Comunista
Internacional.
La situación política que encuentra
es de acelerada descomposición de la Monarquía y, al mismo tiempo, de acentuada
confusión entre las organizaciones obreras que acaban de salir de un largo
período de represión. Así, el campo comunista (en el que se sitúa Nin) asiste a
una violenta crisis entre la dirección del PCE y la FCCB (Federación Comunista
Catalano- Balear), que representaba un peso equivalente al total restante del
PCE.
El estigma de trotskista que portaba
Nin le crea, desde los primeros momentos, serias dificultades para actuar en el
campo comunista. Sin embargo, no duda en alinearse en lo esencial con la FCCB,
con la que pasa a desarrollar cierta colaboración.
Su actividad organizativa, así como
la expresión pública de sus ideas, se centran en torno al grupo de Maurín, ya
que la Oposición Comunista no existía
más que entre algunos exiliados no poseyendo más que núcleos de simpatizantes
semiorganizados. Nin no parece sentirse atraído, en estos primeros meses, por la idea de dedicar grandes esfuerzos en
el desarrollo de núcleos de opositores, sino que intenta atraer a la FCCB en
bloque a las posiciones de la Oposición.
Esto es fácilmente explicable si
tenemos en cuenta que las perspectivas de desarrollar, a corto plazo, un sólido
núcleo de opositores de raíz nueva, eran nulas, mientras que la FCCB contaba
con una sólida inserción en el movimiento obrero catalán.
La colaboración de Nin con la FCCB y
la publicación de sus artículos en L`H ora (4),
semanario vinculado a la Federación, le llevan a serias discrepancias con Trostsky,
preludio de su futura ruptura en 1935, Ya que TrostsKy estimaba que la FCCB no
era más que un grupo centrista cuyo posibilismo le exasperaba. De este modo la
participación de Nin en sus actividades, así como en las del recién creado BOC
(Bloc Obrer i Campesol) (5) y la esperanza que
éste depositaba en un futuro, no hacían más que aumentar su exasperación.
(4) Su
colaboración en L`Hora se extiende de enero a Abril de 1931 y está reproducida
en las páginas…
(5)
Para el conocimiento del desarrollo del BOC es de imprescindible lectura el
libro de F.Bonamusa: El Bloc Obrer i Camperol. Els primer
anys ( 1930- 1932) Barcelona
Sin embargo, Nin no acepta sus consejos y va estrechando
cada vez más sus contactos, hasta el extremo de participar en la redacción de
documentos internos.
Este primer enfrentamiento con
Trostsky quedará parcialmente paliado cuando la FCCB y el BOC deciden
prescindir de sus servicios y, en particular, de su presentación como candidato
a las elecciones en las listas del BOC, pues temen que la imagen trostskista de
Nin pueda resultarles perjudicial (no hay que olvidar que aún estaban
vinculados a la 3º Internacional). palmente en Barcelona, y dedicar a ello lo
esencial de sus esfuerzos.
En estos momentos la situación de los
núcleos de Oposición no era muy brillante, pero había mejorado algo con el
regreso de los militantes exiliados. Esto permite que el núcleo dirigente
decida lanzar la publicación de un órgano de expresión mensual, a partir de
Mayo de 1931, que toma el nombre de “Comunismo”.
No obstante, y a pesar de centrar sus
esfuerzos en estas tareas, Nin no pierde aún la esperanza de recuperar al BOC y
considera por ello oportuno no atacarle abiertamente. Sin embargo, los hechos
no le dan la razón y, poco después, se ve obligado a desenmascarar la postura
oportunista de sus excompañeros (6).
III
A Partir de Mayo de 1931, pues, con
el surgimiento de “Comunismo”, y a pesar de su escasa difusión inicial, la OCE
( Oposición Comunista de España) puede acometer la tarea de aparecer como algo
más que el fantasma que había sido hasta entonces, al tiempo que Nin pasa a
disponer de una tribuna desde donde expresar sus ideas.
Ya el primer número iba orientado en
este sentido al publicar una serie de textos, principalmente el “Proyecto de
Plataforma Política de OCE” que servirán de base a las discusión de la 2º
Conferencia Nacional de la OCE (realmente es la 1ª desde que existía como algo
organizado).
Esta 2ª Conferencia se realiza el 7
de Junio de 1931 y en ella pudo palparse
la escasa implantación conseguida hasta entonces, ya que sólo dos grupos
locales (Madrid y Bilbao) tenían un mínimo de incidencia real.
Ante el enfriamiento de relaciones
con la Federación, que se mantendrán sin embargo hasta Mayo de 1931, Nin decide
por fin acometer la tarea de crear un centro organizado de la Oposición,
princi-
A lo largo de las sesiones se
aprobaron sin grandes problemas los textos un tanto esquemáticos y abstractos
que se sometieron a discusión y que serían publicados en los números siguientes
de la revista. Es de suponer que Nin participase activamente en la elaboración
de estos textos. No obstante, su principal trabajo en este periodo fue “El proletariado ante la
revolución española”
(7), que resulta francamente más interesante que
las tesis de la Conferencia.
(7)
Este trabajo que incluimos en la pág. 135 hasta la pág. 169 se publicó en forma
de folleto en Barcelona en el Verano de
1931.
Esta fase desarrollo, a pesar de que
superaba escasamente los cien militantes, lleva a la OCE a plantear la
necesidad de la intervención política, planteamiento que desemboca, por presión
de Nin, en la creación de un semanario político dirigido a las masas y no
únicamente a la vanguardia, como era el caso de “Comunismo”. Surge así “El
Soviet”, cuyo primer número ve la luz el 15 de Octubre de 1931.
En esta misma época, la OCE comienza
también a plantearse el problema de orientarse hacia una práctica de entrismo
o, por el contrario, intentar desarrollarse como organización comunista
autónoma. Problema que originará la ruptura con Trostsky y la escisión de los
elementos más vinculados a éste, que eran partidarios de la entrada en bloque
al PSOE.
Nin y sus colaboradores más directos
optan progresivamente por la vía de la organización autónoma, aunque con
vocación de unificación de los marxistas. Es este uno de los temas que trata el
primer editorial de El Soviet y que ya no dejará de aparecer en la tendencia
ninista de la OCE. Esta nueva orientación contribuye a que los textos de Nin, a
partir de finales del 31, dedicados al análisis de coyuntura vayan adquiriendo
mayor consistencia y consigan ya una aproximación más sólida a la realidad.
“El Soviet”, sin embargo, tendría
poca vida al ser prohibida su publicación tras el primer mes, recibiendo así,
tanto la OCE como Nin, un duro golpe.
A comienzos de 1932, la Oposición
Comunista aparece ya, a pesar de sus problemas políticos y organizativos, como
una organización con cierta incidencia entre las masas una organización con
cierta incidencia- de poco más de cien militantes en el otoño anterior, pasa a
algo más de cuatrocientos- sino, especialmente, a su extensión geográficas- en
este momento existen y a las federaciones catalana, andaluza, gallega,
castellano- leonesa y vasco-navarra.
Este mayor contacto con la realidad
lleva a una creciente necesidad de
planteamientos tácticos, así como a un aumento de la discusión interna en torno
al carácter que como organización debe asumir la OCE. Esto se explica si
tenemos en cuenta que un planteamiento etéreo y abstracto de Oposición
Comunista, sin considerarse como partido diferenciado del PC, solo es
sostenible por un grupo dedicado a la simple especulación, pero no quien espere
asumir algún carácter de dirección política en la práctica de masas.
Como consecuencia de todo ello
comienza a prepararse la 3ª Conferencia de la OCE, que comienza finalmente en
Madrid el 26 de Marzo de 1932.
Es importante verificar que la
situación política impulsaba de tal modo a una redefinición- particularmente en
el campo comunista- que, con escasas semanas de diferencia en relación a esta
conferencia, se realizaría el IV Congreso del PCE y el II de la FCCB-BOC.
La tercera conferencia de la OCE
representó un momento de viraje fundamental para la organización. Si bien las
tesis políticas aprobadas, aunque con mayores concreciones, no representaron
importantes innovaciones en relación a las posiciones existentes (8), no ocurrió lo mismo con la situación organizativa.
En este sentido, el cambio de nombre
de OCE (Oposición Comunista de España) a
ICE (Izquierda Comunista de España), llevaría a posiciones políticas y
organizativas más sólidas en torno a la unidad obrera a partir de una entidad
definida, con el consiguiente abandono de la situación de pretendida fracción
de un partido con el que no existía ningún vínculo orgánico desde hacía ya
tiempo.
Ello facilitará la evolución por la
que la ICE se integra en el proceso de gestación de las Alianzas Obreras y, más
tarde, en 1935, en el proceso de unificación con el BOC.
Estos cambios políticos y
organizativos tienen como consecuencia el enfrentamiento, y posterior
alejamiento, del sector ortodoxo trotskista, encabezado por “ Henri Lacroix” (Francisco
García Lavid) hasta
entonces secretario-general y, paralelamente, el ascenso del protagonismo de
Nin y sus más directos colaboradores, que culmina, algunos meses después, en su
nombramiento como nuevo secretario-general.
Comunismo (1931-1934)
Una vez acabada la conferencia, Nin
se lanza abiertamente, tras su regreso a Barcelona, a la tarea de poner
nuevamente en marcha el semanario “El Soviet” esfuerzo que culmina al cabo de
pocas semanas, a mediados de Mayo, con la aparición del primer número de la
nueva época.
En este nuevo periodo, Nin publica un
número considerable de artículos, siendo de suponer que fuese el autor o
inspirador de gran parte de los editoriales (9).
Por esta misma época escribe un nuevo
(8)
Hemos considerado interesante reproducir en esta antología las tesis de la III
Conferencia debido a la importante participación de Nin en su redacción, y a la importancia que
tuvieron en el cambio parcial de estrategia de la OCE.
(9)
Así lo afirman al menos ciertos autores y algunos de los colaboradores de Nin
en las tareas de redacción. A pesar de lo difícil que resulta seleccionar
artículos no firmados, hemos incluido aquellos editoriales de los cuales había
mayores indicios que permiten atribuirlos a Nin, sin un gran margen de error.
artículo sobre el tema de las nacionalidades (10), tema que constituirá una de sus más permanentes
preocupaciones.
Una vez pasado el verano del 32, los
enfrentamientos entre las dos de la ICE se recrudecen, llevando a que el sector
trotskista, como ya hemos citado, fuese excluido de la dirección. El nuevo
comité ejecutivo quedó formado del siguiente modo: Andreu Nin como secretario
general, Josep Metge, Molins i Fabrga, L. Fersen y E. Goñi. Con ello, el viraje
iniciado en la 3ª Conferencia culminaba a nivel orgánico, pasando la ICE a
disponer de un gran campo de acción sin los frenos que, hasta entonces, había
impuesto la estrecha concepción trotskista.
Esta nueva orientación llevaría,
asimismo, a un incremento de los enfrentamientos con la oposición
Internacional. A este nivel, la polémica se centró, una vez más, en que la
Oposición propugnaba su mantenimiento como una fracción de la IC (Internacional
Comunista) y que, por lo tanto, no debía actuar como partido autónomo, ni en lo
referente a elecciones ni en la perspectiva político-organizativa general.
Por el contrario, tanto la ICE como
Nin, aunque sin romper aún abiertamente con la línea general de la Oposición,
consideran que es necesario participar en los procesos electorales así como (si
bien, por cuestión táctica, afirman lo contrario) ir dando pasos hacia un
“segundo partido”.
Ya en la segunda mitad de 1933, Nin
escribe uno de sus textos más importantes, el prólogo a la “Crítica del
Sindicalismo” de Plejanov, publicado en “Comunismo” en sus aspectos más
esenciales (11).
Con el desarrollo de las elecciones
generales, que imponen la formación de un gobierno de derecha encabezado por
Lerroux, el panorama político, en estos momentos, sufre un cambio radical que
tiene especial incidencia en las
perspectivas de las organizaciones de izquierda.
En efecto, la suspensión de la
política reformista, aunque zigzagueante, de la coalición
republicano-socialista, de hace ciertas ilusiones y colabora en la creación de
un proceso de convergencia que, en algunos puntos del Estado, desembocará en la
constitución de Alianzas Obreras.
(10)
Consideraciones sobre el problema de las nacionalidades. Comunismo nº 12
Mayo 1932.
(11) Critica del sindicalismo
Plejanov
IV
A partir de la victoria de la
coalición de derecha en las elecciones, Nin dedica algunos trabajos al
significado del nuevo gobierno y a su posibilidad de deslice hacia el fascismo.
Para estos análisis parte de una visión general de los ejemplos clásicos y del
estudio de la peligrosa situación que puede gestarse bajo la batuta de Lerroux
(12).
A pesar de que el esfuerzo central
proviene del BOC, Nin y la ICE desarrollan en estos meses una notable actividad
en torno a la creación de las Alianzas obreras. La primera de éstas se crea en
Cataluña el 9 de Diciembre, a partir del acuerdo de candidaturas únicas,
efectuado en Noviembre, entre el BOC y la Federación Socialista de Cataluña del
PSOE. En ella participaron la Federación Socialista de Cataluña (PSOE), el BOC,
la Federación Sindicalista Libertaria, la USC, IC, la Unió de Rabassaires y
Federación de Sindicatos excluidos de la CNT.
La USC y la Unió de Rabassaires
mantendrían por poco tiempo su participación, ya que sus posiciones
abiertamente posibilistas y oportunistas les llevaron a no solidarizarse con
cualquier tipo de unidad que molestase a la Esquerra Republicana y demás
partidos burgueses. Así. La huelga de Marzo les llevó a abandonarla.
A pesar de que el esfuerzo central
proviene del BOC, Nin y la ICE desarrollan en estos meses una notable actividad
en torno a la creación de las Alianzas Obreras. La primera de éstas se crea en
Cataluña el 9 de Diciembre, a partir del acuerdo de candidaturas únicas,
efectuado en Noviembre, entre el BOC y la Federación Socialista de Cataluña
(PSOE), el BOC, la Federación Sindicalista Libertaria, la USC, IC, La Unió de
Rabassaires y la Federación de Sindicatos excluidos de la CNT.
La USC y la Unió de Rabassaires
mantendrían por poco tiempo su participación, ya que sus posiciones
abiertamente posibilistas y oportunistas les llevaron a no solidarizarse con
cualquier tipo de unidad que molestase a la Esquerra Republicana y además
partidos burgueses. Así, la huelga de Marzo les llevó a abandonarla.
Por el contrario, el PSOE o, el
menos, su sector de izquierda encabezado por Largo Caballero, fue apoyando con
bastante entusiasmo la idea de las alianzas obreras, participando en su
creación y desarrollo tanto en Cataluña como, poco más tarde, en Valencia (3 de
Febrero) y Asturias, con la novedad, en este último caso, de la incorporación
de la CNT. También en Madrid se constituiría, el 6 de Mayo, la Alianza Obrera,
con base esencialmente en el PSOE.
En este periodo, la actividad de Nin
se dirige principalmente a actividades comunes de la Alianza Obrera ( mítines,
etc..) y la consolidación de la ICE. A nivel teórico continúa desarrollando el
tema de las nacionalidades, que centrará sus principales trabajos publicado en
el periodo que se extiende hasta la Revolución de Octubre (13)
En el Verano de 1934 se da un cambio
importante en el desarrollo de las Alianzas con la incorporación del PC (14); la CNT, sin embargo, mantiene su posición
sectaria y divisionista excepto en Asturias haciendo recaer sobre ella una gran
responsabilidad histórica en los sucesivos fracasos que, en estos años, sufre
la clase obrera.
(14) Esta decisión fue tomada tras un largo
periodo de insultos y de contraponerlo al frente único. Como es habitual a lo
largo de este período, el cambio se da de golpe y de arriba abajo. Donde se
decía negro ahora es blanco, y quien no lo acepte probablemente será un
“renegado trotskista”. En este sentido, los métodos sectarios y burocráticos no
habían cambiado nada de la dirección de Bullejos a la dirección de José Díaz.
La única diferencia sustancial es que esta segunda era más “obediente” a las
órdenes de Moscú vehiculadas a través de la IC.
Esta evolución se corta con la
insurrección de Octubre, que fue encabezada por las Alianzas Obreras y que,
sólo donde estas habían integrado a la totalidad del movimiento obrero –
Asturias- , mostraron capacidad para lograr el poder si bien, debido a su
aislamiento, sólo pudieron retenerlo algunos días.
Después de esta derrota y la
consiguiente limitación o prohibición de la actividad de los partidos de cada
vez más abiertamente, hacia la reconstrucción y fortalecimiento de las Alianzas
Obreras así como hacia la búsqueda de la unidad, incluso orgánica, de todas las
fuerzas marxistas.
Este proceso de unidad se inicia en
Febrero de 1935 entre el BOC, FSC (PSOE), PC en Cataluña, P. Catalán
Proletario, ICE y USC (15). De la polémica,
acercamiento y alejamiento de posturas, saldrá finalmente la fusión IC-BOC, con
la creación del POUM a finales de Septiembre del mismo año.
(15) El resumen de estas reuniones ha sido
publicado recientemente en:
Documento: El proceso de unificación
marxista en Cataluña (1935-1936), pág. 88-94
Será este proceso, y todo el debate
en torno a él, uno de los puntos donde las aportaciones de Nin y, en general,
de sus principales actores, serán más interesantes incluso a la luz de la
situación actual.
Es este también el momento de la
ruptura final con Trotsky, pues éste impulsaba la idea de la integración de la
IC en el PSOE, fiel a su política general de ingreso en los PSs para evitar el
aislamiento grupuscular.
A partir de la fusión, la táctica de
la unificación sufre alguna matización, pero no es en absoluto modificada por
el nuevo partido. En efecto, el objetivo pasa a ser establecido de un acuerdo
de unidad PSOE, PCE, POUM, sobre la base del siguiente temario: aceptación de la Alianza Obrera como órgano
del frente único; constitución de ésta a nivel de todo el Estado; unidad
sindical; aceptación de los principios básicos del socialismo revolucionario;
aceptación del carácter democrático- socialista de la revolución pendiente;
objetivo de la Unión Ibérica de Repúblicas Socialistas.
El periodo de asentamiento del
partido fue muy breve, pues la aproximación del periodo electoral le obliga,
desde finales del 35, a dedicar casi toda su atención a esta cuestión.
No obstantes, Nin dedica su actividad
central a las tareas de unificación y consolidación del nuevo partido, así
como, a partir de Noviembre, a mítines electorales. Esto no le impide continuar
su trabajo teórico, particularmente en el terreno de la cuestión nacional, que
tiene como resultado algunos artículos y su libro “Els moviments d`emacipació
nacional”, una de las obras más importantes que publicó a lo largo de su
carrera política (16)
(16)
Els Moviments dÈmancipació Nacional, Barcelona 1935. Existe una reedición en
Paris en las Edicons Catalanes (1970), y está ya anunciada su publicación en
Barcelona para los próximos meses.
Andreu Nin. Los movimientos de
emancipación nacional (1935)
V
Desde un primer momento el POUM
consigue una fuerte implantación en Cataluña y, y secundariamente, en Valencia
y Asturias. Los demás núcleos, si bien en zonas de Galicia y de Castilla
tuvieron alguna importancia, no pararon nunca de un estadio de presencia casi
simbólica.
En Enero de 1936 Andreu Nin presenta
a un pleno del C.C. un informe electoral, donde afirma que la presencia del
POUM en las Cortes sería importante, por lo cual había que acudir a las
elecciones. La fórmula de candidaturas más deseable había sido a través de las
Alianzas Obreras, pero ante su imposibilidad, el POUM opta por apoyar la
candidatura del Frente Popular, excepto en Cataluña, donde intenta alianzas con
los partidos de izquierda Republicana.
Finalmente, el POUM consigue colocar
como diputado únicamente a Maurín, al obtener éste más de 250.000 votos en
Barcelona.
A partir de Enero, Nin pasa a
ocuparse de la revista teórica del POUM “La Nueva Era”, uniendo esta actividad
a sus tareas como responsable sindical en la dirección del partido.
Frente a los análisis optimistas del
resultado de las elecciones Nin, sin negar su importancia, considera que es un
grave error dormirse en los laures del triunfo y caer en la peligrosa postura
de buscar la consolidación del régimen republicano, que no sería más que la
consolidación de la burguesía en el poder. Por el contrario, y criticando
duramente la política frentepopulista, considera que hay que mantener la
autonomía e independencia política del movimiento obrero, lo cual pasa por
reforzar las alianzas obreras y crear las condiciones para el surgimiento del
gran partido revolucionario.
En el momento de la sublevación
militar-derechista del 18 de julio, el POUM no había conseguido aún asentarse
totalmente como organización, lo que no obstó para que respondiera
decididamente a la cabeza de la mayoría de las primeras luchas de resistencia
contra la sublevación.
A consecuencia de la reorganización
total del gobierno de Cataluña tras el comienzo de la guerra, Nin es nombrado
Consejero de Justicia de la Generalitat, puesto desde el que desarrollaría una
importante acción política, probablemente la de mayor repercusión externa de
toda su carrera política.
Su labor a lo largo de los tres meses
ocupó el cargo (del 26 de Septiembre al 13 de Diciembre) se centró como él
mismo dijo, en legalizar lo que, espontáneamente, había hecho las masas
trabajadoras.
En este sentido destaca
particularmente la creación de Tribunales Populares, cuyo planteamiento
desarrolló Nin en diversos artículos y discursos (17).
(17)
En relación a este tema hemos incluido el texto de la conferencia de Nin en
Radio POUM de Octubre de 1936, donde expresa sus objetivos básicos.
Pero la actividad de Andréu Nin no
pudo tener una larga duración, debido al creciente enfrentamiento del PCE-PSUC
con el POUM que llevaría, en Diciembre de 1939, a la expulsión de éste
llevaría, en Diciembre de 1939, a la expulsión de éste último de la
Generalitat.
La discrepancia fundamental vendría
determinada, por un lado, por la posición decidida del POUM de transformar la
resistencia militar- que había considerado ciertos cambios- en revolución
socialista, considerando que éste era además el único modo de ganar la guerra.
Por otro lado, el PCE al agarrarse dogmáticamente a una concepción estrecha y
claudicante de frentepopulismo, forzaba sistemáticamente a retrasar todo avance
socialista, subordinándolo a los pactos para salvar la democracia que le
sometían a la continua vacilación de los partidos de la pequeña y media
burguesía y, a los cuales, curiosamente, sustituía en términos de la
elaboración teórica de clase.
La consecuencia de este
enfrentamiento, al no hacer desde un planteamiento que subordinase los puntos
de vista de partido a la unidad de la clase, fue el mutuo ataque virulento, con
gran ventaja por parte del PCE-PSUC, que utiliza el lenguaje y los métodos
tristemente célebres, puestos en uso por la burguesía de Estado stalinista a lo
largo de los procesos de Moscú.
Las acusaciones de trotskismo al POUM
y, por lo tanto, de agentes de fascismo internacional, no cesaron ya desde
finales de 1936, fueron preparando el terreno para acometer la destrucción
física de esta organización.
Los continuados ataques de José Díaz y sus colaboradores, así como el crecimiento poder
del PCE en el campo de la República, culminaron con la detención de Nin y los
principales dirigentes del POUM el 16 de junio de 1937, que fue comentada del
siguiente modo en Mundo Obrero: “Ayer Nin, el renegado Nin, actualmente uno de
los cabecillas trotskistas, fue detenido. Esta es la ruta a seguir. Suspensión
de La Batalla- aunque hay que liquidar también el libelo que sustituye a ésta
en Barcelona- incautación de la emisora del POUM y detención de los dirigentes.
Hay que continuar por este camino, para seguridad del pueblo”.
Pocos días después, Nin era asesinado
en las afueras de Madrid presumiblemente por agentes de la policía secreta
soviética, aunque este extremo es difícil de aclarar, ya que los continuos
intentos de clarificación fueron sistemáticamente bloqueados, y sólo
testimonios personales como el de Jesús Hernández (18),
han conseguido ir dando alguna luz sobre este tenebroso asunto.
El último testimonio político dejado
por Nin fue el texto del informe que pretendía presentar al Congreso del POUM
previsto para finales de Junio- que obviamente no llegó a realizarse- y que
publicamos como último texto de esta antología.
Jesús Hernández. Yo era un ministro
de Stalin - extracto
La situación política y las tareas del proletariado
Proyecto de “Tesis políticas”,
elaboradas por Nin, para presentarla al Congreso nacional del POUM, el 19 de
junio de 1937. Dicho Congreso no llegó a celebrarse a causa de la represión.
EL PROCESO CONTRA EL POUM. (Un
episodio de la revolución española)
Andreu Nin. El significado y alcance
de las jornadas de mayo de 1937 frente a la contrarrevolución
El fascismo y el papel de la
Internacional Comunista y el PCE durante la Guerra Civil española
(15) El resumen de estas reuniones ha sido
publicado recientemente en:
Documentos: El proceso de unificación
marxista en Cataluña (1935-1936), pág. 88-94
Documentos
El proceso de unificación marxista
en Cataluña (1935-1936), pág. 88-94
El partido Socialista Unificado de
Cataluña ha conmemorado con un estruendo sorprendente y realmente
desproporcionado el 40 aniversario de su fundación. Por lo visto, la fundación
del PSUC tiene históricamente más importancia que la réplica del proletariado
de Cataluña a la insurrección militar-fascista de 1936 y que la propia
Revolución de hace 40 años, acontecimientos que han sido pasados por ello por
motivos oportunistas relacionados con el pasado y con la política presente.
Los dirigentes del PSUC repiten con
frecuencia que han cambiado mucho y que han roto con su pasado stalinista. Pero
la práctica concreta les desmiente constantemente. El 40 aniversario de la
fundación de su partido les ofrecía una ocasión excepcional de hacer un balance
objetivo y sincero de su política, de restablecer la verdad en numerosos
dominios y de sacar las lecciones de su subordinación a la política stalinista
del Kremlin durante muchos años. Sin embargo, han preferido optar por un
triunfalismo ridículo y han escamoteado los hechos esenciales.
Hoy como ayer, el objetivo es
reforzar el PSUC a todo precio e imponerse en Cataluña como fuerza hegemónica.
De ahí que hayan eludido todos los problemas litigiosos (el propio origen del
PSUC, la política reaccionaria desarrollada durante la Revolución y la guerra
civil, su intervención en la represión stalinista contra el POUM y la CNT, la
eliminación de Comorera y su grupo, etc.). Y de ahí también que hayan dejado de
lado una cuestión muy importante: la del fascismo de la ^unificación^ de 1936.
En efecto, el PSUC se fundó a partir
de la fusión de cuatro grupos: la Unió Socialista de Catalunya, y el Partit
Catalá proletari. Pues bien, la mayor parte de esos grupos se han reconstituido
de un modo independiente. Hay desde hace bastante tiempo una Federación
catalana del PSOE, la tradición de la Unió Socialista de Cataluña está
representada por el Partit Socialista de Catalunya y existen además otros
grupos que se reclaman del socialismo. En realidad, del mismo modo que
desaparecieron las juventudes Socialistas Unificadas tras la reaparición de la
organización juvenil del PSOE, el PSUC tenía que haber recuperado su verdadero
nombre, el que corresponde a lo que es efectivamente y no el que ostenta
todavía de un modo inapropiado, y abusivo.
Al objeto de contribuir a restablecer
la verdad histórica en que respecta a los orígenes del PSUC y a los procesos de
unificación que estuvieron lugar en Cataluña en los años 1935 y 1936,
publicamos hoy dos documentos que tienen un interés indudable: las actas de las
reuniones celebradas en Abril de 1935 en Barcelona por las organizaciones
obreras que se reclamaban del marxismo por aquel entonces. Esta acta, aunque
imperfectas, como todos los documentos de un movimiento obrero que trabajaba en
condiciones bastante artesanales, revelan que después de la Revolución de
Octubre de 1934 se abrió un proceso de unificación que condujo a una ruptura en
dos bloques: el de las organizaciones marxistas revolucionarias, Bloque Obrero
Y campesino e Izquierda Comunista, que dio lugar a la creación del POUM, y el
de los grupos reformistas que se situaron rápidamente en el terreno del Frente
Popular y del stalinismo y que condujo a la creación del PSUC. Estamos aquí en
el dominio de la historia. Mas se trata de una historia relativamente reciente
y que puede proporcionar enseñanzas importantes para las nuevas generaciones
que afrontan hoy el problema de la reconstrucción del movimiento obrero en
nuestro país.
ACTA DE LA REUNION DEL 6 ABRIL DE 1935
Asisten: Bloque Obrero y Campesino,
Izquierda Comunista, Partit Comunista de Catalunya, Unió Socialista de
Catalunya y Partit Catalá Proletari.
La reunión se abre con una hora de
retraso, en espera de la llegada de la delegación de la Federación Catalana del
PSOE, que no se presenta.
El BOC lamenta que no asista el
delegado de la USC, que redactó el acta de la primera reunión, por lo que ésta no puede ser aprobada. No obstante, pide
que los delegados se manifiesten a propósito de los puntos que se concretaron
en dicha reunión y que él lleva redactados. (Ver anexo).
El PCC manifiesta que está de acuerdo
con aquellos puntos, pero propone que en lugar de decir marxismo
revolucionario, se diga marxismo leninista. Manifiesta también, como cuestión
previa, que el Partit Comunista de Catalunya es partidario de formar un Comité
de Unificación de todos los partidos convocados a estas reuniones con la excepción
de la Izquierda Comunista.
El BOC expresa su conformidad con los
puntos establecidos en la primera reunión.
La USC manifiesta que en este momento
no puede pronunciarse ya que están efectuando gestiones con el Partido
Socialista Obrero Español y, según los resultados de tales gestiones, se
expresarán de acuerdo con él. Hace reservas en lo que respecta al 2º punto,
primer apartado, y no puede pronunciarse sobre el relativo a la Alianza Obrera,
puesto que pertenece al Partido que resulte de la fusión.
Izquierda Comunista está de acuerdo
con todos los puntos.
El PCP, acepando completamente los
puntos, concede más importancia a la fusión. En beneficio de ésta, es
partidario de encontrar los puntos y las consignas que la hagan posible, ya que
se trata de Partidos marxistas y es necesario llegar a un acuerdo. Habiendo
decidido en principio ir a la fusión, si no puede ser absoluta tendría que ser
parcial; para que las tareas actuales tengan el máximo de eficacia, se
colocarán en actitud de expectativa.
El BOC rechaza el cambio de nombre
propuesto por el Partit Comunista de Catalunya.
La IC cree que no hay diferencias en
lo que se propone y que, por razones de eficacias, hay que mantener la palabra
revolucionario en lugar de la leninista.
El PCP, aunque es partidario de la
palabra leninista, está de acuerdo en mantener la fórmula marxismo
revolucionario por las mismas razones que ha expresado la Izquierda Comunista.
Se pasa a discutir la proposición del
Partit Comunista de Catalunya sobre la exclusión de la Izquierda Comunista.
El BOC se extraña de que el Partit
Comunista de Catalunya plantee ahora una cuestión que no planteó en la primera
reunión. La proposición es inaceptable puesto que se va a la unificación de
todos los Partidos marxistas y no se trata de valorar las fuerzas de cada uno
de ellos, ya que en eses caso el BOC no se quedaría atrás. Además, la Izquierda
Comunista tiene una personalidad y formas parte de la Alianza Obrera en
Cataluña, Asturias y Madrid.
PCC: La Alianza Obrera es diferente
del Partido, y la Izquierda Comunista es un grupo de oposición y no un partido.
El hecho de que no planteara esta cuestión en la primera reunión fue debido a
que entonces se efectuó un cambio de impresiones general. Por este motivo, dejó
la cosa para más adelante.
IC dice que representa una corriente
que tiene importancia. Por lo demás, no solamente se ha hablado de fusionar a
los Partidos, sino también a los grupos marxistas. Por la eficacia de la unión,
es necesario que todos se fusionen.
PCP: Cuando se planteó el problema de
la fusión, nuestro criterio fue que intervinieran todos los Partidos marxistas
de Cataluña y, por lo tanto, la Izquierda Comunista. Lo que hay que hacer es
preguntar a este partido, como a todos los demás, si está dispuesto a ir a la
fusión aceptando la disolución de las organizaciones actuales. La Izquierda
Comunista tiene que intervenir en las tareas que se están llevando a cabo.
BOC: Después de la discusión de hoy
no se puede continuar más adelante. Para que
el Partit Comunista de Calaluya diga si acepta el criterio de la mayoría
procede suspender la reunión y continuarla dentro de un plazo de ocho días.
Esperamos que entonces el PCC podrá darnos una respuesta sobre este punto. Por
lo demás, el Bloque Obrero y Campesino es partidario de ir a la fusión con los
que la deseen.
Se decide suspender la reunión. Se
señala una fecha para continuarla y se invita de nuevo al Partido Socialista
Obrero Español (Federación Catalana).
ANEXO
LOS PUNTOS BASICOS DE LA DISCUSION PARA LA FUSION
1º,- Los
reunidos reconocen la necesidad de la unificación de las fuerzas marxistas existentes.
2º,- Esta unificación se hará sobre la base del
marxismo revolucionario, que presupone:
a)
Ruptura
de toda relación orgánica con los partidos de la pequeña burguesía.
b)
Toma
del poder medio de la insurrección armada.
c)
Establecimiento
transitorio de la dictadura del proletariado
3º.-
Conveniencia de que las organizaciones que elaboran la unificación formen parte
de la Alianza Obrera.
ACTA DE LA REUNION DEL 13 ABRIL DE 1935
Asisten: Partit Comunista de
Catalunya, Izquierda Comunista, Bloque Obrero y Campesino, Unió Socialista de
Cataluya, Partido Socialista Obrero Español (Federación Catalana) y Partido
Catalá Proletari.
Se lee el acta de la reunión
anterior, queda aprobada.
El PSOE declara que no asistió a la
reunión anterior por no haber recibido la convocatoria. Declara que los puntos
objeto de discusión viene a ser los que marcan la orientación actual del
Partido y corresponden a la línea que se sigue oficialmente. Ahora bien, se
trata de hacer un Partido marxista y éste ya existe hoy: el Partido Socialista
Obrero Español. Por lo tanto, la unificación tendría que hacerse con éste. Pero
si no se considera conveniente esto, lo que convendría es que las tendencias
comunistas se unieran por una parte y las socialistas por otra. En lo que se
refiere a la proposición del Partit Comunista de Catalunya sobre la exclusión
de la Izquierda Comunista de Catalunya sobre la exclusión de la Izquierda
Comunista, estamos en descuerdo puesto que todos los partidos son iguales. No
se puede poner vetos a nadie.
USC: Está de acuerdo con lo que
declarado el PSOE.
PCC: Sostiene el mismo criterio que
expuso en la última reunión. Cree que es imposible realizar la unidad de la
forma que se plantea en estas reuniones. Habría que hacer lo necesario para que
intervinieran las masas obreras; de lo contrario, no se puede ir a la creación
de un Partido Marxista único en España. Hay que realizar la unidad ideológica
antes que la política. Esta necesidad ha nacido como consecuencia de los hechos
de Octubre, donde, principalmente en Asturias, se siguieron las orientaciones
por ellos marcadas. Para nosotros es necesario realizar la unidad bajo los
principios leninistas.
BOC: En nuestro Partido se ha
discutido ampliamente sobre las conversaciones mantenidas en estas reuniones y
se ha aprobado nuestra línea de conducta. Habíamos previsto lo que está
sucediendo hoy. Es inaceptable entrar en el Partido Socialista Obrero Español,
que en muchos aspectos tiene posiciones equivocadas. Por lo demás, la
experiencia ha demostrado que un Partido
tiene que estar organizado en células y no en secciones. Hay en el PSOE una
fuerte corriente de izquierda, pero el último manifiesto de su Comisión Ejecutiva
no va en este sentido. Por el momento, se pude hacer más por la unificación
desde fuera que desde dentro del PSOE. Cree que quizás no está lejano el día en
que se pueda ir a la unificación de todas las organizaciones marxistas de la
península. La proposición de excluir a la Izquierda Comunista es una muestra
del sectarismo del Partit Comunista de Catalunya, que en realidad no quiere la
unificación.
PSOE: Tiene la seguridad de que su
Partido aceptaría la fusión de todos. Hay que ir al PSOE, que es una garantía,
además de ser la organización más potente de España.
BOC: Hablando por el momento de la
fusión a realizar en Cataluña y sobre la base de los problemas especiales
planteados aquí. Por lo tanto, está desplazada la proposición del PSOE.
IC: En Cataluña se han creado
condiciones muy favorables para la unificación. En caso de realizarse, las
repercusiones serían inmediatas en toda España. Desgraciadamente, esto no podrá
realizarse a causa de la posición del PSOE y del PCC. La proposición de este
último consistente en ir a la formación de un Comité de unificación es
inaceptable teniendo en cuenta las funciones que le asigna. Ya existe la
Alianza Obrera. No quiere discutir sobre la proposición de exclusión de la IC
hecha por el PCC. No tiene ningún valor el decir que somos contrarios a la
URSS.
PCP: Reconoce que la situación de hoy
es distinta de cuando ellos plantearon el problema de la fusión. Pocos días
después de Octubre, el ambiente general empujaba hacia la unificación. Pese a
que nosotros éramos algo escépticos, teníamos posibilidades de realizarla.
Reconoce que las posiciones que sustentan el PCC, el PSOE y la USC hacen
imposible la fusión. Pero el Partit Catalá Proletari sigue siendo partidario de
la unificación y está dispuesto a realizar con los que la deseen sinceramente. Porque
que los partidos presentes analicen el resultado de estas conversiones y que se
reúnan por separado los tres partidos que aceptan los puntos para la
unificación a fin de continuar las discusiones, Es partidario de publicar las
actas de las reuniones, ya que su difusión puede influir para que se cambie de
criterio por parte de aquellos partidos y la unificación sea aun posible
pronto.
BOC: No es partidario de desarrollar
una actividad que cree problemas dentro de los Partidos y estima necesario
mantener la cordialidad que hoy existe. Por tres Partidos que coinciden
deberían continuar los trabajos con vistas a la fusión.
IC: Hay que continuar las reuniones
de las tres organizaciones.
PCC: No teme la discusión; es
partidario de ella y también de publicar las actas de estas reuniones.
USC: No puede aceptar la afirmación
no va realizarse por culpa de su actitud. Lo que sucede es que ciertas
organizaciones tiene lazos con Internacionales y otras no los tienen. La fusión
puede realizarse con el PSOE y todo quedaría resuelto.
BOC: La Unió Socialista de Catalunya
no puede plantear la cuestión de la Internacional, ya que es una organización
que no tiene ninguna conexión internacional. Propone que las organizaciones que
no se encuentran en la Alianza Obrera ingresen en ésta. Al menos, estas
entrevistas habrían servido para algo.
USC: Pregunta si esta invitación se
hace con carácter oficial a fin de saber a que atenerse.
BOC: Dice que su proposición tiene un
carácter particular.
Los demás partidos se adhieren a la
proposición del BOC referente al ingreso de la USC en la Alianza Obrera.
Se levanta la sesión y se dan por
concluidas las conversaciones a favor de la fusión.
Lenin y el socialismo en un solo
país. El término marxismo-leninismo fue creado por José Stalin
Qué es y qué quiere el Partido Obrero
de Unificación Marxista
Este texto reproduce íntegramente el
folleto publicado por el Comité Ejecutivo del POUM en febrero de 1936,
destinado a dar a conocer los principios fundamentales del nuevo partido creado
en septiembre de 1935, a partir de la fusión del Bloque Obrero y Campesino y la
Izquierda Comunista. Su redacción fue fundamentalmente obra de Nin y de Maurín.
Fue reeditado como suplemento de La Batalla en el exilio, en
1972.
La Batalla 17 octubre 1936 nº 69
Conferencia de Andreu Nin en radio POUM sobre los Tribunales Populares y
la justicia revolucionaria.
Como teníamos anunciado, habló ayer
noche desde el micrófono de la emisora del Partido Obrero de Unificación
Marxista el consejero de Justicia. Andrés Nin, secretario político de nuestro
Partido.
La conferencia versó sobre el tema de
los recientes tribunales populares por él creados y el concepto de la justicia
proletaria.
Comenzó diciendo que era necesario
comprender el alcance de la situación política actual a través de las medidas adoptadas por el Consejo de la
Generalidad.
La lucha no está entablada-añadió-
como creen algunos entre democracia burguesa y fascismo, sino que el dilema está planteado entre
fascismo o socialismo.
Es un error considerar que el 19 de
el que su sangre derramada sea infrucnaarquía. Solo la acción perseverante y
revolucionaria del proletario en el poder es capaz de destruir todos los
vestigios de la burguesía que todavía tiene raíces en el germen de la nueva
sociedad.
La guerra civil ha roto- continuó
diciendo- el equilibrio de un régimen social basado en el poderío económico de
unos pocos sobre la inmensa mayoría de trabajadores. La consecuencia inevitable
de esta perturbación ha sido el desorden económico dentro de la nueva
orientación social que hoy está el proletariado español interesado en acelerar,
porque de su decida intervención en los nuevos destinos de la sociedad que
surge, depende la surte para una etapa más o menos larga no sólo del
proletariado de España, sino de todo el mundo.
No podemos esperar nada del régimen
burgués que se hunde. El proletario si vuelve la cabeza hacia atrás sólo tiene
la visión horrible de la miseria y el hambre. Nada podemos esperar de los que
nos han mantenido con promesas mientras nos preparaban la trampa del fascismo
que el proletariado supo contener con las armas en la mano en la acción memorable
del 6 de octubre y por segunda y última vez el 19 de julio.
De la conciencia que el proletariado
tenga de la responsabilidad de su misión en la actual guerra civil, depende del
que su sangre derramada sea infructuosa o fecunda.
El trabajador debe desconfiar de los
que aun hoy hablan de la defensa de la democracia. El nuevo orden social sólo
es capaz de llevarlo hasta el fin un Gobierno obrero.
En Cataluña se ha formado un
Gobierno- agregó- que debe servir de estímulo y ejemplo al proletariado del
resto de España. Constituido este Gobierno por una mayoría de representantes
obreros y por parte de la pequeña burguesía va cumpliendo paso a paso los fines
que se propuso.
El Partido de Unificación Marxista
participó en este Gobierno con dos condiciones que vamos viendo cumplidas:
Que el Gobierno estuviera formado por
una mayoría obrera, y que este Gobierno debiera emprender inmediatamente una
obra socialista.
A este propósito debemos anunciar un
decreto para dentro de breves días sobre la socialización de las grandes
industrias.
El objetivo principal de nuestra
participación en el Gobierno de la Generalidad es la realización de una obra
socialista que nos esforzaremos todo lo necesario para verla cumplidamente
realizada.
Si no fuera así, si hubiera un
instante, trabajadores que me escucháis, el P.O.U.M. no cabría, no podría estar
un instante más en el lugar que hoy ocupa.
Al formarse el nuevo Gobierno, el
P.O.U.M. no protestó de la manifiesta injusticia que se le hacía al darle en su
seno una representación muy inferior a la que por su fuerza política le
correspondía. Injusticia, que se ha visto coronada al constituirse con la misma
representación que en el Gobierno, los Ayuntamientos de reciente promulgación.
El Departamento de Justicia que nos
correspondió, tiene en los momentos actuales una importancia extraordinaria.
Nosotros concebimos la justicia no
como un ente abstracto que está situado por encima de las clases a quienes
juzga imparcialmente.
Para los marxistas la justicia ha
sido siempre el régimen de lucha de clases el arma de que se ha valido el más
poderoso para aplastar a su enemigo. La justicia tiene el signo de la clase que
domina. Antes decía tiene el signo de la clase que domina. Antes detendrá la
propiedad privada. Hoy la socialización económica. Por eso podemos asegurar que
ahora la justicia está al servicio de la clase trabajadora revolucionaria, que
el régimen actual exige.
Dijimos el primer día y ahora lo
repetimos, que nosotros estamos en la Consejería para legislar sobre lo que ya
el proletariado va realizando en la calle.
La justicia burguesa no debe quedar
nada en pie. Todo tiene que renovarse. Por eso no nos sirven los Códigos
antiguos que tenían como misión defender el Código burgués.
La república nada hizo. Y su justicia
ni siquiera sirvió para evitar la guerra civil que se perpetró desde que los
republicanos indultaron, el 14 de abril, a los monárquicos que han venido desde
entonces completando descaradamente contra los obreros.
Todavía hoy rige el Código monárquico.
Creemos en la necesidad de destruir esta máquina que durante siglos ha ido
torturando la carne del proletariado. Nosotros defenderemos el nuevo orden.
Democrático porque emana de la clase productora que es la mayoría.
Los jurados populares han hecho buena
labor, pero tenían algunos defectos, uno de ellos el de juzgar los delitos
militares con el Código monárquico.
Los delitos surgidos de la guerra y
de la misma lucha antifascista nos obligan a formar nuevos organismos y
Tribunales populares en todas las provincias.
El Tribunal Popular que ha formado
por decreto, tiene como objetivo primordial, garantizar la integridad de las conquistas
proletarias, que contribuyen a su victoria en la guerra.
La constitución del Tribunal Popular
es una promesa de justicia en contra de los que pretendieran a propio riesgo
deshonrar la revolución con actos irresponsables.
El índice de delitos que sancionan
los nuevos tribunales son nuevos y surgidos de la enorme tensión en que se
desarrolla la lucha entre burguesía y proletariado. Entre el proletariado que
crea una legalidad revolucionaria y el burgués que no se resigna a perder sus privilegios.
Los antiguos tribunales estaban compuestos
por profesionales especializados en la aplicación de un Código que contenía todos los recursos para
justificar y sancionar los abusos de los poderosos contra los oprimidos.
Nuestro Tribunal no engaña a nadie
porque tiene por misión defender a la clase trabajadora.
El Consejero de Justicia tiende a que
los tribunales sean obreros.
El acusado pude elegir a su defensor
aunque no sea profesional o, si lo desea, a él mismo. Cualquier ciudadano puede
defenderlo si es preciso.
Otra de las cualidades que garantizan
a estos organismos, es la rapidez en que resuelven los casos limitando el
tiempo a 48 horas.
Los juicios del tribunal son de
acuerdo con la conciencia revolucionaria.
Hemos podido comprobar en algunos el
germen de la traición y en otros, las relaciones más o menos parentescas o amistosas
podía llegar a comprometer la fuerza de la revolución. Esto queremos
suprimirlo.
Generalmente las condenas a 30 años o
de reclusión perpetua son escamoteos a la verdadera justicia que reclama la
salud de la revolución. Las sentencias deben de ser inapelables. Son momentos
de guerra civil y los tribunales no pueden ser flojos porque esto sería la
muerte de la revolución.
El tribunal debe ser fuerte contra un
enemigo que tiene un poderoso aliado, en el fascismo extranjero que le envía
aviones, tanques y municiones.
Los tribunales serán también inexorables
con los que deshonren la revolución.
Estamos realizando el primer paso de
una transformación jurídica. Pero no nos detendremos aquí. Sólo responderemos
de lo que hay en la calle. Vamos a una trasformación social. A los que crean
que nuestros decretos son atrevidos, les decimos que iremos más adelante. Los
tribunales son complemento de la labor que realizan en el campo de batalla
nuestras milicias.
Vamos a la cabeza de la revolución
española y sabemos que nos juzgamos el porvenir, y no solamente el de la clase
trabajadora española. Y con la mirada fija en el proletariado del mundo entero
decimos que nuestra consigna es “Hasta
el fin. Hasta morir o vencer” “Por
el triunfo de la revolución internacional”.
Andreu Nin. Los órganos de poder y la
revolución española mayo 1937
El último "Testamento" de
Lenin o Carta al Congreso del Partido Comunista de Rusia bolchevique
El sacrificio de Andrés Nin
Julián Gorkin
El POUM y la guerra civil española
Jesús Hernández
Yo era un ministro de Stalin -
extracto
Eugenio F. Granell y la Izquierda
Comunista de España (1931-1935)
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