Resumen: En este artículo se realiza una
reconstrucción crítica de la controversia marxista sobre el ‘derrumbe del
capitalismo’ desarrollada entre las últimas décadas del siglo XIX y la década
de 1930. En particular se focaliza en cómo concibieron cada una de las
posiciones el vínculo entre el desarrollo económico capitalista y la acción
revolucionaria de la clase obrera. Luego, se sostiene que la recuperación de
las investigaciones modernas sobre el método dialéctico permite ofrecer una
alternativa novedosa a las posiciones en debate.
Palabras clave: Derrumbe del capitalismo;
Controversias Marxistas; Desarrollo económico; Acción política; Método
dialéctico.
Recibido: 23
abril 2017 Aceptado: 25 septiembre 2017
Índice del
contenido
Introducción
El debate marxista sobre el derrumbe del
capitalismo.
El debate
sobre el destino del capitalismo en Rusia (1882-1899)
El debate
sobre la “teoría del derrumbe” en la socialdemocracia alemana (1898-1902)
El debate
Luxemburg (1913-1924)
El debate
Grossmann (1929-1934)
3. El método
dialéctico y el vínculo entre desarrollo económico y acción política
revolucionaria
5.
Conclusión
Bibliografía
Introducción
El llamado
debate sobre el ‘derrumbe’ del capitalismo ha sido una de las controversias más
importantes en la historia de la teoría marxista. Por supuesto, el caso no
debería resultar llamativo. En este debate se puso en discusión nada menos que
los límites del capitalismo como modo de producción y las potencialidades de la
acción política de la clase obrera llevar adelante su superación. Lo que sí
resulta sorprendente, en cambio, es que este debate se haya simplemente diluido
sin que se haya llegado a resultados concluyentes. En este trabajo me propongo
realizar una reconstrucción crítica de esta controversia poniendo el foco de
atención en cómo concibieron cada una de las posiciones el vínculo entre el
desarrollo económico capitalista y la acción revolucionaria de la clase obrera.
Según buscaré poner en evidencia a lo largo de esta reconstrucción, fue
precisamente la incapacidad para precisar este vínculo lo que condujo al
fracaso de esta controversia y finalmente a su desaparición en las discusiones
marxistas ulteriores. En pocas palabras, mi argumento es que tanto las
posiciones llamadas ‘economicistas’
como las ‘voluntaristas’ recayeron en
la misma concepción respecto del vínculo entre las relaciones económicas y
políticas: no alcanzaron a reconocer a este vínculo como inmanente a la
reproducción de ambas relaciones sino como uno de naturaleza esencialmente
exterior a las mismas. En contraposición, sugiero que la clave para superar
esta limitación pasa por realizar una lectura metodológicamente fundada de la
crítica marxiana de la economía política.
Este enfoque
metodológico se inspira en el programa de investigación abierto por la llamada
‘Nueva lectura de Marx’ originada en
Alemania en la década de 1970 y continuada luego en el mundo anglosajón por la
llamada ‘Nueva Dialéctica’ a partir
de la década de 1990. Estas corrientes avanzaron notablemente en la
identificación del método que subyace a la crítica marxiana de la economía
política llamando de este modo la atención sobre la relevancia del mismo para
comprender los fundamentos de esta crítica. Sin embargo, se puede decir que
nunca lograron avanzar en este programa de investigación hasta el punto de
someter a examen el vínculo entre acción política y determinación económica en
el momento de la superación del capitalismo. Por este motivo, en este punto
recupero para mi crítica una línea de investigación reciente en la literatura
especializada que, bajo una perspectiva que también se fundamenta en el método
que subyace a la crítica marxiana, se ha preocupado especialmente por precisar
el vínculo entre las relaciones económicas y política en la sociedad
capitalista. Según procuraré demostrar en este trabajo, esta línea de
investigación permite ofrecer una alternativa superadora al aparente callejón
sin salida en que acabó el debate sobre el ‘derrumbe’ del capitalismo.
El trabajo
se estructura del siguiente modo. En la primera
parte se realiza una reconstrucción crítica del debate en cuestión
distinguiendo cuatro etapas por la que pasó la controversia. En la segunda parte se realiza un balance
del debate a la luz del método que fundamenta la crítica marxiana de la
economía política y se ofrece una solución alternativa. Finalmente, en una última sección se presentan las conclusiones del
trabajo.
El debate marxista sobre el derrumbe
del capitalismo
El debate sobre el destino del
capitalismo en Rusia (1882-1899)
La llamada
controversia sobre el “derrumbe” del capitalismo recibe su nombre de la ronda
de debates que tiene lugar al interior de la socialdemocracia alemana en los
años 1898-1899. 1 Sin embargo,
contra lo que comúnmente suele creerse,
2 no es éste su origen ni su fuente más determinante y fructífera. En
realidad, como lo advirtió Jacoby, 3
el verdadero punto de partida de esta controversia se encuentra unos años antes
en el contexto del debate ruso sobre el desarrollo del capitalismo en la Rusia
zarista. En efecto, como veremos de inmediato, allí no sólo surgió la primera
teoría del derrumbe del capitalismo fundada en la crítica marxiana de la
economía política sino también los términos mismos que estructuraron las
controversias posteriores y más conocidas.
El debate
sobre el desarrollo del capitalismo en Rusia se remonta, cuando menos, al
origen del populismo ruso a mediados del siglo XIX. 4 No obstante, no es sino hasta que esta tradición intelectual se
cruza con el naciente marxismo ruso que este debate toma cuerpo y una verdadera
difusión. 5 En esencia, lo que debatían los populistas rusos era si el capitalismo
podía desarrollarse en Rusia de la misma manera en que lo había hecho en
occidente y, más provocativamente aún, si debido a la existencia de una “comuna
rural” peculiar era posible evitar el paso por el capitalismo para alcanzar una
sociedad socialista. Tal como se lo presentaba Zasúlich al propio Marx, la
cuestión que se les presentaba a los populistas era la siguiente, o “bien esta comuna
rural” era “capaz de desarrollarse por la vía socialista” o “por el contrario,
la comuna está destinada a perecer” y no queda más que “averiguar dentro de
cuántos decenios tendrá el capitalismo en Rusia un desarrollo semejante al de
Europa”. 6
1 Lucio Colletti, “Introducción”, en Colletti, L.
(comp.) El marxismo y el “derrumbe” del capitalismo, México, Siglo XXI, 1978
[1970], 13–45.
2 Véase, por ejemplo, Paul Sweezy, Teoría del desarrollo capitalista, México, Fondo
de Cultura Económica, 1973 [1942]; Giacomo Marramo, “Teoría del
derrumbe y el capitalismo organizado en las discusiones del ‘extremismo
histórico’”, en Marramao, G., Lo político y las transformaciones. Crítica del
capitalismo e ideologías de la crisis entre los años 20 y 30, México, Pasado y
Presente, 1982 [1976], 73–117; Michael Krätke, “On the
Beginnings of Marxian Macroeconomics”,
en Dellheim, J. y Frieder, O., Rosa
Luxemburg: A Permanent Challenge for Political Economy, Palgrave Macmillan,
2016, 123–155.
Rosa Luxemburg: un desafío permanente
para la economía política
Sobre la
historia y el presente de la acumulación de capital de Luxemburgo
Editores: Judith Dellheim, Frieder Otto Wolf
Imprimir
ISBN: 978-1-137-60107-0
ISBN
electrónico: 978-1-137-60108-7
Sobre este
libro
El libro se
basa en una convocatoria de ponencias y una conferencia para conmemorar el
centenario de la obra principal de Rosa Luxemburg, La acumulación de capital:
una contribución a una explicación económica del imperialismo, publicada en
1913. Once colaboradores de cinco países diferentes se reúnen para discutir
diferentes temas y dimensiones relacionadas con el trabajo de Luxemburg y
centrarse en su continua relevancia. Esta colección investiga temas como
las influencias de Karl Marx y Maxim Kovalevsky, el debate del imperialismo en
la socialdemocracia alemana y la recepción crítica de la obra de Luxemburg
desde los puntos de vista marxista y feminista.
Al ubicar el trabajo de Luxemburg en un contexto histórico, este libro ofrece una perspectiva accesible y oportuna sobre la importancia de The Accumulation of Capital y, lo que es más importante, demuestra por qué el legado de Luxemburg debe seguir vigente.
Al ubicar el trabajo de Luxemburg en un contexto histórico, este libro ofrece una perspectiva accesible y oportuna sobre la importancia de The Accumulation of Capital y, lo que es más importante, demuestra por qué el legado de Luxemburg debe seguir vigente.
«Rosa Luxemburg: un desafío
permanente para la economía política»
Judith
Dellheim en una entrevista con Frieder Otto Wolf, Hanna Szymborska, Jan
Toporowski y Michael Brie sobre el nuevo libro.
Centenario
de «La acumulación de capital: una contribución a una explicación económica del
imperialismo».
Teoría del desarrollo capitalista de P. Sweezy
Índice
Tercera parte. Crisis y Depresiones: XI La controversia sobre el derrumbe pág. 211-236
3 Russell Jacoby, “The Politics of Crisis Theory:
Toward the Critique of Automatic Marxism II”, Telos 23, Spring, 1975, 3–52.
Russell
Jacoby. "La política de la teoría de la crisis: hacia la crítica del
marxismo automático II"
4 Véase, Franco Venturi, El populismo ruso, Madrid:
Alianza, 1981 [1952].
5
Véase, Theodore H. Von Laue, “The Fate of Capitalism in Russia: The Narodnik
Version”, American Slavic and East European Review, vol. 13, no 1, 1954, pp.
11–28; Andrzej Walicki, Populismo y marxismo en Rusia, Barcelona, Editorial
Estela, 1971 [1969].
6 Vera Zasúlich, “Carta de Vera Zasúlich a Karl Marx
del 16 de febrero de 1881”, en Marx, K y Engels, F,.
Escritos sobre Rusia II. El porvenir de la comuna rusa, México, Pasado y Presente, 1980 [1881], 29.
Vera Zasúlich: Carta a Karl Marx y la respuesta de
Karl Marx
F.
Engels ACERCA DE LA CUESTION SOCIAL EN RUSIA
F.
Engels. El programa de los emigrados blanquistas de la Comuna
Escrito: Por Engels en junio de 1874
El primer
intento populista dedicado a dilucidar esta cuestión sobre una base científica
de inspiración marxista lo realizó Vorontsov en una serie de artículos editados
finalmente en su libro “El destino del capitalismo en Rusia”.7 Este autor partía de una lectura de
la crítica marxiana de la economía política según la cual el desarrollo del
capitalismo en un país estaba sujeto a la existencia de un mercado cada vez más
amplio que, por entonces, sólo podía estar garantizado por el acceso al mercado
externo. Luego, al haber “entrado en el camino del progreso más tarde que
otros” Rusia carecía de este acceso y, en consecuencia, de la posibilidad de
desarrollar internamente el capitalismo. 8
En suma, aunque el argumento de Vasily Vorontsov buscaba probar la imposibilidad del
desarrollo de capitalismo en Rusia, lo que en ante todo probaba era la inviabilidad
del capitalismo mismo como modo de producción. Aunque con ligeras variantes,
esta misma explicación del destino histórico del capitalismo fue adoptada
rápidamente por la mayoría de los populistas. Entre ellos, su figura más
destacada fue Danielson, a la sazón asiduo corresponsal de Engels y traductor
de los primeros dos tomos de El Capital al ruso. “La creación de la plusvalía y
su realización”, escribía Danielson, “son dos cosas diferentes”, es por eso
“que el capitalista no podrá subsistir un día si su comercio está limitado sólo
a sus necesidades y a las de sus obreros, y la nación capitalista desarrollada
no podrá tampoco limitarse a su propio mercado interior”. 9
Esta línea
de razonamiento se topó rápidamente con severas críticas. Pero no lo hizo tanto
por su falta de correspondencia con la realidad rusa sino por su inconsistencia
con la explicación marxiana del capitalismo. En efecto, el punto de partida
común de todas estas críticas fue defender una interpretación de la obra de
Marx según la cual el capitalismo creaba sus propios mercados y, en
consecuencia, su reproducción no encontraba tales límites económicos
inmanentes. Nacía de este modo la primera ronda de la controversia sobre el
derrumbe del capitalismo. Las críticas más elaboradas en este sentido fueron
las de Lenin, 10 Tugán-Baranovski 11 y Bulgákov. 12 Estos autores basaron la esencia de su argumentación en una
reconstrucción de los esquemas de reproducción
del capital social global que Marx había diagramado en la sección tercera del segundo tomo de El Capital. En pocas
palabras, el argumento común fue que, como el objetivo de la producción
capitalista no es la satisfacción del consumo individual sino la valorización
del valor, el plusvalor se realiza mediante el consumo productivo que amplía la
escala de la producción, lo cual se expresa en la reproducción ampliada
permanente de los medios de producción.
7 Vasily Vorontsov, Sud’by kapitalizma v Rossii, S.
Peterburg, Stasivlevicha, 1882.
8 Vorontsov,
op. cit., 274; citado en Richard Kindersley, The First Revisionists. A Study of
Legal Marxsim in Russia, Oxford, Clarendon Press, 1962, 15.
9 Nikolai F. Danielson, Histoire du
Developpement économique de la Russie depuis l’Affranchissement des serfs,
Paris, V. Girard and E. Briere, 1902 [1893], 252–54.
10 Vladimir Ilich Lenin, “El llamado problema de los
mercados”, en Lenin,
V. I., Obras completas. Tomo I, Madrid, Akal, 1974 [1893], 85–138; Vladimir Ilich
Lenin, “El contenido económico del
populismo y su crítica en el libro del señor Struve”, en Lenin, V. I., Obras completas…
op. cit. [1894], 351–523; Vladimir Ilich Lenin, “El desarrollo del
capitalismo en Rusia: proceso de la formación del mercado interior para la gran
industria”, en
Lenin, V. I., Obras Completas. Tomo III., Madrid, Akal, 1974 [1899].
11 Mijaíl Tugán-Baranovski, Las crisis industriales en la
Inglaterra moderna, sus causas e influencia sobre la vida social., trad.
Alejandro Ariel Gonzalez, Buenos Aires, Mimeo, 2015 [1894].
12 Serguéi Nikoláievich Bulgákov, Sobre el problema de los mercados
en la producción capitalista, trad. Alejandro Ariel Gonzalez, Buenos Aires:
Mimeo, 2015 [1897].
Así, por
ejemplo, Bulgákov sostenía que “la producción capitalista es capaz de crecer
ilimitadamente, a pesar de –o incluso contra– la reducción del consumo. […]
Solo Marx ofreció el análisis del vínculo real: […] El aumento de la
producción, como ya lo hemos señalado, tiene como límite los volúmenes de
capital y solo depende de éstos”. 13
En lecturas
más célebres de este debate, las posiciones esgrimidas respecto del desarrollo
del capitalismo suelen vincularse de manera más o menos directa a las
perspectivas más generales adoptadas por sus principales portavoces respecto de
la acción política. Así, el debate se presenta en términos de oposiciones tales
como “populistas” vs. “marxistas legales” o “reformistas” vs. “revolucionarios”.14 Sin embargo, el
caso es bastante más complejo. En primer lugar, muchos “populistas” eran
probablemente mucho más “marxistas” que los llamados “marxistas legales”; por
ejemplo, Danielson en relación a Tugán-Baranovski. En segundo lugar, y de
manera determinante para el propósito de este trabajo, es importante notar que
las dos posiciones que resultan del debate no se vinculan respectivamente a
concepciones “reformistas” o “revolucionarias” de la transformación de
la sociedad, ni mucho menos a concepciones que afirman o cuestionan la
necesidad de la superación del capitalismo. Ante todo, para los populistas el
diagnóstico de que el capitalismo no podía reproducirse indicaba ciertamente la
posibilidad del desarrollo de la “economía campesina”, pero en ningún caso la
forma –reformista o revolucionaria– en que este desarrollo debía llevarse a
cabo. Más expresivo de esta desconexión entre la concepción sobre el desarrollo
económico y el tipo de acción política que se proponía es el caso de los
críticos de los populistas. El punto
salta a la vista con sólo considerar que autores tan políticamente
contrapuestos como Tugán-Baranovski y Lenin compartían el mismo
diagnóstico respecto de la capacidad puramente económica del capitalismo para
desarrollarse y de la necesidad de la superación de este modo de producción. En
efecto, ni la concepción “reformista” de uno ni la “revolucionaria” de otro
estaban vinculadas con su diagnóstico común del capitalismo como un modo de
producción autosuficiente desde el punto de vista de la realización económica
de sus productos y al que sin embargo debía superarse. En el caso Lenin
esta desconexión es tan manifiesta que, tal como lo indicaba explícitamente en
su célebre ¿Qué hacer?, de la reproducción puramente
económica del capitalismo no tiene cómo brotar la “conciencia socialista” que
revolucione la sociedad, teniendo por eso mismo que aportarse esta conciencia
“desde fuera” de dicha reproducción.15
En el mejor de los casos, tal como lo observaba en el contexto del debate que
analizamos, la contradicción económica que según este autor subyace al
desarrollo del capitalismo, esto es, “la contradicción entre el carácter social
de la producción y el carácter individual de la apropiación”, podría hacer “más
fácil […] encontrarle una salida” a este modo de producción, pero no
subvertirlo por sí misma. 16
13 Ibid., 73.
14 Por ejemplo, Rosa Luxemburg, La
acumulación de capital, Buenos Aires, 1968 [1913]; Roman Rosdolsky, Génesis y
estructura de El Capital de Marx, México, Siglo XXI, 1989 [1968]; Jacoby, op. cit.
15 Vladimir Ilich Lenin, “¿Qué
hacer? Problemas candentes de nuestro movimiento”, en Lenin, V. I., Obras completas. Tomo V, Madrid, Akal, 1976 [1902],
391.
16 Vladimir Ilich Lenin, “Para
una caracterización del romanticismo económico. Sismondi y nuestros
sismondistas nacionales”, en Lenin, V. I., Obras completas. Tomo II, Madrid, Akal, 1974 [1897], 164.
En este punto, y a modo de conclusión del análisis de este
primer debate sobre el “derrumbe” del capitalismo, se puede sostener que si
bien la controversia se inicia poniendo el eje en las implicancias que tiene
para la acción política la concepción que se adopte respecto del desarrollo
económico del capitalismo, el resultado del debate es que, en cualquiera de las
posiciones que se presentan, la conexión entre desarrollo económico y acción
política acaba mostrándose como sumamente débil sino directamente nula. En
otras palabras, en ningún caso la acción política se desprende como una
necesidad inmanente del desarrollo económico.
El debate sobre la “teoría del
derrumbe” en la socialdemocracia alemana (1898-1902)
Hacia fines
del siglo XIX Alemania aparecía manifiestamente formando parte de las naciones
‘capitalistas’ más avanzadas. Por consiguiente, la discusión entre los
marxistas no pasaba por el desarrollo del capitalismo en una sociedad
supuestamente ‘precapitalista’ sino por el modo en que el capitalismo ya
dominante evolucionaba. Más precisamente, la cuestión pasaba por evaluar si la
evolución del capitalismo coincidía con las tendencias generales presentadas
por Marx en El Capital. Las distintas concepciones que se fueron forjando al
respecto en esos años dieron lugar a lo que se llamó el “debate revisionista”.17 En esencia, este debate enfrentaba a
marxistas que proponían revisar y corregir las concepciones de Marx sobre la
evolución del capitalismo con marxistas que procuraban defenderlas a rajatabla.
En este contexto, la cuestión del “derrumbe” del capitalismo fue, si no el eje
mismo de esta controversia como sugiere Colletti, 18 sin duda unos de los puntos más extensa y apasionadamente
discutidos. Consideremos las posiciones más relevantes.
El primero
en plantear esta cuestión fue Eduard Bernstein, fundador y mayor representante de
la posición ‘reviosionista’. Según este autor, entre los marxistas imperaba una
concepción fatalista de la superación del capitalismo cuyo eje era el derrumbe
catastrófico del sistema motivado por una crisis económica insuperable. Para Bernstein,
sin embargo, más que una tendencia a una crisis de esta naturaleza, la
evolución histórica del capitalismo presentaba evidencias de una “adecuación”
permanente del sistema y una tendencia a la eliminación de las crisis. En
consecuencia, no era correcto plantear la existencia de un “derrumbe” del
capitalismo. En sus palabras, “un derrumbe total y prácticamente simultáneo del
actual sistema de producción no deviene más probable, sino más improbable,
debido al desarrollo progresivo de la sociedad, porque ella incrementa, por un
lado, la capacidad de adecuación, y por el otro –o bien simultáneamente–, la
diferenciación de la industria”. 19 De
este diagnóstico Bernstein concluía que la acción política de la clase obrera,
en vez de luchar por la transformación subrepticia del capitalismo, debía
apuntar a luchar por reformas que eleven sus condiciones de vida y desarrollen
su participación en la democracia. “La socialdemocracia”, afirmaba, “no puede
ansiar ni confiar en el cercano derrumbe del sistema […] Lo que ella debe
hacer, y ésta es una tarea a largo plazo, es organizar políticamente a la clase
obrera y formarla para la democracia y la lucha en el estado por todas las
reformas conducentes a elevar a la clase obrera”. 20
17 Henry Tudor y J. M. Tudor (eds.), Marxism and
social democracy: the revisionist debate 1896-1898, Cambridge, Cambridge
University Press, 1988.
18 Lucio
Colletti, “Bernstein y el marxismo de la segunda internacional”, en Colletti,
L. Ideología y Sociedad, Barcelona, Fontanella, 1975 [1968], 81.
19 Eduard
Bernstein, “La teoría del derrumbe y la política colonial”, en Bernstein, E. Las premisas
del socialismo y las tareas de la socialdemocracia, México, Siglo XXI, 1982
[1898], 74.
20 Ibid.,
75.
Las
respuestas por parte de los llamados “marxistas ortodoxos” no tardaron en
llegar. De acuerdo a Luxemburg, la crítica de Bernstein no cuestionaba
simplemente la idea del derrumbe catastrófico del capitalismo sino asimismo el
conjunto de premisas que fundamentan la necesidad del socialismo. En este
sentido, la respuesta de esta autora apuntó tanto a defender la existencia de
un derrumbe del capitalismo como a precisar las condiciones conducen a que, en
vez de caer en una situación social irreproducible, llegue el socialismo. “En
primer lugar y ante todo”, sostenía Luxemburg, “la anarquía creciente de la
economía capitalista […] convierte su caída en un resultado inevitable”, de ahí
que sea necesario esperar un “momento en que [el capitalismo] se derrumba y se
torna simplemente imposible”. Pero, además, de manera paralela a esta “anarquía
creciente” se desarrolla, por un lado, la “socialización del proceso de
producción” y, por otro, “el poder y el conocimiento de clase crecientes del
proletariado”, esto es, dos condiciones sin las cuales, aun tras el derrumbe,
no se podría desarrollar el socialismo. 21 Su punto fundamental era que Bernstein, al negar el derrumbe, acababa
negando también estas dos condiciones. En el primer caso, porque la
“socialización del proceso de producción” quedaba reducida a su “forma
capitalista” y, en el segundo, porque “la conciencia de clase del proletariado”
ya no era el “reflejo intelectual de las contradicciones cada vez más agudas
del capitalismo y de su inminente caída […] sino un mero ideal”. 22 De este modo, el argumento de
Luxemburg parecía apuntar a vincular el derrumbe del capitalismo con la acción
política revolucionaria y a la negación del mismo con la acción política
reformista e impotente para trascender el modo de producción capitalista.
Dejando a un lado su moderación, la respuesta de Karl Kautsky no fue muy diferente a la de
Luxemburg. “[La] forma de producción capitalista” sostenía este autor, “se hace
imposible desde el momento en que el mercado no se extiende en la medida que la
producción, es decir, desde que el exceso de producción se hace crónico”.23 Luego, al igual que en Luxemburg,
en el argumento de Kautsky aparecía la lucha de clases para dar el paso al
socialismo que el propio desarrollo económico del capitalismo era incapaz de
dar. En su caso, sin embargo, el desarrollo de la lucha de clases no se
fundamentaba tanto en la “anarquía de la producción” como en la “miseria”
relativa creciente de la clase obrera.24
Por eso, en su presentación, la conexión entre derrumbe y lucha de clases
aparecía más débil que en Luxemburg. Y a tal punto era así que, según
24 Ibid., 150 y ss.
Kautsky, la
lucha de clases podía provocar la caída del capitalismo aun “antes” de que se
presente una situación de crisis económica terminal. “La superproducción crónica irremediable”, sostiene este autor,
“representa el límite extremo más allá del cual no puede subsistir ya el
régimen capitalista; pero otras causas pueden hacerle sucumbir antes”. Y
agrega, “hemos visto que la concepción materialista, al lado de la necesidad
económica, admite otros factores de la evolución social […] que agrupamos bajo
la fórmula de “lucha de clases”. La lucha de clases del proletariado puede
ocasionar la caída de la forma de producción capitalista antes de que llegue
ésta al período de descomposición”. 25
El próximo
paso en el debate alemán se dio apenas dos años más tarde con la publicación de
la traducción al alemán de segunda edición del libro de Tugán-Baranovski sobre
las crisis industriales en Inglaterra. Los argumentos principales de este libro
eran los mismos de su primera edición en 1894 cuando el autor polemizaba con
los populistas marxistas; en pocas palabras, que el capitalismo era un modo de producción autosuficiente y carecía de
todo límite inmanente. Pero entre una edición y otra había salido a la luz
el tercer tomo de El Capital y Tugán-Baranovski se había convertido en un
severo crítico de Marx; en particular, de la explicación de las crisis que se
ofrecía en este último tomo. Según este autor, Marx y a su turno los marxistas,
consideraban que por su pura dinámica económica el capitalismo debía
forzosamente llegar a un punto en que no podría reproducirse por sí mismo y que
con ello se demostraba la necesidad inevitable del socialismo. “Marx creía”,
afirmaba Tugán-Baranovski, “que, una vez alcanzada cierta etapa de desarrollo,
la sociedad capitalista no podría subsistir más. Su transformación en una
sociedad socialista tendría entonces una necesidad económica. […] Nuestro
análisis de las condiciones de realización del producto social nos ha
demostrado la debilidad de este punto de vista”. 26
La reacción
contra el libro de Tugán-Baranovski fue inmediata. En este punto, los marxistas
armaron un frente común asumiendo que en Marx había una teoría del derrumbe y
que había que defenderla a rajatabla porque sin ella no había explicación
posible para la superación del capitalismo.
27 Sin embargo, aún en las repuestas más elaboradas, los marxistas no
avanzaron en su argumentación mucho más allá de lo que lo habían hecho en el
debate con Bernstein. En relación a la conexión entre derrumbe y acción
política, también se repitieron argumentos similares, aunque esta vez portados
en distintos autores. Por ejemplo, Kautsky adoptó una posición más cercana a la
que había tenido Luxemburg en el debate anterior al sostener que, frente a la
crisis terminal, la clase obrera “se ve obligada
25 Ibid.,
185.
26
Mijaíl Tugán-Baranovski, “Studies on the Theory and the History of Business
Crises in England, Part I, Chapter I and VII”, Research in Political Economy,
vol. 18, 2000 [1901], 107-108.
27 Los principales referentes fueron Conrad Schmidt,
“Contribución a la teoría de las crisis comerciales y de la sobreproducción”,
en Colletti, L. El marxismo … op. cit., [1901], 177–86; Karl Kautsky, “Teoría
de las crisis”, en Lucio Colletti. El marxismo y el del derrumbe del
capitalismo , [1901], 189–236; Louis B. Boudin, The
Theoretical System of Karl Marx in the Light of Recent Criticism, Chicago,
Charles H. Kerr & Company, 1920 [1907]. La excepción más significativa fue Rudolf Hilferding que en su célebre obra “El capital
financiero” recuperó, aunque con reservas, el enfoque de Tugán-Baranovski para
explicar las crisis; véase, Rudolf Hilferding, El
capital financiero, Madrid, Tecnos, 1963 [1910], 274 n.; 316 n.; 317 n.; 321 n.
a buscar una
salida para la miseria generalizada, y sólo puede encontrarla en el
socialismo”, aunque aún se mostraba confiado en que tal disyuntiva podía
evitarse si la clase obrera conquistaba el poder “a tiempo para darle al desarrollo
[económico actual] otra dirección”.28
Mientras que Schimdt puso más énfasis en que la clase obrera debía conquistar
el poder político antes de la crisis porque en un “ambiente social”
catastrófico “las reformas económicas de tendencia socialista” podrían lograr
“muy poco”. 29
Consideremos
cuál es el saldo que deja el debate alemán respecto del vínculo entre el
desarrollo económico y la acción política. A primera vista, pareciera que con
la aparición del libro de Tugán-Baranovski la posición anti-derrumbista queda
definitivamente vinculada a la acción política reformista y al revisionismo.
Como hemos visto, estas asociaciones son comunes en las lecturas clásicas de
estos debates. Sin embargo, también aquí el caso es más complejo de lo que
aparenta. En efecto, ya hemos visto que en TugánBaranovski la necesidad de una
acción política reformista no surge del hecho de que el capitalismo sea un modo
de producción autosuficiente. Por su parte, si se lo examina detenidamente, en
el argumento de Bernstein tampoco la acción reformista brota inmanentemente de
la capacidad de adecuación del capitalismo. En efecto, su argumentación no es
que la capacidad de adecuación económica del capitalismo necesita de la acción
reformista para llevarse a cabo. Para Bernstein la acción reformista surge
sencillamente como alternativa frente a un capitalismo que por sí mismo no
conduce al derrumbe porque se adapta una y otra vez. Y el caso no es distinto
del lado de los llamados “derrumbistas”. En Kautsky y Schmidt la desconexión
entre desarrollo económico y acción política se presenta palmaria e
inequívocamente en el hecho de que la clase obrera se tiene que “anticipar” a
la situación de crisis terminal y, por tanto, el eventual carácter de su acción
política no puede estar en absoluto conectado con tal destino final del
capitalismo. En Luxemburg, si bien demuestra que la acción política reformista
resulta impotente para superar el capitalismo, nada dice que la anarquía de la
producción, sea más o menos aguda, vaya a motivar una acción de carácter
revolucionario. En este punto, el argumento de Luxemburg no va más allá, de
hecho, del argumento clásico de la socialdemocracia alemana según el cual la
acción política revolucionaria brota de la creciente miseria de la clase
obrero. En conclusión, pese a que se presentaron argumentos diferentes, el
resultado del debate alemán no se aleja del que había dejado en este respecto
el debate ruso: la conexión entre derrumbe y acción política no alcanza aquí
tampoco a tener un carácter inmanente, esto es, del desarrollo económico no se
desprende la necesidad ni la forma de la acción política de la clase obrera.
28 Kautsky, “Teoría de las crisis…” op. cit., 233.
29 Schmidt, “Contribución a la teoría…” op. cit., 185
El debate Luxemburg (1913-1924)
La respuesta
más importante que va a recibir el libro de Tugán-Baranovski va a llegar recién
unos años más tarde con la aparición del libro más conocido de Luxemburg: La
acumulación de capital. 30 La
publicación de este libro se realiza en un contexto donde comienza a emerger el
debate marxista sobre el imperialismo. 31
De hecho, como lo indica su subtítulo –¡eliminado en las ediciones castellanas
e inglesas!– con su libro esta autora se proponía realizar “una contribución a
la explicación económica del imperialismo”. Sin embargo, tal como lo presenta
en su prólogo, lo que motivó su investigación no fue explicarse el imperialismo
sino “exponer con suficiente claridad el proceso global de la producción
capitalista en su aspecto concreto [y] sus límites históricos objetivos”32. Y, en efecto, la pregunta central
que cruza toda su exposición es si la acumulación de capital tiene un límite
económico inmanente más allá del cual no puede reproducirse. Por eso, el libro
de Luxemburg, más que impulsar la discusión sobre el imperialismo, lo que en
verdad hizo fue renovar el debate sobre el “derrumbe” del capitalismo.”
Pese a la
extensión y minuciosidad de su exposición, el argumento de esta autora era
bastante simple. Según postulaba, el principal problema a resolver en la
discusión sobre el destino del capitalismo era “de dónde venía] la demanda
constantemente creciente en que se fundamenta la ampliación progresiva de la
producción”.33 Luego, sugería que
esta demanda sólo podía provenir de “un círculo de adquirentes que estén fuera
de la sociedad capitalista”. 34 Bajo
esta dinámica, concluía Luxemburg, la acumulación de capital llega a un
“callejón sin salida” y se “hace imposible”, y “la imposibilidad de la
acumulación significa, en la producción capitalista, la imposibilidad del
desarrollo ulterior de las fuerzas productivas, y, con ello, la necesidad
histórica objetiva del hundimiento [Untergangs] del capitalismo”.35 En este contexto, y en línea con su
argumentación en el debate con Bernstein, esta autora señalaba que el
socialismo sólo podía ser el resultado de la acción política revolucionaria de
la clase obrera que se anticipe al derrumbe del sistema. 36
Salvo
contadas excepciones, la recepción del libro de Luxemburg fue absolutamente
negativa. 37 En Alemania, autores “revisionistas” como Schmidt,38 “centristas”
como Eckstein39 y Bauer40, y hasta “izquierdistas” como Pannekoek41
criticaron la obra
30 Luxemburg, La acumulación… op. cit.
31 Daniel Gaido y Manuel Quiroga, “La teoría del imperialismo de Rosa Luxemburg y sus críticos: la era de
la Segunda Internacional” Critica Marxista, no 37, 2013, 113–32.
Citas e
índice del contenido
Citas:
“Al año
siguiente, en 1913, Rosa Luxemburg publicó su libro La
acumulación del capital, cuyo subtítulo, ausente en las
ediciones castellanas, reza en alemán Ein Beitrag zur ökonomischen Erklärung
des Imperialismus (Una
contribución a la explicación económica del imperialismo)” .
(Berlín 1913. Editor: Buchhandlung Forward Paul Singer G. mb H
Índice del contenido de este documento
·
El debate sobre el imperialismo en el Partido
Socialdemócrata alemán (SPD)
·
La teoría de la acumulación de Marx
·
La teoría del imperialismo de Rosa Luxemburg
·
Una visión centrista: Gustav Eckstein
·
La perspectiva del centro desarrollada: Otto Bauer
·
La recepción en la izquierda: El análisis de Anton
Pannekoek
·
La polémica de Lenin con los populistas rusos y su
crítica al libro de Rosa Luxemburg
·
Conclusión
·
Referencias bibliográficas
Rosa Luxemburg.La acumulación de
capital. Una contribución a la explicación económica del imperialismo.
Tony Cliff
Tony Cliff (1917 - 2000)
Tony
Cliff. Rosa Luxemburg
La
acumulación de capital
|
En alemán
Tony
Cliff. Estudio sobre Rosa Luxemburgo.
VIII. La
acumulación de capital
Tony
Cliff. Estudio sobre Rosa Luxemburgo (1959)
En alemán
Rosa Luxemburg. La acumulación de capital. Una contribución
a la explicación económica del imperialismo.
a la explicación económica del imperialismo.
En alemán
Rosa Luxemburg. La acumulación de capital. Una contribución a la
explicación económica del imperialismo. (1913)
En inglés
Rosa
Luxemburg. La acumulación de capital (1913)
Escrita desde la cárcel, no se publicó hasta después de su asesinato,
1921
Rosa
Luxemburg. La acumulación de capital -
una anticrítica
La
acumulación de capital, o lo que los epígonos han hecho de la teoría de Marx
Publicación por primera vez: 1921 - Die Akkumulation des
Kapitals oder Was die Epigonen aus der Marxschen Theorie gemacht
haben. Eine Antikritik (Franke, Leipzig 1921).
Originalmente escrito: 1915 mientras estaba internado en la prisión de mujeres, Barnimstrasse, Berlín.
Originalmente escrito: 1915 mientras estaba internado en la prisión de mujeres, Barnimstrasse, Berlín.
Fuente: Rosa Luxemburg y Nikolai Bujarin: El imperialismo y la acumulación de capital. Editado con una introducción por Kenneth J. Tarbuck. (Allen Lane The Penguin Press, Londres 1972), pp.45-150.
Traducido: (del alemán) por Rudolf Wichmann.
Transcripción / Marca: Steve Palmer.
Derechos de autor: Kenneth J. Tarbuck y Rudolf Wichmann 1972.
Notas: Aparecen notas del editor y del traductor [así]. Aparecen notas de MIA {así}.
Publicado
por primera vez: "El imperialismo y la muerte de los
animales salvajes", Unter dem Banner des Marxismus ,
Viena / Berlín, 1925-6, Vol. II.
Fuente: Rosa Luxemburg y Nikolai Bukharin El imperialismo y la acumulación de capital. Editado con una introducción por Kenneth J. Tarbuck. (Allen Lane The Penguin Press, Londres, 1972), pp 151-270.
Traducido: (del alemán) por Rudolf Wichmann;
Transcripción / Marca: Steve Palmer;
Derechos de autor: Kenneth J. Tarbuck y Rudolf Wichmann 1972;
Notas: Aparecen [así] las notas del editor y del traductor. Aparecen notas de MIA {así}.
Ensayo introductorio: "El imperialismo y la acumulación de capital "por David Yaffe.
Fuente: Rosa Luxemburg y Nikolai Bukharin El imperialismo y la acumulación de capital. Editado con una introducción por Kenneth J. Tarbuck. (Allen Lane The Penguin Press, Londres, 1972), pp 151-270.
Traducido: (del alemán) por Rudolf Wichmann;
Transcripción / Marca: Steve Palmer;
Derechos de autor: Kenneth J. Tarbuck y Rudolf Wichmann 1972;
Notas: Aparecen [así] las notas del editor y del traductor. Aparecen notas de MIA {así}.
Ensayo introductorio: "El imperialismo y la acumulación de capital "por David Yaffe.
Contenido:
Este libro
lo tengo en papel.
Libro: Rosa Luxemburg- Nicolai Bujarin El
imperialismo y la acumulación de capital. Cuadernos de Pasado y Presente/51
Primera
edición, marzo de 1975. Córdoba, Buenos Aires
Índice
Advertencia v Pasado
y Presente
Peter J. Nettl xi
Rosa Luxemburg y su concepción del imperialismo
Rosa
Luxemburg
La
acumulación del capital 1
1. El problema en discusión 3
2. La crítica general de Bauer 43
Nota del editor. Rosa
Luxemburg: La acumulación del capital o
en qué han convertido los epígonos la teoría de Marx. Una anticrítica, tomada de la acumulación del
capital, Madrid, Cénit, 1933.
Traducción del alemán por J. Pérez Bances.
Nicolai
Bujarin
El
imperialismo y la acumulación del capital
99
Prefacio
101
1. La reproducción ampliada en una
sociedad capitalista abstracta 102
2. Dinero y reproducción ampliada 128
3. La teoría general del mercado y de la
crisis 147
4. Las raíces económicas del
imperialismo 178
5. La teoría del derrumbe
capitalista 197
Conclusión 207
Apéndice
Kenneth J.
Tarbuck
El esquema
de Marx de la reproducción ampliada 211
Paul M.
Sweezy
La
controversia sobre el derrumbe y Rosa Luxemburg
215
Kenneth J.
Tarbuck
Comentario
sobre la crítica de Sweezy a Bujarin 220
Kenneth J.
Tarbuck
El problema
del imperialismo en Rosa Luxemburg 224
Kenneth J.
Tarbuck
Una aplicación
de la teoría de Rosa Luxemburg en la predicción 232
Nota del
editor 236
La Acumulación del Capital o lo que
los Epígonos han hecho de la Teoría Marxista: una Anticrítica
I. EL PROBLEMA
EN DISCUSIÓN
LOS CRITICOS
Rosa
Luxemburgo: La Acumulación del Capital o lo que los Epígonos han hecho de la
Teoría Marxista: una Anticrítica
Nikolai
Bujarin. El imperialismo y la economía mundial.
Introducción
de VI Lenin
Escrito: 1915 y 1917
Los cinco aspectos
básicos del imperialismo, según Lenin.
“1) la
concentración de la producción y del capital llega hasta un grado tan elevado
de desarrollo que ha creado el monopolio, el cual desempeña un papel decisivo
en la vida económica;
2) la fusión
del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este
“capital financiero” de la oligarquía financiera;
3) la
exportación del capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere
una importancia particular;
4) la formación de asociaciones internacionales
monopolísticas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo; y
5) la
terminación del reparte territorial del mundo entre las potencias más
importantes”
El
Imperialismo, fase superior del capitalismo de Lenin
(esbozo
popular) V. I. Lenin (1916)
V. I. Lenin.
Tomo VI (1916-1917)
Sobre una
caricatura de marxismo y sobre el " economismo imperialista
pág. 28 (1916)
VI. Revisionismo, huelga general e
imperialismo: la contribución a la teoría pág. 170-219.
1 Revisionismo
. La teoría del revisionismo.
. La práctica del revisionismo.
2 Huelga de masas e imperialismo
Rosa
Luxemburgo: Debate sobre la huelga política de masas en Bélgica y Debate sobre
la huelga política de masas 1905 – 1906
30 de
diciembre de 2018
En comentarios se amplía la
información
Rosa
Luxemburgo. El folleto Junius: La crisis de la socialdemocracia alemana. 1915
Escrito: 1915 mientras estaba internado en la prisión de mujeres,
Barnimstrasse, Berlín.
Acumulación del capital
De las ediciones del libro, La
acumulación del capital de Rosa Luxemburgo que se
encuentran en Internet en lengua castellana, se repite la editorial, Edicions internacionals
Sedov como fuente, ni siquiera se hace mención de que Editorial se ha tomado, ni
quien ha sido el traductor o de que idioma se hizo la traducción ni el año de
la edición en castellano). He descubierto que toma como base la edición de la editorial
Cénit publicada en el 1933 La acumulación del capital (traducción de J.
Pérez Bances), que estaba incluida “La Acumulación del Capital o lo que los
Epígonos han hecho de la Teoría Marxista: una Anticrítica), adaptadas
a la actualidad, como se puede comprobar en las notas, siempre hace referencia
del El Capital, a la edición del Fondo
de Cultura Económica traducida por Wenceslao Roces.
Una pista
Entrevista con Wenceslao Roces
Por Gabriel Vargas Lozano
Por Gabriel Vargas Lozano
La biblioteca Carlos Marx
Editorial Cénit, de la cual llegaron a publicarse 10 volúmenes
grandes. Publicamos el primer tomo de El Capital en los volúmenes: La
acumulación del capital, de Rosa Luxemburgo, Karl Marx del Manifiesto del
Partido Comunista. El AntiDühring, de Engels, y algunas otras obras.
La edición del Fondo de Cultura Económica traducida por Wenceslao Roces,
en un archivo que agrupa los tres Libros de El Capital:
El Capital Tomo I Karl Marx. El proceso de producción del capital.
(Desde la pág. 1 hasta la pág. 513)
El Capital Tomo II Karl Marx. El proceso de circulación del
capital.
(514- con apéndices 952)
El Capital Tomo III Karl Marx. (954- 1492
Otra pista
"El Capital", Karl Marx. Traducciones en castellano
descargables, on-line y en papel. Cuestiones básicas sobre el marxismo: El
capital y la ley del valor
Otra pista
En el centenario de su asesinato
La recepción de la obra de Rosa Luxemburgo en España
16/02/2019 | Pepe Gutiérrez-Álvarez
“La fase clásica está recogida por Pedro Ribas en La
introducción del marxismo en España (1869-1939) editada por de la
Torre (Madrid, 1981). Ribas registra una primera edición de La
acumulación de capital de 1931 (Ed. Hoy), más otra en 1933 en la
casi mítica editorial Cenit, en traducción del alemán. Ribas anota también una
edición de Cartas de la prisión (Cenit, 1931).”
Las
contribuciones de Rosa Luxemburgo al debate del imperialismo
1913. La
acumulación del capital
Prólogo
El presente trabajo, me fue inspirado en la Introducción
a la Economía Política, obra de vulgarización en la que
llevo ya mucho tiempo trabajando, constantemente interrumpida por mi labor en
la escuela del Partido y por mis campañas de agitación. En enero de este año,
después de las elecciones al Parlamento, al acometer nuevamente aquel trabajo
para terminar, por menos en sus líneas generales, esta vulgarización de la
teoría económica marxista, me salió al paso una dificultad inesperada. No
conseguía exponer con suficiente claridad el proceso global de la producción
capitalista en su aspecto concreto, ni sus límites históricos objetivos.
Ahondando en el asunto, llegué a la conclusión de que no se trataba simplemente
de una dificultad de exposición, sino que ésta envolvía un problema
teóricamente relacionado con la doctrina del volumen
II de El
Capital de Marx, y que, además, trascendía a la práctica de la política imperialista actual y a sus raíces económicas. He
intentado formular con toda exactitud científica este problema. Si lo hubiese
conseguido, mi trabajo no tendría solamente un interés teórico puro, sino que
encerraría también, a mi parecer, cierta
importancia para nuestra lucha práctica contra el imperialismo.
ROSA LUXEMBURG Diciembre, 1912
Rosa
Luxemburgo. Introducción a la economía política (1916-1917)
Rosa
Luxemburgo. ¿Qué es la Economía? (Bibliografía complementaria)
Acumulación del capital
Acumulación y reproducción ampliada
Edicions internacionals Sedov
ÍNDICE
I 3
II 28
1 28
2 37
3 42
4 48
5 55
Rosa Luxemburgo: La acumulación del capital o en qué han convertido
los epígonos la teoría de Marx. Crítica de las críticas.
La
acumulación del capital o en qué han convertido los epígonos la teoría de Marx.
Crítica de las críticas. Rosa Luxemburgo
La acumulación del capital o en qué han convertido los epígonos la teoría
de Marx. Crítica de las Críticas Rosa Luxemburg
Rosa
Luxemburgo: La Acumulación del Capital o lo que los Epígonos han hecho de la
Teoría Marxista: una Anticrítica
La
Acumulación del Capital o lo que los Epígonos han hecho de la Teoría Marxista:
una Anticrítica
I. EL
PROBLEMA EN DISCUSIÓN
LOS CRITICOS
Anton
Pannekoek
La teoría
del derrumbe del capitalismo
Escrito: 1934.
1934 La
teoría del derrumbe del capitalismo [Pannekoek]
Rosa Luxemburgo. La acumulación del capital
32 Luxemburg, La acumulación… op. cit., 7.
33 Ibid., 107.
34 Ibid., 317.
35 Ibid., 384–85.
36 Ibid., 345.
37
Véase Krätke, On the Beginnings … op. cit.; Gaido y Quiroga, op. cit.
38 Conrad
Schmidt, “Rosa Luxemburg: Die Akkumulation des Kapitals”, Archiv für
Sozialwissenschaft und Socialpolitik, 39, 1915, 256–61.
39
Gustav Eckstein, “Rosa Luxemburg’s The Accumulation of Capital: A Critique”, en
Day, R. y Gaido, D., Discovering Imperialism: Social Democracy to World War I,
Leiden, Brill, 2012 [1913], 695–712.
40 Otto Bauer, “La acumulación de
capital”, en Colletti, L. El marxismo… op. cit. [1913],
339–64.
41 Anton Pannekoek, “Review of Rosa Luxemburg: The Accumulation of Capital:
A Contribution to the Economic Explanation of Imperialism”,
en Day, R. y Gaido, D. Discovering… op. cit. [1913], 675–94.
Anton Pannekoek, 'Revisión de Rosa
Luxemburgo: la acumulación de capital: una contribución a la explicación
económica del imperialismo' (enero de 1913) en el descubrimiento del
imperialismo
implacablemente.
Y en Rusia, sentencia de Lenin mediante,
42 los bolcheviques también rápidamente la desestimaron. En esencia, todas
estas críticas apuntaron a defender una interpretación de la explicación de
Marx de la dinámica de la acumulación de capital en donde el plusvalor no
necesitaba realizarse por medio de agentes externos al propio capital. En otras
palabras, apuntaron a negar la existencia de un derrumbe del capitalismo
motivado por una imposibilidad puramente económica de realización del plusvalor
al interior de la sociedad capitalista. En relación a la conexión entre
desarrollo económico y acción política, los críticos de Luxemburg no realizaron
innovaciones respecto a instancias anteriores al debate. Más llamativo aún es
que, viniendo de posiciones políticas tan diversas, estos críticos acabaran
presentando posiciones muy similares en relación a esta conexión. Consideremos
especialmente a las dos críticas que se convirtieron en el curso del debate en
las respuestas “oficiales” al enfoque luxemburgista dadas por la
socialdemocracia alemana43 y por los
bolcheviques44 respectivamente, y
que por lo demás son expresiones de posiciones políticas abiertamente
contrapuestas.
Respecto a
la cuestión de la superación del capitalismo la respuesta de la
socialdemocracia alemana se limita a recuperar su línea de argumentación
histórica presente desde el programa de Erfurt45 y luego esgrimida por Kautsky en su respuesta a Bernstein. En
pocas palabras, la clase obrera reaccionará frente a sus condiciones
crecientemente empobrecidas tomando el poder político del Estado e imponiendo
el socialismo. “El capitalismo”, decía Bauer “no fracasará a causa de la
imposibilidad mecánica de realizar el plusvalor. Sucumbirá, en cambio, a la
rebelión hacia la cual impulsa a las masas del pueblo”. 46 A primera vista, puede resultar llamativo que Bauer pueda
recuperar esa línea de argumentación tomando una posición contraria a la teoría
del derrumbe del capitalismo, pues como se recordará esta posición
anti-derrumbista era la que tenían los “revisionistas” y contendientes de
Kautsky. Sin embargo, Bauer puede realizar esta operación precisamente porque,
como también hemos visto, en dicha línea de argumentación la conexión entre
derrumbe y acción política revolucionaria de la clase obrera es sumamente débil.47 De parte de los bolcheviques la
respuesta no es muy diferente. En esencia, esta crítica pasa por presentar a la
guerra imperialista como la causa de la miseria y, a su turno, de la rebelión
de la clase obrera contra el capitalismo. “Hoy ya estamos en condiciones de
permitirnos emitir juicio, sobre el proceso del derrumbe capitalista, que no se
base ya simplemente en construcciones abstractas y perspectivas teóricas. El
derrumbe del capitalismo se ha iniciado”, sostenía Bujarín. “La
revolucionarización del proletariado tuvo que ver, indudablemente, con la ruina
económica, ésta con la guerra, la guerra con la […] política imperialista en
general”. 48 En suma, al igual en el
caso de los socialdemócratas alemanes, para Bujarin la acción política
revolucionaria de la clase obrera, y por tanto la superación del capitalismo,
surgía de las condiciones crecientemente miserables a las que se ve sometida la
clase obrera en este modo de producción.
42
Vladimir Ilich Lenin, “Letter To the Editor of Bremer Bürger-Zeitung”, en
Lenin, V. I, Collected Works. Vol. 43, Moscow, Progress Publishers, 1977 [1913], 332–33; Vladimir Ilich
Lenin, “Carta a la redacción del periódico Sotsial-Demokrat”, en Lenin, V. I,
Correspondencia. Tomo II, Buenos Aires, Editorial Estudio, 1968 [1913], 88–89;
Vladimir Ilich Lenin, “Carlos Marx
(Breve esbozo biográfico con una exposición del marxismo)”, en Lenin, V.
I., Obras completas. Tomo XXII, (133-182) Madrid, Akal, 1977 [1915], 181–82.
V. I.
Lenin (Breve esbozo biográfico de Carlos Marx, con una exposición del marxismo)
43 Bauer, La acumulación … op. cit.
44 Nikolai Bujarin, El imperialismo y la acumulación de
capital, Buenos Aires, Tiempo Contemporáneo, 1974 [1924].
45 Karl
Kautsky, The Class Struggle (Erfurt Program), Chicago, C. H. Kerr & Co-Operative,
1910 [1892].
46 Bauer, “La acumulación de capital” … op. cit., 363.
47 Asimismo, dicho sea de paso, tal es la base sobre la
que el Kautsky de posguerra podrá cambiar radicalmente su posición respecto al
derrumbe del capitalismo sin modificar su concepción general sobre el vínculo
entre las relaciones económicas y políticas; véase Karl Kautsky, The
Materialist Conception of History, New Haven, Yale University Press, 1988
[1927], 424–56.
Karl
Kautsky. La concepción materialista de la historia. (1927)
48 Bujarin, El imperialismo … op. cit., 129–30
Escrita en 1915 y publicada
póstumamente en 1921, la respuesta de Luxemburg a sus críticos –popularmente conocida como la Anticrítica– repite
esencialmente los mismos argumentos que su obra original. 49 Lo interesante de esta respuesta, tal como lo observa
agudamente Jacoby, 50 es que aquí Luxemburg se defiende particularmente contra
la acusación de economismo y mecanicismo. En este punto, la defensa de esta
autora pasa por sostener que la tendencia económica al derrumbe del capitalismo
no lleva por sí misma al socialismo; que lo que se necesita ante todo es de la
acción política revolucionaria de la clase obrera y, más precisamente, que esta
acción se lleva a cabo antes de que acontezca efectivamente dicho derrumbe
motivada por una situación económica crecientemente insostenible. “La tendencia
objetiva de la evolución capitalista hacia tal desenlace” sostenía Luxemburg
“es suficiente para producir mucho antes una tal agudización social y política
de las fuerzas opuestas, que tenga que poner término al sistema dominante”. 51 Si se lo examina detenidamente, el
argumento de Luxemburg respecto del vínculo entre el derrumbe y la acción
política revolucionaria no es muy diferente del que esgrimía en su debate
contra Bernstein. Lo interesante de esta nueva presentación no sólo es que es
mucho más precisa que la anterior, sino que se da en un contexto de acusación
de “economicismo” y “mecanicismo” que obliga a dar cuenta del vínculo preciso
que hay entre el desarrollo económico y la acción política. En este sentido, se
puede decir que la argumentación de Luxemburg responde convincentemente a la
acusación de sus críticos al incluir a la acción política de la clase obrera
como un momento necesario de la superación del capitalismo. Sin embargo, la
conexión de esta acción con el desarrollo económico continúa siendo sumamente
débil y, en esencia, de la misma naturaleza que la conexión que presentan sus
críticos: la situación económica crítica, que se desarrolla por sí misma,
motiva la acción revolucionaria al hacer visible el estado miserable en que se
encuentra la clase obrera. En otras palabras, no es que el propio proceso
económico necesita de la acción política revolucionaria de la clase obrera para
desarrollarse, sino que por un lado existe el desarrollo económico y por otro
la acción política revolucionaria que se opone a él.52
49 Rosa Luxemburg, “La acumulación de capital o en qué
han convertido los epigonos la teoría de Marx. Una anticrítica”, en Luxemburg,
R., La acumulación … op. cit., 437–547.
50 Jacoby, The Politics of Crisis … op. cit.
51 Luxemburg, “La acumulación de capital o en qué han
convertido … op. cit., 470.
52 En este sentido, no parece casual que la célebre
frase “Socialismo o Barbarie” con la que se recuerda el enfoque de Luxemburg
sobre el derrumbe no perteneciese a Engels, como pensaba esta autora (véase,
Rosa Luxemburg, “El folleto Junius: la crisis de la socialdemocracia alemana”,
en Obras Escogidas de Rosa Luxemburg, Izquierda Revolucionaria, 2008 [1916],
278.), sino a Kautsky, cuyo enfoque se presentaba en las antípodas del de
Luxemburg. Al respecto véase Ian Angus, “The origin of Rosa
Luxemburg’s slogan ‘socialism or barbarism’”, en John Riddell’s Marxist Essays
and Commentary, [en línea] .
El origen
del eslogan "socialismo o barbarie" de Rosa Luxemburg.
En
comentarios, se amplía la información.
Rosa
Luxemburgo. El folleto Junius: La crisis de la socialdemocracia alemana. 1915
En suma, si
consideramos cómo se presenta la cuestión del vínculo entre desarrollo
económico y acción política en esta instancia del debate nos encontramos otra
vez con resultados similares a los que arribamos en instancias anteriores. Pero
ahora el escenario está más claramente definido. No sólo en ninguna de las dos
posiciones en disputa alcanzó a presentar una conexión inmanente entre
desarrollo económico y acción política, sino que ambas posiciones acabaron
presentando exactamente la misma conexión exterior: por un lado, está el
desarrollo económico que conduce por sí mismo a una situación crítica; por el
otro, está la clase obrera que reacciona frente a esta situación.
El debate Grossmann (1929-1934)
El último
estertor del debate sobre el derrumbe tuvo lugar con la publicación del libro
de Grossmann, La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista, 53 en el contexto de la crisis
económica europea de la década de 1920.54
De acuerdo a este autor, la acumulación de capital lleva consigo la tendencia
hacia su propio derrumbe, pero no lo hace por un problema de realización del
plusvalor, como hasta entonces habían sostenido los adherentes a la teoría del
derrumbe, sino de falta de plusvalor para satisfacer las necesidades de la
prosecución de la propia acumulación de capital. Llegado cierto punto, concluye
Grossmann, “los capitalistas deberán alimentarse del aire […] el sistema sufre
un colapso, la crisis del sistema que sobreviene de este modo expresa el
derrumbe la de la valorización”.55
Lo que explica este derrumbe, como lo precisa más adelante, es que la
acumulación “se desenvuelve en base a una composición orgánica del capital
progresivamente creciente”, de modo que el plusvalor producido, aún con una
población creciente, “siempre aumenta menos que el capital”. 56
Lo
interesante del enfoque de Grossmann no sólo es que saca el foco de análisis
del derrumbe del problema de la realización del plusvalor,57 sino que asimismo termina por cambiar el foco del problema del
vínculo entre el desarrollo económico y la acción política sacándolo de la
disyuntiva “reformismo” o “revolución” para situarlo en la de “economicismo” o
“voluntarismo”.
53 Henryk Grossmann, La ley de
la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista, México, Siglo XXI, 1979,
[1929]. Dejamos a un lado aquí la influyente
obra de Frtiz Sternberg, El imperialismo, México, Siglo XXI, 1979 [1926] en la
medida en que, por una parte, no avanza sustantivamente en los argumentos que
había presentado Luxemburg en su Acumulación de capital y, por otra, en que es
rápidamente desplazada en el debate por la aparición de la referida obra de
Grossmann.
54 Sobre este contexto histórico véase Ester Fano, “Los
países capitalistas, desde la guerra mundial hasta la crisis de 1929” en
AA.VV., La crisis del capitalismo en los años ’20. Análisis económico y debate
estratégico en la tercera internacional, México, Pasado y Presente, 1981
[1976], 91-131.
55
Ibid., 83.
56 Ibid.,
120.
57 Anwar Shaikh, “An Introduction to the History of Crisis Theories”, en
U.S. Capitalism in Crisis, New York, Monthly Review Press,
1978, 236
En efecto,
lo que subyace en toda la presentación de este autor es una crítica a la
concepción derrumbista precedente como una concepción “fatalista” o
“economicista”. En particular, Grossmann discute la posición de Luxemburg a la
que considera que lleva “implícita […] la idea de un punto límite final del
capitalismo [que es] irreconciliable con la concepción marxiana de la lucha de
clases” y que por tanto “bien puede ser calificada como una recaída en el
fatalismo quietista, en virtud de la cual no hay lugar para la lucha de clase”.58 El argumento principal de Grossmann
en este punto es que la superación del capitalismo no va a suceder sin la
participación activa de la clase obrera, pero no simplemente porque la clase
obrera es la que en definitiva va a tener que tomar en sus manos la
organización consciente del proceso de producción social, sino en particular
porque el momento del derrumbe va a depender de la masa de plusvalor disponible
que, a su turno, depende de la lucha de clases. Así, hacia el final de su libro
señala que la “irrupción” del derrumbe “en realidad, y dentro de ciertos
límites, está sujeta a la influencia de enfrentamientos conscientes de las dos
clases consideradas. […] La lucha de la clase obrera por sus reivindicaciones
cotidianas se vincula así con su lucha por el objetivo final. El objetivo final
por el que la clase obrera combate, no se trata pues de un ideal introducido
‘desde el exterior’ en el movimiento obrero”. 59
La
contribución de Grossmann fue rápida y ampliamente discutida en varios círculos
del marxismo. Sin embargo, salvo contadas excepciones, fue duramente criticada.
En esencia, todas estas críticas pasaron por objetarle al argumento de
Grossmann la rigidez que asumen las variables que componen su modelo.60 En relación al vínculo entre
desarrollo económico y acción política el enfoque de Grossmann fue discutido
especialmente por los “comunistas de izquierda”. 61 Las contribuciones principales fueron las de Korsch, 62 Pannekoek63 y Mattick. 64
Considerémoslas sucintamente.
58
Grossmann, La ley … op. cit., 19–20.
59 Ibid., 388–89.
60 Véase Michael
Charles Howard y John Edward King, “Henryk Grossmann and the Breakdown of
Capitalism”, Science & Society, vol. 52, no 3, 1988, 290–309; Rick Kuhn,
“Economic Crisis and Socialist Revolution: Henryk Grossman’s Law of
accumulation, Its First Critics and His Responses”, Research in Political
Economy, vol. 21, 2004, 181–221.
61 Véase al respecto Marramao, Teoría del derrumbe… op.
cit.
62 Karl Korsch, “Fundamentos de una teoría
revolucionaria de las crisis”, en AA.VV., ¿Derrumbe del capitalismo o sujeto
revolucionario?, México, Pasado y Presente, 1978 [1933], 107–23; Karl Korsch,
“Algunos supuestos básicos para una disucisón materialista de la teoría de las
crisis”, en AA.VV., ¿Derrumbe del capitalismo op. cit., [1933] 124–31.
Pannekoek, Korsch y Mattick - ¿Derrumbe del capitalismo o sujeto
revolucionario?
Teoría del
derrumbe del Capitalismo, por Anton
Pannekoek
Teoría marxista de la acumulación y del derrumbe, por Paul Mattick
Fundamentos
de una teoría revolucionaria de las crisis, por Karl Korsch
La crisis mortal del capitalismo, por Paul Mattick
62 Karl Korsch, “Fundamentos de una teoría
revolucionaria de las crisis”, en AA.VV., ¿Derrumbe del capitalismo o sujeto
revolucionario?, México, Pasado y Presente, 1978 [1933], 107–23; Karl Korsch, “Algunos supuestos básicos para una discusión
materialista de la teoría de las crisis”, en AA.VV., ¿Derrumbe del
capitalismo op. cit., [1933] 124–31.
Karl Korsch:
Algunas presuposiciones
fundamentales para una discusión materialista de Teoría de la crisis , 1933
Karl
Korsch: Algunos
prolegómenos a una discusión materialista de la teoría de las crisis
63 Anton Pannekoek, “La teoría del derrumbe del
capitalismo”, en
AA.VV., ¿Derrumbe del capitalismo … op.cit., [1934], 62–84.
La teoría
del derrumbe del capitalismo Anton Pannekoek. 1934
64 Paul Mattick, “La
crisis mortal del capitalismo”, en AA.VV. ¿Derrumbe del capitalismo op.
cit., [1933], 132–47; Paul Mattick,
“Sobre
la teoría marxiana de la acumulación y del derrumbe”, en AA.VV.
¿Derrumbe del capitalismo, op. cit., [1934],
86–106; Paul Mattick, “The Permanent
Crisis. Henryk
Grossman’s Interpretation of Marx’s Theory Of Capitalist Accumulation”,
International Council Correspondence, vol. 1, n o 2, 1934. 1–20.
En alemán
Paul
Mattick: La crisis de muerte del capitalismo. 1933
Paul Mattick.
Sobre la teoría de Marx de la acumulación y el colapso. 1934
En respuesta al artículo: "La teoría del colapso del
capitalismo" en el número 1 de la "Correspondencia del Consejo"
Paul
Mattick: La crisis permanente: la interpretación de Henryk Grossman
de la teoría de Marx sobre la acumulación capitalista.
1934
Paul
Mattick. Luxemburgo contra Lenin (1935)
“Crisis y
Teoría de la crisis”: Paul Mattick
Índice
Presentación, 3
Prefacio, 4
Capítulo 1. La economía burguesa, 5
Capítulo 2. La teoría de la crisis de Marx, 24
Capítulo 3. Los epígonos, 40
Capítulo 4. Esplendor y miseria de la economía mixta, 61
Capítulo 5. El capitalismo tardío, de Ernest Mandel, 78
Capítulo 6. Valor y precio en Marx, 106
Paul
Mattick. El marxismo y la economía burguesa.
Eduard Bernstein.
Los prerrequisitos del socialismo
y las tareas de la socialdemocracia. (1899)
y las tareas de la socialdemocracia. (1899)
Marx,
Keynes y la fábula de la cisterna
Ernest
Mandel. El capitalismo tardío. (1979)
Ediciones ERA, México
Introducción, 9
I. Las leyes del movimiento y la
historia del capital, 14
II. L a estructura del mercado mundial capitalista, 45
III. Las tres fuentes principales de ganancias extraordinarias en el
desarrollo del capitalismo moderno, 75
IV. Las "ondas largas” en la historia del capitalismo, 106
V. Valorización de capital., lucha de clases y tasa de plusvalía en el
capitalismo tardío, 145
V I. La naturaleza específica de la tercera revolución tecnológica, 181
V IL La reducción del tiempo de
rotación del capital fijo y la presión hacia la planificación de las compañías
y la programación económica, 220
V III. La aceleración de la
innovación tecnológica, 244
IX. La economía armamentista
permanente y el capitalismo tardío, 269
X. La concentración y la centralización internacionales del capital. 305
X I. Neocolonialismo e intercambio desigual, 337
X I I. La expansión del sector de
servicios, “la sociedad de consumo” y la realización de plusvalía, 369
X I I I. La inflación permanente,
398
X IV. El ciclo industrial en el
capitalismo tardío, 427
X V. El Estado en la era del
capitalismo tardío, 461
X V I. La ideología en la época
del capitalismo tardío, 485
X V II. El capitalismo tardío como conjunto. 507
X V III. La crisis de las relaciones de producción capitalistas, 543
Glosario, 568
V. I. Lenin. Informe sobre la situación internacional y las tareas
fundamentales de la Internacional Comunista. 19 de julio de 1920
VICENÇ NAVARRO SOBRE MARX Y KEYNES, O LAS VAGAS IDEAS ECONÓMICAS DEL
REFORMISMO
Korsch
criticó a Grossmann por recaer en una línea interpretativa “objetivista” del
curso de la sociedad capitalista que, en tanto tal, no es “capaz de suministrar
la seria garantía de la acción consciente de la clase proletaria en lucha por
sus objetivos propios”. 65 En pocas
palabras, Korsch buscó aplicarle a Grossmann la misma crítica que éste le
aplicó a Luxemburg, esto es, que su teoría no dejaba lugar para la lucha de
clases. A esta posición, y procurando no caer en lo que según este autor sería
el extremo su opuesto del “subjetivismo”, opuso “una posición auténticamente
materialista” según la cual la crisis terminal tenía el papel del mito
“soreliano” para la acción práctica de la clase obrera, esto es, sólo tenía
sentido en cuanto motivaba la acción política revolucionaria. 66 Por su parte, la crítica de
Pannekoek fue en el mismo sentido. Según este autor, Grossmann explicaba el
derrumbe del capitalismo “sin que haya una clase revolucionaria que combata y
venza a la burguesía”. 67 Pero, a
diferencia de Korsch, este autor presentaba una posición sobre la superación
del capitalismo que buscaba preservar la determinación económica real de la
acción política de la clase obrera presentando a las manifestaciones de la
crisis económica determinando la voluntad del proletariado. “El socialismo”,
afirmaba este autor, “viene no porque el capitalismo se derrumbe económicamente
[…] viene porque el capitalismo, tal como vive y crece, se vuelve cada vez más
insoportable para los obreros y los lanza a la lucha”.68 En contraposición, las contribuciones de Mattick buscaron
defender los argumentos de Grossmann. Ante todo, Mattick rechazó “toda
concepción mecánica del derrumbe del capital” por considerar que sólo veía un
aspecto del “proceso dialéctico”69 y
defendió a Grossmann por “limitarse por razones metodológicas, en su análisis
de la ley de la acumulación, a la definición de supuestos meramente
económicos”. Así, según este autor, Grossmann “no sostuvo] un punto de vista
‘puramente económico’, sino dialéctico, para el cual toda abstracción es tan
solo un medio para el reconocimiento de la realidad”. 70 En consecuencia, de acuerdo a Mattick había que considerar que
“la crisis mortal del capitalismo no significa que el sistema se suicida, sino
que la lucha de clases asume formas que conducen al derrocamiento del sistema”.
71 Sin embargo, en cuanto a la
conexión concreta entre desarrollo económico y acción política, la posición de
este autor se alejaba – aunque sin advertirlo– del enfoque de Grossmann. Para Mattick,
en efecto, la lucha revolucionaria de la clase obrera por la superación del
capitalismo se explicaba finalmente por la pauperización que sufría esta clase
como producto de la crisis mortal del sistema. No es sino hasta el momento en
que “el capital puede seguir existiendo únicamente en base a la pauperización
absoluta y continua de las masas”, afirmaba Mattick, “cuando trastroca esta
lucha económica, resulte esto consciente o no para las masas, en lucha
política”. 72 Consideremos las
contraposiciones respecto del vínculo entre desarrollo económico y acción
política que deja esta última instancia del debate. A primera vista, parece que
las posiciones van desde un extremo economicista representado por Grossmann a
otro extremo
65 Korsch,
Algunos supuestos básicos … op. cit, 130.
66 Idem.
67
Pannekoek, La teoría del derrumbe … op. cit., 70.
68 Ibid.,
80–81.
69 Mattick,
La crisis mortal del capitalismo … op. cit., 134.
70 Mattick,
Sobre la teoría … op. cit., 86–87.
71 Mattick, The Permanent … op. cit., 20.
72 Mattick,
Sobre la teoría … op. cit., 105.
Paul
Mattick. La crisis permanente: la interpretación de Henryk Grossman
de la teoría de Marx sobre la acumulación capitalista. 1934
Paul Mattick.
Sobre la teoría de Marx de la acumulación y el colapso. 1934
En respuesta al artículo: "La teoría del colapso del
capitalismo" en el número 1 de la "Correspondencia del Consejo"
voluntarista
representado por Korsch, pasando por posiciones intermedias representadas por
Pannekoek y Mattick. Examinado más detenidamente, sin embargo, las posiciones
tienen más en común de lo que parece. En el caso de Grossmann, sin bien el
capitalismo no puede superarse sin la existencia del derrumbe económico y en
este sentido puede ser caracterizado como un “economicista”, la acción política revolucionaria de la clase obrera
que lleva a cabo tal superación surge únicamente en reacción frente al derrumbe
efectivo o inminente del sistema. Por tanto, como en el enfoque “voluntarista”, en la argumentación de
Grossmann la acción política revolucionaria de la clase obrera surge simplemente
como afirmación de la libre voluntad humana contra el movimiento del capital.
Más aún, incluso en el caso de la acción política sindical, que es la que se
presenta explícitamente como el factor subjetivo del derrumbe del capitalismo,
se trata de una acción política igualmente exterior al desarrollo económico en
la medida en que su fuerza para imponer la masa de plusvalor que determina el
momento del derrumbe no surge de la propia dinámica de la acumulación de
capital sino de la mera lucha de clases. En este sentido, la concepción de
Korsch respecto del vínculo entre desarrollo económico y acción política es
exactamente la misma. En su argumentación también la acción política
revolucionaria surge por fuera del desarrollo de la acumulación de capital y como
reacción frente a éste, más no sea por la situación económica de crisis que
alimenta el mito del derrumbe. Y esta misma desconexión es más evidente en las
posiciones de Pannekoek y Mattick en la medida en que éstas no se apartan en lo
esencial de las posiciones marxistas más tradicionales. En suma, todos estos
enfoques pueden ser interpretados igualmente como “voluntaristas”, en el
sentido de que la acción revolucionaria brota desde fuera del desarrollo
económico, o bien como “economicistas”, en el sentido de que lo que determina
el destino del capitalismo no es la acción política revolucionaria de la clase
obrera sino el desarrollo económico. En consecuencia, detrás de la aparente
contraposición entre “economicismo” y “voluntarismo” lo que subyace es la misma
concepción respecto del vínculo entre desarrollo económico y acción política
que está presente desde el inicio del debate: por un lado, está el desarrollo
económico y por otro lado la acción política revolucionaria de la clase obrera
que se opone a él.
3. El método dialéctico y el vínculo
entre desarrollo económico y acción política revolucionaria.
En el curso
de nuestro análisis de la llamada controversia sobre el derrumbe del
capitalismo hemos visto que, a pesar de las mutuas acusaciones esgrimidas por
los contendientes, de la posición que adopte frente al “derrumbe” no surge ni
la disposición a una acción política revolucionaria o reformista, ni la
adopción de una concepción economicista o voluntarista de curso de la vida
social. Como se ha procurado mostrar en cada instancia del debate, lo que
habilita estas desconexiones es que se concibe al vínculo entre el desarrollo
económico y la acción política como un vínculo externo. Esta concepción, en
efecto, subyace a todas las posiciones porque, como se puede apreciar ahora,
todas comparten el mismo argumento básico: la acción política que supera el capitalismo
–sea reformista o revolucionaria– surge en reacción a una situación económica
crítica, sea ésta la “miseria”, la “crisis”, la “explotación” o la “distribución
de la riqueza”. Aquí, la situación económica concreta se presenta siempre
como el producto del proceso de acumulación de capital concebido como un
fenómeno exclusivamente económico y que se desarrolla por sí mismo, esto es,
abstraído de toda mediación política. A su vez, y como contraparte, la acción
política de la clase obrera que supera el capitalismo forzosamente se presenta
como un fenómeno ajeno a la acumulación de capital y cuya razón de existir
resulta de este modo indefinida. En pocas palabras, desarrollo económico y
acción política se presentan en un vínculo externo porque en todos los casos se
los concibe desde el inicio como fenómenos autoconstituidos de manera previa a
su relación. Realizado sobre la base de esta concepción común no debería llamar
la atención que el debate no haya producido resultados concluyentes y más bien
simplemente se haya diluido. Ante todo, si se parte de extirpar a un fenómeno
de la unidad que lo constituye como tal inevitablemente se convierte lo
convierte en una abstracción. Pero, además, no hay modo de restituir la unidad
en cuestión una vez que se ha pretendido desarrollar por sí mismo lo que se ha
extirpado de ella. Por eso, los intentos teóricos de responderse por la
superación del capitalismo partiendo de romper la unidad que constituye el
capitalismo mismo como modo de producción de la vida humana estaban condenados
al fracaso desde el inicio. Esta forma de proceder, sin embargo, es
completamente ajena al método de Marx, que precisamente se caracteriza por asir
la unidad en la diferencia.
La
conclusión de que las limitaciones de la controversia sobre el derrumbe surgen
de las insuficiencias metodológicas que están implícitas en las concepciones en
disputa fue advertida por Marramao a fines de la década de 1970. 73 Este autor consideraba que, si se
concebía a la crítica marxiana de la economía política tanto una crítica de las
formas objetivas de la relación social como de las “formas de conciencia
cosificadas”, el propio método dialéctico de “exposición” desarrollado por Marx
debía conducir necesariamente a una explicación “científica de la conciencia de
clase” y de la superación del capitalismo.
74 De este modo, concluía Marramao, “el proceso de la génesis del
Klassenbewusstein [conciencia de clase] se explica por lo tanto a partir del
proceso de producción reproducción, desde el interior de la objetividad de las
relaciones sociales, [en vez de ser] presupuesto como resultado de una
autonomía irreductible”. 75
Desafortunadamente, este autor no realizó nunca este programa de investigación.
Sin embargo, desde entonces –como de hecho ya lo advertía el mismo Marramao– en
los debates marxistas comenzó a ponerse de manifiesto la relevancia del método
dialéctico para la comprensión de la crítica marxiana de la economía política.
73 Giacomo
Marramo, “Teoría de la crisis y el problema del estado. Al margen de la
Konstitutionsproblematik”, en Marramo, G., Lo político … op. cit. [1975],
118–53.
74 Ibid.,
140–41.
75 Ibid.,
183.
El primer
paso en este sentido lo dio un grupo de marxistas alemanes ulteriormente
reconocidos bajo la rúbrica de la “Nueva
Lectura de Marx”. 76 En
contraposición a las investigaciones tradicionales sobre el método dialéctico,
en general vinculadas a la comprensión de las “grandes leyes” de la existencia
de la realidad material, 77 este
grupo de autores se especializó en la investigación del papel del método
dialéctico en la crítica marxiana de la economía política. Estas
investigaciones, sin embargo, tuvieron dos limitaciones. En primer lugar, aún
las más ambiciosas no pasaron de los primeros capítulos de El Capital y, en
segundo lugar, hasta pasados varios años quedaron prácticamente encapsuladas en
Alemania sin alcanzar nunca una difusión significativa.78 El proyecto de vincular el método dialéctico con la crítica
marxiana de la economía política recién cobró nuevo ímpetu, mayor concreción, y
un verdadero alcance internacional, con los trabajos de lo que actualmente se
conoce como la “Nueva dialéctica”. 79 De manera general, se puede decir que
estas nuevas investigaciones encontraron que la estructura argumental de El
Capital está organizada bajo una forma que encuentra inspiración formal en el
despliegue de categorías presentado en la Lógica de Hegel. Así, la exposición
de Marx es vista como el desarrollo del capital desde sus formas más simples
hasta sus más complejas, en un movimiento que se caracteriza, parafraseando a
Marx, como la “reproducción” de la vida interna de dicho objeto mediante el
pensamiento. A su vez, en la medida en que el pasaje o la transición de una
forma del capital a otra se la concibe como brotando del desarrollo de las
contradicciones inmanentes de cada forma en cuestión, los vínculos entre las
mismas son concebidos como inmanentes y necesarios, en abierta contraposición a
la exterioridad propia del uso de la lógica formal. De esta manera, el método
dialéctico cierra las puertas a cualquier tipo de conexión exterior entre los
fenómenos bajo estudio. En concreto, esto significa que, si se es consecuente
con este método, ya no cabe buscar solucionar el problema de la superación del
capitalismo desarrollando por un lado la dinámica abstracta de la acumulación
de capital y por otro lado la acción política o la conciencia revolucionaria de
la clase obrera. En pocas palabras, es necesario hacer surgir a la acción
revolucionaria de la clase obrera como una mediación necesaria de la
realización de la propia dinámica de la acumulación de capital.
76 Para una presentación sintética de la génesis y
evolución de esta corriente véase Riccardo Bellofiore y Tommaso Redolfi Riva,
“The Neue Marx-Lektüre. Putting the critique of political
economy back into the critique of society”, Radical Philosophy, no 189, 2015,
24–36. Las obras
fundantes de esta corriente son: Hans Georg Backhaus, “La dialéctica de la
forma de valor”, Dialéctica, no 4, 1978 [1969], 9–34; Helmut Reichelt, Sobre a
estrutura lógica do conceito de capital em Karl Marx, Campinas, Editora
Unicamp, 2013 [1970]; Alfred Schmidt, Historia y Estructura. Crítica del
estructuralismo marxista, Madrid, Alberto Corazón Editor 1973 [1971].
77 Entre las obras de referencia principales se destacan:
Friedrich Engels, Dialéctica de la naturaleza, Barcelona, Crítica. Grupo
Editorial Grijalbo, 1979 [1883]; Georgi Plejanov, “La concepción monista de la
historia”, en Obras escogidas, Tomo I, Buenos Aires, Quetzal, 1964 [1895],
7–276; Vladimir Ilich Lenin, “Cuadernos filosóficos”, en Lenin, V. I., Obras
completas. Tomo XLII, Madrid, Progreso, 1974 [1916].
78 Para una evaluación crítica de los límites de este
enfoque para dar cuenta de los fundamentos de la subjetividad revolucionaria de
la clase obrera véase Guido Starosta, “Fetichismo y revolución en la teoría
Marxiana contemporánea: una evaluación crítica de la Neue Marx-Lektüre y el
Marxismo Abierto en clave metodológica”, Ponencia presentada en el Simposio
Sujeto Capital - Sujeto Revolucionario. Epistemología y análisis crítico de
Sistema Capitalista y sus contradicciones, Universidad Autónoma Metropolitana,
2015.
79 Véase una presentación sintética de esta corriente en
Jim Kincaid, “The New Dialectic”, en Bidet, J. y Kouvelakis. S. (eds.),
Critical Companion to Contemporary Marxism, Leiden, Brill, 2009, 385–412. Las
obras principales de esta corriente son: Tony Smith, The Logic of Marx’s
Capital. Replies to hegelian criticisms, Albany, SUNY press,
1990; Fred Moseley (ed.), Marx’s method in Capital: a reexamination, Atlantic
Highlands, Humanities Press, 1993; Fred Moseley y Martha Campbell (eds.), New
investigations of Marx’s method, Atlantic Highlands, Humanities press, 1997;
Christopher Arthur, The new dialectic and Marx’s Capital, Leiden, Brill, 2002;
Robert Albritton y John Simoulidis (eds.), New Dialectics and Political
Economy, Basingstoke, Palgrave Macmillan, 2003; Fred Moseley y Tony Smith
(eds.), Marx’s Capital and Hegel’s Logic. A reexamination, Leiden, Brill, 2014. En castellano, véase
Mario Robles Baez (ed.), Dialéctica y Capital. Elementos para una
reconstrucción de la crítica de la economía política, México, Universidad
Autónoma Metropoplitana, 2005.
El desafío
de vincular la acción revolucionaria de la clase obrera con el desarrollo de la
acumulación de capital, sin embargo, no encontró lugar en esta corriente dentro
de la teoría marxista. En cambio, recientemente ha aparecido en la literatura
especializada un enfoque que, también sobre la base de realizar una lectura
metodológicamente fundada de la crítica marxiana de la economía política, se ha
preocupado especialmente por dilucidar esta cuestión. Este enfoque ha sido
desarrollado originalmente por Iñigo Carrera80 y reelaborado ulteriormente en un contexto más amplio de debates
por Starosta. 81 El alcance limitado
del presente trabajo impide realizar aquí una presentación detallada de los
argumentos presentados por estos autores, así como una discusión más
comprehensiva de los textos de Marx en donde se presentan las determinaciones
que hacen a la referida unidad entre acumulación de capital y acción política
revolucionaria. No obstante, en lo que sigue repongo algunos puntos fundamentales
de esta lectura de la crítica marxiana que permiten ofrecer una alternativa a
las posiciones presentes en el debate sobre el ‘derrumbe’ del capitalismo.
Ante todo,
esta lectura pone a la determinación de la conciencia por el ser social en el punto
de partida de la crítica marxiana de la economía política. De este modo, se
reconoce al desarrollo de la forma de valor con que inicia esta crítica como el
develamiento de la forma enajenada en que los individuos organizan su proceso
de vida social como “personificaciones” de las mercancías. En palabras de Marx,
que en esta forma de sociedad los individuos están sujetos a “un movimiento de
cosas bajo cuyo control se encuentran, en lugar de controlarlas” y que con su
“acción”, sólo pueden “confirmar” “las leyes de la
80 Juan Iñigo Carrera, El capital: razón histórica, sujeto
revolucionario y conciencia, Buenos Aires, Imago Mundi, 2013 [2003], capítulo 1; Juan Iñigo Carrera, “Crisis de sobreproducción general y crisis
absoluta del modo de producción capitalista”, Razón y Revolución, no 18, 2008,
95–110; Juan
Iñigo Carrera, “The Historical Determination of the Capitalist Mode of
Production and of the Working Class as the Revolutionary Subject”, Critique:
Journal of Socialist Theory, vol. 42, no 4, 2014, 555–72.
81 Guido Starosta, “El sistema
de maquinaria y las determinaciones de la subjetividad revolucionaria en los
Grundrisse y El Capital”, en Caligaris G. y Fitzsimons A. (ed.), Relaciones
económicas y políticas: aportes para el estudio de su unidad con base en la
obra de Karl Marx, Buenos Aires, Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad
de Buenos Aires, 2012, 92–136; Guido Starosta, Marx’s Capital, Method and Revolutionary
Subjectivity, Leiden, Brill, 2015; Starosta, Fetichismo y revolución … op. Cit
naturaleza
inherente a las mercancías”.82 En
suma, tal como lo sintetiza Iñigo Carrera, que “la conciencia y voluntad libres
del productor de mercancías” no es otra cosa que “la forma en que se realiza la
enajenación de su conciencia y voluntad como atributos de la mercancía”.83 Desde el punto de vista del método
que fundamenta la crítica marxiana de la economía política, este reconocimiento
del vínculo existente entre la mercancía en tanto relación social general y la
conciencia deja dos conclusiones centrales para la investigación sobre la
unidad entre el desarrollo económico y la acción política de la clase obrera. En primer lugar, que desde este momento
de la exposición dialéctica en adelante no puede surgir acción política alguna
que no sea el vehículo de la realización de la relación económica. En segundo lugar, y en consecuencia, que
la necesidad de la acción revolucionaria de la clase obrera sólo puede surgir
del desarrollo de esta relación económica en sus más formas concretas de
existencia.
Desde un
punto de vista “materialista, y por consiguiente científico”, el único lugar de
donde puede surgir una transformación en la conciencia de una clase de
individuos o, como lo pone Marx, en “sus representaciones intelectuales”, es de
una transformación en “el proceso de producción inmediato de su existencia”. 84 En consecuencia, de acuerdo a este
enfoque, para explicarse la necesidad del desarrollo de una conciencia y por lo
tanto de una acción revolucionaria, hay que avanzar en el despliegue de la
relación mercantil hasta su forma de existencia como vehículo del desarrollo de
las fuerzas productivas. Marx presenta al capital como esta forma concreta de
la relación social general en el examen de las formas de producción de
plusvalor relativo. En particular en su forma más potente, que es el “sistema
de la maquinaria”, encontramos allí que las transformaciones en la subjetividad
de la clase obrera pasan, de una parte, por la degradación del obrero a la
condición de “apéndice viviente” de la maquinaria y, de otra parte, a su transformación
en “población superflua […] para la autovalorización del capital”.85 Al mismo tiempo, sin embargo, esta
misma transformación en el proceso de trabajo que mutila la subjetividad
productiva de la clase obrera lleva consigo la producción de un “individuo
totalmente desarrollado, para el cual las diversas funciones sociales son modos
alternativos de ponerse en actividad”.86
Ahora bien, esta producción de un “individuo plenamente desarrollado” choca con
la producción de un individuo que no puede controlar las potencias sociales de
su propia actividad por estar enajenado en el capital. Esta contradicción
inmanente a la producción capitalista está desarrollada más plenamente por Marx
en sus borradores. Allí, como lo discute in extenso Starosta, 87 se presenta a la producción de este
“individuos plenamente desarrollado” directamente como la forma esencial en que
“el capital trabaja
82 Karl Marx, El capital.
Crítica de la economía política. Tomo I/Vol. 1, México: Siglo XXI, 1999 [1867], 91;
105-106.
83 Juan Iñigo Carrera, Conocer el capital hoy. Usar
críticamente El Capital. Volumen I: La mercancía, o la conciencia libre como
forma de la conciencia enajenada, Buenos Aires, Imago Mundi, 2007, 59.
Iñigo Carrera, J.
(2007a). Conocer el capital hoy. Usar críticamente El Capital. Buenos
Aires: Imago Mundi. Capítulos 2 y 3.
84 Karl Marx, El capital … op. cit. Vol. 2, 453 n.
85 Ibid., 515–24.
86 Ibid., 594.
87 Starosta, “El sistema … op. cit.
[…] en favor
de su propia disolución”. 88 Así, en
contraposición a visión marxista tradicional según la cual la tendencia general
del capital es a degradar la subjetividad productiva de la clase obrera,89 aquí se presenta como eje a la
tendencia a desarrollar al obrero con la capacidad para controlar de manera
plenamente consciente su proceso de trabajo y, en consecuencia, su
participación en la organización del proceso de vida social. Por lo tanto, lo
que en un caso lleva a presentar un vínculo exterior entre el desarrollo
económico y la subjetividad revolucionaria, en el otro lleva a presentar un
vínculo inmanente entre los mismos.
El último
punto esencial en el descubrimiento de la acción revolucionaria de la clase
obrera como un momento del desarrollo del capital –en rigor, ya implícito en el
punto anterior– es el reconocimiento de la contradicción absoluta que existe
entre el carácter privado del trabajo que fundamenta la forma de valor y la
tendencia del capital a socializar el trabajo. Aunque el examen del proceso de
producción de plusvalor relativo y de la concentración y centralización del
capital ya ponen en evidencia esta contradicción, Marx recién la presenta
explícitamente en el célebre apartado sobre la “tendencia histórica de la
acumulación capitalista”. Allí, esta contradicción se presenta en dos pasos. En primer lugar, como una contradicción
entre la producción fundada en “la propiedad privada del trabajador sobre sus
medios de producción” y la producción capitalista donde los medios de
producción están “socialmente concentrados”. Y, en segundo lugar, como una contradicción propia del modo de producción
capitalista, donde la “socialización […] del trabajo” ya no pasa por
expropiación del “trabajador que labora por su propia cuenta”, sino por la
“centralización de los capitales”. Luego, en cuanto esta socialización choca
por definición contra el propio carácter privado del trabajo, “la
centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo
alcanzan un punto en que son incompatibles con su corteza capitalista”. 90 Y en cuanto se trata de un
movimiento propio del capital no cabe aquí buscar al sujeto revolucionario en
otro lado que no sea en el desarrollo de este mismo movimiento. Por eso, y en
correspondencia con el descubrimiento del desarrollo de la subjetividad
productiva capaz de tomar en sus manos el control consciente de la producción
social, Marx presenta aquí al crecimiento de la “rebeldía de la clase obrera,
una clase […] que es disciplinada, unida y organizada por el mecanismo mismo
del proceso capitalista de producción”.
91 En suma, tal como lo presenta Iñigo Carrera, la socialización del
trabajo privado “es la contradicción que sintetiza las potencias históricas y
el límite del modo de producción capitalista”. 92 Luego, en este límite nos encontramos “al capital requiriendo,
como una necesidad que brota de su mera reproducción inmediata”, la abolición
misma del trabajo privado y, en consecuencia, “de ser personificado por una
conciencia y voluntad que se haya liberado de toda enajenación y, por lo tanto,
que se haya liberado de toda
88 Karl Marx, Elementos fundamentales para la crítica de
la economía política (Grundrisse) 1857-1858. Volumen 2, México, Siglo XXI, 1997
[1857-1858], 222.
89 Cfr. el trabajo clásico de Harry Braverman, Trabajo y
capital monopolista. La degradación del trabajo en el siglo XX, México, Nuestro
Tiempo, 1987 [1974].
90 Ibid., 952-953.
91 Ibid., 953.
92 Iñigo Carrera, El capital … op. cit., 37.
determinación
como personificación del capital”. La realización de este salto adelante en las
fuerzas productivas del trabajo social tiene que tomar forma, por consiguiente,
en “una revolución social en la que el sujeto material de ese desarrollo, o
sea, la clase obrera, no se limita ya a aniquilar a la burguesía transformando
al capital en una propiedad inmediatamente social, sino que aniquila al
capitalismo mismo”. 93
93 Ibid., 39-40
El
“derrumbe” del capitalismo, por consiguiente, resulta inevitable. Pero no por
el advenimiento de una crisis económica terminal de sobreproducción o de caída
de la tasa de ganancia, sino porque la propia acumulación de capital necesita
realizar un salto adelante en la socialización del trabajo privado que acaba
con el trabajo privado mismo y, en consecuencia, con la enajenación de la
capacidad para organizar el trabajo social en el capital. El punto esencial de
este enfoque es que la acción política revolucionaria de la clase obrera que
supera el capitalismo surge aquí como una necesidad del capital de producir
plusvalor relativo. Esto es, porque el capital necesita avanzar en la
centralización del capital para producir plusvalor es que necesita investir a
la clase obrera con la capacidad para organizar de manera plenamente consciente
el proceso entero de producción social y, por lo tanto, con la capacidad para
abolirlo como el sujeto enajenado de este mismo proceso. En otras palabras, el
proceso acabado de socialización del trabajo que emerge como una necesidad del
capital está portado en la acción política revolucionaria de la clase obrera.
Por tanto, a diferencia del enfoque marxista tradicional que, por presentar en
un vínculo exterior entre el desarrollo económico y la acción política
revolucionaria, forzosamente cae en el dilema de “economicismo” vs.
“voluntarismo”, este enfoque logra presentar una explicación consistente de la
superación del modo de producción capitalista como el producto tanto del
desarrollo del capital como de la acción política revolucionaria de la clase
obrera.
5. Conclusión
Lo primero
que salta a la vista en el análisis de las principales posiciones presentadas
en el llamado debate sobre el derrumbe del capitalismo es que de la concepción
que se adopte de la dinámica de la acumulación de capital no se desprende un
tipo particular de acción política. En efecto, hemos visto que autores de las
tendencias políticas más diversas caen indistintamente en ambos lados del
debate respecto de la posibilidad de la acumulación de capital para reproducirse
sobre su propia base. Como hemos advertido, esto sucede porque todos los
autores que participan del debate tienen la misma concepción del vínculo entre
el desarrollo económico y la acción política. Para todos, el desarrollo
económico transcurre por sí mismo generando situaciones económicas críticas a
las que se opone la acción política de la clase obrera. Así, tanto uno como el
otro se presentan como fenómenos autoconstituidos previamente a su relación y,
por tanto, vinculados exteriormente. Luego, es por entero indiferente que la
acción política de la clase obrera sea reformista o la revolucionaria, ya que
en cualquier caso no se deriva del desarrollo económico.
A su vez,
hemos visto que el curso final del debate donde, puesto en evidencia la
desconexión entre desarrollo económico y tipo de acción política, se termina
girando hacia una confrontación donde la cuestión se reduce al carácter “economicista” o “voluntarista” con que se busca dar cuenta del destino histórico del
capitalismo, tiene las mismas limitaciones. Como la relación entre desarrollo
económico y acción política sigue siendo una relación exterior, las posiciones
no pueden sino recaer permanentemente en ambos polos de dicho dilema sin poder
superarlo; esto es, nunca pueden desarrollar el papel de un polo en la
superación del capitalismo sin acabar negando al otro. En concreto, si se afirma que la acumulación de capital
lleva por sí misma al derrumbe del sistema entonces se cae en el
economicismo, y si a continuación se sostiene que la superación del capitalismo depende de la acción política de la clase
obrera por fuera del desarrollo económico entonces se cae en el voluntarismo. Lo que no se puede
hacer nunca bajo esta concepción es afirmar las dos cosas al mismo tiempo.
En
contraposición a esta forma de abordar la cuestión de la superación del
capitalismo, en la última parte de este trabajo hemos visto que una lectura
metodológicamente fundada de la crítica de la economía política permite superar
los principales dilemas presentados en el debate. Este abordaje contrapone, en
primer lugar, un método de conocimiento que “reproduce la vida interna del
objeto” a examinar donde la transición entre cada una de sus determinaciones
pasa por el desarrollo de las contradicciones inmanentes a cada forma en
cuestión y, en consecuencia, no deja lugar a ningún tipo de vínculo exterior
entre el desarrollo económico y la acción política. En segundo lugar, este
abordaje contrapone el reconocimiento de la acción de los individuos como la
portadora de la reproducción del capital. De este modo, se supera el dilema
entre “economicisimo” y “voluntarismo” en cuanto la afirmación de la que la
superación del capitalismo depende del desarrollo de la acumulación de capital
lleva consigo la afirmación de que el capitalismo se supera a través de la
acción revolucionaria de la clase obrera.
George
Lukács: Historia y conciencia de clases. 1967
Índice
Prefacio de Georg Lukács
pág. 7
¿Qué es el marxismo ortodoxo?
35
Rosa
Luxemburgo, marxista (Enero de
1921) 59
Conciencia de clase 76
La cosificación y la conciencia de clase del proletariado 110
I.
El fenómeno de la cosificación 110
II. Las antinomias del pensamiento burgués 136
III. El punto de vista del proletariado 174
El cambio de función del materialismo histórico 231
Legalidad e ilegalidad
260
Consideraciones críticas acerca de la crítica de la revolución rusa de
Rosa Luxemburgo 273
Consideraciones metodológicas acerca de la cuestión de la
organización
293
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El
pensamiento de Rosa Luxemburgo. M. Roca Monet
1. LA CUESTIÓN NACIONAL
2. EL REVISIONISMO TEÓRICO Y EL REFORMISMO POLÍTICO
4. PARTIDO Y SINDICATOS
5. EL IMPERIALISMO
6. LA TRAICIÓN SOCIALDEMÓCRATA
7. LA REVOLUCIÓN ALEMANA
8. LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA ALEMÁN
Anwar Shaikh
Anwar Shaikh: Valor, Acumulación y Crisis
Ensayos de economía política
Discusiones
sobre intercambio desigual
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ROLANDO ASTARITA VALOR, MERCADO MUNDIAL Y GLOBALIZACIÓN
Marx, Keynes y la fábula de la cisterna
C. Marx. Salario, precio y ganancia. (Resume las principales categorías
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Rosa
Luxemburgo. El folleto Junius: La crisis de la socialdemocracia alemana. 1915
Rosa
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Rosa Luxemburgo. Berlín, 18 de abril de 1899
Rosa
Luxemburgo. La Revolución Rusa
1913. La
acumulación del capital
Las contribuciones de Rosa Luxemburgo
al debate del imperialismo
Las contribuciones de Rosa Luxemburgo
al debate del imperialismo (10 de octubre de 2016)
Gabriela
Fernandes Feliciano Murua. Thiago Fernandes Franco
Índice
del contenido
Resumen
La
controversia sobre la interpretación del imperialismo como política o fase
histórica del capitalismo es un punto nodal en los debates “clásicos” y
“contemporáneos” sobre el imperialismo. En este punto, a lo largo de los más de
cien años que recorre esa historiografía, hay una línea predominante que
acercar a la comprensión del imperialismo de Rosa Luxemburgo como política
preferencial del capital y no como una fase específica del capitalismo. Este
artículo se propone, por lo tanto, presentar cómo aparece la noción de
imperialismo en la obra de Rosa Luxemburgo, con el objetivo de demostrar cómo
esta cuestión no está puesta de manera concluyente en sus textos, en los que
podemos identificar el concepto de imperialismo como una política necesaria
para la etapa histórica del capitalismo en principios del siglo XX. Se espera
que contribuya con algunas preguntas que parecen ocultas en la historiografía
mencionada.
Introducción
1. El
carácter capitalista de la Gran Guerra
2. El
imperialismo en La acumulación del capital y la Anticrítica: ¿política o fase?
3. El
imperialismo en el Borrador de las Tesis de Junio
4. Sobre la
posición ambigua de Luxemburgo en relación con el imperialismo y su legado a la
periferia del capitalismo: la “economía” y la “política”
Consideraciones
finales
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alemana. 1915
Escrito: 24 de julio de 1911.
Escrito: Agosto de 1911.
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Rosa
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ante la guerra)
Rosa Luxemburgo Cuestiones organizativas de la socialdemocracia rusa
[¿Leninismo o marxismo?] (1904)
V.I. Lenin. Tomo I
(1894- 1901)
Quiénes son los “amigos del pueblo” y cómo luchan contra los
socialdemócratas pág. 11
V.I. Lenin. Quiénes son los “amigos del pueblo” y cómo luchan contra los
socialdemócratas
Lenin.
Tomo
VI (1916-1917
Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista. Pág 28
Nota 43. Este artículo, fue escrito en respuesta al artículo de P.
Kievski. El proletariado y “el derecho de las naciones a la autodeterminación” en época del capital financiero.
Pág 20. Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista
Edición traducido por Pedro Scaron
para la Editorial Siglo XXI. (Argentina y España año 1975):
El Capital. Crítica de la Economía Política
El Capital. Crítica de la Economía Política
Ver la definición de sobreacumulación en el tercer
volumen de El Capital, Sección tercera: Ley
de la baja tendencial de la tasa de ganancia, Capítulo XV: Desarrollo de las
contradicciones internas de la ley (Marx, 1975).
Reproducción, crisis, organización y resistencia. (a cien años de La
acumulación de Rosa Luxemburgo)
Hugo M. Rodríguez Diciembre de 2015
Índice
1.- - Introducción
5
2.- Esquemas de reproducción ampliada del capital (acumulación
capitalista) 9
3.- Reproducción ampliada con composición orgánica del capital creciente
(Esquema 1) 11
3.1 Necesidad de expansión por
“fuera” del mundo capitalista 19
3.2 Una observación de Rosa
Luxemburgo en la Anticrítica 24
4.- Reproducción ampliada con composición orgánica del capital creciente.
Equilibrio logrado reduciendo la capitalización (Esquema 2) 25
5.- Reproducción ampliada con composición orgánica del capital creciente.
Equilibrio logrado incrementando la cuota de plusvalía (Esquema 3) 30
6.- Reproducción ampliada con composición orgánica creciente. Equilibrio
logrado por medio del intercambio con el “mundo exterior” (Esquema 4) 38
6.1 ¿Cómo se recupera el
equilibrio? 45
6.2 Evolución del proceso de
acumulación del capital 47
7.- Reproducción ampliada con composición orgánica del capital y cuota de
plusvalía crecientes. Equilibrio logrado por medio del intercambio
"desigual” con el “mundo exterior” (Esquema 5) 50
7.1 Cómo se genera y se
distribuye el excedente del intercambio desigual 54
7.2 Evolución del esquema de
acumulación con intercambio desigual 59
8.- Lectura integrada de los esquemas de acumulación 61
8.1 ¿Cómo funciona el proceso
de acumulación capitalista? 66
8.2 Tendencias generales
comunes y diferencias significativas entre los esquemas 71
9.- Tiempo de trabajo vivo necesario y trabajo objetivado (muerto).
Transición a un cambio en el criterio de valor de la producción 72
10.- Conclusiones sobre la
evolución de la acumulación capitalista en base a la lectura de los esquemas de
la reproducción 73
11.- La absorción de los excedentes. Una interpretación complementaria
(BaránSweezy) 76
12.- La acumulación a escala mundial y la renta imperialista (Samir
Amín) 83
Anexos
Anexo 1 Construcción del “primer”
año en el esquema de Marx 87
Anexo 2 Relación entre las composiciones orgánicas de los dos
sectores 92
Anexo 3 Condiciones de equilibrio en la reproducción ampliada cuando los
dos sectores tienen distinta composición orgánica del capital y, tanto ésta
como la cuota de plusvalía y el coeficiente de capitalización se mantienen
constantes 93
Anexo 4 Relaciones recíprocas entre los sectores I y II para que la
reproducción ampliada del capital se desarrolle equilibradamente 96
Anexo 5 Reproducción ampliada cuando los dos sectores tienen distinta
composición orgánica del capital, y cuando éstas y la cuota de plusvalía se
mantienen constantes 98
Anexo 6 Reproducción ampliada del capital cuando crece la composición
orgánica del capital 102
El origen
de las crisis en la dinámica interna del capitalismo
Resumen: En el
presente artículo analizamos la concepción marxiana de las crisis en el capitalismo,
que sostiene que éstas se derivan de manera necesaria del propio proceso de
producción capitalista. Asimismo, delimitamos esta concepción de la del
marxismo tradicional, oponiendo la interpretación de las crisis como
dispositivos de permanencia del sistema capitalista a la teoría del derrumbe,
que establece que las crisis abocan inexorablemente al capitalismo a su
hundimiento económico.
Índice del
contenido del artículo
Introducción
1. Las crisis del capitalismo y la teoría del derrumbe en la tradición
marxista
2. La concepción marxiana de las crisis como mecanismos de reproducción
del sistema capitalista
Conclusión
Referencias bibliográficas
El origen
de las crisis en la dinámica interna del capitalismo
César Ruiz Sanjuán
Resumen: En el
presente artículo analizamos la concepción marxiana de las crisis en el capitalismo,
que sostiene que éstas se derivan de manera necesaria del propio proceso de
producción capitalista. Asimismo, delimitamos esta concepción de la del
marxismo tradicional, oponiendo la interpretación de las crisis como
dispositivos de permanencia del sistema capitalista a la teoría del derrumbe,
que establece que las crisis abocan inexorablemente al capitalismo a su
hundimiento económico
LA CONCEPCIÓN MARXIANA DEL ORIGEN DE
LAS CRISIS EN LA DINÁMICA INTERNA DEL CAPITALISMO
César
Ruiz Sanjuán*
Resumen: En el
presente artículo analizamos la concepción marxiana de las crisis en el
capitalismo, que sostiene que éstas se derivan de manera necesaria del propio
proceso de producción capitalista. Asimismo, delimitamos esta concepción de la
del marxismo tradicional, oponiendo la interpretación de las crisis como
dispositivos de permanencia del sistema capitalista a la teoría del
derrumbe, que establece que las crisis abocan inexorablemente al
capitalismo a su hundimiento económico.
Introducción
1. Las crisis del capitalismo y la teoría del derrumbe en la tradición
marxista.
2. La concepción marxiana de las crisis como mecanismos de reproducción
del sistema capitalista.
Conclusión
Referencias bibliográficas
Caracterización teórica de la
economía mundial actual: imperialismo, destrucción de fuerzas productivas y
límites históricos del capitalismo.
Xabier Arrizabalo Montoro
Índice
1. Fuerzas
productivas y relaciones de producción: dos categorías teóricas sociales e indesligables
2.
Imperialismo y límites históricos del capitalismo frente a las teorías de los
“ciclos largos”.
3.
Posibilidad teórica y necesidad histórica de la destrucción de fuerzas
productivas
4. La
secuencia destructiva crisis→ajuste→crisis, constatación de la inevitable huída
hacia delante del capitalismo
5.
Conclusiones
Bibliografía
El imperialismo, los límites del capitalismo
y la crisis actual como encrucijada histórica.
Xabier
Arrizabalo Montoro
Resumen:
En la ponencia
se aborda la
caracterización de la
grave situación actual de crisis
mundial, encuadrándola en el marco del estadio imperialista del capitalismo. Para
ello, se abordan
sucesivamente tres grandes
cuestiones. En primer lugar, el debate teórico acerca
de las crisis capitalistas, desde el método marxista. En segundo
lugar, el contenido
e implicaciones de
dicho estadio histórico del
imperialismo. Y en tercer lugar, a
partir de la fundamentación teórica e histórica previa, el significado profundo
de la crisis actual. Se concluye con un apartado de
cierre en el
que se enuncian
prospectivamente distintas hipótesis alternativas
Índice
1. Las
crisis en el
capitalismo: ¿desajustes cíclicos
de mercado o
crecientes problemas de rentabilidad?
1.1. La economía capitalista, una economía desordenada:
la inevitabilidad de las crisis
1.2. Crisis
de realización y
crisis de producción:
¿desequilibrios de mercado
o insuficiente plusvalía?
1.3. Descenso tendencial de la rentabilidad y
factores contrarrestantes: contradicciones cada vez mayores
2.
El desarrollo histórico del capitalismo y sus límites: el imperialismo
2.1.
Rasgos del desarrollo capitalista: centralización, internacionalización
y desarrollo desigual
2.2.
Imperialismo: una nueva configuración del capital, un nuevo terreno de
juego y un nuevo vínculo entre relaciones de producción y fuerzas productivas
2.3.
El siglo XX y la secuencia reciente de crisis→ajuste→crisis
3.
La crisis actual como encrucijada histórica
3.1.
Estallido y desarrollo de la crisis: ¿sólo aspectos inmobiliarios y
financieros?
3.2.
El trasfondo real de la crisis
3.3.
La respuesta del capital: ¿relanzamiento o rescates+recortes? El papel
de la UE como negación de Europa
4.
Conclusiones y perspectivas: ¿hay solución a los problemas?
Bibliografía
El imperialismo, los límites del
capitalismo y la crisis actual como encrucijada histórica.
Xabier
Arrizabalo Montoro
Resumen:
En la ponencia
se aborda la
caracterización de la
grave situación actual de crisis
mundial, encuadrándola en el marco del estadio imperialista del
capitalismo. Para ello,
se abordan sucesivamente
tres grandes cuestiones.
En primer lugar, el debate teórico acerca de las crisis capitalistas,
desde el método marxista. En segundo
lugar, el contenido
e implicaciones de
dicho estadio histórico del
imperialismo. Y en tercer lugar, a partir de la fundamentación teórica e
histórica previa, el significado profundo de la crisis actual. Se concluye con
un apartado de cierre
en el que
se enuncian prospectivamente distintas
hipótesis alternativas
1. Las
crisis en el
capitalismo: ¿desajustes cíclicos
de mercado o crecientes problemas
de rentabilidad?
1.1. La economía capitalista, una economía
desordenada: la inevitabilidad de las crisis
1.2. Crisis de
realización y crisis
de producción: ¿desequilibrios de mercado
o insuficiente plusvalía?
1.3. Descenso tendencial de la rentabilidad y
factores contrarrestantes: contradicciones cada vez mayores
2. El desarrollo histórico del capitalismo y sus
límites: el imperialismo
2.1. Rasgos del desarrollo capitalista:
centralización, internacionalización y desarrollo desigual
2.2. Imperialismo: una nueva configuración del
capital, un nuevo terreno de juego y un nuevo vínculo entre relaciones de
producción y fuerzas productivas
2.3. El siglo XX y la secuencia reciente de
crisis→ajuste→crisis
3. La crisis actual como encrucijada histórica
3.1. Estallido y desarrollo de la crisis: ¿sólo
aspectos inmobiliarios y financieros?
3.2. El trasfondo real de la crisis
3.3. La respuesta del capital: ¿relanzamiento o
rescates+recortes? El papel de la UE como negación de Europa
4. Conclusiones y perspectivas: ¿hay solución a
los problemas?
Bibliografía
La pronta recepción de la teoría del
imperialismo de Rosa Luxemburg.
Resumen:
Este
artículo trata sobre la recepción de La acumulación de capital: Una
contribución a la explicación económica del imperialismo de Rosa Luxemburg en
la Segunda Internacional antes del inicio de la Primera Guerra
Mundial. Nuestro análisis muestra que, si la condena de la acumulación de
capital por la derecha y el centro políticos fue casi unánime, su aceptación
por parte de la izquierda estuvo lejos de ser universal. De hecho, tanto
Lenin como Pannekoek rechazaron la teoría de Luxemburgo, adoptando en cambio el
análisis económico de un importante portavoz del centro, el austro-marxista
Rudolf Hilferding. Nuestro trabajo concluye analizando las razones de esas
diferencias teóricas.
Índice
La Segunda
Internacional y la teoría de imperialismo
El debate
sobre el imperialismo en el SPD alemán
Marx teoría
de la acumulación
Rosa
Luxemburgo sobre la teoría del imperialismo
Críticas de
la derecha
Una visión
centrista: Gustav Eckstein
La
perspectiva centrista desarrollada: Otto Bauer
La recepción
a la izquierda: Anton Pannekoek 'análisis de s
Lenin su
polémica con los populistas rusos y su crítica de Rosa Luxemburgo 's libro
Conclusión
Notas
finales
Referencias
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Teoría y
política de Otto Bauer sobre el imperialismo y las crisis (1904-1914)
Teoría y política de Otto Bauer sobre
el imperialismo y las crisis (1904-1914)
Manuel
Quiroga* Darío Scattolini**
Resumen
Introducción
Primera
Parte: Teoría de las crisis
Segunda
parte: Teoría del imperialismo.
· El principio de las nacionalidades en
la Social Democracia austríaca
· El desarrollo del principio no
territorial de las nacionalidades
· El expansionismo capitalista
· El capital financiero
· La recepción de La acumulación de
capital: una teoría Tercera parte: Bauer frente a la política austríaca
Tercera
parte: Bauer frente a la política austríaca
· La situación de Austria en el reparto
del mundo
· La anexión de Bosnia y Herzegovina
· Las perspectivas de una guerra
europea
· Conclusiones sobre los planteos de
Bauer en torno a la política de Austria
Conclusión
Bibliografía
y documentos
El
Imperialismo, fase superior del capitalismo de Lenin
(esbozo
popular) V. I. Lenin
El imperialismo, fase superior del
capitalismo
Imperialismo
en Lenin, análisis crítico
Rolando
Astarita. La esencia de mis diferencias con Iñigo Carrera sobre renta
En notas
anteriores (aquí, aquí y aquí) expliqué mis diferencias con la
teoría de renta de la tierra que ha propuesto el profesor Juan Iñigo Carrera
(quien a su vez dice inspirarse en Marx). La posición del profesor Iñigo
Carrera goza de amplio respaldo por parte de los marxistas en Argentina y a
nivel internacional.
El motivo de
esta entrada es que en el número 2 de la revista Propuesta Marxista Ezequiel
Hernández publica una nota, “Renta, discusión y sustancia”, en la que analiza
el debate y cita un pasaje que es clave para comprender el fundamento último de
mis diferencias con la interpretación imperante entre los marxistas. Dice el
profesor Iñigo Carrera:
“El valor de
una mercancía es la cantidad de trabajo abstracto socialmente necesario que se
gastó de manera privada e independiente para
producirla” (“Renta agraria, ganancia
del capital y tipo de cambio: respuesta a Rolando Astarita”, http://www.ips.org.ar/wpContent/uploads/2011/04/Juan_Inigo_
Carrera_Respuesta_a_Astarita_sobre_renta.pdf; citado por Ezequiel Hernández en https://revistapropuestamarxista.wordpress.com/; énfasis agregados).
https://rolandoastarita.blog/2016/05/24/la-esencia-de-mis-diferencias-con-inigo-carrera-sobre-renta/
Iñigo
Carrera, J. (2009b). Renta agraria, ganancia del capital y tipo de cambio:
respuesta a Rolando Astarita. Publicado por el Instituto del Pensamiento
Socialista Karl Marx, Buenos Aires.
Crisis de
superproducción general y crisis absoluta del modo de producción capitalista*
Juan Iñigo Carrera
Debate
entre Eduardo Sartelli, Juan Iñigo Carrera y Rolando Astarita
Iñigo
Carrera, J. (2006b). La superproducción general en la acumulación actual y la
cuestión de la acción de la clase obrera como sujeto revolucionario. Razón y
Revolución, (15), 193-208.
Rosa
Luxemburgo y la cuestión nacional (primera parte)
Rosa Luxemburgo La cuestión nacional (1909) (segunda parte)
Georges Haupt Los marxistas frente a la cuestión nacional: La historia
del problema. Rosa Luxemburgo La cuestión nacional (tercera parte)
Rosa Luxemburgo En defensa de la nacionalidad (1900). Lenin El orgullo
nacional de los rusos 1914. Rosa Luxemburgo La cuestión nacional (cuarta
parte)
Rosa Luxemburgo: La memoria del "Proletariado" 1903. Rosa
Luxemburgo La cuestión nacional (quinta parte)
Rosa
Luxemburgo: La acrobacia programática de los socialpatriotas (1902). Rosa
Luxemburgo: La cuestión nacional (sexta parte)
Carlos
Marx, Federico Engels y Rosa Luxemburgo LOS NACIONALISMOS CONTRA EL
PROLETARIADO
[Libro]
Raya Dunayevskaya Rosa Luxemburgo La liberación femenina y la filosofía
marxista de la Revolución
Federico
Engels. Del socialismo utópico al socialismo científico.
Rosa
Luxemburgo: Sufragio femenino y lucha de clases (1912), La mujer proletaria
(1914). Cuestión de táctica [Sobre Bélgica] 4 de abril 1902.
V. I.
Lenin. El imperialismo y la escisión del socialismo. 1916
Vladimir
Ilich Lenin. La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo. 1920
Nota (7) Espartaquistas : miembros
de la "Liga Espartaco", que fue fundada en enero de 1916 durante la
Primera Guerra Mundial bajo la dirección de C. Liebknecht, R. Luxemburgo, F.
Mehring, C. Zetkin, etc. Los espartaquistas realizaron propaganda
revolucionaria entre las masas contra la guerra imperialista, desenmascararon
la política de conquistas del imperialismo alemán y la traición de los líderes
de la socialdemocracia. Pero, los espartaquistas, izquierdistas alemanes no se
desembarazaron de errores de semimencheviques en cuestiones teóricas y
políticas de la mayor importancia. La crítica de los errores de los
izquierdistas alemanes fue hecha por Lenin en sus trabajos Sobre el folleto de Junius, Sobre una
caricatura de marxismo y sobre el " economismo imperialista ",
y otros, y por Stalin en su obra Sobre algunas cuestiones de la historia del bolchevismo (Carta
a la Redacción de la revista "Proletárskaia Revolutsia ").
En abril de 1917 los espartaquistas se adhirieron al Partido Socialdemócrata
Independiente de Alemania, centrista, conservando dentro
Lenin.
Tomo
VI (1916-1917
Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista. Pág 28
Nota 43. Este artículo, fue escrito en respuesta al artículo de P.
Kievski. El proletariado y “el derecho de las naciones a la autodeterminación” en época del capital financiero.
Pág 20. Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista
Herman
Gorter. Carta abierta al camarada Lenin (1920). [Respuesta al folleto de Lenin
"El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo"]
Franz
Pfempfert. La Enfermedad Infantil de Lenin. . .y la Tercera Internacional