jueves, 11 de julio de 2013

OBJETIVO DE LAS ÉLITES: DESACREDITAR LAS VIEJAS AUTORIDADES, COMIENZO DE UNA NUEVA TRANSICIÓN ENGAÑIFA







 

“Cuando queremos modificar la actitud o incidir en algún comportamiento, después de examinar las fuentes de las creencias establecidas, se debe, o bien desacreditar las viejas autoridades, o bien crear nuevas autoridades articulando una corriente de opinión contra la vieja creencia o a favor de la nueva”


Cuando vemos que el capitalismo global, mediante sus medios de comunicación, ataca directamente al sistema bipartidista (sobre todo al PP) o ataca a la monarquía, bombardeando a la población con casos y más casos de corrupción; esto indica que nos encontramos, muy posiblemente, en la fase de desacreditación de lo viejo. Obsérvese, por cierto, que se saca la corrupción pero no se cuestionan las políticas, eufemísticamente llamadas, de austeridad, que en la práctica son de auténtica eugenesia.

¿Qué va a ser lo nuevo? ¿Qué es lo único que no se desacredita?

La respuesta es fácil, el sistema capitalista. Milton Friedman llevaba décadas anunciando que lo que quieren es un Estado o gobierno mínimo, mera oficina donde el capitalismo global campe a sus anchas en busca de mayores ganancias y dominio, sobre todo dominio. Total control de los lobbys FMI, Banco Mundial o Banco Central Europeo (sí, digo bien, lobbys) sobre la economía mundial, en un sistema falso de libre mercado que muchos creerán verdadero, aunque tal cosa no pueda darse en la práctica sin llegar a los grandes monopolios y desigualdades que sufrimos hoy día.

En España muy probablemente Esperanza Aguirre, liberal hasta la médula, y dentro de la derecha del PP, la que más a la derecha está, cumpla con este objetivo de las élites de cambiar las estructuras del sistema, los medios la adoran, y por tanto, el pueblo la adora. Qué “casualidad” que ni Aguirre ni Aznar aparecen en las cuentas del PP. Aguirre, por cierto, es invitada habitual del club Bilderberg. Aguirre, la del Tamayazo,  que más ha hecho por privatizar la sanidad y educación públicas.

Toda esta corrupción siempre ha existido, es inherente al sistema capitalista, cuando los medios lo sacan todo de golpe es porque buscan unos objetivos. Recuerda a cuando los grandes periódicos hicieron un pacto para echar del poder a Felipe González y sacaron a la luz toda la corrupción del PSOE. La diferencia es que esto es mucho más gordo, es un ataque total a las instituciones o autoridades, pero no al sistema capitalista.

Al fin y al cabo, esto mismo se está haciendo en Egipto, aunque con grandes dificultades, porque el pueblo egipcio está muy cabreado, y cuando ven que el nuevo títere no cumple las promesas salen de nuevo a la calle. Forma parte del proceso de recolonización de EEUU en Oriente Medio.

Sea cuales sean los objetivos, nada nuevo y nada bueno nos aguarda cuando los que están detrás del cortinón son los dueños de los grandes capitales, es decir, los grandes explotadores del género humano.

Son décadas de bombardeo de propaganda ideológica, seguramente nos venderán las formulitas fáciles salidas del Tea Party: eso de que todo se soluciona con un mero cambio en la ley electoral, las nuevas tecnologías pueden garantizar la democracia y las libertades, las Listas Abiertas (tan fácilmente manipulables), y todo el pensamiento mágico que te puedas imaginar en la supuesta era tecnocrática del fin de las ideologías. Pero nada, repito, nada, que ataque los privilegios de dominio de los poderes fácticos, que obviamente son los grandes bancos y los grandes capitales que poseen los medios de producción, recursos energéticos, etc; y que no es precisamente el don nadie de Mariano Rajoy. Nada nuevo bajo el sol, José Antonio Primo de Rivera ya lanzaba esa propaganda que trataba de desideologizar las políticas antisociales disfrazándolas de “ciencia”

Gente como George Soros, el mayor y más astuto especulador del mundo, se han dedicado a fomentar todo tipo de pensamiento supersticioso, “juntémonos a hacer yoga para salvar el mundo”, el auge de las pseudociencias que han provocado un aumento de la mortalidad, sobre todo infantil, en EEUU e Inglaterra; las escuelas buenrollistas de pensamiento mágico tipo Waldorf, el pseudofeminismo de las Pussy Riot o Femen, la ambigüedad política de la  Asociación DRY, el Foro Social Mundial financiado por las fundaciones Carnegie y Ford, y un largo etc de comecocos a nivel local o mundial que fomentan el pensamiento infantil, totalmente involutivo, irracional, y por supuesto, ineficaz.

Quizás lo que más y más rápidamente puede emancipar y desalienar al trabajador es entender el concepto de “conciencia de clase”:

“Capacidad de los individuos que conforman una clase social de ser consciente de las relaciones sociales antagónicas -ya sea económicas, políticas, etc,- que se aduce siendo la condición original de la organización de una sociedad de clases y de actuar de acuerdo a ellas para beneficio de sus intereses.

Para esta corriente de pensamiento la explotación de la burguesía sobre el proletariado es un hecho y el poder entender esta situación como derivada de la lógica del antagonismo fundamental de clases es conciencia de clase. Su opuesto sería la alienación; la imposibilidad de ver la explotación capitalista en la propia vida cotidiana.”

La creación de la clase media sirvió para romper el antagonismo de clases, la consciencia de clases. El trabajador de clase media ilusamente se creyó que era un capitalista.

Ahora que era el momento de recuperar esa conciencia de clase, los ingenieros que crearon el 15M vendieron al pueblo un discurso “ciudadanista”, donde supuestamente un capitalista es lo mismo que un trabajador, puesto que ambos son ciudadanos. Esto supone una distorsión total de la realidad. Yo confío, que con el esfuerzo de todos, acabemos superando el engaño ideológico. La ideología más peligrosa es la que se asimila sin darnos cuenta.

Cierro el artículo con una cita de Julio Anguita:

“El toro debe ser bravo, es decir, el “toro tonto”. El toro bravo es el que enviste al capote, y el torero se lo pasa por aquí, por allá, hasta que lo cansa, lo aburre y lo mata. Cuando nos plantean desde los poderes económicos, “este es el culpable”, nos están toreando: manoletina, gaonera, chicuelina, naturales, derechazos, y entramos una y otra vez.”

Incluyo en el propio artículo el comentario que hizo en Facebook, Diego CG, que creo da en el clavo. Muy posiblemente estemos en los comienzos de una nueva transición engañifa.

Diego CG:

De hace unos meses. Las conspiraciones sólo existen si no se está atento.


Además, cualquiera que vea la articulación de textos como éste junto con la famosa tesis de las élites extractivas y la clase política (http://politica.elpais.com/politica/2012/09/08/actualidad/1347129185_745267.html) que tanto está dando la vuelta al mundo con sus diferentes adaptaciones nacionales, sabe por dónde van los tiros.

Los mismos periódicos y medios de gran tirada han “ofrecido” ya sus propuestas de cambio, a su vez reforzadas por determinados movimientos en la protesta indignada (Asociación Democracia Real Ya, Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional, por ejemplo) que aportan tesis similares. Lo fundamental para ellos son dos cuestiones: cambiar la ley electoral y la ley de partidos.

La ley electoral hacia el sistema mayoritario con pequeñas circunscripciones, argumentando que así el político se vinculará más a sus electores, y obviando que de siempre se han utilizado estos diseños institucionales que favorecen el bipartidismo (con alguna variante regional tipo CiU y PNV) para frenar a partidos que no pueden articular determinada dimensión (mediática, financiera) de campaña a escala nacional y que quedan excluidos de las instituciones en el momento en que se abandona la proporcionalidad (mucho más que con el sistema vigente, que también es insuficiente) y mueren sin representación los votos que no obtienen candidato en cada mini-circunscripción. El foco de las candidaturas en lo local garantizan además que la estrategia agregada a escala nacional de Gobierno o legislatura, siempre quede en manos de “asesores” y “expertos”, para quien lo entienda.

La ley de partidos que buscan estas propuestas desvincularían parcial o totalmente a estos de la financiación estatal (para que no vivan del erario público, ni echen raíces en el Estado, y se basen más en sus afiliados, se dice), por lo que la financiación privada, donaciones, sobres, lobbying, etc, tomarían más protagonismo. Además, se proponen elecciones primarias internas a los partidos (por la transparencia y la democracia, claro), lo que da un giro mediático y de “personalidades de líderes” a los procesos de cambio de dirección, e inserta a los medios de comunicación en la campaña, con todo su poder para orientar el voto entre incautos.

Así se garantizarán un nuevo sistema de partidos más estable y económico, con menor riesgo al asumir “políticas impopulares”.

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