jueves, 5 de junio de 2014

La abdicación del Rey, es una maniobra de gatopardismo de la burguesía “cambiar algo para que todo siga igual”







Introducción:
[El marxismo en España (1919-1939)] Historia del BOC y del POUM


Citas
España necesitaba una revolución democrático-burguesa, que diera libertad a las nacionalidades (vascos, catalanes, gallegos), que separara a la Iglesia del Estado, que dejara que los campesinos tomaran la tierra, que licenciara al ejército y que liberara al país del yugo británico. Esto podía lograrse con una república federal. Para ello, era preciso “dar alas a la insurrección general del pueblo para dar la victoria a la revolución burguesa”. Pero “la república no puede asegurarse sin el triunfo de una revolución social de gran envergadura. No basta con que se vaya el rey. Hay que echarlo y destruir el régimen monárquico”.
"La República de 1931 sigue los mismos pasos que la de 1873. La Revolución democrática es ahogada en sangre.

La Revolución democrática tiene cuatro aspectos fundamentales como objetivos a realizar: 1º) La destrucción total de la monarquía. 2º) El reparto general de la tierra. 3º) Separación de la Iglesia y del Estado. 4º) Derecho de las nacionalidades a la autodeterminación.
¿Qué es lo que ha sido llevado a cabo? ¿Qué se ha realizado?
La monarquía queda en pie. La desaparición del rey no quiere decir que las bases monárquicas hayan sido destruidas. El rey no era más que la cúspide de una monstruosa pirámide. La monarquía la constituían la Iglesia, la aristocracia, los grandes propietarios de la tierra, la Banca, las oligarquías financieras, el ejército, la guardia civil, la policía, la burocracia, la rutina histórica... ¿Qué ha sido destruido de todo eso? Nada. No ha habido alteración alguna. La monarquía tiene sus tentáculos clavados en el corazón de España. La República se apoya sobre bases monárquicas; se sirve, en realidad, de la antigua organización monárquica para sostenerse.

La burguesía no es capaz de destruir una monarquía milenaria.

Al triunfo de la República ayudó mucho la insurrección agraria, el malestar entre los campesinos.

¿Qué ha hecho la República burguesa en pro de los campesinos?

Ha anunciado un proyecto de Reforma Agraria. Reforma es la antítesis de Revolución. No es Reforma, sino Revolución, lo que se precisa ahora. La Reforma quiere oponerse a la Revolución.

España necesita que una Revolución agraria, como la de Francia de fines del siglo XIII, como la de Rusia, a comienzos del siglo actual, la estremezca por los cuatro costados, removiéndolo todo, y no dejando piedra sobre piedra. ¡Basta de foros, basta de latifundios, basta de aparcerías, basta de "rabassa morta"! Todas estas supervivencias feudales han de ser extirpadas brutalmente por el arado de la Revolución agraria. ¡La tierra para el que la trabaja! Es decir, nacionalización de la tierra, y el libre derecho de usufructo a los que la trabajen. La Revolución agraria transformará en poco tiempo todo el suelo de la Península. Se acabará el paro forzoso. Se terminará el hambre crónica. El mercado interior se ensanchará en proporciones fabulosas, y la industria saldrá de su raquitismo tradicional.

En este texto de Carlos Marx, desmitifica el concepto de República burguesa, como trampa para engañar a la clase obrera.

Karl Marx.  Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850











Operación “Don Felipe”, fin de la primera parte

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Voy a utilizar este artículo como base para dar la información que he recopilado. El autor del artículo dice que es una operación de los servicios de inteligencia, se equivoca, es una operación de gatopardismo de la  burguesía como voy a demostrar. Le he añadido algunos enlaces y artículos relacionados al artículo,  desglosado algunos enlaces.



4/6/2014

Por Diego Herchhoren    ::    Más artículos de esta autora/or: aquí

Culmina la primera fase de la operación de los servicios de inteligencia para el reciclaje pactado de la institución monárquica


En febrero de 2013, el ex director del diario monárquico ABC y actual redactor jefe del digital conservador El Confidencial, formuló revelaciones sobre su llegada a la Casa Real española que pasaron (quizá intencionalmente) desapercibidas para las redacciones de la gran prensa del régimen. José Antonio Zarzalejos, en una serie de artículos no desmentidos por la Oficina de la Casa del Rey, explicó los pasos que el alto personal cercano al rey Borbón está programando para realizar una transferencia pactada del cargo en la Jefatura del Estado en su hijo el Príncipe Felipe, regulador de la institución de la abdicación.


Las fuentes mencionadas por Zarzalejos abundan en la necesidad de nuevas caras en la dirección política del Estado, una salida honrosa al creciente descrédito social de la monarquía y un cambio de estrategia que algunos dirigentes políticos llaman, desde hace algunos años, como “segunda transición”, en referencia a lo que hubiera sido la “primera transición”, producida con el paso de la derecha española del franquismo al actual marco constitucional.



Zarzalejos expresó en El Confidencial, diario de alta llegada a los organismos de seguridad e inteligencia del Estado, que la Casa Real quería esperar al intervalo entre el cierre de la instrucción del escándalo de corrupción conocido como “Caso Noós”, que ha afectado a la Infanta Cristina y a su marido Iñaki Urdangarín, al ser éste un momento idóneo en el que no habrá citaciones, documentación ni prensa que haga sombra a la noticia de la abdicación de Juan Carlos ni que vincule ambos hechos.


Para ese momento, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) anticipaba un fuerte deterioro de la “paz social” y un mayor descrédito político de las instituciones del Estado. Para analizar el momento propicio, el CNI contó con la llamada “Brigada Operativa de Apoyo”, un cuerpo de 100 personas de la escala ejecutiva (la más alta en capacitación y nivel) del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) español que prestaría atención a los movimientos sociales, y que velaron por el momento justo para el anuncio.


Sin embargo, las noticias de Zarzalejos parecían indicar que esta situación se daría antes del verano de 2013, pero la comunicación oficial se pospuso para evitar una imagen de huida. No obstante, los hechos se precipitaron: la apuesta soberanista catalana, el desgaste de los dos partidos de apoyo que ha tenido la monarquía (Popular y Socialista Obrero Español) en favor de partidos de izquierda parlamentaria, y el cada vez mayor descrédito de las fuerzas de seguridad como garantes de la estabilidad. También Juan Carlos necesitaba el beneplácito de las empresas que cotizan en el IBEX 35 y los fondos de capital riesgo. Según informó otro diario cercano a los aparatos de seguridad, el matutino dirigido por el monárquico y referente conservador Jose Apezarena, El Confidencial Digital, JP Morgan, Goldman Sachs y Merryl Lynch aseguraron que don Juan Carlos ha elegido el “mejor momento” para realizar el anuncio. La prima de riesgo, que cerró la sesión en los 149 puntos, soporta en este momento un relevo en la institución más importante del Estado y la que más garantiza la estabilidad del país a ojos de los inversores extranjeros.


Alegría popular


A pesar de esta maniobra de reciclaje en la Jefatura del Estado en España, decenas de calles y plazas y numerosas embajadas españolas se coparon de miles de personas exigiendo un nuevo modelo de Estado. Para las agrupaciones de izquierda, coordinadoras republicanas y plataformas antifascistas, la abdicación es la expresión viva del desgaste y saturación de una institución anacrónica e incompatible con la actual realidad española. La mayoría de estas concentraciones fueron convocadas en pocas horas a través de redes sociales, lo que desbordó las previsiones de las fuerzas de seguridad, que optaron por aplicar un “control suave” en las principales capitales españolas.


El caso único en el mundo donde se galardona como demócrata a un Jefe de Estado que nunca ocultó sus simpatías por el dictador fascista Francisco Franco, las evidencias de sus simpatías por los golpistas que en febrero de 1981 asaltaron el Congreso de los Diputados español y su papel como garante de las inversiones extranjeras y sus aceitados vínculos con los Estados Unidos, es contradictorio con un relato oficial que ha presentado a Juan Carlos como un rey bonachón, simpático, amante de las libertades y el buen vivir y alejado de los problemas mundanos. Y es quizá estos últimos rasgos en prevalencia sobre los anteriores, los que le han valido el rechazo cada vez mayor de la sociedad española, que ve con distancia a una Casa Real costosa para el erario público, inimputable penalmente por mandato constitucional y que goza de comodidades y riquezas en un país con tasas de desempleo juvenil del 54%, con un 25% de pobreza o con un 25% de niños desnutridos.


En favor de este sentimiento, concejales de Izquierda Unida (IU) en toda España sacaron la bandera republicana en los balcones de decenas de municipios como forma de reivindicar un referéndum. El miedo principal de la oligarquía española ante este órdago es que el debate surgido sobre la abdicación de Juan Carlos abra una disputa en la calle sobre el modelo de Estado y algunas otras cuestiones estructurales. Interpretando las palabras de José Antonio Zarzalejos, Felipe VI tendrá la misión de recomponer la aceptación del modelo político español o aplicar una dura represión. Algo que no le será fácil.

Marcha.org.ar






El Rey abdica para salvar a la Monarquía de la crisis institucional
José Antonio Zarzalejo

02.06.2014


Mariano Rajoy ha anunciado esta mañana, en declaración institucional, un hecho inédito en la joven democracia de este país: el propósito del Rey Juan Carlos de abdicar y transmitir la jefatura del Estado a su hijo, el Príncipe de Asturias, de conformidad con lo previsto en el artículo 57, 1º y 2º de la Constitución. Fuentes consultadas por este diario, atribuyen al nuevo escenario político español dibujado tras las elecciones al Parlamento Europeo del pasado 25 de mayo la decisión de Don Juan Carlos que venía siendo barajada en la Zarzuela desde hace más de año y medio, como informó El Confidencial el 22 de febrero del pasado año (El Rey baraja ya su abdicación).


Después del accidente del Rey en Botsuana hace poco más de dos años (Historia de cómo la Corona entra en barrena de 15 de abril de 2012), que motivó una inédita petición de perdón de Don Juan Carlos y con los avatares del proceso judicial penal que se sigue contra su yerno, Iñaki Urdangarin, imputado por varios delitos y en el que podría ser procesada por blanqueo de capitales y delito fiscal su hija menor, la infanta Doña Cristina, Don Felipe ha venido adquiriendo un protagonismo en el que se ha sostenido la Corona (La Operación Don Felipe, en marcha de 19 de abril de 2012). La misión del heredero ha consistido en suplir -hasta donde constitucionalmente ha sido posible- las ausencias del Rey motivadas por sus recurrentes problemas de salud de los que el Jefe del Estado ha aparecido más recuperado en los últimos meses.


No obstante, la situación del Rey, en términos políticos y sociales, y pese a su esfuerzo y al de su entorno, no ha remontado (Rescatar la Corona, de 24 de mayo de 2014) como lo demostrarían los sucesivos barómetros de Centro de Investigaciones Sociológicas. Desde 2011, la institución es suspendida por los ciudadanos. Entonces alcanzó una calificación del 4,89. La nota bajó en 2013 hasta el 3,68 y apenas repuntó (sólo a un 3,72) en 2014, pese a la mayor actividad institucional del Rey y a su gran exposición pública con motivo del fallecimiento del ex presidente Suárez el pasado 23 de marzo y sus viajes a Marruecos, Portugal y países árabes y su presencia en distintos eventos como la final de la Champions en Lisboa el pasado 24 de mayo. La Reina y el Príncipe de Asturias, sin embargo, acaparan mayor simpatía y popularidad que Don Juan Carlos
Las razones que el año pasado parecían aconsejar la abdicación del Rey, lejos de haberse diluido se han transformado en perentorias debido, por una parte, a la esterilidad de los esfuerzos de la Zarzuela por mejorar la visibilidad y popularidad del Jefe del Estado, y, por otra, a la fortísima crisis del sistema político y al deterioro social por el que atraviesa España, que se ha agudizado con los resultados de las elecciones europeas del pasado 25 de mayo.


La permanencia de Don Juan Carlos en la Jefatura del Estado ha venido sustentándose en el consenso del Partido Popular y del PSOE, pero los comicios europeos han dejado tocado el bipartidismo (la suma de ambos partidos no alcanzó el 49% de los votos) y sumido a los socialistas en una crisis que se ha cobrado ya la pieza del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que cederá su cargo el 20 de julio en un Congreso extraordinario del partido en el que se prevé que sean elegidos dirigentes de generaciones sin vinculación vital y afectiva a la transición y mucho más inclinados a las tradicionales tesis republicanas de la izquierda que conectarían especialmente con los segmentos más jóvenes. El 7 de abril del pasado año, en un macrosondeo de El País, el Rey perdía 32 puntos de aceptación respecto de otro anterior de las mismas características, debido al rechazo de los votantes del PSOE y de los jóvenes. Los menores de 34 años otorgaban al Jefe del Estado un nota muy negativa (-41), mientras que el mayor respaldo al monarca se registraba entre los mayores de 55 años.


Los pésimos resultados del PSOE (23%), muy próximos al desplome, y los muy malos del PP (sólo el 26% de los sufragios), con la emergencia de fuerzas políticas de claro signo republicano (IU, Podemos y, en menor medida, UPyD), proyectan un legislativo en la próxima legislatura que podría fragilizar aún más de lo que está la Corona y a su titular. A estas circunstancias se añade el muy posible procesamiento de la infanta Doña Cristina en el caso Nóos que podría ser confirmado por la Audiencia de Palma, lo que supondría sentar en el banquillo al yerno y la hija del Rey y al secretario de las infantas, Carlos García Revenga.


Este escenario de inmediato futuro hubiera alcanzado al monarca en una dinámica de progresiva debilidad -en este cuadro no hay que olvidar la apuesta independentista de Cataluña en donde Esquerra Republicana superó en la europeas a CiU convirtiéndose en la primera fuerza política de la comunidad- que comprometía a Don Juan Carlos pero también a la institución. De ahí que, como han apuntado intelectuales como Santos Juliá, “la transmisión en vida de la Corona puede ser el principio de una recuperación de confianza bajo su nuevo titular”. La abdicación se configura así como un movimiento institucional histórico para reforzar la Monarquía parlamentaria e iniciar una nueva etapa política con la Jefatura del Estado en la persona de Don Felipe de Borbón, que el pasado 30 de enero cumplió 46 años.
La abdicación del Rey se produce, además, en el contexto en el que se desenvuelven monarquías parlamentarias europeas como la de Holanda y Bélgica. En Enero del pasado año, la reina Beatriz renunció en favor de su heredero el príncipe Guillermo (1967), lo mismo que en julio hizo el rey de los belgas, Alberto II que resignó su cargo en su primogénito Felipe (1960). Ambas monarquías, así como la británica, han superado en años anteriores fortísimas crisis que los nuevos titulares de la Corona han logrado eludir renovando la institución y evitando que prosperasen los pequeños pero activos grupos que cuestionaban la Monarquía. Lo mismo podría suceder en España con la abdicación de Don Juan Carlos, que ha culminado uno de los reinados más largos y fructíferos de nuestra historia y al que la democracia española le debe su padrinazgo e impulso.




Cita:
 La reclamación de abdicación del Rey por parte del primer secretario del PSC, lanzada el pasado miércoles, sintomática, ha sido hábilmente rechazada por el PSOE porque existe el pacto tácito entre las fuerzas políticas de que la renuncia del Rey debe producirse sin que medien “presiones ni ruidos”.

Pere Navarro pide que el Rey abdique y que el Príncipe lidere la "segunda transición"



Aparicio (UPyD) agradece la dedicación de Don Juan Carlos a la jefatura del Estado



Constitución Española, 1978.

TÍTULO II


De la Corona

Artículo 56
1. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.

2. Su título es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona.


3. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2.


Artículo 57


1. La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos.


2. El Príncipe heredero, desde su nacimiento o desde que se produzca el hecho que origine el llamamiento, tendrá la dignidad de Príncipe de Asturias y los demás títulos vinculados tradicionalmente al sucesor de la Corona de España.


3. Extinguidas todas las líneas llamadas en Derecho, las Cortes Generales proveerán a la sucesión en la Corona en la forma que más convenga a los intereses de España.


4. Aquellas personas que teniendo derecho a la sucesión en el trono contrajeren matrimonio contra la expresa prohibición del Rey y de las Cortes Generales, quedarán excluidas en la sucesión a la Corona por sí y sus descendientes.


5. Las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica.


Artículo 58


La Reina consorte o el consorte de la Reina no podrán asumir funciones constitucionales, salvo lo dispuesto para la Regencia.


Artículo 59


1. Cuando el Rey fuere menor de edad, el padre o la madre del Rey y, en su defecto, el pariente mayor de edad más próximo a suceder en la Corona, según el orden establecido en la Constitución, entrará a ejercer inmediatamente la Regencia y la ejercerá durante el tiempo de la minoría de edad del Rey.


2. Si el Rey se inhabilitare para el ejercicio de su autoridad y la imposibilidad fuere reconocida por las Cortes Generales, entrará a ejercer inmediatamente la Regencia el Príncipe heredero de la Corona, si fuere mayor de edad. Si no lo fuere, se procederá de la manera prevista en el apartado anterior, hasta que el Príncipe heredero alcance la mayoría de edad.


3. Si no hubiere ninguna persona a quien corresponda la Regencia, ésta será nombrada por las Cortes Generales, y se compondrá de una, tres o cinco personas.


4. Para ejercer la Regencia es preciso ser español y mayor de edad.


5. La Regencia se ejercerá por mandato constitucional y siempre en nombre del Rey.


Artículo 60


1. Será tutor del Rey menor la persona que en su testamento hubiese nombrado el Rey difunto, siempre que sea mayor de edad y español de nacimiento; si no lo hubiese nombrado, será tutor el padre o la madre, mientras permanezcan viudos. En su defecto, lo nombrarán las Cortes Generales, pero no podrán acumularse los cargos de Regente y de tutor sino en el padre, madre o ascendientes directos del Rey.


2. El ejercicio de la tutela es también incompatible con el de todo cargo o representación política.


Artículo 61


1. El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas.


2. El Príncipe heredero, al alcanzar la mayoría de edad, y el Regente o Regentes al hacerse cargo de sus funciones, prestarán el mismo juramento, así como el de fidelidad al Rey.


Artículo 62


Corresponde al Rey:


a) Sancionar y promulgar las leyes.


b) Convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos en la Constitución.


c) Convocar a referéndum en los casos previstos en la Constitución.


d) Proponer el candidato a Presidente del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución.


e) Nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su Presidente.


f) Expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros, conferir los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes.


g) Ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente del Gobierno.


h) El mando supremo de las Fuerzas Armadas.


i) Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales.


j) El Alto Patronazgo de las Reales Academias.


Artículo 63


1. El Rey acredita a los embajadores y otros representantes diplomáticos. Los representantes extranjeros en España están acreditados ante él.


2. Al Rey corresponde manifestar el consentimiento del Estado para obligarse internacionalmente por medio de tratados, de conformidad con la Constitución y las leyes.


3. Al Rey corresponde, previa autorización de las Cortes Generales, declarar la guerra y hacer la paz.


Artículo 64


1. Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los Ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del Presidente del Gobierno, y la disolución prevista en el artículo 99, serán refrendados por el Presidente del Congreso.


2. De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden.


Artículo 65
1. El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su Familia y Casa, y distribuye libremente la misma.


2. El Rey nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa.




DISCURSO COMPLETO DE LA ABDICACION






DOCUMENTO: EL D Los empresarios despiden al Rey con una larga ovación en El Pardo





ETIQUETAS: El Rey abdica



¿Quién ha provocado el adiós del Rey? Entre todos lo ‘abdicaron’ y el solo se marchó
03/06/2014


Repaso a los principales 'sospechosos': la obcecación de Cristina, la crisis del PSOE, la irrupción de Podemos, la consulta independentista e incluso el Club Bilderberg y una camarilla de 'felipistas' en torno a Zarzuela


La abdicación de Juan Carlos I era un paso que se daba por hecho desde hace dos años ante sus obvios problemas de salud y ante la caída en picado de su popularidad motivada por los ‘negocios’ de su yerno Iñaki Urdangarin, el viaje a Botsuana para cazar elefantes en plena crisis y todo lo que llevó aparejado aquel desafortunado safari: rotura de cadera y su amiga Corinna pasando a un primer plano. Pero mientras se reforzaba el protagonismo del Príncipe en una suerte de relevo en los medios, la Casa Real insistía en que no habría abdicación, dilataba los tiempos e incluso el monarca recuperaba recientemente su agenda internacional.


¿Por qué se ha producido precisamente ahora el adiós, qué o quiénes han precipitado la decisión respecto a los plazos previstos? ELPLURAL.COM repasa algunas de las versiones que se están ofreciendo en cuanto a los principales factores de este adiós.


- Cristina y su resistencia a dar un paso atrás. Una de las principales cronistas de Zarzuela, Mariángel Alcázar, explica en La Vanguardia que “el Rey se fijó como plazo máximo para renunciar el 22 de noviembre de 2015, fecha en la que se hubieran cumplido 40 años de su proclamación”. Y deja caer el juicio a Urdangarin como el motivo de que se haya adelantado ostensiblemente esa fecha: “La renuncia del Rey marca también y de forma definitiva a las infantas Elena y Cristina que, tras la proclamación de su hermano, dejarán de pertenecer a la familia real para ser únicamente familiares del Rey. Durante meses, don Juan Carlos intentó que su hija Cristina renunciara a sus derechos como infanta o se separara de su marido, a modo de cortafuegos con el que evitar que la familia real se viera implicada en un proceso judicial”. Alcázar cree que “al final ha sido la decisión del rey la que ha solucionado el dilema”.


- Prisas ante el adiós de Rubalcaba. La proclamación de Felipe VI se producirá el 18 de junio, apenas un mes antes del congreso socialista, convocado para los días 26 y 27 de julio. La relación entre ambos acontecimientos no parece casual y en Zarzuela lo admiten, esto es lo que decía Europa Press al respecto: “Don Juan Carlos es consciente de que es más fácil abdicar ahora que cuenta con el apoyo de los dos partidos mayoritarios, y hacerlo mientras Rubalcaba se mantenga al frente de la secretaría general del PSOE”. Estas lecturas están vinculadas también a los malos resultados del PP y el PSOE en las europeas y al aumento de fuerzas republicanas como IU y Podemos.


- La consulta soberanista del 9-N. La consulta soberanista convocada en Cataluña para el 9 de noviembre de este año es uno de esos elefantes que apenas están apareciendo en los análisis del adiós del Rey, pero ayer una de las opiniones más buscadas fue la de Artur Mas, que se ratificó en que se mantenía la hoja de ruta. Jordi Pujol sí apuntó abiertamente al factor soberanista como un elemento que ha influido en el monarca: “Sería sorprendente que esto no le tuviera preocupado al rey. Esto pesa porque hubo años en que parecía que la Monarquía podía ayudar a encontrar una buena manera de convivir, y resulta que no”.


- Los poderes económicos y el club Bilderberg. Cayo Lara apuntaba este martes en ‘Las Mañanas’ de Cuatro que la abdicación no era fruto de la “generación espontánea” ni una ocurrencia del Rey: “Detrás están poderes políticos y económicos, son los que toman las grandes decisiones y el Rey, imagino, que se ha debido a una de las decisiones que han adoptado, seguramente, los que tienen más poder”.


En esa misma línea, elconfidencial apunta directamente al club Bilderberg que se ha celebrado este fin de semana en Copenhague con la Reina Sofía entre los asistentes, y recogen el testimonio de la periodista Cristina Martín Jiménez: “El efecto más inmediato de la reunión del club lo acabamos de conocer con la abdicación del Rey. Date cuenta de que todas las monarquías están haciendo el trasvase generacional. Ellos trabajan por consenso y se ha decidido que era el momento en que tenía que efectuarla. No me cabe la menor duda de que la abdicación del rey es una decisión consensuada de Bilderberg”. A la reunión también acudió Juan Luis Cebrián, presidente de PRISA, el grupo de comunicación que lleva tiempo promocionando la imagen del Príncipe.


- Las camarillas ‘felipistas’ y los celos del monarca. En su columna en El Mundo Raúl del Pozo asegura que “una extraña camarilla -no llegan a cinco- le han convencido para que abdique”. No apunta nombres aunque deja caer varias cosas: “Me insisten en que la decisión es del monarca exclusivamente pero ya sabemos que cuando el trono está en juego silban los puñales, aparece el síndrome del Rey Lear y las traiciones entre reyes y príncipes se suceden (…) En los últimos tiempos sintió unos inconfesables celos por Felipe de Borbón, más que nada por la atención y la adulación que le dedicaban los que querían que él se fuera”. E insiste en que el rey no quiso abdicar en enero y se eligió esta fecha: “unas pocas personas, aún sabiendo lo arriesgado que resulta coaccionar a los reyes, le han convencido de que éste era el momento propicio, antes de que caiga el sistema y antes de que vaya su yerno a la cárcel”. Ya en las tertulias Del Pozo ha ido un poco más allá hablando de las presiones de los expresidentes, en alusión a González, Zapatero y Aznar, y en ese sentido Javier Ruiz también los señala apuntando especialmente al popular.


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