Introducción:
[El marxismo
en España (1919-1939)] Historia del BOC y del POUM
Citas
España
necesitaba una revolución democrático-burguesa, que diera libertad a las
nacionalidades (vascos, catalanes, gallegos), que separara a la Iglesia del
Estado, que dejara que los campesinos tomaran la tierra, que licenciara al
ejército y que liberara al país del yugo británico. Esto podía lograrse con una
república federal. Para ello, era preciso “dar alas a la insurrección
general del pueblo para dar la victoria a la revolución burguesa”. Pero “la
república no puede asegurarse sin el triunfo de una revolución social de gran
envergadura. No basta con que se vaya el rey. Hay que echarlo y destruir el
régimen monárquico”.
"La
República de 1931 sigue los mismos pasos que la de 1873. La Revolución
democrática es ahogada en sangre.
La
Revolución democrática tiene cuatro aspectos fundamentales como objetivos a
realizar: 1º) La destrucción total de la monarquía. 2º) El reparto general de
la tierra. 3º) Separación de la Iglesia y del Estado. 4º) Derecho de las
nacionalidades a la autodeterminación.
¿Qué es
lo que ha sido llevado a cabo? ¿Qué se ha realizado?
La
monarquía queda en pie. La desaparición del rey no quiere decir que las bases
monárquicas hayan sido destruidas. El rey no era más que la cúspide de una
monstruosa pirámide. La monarquía la constituían la Iglesia, la aristocracia,
los grandes propietarios de la tierra, la Banca, las oligarquías financieras,
el ejército, la guardia civil, la policía, la burocracia, la rutina
histórica... ¿Qué ha sido destruido de todo eso? Nada. No ha habido alteración
alguna. La monarquía tiene sus tentáculos clavados en el corazón de España. La
República se apoya sobre bases monárquicas; se sirve, en realidad, de la
antigua organización monárquica para sostenerse.
La
burguesía no es capaz de destruir una monarquía milenaria.
Al
triunfo de la República ayudó mucho la insurrección agraria, el malestar entre
los campesinos.
¿Qué ha
hecho la República burguesa en pro de los campesinos?
Ha
anunciado un proyecto de Reforma Agraria. Reforma es la antítesis de
Revolución. No es Reforma, sino Revolución, lo que se precisa ahora. La Reforma
quiere oponerse a la Revolución.
España
necesita que una Revolución agraria, como la de Francia de fines del siglo
XIII, como la de Rusia, a comienzos del siglo actual, la estremezca por los
cuatro costados, removiéndolo todo, y no dejando piedra sobre piedra. ¡Basta de
foros, basta de latifundios, basta de aparcerías, basta de "rabassa
morta"! Todas estas supervivencias feudales han de ser extirpadas
brutalmente por el arado de la Revolución agraria. ¡La tierra para el que la
trabaja! Es decir, nacionalización de la tierra, y el libre derecho de
usufructo a los que la trabajen. La Revolución agraria transformará en poco
tiempo todo el suelo de la Península. Se acabará el paro forzoso. Se terminará
el hambre crónica. El mercado interior se ensanchará en proporciones fabulosas,
y la industria saldrá de su raquitismo tradicional.
En este
texto de Carlos Marx, desmitifica el concepto de República burguesa, como
trampa para engañar a la clase obrera.
Karl Marx.
Las luchas de clases en Francia de 1848
a 1850
Operación “Don Felipe”, fin de la
primera parte
NOTA DEL
EDITOR DE ESTE BLOG: Voy a utilizar este artículo como base para dar la
información que he recopilado. El autor del artículo dice que es una operación
de los servicios de inteligencia, se equivoca, es una operación de gatopardismo
de la burguesía como voy a demostrar. Le
he añadido algunos enlaces y artículos relacionados al artículo, desglosado algunos enlaces.
4/6/2014
Culmina
la primera fase de la operación de los servicios de inteligencia para el
reciclaje pactado de la institución monárquica
En febrero de 2013, el ex director del diario monárquico ABC y
actual redactor jefe del digital conservador El Confidencial,
formuló revelaciones sobre su llegada a la Casa Real española que pasaron
(quizá intencionalmente) desapercibidas para las redacciones de la gran prensa
del régimen. José Antonio Zarzalejos, en una serie de
artículos no desmentidos por la Oficina de la Casa del Rey, explicó los pasos que
el alto personal cercano al rey Borbón está programando para realizar una
transferencia pactada del cargo en la Jefatura del Estado en su hijo el
Príncipe Felipe, regulador de la institución de la abdicación.
Las fuentes mencionadas por Zarzalejos abundan en la necesidad de nuevas
caras en la dirección política del Estado, una salida honrosa al creciente
descrédito social de la monarquía y un cambio de estrategia que algunos
dirigentes políticos llaman, desde hace algunos años, como “segunda
transición”, en referencia a lo que hubiera sido la “primera transición”,
producida con el paso de la derecha española del franquismo al actual marco
constitucional.
Zarzalejos expresó en El Confidencial, diario de alta llegada a los organismos de seguridad e inteligencia del Estado, que la Casa Real quería esperar al intervalo entre el cierre de la instrucción del escándalo de corrupción conocido como “Caso Noós”, que ha afectado a la Infanta Cristina y a su marido Iñaki Urdangarín, al ser éste un momento idóneo en el que no habrá citaciones, documentación ni prensa que haga sombra a la noticia de la abdicación de Juan Carlos ni que vincule ambos hechos.
Para ese momento, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) anticipaba un
fuerte deterioro de la “paz social” y un mayor descrédito político de las
instituciones del Estado. Para analizar el momento propicio, el CNI contó con
la llamada “Brigada Operativa de Apoyo”, un cuerpo de 100 personas de la escala
ejecutiva (la más alta en capacitación y nivel) del Cuerpo Nacional de Policía
(CNP) español que prestaría atención a los movimientos sociales, y que velaron
por el momento justo para el anuncio.
Sin embargo, las noticias de Zarzalejos parecían indicar que esta
situación se daría antes del verano de 2013, pero la comunicación oficial se
pospuso para evitar una imagen de huida. No obstante, los hechos se
precipitaron: la apuesta soberanista catalana, el desgaste de los dos partidos
de apoyo que ha tenido la monarquía (Popular y Socialista Obrero Español) en
favor de partidos de izquierda parlamentaria, y el cada vez mayor descrédito de
las fuerzas de seguridad como garantes de la estabilidad. También Juan Carlos
necesitaba el beneplácito de las empresas que cotizan en el IBEX 35 y los
fondos de capital riesgo. Según informó otro diario cercano a los aparatos de
seguridad, el matutino dirigido por el monárquico y referente conservador Jose
Apezarena, El Confidencial Digital, JP Morgan, Goldman Sachs y
Merryl Lynch aseguraron que don Juan Carlos ha elegido el “mejor momento” para
realizar el anuncio. La prima de riesgo, que cerró la sesión en los 149
puntos, soporta en este momento un relevo en la institución más importante del
Estado y la que más garantiza la estabilidad del país a ojos de los inversores
extranjeros.
Alegría
popular
A pesar de esta maniobra de reciclaje en la Jefatura del Estado en
España, decenas de calles y plazas y numerosas embajadas españolas se coparon
de miles de personas exigiendo un nuevo modelo de Estado. Para las agrupaciones
de izquierda, coordinadoras republicanas y plataformas antifascistas, la
abdicación es la expresión viva del desgaste y saturación de una institución
anacrónica e incompatible con la actual realidad española. La mayoría de estas
concentraciones fueron convocadas en pocas horas a través de redes sociales, lo
que desbordó las previsiones de las fuerzas de seguridad, que optaron por
aplicar un “control suave” en las principales capitales españolas.
El caso único en el mundo donde se galardona como demócrata a un Jefe de
Estado que nunca ocultó sus simpatías por el dictador fascista Francisco
Franco, las evidencias de sus simpatías por los golpistas que en febrero de
1981 asaltaron el Congreso de los Diputados español y su papel como garante de
las inversiones extranjeras y sus aceitados vínculos con los Estados Unidos, es
contradictorio con un relato oficial que ha presentado a Juan Carlos como un
rey bonachón, simpático, amante de las libertades y el buen vivir y alejado de
los problemas mundanos. Y es quizá estos últimos rasgos en prevalencia sobre los
anteriores, los que le han valido el rechazo cada vez mayor de la sociedad
española, que ve con distancia a una Casa Real costosa para el erario público,
inimputable penalmente por mandato constitucional y que goza de comodidades y
riquezas en un país con tasas de desempleo juvenil del 54%, con un 25% de
pobreza o con un 25% de niños desnutridos.
En favor de este sentimiento, concejales de Izquierda Unida (IU) en toda
España sacaron la bandera republicana en los balcones de decenas de municipios
como forma de reivindicar un referéndum. El miedo principal de la oligarquía
española ante este órdago es que el debate surgido sobre la abdicación de Juan
Carlos abra una disputa en la calle sobre el modelo de Estado y algunas otras
cuestiones estructurales. Interpretando las palabras de José Antonio
Zarzalejos, Felipe VI tendrá la misión de recomponer la aceptación del modelo
político español o aplicar una dura represión. Algo que no le será fácil.
Marcha.org.ar
El Rey
abdica para salvar a la Monarquía de la crisis institucional
José Antonio
Zarzalejo
02.06.2014
02.06.2014
Mariano
Rajoy ha anunciado esta mañana, en declaración institucional, un hecho
inédito en la joven democracia de este país: el propósito del Rey
Juan Carlos de abdicar y transmitir la jefatura del Estado a su
hijo, el Príncipe de Asturias, de conformidad con lo previsto en el artículo
57, 1º y 2º de la Constitución. Fuentes consultadas por este diario, atribuyen
al nuevo escenario político español dibujado tras las
elecciones al Parlamento Europeo del pasado 25 de mayo la decisión de Don Juan
Carlos que venía siendo barajada en la Zarzuela desde hace más de año y medio,
como informó El Confidencial el 22 de febrero del pasado año (El Rey baraja ya su abdicación).
Después del
accidente del Rey en Botsuana hace poco más de dos años (Historia de cómo la Corona entra en
barrena de
15 de abril de 2012), que motivó una inédita petición de perdón de Don Juan
Carlos y con los avatares del proceso judicial penal que se sigue contra su
yerno, Iñaki Urdangarin, imputado por varios delitos y en el que podría ser
procesada por blanqueo de capitales y delito fiscal su hija menor, la infanta
Doña Cristina, Don Felipe ha venido adquiriendo un
protagonismo en el que se ha sostenido la Corona (La Operación Don Felipe, en marcha de 19 de abril de 2012). La
misión del heredero ha consistido en suplir -hasta donde constitucionalmente ha
sido posible- las ausencias del Rey motivadas por sus
recurrentes problemas de salud de los que el Jefe del Estado
ha aparecido más recuperado en los últimos meses.
No obstante,
la situación del Rey, en términos políticos y sociales, y pese a su esfuerzo y
al de su entorno, no ha remontado (Rescatar la Corona, de 24 de mayo de 2014) como lo demostrarían los
sucesivos barómetros de Centro de Investigaciones Sociológicas. Desde 2011, la
institución es suspendida por los ciudadanos. Entonces alcanzó una calificación
del 4,89. La nota bajó en 2013 hasta el 3,68 y apenas repuntó (sólo a un 3,72)
en 2014, pese a la mayor actividad institucional del Rey y a su gran exposición
pública con motivo del fallecimiento del ex presidente Suárez el
pasado 23 de marzo y sus viajes a Marruecos, Portugal y países árabes y su
presencia en distintos eventos como la final de la Champions en Lisboa el
pasado 24 de mayo. La Reina y el Príncipe de Asturias, sin
embargo, acaparan mayor simpatía y popularidad que Don Juan
Carlos
Las razones
que el año pasado parecían aconsejar la abdicación del Rey, lejos de haberse
diluido se han transformado en perentorias debido, por una parte, a la esterilidad
de los esfuerzos de la Zarzuela por mejorar la visibilidad y
popularidad del Jefe del Estado, y, por otra, a la fortísima crisis del
sistema político y al deterioro social por el que atraviesa España, que se ha
agudizado con los resultados de las elecciones europeas del pasado 25 de mayo.
La
permanencia de Don Juan Carlos en la Jefatura del Estado ha venido
sustentándose en el consenso del Partido Popular y del PSOE, pero los comicios
europeos han dejado tocado el bipartidismo (la suma de ambos
partidos no alcanzó el 49% de los votos) y sumido a los socialistas en una
crisis que se ha cobrado ya la pieza del secretario general del PSOE, Alfredo
Pérez Rubalcaba, que cederá su cargo el 20 de julio en un Congreso
extraordinario del partido en el que se prevé que sean elegidos dirigentes de
generaciones sin vinculación vital y afectiva a la transición y mucho más
inclinados a las tradicionales tesis republicanas de la izquierda que
conectarían especialmente con los segmentos más jóvenes. El 7 de abril del pasado
año, en un macrosondeo de El País, el Rey perdía 32 puntos de
aceptación respecto de otro anterior de las mismas características, debido al rechazo
de los votantes del PSOE y de los jóvenes. Los menores de 34 años otorgaban
al Jefe del Estado un nota muy negativa (-41), mientras que el mayor respaldo
al monarca se registraba entre los mayores de 55 años.
Los pésimos
resultados del PSOE (23%), muy próximos al desplome, y los muy malos del PP
(sólo el 26% de los sufragios), con la emergencia de fuerzas políticas
de claro signo republicano (IU, Podemos
y, en menor medida, UPyD),
proyectan un legislativo en la próxima legislatura que podría fragilizar aún
más de lo que está la Corona y a su titular. A estas circunstancias se añade el
muy posible procesamiento de la infanta Doña Cristina en el caso Nóos que
podría ser confirmado por la Audiencia de Palma, lo que supondría sentar en el
banquillo al yerno y la hija del Rey y al secretario de las infantas, Carlos
García Revenga.
Este
escenario de inmediato futuro hubiera alcanzado al monarca en una dinámica de
progresiva debilidad -en este cuadro no hay que olvidar la apuesta
independentista de Cataluña en donde Esquerra Republicana superó en la
europeas a CiU convirtiéndose en la primera fuerza política de la comunidad-
que comprometía a Don Juan Carlos pero también a la institución. De ahí que,
como han apuntado intelectuales como Santos Juliá, “la transmisión en vida de la
Corona puede ser el principio de una recuperación de confianza bajo su nuevo
titular”. La
abdicación se configura así como un movimiento institucional histórico
para reforzar la Monarquía parlamentaria e iniciar una nueva etapa
política con la Jefatura del Estado en la persona de Don Felipe de Borbón, que
el pasado 30 de enero cumplió 46 años.
La
abdicación del Rey se produce, además, en el contexto en el que se desenvuelven
monarquías parlamentarias europeas como la de Holanda y Bélgica. En Enero del
pasado año, la reina Beatriz renunció en favor de su heredero
el príncipe Guillermo (1967), lo mismo que en julio hizo el rey de los
belgas, Alberto II que resignó su cargo en su primogénito
Felipe (1960). Ambas monarquías, así como la británica, han superado en años
anteriores fortísimas crisis que los nuevos titulares de la Corona han logrado
eludir renovando la institución y evitando que prosperasen los pequeños pero
activos grupos que cuestionaban la Monarquía. Lo mismo podría suceder
en España con la abdicación de Don Juan Carlos, que ha culminado uno
de los reinados más largos y fructíferos de nuestra historia y al que la
democracia española le debe su padrinazgo e impulso.
Cita:
La
reclamación de abdicación del Rey por parte del primer
secretario del PSC, lanzada el pasado miércoles, sintomática, ha sido
hábilmente rechazada por el PSOE porque existe el pacto tácito entre las
fuerzas políticas de que la renuncia del Rey debe producirse sin que medien
“presiones ni ruidos”.
Pere Navarro
pide que el Rey abdique y que el Príncipe lidere la "segunda
transición"
Aparicio
(UPyD) agradece la dedicación de Don Juan Carlos a la jefatura del Estado
Constitución
Española, 1978.
TÍTULO II
De la Corona
Artículo
56
1. El Rey es
el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el
funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación
del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las
naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen
expresamente la Constitución y las leyes.
2. Su título
es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona.
3. La persona
del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán
siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de
validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2.
Artículo
57
1. La Corona
de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón,
legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el
orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la
línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al
más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la
persona de más edad a la de menos.
2. El Príncipe
heredero, desde su nacimiento o desde que se produzca el hecho que origine el
llamamiento, tendrá la dignidad de Príncipe de Asturias y los demás títulos
vinculados tradicionalmente al sucesor de la Corona de España.
3. Extinguidas
todas las líneas llamadas en Derecho, las Cortes Generales proveerán a la
sucesión en la Corona en la forma que más convenga a los intereses de España.
4. Aquellas
personas que teniendo derecho a la sucesión en el trono contrajeren matrimonio
contra la expresa prohibición del Rey y de las Cortes Generales, quedarán
excluidas en la sucesión a la Corona por sí y sus descendientes.
5. Las
abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en
el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica.
Artículo
58
La Reina consorte o el consorte de la Reina no podrán asumir funciones
constitucionales, salvo lo dispuesto para la Regencia.
Artículo
59
1. Cuando el
Rey fuere menor de edad, el padre o la madre del Rey y, en su defecto, el pariente
mayor de edad más próximo a suceder en la Corona, según el orden establecido en
la Constitución, entrará a ejercer inmediatamente la Regencia y la ejercerá
durante el tiempo de la minoría de edad del Rey.
2. Si el Rey
se inhabilitare para el ejercicio de su autoridad y la imposibilidad fuere
reconocida por las Cortes Generales, entrará a ejercer inmediatamente la
Regencia el Príncipe heredero de la Corona, si fuere mayor de edad. Si no lo
fuere, se procederá de la manera prevista en el apartado anterior, hasta que el
Príncipe heredero alcance la mayoría de edad.
3. Si no
hubiere ninguna persona a quien corresponda la Regencia, ésta será nombrada por
las Cortes Generales, y se compondrá de una, tres o cinco personas.
4. Para
ejercer la Regencia es preciso ser español y mayor de edad.
5. La Regencia
se ejercerá por mandato constitucional y siempre en nombre del Rey.
Artículo
60
1. Será tutor
del Rey menor la persona que en su testamento hubiese nombrado el Rey difunto,
siempre que sea mayor de edad y español de nacimiento; si no lo hubiese
nombrado, será tutor el padre o la madre, mientras permanezcan viudos. En su
defecto, lo nombrarán las Cortes Generales, pero no podrán acumularse los
cargos de Regente y de tutor sino en el padre, madre o ascendientes directos
del Rey.
2. El
ejercicio de la tutela es también incompatible con el de todo cargo o
representación política.
Artículo
61
1. El Rey, al
ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar
fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y
respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas.
2. El Príncipe
heredero, al alcanzar la mayoría de edad, y el Regente o Regentes al hacerse
cargo de sus funciones, prestarán el mismo juramento, así como el de fidelidad
al Rey.
Artículo
62
Corresponde al Rey:
a) Sancionar y
promulgar las leyes.
b) Convocar y
disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos
en la Constitución.
c) Convocar a
referéndum en los casos previstos en la Constitución.
d) Proponer el
candidato a Presidente del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner
fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución.
e) Nombrar y
separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su Presidente.
f) Expedir los
decretos acordados en el Consejo de Ministros, conferir los empleos civiles y
militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes.
g) Ser
informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones
del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente
del Gobierno.
h) El mando
supremo de las Fuerzas Armadas.
i) Ejercer el
derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos
generales.
j) El Alto
Patronazgo de las Reales Academias.
Artículo
63
1. El Rey
acredita a los embajadores y otros representantes diplomáticos. Los
representantes extranjeros en España están acreditados ante él.
2. Al Rey
corresponde manifestar el consentimiento del Estado para obligarse
internacionalmente por medio de tratados, de conformidad con la Constitución y
las leyes.
3. Al Rey
corresponde, previa autorización de las Cortes Generales, declarar la guerra y
hacer la paz.
Artículo
64
1. Los actos
del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los
Ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del Presidente del
Gobierno, y la disolución prevista en el artículo 99, serán refrendados por el
Presidente del Congreso.
2. De los
actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden.
Artículo
65
1. El Rey
recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento
de su Familia y Casa, y distribuye libremente la misma.
2. El Rey
nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa.
DISCURSO
COMPLETO DE LA ABDICACION
DOCUMENTO:
EL D Los
empresarios despiden al Rey con una larga ovación en El Pardo
¿Quién ha provocado el adiós del Rey?
Entre todos lo ‘abdicaron’ y el solo se marchó
03/06/2014
Repaso a los
principales 'sospechosos': la obcecación de Cristina, la crisis del PSOE, la
irrupción de Podemos, la consulta independentista e incluso el Club Bilderberg
y una camarilla de 'felipistas' en torno a Zarzuela
La
abdicación de Juan Carlos I era un paso que se daba por hecho desde hace dos
años ante sus obvios problemas de salud y ante la caída en picado de su
popularidad motivada por los ‘negocios’ de su yerno Iñaki Urdangarin,
el viaje a Botsuana para cazar elefantes en plena crisis y todo lo que llevó
aparejado aquel desafortunado safari: rotura de cadera y su amiga Corinna
pasando a un primer plano. Pero mientras se reforzaba el protagonismo del
Príncipe en una suerte de relevo en los medios, la Casa Real insistía en que no
habría abdicación, dilataba los tiempos e incluso el monarca recuperaba
recientemente su agenda internacional.
¿Por qué se
ha producido precisamente ahora el adiós, qué o quiénes han precipitado la
decisión respecto a los plazos previstos? ELPLURAL.COM repasa algunas de las
versiones que se están ofreciendo en cuanto a los principales factores de este
adiós.
-
Cristina y su resistencia a dar un paso atrás. Una de las principales
cronistas de Zarzuela, Mariángel Alcázar, explica en La Vanguardia que
“el Rey se fijó como plazo máximo para renunciar el 22 de noviembre de 2015,
fecha en la que se hubieran cumplido 40 años de su proclamación”. Y deja caer
el juicio a Urdangarin como el motivo de que se haya adelantado ostensiblemente
esa fecha: “La renuncia del Rey marca también y de forma definitiva a las
infantas Elena y Cristina que, tras la proclamación de su hermano, dejarán de
pertenecer a la familia real para ser únicamente familiares del Rey. Durante
meses, don Juan Carlos intentó que su hija Cristina renunciara a sus derechos
como infanta o se separara de su marido, a modo de cortafuegos con el que
evitar que la familia real se viera implicada en un proceso judicial”. Alcázar
cree que “al final ha sido la decisión del rey la que ha solucionado el
dilema”.
- Prisas
ante el adiós de Rubalcaba. La proclamación de Felipe VI se producirá el 18 de junio, apenas un
mes antes del congreso socialista, convocado para los días 26 y 27 de julio. La
relación entre ambos acontecimientos no parece casual y en Zarzuela lo admiten,
esto es lo que decía Europa Press al respecto: “Don Juan Carlos es consciente
de que es más fácil abdicar ahora que cuenta con el apoyo de los dos partidos
mayoritarios, y hacerlo mientras Rubalcaba se mantenga al frente de la
secretaría general del PSOE”. Estas lecturas están vinculadas también a los
malos resultados del PP y el PSOE en las europeas y al aumento de fuerzas
republicanas como IU y Podemos.
- La
consulta soberanista del 9-N. La consulta soberanista convocada en Cataluña para el 9
de noviembre de este año es uno de esos elefantes que apenas están apareciendo
en los análisis del adiós del Rey, pero ayer una de las opiniones más buscadas
fue la de Artur Mas, que se ratificó en que se mantenía la hoja de ruta. Jordi
Pujol sí apuntó abiertamente al factor soberanista como un elemento que ha
influido en el monarca: “Sería sorprendente que esto no le tuviera preocupado
al rey. Esto pesa porque hubo años en que parecía que la Monarquía podía ayudar
a encontrar una buena manera de convivir, y resulta que no”.
- Los
poderes económicos y el club Bilderberg. Cayo Lara apuntaba este martes en ‘Las Mañanas’ de Cuatro que la abdicación no
era fruto de la “generación espontánea” ni una ocurrencia del Rey: “Detrás
están poderes políticos y económicos, son los que toman las grandes decisiones y
el Rey, imagino, que se ha debido a una de las decisiones que han adoptado,
seguramente, los que tienen más poder”.
En esa misma
línea, elconfidencial apunta directamente al club Bilderberg que se ha celebrado
este fin de semana en Copenhague con la Reina Sofía entre los asistentes, y
recogen el testimonio de la periodista Cristina Martín Jiménez: “El efecto más
inmediato de la reunión del club lo acabamos de conocer con la abdicación del
Rey. Date cuenta de que todas las monarquías están haciendo el trasvase
generacional. Ellos trabajan por consenso y se ha decidido que era el momento
en que tenía que efectuarla. No me cabe la menor duda de que la abdicación del
rey es una decisión consensuada de Bilderberg”. A la reunión también acudió
Juan Luis Cebrián, presidente de PRISA, el grupo de comunicación que lleva
tiempo promocionando la imagen del Príncipe.
- Las
camarillas ‘felipistas’ y los celos del monarca. En su columna en El
Mundo Raúl del Pozo asegura que “una extraña camarilla -no llegan a
cinco- le han convencido para que abdique”. No apunta nombres aunque deja caer
varias cosas: “Me insisten en que la decisión es del monarca exclusivamente
pero ya sabemos que cuando el trono está en juego silban los puñales, aparece
el síndrome del Rey Lear y las traiciones entre reyes y príncipes se suceden
(…) En los últimos tiempos sintió unos inconfesables celos por Felipe de
Borbón, más que nada por la atención y la adulación que le dedicaban los que
querían que él se fuera”. E insiste en que el rey no quiso abdicar en enero y
se eligió esta fecha: “unas pocas personas, aún sabiendo lo arriesgado que
resulta coaccionar a los reyes, le han convencido de que éste era el momento
propicio, antes de que caiga el sistema y antes de que vaya su yerno a la
cárcel”. Ya en las tertulias Del Pozo ha ido un poco más allá hablando de las
presiones de los expresidentes, en alusión a González, Zapatero y Aznar, y en ese sentido Javier Ruiz también los señala apuntando
especialmente al popular.
Anguita: “La
abdicación es una maniobra para que la oligarquía siga en el poder”
Anguita:
"El monarca ha garantizado su blindaje de ininputabilidad antes de
abdicar"
Quién es
quién en la banca privada española
El Gobierno
se reúne con los grandes empresarios para fomentar la 'marca España'
La corte
del rey Juan Carlos y el capitalismo de amiguetes
Pedro J.
Ramírez reclama 'una reforma constitucional para evitar la putrefacción del
sistema'
El Gobierno
tramitará una ley de abdicación y la coronación será entre el 30 de junio y 3
de julio
Qué es y
qué quiere el Partido Obrero de Unificación Marxista
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