4 de
septiembre de 2015
A final
de mes (26 de septiembre) tendrá lugar en Madrid un "encuentro
comunista". Por
un lado, es una convocatoria dirigida a todas las personas que se consideran
comunistas. Por otro lado y en un sentido más amplio, pragmático y genérico, es
una convocatoria abierta a todas cuantas personas:
- A) Consideran el marxismo como la herramienta
fundamental para el análisis de la realidad social y su transformación
(el software teórico base), sin negar las aportaciones de
otros marcos teóricos e ideológicos que no solo son compatibles, sino que
además resultan complementarios y sinérgicos.
- B) Parten de un anticapitalismo raíz y defienden
el Socialismo como única alternativa válida al capitalismo (nuestro
clásico "Socialismo o barbarie"), lo que supone el rechazo del
interclasismo, la consideración de la lucha de clases como motor de la
acción política y la negación de que pueda existir un modelo de
"capitalismo feliz".
- C) Parten además del firme rechazo de ese
peligrosísimo señuelo sistémico que es la socialdemocracia, la
hábil comadrona de los partos difíciles del capitalismo (como
alguien, cuyo nombre no recuerdo, la definió hace muchos años).
Esto no ha surgido de un día para otro, sino que el encuentro lleva gestándose desde hace un tiempo. Oficialmente se hará público el próximo día 7 de septiembre, a través de un manifiesto que muchos ya conocemos. Personalmente, salvo que causas de fuerza mayor me lo impidan, estaré en el encuentro de Madrid a finales de este mes. ¿Qué razones tengo para apoyar la iniciativa?
Por encima
de todo, la iniciativa se ajusta a lo que considero que es la necesaria
creación de la "base izquierda", término al que le doy el
siguiente sentido:
1.
La
necesidad de crear un espacio de encuentro abierto, permanente y flexible que,
desde una fraternidad comunista básica, permita conocernos, entrar en contacto,
pensar, discutir, actuar, interactuar, proponer... y -porqué no- ejercer un
necesario comensalismo (en el sentido antropológico del término; las ideas son
importantes, pero los afectos también).
2.
Un
espacio que vaya más allá de los partidos políticos, en el que tengan cabida
personas militantes (de un partido o de otro, no importa) y no militantes. Se
trata de reagrupar el espacio humano anticapitalista, teniendo en cuenta que la
inmensa mayoría que integra tal espacio sociológico no milita en partidos, pero
son tan imprescindibles como los que tienen un carnet. Estamos
desperdigados y aislados, aunque somos muchísimos más de los que en nuestra
pesimista soledad individual tendemos a pensar.
3.
Que
tal esfuerzo por "encontrarse", debe estar dirigido a pensar
entre todos el rumbo que la izquierda debiera seguir, buscando encontrar
solución al dificilísimo problema que se nos presenta como el nudo gordiano de
la izquierda: la imposibilidad -hoy por hoy- de una ruptura
revolucionaria y, al mismo tiempo, el agotamiento definitivo de la vía
reformista (una vía muerta que conduce a ninguna parte en estos momentos, un
callejón sin salida del que la izquierda no es capaz de salir, atrapada en un
electoralismo estéril: véase "¿Qué
es "la Izquierda"? Diez observaciones.", artículo
escrito por un griego y pensando en el caso griego, pero que resulta
extrapolable en sus aspectos principales).
4.
Que
una iniciativa tan necesaria, NUNCA vendrá de las cúpulas y aparatos de
los partidos, formados por personas algunas de las cuales a menudo están
atadas a intereses particulares. Por el contrario, una iniciativa como la que
es necesaria, solo puede surgir de las bases, militantes y no
militantes. La base izquierda debe ser la rebelión de
aquellos que apenas jugamos un papel subalterno y/o pasivo. Reivindiquemos la
dictadura de las bases.
5.
La
base izquierda debe ser una red que se extienda, formando un tejido no
jerárquico ni burocrático. Y debe estar liberada del estrés electoral,
de la política llevada y reducida al terreno donde la burguesía quiere que esté
(exclusiva y excluyentemente): las urnas y las instituciones del estado
capitalista. Existe vida política más allá de las urnas y ahí
es donde debe buscar su sitio la base izquierda. Ni puede ni debe ser un
partido, sino un movimiento para encontrarse, pensar, actuar, confraternizar y
compartir, al margen de que haya personas que militen en una organización u
otra o no militen en nada.
Sostengo tal planteamiento desde antes de que comenzara a fraguarse el Encuentro Comunista. Incluso creo que más de un hemos llegado a la misma idea por separado. Personalmente, poco espero de los partidos existentes y tampoco considero que la solución sea crear otro partido más: la izquierda lleva décadas creando partidos como setas en temporada, en un esfuerzo tan inútil como frustrante. Entre todos y todas, compartiendo nuestra imaginación y creatividad y poniéndolas en conexión, debemos ser capaces de encontrar el rumbo que permita a la izquierda abandonar la vía muerta en la que se encuentra estancada.
Por todo ello, estaré en Madrid el día 26 de septiembre.
De
interés de cara al Encuentro:
- Propuesta:
"Juguemos a la revolución en verano"
- "La
necesidad de un espacio de encuentro comunista"
- "Por
una nueva mayoría"
- A mayores, personalmente considero imprescindible
la lectura de este artículo y su discusión pública: "¿Qué
es "la Izquierda"? Diez observaciones.". Escrito
por el griego Antonis, el artículo se refiere al caso griego, pero
las cuestiones importantes de calado resultan extrapolables al caso de
España y del resto de Europa occidental. En concreto, las contradicciones
que plantea sobre la vía reformista.
¿POR QUÉ
APOYO EL ENCUENTRO COMUNISTA DE MADRID? (un artículo de VigneVT)
La necesidad
de un espacio de encuentro comunista
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