La maquinaria de propaganda y manipulación mediática está en
marcha para arrasar Siria. Y de nuevo utilizando la misma estrategia utilizada
anteriormente (en Irak, por ejemplo, la escusa fueron las "armas de
destrucción masiva"), que no es otra que inventarse un nuevo ataque con
armas químicas del Ejército Sirio contra la población civil que, en esta
ocasión, supuestamente se habría cobrado la vida de 1.300 personas
inocentes en la localidad de Ghoutta, cerca de Damasco (¿y por qué no
decir 2.000, o 3.000, o 10.000 muertos?). La propia ONU, nada sospechosa de
revolucionaria o antiimperialista, no ha tenido más remedio que
reconocer que no tiene pruebas sobre
el uso de armas químicas por parte del gobierno de Bashar al-Assad.
Lo primero sospechoso en este asunto
es la fuente original de esta noticia, que no es otra que la cadena
Al-Arabiya, propiedad de la monarquía de Arabia Saudí (monarquía
"hermana" de la monarquía española) que es la principal
financiadora de los terroristas que están atacando y asesinando cruelmente
al pueblo sirio para derrocar a su gobierno. Se da la circunstancia
además que este supuesto ataque se habría producido justo antes de la
llegada de un equipo de inspectores de la ONU a Siria invitados por el
gobierno para investigar las denuncias del uso de armas químicas. El
analista geopolítico William Engdahl se
hace una pregunta de puro sentido común: "¿qué sentido tiene que
Bashar al-Assad usara armas químicas prohibidas justo cuando ha
accedido a que un equipo de expertos en armas químicas de la ONU entre en
Siria?". Pero lo más llamativo de este ejercicio de manipulación mediática
masiva es que las imágenes y vídeos ampliamente
difundidos por los medios de comunicación occidentales en los que se muestra a
las víctimas de ese supuesto ataque químico, fueron (el 20 de agosto) de que se
produjera el ataque químico el pasado miércoles 21 de agosto de 2013. ¿Cómo explican esto los propagandistas?
Es todo tan chusco, tan zafio y tan descarado que si no fuera por la extrema
gravedad de estos hechos sería para echarse a reír.
Todo este asunto tiene una explicación
de fondo: La estrategia trazada por Estados Unidos en Siria ha
fracasado estrepitosamente. Su táctica de entrenar, dirigir y financiar
mercenarios (falazmente llamados "rebeldes") para derrocar al
gobierno Al-Assad ha sido un fiasco. Siria le está ganando la batalla a los
terroristas, y el gobierno de EE.UU ha decidido pasar al "plan B" y
atacar directamente y por sus propios medios militares a Siria, con el
principal apoyo de sus aliados (siervos) de la OTAN y de Israel,
entre otros. Esta decisión fue tomada hace meses por EE.UU., y desde hace
semanas están movilizando soldados hacia la frontera de Jordania para
preparar el ataque. Lo único que necesitan ahora es construir un relato que les
sirva como pretexto para invadir, arrasar, y posteriormente
expoliar los recursos energéticos al pueblo sirio, y así lograr la
aceptación y complicidad de los ciudadanos y los organismos internacionales en
este nuevo crimen. Unos ciudadanos, por cierto, a los que tratan de
sugestionar a través de la difusión masiva de imágenes de
niños muertos y masacrados para que acepten los
crímenes de sus propios gobiernos. Al igual que hicieron en ocasiones
anteriores, como en Irak en 2003, primero adoptan la decisión de atacar a un
país y a continuación construyen - con la complicidad de sus medios de
comunicación - una realidad paralela que legitime su decisión. Y es
en este contexto donde hay que colocar esta ofensiva mediática de propaganda de
guerra en torno al ficticio ataque del gobierno sirio contra su pueblo con
armas químicas.
Es repugnante - aunque no sorprendente
- escuchar a los grandes medios de comunicación españoles, a todos sin
excepción, clamar por una intervención militar contra Siria, siguiendo
sumisamente el libreto marcado por Washington, sin contrastar la información,
sin poner sobre la mesa todos los datos y opiniones, sin poner en
duda unas "informaciones" llegadas de fuentes tan sospechosas y
tan poco fiables. No hacen periodismo, sino propaganda de las grandes
corporaciones financieras y empresariales de las que son propiedad. No son
periodistas, son mercenarios a sueldo del poder. ¿Por qué llaman "guerra
civil" a lo que está ocurriendo en Siria? No es una "guerra
civil", los sirios no se están matando unos a otros por problemas étnicos
o políticos, los terroristas vienen del exterior pagados en petrodólares y
euros por potencias extranjeras; es una guerra económica, como las
anteriores, iniciada por un imperio económica y políticamente en
decadencia que necesita saquear las materias primas y recursos del mundo y
frenar el avance imparable de su potencia enemiga: China.
Estos "periodistas", muchos de ellos definidos como "progresistas", nos ocultan, por poner sólo un ejemplo, que en mayo de 2013 la portavoz de la Comisión de investigación de la ONU, Carla del Ponte, estuvo en Siria estudiando la denuncia sobre la utilización de armas químicas por parte del gobierno, y afirmó con rotundidad que las pruebas daban como resultado todo lo contrario de lo que hoy dicen los medios occidentales. Son los mercenarios llegados de hasta 80 países diferentes financiados por occidente (EE.UU., Reino Unido, Unión Europea,...) y sus monarquías petroleras quienes han utilizado gas sarín contra el pueblo sirio. No les importan las pruebas ni la realidad, Siria ya está sentenciada por los imperialistas y sus grandes corporaciones. Sólo el contrapeso de Rusia y China está frenando la intervención militar en Siria. Y detrás, si nadie les para antes, le seguirá Irán.
Estos "periodistas", muchos de ellos definidos como "progresistas", nos ocultan, por poner sólo un ejemplo, que en mayo de 2013 la portavoz de la Comisión de investigación de la ONU, Carla del Ponte, estuvo en Siria estudiando la denuncia sobre la utilización de armas químicas por parte del gobierno, y afirmó con rotundidad que las pruebas daban como resultado todo lo contrario de lo que hoy dicen los medios occidentales. Son los mercenarios llegados de hasta 80 países diferentes financiados por occidente (EE.UU., Reino Unido, Unión Europea,...) y sus monarquías petroleras quienes han utilizado gas sarín contra el pueblo sirio. No les importan las pruebas ni la realidad, Siria ya está sentenciada por los imperialistas y sus grandes corporaciones. Sólo el contrapeso de Rusia y China está frenando la intervención militar en Siria. Y detrás, si nadie les para antes, le seguirá Irán.
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Fuente: Adolfof
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