miércoles, 11 de septiembre de 2013

Sr. Obama: ¿Trabaja Al Qaeda para ustedes en Siria o siempre fue así?





En unas horas se conmemorará el duodécimo aniversario del atentado contra las torres gemelas que estremeció al mundo y  que permitió a Estados Unidos y a sus aliados iniciar una cruzada que todavía dura y que ha convertido al mundo en un lugar más inseguro y conflictivo

General Wesley Clark plan Estados Unidos en 2001 invadir 7 países, entre ellos Syria. Subtitulado


Esos mismos yihadistas contra los que presumiblemente se ha luchado todos estos años son los mismos que se fugaron sospechosamente hace un mes y medio de cárceles de nueve países aliados o controlados por EE.UU, y que han provocado un aumento de las víctimas de atentados y ataques terroristas en Irak, Siria y Líbano, donde han muerto más de 1500 personas en el mes de agosto.

Gracias a esa masiva fuga la Casa Blanca emitió una alarma terrorista y cerró varias embajadas, lo que le ha permitido acabar con el escándalo de espionaje destapado por Edward Snowden. No ha sido difícil convencer a las opiniones públicas occidentales, que desde los autoatentados de 2001 y los atentados aún sin aclarar de Madrid en 2004 y Londres en 2005, se han convertido en sociedades asustadizas dispuestas a perder cuotas de libertad e incluso intimidad siempre que sea por seguridad.

 


                                                        Osama y Al Qaeda, la mayor creación de la inteligencia anglo-sionista


Según todos los indicios y en base a las declaraciones de los terroristas arrestados y de las víctimas de los ataques, la "fuga" de los guerrilleros de Al Qaeda más sanguinarios no es más que una nueva táctica que se enmarca en la estrategia de desestabilización regional, que tras el bombardeo de Siria podrá allanar el terreno a una gran confrontación intersectaria e interétnica desde Afganistán a Egipto, que asolará la región y permitirá llevar finalmente a la práctica un Nuevo Oriente Medio.


Tras la gran guerra regional, y siempre que no degenerara en una tercera guerra Mundial, desaparecerían los actuales estados y se produciría un desplazamiento masivo de comunidades humanas hacia pequeños estados de nueva creación que serían homogéneos religiosa y étnicamente. De esta manera, serían dominados fácilmente y podrían ser enfrentados cuando los intereses de las potencias dominantes así lo decidieran. Y todo ello comenzaría con la ya programada partición de Siria tras su caída.


El Nuevo Oriente Medio es requisito imprescindible para hacer realidad el sueño de las élites económicas de crear un Nuevo Orden Mundial gobernado perpetuamente por las potencias hegemónicas, que gobernarían directa o indirectamente a todas las naciones valiéndose de élites corruptas que someterán a sus pueblos al dictado de las grandes multinacionales, desde Sudáfrica hasta Vietnam e Indonesia, pasando por Norte de África y Oriente Medio, con un pie en el Cáucaso y otro en Asia Central, anulando completamente las expectativas de hegemonía compartida de Rusia y China.

Por último, yo le preguntaría al Sr. Obama por qué se escaparon más de cinco mil terroristas de Al Qaeda de cárceles de nueve países aliados u ocupados por Estados Unidos durante la última semana de julio. ¿Y por qué ninguno de ellos fue detenido? ¿Y por qué han muerto más de 1500 civiles víctimas de atentados ataques terroristas en Irak, Siria y Líbano durante el mes de agosto?

Sr. Obama, si algún día sale a la luz que sus servicios de inteligencia idearon esta última y macabra operación y que sus Fuerzas Especiales asaltaron los centros penitenciarios en coordinación con motines interiores, pasará usted a la historia como el Premio Nobel de la Paz que se convirtió en uno de los mayores criminales de la historia. Y peor aún, hará sospechar a toda la Comunidad Internacional que Al Qaeda no solo fue creada por ustedes, sino que también siempre trabajó para ustedes.

Ahora, y como tiene previsto, aproveche el 11 de septiembre para convencer a su congreso y a su opinión pública de que es necesario atacar a Siria.

Nagham Salman es analista política especialista en asuntos de Oriente Media y comentarista de TV.

 

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