viernes, 7 de febrero de 2020

El feminismo del 99%: una suma que resta




03 de Febrero de 2020

Una crítica marxista de la "Red de Mujeres Socialistas Itaia"


Fuente original:  https://itaia.eus/


 Por ITAIA (*) PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

El mundo conoció, el 8 de marzo de 2018, la propuesta política de tres mujeres, procedentes de la academia, que tan populares se han hecho en los últimos tiempos: manifiesto de un feminismo para el 99%. Nancy Fraser, Cinzia Arruzza y Tithi Bhattacharya, inspiradas por el movimiento Occupy Wall Street desarrollado en 2011, pretenden reforzar un feminismo “anti-capitalista” que cuestione el feminismo liberal. Así, quieren “hacer visibles y practicables algunas posibilidades emancipadoras latentes que los posicionamientos actuales ocultan” (Arruzza, Bhattacharya & Fraser, 2019, p.84)

Según las autoras, actualmente, el colapso de la credibilidad de las élites políticas ha creado las condiciones para pensar en un feminismo anticapitalista. Subrayan que la derrota de Hillary Clinton en 2016, trajo consigo la decadencia del feminismo liberal, aclarando que la brecha entre las mujeres que alcanzaron altos cargos y el beneficio de la mayoría de la población personificada por Clinton, fué la razón de ello. Explican que ese fracaso abrió la posibilidad de trabajar el asunto desde la izquierda (Arruzza et al., 2019).

Paro Internacional de Mujeres 2018





    Sorprende, sin embargo, que, desde la derrota de Hillary Clinton, su partido haya promovido dos Marchas Mundiales de Mujeres, una Huelga de Mujeres y la campaña MeToo, fenómenos que las autoras del manifiesto tienen continuamente como ejemplos del "feminismo anticapitalista". Para entenderlo, es de destacar que desde los años 80, cuando las teorías desarrolladas en la academia abandonaron el concepto de clase, el Partido Demócrata ha orientado sus propuestas electorales hacia otras identidades, financiando y asumiendo diferentes colectivos a través de una red fundacional (Barahona, 2018). Como consecuencia de ello, podríamos entender que en 2016 Hillary Clinton, tras perder ante Trump, organizara una movilización masiva contra este último: la Marcha de Mujeres de Washington. Según Barahona (2018), esta comparecencia contó desde el principio con el apoyo de diversos medios, entre ellos la plataforma Move On [1], vinculada a la Open Society Foundation [2], que se ha volcado en la formación y promoción del electorado demócrata. A la vista del éxito que tuvo, las promotoras de la movilización no esperaron mucho y en poco tiempo habían esbozado la huelga internacional de mujeres para el 8 de marzo.

    En enero de 2018, la segunda Marcha Mundial de Mujeres fue presentada sin tapujos bajo el lema Power to the Polls (el poder a las urnas). Sus efectos fueron claros en noviembre del mismo año, cuando nos iluminó una diversidad nunca vista en las elecciones al Senado de los Estados Unidos (260 mujeres electoras). El fenómeno fue calificado por algunos como “la ola progresista de mujeres” y tampoco se quedó atrás Fraser, explicando que el cambio que pretendían hacer estas mujeres del Partido Demócrata en el funcionamiento del país es estructural y definiéndolas  como mujeres “antisistema”. Resulta, por tanto, bastante contradictorio que el fracaso del feminismo liberal de Clinton, que creó las condiciones para el desarrollo del feminismo “anti-capitalista”, sea, a su vez, el ejemplo principal del feminismo “anti-capitalista”.

  Volviendo al tema, podríamos decir que la situación política concreta de Estados Unidos y la nueva ofensiva contra la clase trabajadora provocada por la crisis a nivel mundial, ha creado la oportunidad de poner sobre la mesa propuestas políticas como el “feminismo del 99%”. Según las autoras (2019):

  “El feminismo para el 99% tiene como objetivo unir movimientos existentes y futuros en una insurrección de amplia base” (p.78). Para ello, “debemos aliarnos, sobre todo, con las corrientes anticapitalistas de izquierda de todos los movimientos que también defienden el 99%” (p.75)


     Estas académicas sostienen que el nuevo concepto de “huelga” que se ha desarrollado en los últimos años ha influido en las nuevas formas de hacer política, sobre todo ampliando la propia comprensión del “trabajo” y redefiniendo lo que es la “clase trabajadora”. Estamos de acuerdo en que los movimientos de izquierda que han desarrollado una lectura economicista de la clase trabajadora han caído en un grave error. En comparación, nosotras también situamos la definición estructural del trabajador en el lugar que éste ocupa en el proceso global del capital, es decir, todo aquel que necesite de un salario para sobrevivir es miembro de la clase trabajadora. Esto pone de manifiesto la contradicción entre el capital y el trabajo, el interés antagónico entre ambas clases.


    Sin embargo, para llegar a apostar por el 99% haciendo ese análisis de clase, las autoras (2019) observan las contradicciones producidas por el desarrollo de las condiciones objetivas, siendo la influencia de esas contradicciones lo que define el sujeto de esta propuesta política:

   “hoy  todas las contradicciones del capitalismo han llegado al punto máximo de ebullición. Prácticamente nadie –con la excepción del 1%- se libra de los impactos de las perturbaciones políticas, la precariedad económica y el agotamiento socio-reproductivo" (p.88).
 
  Llegados a este punto, es evidente que esta propuesta estratégica, que no ofrece una explicación más precisa, responde ya a diversos errores. Por un lado, la ampliación de la propia clase más allá del trabajador asalariado no nos puede llevar a construir identidades de clase indeterminadas, en este caso el 99%. Situar el problema en el 1% nos lleva a hacer una lectura totalmente irreal de la realidad. Aquí cabe mencionar que, si bien la forma de producción capitalista se basa en una composición concreta de clase -que Marx identificó como relación de capital: la composición de clase que se define a través de la oposición de las categorías capitalista y asalariado- (Yenikoy, 2019), desde la segunda mitad del siglo XX, los Estados de Bienestar conocidos en los países occidentales crearon la posibilidad de que el fenómeno de la aristocracia obrera se materializara.  Aunque esta última forma parte de la estructura histórica de la clase trabajadora, en comparación con el proletariado, es el estrato con mayor capacidad de acumulación de dinero: el sector social que pudo ahorrar dinero de los salarios debido a las inversiones públicas que tuvieron estos modelos de Estado (Estados de Bienestar). Por tanto, aunque, como ya se ha señalado, una definición objetiva atiende a la posición social de los sujetos dentro de los procesos productivos, actualmente, esto va más allá del análisis entre dos clases antagónicas.


    Por otro lado, para desarrollar un análisis político, necesitamos conocer la definición política de clase, ya que la posición técnica no consolida la posición política de facto. Por tanto, la determinación subjetiva respondería a la actuación de las clases sociales como sujetos políticos. En este caso, la cuestión de la aristocracia obrera adquiere una importancia central, pues las condiciones de vida adquiridas por este sector social, los deseos que ha suscitado en él, han abierto las puertas al fenómeno de la “clase media”. Es decir, cuando la aristocracia obrera ha tenido la oportunidad de comparar sus intereses con los de la pequeña burguesía, han surgido las posibilidades de un bloque político común, lo que ha llevado a la aristocracia obrera  a tomar posiciones políticas reaccionarias frente a los intentos revolucionarios.


 Por ello, podríamos decir que el hecho de sufrir las consecuencias de las contradicciones internas del capital no convierte directamente a este sujeto en revolucionario. Hemos mencionado en numerosas ocasiones, por ejemplo, que aunque en la actualidad la opresión de las mujeres trabajadoras responde a una base material, sus consecuencias culturales y jurídicas afectan a todas las mujeres. Esto, en cambio, no convierte a las mujeres de las clases dominantes en aliadas, ya que asumen las consecuencias de la opresión que necesitan para mantener su posición social. Por lo tanto, definir al 99% como sujeto de una estrategia política que pretende desarrollar una visión de clase se vuelve absurdo.

 Definido así el sujeto, las creadoras del manifiesto hacen público el siguiente análisis (2019):

“Nos enfrenta directamente a las dos opciones principales que el capital ofrece ahora. Rechazamos no solo el populismo reaccionario, sino también el neoliberalismo progresista “(p.75). “Nuestra propuesta es ganarnos las fracciones de la clase trabajadora de ambos bloques políticos procapitalistas. De esta manera, buscamos construir una fuerza anticapitalista suficientemente grande y poderosa que pueda transformar la sociedad “(p.76).

   En cambio, en la realidad, la crisis de las formas políticas neoliberales no sólo la contrapone el populismo reaccionario. Por el contrario, existen otras opciones políticas que sustentan la democracia capitalista, entre las que destaca la socialdemocracia o el populismo de izquierdas. Estas propuestas políticas suelen ser un reflejo del fenómeno de la clase media, la opción de la aristocracia obrera de volver al Estado del Bienestar para mantener su statu quo. Parece inverosímil que las autoras no hayan pronunciado ni una sola palabra al respecto, teniendo en cuenta que Bernie Sanders [3] (representante del “socialismo democrático [4]) sería el ejemplo estadounidense más claro de esto y que Fraser ha manifestado públicamente su apuesta por este candidato. ¿No serán ellas, pues, la expresión de esta opción política? Es precisamente la apología de la clase media (aunque de forma disimulada) la que oculta las contradicciones cotidianas de la lucha proletaria de clase y crea identidades de clase indeterminadas como Pueblo contra oligarquía o 99% vs. 1% (Aldalur, 2019).

     La lección que ya hemos aprendido es que la propuesta política que pretende desarrollar una estrategia de clase no puede simplemente hacer un llamamiento a la diversidad de las luchas que nacen de abajo [5](Arruzza et al., 2019), pues esta ocurrencia que responde a las ideas de la teoría interseccional, no garantiza que los principios y propuestas tácticas-estratégicas de esas luchas respondan a los intereses del proletariado. Por tanto, la opción política que pretende organizar la fuerza social en base a los intereses de la clase trabajadora debe prestar especial atención al “modelo organizativo que desarrolla el enemigo de clase para ejercer su poder en cada época y momento histórico” (Yenikoy, 2019, p.14). Es decir, además de identificar al objeto de la revolución que es el enemigo de clase, debe saber quiénes son aquellos que interiorizan y defienden sus intereses (aunque sea de forma inconsciente), que suelen ser el primer obstáculo o impedimento de los proyectos revolucionarios.


“A este respecto, podríamos decir que desde hace seis décadas, ha sido la aristocracia obrera quien ha creado hegemónico en los diferentes estratos de los trabajadores y en general en la clase trabajadora de los estados de bienestar de “occidente”, el programa político de la burguesía (Yenikoy, 2019, p.15).

  Sin embargo, en el actual contexto de crisis, la forma económica de la sociedad, el mundo del trabajo, está revolucionando, transformando de igual manera la composición de clase. Esto, además de demandar un nuevo ciclo de acumulación con nuevas características, nos sitúa ante un nuevo ciclo político que exige un análisis detallado de la situación.  Las condiciones objetivas van madurando paulatinamente, extendiendo las contradicciones internas del sistema, tal y como han señalado las autoras. Un ejemplo de ello es el aumento de la violencia machista en los sectores más proletarizados, mientras que los avances en la igualdad legal entre mujeres y hombres son reseñables. Sin embargo, no podemos pensar que el desarrollo de las condiciones económicas vaya a hacer evolucionar mecánicamente y de forma paralela las condiciones subjetivas. Sin embargo, podemos observar que a veces el objeto implica al sujeto que se expresa en coherencia con su tarea histórica (Samaniego, 2019). Pero, es premisa necesaria para liberar lo que este sujeto contiene en potencia, por su situación de explotación, acertar en una división social del trabajo adecuada, esto es, organización eficaz. En esto cobra especial importancia la cuestión de la independencia organizativa: si tenemos las relaciones de poder burguesas como punto de mira, debemos combatir todas las facciones de la burguesía, tanto las estructurales como las políticas.

   Por ello, el feminismo que tiene como objetivo la superación del capitalismo, debe identificar objetivos concretos e inventar pautas concretas para alcanzarlos.  Es decir, el reto consiste en desarrollar un programa político acorde a los intereses concretos de las mujeres trabajadoras y en configurar una unidad de clase para la lucha contra todas las opresiones. Para ello, el reto prioritario es conformar formas organizativas dirigidas a convertir a la mujer trabajadora en un activo militante.

BIBLIOGRAFIA:

– Aldalur, B. (05/06/2019). Desmobilizazioa eta identitate politikak. Recuperado de:
https://gedar.eus/koiuntura/benataldalur/desmobilizazioa-eta-identitate-politikak




– Aldalur, B. (11/09/2019). El G7 en Biarritz, breve contribución a un análisis de clase. Recuperado de:
https://gedar.eus/koiunturapdf/20190911_KP_AZERI-G7_Biarritz_breve_contribuci%C3%B3n_a_un_an%C3%A1lisis_de_clase.pdf


– Aldalur, B. (05/11/2019). Proceso Socialista e Identidades de clase: ¿son lo mismo? Recuperado de:
https://gedar.eus/koiunturapdf/20191106_KP_Be%C3%B1atAldalur-Proceso_socialista_e_identidades_de_clase.%C2%BFson_lo_mismo%3F.pdf


 – Arruzza, C., Bhattacharya T. & Fraser N. (2019). Manifiesto de un feminismo para el 99%. Barcelona: Herder.

– Andrade, A. & De Sus, E. (03/04/2019). “Necesitamos una definición totalmente diferente del concepto de clase trabajadora
Nancy Fraser. Reuperado de: https://ctxt.es/es/20190403/Politica/25374/nancy-fraser-feminsimo-trump-adriana-m-andrade-elena-de-sus.htm




– Barahona, T. (30/01/2018). La marcha internacional de las mujeres o la artera instrumentalización del feminismo. Recuperado de:
https://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/la-marcha-internacional-de-las


– D’atri, A. & Murillo, C. (28/07/2019). Feminismo para el 99%: estrategias en debate. Recuperado de: http://www.izquierdadiario.es/Feminismo-para-el-99-estrategias-en-debate

Feminismo para el 99 %: estrategias en debate
(28/07/2019).

Nancy Fraser | Qué es el feminismo del 99 %



– Samaniego, M. (26/06/2019). Comunismo en latencia y nuevo ciclo político o ciclo de acumulación. Recuperado de:
https://gedar.eus/koiunturapdf/20190626_KP_Belatz-COMUNISMO_EN_LATENCIA_Y_NUEVO_CICLO_POLITICO_O_CICLO_DE_ACUMULACION.pdf


– Yenikoy (2019). Kapitalaren despotismoa eta proletariotza. Recuperado de:
https://gedar.eus/pdf/lz/20191119_Kapitalaren_despotismoa_eta_proletariotza.pdf


Yenikoy (2019). Kapitalaren despotismoa eta proletariotza/ Depotismo y Proleparamente de capital. 






[1] Plataforma dedicada a la organización y gestión de movilizaciones. En su página se puede apreciar la relación que tiene con el Partido Demócrata, solo hay que ver su electorado para el 2020. Explican: “In the 2020 election cycle, MoveOn is committed to making sure that a progressive, inspiring, and competitive Democratic nominee who is accountable to the broader movement emerges from the presidential primaries to defeat Donald Trump.” Ver: https://front.moveon.org/about/?utm_source=front&utm_content=nav


MoveOn/ Siga adelante


[2] Red internacional creada por el magnate George Soros. Tiene como función financiar grupos de la sociedad civil. Ver: https://www.opensocietyfoundations.org/

[3] En 2015-2016 se presentó con el Partido Demócrata. Aun y todo, tiene la marca de antigüedad como independiente en la historia del Congreso de Estados Unidos.


[5] Textualmente en el manifiesto: “hemos propuesto un universalismo que adquiere su forma y contenido desde la multiplicidad de luchas que nacen desde abajo.” p.106






Fuente original:    https://itaia.eus/


99% POLÍTICA  POLÍTICA DE CLASE

Publicado en 26 de enero de 2020



Feminismo emancipador o revolucionario. Las mujeres revolucionarias de la clase trabajadora contra el feminismo burgués. El origen del 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora.

15 de junio de 2018


Rosa Luxemburgo: Sufragio femenino y lucha de clases (1912), La mujer proletaria (1914). Cuestión de táctica [Sobre Bélgica] 4 de abril 1902.

3 de abril de 2019


Bibliografía imprescindible sobre la concepción marxista del poder (En Francia - Rusia- Alemania-España)



MANIFIESTO
Un feminismo para el 99%: por eso las mujeres haremos huelga este año
31/01/2018
Angela Davis / Nancy Fraser / Linda Alcoff / Cinzia Arruzza / Tithi Bhattacharya / Rosa Clemente / Z Taylor 




Un feminismo para el 99%. Por eso las mujeres haremos huelga este año



Un feminismo para el 99%: por eso las mujeres haremos huelga este año
03/03/2018

Entrevista a Cinzia Arruzza
“El feminismo del 99 % es la alternativa anticapitalista al feminismo liberal”

CTXT


CINZIA ARRUZZA / INTELECTUAL FEMINISTA
“El feminismo del 99% es la alternativa anticapitalista al feminismo liberal”
Josefina L. Martínez 15/08/2018



MANIFIESTO DE UN FEMINISMO PARA EL 99%
Necesitamos un feminismo anticapitalista, un feminismo para el 99%

20/02/2019

Cinzia Arruzza / Tithi Bhattacharya / Nancy Fraser 


Manifiesto de un feminismo para el 99%: El feminismo liberal subcontrata la opresión

Miércoles 27 de febrero de 2019



Un feminismo para el 99%





Por un feminismo del 99%. Paro Internacional de Mujeres el 8 de marzo
23/02/2017


Entrevista a Nancy Fraser: “El feminismo del 99% no es una alternativa a la lucha de clases, es otro frente dentro de ella”

Por Rebeca Martínez Publicado el 8 de agosto de 2019


Junio 2019



Feminismo para el 99%: la raíz del problema es el capitalismo






Manifiesto de presentación de la plataforma Trabajadoras Andaluzas. “Las trabajadoras debemos distanciarnos de la comisión del 8-M”, que no surge de la lucha de clases”





Un género que confunde, divide y atrasa.


La paradoja de la jueza Victoria Rosell: de represora de sindicalistas a defensora de la mujer (vídeo). Legislación sobre Violencia de Género y Doméstica


Real Decreto 217/2020, de 29 de enero, por el que se nombra Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género a doña María Victoria Rosell Aguilar.

Podemos presiona para que la reforma del 'sí es sí' esté el 8-M sin esperar a la sedición

4/02/2020







Sobre el feminismo burgués y el feminismo revolucionario

La señora Clinton y su techo de cristal.
17 de noviembre de 2016


La señora Clinton y su techo de cemento: sobre la incongruencia del discurso liberal y feminista posmoderno
17 de noviembre de 2016


"Revolución de color" en contra de Donald Trump. George Soros detrás de las protestas anti-Trump.

21 de enero de 2017




Desenmascarando la moda de “las mareas feministas interclasistas”

La Marcha Internacional de mujeres o la artera instrumentalización del feminismo

16 de junio de 2018


Desenmascarando el engendro del movimiento 15 M o Spanish Revolution. Las tides o mareas ciudadanas de colores. Tercera parte.



Las señoras de la guerra: Crítica del feminismo burgués y posmoderno
17 de junio de 2018



Las mujeres en la Libia pos-Gadafi: Bajo una abaya de silencio cómplice. De cómo se utiliza la “identidad de género” para ocultar la “identidad de clase”.

22 de agosto de 2018








De "New York Times" a "Público": Las cocinas mediáticas del feminismo 'low cost'(Este feminismo burgués posmoderno es ciego a las clases sociales, sólo ve identidades de género, raza, religión, nacionalidad u orientación sexual.)

27 de febrero de 2019



El 8 de marzo: un día que no puede ser de todas las mujeres

3 de abril de 2019


Un "género" que vende: "Feminismo" posmoderno contra feminismo emancipador

4 de abril de 2019



La política "trans-queer", un caballo de Troya en los movimientos de emancipación social


Extinction Rebellion: Cuando el capitalismo se viste de verde (vídeo). El nuevo socialismo burgués o conservador.


Extinción planetaria, dominación ideológica y empobrecimiento de la clase trabajadora con la transición ecológica o Green New Dea (Nuevo Acuerdo o Pacto Verde)


Feminismo emancipador o revolucionario. Las mujeres revolucionarias de la clase trabajadora contra el feminismo burgués. El origen del 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora.

15 de junio de 2018


Rosa Luxemburgo: Sufragio femenino y lucha de clases (1912), La mujer proletaria (1914). Cuestión de táctica [Sobre Bélgica] 4 de abril 1902.

3 de abril de 2019



Desenmascarando al gobierno atrapalotodo griego de Syriza-ANEL, que preside Alexis Tsipras de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), (la relación con el partido atrapolotodo de Podemos y los tontos útiles de IU).




Desenmascarando las primaveras o revoluciones de colores en el mundo (la no violencia al servicio del imperialismo). Cuarta parte


Desenmascarado a Podemos, el engendro del engendro. Un partido gatopardista o lampedusiano, ciudadanista, transversal o atrapalotodo. Séptima parte







Convocatorias fabricadas desde el poder:  8 de marzo 2018 y 8 de marzo 2019


Marcha de mujeres 2017/ 2017 Women's March



Lista de lugares de marzo de mujeres 2017

España 695-8


Marcha de las Mujeres en Washington



Una marcha global inicia este sábado un año clave para los derechos de las mujeres

La Women's March Global celebra su cuarta edición este 2020, fecha del 25 aniversario de la Declaración de Beijing en la que se celebrarán grandes eventos para impulsar el progreso hacia la igualdad de género

18 ENE 2020


MARCHA DE LAS MUJERES 2019


Marzo de mujeres 2020






Podemos presiona para que la reforma del 'sí es sí' esté el 8-M sin esperar a la sedición

4/02/2020



El movimiento feminista busca otro 8M masivo tras dar por agotada la huelga laboral
2020-01-30





“Quiero que los varones entiendan por qué estamos tan enojadas cuando salimos a la calle”









En los Estados Unidos: ¿ha ganado el feminismo o el flautista de Hamelín?
26 de Noviembre de 2018




Feminismo del 99: ¿La última estrategia para "despistar" a las trabajadoras?
Por TITA BARAHONA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-


   A estas alturas, quienes formamos parte de la clase trabajadora deberíamos saber muy bien lo que podemos esperar de los partidos políticos que se definen “de izquierdas” o “progresistas” o llevan -impropiamente- en sus nombres la palabra “socialista”, y se alternan en los gobiernos con los partidos de “derechas” o “conservadores”. O de esos sindicatos que tienen aún el atrevimiento de llamarse “de clase”. Organizaciones, en definitiva, que dicen defender los intereses de los trabajadores, del “pueblo”, de “la gente” o, en versión más posmoderna, “del 99%”; pero, en realidad,  gobiernan - cuando les toca el turno -, al igual que sus supuestos oponentes, para la clase dominante y el sistema de explotación y opresión que representa. Partidos y organizaciones que únicamente aspiran a realizar reformas que den la sensación de que algo cambia para que lo esencial siga igual. No hace falta poner ejemplos. Sólo en la España del último medio siglo darían para llenar muchas páginas.



"Lo que se ha bautizado como “feminismo del 99%” es una nueva expresión del reformismo integrado en el sistema que se presenta a sí mismo como anticapitalista"



    En los llamados movimientos sociales, como por ejemplo el ecologismo y el feminismo, hay sectores, hoy hegemónicos con la inestimable ayuda de los medios de comunicación del sistema, que reproducen en cierta medida esta aparente dicotomía entre una corriente abiertamente liberal, que cree, por ejemplo, que se puede salvar el planeta o alcanzar la igualdad entre los sexossin alterar en lo sustancial el modo de producción capitalista; y una corriente que se auto-denomina “anti-capitalista” pero cuyo objetivo es aplicar reformas en el sistema que nos devuelvan esos derechos sociales (educación gratuita, sanidad universal, vivienda asequible, guarderías y residencias públicas, etc.), que la actual fase capitalista -llamada por ellos “neoliberal, financiarizada y globalizada”- nos está arrebatando. Este último parece ser el caso de lo que se ha bautizado como “feminismo del 99%”.



   Una de sus madrinas, la académica estadounidense Nancy Fraser, ha estado recientemente visitando Madrid, invitada por el Museo Reina Sofía, el MediaLab y su Grupo de Estudios Críticos, para dar un seminario y una serie de entrevistas, que han sido publicadas en los principales periódicos y programas como La Tuerka (1). Fraser es una de las tres firmantes del llamado Manifiesto para un Feminismo del 99%, que el pasado 8 de Marzo se publicó simultáneamente en varios países y en 13 idiomas, y al que se le está dando mucha publicidad en medios como Público, eldiario.es o El País (2).




"Quienes formamos parte de la clase trabajadora deberíamos saber muy bien lo que podemos esperar de los partidos políticos que se definen “de izquierdas” y solo aspiran  a realizar reformas que den la sensación de que algo cambia para que lo esencial siga igual"


      No entraremos aquí a valorar los planteamientos y los fallos teóricos de que se alimenta dicha corriente, empresa que dejamos para otra ocasión. Nos limitaremos a comentar algunas afirmaciones realizadas por Fraser en la entrevista concedida a la revista CTXT de Público (3). Ya sólo el título elegido por la entrevistadora Necesitamos un concepto totalmente diferente de clase trabajadora llama la atención. Aparte de que no refleja lo esencial del contenido de la entrevista, es frase sacada de una respuesta en la que Fraser implica, falsa y absurdamente, que hasta ahora por clase trabajadora se ha entendido “al hombre blanco que trabaja en una fábrica”, y no a las mujeres y a las personas de otras razas y las trans. Resulta sorprendente que una intelectual, que afirma haberse inspirado también de las fuentes de la teoría marxista, no sepa que la clase trabajadora siempre se ha definido como el conjunto de personas -de todo sexo, edad, raza o nacionalidad- que no poseen medios de producción, ni medios de vida, y por ello se ven precisadas a vender su fuerza de trabajo para subsistir. Sorprende igualmente que los temas identitarios -género, raza, orientación sexual- en los que se basa el “feminismo corporativo liberal” que ella tanto critica, los reintroduzca por la puerta de atrás. Pero, repito, dejamos estos aspectos para posteriores desarrollos.



    La contradicción que aquí viene al caso consiste en que alguien que se define “anti-capitalista” y aboga por un enfoque “de clase trabajadora” para el feminismo, al mismo tiempo se muestra entusiasmada por figuras políticas como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, que en EEUU representan el llamado “socialismo democrático”, y con Elizabeth Warren, veterana senadora por Massachusetts. Entusiasmo incomprensible por cuanto las tres figuras citadas son miembros del Partido Demócrata, una de las dos cabezas del único cuerpo que ejerce el poder en EEUU: el del capital y la guerra imperialista. Sin embargo, para Fraser, tanto Ocasio-Cortez como Warren son “mujeres de izquierdas y antisistema”. Para quienes no estén familiarizados con la política interna estadounidense, veamos primero, brevemente, de dónde surge este “socialismo democrático”.



"El “socialismo democrático” aguado, que abanderan las admiradas y los admirados de Nancy Fraser, es, en realidad, un social-liberalismo del mismo corte que en las últimas décadas visten los partidos auto-denominados de izquierdas en Europa y Latinoamérica"


    Desde la inesperada victoria de Donald Trump, en el seno del Partido Demócrata han fraguado grupos como Justice DemocratsOur RevolutionBrand New Congress Democratic Socialists of America, que se sitúan en oposición y pretenden ser una alternativa a la llamada corporate class, que domina los aparatos de dicha formación oligárquica (los Clinton, Pelosi y compañía). Todos juntos conforman la denominada resistance” contra Trump (4). La personalidad más destacada de este retoño izquierdista del Partido Demócrata es el senador por Vermont, Bernie Sanders, que disputó las primarias para elegir candidato a las presidenciales con Hillary Clinton, y no las ganó porque hubo manipulación por parte del equipo de Clinton, como demuestran documentos y correos publicados en su día por WikiLeaks junto a declaraciones de la ex-presidenta del Comité Nacional DemócrataDonna Brazile y la misma Elizabeth Warren (5). Esta última siempre ha desempeñado muy bien el papel de presentar la cara más progresista del Partido Demócrata, que se define “progresista” -o liberal-, frente al “conservador” Partido Republicano, y dice gobernar para las familias trabajadoras. La famosa reprimenda pública que Warren dio a los grandes bancos que ocasionaron la crisis de 2007-08 fue muy aclamada, pero ello no impidió que Obama los rescatara con dinero público mientras cientos de miles de familias eran desahuciadas. 


    Ahora bien, una intelectual de la talla de Nancy Fraser debería saber, como lo saben las personas verdaderamente anti-capitalistas en los Estados Unidos, que el Partido Demócrata es el cementerio de cualquier movimiento que aspire a subvertir el orden establecido, y que hay en el país organizaciones mucho más “progresistas” y socialistas que ella parece ignorar. Si el término “socialismo” está experimentando una especie de renacimiento en EEUU, como, en efecto está sucediendo, es porque la versión de socialismo que representan Sanders y Ocasio-Cortez se está incubando bajo el ala del Partido Demócrata, lo cual indica que mucho daño al sistema no le puede hacer. Como señala Glen Ford, editor de Black Agenda Report:


     “El precio que paga el socialismo para ser admitido en el discurso de la bestia hegemónica capitalista es que siempre debe ir acompañado de la palabra-carabina “democrático”, para distinguirlo bien de las ideologías alegadamente “autoritarias” del mismo nombre. El adjetivo “democrático” opera maravillas, agrandando mágicamente el campo histórico del socialismo para incluir al Presidente Franklin Roosevelt, un millonario que nunca se sintió socialista, cuya Ley de Derechos económicos de 1944 es la fuente de la marca socialista de Bernie Sanders. Al mismo tiempo, se demoniza a casi todos los actuales movimientos y gobiernos de inspiración socialista”. (6).


    Veamos cómo estas palabras no van descaminadas con sólo un par de ejemplos de hasta dónde llega lo izquierdista y antisistema que Nancy Fraser ve en Sanders y Ocasio-Cortez, y las cualidades de Elizabeth Warren, que, según Fraser, harían de ella “una estupenda presidenta”. Mientras que los tres apoyan en sus discursos demandas populares como las energías limpias, la condonación de la deuda de los estudiantes, la subida del salario mínimo, la sanidad universal (medicare for all), entre otras, del recientemente fallecido John McCain -que apoyó el ascenso de los nazis en Ucrania y a los terroristas corta-cabezas en Siria-, Ocasio-Cortez dijo que “su legado representa un ejemplo de decencia humana y de servicio a los Estados Unidos (7). Mejor indicativo no puede haber de que la brillante latina no va a oponerse a la política imperialista de la gran potencia, y de que tiene mucho más de demócrata que de socialista.


    A los socialistas democráticos no les gusta usar la palabra imperialista porque molesta a la clase dominante, aparte de que comparten con ésta la misma lista de países enemigos en la que figuran, entre otros, Siria y Venezuela. Durante el discurso sobre el Estado de la Nación, ya bajo el mandato de Trump, la nueva congresista Ocasio-Cortez enmarcó el conflicto con Venezuela como “un tema de régimen autoritario contra democracia”. Y Elizabeth Warren vertió la misma propaganda diciendo que “los venezolanos merecen elecciones libres y justas, una economía que funcione [como la EEUU, sin duda] y la capacidad de vivir sin miedo a la violencia de su propio gobierno”. (8). Hemos de recordar asimismo que todos los senadores del Partido Demócrata, incluidos los de la “resistance”, Sanders y Warren, votaron en su día a favor de la decisión de Donald Trump de nombrar como Secretario de Defensa a Jim “Perro Loco” Mattis, cuyo sadismo en las guerras del Golfo, Afganistán e Iraq es de sobra conocido (9).


   Este “socialismo democrático” aguado, que abanderan las admiradas y los admirados de Nancy Fraser, es, en realidad, un social-liberalismo del mismo corte que en las últimas décadas visten los partidos auto-denominados de izquierdas en Europa y partes de América Latina. Su objetivo no es otro que “pastorear” hacia el redil electoral del Partido Demócrata a personas u organizaciones que simpatizan con las ideas socialistas, porque saben que el capitalismo sólo puede traer más miseria a la clase trabajadora y la menguante “clase media”. Su objetivo es evitar, mediante la cooptación, que se fortalezcan los movimientos verdaderamente socialistas que existen en los Estados Unidos, y que el doupolio demócrata-republicano ya se encarga de que no tengan ninguna posibilidad de éxito electoral, y menos que lideren huelgas y manifestaciones masivas que pongan en jaque al sistema. Nos preguntamos, por tanto -y con cierto fundamento- si el Feminismo del 99% que Fraser amadrina es  parte de la misma estrategia.

Abril de 2019.



Notas y referencias:    

    
(2) En España lo ha editado la editorial Herder. Sus autoras son Cinzia Arruza, Nancy Fraser y Tithi Bhattacharya.
    
    
    
   
  
  
(8)  Remito a la nota 6.

 (9) Es verdad que, por el contrario, los demócratas votaron en bloque en contra de otra denominación, la de Betsy DeVos, la reina de los colegios privados, como Secretaria de Educación. Claro que ya Barack Obama fue un desastre para la escuela pública, con el despido de más de 300.000 maestros y personal de los centros: https://www.globalresearch.ca/u-s-senate-approves-billionaire-enemy-of-public-schools-as-secretary-of-education/5573601




En los Estados Unidos, el "socialismo" te lo trae el departamento de Estado
29 de Julio de 2019

Cuando en el último tercio del siglo XX, las elites capitalistas decidieron romper el “contrato social”, la vieja socialdemocracia feneció, dando lugar -recuerda Tita Barahona - a nuevos experimentos políticos que llevaban agendas liberales bajo un ropaje izquierdista, con el fin de seguir despojando a las clases trabajadoras de derechos, conciencia, memoria y futuro, la mejor manera de apuntalar el sistema depredador en que vivimos (...).
Por TITA BARAHONA / REDACCIÓN CANARIAS-SEMANAL.ORG.-


   Cuando en el último tercio del siglo XX, las elites capitalistas decidieron romper el “contrato social”, es decir, destruir el marco normativo de las relaciones laborales y acabar con los derechos sociales, ganados en años de lucha obrera, que garantizaban la reproducción de la clase trabajadora mediante salario indirecto (prestaciones por desempleo, enfermedad, jubilación, vacaciones, etc.), la vieja socialdemocracia, gestora de ese Estado social, falleció y entonces la derecha conservadora o “neoliberal” pareció quedarse viuda, sin su contraparte de “izquierdas”. Situación embarazosa para una democracia burguesa que necesita mantener la ficción de la libertad y variedad de elección.


   Una renacida, “nueva” socialdemocracia, vino a ocupar el lugar de la vieja. Salió de los hornos de la London School of Economics, de la mano de su académico pos-marxista (léase ex-marxista), Anthony Giddens, y su órgano político, el Partido Laborista, presidido entonces por Tony Blair. A la criatura se le dio el nombre de Tercera Vía. Lo que esta tenía de nuevo es que nacía ya con el catecismo neoliberal aprendido, como supo ver la Dama de HierroMargaret Thatcher:

La mejor prueba de que hemos triunfado es que [los laboristas] se han pasado a nuestro bando”.


   En efecto, cuando le llegó el turno de ocupar Downing St., el nuevo laborismo no pasó de ser un social-liberalismo que mantuvo activas la piqueta y las tijeras, y siguió a muerte con la agenda yanqui, como se vería en la guerra de Iraq. Lo mismo hacía el “socialismo” de Felipe González en España, el de François Mitterrand en Francia o la socialdemocracia de Helmut Schmidt en Alemania. El resultado fue un progresivo deterioro de las condiciones de vida y trabajo de las clases populares y la expansión de la guerra. Pero, en los medios de comunicación corporativos, siguieron siendo “la izquierda”, reunida en Bruselas en la Internacional Socialista, nada menos.


   Los de la Tercera Vía tuvieron un alumno aventajado en el sociatismo español. Recuerdo que, en 1998, se publicó el libro de este título, traducido al castellano, firmado por Tony Blair –que, por supuesto, editaba El País-Aguilar. Vino a presentarlo el ministro británico Peter Mandelson, gurú político de Blair, que lo dejó claro: la tercera vía no era una equidistancia, sino una “manera de alcanzar los valores de la izquierda, con la flexibilidad del talante liberal”. Y Josep Borrell, candidato a la presidencia España y autor de la introducción del libro, hacía de hincha en este acto lanzando sesudas reflexiones como:

    “Este es de los míos, porque socialista viene de sociedad, no de Estado” o repitiendo eslóganes como “El Estado no debe tener como principal labor prestar protección, sino ofrecer promoción” (1).


   De aquellos barros, estos lodos. Hoy tenemos a los mismos socialistas y laboristas -estos últimos ahora con un ala de aspecto más radical. Pero, la familia ha aumentado con versiones difusas, de significantes y significados vacíos, alegadamente “ni de derechas ni de izquierdas”, que los medios presentan como “populismo de izquierdas” e incluso como “izquierda radical”. En Grecia, la clase trabajadora sabe muy bien lo que se puede esperar de estos “radicales” y en España acumulamos ya cierta experiencia. Todos ellos, llámense laboristas, socialistas, socialdemócatas o populistas, conforman las fuerzas de progreso”, que los medios autodenominados progresistas (siguiendo la moda yanqui) presentan como la izquierda aquí y en muchos lugares.


   Ahora, en Estados Unidos, tierra de la histórica caza de brujas contra socialistas, comunistas y anarquistas, cuya sombra asoma todavía, se están creando experimentos “socialistas”, que reciben no poca dosis de exposición mediática, especialmente, claro, en los medios progresistas, aunque también en cierta medida en los “conservadores”. Es importante poner atención a este fenómeno, porque tiene algunas similitudes con el que hemos visto desde 2011 en el Estado español, y porque hablamos de la primera potencia -si no ya económica, sí militar- del mundo, cuyos productos “culturales” (entiéndase todo lo relacionado con el control ideológico) se consumen a nivel global, especialmente en su siempre fiel servidora, la Unión Europea.


   En este mes de julio ha tenido lugar en Chicago una 2019 Socialist Conference, que, desde su primera edición en 2009, había sido plataforma de un grupo trostkista llamado International Socialist Organization (en adelante ISO), y su órgano Socialist Worker. La novedad de esta última conferencia ha sido la integración de los miembros de la ISO, ya disuelta, en los Democratic Socialists of Américaque, como ya informamos en otro lugar, está creciendo como la espuma al calor del Partido Demócrata, es decir, del propio aparato del estado capitalista e imperialista de Estados Unidos, pero con programas “sociales”.


   Dos tendencias políticas aparentemente opuestas, una trotskista y otra, la de los Socialistas Democráticos de América, de corte social-liberal, inspirada en la socialdemocracia aguada de los países escandinavos, han descubierto que comparten un rasgo esencial: la combinación de un discurso de tonos anti-capitalistas, con un seguidismo de la agenda imperialista norteamericana. Y todo aderezado con un profundo anti-comunismo.


   El medio The Grayzone publicó un artículo con información de los participantes en la Conferencia 2019, una multitud colorista de “activistas de izquierdas” que básicamente se dedicaron a criticar a los países enemigos oficiales de Washington. En el panel de China hubo ponentes de organizaciones que reciben donaciones del National Endowment for Democracy (NED), esa arma blanda de la administración estadounidense. En otro panel, titulado “Una mirada socialista a la Primavera Árabe”, participó el miembro de una fundación directamente financiada por el Departamento de Estado. Por supuesto, no faltaron paneles para despellejar a los gobiernos de Nicaragua y Cuba -que, según John Bolton- son dos miembros de la “Troika de la Tiranía”Dan La Botz, uno de los dirigentes de Socialistas Democráticos de América, hizo un llamamiento en su alocución a la intervención militar de EEUU en Nicaragua para desalojar al sandinismo. Hubo incluso un panel dedicado a destripar a la izquierda anti-imperialista (2).


   Según los autores del citado artículo, la ISO (International Socialist Organization), desde su fundación en 1977, tuvo sucesivas escisiones y nunca creció más allá de los campus universitarios, con apenas influencia política. Sus dirigentes decían estar contra la guerra, pero gastaban mucho tiempo y recursos en atacar a la izquierda anti-imperialista; de ahí que se vea más apropiado llamarla “izquierda anti-anti-imperialista”. Por otro lado, su anti-comunismo les hizo evitar símbolos como la hoz y el martillo y la bandera roja. En su lugar eligieron un puño, de diseño muy similar al usado por el grupo serbio Otpor, que, como otros en Europa del Este, fueron claves en las “revoluciones de colores” que Washington alentó en los años posteriores al colapso de la Unión Soviética.


   Dada la fusión de ISO con los Socialistas Democráticos de América, estos últimos se han encargado de patrocinar la Conferencia de este año, junto a su medio de referencia, la revista Jacobin, y Haymarket, brazo editorial de la difunta ISO. No es extraño, pues, que hubiera como ponentes-invitados figuras de campanillas de los medios progresistas, como la directora-presentadora de Democracy NowAmy Goodman, o la periodista Naomi Klein, que añade a su palmarés de estrella revolucionaria el haber sido elegida presidenta inaugural de Medios, Cultura y Estudios Feministas, curso dotado por Gloria Steinem en la Universidad de de Rutgers (New Jersey) (3).  Klein dio la conferencia de clausura, titulada “Care and Repair: the revolutionary, democratic power of a Global Green New Deal” (Cuida y Repara: el poder democrático, revolucionario del Nuevo Contrato Verde Global(4).


   Curiosamente, en esta edición, ninguno de los paneles estuvo dedicado a Venezuela, a pesar de que la ISO siempre criticó a Hugo Chávez y Nicolás Maduro por no ser más radicales y no poner en práctica el “socialismo desde abajo”. Sin embargo, en Venezuela y “por abajo”, otro grupo trostkista, llamado Marea Socialista, se reunió en febrero pasado con Juan Guaidó, del partido de extrema derecha, Voluntad Popular. El propio Guaidó publicó en su Twitter una foto del encuentro. Marea Socialista, que no tiene apenas influencia dentro de Venezuela, recibe una generosa cobertura mediática en sitios como Jacobin y Socialist Worker, así como en general en la prensa progresista de habla inglesa. A uno de los dirigentes de Marea Socialista, el conocido anti-chavista, Edgardo Lander, le entrevistaron recientemente en Democracy Now.


   Y, aquí, en los predios hispanohablantes, la prensa progresista de Públicoeldiario.esEl País y sus huéspedes, el Huffington Post y The Guardian, que siguen al dictado lo que le llega del otro lado del Atlántico norte, llevan un tiempo dando noticias de los Socialistas Democráticos de América y sus estrellas más conocidas: Bernie SandersAlexandria Ocasio-CortezIlham OmanAyanna Pressley y Rashida Tlaib, las “mujeres de color” que Trump ha insultado recientemente por criticar su política con los migrantes (5).


   El término “socialismo” está, ciertamente, experimentando una especie de renacimiento en EEUU de la mano del Departamento de Estado. Le es muy útil para apuntalar su geo-estrategia y no menos para pastorear a las masas trabajadoras descontentas, sobre todo a las nuevas generaciones, hacia rediles políticos atractivos pero inofensivos al sistema. La acumulación, la explotación, la opresión, la contaminación y la guerra están, de este modo, garantizados. Todas las Syrizas que en Europa surgen por doquier, presentadas en los medios como la "izquierda radical", cumplen la misma función: ser sumisas a lo que les llega de Bruselas, Londres o Washington. Para todos esos "populismos de izquierdas" que prometen insumisión, si tocan el poder, "la política es muy dura", como dijo el líder de Podemos cuando su adorado Tsipras traicionó al pueblo griego en referéndum.


   Estemos alerta para desenmascarar a estos vendedores de crecepelo para calvos -como dice un apreciado camarada-, porque comparten con la clase dominante el fin de despojarnos de toda seña de identidad de clase y, por tanto, de la capacidad de combatir eficazmente la explotación, las opresiones y la desigualdad social.


Referencias:
 
(1) EL PAÍS, viernes 13 de noviembre de 1998, p. 9. En 2003, El País publicaba un dossier dominical titulado “Reinventando la Izquierda”: domingo 20 de julio.

, artículo de Max Blumenthal y Ben Norton. Se puede ver un artículo de La Botz con motivo de una convención que los Socialistas Democráticos tuvieron hace un par de años, a la que asistieron representantes del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) de Brasil, La Francia Insumisa, Podemos, el Bloque de Izquierda (BE) de Portugal, y el Partido Laborista británico: http://www.sinpermiso.info/textos/ee-uu-la-convencion-de-los-socialistas-democraticos-de-america-dsa-gira-a-la-izquierda


(3) Gloria Steinem, figura emblemática del feminismo burgués de los años 60 en EEUU, fue colaboradora de la CIA.

. La Klein se ha convertido en la imagen del anti-capitalismo verde a nivel internacional. Curiosamente, ella y las réplicas que tiene a nivel nacional, comparten el ser profesionales liberales, con másteres y doctorados en temas de derechos humanos, ambientales, de género y medios de comunicación.

(5) También son presentadas como el “nuevo socialismo” y, por supuesto, como una “revolución”. Por ejemplo: https://www.huffingtonpost.es/julio-gonzalez-garcia/democratic-socialists-of-america-la-revolucion-que-viene-del-partido-democrata-estadounidense_a_23522702/
 , y últimamente Trump ha llegado a llamarlas “comunistas”: https://www.publico.es/internacional/cuatro-congresistas-democratas-cargo-trump-eeuu.html





12 de Mayo de 2019

Las "feministras" lamebotas del Imperio



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