Manifestaciones contra la reforma urbanística de la calle
Vitoria
Las
continuas movilizaciones de los vecinos del barrio de Gamonal en Burgos contra
el proyecto de bulevar de la calle Vitoria han saltado a las portada de todos
los medios de comunicación del Estado, tras dos noches en las que se han
producido enfrentamientos entre los vecinos de este barrio y las unidades de
antidisturbios desplazadas a la capital burgalesa desde Valladolid y Madrid
para intentar frenar la protesta. De momento, 40 personas han sido detenidas.
Los vecinos
de este barrio obrero llevan oponiéndose desde que se dio a conocer el proyecto
a esta gran operación urbanística, con manifestaciones que sacaron a la calle a miles de
personas y que han sido desde un principio ninguneadas y
desoídas por el actual alcalde del Partido Popular, con mayoría en el
consistorio, Javier Lacalle.
Estas obras,
tasadas inicialmente en 8,5 millones de euros, supondrán la sustitución
de gran parte de la actual calle Vitoria, principal arteria de comunicación de
la ciudad, por un bulevar que restaría dos carriles al tráfico rodado y,
lo que es más importante, suprimiría centenares de plazas de aparcamiento
gratuitas por 650 plazas privadas, con un coste estimado en unos 20.000 euros,
que los vecinos deberán adquirir o arrendar si quieren aparcar en su barrio. A
esto se une el problema crónico de aparcamiento derivado de la planificación de
la zona. Este gasto ha sido justificado por el Ayuntamiento argumentando que
con estos ingresos obtenidos por los aparcamientos financiarán la obra en
cuestión.
El rechazo
mayoritario a estas obras hunde sus raíces en una política global del
Ayuntamiento, que ha basado su mandato en un desmesurado gasto público para
la construcción de infraestructuras urbanas, como los consorcios de
construcción del polígono de Villalonquéjar, la Variante Ferroviaria y la
construcción de un nuevo hospital de gestión privada. Una nueva apuesta por el
ladrillo y lo privado del Gobierno del Partido Popular que ha llevado al
Ayuntamiento de Burgos a tener una deuda pública estimada en unos 500 millones
de euros, entre los que se encuentra una deuda de 40 millones a proveedores
directos de esta administración.
Construcción
sí, gasto social no
Los
beneficiarios de este gasto por parte del consistorio presidido por Javier
Lacalle han sido las dos principales empresas de construcción de la ciudad: el
grupo Méndez-Ordóñez, liderado por el constructor y presidente del Grupo
Promecal (dueño del Diario de Burgos entre otras cabeceras), Antonio Miguel Méndez Pozo, y el grupo Arranz Acinas.
Dos empresarios estrechamente vinculados al Partido Popular de Castilla y León
y, en el caso de Méndez Pozo, el principal apoyo económico de José María Aznar en sus
inicios, con un amplio historial de sospechas decorrupción urbanística a sus espaldas.
Este gasto
público en operaciones urbanísticas ha venido acompañado por un recorte
generalizado en la gran mayoría de los servicios sociales y públicos de la
ciudad, con la argumentación de que en el Ayuntamiento no había
dinero. En este marco se han reducido o suprimido las ayudas percibidas por la
mayoría de las asociaciones sociales de la ciudad, al igual que las percibidas
por los sectores más desfavorecidos de la sociedad burgalesa. Se ha
cerrado por falta de medios una guardería pública histórica por su labor como
la de Río Vena, se han suprimido líneas de autobuses urbanos y se han reducido
derechos a toda la plantilla de empleados públicos municipales.
Los recortes
en gastos y derechos que se están produciendo, al igual que en el resto del
país, están golpeando con más fiereza si cabe en un barrio obrero como Gamonal,
en donde el paro ahoga cada vez más a sus habitantes con continuos ERE y
cierres de fábricas en los contiguos polígonos industriales. Una situación que,
según se leía en una de las pancartas de la manifestación de ayer, deja una
conclusión entre sus vecinos: “Si no tenemos futuro, por qué debemos respetar
este presente”.
Una lucha
que viene de lejos
Al igual que
ahora, el barrio de Gamonal se levantó en agosto de 2005 contra las obras de un
aparcamiento subterráneo que el Ayuntamiento del Partido Popular quería ubicar
debajo de las casas de la calle Eladio Perlado. En ese momento las obras se
frenaron y el entonces alcalde Juan Carlos Aparicio (PP) dio marcha atrás al
proyecto.
Primer
fragmento del documental ¿De quién es
la calle?, sobre el conflicto urbanístico en Burgos.
PROMECAL,
ladrillos, corrupción y prensa
Pascual
Serrano
En el grupo
de información regional Promecal confluyen toda una gama de corrupciones
urbanísticas y escándalos políticos. Implantado en la prensa regional
de Castilla y León y Castilla-La Mancha, y en el sector televisivo
local de Navarra y de Castilla y León, Promecal es mayoritariamente propiedad
del constructor Antonio Miguel Méndez Pozo y su familia.
En 1992, la Audiencia de Burgos lo condenó –junto a ediles del PP– a
siete años y tres meses de cárcel por falsedad en documentos públicos
y privados, estafa y desacato.
No obstante,
Méndez Pozo cumplió nueve meses de prisión y desde entonces su
carrera ha sido un éxito hasta contar con los príncipes en la inauguración
de la nueva sede de su empresa. Propietario de varias inmobiliarias y
constructoras, tiene buenas relaciones con el Gobierno de José María
Barreda tras su inversión en el aeropuerto de Ciudad Real, que le
permitió contar con el respaldo financiero de la intervenida Caja Castilla-La
Mancha. Su hijo, Miguel Méndez Ordóñez, también empresario, reconoció
en 2006 haber invitado a altos funcionarios municipales y a un
concejal del PP de Burgos a un viaje con todos los gastos pagados a
la Costa Azul, y añadió que está dispuesto a hacerlo con quien colabore
con sus empresas.
Y como Dios
los cría y ellos se juntan, Méndez Pozo es socio de José Luis https://www.diagonalperiodico.net/global/jose-luis-ulibarri-la-gresca-por-contratos.html
en la explotación de la licencia de Radio Televisión de Castilla y León en esta
comunidad. Ulibarri tiene varias empresas de construcción y ha estado implicado
en diversos escándalos, como la trama Gürtel. También está vinculado
a medios audiovisuales valencianos y al grupo empresarial Begar, y
está bien relacionado tanto con José Bono como con el PP.
Resultó
adjudicatario de numerosas obras públicas, parcelas, infraestructuras, servicios
y contratas cuando estaba legalmente inhabilitado para ello y carecía
de capacidad paracontratar con administraciones públicas. En otra ocasión,
una empresa suya adjudicataria deobras en el Ayuntamiento de Boadilla del
Monte, resultó fantasma, no estaba registrada en la Seguridad Social
ni tenía trabajadores.
Sobre el
constructor del aparcamiento del Gamonal
Empresario
corrupto y alcalde pepero enciende Burgos
Empresas
vinculadas con MENDEZ POZO ANTONIO MIGUEL
Cargos
directivos de MENDEZ POZO ANTONIO MIGUEL ANGEL
Méndez Pozo,
el principal apoyo económico de José María Aznar en sus inicios,
Las
amistades sustanciosas
Aznar
mantuvo una estrecha relación política y personal con el constructor condenado
Méndez Pozo
- Jueves, 26 de noviembre de 1987.
Salón de El Comendador del hotel Meliá, de Madrid. La Asociación Nacional
de Promotores Constructores de Edificios cuenta, en su reunión anual, con
un invitado de postín: José María Aznar, entonces presidente de la Junta
de Castilla y León y presidente regional de Alianza Popular -hoy, Partido
Popular-. Aznar presenta a la persona que se sienta a su derecha en la
mesa presidencial, el constructor Antonio Miguel Méndez Pozo, quien habla
sobre Gestión urbanística del suelo. Ahora, cuatro años y medio después,
Méndez Pozo ha sido condenado a siete años y tres meses de cárcel, y el
alcalde que amparó sus ilegalidades como constructor, José María Peña
(independiente presentado por el PP), a 12 años de inhabilitación y siete
años de suspensión de cargo público.
- Méndez Pozo empezó de estudiante
menesteroso. Ahora tiene una fortuna calculada en 20.000 millones de
pesetas En otras, reuniones, José María Aznar mantuvo siempre la misma
actitud: "Hay que ir con Peña"
Tanto en el
sumario como en el juicio del caso de la construcción, varios
testigos relataron pormenores de las relaciones entre el líder del PP y los
condenados. Así, se ha sabido que Méndez Pozo -quien nunca ha pertenecido a AP
ni al PP- participó, junto a Aznar, en diversas reuniones políticas de la
derecha burgalesa en 1987. Alguien ha testificado incluso que era el propio
Méndez quien las convocaba.."¿Qué de dónde emanaba su autoridad? Todos
sabíamos que tenía una autoridad moral que le venía de Aznar", dice de
Méndez Pozo un antiguo dirigente de AP de Burgos. "Aunque no te lo diga
nadie, ves el trato que había entre ellos, ¿lo entiendes?".
Listo para
los negocios. Habilísimo para relacionarse con quienes tienen el poder.
Paternalista con sus empleados. Colérico con quien le lleva la contraria. Y
enormemente trabajador. Así definen a Méndez Pozo quienes mejor le conocen.
Méndez nació
en Jaca (Huesca) y se crió en Zamora. En 1964, llegó a Burgos a estudiar
aparejadores. Tenía 20 años y ningún dinero. Ahora tiene una fortuna calculada
en unos 20.000 millones de pesetas. Es dueño de las tres inmobiliarias más
activas de la ciudad -Río Vena, Espolón y Cluina-, inmobiliarias que, según
confesó el propio Méndez en 1988, no repartían beneficios. ¿Qué se hacía con
las ganancias? "Reinvertimos todo". Ha comprado la mayoría del
capital social de Diario de Burgos. Ha contratado en Madrid
asesores de imagen que le cuestan millones y abogados de minutas parecidas.
El
estudiante menesteroso
Entre el
estudiante menesteroso y el empresario ricachón hay toda una frenética
actividad inmobiliaria que, según el tribunal del caso, ha conculcado la ley
repetidas veces. "No había obstáculo, por importante que éste fuese",
escriben los jueces, "que pudiese impedir al señor Méndez Pozo
convencer a los señores Peña, Codón [ex teniente de alcalde, condenado
a inhabilitación en esta misma causa], Muñoz Guillén y Martínez Llorente
[concejales también condenados] para que resolviesen, en sus expedientes,
conforme a sus intereses (...) contrariando de forma clara y manifiesta la
legalidad vigente, con plena conciencia de que lo hacían".
La
sentencia, que revela que Méndez Pozo era conocido en
el Ayuntamiento como "el jefe", también habla de las
relaciones del constructor con Aznar. "El señor. Méndez Pozo, gracias a la
confianza entre él y Peña, llegó a adquirir un gran protagonismo político, pues
en 1987 estuvo presente y tuvo intervención activa en varios almuerzos y reuniones
en las que se trataron las diferencias que enfrentaban a las distintas opciones
de la derecha burgalesa, asumiendo en ellas el papel de mediador, a pesar de
que acudía a instancias del señor Peña, lo que no le impidió llegar a adquirir
la confianza del entonces presidente de la Junta de Castilla y León, don José
María Aznar López, quien estuvo presente también en alguna de dichas reuniones,
llegando a encargar al señor Méndez Pozo un trabajo sobre la construcción en
Castilla y León", dice, resumido, el fallo.
El 17 de
junio de 1985, Aznar accede a la presidencia de AP de Castilla y León. Las
elecciones autonómicas y municipales de junio de 1987 van a configurar un nuevo
mapa en la región.
Para
entonces, Aznar ya se había hecho con el control del partido en todas las
provincias, salvo Burgos. La ciudad está gobernada por José María Peña, quien
ha ganado todos los comicios locales de la democracia, encabezando como
independiente las, listas de distintos partidos.
Muchos de
los concejales de Peña son, como él, independientes. Tanto que, en vísperas de
los comicios de 1987, Peña negocia con los dirigentes de AP de Burgos desde una
posición de fuerza. Exige encabezar la lista y que al menos 11 de sus
"independientes" vayan en lugares que garanticen su elección. El
presidente de AP en Burgos, Vicente Mateos, no está dispuesto a claudicar ante
Peña. Mateos se cree fuerte ante los dirigentes nacionales de AP: es senador y
amigo de Manuel Fraga. Además, una encuesta dice que no necesita a Peña.
Inicialmente,
el partido le apoya. El 9 de marzo de 1987, Mateos coincide con Antonio
Hemández Mancha en un acto. El entonces presidente de AP le dice que se
desprenda de Peña y que haga una lista propia. "Aznar tampoco apoyaba
entonces al alcalde", cuenta Mateos, "pero muy pocas semanas después
cambia de opinión y desde Valladolid nos llega la consigna: hay que aceptar las
propuestas de Peña". Los enfrentamientos en Burgos son constantes y Aznar
traslada la última palabra a Madrid. "Allí todos me exigieron que apoyara
a Peña, aun a costa de destrozar el partido", recuerda Mateos.
En otras
reuniones, Aznar mantuvo la misma actitud: "Hay que ir con Peña". Así
se lo dijo reiteradas veces a un dirigente del partido. Ese mismo dirigente
recibió una llamada de José María Cuevas, presidente de la CEOE, con idéntica
petición: "El hombre es Peña; cualquier otra decisión es un
estupidez". Desde la CEOE se niega ahora esa conversación.
Mateos no
hizo caso. Cuando volvió a Burgos, montó una candidatura de AP. Un testigo
presencial cuenta que el día que se presentó la lista, Méndez Pozo sufrió una
lipotimia. Se le pasó pronto. La dirección nacional de AP ordenó inmediatamente
retirar esa candidatura y expedientó a quienes la encabezaban. Además, nombró
como administrador provincial de la campaña -encargado de ingresos y gastos- a
un militante de base, Pedro Martín Iglesias, entonces socio de Méndez Pozo y
ahora senador por el PP. La dirección nacional y regional de AP dio su apoyo a
la lista de Solución Independiente (SI), la de Peña.
"Si a mí
me dicen entonces que había que apoyar a Peña porque convenía a las finanzas
del partido, lo hubiera entendido", señala Mateos.
La campaña
de SI fue espectacular. Nunca se supo lo que costó aquello. SI renunció a las
subvenciones oficiales por votos. Para optar a ellas tenía que presentar su
contabilidad completa de las campanas municipal y autonómica ante el Tribunal
de Cuentas, y no lo hizo.
Finanzas
y bancarrota
La
candidatura de Aznar también contó con muchos medios, pese a que "AP
estaba casi en quiebra en su sede central", recuerda un antiguo dirigente
nacional: "Tuvimos que despedir al 40% de los empleados; Telefónica nos
quería cortar las líneas porque les debíamos 11 millones; teníamos una deuda
acumulada de 4.000 millones de campañas anteriores y los bancos nos habían
pignorado los adelantos electorales".
Otro ex
dirigente nacional conservador va más allá: "Cuando Hernández Mancha llegó
a la presidencia se realizó un informe interno sobre las finanzas y la
organización del partido. Todas nuestras organizaciones regionales estaban en
déficít, excepto Castilla y León. Un segundo informe reveló que el flujo
financiero provenía de Burgos".
Desde esas
elecciones de 1987, que conceden a Peña su tercer mandato municipal y a Aznar
la presidencia de Castilla y León, Méndez Pozo va a adquirir un notable
protagonismo político.
La batalla
de la provincia es feroz. En la Diputación Provincial había diez diputados del
PSOE, siete de AP, seis de SI y dos del CDS. Peña quiere que uno de los suyos,
Tomás Cortés, presida la institución. Pero dos miembros de AP se desmarcan y
José Luis Montes consigue la presidencia. Y es entonces cuando Méndez asiste a
reuniones internas de AP sin ser militante ni desempeñar ningún cargo público.
A varias de ellas asiste Aznar.
Una se
celebra en el hotel Condestable de Burgos el 8 de octubre de 1987. Otra, en
Valladolid, en un comedor privado del RACE. Según declararía Montes más tarde
ante el juez instructor -si bien luego lo matizó en el juicio- a ella fue
convocado por Méndez Pozo. Montes se hizo acompañar por José María Arribas,
parlamentario regional de AP por Burgos. Llegaron los primeros. Después llegó
Peña. Y más tarde, juntos, Aznar y Méndez Pozo. Fue una reunión muy tensa.
Exigían a Montes que rompiera el pacto con el PSOE y el CDS. No hubo acuerdo.
Esa tarde,
Arribas y Montes fueron al despacho de Aznar en la Junta. Aznar les recibió en
una estancia contigua a la suya. Según un asistente, a los cinco minutos se
incorporó Méndez Pozo, quien entró sin llamar a la puerta. Cuando Arribas y
Montes abandonaron el despacho, Aznar se quedó solo con Méndez.
Por aquellas
fechas, Méndez y Aznar se veían a menudo. Celebraron otra reunión en el
restaurante La Venta de la Petra, cerca de Burgos. Poco después de ese
almuerzo, Aznar tenía que nombrar delegado de la Junta en Burgos. AP propuso a
José Luis Calzada, pero Aznar designó a José Carracedo, un ingeniero que era
socio de Méndez en su constructora Espolón y en una fábrica de cocinas.
A fines de
1987, el Colegio de Arquitectos de Burgos había realizado una encuesta que
revelaba que 30 pequeñas empresas constructoras habían cerrado en los últimos
años y que muchas otras habían abandonado Burgos. Muchos encuestados se quejaban
de que Méndez recibía un trato de favor en el Ayuntamiento. Juan Renedo, recién
elegido presidente de la Federación de Empresarios de la Construcción, viajó a
Madrid para intentar, por acuerdo de la organización, entrevistarse con Aznar y
exponerle el problema. "Sabíamos que iba a intervenir en las jornadas del
Meliá de Madrid y allí nos fuimos. Y cuál fue nuestra sorpresa cuando nos
encontramos con que Aznar y Méndez no se separaron en ningún momento. Primero,
Méndez esperó a Aznar en la puerta del hotel, pese a que hacía muchísimo frío.
Luego, le cogió del brazo y estuvieron paseando a solas por los pasillos
durante un largo rato. Después, Aznar presentó la ponencia de Méndez. Y más
tarde se fueron juntos a comer".
Pocas
semanas después, en febrero de 1988, la Federación de Empresarios de la
Construcción presentó la demanda que ahora ha acabado con las condenas.
Pero antes
hubo otros episodios que relacionan a Méndez con Aznar. En enero de 1988, AP
celebró su congreso provincial de Burgos. Hubo dos candidaturas a la dirección.
Perdió la que había acogido a los miembros de SI que habían decidido tomar el
carné de AP y que estaba apoyada por Aznar, quien asistió a las sesiones. Como
también asistieron Peña y Méndez, pese a que no militaban en el partido.
Pese a las
distintas relaciones, entrevistas y reuniones entre Méndez y Aznar, el
presidente del PP no admitió en sus respuestas a la Audiencia de Burgos más que
un conocimiento profesional del constructor, derivado de su preocupación
"por la mejora de la situación económica de Castilla y León". Aznar
declaró que "pedía la opinión y sugerencias a muchas personas, entre ellas
a Antonio Miguel Méndez Pozo". Del trabajo sobre la construcción
castellano-leonesa pedido por Aznar a Méndez Pozo del que se habla en la
sentencia no hay constancia en los archivos de la Junta.
En vísperas
del congreso provincial de AP, algunos de los que apoyaban la candidatura que
acogía a los miembros del grupo del alcalde, entre ellos Méndez Pozo, se
reunieron en el domicilio particular de Aznar en Valladolid, un piso de 120
metros cuadrados en la Acera de Recoletos. Aznar, que tenía gripe, les recibió
en bata. Según un asistente, no debía de ser la primera vez que Méndez visitaba
la casa, pues se desenvolvía con mucha soltura. "Cuando necesito ir al
servicio, ni pidió permiso ni preguntó dónde quedaba. Fue directo".
EL
EMPRESARIO Y DELINCUENTE MIGUEL MÉNDEZ POZO, CLAVE PARA ENTENDER LAS PROTESTAS
EN BURGOS
"El
Jefe" El caso de la
construcción de Burgos.Burgosdijital entrevista al coautor de este libro
Publicado
el 18/03/2012
Este vídeo
forma parte del blog: http://burgos-dijital.blogspot.com
El
libro "El jefe. El
caso de la construcción de Burgos" a golpe de clic.
Qué está
pasando en Burgos
Para
entender a qué viene la durísima oposición de los vecinos del barrio burgalés
de Gamonal a las obras de un simple aparcamiento hay que remontarse mucho. Al
menos un par de décadas.
Ignacio
Escolar http://www.eldiario.es/autores/ignacio_escolar/
13/01/2014
Como siempre
que un conflicto estalla, las causas rara vez se pueden explicar con lo que
sucedió el día anterior. Para entender qué está ocurriendo en Burgos y a qué
viene la durísima oposición de los vecinos a un simple aparcamiento hay que
remontarse mucho. Al menos un par de décadas, si no más.
Durante
años, antes incluso de la llegada de la burbuja inmobiliaria, Burgos fue una de
las ciudades con la vivienda más cara de España, solo superada entre las
capitales de provincia por Madrid, Barcelona y San Sebastián. ¿La causa? A
simple vista parecía inexplicable. Burgos no es ni mucho menos una gran urbe, unos
180.000 habitantes. Su población es estable desde hace años y, comparada con
otras, apenas ha recibido inmigración. No tiene tampoco ninguna barrera natural
para su expansión: está en mitad de un llano, sin esos límites que en otras
ciudades pone la montaña o el mar. No tuvo tampoco un desarrollo económico
excepcional: ni es un Silicon Valley, ni ha vivido ningún repunte industrial.
Es una ciudad conservadora donde nunca parecía pasar nada, más allá de esa
aparente maldición que obliga a la mayoría de los jóvenes a escapar. Conozco
bien de lo que hablo. Nací en Burgos, estudié un año allí, en el Instituto
Cardenal López de Mendoza, y gran parte de mis compañeros de estudios viven hoy
en Madrid, forzados a emigrar por la falta de oportunidades en la ciudad.
Solo hay una
razón que pueda explicar por qué en Burgos la vivienda se disparó: la
corrupción urbanística. Durante años, un constructor y sus amigos manejaron las
recalificaciones del Ayuntamiento, que controlaba la derecha. Ese constructor
se llama Antonio Miguel Méndez Pozo, aunque todo el mundo le conoce como Michel
Méndez Pozo. O como "el jefe". No solo se dedica al ladrillo. Es
también dueño del Diario de Burgos, el periódico más leído y con más influencia
en la provincia.
Con una
mano, Méndez Pozo controlaba las listas de la derecha al Ayuntamiento, donde
llegó a amparar una candidatura de "independientes" contra la lista
de Alianza Popular. Con la otra, manejaba la política urbanística de la ciudad.
Sus componendas con el Ayuntamiento llegaron a juicio a principios de los
noventa. El propio José María Aznar –entonces presidente de la Junta de
Castilla y León y líder regional del partido, además de amigo íntimo de Méndez
Pozo– tuvo que declarar por sus estrechas relaciones con el
constructor; Aznar reconoció que le pedía su "opinión", que era
su asesor para temas urbanísticos. En 1992, el alcalde de Burgos, José María
Peña, fue condenado
por prevaricación a doce años de inhabilitación para cargo público. A
Méndez Pozo le cayeron siete años y tres meses de prisión. Sin embargo, el
constructor solo cumplió nueve meses antes de salir de la cárcel en tercer grado. Más tarde, el Gobierno
de José María Aznar indultó al alcalde Peña, que volvió a presentarse a las
municipales y salió elegido concejal (Burgos es así).
La cárcel no
fue un obstáculo en la carrera de Michel Méndez Pozo. Al contrario. Tras pasar
por la trena, no solo no se convirtió en un apestado sino que aumentó aún más
su fortuna, sus relaciones y su poder. Su grupo de comunicación, Promecal,
se expandió a Castilla-La Mancha. Allí puso en marcha varios periódicos que
fueron muy leales al PSOE hasta que ganó el PP. De paso, sacó tajada: sus
empresas constructoras están entre las principales deudoras
de la quebrada Caja Castilla-La Mancha. En Valladolid, se alió con el grupo
PRISA para lanzar otro periódico, El Día de Valladolid. Puso en marcha la
delegación autonómica para Antena 3, y también pactó con su antiguo rival, el
constructor leonés José Luis Ulibarri, para montar juntos la televisión
autonómica semipública –la paga la Junta– de Castilla y León.
Burgos fue y
ha seguido siendo el bastión de Méndez Pozo. Con la ayuda del periódico, se ha
impuesto antes y ahora al propio Partido Popular, en una extraña relación donde
un hombre que nunca ha sido militante del partido es el auténtico poder. Los
alcaldes cambian, y Méndez Pozo permanece. El Diario de Burgos un día calla y
al otro se convierte en referente del periodismo de investigación, al destapar
un escándalo con la factura telefónica de uno de los concejales del
Ayuntamiento, casualmente uno con mala relación con el constructor. De fondo de
estos navajazos, un proyecto: el del aparcamiento en el barrio obrero de
Gamonal.
El
Vallecas de Burgos
Para
entendernos, Gamonal es el Vallecas (o el Hospitalet) de Burgos: un antiguo
pueblo en las afueras de la ciudad que acabó anexionado por la capital
provincial. El franquismo llevó a Gamonal el mayor polígono industrial de la
ciudad y la inmigración rural convirtió el antiguo pueblo en un barrio obrero
de aluvión, de inmensos bloques de pisos de ladrillo visto, donde hoy viven
cerca de 70.000 personas en el barrio más densamente poblado de la ciudad.
La principal
avenida de Gamonal, esa calle Vitoria donde el alcalde quiere construir el
aparcamiento, es la antigua carretera N-1, que unía al antiguo pueblo con la
ciudad. Por las noches, funciona un pactado sistema de aparcamiento en doble
fila. Los vecinos se organizan entre ellos, según sus horarios, para dejar sus
coches sin el freno de mano puesto. El barrio, tan poblado, apenas tiene
aparcamientos. Cuando se construyó, los obreros no tenían coches. Hoy Gamonal,
donde el paro se ha disparado, es el barrio de Burgos donde más se nota la
crisis, donde viven las personas más castigadas por la situación económica.
Los vecinos
se oponen al aparcamiento porque dejará la vía que une el barrio con el centro
de la ciudad con solo un carril en cada dirección –ahora hay cuatro–, y porque
se quedarían sin sitio donde aparcar. Los nuevos aparcamientos serán muy caros:
19.800 euros por cada plaza, que además no es en propiedad sino en alquiler por
40 años, por lo que después no se podrán vender con facilidad. Además, los
vecinos no entienden que esa obra de 8 millones de euros sea la prioridad en un
barrio sin apenas equipamientos y en un Ayuntamiento cuyas cuentas están al
borde de la bancarrota.
Por
supuesto, detrás del aparcamiento en Gamonal hay una sombra, omnipresente en la
ciudad: la de Méndez Pozo. Ha sido una de sus empresas quien ha diseñado el
proyecto y es la constructora de uno de sus socios habituales quien se ocupará
de llevarla a cabo, si es que los vecinos no la logran parar.
El
Ayuntamiento confiaba en acabar con las protestas por la vía habitual: con el
apoyo de los medios amigos. En Burgos hay dos diarios, ambos conservadores. Uno
es de un imputado en la Gürtel, el otro de un condenado por corrupción. El
Diario de Burgos es de Méndez Pozo y el otro periódico de la ciudad, El Correo,
es de su socio en la televisión autonómica, José Luis Ulibarri, otro
constructor leones, imputado en la Gürtel. El Correo, para más señas, se
distribuye de forma conjunta con El Mundo. Además de con Unidad Editorial, el
imputado Ulibarri también ha cerrado acuerdos con el grupo Vocento –editor de
ABC–; ahora está aliado con EsRadio, la emisora de Jiménez Losantos. Todos
estos negocios entre los editores de Madrid y los prohombres del ladrillo
castellano explican también por qué el nombre de Méndez Pozo apenas se conoce
fuera de Burgos.
Sin embargo,
el apoyo de los periódicos de Burgos –como ejemplo, baste este
manipulado artículo sin firma en el Diario de Burgos contra las protestas–
no ha servido en esta ocasión para acallar las protestas. El Ayuntamiento ha
olvidado algo fundamental: que ahora existe Internet y las redes sociales,
donde la información es mucho más difícil de controlar.
Gamonal no
es muy distinto a otros barrios obreros. Pero nadie podría imaginarse que fuese
una ciudad aparentemente tan conservadora como Burgos donde se viviese un
estallido así. Los turistas que visitan la Catedral olvidan que un tercio de
sus habitantes vive muy lejos del elegantepaseo
del Espolón, en el barrio obrero de Gamonal.
El PP está
alarmado y ha llamado a capítulo al alcalde de la ciudad, Javier Lacalle.
Su miedo es razonable. Lo que hemos visto en Burgos no es muy distinto a lo que
ha pasado antes en otros disturbios como los de Londres o París. O a lo que
podría pasar en otras ciudades españolas. Por mucho que el PP quiere mezclar
esta protesta con la kale borroka, asegurando que los jóvenes violentos venían
de otra ciudad –han inventado el "turismo manifestante"–, la realidad
es que los detenidos son tan de allí como la morcilla o la catedral. Es lo que
pasa cuando el paro juvenil se dispara y hay una última gota que desborda el
vaso.
Dice Noam
Chomsky que la violencia nunca surge de la nada. Tampoco en Gamonal.
7 razones
por las que protestan los vecinos de Burgos
El
bulevar costará ocho millones y eliminará los aparcamientos gratuitos
El parking
costará otros cinco, costeados por las adjudicatarias, según el Consistorio
Con 18.000
parados, los ciudadanos no entienden este proyecto que ha encendido las
protestas
MARINA GÓMEZ-
ROBLEDO Burgos 13 ENE 2014
La reforma
de la calle de Vitoria, en Burgos, que ha
puesto en pie de guerra a los vecinos del barrio de Gamonal, prevé la
construcción de un bulevar de un carril por sentido para vehículos, que
sustituirá a los cuatro hoy existentes. El proyecto también contempla un carril
para la circulación de bicis.
Una de las
mayores críticas de los habitantes de la zona es que con la nueva cara que se
le quiere pintar a la calle se eliminarán las plazas de aparcamiento para
coches. Pero los vecinos también critican duramente la intención del
Ayuntamiento de restringir en el bulevar la circulación de taxis, autobuses,
ambulancias y vehículos de residentes.
Gamonal es un barrio con 30.000 viviendas, con un importante
parque de vehículos y gran densidad de circulación
El diseño sí
tiene en cuenta la construcción de un aparcamiento bajo tierra con 246 plazas.
Cada una de ellas costará 19.800 euros y dará derecho a su uso durante 40 años.
Gamonal es
un barrio con 30.000 viviendas, con un importante parque de vehículos y gran
densidad de circulación; y los ciudadanos se han acostumbrado a aparcar incluso
en doble fila. “Nosotros nos entendemos, funcionamos bien así, no necesitamos
aparcamientos de pago”, denuncian los vecinos que previsiblemente verán hoy
cómo las máquinas comienzan a perforar el asfalto de la calle de Vitoria. Las
obras tienen un presupuesto de ocho millones de euros, más otros cinco para el
aparcamiento subterráneo. Pero, según afirmó ayer el alcalde Javier Lacalle,
eso lo cubrirán las empresas adjudicadas.
Burgos tiene
un censo de 18.000 parados. Es la razón principal por la cual la mayoría cree
que “ahora” no conviene gastar el presupuesto municipal en un bulevar. Quienes
protestan creen que hay otras prioridades en la zona, como arreglar la
biblioteca pública, reparar las aceras y ampliar el alumbrado de las calles.
“Hay que pagar las deudas, y crear un sinfín de servicios sociales antes de
esta reforma que solo embellecerá la ciudad”, afirma E. P. R., una mujer de 35
años desempleada, que prefiere no dar su nombre, según explica, por miedo a
“represalias policiales”.
Bulevar
C/Vitoria NO
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