Anemoi
07-12-2013
Comunicado
del Colectivo Anemoi
La reciente
filtración de unas instrucciones secretas del Estado Mayor del Ejército (EME),
aleccionando a los mandos a tomar medidas de control y seguimiento de los
militares considerados “extremistas”, viene a añadir agobiantes preocupaciones
a las secularmente sufridas por los militares que no comparten los
planteamientos ideológicos al uso en las Fuerzas Armadas.
La
introducción del término “extremista” como objeto de especial seguimiento, sin
concretar lo más mínimo a qué se refiere, deja abierta la puerta a la mayor
arbitrariedad en los poderes discrecionales del mando. ¿A quién se pretende de
verdad controlar? ¿A los miembros de las asociaciones militares? ¿A los de
ideas republicanas? ¿A los militares de izquierdas? Todo queda a la libre y
soberana interpretación del mando de turno. Aunque eso al EME no le preocupa,
tal es su seguridad de que los distintos mandos sabrán interpretar con nitidez
quienes son los que merecen ser vigilados.
El EME
ignora lo que son los principios democráticos de libertad de conciencia, de
expresión y de presunción de inocencia. O, lo que es peor, no los ignora, pero
los desprecia olímpicamente. Lo único que hay perseguible y susceptible de
merecer medidas de vigilancia son las conductas criminales y para eso están ya
el régimen disciplinario y el código penal militar. Las medidas de control o de
seguimiento tienen que ser determinadas por las autoridades judiciales o
disciplinarias correspondientes y en aplicación de la ley.
Una vez más
se pone en evidencia la firme voluntad del mando militar de mantener una férrea
disciplina alrededor de los valores más conservadores, asumidos como los
propios de la institución, mostrando su disposición a cercenar de raíz
cualquier manifestación de disidencia.
Seguramente,
conscientes de la irregularidad de sus instrucciones, el EME ha recurrido a la
acostumbrada y fraudulenta práctica de clasificarlas como “Reservado”, en un
intento de hurtar del escrutinio público su auténtica naturaleza. El Ejército
de Tierra vuelve a mostrar su lado más oscuro y antidemocrático, actuando
siempre a la sombra y dentro de unos esquemas morales, jurídicos y políticos
absolutamente fuera de toda norma.
Pero lo más
preocupante es la reacción del Ministerio de Defensa, anunciando la apertura de
una investigación sobre la filtración a la prensa del documento. Nada se dice,
sin embargo, sobre el contenido de tal instrucción, ni de si era o no
pertinente su clasificación de seguridad.
Nuevamente,
las fuerzas políticas en el poder dejan hacer a los sectores más reaccionarios
de las Fuerzas Armadas, mostrando su absoluta pasividad ante actuaciones tan
peligrosas. Habrá de inscribirse en la retórica autoritaria mostrada en las
propuestas de reforma del Código Penal y de la Ley de Protección de la
Seguridad Ciudadana, propuestas que han sido calificadas como antidemocráticas
desde los más amplios sectores, incluyendo aquí al conservador Wall Street
Journali y
al Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europaii.
Para no hablar de lo que nos espera en las inminentes reformas del Código Penal
Militar y de la Ley Procesal Militar, que se vislumbran ya como el cierre de la
tenaza contra las libertades civiles, al amparo de una colaboración interesada
entre la jerarquía militar y las fuerzas políticas más reaccionarias.
Deben
advertir todos ellos, sin embargo, que su descrédito crece día a día entre
capas cada vez más extensas de la población y de los propios componentes de las
Fuerzas Armadas, que no van a consentir este nuevo golpe de estado encubierto.
Vientos del
pueblo me llevan,
vientos del
pueblo me arrastran,
me esparcen
el corazón
y me aventan
la garganta.
¿Quién ha
puesto al huracán
jamás ni
yugos ni trabas,
ni quién al
rayo detuvo
prisionero
en una jaula?
Madrid 5 de
diciembre, 2013
Notas:
Notas:
El Consejo
de Europa considera que la ‘Ley Fernández’ es “desproporcionada”
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