miércoles, 31 de julio de 2019

Gastón Caligaris. Revisitando el debate marxista sobre el ‘derrumbe’ del capitalismo. Una crítica metodológica, abril 2018. Debate marxista sobre la acumulación del capital y el imperialismo.









Nota del editor de este blog: Le he añadido todos los enlaces que tiene este artículo.


Fuente: Gastón Caligaris https://cicpint.org/es/gaston-caligaris/


Resumen: En este artículo se realiza una reconstrucción crítica de la controversia marxista sobre el ‘derrumbe del capitalismo’ desarrollada entre las últimas décadas del siglo XIX y la década de 1930. En particular se focaliza en cómo concibieron cada una de las posiciones el vínculo entre el desarrollo económico capitalista y la acción revolucionaria de la clase obrera. Luego, se sostiene que la recuperación de las investigaciones modernas sobre el método dialéctico permite ofrecer una alternativa novedosa a las posiciones en debate.

Palabras clave: Derrumbe del capitalismo; Controversias Marxistas; Desarrollo económico; Acción política; Método dialéctico.

Recibido: 23 abril 2017 Aceptado: 25 septiembre 2017

                               Índice del contenido

Introducción

El debate marxista sobre el derrumbe del capitalismo.

El debate sobre el destino del capitalismo en Rusia (1882-1899)

El debate sobre la “teoría del derrumbe” en la socialdemocracia alemana (1898-1902)

El debate Luxemburg (1913-1924)

El debate Grossmann (1929-1934)

3. El método dialéctico y el vínculo entre desarrollo económico y acción política revolucionaria

5. Conclusión

Bibliografía
 


                                       Introducción

El llamado debate sobre el ‘derrumbe’ del capitalismo ha sido una de las controversias más importantes en la historia de la teoría marxista. Por supuesto, el caso no debería resultar llamativo. En este debate se puso en discusión nada menos que los límites del capitalismo como modo de producción y las potencialidades de la acción política de la clase obrera llevar adelante su superación. Lo que sí resulta sorprendente, en cambio, es que este debate se haya simplemente diluido sin que se haya llegado a resultados concluyentes. En este trabajo me propongo realizar una reconstrucción crítica de esta controversia poniendo el foco de atención en cómo concibieron cada una de las posiciones el vínculo entre el desarrollo económico capitalista y la acción revolucionaria de la clase obrera. Según buscaré poner en evidencia a lo largo de esta reconstrucción, fue precisamente la incapacidad para precisar este vínculo lo que condujo al fracaso de esta controversia y finalmente a su desaparición en las discusiones marxistas ulteriores. En pocas palabras, mi argumento es que tanto las posiciones llamadas ‘economicistas’ como las ‘voluntaristas’ recayeron en la misma concepción respecto del vínculo entre las relaciones económicas y políticas: no alcanzaron a reconocer a este vínculo como inmanente a la reproducción de ambas relaciones sino como uno de naturaleza esencialmente exterior a las mismas. En contraposición, sugiero que la clave para superar esta limitación pasa por realizar una lectura metodológicamente fundada de la crítica marxiana de la economía política.


Este enfoque metodológico se inspira en el programa de investigación abierto por la llamada ‘Nueva lectura de Marx’ originada en Alemania en la década de 1970 y continuada luego en el mundo anglosajón por la llamada ‘Nueva Dialéctica’ a partir de la década de 1990. Estas corrientes avanzaron notablemente en la identificación del método que subyace a la crítica marxiana de la economía política llamando de este modo la atención sobre la relevancia del mismo para comprender los fundamentos de esta crítica. Sin embargo, se puede decir que nunca lograron avanzar en este programa de investigación hasta el punto de someter a examen el vínculo entre acción política y determinación económica en el momento de la superación del capitalismo. Por este motivo, en este punto recupero para mi crítica una línea de investigación reciente en la literatura especializada que, bajo una perspectiva que también se fundamenta en el método que subyace a la crítica marxiana, se ha preocupado especialmente por precisar el vínculo entre las relaciones económicas y política en la sociedad capitalista. Según procuraré demostrar en este trabajo, esta línea de investigación permite ofrecer una alternativa superadora al aparente callejón sin salida en que acabó el debate sobre el ‘derrumbe’ del capitalismo.


El trabajo se estructura del siguiente modo. En la primera parte se realiza una reconstrucción crítica del debate en cuestión distinguiendo cuatro etapas por la que pasó la controversia. En la segunda parte se realiza un balance del debate a la luz del método que fundamenta la crítica marxiana de la economía política y se ofrece una solución alternativa. Finalmente, en una última sección se presentan las conclusiones del trabajo.


El debate marxista sobre el derrumbe del capitalismo

El debate sobre el destino del capitalismo en Rusia (1882-1899)

La llamada controversia sobre el “derrumbe” del capitalismo recibe su nombre de la ronda de debates que tiene lugar al interior de la socialdemocracia alemana en los años 1898-1899. 1 Sin embargo, contra lo que comúnmente suele creerse, 2 no es éste su origen ni su fuente más determinante y fructífera. En realidad, como lo advirtió Jacoby, 3 el verdadero punto de partida de esta controversia se encuentra unos años antes en el contexto del debate ruso sobre el desarrollo del capitalismo en la Rusia zarista. En efecto, como veremos de inmediato, allí no sólo surgió la primera teoría del derrumbe del capitalismo fundada en la crítica marxiana de la economía política sino también los términos mismos que estructuraron las controversias posteriores y más conocidas.


El debate sobre el desarrollo del capitalismo en Rusia se remonta, cuando menos, al origen del populismo ruso a mediados del siglo XIX. 4 No obstante, no es sino hasta que esta tradición intelectual se cruza con el naciente marxismo ruso que este debate toma cuerpo y una verdadera difusión. 5 En esencia, lo que debatían los populistas rusos era si el capitalismo podía desarrollarse en Rusia de la misma manera en que lo había hecho en occidente y, más provocativamente aún, si debido a la existencia de una “comuna rural” peculiar era posible evitar el paso por el capitalismo para alcanzar una sociedad socialista. Tal como se lo presentaba Zasúlich al propio Marx, la cuestión que se les presentaba a los populistas era la siguiente, o “bien esta comuna rural” era “capaz de desarrollarse por la vía socialista” o “por el contrario, la comuna está destinada a perecer” y no queda más que “averiguar dentro de cuántos decenios tendrá el capitalismo en Rusia un desarrollo semejante al de Europa”. 6

1 Lucio Colletti, “Introducción”, en Colletti, L. (comp.) El marxismo y el “derrumbe” del capitalismo, México, Siglo XXI, 1978 [1970], 13–45.

2 Véase, por ejemplo, Paul Sweezy, Teoría del desarrollo capitalista, México, Fondo de Cultura Económica, 1973 [1942]; Giacomo Marramo, “Teoría del derrumbe y el capitalismo organizado en las discusiones del ‘extremismo histórico’”, en Marramao, G., Lo político y las transformaciones. Crítica del capitalismo e ideologías de la crisis entre los años 20 y 30, México, Pasado y Presente, 1982 [1976], 73–117; Michael Krätke, “On the Beginnings of Marxian Macroeconomics, en Dellheim, J. y Frieder, O., Rosa Luxemburg: A Permanent Challenge for Political Economy, Palgrave Macmillan, 2016, 123–155.

Rosa Luxemburg: un desafío permanente para la economía política
Sobre la historia y el presente de la acumulación de capital de Luxemburgo
Editores: Judith Dellheim, Frieder Otto Wolf
Imprimir ISBN: 978-1-137-60107-0
ISBN electrónico: 978-1-137-60108-7

Sobre este libro
El libro se basa en una convocatoria de ponencias y una conferencia para conmemorar el centenario de la obra principal de Rosa Luxemburg, La acumulación de capital: una contribución a una explicación económica del imperialismo, publicada en 1913. Once colaboradores de cinco países diferentes se reúnen para discutir diferentes temas y dimensiones relacionadas con el trabajo de Luxemburg y centrarse en su continua relevancia. Esta colección investiga temas como las influencias de Karl Marx y Maxim Kovalevsky, el debate del imperialismo en la socialdemocracia alemana y la recepción crítica de la obra de Luxemburg desde los puntos de vista marxista y feminista.
Al ubicar el trabajo de Luxemburg en un contexto histórico, este libro ofrece una perspectiva accesible y oportuna sobre la importancia de The Accumulation of Capital y, lo que es más importante, demuestra por qué el legado de Luxemburg debe seguir vigente.




«Rosa Luxemburg: un desafío permanente para la economía política»

Judith Dellheim en una entrevista con Frieder Otto Wolf, Hanna Szymborska, Jan Toporowski y Michael Brie sobre el nuevo libro.

AUTOR   Judith Dellheim

Centenario de «La acumulación de capital: una contribución a una explicación económica del imperialismo».
AUTOR   Judith Dellheim




Teoría del desarrollo capitalista de P. Sweezy




                                                Índice


Tercera parte. Crisis y Depresiones: XI La controversia sobre el derrumbe   pág. 211-236











 3 Russell Jacoby, “The Politics of Crisis Theory: Toward the Critique of Automatic Marxism II”, Telos 23, Spring, 1975, 3–52.
Russell Jacoby. "La política de la teoría de la crisis: hacia la crítica del marxismo automático II"



4 Véase, Franco Venturi, El populismo ruso, Madrid: Alianza, 1981 [1952].

5 Véase, Theodore H. Von Laue, “The Fate of Capitalism in Russia: The Narodnik Version”, American Slavic and East European Review, vol. 13, no 1, 1954, pp. 11–28; Andrzej Walicki, Populismo y marxismo en Rusia, Barcelona, Editorial Estela, 1971 [1969].

6 Vera Zasúlich, “Carta de Vera Zasúlich a Karl Marx del 16 de febrero de 1881”, en Marx, K y Engels, F,. Escritos sobre Rusia II. El porvenir de la comuna rusa, México, Pasado y Presente, 1980 [1881], 29.

Vera Zasúlich: Carta a Karl Marx y la respuesta de Karl Marx


Fuente:   Karl Marx: Escritos sobre la Comunidad Ancestral, es un pdf (páginas 175,176)



F. ENGELS  Proyecto de respuesta a la carta de V. I. Zasulich[1]


F. Engels  ACERCA DE LA CUESTION SOCIAL EN RUSIA
(ARTICULO II DE LA SERIE "LITERATURA DE LOS EMIGRADOS")[1]




F. Engels. El programa de los emigrados blanquistas de la Comuna
Escrito: Por Engels en junio de 1874



El primer intento populista dedicado a dilucidar esta cuestión sobre una base científica de inspiración marxista lo realizó Vorontsov en una serie de artículos editados finalmente en su libro “El destino del capitalismo en Rusia”.7 Este autor partía de una lectura de la crítica marxiana de la economía política según la cual el desarrollo del capitalismo en un país estaba sujeto a la existencia de un mercado cada vez más amplio que, por entonces, sólo podía estar garantizado por el acceso al mercado externo. Luego, al haber “entrado en el camino del progreso más tarde que otros” Rusia carecía de este acceso y, en consecuencia, de la posibilidad de desarrollar internamente el capitalismo. 8 En suma, aunque el argumento de Vasily Vorontsov buscaba probar la imposibilidad del desarrollo de capitalismo en Rusia, lo que en ante todo probaba era la inviabilidad del capitalismo mismo como modo de producción. Aunque con ligeras variantes, esta misma explicación del destino histórico del capitalismo fue adoptada rápidamente por la mayoría de los populistas. Entre ellos, su figura más destacada fue Danielson, a la sazón asiduo corresponsal de Engels y traductor de los primeros dos tomos de El Capital al ruso. “La creación de la plusvalía y su realización”, escribía Danielson, “son dos cosas diferentes”, es por eso “que el capitalista no podrá subsistir un día si su comercio está limitado sólo a sus necesidades y a las de sus obreros, y la nación capitalista desarrollada no podrá tampoco limitarse a su propio mercado interior”. 9


Esta línea de razonamiento se topó rápidamente con severas críticas. Pero no lo hizo tanto por su falta de correspondencia con la realidad rusa sino por su inconsistencia con la explicación marxiana del capitalismo. En efecto, el punto de partida común de todas estas críticas fue defender una interpretación de la obra de Marx según la cual el capitalismo creaba sus propios mercados y, en consecuencia, su reproducción no encontraba tales límites económicos inmanentes. Nacía de este modo la primera ronda de la controversia sobre el derrumbe del capitalismo. Las críticas más elaboradas en este sentido fueron las de Lenin, 10 Tugán-Baranovski 11 y Bulgákov. 12 Estos autores basaron la esencia de su argumentación en una reconstrucción de los esquemas de reproducción del capital social global que Marx había diagramado en la sección tercera del segundo tomo de El Capital. En pocas palabras, el argumento común fue que, como el objetivo de la producción capitalista no es la satisfacción del consumo individual sino la valorización del valor, el plusvalor se realiza mediante el consumo productivo que amplía la escala de la producción, lo cual se expresa en la reproducción ampliada permanente de los medios de producción.



7 Vasily Vorontsov, Sud’by kapitalizma v Rossii, S. Peterburg, Stasivlevicha, 1882.

8 Vorontsov, op. cit., 274; citado en Richard Kindersley, The First Revisionists. A Study of Legal Marxsim in Russia, Oxford, Clarendon Press, 1962, 15.

 9 Nikolai F. Danielson, Histoire du Developpement économique de la Russie depuis l’Affranchissement des serfs, Paris, V. Girard and E. Briere, 1902 [1893], 252–54.

10 Vladimir Ilich Lenin, “El llamado problema de los mercados”, en Lenin, V. I., Obras completas. Tomo I, Madrid, Akal, 1974 [1893], 85–138; Vladimir Ilich Lenin, “El contenido económico del populismo y su crítica en el libro del señor Struve”, en Lenin, V. I., Obras completas… op. cit. [1894], 351–523; Vladimir Ilich Lenin, “El desarrollo del capitalismo en Rusia: proceso de la formación del mercado interior para la gran industria”, en Lenin, V. I., Obras Completas. Tomo III., Madrid, Akal, 1974 [1899].

 11 Mijaíl Tugán-Baranovski, Las crisis industriales en la Inglaterra moderna, sus causas e influencia sobre la vida social., trad. Alejandro Ariel Gonzalez, Buenos Aires, Mimeo, 2015 [1894].

12 Serguéi Nikoláievich Bulgákov, Sobre el problema de los mercados en la producción capitalista, trad. Alejandro Ariel Gonzalez, Buenos Aires: Mimeo, 2015 [1897].

Así, por ejemplo, Bulgákov sostenía que “la producción capitalista es capaz de crecer ilimitadamente, a pesar de –o incluso contra– la reducción del consumo. […] Solo Marx ofreció el análisis del vínculo real: […] El aumento de la producción, como ya lo hemos señalado, tiene como límite los volúmenes de capital y solo depende de éstos”. 13

En lecturas más célebres de este debate, las posiciones esgrimidas respecto del desarrollo del capitalismo suelen vincularse de manera más o menos directa a las perspectivas más generales adoptadas por sus principales portavoces respecto de la acción política. Así, el debate se presenta en términos de oposiciones tales como “populistas” vs. “marxistas legales” o “reformistas” vs. “revolucionarios”.14 Sin embargo, el caso es bastante más complejo. En primer lugar, muchos “populistas” eran probablemente mucho más “marxistas” que los llamados “marxistas legales”; por ejemplo, Danielson en relación a Tugán-Baranovski. En segundo lugar, y de manera determinante para el propósito de este trabajo, es importante notar que las dos posiciones que resultan del debate no se vinculan respectivamente a concepciones “reformistas” o “revolucionarias” de la transformación de la sociedad, ni mucho menos a concepciones que afirman o cuestionan la necesidad de la superación del capitalismo. Ante todo, para los populistas el diagnóstico de que el capitalismo no podía reproducirse indicaba ciertamente la posibilidad del desarrollo de la “economía campesina”, pero en ningún caso la forma –reformista o revolucionaria– en que este desarrollo debía llevarse a cabo. Más expresivo de esta desconexión entre la concepción sobre el desarrollo económico y el tipo de acción política que se proponía es el caso de los críticos de los populistas. El punto salta a la vista con sólo considerar que autores tan políticamente contrapuestos como Tugán-Baranovski y Lenin compartían el mismo diagnóstico respecto de la capacidad puramente económica del capitalismo para desarrollarse y de la necesidad de la superación de este modo de producción. En efecto, ni la concepción “reformista” de uno ni la “revolucionaria” de otro estaban vinculadas con su diagnóstico común del capitalismo como un modo de producción autosuficiente desde el punto de vista de la realización económica de sus productos y al que sin embargo debía superarse. En el caso Lenin esta desconexión es tan manifiesta que, tal como lo indicaba explícitamente en su célebre ¿Qué hacer?, de la reproducción puramente económica del capitalismo no tiene cómo brotar la “conciencia socialista” que revolucione la sociedad, teniendo por eso mismo que aportarse esta conciencia “desde fuera” de dicha reproducción.15 En el mejor de los casos, tal como lo observaba en el contexto del debate que analizamos, la contradicción económica que según este autor subyace al desarrollo del capitalismo, esto es, “la contradicción entre el carácter social de la producción y el carácter individual de la apropiación”, podría hacer “más fácil […] encontrarle una salida” a este modo de producción, pero no subvertirlo por sí misma. 16


13 Ibid., 73.





En este punto, y a modo de conclusión del análisis de este primer debate sobre el “derrumbe” del capitalismo, se puede sostener que si bien la controversia se inicia poniendo el eje en las implicancias que tiene para la acción política la concepción que se adopte respecto del desarrollo económico del capitalismo, el resultado del debate es que, en cualquiera de las posiciones que se presentan, la conexión entre desarrollo económico y acción política acaba mostrándose como sumamente débil sino directamente nula. En otras palabras, en ningún caso la acción política se desprende como una necesidad inmanente del desarrollo económico.

El debate sobre la “teoría del derrumbe” en la socialdemocracia alemana (1898-1902)

Hacia fines del siglo XIX Alemania aparecía manifiestamente formando parte de las naciones ‘capitalistas’ más avanzadas. Por consiguiente, la discusión entre los marxistas no pasaba por el desarrollo del capitalismo en una sociedad supuestamente ‘precapitalista’ sino por el modo en que el capitalismo ya dominante evolucionaba. Más precisamente, la cuestión pasaba por evaluar si la evolución del capitalismo coincidía con las tendencias generales presentadas por Marx en El Capital. Las distintas concepciones que se fueron forjando al respecto en esos años dieron lugar a lo que se llamó el “debate revisionista”.17 En esencia, este debate enfrentaba a marxistas que proponían revisar y corregir las concepciones de Marx sobre la evolución del capitalismo con marxistas que procuraban defenderlas a rajatabla. En este contexto, la cuestión del “derrumbe” del capitalismo fue, si no el eje mismo de esta controversia como sugiere Colletti, 18 sin duda unos de los puntos más extensa y apasionadamente discutidos. Consideremos las posiciones más relevantes.

El primero en plantear esta cuestión fue Eduard Bernstein, fundador y mayor representante de la posición ‘reviosionista’. Según este autor, entre los marxistas imperaba una concepción fatalista de la superación del capitalismo cuyo eje era el derrumbe catastrófico del sistema motivado por una crisis económica insuperable. Para Bernstein, sin embargo, más que una tendencia a una crisis de esta naturaleza, la evolución histórica del capitalismo presentaba evidencias de una “adecuación” permanente del sistema y una tendencia a la eliminación de las crisis. En consecuencia, no era correcto plantear la existencia de un “derrumbe” del capitalismo. En sus palabras, “un derrumbe total y prácticamente simultáneo del actual sistema de producción no deviene más probable, sino más improbable, debido al desarrollo progresivo de la sociedad, porque ella incrementa, por un lado, la capacidad de adecuación, y por el otro –o bien simultáneamente–, la diferenciación de la industria”. 19 De este diagnóstico Bernstein concluía que la acción política de la clase obrera, en vez de luchar por la transformación subrepticia del capitalismo, debía apuntar a luchar por reformas que eleven sus condiciones de vida y desarrollen su participación en la democracia. “La socialdemocracia”, afirmaba, “no puede ansiar ni confiar en el cercano derrumbe del sistema […] Lo que ella debe hacer, y ésta es una tarea a largo plazo, es organizar políticamente a la clase obrera y formarla para la democracia y la lucha en el estado por todas las reformas conducentes a elevar a la clase obrera”. 20


17 Henry Tudor y J. M. Tudor (eds.), Marxism and social democracy: the revisionist debate 1896-1898, Cambridge, Cambridge University Press, 1988.

18 Lucio Colletti, “Bernstein y el marxismo de la segunda internacional”, en Colletti, L. Ideología y Sociedad, Barcelona, Fontanella, 1975 [1968], 81.

19 Eduard Bernstein, “La teoría del derrumbe y la política colonial”, en Bernstein, E. Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia, México, Siglo XXI, 1982 [1898], 74.

20 Ibid., 75.



Las respuestas por parte de los llamados “marxistas ortodoxos” no tardaron en llegar. De acuerdo a Luxemburg, la crítica de Bernstein no cuestionaba simplemente la idea del derrumbe catastrófico del capitalismo sino asimismo el conjunto de premisas que fundamentan la necesidad del socialismo. En este sentido, la respuesta de esta autora apuntó tanto a defender la existencia de un derrumbe del capitalismo como a precisar las condiciones conducen a que, en vez de caer en una situación social irreproducible, llegue el socialismo. “En primer lugar y ante todo”, sostenía Luxemburg, “la anarquía creciente de la economía capitalista […] convierte su caída en un resultado inevitable”, de ahí que sea necesario esperar un “momento en que [el capitalismo] se derrumba y se torna simplemente imposible”. Pero, además, de manera paralela a esta “anarquía creciente” se desarrolla, por un lado, la “socialización del proceso de producción” y, por otro, “el poder y el conocimiento de clase crecientes del proletariado”, esto es, dos condiciones sin las cuales, aun tras el derrumbe, no se podría desarrollar el socialismo. 21 Su punto fundamental era que Bernstein, al negar el derrumbe, acababa negando también estas dos condiciones. En el primer caso, porque la “socialización del proceso de producción” quedaba reducida a su “forma capitalista” y, en el segundo, porque “la conciencia de clase del proletariado” ya no era el “reflejo intelectual de las contradicciones cada vez más agudas del capitalismo y de su inminente caída […] sino un mero ideal”. 22 De este modo, el argumento de Luxemburg parecía apuntar a vincular el derrumbe del capitalismo con la acción política revolucionaria y a la negación del mismo con la acción política reformista e impotente para trascender el modo de producción capitalista. Dejando a un lado su moderación, la respuesta de Karl Kautsky no fue muy diferente a la de Luxemburg. “[La] forma de producción capitalista” sostenía este autor, “se hace imposible desde el momento en que el mercado no se extiende en la medida que la producción, es decir, desde que el exceso de producción se hace crónico”.23 Luego, al igual que en Luxemburg, en el argumento de Kautsky aparecía la lucha de clases para dar el paso al socialismo que el propio desarrollo económico del capitalismo era incapaz de dar. En su caso, sin embargo, el desarrollo de la lucha de clases no se fundamentaba tanto en la “anarquía de la producción” como en la “miseria” relativa creciente de la clase obrera.24 Por eso, en su presentación, la conexión entre derrumbe y lucha de clases aparecía más débil que en Luxemburg. Y a tal punto era así que, según

21 Rosa Luxemburg, ¿Reforma o revolución?, Buenos Aires, Ediciones Luxemburg, 2010 [1899], 105.




24 Ibid., 150 y ss.

Kautsky, la lucha de clases podía provocar la caída del capitalismo aun “antes” de que se presente una situación de crisis económica terminal. “La superproducción crónica irremediable”, sostiene este autor, “representa el límite extremo más allá del cual no puede subsistir ya el régimen capitalista; pero otras causas pueden hacerle sucumbir antes”. Y agrega, “hemos visto que la concepción materialista, al lado de la necesidad económica, admite otros factores de la evolución social […] que agrupamos bajo la fórmula de “lucha de clases”. La lucha de clases del proletariado puede ocasionar la caída de la forma de producción capitalista antes de que llegue ésta al período de descomposición”. 25

El próximo paso en el debate alemán se dio apenas dos años más tarde con la publicación de la traducción al alemán de segunda edición del libro de Tugán-Baranovski sobre las crisis industriales en Inglaterra. Los argumentos principales de este libro eran los mismos de su primera edición en 1894 cuando el autor polemizaba con los populistas marxistas; en pocas palabras, que el capitalismo era un modo de producción autosuficiente y carecía de todo límite inmanente. Pero entre una edición y otra había salido a la luz el tercer tomo de El Capital y Tugán-Baranovski se había convertido en un severo crítico de Marx; en particular, de la explicación de las crisis que se ofrecía en este último tomo. Según este autor, Marx y a su turno los marxistas, consideraban que por su pura dinámica económica el capitalismo debía forzosamente llegar a un punto en que no podría reproducirse por sí mismo y que con ello se demostraba la necesidad inevitable del socialismo. “Marx creía”, afirmaba Tugán-Baranovski, “que, una vez alcanzada cierta etapa de desarrollo, la sociedad capitalista no podría subsistir más. Su transformación en una sociedad socialista tendría entonces una necesidad económica. […] Nuestro análisis de las condiciones de realización del producto social nos ha demostrado la debilidad de este punto de vista”. 26

La reacción contra el libro de Tugán-Baranovski fue inmediata. En este punto, los marxistas armaron un frente común asumiendo que en Marx había una teoría del derrumbe y que había que defenderla a rajatabla porque sin ella no había explicación posible para la superación del capitalismo. 27 Sin embargo, aún en las repuestas más elaboradas, los marxistas no avanzaron en su argumentación mucho más allá de lo que lo habían hecho en el debate con Bernstein. En relación a la conexión entre derrumbe y acción política, también se repitieron argumentos similares, aunque esta vez portados en distintos autores. Por ejemplo, Kautsky adoptó una posición más cercana a la que había tenido Luxemburg en el debate anterior al sostener que, frente a la crisis terminal, la clase obrera “se ve obligada

25 Ibid., 185.

26 Mijaíl Tugán-Baranovski, “Studies on the Theory and the History of Business Crises in England, Part I, Chapter I and VII”, Research in Political Economy, vol. 18, 2000 [1901], 107-108.

27 Los principales referentes fueron Conrad Schmidt, “Contribución a la teoría de las crisis comerciales y de la sobreproducción”, en Colletti, L. El marxismo … op. cit., [1901], 177–86; Karl Kautsky, “Teoría de las crisis”, en Lucio Colletti. El marxismo y el del derrumbe del capitalismo , [1901], 189–236; Louis B. Boudin, The Theoretical System of Karl Marx in the Light of Recent Criticism, Chicago, Charles H. Kerr & Company, 1920 [1907]. La excepción más significativa fue Rudolf Hilferding que en su célebre obra “El capital financiero” recuperó, aunque con reservas, el enfoque de Tugán-Baranovski para explicar las crisis; véase, Rudolf Hilferding, El capital financiero, Madrid, Tecnos, 1963 [1910], 274 n.; 316 n.; 317 n.; 321 n.


a buscar una salida para la miseria generalizada, y sólo puede encontrarla en el socialismo”, aunque aún se mostraba confiado en que tal disyuntiva podía evitarse si la clase obrera conquistaba el poder “a tiempo para darle al desarrollo [económico actual] otra dirección”.28 Mientras que Schimdt puso más énfasis en que la clase obrera debía conquistar el poder político antes de la crisis porque en un “ambiente social” catastrófico “las reformas económicas de tendencia socialista” podrían lograr “muy poco”. 29

Consideremos cuál es el saldo que deja el debate alemán respecto del vínculo entre el desarrollo económico y la acción política. A primera vista, pareciera que con la aparición del libro de Tugán-Baranovski la posición anti-derrumbista queda definitivamente vinculada a la acción política reformista y al revisionismo. Como hemos visto, estas asociaciones son comunes en las lecturas clásicas de estos debates. Sin embargo, también aquí el caso es más complejo de lo que aparenta. En efecto, ya hemos visto que en TugánBaranovski la necesidad de una acción política reformista no surge del hecho de que el capitalismo sea un modo de producción autosuficiente. Por su parte, si se lo examina detenidamente, en el argumento de Bernstein tampoco la acción reformista brota inmanentemente de la capacidad de adecuación del capitalismo. En efecto, su argumentación no es que la capacidad de adecuación económica del capitalismo necesita de la acción reformista para llevarse a cabo. Para Bernstein la acción reformista surge sencillamente como alternativa frente a un capitalismo que por sí mismo no conduce al derrumbe porque se adapta una y otra vez. Y el caso no es distinto del lado de los llamados “derrumbistas”. En Kautsky y Schmidt la desconexión entre desarrollo económico y acción política se presenta palmaria e inequívocamente en el hecho de que la clase obrera se tiene que “anticipar” a la situación de crisis terminal y, por tanto, el eventual carácter de su acción política no puede estar en absoluto conectado con tal destino final del capitalismo. En Luxemburg, si bien demuestra que la acción política reformista resulta impotente para superar el capitalismo, nada dice que la anarquía de la producción, sea más o menos aguda, vaya a motivar una acción de carácter revolucionario. En este punto, el argumento de Luxemburg no va más allá, de hecho, del argumento clásico de la socialdemocracia alemana según el cual la acción política revolucionaria brota de la creciente miseria de la clase obrero. En conclusión, pese a que se presentaron argumentos diferentes, el resultado del debate alemán no se aleja del que había dejado en este respecto el debate ruso: la conexión entre derrumbe y acción política no alcanza aquí tampoco a tener un carácter inmanente, esto es, del desarrollo económico no se desprende la necesidad ni la forma de la acción política de la clase obrera.

28 Kautsky, “Teoría de las crisis…” op. cit., 233.

29 Schmidt, “Contribución a la teoría…” op. cit., 185



                  El debate Luxemburg (1913-1924)


La respuesta más importante que va a recibir el libro de Tugán-Baranovski va a llegar recién unos años más tarde con la aparición del libro más conocido de Luxemburg: La acumulación de capital. 30 La publicación de este libro se realiza en un contexto donde comienza a emerger el debate marxista sobre el imperialismo. 31 De hecho, como lo indica su subtítulo –¡eliminado en las ediciones castellanas e inglesas!– con su libro esta autora se proponía realizar “una contribución a la explicación económica del imperialismo”. Sin embargo, tal como lo presenta en su prólogo, lo que motivó su investigación no fue explicarse el imperialismo sino “exponer con suficiente claridad el proceso global de la producción capitalista en su aspecto concreto [y] sus límites históricos objetivos”32. Y, en efecto, la pregunta central que cruza toda su exposición es si la acumulación de capital tiene un límite económico inmanente más allá del cual no puede reproducirse. Por eso, el libro de Luxemburg, más que impulsar la discusión sobre el imperialismo, lo que en verdad hizo fue renovar el debate sobre el “derrumbe” del capitalismo.”

Pese a la extensión y minuciosidad de su exposición, el argumento de esta autora era bastante simple. Según postulaba, el principal problema a resolver en la discusión sobre el destino del capitalismo era “de dónde venía] la demanda constantemente creciente en que se fundamenta la ampliación progresiva de la producción”.33 Luego, sugería que esta demanda sólo podía provenir de “un círculo de adquirentes que estén fuera de la sociedad capitalista”. 34 Bajo esta dinámica, concluía Luxemburg, la acumulación de capital llega a un “callejón sin salida” y se “hace imposible”, y “la imposibilidad de la acumulación significa, en la producción capitalista, la imposibilidad del desarrollo ulterior de las fuerzas productivas, y, con ello, la necesidad histórica objetiva del hundimiento [Untergangs] del capitalismo”.35 En este contexto, y en línea con su argumentación en el debate con Bernstein, esta autora señalaba que el socialismo sólo podía ser el resultado de la acción política revolucionaria de la clase obrera que se anticipe al derrumbe del sistema. 36

Salvo contadas excepciones, la recepción del libro de Luxemburg fue absolutamente negativa. 37 En Alemania, autores “revisionistas” como Schmidt,38centristas” como Eckstein39 y Bauer40, y hasta “izquierdistas” como Pannekoek41 criticaron la obra


30 Luxemburg, La acumulación… op. cit.
31 Daniel Gaido y Manuel Quiroga, “La teoría del imperialismo de Rosa Luxemburg y sus críticos: la era de la Segunda Internacional” Critica Marxista, no 37, 2013, 113–32.

Citas e índice del contenido


Citas:
“Al año siguiente, en 1913, Rosa Luxemburg publicó su libro La acumulación del capital, cuyo subtítulo, ausente en las ediciones castellanas, reza en alemán Ein Beitrag zur ökonomischen Erklärung des Imperialismus (Una contribución a la explicación económica del imperialismo)” . (Berlín 1913.  Editor: Buchhandlung Forward Paul Singer G. mb H

Índice del contenido de este documento

·       El debate sobre el imperialismo en el Partido Socialdemócrata alemán (SPD)

·       La teoría de la acumulación de Marx

·       La teoría del imperialismo de Rosa Luxemburg

·       Una visión centrista: Gustav Eckstein

·       La perspectiva del centro desarrollada: Otto Bauer

·       La recepción en la izquierda: El análisis de Anton Pannekoek

·       La polémica de Lenin con los populistas rusos y su crítica al libro de Rosa Luxemburg
·       Conclusión

·       Referencias bibliográficas





Rosa Luxemburg.La acumulación de capital. Una contribución a la explicación económica del imperialismo.


Tony Cliff


Tony Cliff (1917 - 2000)


Tony Cliff. Rosa Luxemburg

La acumulación de capital



En alemán

Tony Cliff. Estudio sobre Rosa Luxemburgo.

VIII. La acumulación de capital


Tony Cliff. Estudio sobre Rosa Luxemburgo (1959)



En alemán
Rosa Luxemburg. La acumulación de capital. Una contribución
a la explicación económica del imperialismo.



En alemán

Rosa Luxemburg. La acumulación de capital. Una contribución a la explicación económica del imperialismo. (1913)



En inglés


Rosa Luxemburg. La acumulación de capital (1913)


Escrita desde la cárcel, no se publicó hasta después de su asesinato, 1921


Rosa Luxemburg.   La acumulación de capital - una anticrítica
La acumulación de capital, o lo que los epígonos han hecho de la teoría de Marx

Publicación por primera vez: 1921 - Die Akkumulation des Kapitals oder Was die Epigonen aus der Marxschen Theorie gemacht haben. Eine Antikritik (Franke, Leipzig 1921).
Originalmente escrito: 1915 mientras estaba internado en la prisión de mujeres, Barnimstrasse, Berlín. 

Fuente: Rosa Luxemburg y Nikolai Bujarin: El imperialismo y la acumulación de capital. Editado con una introducción por Kenneth J. Tarbuck. (Allen Lane The Penguin Press, Londres 1972), pp.45-150.
Traducido: (del alemán) por Rudolf Wichmann.
Transcripción / Marca: Steve Palmer.
Derechos de autor: Kenneth J. Tarbuck y Rudolf Wichmann 1972.
Notas: Aparecen notas del editor y del traductor [así]. Aparecen notas de MIA {así}.
Capítulo 2: Los críticos

Capítulo 6: El imperialismo



Nikolái Bujarin.  1924: el imperialismo y la acumulación de capital
Publicado por primera vez: "El imperialismo y la muerte de los animales salvajes", Unter dem Banner des Marxismus , Viena / Berlín, 1925-6, Vol. II.
Fuente: Rosa Luxemburg y Nikolai Bukharin El imperialismo y la acumulación de capital. Editado con una introducción por Kenneth J. Tarbuck. (Allen Lane The Penguin Press, Londres, 1972), pp 151-270.
Traducido: (del alemán) por Rudolf Wichmann;
Transcripción / Marca: Steve Palmer;
Derechos de autor: Kenneth J. Tarbuck y Rudolf Wichmann 1972;
Notas: Aparecen [así] las notas del editor y del traductor. Aparecen notas de MIA {así}.
Ensayo introductorio: "
El imperialismo y la acumulación de capital "por David Yaffe.
Contenido:










Este libro lo tengo en papel.


Libro: Rosa Luxemburg- Nicolai Bujarin El imperialismo y la acumulación de capital. Cuadernos de Pasado y Presente/51
Primera edición, marzo de 1975. Córdoba, Buenos Aires

                                           Índice

Advertencia         v         Pasado  y Presente
Peter J. Nettl       xi        Rosa Luxemburg y su concepción del imperialismo
Rosa Luxemburg
La acumulación del capital                                         1
1.    El problema en discusión                                 3
2.    La crítica general de Bauer                            43

Nota del editor. Rosa Luxemburg: La acumulación  del capital o en qué han convertido los epígonos la teoría de Marx.  Una anticrítica, tomada de la acumulación del capital, Madrid, Cénit, 1933. Traducción del alemán por J. Pérez Bances.

Nicolai Bujarin
El imperialismo y la acumulación del capital       99

Prefacio                                                                     101

1.    La reproducción ampliada en una sociedad capitalista abstracta                         102

2.    Dinero y reproducción ampliada      128


3.    La teoría general del mercado y de la crisis   147

4.    Las raíces económicas del imperialismo  178

5.    La teoría del derrumbe capitalista     197

                                                       Conclusión  207

Apéndice
Kenneth J. Tarbuck
El esquema de Marx de la reproducción ampliada   211

Paul M. Sweezy
La controversia sobre el derrumbe y Rosa Luxemburg  215

Kenneth J. Tarbuck
Comentario sobre la crítica de Sweezy a Bujarin  220

Kenneth J. Tarbuck
El problema del imperialismo en Rosa Luxemburg  224

Kenneth J. Tarbuck
Una aplicación de la teoría de Rosa Luxemburg en la predicción 232

Nota del editor                236




La Acumulación del Capital o lo que los Epígonos han hecho de la Teoría Marxista: una Anticrítica

I. EL PROBLEMA EN DISCUSIÓN
LOS CRITICOS


Rosa Luxemburgo: La Acumulación del Capital o lo que los Epígonos han hecho de la Teoría Marxista: una Anticrítica





Nikolai Bujarin. El imperialismo y la economía mundial.
Introducción de VI Lenin
Escrito: 1915 y 1917





El imperialismo, fase superior del capitalismo es un libro escrito por Vladímir Lenin en 1916.


Los cinco aspectos básicos del imperialismo, según Lenin.

“1) la concentración de la producción y del capital llega hasta un grado tan elevado de desarrollo que ha creado el monopolio, el cual desempeña un papel decisivo en la vida económica;
2) la fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este “capital financiero” de la oligarquía financiera;
3) la exportación del capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una importancia particular;
4)  la formación de asociaciones internacionales monopolísticas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo; y
5) la terminación del reparte territorial del mundo entre las potencias más importantes”



El Imperialismo, fase superior del capitalismo de Lenin
(esbozo popular) V. I. Lenin (1916)


V. I. Lenin. Tomo VI (1916-1917)

Sobre una caricatura de marxismo y sobre el " economismo imperialista   pág. 28              (1916)







VI. Revisionismo, huelga general e imperialismo: la contribución a la teoría pág. 170-219.
1  Revisionismo
. La teoría del revisionismo.
. La práctica del revisionismo.
2 Huelga de masas e imperialismo



Rosa Luxemburgo: Debate sobre la huelga política de masas en Bélgica y Debate sobre la huelga política de masas 1905 – 1906
30 de diciembre de 2018




En comentarios se amplía la información

Rosa Luxemburgo. El folleto Junius: La crisis de la socialdemocracia alemana. 1915
Escrito: 1915 mientras estaba internado en la prisión de mujeres, Barnimstrasse, Berlín. 


Acumulación del capital



De las ediciones del libro, La acumulación del capital de Rosa Luxemburgo que se encuentran en Internet en lengua castellana, se repite la editorial,  Edicions internacionals Sedov como fuente, ni siquiera se hace mención de que Editorial se ha tomado, ni quien ha sido el traductor o de que idioma se hizo la traducción ni el año de la edición en castellano). He descubierto que toma como base la edición de la editorial Cénit publicada en el 1933 La acumulación del capital (traducción de J. Pérez Bances), que estaba incluida “La Acumulación del Capital o lo que los Epígonos han hecho de la Teoría Marxista: una Anticrítica), adaptadas a la actualidad, como se puede comprobar en las notas, siempre hace referencia del El Capital,  a la edición del Fondo de Cultura Económica traducida por Wenceslao Roces.


Una pista

Entrevista con Wenceslao Roces

Por Gabriel Vargas Lozano
La biblioteca Carlos Marx
 Editorial Cénit, de la cual llegaron a publicarse 10 volúmenes grandes. Publicamos el primer tomo de El Capital en los volúmenes: La acumulación del capital, de Rosa Luxemburgo, Karl Marx del Manifiesto del Partido Comunista. El AntiDühring, de Engels, y algunas otras obras.


La edición del Fondo de Cultura Económica traducida por Wenceslao Roces, en un archivo que agrupa los tres Libros de El Capital:


El Capital Tomo I Karl Marx. El proceso de producción del capital. (Desde la pág. 1 hasta la pág. 513)

El Capital Tomo II Karl Marx. El proceso de circulación del capital.
(514-  con apéndices 952)

El Capital Tomo III Karl Marx. (954- 1492


Otra pista

"El Capital", Karl Marx. Traducciones en castellano descargables, on-line y en papel. Cuestiones básicas sobre el marxismo: El capital y la ley del valor


Otra pista

En el centenario de su asesinato
La recepción de la obra de Rosa Luxemburgo en España
16/02/2019 | Pepe Gutiérrez-Álvarez
“La fase clásica está recogida por Pedro Ribas en La introducción del marxismo en España (1869-1939) editada por de la Torre (Madrid, 1981). Ribas registra una primera edición de La acumulación de capital de 1931 (Ed. Hoy), más otra en 1933 en la casi mítica editorial Cenit, en traducción del alemán. Ribas anota también una edición de Cartas de la prisión (Cenit, 1931).”




Las contribuciones de Rosa Luxemburgo al debate del imperialismo


1913. La acumulación del capital
Prólogo
El presente trabajo, me fue inspirado en la Introducción a la Economía Política, obra de vulgarización en la que llevo ya mucho tiempo trabajando, constantemente interrumpida por mi labor en la escuela del Partido y por mis campañas de agitación. En enero de este año, después de las elecciones al Parlamento, al acometer nuevamente aquel trabajo para terminar, por menos en sus líneas generales, esta vulgarización de la teoría económica marxista, me salió al paso una dificultad inesperada. No conseguía exponer con suficiente claridad el proceso global de la producción capitalista en su aspecto concreto, ni sus límites históricos objetivos. Ahondando en el asunto, llegué a la conclusión de que no se trataba simplemente de una dificultad de exposición, sino que ésta envolvía un problema teóricamente relacionado con la doctrina del volumen II de El Capital de Marx, y que, además, trascendía a la práctica de la política imperialista actual y a sus raíces económicas. He intentado formular con toda exactitud científica este problema. Si lo hubiese conseguido, mi trabajo no tendría solamente un interés teórico puro, sino que encerraría también, a mi parecer, cierta importancia para nuestra lucha práctica contra el imperialismo.

ROSA LUXEMBURG Diciembre, 1912



Rosa Luxemburgo. Introducción a la economía política (1916-1917)


Rosa Luxemburgo. ¿Qué es la Economía? (Bibliografía complementaria)






Acumulación del capital



Acumulación y reproducción ampliada


Edicions internacionals Sedov





ÍNDICE
 I                          3
II                        28
1                        28
2                        37
3                        42
4                        48
5                        55


Rosa Luxemburgo: La acumulación del capital o en qué han convertido los epígonos la teoría de Marx. Crítica de las críticas.


La acumulación del capital o en qué han convertido los epígonos la teoría de Marx. Crítica de las críticas. Rosa Luxemburgo



La acumulación del capital o en qué han convertido los epígonos la teoría de Marx. Crítica de las Críticas Rosa Luxemburg


Rosa Luxemburgo: La Acumulación del Capital o lo que los Epígonos han hecho de la Teoría Marxista: una Anticrítica


La Acumulación del Capital o lo que los Epígonos han hecho de la Teoría Marxista: una Anticrítica

I. EL PROBLEMA EN DISCUSIÓN
LOS CRITICOS






Anton Pannekoek
La teoría del derrumbe del capitalismo
Escrito: 1934.



1934 La teoría del derrumbe del capitalismo [Pannekoek]



Rosa Luxemburgo. La acumulación del capital





32 Luxemburg, La acumulación… op. cit., 7.

33 Ibid., 107.
34 Ibid., 317.
35 Ibid., 384–85.
36 Ibid., 345.

37 Véase Krätke, On the Beginnings … op. cit.; Gaido y Quiroga, op. cit.

 38 Conrad Schmidt, “Rosa Luxemburg: Die Akkumulation des Kapitals”, Archiv für Sozialwissenschaft und Socialpolitik, 39, 1915, 256–61.

39 Gustav Eckstein, “Rosa Luxemburg’s The Accumulation of Capital: A Critique”, en Day, R. y Gaido, D., Discovering Imperialism: Social Democracy to World War I, Leiden, Brill, 2012 [1913], 695–712.

 40 Otto Bauer, “La acumulación de capital”, en Colletti, L. El marxismo… op. cit. [1913], 339–64.





implacablemente. Y en Rusia, sentencia de Lenin mediante, 42 los bolcheviques también rápidamente la desestimaron. En esencia, todas estas críticas apuntaron a defender una interpretación de la explicación de Marx de la dinámica de la acumulación de capital en donde el plusvalor no necesitaba realizarse por medio de agentes externos al propio capital. En otras palabras, apuntaron a negar la existencia de un derrumbe del capitalismo motivado por una imposibilidad puramente económica de realización del plusvalor al interior de la sociedad capitalista. En relación a la conexión entre desarrollo económico y acción política, los críticos de Luxemburg no realizaron innovaciones respecto a instancias anteriores al debate. Más llamativo aún es que, viniendo de posiciones políticas tan diversas, estos críticos acabaran presentando posiciones muy similares en relación a esta conexión. Consideremos especialmente a las dos críticas que se convirtieron en el curso del debate en las respuestas “oficiales” al enfoque luxemburgista dadas por la socialdemocracia alemana43 y por los bolcheviques44 respectivamente, y que por lo demás son expresiones de posiciones políticas abiertamente contrapuestas.


Respecto a la cuestión de la superación del capitalismo la respuesta de la socialdemocracia alemana se limita a recuperar su línea de argumentación histórica presente desde el programa de Erfurt45 y luego esgrimida por Kautsky en su respuesta a Bernstein. En pocas palabras, la clase obrera reaccionará frente a sus condiciones crecientemente empobrecidas tomando el poder político del Estado e imponiendo el socialismo. “El capitalismo”, decía Bauer “no fracasará a causa de la imposibilidad mecánica de realizar el plusvalor. Sucumbirá, en cambio, a la rebelión hacia la cual impulsa a las masas del pueblo”. 46 A primera vista, puede resultar llamativo que Bauer pueda recuperar esa línea de argumentación tomando una posición contraria a la teoría del derrumbe del capitalismo, pues como se recordará esta posición anti-derrumbista era la que tenían los “revisionistas” y contendientes de Kautsky. Sin embargo, Bauer puede realizar esta operación precisamente porque, como también hemos visto, en dicha línea de argumentación la conexión entre derrumbe y acción política revolucionaria de la clase obrera es sumamente débil.47 De parte de los bolcheviques la respuesta no es muy diferente. En esencia, esta crítica pasa por presentar a la guerra imperialista como la causa de la miseria y, a su turno, de la rebelión de la clase obrera contra el capitalismo. “Hoy ya estamos en condiciones de permitirnos emitir juicio, sobre el proceso del derrumbe capitalista, que no se base ya simplemente en construcciones abstractas y perspectivas teóricas. El derrumbe del capitalismo se ha iniciado”, sostenía Bujarín. “La revolucionarización del proletariado tuvo que ver, indudablemente, con la ruina económica, ésta con la guerra, la guerra con la […] política imperialista en general”. 48 En suma, al igual en el caso de los socialdemócratas alemanes, para Bujarin la acción política revolucionaria de la clase obrera, y por tanto la superación del capitalismo, surgía de las condiciones crecientemente miserables a las que se ve sometida la clase obrera en este modo de producción.


42 Vladimir Ilich Lenin, “Letter To the Editor of Bremer Bürger-Zeitung”, en Lenin, V. I, Collected Works. Vol. 43, Moscow, Progress Publishers, 1977 [1913], 332–33; Vladimir Ilich Lenin, “Carta a la redacción del periódico Sotsial-Demokrat”, en Lenin, V. I, Correspondencia. Tomo II, Buenos Aires, Editorial Estudio, 1968 [1913], 88–89; Vladimir Ilich Lenin, “Carlos Marx (Breve esbozo biográfico con una exposición del marxismo)”, en Lenin, V. I., Obras completas. Tomo XXII, (133-182) Madrid, Akal, 1977 [1915], 181–82.

V. I. Lenin (Breve esbozo biográfico de Carlos Marx, con una exposición del marxismo)




43 Bauer, La acumulación … op. cit.

44 Nikolai Bujarin, El imperialismo y la acumulación de capital, Buenos Aires, Tiempo Contemporáneo, 1974 [1924].

Nikolái Bujarin.  1924: el imperialismo y la acumulación de capital


45 Karl Kautsky, The Class Struggle (Erfurt Program), Chicago, C. H. Kerr & Co-Operative, 1910 [1892].

46 Bauer, “La acumulación de capital” … op. cit., 363.

47 Asimismo, dicho sea de paso, tal es la base sobre la que el Kautsky de posguerra podrá cambiar radicalmente su posición respecto al derrumbe del capitalismo sin modificar su concepción general sobre el vínculo entre las relaciones económicas y políticas; véase Karl Kautsky, The Materialist Conception of History, New Haven, Yale University Press, 1988 [1927], 424–56.

Karl Kautsky. La concepción materialista de la historia. (1927)



48 Bujarin, El imperialismo … op. cit., 129–30

Nikolái Bujarin.  1924: el imperialismo y la acumulación de capital



Escrita en 1915 y publicada póstumamente en 1921, la respuesta de Luxemburg a sus críticos –popularmente conocida como la Anticrítica– repite esencialmente los mismos argumentos que su obra original. 49 Lo interesante de esta respuesta, tal como lo observa agudamente Jacoby, 50 es que aquí Luxemburg se defiende particularmente contra la acusación de economismo y mecanicismo. En este punto, la defensa de esta autora pasa por sostener que la tendencia económica al derrumbe del capitalismo no lleva por sí misma al socialismo; que lo que se necesita ante todo es de la acción política revolucionaria de la clase obrera y, más precisamente, que esta acción se lleva a cabo antes de que acontezca efectivamente dicho derrumbe motivada por una situación económica crecientemente insostenible. “La tendencia objetiva de la evolución capitalista hacia tal desenlace” sostenía Luxemburg “es suficiente para producir mucho antes una tal agudización social y política de las fuerzas opuestas, que tenga que poner término al sistema dominante”. 51 Si se lo examina detenidamente, el argumento de Luxemburg respecto del vínculo entre el derrumbe y la acción política revolucionaria no es muy diferente del que esgrimía en su debate contra Bernstein. Lo interesante de esta nueva presentación no sólo es que es mucho más precisa que la anterior, sino que se da en un contexto de acusación de “economicismo” y “mecanicismo” que obliga a dar cuenta del vínculo preciso que hay entre el desarrollo económico y la acción política. En este sentido, se puede decir que la argumentación de Luxemburg responde convincentemente a la acusación de sus críticos al incluir a la acción política de la clase obrera como un momento necesario de la superación del capitalismo. Sin embargo, la conexión de esta acción con el desarrollo económico continúa siendo sumamente débil y, en esencia, de la misma naturaleza que la conexión que presentan sus críticos: la situación económica crítica, que se desarrolla por sí misma, motiva la acción revolucionaria al hacer visible el estado miserable en que se encuentra la clase obrera. En otras palabras, no es que el propio proceso económico necesita de la acción política revolucionaria de la clase obrera para desarrollarse, sino que por un lado existe el desarrollo económico y por otro la acción política revolucionaria que se opone a él.52

49 Rosa Luxemburg, “La acumulación de capital o en qué han convertido los epigonos la teoría de Marx. Una anticrítica”, en Luxemburg, R., La acumulación … op. cit., 437–547.

50 Jacoby, The Politics of Crisis … op. cit.

51 Luxemburg, “La acumulación de capital o en qué han convertido … op. cit., 470.

52 En este sentido, no parece casual que la célebre frase “Socialismo o Barbarie” con la que se recuerda el enfoque de Luxemburg sobre el derrumbe no perteneciese a Engels, como pensaba esta autora (véase, Rosa Luxemburg, “El folleto Junius: la crisis de la socialdemocracia alemana”, en Obras Escogidas de Rosa Luxemburg, Izquierda Revolucionaria, 2008 [1916], 278.), sino a Kautsky, cuyo enfoque se presentaba en las antípodas del de Luxemburg. Al respecto véase Ian Angus, “The origin of Rosa Luxemburg’s slogan ‘socialism or barbarism’”, en John Riddell’s Marxist Essays and Commentary, [en línea] .

El origen del eslogan "socialismo o barbarie" de Rosa Luxemburg.


En comentarios, se amplía la información.

Rosa Luxemburgo. El folleto Junius: La crisis de la socialdemocracia alemana. 1915



En suma, si consideramos cómo se presenta la cuestión del vínculo entre desarrollo económico y acción política en esta instancia del debate nos encontramos otra vez con resultados similares a los que arribamos en instancias anteriores. Pero ahora el escenario está más claramente definido. No sólo en ninguna de las dos posiciones en disputa alcanzó a presentar una conexión inmanente entre desarrollo económico y acción política, sino que ambas posiciones acabaron presentando exactamente la misma conexión exterior: por un lado, está el desarrollo económico que conduce por sí mismo a una situación crítica; por el otro, está la clase obrera que reacciona frente a esta situación.





                El debate Grossmann (1929-1934)


El último estertor del debate sobre el derrumbe tuvo lugar con la publicación del libro de Grossmann, La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista, 53 en el contexto de la crisis económica europea de la década de 1920.54 De acuerdo a este autor, la acumulación de capital lleva consigo la tendencia hacia su propio derrumbe, pero no lo hace por un problema de realización del plusvalor, como hasta entonces habían sostenido los adherentes a la teoría del derrumbe, sino de falta de plusvalor para satisfacer las necesidades de la prosecución de la propia acumulación de capital. Llegado cierto punto, concluye Grossmann, “los capitalistas deberán alimentarse del aire […] el sistema sufre un colapso, la crisis del sistema que sobreviene de este modo expresa el derrumbe la de la valorización”.55 Lo que explica este derrumbe, como lo precisa más adelante, es que la acumulación “se desenvuelve en base a una composición orgánica del capital progresivamente creciente”, de modo que el plusvalor producido, aún con una población creciente, “siempre aumenta menos que el capital”. 56


Lo interesante del enfoque de Grossmann no sólo es que saca el foco de análisis del derrumbe del problema de la realización del plusvalor,57 sino que asimismo termina por cambiar el foco del problema del vínculo entre el desarrollo económico y la acción política sacándolo de la disyuntiva “reformismo” o “revolución” para situarlo en la de “economicismo” o “voluntarismo”.

53 Henryk Grossmann, La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista, México, Siglo XXI, 1979, [1929]. Dejamos a un lado aquí la influyente obra de Frtiz Sternberg, El imperialismo, México, Siglo XXI, 1979 [1926] en la medida en que, por una parte, no avanza sustantivamente en los argumentos que había presentado Luxemburg en su Acumulación de capital y, por otra, en que es rápidamente desplazada en el debate por la aparición de la referida obra de Grossmann.

54 Sobre este contexto histórico véase Ester Fano, “Los países capitalistas, desde la guerra mundial hasta la crisis de 1929” en AA.VV., La crisis del capitalismo en los años ’20. Análisis económico y debate estratégico en la tercera internacional, México, Pasado y Presente, 1981 [1976], 91-131.




55 Ibid., 83.

56 Ibid., 120.



En efecto, lo que subyace en toda la presentación de este autor es una crítica a la concepción derrumbista precedente como una concepción “fatalista” o “economicista”. En particular, Grossmann discute la posición de Luxemburg a la que considera que lleva “implícita […] la idea de un punto límite final del capitalismo [que es] irreconciliable con la concepción marxiana de la lucha de clases” y que por tanto “bien puede ser calificada como una recaída en el fatalismo quietista, en virtud de la cual no hay lugar para la lucha de clase”.58 El argumento principal de Grossmann en este punto es que la superación del capitalismo no va a suceder sin la participación activa de la clase obrera, pero no simplemente porque la clase obrera es la que en definitiva va a tener que tomar en sus manos la organización consciente del proceso de producción social, sino en particular porque el momento del derrumbe va a depender de la masa de plusvalor disponible que, a su turno, depende de la lucha de clases. Así, hacia el final de su libro señala que la “irrupción” del derrumbe “en realidad, y dentro de ciertos límites, está sujeta a la influencia de enfrentamientos conscientes de las dos clases consideradas. […] La lucha de la clase obrera por sus reivindicaciones cotidianas se vincula así con su lucha por el objetivo final. El objetivo final por el que la clase obrera combate, no se trata pues de un ideal introducido ‘desde el exterior’ en el movimiento obrero”. 59

La contribución de Grossmann fue rápida y ampliamente discutida en varios círculos del marxismo. Sin embargo, salvo contadas excepciones, fue duramente criticada. En esencia, todas estas críticas pasaron por objetarle al argumento de Grossmann la rigidez que asumen las variables que componen su modelo.60 En relación al vínculo entre desarrollo económico y acción política el enfoque de Grossmann fue discutido especialmente por los “comunistas de izquierda”. 61 Las contribuciones principales fueron las de Korsch, 62 Pannekoek63 y Mattick. 64 Considerémoslas sucintamente.


58 Grossmann, La ley … op. cit., 19–20.

59 Ibid., 388–89.

 60 Véase Michael Charles Howard y John Edward King, “Henryk Grossmann and the Breakdown of Capitalism”, Science & Society, vol. 52, no 3, 1988, 290–309; Rick Kuhn, “Economic Crisis and Socialist Revolution: Henryk Grossman’s Law of accumulation, Its First Critics and His Responses”, Research in Political Economy, vol. 21, 2004, 181–221.

61 Véase al respecto Marramao, Teoría del derrumbe… op. cit.

62 Karl Korsch, “Fundamentos de una teoría revolucionaria de las crisis”, en AA.VV., ¿Derrumbe del capitalismo o sujeto revolucionario?, México, Pasado y Presente, 1978 [1933], 107–23; Karl Korsch, “Algunos supuestos básicos para una disucisón materialista de la teoría de las crisis”, en AA.VV., ¿Derrumbe del capitalismo op. cit., [1933] 124–31.


Pannekoek, Korsch y Mattick - ¿Derrumbe del capitalismo o sujeto revolucionario?



Teoría del derrumbe del Capitalismo, por Anton Pannekoek

Teoría marxista de la acumulación y del derrumbe, por Paul Mattick

Fundamentos de una teoría revolucionaria de las crisis, por Karl Korsch

La crisis mortal del capitalismo, por Paul Mattick

62 Karl Korsch, “Fundamentos de una teoría revolucionaria de las crisis”, en AA.VV., ¿Derrumbe del capitalismo o sujeto revolucionario?, México, Pasado y Presente, 1978 [1933], 107–23; Karl Korsch, “Algunos supuestos básicos para una discusión materialista de la teoría de las crisis”, en AA.VV., ¿Derrumbe del capitalismo op. cit., [1933] 124–31.


Karl Korsch: Algunos prolegómenos a una discusión materialista de la teoría de las crisis



63 Anton Pannekoek, “La teoría del derrumbe del capitalismo”, en AA.VV., ¿Derrumbe del capitalismo … op.cit., [1934], 62–84.



La teoría del derrumbe del capitalismo Anton Pannekoek. 1934




 64 Paul Mattick, “La crisis mortal del capitalismo”, en AA.VV. ¿Derrumbe del capitalismo op. cit., [1933], 132–47; Paul Mattick, “Sobre la teoría marxiana de la acumulación y del derrumbe”, en AA.VV. ¿Derrumbe del capitalismo, op. cit., [1934], 86–106; Paul Mattick, “The Permanent Crisis. Henryk Grossman’s Interpretation of Marx’s Theory Of Capitalist Accumulation”, International Council Correspondence, vol. 1, n o 2, 1934. 1–20.

En alemán

Paul Mattick: La crisis de muerte del capitalismo. 1933





Paul Mattick. Sobre la teoría de Marx de la acumulación y el colapso. 1934
En respuesta al artículo: "La teoría del colapso del capitalismo" en el número 1 de la "Correspondencia del Consejo"


Paul Mattick: La crisis permanente: la interpretación de Henryk Grossman de la teoría de  Marx sobre la acumulación capitalista. 1934



Paul Mattick. Luxemburgo contra Lenin (1935)







“Crisis y Teoría de la crisis”: Paul Mattick


                                                Índice
 Presentación, 3

 Prefacio, 4

Capítulo 1. La economía burguesa, 5

Capítulo 2. La teoría de la crisis de Marx, 24

Capítulo 3. Los epígonos, 40    

Capítulo 4. Esplendor y miseria de la economía mixta, 61

Capítulo 5. El capitalismo tardío, de Ernest Mandel, 78

Capítulo 6. Valor y precio en Marx, 106



Paul Mattick. El marxismo y la economía burguesa.


Eduard Bernstein. Los prerrequisitos del socialismo
y las tareas de la socialdemocracia. (1899)



Marx, Keynes y la fábula de la cisterna



Ernest Mandel. El capitalismo tardío.  (1979) Ediciones ERA, México


Introducción, 9
 I. Las leyes del movimiento y la historia del capital, 14
II. L a estructura del mercado mundial capitalista, 45
III. Las tres fuentes principales de ganancias extraordinarias en el desarrollo del capitalismo moderno, 75
IV. Las "ondas largas” en la historia del capitalismo, 106
V. Valorización de capital., lucha de clases y tasa de plusvalía en el capitalismo tardío, 145
V I. La naturaleza específica de la tercera revolución tecnológica, 181
 V IL La reducción del tiempo de rotación del capital fijo y la presión hacia la planificación de las compañías y la programación económica, 220
 V III. La aceleración de la innovación tecnológica, 244
 IX. La economía armamentista permanente y el capitalismo tardío, 269
X. La concentración y la centralización internacionales del capital. 305
X I. Neocolonialismo e intercambio desigual, 337
 X I I. La expansión del sector de servicios, “la sociedad de consumo” y la realización de plusvalía, 369
 X I I I. La inflación permanente, 398
 X IV. El ciclo industrial en el capitalismo tardío, 427
 X V. El Estado en la era del capitalismo tardío, 461
 X V I. La ideología en la época del capitalismo tardío, 485
X V II. El capitalismo tardío como conjunto. 507
X V III. La crisis de las relaciones de producción capitalistas, 543
Glosario, 568






V. I. Lenin. Informe sobre la situación internacional y las tareas fundamentales de la Internacional Comunista. 19 de julio de 1920


VICENÇ NAVARRO SOBRE MARX Y KEYNES, O LAS VAGAS IDEAS ECONÓMICAS DEL REFORMISMO






Korsch criticó a Grossmann por recaer en una línea interpretativa “objetivista” del curso de la sociedad capitalista que, en tanto tal, no es “capaz de suministrar la seria garantía de la acción consciente de la clase proletaria en lucha por sus objetivos propios”. 65 En pocas palabras, Korsch buscó aplicarle a Grossmann la misma crítica que éste le aplicó a Luxemburg, esto es, que su teoría no dejaba lugar para la lucha de clases. A esta posición, y procurando no caer en lo que según este autor sería el extremo su opuesto del “subjetivismo”, opuso “una posición auténticamente materialista” según la cual la crisis terminal tenía el papel del mito “soreliano” para la acción práctica de la clase obrera, esto es, sólo tenía sentido en cuanto motivaba la acción política revolucionaria. 66 Por su parte, la crítica de Pannekoek fue en el mismo sentido. Según este autor, Grossmann explicaba el derrumbe del capitalismo “sin que haya una clase revolucionaria que combata y venza a la burguesía”. 67 Pero, a diferencia de Korsch, este autor presentaba una posición sobre la superación del capitalismo que buscaba preservar la determinación económica real de la acción política de la clase obrera presentando a las manifestaciones de la crisis económica determinando la voluntad del proletariado. “El socialismo”, afirmaba este autor, “viene no porque el capitalismo se derrumbe económicamente […] viene porque el capitalismo, tal como vive y crece, se vuelve cada vez más insoportable para los obreros y los lanza a la lucha”.68 En contraposición, las contribuciones de Mattick buscaron defender los argumentos de Grossmann. Ante todo, Mattick rechazó “toda concepción mecánica del derrumbe del capital” por considerar que sólo veía un aspecto del “proceso dialéctico”69 y defendió a Grossmann por “limitarse por razones metodológicas, en su análisis de la ley de la acumulación, a la definición de supuestos meramente económicos”. Así, según este autor, Grossmann “no sostuvo] un punto de vista ‘puramente económico’, sino dialéctico, para el cual toda abstracción es tan solo un medio para el reconocimiento de la realidad”. 70 En consecuencia, de acuerdo a Mattick había que considerar que “la crisis mortal del capitalismo no significa que el sistema se suicida, sino que la lucha de clases asume formas que conducen al derrocamiento del sistema”. 71 Sin embargo, en cuanto a la conexión concreta entre desarrollo económico y acción política, la posición de este autor se alejaba – aunque sin advertirlo– del enfoque de Grossmann. Para Mattick, en efecto, la lucha revolucionaria de la clase obrera por la superación del capitalismo se explicaba finalmente por la pauperización que sufría esta clase como producto de la crisis mortal del sistema. No es sino hasta el momento en que “el capital puede seguir existiendo únicamente en base a la pauperización absoluta y continua de las masas”, afirmaba Mattick, “cuando trastroca esta lucha económica, resulte esto consciente o no para las masas, en lucha política”. 72 Consideremos las contraposiciones respecto del vínculo entre desarrollo económico y acción política que deja esta última instancia del debate. A primera vista, parece que las posiciones van desde un extremo economicista representado por Grossmann a otro extremo


65 Korsch, Algunos supuestos básicos … op. cit, 130.

 66 Idem.

67 Pannekoek, La teoría del derrumbe … op. cit., 70.

68 Ibid., 80–81.

69 Mattick, La crisis mortal del capitalismo … op. cit., 134.

70 Mattick, Sobre la teoría … op. cit., 86–87.

71 Mattick, The Permanent … op. cit., 20.

72 Mattick, Sobre la teoría … op. cit., 105.

Paul Mattick. La crisis permanente: la interpretación de Henryk Grossman de la teoría de  Marx sobre la acumulación capitalista. 1934



Paul Mattick. Sobre la teoría de Marx de la acumulación y el colapso. 1934
En respuesta al artículo: "La teoría del colapso del capitalismo" en el número 1 de la "Correspondencia del Consejo"





voluntarista representado por Korsch, pasando por posiciones intermedias representadas por Pannekoek y Mattick. Examinado más detenidamente, sin embargo, las posiciones tienen más en común de lo que parece. En el caso de Grossmann, sin bien el capitalismo no puede superarse sin la existencia del derrumbe económico y en este sentido puede ser caracterizado como un “economicista”, la acción política revolucionaria de la clase obrera que lleva a cabo tal superación surge únicamente en reacción frente al derrumbe efectivo o inminente del sistema. Por tanto, como en el enfoque “voluntarista”, en la argumentación de Grossmann la acción política revolucionaria de la clase obrera surge simplemente como afirmación de la libre voluntad humana contra el movimiento del capital. Más aún, incluso en el caso de la acción política sindical, que es la que se presenta explícitamente como el factor subjetivo del derrumbe del capitalismo, se trata de una acción política igualmente exterior al desarrollo económico en la medida en que su fuerza para imponer la masa de plusvalor que determina el momento del derrumbe no surge de la propia dinámica de la acumulación de capital sino de la mera lucha de clases. En este sentido, la concepción de Korsch respecto del vínculo entre desarrollo económico y acción política es exactamente la misma. En su argumentación también la acción política revolucionaria surge por fuera del desarrollo de la acumulación de capital y como reacción frente a éste, más no sea por la situación económica de crisis que alimenta el mito del derrumbe. Y esta misma desconexión es más evidente en las posiciones de Pannekoek y Mattick en la medida en que éstas no se apartan en lo esencial de las posiciones marxistas más tradicionales. En suma, todos estos enfoques pueden ser interpretados igualmente como “voluntaristas”, en el sentido de que la acción revolucionaria brota desde fuera del desarrollo económico, o bien como “economicistas”, en el sentido de que lo que determina el destino del capitalismo no es la acción política revolucionaria de la clase obrera sino el desarrollo económico. En consecuencia, detrás de la aparente contraposición entre “economicismo” y “voluntarismo” lo que subyace es la misma concepción respecto del vínculo entre desarrollo económico y acción política que está presente desde el inicio del debate: por un lado, está el desarrollo económico y por otro lado la acción política revolucionaria de la clase obrera que se opone a él.




3. El método dialéctico y el vínculo entre desarrollo económico y acción política revolucionaria.

En el curso de nuestro análisis de la llamada controversia sobre el derrumbe del capitalismo hemos visto que, a pesar de las mutuas acusaciones esgrimidas por los contendientes, de la posición que adopte frente al “derrumbe” no surge ni la disposición a una acción política revolucionaria o reformista, ni la adopción de una concepción economicista o voluntarista de curso de la vida social. Como se ha procurado mostrar en cada instancia del debate, lo que habilita estas desconexiones es que se concibe al vínculo entre el desarrollo económico y la acción política como un vínculo externo. Esta concepción, en efecto, subyace a todas las posiciones porque, como se puede apreciar ahora, todas comparten el mismo argumento básico: la acción política que supera el capitalismo –sea reformista o revolucionaria– surge en reacción a una situación económica crítica, sea ésta la “miseria”, la “crisis”, la “explotación” o la “distribución de la riqueza”. Aquí, la situación económica concreta se presenta siempre como el producto del proceso de acumulación de capital concebido como un fenómeno exclusivamente económico y que se desarrolla por sí mismo, esto es, abstraído de toda mediación política. A su vez, y como contraparte, la acción política de la clase obrera que supera el capitalismo forzosamente se presenta como un fenómeno ajeno a la acumulación de capital y cuya razón de existir resulta de este modo indefinida. En pocas palabras, desarrollo económico y acción política se presentan en un vínculo externo porque en todos los casos se los concibe desde el inicio como fenómenos autoconstituidos de manera previa a su relación. Realizado sobre la base de esta concepción común no debería llamar la atención que el debate no haya producido resultados concluyentes y más bien simplemente se haya diluido. Ante todo, si se parte de extirpar a un fenómeno de la unidad que lo constituye como tal inevitablemente se convierte lo convierte en una abstracción. Pero, además, no hay modo de restituir la unidad en cuestión una vez que se ha pretendido desarrollar por sí mismo lo que se ha extirpado de ella. Por eso, los intentos teóricos de responderse por la superación del capitalismo partiendo de romper la unidad que constituye el capitalismo mismo como modo de producción de la vida humana estaban condenados al fracaso desde el inicio. Esta forma de proceder, sin embargo, es completamente ajena al método de Marx, que precisamente se caracteriza por asir la unidad en la diferencia.

La conclusión de que las limitaciones de la controversia sobre el derrumbe surgen de las insuficiencias metodológicas que están implícitas en las concepciones en disputa fue advertida por Marramao a fines de la década de 1970. 73 Este autor consideraba que, si se concebía a la crítica marxiana de la economía política tanto una crítica de las formas objetivas de la relación social como de las “formas de conciencia cosificadas”, el propio método dialéctico de “exposición” desarrollado por Marx debía conducir necesariamente a una explicación “científica de la conciencia de clase” y de la superación del capitalismo. 74 De este modo, concluía Marramao, “el proceso de la génesis del Klassenbewusstein [conciencia de clase] se explica por lo tanto a partir del proceso de producción reproducción, desde el interior de la objetividad de las relaciones sociales, [en vez de ser] presupuesto como resultado de una autonomía irreductible”. 75 Desafortunadamente, este autor no realizó nunca este programa de investigación. Sin embargo, desde entonces –como de hecho ya lo advertía el mismo Marramao– en los debates marxistas comenzó a ponerse de manifiesto la relevancia del método dialéctico para la comprensión de la crítica marxiana de la economía política.

73 Giacomo Marramo, “Teoría de la crisis y el problema del estado. Al margen de la Konstitutionsproblematik”, en Marramo, G., Lo político … op. cit. [1975], 118–53.

74 Ibid., 140–41.

75 Ibid., 183.

El primer paso en este sentido lo dio un grupo de marxistas alemanes ulteriormente reconocidos bajo la rúbrica de la “Nueva Lectura de Marx. 76 En contraposición a las investigaciones tradicionales sobre el método dialéctico, en general vinculadas a la comprensión de las “grandes leyes” de la existencia de la realidad material, 77 este grupo de autores se especializó en la investigación del papel del método dialéctico en la crítica marxiana de la economía política. Estas investigaciones, sin embargo, tuvieron dos limitaciones. En primer lugar, aún las más ambiciosas no pasaron de los primeros capítulos de El Capital y, en segundo lugar, hasta pasados varios años quedaron prácticamente encapsuladas en Alemania sin alcanzar nunca una difusión significativa.78 El proyecto de vincular el método dialéctico con la crítica marxiana de la economía política recién cobró nuevo ímpetu, mayor concreción, y un verdadero alcance internacional, con los trabajos de lo que actualmente se conoce como la “Nueva dialéctica”. 79 De manera general, se puede decir que estas nuevas investigaciones encontraron que la estructura argumental de El Capital está organizada bajo una forma que encuentra inspiración formal en el despliegue de categorías presentado en la Lógica de Hegel. Así, la exposición de Marx es vista como el desarrollo del capital desde sus formas más simples hasta sus más complejas, en un movimiento que se caracteriza, parafraseando a Marx, como la “reproducción” de la vida interna de dicho objeto mediante el pensamiento. A su vez, en la medida en que el pasaje o la transición de una forma del capital a otra se la concibe como brotando del desarrollo de las contradicciones inmanentes de cada forma en cuestión, los vínculos entre las mismas son concebidos como inmanentes y necesarios, en abierta contraposición a la exterioridad propia del uso de la lógica formal. De esta manera, el método dialéctico cierra las puertas a cualquier tipo de conexión exterior entre los fenómenos bajo estudio. En concreto, esto significa que, si se es consecuente con este método, ya no cabe buscar solucionar el problema de la superación del capitalismo desarrollando por un lado la dinámica abstracta de la acumulación de capital y por otro lado la acción política o la conciencia revolucionaria de la clase obrera. En pocas palabras, es necesario hacer surgir a la acción revolucionaria de la clase obrera como una mediación necesaria de la realización de la propia dinámica de la acumulación de capital.

76 Para una presentación sintética de la génesis y evolución de esta corriente véase Riccardo Bellofiore y Tommaso Redolfi Riva, “The Neue Marx-Lektüre. Putting the critique of political economy back into the critique of society”, Radical Philosophy, no 189, 2015, 24–36. Las obras fundantes de esta corriente son: Hans Georg Backhaus, “La dialéctica de la forma de valor”, Dialéctica, no 4, 1978 [1969], 9–34; Helmut Reichelt, Sobre a estrutura lógica do conceito de capital em Karl Marx, Campinas, Editora Unicamp, 2013 [1970]; Alfred Schmidt, Historia y Estructura. Crítica del estructuralismo marxista, Madrid, Alberto Corazón Editor 1973 [1971].

77 Entre las obras de referencia principales se destacan: Friedrich Engels, Dialéctica de la naturaleza, Barcelona, Crítica. Grupo Editorial Grijalbo, 1979 [1883]; Georgi Plejanov, “La concepción monista de la historia”, en Obras escogidas, Tomo I, Buenos Aires, Quetzal, 1964 [1895], 7–276; Vladimir Ilich Lenin, “Cuadernos filosóficos”, en Lenin, V. I., Obras completas. Tomo XLII, Madrid, Progreso, 1974 [1916].

78 Para una evaluación crítica de los límites de este enfoque para dar cuenta de los fundamentos de la subjetividad revolucionaria de la clase obrera véase Guido Starosta, “Fetichismo y revolución en la teoría Marxiana contemporánea: una evaluación crítica de la Neue Marx-Lektüre y el Marxismo Abierto en clave metodológica”, Ponencia presentada en el Simposio Sujeto Capital - Sujeto Revolucionario. Epistemología y análisis crítico de Sistema Capitalista y sus contradicciones, Universidad Autónoma Metropolitana, 2015.

79 Véase una presentación sintética de esta corriente en Jim Kincaid, “The New Dialectic”, en Bidet, J. y Kouvelakis. S. (eds.), Critical Companion to Contemporary Marxism, Leiden, Brill, 2009, 385–412. Las obras principales de esta corriente son: Tony Smith, The Logic of Marx’s Capital. Replies to hegelian criticisms, Albany, SUNY press, 1990; Fred Moseley (ed.), Marx’s method in Capital: a reexamination, Atlantic Highlands, Humanities Press, 1993; Fred Moseley y Martha Campbell (eds.), New investigations of Marx’s method, Atlantic Highlands, Humanities press, 1997; Christopher Arthur, The new dialectic and Marx’s Capital, Leiden, Brill, 2002; Robert Albritton y John Simoulidis (eds.), New Dialectics and Political Economy, Basingstoke, Palgrave Macmillan, 2003; Fred Moseley y Tony Smith (eds.), Marx’s Capital and Hegel’s Logic. A reexamination, Leiden, Brill, 2014. En castellano, véase Mario Robles Baez (ed.), Dialéctica y Capital. Elementos para una reconstrucción de la crítica de la economía política, México, Universidad Autónoma Metropoplitana, 2005.

El desafío de vincular la acción revolucionaria de la clase obrera con el desarrollo de la acumulación de capital, sin embargo, no encontró lugar en esta corriente dentro de la teoría marxista. En cambio, recientemente ha aparecido en la literatura especializada un enfoque que, también sobre la base de realizar una lectura metodológicamente fundada de la crítica marxiana de la economía política, se ha preocupado especialmente por dilucidar esta cuestión. Este enfoque ha sido desarrollado originalmente por Iñigo Carrera80 y reelaborado ulteriormente en un contexto más amplio de debates por Starosta. 81 El alcance limitado del presente trabajo impide realizar aquí una presentación detallada de los argumentos presentados por estos autores, así como una discusión más comprehensiva de los textos de Marx en donde se presentan las determinaciones que hacen a la referida unidad entre acumulación de capital y acción política revolucionaria. No obstante, en lo que sigue repongo algunos puntos fundamentales de esta lectura de la crítica marxiana que permiten ofrecer una alternativa a las posiciones presentes en el debate sobre el ‘derrumbe’ del capitalismo.

Ante todo, esta lectura pone a la determinación de la conciencia por el ser social en el punto de partida de la crítica marxiana de la economía política. De este modo, se reconoce al desarrollo de la forma de valor con que inicia esta crítica como el develamiento de la forma enajenada en que los individuos organizan su proceso de vida social como “personificaciones” de las mercancías. En palabras de Marx, que en esta forma de sociedad los individuos están sujetos a “un movimiento de cosas bajo cuyo control se encuentran, en lugar de controlarlas” y que con su “acción”, sólo pueden “confirmar” “las leyes de la

80 Juan Iñigo Carrera, El capital: razón histórica, sujeto revolucionario y conciencia, Buenos Aires, Imago Mundi, 2013 [2003], capítulo 1; Juan Iñigo Carrera, “Crisis de sobreproducción general y crisis absoluta del modo de producción capitalista”, Razón y Revolución, no 18, 2008, 95–110; Juan Iñigo Carrera, “The Historical Determination of the Capitalist Mode of Production and of the Working Class as the Revolutionary Subject”, Critique: Journal of Socialist Theory, vol. 42, no 4, 2014, 555–72.












naturaleza inherente a las mercancías”.82 En suma, tal como lo sintetiza Iñigo Carrera, que “la conciencia y voluntad libres del productor de mercancías” no es otra cosa que “la forma en que se realiza la enajenación de su conciencia y voluntad como atributos de la mercancía”.83 Desde el punto de vista del método que fundamenta la crítica marxiana de la economía política, este reconocimiento del vínculo existente entre la mercancía en tanto relación social general y la conciencia deja dos conclusiones centrales para la investigación sobre la unidad entre el desarrollo económico y la acción política de la clase obrera. En primer lugar, que desde este momento de la exposición dialéctica en adelante no puede surgir acción política alguna que no sea el vehículo de la realización de la relación económica. En segundo lugar, y en consecuencia, que la necesidad de la acción revolucionaria de la clase obrera sólo puede surgir del desarrollo de esta relación económica en sus más formas concretas de existencia.

Desde un punto de vista “materialista, y por consiguiente científico”, el único lugar de donde puede surgir una transformación en la conciencia de una clase de individuos o, como lo pone Marx, en “sus representaciones intelectuales”, es de una transformación en “el proceso de producción inmediato de su existencia”. 84 En consecuencia, de acuerdo a este enfoque, para explicarse la necesidad del desarrollo de una conciencia y por lo tanto de una acción revolucionaria, hay que avanzar en el despliegue de la relación mercantil hasta su forma de existencia como vehículo del desarrollo de las fuerzas productivas. Marx presenta al capital como esta forma concreta de la relación social general en el examen de las formas de producción de plusvalor relativo. En particular en su forma más potente, que es el “sistema de la maquinaria”, encontramos allí que las transformaciones en la subjetividad de la clase obrera pasan, de una parte, por la degradación del obrero a la condición de “apéndice viviente” de la maquinaria y, de otra parte, a su transformación en “población superflua […] para la autovalorización del capital”.85 Al mismo tiempo, sin embargo, esta misma transformación en el proceso de trabajo que mutila la subjetividad productiva de la clase obrera lleva consigo la producción de un “individuo totalmente desarrollado, para el cual las diversas funciones sociales son modos alternativos de ponerse en actividad”.86 Ahora bien, esta producción de un “individuo plenamente desarrollado” choca con la producción de un individuo que no puede controlar las potencias sociales de su propia actividad por estar enajenado en el capital. Esta contradicción inmanente a la producción capitalista está desarrollada más plenamente por Marx en sus borradores. Allí, como lo discute in extenso Starosta, 87 se presenta a la producción de este “individuos plenamente desarrollado” directamente como la forma esencial en que “el capital trabaja

82 Karl Marx, El capital. Crítica de la economía política. Tomo I/Vol. 1, México: Siglo XXI, 1999 [1867], 91; 105-106.


83 Juan Iñigo Carrera, Conocer el capital hoy. Usar críticamente El Capital. Volumen I: La mercancía, o la conciencia libre como forma de la conciencia enajenada, Buenos Aires, Imago Mundi, 2007, 59.






84 Karl Marx, El capital … op. cit. Vol. 2, 453 n.

 85 Ibid., 515–24.

86 Ibid., 594.

87 Starosta, “El sistema … op. cit.

[…] en favor de su propia disolución”. 88 Así, en contraposición a visión marxista tradicional según la cual la tendencia general del capital es a degradar la subjetividad productiva de la clase obrera,89 aquí se presenta como eje a la tendencia a desarrollar al obrero con la capacidad para controlar de manera plenamente consciente su proceso de trabajo y, en consecuencia, su participación en la organización del proceso de vida social. Por lo tanto, lo que en un caso lleva a presentar un vínculo exterior entre el desarrollo económico y la subjetividad revolucionaria, en el otro lleva a presentar un vínculo inmanente entre los mismos.


El último punto esencial en el descubrimiento de la acción revolucionaria de la clase obrera como un momento del desarrollo del capital –en rigor, ya implícito en el punto anterior– es el reconocimiento de la contradicción absoluta que existe entre el carácter privado del trabajo que fundamenta la forma de valor y la tendencia del capital a socializar el trabajo. Aunque el examen del proceso de producción de plusvalor relativo y de la concentración y centralización del capital ya ponen en evidencia esta contradicción, Marx recién la presenta explícitamente en el célebre apartado sobre la “tendencia histórica de la acumulación capitalista”. Allí, esta contradicción se presenta en dos pasos. En primer lugar, como una contradicción entre la producción fundada en “la propiedad privada del trabajador sobre sus medios de producción” y la producción capitalista donde los medios de producción están “socialmente concentrados”. Y, en segundo lugar, como una contradicción propia del modo de producción capitalista, donde la “socialización […] del trabajo” ya no pasa por expropiación del “trabajador que labora por su propia cuenta”, sino por la “centralización de los capitales”. Luego, en cuanto esta socialización choca por definición contra el propio carácter privado del trabajo, “la centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo alcanzan un punto en que son incompatibles con su corteza capitalista”. 90 Y en cuanto se trata de un movimiento propio del capital no cabe aquí buscar al sujeto revolucionario en otro lado que no sea en el desarrollo de este mismo movimiento. Por eso, y en correspondencia con el descubrimiento del desarrollo de la subjetividad productiva capaz de tomar en sus manos el control consciente de la producción social, Marx presenta aquí al crecimiento de la “rebeldía de la clase obrera, una clase […] que es disciplinada, unida y organizada por el mecanismo mismo del proceso capitalista de producción”. 91 En suma, tal como lo presenta Iñigo Carrera, la socialización del trabajo privado “es la contradicción que sintetiza las potencias históricas y el límite del modo de producción capitalista”. 92 Luego, en este límite nos encontramos “al capital requiriendo, como una necesidad que brota de su mera reproducción inmediata”, la abolición misma del trabajo privado y, en consecuencia, “de ser personificado por una conciencia y voluntad que se haya liberado de toda enajenación y, por lo tanto, que se haya liberado de toda

88 Karl Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse) 1857-1858. Volumen 2, México, Siglo XXI, 1997 [1857-1858], 222.



90 Ibid., 952-953.

91 Ibid., 953.

92 Iñigo Carrera, El capital … op. cit., 37.

determinación como personificación del capital”. La realización de este salto adelante en las fuerzas productivas del trabajo social tiene que tomar forma, por consiguiente, en “una revolución social en la que el sujeto material de ese desarrollo, o sea, la clase obrera, no se limita ya a aniquilar a la burguesía transformando al capital en una propiedad inmediatamente social, sino que aniquila al capitalismo mismo”. 93

93 Ibid., 39-40


El “derrumbe” del capitalismo, por consiguiente, resulta inevitable. Pero no por el advenimiento de una crisis económica terminal de sobreproducción o de caída de la tasa de ganancia, sino porque la propia acumulación de capital necesita realizar un salto adelante en la socialización del trabajo privado que acaba con el trabajo privado mismo y, en consecuencia, con la enajenación de la capacidad para organizar el trabajo social en el capital. El punto esencial de este enfoque es que la acción política revolucionaria de la clase obrera que supera el capitalismo surge aquí como una necesidad del capital de producir plusvalor relativo. Esto es, porque el capital necesita avanzar en la centralización del capital para producir plusvalor es que necesita investir a la clase obrera con la capacidad para organizar de manera plenamente consciente el proceso entero de producción social y, por lo tanto, con la capacidad para abolirlo como el sujeto enajenado de este mismo proceso. En otras palabras, el proceso acabado de socialización del trabajo que emerge como una necesidad del capital está portado en la acción política revolucionaria de la clase obrera. Por tanto, a diferencia del enfoque marxista tradicional que, por presentar en un vínculo exterior entre el desarrollo económico y la acción política revolucionaria, forzosamente cae en el dilema de “economicismo” vs. “voluntarismo”, este enfoque logra presentar una explicación consistente de la superación del modo de producción capitalista como el producto tanto del desarrollo del capital como de la acción política revolucionaria de la clase obrera.

                              5. Conclusión

Lo primero que salta a la vista en el análisis de las principales posiciones presentadas en el llamado debate sobre el derrumbe del capitalismo es que de la concepción que se adopte de la dinámica de la acumulación de capital no se desprende un tipo particular de acción política. En efecto, hemos visto que autores de las tendencias políticas más diversas caen indistintamente en ambos lados del debate respecto de la posibilidad de la acumulación de capital para reproducirse sobre su propia base. Como hemos advertido, esto sucede porque todos los autores que participan del debate tienen la misma concepción del vínculo entre el desarrollo económico y la acción política. Para todos, el desarrollo económico transcurre por sí mismo generando situaciones económicas críticas a las que se opone la acción política de la clase obrera. Así, tanto uno como el otro se presentan como fenómenos autoconstituidos previamente a su relación y, por tanto, vinculados exteriormente. Luego, es por entero indiferente que la acción política de la clase obrera sea reformista o la revolucionaria, ya que en cualquier caso no se deriva del desarrollo económico.

A su vez, hemos visto que el curso final del debate donde, puesto en evidencia la desconexión entre desarrollo económico y tipo de acción política, se termina girando hacia una confrontación donde la cuestión se reduce al carácter “economicista” o “voluntarista” con que se busca dar cuenta del destino histórico del capitalismo, tiene las mismas limitaciones. Como la relación entre desarrollo económico y acción política sigue siendo una relación exterior, las posiciones no pueden sino recaer permanentemente en ambos polos de dicho dilema sin poder superarlo; esto es, nunca pueden desarrollar el papel de un polo en la superación del capitalismo sin acabar negando al otro. En concreto, si se afirma que la acumulación de capital lleva por sí misma al derrumbe del sistema entonces se cae en el economicismo, y si a continuación se sostiene que la superación del capitalismo depende de la acción política de la clase obrera por fuera del desarrollo económico entonces se cae en el voluntarismo. Lo que no se puede hacer nunca bajo esta concepción es afirmar las dos cosas al mismo tiempo.

En contraposición a esta forma de abordar la cuestión de la superación del capitalismo, en la última parte de este trabajo hemos visto que una lectura metodológicamente fundada de la crítica de la economía política permite superar los principales dilemas presentados en el debate. Este abordaje contrapone, en primer lugar, un método de conocimiento que “reproduce la vida interna del objeto” a examinar donde la transición entre cada una de sus determinaciones pasa por el desarrollo de las contradicciones inmanentes a cada forma en cuestión y, en consecuencia, no deja lugar a ningún tipo de vínculo exterior entre el desarrollo económico y la acción política. En segundo lugar, este abordaje contrapone el reconocimiento de la acción de los individuos como la portadora de la reproducción del capital. De este modo, se supera el dilema entre “economicisimo” y “voluntarismo” en cuanto la afirmación de la que la superación del capitalismo depende del desarrollo de la acumulación de capital lleva consigo la afirmación de que el capitalismo se supera a través de la acción revolucionaria de la clase obrera.

George Lukács: Historia y conciencia de clases. 1967
        
                                               Índice
Prefacio de Georg Lukács                 pág. 7
¿Qué es el marxismo ortodoxo?        35
Rosa Luxemburgo, marxista     (Enero de 1921)           59
Conciencia de clase                              76
La cosificación y la conciencia de clase del proletariado 110
I.                   El fenómeno de la cosificación                    110
   II.  Las antinomias del pensamiento burgués        136
  III.  El punto de vista del proletariado                      174

El cambio de función del materialismo histórico     231
Legalidad e ilegalidad                                                    260
Consideraciones críticas acerca de la crítica de la revolución rusa de Rosa Luxemburgo                                            273
Consideraciones metodológicas acerca de la cuestión de la organización                                                                   293



                                   Bibliografía
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. El capital. Crítica de la economía política. Tomo I/Vol. 1, México, Siglo XXI, 1999 [1867]

Mattick, Paul, “La crisis mortal del capitalismo”, en AA.VV., ¿Derrumbe del capitalismo o sujeto revolucionario?, México, Pasado y Presente, 1978 [1933],132–47.
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Moseley, Fred, Marx’s method in Capital: a reexamination, Atlantic Highlands, Humanities Press, 1993.
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Pannekoek, Korsch y Mattick - ¿Derrumbe del capitalismo o sujeto revolucionario?



- Teoría marxista de la acumulación y del derrumbe, por Paul Mattick

- Fundamentos de una teoría revolucionaria de las crisis, por Karl Korsch

- La crisis mortal del capitalismo, por Paul Mattick


Karl Korsch

Algunos prolegómenos a una discusión materialista de la teoría de las crisis




Paul Mattick. La crisis permanente: la interpretación de Henryk Grossman de la teoría de  Marx sobre la acumulación capitalista. 1934



Paul mattick. Sobre la teoría de Marx de la acumulación y el colapso. 1934

En respuesta al artículo: "La teoría del colapso del capitalismo" en el número 1 de la "Correspondencia del Consejo"



Paul Mattick. Luxemburgo contra Lenin (1935)


“La crisis mundial y el movimiento obrero”: Paul Mattick






Paul Mattick


Paul Mattick




Plejanov, Georgi, “La concepción monista de la historia”, en Plejanov, G., Obras escogidas. Tomo I, Buenos Aires, Quetzal, 1964 [1895], 7–276.

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Presentación de "Dialéctica y Capital", con M, Robles Baez (comp.) y E, Sartelli, 21/08/2014




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Rosa Luxemburg: Die Akkumulation des Kapitals”, Archiv für Sozialwissenschaft und Socialpolitik, n° 39, 1915, 256–61


Anwar Shaikh



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Libro: Transición, transformación y rupturas en la Venezuela Bolivariana (noviembre de 2015). Manuel Sutherland. ¿Progresismo o transición al socialismo? Apuntes de un análisis crítico del devenir económico bolivariano.




En este documento está la bibliografía que hace referencia, M. Roca Monet

El pensamiento de Rosa Luxemburgo. M. Roca Monet
1. LA CUESTIÓN NACIONAL
2. EL REVISIONISMO TEÓRICO Y EL REFORMISMO POLÍTICO
4. PARTIDO Y SINDICATOS
5. EL IMPERIALISMO
6. LA TRAICIÓN SOCIALDEMÓCRATA
7. LA REVOLUCIÓN ALEMANA
8. LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA ALEMÁN


Anwar Shaikh




Anwar Shaikh: Valor, Acumulación y Crisis

Ensayos de economía política



Discusiones sobre intercambio desigual
Bibliografía:
Astarita, R. (2006): Valor, mercado mundial y globalización, Buenos Aires, Kaicron.
Astarita, R. (2009): Monopolio, imperialismo e intercambio desigual, Madrid.
Carchedi, G. (1991): Frontiers of Political Economy, Londres y Nueva York, Verso.


Astarita, R. (2006): Valor, mercado mundial y globalización, Buenos Aires, Kaicron.

ROLANDO ASTARITA VALOR, MERCADO MUNDIAL Y GLOBALIZACIÓN



Marx, Keynes y la fábula de la cisterna



C. Marx. Salario, precio y ganancia. (Resume las principales categorías desarrolladas en detalle en El Capital) 1865




Rosa Luxemburgo. El folleto Junius: La crisis de la socialdemocracia alemana. 1915


Rosa Luxemburgo. Reforma o revolución
Rosa Luxemburgo. Berlín, 18 de abril de 1899

Rosa Luxemburgo. La Revolución Rusa







1913. La acumulación del capital



Las contribuciones de Rosa Luxemburgo al debate del imperialismo



Las contribuciones de Rosa Luxemburgo al debate del imperialismo (10 de octubre de 2016)
Gabriela Fernandes Feliciano Murua. Thiago Fernandes Franco

                               Índice del contenido

Resumen
La controversia sobre la interpretación del imperialismo como política o fase histórica del capitalismo es un punto nodal en los debates “clásicos” y “contemporáneos” sobre el imperialismo. En este punto, a lo largo de los más de cien años que recorre esa historiografía, hay una línea predominante que acercar a la comprensión del imperialismo de Rosa Luxemburgo como política preferencial del capital y no como una fase específica del capitalismo. Este artículo se propone, por lo tanto, presentar cómo aparece la noción de imperialismo en la obra de Rosa Luxemburgo, con el objetivo de demostrar cómo esta cuestión no está puesta de manera concluyente en sus textos, en los que podemos identificar el concepto de imperialismo como una política necesaria para la etapa histórica del capitalismo en principios del siglo XX. Se espera que contribuya con algunas preguntas que parecen ocultas en la historiografía mencionada.

Introducción

1. El carácter capitalista de la Gran Guerra

2. El imperialismo en La acumulación del capital y la Anticrítica: ¿política o fase?

3. El imperialismo en el Borrador de las Tesis de Junio

4. Sobre la posición ambigua de Luxemburgo en relación con el imperialismo y su legado a la periferia del capitalismo: la “economía” y la “política”

Consideraciones finales

Bibliografía




Rosa Luxemburgo. El folleto Junius: La crisis de la socialdemocracia alemana. 1915




Escrito: 24 de julio de 1911.



1911: Marruecos   
Escrito: Agosto de 1911.

En inglés: 1911: Sobre Marruecos

Rosa Luxemburg. Acerca de Marruecos (1911)
Publicado por primera vez: Leipziger Volkszeitung, 24 de julio de 1911.




Rosa Luxemburgo La cuestión polaca en el Congreso Internacional en Londres (1896)



Rosa Luxemburgo  El desarrollo industrial de Polonia (1898)




V. I. Lenin. EL SOCIALISMO Y LA GUERRA (La actitud del P. O. S. D. R. ante la guerra)
Escrito: En julio-agosto de 1915[1].


Rosa Luxemburgo Cuestiones organizativas de la socialdemocracia rusa [¿Leninismo o marxismo?] (1904)


V.I. Lenin. Tomo I (1894- 1901)
Quiénes son los “amigos del pueblo” y cómo luchan contra los socialdemócratas pág. 11


V.I. Lenin. Quiénes son los “amigos del pueblo” y cómo luchan contra los socialdemócratas


Lenin.
Tomo VI   (1916-1917
Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista. Pág 28
Nota 43. Este artículo, fue escrito en respuesta al artículo de P. Kievski. El proletariado y “el derecho de las naciones a la autodeterminación”  en época del capital financiero.


Pág 20. Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista



Edición  traducido por Pedro Scaron para la Editorial Siglo XXI.  (Argentina y España año 1975):

El Capital. Crítica de la Economía Política


Ver la definición de sobreacumulación en el tercer volumen de El Capital, Sección tercera: Ley de la baja tendencial de la tasa de ganancia, Capítulo XV: Desarrollo de las contradicciones internas de la ley (Marx, 1975).





Reproducción, crisis, organización y resistencia. (a cien años de La acumulación de Rosa Luxemburgo)





Hugo M. Rodríguez Diciembre de 2015

                                                Índice

1.- - Introducción                 5

2.- Esquemas de reproducción ampliada del capital (acumulación capitalista)                       9

3.- Reproducción ampliada con composición orgánica del capital creciente (Esquema 1)    11

  3.1 Necesidad de expansión por “fuera” del mundo capitalista                              19

  3.2 Una observación de Rosa Luxemburgo en la Anticrítica   24

4.- Reproducción ampliada con composición orgánica del capital creciente. Equilibrio logrado reduciendo la capitalización (Esquema 2)    25

5.- Reproducción ampliada con composición orgánica del capital creciente. Equilibrio logrado incrementando la cuota de plusvalía (Esquema 3)      30

6.- Reproducción ampliada con composición orgánica creciente. Equilibrio logrado por medio del intercambio con el “mundo exterior” (Esquema 4)    38

     6.1 ¿Cómo se recupera el equilibrio?   45
   
     6.2 Evolución del proceso de acumulación del capital  47

7.- Reproducción ampliada con composición orgánica del capital y cuota de plusvalía crecientes. Equilibrio logrado por medio del intercambio "desigual” con el “mundo exterior” (Esquema 5) 50

        7.1 Cómo se genera y se distribuye el excedente del intercambio desigual      54

       7.2 Evolución del esquema de acumulación con intercambio desigual   59

8.- Lectura integrada de los esquemas de acumulación  61

     8.1 ¿Cómo funciona el proceso de acumulación capitalista? 66
    
     8.2 Tendencias generales comunes y diferencias significativas entre los esquemas    71

9.- Tiempo de trabajo vivo necesario y trabajo objetivado (muerto). Transición a un cambio en el criterio de valor de la producción    72

10.-  Conclusiones sobre la evolución de la acumulación capitalista en base a la lectura de los esquemas de la reproducción    73

11.- La absorción de los excedentes. Una interpretación complementaria (BaránSweezy)    76

12.- La acumulación a escala mundial y la renta imperialista (Samir Amín)   83

                                            Anexos

Anexo 1  Construcción del “primer” año en el esquema de Marx    87

Anexo 2 Relación entre las composiciones orgánicas de los dos sectores        92

Anexo 3 Condiciones de equilibrio en la reproducción ampliada cuando los dos sectores tienen distinta composición orgánica del capital y, tanto ésta como la cuota de plusvalía y el coeficiente de capitalización se mantienen constantes     93

Anexo 4 Relaciones recíprocas entre los sectores I y II para que la reproducción ampliada del capital se desarrolle equilibradamente     96

Anexo 5 Reproducción ampliada cuando los dos sectores tienen distinta composición orgánica del capital, y cuando éstas y la cuota de plusvalía se mantienen constantes   98

Anexo 6 Reproducción ampliada del capital cuando crece la composición orgánica del capital   102




El origen de las crisis en la dinámica interna del capitalismo

Resumen: En el presente artículo analizamos la concepción marxiana de las crisis en el capitalismo, que sostiene que éstas se derivan de manera necesaria del propio proceso de producción capitalista. Asimismo, delimitamos esta concepción de la del marxismo tradicional, oponiendo la interpretación de las crisis como dispositivos de permanencia del sistema capitalista a la teoría del derrumbe, que establece que las crisis abocan inexorablemente al capitalismo a su hundimiento económico.

Índice del contenido del artículo

Introducción

1. Las crisis del capitalismo y la teoría del derrumbe en la tradición marxista

2. La concepción marxiana de las crisis como mecanismos de reproducción del sistema capitalista

Conclusión

Referencias bibliográficas



El origen de las crisis en la dinámica interna del capitalismo

César Ruiz Sanjuán

Resumen: En el presente artículo analizamos la concepción marxiana de las crisis en el capitalismo, que sostiene que éstas se derivan de manera necesaria del propio proceso de producción capitalista. Asimismo, delimitamos esta concepción de la del marxismo tradicional, oponiendo la interpretación de las crisis como dispositivos de permanencia del sistema capitalista a la teoría del derrumbe, que establece que las crisis abocan inexorablemente al capitalismo a su hundimiento económico



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LA CONCEPCIÓN MARXIANA DEL ORIGEN DE LAS CRISIS EN LA DINÁMICA INTERNA DEL CAPITALISMO

César Ruiz Sanjuán*
Resumen: En el presente artículo analizamos la concepción marxiana de las crisis en el capitalismo, que sostiene que éstas se derivan de manera necesaria del propio proceso de producción capitalista. Asimismo, delimitamos esta concepción de la del marxismo tradicional, oponiendo la interpretación de las crisis como dispositivos de permanencia del sistema capitalista a la teoría del derrumbe, que establece que las crisis abocan inexorablemente al capitalismo a su hundimiento económico.

Introducción

1. Las crisis del capitalismo y la teoría del derrumbe en la tradición marxista.

2. La concepción marxiana de las crisis como mecanismos de reproducción del sistema capitalista.

Conclusión

Referencias bibliográficas


Caracterización teórica de la economía mundial actual: imperialismo, destrucción de fuerzas productivas y límites históricos del capitalismo.


 Xabier Arrizabalo Montoro

Índice

1. Fuerzas productivas y relaciones de producción: dos categorías teóricas sociales e indesligables

2. Imperialismo y límites históricos del capitalismo frente a las teorías de los “ciclos largos”.

3. Posibilidad teórica y necesidad histórica de la destrucción de fuerzas productivas

4. La secuencia destructiva crisis→ajuste→crisis, constatación de la inevitable huída hacia delante del capitalismo

5. Conclusiones

Bibliografía






El imperialismo, los límites del capitalismo y la crisis actual como encrucijada histórica.

Xabier Arrizabalo Montoro
Resumen:  En  la  ponencia  se  aborda  la  caracterización  de  la  grave  situación actual de crisis mundial, encuadrándola en el marco del estadio imperialista del capitalismo.  Para  ello,  se  abordan  sucesivamente  tres  grandes  cuestiones.  En primer lugar, el debate teórico acerca de las crisis capitalistas, desde el método marxista.  En  segundo  lugar,  el  contenido  e  implicaciones  de  dicho  estadio histórico del imperialismo. Y en tercer lugar, a partir de la fundamentación teórica e histórica previa, el significado profundo de la crisis actual. Se concluye con un apartado  de  cierre  en  el  que  se  enuncian  prospectivamente  distintas  hipótesis alternativas
                           
                                                Índice
1.  Las  crisis  en  el  capitalismo:  ¿desajustes  cíclicos  de  mercado  o  crecientes  problemas  de rentabilidad?
1.1.  La economía capitalista, una economía desordenada: la inevitabilidad de las crisis
1.2.  Crisis  de  realización  y  crisis  de  producción:  ¿desequilibrios  de  mercado  o  insuficiente plusvalía?
1.3.  Descenso tendencial de la rentabilidad y factores contrarrestantes: contradicciones cada vez mayores

2.  El desarrollo histórico del capitalismo y sus límites: el imperialismo
  2.1.  Rasgos del desarrollo capitalista: centralización, internacionalización y desarrollo desigual
  2.2.  Imperialismo: una nueva configuración del capital, un nuevo terreno de juego y un nuevo vínculo entre relaciones de producción y fuerzas productivas
  2.3.  El siglo XX y la secuencia reciente de crisis→ajuste→crisis
3.  La crisis actual como encrucijada histórica
  3.1.  Estallido y desarrollo de la crisis: ¿sólo aspectos inmobiliarios y financieros?
  3.2.  El trasfondo real de la crisis
  3.3.  La respuesta del capital: ¿relanzamiento o rescates+recortes? El papel de la UE como negación de Europa
4.  Conclusiones y perspectivas: ¿hay solución a los problemas?

Bibliografía




El imperialismo, los límites del capitalismo y la crisis actual como encrucijada histórica.
Xabier Arrizabalo Montoro

Resumen:  En  la  ponencia  se  aborda  la  caracterización  de  la  grave  situación actual de crisis mundial, encuadrándola en el marco del estadio imperialista del capitalismo.  Para  ello,  se  abordan  sucesivamente  tres  grandes  cuestiones.  En primer lugar, el debate teórico acerca de las crisis capitalistas, desde el método marxista.  En  segundo  lugar,  el  contenido  e  implicaciones  de  dicho  estadio histórico del imperialismo. Y en tercer lugar, a partir de la fundamentación teórica e histórica previa, el significado profundo de la crisis actual. Se concluye con un apartado  de  cierre  en  el  que  se  enuncian  prospectivamente  distintas  hipótesis alternativas

1.  Las  crisis  en  el  capitalismo:  ¿desajustes  cíclicos  de  mercado  o  crecientes  problemas  de rentabilidad?
1.1.  La economía capitalista, una economía desordenada: la inevitabilidad de las crisis
1.2.  Crisis  de  realización  y  crisis  de  producción:  ¿desequilibrios  de  mercado  o  insuficiente plusvalía?
1.3.  Descenso tendencial de la rentabilidad y factores contrarrestantes: contradicciones cada vez mayores
2.  El desarrollo histórico del capitalismo y sus límites: el imperialismo
2.1.  Rasgos del desarrollo capitalista: centralización, internacionalización y desarrollo desigual
2.2.  Imperialismo: una nueva configuración del capital, un nuevo terreno de juego y un nuevo vínculo entre relaciones de producción y fuerzas productivas
2.3.  El siglo XX y la secuencia reciente de crisis→ajuste→crisis
3.  La crisis actual como encrucijada histórica
3.1.  Estallido y desarrollo de la crisis: ¿sólo aspectos inmobiliarios y financieros?
3.2.  El trasfondo real de la crisis
3.3.  La respuesta del capital: ¿relanzamiento o rescates+recortes? El papel de la UE como negación de Europa
4.  Conclusiones y perspectivas: ¿hay solución a los problemas?
Bibliografía




La pronta recepción de la teoría del imperialismo de Rosa Luxemburg.

Resumen:
Este artículo trata sobre la recepción de La acumulación de capital: Una contribución a la explicación económica del imperialismo de Rosa Luxemburg en la Segunda Internacional antes del inicio de la Primera Guerra Mundial. Nuestro análisis muestra que, si la condena de la acumulación de capital por la derecha y el centro políticos fue casi unánime, su aceptación por parte de la izquierda estuvo lejos de ser universal. De hecho, tanto Lenin como Pannekoek rechazaron la teoría de Luxemburgo, adoptando en cambio el análisis económico de un importante portavoz del centro, el austro-marxista Rudolf Hilferding. Nuestro trabajo concluye analizando las razones de esas diferencias teóricas.
Índice
La Segunda Internacional y la teoría de imperialismo

El debate sobre el imperialismo en el SPD alemán

Marx teoría de la acumulación

Rosa Luxemburgo sobre la teoría del imperialismo

Críticas de la derecha

Una visión centrista: Gustav Eckstein

La perspectiva centrista desarrollada: Otto Bauer

La recepción a la izquierda: Anton Pannekoek 'análisis de s

Lenin su polémica con los populistas rusos y su crítica de Rosa Luxemburgo 's libro

Conclusión

Notas finales

Referencias
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Teoría y política de Otto Bauer sobre el imperialismo y las crisis (1904-1914)


Teoría y política de Otto Bauer sobre el imperialismo y las crisis (1904-1914)
Manuel Quiroga* Darío Scattolini**

Resumen
Introducción
Primera Parte: Teoría de las crisis
Segunda parte: Teoría del imperialismo.
·       El principio de las nacionalidades en la Social Democracia austríaca
·       El desarrollo del principio no territorial de las nacionalidades
·       El expansionismo capitalista
·       El capital financiero
·       La recepción de La acumulación de capital: una teoría Tercera parte: Bauer frente a la política austríaca
Tercera parte: Bauer frente a la política austríaca
·       La situación de Austria en el reparto del mundo
·       La anexión de Bosnia y Herzegovina
·       Las perspectivas de una guerra europea
·       Conclusiones sobre los planteos de Bauer en torno a la política de Austria
Conclusión
Bibliografía y documentos




El Imperialismo, fase superior del capitalismo de Lenin
(esbozo popular) V. I. Lenin


El imperialismo, fase superior del capitalismo





Imperialismo en Lenin, análisis crítico







Rolando Astarita. La esencia de mis diferencias con Iñigo Carrera sobre renta
En notas anteriores (aquíaquí aquí) expliqué mis diferencias con la teoría de renta de la tierra que ha propuesto el profesor Juan Iñigo Carrera (quien a su vez dice inspirarse en Marx). La posición del profesor Iñigo Carrera goza de amplio respaldo por parte de los marxistas en Argentina y a nivel internacional.
El motivo de esta entrada es que en el número 2 de la revista Propuesta Marxista Ezequiel Hernández publica una nota, “Renta, discusión y sustancia”, en la que analiza el debate y cita un pasaje que es clave para comprender el fundamento último de mis diferencias con la interpretación imperante entre los marxistas. Dice el profesor Iñigo Carrera:
“El valor de una mercancía es la cantidad de trabajo abstracto socialmente necesario que se gastó de manera privada e independiente para producirla” (“Renta agraria, ganancia del capital y tipo de cambio: respuesta a Rolando Astarita”, http://www.ips.org.ar/wpContent/uploads/2011/04/Juan_Inigo_ Carrera_Respuesta_a_Astarita_sobre_renta.pdf; citado por Ezequiel Hernández en https://revistapropuestamarxista.wordpress.com/; énfasis agregados).



Iñigo Carrera, J. (2009b). Renta agraria, ganancia del capital y tipo de cambio: respuesta a Rolando Astarita. Publicado por el Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx, Buenos Aires.



Crisis de superproducción general y crisis absoluta del modo de producción capitalista* Juan Iñigo Carrera


Debate entre Eduardo Sartelli, Juan Iñigo Carrera y Rolando Astarita


Iñigo Carrera, J. (2006b). La superproducción general en la acumulación actual y la cuestión de la acción de la clase obrera como sujeto revolucionario. Razón y Revolución, (15), 193-208.










Rosa Luxemburgo y la cuestión nacional (primera parte)


Rosa Luxemburgo La cuestión nacional (1909) (segunda parte)


Georges Haupt Los marxistas frente a la cuestión nacional: La historia del problema. Rosa Luxemburgo La cuestión nacional (tercera parte)



Rosa Luxemburgo En defensa de la nacionalidad (1900). Lenin El orgullo nacional de los rusos 1914. Rosa Luxemburgo La cuestión nacional (cuarta parte)


Rosa Luxemburgo: La memoria del "Proletariado" 1903. Rosa Luxemburgo La cuestión nacional (quinta parte)



Rosa Luxemburgo: La acrobacia programática de los socialpatriotas (1902). Rosa Luxemburgo: La cuestión nacional (sexta parte)



Carlos Marx, Federico Engels y Rosa Luxemburgo LOS NACIONALISMOS CONTRA EL PROLETARIADO



[Libro] Raya Dunayevskaya Rosa Luxemburgo La liberación femenina y la filosofía marxista de la Revolución



Federico Engels. Del socialismo utópico al socialismo científico.


Rosa Luxemburgo: Sufragio femenino y lucha de clases (1912), La mujer proletaria (1914). Cuestión de táctica [Sobre Bélgica] 4 de abril 1902.



V. I. Lenin. El imperialismo y la escisión del socialismo. 1916


Vladimir Ilich Lenin. La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo. 1920
Nota (7) Espartaquistas : miembros de la "Liga Espartaco", que fue fundada en enero de 1916 durante la Primera Guerra Mundial bajo la dirección de C. Liebknecht, R. Luxemburgo, F. Mehring, C. Zetkin, etc. Los espartaquistas realizaron propaganda revolucionaria entre las masas contra la guerra imperialista, desenmascararon la política de conquistas del imperialismo alemán y la traición de los líderes de la socialdemocracia. Pero, los espartaquistas, izquierdistas alemanes no se desembarazaron de errores de semimencheviques en cuestiones teóricas y políticas de la mayor importancia. La crítica de los errores de los izquierdistas alemanes fue hecha por Lenin en sus trabajos Sobre el folleto de JuniusSobre una caricatura de marxismo y sobre el " economismo imperialista ", y otros, y por Stalin en su obra Sobre algunas cuestiones de la historia del bolchevismo (Carta a la Redacción de la revista "Proletárskaia Revolutsia "). En abril de 1917 los espartaquistas se adhirieron al Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania, centrista, conservando dentro



Lenin.
Tomo VI   (1916-1917
Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista. Pág 28
Nota 43. Este artículo, fue escrito en respuesta al artículo de P. Kievski. El proletariado y “el derecho de las naciones a la autodeterminación”  en época del capital financiero.


Pág 20. Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista


Herman Gorter. Carta abierta al camarada Lenin (1920). [Respuesta al folleto de Lenin "El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo"]



Franz Pfempfert. La Enfermedad Infantil de Lenin. . .y la Tercera Internacional







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