Por Espacio de Encuentro Comunista| 13 de febrero de 2021
A lo largo del 2020 el Espacio de Encuentro Comunista ha estado
denunciando la gestión sanitaria y económica de la pandemia de COVID-19,
dejando claro que es imposible separar ambos aspectos. Desde el mismo 15 de
marzo ya advertimos que las
repercusiones en nuestra salud y en nuestro sustento vienen marcados por la
clase social a la que pertenecemos. Así, los trabajadores que pudieron mantener
el empleo, con ERTE o sin él, no pudieron seguir más reglas que las que marcaba
su patrón, ya fuera trabajar sin medios de protección, pagárselos ellos mismos,
coger las vacaciones forzados, trabajar en casa asumiendo los gastos,
infectarse en transportes públicos atestados, convertirse en trabajadores
esenciales de la noche a la mañana, etc. La lista la puedes completar con tu
propia experiencia. Si en aquel momento los ERTE ayudaron a salvar el puesto de
trabajo de muchos asalariados, no es menos cierto que el interés estaba mucho
más en sostener de esta forma a sus empresas, muchas de las cuales no han
dudado en utilizar
estas ayudas públicas de forma fraudulenta para mantener a la
plantilla trabajando a pleno rendimiento a costa del Estado. Pero en un país de
empleo temporal, estacional e informal, los ERTE no cubrieron más que a un
porcentaje de la clase trabajadora. Para cientos de miles de asalariados,
desempleados y falsos autónomos solo quedó la promesa del Ingreso Mínimo Vital,
cuyo carácter de caridad laica -y no de prestación- ya denunciamos.
El fin del confinamiento estricto pareció cambiarlo todo. El “plan” del
Ejecutivo de Pedro Sánchez se había basado en la simple ilusión de que la
apertura de fronteras de julio devolvería las cosas parcialmente a la
normalidad: la llegada de los turistas y el aumento del consumo interno
volverían a traer el crecimiento. Sin embargo, la tozudez de un virus que no
sabe de vacaciones mantuvo el retraimiento generalizado, tanto de los
particulares con cierta sensatez como de la permisividad de los gobiernos
extranjeros, y supuso un bofetón de realidad para un gobierno que se decía
“progre”, pero que carecía de un plan B ante la eventualidad de que le fallara
la apertura de mercados más liberal de toda la Unión Europea.
El fracaso supuso un punto de inflexión tras el confinamiento de
primavera. Si al comienzo de lo que luego se llamó segunda ola hubo cierto
intento de aparentar una imagen de protección social frente a la postura más
liberal encarnada por la Comunidad de Madrid, los derroteros que ha tomado la
acción gubernamental en el último trimestre del año deberían haber acabado con
las esperanzas de sus defensores más acérrimos. Fue en este contexto de hechos
palpables cuando el Espacio de Encuentro Comunista presentó su campaña “Por
la vida y el trabajo, unifiquemos las luchas”.
Desde entonces, la evolución de los acontecimientos ha demostrado la
gravedad de la situación que pronosticábamos en nuestro llamamiento. El
Gobierno de Sánchez -incluidos sus socios de Podemos- ha asumido los contagios
y la muertes diarias como algo normal, y rechaza abiertamente la toma de
medidas que puedan perjudicar una economía basada en la hostelería y la pequeña
y mediana empresa, unos sectores que requieren la máxima explotación -incluido
el desprecio por la salud- para mantener la rentabilidad. Si las 80.000
muertes extraordinarias de 2020 deberían parecer un
escándalo, la irresponsabilidad de la tercera ola -fruto de la campaña
comercial navideña- nos demuestra que no hay propósito de enmienda. El año que
se ha ido ha hecho crecer el paro en 725.000 trabajadores, y las negociaciones
para prorrogar los ERTE hasta mayo han dejado constancia de que la
patronal tampoco garantiza a futuro el empleo de los 750.000
trabajadores adicionales que siguen en esta tierra de nadie. La alta
proporción de empleos temporales e informales, los primeros en caer en todas
las crisis, vuelve a dar lugar a que el desempleo se cebe otra vez con los
jóvenes (nada menos que 20 puntos por encima de la media europea) y
con las
mujeres. Tras dos oleadas de contagios y muertes en los que comprobamos
que los servicios sanitarios públicos carecían de medios y de personal, siguen sin
aumentar la inversión en sanidad; ya ni siquiera se molestan en
llamarles héroes por miedo a que se conviertan en mártires. Y si al menos
los sanitarios han recibido el reconocimiento del COVID como enfermedad
profesional, la mezquindad de la Seguridad Social deja
fuera al resto de trabajadores hospitalarios y otros trabajos
esenciales. El Ingreso Mínimo Vital ha terminado el año llegando tan solo
a la
quinta parte de las personas que se prometía en el mes
de mayo, mientras las organizaciones vecinales y de clase se veían desbordadas
por las colas de trabajadores en busca de alimentos. El
ministro Escrivá, el incrustado de la Unión Europea en el gobierno, ha
conseguido de esta manera “ahorrar” las cinco sextas partes de lo que publicitó
en su momento. Ahora su objetivo es pegar el
gran hachazo en las pensiones de jubilación, para lo cual cuenta con
el respaldo, no solo de los partidos que le apoyan en el Parlamento, sino
también de toda la derecha a través del Pacto de Toledo. La ministra de
economía, Nadia Calviño, responsable en Bruselas de que en España se “hagan los
deberes” (traducción: recortar derechos a los trabajadores), acaba
de presentar ante la Unión Europea las líneas maestras de la
reforma de las pensiones y de la futura reforma laboral para demostrar que
somos merecedores de las ayudas europeas que deberían empezar a llegar con
cuentagotas a partir de este año.
Así llegamos al arranque de 2021, donde se empeñan en ocultarnos que la
pendiente sigue yendo hacia abajo. Sánchez, carente de vergüenza, vuelve a
utilizar la misma mentira cuando afirma que
en julio de este año comenzaremos a volver a la normalidad. Casi
simultáneamente, el consejero científico del nuevo presidente Biden advertía que no se
puede esperar un relajamiento de las precauciones antes del otoño, y ello solo
si se asume que todos los interrogantes que tenemos ahora se resuelven en
positivo.
Mes arriba o mes abajo, la estrategia del Gobierno de España -igual que
la del Gobierno de Estados Unidos o de
la Unión Europea- no aspira a acabar con la pandemia. Tal y como
viene ocurriendo desde septiembre, el alcance de las medidas que se adoptan no
va más allá de intentar regular la velocidad de extensión de la enfermedad de
manera que no colapse el sistema sanitario. Es decir, se busca la máxima
libertad de los propietarios privados de los medios de producción, jugando con
el número máximo de muertes que sean manejables. Ni
siquiera son capaces de utilizar la tan anhelada vacuna como un medio para
acabar con la enfermedad, y malgastan sus posibilidades
empleándola tan solo como un instrumento con el que desplazar el
mencionado equilibrio entre el mercado y los fallecimientos a favor del
primero. La erradicación de la enfermedad requeriría de un confinamiento
estricto que eliminara la transmisión generalizada, previo al uso masivo de la
vacuna para impedir el rebrote. Al quedar descartado el confinamiento estricto
y la acción planificada en aras del beneficio económico, se nos condena a
seguir conviviendo por largos meses con los contagios y las muertes, dando la
posibilidad al virus de que mute en una variante más resistente a las vacunas.
Para imponer este destructivo sistema, el capital cuenta con el cansancio
progresivo de los trabajadores tras meses de encierro, normas cambiantes,
sanidad desbordada, culpabilización de los individuos, inseguridad laboral o
desempleo. Sin embargo, por mucho que estos factores estén ahí y minen nuestra
capacidad de plantar cara, no podemos dejarnos llevar por la aceptación de que
nosotros y nuestras familias seamos simplemente pérdidas que minimizar solo en
función de que sigamos produciendo plusvalía. Los asalariados no tenemos la
posibilidad de priorizar la salud dejando de lado todo lo demás, pero a nivel
colectivo no podemos abandonar la lucha por reclamar la mejor gestión
sanitaria.
Y es que el Ejecutivo asume de manera cada vez menos acomplejada
el papel que se espera de un Gobierno capitalista: el de ejercer de garante de
los intereses del capital.
La “izquierda” reformista -en realidad no son más
que social-liberales- ya está ensayando el viejo sistema defensivo
que utiliza cuando está a punto de volver a traicionar a la clase trabajadora,
y es afirmar que la realidad ha jugado en su contra. Parece ser que, ajenos a
analizar los hechos del momento, la experiencia de décadas y la lógica
capitalista, montan sus castillos en el aire en base a promesas idealistas.
Así, tenemos que aguantar ahora que el “politólogo” Pablo
Iglesias nos ilumine con su
reciente descubrimiento acerca de que “estar en el gobierno no
es estar en el poder”. Si tuviera de marxista algo más que el título de
comunista que tan generosamente otorga la derecha caciquil española, esto es
algo que debería haber sabido desde hace mucho tiempo.
Caerse del guindo les valdrá -una vez más- para romper todas las
promesas hechas a los trabajadores, y para exigirnos todos los sacrificios
“patrióticos” con los que recuperar los beneficios del capital. Si dijeron de
subir el salario mínimo, ahora no solo no es el momento, sino que los
salarios en general bajan inevitablemente durante la pandemia. Si
hablaron de controlar los precios de la energía, la energía dispara su precio
cuando peor está la situación económica y cuando más necesario es su consumo.
Si dijeron de hacer una banca pública, privatizan la banca rescatada en la
anterior crisis, mandan a miles de empleados al paro y permiten las comisiones
por tener una simple cuenta. Si se
comprometieron a revocar “los artículos más lesivos de la anterior reforma
laboral” (no la de ZP), ahora van a realizar su propia reforma laboral; veremos
cómo de lesiva es.
La “izquierda” parlamentaria y el sindicalismo de concertación, al
partir de la aceptación del sistema capitalista, se encuentran siempre en la
necesidad de anteponer los intereses del capital, algo que se acentúa durante
las crisis. A los trabajadores no les ofrecen más contrapartida que una vaga
insinuación de que la futura recuperación empresarial representará para ellos
un goteo de empleos, cada vez más inseguros y peor remunerados. La lógica que
la derecha puede aplicar con naturalidad se convierte bajo la gestión de
los reformistas en una contradicción permanente entre las expectativas (ni
siquiera las promesas) y los hechos. Pero este fracaso no puede repetirse una y
otra vez sin pasar factura, y menos cuando llevamos acumulados trece años de
crisis y estancamiento. Para una clase trabajadora sin organización propia, que
confunde a la “izquierda” parlamentaria con sus representantes, las traiciones
inexplicables se acumulan en cada legislatura. No es de extrañar que gran parte
de esta clase, junto a los profesionales y a los pequeños propietarios en
proceso de proletarización, puedan caer víctimas de supuestas explicaciones de
digestión fácil difundidas desde posiciones autoritarias, nacionalistas y
tradicionalistas. O que acepten resignadamente la imposición de la figura del
tecnócrata capitalista al que nadie ha elegido. Es necesario trabajar desde ya
para desactivar estas posibles derivas
autoritarias, pues no debemos olvidar que las libertades
democráticas facilitan nuestra lucha, y tenemos que defenderlas de la misma
manera que defendemos otras conquistas de la clase trabajadora, como las
protecciones laborales o sociales. Pero para evitar que la clase trabajadora
sea arrastrada en contra de sus intereses a las posiciones de un capitalismo
que tantea la vía reaccionaria, el primer paso es explicar con claridad por qué
las posturas reformistas están condenadas a incumplir sus promesas y no se
puede esperar otra cosa de ellas. Hay que transformar la crisis de credibilidad
en los “representantes” en una crisis de credibilidad en el modo de producción
capitalista.
Pero que nadie se confunda. El que la solución no pueda provenir del
Parlamento no quiere decir que los trabajadores no debamos elevar el
planteamiento de nuestras reivindicaciones del nivel económico al nivel
político. Todo lo contrario. Es hora de que comprendamos que las luchas
económicas individuales deben elevarse para tomar forma de reivindicación
política colectiva. Si no nos damos cuenta de que el problema del médico
residente es el mismo que el del falso autónomo que reparte comida en moto o
que el del jubilado que recibirá una pensión no contributiva de miseria, nos
será imposible alcanzar el nivel de organización y combatividad que la
situación requiere en estos momentos. En estos tres ejemplos y en los que
queramos buscar operan los mismos resortes: el capital necesita recuperar la
tasa de beneficio que ha perdido, lo cual pasa por concentrar el capital,
aumentar la explotación y mercantilizar servicios que hasta ahora eran
públicos. El Estado capitalista está ahí precisamente para garantizar que La
lógica del capital fluya, especialmente en tiempos de crisis. Arrollará sin
miramientos a las luchas que se le enfrenten individualmente.
Partiendo de esta base, en el Espacio de Encuentro Comunista
planteamos la necesidad de presentar y difundir reivindicaciones concretas de
la clase trabajadora, porque solo desde una perspectiva inserta en lo que
realmente nos afecta (salud, empleo, salario, desempleo,
pensiones, servicios sociales,…) es posible elevar el nivel de conciencia
hacia la comprensión de que su defensa y su conquista choca inevitablemente con
la lógica del beneficio capitalista.
El Espacio
de Encuentro Comunista plantea las siguientes reivindicaciones:
- Trabajar
por la confluencia de sectores y colectivos en una jornada de lucha común,
entendiendo esta jornada como punto de partida de un proceso que prepare
la huelga general. Solo la huelga general de trabajadores activos,
desempleados, pensionistas e irregulares puede dotar las demandas de clase
del alcance político al que las movilizaciones parciales no llegan.
- Toda
lucha desde sectores de nuestra clase que necesariamente deba darse de
forma parcial debe ser apoyada por el resto de la misma. Cualquiera de sus
luchas es nuestra lucha.
- La
salud no se vende, se defiende. Medidas de protección y prevención en
todos los centros de trabajo. Exigencia al gobierno de su vigilancia y
sanción cuando no se produzca. En el transporte público, el que utiliza
fundamentalmente la clase trabajadora, medidas de seguridad y prevención
que minimicen al máximo las posibilidades de contagio. Fin de los
contratos temporales, en fraude de ley, que cubren suplencias de días e
incluso horas, y que el personal sanitario femenino y las limpiadoras
arrastran durante décadas.
- Incorporación
de medios técnicos y humanos a la sanidad de titularidad y gestión pública
a nivel nacional hasta hacer compatible la prevención y el normal
tratamiento de las enfermedades habituales con los casos de coronavirus.
- Mantenimiento
de los ERTEs el tiempo que sea necesario hasta la recuperación de la actividad
en las empresas afectadas
- Pensión
mínima igual al salario mínimo
- Ninguna
prestación por desempleo debe ser inferior al salario mínimo, y todas
cotizarán para la jubilación. Ello incluye tanto la contributiva, como la
de subsidio y la de mayores de 52 años.
- Las
prestaciones sociales de la Seguridad Social volverán a estar calculadas
respecto al salario mínimo, y no respecto al IPREM introducido por
Zapatero. Serán gestionadas a nivel estatal y tendrán la garantía y
suficiencia económica del Estado.
- No a
la separación de las prestaciones contributivas y no contributivas en la
Seguridad Social.
- No a
la separación de sus fuentes de financiación según
la doctrina del Pacto de Toledo. Todas las pensiones vinculadas
a los Presupuestos Generales del Estado, del mismo modo que se hace con la
enseñanza y la sanidad, pues la garantía de los derechos históricos
conquistados mediante las luchas de la clase trabajadora es
responsabilidad del Estado.
- No a
transferir la gestión del IMV a comunidades autónomas o ayuntamientos.
- Agilización
y resolución inmediata de las solicitudes del IMV
- Ningún
desempleado (regular o irregular) debe quedar sin prestaciones. Nativa o
extranjera, somos la misma clase obrera.
- No a
la derivación de ninguna gestión o asistencia social al tercer sector
(ONG, etc). La solidaridad no puede ser gestionada desde el voluntariado
laico o religioso.
- No a
la legalización de la prostitución como “un trabajo más” y de los vientres
de alquiler, que se dirigen especialmente a la explotación de los cuerpos
y capacidad reproductiva de las mujeres de nuestra clase.
- Demandamos
inversión en la modernización de unos centros educativos obsoletos y
deteriorados tras la privatización de los servicios de mantenimiento,
limpieza y cocina, así como la creación de nuevos centros educativos
públicos que den cobertura a toda la población en edad escolar. No a
la educación concertada.
Espacio de Encuentro Comunista, febrero de 2021
[versión
para descargar en pdf]
No os lamentéis, organizaos
Yolanda
Díaz Pérez. Donde dije digo digo Diego.
¿Derogación de la reforma laboral?:”de entrada, no”. (Vídeo)
La
Complutense nombra profesor honorífico a Pablo Iglesias 25/9/2014
Pablo
Iglesias Turrión. Doctor en Ciencias Políticas.
Pablo
Iglesias: "Me he dado cuenta de que estar en el Gobierno no es estar en el
poder" 15.01.2021
Bibliografía imprescindible sobre la concepción marxista del poder (En
Francia - Rusia- Alemania-España)
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2019/11/bibliografia-imprescindible-sobre-la.html
El Espacio de Encuentro Comunista ante la oleada electoral/ El Espacio de
Encuentro Comunista ante el electoralismo
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2019/04/el-espacio-de-encuentro-comunista-ante.html
Rosa
Luxemburgo. Una cuestión de táctica. Escrito: julio de 1899 (La participación
activa de los socialistas con un gobierno burgués. La clase obrera no puede
aliarse con el enemigo de clase para defender sus conquistas democráticas).
http://eljanoandaluz.blogspot.com.es/2016/10/rosa-luxemburgo-una-cuestion-de-tactica.html
Contexto económico y social 2019 (Parte 3), por Duval
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2020/11/contexto-economico-y-social-2019-parte_6.html
Contexto
económico y social 2018, por Duval
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2020/11/contexto-economico-y-social-2018-por.html
Contexto
económico y social 2019 (Parte 1), por Duval
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2020/11/contexto-economico-y-social-2019-parte.html
Contexto
económico y social 2019 (Parte 2), por Duval
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2020/11/contexto-economico-y-social-2019-parte_10.html
El Gobierno de coalición será un nuevo zapaterismo: social en los signos,
liberal en la práctica.
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Pacto de
Toledo y la inminente reforma de las pensiones. Escrito para Crónica de Clase,
por Duval
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2020/12/pacto-de-toledo-y-la-inminente-reforma.html
Tengámoslo claro: La salud también es política, por Duval
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2020/11/tengamoslo-claro-la-salud-tambien-es.html
Ingreso mínimo vital y mochila
austriaca, asistencialismo envenenado
La mochila
austriaca es una apuesta por privatizar las pensiones públicas
El Ingreso Mínimo Vital alcanza en diciembre a 160.000
hogares, unas 460.000 personas 16/12/2020
02/03/2021
El
paro se ceba con las mujeres y se amplía la brecha salarial
02/03/2021
25 años del Pacto de Toledo, obsolescencia programada de las pensiones
públicas. (Las contrarreformas laborales y de las pensiones públicas en España
desde 1900 a 2020).Primera parte.
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/01/25-anos-del-pacto-de-toledo.html
25 años del Pacto de Toledo, obsolescencia programada de las pensiones
públicas. (Las contrarreformas laborales y de las pensiones públicas en España
desde 1900 a 2020).Segunda parte.
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/03/25-anos-del-pacto-de-toledo.html
25 años del Pacto de Toledo, obsolescencia programada de las pensiones
públicas. (Las contrarreformas laborales y de las pensiones públicas en España
desde 1900 a 2020). Tercera parte
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/03/25-anos-del-pacto-de-toledo_1.html
EEUU: Trabajadores de Amazon de Alabama, luchan por formar su primer
sindicato. Las tácticas antisindicales de Amazon y su campaña de
desinformación.
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2021/02/eeuu-trabajadores-de-amazon-de-alabama.html
Buceando en la resolución reaccionaria anticomunista del Parlamento Europeo,
que amenaza con ilegalizar la ideología comunista. Crítica del Libro negro del
comunismo: crímenes, terror, represión. Los procesos de Moscú y el proceso de
Moscú en la España republicana. (1936-1939)
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Circular anticomunista del Fiscalía General del Estado considera delito
la incitación al odio hacia los nazis, protege a colectivos nazis a través de
la figura penal de los delitos de odio
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2019/11/circular-anticomunista-del-fiscalia.html
El Centro Simon Wiesenthal acusa la fiscalía española de amparar a nazis
http://eljanoandaluz.blogspot.com/2020/02/el-centro-simon-wiesenthal-acusa-la.html
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