15/02/2014
Organizó la
boda de Álvarez-Cascos con Gema Ruiz, que el cabecilla de la Gürtel presumía de
haber pagado
La crisis en
la frontera de Ceuta, en la que han muerto por el momento 15 personas que
intentaban entrar en España, está dejando en evidencia el talante del director
general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. Lo último, el manejo que ha hecho de sus propias declaraciones -en
las que negó inicialmente que se había disparado pelotas de goma contra los
emigrantes- para rechazar contradicciones con Interior, que sí lo admitió. El
curriculum de este gallego, apegado al de Mariano Rajoy en sus orígenes
políticos, explica muchas cosas, aunque, también, persisten lagunas sobre su historial académico o los presuntos regalos que recibió de Francisco Correa, en otros
tiempos. Por cierto, Fernández de Mesa coincidió con el cabecilla de la Gürtel
en la boda de Francisco Álvarez-Cascos y Gema Ruiz, en 1996. Fernández de Mesa
fue el organizador de aquella fiesta que Correa presumía de haber pagado.
Orígenes
franquistas
ELPLURAL.COM ya contó cómo Arsenio Fernández de Mesa se movía en los entornos más ultras de Galicia en los años 70, según testimonios de antiguos alumnos del Instituto Concepción Arenal de Ferrol.
Fernández de
Mesa formaba parte de los grupos ultras organizados para contrarrestar a los rojosen
la última etapa del franquismo. Sus reuniones eran los lunes en el patio
exterior del instituto. El actual director de la Guardia Civil, entonces un
joven estudiante al que sus amigos llamaban ‘Cuco’, patrullaba
durante los fines de semana, en las noches, junto a otros cachorros franquistas
por las zonas de ocio de Ferrol a la caza de supuestos enemigos del régimen.
Los cachorros franquistas
de Ferrol protagonizaron un hecho que todavía allí algunos recuerdan, cuando en
1977 la Alcaldía de Cedeira decidió levantar un monolito en honor de Franco,
que ya había muerto. Fueron usados como muro de contención frente a los vecinos
que rechazaron aquella iniciativa.
Sus
relaciones con influyentes familias gallegas
Fernández de Mesa consiguió entrar en el Ayuntamiento de Ferrol como jardinero y se metió de lleno en la política de la mano de dos
familias gallegas influyentes, los Suevos y los González Aller. Jesús Suevos era amigo personal de José Antonio Primo de Rivera, que fue presidente del Atlético de Madrid y primer director general de RTVE. Los González Aller tenían entre sus miembros a un edecán del Rey, y con gran influencia en el PP gallego.
Fernández de Mesa consiguió entrar en el Ayuntamiento de Ferrol como jardinero y se metió de lleno en la política de la mano de dos
familias gallegas influyentes, los Suevos y los González Aller. Jesús Suevos era amigo personal de José Antonio Primo de Rivera, que fue presidente del Atlético de Madrid y primer director general de RTVE. Los González Aller tenían entre sus miembros a un edecán del Rey, y con gran influencia en el PP gallego.
Diputado
en Madrid
Estas provechosas relaciones le permitieron a Fernández de Mesa entrar en el PP gallego y de ahí, en una carrera meteórica, en el Congreso de los Diputados. Los políticos más veteranos le recordarán en aquella guerra del fletán con Canadá, cuando pidió a Felipe González hacer uso de la Armada, y su posterior malestar porque se llegara a un acuerdo diplomático con aquel país: “A un gobierno tan débil como éste, que es incapaz ni siquiera de defender lo que le corresponde, caña con él”, afirmó entonces el diputado popular, que no podía negar sus orígenes franquistas.
Prestige
Sus buenas relaciones con Mariano Rajoy, desde el PP gallego, le permitieron llegar a delegado del Gobierno en Galicia cuando Rajoy era ministro de Presidencia. Y ese cargo le convirtió en uno de los hombres del Prestige, junto al propio Rajoy y a Francisco Álvarez-Cascos. Sus declaraciones durante la tragedia fueron tan desafortunadas como las de su amigo Rajoy sobre los “hilillos de plastilina”. El entonces delegado del Gobierno en Galicia respondió cuando le preguntaron por la magnitud de la tragedia lo siguiente: “Hay una cifra clara, y es que la cantidad que se ha vertido no se sabe”, lo que ponía en serias dudas su capacidad para gestionar, con el resto de los responsables políticos de aquellas fechas, la catástrofe.
Organizó
con éxito la boda de Álvarez-Cascos
Lo que sí se le daba muy bien, vista la repercusión que tuvo, era organizar bodas por todo lo alto. Fernández de Mesa fue quien se encargó de organizar la de Álvarez-Cascos con Gema Ruiz, en 1996, celebrada en Córdoba, y que fue uno de los acontecimientos sociales de aquel año. Según ha podido saber ELPLURAL.COM, como “hombre de confianza de Génova”, se encargó de controlar a los invitados, las mesas, en definitiva que todo estuviera a punto.
Lo que sí se le daba muy bien, vista la repercusión que tuvo, era organizar bodas por todo lo alto. Fernández de Mesa fue quien se encargó de organizar la de Álvarez-Cascos con Gema Ruiz, en 1996, celebrada en Córdoba, y que fue uno de los acontecimientos sociales de aquel año. Según ha podido saber ELPLURAL.COM, como “hombre de confianza de Génova”, se encargó de controlar a los invitados, las mesas, en definitiva que todo estuviera a punto.
Correa
presumía de haberlo pagado todo
A esa boda acudió un invitado especial, Francisco Correa, cabecilla de la trama Gürtel. Fuentes cercanas a él, citadas por Vanitatis, afirmaron que se jactó más de una vez de haber pagado la fiesta y de que su mujer Carmen Rodríguez, con la que se casó también aquel mismo año, y Gema Ruiz eran íntimas.
A esa boda acudió un invitado especial, Francisco Correa, cabecilla de la trama Gürtel. Fuentes cercanas a él, citadas por Vanitatis, afirmaron que se jactó más de una vez de haber pagado la fiesta y de que su mujer Carmen Rodríguez, con la que se casó también aquel mismo año, y Gema Ruiz eran íntimas.
El nombre de
Fernández de Mesa aparece en la larga lista de presuntos agraciados con regalos
de la trama Gürtel, según documentos publicados en ELPLURAL.COM. Y, por cierto,
más de una vez.
DOMINGO 19
DE ENERO DE 2014 22:04
Un
artista del currículum mentiroso al frente de la Guardia Civil
ARSENIO
FERNÁNDEZ DE MESA Y DÍAZ DEL RÍO nació el 20 de julio de 1955 en Ferrol (A
Coruña), en el seno de una significada familia franquista muy relacionada con
la Armada por vía materna. Su padre, Francisco de Asís Fernández de Mesa,
Ingeniero Técnico de Obras Públicas nacido en Córdoba en 1913 y fallecido en
Ferrol en 2004, contrajo matrimonio en 1947 con María Luisa Díaz del Río
González-Aller, fuertemente enraizada con la Armada tanto por vía paterna como
materna, con quien tuvo tres hijas y cinco hijos.
Sin embargo,
y a pesar de que Arsenio Fernández de Mesa suele resaltar su vinculación a la
Armada, jamás intentó cursar estudios militares (ni de otro rango
universitario) por su escaso aprovechamiento como alumno de bachillerato en el
Instituto ‘Concepción Arenal’ de Ferrol durante los últimos años del
franquismo. Una época en la que sí destacó como ‘cachorro ultra’ local y en la
que, por la fuerza mayor de su falta de aplicación al estudio, se iría forjando
su condición de militar frustrado.
A raíz de su
nombramiento como director general de la Guardia Civil, varios medios
informativos digitales de ideología izquierdista (como ElPlural.Com, CanariasSemanal.Com…)
hicieron público su pasado no como falangista ‘puro’ (joseantoniano o
hedillista), sino como franquista de camisa azul, amigo de los correajes, el
puño de hierro y la bronca callejera, entretenido en su ociosa vida provinciana
en perseguir y vapulear ‘rojos’.
En sus años
de juventud, y según testimonios de varios compañeros de instituto, Arsenio
Fernández de Mesa, conocido ya como ‘Cuco’, fue uno de los
ultraderechistas coruñeses más conocidos por amedrantar a la población civil en
connivencia con las fuerzas policiales. Le recordaban reuniéndose en el
patio exterior del ‘Concepción Arenal’ (en la rúa Cuntis), especialmente los
lunes, con su pandilla de camaradas reaccionarios y a veces con visibles
atributos falangistas que dejaban pocas dudas sobre su ideología, para presumir
de sus últimas hazañas y planear nuevas correrías (“repasaban actividades
que habían protagonizado durante el fin de semana y preparar las que
protagonizarían”). Actividades que consistían en salir a la calle para
enfrentarse a cualquier “demócrata” que se manifestara contra
los últimos coletazos del franquismo.
Durante los
fines de semana, Cuco Fernández de Mesa y sus correligionarios
patrullaban por las calles ferrolanas, las discotecas y las zonas de reuniones
juveniles, desafiando a izquierdistas y ciudadanos en general con aspecto o
apariencia que ellos desaprobaban. Entre todos ellos, Cucoera
-según los testimonios recogidos- un “joven que destacaba por sus
modos”.
ElPlural.Com recordaba el episodio
coprotagonizado por Cuco en 1977, año en el que ingresó en las
Juventudes de Alianza Popular (después PP). En esa fecha, el entonces
alcalde de Cedeira -localidad cercana a Ferrol-, Leopoldo Rubido Ramonde
(hermano del periodista Bieito Rubido), decidió construir un monolito,
ciertamente extemporáneo, en homenaje al general Franco ya fallecido. Ante la
oposición popular que generó tal decisión, el alcalde franquista no tuvo dudas
sobre a quién recurrir para defender la figura del dictador, de forma
que el día de la inauguración del engendro escultórico (más tarde
desaparecido), acto que corrió a cargo de Gonzalo Fernández de la Mora,
brillante ensayista y ex ministro de Obras Públicas en el Gobierno de Carrero
Blanco, quienes aparecieron por allí para defender la memoria de Franco fueron
los jóvenes fascistas ferrolanos, con Cuco a la cabeza. Como
era de esperar, el acto acabó con un violento enfrentamiento entre los
camaradas de la cachiporra y los demócratas del pueblo…
A finales de
2011, cuando el nombramiento de Cuco Fernández de Mesa como
director general de la Guardia Civil estaba a punto de hacerse público, la
prensa gallega recogía la noticia regalándole una semblanza bastante edulcorada
y provocando no pocos comentarios hilarantes. Sin ir más lejos, la Voz de
Galicia destacaba que “está en posesión de la Gran Cruz del
Mérito Naval” y aseguraba que era “una persona de carácter
dialogante, profundamente católico, apasionado del mar y más partidario de
lograr acuerdos que de imponer sus posturas”. Aquella reseña
biográfica se completaba con una breve alusión a su trabajo como funcionario
del Estado, concejal del Ayuntamiento de Ferrol, Diputado del PP en varias
legislaturas y delegado del Gobierno en Galicia durante la crisis del ‘Prestige’.
Cualquier
lector de aquella comedida nota informativa ajeno a la realidad (no el
informado), podía sacar la conclusión de que el hombre situado al frente del
Instituto Armado era un ciudadano de trayectoria ejemplar de acuerdo a los cánones
de la ideología dominante en nuestra sociedad. El pasado de Arsenio
Fernández, sin embargo, es bien diferente y desvela una gran habilidad para
hacerse con un currículum fraudulento que enmascara su vida de joven indolente
y engominado, ‘hijo de papá’ (y en su caso sobre todo ‘hijo de mamá’), sin más
oficio ni beneficio que el de la política de adscripción ‘digital’, y persona
autoritaria y fatua donde las haya.
Para
empezar, en su currículum oficial destacan dos condecoraciones obtenidas sin
mérito alguno. La primera es la Cruz de Plata de la Real Liga Naval, que es una
asociación de carácter privado, no adscrita a ningún organismo o institución
oficial, y por tanto sin la menor trascendencia pública. La segunda es la Gran
Cruz de la Orden del Mérito Naval con distintivo blanco, que le fue concedida
el 23 de diciembre de 1999 por el entonces ministro de Defensa Eduardo Serra,
sin más justificación para ello, como fue bien sabido en el órgano central de
la Defensa, que la insistente recomendación realizada al efecto por su pariente
Antonio González-Aller Suevos, quien en aquellos momentos ocupaba como
contralmirante el cargo de director del Gabinete Técnico de la Subsecretaría
del mismo ministerio, titulada por Adolfo Menéndez.
Respecto a
su condición de ‘funcionario del Estado’ (reflejada en todos sus currículums y
siempre destacando la situación de ‘excedencia por servicios especiales’),
conviene aclarar que la adquirió en 1979, con 24 años, cuando entró a trabajar
en el Puerto de Ferrol como auxiliar de jardinería. Fue su propio padre,
quien ya era funcionario del organismo -afirma ElPlural.Com-“el
que lo ayudó a abrir esa puerta, la más baja del funcionariado; eso sí, por
oposición, aunque tal y como eran las oposiciones en aquel tiempo…”.
Como su
aprovechamiento académico en el bachillerato fue más bien escaso, el padre de Cucono
encontró mejor forma de sacarle de aquella pobre situación laboral (sin futuro
y de poco fuste social) que presionar para que en 1982 le emplearan en una
empresa británica dedicaba a la pintura de buques, la International
Marine Coatings Ltd., con intereses comerciales en el mismo puerto
ferrolano en el que su padre se movía con soltura (en su currículum se afirma
falsamente que el puesto era de Inspector Técnico y que lo obtuvo mediante
‘concurso-selección’). En paralelo, la familia le encauzó en la política local
consiguiendo que en 1983 fuera incluido, obviamente ‘a dedo’, en la lista
electoral de los populares (todavía Alianza Popular) al Ayuntamiento de Ferrol,
obteniendo un escaño de concejal que renovó en 1987.
De aquella
época provienen los primeros y curiosos ‘títulos’ incluidos en su pomposo
currículum oficial: Master en Marketing del RENMARK (junio de 1980), que nadie
sabe lo que es; Diplomado en Protección y Revestimientos del Acero por la
International Paints (Bilbao 1984), más farfolla; Diplomado en Corrosión y su
Prevención por la Escuela de Ingenieros Técnicos Navales de Ferrol (1988), que
en ocasiones se esgrime como estudios de Ingeniería Naval; Diplomado en
Contaminación y Protección del Medio Natural, por la Universidad Politécnica de
Madrid (Marzo 1988)…
Toda una
reinterpretación interesada de lo que en realidad son meros cursillos de
capacitación o puesta al día en pinturas industriales, a cuya venta es a lo que
entonces se dedicaba Cuco. Como aclaró el ‘Colectivo Alborán’
(formado por un grupo de altos mandos militares, retirados y en activo, con una
cualificada experiencia profesional y notable preparación académica), cuando,
seriamente alarmado por su nombramiento como director general de la Guardia
Civil, sobre todo tras el falseamiento del currículum de Luis Roldan (un ex
director de la Benemérita de desgraciado recuerdo), desgranó con precisión la
figura de Arsenio Fernández de Mesa.
Dicho
colectivo, incluía en la misma categoría de cursillos de nivel laboral (bien de
horas, días o a lo sumo semanas), la Diplomatura en sistemas informáticos que
se incluía en su ficha personal de diputado a Cortes de la IV legislatura
1989-1993. Y sobre otros de sus múltiples ‘diplomas’, los de Altos Estudios
Militares (1991) y Altos Estudios de la Defensa (2011), del Centro Superior de
Estudios de la Defensa (CESEDEN), se aclaraba que no existen como
‘diplomaturas’, puesto que esos rimbombantes títulos sólo encubren, en su caso,
la asistencia a un mero ‘seminario’; es decir, a unas jornadas informativas
para recibir “un baño” muy somero sobre Fuerzas Armadas a
personas que apenas tienen conocimientos de las estructuras militares (al que
suelen asistir miembros del Congreso y del Senado recién desembarcados en sus
respectivas Comisiones de Defensa).
Respecto a
su pretendido título de Consejero Científico y Profesor del Instituto Internacional
de Ciencias Políticas (Consejero Científico del IICP-IISP) de la UNESCO,
adscrito a las Áreas de Defensa e Industria, el ‘Colectivo Alborán’ advertía
también que el tal ‘Instituto Internacional’ no es un organismo de la UNESCO,
aunque colabora con ella, y que sólo se trata de una asociación que utiliza la
denominación de ‘consejeros’ y ‘profesores’ (ad honorem) para dar
apariencia de ser un ente oficial. No es más que un cargo honorario que otorga
esta entidad privada para dotarse de cierta imagen social y mostrarse
aparentemente relacionada con instituciones de tipo político y académico…
La realidad
es que Cuco Fernández de Mesa solamente ha sido profesor
marginal de Educación Física y Formación del Espíritu Nacional en dos centros
bien conocidos en el Ferrol: el colegio religioso ‘Tirso de Molina’ y el
público ‘Saturnino Montojo’ (en éste solían estudiar los hijos del personal
militar destinado en Ferrol).
Tras
analizar algunas circunstancias políticas poco convenientes al Instituto
Armado, el ‘Colectivo Alborán’ concluía llanamente sobre el currículum de
Arsenio Fernández de Mesa:
(…) En
resumen, mucha paja para ocultar que es un funcionario administrativo sin
estudios universitarios, del que tampoco conocemos que hiciera, siquiera, el
servicio militar, y que ha progresado a cuenta de cargos políticos, y que, a
partir de ahí, el resto del currículum del nuevo Director General de la Guardia
Civil es de carácter político, que es donde realmente ha desarrollado toda su
carrera, y gracias a la cual, y a la cercanía a Mariano Rajoy fue nombrado.
Lógicamente,
muchos de los miembros de la Benemérita, institución tradicionalmente muy bien
informada, conocen lo anterior y mucho más, con lo que ha saltado a la prensa
la indignación en la Guardia Civil que acusa a su Director de no tener ni los
estudios para el ingreso como guardia. Un grupo de suboficiales de la Dirección
General, que de los tenientes generales “ni están ni se les espera”, anuncian
una carta pública dirigida a Mariano Rajoy pidiendo el relevo de Fernández de
Mesa y que se ponga a una persona que represente dignamente al Instituto Armado
“preferiblemente un militar de carrera” y con capacidades para dirigir a los
85.000 hombres de la Benemérita...
En el ámbito
de las anécdotas que han circulado profusamente por la Red, hay que destacar
-entre otras muchas conocidas en Ferrol- las broncas que siendo Delegado del
Gobierno en Galicia (2000-2004) metía a subordinados de menor rango (chóferes,
números de la Guardia Civil, secretarias…) por auténticas nimiedades. Y que
entonces se le conocía como ‘el engominado del banderín’, porque obligaba a
colocar en su coche oficial los distintivos de su rango político al mejor uso
franquista, incluso cuando lo utilizaba de forma privativa y sabiendo que hoy
en día nadie los exhibe, salvo el Rey. También solía pasearse con su séquito de
amiguetes ferrolanos por delante del cuartel de la Benemérita, parándose en la
puerta de forma graciosa y reiteradamente para que se le dieran novedades.
No menos
conocido es el notable incidente que protagonizó en un hotel con el general de
la Brigada Ligera Aerotransportable ‘Galicia’, acuartelada en la Base ‘General
Morillo’ de Pontevedra, cuando el inhibidor del coche oficial del mando militar
impidió, al parecer, que el del político arrancara, lo que le produjo un ataque
de iracundia e indignación, con una absoluta falta de compostura que sorprendió
al general, teniendo éste que afearle sus malas maneras. Después de aquella
patochada, Fernández de Mesa dio ‘parte por escrito’ al JEME, quien, como era
lógico, no atendió sus descompuestas razones.
Pero,
retomando la carrera política de Cuco, cierto es que su
enfrentamiento dentro del PP gallego con Juan Fernández, militar, ingeniero
naval y notable deportista que fue hombre fuerte de Manuel Fraga y conselleiro
de Industria en su primer gobierno autonómico (1990-1994), le sirvió para
saltar de concejal ferrolano al Congreso de los Diputados, donde mantuvo un
escaño por A Coruña durante siete legislaturas seguidas (de la IV a la X) y 22
años (desde 1989 hasta 2011), causando baja en la última el 27 de septiembre de
2011.
Ya con
cierta proyección nacional y con el PP de Ferrol en reconstrucción, Cuco Fernández
de Mesa fue nombrado presidente de la junta gestora del partido en el
municipio, perdiendo su lista (que era la apoyada por Fraga y encabezada por el
empresario Gonzalo Antón) el congreso local del 2000, enfrentado a otras dos
candidaturas. La partida la ganó Juan Juncal, que después sería alcalde de Ferrol
(2003-2007) y a continuación senador (IX y X legislaturas). Fraga aguantó aquel
mal trago y apeló al consenso, desentendiéndose definitivamente de Cuco.
A partir de
entonces se identificó hábilmente con la línea representada por Mariano Rajoy y
Alberto Núñez Feijóo frente a los ‘rurales’ gallegos (las ‘boinas’ frente a los
‘birretes’ que surgieron tras el declive de Fraga). De esta forma obtuvo el
apoyo del primero, ya vicepresidente del Gobierno y ministro de la Presidencia,
para ser designado en mayo de 2000 Delegado del Gobierno en Galicia, al tiempo
que mantenía su escaño en el Congreso de los Diputados.
En su nuevo
cargo, a Fernandez de Mesa le cogió de lleno la crisis del ‘Prestige’,
el barco que el 19 de noviembre de 2002 se hundió frente a las costas de
Galicia ocasionando un vertido de petróleo que fue uno de los mayores desastres
ecológicos de la historia del país, suceso que sobrellevó sin la menor eficacia
política, aunque Rajoy le agradeciera públicamente el apoyo que recibió por su
parte en esa etapa, por supuesto sin concretar a qué apoyo se refería. De
hecho, algunas de las declaraciones relativas al caso del entonces delegado del
Gobierno en la Comunidad Autónoma, fueron ciertamente lamentables.
Una de las
más celebradas fue aquella sentencia tranquilizadora de que “el destino
del fuel en el fondo del mar es convertirse en adoquín”, muy en línea con
una de las primeras mentiras públicas de su protector Mariano Rajoy: los
famosos ‘hilillos de plastilina’ con los que el Gobierno bautizó el ‘chapapote’.
Cierto es que fueron los técnicos que bajaron en un batiscafo a inspeccionar el
pecio del petrolero, los que así bautizaron de forma igual de torpe e inexacta
-como “hilillos de plastilina”- los chorros de fuel que salían del
barco hundido, pero fue Rajoy, al transmitirlo fielmente, quien entonces se
ganó el mote de ‘Señor de los Hilillos’.
Otras frases
memorables de Cuco en aquella crisis mal gestionada fueron: “Probablemente
el fuel no toque la costa gallega” (14 de noviembre); “El
petrolero pudo perder entre 3.000 y 4.000 toneladas de fuel” (19 de
noviembre); "Hay una cifra clara, y es que la cantidad que se ha
vertido no se sabe" (21 de noviembre)… Una precipitación que fue
la que hizo saltar la alarma mediática, viéndose obligado a capear malamente el
temporal social y político en el día a día de la ‘marea negra’ (estimada
finalmente en un vertido de 63.000 toneladas).
Claro está
que otras declaraciones de Mariano Rajoy sobre la tragedia medioambiental de
2002 tampoco serían muy acertadas, al margen de que ya revelaran su tendencia a
la mentira:
--“La
marea no va a llegar a las Rías Bajas” (21 de noviembre).
--“Afecta
a una parte importante de La Coruña, pero no es una marea negra”. (23 de noviembre).
--“A una
profundidad de 3.500 metros y a dos grados de temperatura, el fuel estaría en
un estado sólido, por lo que, en principio, el combustible no se verterá” (24 de noviembre).
--“El
fuel no debe llegar a la costa pero se han tomado todas las medidas posibles” (28
de noviembre).
--“Tengo
la impresión de que mientras muchísimas personas han hecho lo que ha estado en
su mano, lo único que hemos recibido del PSOE es una crítica brutal… No he
visto ni un grado de patriotismo, sólo oleadas de críticas, peticiones de
dimisión y una actitud irresponsable… Ninguna oposición ha actuado así en
situaciones similares” (4 de diciembre).
--“En
estos momentos, la estructura se encuentra deformada. Hay planchas dobladas
hacia adentro. Se piensa que el fuel está aún enfriándose, salen unos pequeños
hilitos, los que se han visto, hay en concreto cuatro regueros que se han
solidificado con aspectos de plastilina en estiramiento vertical. Debe salir de
alguna de las grietas. Están los técnicos estudiando que significa eso” (5
de diciembre).
--“Hay un
fluido en la zona de proa que es difícil de cuantificar” (6 de
diciembre).
--“La
popa está mejor que la proa. Sólo tiene un par de pequeñas grietas” (7
de diciembre).
--“En
total, el ‘Prestige’ pierde unas 125 toneladas al día por sus 14 grietas” (9
de diciembre)…
Tras este
aluvión de mentiras y torpes declaraciones (acompañadas de otras muchas por
parte de los responsables gubernamentales), el naufragio del buque motivó que
el juez de Corcubión citase a Fernández de Mesa y a otros integrantes del
gabinete de crisis, como el capitán marítimo de A Coruña, Ángel del Real, o el
director general de la Marina Mercante, José Luis López-Sors. De esta forma, el
delegado del Gobierno en Galicia, que quedaría posteriormente desvinculado de
la investigación, se apresuró a relatar con escasa gallardía personal que su
papel en la crisis se limitó a “coordinar la información que se
transmitía a la prensa”, achacando a López-Sors la decisión de alejar el
barco y asegurando que a él no se le había consultado al respecto. Según el
delegado del Gobierno, al que tanto gusta mandar y figurar, sus funciones se
ciñeron tan sólo a devolver las llamadas telefónicas que recibía de las demás
administraciones implicadas, afirmando sin rubor que “a toro pasado, me
iban diciendo lo que iban haciendo”.
Una actitud
la de Cuco Fernández de Mesa bien sumisa que contrastaba con
otras posiciones y comportamientos bastante más aguerridos cuando ejercía como
diputado gallego en la oposición, como sucedió en el contexto de la ‘guerra del
fletán’ (1995) en el que tuvo una de sus primeras intervenciones con reflejo en
los medios informativos nacionales. Entonces no dudó en pedir al Gobierno de
Felipe González emplear la Armada Española contra Canadá, manifestando también
cuando al final del conflicto se firmó el acuerdo pesquero UE-Canadá su
desilusión de manera contundente: “A un gobierno tan débil como éste,
que es incapaz ni siquiera de defender lo que le corresponde, caña con él. Nos
la están dando desde todos los países”. (ABC 18/04/1995)…
Pero, al
margen de su dilatada vida política, en el fondo irrelevante y sin méritos para
ocupar sus dos cargos más representativos (delegado del Gobierno en Galicia y
director general de la Guardia Civil), lo que realmente llama la atención de
Arsenio Fernández de Mesa no es que sea o no sea titulado superior o que
pertenezca a un cuerpo de la administración de mínimo nivel. Porque, más allá
de la opinión que cada cual pueda tener sobre estos dos aspectos, que en modo
alguno debería ser despreciativa, el tema quedaría agotado rápidamente.
El problema
de Cuco (apelativo referido a persona taimada y astuta que
ante todo mira por su medro o comodidad, y también de ladino, avispado, pícaro,
pillo, calculador…), es su obsesión enfermiza por intentar parecer lo que no es
y sus continuados intentos de falsear su currículum (más que de inflarlo) hasta
límites absurdos y que justamente lo que hacen es destacar sus limitaciones.
Pero, aun
así, lo que más preocupa de Cuco Fernández de Mesa no son sus
adornos curriculares, que a la postre quizás podrían ocultar otras cualidades
políticas apreciables. Su verdadero lastre es entender la vida pública de forma
caciquil y como un jardín privativo de su casta familiar provinciana, sin otro
sentido que el de trepar por ella en beneficio personal al margen del servicio
a la colectividad (ni en realidad tampoco a su partido). Allá donde ha tenido
responsabilidades políticas (las profesionales le son realmente desconocidas)
ha acreditado los más altos niveles de incompetencia, con una desafortunada
mezcla de autoritarismo, vanidad y soberbia.
Y el
inconveniente para los españoles es que Cuco, el ferrolano
‘engominado del banderín’, no se conforma, al parecer, con las regalías
políticas que con tanta generosidad le ha facilitado el PP. Cuentan quienes le
conocen bien que, pese a haber alcanzado hace mucho tiempo su nivel de
incompetencia, todavía no ha visto satisfecha su ambición personal
con su nombramiento como director general de la Guardia Civil y que sus
valedores políticos (las familias González-Aller, Suevos, Arias-Salgado…) y
otros círculos influyentes del PP gallego, estuvieron presionando hasta el
último momento a Mariano Rajoy para que lo designase nada menos que Ministro de
Defensa.
Un objetivo
al que, con Rajoy en el poder (o sucedido por alguien en la misma línea del
caciquismo gallego como Alberto Núñez Feijóo), Cuco no ha
renunciado. De hecho, en su entorno más próximo también se le conoce como ‘el
contactólogo,’ en relación a sus contactos internos del más alto nivel dentro
de la actual cúpula popular…
Como apunte
significativo del comportamiento político de Cuco al frente de
la Guardia Civil, no nos resistimos a reproducir el artículo publicado por ‘El
Buscón’ en el diario digital Vozpopuli.Com(28/05/2012),
que capta a la perfección precisamente hasta donde da de sí su mentirosa
capacidad curricular:
La
rancia poética del director de la Guardia Civil "riega España de verde
ilusión"
El equipo
de Rajoy nunca creyó en aquel invento de las huestes en Interior de Rubalcaba
de que para lavar un trapo sucio había que hacer que dos santos compartieran el
mismo ropaje. Por ello, una de las primeras medidas que tomó el Gobierno del PP
respecto a este ministerio fue cargarse aquello de la dirección general conjunta
para Policía y Guardia Civil y poner al frente de cada uno de los cuerpos
policiales a una persona, que eso del don de la ubicuidad todavía no está muy
extendido ni entre la clase política. Lo curioso es que los dos elegidos,
Ignacio Cosidó y Arsenio Fernández de Mesa, tienen perfiles personales tan
distintos que da la sensación que el primero está en tres sitios a la vez y ya
ha cambiado su departamento de arriba a abajo en dos ocasiones, y el segundo se
ha limitado a cogerle el gustillo a eso de que le saluden los generales en
posición de firmes.
Basta
echar un vistazo a las hemerotecas para descubrir que Fernández de Mesa les
tiene más miedo a los periodistas que Guindos y Montoro a la prima de riesgo.
Desde que tomó posesión, y ya vamos para cinco meses en el cargo, sólo se le ha
oído hacer declaraciones con cierto peso informativo el día que fue al Congreso
de los Diputados a informar de los presupuestos de su departamento… y porque
estaba obligado por ley a esa comparecencia parlamentaria. Desde entonces, y
antes de eso, nada, niente, nothing, rien...
Eso sí,
basta repasar la página web de la Guardia Civil para descubrir que tampoco es
que haya estado encerrado en su despacho. Está claro que lo que no le da miedo
es presidir desfiles y asistir a procesiones. Que si a Mérida a entregar
despachos a los nuevos agentes de Tráfico y pasar revista a la tropa. Que si a
la localidad madrileña de Aranjuez a poner la primera piedra de la futura
universidad del Instituto armado y, ya de paso, pasar revista a la tropa. Que
si a presidir el acto conmemorativo del 168 aniversario del Cuerpo y, cómo no,
pasar revista a la tropa. Que si la toma de posesión del nuevo general de la
zona de Valencia y ya que están la tropa formada, pasar revista… Y así un largo
etcétera que incluye también actos religiosos, como la procesión del Santísimo
Cristo de la Expiación de Málaga, chaqué mediante, y la misa de inauguración
del año jubilar. Actos, como es de suponer, en los que los periodistas y sus
insidiosas preguntas no suelen aparecer.
Así que,
libre de estos molestos testigos, Arsenio Fernández de Mesa ha podido hacer
alarde de su poética prosa, trufada de metáforas tan decimonónicas como
manidas, con las que alabar las virtudes de los hombres a los que 'pasa
revista' y a los que se refiere siempre como “depositarios y
herederos del legado histórico que forjaron los que os precedieron”. Como botón
de muestra de estas intervenciones, ninguno como su discurso del pasado 13 de abril ante
los alumnos de la academia de oficiales de Aranjuez (Madrid): “España
entera está regada del verde ilusión y esperanza que representa la Guardia
Civil, pero también porque España entera está regada del rojo de la sangre de
tantos guardias civiles” soltó mientras más de un mando, le consta a este
Buscón, no sabía dónde meterse de la vergüenza ajena que le causaba tanto
lirismo de tres al cuarto.
Y el
discurso siguió por los mismos derroteros, repleto de “esencias”, “pilares”,
“gloriosos”, “raíces”, “gratitudes eternas”, “justos vigías” y “seculares
banderas”. Y volvieron los 'verdes' y los 'rojos' (“verde ilusión que vertebra
España, rojo sangre que con dolor insufrible enorgullece por su valor a
todos”), apareció la 'traición' (“la inmoralidad y la traición más grande es
prostituir el desempeño de nuestro fundamental trabajo, destruyendo con ello la
meritoria labor de quienes cumplen con orgullo y puntualidad sus obligaciones”)
y no faltaron los 'uniformes' (“la unidad entre vosotros, el espíritu de cuerpo
entre todos los que uniformados habéis elegido servir de esta forma a España”).
Está claro que la Guardia Civil ganó un 'aprendiz de Góngora' el día que
pusieron al frente a Arsenio Fernández de Mesa.
Cuco Fernández de Mesa está casado
con Fátima Sicre Romero, conocida activista del PP en Pozuelo de Alarcón (donde
reside la familia), con la que ha tenido dos hijas (Fátima y Mónica) y un hijo
(Arsenio).
FJM
(Actualizado 30/05/2012)
Arsenio Fernández de Mesa: el genovés
de los mil curriculum
Desde hace
unas semanas desde este blog venimos informando sobre los nombramientos que
está haciendo Mariano y sus monosabios con rango de Ministros. Podéis
consultar la serie completa pinchando aquí.
Como hemos señalado una inmensa mayoría cumplen con los requisitos previamente establecidos aunque su exigencia y prelación en ocasiones varían a criterio del que les nombra.
Hay un primer lote que responden solo ante Mariano. Son su guardia personal genovesa. Priman en ellos la lealtad al Jefe, pertenecer a unos determinados Cuerpo de la Administración y son bienvenidos los que además profesan sentimientos religiosos homologados por el Vaticano y sus diferentes sucursales. Un segundo lote, además de los dos últimos requisitos exigibles al aparato monclovita, es necesario contar con un padrino o madrina que los avale y con un lobby a quien representar.
Y luego está
el caso peculiar de Arsenio Fernández Mesa, flamante Director
General de la Guardia Civil. Su caso es la excepción que se ha
permitido Mariano y que viene a confirmar la regla. Vayamos al grano.
Tampoco se
discute que cumple sin fisuras el requisito que Mariano pone
encima de la mesa para sus pretorianos: lealtad personal y no
preguntar.En eso Arsenio es el primero de la
fila. Lleva años practicandolo con éxito indudable y su refinado
servilismo hacia su jefe nacional es digno de ser patentado.
Sobre sus
creencias religiosas Arsenio cumple con los standares
mínimos exigibles y por esa vía su curriculum está homologado.
Pero lo
realmente relevante de Arsenio no es que sea o no
titulado superior o que pertenezca o no a un determinado cuerpo de la
administración. En realidad, más allá de la opinión que uno pueda tener sobre
estos dos aspectos, el tema se agotaría y no daría ni para un pie de página.
El problema de Arsenio es su obsesión obsesiva por intentar parecer lo que no es y sus sucesivos intentos de hinchar su currículum hasta límites absurdos que se le están volviendo en su contra. Os recomiendo que os deis una vuelta por este enlace que con ironía repasa uno de sus muchos y variopintos currículum oficiales y que está aún colgado en la web de los genoveses.
El problema más serio que tiene Arsenio no se encuentra en su adornado currículum que a la postre es solo la punta de un iceberg. Su verdadero problema y por tanto , en breve lo será de la Guardia Civil, es su propia trayectoria política que acredita que una vez más Peter, el del principio, tenía razón cuando enumeró sus conocidos principios. Arsenio es un genovés que allá donde ha tenido responsabilidades de gestión ha acreditado ser titular de los más altos niveles de incompetencia, autoritarismo, vanidad y soberbia.
EL NUEVO
DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL TIENE SU PROPIO HISTORIAL ‘DE ANTECEDENTES’
Arsenio
Fernández de Mesa, el nuevo director general de la Guardia Civil, tiene un
currículo profesional y académico controvertido que ya hemos comentado en
ELPLURAL.COM. Pero también su perfil personal presenta algunos puntos que
merecen conocerse… En especial dado el cargo que ha pasado a ocupar.
Antiguos
alumnos del Instituto Concepción Arenal de El Ferrol, por ejemplo, que
coincidieron con él en los años 70, mantienen un recuerdo muy distintivo del
actual director de la Guardia Civil. De él y de su grupo de amigos.
Reuniones
los lunes en el patio
En el patio
exterior del Instituto los lunes, después de las clases, se reunían los
cabecillas jóvenes de los grupos ultras. A veces, sin disimulo, vestidos con
ropajes –camisas, boinas, correajes…- que dejaban pocas dudas sobre su
ideología. El tema de su encuentro: repasar las actividades que habían
protagonizado durante el fin de semana y preparar las que protagonizarían
durante la semana. Esas actividades, básicamente, consistían en ‘hacer frente’
a los rojos que estaban ya significándose en esos años finales del franquismo y
principios de la transición.
Durante los
fines de semana ‘patrullaban’ por las discotecas y las zonas de reunión de los
jóvenes ferrolanos, retando y enfrentándose a quienes por su apariencia, o
porque conocían su ideología, no les gustaban. Un asiduo de estos encuentros,
no de los menos significados, era Arsenio Fernández de Mesa, al que todos
conocían como “Cuco”, un joven que destacaba por sus modos.
El monolito
en honor de Franco de Cedeira
En ese mismo
tiempo, 1977, el alcalde de Cedeira, un pueblo cercano a El Ferrol, decidió
construir un monolito en honor de Franco, el dictador entonces recientemente
desaparecido. El edil que tomó la decisión de realizar aquel homenaje, Leopoldo
Rubido, tuvo que hacer frente a una fuerte contestación de parte de la
población que se mostraba contraria al homenaje.
Temiendo que
aquellas protestas se convirtieran en incidentes, y para ‘compensarlas’, el
alcalde llamó el día de la inauguración, 15 de mayo, a los jóvenes cachorros
franquistas de El Ferrol. En efecto, los demócratas del pueblo durante la inauguración, que protagonizó el exministro de la
dictadura Fernández de la Mora , realizaron protestas que acabaron
derivando en violentos enfrentamientos que en la zona los protagonistas siguen
recordando.
El inicio de
una carrera política
Como ya se contó en ELPLURAL.COM, Fernández de Mesa entró a
trabajar en el ayuntamiento de El Ferrol como oficial de segunda
administrativo. Pero en el trabajo de jardinero que así obtuvo estuvo muy poco.
A pesar de que no era ni mucho menos el que más esperanzas levantaba en la
familia –hermanos y primos obtenían mucho mejores resultados académicos y
profesionales- muy pronto el joven ultra entró en política y encontró apoyo en
dos familias de mucha influencia en Galicia, los Suevos y los González Aller.
Los Suevos,
una vieja familia de la burguesía ferrolana, tuvieron su personaje más conocido
en Jesús Suevos, amigo personal de José Antonio Primo de Rivera, periodista,
que fue presidente del Atlético de Madrid y primer director general de RTVE.
Los González Aller son otra familia de enorme arraigo entre la alta burguesía
de la zona –uno de ellos, almirante, fue edecán del Rey-, y de gran influencia
en el PP gallego.
La ‘guerra
del Fletán’
Muy pronto
Arsenio Fernández de Mesa se vio impulsado así en las filas populares hasta
llegar a diputado en el Congreso. Su primera aparición recordada en la Cámara
es de la época de la ‘guerra del fletán’, aquella que estuvo a punto de
llevarnos a una guerra de verdad con Canadá por el apresamiento de pesqueros
gallegos con la cuota de pesca por medio.
Fernández de
Mesa, hombre lanzado, en el Congreso realizó aguerridas peticiones al gobierno
de Felipe González de hacer uso de la Armada, y al final del conflicto, tras el
acuerdo que se firmó entre la UE y Canadá, mostró su desilusión de manera contundente: “A un gobierno
tan débil como éste, que es incapaz ni siquiera de defender lo que le
corresponde, caña con él. Nos la están dando desde todos los países”.
Entre boinas
y birretes
Arsenio
Fernández de Mesa hizo sabias elecciones en las sempiternas guerras del PP
gallego entre “boinas” –los dirigentes provenientes del mundo rural y más
tradicionales – y los “birretes” –los de mayor preparación intelectual,
generalmente de las ciudades, que dirigían Rajoy y Núñez Feijoo-, y que
resurgieron en el declive de Fraga. Y gracias a su decisión acabó de
Delegado del Gobierno en Galicia con Rajoy de ministro de la Presidencia.
En ese
puesto le alcanzó el asunto del Prestige. Lo que le permitió tener otro momento
de máxima atención mediática y dejar alguna frase para la historia. La más
recordada, una que rememora a la de ‘los hilillos’ de su protector, Mariano
Rajoy y que, por desgracia, se mostró igual de inexacta: “El destino del fuel
en el fondo del mar es convertirse en adoquín”.
Y ahora…
¿futuro ministro de Defensa?
No fue
adoquín al final. Arsenio Fernández de Mesa, “Cuco” desde la infancia para los
amigos, es ahora el Director General de la Guardia Civil, pero dicen que en el
PP gallego aún no están contentos. Al parecer, según le explican a ELPLURAL.COM
en fuentes políticas de Galicia, lo que querían en la familia González-Aller y
otros círculos influyentes del ‘PP gallego’, y con ello estuvieron presionando
a Mariano Rajoy, es que el presidente le hubiera nombrado ministro de Defensa.
Meta que, al parecer, está aún presente en su afán.
www.elplural.com 20.01.12
El nuevo
director general de la Guardia Civil tiene una preparación que difícilmente le
permitiría ser guardia
El ex
delegado del Gobierno en Galicia dice que se cumplió la ley al alejar el
Prestige
Técnicos de
la Marina niegan que se les consultase qué hacer con el ‘Prestige
El
exdelegado del Gobierno alega que no tenía potestad sobre el 'Prestige'
"Yo
estaba en misa pidiendo otro puerto"
El delegado
en Galicia rechazó apoyo militar porque "no hacía falta"
Desastre del
Prestige
La sentencia del Prestige
Crónica
del "Des-Prestige"
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