Al artículo le he traducido todos los enlaces que está en inglés
y le he añadido algunos enlaces aclaratorios.
Victoria Nuland y el embajador de Estados Unidos en
Ucrania, Geoffrey R. Pyatt, llegan a la plaza Maidan para expresar el respaldo
de Washington a los manifestantes antigubernamentales.
Grabación secreta revela complot respaldado por EE.UU. para derrocar al presidente democráticamente elegido de Ucrania
15-02-2014
Traducido
para Rebelión por Germán Leyens
“En la
última debacle del Departamento de Estado de EE.UU. y el Gobierno de Obama, la
secretaria de Estado adjunta Victoria Nuland fue grabada en cinta dirigiendo en
detalle las estrategias del partido opositor de Ucrania con el embajador de
EE.UU. en Ucrania, Geoffrey Pyatt. Ya no se puede negar que la operación de
cambio de régimen en Ucrania está siendo dirigida en cierto grado desde
Washington… La conversación grabada demuestra en claro detalle que mientras el
secretario de Estado John Kerry desmiente toda interferencia extranjera en los
asuntos internos de Ucrania, su Departamento de Estado conduce virtualmente
todo el proceso" (Daniel McAdams, F**k
the EU’: Tape Reveals US Runs Ukraine Opposition, Ron Paul Institute).Traducido al castellano aquí.
Washington
vuelve a utilizar sus viejos trucos. Se pensaría que después de los fiascos en
Afganistán e Irak alguien del equipo que formula las políticas diría a los
fantasiosos que bajen un poco el tono. Pero no. La claque de Obama está tan
ansiosa de intentar cambios de régimen como sus predecesores, los
"bushies". Esta vez la mira está fija en Ucrania, la sede de la fracasada
Revolución Naranja, donde las ONG estadounidenses fomentaron un golpe populista
que derribó al Gobierno y allanó el camino para años de inestabilidad social,
dificultades económicas y, finalmente, una alianza más firme con Moscú.
Dio buenos
resultados, ¿verdad? Solo se puede preguntar si lo que se propone Obama es una
repetición.
Dejémonos de
rodeos. EE.UU. todavía se aferra a la idea de que puede dominar el mundo con
sus torpes militares (que no han ganado una guerra en 60 años), sus
escandalosas agencias de inteligencia, sus cómicos equipos de “Operaciones
Especiales” al estilo Rambo, y sus tan brillantes estrategas globales que
piensan que los días de la nación Estado habrán pasado pronto acelerando el
comienzo del glorioso Nuevo Orden Mundial. Correcto. Ucrania es una parte
crítica de ese sueño imposible, digamos, estrategia, por lo cual los medios
estadounidenses colocan las manifestaciones en Kiev en los titulares mientras
protestas similares en EE.UU. son relegadas a las páginas traseras bajo los
anuncios de alimentos para mascotas. En todo caso, la crisis probablemente se
intensificará en los próximos meses mientras Washington se empeña en un tira y
afloja sin restricciones con Moscú sobre el futuro de la civilización.
Para
estrategas influyentes, como Zbigniew Brzezinski, Ucrania es una guerra que
Washington debe ganar para mantener su posición como única superpotencia del
mundo. Tal como lo ve, EE.UU. debe establecer puestos avanzados en toda Eurasia
para disminuir la influencia de Rusia, controlar China, y aprovechar la región
de crecimiento más rápido del nuevo siglo. Brzezinski lo resume como sigue en
un artículo en Foreign
Affairs titulado “Una geoestrategia para Europa”:
“La
emergencia de EE.UU. como única superpotencia global hace que ahora sea
imperativa una estrategia integrada y exhaustiva para Eurasia. Eurasia alberga
la mayoría de los Estados políticamente acometedores y dinámicos del mundo.
Todos los pretendientes históricos al poder global se originaron en Eurasia.
Los aspirantes más populosos a la hegemonía regional, China e India, están en
Eurasia, así como todos los potenciales retadores políticos o económicos a la
primacía estadounidense…
Eurasia
es el supercontinente axial del mundo. Una potencia que domine Eurasia ejercerá
una influencia decisiva sobre dos de las tres regiones más económicamente
productivas del mundo, Europa Occidental y el Este de Asia. Una mirada al mapa
también sugiere que un país dominante en Eurasia controlaría casi
automáticamente Medio Oriente y África…
Lo que
suceda con la distribución del poder en la masa continental eurasiática será de
decisiva importancia para la primacía global y el legado histórico de EE.UU.” (A
Geostrategy for Eurasia, Zbigniew Brzezinski, Foreign
Affairs, 1997) en castellano aquí
OK, por lo
tanto el no tan sutil Brzezinski dice a los responsables políticos de EE.UU.
que si quieren dirigir el mundo, tienen que apoderarse de Eurasia. Es bastante
obvio. Es de nuevo el Gran Juego y Ucrania es uno de los mayores trofeos,
motivo por el cual EE.UU. se ha aliado con todo tipo de grupos chalados,
derechistas, que siembran la discordia en Kiev. Es porque Washington no conoce
fronteras para lograr sus objetivos. Por supuesto, no hay nada nuevo al
respecto. EE.UU. frecuentemente apoya a violentas organizaciones de extrema
derecha si sus intereses coinciden. A continuación, cito algunos antecedentes
sobre el tópico de Erich Draitser en un artículo en CounterPunch titulado
“Ukraine and the Rebirth of Fascism”: [Rebelión, Ucrania y el renacimiento
del fascismo]:
“En un
intento de arrancar a Ucrania de la esfera de influencia rusa, la alianza
EE.UU.-UE-OTAN se ha aliado, y no es la primera vez, con los fascistas. Por
cierto, durante décadas, millones de latinoamericanos han sido desaparecidos o
asesinados por fuerzas fascistas paramilitares armadas y apoyadas por EE.UU.
Los muyahidines de Afganistán, que posteriormente se convirtieron en al Qaida,
también reaccionarios ideológicos extremos, fueron creados y financiados por
EE.UU. con el propósito de desestabilizar Rusia. Y por cierto, existe la
dolorosa realidad de Libia y, más recientemente Siria, donde EE.UU. y sus
aliados financian y apoyan a yihadistas extremistas contra un Gobierno que se
ha negado a alinearse con EE.UU. e Israel. Existe un patrón inquietante que
nunca ha pasado desapercibido a los observadores políticos atentos: EE.UU.
siempre hace causa común con extremistas derechistas y fascistas para obtener
ventajas geopolíticas.”
Escuadrones
de la muerte aquí, yihadistas allá. ¿Cuál es la diferencia para los mandamases
en Washington?
No es mucha
al parecer.
Pero,
esperad, ¿qué es todo esto de que EE.UU. está de parte de antisemitas y
fascistas en Ucrania? ¿Es verdad?
Parece
seguro que es así. En los hechos, hubo una historia divertida en World
Socialist Web Site sobre la secretaria de Estado adjunta Victoria
“Que-se-joda-la-UE” Nuland que muestra hasta donde esa gente está dispuesta a
ir para lograr sus objetivos. En este caso Nuland, quien –según WSWS– es nieta
de inmigrantes judíos que huyeron a EE.UU. para escapar de los pogromos en la
Rusia zarista”… fue vista “distribuyendo galletas en la plaza Maidan a matones
de Svoboda que veneran a los asesinos masivos de la SS de Hitler.” (Leaked phone call on Ukraine lays
bare Washington’s gangsterism, (traducido
al castellano aquí)
Bill Van Auken, World Socialist Web Site)
Bonito,
¿verdad? De modo que Vickie compartía un pequeño refrigerio con sujetos que
probablemente la apuñalarían por la espalda si tuviera la oportunidad de
hacerlo. Es lo que se llama dedicación. A propósito, el esposo de Nuland “es Robert Kagan, el experto derechista en
política exterior quien sirvió como presidente y fundador
del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano
, el think-tank neoconservador
en Washington que jugó un papel clave en la preparación política e ideológica
para las guerras contra Iraq y Afganistán”.
El que Obama
y compañía estén directamente involucrados en este último intento de golpe, no
sorprende a nadie. Según un reciente sondeo realizado por el Centro Pan-ruso de
Investigación de Opinión Pública, “casi la mitad (45%) de los ciudadanos rusos
piensan que las protestas en Ucrania han sido provocadas por servicios
especiales occidentales”. Presumimos que al decir “servicios especiales” los
autores del estudio quieren decir agencias de inteligencia estadounidenses y
ONG financiadas por EE.UU. que tienen una larga historia de meter sus narices
en los asuntos de otros países. A continuación, una declaración del
representante Ron Paul en 2004 al Comité de Relaciones Internacionales de la
Cámara de Representantes de EE.UU. que ayuda a arrojar un poco de luz al
respecto:
“Es
evidente que una cantidad significativa de dólares del contribuyente fue utilizada
para apoyar a un candidato en Ucrania… Lo que no sabemos, sin embargo, es
cuánto dinero del Gobierno de EE.UU. fue gastado para influenciar el resultado
de la elección ucraniana.
Docenas
de organizaciones reciben fondos bajo el programa PAUCI (Iniciativa de
Cooperación Polonia-EE.UU.-Ucrania, que es administrada por Freedom House,
basada en EE.UU.) y es solo uno de numerosos programas que canalizaron dólares
hacia Ucrania. No sabemos cuántos millones de dólares del contribuyente fueron
enviados por la Fundación
Nacional por la Democracia (NED) a Ucrania a través del
Instituto Nacional Demócrata de la NED y el Instituto Internacional
Republicano. Tampoco sabemos cuántos otros esfuerzos, abiertos o encubiertos,
han sido hechos para apoyar a un candidato contra el otro en Ucrania.
Lo que
considero tan inquietante es que haya tantas organizaciones especializadas y
sub-beneficiarias que no tenemos la menor idea de cuánto dinero del Gobierno de
EE.UU. fue realmente gastado en Ucrania, y lo más importante es cómo fue
gastado.” (What has the NED done in Ukraine?, Ron
Paul, Lew Rockwell)en castellano aquí
El hecho es
que el Gobierno de EE.UU. distribuye toneladas de dinero a todo tipo de grupos
siniestros que ejecutan su agenda. En lo que concierne a Ucrania, tenemos
realmente una mejor idea del dinero gastado que lo que piensa Paul. Revise el
vídeo de Nuland al dirigirse a varios grupos industriales y admitiendo que
“Desde la declaración de la independencia ucraniana en 1991, EE.UU. apoyó a los
ucranianos en el desarrollo de instituciones y capacidades democráticos en la
promoción de la sociedad civil y una buena forma de gobierno… Hemos invertido
más de 5.000 millones de dólares para ayudar a Ucrania a lograr estos y otros
objetivos.” (Washington’s cloned female warmongers,
Finian Cunningham, Information Clearinghouse) en castellano aquí
5.000
millones de dólares para derrocar un gobierno democráticamente elegido en
Ucrania mientras 8 millones de estadounidenses no pueden encontrar un puesto de
trabajo en EE.UU. Eso nos dice mucho sobre las prioridades de Obama, ¿verdad?
EL TEXTO
ÍNTEGRO DE LA INTERCEPCIÓN TELEFÓNICA
El fiasco de
la semana pasada respecto a la conversación telefónica filtrada de Nuland ha
aclarado lo que realmente sucede entre bastidores. Mientras los medios se han
concentrado en la obscenidad de Nuland (“Que se joda la UE”) las otras partes
de la conversación atrajeron nuestra atención. Un breve resumen por Bill Van Auken
de WSWS:
“El
llamado (denuncia) el carácter criminal e imperialista de la política
estadounidense en Ucrania… Lo que deja en claro la grabación, es que Washington
emplea métodos de gangsterismo internacional, incluyendo la violencia, para
realizar un golpe político orientado a instalar un régimen que esté totalmente
subordinado a los intereses geoestratégicos de EE.UU….
El
objetivo preciso de los esfuerzos de EE.UU. es transferir el poder político a
manos de una colección de oligarcas ucranianos alineados con Occidente que se
enriquecieron con la apropiación privada –robo– de propiedad estatal realizada
como parte de la disolución por la burocracia estalinista de la Unión Soviética
en 1991. Al hacerlo, apunta a convertir Ucrania en una cabeza de puente imperialista
estadounidense en la frontera misma de Rusia, cuyo territorio también quiere
dividir y subyugar a un estatus neocolonial como parte de su esfuerzo por
imponer la hegemonía estadounidense en toda la masa continental estratégica de
Eurasia…
Nuland
deja claro que, entre bastidores, Washington está dictando qué dirigentes de la
oposición… debieran entrar al gobierno para orientarlo detrás de Washington y
qué papel jugarán los otros…” (Leaked phone call on Ukraine lays
bare Washington’s gangsterism, Bill
Van Auken, World socialist Web Site) en castellano aquí.
Lo mismo de
siempre. Como dijimos anteriormente, no hay nada nuevo en esto, nada en
absoluto. Todo el palabreo sobre “democracia” es solo basura de relaciones
públicas. No significa nada. Las elites estadounidenses quieren cortar las alas
de Moscú, establecerse en Eurasia, controlar el crecimiento de China, ser un
protagonista más importante en los mercados de petróleo y gas natural del
continente, exportar su modelo de servicios financieros, y ganar tanto dinero
como sea posible en el mercado más activo del Siglo XXI, Asia. Todo tiene que
ver con beneficios. Beneficios y poder.
Pero después
de todo, probablemente ya lo sabíais.
Mike
Whitney vive en el Estado de Washington. Contribuyó
a Hopeless: Barack Obama and the Politics of Illusion (AK
Press). Hopelesstambién
existe en una edición Kindle. Contacto: fergiewhitney@msn.com
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